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Angola, plutocracia neoliberal. Dossier
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Angola: autoritarismo, plutocracia y paraíso fiscal
Francisco Louça, Luis Leiria…
2/2/2014
José Eduardo dos Santos, el déspota que retiene el poder en Angola desde hacen 34 años, ha
logrado acumular una inmensa fortuna al amparo de la oligarquía portuguesa y especuladores de
otras partes, que han hecho del país africano un paraíso fiscal predilecto. Al mismo tiempo los
principales dirigentes políticos portugueses de Europa y de América, mientras hacen buenos
negocios, miran para otro lado ante la violación aberrante de los derechos humanos por el régimen
angolano.
Publicamos una entrevista al economista y dirigente del Bloque de Izquierda, Francisco Louça y
fragmentos de un amplísimo trabajo de Luis Leiria, publicados en !"#$!%&'()!*.
!
“Casi todos los partidos portugueses están ligados al régimen angolano”
“No hay ninguna potencia colonial que se haya transformado en una especie de offshore – paraíso
fiscal – de la familia real del país que fue su antigua colonia, y Portugal es hoy un offshore de
Angola, afirmó Francisco Louça, coautor del libro “Los dueños angolanos de Portugal” en conjunto
con el sociólogo Joao Texeira López y el documentalista Jorge Costa.
Cuando los tres autores escribieron la obra “Burgueses”, sobre la burguesía portuguesa,
consideraron que la ligazón con Angola era “suficientemente relevante” para escribir un libro
aparte, ya que Luanda adquirió “un enorme poder sobre la economía nacional”.
A la vez de “único y actual”, el asunto es muy amenazador, considera Louça, refiriéndose a “la
ansiedad de los sectores del capital portugués” para asociarse con Angola “o hasta para la venta
pura y simple de los activos estratégicos”
La inversión extranjera fue siempre “ventajosa” para Portugal, pero la economía portuguesa tiene,
en relación con Angola, “una dependencia estratégica”, señala.
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Las relaciones económicas entre Angola y Portugal tuvieron en los últimos años, un “gran
desarrollo”, con la banca como pieza central, puntualiza el economista. “La dominación de sectores
que son bienes estratégicos – que además tendrían que ser bienes públicos – es lo que permite
que las opciones sobre cuestiones esenciales para el futuro de la economía portuguesa pasen a
ser tomadas por lógicas de rentabilidad y de acumulación que son totalmente incontroladas por la
democracia portuguesa”, explica.
“Lo que es ventajoso para Portugal y para Angola es que haya relaciones económicas, políticas y
diplomáticas normales” contrapone, recordando que el “gran problema” es que “la inmensa fortuna
que Angola produce es, en gran parte, acumulada por una familia y esa familia se confunde con el
Estado” lo que hace de Portugal “un lugar de lavado de dinero para una operación de extracción de
la riqueza angolana”.
Los datos referidos en el libro son públicos, con origen en Portugal y en el extranjero, y las varias
“redes” reveladas “muchas de ellas son muy recientes”. La obra menciona varios nombres de ex
gobernantes portugueses – Antonio Monteiro, Proença de Carvalho. Miguel Relvas, Fernando
Nogueira, Armando Vara, Almeida Santos, António Vitorino, Anacreta Correia, etc. – marcando la
filiación partidaria de cada uno, con predominio del PSD y el PS, pero también del CDS-PP.
“Casi todos los partidos” están ligados al régimen angolano lo que explica el “silencio político en
Portugal” sobre las relaciones bilaterales, sostiene Louça.
Anticipando que el libro será “polémico” y existirán “muchos ataques de las personas que son
mencionadas en el libro y de las empresas que son beneficiarias de las redes de negocios”, el
profesor universitario cree que “el conocimiento ayuda a la normalización de las relaciones”.
Recordando que “hay muchos portugueses en Angola” que “merecen trabajar con toda
tranquilidad” así como “muchos angolano en Portugal, que merecen ser vistos con toda
normalidad”, el autor critica “que en Portugal se acepte una dependencia estratégica” de Angola u
otra cualquiera. Asimismo, adelantó otras obras que serán dedicadas a las relaciones de Portugal
con China y con Brasil (que ya he referido en este libro a propósito del “triángulo dorado” LisboaLuanda-Brasilia).
“Estamos absolutamente convencidos que los hechos que tratamos son rigurosísimos,
fundamentados e importantes. Lo que hallamos provinciano es que en Portugal haya miedo de
tratar las relaciones entre la política y los negocios, que son una forma de disminución de la
democracia, cuando existe un abuso de poder”, precisó.
Francisco Louça es un reputado economista y dirigente del Bloco de Esquerda portugués
!
Perfil de José Eduardo dos Santos: el déspota discreto
En Angola la policía reprime hasta el funeral de un activista muerto cuando pegaba carteles
convocando una manifestación. Una oligarquía riquísima, encasquillada en torno al presidente de
la República, próspera frente a la miseria de la mayoría del pueblo. José Eduardo dos Santos está
en el poder hacen 34 años sin haber sido nunca electo nominalmente para el cargo. Pero el mundo
desvía la mirada, la riqueza del país parece tornar irrelevantes todos los atentados a los derechos
humanos.
Santos llegó el poder porque era, de los presidenciables, el más débil. En los primeros años no
“movió un dedo”. Pero demostró la capacidad de adaptación suficiente para sobrevivir a la caída
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del muro de Berlín, abrazar el capitalismo más salvaje y al mismo tiempo enriquecer a toda su
familia.
“La acumulación primitiva de capital que tiene lugar hoy en África debe ser adecuada a nuestra
realidad”, dice el presidente.
José Eduardo dos Santos es el segundo presidente de la República con más tiempo en el cargo de
todo el planeta. Con 34 años en el poder, sólo pierde por poco más de un mes, con Teodoro
Obiang Nguema Mbasogo, de Guinéa Ecuatorial. Nunca fue electo para el cargo. Sea cual fuere el
punto de vista desde el cual se mire a su régimen es difícil no ver la marca indeleble de una
dictadura. Pero el mundo prefiere fingir que no ve. Principalmente desde que este régimen está
sentado sobre una infinidad de pozos de petróleo y de minas de diamantes.
Nunca fue electo nominalmente
Dos Santos llegó a la presidencia de Angola por decisión del MPLA, como sucesor de Agostinho
Neto. Las primeras y únicas elecciones que disputó ocurrieron en un interregno de la guerra civil,
en 1992, después de los acuerdos de Bicesse. Él venció oficialmente con el 49,57 % de los votos
contra 40,6 % de Jonas Savimbi. Pero, por la ley electoral previamente acordada, para ser electo,
el candidato vencedor debería obtener más del 50% de los votos, lo que obligaba a la realización
de una segunda vuelta. Ésta, por cierto, nunca llegó a ocurrir – el MPLA aprovechó la presencia en
Luanda de la dirección de la UNITA para desencadenar una masacre, que trajo de nuevo la guerra.
Sólo volverían a realizarse elecciones legislativas en 2008, después de la muerte de Savimbi y del
fin de la guerra. El MPLA ganó aplastantemente, con el 81,6%. Tendrían que haberse realizado
enseguida las elecciones presidenciales, pero José Eduardo dos Santos decidió de otra forma. En
vez de realizarlas, cambió la Constitución, que él mismo promulgó en 2010, estableciendo que el
presidente no es electo directamente, es automáticamente el líder del partido más votado. Así, en
2012 el MPLA ganó con el 71% de los votos las nuevas elecciones legislativas, y Eduardo dos
Santos obtuvo un mandato presidencial de cinco años, al final del cual podría recandidatearse.
Regístrese que las elecciones fueron ampliamente impugnadas por los partidos de oposición.
Ascenso al poder
José Eduardo dos Santos asumió la presidencia de la República Popular de Angola el día 20 de
setiembre de 1979, cuando tenía 37 años, sucediendo a Agostinho Neto, muerto en Moscú por
complicaciones después de una cirugía de cáncer hepático.
La elección del joven Eduardo dos Santos fue para muchos una sorpresa. En la época, estaban
todavía presos centenas de ex militantes del MPLA acusados de “fraccionalismo” y de estar
involucrados en una tentativa fracasada de un supuesto golpe desencadenado el 27 de mayo de
1977. José Eduardo dos Santos lideraba, antes de aquella fecha, una comisión de control, anterior
a esos acontecimientos para investigar si había o no fraccionalismo en el MPLA, una comisión que
produjo un informe inconcluso y que hasta hoy no es oficialmente conocido. En los acontecimientos
del 27 de mayo, en los que habrían sido masacradas por lo menos 30 mil personas, el nombre de
José Eduardo dos Santos y del entonces primer ministro, Lopo do Nascimento, habrían formado
parte de las listas de dirigentes a ser encarcelados, lo que finalmente no ocurrió.
Justino Pinto de Andrade, que en ese tiempo estaba deportado en Moxico, Este de Angola,
después de haber sido preso por formar parte de la corriente Revuelta Activa, recuerda que cuando
supo de la muerte de Agostinho Neto, temió el estallido de cualquier forma de sublevación, o hasta
de un “cuartelazo” estimulado por un ala interna del partido.
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“Pasado el trance, se comenzó entonces a hablar insistentemente sobre las diversas hipótesis para
ocupar el lugar dejado vacante por Neto: ¿Lúcio Lara? ¿Ambrósio Lukoki? ¿Pascual Luvualu?
¿José Eduardo dos Santos?, recuerda Pinto de Andrade. José Eduardo dos Santos (JES) llegó a
sustituir al presidente Neto por ser el 1er. Vice primer ministro y ministro de Relaciones Exteriores.
“JES era demasiado enigmático. Poco se le escuchaba hablar”. Ese carácter del entonces ministro
le ayudó a ser escogido. “Todos pensaban que fácilmente lo podrían influenciar. Los otros
potenciales candidatos a la sucesión de Agostinho Neto tenían perfiles polémicos o eran
demasiado previsibles”, explica Justino Pinto de Andrade, actualmente dirigente del Bloque
Democrático.
“Durante mucho tiempo JES no movió un dedo, porque estaba condicionado por su pares. Además
hubo quienes lo consideraban simplemente como el continuador de un proyecto para el que fuera
moldeado en su juventud como estudiante en la Unión Soviética. Estaría luego ´jugando el juego´
que a él más le gustaba”.
En el cuento “El buen déspota”, publicado recientemente en la revista Granta, el escritor angolano
José Eduardo Agualusa retrata con perfección la forma de actuar del joven presidente en esos
primeros años. El cuento simula los recuerdos del propio José Eduardo dos Santos, en primera
persona:
“Durante los primeros años fingí de muerto. Dejé que me viesen como un fiel heredero del
fallecido Presidente y, al mismo tiempo, fui liberando sin alarde a los fraccionistas que
habían sobrevivido a los fusilamientos y a los campos de concentración. Nombré algunos
para importantes cargos gubernamentales. Nunca más crearon problemas”.
Victoria en la guerra civil
En una reciente entrevista a la red Bandeirantes del Brasil, el presidente angolano reconoció que
está hace demasiado tiempo en el poder y justificó esa tan larga permanencia con las
contingencias de la guerra. “Yo considero que es mucho tiempo, hasta demasiado, pero también
tenemos que ver las razones de naturaleza coyuntural que nos llevaron a esta situación”, dice,
argumentando que la permanencia del conflicto impidió el funcionamiento de la democracia.
“Después de la independencia, pienso que fueron más de treinta años de guerra, en que el país
quedó aislado, por lo tanto no pudo consolidar esas instituciones del Estado, ni siquiera pudo
tornar regular el funcionamiento del proceso de democratización, por eso muchas veces las
elecciones tuvieron que ser aplazadas”.
Con la ansiedad de justificar lo injustificable, José Eduardo dos Santos, que vivió todo ese tiempo
como presidente, es extrañamente impreciso. En realidad, la guerra no duró “más de treinta años”,
sino 27 años, entre 1975 y 2002, terminando con la muerte de Savimbi y la capitulación de la
UNITA. Ella sirvió como coartada para el poder absoluto del MPLA durante todos esos años y el
presidente consiguió llegar al final con un capital de poder y de prestigio reforzados, a lo que sólo
los victoriosos tienen acceso. En esos años él supo equilibrarse al interior del partido y del Estado,
nunca perdiendo el apoyo de los jefes militares y maniobrando entre las ofensivas militares y las
negociaciones de paz, como las de 1992, que apenas servirían de trampolín para una nueva fase
de la guerra.
Pero la transición decisiva fue la que emprendió después de la caída del muro de Berlín. En el
citado cuento, José Agualusa resume de forma brillante el viraje político emprendido por José
Eduardo dos Santos, otra vez simulando el pensamiento del “Buen déspota”:
“La caída del muro de Berlín ocurrió en el momento justo. Por un lado, me permitió apartar
uno u otro marxista fanático, tropel de momias ideológicas, perdidas en el tiempo, que no
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se dejaban comprar ni con cargos ni con bienes de consumo. Por otro, me permitió abrir el
país a las delicias del capitalismo para beneficio de toda nuestra gran familia y del país en
general. La apertura al capitalismo fue también el gran hachazo de la guerrilla, hasta esa
altura apoyada por los Estados Unidos y por la derecha internacional. Si nos juntábamos al
capitalismo ¿por qué tendría el capitalismo que combatirnos?”.
Si hasta su retirada en 1991, el apoyo de las tropas cubanas fue decisivo para los rumbos de la
guerra, salvo la embestida de Sudáfrica en apoyo de UNITA, en los años 90 los cambios de la
política del MPLA, enterrando los bustos de Lenin y las referencias al socialismo y proclamando la
adhesión a las tesis capitalistas y a un remedo de régimen multipartidario, aboliendo
declamatoriamente el sistema de partido único, serían decisivas en el terreno geoestratégico. Los
pozos de petróleo controlados por el gobierno de Luanda valían más que las minas de diamantes
bajo el control de la UNITA, y José Eduardo dos Santos consiguió convencer a Washington de que
su gobierno estaba ahora abierto a los negocios.
Con estos triunfos, la derrota de Savimbi en la nueva fase de la guerra, después del fracaso de los
acuerdos de Bicesse, era una cuestión de tiempo. Sin el apoyo de Estados Unidos la UNITA
retrocedía. Pero el epílogo todavía demoraría diez años en llegar, aquel día en que el líder del
Gallo Negro fue capturado y muerto ingloriosamente en el monte el 22 de febrero de 2002,
después de ver a su partido hecho añicos por las disidencias.
La condena del socialismo
José Eduardo dos Santos, el ingeniero en petróleos formado en el Instituto de Petróleo y Química
de Bakú, en la entonces Unión Soviética, no mostró ningún remordimiento al apartarse del modelo
socialista que abrazara desde su juventud. En una entrevista al semanario Expresso, del 1 de julio
de 1992, cuando le fue preguntado si en un análisis retrospectivo el modelo socialista no estaría
condenado de partida, respondió: “Pienso que estaba condenado al fracaso. Pero no era esa la
conclusión que se tenía llegando a esa altura en que se pensaba que el socialismo era una
alternativa al capitalismo”
En otra entrevista, publicada en la revista Le Courrier de marzo de 1992, volvería al tema:”…El
sistema de gestión de la economía socialista no era capaz de dar respuesta a los numerosos
problemas con que se confrontaba la sociedad. El hundimiento del sistema socialista no fue una
gran sorpresa para nosotros y no nos afectó profundamente. Nosotros ya nos habíamos
comprometido en todo un proceso de reajuste de nuestro sistema”. Los cambio comenzaron a ser
ejecutados por el MPLA en el II Congreso extraordinario de 1992, cuando el partido retira “Partido
del Trabajo” de su nombre, y el término “Popular” desaparece de la designación del país y la
Asamblea del Pueblo se pasa a llamar Asamblea Nacional, cambios simbólicos para una alteración
más profunda, la de la consolidación de una oligarquía capitalista opulenta, retirando ganancias
personales de los beneficios de la explotación del petróleo, el gas y los diamantes, rubros que
responden casi totalmente por las rentas del país.
Libre de la guerra, Angola creció exuberantemente. Entre 2004 y 2008 la economía angolana tuvo
un crecimiento medio de 17% al año, la crisis financiera internacional provocó una sensible
desaceleración entre 2009 y 2011, con valores entre 2,4% y 3,4%, pero el índice subió en 2012
cercano al 7%.
Para cumplir con sus nuevos designios, José Eduardo dos Santos pasó a conducir el gobierno
como si fuese su empresa de inversiones privadas, afirma la revista Forbes en un artículo firmado
por el corresponsal Mfonobong Nsehe. Ante las pésimas condiciones socio-económicas en que
continúa viviendo la mayoría de la población, puntualiza el artículo, el presidente no se deja
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amilanar y “canaliza sus energías para intimidar a los medios de comunicación y desviar fondos
para su cuenta personal y la de su familia”, que controla una gran parte de la economía angolana.
Negocios del MPLA y de la familia Santos
Volvamos a 1992. En septiembre de ese año, dirigentes del MPLA crearon formalmente el
conglomerado de negocios del partido, la GEFI (Sociedad de Gestión y Participaciones
Financieras). Son miembros del Buró Político del partido, presidentes de las empresas públicas y
asesores del Presidente. La GEFI, detalla el periodista Rafael Marques en su estudio “MPLASociedad Anónima”, tiene una cartera de negocios que incluye la participación en 64 empresas con
operaciones en el dominio de la hotelería, industria, bancos, pesca, comunicación social,
construcción, inmobiliaria. La sociedad sirve para alienar, de forma oscura, patrimonio del Estado a
favor de la GEFI, para beneficio financiero y patrimonial del MPLA. El estudio concluye que esta
transferencia de patrimonio “debe ser entendida en el contexto institucional de división de los
recursos del Estado entre ciertas figuras, familiares de la élite dominante y sus socios nacionales y
extranjeros”.
Que la primera beneficiada es la familia del propio José Eduardo dos Santos nadie lo duda. En
enero de 2013, la hija mayor del presidente de Angola, Isabel dos Santos, se volvió la primera mil
millonaria africana, de acuerdo con la lista de la revista Forbes, que afirma que las acciones de
empresas cotizadas en Portugal, caso del BPI y de la ZON, juntamente con activos en Angola
“elevaron el valor líquido (de la fortuna de Isabel dos Santos) por arriba de la franja de los mil
millones de dólares, convirtiendo a la empresaria de 40 años en la primer billonaria africana”.
El origen de la fortuna, según Forbes, es que Isabel dos Santos se queda con parte de las
empresas que quieren establecerse en Angola, o se beneficia de la providencial firma de un
decreto o de una ley por parte de su padre. En otro artículo sobre los negocios de la hija mayor del
presidente, se afirma que incluirla en todos los grandes negocios que se hacen en Angola es, para
José Eduardo dos Santos, una “forma de extraer dinero de su país, en tanto mantiene la distancia
de manera formal”. De esta manera, “si fuese derrocado podría reclamar sus bienes a través de su
hija. Si muere en el poder, ella mantiene la caja de la familia”.
El segundo hijo, por orden de edad, es José Filomeno dos Santos, “Zenú”, nacido del vínculo con
María Luisa Perdigao Abrantes, la segunda mujer de José Eduardo dos Santos. Zenú fue
designado para dirigir el Fondo Soberano de Angola, dotado de 5.000 millones de dólares y, como
veremos, señalado como posible sucesor de JES.
Hermanos de Zenú son Welwitschia José dos Santos, “Tchizé” y José Eduardo Paulino dos Santos,
“Coreón Dú”, que en 2006 usaron la dirección del Palacio Presidencial como residencia privada
para fundar Semba Comunicación, que hoy administra el segundo canal de la Televisión Pública de
Angola (TPA 2). La sociedad Semba Comunicación recibe más de 40 millones de dólares anuales
del presupuesto de la Presidencia para la gestión de la TPA 2 y otras supuestas acciones
destinadas a mejorar la imagen presidencial. Coreón Dú procura también cimentar una carrera de
músico y fue nominado en noviembre de 2013 vocal en el Consejo Superior del Memorial Dr.
Agostinho Neto.
Finalmente, los tres hijos del casamiento de José Eduardo dos Santos con Ana Paula dos Santos –
Eduane Danilo, Joseana y Eduardo Breno – también ya se estrenaron en el mundo empresarial
junto con su madre, en la sociedad anónima Deana Day Spa, dueña de un centro de Belleza y
Estética en la Marginal de Luanda. No se sabe de dónde vino el dinero para ese emprendimiento.
Pero además de la familia “el círculo de los más adinerados empresarios angolanos se cierra con
personas muy próximas a José Eduardo dos Santos, entre las cuales se destacan los generales
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Kopelipa (ministro de Estado y Jefe de la Casa Militar del Presidente de la República), Dino
Fragoso (ex Jefe de las Comunicaciones de la Presidencia y actual asesor del Jefe de la Casa
Civil) y Manuel Vicente, recién nombrado ministro de Estado de la Coordinación Económica y
Productiva”, enumera un artículo de Maka Angola.
“La acumulación primitiva del capital en Angola”
En un reciente discurso, José Eduardo dos Santos explicó su tesis sobre la necesidad de crear una
elite de ricos empresarios: es la teoría de la “acumulación primitiva del capital”. Con un lenguaje
vagamente marxista es una reedición del famoso dicho de Deng Xiaoping “enriquecer es glorioso”,
o el más antiguo pero no menos famoso de Bujarín a los campesinos dueños de grandes
propiedades en la Rusia Soviética: “Kuláks, enriqueceos”.
Dijo el presidente angolano en el discurso sobre el Estado de la Nación, el 16 de octubre de 2013:
“La acumulación primitiva del capital en los países occidentales ocurrió hace centenas de
años y en ese tiempo las reglas del juego eran otras. La acumulación primitiva del capital
que tiene lugar hoy en África debe ser adecuada a nuestra realidad”.
Esta adecuación, explica, significa que cualquier ciudadano nacional pueda tener acceso a la
propiedad privada y “crear riqueza personal y patrimonio” tal como los ciudadanos extranjeros, que
pueden “crear empresas de derecho angolano e integrarse en la economía nacional”.
Ahora, expresó Dos Santos, “las empresas americanas, inglesas y francesas del sector petrolero,
las empresas y bancos comerciales con intereses portugueses se llevan de Angola todos los años
decenas de billones de dólares”. Siendo así, “¿por qué ellos pueden tener empresas privadas de
esa dimensión y los angolanos no?”
La respuesta de José Eduardo dos Santos es: “Nosotros precisamos de empresas, empresarios y
grupos económicos nacionales fuertes y eficientes en el sector público y en el privado y de elites
capaces en todos los dominios, para salirnos progresivamente de la situación de país
subdesarrollado”.
El problema es que esa “elite capacitada en todos los dominios” no saca al país del subdesarrollo,
porque el pueblo continúa miserable. El Informe África Progress Report 2013, elaborado en mayo
por un grupo de personalidades coordinadas por Kofi Annan y de la cual forma parte Graça
Machel, muestra como Angola tiene uno de los patrones más desiguales de distribución del ingreso
de toda África. El fuerte crecimiento de la última década tuvo un efecto prácticamente nulo en la
forma como continua viviendo la mayoría de la población.
“Mientras la elite angolana usa la renta del petróleo para comprar activos en el extranjero, en
Angola los niños pasan hambre”, asegura el informe citado. Angola está al tope de la lista en la
tasa de mortalidad infantil, hasta los 5 años; es la octava mayor del mundo, con 161 muertes cada
1.000 niños por año, lo que representa 116 mil muertes todos los años. La desnutrición explica un
tercio de estas muertes de niños, puntualiza el trabajo.
Cerca de la mitad de los 10 millones de angolanos continua viviendo con menos de 1,2 dólares por
día (un poco menos de un Euro), sin embargo Angola es el segundo exportador de petróleo de
África subsahariana, es el quinto productor mundial de diamantes y está entre el tercio de países
que más crecieron en el mundo entre los años 2000 y 2011.
“En nombre del desarrollo económico, bajo la égida del capitalismo, se encuentran las
justificaciones para la práctica de la corrupción, la falta de transparencia en las cuentas del Estado
y la falta de reconocimiento de los derechos de propiedad. La moral y la ética no forman parte de la
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cultura de la “burguesía angolana emergente”, lo que “legitima” la restricción de la democracia en
defensa del estatus quo de la elite reinante”, afirma el economista José Dias Amaral.
“José Eduardo dos Santos está hace tanto tiempo en el cargo que pasó a gobernar el país como
un auténtico monarca”, acusa el politólogo Nelson Pestana, de la Universidad Católica de Angola y
dirigente del Bloque Democrático.
El príncipe quiere perpetuarse en el poder
El año 2008 marcó el apogeo de José Eduardo dos Santos. Cuatro años de crecimiento al 17%
promedio en un país en paz, al final de tantos años de conflicto, ofrecieron al líder del MPLA una
victoria avasallante en las elecciones legislativas, su partido obtuvo más del 80% de los votos.
Pero asimismo, con ese capital político en la mano prefirió jugar a lo seguro. En lugar de convocar
para el año siguiente a elecciones presidenciales, como establecía la Constitución vigente, prefirió
cambiarla y crear un modelo “atípico”. La nueva Constitución, aprobada en la Asamblea Nacional,
pasó a determinar que el presidente será la cabeza de lista del partido más votado en las
elecciones legislativas, terminando de ese modo con las elecciones directas para la Presidencia.
“Al proponer aquello que llamó ´elección indirecta atípica´, él inventó un modelo político en que no
hay elección para presidente de la República”, dice Nelson Pestana. Para el dirigente del Bloque
Democrático, “este modelo ´atípico´” que aparta a los ciudadanos de la esfera política y reduce
drásticamente su soberanía, transfiriéndola para los aparatos partidarios, surge para conformar la
voluntad del Príncipe de legitimarse retroactivamente, porque fue la cabeza de lista del partido
vencedor en las elecciones legislativas e 2008 (de ahí el empeño en la gran trampa) y para eludir
las elecciones presidenciales republicanas que deberían tener lugar este año, según el
compromiso que asumió con el país en 2006, reiterado en la campaña electoral y en la secuencia,
al final, de muchos otros compromisos tampoco honrados”.
Para el profesor de la Universidad Católica de Luanda, el objetivo de esta reforma constitucional
fue claro:
“La ventaja que el Príncipe ve en esto es la de perpetuarse en el poder sin ser sometido al
escrutinio popular: es, por lo tanto, un mazazo a la soberanía del pueblo en los términos de
la Constitución, es un verdadero retroceso en el sistema político y en el catálogo de
derechos y libertades de los ciudadanos (…) En realidad, uno de los objetivos de la
consigna ´nuevo ciclo político´ fue la de apartar a los ciudadanos de la política, la elección,
la decisión sobre la cosa pública. En términos analógicos, estamos en presencia de un
retorno al partido único que como vanguardia del pueblo, elige sabiamente en su nombre”.
El pavor de la calle
Así en 2012, José Eduardo dos Santos sería una vez más “electo” para la presidencia sin que el
pueblo refrendase su nombre, con la victoria del MPLA en las elecciones legislativas, por el 71,8%,
seguido por la UNITA con el 18,6% y CASA-CE con el 8%. Pero a pesar del enorme margen de la
victoria, la declinación de su poder ya comenzó y eso se reflejó en un endurecimiento del régimen
frente a las manifestaciones de los jóvenes que pedían su renuncia.
El ejemplo de la Primavera árabe provocó pavor en el círculo presidencial. Finalmente Ben Alí
también fue electo en 2009 con el 89,6% de los votos y en poco tiempo, desde que un joven en el
interior del país decidió inmolarse en protesta, un movimiento en las calles ganó cuerpo, imparable
derrumbó su régimen como si los alerces fueran de papel.
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En Angola ¿no podría ocurrir lo mismo? José Eduardo dos Santos prefiere no correr riesgos y por
eso reprime hasta un funeral de un miembro de la oposición. Al mismo tiempo multiplica
acusaciones, como en el discurso que pronunció en 2011:
"Las llamadas redes sociales, que se organizan a través de Internet y en algunos otros
medios de comunicación social hablan de la revolución, pero no se habla de alternancia
democrática.
Para esa gente, revolución quiere decir juntar personas y hacer manifestaciones, incluso
las no autorizadas, para insultar, denigrar, provocar disturbios y confusión, con el propósito
de obligar a la policía a actuar y poder decir que no hay libertad de expresión y no hay
respeto por los derechos.
Es este camino de provocación que eligen para tratar de derrocar a los gobiernos electos
que están cumpliendo sus mandatos”.
!
En otro pasaje del discurso, el Presidente responde de esta manera a los cargos relacionados con
su enriquecimiento:
"En Internet, alguien hizo circular la noticia que el Presidente de Angola tiene una fortuna
de 20 mil millones de dólares en el extranjero. Si esa persona fuera honesta y seria,
debería indicar inmediatamente al Departamento de Inteligencia Financiera del Banco
Nacional de Angola (BNA) los nombres de los bancos y los números de cuenta en el cual
se deposita el dinero, para que el fisco pueda transferir esta cantidad a sus cuentas".
Sucesión indefinida
Con 34 años de poder, José Eduardo dos Santos sufre del mal de los gobernantes que
permanecen mucho tiempo en su cargo, el afán de perpetuarse eternamente, el vértigo de la
sucesión monárquica. Pero nada es muy claro en cuanto a la sucesión, y la situación puede
complicarse si se confirman los rumores de que el Presidente sufre de cáncer.
Algunas personas aseguran que Eduardo dos Santos pretende hacer de su hijo José Filomeno dos
Santos, "Zenú", el sucesor. Una prueba de ello sería su nominación a la Presidencia del Fondo
Soberano de Angola, con 5.000 millones de dólares para gastar. "Considero que mi nombramiento
fue transparente porque fue ampliamente publicitado y porque tengo el bagaje profesional para
desempeñar esas funciones," dijo José Filomeno en una entrevista, justificando el nombramiento.
Puede tener un currículo en el área financiera para impulsar un fondo millonario, pero no parece
tener la experiencia política para gobernar a la oligarquía en el poder sin la presencia de José
Eduardo dos Santos. Con 36 años, Zenú parece muy joven para ascender a la Presidencia. Pero
no olvidemos que el padre llegó al cargo a los 37.
Luis Leiria es columnista de Esquerda.net
Selección y traducción para www.sinpermiso.info: Carlos A. Suarez
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