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Arch. Biol. Med. Exp. 22: 7 7 - 8 1 ( 1 9 8 9 )
Printed in Chile
Lenguaje y realidad: El origen de lo humano*
Language and reality: The constitution of what is human
HUMBERTO MATURANA
Departamento de Biologia, Facultad de Ciencias
Universidad de Chile, Casilla 6 5 3 , Santiago, Chile
T h e a u t h o r p r o p o s e s : 1. T h a t a l i n e a g e o f l i v i n g s y s t e m s is c o n s t i t u t e d b y t h e r e p r o d u c t i v e
c o n s e r v a t i o n o f a m a n n e r o f l i v i n g u n d e r t h e f o r m o f an o n t o g e n i c p h e n o t y p e .
2. T h a t l a n g u a g e is a m a n n e r o f l i v i n g in r e c u r r e n t c o n s e n s u a l c o o r d i n a t i o n s o f c o n s e n s u a l
coordinations of actions.
3. T h a t t h e h u m a n m a n n e r o f living entails a m o n g o t h e r things, a braiding o f languaging a n d
e m o t i o n i n g t h a t w e call c o n v e r s a t i o n .
4 . T h a t h u m a n b e i n g s arise in t h e h i s t o r y o f b i p e d a l ' p r i m a t e s w i t h t h e o r i g i n o f l a n g u a g e ,
a n d t h e c o n s t i t u t i o n o f a l i n e a g e d e f i n e d b y t h e c o n s e r v a t i o n o f an o n t o g e n i c p h e n o t y p e
t h a t i n c l u d e s c o n v e r s a t i o n s as part o f it.
5. T h a t t h e m a g n i t u d e o f t h e i n v o l v e m e n t o f t h e b r a i n a n d a n a t o m y o f t h e l a r y n x a n d f a c e
in s p e e c h a s o u r m a i n m a n n e r o f l a n g u a g i n g i n d i c a t e t h a t l a n g u a g e c a n n o t h a v e a r i s e n l a t e r
than t w o to three millions year ago.
6. T h a t r a t i o n a l l y p e r t a i n s t o t h e o p e r a t i o n a l c o h e r e n c e s o f l a n g u a g i n g a n d t h a t d i f f e r e n t
r a t i o n a l d o m a i n s are c o n s t i t u t e d b y d i f f e r e n t b a s i c n o t i o n s t h a t are a c c e p t e d a priori.
That
is, o n p r e f e r e n c e .
7. T h a t r e s p o n s i b i l i t y a n d f r e e d o m are a f u n c t i o n o f o u r a w a r e n e s s o f t h e p a r t i c i p a t i o n o f
o u r e m o t i o n s ( p r e f e r e n c e s ) i n t h e c o n s t i t u t i o n o f t h e r a t i o n a l d o m a i n s in w h i c h w e o p e r a t e .
Lo humano surge, en la historia evolutiva
del linaje homínido a que pertenecemos, al
surgir el lenguaje.
En el ámbito biológico una especie es
un linaje, o sistema de linajes, constituido
como tal al conservarse de manera transgeneracional en la historia reproductiva
de una serie de organismos, un modo de
vivir particular. Como todo ser vivo existe
como un sistema dinámico en continuo
cambio estructural, el modo de vivir que
define a una especie, a un linaje, o a un
sistema de linajes, se da como una configu­
ración dinámica de relaciones entre el ser
vivo y el medio que se extiende en su onto­
genia desde su concepción hasta su muerte.
A tal modo de vivir o configuración dinámi­
ca de relaciones ontogénicas entre el ser
vivo y el medio, que al conservarse transgeneracionalmente en una sucesión reproduc­
tiva de organismos constituye y define la
identidad de un sistema de linajes, Jorge
Mpodozis y yo lo llamamos
fenotipo
ontogénico^.
El fenotipo ontogénico no es­
*
1
tá determinado genéticamente, pues, como
modo de vivir que se desenvuelve en la
ontogenia o historia individual de cada
organismo, es un fenotipo, y como tal se
da en esa historia individual necesariamente
como un presente que resulta generado en
cada instante en un proceso epigenético.
Lo que la constitución genética de un
organismo determina en el momento de
su concepción es un ámbito de ontogenias
posibles en el cual su historia de interac­
ciones con el medio realizará una en un
proceso de epigénesis. Debido a esto, al
constituirse un sistema de linajes, el geno­
tipo, o constitución genética de los orga­
nismos que lo constituyen, queda suelto y
puede variar mientras tales variaciones no
interfieran con la conservación del fenotipo
ontogénico que define al sistema de linajes.
Por esto mismo, si en un momento de la
historia reproductiva que constituye un li­
naje cambia el fenotipo ontogénico que se
conserva, desde allí para adelante cambia
la identidad del linaje o surge un nuevo
Conferencia organizada por la Sociedad de Biología de Chile, 3 noviembre de 1 9 8 8 , Club de Providencia, Santiago de
Chile.
Artículo en preparación: Evolution: Natural phylogenic drift.
78
MATURANA
linaje como una nueva forma o especie de
organismos paralela al anterior. En estas
circunstancias, para comprender lo que
sucede en la historia de cambio evolutivo
de cualquier clase de organismos, es necesario encontrar el fenotipo ontogénico
que se conserva en ella y en torno al cual
se producen dichos cambios. Así, para
comprender la historia evolutiva que da
origen a lo humano, es necesario primero
mirar el modo de vida que al conservarse
en el sistema de linajes homínido hace
posible el origen del lenguaje, y luego mirar al nuevo modo de vida que surge con el
lenguaje, y que al conservarse establece el
linaje particular a que nosotros los seres
humanos modernos pertenecemos. Consideremos esto por un momento: a) El
origen del lenguaje, como un dominio de
coordinaciones conductuales consensúales,
exige una historia de encuentros recurrentes en la aceptación mutua suficientemente
intenso y prolongado (ver Maturana, 1978,
1988). b) Lo que sabemos de nuestros
ancestros que vivieron en Africa hace tres
y medio millones de años indica que tenían un modo de vivir centrado en la recolección, en el compartir alimentos, en
la colaboración de machos y hembras en la
crianza de los niños, en una convivencia
sensual y en una sexualidad de encuentro
frontal, en el ámbito de grupos pequeños
formados por unos pocos adultos más jóvenes y niños, c) El modo de vida indicado en b), y que aún conservamos en lo fundamental, ofrece todo lo que se requiere,
primero, para el origen del lenguaje, segundo, para que en el surgimiento de éste se
constituya el conversar como entrecruzamiento del lenguajear y el emocionar (ver
Maturana, 1988) y, tercero, para que con
la inclusión del conversar como otro elemento a conservar en el modo de vivir
homínido se constituya el fenotipo ontogénico particular que define al sistema de
linajes a que nosotros, los seres humanos
modernos, pertenecemos, d) El que los
chimpancés y los gorilas actuales, cuyo cerebro es de un tamaño comparable al de
nuestros ancestros, puedan ser incorpora2
2
Lenguajear: neologismo que hace referencia al acto de
estar en el lenguaje sin asociar tal acto al habla, como
sería con la palabra hablar.
dos al lenguaje mediante la convivencia
con ellos en Ameslan
(American Sign
Languaje), sugiere que el cerebro de nuestros ancestros de hace tres millones de
años debe haber sido ya adecuado para
éste. Lo que diferencia al linaje homínido
de otros linajes de primates es un modo de
vida en el que el compartir alimentos,
con todo lo que esto implica de cercanía,
aceptación mutua y coordinaciones de acciones en el pasarse cosas de unos a otros,
juega un rol central. Es el modo de vida
homínido lo que hace posible el lenguaje,
y es el amor, como la emoción que constituye el espacio de acciones en que se da
el modo de vivir homínido, la emoción
central en la historia evolutiva que nos
da origen. El que esto es así, es aparente
en el hecho de que la mayor parte de las
enfermedades humanas, somáticas y psíquicas, pertenecen al ámbito de interferencias con el amor. El modo de vivir
propiamente humano, sin embargo, se constituye, como ya dije, cuando se agrega el
conversar al modo de vivir homínido y
comienza a conservarse el entrecruzamiento
del lenguajear con el emocionar como parte
del fenotipo ontogénico que nos define.
Al surgir el modo de vida propiamente
humano, el conversar como acción pertenece al ámbito emocional en que surge el
lenguaje como modo de estar en las coordinaciones de acciones en la intimidad de
la convivencia sensual y sexual. Que esto es
así, es aparente de varias maneras, a) en
las imágenes táctiles que usamos para referirnos a lo que nos pasa con las voces en
el habla, así decimos que una voz puede
ser suave, acariciante o dura; b) en los
cambios fisiológicos, hormonales, por ejemplo, que nos desencadenamos mutuamente
con el habla, y c) en el placer que tenemos
en el conversar y en el movernos en el
lenguajear.
¿Cuándo habrían comenzado el lenguajear y el conversar en nuestra historia evolutiva? El enorme compromiso estructural
actual de nuestro sistema nervioso, de
nuestra laringe, de nuestro rostro, así
como de otros aspectos de nuestro cuerpo, con el habla como nuestro modo más
fundamental de estar en el lenguaje, indica
que el lenguajear sonoro tiene que haber
LENGUAJE Y EL ORIGEN DE LO HUMANO
comenzado hace ya varios millones de
años; a mi parecer, entre dos y tres.
Las realidades
La existencia humana en el lenguaje configura muchos dominios de realidad, cada
uno constituido como un dominio de coherencias operacionales explicativas. Estos
distintos dominios de realidad son también
dominios de quehacer que generamos en la
convivencia con el otro y que, como redes
de conversaciones (redes de coordinaciones
de acciones y emociones), constituyen todos nuestros ámbitos, modos y sistemas
(instituciones) de existencia humana. En estas circunstancias la realidad en cualquier
dominio es una proposición explicativa de
la experiencia humana.
Las
emociones
Lo que distinguimos cuando hablamos de
emociones es el dominio de acciones en
que el organismo observado se mueve. De
aquí que yo diga que las emociones corresponden a disposiciones corporales que especifican el dominio de acciones en que se
mueve un organismo. También digo que las
distintas acciones humanas quedan definidas por la emoción que las sustenta y que
todo lo que hacemos lo hacemos desde una
emoción. Por esto, aunque lo humano surge en la historia evolutiva a que pertenecemos al surgir el lenguaje, se constituye,
de hecho, como tal en la conservación de
un modo de vivir particular en el que el
compartir alimentos, la colaboración de
machos y hembras en la crianza de los
niños y el encuentro sensual individualizado recurrente se dan en el entrelazamiento del lenguajear y el emocionar que
es el conversar. En otras palabras, todo
quehacer humano se da en el conversar y
lo que en el vivir de los seres humano no se
da en el conversar no es quehacer humano.
Así, al mismo tiempo, como todo quehacer
humano se da desde una emoción, nada
humano ocurre fuera del entrelazamiento
del lenguajear con el emocionar, y, por lo
tanto, lo humano se vive siempre desde una
emoción, aun el más excelso y puro razonar. Finalmente, el emocionar en cuya
conservación se constituye lo humano al
79
surgir el lenguaje, se centra en el placer de
la convivencia, en la aceptación del otro
junto a u n o , es decir, en el amor, que es la
emoción que constituye el espacio de acciones en el que aceptamos al otro en la
cercanía de la convivencia. El que el amor
sea la emoción que funda en el origen de
lo humano el goce del conversar que nos
caracteriza, hace que tanto nuestro bienestar como nuestro sufrimiento dependan
de nuestro conversar, y se originen y terminen en él.
Lo racional
En la experiencia cotidiana la razón o la
racionalidad nos aparece como una propiedad constitutiva de la conciencia humana.
En la historia evolutiva humana, sin
embargo, el razonar surge con el lenguaje
en las regularidades de su operar. Por esto
lo racional o la racionalidad humana es una
distinción que un observador hace del fluir
en las coherencias del discurso en el lenguaje, cuando puede decir que éste ocurre sin
confundir dominios. De esto resulta que
todo dominio o sistema racional sea un sistema de coherencias en el lenguaje que se
constituye a partir de un conjunto de premisas básicas aceptadas como válidas a
priori. De esto resulta también: a) que un
argumento es racionalmente válido sólo
en el dominio racional constituido por las
premisas básicas que lo sustentan; b) que
quien acepta un argumento como racionalmente válido acepta implícita o explícitamente las premisas básicas que constituyen el dominio racional en que tal
argumento tiene validez; c) que en la medida que las premisas básicas que definen
un dominio o sistema racional son aceptadas a priori, lo son desde las preferencias
del que las acepta, y d) que el dominio racional en que opera un observador depende
de su emocionar al moverse de la aceptación de unas premisas básicas a otras, según
sus preferencias del momento. En la vida
cotidiana nos movemos de un dominio
racional a otro en el curso de nuestro emocionar, muchas veces sin darnos cuenta.
Por esto, el fluir de los discursos racionales
en las interacciones humanas depende del
fluir emocional de las conversaciones en
que éstas se dan. Esto corrientemente no
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MATURANA
lo vemos porque corrientemente somos
ciegos a nuestro emocionar. En suma, la
validez de nuestros argumentos racionales
no depende de nuestras emociones, pero el
dominio racional en que nos encontramos
en cada instante al conversar, sí.
CONCLUSIONES
El darse cuenta de que los seres humanos
existimos como tales en el entrecruzamiento de muchas conversaciones en muchos
dominios operacionales distintos que configuran muchos dominios de realidades
diferentes, es particularmente significativo
porque nos permite recuperar lo emocional
como un ámbito fundamental de lo humano. En la historia evolutiva se configura lo
humano con el conversar al surgir el lenguaje como un operar recursivo en las coordinaciones conductuales consensúales que se
da en el ámbito de un modo particular de
vivir en el fluir del coemocionar de los
miembros del grupo particular de primates
bípedos a que pertenecemos. Por esto, al
surgir el conversar con el surgimiento del
lenguaje en el ámbito operacional de la
aceptación mutua (amor) en estos primates, lo humano queda fundado constitutivamente con la participación básica del
emocionar y en particular del amor. En la
fantasía de la cultura patriarcal a que pertenecemos en Occidente, y que ahora parece
expandirse por todos los ámbitos de la
tierra, las emociones han sido desvalorizadas en favor de la razón como si ésta pudiese existir con independencia o en contraposición a ellas. El reconocer que lo
humano se realiza en el conversar como
entrecruzamiento del lenguajear y el emocionar que surge con el lenguaje, nos entrega la posibilidad de reintegrarnos en estas
dos dimensiones con una comprensión
más total de los procesos que nos constituyen en nuestro ser cotidiano, así como la
posibilidad de respetar en su legitimidad a
estos dos aspectos de nuestro ser. Desde
pequeños se nos dice que debemos controlar o negar nuestras emociones porque
éstas dan origen a la arbitrariedad de lo no
racional. Ahora sabemos que esto no debe
ser así. En el conversar surge también lo
racional como el modo de estar en el
fluir de las coherencias operacionales de
las coordinaciones conductuales consensúales del lenguajear. Sin embargo, la efectividad del razonar en el guiar las coordinaciones de acciones en el quehacer técnico
nos ciega ante el fundamento no racional
de todo dominio racional, y transforma,
desde su pretensión de no arbitrariedad, a
cualquier afirmación racional en una petición de obediencia al otro que limita nuestras posibilidades de reflexión porque nos
impide vernos en la dinámica emocional
del conversar. Esto es importante para la
comprensión de lo humano y lo racional
porque, aunque parezca extraño, al hacernos cargo dé la participación de las emociones como fundamento de cualquier
sistema racional en el fluir del conversar,
obtenemos el verdadero valor de la razón
en la comprensión de lo humano. Y esto es
así, porque ahora sabemos que debemos
darnos cuenta de nuestras emociones y
conocerlas en su fluir, cuando queremos
que nuestra .conducta sea en efecto racional desde la comprensión de lo racional.
Finalmente, el darse cuenta del entrelazamiento entre el emocionar y el lenguajear
que todo conversar y, por lo tanto, que
todo quehacer humano es, da fundamento
a la comprensión de dos dimensiones adicionales del ser humano, esto es, la responsabilidad y la libertad: a) somos responsables en el momento en que en nuestra
reflexión nos damos cuenta de si queremos
o no queremos las consecuencias de nuestras acciones, y b) somos libres en el momento en que en nuestras reflexiones
sobre nuestro quehacer nos damos cuenta
de si queremos o no queremos nuestro querer o no querer las consecuencias de nuestras acciones. Al ser responsables y libres,
el curso de nuestras acciones pasa espontáneamente a depender de nuestros deseos y
del darnos cuenta de ellos y de esto. En
estas circunstancias, tal vez lo más iluminador de estas reflexiones sobre la realidad
y la razón esté en el darse cuenta de que la
comprensión racional de lo más fundamental del vivir humano, que está en la responsabilidad y la libertad, surje desde la reflexión sobre el emocionar que nos muestra
el fundamento no racional de lo racional.
LENGUAJE Y EL ORIGEN DE LO HUMANO
REFERENCIAS
MATURANA, H.R. ( 1 9 7 8 ) Biology of language: Epistemology of reality. En Psychology and Biology of
Language and Thought. G.A. Miller y E. Lenneberg
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