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Sumario
Este articulo sugiere una renovación en la iconografla del Corazón de Jesús, dada la manera tan poco
atractiva que tiene de represenlarlo a partir del siglo XVIII. Basándose en los fundamentos teológicos y
artlsticos de esta devoción, se sugiere volver a representa al Corazón de Jesús con las imágenes de Cristo
Cruci fi cado, en las que esté abierta la llaga del costado. Por ejemplo, la imagen del Cristo de la Buena
Muerte, realizada por Juan de Mesa en 1620.
Surnmary
A renovation in the iconography ofthe Heart of Jesus is suggested, due to the lack of artistic values in the
present iconography since the XVlIlth century. Based in theological and artistic reasons, it is suggested
10 look back 10 the ¡mages ofthe Crucifix, in which the wound of his heart is open. An outstanding
example for that iconography could be the ¡mage ofthe Christ ofthe Good Death, sculptured by Juan de
Mesa in 1620.
Algunos piensan que la iconografia vigente del Corazón de Jesús no está acorde con la
sensibilidad actual, y puede llegar a ser un estorbo para los que se acercan a venerar
estas imágenes. Una estética más propia de otros tiempos, originada en Francia a final
del siglo XVIII y durante todo el siglo XIX, se ha extendido prácticamente por toda
Europa y América, y ha pasado incluso a las regiones más lejanas del Oriente. Ha
habido alguna reacción en Espafia, con las imágenes realizadas por el escultor jesuita.
Victoriano Salmón, S.J., pero aun éstas no acaban de satisfacer a todos l . La imagen
concebida y realizada por el P. Victoriano Salmón se ha separado un poco del estilo
importado de Francia, pero no deja de tener rasgos tomados de la iconografia anterior. A
pesar de todo, la imagen realizada por Salmón ha llegado a ser un prototipo innegable
para la iconografia del Corazón de Jesús posterior a él. ¿Fue siempre así la iconografía
del Corazón de Jesús?
Origen y desarrollo de la Iconografía del Corazón de Jesús
En Renania, Alsacia y Flandes abundó la iconografia del Corazón de Jesús desde hace
muchos siglos. En las dos primeras se encuentran esculturas que representan a San Juan
reclinado sobre el Corazón de J~sús. En Flandes aparece Cristo mostrando la llaga de
su costado en una obra de 1462, que se conserva en el Convento de las Soeurs Naires de
Lovaina. Como se ve, la aparición del símbolo del Corazón es más tardía en la
iconografia del Corazón de Jesús, cuya devoción existía desde mucho antes. San
Bernardo comenta con frecuencia la devoción a la humanidad de Cristo, y menciona al
Corazón. Esta idea se desarrolla más en lo monasterios benedictinos y cistercienses del
Este de Europa, y concretamente aparece en Santa Brigida.
Aunque ya en el siglo XV aparecieron algunos grabados alemanes con el símbolo del
Corazón, es en el siglo XVI cuando es frecuente la aparición, también en grabados, de
un corazón ceñido por la corona de espinas y atravesado por tres clavos. En el siglo
XVII hay un grabado de Antaine Wierix que muestra al Corazón de Jesús, y su hermano
Hieronimus Wierix, en el frontispicio de la obra del P. Jerónimo Nadal Evangelicae
Historiae Imagines (1596), pone también grabado el Corazón con los tres clavos ..
Para una descripción completa de la obra de Victoriano Salmón, cfr. Fernando G" Gutiérrez. S.J.:
ViClOriano Salmón, SJ. (1839-/9/0, Escultor, en Aspectos del Arte de la Compañía de Jesús, Ediciones
Guadalquivir, Sevilla, 2006, pp. 180 Yss.
l
Albert Durero (15 17) tiene dos grabados en que aparece una visión del Corazón de
Jesús a Santa Gertrudis la Magna.
En Francia se desarrolla también la iconografia del Corazón de Jesús en el siglo XVII,
fomentada sobre todo por San Francisco de Sales y San Juan Eudes. La influencia
ejercida por Santa Margarita María de Alacoque fue muy grande. Por indicaciones
suyas, una religiosa salesa realizó un primer dibujo a tinta, que se conserva en la Iglesia
de la Visitación de Turin, en que ya aparece el corazón solo. Pero en este tiempo se
veneraban también imágenes de Cristo crucificado, en las que aparecía la llaga del
costado abierta de la que manaba gran cantidad de sangre (recuérdese, por ejemplo, el
Cristo en la cruz del Beato Angélico).
Las imágenes de la representación del Corazón de Jesús aislado de la figura humana,
con la llaga, la llama y una irradiación luminosa, se difundieron primeramente en
Francia, y pronto pasaron a Polonia, España e Italia. De este tipo hay un retablo
importante en la iglesia del Monasterio del Espíritu Santo, en Sevilla y otro en la iglesia
del antiguo colegio jesuita de Bilbao. El primero es una obra del siglo XVIII, en el que
aparece el Corazón de Jesús, aislado y en medio de una gran ráfaga, bajo el Espíritu
Santo y el Padre Eterno. A su alrededor están las figuras de los santos que más
difundieron la devoción al Corazón de Jesús: bajo la Virgen y San José, aparecen San
Juan Evangelista, San Bernardo, San Juan Eudes, San Francisco de Sales, Santa Brígida
y San Claudio de la Co lombi ére (entonces todavía Beatol. Es uno de los primeros
retablos dedicados a la imagen del Corazón de Jesús, en que aparece todavía sin la
figura humana. Pero pronto se aconsejó ~ue no se reprodujera el símbolo aislado del
corazón para no dar pie a mal entendidos. Más tarde aparecieron imágenes de Cristo,
en las que se abría con las manos la túnica a la altura del pecho, para dejar ver el
corazón. O incluso, como en el caso del cuadro de Pompeio Batoni, que pintó para la
Iglesia del Gesú de Roma en 1760. en que aparece la imagen de Cristo con su Corazón
en la mano izquierda y mostrándolo con la derecha.
La imagen del Corazón de Jesús como se ha extendido hasta nuestros días es la que
aparece durante la segunda mitad del siglo XVIII. No cabe duda que esta representación
del amor del Redentor ha degenerado con frecuencia en una iconografia dulzona, que
dice poco a la sensibilidad de nuestro tiempo. Como apunta Gérald de Becker,
Con demasiada frecuenta se nos presenta al Corazón de Cristo con una
afectación desolada y dulzona, que nos hace olvidar que Jesús es el Verbo
encarnado y que es victima en el sentido sacerdotal de la palabra. Estas
representaciones no responden a los tiempos actuales, marcados por las
guerras, las angustias y las incertidumbres".
E lementos teológicos en la Iconografía del Corazón de Jesús
2 Cfr. Enrique Valdivieso y Alfredo J. Morales: Sevilla Oculta. Monasterios y Conventos de Clausura.
Guadalquivir Ediciones, Sevilla, 1980, pp. 182 Y 187.
J Cfr., por ejemplo, la respuesla de la Sagrada Congregación de Rilos (Decreta aulhentica Congregationis
Sacrorum Riluum ex aclis eiusdem col/ecta, 111 Romae 1900),3492, del S de abril de 1879, a una consulta
de un profesor del Seminario de Marienburg acerca de la licitud de representar al Corazón aislado sin la
persona humana: "Se puede representar para la devoción privada, pero no para ponerlo en los altares".
Gérald de Becker, SS.CC.: Léxico de la Te%gia de/ Sagrado Corazón. IntemationaJ Institute ofthe
Heart of Jesus, Milwaukee, U.S.A., 1975, p. 170.
2
La encíclica del Papa Pío XII, titulada Haurietis aquas~ publicada en 1956, es un tratado
completo de la doctrina teológica y devocional sobre el culto al Corazón de Jesús. En
ella nos ofrece el significado profundo de esta devoción:
El corazón de Jesucristo es símbolo natural y sumamente expresivo del amor del
Redentor, principal indicador y simbolo del triple amor con el que ama el divino
Salvador al Padre ya los hombres, a saber, el amor que le es común al Verbo
con el Padre y el Espíritu Santo, del amor espiritual de su voluntad humana en
cuanto informado por una caridad infusa ardentísima y -de modo más natural y
j
directo- del amor sensible de Jesucristo •
Basándose en los textos de la Escritura, y en los testimonios innumerables de la
tradición, el papa Pío XlI va desgranando en su encíclica el desarrollo teológico y
devocional del culto al Corazón de Jesús. Entre los textos más usados a lo largo de la
historia de la Iglesia, el de la apertura del costado de Cristo después de morir (Jn. 19,
33-35) es básico para descubrir el amor del Redentor que se nos manifiesta en esta
devoción. Como los seres humanos necesitamos expresar en imágenes las realidades
más estrechamente unidas a nuestra fe, la imagen del Corazón de Jesús apareció desde
hace muchos siglos de diferentes formas. Como ya hemos visto, al principio se
manifestaba el amor -el Corazón- del Redentor de un modo velado. Más tarde llegó a
expresarse con el solo corazón, separado de la figura humana del Señor; hasta que,
finalmente, se manifestó a Cristo con el corazón en el pecho de su figura humana. Por
una influencia de corrientes estéticas poco afortunadas, las imágenes del Corazón de
Jesús, con el Corazón que aparecía en el pecho, fueron adquiriendo calidades poco
atractivas para la sensibilidad moderna. Richard Gutzwiller afirma acertadamente:
... este separar el corazón del resto de lafigura de Cristo es opuesto a nuestro
actual sentido de totalidad. La representación del Corazón de Jesús
satisfactoria artísticamente y que responda a nuestra época no ha sido creada
aún; a no ser que se haga valer como imagen del Corazón de Jesús la imagen
del Crucificado, con el corazón atravesado 6 .
Esta insinuación de presentar al Crucificado, con la llaga del costado abierta, como la
iconografia más acertada del Corazón de Jesús, es la representación más cercana a la
sensibilidad actual. Un bello texto de San Bernardo nos lo confirma:
Las heridas que su cuerpo recibió nos dejan ver los secretos de su corazón.
¿ Qué dificultad hay en admitir que tus llagas nos dejan ver tus entrañas? No
podría hallarse otro medio más claro que estas tus llagas para comprender que
tú, Señor, eres bueno y clemente, y rico en misericordia 7.
El mismo Richard Gutzwiller, como conclusión del texto citado anteriormente, nos dice:
Si se considera sencillamente como objeto de la devoci6n al Corazón de Jesús el
corazón traspasado del Crucificado con todo el lugar que ocupa la cruz en el
plan de Dios y con toda lafuerza y grandeza de Cristo, que se ofrece en
sacrificio, entonces se solu:Jonan las dificultades8.
s Plo XII: Enclclica Haurielis aquas. AAS 48 (1956),327-328.
(; Richard Gutzwiller: Dificultades, en JosefStierli: Cor Safvaloris, Editorial Herder, Barcelona, 1958, p.
36.
7 San Bernardo: Sermón sobre el Cantar de fos cantares, Sermón 61,3-5, Opera omnia, edición
cisterciense, 2 ( 1958), 150-151.
a Richard Gutzwiller: Obra citada. p. 5 1.
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De las reflexiones anteriores sacamos en conclusión que, para la sensibilidad artística
de nuestro tiempo, sería mejor cambiar la tipología iconográfica en que ha degenerado
la devoción al Corazón de Jesús. No ha sido ciertamente feliz la manera de representar
uno de los misterios más grandes que tenemos en nuestra fe, como es el del amor de
Cristo. Por otra parte, ¿no es la imagen del Crucificado, con la llaga abierta de su
costado que nos muestra la puerta abierta de su Corazón, la mejor manera de representar
plásticamente el misterio inefable del amor de Dios a nosotros?
Las palabras con que San Juan nos asevera la realidad de la apertura del Costado de
Cristo (Jn. 19, 35), como algo verdaderamente extraordinario, manifiestan la
importancia que tiene el momento de la lanzada y la apertura del Costado en el proceso
de la expresión del amor de Cristo a la humanidad. Es como el colofón de toda la
narración de la pasión, al que San Juan da tanta importancia.
La frase con que tennina San Juan la narración del episodio de la lanzada, Mirarán al
que traspasaron (Jn. 19, 36)9 es una confinnación de la figura del Crucificado como
manifestación del amor de Dios: en él se pone de manifiesto la salvación por amor que
Cristo ha realizado, y a él hay que mirar para alcanzar la misericordia y la redención.
Unas palabras del benedictino Benedikt Schwank son iluminadoras:
El versiculo 34 (del capítulo J9 de San Juan), es el primer cumplimiento,
todavía simbólico, de las palabras de Jesús: 'Cuando sea elevado sobre la
tierra, lo atraeré todo hacia mi' (Jn.12,23). Porque sólo el que nos perdona
nuestros pecados y nos regala una nueva vida espiritual, puede atraernos hacia
sí con misericordia y gracia y conducirnos al Padre/ O.
Esto es precisamente lo que quiere mostrar la devoción del Corazón de Jesús. Mirando
al traspasado se adivinará lo infinito del amor de Dios, que se hace presente en el
Corazón de Jesús en gracia y misericordia.
Un ejemplo incomparable lo tenemos en los Crucificados de la Escuela Sevillana de
Escultura del siglo XVll. En esas imágenes se representa el amor del Corazón de Jesús
de una manera plástica con un alto nivel estético. Son irulllmerables las imágenes del
Crucificado que hay en esa época. Pensemos, por ejemplo, en una de las más
significativas: el Cristo de la Buena Muerte, que realizó Juan de Mesa en 1620 para la
Casa Profesa de la Compañía de Jesús en Sevilla. En estas obras de arte destaca el
costado del Señor, que es la puerta abierta a su Corazón. Además, la inefable
manifestación de la misericordia de Cristo, que aparece en los rostros de esos
Crucificados, es la expresión más alta del Amor infinito del Hijo de Dios que se nos
muestra en la devoción al Corazón de Jesús.
Una sugerencia para refonnar la iconografia del Corazón de Jesús sería volver a las
imágenes del Crucificado que, en siglos anteriores, han puesto de manifiesto el amor de
Cristo expresado en la llaga abierta de su costado. A esto se unen las razones teológicas
que mueven a presentar lo más profundo del Corazón de Cristo de esta forma. No creo
que haya mejor representación de este misterio, ni una manera más apta de acercar la
imagen del Corazón de Jesús a los hombres de nuestra generación.
Fernando GD Gutiérrez, SJ.
Cfr. la profecía de Zacarlas 12, 10, a que hace referencia esta frase del evangelio de San Juan.
Benedikt Schwank, OSB.: Mirarán al que atravesaron., en El Corazón de Jesús , publicación de la
Abadla de Beuron (Alemania), Edición espaMla en Ediciones Slgueme, [968, p. 40.
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