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Los tiempos prehistóricos – Las primeras sociedades humanas: Paleolítico y Neolítico
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LA PREHISTORIA
La primera y más larga etapa de la historia humana es la llamada PREHISTORIA que abarcó desde la
aparición del hombre (3.000.000 a.C) hasta el surgimiento de las primeras civilizaciones y el uso de la
escritura (-3000 años a.C)
Los arqueólogos distinguen tres grandes períodos dentro de la Prehistoria: 1. Paleolítico periodo
durante el cual las sociedades humanas sobrevivieron gracias a la caza y a la pesca y la recolección de frutos;
el Neolítico cuando algunas sociedades aprendieron a cultivar y domesticar animales y la Edad de los
Metales cuando aparecieron las primeras ciudades y la metalurgia sentando las bases del surgimiento de las
1eras civilizaciones.
ETAPAS DE LA PREHISTORIA
PALEOLÍTICO
NEOLITICO
Sociedades cazadoras recolectoras
-3.000.000
Sociedades agricultoras
-10.000
E. delos Metales
Sociedades urbanas
-4000
Orígenes de la vida humana. El inicio de la Historia
1. El punto de partida: Africa. El nacimiento del hombre.
Adaptarse a los cambios
Hace más o menos 3 millones de años nuestro planeta estaba cubierto por grandes masas de hielo
acumulado llamadas glaciares. La mayoría de los seres vivos habitaba en las regiones más cálidas como la
zona que hoy llamamos África. En ellas durante largos períodos, solían haber muchas precipitaciones y las
temperaturas eran muy elevadas. Recién cuando se inició el lento derretimiento de los glaciares hubo
posibilidades para los seres vivos en especial para los animales y para los antecesores directos del hombre
–los llamados homínidos- de abandonar esa región del África y migrar hacia otros continentes.
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Veamos con un poco más de detalle el origen del hombre dentro de la evolución de la vida del
Planeta.
Los primeros homínidos
La especie humana se fue conformando a lo largo de millones de años a través de un complejo
proceso de cambios. Según los científicos los primeros antepasados del hombre fueron los Australopithecus
de una antigüedad de 6 millones de años.
Los Australopithecus fueron los primeros homínidos bípedos; poseían mandíbulas poderosas y
fuertes molares. Su cerebro tenía un volumen inferior a los 400 centímetros cúbicos. De aquí se deduce que
el andar erguido se produjo antes que el crecimiento del cerebro. El primer Australophitecus fue encontrado
en la década de 1960 en África Oriental.
Coexistiendo con los australopithecus apareció otro homínido: el Homo Habilis. Recibe ese nombre
por su capacidad de trabajar la piedra de forma muy primitiva, pues se limitaba a golpear un canto rodado
para crear superficies cortantes con las que aprovechar la carne y las pieles de pequeños animales que podía
cazar. Tenía un cerebro más grande de alrededor de 700 centímetros cúbicos. Su característica más
importante fue el cambio en su forma de alimentación: ya no solo comía frutas y vegetales sino también
animales. Esto sucedió hace 2.500.000 mil años.
Luego apareció el Homo Erectus, que algunos investigadores lo consideran el antecesor directo del
hombre. Fue el primer homínido que salió de África y se distribuyó por la superficie terrestre llegando hasta
el sudeste de Asia. Poseía un cerebro mayor que el Homo Habilis de alrededor de 1000 centímetros cúbicos.
Conocía el uso del fuego y fabricó la primer hacha de mano. El hallazgo de restos de esta especie en las
cavernas de Pekín hace aproximadamente 1.000.000 de años permitió la reconstrucción de algunos
aspectos de su vida.
El paso siguiente fue la aparición del Homo sapiens que vivió en Europa, en Africa y en Asia hace
aproximadamente 150 mil años. Su cerebro tenía un volumen entre 1400 y 1450 centímetros cúbicos. Los
hallazgos arqueológicos reflejan cambios importantes en el comportamiento de esta especie: utilización de
instrumentos de piedra y hueso más trabajados, cambios en la forma de cazar, uso y dominio del fuego,
empleo del vestido, aumento del tamaño de las poblaciones y manifestaciones rituales y artísticas. El
representante más antiguo del Homo Sapiens es el hombre de Neanderthal (Alemania) y en tiempos más
modernos el Hombre de Cro-Magnon en Francia.
Finalmente hace aproximadamente 40.000 años apareció el Homo Sapiens Sapiens con una
capacidad craneana de 1600 centímetros cúbicos que es la especie humana actual. El Homo Sapiens es el
que protagonizó a partir del año 10.000 antes de Cristo cambios muy importantes en las formas de vida a
partir de la agricultura y la domesticación de animales.
Las primeras formas de sociedades humanas: Nómades y Sedentarios
Una vez que la especie humana logró sobrevivir y superar el peligro de su extinción comenzó un
largo período conocido con el nombre de paleolítico.
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La vida de los cazadores paleolíticos
Durante el paleolítico, los seres humanos subsistieron tomando del ambiente lo que necesitaban
para sobrevivir; recolectaban frutos, hierbas, raíces, huevos de pájaros, miel y también cazaban y pescaban y
como los recursos naturales se agotaban y los animales se desplazaban de un lado a otro, los seres
humanos debían desplazarse constantemente para conseguir alimento. Por eso se dice que eran nómades.
Existieron dos tipos de nomadismo: un nomadismo abierto en el cual los grupos humanos
recorrían grandes distancias y probablemente no pasaban dos veces por el mismo sitio en el transcurso de
su vida, y el otro denominado nomadismo estacional en el cual el grupo contaba con un campamento de
base en una cueva donde se protegía del invierno y pasado éste, se alejaba de allí para buscar alimentos,
comer y almacenar víveres para los tiempos de escasez de frutos.
Estos primeros grupos humanos vivieron en cuevas y cavernas ubicadas preferentemente en lugares
altos ya que les brindaban mayor protección. También habitaron al aire libre en campamentos construidos
con palos y ramas o cueros de animales. Se organizaron en pequeños grupos denominadas bandas u hordas,
que estaban formados por varias familias, de entre las cuales a veces se diferenciaba un jefe que
generalmente era el cazador más experimentado. Eran sociedades igualitarias.
El dominio del fuego
En un primer momento, las bandas paleolíticas sólo sabían conservar el fuego que se había producido por
causas naturales, como la caída de un rayo, el excesivo calor. Cuando esto sucedía, se apresuraban a
trasladar ramas encendidas al campamento o a la cueva donde vivían temporalmente y día y noche
procuraban alimentarla para que no se apague. Mucho después, hace unos 500.000 años, lograron
encenderlo voluntariamente frotando dos maderos hasta que una chispa encendía un manojo de ramas y
hojas secas.
El dominio del fuego revolucionó la vida cotidiana. Por un lado permitió diversificar la dieta. Hasta
ese momento, la alimentación estaba conformada básicamente por carne cruda, frutas y raíces. Cuando el
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grupo lograba matar a un animal, debía comerlo rápidamente antes de que se descompusiera. Los alimentos
cocidos, en cambio, se podían conservar durante más tiempo y los humanos ya no estaban obligados a
comer únicamente lo que encontraban día a día. Además el fuego proveía iluminación durante la noche, lo
que modificaba las posibilidades de la actividad humana y protegía al grupo de los animales que podían
atacarlo.
Las expresiones culturales de los primeros hombres
Los hombres que habitaron la tierra durante el paleolítico debieron pasar mucho miedo ante
tormentas y otros fenómenos naturales. No sabían por qué se producían y por lo tanto eran reverenciados
como sobrenaturales. No se sabe con exactitud si los hombres prehistóricos creían en algunos dioses. Sí, se
tiene evidencia de que enterraban a sus muertos junto con algunos objetos, lo que podría indicar que creían
en la vida después de la muerte. Asimismo hay indicios de la práctica de ritos mágicos para atraer a los
animales que cazaban o para pedir una abundancia de frutos tal como permiten sospechar algunas huellas
artísticas que dejaron.
En España, en Santillana del Mar,
en una cueva se encuentra la Capilla Sixtina
del arte prehistórico. Se llama así al conjunto
de pinturas de la Cueva de Altamira que
representan un grupo numeroso de animales
de distinto tipo: bisontes, caballos ciervos
cabras y algunas manos humanas sin formar
escenas. Sobre su sentido algunos arqueólogos
sostienen que tenía un sentido mágico:
favorecer en la naturaleza su reproducción.
Pero las pinturas de Altamira no son las únicas que se conservan, se han encontrado otras de la
misma época en abrigos al sur de Francia. (Cueva de Lascaux)
Junto a las pinturas se han encontrado grabados en piedra, hueso o hasta. Las esculturas más
conocidas las hacían en piedra y son las famosas Venus paleolíticas, en las que se representaba a la mujer
con el pecho, el vientre y las caderas abultadas lo que indicaría que su sentido era destacar la fecundidad de
la mujer y la fertilidad de la tierra.
Estas manifestaciones artísticas dan muestra de la capacidad de estos hombres
de representarse simbólicamente una realidad, de preguntarse por su sentido, de
descubrir y apreciar la belleza de la naturaleza; en fin de trascender lo simplemente
sensorial para dar lugar a lo espiritual.
LOS CAMBIOS DEL NEOLITICO : la domesticación de animales y plantas
Hace más o menos 35.000 años se produjo en la Tierra un gran descenso de temperatura que se
conoce como glaciación. Este fenómeno se originó con inviernos muy fríos, durante los que se acumulaba la
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nieve, veranos frescos , en los que el calor no era suficiente para que se derritiera la nieve. Con el paso de los
años, las capas de nieve se hicieron más gruesas y se extendieron cada vez más.
Esta situación comenzó a cambiar hace 10.000 años, cuando se produjo un aumento de la
temperatura de la Tierra que provocó el derretimiento de grandes superficies de hielo. A su vez, el deshielo
de lo glaciares y los cambios climáticos produjeron otros cambios en la naturaleza. Empezaron a surgir
bosques en los lugares ocupados por los hielos. Los grandes animales de clima frío como los mamuts se
desplazaron hacia el norte y finalmente desaparecieron.
Este proceso de transformación que se inició alrededor de 10.000 a.C se llamó Revolución Neolítica.
Al principio se desarrolló sólo en Asia y África, luego se difundió por Europa y finalmente se produjo en
América.
La palabra “neo” significa nuevo; lítico ( piedra) o sea que esta etapa se llamó Neolítico o Edad de la
Piedra Nueva. Ello debido a que las herramientas y utensilios comenzaron a fabricarse con una técnica
diferente: la piedra pulida.
Sin embargo, a diferencia del período anterior la importancia de este período no se debió al tipo de
herramientas que fabricaron los hombres , sino a un conjunto de cambios que se dieron en la producción de
alimentos y en la organización social de los grupos humanos a partir de esos años: la agricultura y la
domesticación de animales
¿Cómo fue posible este proceso? El derretimiento de los hielos provocó una disminución de las
fuentes de alimentación, por lo que algunos grupos comenzaron a retener a los animales en terrenos
cercados, sin matarlos. De esta manera comenzó la cría de animales, lo que permitió contar con carne y
leche por más tiempo. Al mismo tiempo con la domesticación de plantas comenzó la agricultura. Fueron las
mujeres quienes, al recolectar los frutos se dieron cuenta de que las semillas que accidentalmente caían al
piso germinaban y con el tiempo se transformaban en plantas nuevas.
Con la práctica de la agricultura y la ganadería, por primera vez, las personas estuvieron en
condiciones de producir sus alimentos y quedarse en un mismo lugar. Pudieron vivir en aldeas, cerca de los
campos de cultivo, es decir se hicieron sedentarios.
Es necesario que tengas en cuenta que si bien algunas sociedades pasaron de caza a la agricultura,
tardaron muchísmos años en que esos avances fueran adoptados por otras sociedades. En la actualidad
existen todavía pueblos cazadores recolectores.
Los nuevos utensilios y las nuevas técnicas
La necesidad de herramientas para cultivar la tierra agudizó el
ingenio de los hombres que inventaron nuevas formas de trabajar la
piedra, en concreto el pulido. Surgieron entonces las hachas de piedra
pulida a las que colocaban un mango de madera, las azadas para
cavar, las hoces para cegar los cereales y un molino manual de piedra
para poder moler los granos.
Los nuevos alimentos introdujeron formas de cocina que también tuvieron repercusiones
importantes. Una de ellas fue el descubrimiento de la cerámica que se inició aproximadamente en el VI
milenio antes de Cristo .Otro invento fue el del tejido, que practicaban fundamentalmente las mujeres en las
aldeas que fueron surgiendo.
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Transformaciones sociales y culturales en las sociedades neolíticas
Los agricultores necesitaban vivir en comunidad para ayudarse mutuamente en el cultivo de la tierra
y la realización de construcciones. En efecto, era importante permanecer junto a las tierras que se
cultivaban para evitar posibles ataques de pueblos cazadores y recolectores que podían quitarles sus
cosechas. Por eso comenzaron a construir sus viviendas una al lado de la otra, cerca de ríos o fuentes de
agua dando origen a las aldeas.
Estas primeras aldeas estaban formadas por un número pequeño de familias, entre diez y cincuenta
y una población de cincuenta a trescientas personas. En estas aldeas todos los habitantes tenían las mismas
ocupaciones: se dedicaban a la agricultura, a la domesticación de animales, y poco a poco se fueron
introduciendo los trabajos de cerámica y el tejido.
Probablemente la propiedad de la tierra y del ganado era colectiva, por ello todos serían iguales
social y económicamente, aunque no faltaría en cada aldea una persona con una situación especial ganada
por su fuerza, su sabiduría o valor. No había división de grupos sociales en la comunidad, pero sí división de
tareas. Se cree que en principio, los hombres cuidaban del rebaño y cazaban y las mujeres practicaban la
agricultura, la recolección y se encargaban de las tareas domésticas. Los niños también trabajaban por
ejemplo, se ocupaban de llevar a pastorear el ganado. De esa manera surgió la primera división del trabajo.
Con el tiempo, la división del trabajo fue cambiando. Los varones asumieron la responsabilidad
principal de trabajar en los campos y de domesticar los animales, actividades que los mantenían lejos de la
casa. La mujer permanecía al cuidando los niños, tejiendo ropa, elaborando queso a partir de la leche y
realizando otras tareas que se hacían en un solo lugar. Con el tiempo, el trabajo fuera de la casa comenzó a
ser considerado más importante que el trabajo realizado dentro de la misma. En consecuencia los varones
comenzaron a asumir el papel dominante en la sociedad.
A pesar de esta organización comunitaria existieron conflictos entre los miembros de estas
sociedades lo que hizo necesaria la aparición de una autoridad que estuviera por encima de las partes en
conflicto. Así apareció la figura del Jefe para que mediara en los conflictos y estableciera normas para la
vida de la comunidad. Funciones a las que luego de le agregaron otras de igual importancia como decidir
qué se producía, y cómo se distribuían tanto las tareas como los alimentos. El jefe pertenecía a la familia más
influyente de la aldea. Al principio fue elegida por los mismos miembros de la comunidad, pero enseguida se
transformó en hereditaria.
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La vida espiritual en el Neolítico
La consideración sobrenatural de los fenómenos meteorológicos desconocidos, llevaron a considerar al rayo,
el viento, el sol o la luna, como los dioses más importantes. Estas fuerzas divinas eran tan incontrolables
para los hombres que aparecieron los sacerdotes o chamanes con la función de mediar entre los dioses y los
hombres. En las proximidades de las primeras aldeas existieron también recintos sagrados, construidos con
grandes bloques de piedras –llamados monumentos megalíticos- como el hallado Stonege en Escocia que
muestran ya una clara conciencia de lo divino en estas comunidades neolíticas
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