Download Manual sobre Incontinencia Urinaria
Document related concepts
no text concepts found
Transcript
Manual sobre Incontinencia Urinaria Manual sobre Incontinencia Urinaria Leonor Redondo Limiñana Consuelo Gallardo Bayón Carlos Lorenzo Urbina Material exclusivo para uso de profesionales Cod. Inst. 006 Manual sobre Incontinencia Urinaria Leonor Redondo Limiñana Consuelo Gallardo Bayón Carlos Lorenzo Urbina 4 SCA desarrolla y fabrica productos sostenibles para el cuidado personal, tisú y productos forestales. Presentes en alrededor de 100 países bajo una gran variedad de marcas, incluyendo marcas globales como TENA y Tork, y regionales como Colhogar, Demak-up, Tempo, Libero, Libresse…, etc. SCA es una compañía líder mundial en productos de Higiene y Forestales, siendo TENA su marca de referencia en productos para la Incontinencia. •Departamento de Publicaciones SCA HYGIENE PRODUCTS, S.L. •Manual propiedad de SCA HYGIENE PRODUCTS, S.L. •Queda prohibida su reproducción total o parcial. 5 Manual sobre Incontinencia Urinaria Leonor Redondo Limiñana, Consuelo Gallardo Bayón y Carlos Lorenzo Urbina son diplomados en Enfermería con una amplia experiencia en el campo de la incontinencia adquirida en su larga y continua dedicación, tanto técnica como práctica, al cuidado y tratamiento de los pacientes incontinentes. 6 7 Índice 1 Introducción 11 2 Definición de incontinencia urinaria 13 3 Incidencia social de la incontinencia 15 4 Anatomía del aparato urinario 17 5 Fisiología de la micción 25 6 Causas de la incontinencia urinaria 27 7 Grados de incontinencia urinaria 31 8 Tipos de incontinencia urinaria 33 • Incontinencia urinaria de esfuerzo • Vejiga neurógena - Incontinencia urinaria de urgencia - Incontinencia urinaria refleja - Incontinencia urinaria por rebosamiento debido a vejiga hipotónica o atónica • Incontinencia urinaria funcional • Incontinencia urinaria por rebosamiento debido a obstrucción • Incontinencia urinaria postmiccional • Incontinencia urinaria por goteo continuo 8 9 Índice 9 Valoración de la incontinencia urinaria 41 10 Tratamiento de la incontinencia urinaria 49 • Tratamiento curativo - Tratamiento funcional - Cinesiterapia - Técnicas de modificación de conducta - Electroestimulación - Biofeedback • Autocateterismo limpio e intermitente • Tratamiento farmacológico • Tratamiento quirúrgico • Tratamiento paliativo - Dispositivos oclusivos - Dispositivos conductivos - Dispositivos absorbentes 11 Prevención de la incontinencia urinaria 75 12 Aspecto psicológico de la persona incontinente 77 13 Atención al paciente incontinente 79 14 Bibliografía 83 10 11 Introducción 1 La incontinencia constituye un problema médico, social y económico de gran dimensión. El número de pacientes incontinentes ha aumentado notablemente durante los últimos años como consecuencia del aumento de la expectativa de vida. En España, más de dos millones de personas padecen este problema. Esta situación ha supuesto una toma de conciencia por parte de los profesionales sanitarios, de los familiares y de los propios afectados. A pesar de tratarse de un problema de salud, con frecuencia se ha infravalorado y no se le ha concedido la suficiente atención. Entre otros motivos, ha influido la tendencia de los propios afectados a ocultarlo, lo que unido a una falta de información, les lleva a su aislamiento y desconexión social. Nuestro objetivo es suplir esta falta de información basándonos en la experiencia y conocimientos de SCA HYGIENE PRODUCTS, líder mundial en el estudio y cuidado de la incontinencia para que, tanto el incontinente, como el equipo de salud, puedan actuar adecuadamente en cada situación. 12 13 Definición de Incontinencia Urinaria 2 La incontinencia urinaria es definida, según la International Continence Society (2002), como una condición mediante la cual se origina la pérdida involuntaria de orina a través de la uretra, objetivamente demostrable, ocasionando problemas sociales e higiénicos para el individuo. La incontinencia urinaria es uno de los problemas, de incidencia y prevalencia creciente, que más afecta a la calidad de vida de las personas que lo padecen. Quienes la sufren con frecuencia se sienten molestos, avergonzados y solos. Es uno de los síntomas más desagradables y angustiosos que puede padecer una persona. La mayoría de los incontinentes tienden a ocultar su problema a la sociedad, a su familia e, incluso, a ellos mismos. Sin embargo, la incontinencia urinaria tiene una amplia repercusión en el individuo y en quienes le rodean. Por ello es importante reconsiderar la forma de tratar la incontinencia y dar respuestas positivas y terapéuticas. 14 15 Incidencia social de la Incontinencia 3 En España se estima que padecen incontinencia urinaria en algún grado más de 2 millones de personas. Pero es difícil calcular la prevalencia real debido a que, por vergüenza o temor al rechazo social, se convierte en un problema frecuentemente oculto. Sabemos que la incontinencia urinaria aumenta con la edad y es más frecuente en las mujeres. Aunque, a partir de los 75 años, no hay tanta diferencia entre hombres y mujeres, podríamos decir, en términos globales, que tres de cada cuatro incontinentes son mujeres. En general, podemos afirmar que la incontinencia urinaria afecta según este esquema: • Población infantil (más de 5 años): 10 al 15% • Adulto (casi exclusivamente mujeres): • Personas mayores de 65 años: • Ancianos institucionalizados: 10% 20 al 30% Puede llegar al 80% A pesar de esta alta prevalencia, y de que la incontinencia urinaria es una de las causas prinipales de ingreso en una institución, son muy pocos los incontinentes que buscan ayuda entre los profesionales sanitarios para tratar de solucionar su problema. 16 17 Anatomía del Aparato Urinario Para entender la incontinencia urinaria, conviene hacer un pequeño repaso de la anatomía y fisiología del aparato urinario. 4 El aparato urinario es un conjunto de órganos que se encarga de la formación y excreción de la orina a partir de la filtración de la sangre. Está compuesto por los riñones, uréteres, vejiga urinaria y uretra. Composición y características de la orina La orina se compone en un 95% de agua, en la que se encuentran disueltos distintos tipos de sustancias como: • Desechos nitrogenados: provienen del catabolismo proteico como urea, ácido úrico, amoniaco y creatinina. • Electrolitos: sodio, potasio, amoniaco, cloro, bicarbonato, fosfato y sulfato. • Toxinas: durante una enfermedad, las toxinas bacterianas, se eliminan en la orina. • Pigmentos: sobre todo urocromos, pigmentos amarillentos derivados de los productos de la rotura de viejos hematíes en el hígado y en otros lugares. • Hormonas: cuando hay elevación de algunas hormonas, aparecen en orina. • Constituyentes anormales: azúcar, sangre, proteínas o cálculos. 18 Esquema aparato urinario masculino 19 Esquema aparato urinario masculino 20 Composición y características de la orina Color: Amarillo transparente Composición: Iones: Sodio, Cloro, Potasio. Desechos Nitrogenados: Amoniaco, Creatinina, Urea, Ácido Úrico Olor: Ligero olor a Amoniaco pH: 4.6 a 8 Densidad: 1001-1035 Riñones Los riñones tienen un tamaño medio de 11x7x3 cm y un peso aproximado de 150 g. Se localizan en posición retroperitoneal a ambos lados de la columna vertebral, entre las vértebras duodécima dorsal y tercera lumbar. Los riñones están rodeados por varias capas de tejidos que los protegen y los fijan en su posición. Su capa externa se denomina cápsula renal, que está formada de tejido fibroso. Estructura Macroscópica. Está compuesta por dos zonas: la zona cortical o exterior y la zona medular o interna. Microscópica. Encontramos la unidad funcional, la nefrona, compuesta de glomérulo y túbulo. Cada riñón tiene aproximadamente un millón de nefronas que funcionan de forma independiente. El riñón recibe sangre a través de la arteria renal que es una rama principal de la arteria abdominal. Esta arteria se ramifica en arterias segmentarias que irrigan todo el riñón, y derivan en otras arterias menores que aportan sangre a todo el parénquima renal. Los riñones reciben aproximadamente el 20% del gasto cardiaco total. 21 Funciones de los riñones Eliminación de desechos. Actividades reguladoras: • Regulación del equilibrio hidroelectrolítico. • Regulación de la presión arterial. • Regulación del equilibrio ácido básico. Vías de eliminación: hay que diferenciar entre vías altas y vías bajas. • Vías altas: cálices, pelvis renal y uréteres. • Vías bajas: vejiga urinaria y uretra. Cálices y Pelvis Renal Conjunto de estructuras que se disponen en forma de embudo, saliendo del seno renal al uréter. Uréter Cada riñón tiene un uréter que une la pelvis renal con la vejiga urinaria; es un conducto de unos 25-30 cm de longitud y de 2 a 6 mm de diámetro. Tiene capacidad para realizar movimientos peristálticos gracias a su capa muscular inervada y regulada por ramas de los nervios sacroilíacos. Su función principal es transportar la orina desde la pelvis renal a la vejiga. Vías Urinarias Bajas Las vías urinarias bajas las componen la vejiga urinaria y la uretra (el deterioro de estos órganos nos llevará a la incontinencia urinaria): Vejiga urinaria. Depósito músculo-membranoso cuya función es almacenar la orina y expulsarla al exterior en el momento de la micción. Se encuentra en la cavidad peritoneal posterior cerca del suelo pélvico. En el hombre se encuentra por delante del recto y en la mujer detrás de la sínfisis del pubis, por delante de la vagina. Su capacidad media oscila entre 300 y 500 ml, pero según la circunstancia puede llegar a contener más de 1 litro. Cuando está llena, tienen forma de globo y cuando está vacía tiene forma más o menos piramidal. La vejiga tiene una cubierta interna formada por células epiteliales que reciben el nombre de urotelio. 22 La pared vesical está compuesta por un conjunto de fibras musculares lisas que forman el músculo detrusor. Estas fibras musculares están dispuestas en tres capas: longitudinal interna, circular media y longitudinal externa. Esta disposición es únicamente cierta a nivel del cuello vesical. Fuera de esta localización, el detrusor muestra una estructura claramente vertical, cuyos haces entrelazados imposibilitan la sistematización en capas. Los haces musculares lisos están unidos entre sí por abundantes fibras de colágeno. Los haces de fibras musculares más próximos al cuello vesical se superponen por la parte posterior y proximal de la uretra formando el esfínter interno. El triángulo formado entre la inserción de los uréteres y el cuello vesical se denomina trígono vesical. Uretra. Es un conducto tubular estrecho y elástico cuya función es transportar la orina desde el cuello vesical al meato urinario, atravesando la musculatura del suelo pélvico en la mujer y la glándula prostática en el hombre. En el hombre, la longitud de la uretra mide entre 15 y 20 cm y, en la mujer, unos 4 cm. En el tercio medio, rodeando la uretra, se encuentra el esfínter externo de la uretra (esfínter estriado). En el hombre, se encuentra en la base de la próstata, mientras que en la mujer está en la base de la vejiga. Suelo Pélvico El suelo pélvico está formado por una red de músculos y ligamentos que cierran la pelvis por debajo, manteniendo la posición correcta de la vejiga, el útero, la próstata y el recto y contribuyendo a la continencia urinaria. Está formado por fibras tónicas tipo I (70%) y por fibras fásicas tipo II (30%). La pelvis humana es muy particular, ya que al adoptar la posición erecta ha hecho que la relación de fuerzas que se produce en su interior como consecuencia de los esfuerzos facilite el prolapso de las vísceras. La mujer ha tenido que adaptarse no sólo a la postura eréctil, sino a ser capaz de dar a luz, lo que motiva un hecho traumático para las estructuras blandas de la pelvis femenina. Existen cuatro grupos musculares que desempeñan un papel importante en el mantenimiento de la estructura y función del soporte pélvico: los músculos de la pared pélvica, los accesorios, los del suelo pélvico y los del perineo. 23 Esquema aparato urinario masculino (suelo pélvico) Esquema aparato urinario femenino (suelo pélvico) Inervación Todo el aparato urinario está regulado por centros nerviosos en los que intervienen los sistemas simpático, parasimpático y espinal. Las neuronas que inervan el aparato urinario inferior sirven para trasmitir los mensajes y que éstos sean realizados. La inervación se lleva a cabo tanto por el sistema nervioso central o voluntario (SNC) como por el sistema nervioso vegetativo o involuntario (SNV). El SNC actúa sobre el esfínter estriado de la uretra (esfínter externo) y esfínter anal a través del nervio pudendo. El SNV actúa sobre el esfínter interno y el trígono en la fase de llenado a través del nervio hipogástrico, y sobre el detrusor en la fase de vaciado a través del nervio pélvico. 24 Control Neuronal de la Micción Existen cuatro grandes niveles que toman parte en el control de la vejiga: • Centro cortical: situado en la parte anterior del lóbulo frontal. A este nivel llega toda la información, tanto del llenado de la vejiga como de su evacuación. Gracias a él somos consciente de nuestros deseos miccionales y podemos adaptar la micción a nuestra vida social. • Hipotálamo: es el centro autónomo principal donde se organiza la micción una vez que el centro cortical ha mandado la señal. • Núcleo pontino o mesencefálico: coordina los núcleos medulares. • Núcleos medulares: centro sacro S2-S4 y C. Dorso-Lumbar D10-L1. A través de estos cuatro núcleos se efectúan integraciones reflejas fundamentales en la micción: • Contracción del detrusor vesical. • Relajación del esfínter estriado de la uretra. 25 Fisiología de la Micción 5 La micción es el acto fisiológico que tiene la finalidad de evacuar la orina. La micción y la continencia son el resultado de la perfecta función y coordinación del detrusor y el esfínter. En una persona sana la micción se produce cuando la vejiga urinaria ha alcanzado su capacidad fisiológica y el sujeto ordena voluntariamente su vaciado. Existen dos fases en la dinámica miccional: fase de llenado y fase de vaciado. • Fase de llenado: durante esta fase la orina se acumula en la vejiga (la vejiga se adapta a su contenido con una mínima elevación de la presión intravesical) hasta alcanzar su capacidad máxima (ésta se verá disminuida en los ancianos). Durante esta fase se verán activados los mecanismos de cierre para impedir el escape de orina al exterior. Por tanto, el esfínter interno y el externo permanecerán cerrados. • Fase de vaciado: cuando la vejiga ha alcanzado su límite fisiológico y el sujeto voluntariamente considera que es el momento y lugar adecuado, se pone en marcha el vaciado. En el vaciado, la primera acción que se produce voluntariamente es la relajación del esfínter externo, seguidamente la presión intravesical, la contracción del detrusor y la relajación del esfínter interno hacen que la orina sea expulsada al exterior a través de la uretra. Todo ello debe ocurrir sin que se produzca reflujo de orina a través de los uréteres. 26 Mecanismo normal de la Micción La micción es un arco reflejo. Aunque en condiciones normales la vejiga no se considera llena hasta alcanzar 350 ml, al llegar a 200-250 ml los receptores sensoriales van emitiendo señales intermitentes a nivel sacro, desde aquí se trasmiten al cerebro (centro pontino) donde se hace consciente la necesidad de orinar. Si se decide orinar, el centro pontino no inhibe la contracción del detrusor y la relajación del esfínter uretral por lo que se evacúa la orina. Si no se decide orinar, el centro pontino inhibe la contracción del detrusor y la relajación del esfínter uretral, por lo que no se produce la micción. 27 Causas de la Incontinencia Urinaria 6 Existen muchas razones por las cuales algunas personas no tienen “control” sobre su vejiga en algún momento de su vida. Las causas que nos llevan a la incontinencia urinaria son variadas: Causas Congénitas Son aquellas que existen desde el momento del nacimiento o antes de nacer. Mielomeningocele Espina bífida con hernia espinal de la médula y meninges. Agenesia del sacro: Desarrollo defectuoso. 28 Causas Adquiridas Aquellas que aparecen a lo largo de la vida. Dentro de éstas haremos tres grandes apartados: Disfunción fisiológica de la vejiga La vejiga tiene básicamente dos funciones: retener la orina hasta el momento de la micción y expulsar la orina cuando llega el momento adecuado. Puede haber dos causas por las que no se realiza la retención: inestabilidad del detrusor y aumento de la presión abdominal, y otras dos por las que no se realiza la expulsión: obstrucción a la evacuación y vejiga atónica. Factores que influyen directamente sobre el funcionamiento de la vejiga Pueden combinarse con algunas de las disfunciones vesicales y son: • Infección del tracto urinario (ITU). La infección agrava especialmente una vejiga inestable y puede aumentar el número y la frecuencia de las contracciones desinhibidas. Provoca poliuria y apremio, así como molestias y dolor (el 5% de las personas mayores de 70 años contrae ITU). • Impactación fecal. Las heces en el recto actúan como una obstrucción física a la evacuación presionando vejiga, uretra y nervios locales. Elongan el suelo pelviano provocando incontinencia de esfuerzo. • Fármacos. Muchos fármacos pueden alterar la función vesical, como los diuréticos, que provocan poliuria y apremio, y los sedantes, que alteran las respuestas a las señales vesicales, disminuyendo la resistencia uretral. • Patología vesical. Tumores, cálculos, fístulas, etc. • Trastornos endocrinos. Como la diabetes, que puede causar lesión en los glomérulos y polidipsia; el 30% de las mujeres y el 20% de los hombres mayores de 70 años tienen alteraciones en el metabolismo de la glucosa. La diabetes provoca lesión de los nervios periféricos aumentando el volumen de orina a retener. • Los trastornos hipofisarios con déficit en la producción de hormona antidiurética, que aumenta el volumen de orina. • Déficit estrogénico en la menopausia, que empeora la incontinencia de esfuerzo. 29 Factores que afectan a la capacidad de controlar la vejiga Con frecuencia, se necesita algo más que el problema vesical para romper el equilibrio y producir incontinencia. Estos factores son: • Inmovilidad, total o parcial, provocada por: - Artritis, esclerosis múltiple, enfermedad de Parkinson, etc. - Falta de destreza manual. - Problemas de visión. - Mal estado de los pies. - Incapacidad para vestirse. - Vestuario y calzado inadecuado. • Medio ambiente: - Situación de los servicios. - Facilidad de acceso. - Número de personas que comparten los servicios. - Entorno social. • Estado Mental: - Disminución psíquica profunda. - Demencia avanzada. - Desorientación. • Cuidadores • Fármacos: - Diuréticos: poliuria, polaquiuria, urgencia miccional, estreñimiento, hipotensión postural. - Hipnóticos: sedación, inmovilidad y delirio. - Antipsicóticos: sedación, parkinsonismo, inmovilidad, delirio, hipotensión postural. - Antidepresivos: sedación, acción anticolinérgica. - Calcioantagonistas: estreñimiento, retención de orina. - Anticolinérgicos: alteración de la contractilidad vesical, retención urinaria, impactación fecal, delirio. - Analgésicos narcóticos: retención urinaria, estreñimiento, impactación, delirio y sedación. 30 31 Grados de Incontinencia Urinaria Son varios los criterios que se pueden considerar a la hora de clasificar el grado de incontinencia urinaria. Los más habituales son: 7 1. Según la cantidad de orina: • Ligera: <60 cc en cada derrame • Moderada: 60-150 cc en cada derrame • Grave: >150 cc en cada derrame Puede haber varios derrames a lo largo del día. 2. Según el momento de presentarse: • Diurna • Nocturna • Mixta 3. Según periodicidad: • Permanente • Ocasional 32 33 Tipos de Incontinencia Urinaria Es fundamental identificar los diferentes tipos de incontinencia urinaria para aplicar el plan de cuidados más adecuado y el tratamiento correcto. 8 Incontinencia Urinaria de Esfuerzo La incontinencia urinaria de esfuerzo se puede definir como la súbita e involuntaria pérdida de una cantidad variable de orina consiguiente a un incremento de la presión intra-abdominal provocada por los esfuerzos, en ausencia de cualquier contracción del detrusor. Para que con un esfuerzo brusco no salga la orina por la uretra, se requiere que la presión uretral permanezca más elevada que la presión vesical. En la incontinencia urinaria de esfuerzo todo se reduce a que la uretra es incapaz de mantener el gradiente positivo de presión durante los esfuerzos. Incontinencia urinaria de esfuerzo por hipermovilidad uretral La debilitación y laxitud de los músculos que forman el suelo pélvico provoca una movilidad de la uretra superior. El suelo pélvico lo forman un conjunto de músculos cuya función principal es el soporte de los órganos de la pelvis contribuyendo a la continencia urinaria. 34 Incontinencia urinaria de esfuerzo por incompetencia esfinteriana Debido a la deficiencia de la musculatura lisa de la uretra o estriada del esfínter, unida a un cuello abierto. Estas dos formas de incontinencia de esfuerzo, en ocasiones, pueden coexistir. En la gran mayoría de los casos, es importante valorar la intensidad de la pérdida de orina. Grado 0 El paciente refiere pérdidas de orina con grandes esfuerzos, no demostrable en la exploración. Grado I Pérdidas con grandes esfuerzos. Pequeño descenso de cuello vesico-uretral. Grado II Pérdidas con esfuerzos medianos. Descenso del cuello vesico-uretral de más de 2 cm. Grado III Las pérdidas de orina son constantes ante cualquier modificación de la presión abdominal. Uretra abierta y cuello vesical sin contracción. Prevalencia de Incontinencia Urinaria de Esfuerzo >45 años 40% De embarazo y puerperio 30% 3 meses después del parto 10% De 15 - 24 años 15% Prevalencia 50 40 30 20 10 % 0 >45 años De embarazo 3 meses después y puerperio del parto De 15 - 24 años 35 Factores de riesgo Obstétricos • Embarazo y parto - Parto vaginal - Primiparidad - Peso bebé >3.700 <2.500 g - Perímetro craneal >35 cm - Maniobras instrumentales - Distancia ano vulvar <2 cm • Puerperio - Gimnasia abdominal precoz - Cargar peso - Bipedestación prolongada Factores de riesgo generales - Actividad profesional - Edad - Menopausia - Estreñimiento - Obesidad - Cirugía abdominal - Afecciones respiratorias (tos crónica) - Tocar instrumentos de viento - Alteraciones morfológicas. Hiperlordosis lumbar - Deporte La solución de la incontinencia femenina está condicionada por las características personales del incontinente, así como por la edad, la salud mental, limitaciones físicas, etc. No obstante, deberíamos prevenir la I.U. de esfuerzo mediante ejercicios, que están encaminados a prevenir la laxitud del suelo pelviano. Los hombres pueden experimentar incontinencia de esfuerzo después de una lesión traumática o quirúrgica en el esfínter. Vejiga Neurógena Recibe el nombre de vejiga neurógena aquel estado patológico de la vejiga en el que existen trastornos de la micción cuyo origen está en el sistema nervioso, excluyendo los psicógenos. La alteración de la micción, consecuente con un daño neurológico, dependerá del tipo de éste, de su localización y extensión, así como de su momento evolutivo. El detrusor responde según el nivel neurológico de la lesión y la extensión de ésta, con hipereflexia, arreflexia o con hipoactividad. 36 A Lesión encima del centro pontino Incontinencia de Urgencia B Lesión entre centro pontino y centro sacro Incontinencia Refleja C Lesión centro sacro Incontinencia por Vejiga Hipotónica A B C Incontinencia Urinaria de Urgencia Es la pérdida involuntaria de orina asociada a un deseo súbito de orinar (urgencia) sin que sea posible alcanzar el cuarto de baño a tiempo. Lo que caracteriza a este tipo de incontinencia es el deseo miccional consciente. La incontinencia de urgencia es la más frecuente en las personas mayores, manifestándose tanto en el hombre como en la mujer. La urgencia esta asociada a dos tipos de disfunciones: • La hiperactividad del detrusor (urgencia motora). Se caracteriza por la aparición, durante su repleción, de contracciones involuntarias. Cuando las causas son de origen neurógeno estas contracciones las llamamos hiperreflexia del detrusor. Cuando la causa es Idiopática estas contracciones las llamamos inestabilidad del detrusor. En este tipo de lesión, la hiperreflexia se produce con sinergia del esfínter. Las causas de la insuficiencia urinaria de urgencia motora están en lesiones en el SNC: ACVA, demencias, enfermedad de Parkinson, alteraciones medulares… 37 • La hipersensibilidad del detrusor (urgencia sensorial). En ella no existen contracciones del detrusor sino una hipersensibilidad de los receptores sensoriales vesicales y uretrales que impiden el llenado normal de la vejiga. Las causas que la producen son procesos inflamatorios, infecciones urinarias, litiasis, tumores… Incontinencia Urinaria Refleja En aquellas lesiones medulares en las que el núcleo pontino de la micción pierde la tutela sobre los núcleos medulares de la micción, se produce una hiperreflexia con disinergia del detrusor. La persona afectada por este tipo de lesión (se da tanto en el hombre como en la mujer) no siente ningún impulso de orinar ya que se bloquean las señales nerviosas a lo largo de la médula espinal. Incontinencia Urinaria por Rebosamiento debido a vejiga hipotónica o atónica Si la lesión afecta al nervio pélvico, existiendo lesiones medulares al nivel de las metámeras sacras S2-S3-S4, ocasiona una arreflexia del detrusor, es decir, la ausencia de actividad contráctil del mismo. Las causas pueden ser traumáticas, tumores, hernia de disco, neuropatía diabética, neuropatía secundaria, hipertensión o infección. El detrusor, en ocasiones, es hipoactivo, es decir, que siendo capaz de contraerse la duración o magnitud de su contracción, es insuficiente para conseguir un vaciado vesical efectivo. El detrusor hipoactivo se da con frecuencia en los pacientes afectos de mielomeningocele, esclerosis múltiple y lesiones medulares incompletas. Si el detrusor es atónico, no existen contracciones. Detrusor acontráctil Cuando existe una lesión neurológica que afecta a la inervación o a cualquiera de los centros que controlan el arco reflejo, el normal funcionamiento de la vejiga se ve alterado, desencadenando una ausencia de contracción del detrusor, no pudiendo ser efectiva la fase normal de vaciado. La causa más frecuente de las neuropatías está producida por diabetes mellitus causando lesión de los nervios pudendo, pélvico e hipogástrico. Esta alteración puede manifestarse con pérdida o disminución del deseo miccional, chorro miccional débil, sensación de micción incompleta, retención urinaria o pequeños escapes de orina al aumentar la presión abdominal. 38 Incontinencia Urinaria Funcional Denominamos insuficiencia urinaria funcional a los escapes de orina asociados a la incapacidad para llegar al servicio, o utilizar un sustitutivo. Habitualmente aparece en las situaciones de incapacidad tanto física como mental, así como en casos de escasa motivación (depresión) o falta de colaboración (ansiedad). En ocasiones este tipo de incontinencia puede precipitarse por la existencia de barreras arquitectónicas (difícil acceso al servicio o mala situación de los mismos) o por número insuficiente de cuidadores. Incontinencia Urinaria por Rebosamiento La incontinencia por rebosamiento es la pérdida involuntaria de orina asociada a una sobre distensión de la vejiga. Este tipo de incontinencia siempre es secundaria a una retención urinaria. Puede producirse por obstrucción o por lesión neurológica (detrusor acontráctil): Obstrucción El término “obstrucción del tracto urinario inferior” incluye todos aquellos procesos que, de una forma u otra, comprometen el normal vaciado de la orina durante la micción (hipertrofia prostática, tumores, litiasis, etc.). Para conseguir el vaciado, el detrusor aumenta la presión mediante mayor actividad, ayudándose de la prensa abdominal, ya que la obstrucción del tracto urinario inferior (TUI) supone un incremento de la presión uretral. De continuar el aumento de la actividad vesical, el detrusor se hipertrofia, las fibras musculares se elongan y pierden su capacidad contráctil pudiendo dar lugar a hernias que, cuando aumentan de tamaño, se convierten en divertículos. Si esto se prolonga en el tiempo la situación puede hacerse irreversible, produciendo daño miógeno, en ese caso la vejiga no es capaz de conseguir el vaciado, produciéndose retención completa y añadiendo mayor riesgo para los riñones. Si la obstrucción se instaura de forma aguda, la sintomatología es aparatosa: intenso deseo miccional, dolor suprapúbico, malestar general, se aprecia globo vesical, lo que incrementa el dolor y el deseo miccional. Si la obstrucción es lenta o crónica los síntomas se instauran paulatinamente: esfuerzo para evacuar, chorro urinario poco potente, polaquiuria, goteo postmiccional e incluso incontinencia de urgencia. 39 Incontinencia Urinaria Postmiccional Consiste en la pérdida de una pequeña cantidad de orina después de haber completado la micción, produciendo problemas higiénicos y estéticos. Este tipo de incontinencia es propia del hombre a cualquier edad. Está producida por la acumulación de orina en la uretra bulbar. Su causa es idiopática. Puede paliarse con una simple maniobra, mediante una firme presión detrás del escroto, hacia arriba y adelante, ejercida con los dedos o con el puño al finalizar la micción. Con esto se consigue que esta cantidad de orina acumulada en la uretra salga al exterior en ese mismo momento. Incontinencia Urinaria por Goteo Continuo Como su propio nombre indica, se manifiesta por una fuga continua de orina según se produce su filtrado. Las causas más frecuentes son: • Causas congénitas: malformaciones uretero-ectópicas • Causas orgánicas: lesiones postquirúrgicas • Causas neurológicas: pérdida del potencial contráctil del esfínter 40 41 Valoración de la Incontinencia La mayoría de las incontinencias son curables, pero se necesita hacer, en las fases iniciales del problema, una valoración precisa individual de la persona para: 9 • Confirmar la presencia de la insuficiencia urinaria. • Identificar factores que contribuyan a la insuficiencia urinaria. • Diagnóstico diferencial. • Identificar pacientes que necesiten exploraciones complementarias. • Determinar grado, tipo, causas de la incontinencia y alcance de la patología subyacente. • Aplicar el tratamiento más adecuado. • Concienciación profesional del problema. Para una correcta valoración, es fundamental determinar el alcance de la patología subyacente, determinando las causas que nos llevan a la incontinencia así como el tipo y el grado de la misma. Una vez realizada la valoración, podremos elegir el tratamiento y plan de cuidados adecuado. 42 El primer paso para determinar el estado de salud de un individuo, familia o comunidad es la recogida de datos, bien directamente a partir del usuario o indirectamente de otras fuentes. Esta recogida se realiza en tres fases: • Antes de ver al usuario. • En presencia del usuario. • Después de la cita. Proceso de valoración Anamnesis La valoración de la incontinencia debe iniciarse con una completa anamnesis dirigida al incontinente salvo que éste tenga problemas de comunicación o deterioro mental, en cuyo caso es necesario hablar con familiares o cuidadores (anamnesis dirigida). Una vez recogidos los datos personales (nombre, dirección, el motivo de la consulta, queja principal) se investigará acerca de: • Antecedentes personales: enfermedades pasadas y actuales, prestando especial atención a la patología neurológica, diabetes mellitus, infecciones urinarias. • Antecedentes familiares: diabetes, demencias, enfermedades neurológicas. • Antecedentes obstétricos: actividad sexual, intervenciones previas del tracto urinario, cirugía abdomino-pélvica, cirugía sobre la columna vertebral. • Características de la micción: duración, cantidad, forma de pérdida (gota a gota, intermitente), síntomas acompañantes... Es muy importante determinar si el incontinente es consciente o no de la pérdida de orina. • Eliminación: hábitos previos, estreñimiento, incontinencia fecal, laxantes... • Ingesta hídrica: cantidad, distribución horaria, relación ingesta/ incontinencia. • Medicación: medicación actual, prestando especial atención a fármacos con efectos secundarios en el tracto urinario inferior, como diuréticos, sedantes, hipnóticos, antidepresivos y anticolinérgicos. • Estado mental: alteraciones agudas, crónicas, influencia en la relacióncooperación; otros problemas potenciales. • Grado de movilidad: total, parcial encamado, ensillado, movilidad de las manos… • Entorno personal: soporte familiar, actitud y disponibilidad del personal que les cuida. • Arquitectura, mobiliario, equipamiento del domicilio 43 Diario miccional Registro de volumen y frecuencia que recoge la cantidad de líquido ingerido y la orina producida durante 24 horas, así como episodios de incontinencia, urgencia y número de absorbentes utilizados. Gráfica continencia: volumen y frecuencia análisis semanal Nombre.................................................................................................. Horarios: Semana............................................ 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 1 2 3 4 5 6 Promedio diario Líquido ingerido Lunes Martes Fecha de la Próxima cita Miércoles Jueves Viernes Instrucciones especiales y comentarios Sábado Domingo Por favor, anotar en la zona sombreada cada vez que NO haya tenido problemas de humedad Por favor, anotar en la zona sombreada cada vez que esté húmedo SCA HYGIENE PRODUCTS Examen físico El examen físico debe ser completo. Debe prestarse especial atención a las masas abdominales, ya que pueden ser las responsables de la compresión sobre la vejiga y las fibras nerviosas disminuyendo así la capacidad vesical. • Examen rectal: se valorará el tamaño de la próstata, el tono del esfínter externo, el tamaño de la ampolla rectal. • Examen vaginal: se realizará para valorar el estado del suelo pélvico determinando el tono muscular del mismo y verificar la existencia de posibles prolapsos. • Examen neurológico: evaluar el sistema nervioso lumbo-sacro, sensibilidad perineal y reflejos de los niveles sacros S2-S4, así como tono y control del esfínter anal. Dependiendo de la historia clínica y de la exploración física, se llevarán a cabo las exploraciones complementarias necesarias para llegar a una valoración rápida. 44 Pruebas analíticas • Analítica de sangre: fórmula leucocitaria, calcio, creatinina, glucosa... La hiperglucemia y la hipercalcemia son causa de poliuria. • Analítica de orina: hay que comprobar la existencia de piuria, urea, concentración de orina, presencia de residuos urinarios... Pruebas radiológicas • Radiografía simple de abdomen: útil para el diagnóstico de litiasis vesicales que causan la incontinencia urinaria de urgencia. • Cistografía: placas de contraste para visualizar la vejiga. Pueden ser incluidas en la investigación para excluir posibles alteraciones orgánicas como tumor vesical. • Urografías: para valorar la morfología y funcionamiento de las vías urinarias altas. En algunos pacientes con patología del tracto urinario puede estar indicado, sobre todo si presentan hematuria. Ecografías • Ecografía vesico-prostática: permite diagnosticar litiasis y tumores vesicales, medir la próstata y valorar el grado de obstrucción mediante el cálculo del volumen de orina residual post miccional... • Abdómino-pélvica: aporta información sobre: dilatación de vías urinarias altas, lesiones parenquimatosas renales, masas pélvicas… Resonancia magnética Es una de las técnicas más modernas que nos permite visualizar la imagen a través de un monitor de televisión o de placas. Pruebas de visualización Mediante la citoscopia y la uretroscopia visualizaremos tanto el interior de la uretra como la vejiga. Pruebas urodinámicas La urodinamia estudia la actividad funcional del tracto urinario en sus dos fases: llenado y vaciado vesical. Debe realizarse estudio urodinámico en las siguientes circunstancias: • Cuando el residuo vesical postmiccional sea claramente patológico (>100 ml). • Cuando padece infección recidivante. 45 • Cuando padece episodios de hematuria frecuentemente. • Cuando padece episodios de I.U. después de cirugía pélvica o problemas neurológicos. • Cuando a través de la historia, la exploración física y el estudio analítico no se encuentra la causa de la incontinencia. Flujometría Consiste en medir el volumen de orina expulsado en unidad de tiempo (ml/s) reproduciendo una micción habitual del paciente. El volumen miccional debe estar entre 150 y 500 ml. La flujometría dependerá de tres variables: la capacidad contráctil vesical, la resistencia de salida y el volumen urinario. Estas variables registradas gráficamente nos dan la curva de flujo, que nos expresa la relación existente entre la contracción del detrusor y la resistencia uretral. Cistometría Mide las presiones en el interior de la vejiga durante el llenado y vaciado. Perfil uretral Estudia la presión intrauretral de cierre, así como la longitud de la uretra. Urodinamia simple ambulatoria Estudia la presión intrauretral de cierre, así como la longitud de la uretra. • Maniobra de esfuerzo: mide los escapes. • Micción normal: sirve para valorar la fuerza del chorro miccional. • Sondaje post-miccional: valorar el paso de la sonda y el volumen residual. • Llenado vesical: presencia o ausencia de contracciones, cantidad perdida en la contracción y capacidad vesical. • Repetir maniobra de esfuerzo: escapes. • Vaciamiento vesical: dificultad para evacuar, volumen de orina y volumen residual. 46 Pruebas específicas Dependiendo de la historia clínica y la exploración física se llevan a cabo las exploraciones complementarias necesarias para llegar a una valoración rápida con las mínimas molestias para el paciente. Control voluntario Para comprobar si el paciente es capaz de iniciar e interrumpir voluntariamente el chorro miccional. Se realiza un tacto rectal y se pide al incontinente que contraiga y relaje voluntariamente. 47 Test del agua helada Consiste en rellenar la vejiga con agua helada desencadenando el deseo miccional; si el paciente no puede inhibir el deseo se desencadenará la micción, indicándonos una incontinencia de origen neurológico. Prueba de Bonney Con la vejiga llena y la paciente en posición ginecológica se la invita a toser y se comprueba si existe escape de orina. Se repite la maniobra con el dedo índice y medio introducidos en vagina levantando el cuello uretral, se le invita a toser nuevamente observando si se corrige el escape. Si es así, nos indicará una incontinencia de esfuerzo. Residuo postmiccional Consiste en realizar un sondaje vesical después de terminar la micción (unos 8 ó 10 minutos) o el derrame midiendo la orina residual. Así determinaremos si existe retención urinaria. Si el residuo es de más de 100 ml nos indicará que esa vejiga no se vacía en su totalidad. Prueba del absorbente Consiste en pesar los pañales del incontinente durante un periodo de tiempo específico; el peso del absorbente nos indicará el grado de incontinencia. Electromiografía Registra gráficamente el comportamiento bioeléctrico del esfínter estriado de la uretra mediante punción del esfínter uretral con electrodos de aguja colocados por vía transuretral. Esta técnica detecta los cambios que se producen en el músculo durante la activación de las unidades motoras. Su aplicación clínica es escasa. 48 49 Tratamiento de la Incontinencia Urinaria 10 Aunque la finalidad del tratamiento es corregir aquellos factores que han demostrado ser los causantes o predisponentes de la incontinencia, dada la naturaleza de este problema podríamos distinguir desde un punto de vista didáctico dos tipos de tratamiento: • Curativo: dirigido a corregir la causa de la incontinencia urinaria • Paliativo: dirigido al síntoma y a aumentar en lo posible la calidad de vida del paciente En la práctica, estos dos tipos de tratamiento se llevan a cabo conjuntamente, ya que la combinación de ambos consigue mejor resultado. Los objetivos del tratamiento de la insuficiencia urinaria son: • Curar o paliar la incontinencia urinaria de manera costeefectiva. • Evitar daños renales. • Prevenir infecciones urinarias. • Adecuar la capacidad de almacenamiento vesical. • Evitar la sobredistensión vesical. • Eliminar la orina residual. 50 • Evitar catéteres permanentes. • Mejorar la higiene general del individuo. • Mejorar la calidad de vida del paciente. Antes de realizar cualquier tratamiento se debe valorar: • Etiología y pronóstico de la enfermedad. • Tipo y grado de incontinencia. • Motivación del paciente, limitaciones físicas o psíquicas, grado de colaboración de la familia, ambiente social. • Recursos económicos y dotación del centro en el caso de estar ingresado. Tratamiento Curativo Tratamiento funcional En este apartado se incluyen los tratamientos no quirúrgicos y no farmacológicos. En muchos casos el tratamiento mejorará significativamente los síntomas, pero no curará la enfermedad subyacente, por lo que es importante cuantificar los síntomas antes y después del tratamiento. El tratamiento funcional o reeducador de la incontinencia urinaria lo constituyen una serie de técnicas encaminadas, por un lado, a desarrollar la musculatura perineal y, por otro, a modificar los hábitos miccionales de la persona, favoreciendo así su autocontrol sobre el ciclo continencia-micción. Estas técnicas son: • Cinesiterapia • Técnicas de modificación de conducta • Electroestimulación • Biofeed-back Cinesiterapia Los ejercicios para el fortalecimiento de la musculatura pélvica tienen como objetivos generales integrar la musculatura perineal dentro del esquema corporal, recuperar el tono muscular y evitar intervenciones quirúrgicas. Como objetivos específicos, reforzar el soporte visceral (evitar prolapsos), aumentar la motricidad voluntaria esfinteriana, desencadenar el cierre perineal al esfuerzo, mejorar las relaciones sexuales. 51 Se trata de una serie de ejercicios que se realizan para el fortalecimiento de la musculatura del suelo pelviano, especialmente los pubo-coxígeos. Estos ejercicios son aplicables tanto en el hombre como en la mujer, aunque es ésta la que mayor deterioro de la musculatura del suelo pélvico sufre. Fue A. Kegel, un ginecólogo norteamericano, el primero en introducir un programa de ejercicios, aunque no especificaba la intensidad y duración de los mismos. Su mayor dificultad está en el reconocimiento y toma de conciencia de dichos músculos, asegurando así el ejercicio de la musculatura correcta. Para ello nos ayudaremos de los dispositivos y métodos diagnósticos necesarios. Toma de conciencia del suelo pélvico: Intentando no contraer ningún otro músculo (del glúteo, de los muslos, abdominales o del vientre) y respirando normalmente: • Imagínate que se van a escapar gases, aprieta el músculo alrededor del ano (esfínter anal) con todas tus fuerzas subiéndolo hacia adentro. Relaja. • Imagínate que vas a tener una pérdida menstrual y no llevas compresa. Aprieta la vagina para retener el flujo. Relaja. • Imagínate que estás haciendo pipí. Aprieta fuerte como si quisieras parar el flujo de orina (esfínter uretral). Relaja. • Ahora cierra, aprieta y sube con fuerza los tres a la vez. Estarás contrayendo los músculos del suelo pélvico. Las contracciones pueden ser rápidas (1 segundo) o lentas (5-8 segundos), ejercitando así las fibras musculares de contracción rápida (fásica) y lenta (tónica). Ejercicios de Kegel Tiempo de concentración Tiempo de relajación Fibras tónicas 8 - 10´´ 16 - 20´´ Fibras fásicas 1´´ 2´´ 60 veces día (10X6) En embarazo y post-parto 10x10 veces (100 repeticiones día) En I.U.E El tiempo de relajación es el doble que el tiempo de contracción 52 Ejercicios curativos y preventivos para fortalecer el suelo pélvico 1 Es importante localizar los músculos Tensa los músculos alrededor del ano. Sigue hacia delante y hacia arriba. Prolonga este movimiento de contracción como si estuvieras levantando un objeto localizado dentro de tu pelvis. Mantén la contracción durante 2 segundos y sigue durante el máximo tiempo posible. 2 Mantén la contracción Una vez localizados los músculos correctos, continúa con fuertes contracciones ejercitándolos durante 5 segundos. Relájate y repite el ejercicio 20 veces. También puedes hacerlo de pie, sentada y caminando. 3 Utiliza más músculos En esta posición con los costados ligeramente levantados, tensa las nalgas y aprieta los músculos de la pelvis como si quisieras retener la orina. Mantente así durante 5 ó 10 segundos. Relájate. 4 Haciendo progresos Una vez logrados con éxito los ejercicios anteriores, continúa con el fortalecimiento de los abdominales, contrayendo la musculatura pélvica. 5 No olvides Cuando levantas algo pesado, tu vejiga está expuesta a una fuerte presión. Practica la contracción de la pelvis cada vez que hagas un esfuerzo abdominal. Habitúate a este ejercicio y llegarás a hacerlo de forma automática. 6 Un paso adelante La musculatura que cierra la vejiga se somete a mayor tensión durante el salto que durante ningún otro ejercicio. El siguiente paso del programa de ejercicios consiste en contraer mientras saltas con los pies juntos. 7 El examen final... Si eres capaz de saltar con las piernas separadas sin manchar, estás en buena forma. Esto significa que músculos de tu pelvis han vuelto a funcionar con normalidad. Quizás te lleve un tiempo normalidad. Quizás te lleve un tiempo lograr este objetivo, pero no desesperes. Transcurridas unas semanas de ejercicios regulares, la mayoría de las mujeres notan beneficios, incluso aquellas que comienzan a edad más avanzada. 53 Es muy importante el grado de cumplimiento y finalización del programa de ejercicios. Para recoger todo el proceso documentamos todo el programa desde el principio. Conos vaginales Es un nuevo aspecto de la cinesiterapia, proviene del Reino Unido y consiste en un juego de cinco conos de igual tamaño, pero cuyo peso va incrementándose gradualmente (el más pequeño pesa aproximadamente 10 g, y el quinto pesa unos 85 g). El principal objetivo de los conos es la toma de conciencia de la musculatura pélvica y el trabajo contrarresistencia, y se utilizan de la siguiente manera: 1 Se introduce en la vagina con la base hacia arriba, mientras que del otro extremo surge un hilo, lo que permite su extracción. 2 Comenzar con el peso pasivo. 3 Mantener durante quince minutos dos veces al día. 4 Ir aumentando el peso de los conos cuando consiga mantener el peso anterior. Presión abdominal Músculos del suelo pélvico contraído Los conos se prueban con la mujer de pie, de tal forma que se puede medir: • Peso pasivo: es el cono de mayor peso que la paciente es capaz de mantener durante un minuto sin contracción voluntaria del periné. • Peso activo: es el cono de máximo peso que la paciente es capaz de mantener durante un minuto mediante la contracción perineal voluntaria. Presenta ventajas, como la aseguración de la contracción correcta; ofrece buenos resultados en poco tiempo, no presenta efectos secundarios y su uso es muy sencillo. 54 Técnicas de modificación de conducta De gran interés en algunos tipos de pacientes, distinguimos tres técnicas distintas: Entrenamiento vesical o reeducación de esfínteres El entrenamiento vesical va dirigido especialmente a las vejigas inestables o a los casos de inestabilidad del detrusor que se traducen en incontinencia urinaria de urgencia. La finalidad es llevar al paciente a un patrón miccional más normal y cómodo y, en última instancia, llegar a la micción sin imperiosidad o a la incontinencia. El entrenamiento vesical es aún un arma muy eficaz para enfermería, pero sólo si se utiliza de una forma adecuada. El elemento más importante para el éxito es una correcta selección del régimen para cada paciente y situación concreta, es decir el tratamiento individualizado. Es importante que la incontinencia se haya diagnosticado y que se estén tratando, si es posible, los factores desencadenantes (infección urinaria, estreñimiento…) ya que estos impedirían el éxito del programa. Anteriormente a la puesta en marcha del programa de entrenamiento debemos rellenar durante una semana una gráfica de volumen y frecuencia, para saber los hábitos y horarios miccionales del paciente. Las fases del programa siguen este orden: 1º Fase: Selección de los pacientes que pueden beneficiarse de esta técnica. Es necesario tener en cuenta: • Tipo de incontinencia: Inestabilidad vesical e Incontinencia urinaria transitoria aguda • Estado físico • Actividad • Movilidad • Estado mental 1ª Fase 1. Estado Físico 2. Actividad 3. Actividad 4. Estado mental Malo 1 Encamado 1 Inmóvil 1 Estupor 1 Pobre 2 Ensillado 2 Muy limitado 2 Confusión 2 Justo 3 Camina con ayuda 3 Algo limitado 3 Apatía 3 Bueno 4 Ambulante 4 Total 4 Alerta 4 55 Separamos el parámetro nº 4 porque el estado mental del paciente debe ser alerta en todo los casos. La suma de los otros parámetros debe ser nueve puntos como mínimo. 2º Fase: Una vez seleccionados los pacientes hay que conocer el esquema miccional de cada uno de ellos, tanto el voluntario como los escapes de orina. Para ello, utilizaremos las hojas de registro miccional, en la que se reflejarán los escapes de orina, el volumen y los periodos máximos y mínimos entre micciones y escapes. El tiempo de control debe ser de una semana. 3º Fase: Hay que establecer el intervalo de tiempo entre cada micción según el diario miccional obtenido, comenzando por el menor intervalo de tiempo entre cada micción del paciente. Normalmente se parte de un intervalo de 60 minutos. Los pacientes deben ser instruidos para orinar según el esquema establecido, tanto si tienen ganas como si no. En el caso de que sientan la necesidad de orinar antes del tiempo establecido, se tratará de inhibir el deseo miccional con cualquier maniobra de distracción posible (ejercicios de contracción del suelo pélvico, relajación, respiraciones profundas, etc.) aguantando sin orinar hasta el tiempo programado para la siguiente micción. Para el periodo de descanso nocturno se recomienda que se orine justo al acostarse y, si el paciente está de acuerdo y la enfermera lo cree oportuno, una o dos veces durante la noche. 4º Fase: Una vez comprobado el éxito de la fase anterior, revisaremos cada dos semanas el intervalo de tiempo entre micciones, prolongando diez o quince minutos (según la respuesta y características de la persona). El objetivo final será conseguir que el paciente tenga una frecuencia miccional diurna entre tres y cuatro horas. Un equipo multidisciplinario bien integrado es de vital importancia para el tratamiento y posterior seguimiento de esta técnica. La enfermera debe saber la contribución potencial de todos los profesionales del equipo y saber cuándo es apropiado remitir al incontinente a cada uno de ellos, ya que es la máxima responsable del incontinente que está a su cargo. El éxito del tratamiento estará estrechamente ligado a la unión y la buena gestión del equipo. En el paciente incontinente influyen muchos factores; debemos valorarlo como individuo, globalmente y no tratar la incontinencia de forma aislada, teniendo en cuenta cualquier aspecto que incida directa o indirectamente sobre la incontinencia. También es posible ayudarnos al principio con tratamiento farmacológico (anticolinérgicos), pero una vez iniciado el entrenamiento se irá disminuyendo la dosis gradualmente hasta suprimir la medicación y seguir únicamente con el programa de reeducación. 56 Alarmas de cama húmeda Son unos sensores que se fijan a la ropa interior o a las sábanas de tal modo que hacen sonar una alarma al detectar la humedad, interrumpiendo así el sueño. De utilidad básicamente en niños o adolescentes que padecen enuresis nocturna. Su eficacia en estos casos está alrededor del 50%. Técnicas de relajación En ocasiones resulta de gran interés la instrucción en diferentes técnicas de relajación que ayudan a neutralizar el componente de ansiedad que acompaña a gran número de trastornos urinarios. Electroestimuladores Es la aplicación de una corriente eléctrica a través de electrodos, para conseguir aumentar la resistencia de la musculatura estriada del suelo pélvico, recuperar la función de soporte de las estructuras internas, reforzar el esfínter uretral en caso de insuficiencia esfinteriana y para inhibir contracciones vesicales en caso de inestabilidad de detrusor. El único requisito previo para obtener un efecto terapéutico es la existencia de inervación total o parcial de la musculatura del suelo pélvico a través del nervio pudendo. Existen varios modelos de estimuladores y de electrodos que se aplicarán durante un tiempo y unas dosis específicas en cada caso: implantables, anales y vaginales. No debe utilizarse esta técnica cuando: 57 • La vejiga tiene baja capacidad de acomodación • Cuando existe reflujo vesico-uretral • Cuando el residuo postmiccional es mayor de 100 ml. • En el embarazo • Cuando existe obstrucción uretral • Si la persona lleva marcapasos Biofeedback Aparece como medio terapéutico en reeducación funcional en los años setenta. Es una forma sofisticada de entrenamiento vesical para pacientes con inestabilidad del detrusor, basado en psicología experimental. El paciente debe ser razonablemente inteligente y estar motivado. El objetivo del biofeedback es modificar una respuesta fisiológica inadaptada o ayudar a adquirir una respuesta fisiológica. Es una técnica que utiliza un equipamiento habitualmente electrónico para mostrar procesos fisiológicos normales o alterados bajo la forma de señales visuales o auditivas. Consiste en aprender a manipular estos procesos involuntarios o inconscientes dirigiendo las señales representadas. La aplicación del biofeedback también nos permite conseguir más rápidamente conciencia del grupo muscular (suelo pélvico), utilizándolo inicialmente y, cuando ya se ha adquirido la toma de conciencia, su uso se limita al control ocasional. La información del proceso fisiológico inconsciente a tratar debe presentarse mediante señales auditivas visuales o táctiles. La señal se presenta de una forma cuantitativa motivando al paciente a alterarla y, de esta forma, controlar el proceso fisiológico (por ejemplo, urgencia motora, se muestra la presión del detrusor y se controlan las contracciones del mismo). Con la relajación del suelo pélvico, se ejercita éste y se muestra el EMG. Dentro de esta técnica se concede gran importancia a los conceptos de “control”, “autocontrol” y “sistemas de control”, asumiendo que el biofeedback puede enseñar a una persona a controlar un sistema fisiológico más eficazmente, una vez que éste ha visto alterado su funcionamiento por alguna anomalía o proceso patológico. Estas anomalías son, en su mayoría, del funcionamiento de la conducta. De la misma manera que reconocemos que la conducta del individuo contribuye al desarrollo de múltiples enfermedades, reconocemos que también puede facilitar su alivio o recuperación cuando la persona ejerce la capacidad de control o autocontrol de su conducta. 58 De la misma manera que reconocemos que la conducta del individuo contribuye al desarrollo de múltiples enfermedades, reconocemos que también puede facilitar su alivio o recuperación cuando la persona ejerce la capacidad de control o autocontrol de su conducta. En definitiva, el componente básico de estos procedimientos es el aprendizaje del control de diferentes conductas o funciones biológicas utilizando para ello la información procedente de estas mismas funciones. Esquemáticamente podría definirse: • Respuesta emitida por el organismo • Información (feed-back) obtenida o facilitada al individuo sobre esa respuesta. • Análisis y comparación por parte del sujeto de la información recibida sobre la respuesta, con las instrucciones previamente establecidas o las condiciones ideales de funcionamiento del sistema. • Control por parte del sujeto sobre la respuesta en funciones posteriores. Los electrodos internos y/o externos captan los cambios de presión muscular, haciendo esas variaciones visibles en el monitor, mediante una señal visual, auditiva o ambas. La reeducación perineo-esfinteriana mediante biofeedback permite educar el control de la musculatura del suelo pélvico en cualquier posición, suprimiendo sinergias musculares. El trabajo con biofeedback permite conseguir dos objetivos: • Reforzamiento activo del conjunto de la musculatura pélvica • Relajamiento de dicha musculatura en caso de hipertonía 59 Autocateterismo Limpio e Intermitente El sondaje intermitente es la base del tratamiento de la vejiga neurógena y es una ayuda fundamental en algunos casos de estenosis uretral. Se deben utilizar siempre sondas de baja presión, recubiertas de polivinilpirrolidina y exentas de látex. Tras añadirle agua, su coeficiente de rozamiento es muy inferior a una sonda convencional con lubricante urológico. El objetivo es vaciar la vejiga para prevenir la sobre distensión vesical, la incontinencia y evitar las complicaciones derivadas de éstas. El desarrollo de estas técnicas ha tenido un efecto revolucionario en el manejo ambulatorio de muchos pacientes con alteraciones en la micción. Es entre los años 1972 y 1976, a través de trabajos debidamente contrastados, cuando se incorpora el concepto de cateterismo intermitente limpio y no estéril, lo que permite la generalización de la técnica. Hoy en día el autocateterismo intermitente permite a pacientes con fallo en el vaciado vesical de cualquier etiología vivir una vida prácticamente normal. 60 Indicaciones: Siempre que se utilice un catéter de calibre adecuado, esta técnica puede estar indicada en pacientes de cualquier edad. La patología puede ir desde una vejiga atónica o hipoactiva hasta una vejiga hiperactiva controlada o una disfunción esfinteriana con síntomas o complicaciones debidas a la orina residual. El vaciamiento vesical regular permite reducir el riesgo de daño renal, la incidencia de infecciones urinarias y evita la incontinencia. En pacientes con vejiga hiperactiva, su uso, a veces debe combinarse con fármacos anticolinérgicos u otros métodos para controlar la movilidad del detrusor. Son los pacientes con vejiga neurógena y mielomeningocele los grupos que más se han beneficiado del cateterismo intermitente. La puesta en marcha de esta práctica requiere de un adiestramiento del paciente y de sus familiares (en caso necesario), por parte del equipo de enfermería. Al principio y hasta que el proceso no sea correcto, se debe acudir al centro, y únicamente cuando se esté debidamente adiestrado se puede practicar solo en el domicilio. Su frecuencia dependerá del volumen diario de orina y de la capacidad de la vejiga. En general tres o cuatro cateterismos semanales son suficientes La práctica ha demostrado que el porcentaje de infecciones no supera a los cateterismos estériles, ya que su uso produce una serie de ventajas: • La reeducación de la presión intravesical mejora la circulación de la pared vesical y la eficacia de las defensas naturales • El flujo urinario lava los microorganismos • El vaciamiento de la vejiga elimina el posible medio de cultivo No se recomienda la instilación de antiséptico en la vejiga porque se puede producir una reacción inflamatoria de la mucosa vesical. Otra posible complicación es la presencia de sangre en pequeña cantidad en la orina inicial y terminal debido a traumatismos superficiales de la mucosa uretrovesical. En el hombre, en raras ocasiones, puede aparecer epidimitis y orquitis, presumiblemente debidas a la introducción de gérmenes en el catéter. Seguimiento: El paciente que practica el autocateterismo debe ser controlado regularmente. Estos controles serán más frecuentes al principio de la práctica y después se repetirán cada seis meses para: • Hacer una historia del problema, en particular infecciones urinarias • Establecer si el paciente orina espontáneamente • Examinar la zona genital y el orificio uretral 61 • Realizar un cultivo de las muestras de orina • Realizar una ecografía después del autocateterismo para excluir la posibilidad de cálculos vesicales y vaciamiento incompleto Estimulación del reflejo de vaciado Consiste en la realización de maniobras que desencadenan el reflejo miccional. Pequeños golpes en la región suprapúbica, la compresión del glande o el escroto, o la manipulación anal pueden ser efectivos. Su objetivo es conseguir el vaciado para evitar la incontinencia, pero eso se consigue en pocas ocasiones, ya que el desencadenamiento de la contracción del detrusor no necesariamente se asocia a una relajación del esfínter uretral. Tratamiento Farmacológico En los últimos años, la industria farmacéutica ha realizado esfuerzos para conseguir fármacos dirigidos a paliar la incontinencia urinaria. A pesar de ello, los fármacos para el tratamiento de la incontinencia producen efectos secundarios y molestias que en ocasiones hacen inaceptable dicho tratamiento. Generalmente la administración de un tratamiento farmacológico debería ir acompañada de un programa de entrenamiento vesical, debido a la tendencia a la recaída si se retira la medicación. Existen fármacos para estimular o inhibir la contracción vesical o estimular el cierre uretral. Están en marcha muchos ensayos clínicos, en diferentes fases, en los que se contemplan nuevas vías de administración: transdérmica e intravesical. 62 Fármacos para tratar la Hiperactividad Vesical Terapia oral • Anticolinérgicos-antimuscarínicos, sus efectos secundarios son bien conocidos: estreñimiento, taquicardia, sequedad de boca y parálisis de la acomodación, “visión borrosa”… Están contraindicados en pacientes con glaucoma o en caso de obstrucción intestinal o uretral. Son los fármacos más utilizados para el tratamiento de urgencia miccional y la incontinencia de urgencia de origen no neurológico. Sus efectos colaterales limitan su uso considerablemente. • Agentes adrenérgicos beta, buenos resultados en la urgencia, pero no en la hiperactividad. • Antagonistas del calcio, inhiben la contracción vesical de forma mixta. • Fármacos de acción mixta, clorhidrato de oxibutinina, eficacia demostrada como relajante muscular y anestésico local. Gran incidencia de efectos secundarios como sequedad de boca, estreñimiento, visión borrosa. • Flavoxato, es más efectivo en síndromes irritativos que en la hiperactividad, en ensayos clínicos sus porcentajes de éxito varían ampliamente, su eficacia no ha sido claramente documentada. • Bloqueantes alfa, consiguen la disminución de la resistencia uretral • Antidepresivos tricíclicos, clorhidrato de imipramida, su indicación es la depresión, inhibición potente de la contracción vesical, más por su efecto anestésico que anticolinérgico, efecto aditivo y efectos secundarios muy importantes. Terapia intravesical • Cloruro de oxibutinina, instilado vesicalmente, disminuye la presión máxima de las contracciones involuntarias del detrusor y mejora la capacidad de almacenamiento vesical. 63 Fármacos para el Detrusor Hipoactivo Miméticos beta • Cloruro de betacol, estimula la contracción del detrusor, aunque no se ha demostrado que consiga un patrón miccional correcto. Fármacos para disminuir la Resistencia Uretral • Bloqueantes alfa, fenoxibenzamina, relajación del cuello vesical, desarrollado para la hiperplasia benigna de próstata. • Diazepán, relajante del músculo estriado, siempre a costa de efectos sistemáticos comunes a todas las benzodiacepinas. Fármacos para aumentar la Resistencia Uretral Miméticos alfa • Efedrina y derivados, se comercializan como antigripales, efecto no documentado. • Duloxetina, dirigido a la incontinencia urinaria de esfuerzo, aumento de la resistencia uretral. Otros fármacos que inciden directamente sobre la incontinencia urinaria son: • Antibióticos en caso de infección urinaria. • Estimuladores del tránsito intestinal, en caso de estreñimiento. • Estrógenos, para terapia sustitutiva en la menopausia. • Toxina botulínica, para el tratamiento de la disinergia entre detrusor y esfínter uretral estriado, disminuye espasmos y trastornos del movimiento. Inyección directa de toxina botulínica sobre las fibras del esfínter, transuretral o transperineal, parece ser eficaz temporalmente de 6 a 12 meses. 64 Tratamiento Quirúrgico Cirugía dirigida a la incontinencia de esfuerzo. El objetivo es corregir el soporte anatómico de la uretra y del cuello vesical, corrigiendo al máximo el insuficiente mecanismo de cierre de la uretra. Existen numerosas técnicas y se recurre a unas o a otras dependiendo de las características de cada paciente y de su alteración. Los procedimientos se pueden agrupar en: • Técnicas de abordaje por vía vaginal: cualquier variación de la técnica de Nelly, fruncimiento uretral. • Técnicas de abordaje por vía abdominal-retropúbica: como la técnica de uretrosuspensión de Marshall-Marchetti; la sujeción parauretral se realiza en la cara posterior del pubis, las suspensiones del cuello vesical de Burch con puntos de sujeción al ligamento de Cooper o de Ramírez. • Técnicas de colposuspensión con aguja: en las que se combina la vía transvaginal y abdominal como la técnica de Pereyra y las posteriores modificaciones. • Técnicas de cabestrillo: vía combinada vagino-abdominal. En todas ellas se pasa una banda de material autólogo (fascia o epitelio vaginal) o inerte (fascia lata, goretex o cualquier otro material sintético), por debajo de la uretra, y se sutura a la fascia de los músculos abdominales. Ninguna de ellas consigue el 100% de curaciones ni está exenta de complicaciones y/o efectos secundarios: • Cirugía para disminuir la resistencia uretral: esfinterectomía, bloqueo del nervio pudendo, prótesis intrauretrales. • Cirugía para disminuir las contracciones del detrusor; cistodistensión, neurectomía sacra selectiva. • Cirugía para aumentar la resistencia esfinteriana: si existe incompetencia esfinteriana, en la mujer se puede realizar una cirugía vaginal reconstructiva. En ambos sexos se pueden colocar prótesis esfinterianas o realizar resecciones suprapúbicas. • Cirugía para lograr una compresión uretral pasiva. • Cirugía para aumentar la capacidad de la vejiga y disminuir la presión intravesical: si existe obstrucción en la evacuación a causa de jipertrofia prostática se realizará una prostatectomía; si existe estenosis uretral, uretromía. Si la uretra está muy dañada se puede reconstruir a partir de un colgajo vesical, o se puede recurrir a la urostomía. 65 Neuromodulación Es una técnica reciente de coste elevado, dirigida a la hiperactividad de la vejiga (incontinencia de urgencia y síntomas de urgencia -frecuencia) y retención urinaria. Este tratamiento debe considerarse para los pacientes que no han obtenido buenos resultados o no han podido tolerar los efectos adversos de los tratamientos más conservadores, como las terapias de modificación de conducta, la estimulación eléctrica o los enfoques farmacológicos. Consiste en la estimulación de los nervios sacros que constituyen la inervación autónoma y somática común más distal del suelo pélvico, músculo detrusor y el aparato gastrointestinal inferior, utilizando impulsos eléctricos de baja intensidad de forma continua. Esta estimulación se consigue implantando quirúrgicamente un generador de impulsos y un sistema de electrodos. El electrodo se coloca habitualmente en la tercera cavidad del (S3) izquierda o derecha. El sistema se puede implantar con un procedimiento mínimamente invasivo, con anestesia local. La terapia es reversible en cualquier momento. Tratamiento Paliativo Este tratamiento está basado en una variedad de dispositivos. En ocasiones, el tratamiento paliativo se lleva a cabo conjuntamente con el inicio del tratamiento curativo, para dar más seguridad al paciente y conseguir mejores resultados. También está indicado cuando no es posible ninguno de los distintos tratamientos anteriormente expuestos, porque su aplicación choca directamente con otras minusvalías del paciente o porque la incontinencia es irreversible. Por otro lado, el continuo desarrollo de nuevos productos para el cuidado de la incontinencia así como el perfeccionamiento de otros permite una notable mejoría de la calidad de vida del incontinente. Es importante tener un adecuado conocimiento tanto de los distintos productos existentes, como de su correcta utilización, para conseguir la máxima optimización de los mismos e incidir directamente en el objetivo final del tratamiento; el aumento de la calidad de vida del incontinente, la disminución de las posibles complicaciones derivadas de la incontinencia y la racionalización del gasto. Los más utilizados en el pasado han sido sustituidos por los absorbentes, gracias a su gran variedad, discreción e innovación de sus materiales. Las características que debe reunir un producto para el cuidado del paciente incontinente son: 66 • Eficacia: deben servir para recibir, recoger y retener la orina teniendo en cuenta factores como: tipo, grado y frecuencia de la incontinencia, complexión física del paciente y nivel de actividad (ambulante, encamado, ensillado...). • Confortabilidad tanto en volumen, en forma anatómica como en sequedad de la piel. • Tolerancia: no debe contener sustancias químicas suceptibles de modificar las condiciones fisiológicas de la piel, ni producir irritaciones o cualquier otro tipo de lesión. • Discreción: el paciente tiene derecho a proteger su intimidad, por lo que el producto debe tener las características adecuadas antes, durante y después de su uso para permitir la máxima discreción. Dispositivos oclusivos Son dispositivos mecánicos que actúan comprimiendo la uretra. En el hombre se colocan directamente sobre el pene; en la mujer a través de la vagina. Estos dispositivos requieren del paciente dos requisitos indispensables: • Destreza manual, ya que se tiene que poner y quitar el dispositivo varias veces al día. • Facultades psíquicas intactas, ya que tienen que ir al WC cada hora y media, máximo cada dos horas, para extraer el mecanismo, dejar que se restablezca la circulación sanguínea y volver a colocárselo. La utilización de los dispositivos oclusivos siempre ha de ser alternativa con otro dispositivo conductivo o absorbente, debido a que la presión sostenida durante todo el día, aunque haya intervalos, puede ocasionar serios problemas como isquemia, lesiones en la piel, inflamaciones, lesiones uretrales, fístulas e infecciones en la mujer. En el hombre los más usados son: • Pinza de Cunningham. Tiene una estructura metálica protegida por un revestimiento de goma y dos piezas de caucho esponjado. La parte inferior lleva una prominencia que presiona la uretra, el cierre se realiza por medio de unos muelles laterales. Es la más usada. • Pinza de Baumrucker. Tiene dos puntos diferentes de presión que imprimen a la uretra una curvatura en forma de S. • Dispositivo de Penoring. Pequeño manguito hinchable provisto de una tira de velcro que comprime selectivamente la uretra, con posibilidad de regular dicha compresión. Existen otros dispositivos de implantación interna. En la mujer, esta compresión puede realizarse por medio de pesarios que se apoyan en la cara posterior de la sínfisis del pubis, comprimiendo la pared vesical anterior y la uretra. En la mujer los más utilizados son: 67 • Dispositivo en anillo. • Dispositivo de goma espuma Pocket (tampón). • Dispositivo de Edwards que consiste en una lámina metálica en forma de U, uno de los extremos va situado en la cara exterior del pubis y el otro en la vagina; una vez introducido ejerce compresión en la uretra y base vesical. • Dispositivo de Habib, similar al anterior. • Dispositivo de Bonnar, consistente en un globo hinchable de silatric que se coloca en la vagina. La presión que ejerce el balón hinchado restablece la continencia. Al hincharse el balón en la vagina presiona la uretra y cierra el conducto de salida. Dispositivos conductivos Tienen la misión de recoger, transportar y almacenar la orina. • Sonda uretro-vesical. No está indicada en el tratamiento de la incontinencia. Sus consecuencias y efectos secundarios superan a sus beneficios. La aparición de nuevos dispositivos la hacen totalmente prescindible. Los problemas más importantes son: • Infección urinaria. Toda sonda uretro-vesical a las 72 horas se contamina. Si no se retira, la infección es irremediable, teniendo que tratarla con antibioterapia, por lo que hemos añadido una patología nueva al incontinente. Esta patología, dependiendo del estado del paciente y su sistema inmunológico, puede ocasionarle, aparte del sufrimiento propio del trastorno, secuelas importantes. • Desaparición del deseo miccional. El deseo miccional, como anteriormente hemos referido, aparece cuando hay un volumen de orina en la vejiga. En este caso nunca hay deseo miccional puesto que la orina no se almacena en la vejiga sino que sale al exterior a medida que se va filtrando. Además, esa vejiga ya no se distiende para llenarse, ni se contrae para vaciarse; por tanto, sigue un proceso de atrofia. • Dilatación progresiva de la uretra, meato y pérdida de tono muscular del esfínter uretral. El esfínter esta abierto para dar paso a la sonda. Con el tiempo va perdiendo tono muscular, quedando incompetente y esto, unido a la progresiva dilatación de la uretra, hace que los posteriores cambios de sonda requieran números de calibre más grandes apareciendo pérdidas de orina por rebosamiento alrededor de la sonda. 68 • Problemas sexuales. Cada día está más claro que el ser humano tiene actividad sexual hasta el final de sus días, ya sea muy espaciadamente, en compañía, en solitario, etc. La actividad sexual, sea cual sea, con un sondaje permanente es difícil y poco satisfactoria. • Colector peneano. Recogida pasiva de la orina en el exterior. Son exclusivos para hombres. Aunque sensiblemente mejorados con el paso del tiempo debido a la fabricación con materiales más adecuados, la utilización continua de éstos precisa una serie de requisitos y controles. Cada 24 horas, aprovechando la higiene diaria, es preciso el cambio de colector y una revisión de la piel del pene, ya que con su uso continuado puede aparecer maceración o irritación en la zona. En este caso se debe descansar 24 ó 48 horas, utilizar un absorbente y, cuando la piel se haya restablecido, volver al uso del colector si se prefiere. Si no se hacen estas revisiones, las complicaciones pueden ser lesiones cutáneas y úlceras peneanas. Orinales ambulatorios • Sillas de ruedas con orinal, utilizadas en algunas zonas y centros. • Su mayor ventaja es la comodidad por parte del cuidador. • Sus principales inconvenientes radican en la estanqueidad, ya que el contacto de la orina con las heces desprende amoniaco, dando lugar a infecciones, irritaciones cutáneas y malos olores. • También fomentan el problema de las hemorroides, debido al número de horas que están sentados en el vacío, dejando aparte la conveniencia o no de tener sentada en un orinal todo el día a la persona. 69 Dispositivos absorbentes El dispositivo o apósito absorbente es hoy por hoy el más utilizado dentro del tratamiento palativo para las incontinencias irrecuperables. Esta elección es debida al gran avance tecnológico del producto, a su facilidad de colocación y a su práctica ausencia de efectos secundarios. El objetivo y función básica que persiguen los absorbentes es retener y aislar la orina, manteniendo al paciente seco y confortable. Este objetivo se consigue por parte de algunos absorbentes debido a su alta tecnología, tanto en los materiales utilizados: tela sin tejer, celulosa, superabsorbente, etc., como por diseño y confección. Los requisitos básicos que debe reunir un absorbente son: • Debe tener tres capas: una superior permeable, una central absorbente, y una inferior o externa impermeable para evitar la salida de la orina y para que exista una absorción rápida y eficaz. Estas tres capas deben mantenerse íntegras, sin separarse o romperse. • Que la capa superficial siempre esté seca, evitando la humedad; previniendo las irritaciones y las maceraciones de la piel. • Que sea confortable, agradable. 70 • Que sea discreto, pero disponga de la necesaria y suficiente capacidad de absorción, en función del grado de incontinencia. • Forma anatómica para que se adapte y tenga un buen ajuste al cuerpo del incontinente, para facilitar sus movimientos y evitar derrames de orina. • Que aporten un sistema de fijación adecuado y acorde a la complexión física de cada paciente. Mallas elásticas en distintas tallas o etiquetas adhesivas reposicionables. • Que sea hipoalergénico. • Que sea económico en función de su eficacia. La creencia popular de que todos los dispositivos absorbentes de adultos del mercado son iguales es totalmente errónea, ya que hay grandes diferencias de unos a otros, tanto en calidad y cantidad de los materiales absorbentes como en la presencia o no de elementos de protección adicionales: barreras antifugas, elásticos de sujeción, adhesivos reposicionables y banda de fijación, indicador de humedad, etc., variando sensiblemente la confortabilidad, eficacia y consumo. Las diferencias entre los distintos absorbentes se establecen en función de su capacidad de absorción, tipo o forma y talla. Capacidad de absorción Los absorbentes de incontinencia se dividen en tres tipos, y se catalogan por el Ministerio de Sanidad y Consumo según su capacidad de absorción: Capacidad de absorción Absorbente Día Absorbente Noche Absorbente Supernoche De 600 a 900 ml De 900 a 1.200 ml Más de 1.200 ml 71 Tipo o forma del absorbente Los absorbentes se fabrican en diferentes formas para cada una de las absorciones antes descritas: Absorbentes rectangulares: • Son los primeros que salieron al mercado. Su absorción es baja y su adaptación no demasiado buena debido a sus líneas rectas. • Se sujetan mediante una malla elástica. • Están recomendados en incontinencias ligeras e inicios de la incontinencia. • La ventaja de estos absorbentes es su menor precio y que su forma se asemeja más a una compresa que a un pañal, y en algunos casos son mejor aceptados psicológicamente. Absorbentes anatómicos: • Sistema de dos piezas. Consta de un apósito de diferente tamaño y absorción en función del grado de incontinencia (ligera-moderada, moderada-grave, gravemuy grave) y una malla elástica que se presenta en varios tamaños que permite una mejora adaptación al cuerpo del paciente y permite combinar perfectamente la necesidad de absorción del paciente con su complexión física. • El diseño anatómico tiene la ventaja de adaptarse mejor al cuerpo, evitando desplazamientos innecesarios y su eficacia es mayor respecto al diseño rectangular. • La fijación mediante malla consigue una mayor seguridad y protección, además de un mejor cuidado de la piel. • Durante el día se utilizan apósitos más discretos con menor capacidad de absorción. Durante la noche se dispone de apósitos de mayor tamaño y absorción para no molestar o interrumpir el sueño del paciente. 72 Absorbentes anatómicos con elásticos: • Sistema de una sola pieza. Su forma de sujeción es a través de etiquetas adhesivas reposicionables. Tienen gran similitud con los pañales infantiles. • Es aconsejable utilizar la talla adecuada a la complexión física del incontinente, ya que de ese modo conseguimos un mejor ajuste, evitando así los derrames y un mejor cuidado de la piel, ya que al colocar un pañal más grande del que precise, le rodeamos de plástico innecesario y es más fácil que éste haga pliegues y entre en contacto con la piel. • Las distintas tallas van en función del contorno de la cintura o talla de ropa. Absorbentes anatómicos con cinturón: • Este tipo de absorbentes suponen un gran avance en el diseño de absorbentes de incontinencia, así como un gran salto cualitativo en términos de mejora de calidad de vida para el paciente. • Están disponibles en dos tallas distintas: Mediana y Grande y en dos niveles de absorción: Noche y Supernoche. • Su diseño cumple con los requisitos de una incontinencia moderada o grave. • Estos absorbentes están elaborados con tejido transpirable en la cara externa, suave como la tela, que permite la circulación del aire por todo el absorbente, mientras que el líquido queda retenido en su interior. Esto ayuda a mantener la piel en sus condiciones naturales, favoreciendo un mayor confort para sus usuarios. 73 • Es el único absorbente cuya fácil colocación viene determinada por la utilización de un cinturón transpirable que se posiciona en la cadera. Este cinturón está fabricado con material totalmente transpirable, suave como la tela, agradable al tacto y confortable para la piel. Facilita la colocación en cualquier posición. Simplifica las rutinas de cambio gracias a su sencilla colocación incluso cuando se usan guantes o cremas. • Su exclusivo sistema de fijación con velcro permite ser pegado y despegado tantas veces como sea necesario, hasta lograr un ajuste perfecto. Sin riesgo de desgarros ni fugas. Absorbentes similares a la ropa interior: • Este tipo de absorbentes pueden ser subidos y bajados de forma fiable como la ropa interior normal. Esto ayuda al auto-cuidado, proporcionando al paciente independencia y dignidad. • Resulta muy práctico de poner y quitar (también se puede quitar desprendiendo las costuras laterales). • Es muy confortable: gracias a su cintura totalmente elástica y a su forma anatómica recortada en la zona del muslo, asegura una buena sujeción y una gran libertad de movimientos. • Muy eficaz: gracias a su doble capa de partículas superabsorbentes y sus pliegues elásticos, evita las pérdidas de orina. • Muy suave: gracias a su superficie tipo textil muy suave al tacto y exenta de ruidos, deja respirar a la piel sin irritarla. La prescripción del absorbente debe hacerse según las necesidades del paciente, tanto de capacidad de absorción como de la talla. Para ello hay diferentes tallas de mallas de sujeción en el caso de los rectangulares y anatómicos; para los anatómicos con elásticos hay 3 tallas: Tallas Talla Pequeña Talla Mediana Talla Grande 60-80 cm de cintura 60-80 cm de cintura 60-80 cm de cintura 74 Elección del absorbente Para la elección del absorbente hay que tener en cuenta: • El grado de incontinencia (ligera, moderada, grave). • El tipo de incontinencia. • La complexión física. • El grado de movilidad. • La preferencia del propio usuario. En términos generales, recomendaremos los absorbentes anatómicos, ya que permiten una mayor flexibilidad en la elección de nivel de absorción y talla. Además, son especialmente recomendables para aquellos incontinentes con problemas cutáneos, ya que este sistema permite una mayor transpiración de la piel. Por el contrario, estarían totalmente indicados los absorbentes elásticos en aquellos casos en que el paciente tienda a manipularse y tocarse, o en aquellos casos en que la combinación con incontinencia fecal lo haga recomendable. Los absorbentes llevan incorporado un indicador de humedad, gracias al cual sabemos cuándo debemos cambiarlo. Si el cambio se realiza antes de alcanzar su capacidad máxima de absorción estamos infrautilizando el producto. Los absorbentes deben revisarse regularmente, si bien no serán cambiados hasta que no hayan llegado a su completa capacidad de absorción: para ello nos ayudaremos del indicador de humedad. Debemos colocar siempre los absorbentes de adelante hacia atrás y retirarlos siempre hacia atrás, así iremos de la parte más limpia a la parte más sucia, evitando infecciones. 75 Prevención de la Incontinencia Urinaria 11 La incontinencia urinaria no aparece sólo en personas enfermas, es un problema mucho más frecuente de lo que la gente cree, que provoca problemas higiénicos, sociales y psicológicos. Deberíamos afrontar la prevención de la incontinencia urinaria teniendo en cuenta que puede aparecer en diversas y distintas patologías, por lo que es difícil proporcionar una prevención directa contra la misma. Su prevención, al igual que en el resto de los trastornos sanitarios, es fundamental. 76 Como inicio y de forma general deberíamos: • Mantener una actitud de continencia. • Seguir una vida lo más saludable posible. • Seguir medidas profilácticas frente a las enfermedades y alteraciones causantes de incontinencia urinaria. En la mujer el riesgo de incontinencia de esfuerzo es alto. Deberíamos por ello tomar medidas de prevención generales y aquellas específicas para este tipo de incontinencia. • Seguir una dieta equilibrada y evitar la obesidad. • Regular hábitos intestinales. • En la menopausia valorar la terapia hormonal sustitutoria. • Correcta preparación preparto. • Continuar con actividades y ejercicios específicos postparto. • Practicar ejercicios para el fortalecimiento de los músculos pélvicos. • Evitar prácticas deportivas que requieran saltos e impactos. • Evitar prendas muy ajustadas. En el hombre la aparición de incontinencia urinaria suele estar ligada estrictamente a la hipertrofia prostática. Las medidas a tener en cuenta son: • No retardar ni posponer la micción. • No abusar del alcohol, especias ni picantes. • Precaución con ciertas medicaciones. • Evitar el estreñimiento. • Evitar la sedestación prolongada. • No montar en motos y caballos. • Prevenir infecciones urinarias. • Evitar las relaciones sexuales forzadas. En la tercera edad, el colectivo más afectado por esta dolencia, debemos: • No considerar la incontinencia como un proceso normal del envejecimiento. • Posibilitar el máximo de autonomía, evitando el deterioro físico y mental: fomentando la actividad social, sentimiento de utilidad, actividad física, etc. • Fomentar rutinas para acudir al servicio, facilitando el acceso, usando ropa fácil de quitar y cuidando el estado de los pies. • Controlar la hiperglucemia. • Controlar y tratar las infecciones urinarias. • Evitar el estreñimiento: comidas no muy copiosas, de fácil masticación y ricas en fibra. Es necesario asegurar una adecuada ingesta de líquidos. • Revisar periódicamente el tratamiento farmacológico. • Mantener una actitud de continencia. 77 12 Aspectos psicológicos de la Persona Incontinente La incontinencia urinaria se convierte en causa directa de la desvalorización personal, atentando contra la autoestima y favoreciendo el apartamiento social y las dificultades de relación. La incontinencia urinaria supone en todos los casos la incapacidad de controlar una parte de uno mismo. Normalmente esto aparece en un estadio de la vida en que ya había adquirido ese control; por tanto, supone una regresión. Además de las alteraciones físicas que conlleva, la incontinencia es causa de dolor psíquico. Quienes la padecen sienten vergüenza y esto hace que la persona oculte su problema prescindiendo de buscar ayuda. 78 El grado de sufrimiento psíquico depende: • De la etiología de la enfermedad. • De la personalidad del paciente. • De la estabilidad psíquica. Es importante prestar ayuda al incontinente con la finalidad de que las repercusiones tanto sociales como psicológicas, sean mínimas. La incontinencia supone una modificación de: • El esquema corporal: Es el soporte de nuestra realidad externa y el mediador organizado de nuestra relación con los demás (“cómo nos ven los demás”). • La imagen corporal: Representa la imagen interna que tenemos acerca de nosotros mismos (“cómo nos vemos a nosotros mismos”). • El nivel de autonomía. • La autoestima personal. Todo ello acarrea un distanciamiento social que provoca a la persona incontinente soledad, aislamiento, depresión y ansiedad. ¿Qué siente la persona incontinente? Vergüenza y humillación ante el cambio que le toca vivir, protegiéndose en la ocultación y negación del problema, ridículo, culpabilidad, soledad, suciedad, sensación de que se acaba la vida. Pero si la incontinencia aparece en la última etapa de la vida, como es lo más frecuente, ésta es además una etapa de deterioro físico y mental, lo que repercute directamente en el individuo, en su nivel de autonomía física, social y psíquica: • Autonomía física. La tercera edad es una etapa de pérdidas físicas debido al envejecimiento de las células, los órganos y los aparatos, con los consiguientes cambios funcionales. Si a todos estos cambios le añadimos la I.U. ésta se convierte en una dificultad más que “incrementa la falta de autonomía y la dependencia”. • Autonomía social. La etapa de la jubilación es una etapa en la que la persona se siente inútil, cualquier dificultad añadida como la falta de salud o la incontinencia contribuyen a configurar el “rol social pasivo”. • Autonomía psíquica. Las progresivas pérdidas que la persona va experimentando provocan un estado de frustración, ya que si a las carencias que le vienen impuestas, le añadimos la incontinencia, el temor hace presa del anciano, lo que le provoca inseguridad. El anciano se ve obligado a replantearse por completo su vida, aprender nuevas formas, aceptar nuevos esquemas corporales, sociales y psicológicos. 79 Atención al Paciente Incontinente 13 Como hemos visto a lo largo de este manual, la incontinencia urinaria deteriora la calidad de vida aumentando la dependencia de las personas que la sufren. El proceso de envejecimiento conlleva la presencia de una serie de cambios morfológicos, funcionales, psicológicos y sociales que condicionan una menor efectividad de los mecanismos de continencia, y el consiguiente aumento de la prevalencia de la incontinencia urinaria con la edad. 80 Sin embargo, las personas mayores han aprendido a aceptar o soportar el problema, considerándolo incluso normal, por lo que la mayoría no consulta por este motivo; de ahí la importancia de prestar al incontinente la atención y asistencia necesarias con la finalidad de que lo repercusiones psicológicas y sociales sean mínimas. Para poder realizar una buena atención al incontinente y adecuar el tratamiento preciso a sus necesidades y posibilidades, debemos conocer muy bien las características que le rodean. Estas deben haber quedado reflejadas en la anamnesis: • Diagnóstico y valoración de la incontinencia. • Hábitos vesicales y anomalías. • Ingesta de líquidos diaria. • Estado mental. • Estado físico y movilidad. • Problemas de salud y planes terapéuticos. • Actitud del paciente. • Entorno personal y social. Una vez analizados estos datos, la atención al paciente incontinente debe estar orientada a unos objetivos concretos. Esta atención abarcará distintas actividades: Actividades Educadoras La incontinencia urinaria no forma parte del envejecimiento normal, aunque una serie de cambios relacionados con la edad pueden predisponer a su aparición. El incontinente siente vergüenza y humillación ante el cambio que le toca vivir, protegiéndose en la ocultación y la negación de su incontinencia tanto a su propia familia e, incluso, a ellos mismos. Por eso, la educación que se debe realizar estará destinada tanto al propio incontinente como a su familia. La incontinencia urinaria es un problema sumergido. Se considera que sólo el 25% de los pacientes afectados comunica a los profesionales sanitarios su problema. Es muy importante ofrecer a todos los incontinentes la información correcta y selectiva acerca del proceso que están viviendo, ayudándoles a comprender y verbalizar sus angustias. Con respeto, utilizando un vocabulario que pueda entender y con el que no se sienta molesto, le informaremos sobre: 81 • Causas por las que sufre incontinencia urinaria. • Pruebas a las que se le va a someter. • Posibilidades de curación o mejora. Contrariamente a la opinión de la población general y de un buen número de profesionales sanitarios, muchas causas de la incontinencia pueden ser curadas o mejoradas. • Tratamiento a seguir, bien para resolver el problema o mejorarlo y prevenir complicaciones consiguiendo un mayor grado de bienestar del propio paciente y de su entorno, aumentando por tanto sensiblemente su calidad de vida. • Material específico para su problema, elección del más adecuado y cómo utilizarlo para conseguir de él la mayor efectividad. • Información de la existencia de enfermeras a domicilio, trabajadores sociales, etc. • Crear un ambiente de confianza para que cualquier duda o problema sea consultado sin vergüenza. En cuanto a la familia, se debe explicar todo lo concerniente a la incontinencia del paciente. Una familia bien informada y formada es muy útil para que pueda tomar las medidas necesarias. El personal de Enfermería se encargará de programar citas, charlas, seminarios, etc., para la educación de la familia, informándoles de la situación del paciente, necesidades, plan de tratamiento y progresos obtenidos. Tanto el propio incontinente como la familia deben comprender que la incontinencia no es un problema que deba impedir hacer una vida normal si se acepta y se trata de la mejor manera posible. Actividades Asistenciales Partiendo de la base de que toda persona incontinente debe ser valorada y considerada para su tratamiento, y teniendo en cuenta que la repercusión de la incontinencia no está relacionada directamente con el grado de severidad de la misma, sino que su impacto difiere para cada individuo de diferente forma en su esfera física, mental y social, deberemos llevar acabo las siguientes actividades: • Crear un ambiente de confianza, comprensión y afecto, favoreciendo la adaptación a la nueva situación. • Aumentar la autoestima, proporcionando apoyo, escuchándolo, estimulándolo para que exprese sus sentimientos y tranquilizándolo. • Fomentar su responsabilidad y el sentimiento de utilidad, desechando el rol social pasivo que en muchas ocasiones, si es anciano, se ve obligado a desempeñar, lo que le provoca sentimiento de frustración. 82 • Explicar e informar tanto sobre la propia alteración, como del tratamiento a seguir, posibilidades de éxito, material existente, forma de utilización, etc. • Seguir una dieta equilibrada: debemos evitar el sobrepeso y el estreñimiento asegurándonos de que realiza una adecuada ingesta de líquidos (aproximadamente dos litros diarios). La falta de líquidos hace que la vejiga no se distienda y pierda capacidad, la orina también es más concentrada y eso puede irritar la mucosa vesical. • Revisar regularmente el tratamiento farmacológico. Algunos fármacos inciden directamente sobre la vejiga; es el caso de los hipnóticos, diuréticos, sedantes, etc. En muchas ocasiones esta medicación fue prescrita hace tiempo y ya no se necesita. • Tratar el estreñimiento: el cúmulo de heces en el recto presiona directamente sobre la vejiga. • Controlar las infecciones urinarias: uno de cada cinco ancianos, especialmente mujeres, sufren infecciones urinarias repetitivas sin clínica aparente. • Evitar el sondaje permanente: la sonda supone una puerta de entrada bacteriana, produciendo infecciones que podrían llegar a fracaso renal, agravando los problemas vesicales y de esfínteres. • Evitar la hospitalización, el cambio de hábitat, ya que la desorientación es una causa de incontinencia. • Fomentar al máximo la actividad para reducir al mínimo la incapacidad, evitar el encamamiento o que sea lo más corto posible. Posibilitar la autonomía, detectando y controlando los factores de riesgo, ayudándose del material accesorio necesario, un buen calzado, podología, andadores... • Facilitar el acceso al aseo. • Facilidad en el vestuario, usando ropas anchas con tiras adhesivas o gomas de fácil manejo. • Proporcionar un sistema de aviso eficaz y acudir rápidamente a las llamadas. • Tener una buena higiene, manteniendo al incontinente siempre limpio y seco, ya que está demostrado que sintiéndose sucio y mojado hay más incidencia de incontinencia por disminución del interés por mantenerse seco, además se previenen así posibles maceraciones e infecciones. • Cinesiterapia, ejercicios para recuperar el tono muscular. • Entrenamiento vesical en aquellos casos sensibles de mejora. • Tratamiento paliativo mediante dispositivos siempre y cuando sea necesario. 83 Bibliografía 14 • International Continence Society. (2002). • Libro blanco sobre la Incontinencia Urinaria en España. Ministerio de Sanidad y Consumo. Febrero 1991 • López Romero, A; Miguel Sánchez, C de; Fernández; Esteban, J.A.; Gómez Cedillo, A; Martín, M; Coronel, P. Un anciano con Incontinencia Urinaria. Medicina integral, Vol. 29, Nº 3, Febrero 1997. • M. Tallada, J. Romero y L. Perales. Asociación Española de Urología: Incontinencia urinaria. Congreso México 1982. Norton, Christine. Asistencia para la incontinencia. • Norton, Christine. Asistencia para la Incontinencia. • Primer encuentro Iberoamericano de trastornos neurológicos e incontinencia urinaria. Urodinámica aplicada. • Martínez Agulló, E. Vejiga neurógena. Neurología y urodinámica. • Berthaux, P. Aquino, S.P. Gerontología Geriátrica (cuadernos de enfermería). • Farreras Rozman. Medicina Interna. • Informe de consenso. Incontinencia urinaria en los adultos. Diagnóstico y tratamiento. Estocolmo 1986. • Marchant, D.J. Incontinencia Urinaria en la mujer. Tiempos Médicos. • Willington, F.L. Incontinencia urinaria un enfoque práctico. Revista Geriatrics. • Espuña Pons, Montserrat. Actualización sobre la reeducación del suelo pélvico en la mujer. 1999. • Redondo Limiñana, Leonor; Catalán Gómez, Mª Victoria. Todo sobre la incontinencia (1990). • Rosse, Dominique G.; Sengler, Jean. Reeducación del periné (edit. Masson, 2001). • Terminología funcional de las disfunciones del tracto urinario. • Urodinámica aplicada (congreso SINUG Sao Paulo 2002). • E. Martínez Agulló, J.L. Ruiz Cerdá., S. Arlandis Guzmán, L. Gómez Pérez. Disfunción vesical del Enfermo neurológico. • J. E. Robles García. Incontinencia Urinaria. • Manejo de la incontinencia urinaria en el adulto. Grupo de trabajo de incontinencia urinaria de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología. • Salinas Casado, Jesús. Guías clínicas de la incontinencia urinaria. • Thibodeau, G.A.; Patton, K.T. Anatomía y fisiología. Ed: Mosby, 1995. • Biblioteca de Enfermería Profesional. McGraw-Hill (Interamericana de España, S.A.U.) Manual sobre Incontinencia Urinaria Manual sobre Incontinencia Urinaria Leonor Redondo Limiñana Consuelo Gallardo Bayón Carlos Lorenzo Urbina Material exclusivo para uso de profesionales Cod. Inst. 006