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TEMA 2: LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA Y LOS COMIENZOS DE LA
REVOLUCIÓN LIBERAL. LA CONSTITUCIÓN DE 1812.
-INTRODUCCIÓN
1.LA DECADENCIA DEL DESPOTISMO ILUSTRADO: CARLOS IV
1.1.Características del reinado.
1.2.El motín de Aranjuez.
2.LA CRISIS DE 1808: LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA
2.1.El carácter de la guerra.
2.2.Las etapas de la guerra.
3.LA REVOLUCIÓN POLÍTICA: LAS CORTES DE
CONSTITUCIÓN DE 1812
3.1.El modelo político de José Bonaparte.
3.2.El modelo político nacional: de las juntas a las Cortes.
CÁDIZ
4.FERNANDO VII: ENTRE EL ABSOLUTISMO Y EL LIBERALISMO.
4.1.La primera Restauración (1814-1820).
4.2.El Trienio Liberal (1820-1823).
4.3.La Década Ominosa (1823-1833).
1
Y
LA
INTRODUCCIÓN.
El período que transcurre entre 1808 y 1833 se caracterizó en España por una profunda
crisis del Antiguo Régimen. El reinado de Carlos IV marcó el fin del despotismo ilustrado y
condujo a la Guerra de la Independencia, en la que los españoles lucharon contra la invasión
francesa, se organizaron políticamente y se enfrentaron a causa de sus ideas. En este proceso
descubrieron, además los conceptos de nación, ideología política, representación, libertad e
igualdad, encarnados en las Cortes de Cádiz, donde se diseñó la Constitución de 1812. Esta
constituyó, durante décadas, el programa esencial del liberalismo español, que sufrió avances y
retrocesos durante el reinado de Fernando VII a raíz de los enfrentamientos entre los partidarios de
la monarquía tradicional y los de una revolución más democrática. Durante este período de
transformación, España perdió la mayor parte de sus dominios en América.
1.LA DECADENCIA DEL DESPOTISMO ILUSTRADO: CARLOS IV.
Carlos IV (1788-1808), hijo y sucesor de Carlos III, intentó continuar su política reformista
moderada y autoritaria. No obstante, este monarca carecía de la personalidad de su antecesor y era
menos activo. Su reinado marcó el inicio de la crisis del Antiguo Régimen y, por tanto, el fin de la
sociedad estamental y de la monarquía absoluta.
1.1.Características del reinado.
Carlos IV se decantó por la figura de un valido, Manuel Godoy, que entre 1792 y 1808 fue
el principal ejecutor de la política de la monarquía. Sin embargo, a finales del siglo XVIII, el
sistema de los validos se había debilitado e incluso estaba mal visto a nivel nacional e internacional.
Por otro lado, el proceso revolucionario francés, iniciado en 1789, influyó en los ilustrados
y, por tanto, en la política española. La Revolución dividió a los partidarios de la Ilustración:
algunos moderaron sus ideas, aterrados por las noticias provenientes de Francia; otros intelectuales,
por el contrario, cansados de la lentitud de las reformas, se radicalizaron y vieron en Francia un
ejemplo a seguir.
Tras la guerra contra la Francia revolucionaria (1793-1795), y coincidiendo con la
moderación del régimen republicano francés, la monarquía española retornó a la alianza con Francia
frente al Reino Unido. Este acercamiento fue promovido por Godoy y se tradujo en una serie de
tratados(los de San Ildefonso y el de Fontainebleau) que aislaban a España del resto de Europa.
Además, la convertían en satélite del Estado francés ya que el gobierno español ponía a disposición
del país vecino sus recursos económicos y su flota naval. Los resultados fueron negativos para
España ya que los británicos la sometieron a un bloqueo marítimo(1796) que perjudicó el comercio
y las comunicaciones con América. Además, el Reino Unido aniquiló la Armada hispanofrancesa en
Trafalgar (1805), frente a las costas de Cádiz.
Estos fracasos aumentaron la impopularidad de Godoy, cada vez más dependiente del
gobierno francés, ahora en manos de Napoleón Bonaparte, que en 1807 decidió emplear a España
como puente para someter Portugal (aliado del Reino Unido). Para ello introdujo tropas en lugares
estratégicos de la Península.
En cuanto a la Hacienda estatal, las deudas heredadas del reinado de Carlos III y las guerras
contra los británicos pusieron a la Corona al borde la bancarrota. Los recursos procedentes de
América no llegaban con regularidad a causa del bloqueo naval impuesto por el Reino Unido.
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Godoy se vio obligado a buscar financiación, y para ello a partir de 1798 el Estado se apropió de
bienes de la Iglesia y los vendió. Esta medida dio origen a la desamortización. Pese a todo, la
situación de la Hacienda estatal siguió siendo crítica.
La política de Godoy suscitó una oposición cada vez más organizada. A la izquierda(1) se
encontraban los enemigos del absolutismo, partidarios de una constitución o ley fundamental que
limitara el poder del rey o, incluso, favorables a la república. A la derecha se hallaban los defensores
de una mayor participación de la aristocracia en el poder, de la moderación de los ataques contra el
clero y de la salida de Godoy del Gobierno. Este grupo era más numeroso, ya que reunía a
aristócratas, clero e ilustrados marginados por el monarca; además, fue liderado por el heredero y
príncipe de Asturias, Fernando, quien urdió varias conspiraciones contra el rey.
1.2.El motín de Aranjuez.
La conspiración de marzo de 1808 marcó el fin del reinado de Carlos IV. Godoy, receloso de
las intenciones de Napoleón, planeó trasladar a los reyes a Andalucía. Cuando esta noticia se
difundió estalló un motín en Aranjuez, localidad en la que residían el monarca y el valido.
Godoy fue encarcelado y a Carlos IV se le obligó a abdicar en su hijo Fernando, cuyos
partidarios habían financiado y organizado la revuelta. El motín se reprodujo en Madrid y en otros
puntos de España. El nuevo rey, Fernando VII, confirmó su alianza a las tropas napoleónicas que
entraban en Madrid.
Ante el grado de descomposición política al que había llegado la corona española, Napoleón
decidió instaurar una monarquía satélite de Francia, poniendo al frente de ella a algún miembro de
su propia familia. Este plan se encontró con una inesperada oposición armada y dio lugar a la
Guerra de la Independencia (1808-1814).
2.LA CRISIS DE 1808: LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA
El estallido de la guerra fue provocado por las maniobras de Napoleón, quien atrajo a Carlos
IV y a Fernando VII a Bayona. Una vez allí, Napoleón logró que ambos monarcas renunciaran a la
Corona española y se la ofreció a su hermano José Bonaparte (José I) para que implantara en el país
las necesarias reformas y reforzara la alianza con Francia.
Mientras, en Madrid se registraban constantes incidentes entre la población y las tropas
francesas, que desde marzo habían ocupado la ciudad y se habían convertido en el auténtico poder
político. Esta situación desembocó en un motín popular el 2 de mayo de 1808: a la salida de la
familia real siguió el rumor de una posible traición francesa, es decir, que los soldados de Napoleón
no venían a apoyar a Fernando VII, sino a deponerlo.
En esta sublevación, las clases populares madrileñas, junto con soldados españoles,
combatieron espontáneamente a los franceses en la Puerta del Sol. Los soldados de Napoleón
llevaron a cabo una represión muy dura y fusilaron a un elevado número de madrileños en las
afueras de la ciudad. El eco de la revuelta y la noticia de las abdicaciones (5 y 6 de mayo) llegaron a
todos los rincones de la Península y facilitaron el inicio de la guerra.
2.1.El carácter de la guerra.
La Guerra de la Independencia comprendió en sí misma tres procesos:
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-Un conflicto internacional más amplio iniciado desde la Francia revolucionaria en 1792,
continuado por Napoleón y finalizado en 1815. Por tanto, la guerra no afectó únicamente a España y
a Francia, sino también a Portugal, que fue invadido por tropas francesas. También intervino el
Reino Unido, el gran enemigo de España y Francia. Las tropas británicas utilizaron Portugal como
base de operaciones para combatir a los franceses. Su intervención fue decisiva para apoyar a los
españoles sublevados y, especialmente, para abastecer Cádiz, uno de los centros de la resistencia
antinapoleónica.
-Una guerra civil ya que las tropas de Napoleón no entraron en la Península como invasores, sino
como colaboradores. Traían consigo las ideas surgidas de la Revolución francesa: los conceptos de
nación, libertad, igualdad ante la ley, reformismo, modernización... Estas ideas fueron bien acogidas
en España por las élites intelectuales, políticas y sociales que colaboraron con los franceses. A estos
colaboracionistas más activos se les llamó afrancesados (Goya, Fernández de Moratín). Sin
embargo, muchos españoles se opusieron a la ocupación francesa: tanto políticos ilustrados
(Jovellanos) como miembros de las clases populares. Estas últimas organizaron tropas y cuadrillas
armadas que encontraron el apoyo de numerosos nobles y eclesiásticos que se sentían amenazados
por las intenciones reformistas de los franceses.
-Una crisis política. La ausencia del monarca legítimo provocó un vacío de poder y, por tanto, una
grave crisis política. Como buena parte de la Administración española colaboraba con el Ejército
francés, se improvisó un poder alternativo que actuaba en nombre del rey, aunque en realidad, lo
ejercían sus súbditos. Este era un hecho revolucionario y dio lugar a un proceso del que surgieron
las Cortes de Cádiz, que elaboraron y aprobaron la Constitución de 1812.
2.2.Las etapas de la guerra.
1)Mayo-octubre de 1808. El ejército francés fue incapaz de dominar la Península Ibérica.
Numerosas ciudades (Zaragoza y Gerona) se rebelaron y fueron sitiadas. Las tropas francesas que
invadían Andalucía fueron derrotadas en Bailén (julio de 1808) por un improvisado ejército
español; los soldados de Napoleón que ocupaban Portugal se rindieron frente a los británicos en
Sintra. Estas derrotas obligaron a los franceses a replegarse hacia el País Vasco.
2)Octubre de 1808-julio de 1812. A pesar de la hegemonía militar francesa, existieron importantes
focos de insurrección que las tropas de Napoleón no pudieron controlar. El relieve de la península y
la resistencia local dificultaron el avance del ejército francés. Este no pudo tomar Lisboa y Cádiz,
que se convirtieron en los dos focos de resistencia. Durante esta etapa se incrementaron las
guerrillas.
3)Julio de 1812-1814. En esta fase tuvo lugar una gran ofensiva de los aliados que culminó con la
expulsión y derrota de las tropas francesas, que habían disminuido al ser muchos destinados a la
campaña de Napoleón en Rusia. Al mando de Wellington, británicos, portugueses y españoles
vencieron en la batalla de Arapiles (julio de 1812) y en Vitoria y San Marcial en 1813. Tras la firma
del Tratado de Valençay (diciembre de 1813), Napoleón reconoció a Fernando VII como rey de
España.
3.LA REVOLUCIÓN POLÍTICA: LAS CORTES DE CÁDIZ Y LA
CONSTITUCIÓN DE 1812.
Durante la guerra se enfrentaron también dos modelos políticos: el reformista francés,
encarnado por José Bonaparte, y el liberal español; que se fue gestando a lo largo de la guerra y
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culminó en las Cortes de Cádiz.
3.1.El modelo político de José Bonaparte.
José Bonaparte se rodeó de ilustrados y afrancesados españoles para dar a su reinado una
legitimidad de la que carecía. Para ello convocó en Bayona a las Cortes españolas con el fin de
aprobar una ley fundamental para el reino, conocida como el Estatuto de Bayona (julio de 1808).
Con esta carta otorgada(3) se creaba un régimen autoritario basado en un poder casi absoluto del
rey, aunque se reconocían algunos derechos individuales y libertades; también proclamaba el
catolicismo como la religión única y oficial del reino. Además, establecía unas Cortes en las que
estaban representados los tres estamentos.
José I intentó desligarse en cierto modo de Napoleón, creando un régimen autónomo, pero
no logró debido a la dependencia militar y económica con respecto a Francia. Sin embargo,
emprendió una serie de reformas que perpetuaban en parte el espíritu del despotismo ilustrado
borbónico, que resultaron inaplicables en una España en guerra.
3.2.El modelo político nacional: de las juntas a las Cortes.
Durante la guerra se fue gestando un nuevo régimen político promovido por los españoles
que no acataban ni apoyaban a José Bonaparte ni a las instituciones del Antiguo Régimen que
colaboraban con él. Se produjo, por tanto, una auténtica revolución política, pues surgieron una
serie de instituciones nuevas que decían actuar en nombre del rey, pero cuya única legitimidad
procedía del pueblo español, que las creó y las apoyó.
Entre estas instituciones las más importantes fueron las juntas, organismos de ámbito local
y provincial compuestos por ilustrados, militares, clérigos y otras personalidades elegidas por los
ciudadanos. La necesidad de coordinarse política y militarmente obligó a formar juntas supremas
provinciales y, más tarde, una Junta Suprema Central en Aranjuez (septiembre de 1808).
La Junta Suprema Central tuvo que establecerse en Cádiz, huyendo del ejército francés. La
invasión francesa de Andalucía es aprovechada para presionar y conseguir la disolución de la Junta
Central y el nombramiento de un Consejo de Regencia. A pesar de las discrepancias, finalmente se
adoptó la decisión de convocar unas Cortes para contrarrestar la asamblea convocada por José
Bonaparte y el Estatuto de Bayona, cuya primera sesión se celebró en Cádiz en septiembre de 1810.
Los diputados reunidos en las Cortes de Cádiz pertenecían a tres grupos ideológicos:
-Izquierda. En el ala izquierda, los liberales, partidarios de emprender cambios radicales y de dotar
a las Cortes, como Asamblea Nacional, de toda la soberanía. Destacó Agustín de Argüelles.
-Centro. En el centro, los jovellanistas, seguidores de Jovellanos, que abogaban por establecer un
compromiso entre la nación y el rey a través de unas Cortes estamentales.
-Derecha. En el ala derecha, los absolutistas, enemigos de las reformas y partidarios del sistema
tradicional, en el que la soberanía del rey emanaba de Dios.
En Cádiz se impone la ideología liberal y su concepción del Estado moderno, frente al del
Antiguo Régimen y sus partidarios, los diputados absolutistas. Así, las Cortes de Cádiz aprobaron
una serie de medidas que desmantelaban gran parte de los fundamentos políticos, sociales y
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económicos del Antiguo régimen.
Entre las reformas políticas, la más importantes fue la aprobación de la Constitución (marzo
de 1812), una extensa norma que reflejaba el programa de los liberales de la época (los doceañistas)
Constituyó la primera ley fundamental aprobada por un Parlamento nacional en la Historia
de España; sus principios básicos se inspiraban en la Constitución de la Revolución francesa de
1789.
Los principios de la Constitución de 1812:
-Soberanía Nacional (4). La soberanía residía en la nación, la “reunión de todos los españoles”,
incluidos los habitantes de las colonias.
-División de poderes. El poder legislativo residía en las Cortes unicamerales, el poder ejecutivo lo
ostentaba el rey, y el poder judicial, los tribunales. El régimen político era una monarquía
parlamentaria, es decir, el Gobierno en torno al rey era responsable ante la ley y ante las Cortes. El
poder del monarca estaba estaba muy limitado.
-Reconocimiento de los derechos individuales. Se incluían derechos como la libertad, la
propiedad, la igualdad jurídica y fiscal, la libertad de imprenta... Sin embargo, no existía una
declaración explícita de derechos individuales, como sucedió en la Revolución francesa.
-Proclamación del catolicismo como religión oficial del Estado. Se prohibía el ejercicio de
cualquier otra.
-Adopción de un nuevo sistema electoral. Incluía un sufragio general masculino muy
amplio(solo se excluía a los sirvientes domésticos y a los vagabundos) e indirecto (los electores no
elegían directamente a los diputados a Cortes sino a unos representantes que se encargaban, a su
vez, de designarlos). Las mujeres tampoco podían votar.
-Administración local y provincial. La Administración local corresponde a los Ayuntamientos,
cuyos alcaldes y regidores son elegidos por sufragio general masculino e indirecto. Se reconoce la
provincia como ámbito administrativo y electoral.
-Creación de la Milicia Nacional como un cuerpo armado civil, independiente del Ejército,
encargado de defender la nación y, por extensión, la Constitución.
Otras medidas adoptadas por las Cortes de Cádiz fueron:
-La supresión del régimen señorial. Se abolieron los derechos feudales, es decir, la dependencia
personal que los campesinos tenían respecto de sus señores y, por tanto, los señoríos jurisdicionales
y su capacidad de administrar justicia. Ahora bien, se mantuvieron los señoríos territoriales y los
antiguos señores feudales se convirtieron en propietarios. La propiedad siguió en las mismas manos.
-Supresión de la Inquisición, de las aduanas internas y de los gremios.
-La nueva desamortización. Se aplicó a las propiedades de los afrancesados, a las de las órdenes
militares disueltas, a las de los monasterios destruidos por la guerra y a la mitad de las tierras
municipales. Estos bienes se venderían en pública subasta.
Las reformas adoptadas por las Cortes apenas llegaron a aplicarse. Sin embargo, durante
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décadas, constituyeron el programa de los liberales españoles.
4.FERNANDO VII: ENTRE EL ABSOLUTISMO Y EL LIBERALISMO.
España tuvo su propia Restauración: el retorno de Fernando VII supuso la anulación de las
reformas liberales y de los principios revolucionarios emanados de las Cortes de Cádiz y el
restablecimientode la monarquía absoluta (1814-1820).
4.1.La primera Restauración (1814-1820).
Fernando VII llegó en 1814 procedente de Francia y fue aclamado por el pueblo como
símbolo de la normalidad y la legitimidad restablecidas tras la guerra. Las Cortes de Cádiz envían a
un representante para que presente al rey el texto constitucional, que él debía jurar para que la
nación, representada en las Cortes otorgase la legitimidad al monarca. Un numeroso grupo de
diputados absolutistas le presentan el Manifiesto de los Persas, nombre con el que es conocido el
documento de carácter absolutista que justifica la anulación de la obra legislativa de las Cortes de
Cádiz.
En esta línea, el propio rey dio un golpe de Estado el 4 de mayo de 1814 al promulgar en
Valencia un decreto que anulaba todas las reformas aprobadas en las Cortes, incluida la
Constitución. Al decreto le siguió una honda represión contra los liberales. Finalmente, Fernando
VII entró en Madrid aclamado por sus súbditos y procedió a restablecer las instituciones de 1808.
Sin embargo, el restablecimiento de la monarquía absoluta pronto se enfrentó a una serie de
problemas insalvables:
-Una gran inestabilidad en el Gobierno. Los ministros eran relevados continuamente debido a la
influencia de la camarilla(5) y a la incapacidad de gobernar con un sistema político obsoleto.
-Una crisis en la Hacienda estatal. La deuda del Estado español se agravó con la Guerra de la
Independencia. A esto se unió el proceso de emancipación de los territorios americanos, que privaba
a la Corona de unos ingresos fundamentales, dificultaba las relaciones comerciales y el desarrollo
de la industria y obligaba al Estado a efectuar un gasto extraordinario al enviar tropas a las colonias
para sofocar las rebeliones. Además, resultaba imposible imponer un sistema tributario
imprescindible y eficaz sin alterar los privilegios económicos y sociales de los diferentes grupos.
-La acción de la oposición liberal. Al no poder expresarse públicamente, los liberales recurrieron a
la conspiración y a la rebelión militar. La conspiración se canalizó a través de sociedades secretas
como la masonería(6), mientras que la rebelión militar se expresó en los pronunciamientos. Tras
varias sublevaciones fracasadas, el pronunciamiento del oficial Rafael del Riego en enero de 1820
desencadenó un cambio político que inició una nueva etapa en España.
4.2.El Trienio Liberal (1820-1823).
Tras el pronunciamiento de Riego, Fernando VII firmó un decreto en el que prometía jurar la
Constitución de 1812 (marzo de 1820). Se inició así el Trienio Liberal (1820-1823), una etapa de
Gobierno en la que se intentaron aplicar las reformas aprobadas por las Cortes de Cádiz, pero con
algunos cambios que ofrecieran seguridad a los sectores conservadores . No se trató simplemente de
una restauración liberal, pues tuvo algunas peculiaridades: los liberales gobernaban y disponían de
una milicia armada, pero también empezaron a escindirse en una corriente moderada y otra
exaltada. Al mismo tiempo nacía la opinión pública y se gestaba una oposición al nuevo régimen
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que desencadenaría rebeliones militares de carácter absolutista.
El liberalismo debía enfrentarse ahora a la realidad social y económica de España. Era
preciso poner en práctica las reformas e implicar en ellas a los poderes del Estado, incluido el
monarca, que se mostraba reticente a aceptar la Constitución.
Se restablecieron leyes aprobadas en Cádiz, como la supresión definitiva del Tribunal de la
Inquisición (1820) y la abolición del régimen señorial; los mayorazgos que fueron suprimidos; se
reemprendió la desamortización. También se abordó una reforma eclesiástica para reducir el número
de monasterios y órdenes religiosas; los bienes de las órdenes se nacionalizaron y se vendieron.
También se redujo a la mitad el diezmo cobrado por la Iglesia. Se aprobó el reglamento General de
Instrucción Pública (la 1ª legislación española sobre enseñanza), el primer Código Penal y una
nueva división del territorio español en 52 provincias.
Los liberales se div idieron en dos facciones cada vez más definidas:
A)Moderados. También llamados doceañistas, creían que bastaba con aplicar las medidas
aprobadas entre 1810 y 1813.
B)Exaltados. Eran los organizadores de la Revolución de 1820 y reivindicaban reformas más
radicales.
Los primeros gobiernos del Trienio Liberal, hasta agosto de 1822, estuvieron en manos de
moderados (Agustín de Argüelles, Francisco Martínez de la Rosa). Por su parte, los exaltados, entre
los que figuraban Riego, Álvarez Mendizábal y Antonio Alcalá Galiano, lideraron diversas protestas
urbanas (como la batalla de las Platerías en Madrid), que inauguraron los movimientos populares
urbanos de signo liberal característicos del siglo XX. El grupo de liberales exaltados se hizo cargo
del Gobierno en 1822.
Respecto a la opinión pública, durante el Trienio Liberal se generó por primera vez un
debate público sobre la acción del Gobierno, gracias a las libertades constitucionales de imprenta,
reunión y expresión. Dicho debete se canalizó a través de las sociedades patrióticas (clubes de
discusión política), los cafés y la prensa libre.
En este período surgió también una oposición de corte conservador al régimen liberal. El
rey, cuyos poderes estaban limitados por la Constitución de 1812, se enfrentó en varias ocasiones a
sus ministros y a las Cortes. Un sector del Ejército y de las élites del Antiguo Régimen lo apoyaban,
ya que consideraban que estaba “cautivo” y “secuestrado” por lo liberales.
La mayor parte del clero se oponía también a las reformas y a la desamortización y atrajo a
su causa a las clases populares rurales.
El campesinado, por último, no simpatizaba con el liberalismo, que percibía como un
movimiento de clases medias urbanas que favorecía a los terratenientes y convertía a los labradores
en simples asalariados y contribuyentes.
Los componentes de la oposición conservadora o contrarrevolucionaria, conocidos como
absolutistas, realistas o apostólicos acuñaron el lema “Dios, patria y rey”, frente a la doctrina
liberal, que, según creían, traía el laicismo(7) y el desorden. La contrarrevolución realista se
manifestó en distintas rebeliones militares urbanas, como la que tuvo lugar el 7 de julio de 1822 en
Madrid, cuando la Guardia Real intentó un golpe de Estado con la complicidad del monarca.
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El régimen del Trienio Liberal fue derrocado por la intervención extranjera, decidida por la
Santa Alianza(8) en el Congreso de Verona (1822) y solicitada por el propio Fernando VII. Francia
organizó la expedición conocida como los Cien Mil Hijos de San Luis, que penetró, con muy poca
oposición, en España en abril de 1823. El Gobierno, sin apoyo popular, se trasladó a Sevilla y
después a Cádiz, llevándose al rey consigo. Finalmente, se vio obligado a capitular y a liberar al
monarca (octubre de 1823). El segundo período de Gobierno liberal en España volvía a fracasar.
4.3.La Década Ominosa (1823-1833).
El restablecimiento completo del Estado absoluto era inviable. Desde 1825 Fernando VII se
vio obligado a acometer reformas, sobre todo de tipo económico y fiscal, lideradas por el ministro
López Ballesteros.
Los liberales que habían destacado durante el Trienio Liberal sufrieron una dura represión.
La mayoría de los liberales significativos se exiliaron al extranjero. En esta década se produjeron
varios intentos de insurrección; numerosos líderes liberales (Riego, el Empecinado y José María de
Torrijos) fueron ejecutados.
En el seno del grupo político realista surgió una facción ultra que promovió conspiraciones
contra los ministros más moderados de Fernando VII, al que seguían considerando “cautivo” de los
malos gobernantes.
El más importante de estos movimientos realistas fue la Revuelta de los malcontents o
agraviados que tuvo lugar en Cataluña en 1827. Fue promovida por el campesinado descontento
con los impuestos y la Administración, y financiada por la nobleza y el clero. A ellos se sumaron
voluntarios realistas de toda España. El Ejército tuvo que sofocar la rebelión.
Los realistas exaltados se convirtieron en carlistas a causa del pleito desencadenado por la
sucesión de Fernando VII. Hasta el nacimiento en 1830 de Isabel, fruto del cuarto matrimonio de
Fernando VII con su sobrina María Cristina de Nápoles, el hermano del rey, Carlos María Isidro,
había sido el heredero al trono. Meses antes del nacimiento de Isabel, Fernando VII había hecho
publicar la Pragmática Sanción, aprobada por su padre en 1789, por la cual se hacía posible que
una mujer pudiera reinar en España.
Los partidarios de Carlos María Isidro consideraron esta decisión el resultado de una
conspiración liberal. Por ello aprovecharon la enfermmedad del rey en 1832 para provocar los
sucesos de la Granja (presionaron, sin éxito, al rey y a su esposa en el Palacio Real de la Granja
de San Ildefonso para que la Pragmática Sanción fuera abolida y Carlos pudiera reinar).
Durante la enfermedad del monarca, la reina María Cristina se hizo cargo del Gobierno y
decretó una amnistía que permitía el regreso a España de los liberales moderados exiliados.
Fernando VII falleció en 1833, por las mismas fechas estalló la Guerra Civil o Primera Guerra
Carlista (1833-1840), entre los partidarios de Carlos María Isidro y los de la reina y su hija Isabel.
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GLOSARIO DEL TEMA 1
(1)Izquierda y derecha: términos que tienen origen en los grupos políticos surgidos durante la
Revolución francesa. Los miembros de la Asamblea Nacional que eran partidarios de la ruptura
total con el régimen anterior se sentaron en el lado izquierdo de la Cámara; por su parte, los
defensores de la monarquía lo hicieron en el derecho.
(2)Las guerrillas estaban formadas por cuadrillas improvisadas de oficiales y soldados huidos del
ejército, bandoleros, aventureros e incluso clérigos. Hostigaban constantemente a las tropas
francesas y boicoteaban sus líneas de comunicación atacando con rapidez y por sorpresa. Además
obtenían el apoyo de la población civil. Destacaron guerrilleros como Juan Martín el Empecinado y
el Cura Merino (en Castilla) o Espoz y Mina (en Navarra).
(3)La Batalla de Bailén tuvo lugar el 19 de julio de 1808 durante la Guerra de la Independencia
Española en la ciudad jienense de Bailén. Supuso la primera derrota de la historia del ejército del
águila imperial de Napoleón Se enfrentó un ejército francés de 20.489 soldados al mando del
general Dupont contra 29.246 soldados del general Castaños, comandante del ejército español de
Andalucía .
Tras el Levantamiento del Dos de Mayo, Napoleón ordena al general Dupont que con el 2º Cuerpo
de Observación de la Gironda controle Andalucía. Cuando el general Pierre Dupont se dirigía a
Cádiz para auxiliar a la escuadra naval de Rossilly que estaba bloqueada por los españoles; se
enfrentó al incipiente ejército español en Bailen el 19 de julio. Las Divisiones Reding y Coupigny
del ejército español de Andalucía organizado por el General D. Francisco Javier Castaños,
entablaron dura batalla; y tras atacar los franceses hasta 5 veces de forma infructuosa, Dupont
finalmente se rindió.
El viernes 22 de julio , tras firmar las capitulaciones, los franceses rindieron sus armas, águilas y
banderas, quedando prisioneros de guerra 18.400 soldados , incluyendo a 15 generales, 467
oficiales .
Las bajas del ejército de Dupont alcanzaron 2.600 : 2.200 muertos y 400 heridos .
El ejército de Castaños tuvo un total de 940 bajas : 240 muertos y 740 heridos.
(4) La Junta Central Suprema Gubernativa del Reino, o simplemente Junta Central, se
constituye en Aranjuez el 25 de septiembre de 1808 al calor del triunfo de la Batalla de Bailén y
después de la decisión del Consejo de Castilla de declarar nulas las abdicaciones de los reyes Carlos
IV y Fernando VII en la ciudad de Bayona a favor de los Bonaparte.
Compuesta por los 35 presidentes de las Juntas Supremas de los antiguos reinos, la Junta Central
asume el poder ejecutivo y legislativo tras la abdicación de Fernando VII desligándose por
completo del Consejo de Castilla, órgano colegiado de la Administración Central que era
considerado afrancesado.
La Junta Central ejercerá funciones de gobierno, promoverá las Cortes y proclamará la igualdad
entre España y los territorios americanos el 22 de enero de 1809, al enunciar que los dominios
españoles en las Indias no son propiamente colonias o factorías como los de otras naciones, sino
una parte esencial e integrante de la Monarquía Española e invitando a los territorios americanos a
que envíen representantes a sus reuniones.
En cuanto a la existencia de un sistema unicameral o bicameral se conjugan ambas opciones con
una distribución por estamentos y las mayorías necesarias para la aprobación de las diferentes leyes.
Ante la falta de unanimidad se decide que una vez constituidas las Cortes, éstas decidieran todos los
procesos, pero la invasión francesa de Andalucía es aprovechada para presionar y conseguir la
disolución de la Junta Central y el nombramiento de un Consejo de Regencia. La convocatoria a
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Cortes está en marcha iniciando sus sesiones en Cádiz en septiembre de 1810.
(5)Carta otorgada: Ley fundamental que el monarca concede al pueblo, a diferencia de la
Constitución, que es aprobada por los representantes de la nación.
(6)Soberanía. Así la soberanía nacional se concebirá como una, indivisible e inalienable, que no
puede confundirse con los individuos que la conforman.
Al conformar así el concepto, el individuo es parte de la nación, pero ésta es un todo que no le
representa directamente. No será pues automática la aplicación del sufragio universal igual para
todos y con poder de decisión, tal como se pretenderá con el concepto de soberanía popular. En la
concepción restringida de soberanía nacional, el voto no es un derecho del individuo, sino que esta
función será reservada para quienes reúnan la dignidad suficiente, generalmente unida a la riqueza
personal (por entender que estarán más identificados con los intereses de la nación), y por tanto se
justifica el sufragio censitario.
(7)Camarilla: conjunto de personas que gozaban de la confianza del monarca. Recibían este
nombre porque su relación con el rey les permitía acceder a las habitaciones privadas (cámaras) del
rey.
(8)Masonería: sociedad secreta que aspiraba a conseguir la libertad y la hermandad universal.
(9)Laicismo: doctrina que pretende la autonomía del Estado respecto de la Iglesia y la religión.
(10)Santa Alianza: acuerdo entre Rusia, Prusia y Austria con el fin de garantizar el orden
absolutista y reprimir cualquier intento de alterar el sistema político de la Europa de la
Restauración. Tras la incorporación de Inglaterra meses más tarde (Cuádruple Alianza) y de Francia
en 1818 (Quíntuple Alianza) se celebraron varios congresos que sirvieron para garantizar el
mantenimiento del compromiso (Europa de los Congresos) y controlar la situación internacional.
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