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Transcript
SUBPRODUCTOS
SOSTENIBLE.
DEL
PETROLEO
Y
DESARROLLO
Ponentes:
Carmen Sanz, Adolfo Torres, J. Francisco Bejarano.
Resumen
El fin del petróleo como recurso energético, se acelera y tecnológicamente, las
alternativas se perfilan con mayor nitidez. Pero, el petróleo no solo es una fuente
energética, de éste recurso se extraen –fundamentalmente desde la IIª G.M.numerosísimas substancias que constituyen materias primas y/o componentes de miles
de productos manufacturados (CENAE: Industria Química Inorgánica Básica) presentes
en una pléyade de sectores económicos (desde la construcción a la industria del
automóvil) y en todos los ámbitos de nuestra vida cotidiana: desde innumerables clases
de plásticos, asfaltos, fibras sintéticas textiles, hasta llegar a laboratorios farmacéuticos
y cosmética.
Actualmente, la elaboración de artículos de consumo ecológicos (al margen de Ferias
Artesanales), carece de una estructura empresarial con capacidad de crear puestos de
trabajo y, se desconoce la aceptación social mayoritaria (por la estética y por el precio)
de los hasta ahora, prototipos ecológicos alternativos. Como premisa básica, “lo
ecológico” ha de dejar de ser un argumento para incrementar el precio final de todos y
en particular, de esos productos.
La ponencia plantea una reflexión sobre tres cuestiones básicas:
A) ¿Es posible la integración entre economía y preservación medioambiental.
B) ¿Puede ser limpia la fabricación (“desde la cuna hasta la cuna”) de subproductos de
petróleo?
C) ¿Son factibles, social y económicamente, sustituir los productos de uso cotidiano e
industriales que utilizan subproductos del petróleo?
Índice.
1.
2.
3.
4.
¿La civilización del petróleo?
Desarrollo Sostenible: La integración medio ambiente y economía.
La Persistencia en la Utilización del Petróleo
¿Es posible una Producción Limpia en las Industrias Químicas Inorgánicas
Básicas?
____________________________
1
1. ¿La civilización del petróleo?
Durante muchos años se ha considerado al petróleo como el “motor o impulsor del
progreso” e indudablemente no se le puede negar su papel en la revolución de los
transportes, maquinaria industrial y agrícola, y sobre todo como energía (por citar
sectores aglutinadores) que han dinamizado el ritmo de las transformaciones y la
expansión de éstas, a niveles insospechados por los más audaces.
Desde las primeras décadas del siglo XX, y sobre todo, después de la II Guerra
Mundial, cuando todas las investigaciones científicas y avances tecnológicos
desarrollados con fines bélicos pasaron a la industria civil, los procedimientos para
refinar el hidrocarburo bruto hicieron posible que además de fuente energética, se
convirtiese en un caudal de materias primas y/o elementos constitutivos de miles de
productos (finales o intermedios) manufacturados por “industrias químicas inorgánicas
básicas” (IQIB).
La enorme difusión –comercial y geográfica-, de éste subsector podemos explicarla
por tres cuestiones fundamentales:
a) Los productos y/o substancias de éste subsector industrial, son utilizados en –
prácticamente-, todos los demás sectores económicos, y consecuentemente, forman
parte de nuestra vida cotidiana, siendo objetos de consumo personal y doméstico.
b) Por sus relativas escasas exigencias de localización y su especial organización
del proceso productivo: se trata de “plantas industriales”, que a diferencia de las
“industrias”, no realizan en proceso completo de transformación, solo elaboran una (o
varias) substancias que posteriormente transportan, por vía marítima, a otras plantas,
donde se realizan las fases siguientes de la producción. Este proceso de ramificación
deriva hasta el producto final. .Es frecuente que una misma substancia (Por ejemplo el
benceno) sea componente en una diversidad de productos finales: detergentes, abonos,
fibras sintéticas, pinturas, etc. Por otra parte, los puertos de salida y de atraque pueden
ser geográficamente, tan distantes como por ejemplo: Huelva (Sur de España),
Antofagasta (Norte de Chile) y Tuticorin (Sur de India).
c) Las interconexiones entre distintos sectores, y el movimiento de capital en el
mercado de hidrocarburos propicia que sean Grupos Multinacionales los que participen
la Industria Petroquímica en general.
Pero, la capacidad de difusión geográfica y la intensa penetración en todos los
sectores económicos de la Industria Petroquímica Básica también explican su potencial
para elevar significativamente la escala de degradación medioambiental del planeta:
por la cantidad de agua y energía que requieren; por el alto nivel de emisiones gaseosas
tóxicas y vertidos líquidos que emiten; por la ingente proporción de residuos sólidos no
biodegradables, tóxicos y radiactivos, que generan tanto durante el proceso de
producción; utilizando los productos (Por ejemplo: barnices, detergentes, pinturas,
asfaltos, etc.)y una vez desechados, es decir como basura.
Por otra parte, la peculiar organización de la producción fraccionada en plantas,
posibilita localizar las plantas industriales más contaminantes en función del coste
salarial, condiciones laborales y de regulación medio ambiental de la actividad
industrial. Las IQIB, allá donde se instalen, tienen unas nefastas consecuencias
socioeconómicas y medioambientales:
2
a)
b)
c)
d)
La instalación de estas plantas no presupone el desarrollo de una
estructura ni tejido industrial. Una substancia “entra” en el
proceso productivo y otra o un producto “sale”.
La tecnología avanzada empleada en el proceso de producción
reduce las necesidades de mano de obra no cualificada, por lo cual
contribuyen muy poco a fomentar el empleo local.
El sistema de transporte marítimo que sirve de enlace en el
proceso productivo, incrementa el tráfico de substancias
peligrosas y productos tóxicos, constituyendo así un nuevo foco
de expansión del riesgo y de la contaminación, que puede
alcanzar sus cotas máximas en caso de accidentes.
Al modificarse las condiciones iniciales (salariales, y/o respecto a
la regulación de la actividad industrial, los grandes grupos
multinacionales no tienen ningún inconveniente en desmantelar (o
vender) la planta y/o instalarla en otro lugar que ofrezca mejores
expectativas. Cuando esto ocurre, lo que queda es una extensa
degradación de suelos, de las aguas y un rastro de enfermedades
que posiblemente sean reconocidas años más tarde.
.
¿Es posible asociar a civilización y progreso una industria que ha llegado a causar la
mayor degradación medio ambiental del planeta, desarticulado economías locales, y
afectado a la salud de millones de personas? Y para ser más contundente, los efectos
directos e indirectos, perduraran durante años y este terrible legado es el que dejaremos
a las generaciones futuras.
2. Desarrollo Sostenible: Integración Medioambiente y Economía.
Mucho hemos tardado en asumir que el planeta Tierra es un sistema dinámico y
complejo, sometido a interacciones continuas. Derivado de éstos postulados,
las
sociedades humanas “formamos parte” de la naturaleza, y cada una interaccionamos,
como un conjunto (dominante), con el resto de los elementos (bióticos y abióticos) de
un ecosistema concreto.
¿Cómo interaccionamos en nuestros respectivos ecosistemas?.
Fundamentalmente, a través de las actividades de ocupación y uso, que nos
proporcionan las infraestructuras vitales para nuestra supervivencia. El desarrollo de
estas actividades, históricamente vienen siendo reguladas por un conjunto de normas
(implícitas o explícitas) que han evolucionado en cada sociedad, conforme a los
cambios en la organización social, economía, cultura, tecnología, etc.
Por tanto, dependiendo del marco normativo, las interacciones de cada sociedad con
el resto de elementos del ecosistema (o medio ambiente), tendrán de carácter
positivo o negativo. Cuando ocurre esto último, y provocamos procesos de
degradación medioambiental, a corto, medio o largo plazo, los efectos (puesto que
estamos inmersos en un sistema complejo de interacciones), los sufriremos de forma
diversa: enfermedades, sequías, erosión de suelos, salinización de agua potable, etc.,
que se traducen en pérdidas económicas y en freno para el desarrollo de nuevas
actividades.
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Siguiendo con el funcionamiento de los sistemas complejos, todos los ecosistemas
son abiertos, de forma que hay que considerar también las interrelaciones entre los
ecosistemas. De ahí que los procesos de degradación medioambiental sobrepasen la
escala local, donde se generan y lleguen a la escala global. Es decir, que los cambios
globales son el resultado de la suma de los deterioros locales. De donde se deriva, que la
prevención y la mejora medioambiental tiene dos ámbitos de actuación: el estatal y el
internacional, que debían estar perfectamente acoplados de tal manera que los acuerdos
internacionales se conviertan en marcos reguladores en todos y cada uno de los estados.
Es evidente, que los gobiernos que no controlan sus emisiones contaminantes,
están perjudicando al resto de los estados, y al conjunto del planeta. En éste sentido, la
ceguera, la falta de responsabilidad y el egoísmo, respecto a los efectos perjudiciales
sobre su propia economía y sobre la del resto de los estados, no debería quedar impune
como desgraciadamente, está ocurriendo en las Cumbres Internacionales. En Copenague
2009, los países más contaminantes: EEUU y China (que tienen derecho a veto en el
Consejo de Seguridad de la O.N.U.), se enfrentaron a 111 países, además de la U.E. que
suscribieron el acuerdo.
Al margen de debates políticos, hay un factor determinante: el tiempo que es
inexorable y cuanto más demoremos la adopción de medidas, -por pequeñas que sean-,
la situación se irá agravando. Por lo tanto, no es una cuestión a tratar a largo plazo,
vamos con retraso y ya es el momento de actuar.
El principio general en el que enmarcar medidas e intervenciones para mejorar el
medio ambiente es el “desarrollo sostenible” porque se sustenta en dos ejes de equidad:
uno horizontal, en la medida que la degradación medioambiental es global. El otro eje
es vertical, pone en relación nuestras actuaciones con las generaciones venideras, de las
que ineludiblemente somos responsables.
Pero “desarrollo sostenible” no implica de ningún modo paralización de las
actividades; por el contrario, alude a crecimiento y aumento económico, sin
interacción negativa con el medio ambiente. ¿Es posible conjugar ambos términos?
Efectuando un simple cambio en los términos: “sostenibilidad del desarrollo” se
aprecia más nítidamente las posibilidades y la facilidad de la relación, porque
implica la sustitución y/o reconversión de unos sectores económicos obsoletos, a
otros más productivos, como ya se hizo en la década de 1980-1990, en paralelo con
col avances tecnológicos.
Actualmente, las aplicaciones tecnológicas a los procesos de producción para
hacerlos más eficaces y rentables, también pueden evitar la contaminación (gaseosa,
líquida y sólida), y fomentar el ahorro de energía, agua y materiales. Estos
procedimientos productivos, llamados “producción limpia” bajo el lema: “Desde la
cuna, hasta la cuna”, que ya están implantados, demuestran que es factible
relacionar estrechamente: productividad, preservación y rentabilidad.
Si a esto añadimos el amplío conjunto de sectores económicos implicados
directamente en la preservación y mejora del medioambiente, (energías alternativas,
recuperación de suelos, reforestación, reciclaje en general, renovación de
materiales por otros biodegradables, etc.), podemos asegurar que lejos de reducir las
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actividades económicas y el empleo, las multiplican ampliando extraordinariamente
el número y la diversidad de sectores empresariales.
Ahora bien, si los avances tecnológicos continuos (I+D+I) posibilitan: la
reconversión industrial, la apertura de nuevos sectores económicos y por lo tanto,
una ampliación del mercado de productos, el mayor escollo para avanzar hacía una
economía de la preservación y mejora medioambiental, es de naturaleza social,
ideológica y política: fundamentalmente necesitamos un cambio radical de
mentalidad que se puede resumir en lo siguiente:
1.
La defensa de la protección y mejora medioambiental no es “patrimonio”
de grupos o formaciones de izquierdas, como puso de manifiesto A.
Giddens (1994), nos compete a todos los ciudadanos porque nos va en
ello nuestro bienestar y el de las futuras generaciones.
2.
El objetivo de las empresas privadas no es la degradación ambiental,
sino obtener –mediante una inversión- beneficios económicos,
desarrollando una actividad concreta que está regulada por un amplío
marco legislativo.
3.
La eficiencia en todo tipo de servicios y consumos es más beneficiosa
económicamente para el consumidor, que el despilfarro de agua, energía
y materiales. Aún en el caso de un consumidor sin problemas
económicos para pagar una factura abultada, la fuente de producción
energética, por ejemplo, la pagamos el conjunto de los ciudadanos.
4.
“Lo ecológico” como “marca de excelencia y calidad”, por la que
pagamos un sobre precio, debe convertirse en algo “normal” y usual en
todo tipo de productos de consumo.
5.
Los gobiernos deben fomentar las energías alternativas a través de
marcos legislativos y facilitar (Por ejemplo, mediante reducciones
fiscales, suelo público, líneas de crédito blandas, etc.) la entrada en el
sector a empresas privadas. Cuando subvencionan y/o crean empresas
públicas, los costes derivados incrementan el precio de la facturación de
electricidad a cada consumidor y, además también pagamos por vía
impositiva. La factura eléctrica incluye la “moratoria nuclear” y las
subvenciones al carbón.
6.
La instauración de medidas de prevención y mejora medioambientales,
no tienen que conllevar un gravamen económico, porque pueden ser
sectores económicamente rentables y por otra parte, conduce a una
fuerte reacción social negativa que llevará, como poco a retrasar la
reconversión.
7.
Las medidas y actuaciones en materia de prevención y mejora
medioambientales, es necesario explicarlas claramente como una
reconversión hacía sectores más productivos y eficaces, desde el punto
de vista medioambiental y económico. Nunca imponerlas por decreto, e
incrementando el coste de los servicios básicos, con un “impuesto verde”
5
3. La Persistencia en la Utilización del Petróleo.
La dependencia del petróleo, por parte de los países no productores, representa
un alto coste económico y el mantenimiento de tecnologías obsoletas muy
contaminantes. Por otra parte, desde la perspectiva geopolítica, la dependencia de
este sector estratégico, se convierte en un grave problema en situaciones políticas
inestables.
En consecuencia, los gobiernos de los países no productores están tratando de
reducir las importaciones de petróleo, y sustituir esta fuente energética por otras
alternativas, sobre las cuales puedan ejercer un control efectivo.
Según se informa en la publicación World Energy Otlook 2009 (AIE) las
proyecciones hasta el 2030 no son muy optimistas. Estas proyecciones re refieren al
llamado “escenario de referencia” de la AIE, que ha sido diseñado para mostrar el
resultado previsto, partiendo de determinados supuestos sobre crecimiento
económico, población, los precios de la energía y la tecnología, si los gobiernos no
hacen más para cambiar las tendencias subyacentes en el sector de la energía el
consumo de energía aumentará, pasando del 46% al 58%. Este incremento se deberá
–sin dudas- al crecimiento industrial, expansión de los mercados y sobre todo al
transporte (3,7% anual) en las “Economías Emergentes” (China, India, Brasil,
Sudáfrica y Rusia) que superarán en esa fecha, al consumo actual de los países más
desarrollados. En los países de la OCDE se mantendrá el consumo por debajo de la
demanda actual.
A nivel mundial y siguiendo la misma fuente de información, la mayor parte de
la demanda se cubrirá con fuentes energéticas no renovables: El petróleo alcanzará
los 4.000 emtp lo que representa el 35 % de la demanda; el carbón vegetal 2.700
emtp , el 25%; Gas 2.300 emtp que representa el 21%; La energía nuclear 550 etp se
estanca en un 6%. Al contrario, el incremento de las energías renovales (Biomasa,
hidroeléctrica, eólica y fotovoltaica) será próximo al 2% llegando a un 13% de
cobertura de la demanda a nivel mundial. Las mayores subidas de las energías
renovables se esperan en America del Norte, China, México y Brasil.
A éste respecto hay que señalar que en el mes de Marzo de éste año (2010) China
se ha convertdo en el primer inversor mundial en energías renovables destinando
34.600 millones de dólares al sector, frente a los 18.600 millones de dólares de
EEUU. Además, China cuenta desde Febrero del 2005 con una Ley de Promoción
de Renovables que establece una tarifa de alimentación energética para
determinadas tecnologías y un reparto del incremento de costes entre los
consumidores. Así mismo crea nuevos mecanismos de financiación y de apoyo al
uso, en el medio rural, de energías limpias. Prevé también, un plan de desarrollo a
largo plazo de las instalaciones necesarias para seguir incrementando el uso de las
renovables y códigos de implantación de placas para agua caliente en los edificios
en construcción.
En 2009, la energía eólica fue el sector de mayor inversión en todos los países
del G-20, excepto España, Alemania e Italia, donde la tecnología solar domina el campo
6
de las renovables. En la UE el consumo total de energías renovables para el 2020 será
del 20%; la proporción de biocombustibles utilizados en el transporte aumentará un
10%, de donde las emisiones de gases de efecto invernadero se estima que se reduzcan
un 20 %, respecto a los niveles de 1.990.
En España, las cifras no son tan halagüeñas. De 2008 a 2009, la inversión en
fotovoltaicas cayó nada menos que un 50 % debido principalmente, a que el grado
de subvención que recibió (2.594 millones de euros casi la mitad del reparto en
primas a energías limpias) hace a este subsector especialmente vulnerable a la hora
de un recorte presupuestario para reducir el gasto público.
Por otra parte, sus rendimientos son muy bajos: en el último año se han
importado paneles por valor de 2.500 millones de euros para producir un 7,6%
(5.908 GWh) del total de la energía eléctrica producida en Régimen Especial
durante 2009 (78.070 GWh). La remuneración media de la fotovoltaica se situó en
467 euros por MWh frente a los 80 euros de la energía eólica y 85 de la hidráulica,
lo que supone casi 11 veces mas que el precio medio del mercado (42,03 euros por
MGh según el Operador del Mercado Eléctrico de Energía).
En consecuencia la subvención a la energía solar elevó el coste de la
producción eléctrica en España y encareció la factura eléctrica un 23 % en 2.009.
“El objetivo futuro –palabras del Ministro de Industria- es la implantación de un
“mix” energético de origen: nuclear, carbónico y renovables (especialmente eólica)
para el 2.020”
Para éste periodo de transición, hasta completar la
reconversión energética
total, el Consejo de la Unión Europea, está esforzándose por relacionar
estrechamente la economía con la mejora medioambiental, dotándose de
instrumentos útiles que demuestren y evalúen, de forma sistemática, los sectores y
las empresas más contaminantes, el tipo de contaminación que emiten y sus efectos,
así como la respuesta de gobiernos y ciudadanos.
4. ¿Es Posible una Producción Limpia en las Industrias Químicas Inorgánicas
Básicas?
Las perspectivas de reducir la demanda de petróleo para la generación de
electricidad son optimistas. También en el transporte terrestre se están realizando
avances considerables: Uso del Hidrógeno; motores combinados, eléctricos….Sin
embargo la utilización del petróleo como materia prima de la que extraer cientos de
sustancias tóxicas y peligrosas, no parece que –por el momento-, pueda minimizarse
y reemplazarse las cantidades ingentes de productos que las llevan incorporadas.
A) El Negocio de las Industrias Químicas.
En versión de la Federación Empresarial de la Industria Química Española,
la producción mundial (2.002) aportó unos beneficios de 1.921 millardos de
euros; En Europa donde se genera el 33% de la producción, la nada despreciable
7
cifra de 636 millardos de euros. En España, la Industria Química genera el 10%
del Producto Industrial Bruto de la economía Española, 34. 303 millones de
euros y el segundo mayor exportador de la economía española que destina a
mercados exteriores el 44% de la producción ( 2004). De Europa, España es el
quinto productor (7%); Alemania, el primero con un 26 %.
El destino de los productos químicos en Europa: Otras Industrias 41%;
Consumo final, 30%; Agricultura 6,4%; Construcción 5,4 %; Servicios y
Administración 16,14 %. En España existen tres sectores principales: A) Química
Básica: Orgánica e Inorgánica, Gases industriales, Materias plásticas, caucho sintético,
Fibras Químicas, Fertilizantes, Colorantes y Pigmentos, que comprenden el 41% de la
producción. B)Química de la Salud Animal y Vegetal: Materias primas farmacéuticas,
zoosanitarias y fitosanitarios, congregan el 26% de la producción. C) Química para la
industria y el consumo final: Pinturas, tintas, esmaltes, adhesivos, explosivos,
detergentes, jabones, perfumería, y cosmética, que engloban el 33% de la producción.
Las principales áreas de implantación en España: Cataluña (Barcelona y
Tarragona) 47% de la producción; Madrid, 16%; Andalucía Cádiz y sobre todo Huelva
con un 6,8 % de la producción. Basten estas cifras para comprender la imbricación
(peligrosa y tóxica) de éstas Industrias en el resto de sectores económico y en el uso de
productos cotidianos.
B). Entre los instrumentos desarrollados por AEMA para obtener información y
distribuirla a los ciudadanos, es de vital importancia en la investigación sociológica, el
Sistema de Indicadores Ambientales. El modelo FPEIR: Fuerzas Motrices-PresiónEstado-Impacto-Respuesta, se fundamenta en una evolución secuencial en la que el
desarrollo social y económico origina Presiones en el medio, que dan lugar a una serie
de cambios en el Estado del medio ambiente. Consecuencia de estos cambios es la
aparición de impactos sobre la salud, disponibilidad de recursos, etc. Motivado por esto,
se producen una serie de Respuestas por parte de los agentes sociales y los poderes
públicos destinados a mejorar la gestión económica y social, e eliminar o reducir las
presiones, a restaurar y recuperar el estado del medio y las alteraciones de los impactos.
Cuanto mayor sea el área de estudio o geográfica, menor es el nivel de concreción y
cuantitativa y cualitativamente, los datos tienen menor valor. Al contrario, el ámbito de
investigación es pequeño (Ejemplo: Un Complejo Industrial) obtendremos una
información mas contundente y veraz, contrastable con métodos cualitativos, tales como
entrevistas en profundidad con actores (víctimas o agentes) directamente implicados en
el proceso de degradación.
En el marco de la Convención Arhus de 1998, sobre el derecho del público al
acceso de la información ambiental y la participación del mismo en los procesos de
toma de decisiones, a nivel europeo, se aprobó el Reglamento (CE) 166/ 2.006, el PRTR
(Pollutant Relaase and Transfer Registers) que sustituye al inventario EPER. El nuevo
reglamento obliga a los Estados Miembros a informar a la Comisión de los datos de
emisiones y transferencias notificadas por los complejos industriales. El Registro
contempla un espectro mayor de complejos industriales potencialmente contaminantes e
incluye un número mayor de sustancias contaminantes y de emisiones a más medios.
(Suelos, atmósfera, y aguas. También recabará información sobre emisiones de fuentes
difusas y aquellas de carácter accidental.
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Uno de los problemas de éste registro es el tiempo que transcurre desde que se
hace la notificación hasta que están disponibles los datos en Internet: los datos del 2008
no estarán disponibles hasta Junio del 2010.
Otro instrumento que entró en vigor el 1 de Junio del 2007 es el REACH
(Registro, Evaluación, Autorización y Restricción de sustancias Químicas), tiene una
importancia extraordinaria en vías de conseguir una producción limpia en el sector
Químico.
Los objetivos son los siguientes:
• Acabar con la falta de conocimiento sobre la peligrosidad de las
sustancias químicas.
• Proteger a las personas y al medio ambiente de los compuestos
peligrosos
• Detectar, limitar y, si fuera necesario, hacer desaparecer de la circulación
a las sustancias de riesgo. La sustitución será obligatoria para las
sustancias químicas persistentes o bioacumulativas si no existen
alternativas más seguras
• Transferir la responsabilidad sobre las sustancias de las autoridades a los
productores químicos (“reversión de la carga de prueba”, de forma que
nunca más las autoridades tuvieran que demostrar que un químico es
peligroso el peso de demostrar que no lo es debe estar en los fabricantes)
• Permitir la entrada de sustancias en el mercado sólo si existe información
específica disponible (según el principio “no hay datos, no hay
mercado”)
• Asegurar que existe información adecuada sobre todas las sustancias
químicas y que esa información es transferida a todos aquellos que van a
estar en contacto con ella, desde usuarios industriales a consumidores
últimos.
• Fomentar la innovación para conseguir nuevas sustancias más seguras.
• Simplificar la reglamentación sobre químicos, en 140 artículos y 213
páginas REACH reemplaza más de 40 textos sobre sustancias químicas.
Las presiones de la Federación Empresarial de la Industria Química ha sido de lo
más agresiva y amenazante contra el REACH:
“El Tejido Industrial en jaque: En España, donde el 90% de las 3.500 empresas
químicas (plantas industriales) existentes tienen menos de 50 trabajadores se causaría
una pérdida irreparable para el tejido industrial”
“Deslocalización Industrial: Además de provocarse una pérdida de inversiones, el
sistema podría desembocar en un proceso de deslocalización industrial hacia otras áreas
del mundo, con las consiguientes consecuencias sobre la economía y el empleo”
“Freno a la Innovación: Además de afectar seriamente a la competitividad, la nueva
política frenará el desarrollo de la innovación en Europa, ya que los costes, procesos y
plazos burocráticos para la aprobación de cualquier nuevo producto serán imposibles de
acometer”.
La comisión Europea Estima que si las enfermedades relacionadas con los
químicos se redujeran en un 10% los beneficios acumulados para la sociedad serían de
50.000 millones de euros en diez años. Otro estudio de la Comisión indica que REACH
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alcanzará beneficios extraordinarios que llegarán a los 95.000 millones de euros en 25
años. Esta cifra incluye la mejora en el uso de lodos de depuradoras, ahorros en la
potabilización del agua, y en la limpieza de las aguas superficiales. Varias asociaciones
médicas, grupos de consumidores y empresas innovadoras de toda Europa, han
demandado la obligación a las compañías de sustituir los químicos más peligrosos por
alternativas más seguras.
Direcciones:
www.substitutionworks.com
www.aema.com
www.bipro.de/-prtr
Asociación de Industrias Químicas y Básicas de Huelva (AIQB)
www.prtr-es
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