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HISTORIA DE CHIARA – con dibujos de Walter Kostner
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Extraído del texto de: Viena (Catedral de San Esteban) 3 de noviembre de 2001
Chiara responde a las preguntas de los mas jóvenes – 11 de julio de 1967 (Mariápolis Gen)
respuesta no. 08
Castelgandolfo, 28 de abril de 1992, Respuesta de Chiara al congreso gen 4
“ Un día mis hermanas no querían ir a comprar la leche,
porque había que caminar dos kilómetros, era invierno, y
hacía mucho frio. Mi mamá no quería que yo fuera porque
tenía siempre que estudiar. Pero mis hermanas tenían frio y
decían: “ Yo no voy”. Entonces yo para hacer un acto de
amor tomé la botella y fui a comprar la leche, y a la mitad
del camino sucedió una cosa muy especial: me detuve, y
tuve una impresión, era como si el cielo se abriera y que
alguien me dijera “Date toda a mi”
Viena (Catedral de San Esteban), 3 noviembre de 2001
2
Yo no sabía que hacer, entonces escribí a mi confesor y le
dije: “Me ha sucedido esto y esto, que debo hacer”. El me
habló y examinó toda mi vida y me dio el permiso de
consagrarme de una vez a Dios.”
Viena (Catedral de San Esteban), 3 noviembre de 2001
3
Algunos días después, una la mañana, bien temprano,
Chiara se dio cita con este sacerdote en la iglesia de los
Capuchinos:
“Era una mañana fría, y había una tormenta che ustedes
non pueden imaginarse. Yo llevaba un paraguas para no
mojarme y debía caminar contra el viento y la lluvia. Parecía
como si el diablo no quisiera que yo me consagrara a Dios y
parecía como si me impidiera de hacer aquel acto que yo
quería hacer. Pero seguí adelante con coraje.”
Castelgandolfo, 28.4.92
respuestas de Chiara al Congreso gen 4
4
Cuando finalmente llegué a la iglesia, cerca del altar había
un reclinatorio que estaba preparado para mi. Fui allí,
escuché la misa y al momento de la comunión dije a Jesús:
“Soy toda tuya”.
“Ustedes no se imaginan aquello che pasó por mi alma en
aquel momento: ¡Me había casado con Dios! ¡Me había
casado con Dios! Por lo cual me esperaba cualquier cosa
porque me había casado con Dios.”
Castelgandolfo, 28.4.92 resp. de Chiara al Congreso gen 4
Viena (Catedral de San Esteban), 3 noviembre de 200
5
“Aquellos tiempos eran terribles, era 1943, estábamos en
medio de la segunda guerra mundial, ustedes no había
nacido todavía cuando comenzó esta terrible guerra que
destruía todo. Como en todas las guerras hay mucha gente
damnificada, sin hogar, y huyen de las ciudades, del peligro.
Un día de 1944 hubo un terrible bombardeo en Trento,
donde fue destruida también mi casa, por lo cual junto con
toda la familia tuvimos que refugiarnos en el bosque
durante la noche, el bosque se llamaba “Gocciadoro” (gota
de oro). Aquella noche sonó la sirena y mi papá, mi mamá y
mis hermanas, agarramos nuestras cosas, alguna cobijas y
corrimos hacia el bosque, esperando que no bombardearan
allá
6
Allí estuvimos al aire libre toda la noche. Era una noche
estrellada, el cielo estaba lleno de estrellas, y mientras yo
miraba las estrellas escucho los primeros bombardeos, eran
ruidos que ustedes no se imaginan. Entonces yo comencé a
llorar y miraba el cielo, porque me venía en mente que no
podía irme con mis padres a las montañas porque había
comenzado el Movimiento y tenía ya algunas compañeras
que me seguían.
La mañana siguiente hacia las 4 de la mañana, cuando
comienza a amanecer mi padre dice: “Vamos a ver si
nuestra casa todavía está en pié, o si ha sido destruida.
11 de julio de 1967, (Mariápolis Gen)
Chiara responde a las preguntas de los niños
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Entonces regresamos a la casa que había sido media
destruida, pero todavía se podía entrar en ella. Me di
cuenta que las paredes estaban bien, pero dentro la
escalera se había caído, había solo un escalón lo demás eran
escombros. Entonces dije a todos: “esperen afuera, y subí
para ver si todavía había algo que se pudiera utilizar”.
Entré y veo que no hay bombas que no hayan explotado.
Entonces llamé a mi papá y a mi mamá. Y ella me dice: “pon
esta cobija en un saco, esto es para comer, toma esta olla...”
y yo dentro de mi pensaba ahora tengo que decírselo que
no puedo irme con ellos.
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Veo que mi papá está solo en la cocina, y voy donde el y me
pongo de rodillas delante de el y le digo: “Papá, dame tu
bendición, he hecho un juramento que no me iría de Trento,
ni siquiera si cae todo. Dame tu bendición, yo he elegido
Dios solo. Ha comenzado un Movimiento, ¡ayúdame papá!.
Mi padre que me quería mucho porque era la hija mayor se
ve que recibió una inspiración de Dios porque me dijo: “Si
hija mía, te bendigo”. Y alzando el brazo me bendijo.
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Después tenía que dejar que mis padres y mis hermanas se
fueran hacia las montañas, ellas se pusieron los sacos en los
hombros y yo me recuerdo la tragedia en mi corazón
porque nos separábamos. Pero Dios me había llamado.
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Yo en cambio me dirigí hacia la ciudad, allí no sabía a donde
ir, porque la ciudad había sido bombardeada, habían
escombros por todos lados. Yo no sabía todavía si mis
compañeras estaban vivas. En ese momento se me acerca
una señora toda turbada por lo que había pasado, me
agarra por los hombros y me dice: “ cuatro se me han
muerto”. En aquel momento entendí que tenía que olvidar
mi dolor y cargar con el dolor de todos y de ir a ayudar a los
demás.
11 de julio de 1967, (Mariápolis Gen)
Chiara responde a las preguntas de los niños
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Entonces dentro de mi surgió una pregunta: “¿Existirá un
Ideal que no pasa, un ideal que ninguna bomba pueda
destruir? ¿Existirá? Y dentro de mi surgió esta respuesta: “Si
existe, es Dios, Dios que es Amor. Entonces lo dije
enseguida a mis compañeras, y nos dijimos: “Hagamos a
Dios el Ideal de nuestra vida”. Y nos fuimos todas juntas a la
iglesia para agradecerle que estábamos todas vivas.
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Algunos días después estábamos en el sótano de una casa y
encendimos una vela, tomamos el Evangelio lo abrimos y
encontramos esta frase: “ Che todos sean uno”. Y yo dije:
“Este es nuestro programa, esta es mi Palabra de Vida: “Que
todos sean uno, nosotros viviremos en el mundo para que
todos sean uno, para llevar el amor en todo el mundo.
Estábamos convencidas que en el Evangelio encontraríamos
el modo de amar a Dios y vivir nuestro ideal”
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Es así que comenzó el primer focolar.
Se puede continuar la historia contando experiencias de los
primeros tiempos.