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-Vademécum para directores de orquesta. Ignacio García Vidal. Buenos Aires, 2011- Vademécum para directores de orquesta del Proyecto de Orquestas Infantiles y Juveniles de Buenos Aires Ignacio García Vidal Índice Introducción 1. Cómo ser director de una orquesta de jóvenes y no morir de un infarto 2. Tres puntos esenciales: orden, orden y orden (físico, mental y musical) 3. La herramienta del director: la técnica de Dirección Musical 4. El repertorio Conclusiones 1 -Vademécum para directores de orquesta. Ignacio García Vidal. Buenos Aires, 2011- Introducción Durante mis estancias en Buenos Aires en los últimos años me he interesado por conocer las diferentes sedes de las Orquestas pertenecientes al Proyecto de Orquestas Infantiles y Juveniles en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Lugano, Retiro, Flores, Parque de Avellaneda o Balvanera han sido algunos de los lugares en los que he comprobado directamente el trabajo de las orquestas de niños y jóvenes con sus profesores y directores al frente. He observado en su trabajo diario la enorme labor llevada a cabo por mis alumnos de los Cursos de Dirección Musical, sobreponiéndose con esfuerzo y empeño a una diversidad considerable de elementos que no facilitan la consecución del utópico objetivo: hacer música. Van entre líneas en estas breves páginas mi admiración y respeto para todos los profesores y directores, quienes invierten grandes dosis de entusiasmo e implicación personal por ofrecer a los niños y jóvenes de las orquestas la mejor formación, musical y personal. Las páginas que siguen no son más que el resultado ordenado de una serie de reflexiones derivadas del tiempo compartido durante estos años, de las conversaciones con chicos, profesores, padres y asistentes: de la vivencia. Espero puedan servir a mis colegas directores (a veces forzados por las circunstancias) para facilitarles el trabajo, y, sobretodo, para que el resultado final del hecho musical en sí sea mucho más disfrutado para todos. 1. Cómo ser director de una orquesta de jóvenes y no morir de un infarto Ser director de orquesta es ya de por sí una profesión de alto riesgo para la salud de cualquiera, pero si la orquesta la forman niños, adolescentes, o jóvenes, la probabilidad de sufrir un infarto aumenta. No olvidemos que la principal herramienta de trabajo del director es su propio cuerpo, y sus energías (física, mental y musical) deben estar equilibradas mientras dirige. Como me decía mi maestro Piotr Gribanov en San Petersburgo, “una de las principales cualidades del director es la paciencia”. Por lo tanto, primer consejo: relajación. Intentemos prepararnos y preparar el ambiente de la manera más relajada posible. E incluso relajemos a los chicos si llegan nerviosos o alterados, con ejercicios de respiración, o sencillamente creando unos minutos de silencio y adaptación a las circunstancias. Hacer música requiere de la mejor predisposición, del cuerpo, la mente y el espíritu. 2 Vademécum para directores de orquesta. Ignacio García Vidal 2. Tres puntos esenciales: orden, orden y orden (físico, mental y musical) La vida requiere de un orden, y ese orden está escrito en la naturaleza. Día y noche, estaciones del año, ciclos lunares… el cosmos es en sí mismo un ejemplo de orden y a ese universo pertenecemos los seres humanos. No en vano, la cosmología es el estudio del Universo y del lugar que ocupamos los seres humanos en él, y cosmología significa “orden” – del griego κόσμος (cosmos) orden + λογια (logia) discurso-. Las personas tenemos una serie de necesidades que, una vez cubiertas de manera ordenada, nos permiten alcanzar altos grados de autorrealización. Dichas necesidades, establecidas de manera piramidal por el psicólogo humanista Abraham Maslow en 1943, comienzan por sentirnos fisiológicamente saludables y seguros. Estos son dos puntos que los chicos deberían vivir en sus núcleos familiares, y lamentablemente no siempre es así. Por eso la escuela se convierte en una suerte de “hogar”, y la orquesta en una especie de “familia”. El chico debe desarrollar un sentido de pertenencia, de afiliación a la orquesta, al grupo, que sin duda reafirmará su confianza en los demás y en sí mismo, y le ayudará a ser una persona madura y realizada. 3 Vademécum para directores de orquesta. Ignacio García Vidal 2.1 El orden físico El primer orden que debemos cuidar en la orquesta es el orden físico, la colocación. Los chicos deben asumir la costumbre de no comenzar a ensayar si el espacio no está correctamente adecuado, cuidando especialmente los siguientes puntos: 1. Sillas en semicírculo perfecto alrededor de la tarima del director. Familias de instrumentos ordenadas, facilitando la integración de todos. 2. Camperas, mochilas, estuches de instrumentos, etc… fuera del espacio que ocupa la orquesta. 3. Atriles enfocando como punto de mira al director. Focalicemos la atención y evitemos la dispersión. El director trabajará siempre sobre una tarima, tratando no sólo de establecer un orden jerárquico que es bueno que los chicos aprendan, sino que resultará más cómodo para que sea visto y escuchado sin esfuerzo propio ni ajeno. No se trata de situarnos en un altar, de crear un orden clasista, se trata de facilitar la visualización y la escucha. El espacio debe estar lo mejor acondicionado posible para poder desarrollar en él un acto que requiere de gran concentración: un ensayo de orquesta. Bien aireado, pero no frío. Bien iluminado. Sin elementos de distracción. No es necesario que tengamos el mejor auditorio del mundo, pero debemos adecuar nuestros espacios, así como la colocación de la orquesta en ellos. 2.2 El orden mental Además de una preparación física y espacial, tocar un instrumento requiere de una preparación mental. El joven músico debe ser consciente de ello, y el director debe recordárselo constantemente. El maestro Daniel Barenboim, en su libro “El sonido es vida”, dice: Puede enseñarse a los niños orden y disciplina a través del ritmo. Los jóvenes que experimentan la pasión por primera vez y pierden todo el sentido de disciplina pueden ver a través de la música que pasión y disciplina pueden coexistir: hasta la frase más apasionada debe tener un sentido del orden subyacente. No es incompatible ser niño, adolescente o joven y ser una persona ordenada y disciplinada. Es más, para un joven músico será importante tener ordenadas las ideas, las preferencias, y también las renuncias. La disciplina y la constancia 4 Vademécum para directores de orquesta. Ignacio García Vidal pueden ser dos cualidades que, desde lo musical, ayuden al chico a madurar como ser humano. El director debe exigir disciplina. Disciplina no es sinónimo de totalitarismo. Ni de intransigencia. Disciplinar es instruir, y ese proceso de instrucción debe tener lugar en una atmósfera ordenada, en la cual el chico perciba como una ayuda las indicaciones de su director, como una brújula en el viaje. 2.3 El orden musical No se puede comenzar a hacer música desde el ruido, desde el barullo. El caos no puede generar nada hermoso, y la música es algo muy lindo. No en vano, el antónimo de concierto, es desconcierto. Los jóvenes músicos deben entender y acostumbrarse a que la posición inicial del director es el punto de partida, y por lo tanto, cuando esté colocado en dicha posición, todos deben guardar el silencio más absoluto. El director debe generar ese silencio, y no comenzar a dirigir si hay el mínimo ruido o síntoma de desconcierto en el grupo o en el espacio. El ensayo no debe convertirse en una mera lectura concatenada de obras, sino que debe ser un momento de enriquecimiento y disfrute para el músico. Por eso, y atendiendo a la lógica de que el director debe ser quien les enseñe algo nuevo cada día, hay que preparar muy bien el ensayo, estructurar bien cómo va a ser el trabajo. Realizar ensayos amenos, ricos y sobretodo, útiles. Debemos tener objetivos. Un músico sin un concierto a la vista pierde motivación e instinto, por eso hay que tener siempre programado algún concierto, una audición, al menos un pequeño reto cercano. Para que el ensayo sea correcto en términos musicales, el director sólo deberá aplicar los conocimientos de técnica de Dirección Musical aprendidos en los Cursos de Dirección Musical. Esa será su herramienta imprescindible de trabajo. 3. La herramienta del director: la técnica de Dirección Musical Igual que un violinista no puede tocar el violín si no ha estudiado la técnica de dicho instrumento, un director no puede dirigir si no ha estudiado la técnica de la Dirección Musical. Hay que estudiar, conocer, controlar y aplicar la técnica independientemente del nivel de la agrupación musical a la que se dirige. Es más, cuanto menores sean las garantías y la experiencia de dicha agrupación musical, más necesario será aplicar la técnica de manera clara, concreta y concisa. Una orquesta no sonará nunca bien si no se la dirige bien. 5 Vademécum para directores de orquesta. Ignacio García Vidal Dirigir correctamente supone controlar tres variables y diferentes parámetros en cada una de ellas: PARÁMETROS DE LA VARIABLE FÍSICO-ESPACIAL El control del cuerpo y de los movimientos gestuales, tanto del rostro, de las manos como de otras partes del cuerpo, influye negativa o positivamente en el resultado del ejercicio de la Dirección Musical. Por eso, los parámetros que hacen referencia al control del espacio y del propio cuerpo son los primeros que se estudian. Son: -Posición inicial: Se refiere al control por parte del director de una posición inicial centrada, con los brazos y manos en paralelo al suelo, tendiendo a controlar el centro de gravedad natural, piernas ligeramente entreabiertas y simetría de manos para posibilitar concreción una vez batida la primera anacrusa. -Control de las tres dimensiones: Se refiere al conocimiento y puesta en práctica de las tres dimensiones en el transcurso de la Dirección, a saber, dimensión horizontal (amplitud de la figura básica para posibilitar el control del volumen sonoro, o sea, del matiz), dimensión vertical (altura de la línea imaginaria que se desplaza arriba o abajo dependiendo del registro, a más grave más profundo, a más agudo más elevado), y tercera dimensión o profundidad (profundidad del gesto para indicar musicalidad del gesto, acompañamiento de la melodía, apertura o cierre armónico, etc) -Control del espacio eufónico: Se refiere al control y no abuso del espacio en donde el director desarrolla sus gestos. -Control del centro eufónico: Se refiere al control del lugar del espacio eufónico en donde acontece la música. 6 Vademécum para directores de orquesta. Ignacio García Vidal -Continuidad de movimiento: Hace referencia a una de las principales reglas de la técnica de la Dirección Musical: no romper el movimiento ni detenerlo mientras haya música, de manera que se otorgue a la gestualidad la mayor naturalidad posible, sin rupturas ni gestos abruptos, sino manteniendo clara la curva de las figuras básicas. -Referencia óptica: Hace referencia a una cuestión fundamental: la capacidad de marcar siempre en la misma línea imaginaria, posibilitando así al músico el reconocimiento visual de un espacio predecible. PARÁMETROS DE LA VARIABLE MUSICAL La interpretación de una composición musical requiere de la aplicación de unos sistemas de estudio y análisis a la partitura, así como de un gran conocimiento de la obra para poder controlarla, control que revertirá directamente en la musicalidad del gesto del director o directora. Los parámetros musicales son: -Análisis de la partitura: Controlar la obra supone un estudio previo muy profundo, para el cual se estudian unas pautas. -Rayado de la partitura: La partitura debe estar rayada, es decir, debe haber sufrido un sistema de aplicación concreta de todo aquello que se ha estudiado y analizado en el punto anterior. -Control de la obra: El estudio profundo de la partitura tiene un único fin: que el director conozca la obra a la perfección, de manera que la pueda dirigir prácticamente de memoria. 7 Vademécum para directores de orquesta. Ignacio García Vidal Sobre todo por una cuestión: poder anticipar la música, que es uno de los principios fundamentales de la Dirección. -Musicalidad del gesto: Hay una máxima: “la música debe verse reflejada en el gesto”. PARÁMETROS DE LA VARIABLE TÉCNICA Si bien genéricamente entendemos como “técnica de Dirección” a la aplicación de todos los parámetros que aquí se enuncian, existen algunas herramientas concretas que son puramente técnicas, y sin la adquisición de cuyas destrezas y habilidades es imposible llevar a cabo una correcta Dirección Musical. Estos parámetros son: -Control de las tres figuras básicas: La línea vertical, el triángulo y la cruz son las tres figuras básicas gracias al control de las cuales el director puede batir el tempo, carácter y matiz, y puede anticipar la música, marcar entradas, coordinar secciones de instrumentos, conseguir uniformidad interpretativa… Sin el control de las figuras básicas no se puede lograr nada de lo demás. -Control de las relaciones: Las relaciones ayudan a reflejar el contenido más o menos contrastado de la música, es decir, su carácter. Se debe conseguir un control absoluto de las cinco relaciones: 1 a 1, 2 a 1, 3 a 1, 4 a 1 y 5 a 1. -Control y uso de la anacrusa: La anacrusa es el primer gesto que efectúa el director, y es el que posibilita que la orquesta realice sus entradas con seguridad. Existen diferentes tipos de anacrusas dependiendo del contenido musical que tenga que anticiparse, y deben conocerse en la teoría todas ellas, así como saberse aplicar con corrección. 8 Vademécum para directores de orquesta. Ignacio García Vidal -Control de la anticipación: Dirigir es anticipar, y esta es una máxima clave. El alumno debe ser capaz de anticipar todo lo que acontezca en la orquesta. 4. El repertorio La elección del repertorio es una pieza clave en el proceso motivacional del músico, sea un niño, un joven o un profesional adulto. La/-s composición/-es interpretada/-s debe ser asequible para su nivel, pero no demasiado fácil, a la par que plantearle retos y perspectivas de mejora. La desidia y el aburrimiento del músico serán nuestros principales enemigos, y su antídoto es la creatividad. Hay que ser curioso para elegir el repertorio, indagar más allá de lo evidente, ser creativos en el planteamiento de un repertorio. Y ser valiente. No pensemos que el niño o el joven, por el hecho de serlo, no va a ser receptivo ante una sinfonía de Haydn o un movimiento de una obra de Mozart. Probablemente todo lo contrario: se mostrará entusiasmado si somos capaces de transmitirle entusiasmo, y los conocimientos que adquiera al interpretar ese repertorio, en estilo, escucha o formas musicales, serán imborrables. No soy un fervoroso defensor de los arreglos, los entiendo como una ayuda puntual que puede ser utilizada, pero no como sustitutivo del repertorio original. Un joven músico tiene el derecho y debe tener la experiencia de tocar música original. De diversos compositores, pero especialmente de Haydn, de Mozart, de Schubert, o de Bach. Independientemente del instrumento que toque cada chico, siempre hay obras originales. Para cuerda, pequeñas danzas, suites, serenatas, movimientos de cuartetos, de sinfonías barrocas o del primer Clasicismo. Para viento, obras originales escritas para diversas formaciones, desde octetos para maderas, a fanfarrias para metales, a obras para todos los instrumentos de viento y percusión. Para orquestas infantiles, diferentes editoriales están publicando repertorio original adaptado a sus niveles. Elijamos con cuidado y esmero el mejor repertorio, ya que esto influirá directamente en nuestro día a día. 9 Vademécum para directores de orquesta. Ignacio García Vidal Conclusiones Las conclusiones de este “Vademécum para directores de orquesta del Proyecto de Orquestas Infantiles y Juveniles de Buenos Aires” no pueden tener más que forma de consejos, que espero sean realmente útiles: Consejo 1. Relajación. Generemos un clima relajado. Consejo 2. Orden espacial y físico: sillas, atriles, formación semicircular. Consejo 3. Orden mental: disciplina, constancia y esfuerzo. Consejo 4. Orden musical: hacer música desde el silencio. Preparar bien el ensayo. Consejo 5. Estudiar, conocer, controlar y aplicar la técnica de Dirección Musical. Consejo 6. Estudiar y utilizar el mejor repertorio posible. Consejo 7. Sé curioso con el repertorio. Consejo 8. Sé valiente. Bibliografía nombrada y/o utilizada en este vademécum: -BARENBOIM, Daniel; El sonido es vida. El poder de la música. Editorial Belacqua, Colección Documentos. Barcelona, 2008. -GARCÍA VIDAL, Ignacio; Propuesta metodológica para la didáctica de la Dirección Musical. Tesis Doctoral. Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, 2011. -MASLOW, Abraham; A Theory of Human Motivation. (Una teoría sobre la motivación humana). Psychological Review, New York, 1943. 10