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Cómo abordar los rumores.
Manual para comprenderlos y diseñar estrategias para contenerlos
Fabio Gallego Reinoso
Diputación de Barcelona: Barcelona 2010. 109 páginas
El objetivo del manual es saber qué es un rumor, cómo funciona y hacerle frente.
Como objetivos específicos:
•
Comprender la función del rumor en la sociedad, y qué lo motiva.
•
Aprender a detectar los rumores y a determinar las épocas más proclives a su
aparición.
•
Dominar las técnicas y las herramientas «antirrumor».
•
Saber actuar ante la detección de un rumor.
Introducción. ¿Por qué circulan los rumores?
El rumor es de naturaleza oral, aunque se puede transmitir por otras vías. La gente no
sabe distinguir el rumor de la verdad objetiva, por eso las personas dan por verdadera
una información falsa. A ello hay que añadirle que nuestra sociedad es capaz de
realizar hechos injustificados por una noticia sin fundamento. La crisis y la diversidad
socio-cultural favorecen la aparición de rumores, y los medios de comunicación y las
redes sociales contribuyen a su rápida difusión.
La respuesta que da el manual a la pregunta de la introducción es que el rumor tiene
una fuerte carga emocional y quienes lo difunden malintencionadamente son personas
de baja inteligencia emocional. El rumor es un fenómeno subliminal y una forma de
acoso social, que halla refugio en los pensamientos irracionales, por lo que no se
puede contrarrestar con racionalidad.
El rumor se expresa de múltiples maneras: en forma de falsa información, de prejuicio,
de historias personales ilustrativas que se convierten en globales, en ciertas formas de
teoría del complot basadas en una supuesta intriga secreta, de leyenda urbana, etc., y
se transmite de forma «viral» a través de redes sociales, como si se tratara de un
mecanismo de influencia destinado a distraer la atención o a provocar confusión en la
sociedad.
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Para explicar la capacidad de hacer daño que tiene el rumor, Fabio Gallego hace
referencia a un estudio de Ralf Sommerfeld por el cual se demuestra que el rumor
influye más que los hechos reales en la formación de la reputación de una persona.
A partir de la segunda mitad del siglo XX, y actualmente con el desarrollo de redes
sociales y de comunicación, el rumor es muy común y de uso masivo. España, debido
al impacto de la llegada de personas inmigrantes, es susceptible de sufrir rumores
sociales. Aunque la inmigración ha supuesto conflictividad puntual, la rumorología en
torno a estos conflictos es la que produce historias falsas, que se convierten en
rumores a los cuales se da crédito.
La gente no tiene conciencia de qué es un rumor y, en consecuencia, nadie acepta
que también es emisor, ya que socialmente no está bien visto. El rumor no necesita
pruebas y nadie lo cuestiona a la hora de transmitirlo. En este punto ha de hacerse
una reflexión básica: «Las noticias deben ser contrastadas por todas las fuentes
implicadas, si no, no se puede emitir la noticia». El autor del manual recuerda que «En
realidad y por naturaleza los grupos humanos tienden a confiar en los otros. El rumor
busca romper esta confianza. La gente puede tener miedo, puede tener prejuicios,
puede tener resentimiento... pero no desea que se pierda el equilibrio del entorno en el
cual vive». El rumor provoca injusticias y conflictividad social.
Los rumores tienen consecuencias a corto plazo y provocan desconfianza hacia
determinados grupos sociales, a los puede llegar a aislar. A medio plazo, suponen
agravios comparativos entre colectivos que generan resentimiento. Por último, el
rumor puede, a largo plazo, provocar el rechazo a todo un colectivo. En definitiva, el
rumor genera desconfianza en la sociedad, que puede degenerar en la ruptura de la
convivencia y del respeto por la diversidad. Es síntoma de una sociedad enferma —
nos recuerda Gallego—, por ello hay que desactivarlo.
El manual nos propone poner en marcha un sistema preventivo contra el rumor, que
consiste en modificar la percepción que tenemos de él, dar herramientas racionales
para analizar los hechos y para comprender las diferentes culturas. Hay que tener en
cuenta que el rumor se mueve entre la sociedad a través de tres procesos mentales: la
percepción que lo reviste de veracidad; la retención que lo generaliza y la narración
que lo perpetúa y lo difunde. Combatirlo nos proporciona sentido común y estratégico,
sentido crítico y de ciudadanía.
1. ¿Qué es realmente un rumor?
Del latín rumor, significa voz que corre entre el público. Ruido confuso de voces.
Según Rosenbaum, es una compleja interacción entre el psiquismo individual y el
entorno social. El manual repasa la evolución a través de un estudio lexicológico y de
uso del vocablo en el tiempo. De ello se desprende que el rumor es prácticamente
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inexistente hasta el siglo XIX y que es más abundante durante el siglo XX, sobre todo
a partir de la Segunda Guerra Mundial, momento en que se intensifica. Como
concepto, nace en 1902, con las aportaciones de L. William Stern. En 1932, Clifford
Kirkpatrick establece los elementos básicos para su estudio. Después de la Segunda
Guerra Mundial, Gordon William Allport establece que, a medida que se propaga, sufre
una transformación.
El manual presenta como conclusión que el punto más importante en el seguimiento
del rumor es el receptor que se convierte en emisor. Se utilizan palabras como: «se
dice», «parece que», etc. Es una figura retórica que se inicia a partir de dos personas,
y que empieza a existir cuando la segunda la transmite. Todo rumor se distorsiona, y
se transmite muy rápidamente.
El chisme provoca la curiosidad y seduce a la sociedad: eso explica su facilidad de
propagación. El primer objetivo del rumor es crear caos y confusión en la población.
Para Fabio Gallego, la naturaleza del rumor es absurda, irracional, caótica, confusa,
intencionada, de origen anónimo, de propagación vírica y transgresora de las reglas.
Actualmente, se considera que el rumor es un mensaje breve, espontáneo y de tipo
oral que se extiende con rapidez y causa un impacto casi siempre negativo en el
entorno. Tiene la pretensión de ser real y se sirve de cualquier medio de comunicación
formal o informal. Adopta la forma de falsa información, prejuicio, propaganda o de
noticia falsa. También encaja con ciertas formas de la teoría del complot, o de leyenda
urbana. En ocasiones se entiende como una técnica de comunicación estratégica con
el fin de influir en el público, pero buscando la confusión o la distracción.
2. ¿Cómo funciona el rumor?
Según Allport & Postman el rumor pasa por una serie de fases que permiten analizar
su mecanismo y por lo tanto establecer unas leyes, a partir de las cuales nos podemos
plantear su desactivación. Si lo que pretendemos es desactivar el rumor, en primer
lugar debemos identificar su origen y desenmascararlo. Para ello, el manual propone
poner cebos para que la fuente se dé a conocer. Ésta es la función del contrarrumor,
cuestionarlo objetivamente para que, en el momento de averiguarlo, la fuente se haga
notar. Los siguientes pasos consisten en diagnosticar, aclarar y resolver. Con la fase
del diagnóstico lo que se pretende es hablar con la fuente para hacerle saber que
tenemos las pruebas que demuestran que es el origen del rumor, y que nos gustaría
saber sus motivos, y si es conocedor del daño que ha hecho. En el siguiente paso,
aclarar, se le ofrece la posibilidad de colaborar en la extinción del rumor. Finalmente,
para resolver se tiene que llegar a un acuerdo razonable de cooperación, y si no se
hace, habrá que hacer pública su identidad.
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No hay un perfil determinado que permita detectar la fuente originaria del rumor, no
obstante, el manual ofrece una serie de orientaciones. Se trata de personas con baja
inteligencia emocional, que suelen quejarse de todo, con prejuicios sociales, que
hablan mucho y confusamente y ambiguamente, que necesitan un cierto grado de
protagonismo, que pueden tener incluso un cierto grado de ingenuidad, son personas
que desconfían del sistema, etc.
Las personas se mueven por dinámicas sociales y ninguna está exenta de rumores.
Tendríamos que incorporar en nuestra vida una cierta reflexión sobre lo que decimos,
cómo lo hacemos y con qué intención. Para el autor hay una serie de «círculos
concéntricos de contacto» formados por diferentes redes sociales. El primer nivel de
influencia lo representan los círculos más íntimos, a partir de los cuales la difusión es
más intensa.
Las fases del rumor, según William Allport, constituyen una herramienta de análisis
que permite rastrearlo y, al mismo tiempo, elaborar hipótesis. Las fases no tienen una
duración determinada mientras que su reactivación depende a menudo de encontrar
las condiciones adecuadas para su divulgación. Las seis fases son: proyección,
generalización, nivelación, acentuación, asimilación, condensación y buena
continuación. Se pueden condensar en tres: proyección y generalización, nivelación y
acentuación y asimilación y condensación.
Para explicar el sistema de propagación del rumor, el autor constata que una noticia
positiva, como que «nos haya gustado un restaurante determinado», como clientes la
comentaremos con tres personas, mientras que si la experiencia es negativa la
comentaremos con diez. A la sexta transmisión la mala experiencia habrá llegado a mil
personas. Por este motivo el manual considera que dominar el sistema de propagación
es una ventaja competitiva. Naturalmente, cuando se actúa en grupo el efecto es
mucho más importante. Por otra parte, el mensaje que se transmite tiene tendencia a
recortarse y distorsionarse. Empresas de marketing utilizan el rumor y utilizan el
networking como sistema de difusión.
El factor de atracción más poderoso del rumor consiste en la dependencia emocional
que crea y su gran capacidad de dispersión. Es un mensaje simple y breve, cuyo
contenido pone en peligro nuestros intereses, cosa que no podemos tolerar y ante la
cual nos rebelamos, extendiendo todavía más el mensaje. A este respecto, el manual
dice que lo que se ha construido a través de la dependencia emocional solo puede
desactivarse con otra dependencia emocional, a la vez que insiste en la necesidad de
ofrecer datos objetivos sobre un rumor social.
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3. ¿Cuáles son las consecuencias directas del rumor?
La principal consecuencia del rumor es la contaminación de la convivencia social. Los
rumores afectan a la reputación de cualquiera, tanto positiva como negativamente,
aunque se haya constatado que son falsos. Son herramientas funcionales para
construir y manipular las reputaciones. Pueden originar comportamientos negativos
hacia otras personas. El rumor tiene un alto valor manipulador, porque la gente tiende
a ajustar su visión del mundo a la de los otros.
La función principal del rumor es provocar desinformación y desorientación. Su
generación y difusión es una constatación de crisis social. Es una propaganda que
despierta al fantasma de la conspiración. Los rumores vienen motivados por prejuicios
sociales y mentales, por descargas emocionales, por el miedo, la ansiedad, los
estímulos ocultos y por el entorno.
El rumor como forma de «persecución social» selecciona de forma sesgada una
situación y la manipula. Utiliza la dramatización para amplificar su repercusión. Utiliza
la generalización de un hecho aislado y le atribuye una intencionalidad perversa.
4. ¿Qué se puede hacer para atajar los rumores?
En este apartado se muestran una serie de técnicas para contrarrestar los rumores. El
autor explica que hace falta abordarlos tomando conciencia del hecho en sí,
catalogándolo, estructurando el Protocolo PAER (Protocolo de abordaje estratégico del
rumor), modificando su percepción y estableciendo una connivencia con el mismo —
cómo queremos que se perciba—, influyendo socialmente a través de personas con
credibilidad social, y estimulando a la sociedad emocionalmente. Por último, se puede
reforzar la visión común permitiendo la participación social.
El PAER (Protocolo de abordaje estratégico del rumor) es un protocolo destinado a los
profesionales. Establece las preguntas básicas que deben plantearse con el fin de
aplicarlas en cada caso de forma efectiva, como por ejemplo: ¿en qué lugares? Se
utiliza para localizar el foco de propagación (escuela, mercado…). ¿Cómo es y qué
genera? Establece la naturaleza del rumor. ¿Quién puede haberlo lanzado y cuáles
son sus círculos de influencia? Fija el origen del rumor, etc. En definitiva, todo está
pensado para determinar en qué fase se encuentra el rumor, y poder así
contraatacarlo con efectividad y evitar la propagación. Este protocolo permite
identificar a los grupos implicados, tanto los emisores como los receptores, así como
reconocer a quien combate el rumor y actuar, estableciendo un plan estratégico en su
contra. Finalmente, posibilita modificar la percepción a largo plazo del grupo social
afectado, construyendo una nueva visión y una nueva aspiración común.
La BAR (Brigada antirrumores) consiste en un grupo implicado en la desactivación de
un rumor. Este grupo utiliza el propio mecanismo del rumor para difundir
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contrarrumores con información veraz y contrastable. Como en cualquier campaña de
marketing hace falta encontrar un mensaje breve y que enganche, y difundirlo. Cada
persona del grupo se compromete a captar a tres personas, las cuales deberán
generar una cadena de diez personas más cada una, vinculando a un individuo de
confianza en cada fase del proceso. La BAR forma, informa, y diseña estrategias para
desactivar el rumor.
El Comprobador Técnico tiene por objetivo hacer decir a una persona todo lo que
sabe sobre un rumor a través de un sencillo sistema de preguntas a las que debe
responder. El manual recurre a los llamados «filtros socráticos» que recomendaba
Sócrates en caso de sospecha de hallarnos ante un rumor. Estos filtros consisten en
responder cuatro preguntas: ¿Lo has averiguado tú mismo, o te lo han explicado? ¿La
transmisión de ésta «noticia» beneficiará a nuestro amigo? ¿Escucharla me resultará
beneficioso en algún aspecto? ¿Me aportará algo que no tenga en este momento? Las
preguntas planteadas por el Comprobador Técnico dotan de veracidad a la
información recibida, sin discutir ni acusar a nadie. Eso hace que el rumor pierda
fuerza y se debilite, reduciendo su impacto. Se tiene que pensar que un rumor está
vivo mientras tiene influencia social. El manual plantea seis fases que podemos
detectar en la difusión de los rumores, y propone una batería de preguntas para cada
una de ellas, tanto a nivel individual como colectivo y donde siempre es primordial la
importancia del emisor. El Comprobador Técnico sólo responde a la necesidad de
incorporar la costumbre de cuestionar las informaciones que pensamos que pueden
ser rumores, desactivando sus ambigüedades.
El contrarrumor. Qué es y cómo crearlo: la forma más efectiva de desbaratar un
rumor es crear un contrarrumor. Se trata de difundir verdades que contrasten el efecto
provocado por el rumor. Hay que utilizar datos reales en momentos determinados, el
contrarrumor debe ser claro y sencillo e incluir la totalidad del concepto. Es importante
tener preparada una buena batería de contrarrumores, dominar las redes de influencia
y utilizar tantos canales formales e informales como sea posible.
5. Herramientas comunicativas
Se trata de proporcionar y estimular el uso de técnicas concretas de comunicación en
la vida cotidiana, que hagan de cortafuegos de los rumores. En los Debates sociales,
individuales y para grupos es necesario basar el diálogo en el modelo socrático
mencionado antes, y hacerlo de forma civilizada —nadie agrede a nadie—. El otro
intentará suscitar la duda, pero las preguntas reconducen el diálogo. Para convencer a
alguien, se requiere credibilidad.
El modelo de precisión en el lenguaje: impugnar constantemente la ambigüedad.
Se trata de cuestionarnos con preguntas. Eso se hace con un lenguaje preciso, y con
la reflexión constante de cómo poder hacerlo mejor. El manual ofrece un camino para
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desactivar la manipulación en situaciones difíciles y situaciones de comunicación
perversa, y cómo contrarrestar la manipulación.
Cómo identificar a un propagador. Son personas que discuten con mordacidad
cuando no tienen argumentos, que interrumpen constantemente, elevan el tono de voz
para reafirmar su discurso. Hacen pequeños comentarios ofensivos. Primero provocan
y después dan la culpa a los demás.
6. La gestión estratégica y cómo aprovechar las situaciones
El objetivo del capítulo es dar herramientas para saber actuar como es debido ante un
rumor, o en cualquier fase de su evolución. Se responden preguntas del tipo de
¿Quién debe desmentir, cuándo y cómo?, y también cómo se debe gestionar una
situación de rumor desde el ámbito público. Por ejemplo, qué tiene que hacer un
político que es objeto de un rumor, cómo gestionar una experiencia positiva con la
intención de mejorar un servicio o cómo utilizar los acontecimientos positivos para
salvaguardar la comunidad de la insidia de los rumores.
El manual dedica un apartado a lo que denomina las siete leyes del rumor y explica
su funcionamiento: dónde reside su fuerza y su capacidad de impacto en los
receptores.
Es muy difícil atacar un fenómeno irracional —dice Fabio Gallego—. Lo irracional no
se puede detener. Resulta inútil querer dar una respuesta racional a una cuestión
irracional. La mayoría de los rumores tienen un componente de absurdo, y para
enfrentarse es necesario que la mente «salga y piense desde fuera del marco» para
poder ofrecer una respuesta adecuada.
Para el autor, el pensamiento estratégico —metodología de acción— resulta
esencial para combatir el rumor. Conocer los puntos fuertes y débiles y los recursos de
los que se dispone o de los que se carece, permite contrarrestar la incertidumbre y da
seguridad al diseñar la mejor estrategia para desactivarlo. El manual ofrece una guía
para el desarrollo de este pensamiento estratégico al cual llama «terreno de juego»,
en el cual se contemplan todos los actores y las características del lugar donde se
desarrolla la acción.
7. Decálogo ante los rumores y caja de herramientas individual y para grupos
En este apartado, el manual pone al alcance del lector una recopilación de
herramientas e ideas —propuestas— para actuar en determinadas situaciones con el
fin de minimizar los efectos del rumor o para desactivarlo. Estas ideas son las «cajas
de herramientas» (individuales y para grupos) y el Decálogo.
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La caja de herramientas individual. En primer lugar el rumor debe someterse al
«comprobador». Hay que preguntarse por la naturaleza del rumor y combatirlo con
información veraz, y extenderla adecuadamente. El rumor no es ingenuo ni compasivo,
es mal intencionado. Hay que recordar que nuestra red social es muy extensa y de
propagación exponencial, lo cual la hace muy útil para contrarrestarlo.
La caja de herramientas grupal (asociaciones, profesionales, etc.). Es importante
formar a una «brigada antirrumores». Estudiar la dinámica de las fases del rumor
permite combatirlo. Hay rumores de diferentes ritmos, el más habitual es el de vida
corta. Debemos tener en cuenta que algunos se convierten en leyendas urbanas. Es
necesario generar contrarrumores de manera continua, siempre con carga emocional
intensa y proporcionar pruebas ratificables que cuestionen el rumor. Ofrecer diálogo
constantemente y tener una actitud positiva. No se puede responder a un rumor
absurdo con algo racional. Hay que incorporar el protocolo PAER en la vida social
cotidiana. Debe tenerse en cuenta que hay épocas más propicias para la aparición de
los rumores, esto permite planificar acciones informativas más eficaces.
Decálogo para saber qué hacer ante los rumores. Hay que tener en cuenta que se
debe actuar desde una posición fuera del marco, convertir el rumor en algo absurdo y
ridículo.
1.
2.
3.
4.
5.
Cuestionar cualquier ambigüedad.
Identificar y localizar el rumor.
Determinar el grado de extensión y la estrategia a seguir.
Actuar masivamente.
Aprender a dominar el uso de la dependencia emocional social para el «bien
común».
6. Identificar la fuente e intentar que colabore.
7. Buscar adhesiones para la causa, así como referentes sociales.
8. Todo rumor social es susceptible de ser verificado.
9. Todo rumor es una forma de persecución social.
10. Se puede crear una brigada antirrumores.
8. Conclusión
El rumor puede convertirse en un mecanismo de control e incluso de represión. Puede
causar miedo y desconfianza hacia la diversidad, motivados por una percepción
distorsionada de la realidad. Los rumores responden a una situación de aislamiento
social, de falta de comunicación, de sufrimiento personal, y de envidia generalizada. El
rumor se alimenta del caos y este de la falta de reacción de los seguidores del rumor
que lo perpetúan. Por lo tanto es fundamental desactivarlo y, en la medida de lo
posible, restaurar el equilibrio y la percepción positiva tanto de la diversidad como de
la cohesión social.
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