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Hígado de Sepsis
Hígado de Sepsis
– entidad grave, de diagnóstico difícil –
Profesor Dr. Juan Bautista Wasmosy Monti
Profesor Titular de Clínica Médica,
Facultad de Ciencias Médicas de la UNA.
Académico de Número,
Academia Paraguaya de Medicina.
Introducción
Bacteriología
En condiciones normales el hígado presenta una barrera
a la infección sistémica gracias a las células de Kupffer
que representan el 80% del sistema retículo endotelial
del organismo y son las encargadas de fagocitar los
gérmenes y depurar el plasma de substancias extrañas
al organismo, ya sea bacterias y/o sus toxinas.
Por diversas causas, ya sea por el aumento de la
virulencia de los gérmenes, o por la asociación de
gérmenes Gram (-) y anaerobios que potencializan
su virulencia, o por disminución de las defensas del
huésped (inmunodeprimidos, diabéticos o desnutridos), la capacidad de fagocitar gérmenes a nivel del
hígado se ve sobrepasada y el hígado sufre la invasión
bacteriana, desarrollando lo que se conoce como Hígado de Sepsis.
La mayoría de las series de Hígado de sepsis publicadas
coinciden en que la Escherichia Coli es el microorganismo que se aísla más frecuentemente,(3) siguiéndole
Klebsiella, Proteus, Pseudomona, Staphylococcus
aereus, espretococos, clostridium, bacteroides y flora
mixta de bacilos Gram (-) y anaerobios que son actualmente los que predominan y hoy constituyen el 50%
de la etiología del hígado de sepsis.(4, 5)
Hígado de sepsis
La primera descripción de la repercusión hepática de
un foco infeccioso a distancia, o en su vecindad -como
la colecistitis aguda- proviene de tiempos de Henry
Mondor, al operar pacientes con apendicitis aguda e
ictericia y sintomatología prolongada. La entidad fue
entonces conocida como Hepatitis Bacteriana.
Ante una colecistitis aguda que en el curso de su evolución presenta una ictericia, el diagnóstico más fácil
es pensar que la litiasis ha migrado al conducto biliar
principal y ocasionado obstrucción del mismo con la
consiguiente colangitis. No obstante, cuando existen
datos clínicos, de laboratorio, de imágenes (incluso de
colangiografía retrograda), que permiten concluir que
la ictericia es intrahepática y no extrahepática, coexistiendo con una colecistitis aguda, es necesario plantear
otros diagnósticos. La posibilidad de que una Hepatitis
del tipo viral se instale en el curso de una colecistitis
aguda es excepcional y existen hoy marcadores virales
que permiten excluir dicha etiología.
Debemos prestar especial atención en estos casos a
la existencia de un foco infeccioso y al hecho que la
ictericia, con el correr de los días, vuelve a valores
normales.
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Anatomía patológica
En el hígado de sepsis existe una infiltración de polimorfonucleares en los espacios porta, hipertrofia de
las células de Kupffer y trombos de colestasis. No hay
necrosis, solamente hay alteración de la membrana
celular.
Cuando existe una clínica característica, datos de
laboratorio e imágenes que apoyan al diagnóstico,
consideramos que la biopsia hepática es innecesaria.
Manifestaciones clínicas
(3, 4)
• Manifestaciones toxi infecciosas: astenia, anorexia, náuseas, a veces vómitos, ligera pérdida de
peso, anemia.
• Síntomas respiratorios: cuando la sepsis es severa se
puede presentar disnea por distress respiratorio.
• Fiebre: es el síntoma dominante, a veces con escalofríos, pero sin dolor, lo que permite descartar
clínicamente una colangitis aguda por litiasis. La
persistencia de fiebre obliga a realizar hemocultivos seriados tanto para gérmenes aerobios como
anaerobios.
• Ictericia con coluria e hipocolia sin prurito: esta
ictericia cursa con bilirrubina de entre 10 a 20 mg a
predominio de la directa, y es progresiva en relación
con la persistencia del foco infeccioso, cuando este
no fue extirpado.
Es importante aclarar que en una Hepatitis Viral, la
ictericia es en meseta y que no cursa con dolor. El
dolor en la Hepatitis Viral aparece antes que se instale
la ictericia. La excepción la constituye la hepatitis sub
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en Medicina
aguda con gran componente de necrosis, en donde los
valores de protombina descienden considerablemente,
por debajo del 50%, expresando el gran daño de la función hepatocelular. Lo mismo sucede con el colesterol,
está bajo por falta de síntesis.
Por consiguiente: ictericia con dolor abdominal en la
práctica es colangitis; si se asocia a fiebre y escalofríos
constituye la clásica tríada de Charcot. Si hay alteración
del sensorio y oligoanuria, estamos ante la péntada de
Reynolds. En esta afección hay fiebre concomitante
con ictericia y sin dolor, esto los diferencia de una
hepatitis viral y de una colangitis por litiasis.
Examen físico: paciente ictérico y anémico por la
sepsis, hepatomegalia discreta, no esplenomegalia, no
ganglios cervicales posteriores -como se ve en la hepatitis viral-, no rash cutáneo, lo que permite descartar
una hepatitis medicamentosa.
Examen pulmonar: en los casos graves, rales pulmonares diseminados compatibles con distress, pueden
requerir dosaje de gases en sangre.
Laboratorio: el Hemograma muestra una ligera anemia
normocítica y normocrómica, como se ve en los cuadros infecciosos con velocidad de eritrosedimentación
acelerada.
Las pruebas hepáticas son características en el hígado de sepsis. GOT y GPT elevadas entre 100 a 500
mU/ml en un comienzo, pero luego descienden, más
marcadamente la GOT que la GPT, la bilirrubina total
entre 5 a 10 mg, a expensas de la directa.
Las pruebas de colestasis muestran la GGT elevada
al doble o triple, pero la Fosfatasa Alcalina apenas
normal o ligeramente elevada, el colesterol normal
o discretamente disminuido por debajo de 200 mg,
el tiempo de protombina ligeramente disminuido por
la colestasis, alrededor de 70 a 80%, pero nunca por
debajo de 50%.
Este perfil de laboratorio permite diferenciar el Hígado
de Sepsis de la ictericia extra hepática por litiasis, donde tanto la Fosfatasa Alcalina como la GGT se elevan
bastante, al doble o triple de lo normal. El colesterol
alto y las enzimas de lisis GOT y GPT, están apenas
elevadas entre 40 a 100.
Hemocultivos seriados: es fundamental realizarlos para
Gram (-) y anaerobios, pero no debemos esperar estos
resultados, pues en el 50% permanecen estériles.(4)
Edad y sexo: hemos visto que la mayoría de estas
infecciones severas cursan en adultos jóvenes de mediana edad, 30 a 50 años, predominando más en el sexo
masculino, teniendo su origen en colecistitis aguda, en
apendicitis aguda y en diverticulitis. En cambio, los
que provienen de infecciones urinarias, de larga evolución que pasan desapercibidas, como sucede en los
diabéticos, suceden más en mujeres, lo mismo vemos
en mujeres embarazadas.
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en Medicina
En Africa,(1) se han descrito infecciones hepáticas de
origen pulmonar, en neumonías de la base, en Paraguay
no se han constatado. También es muy frecuente que
esta ictericia surja en el curso de sepsis post aborto,
por anaerobios.
Vías de infección
En el hígado de sepsis, la invasión del parénquima
hepático se realiza por distintos mecanismos:
• Por extensión de la infección de los órganos vecinos: colecistitis aguda, colangitis aguda, úlceras
gastroduodenales penetrantes. Esta invasión del
hígado a partir de una colecistitis ocurre por diseminación a través de linfáticos o por rotura del
lecho vesicular dentro del parénquima hepático.
En la colangitis en cambio, la extensión es por vía
canalicular ascendente.
• Por vía hematógena:
• a través de la vena porta: pileflebitis a partir de
apendicitis aguda, diverticulitis, perforaciones de
colon por cuerpo extraño, infecciones de pelvis
como abortos sépticos, abscesos peri rectales.
• por vía hematógena arterial: en el 20% en forma
secundaria a una sepsis a punto de partida de
una endocarditis, focos pulmonares -neumonías
o empiemas-, renales, infecciones óseas, óticas,
caries dentaria, de partes blandas.
• De origen idiopático: son casi el 50% para Kravetz.
En estos casos no es posible reconocer en ellos el
foco primario de infección,(2) pudiendo tratarse de
pequeñas lesiones que pasaron inadvertidas pero
hoy con imágenes se los puede detectar.
Ecografía abdominal
Permite hacer el diagnóstico de colecistitis aguda: tamaño vesicular aumentando, pared engrosada, grumos
en su interior y presencia de litiasis.
La técnica permite también mostrar que la ictericia es
intrahepática, pues no existe dilatación del árbol biliar
intrahepático y el colédoco presenta un diámetro fino
de 5 mm de diámetro.
En los casos en que no hay colecistitis aguda la ecografía abdominal no debe limitarse a estudiar el abdomen superior, sino también el inferior y la pelvis en
busca de focos infecciosos y/o colecciones, apendicitis
aguda, diverticulitis, pielonefritis o hidronefrosis por
litiasis, abortos sépticos o colecciones pélvicas por
traumatismo.
Tomografía computarizada
La tomografía computarizada se realiza en los casos
en que la ecografía está limitada por:
• obesidad,
• cicatriz operatoria o
• ileus.
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WASMOSY J B
Colangiografía retrógrada
y papilotomía
Solo se indica en los casos en que el diagnóstico
diferencial con la colangitis luego de los anteriores
métodos es incierto y ofrece dudas entre una sepsis
hepática o una colangitis, para terminar con una papilotomia de drenaje.
Cuando el diagnóstico se hace por la clínica y el laboratorio, esta técnica no es necesaria.
Diagnóstico diferencial
Los principales diagnósticos diferenciales a plantear
son:
• Hepatitis viral: se diferencia por la clínica y solicitando los marcadores virales para virus A, B,
Anti Cuore y C.
• Hepatitis medicamentosa: existe el antecedente
de ingestión de fármacos en la víspera o semana
previa a la ictericia, rash cutáneo y eosinofilia en
los exámenes de laboratorio.
• Colangitis por litiasis: ya vimos la forma de diferenciar este cuadro del hígado de sepsis, por la
clínica, el laboratorio, las imágenes y la ERCP.
Pronóstico
El pronóstico del hígado de sepsis depende más de
la gravedad de la septicemia, de la virulencia de los
gérmenes y del nivel de disminución de las defensas
del huésped que de la alteración en la funcionalidad
hepática y de la colestasis. La mortalidad es alta. Para
Millar (2, 3) llega a un 50% si no se extirpa el foco primario que provocó la septicemia.
Extirpado el foco, la ictericia cede y llega a normalizarse en el curso de 3 o 4 días. Por lo tanto, constituye
una urgencia detectar el foco y extirparlo antes de
agravar la septicemia, con la cascada de insuficiencia
renal, respiratoria y coagulopatía de consumo, shock
séptico y alteración del sensorio.
El problema difícil que se plantea a veces es encontrar
el foco primario.
Un buen interrogatorio y un examen físico completo
son importantes, sin olvidarse del tacto rectal (abscesos) y/o vaginal (sepsis post aborto, feto muerto y
retenido), examen del perineo, pulmón, riñones, boca,
oído, etc.
Actualmente las imágenes de ecografía y TAC ayudan
considerablemente a establecer el foco primario.
Tratamiento
El tratamiento del paciente con hígado de sepsis debe
incluir desde el inicio antibioterapia a alta dosis para
gram (-) y anaerobios, junto con la extirpación del
foco.
La laparotomía exploradora se plantea en casos en
donde después de realizar las imágenes no se detecta
el foco infeccioso. En nuestra experiencia personal,
hemos hecho operar a estos pacientes, encontrando
apendicitis aguda que pasaron desapercibidas, infeción
del muñón, diverticulitis o abscesos peri diverticulares
e incluso cuerpos extraños (espina de pescado incrustado en la pared del colon). En estos casos, resuelto
el foco primario el cuadro ha evolucionado bien y
desaparecido su ictericia.
Conclusiones
• La fiebre en presencia de ictericia sin dolor, obliga
a pensar en hígado de sepsis.
• Es importante acudir a los métodos de laboratorio
y de imágenes para diferenciarlo de una colangitis
por cálculos.
• Las imágenes permiten detectar el foco primario.
• El diagnóstico diferencial es difícil con la hepatitis viral, la medicamentosa y la colangitis, pero
la clínica el laboratorio y las imágenes permiten
diferenciarlo.
• La ictericia en una colecistitis aguda no siempre
es debida a migración de cálculos en colédoco,
sino que puede tratarse de un hígado de sepsis por
invasión de vecindad a través de los linfáticos.
• Los hemocultivos son apenas positivos en un
50%.
• Recordar que en una ictericia en paciente con fiebre
prolongada o sepsis, el foco primario está fuera del
hígado y hay que buscarlo y tratarlo de urgencia.
• La mortalidad es alta (50%) sino se extirpa el foco
primario.
• La ictericia retrocede al extirpar el foco primario.
Bibliografía
1. Clain D, Gelfand M. / Jaundice and neumonía in the african (study of liver biopsy material in 8 cases) / Central, Afr. J, Med. 10; 217 – 224. 1964
2. Miller D. J., Disfunción hepatica en la infección sistémica. En David Cantor y Robeto J. Groszmann. Tomo 11. Tratado de Gastroenterología y hepatología. Salvat
Editores. Barcelona 1982. Cap. 122. 1057 – 1061
3. Miller D. J. / Jaundice in severe bacterial infection. Gastroenterology 71; 94; 1976
4. Fahrlander H, Huber F, Gloor F. / Intrahepatic retention of bile in severe bacterial infection. J. Lab. Clin. Med. 35. 556 – 564. 1964
5. Vermillion S. E. / Jaundice associated with bacteremia. Arch. Int. Med. 124. 611: 1969
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