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Devarim (Deuteronomio) 16:18-21:9
Haftara: Yeshayahu (Isaías) 51:12-52:12
Ni una yud: Salomón y su rollo de Torah.
En esta semana estudiamos la parasha “Shoftim” que significa “jueces”. El libro de Devarim
contenía siendo legislativo y prescribiendo a los hijos de Israel leyes varias para diversas
situaciones. En la parasha de esta semana encontramos leyes sobre los jueces y alguaciles,
sacerdotes y primicias, leyes sobre testigos, como discernir entre un verdadero profeta y uno
falso, ciudades de refugio, entre otras.
Entre las leyes que encontramos, quisiéramos considerar esta vez las leyes para el Rey de Israel. En
el capitulo 17 de Devarim, la torah legisla ciertos mandatos para el Rey de Israel, tal como está
escrito:
“Ciertamente pondrás por rey sobre ti al que El Eterno tu Dios escogiere; de entre tus hermanos
pondrás rey sobre ti; no podrás poner sobre ti a hombre extranjero, que no sea tu hermano.
Pero él no aumentará para sí caballos, ni hará volver al pueblo a Egipto con el fin de aumentar
caballos; porque El Eterno os ha dicho: No volváis nunca por este camino. Ni multiplicará para sí
muchas mujeres, para que su corazón no se desvíe; ni plata ni oro amontonará para sí en
abundancia. Y cuando se siente sobre el trono de su reino, entonces escribirá para sí en un libro
una copia de esta ley, del original que está al cuidado de los sacerdotes levitas; y lo tendrá
consigo, y leerá en él todos los días de su vida, para que aprenda a temer a El Eterno su Dios,
para guardar todas las palabras de esta ley y estos estatutos, para ponerlos por obra; para que
no se eleve su corazón sobre sus hermanos, ni se aparte del mandamiento a diestra ni a
siniestra; a fin de que prolongue sus días en su reino, él y sus hijos, en medio de Israel.”
(Devarim [Deuteronomio] 17:15-20).
Hashem manda por medio de Moshe, que el Rey de Israel deberá de cumplir requisitos específicos
para evitar que “se eleve su corazón” y crea que él está por encima de la ley del Eterno. Ni siquiera
el rey de Israel estaría exento de cumplir los mandamientos de la tora de Moisés, el mismo tendría
que escribir un libro de Torah para poder meditar en la ley del Altísimo todos los días de su vida.
Dios no tiene hijos con “fuero espiritual”, esto es claro en la parasha de esta semana.
El Mesías de Israel, es en primera instancia el rey de Israel. La palabra “Mashiaj” significa “Ungido”
y se utiliza para referirse a sacerdotes, profetas y reyes. La palabra “Mashiaj” también tiene un
significado más estricto en el cultura judía y se refiere al último Rey de Israel, el Mesías, el Rey que
traerá paz a Israel y al mundo e instaurar la era Mesiánica. Como discípulos de nuestro Maestro,
nosotros sabemos que el Mesías ha venido en la persona de Yeshua de Nazaret, y que
prontamente se manifestará por segunda vez a Israel.
En este sentido, las leyes para los reyes de Israel tienen relación con nuestro Maestro Yeshua El
Mesías. El dejó claro que había venido a cumplir la Torah de Moshe, dar un entendimiento óptimo
de la misma y corregir errores de interpretación en el conocido “Sermón del monte”. El Rey de
Israel debía de meditar en la Torah del Eterno y andar en sus estatutos; nuestro Maestro vivió
siempre guardando la torah, al punto de no cometer pecado y poder entregar su vida en expiación
eterna por los pecados de Israel y del mundo.
La torah, los mandamientos de nuestro padre Celestial, eran su constante delicia y los guardaba
como un Tzadik insuperable. Para evitar que por su énfasis en los aspectos éticos de la torah,
algunos pensaran que estaba aboliendo el resto de los mandamientos, dijo categóricamente en el
inicio del sermón del monte lo siguiente:
“No penséis que he venido para abrogar la Torah o los profetas; no he venido para abrogar, sino
para cumplir. Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una
tilde pasará de la Torah, hasta que todo se haya cumplido. De manera que cualquiera que
quebrante uno de estos mandamientos muy pequeños, y así enseñe a los hombres, muy
pequeño será llamado en el reino de los cielos; mas cualquiera que los haga y los enseñe, éste
será llamado grande en el reino de los cielos.” (Mateo 5:17-19).
Muy probablemente nuestro Maestro por su espíritu profético vio claramente como en el futuro
mucha confusión se daría en torno a su relación con la torah. La rama principal del judaísmo y del
cristianismo consideran que él (en otras variantes Pablo) abolió la torah y la consideró obsoleta,
algo que tenía que perecer, un odre viejo, etc. Nada podría estar más lejos de la verdad ya que él
consideraba a la torah como eternamente obligante. El no pudo ser más explicito, preciso y
categórico en Mateo 5:17.
En el lenguaje español estamos familiarizados con la frase “No entendí ni jota”; muy
probablemente la frase tiene raíces en la traducción castellana de Mateo 5:17, donde Yeshua dice
que ni “una jota” pasará de la torah. Dicha frase debe de haber soñado en hebreo como “ni una
yud pasará de la Torah”. La letra “Yud” es la letra más pequeña del alefbeto hebreo y es casi un
pequeño trazo de tinta. La letra más pequeña en el alfabeto griego es la iota así que al traducirse
el dicho al griego, se trató de mantener la esencia del dicho.
Lo que nuestro Maestro está diciendo es: “Ni el más mínimo mandamiento de la torah pasará
mientras existan estos cielos y esta tierra”, esto es, hasta que venga el Mundo venidero, después
del reinado Milenial del Mesías. La torah es la norma de santidad que Dios espera, en ella hay
mandamientos para toda la humanidad, y mandamientos especiales obligantes únicamente para
el pueblo judío. Dios no ha olvidado su santidad y no ha abandonado su rol de castigar el pecado y
galardonar la obediencia a sus mandamientos.
Existe un Midrash que provee información interesante sobre el dicho de Yeshua en Mateo 5:17.
Los rabinos se preguntaban ¿Cómo es que Salomón pudo apartarse tanto del Eterno al final?
¿Acaso no era tan sabio? ¿Acaso no cumplió el mandamiento de escribir un rollo de la torah para
sí mismo? ¿Cómo es que ignoró el precepto de “no multiplicar mujeres” de manera tan flagrante?
El Midrash contesta con una narración ficticia pero que trata de dar una idea de lo que pasó y
enseñar una verdad moral.
Leemos en el Midrash: “Cuando Elohim dio la torah a Israel, El dio tanto mandamientos positivos
como negativos, y dio algunos mandamientos para un Rey, como se dice: ‘ni hará volver al
pueblo a Egipto para multiplicar caballos para sí mismo, porque El Eterno ha dicho no volváis
más por ese camino. Ni tomará para sí muchas mujeres, para que su corazón no se desvíe’. Pero
Salomón se levantó y estudió la razón por la que Dios dio este mandamiento diciendo: ¿Por qué
Elohim manda ‘no multiplicará mujeres para sí mismo’? ¿No era para guardar su corazón de
desviarse?, Bien, yo multiplicaré esposas y mi corazón no se desviará” (Shemot Raba 6:1)
La lógica de Salomón fue: “Hashem solamente prohibió multiplicar mujeres para evitar que el
corazón se desvié de El. Si mi corazón no se desvía puedo tener las mujeres que yo quiera”. Para él,
saber la razón detrás del mandamiento, lo capacitaba para no tener que cumplirlo.
Al llegar a esta lógica, el Midrash continua relatando como Salomón empezó su extravío del Eterno
de manera sutil y lenta. Al analizar la torah, y mientras hacía una copia de la misma por el
mandato bíblico, Salomón cambió intencionalmente una letra de la torah para hacerla calzar con
su nueva “teología”. Salomón cambio la yud de la palabra “Yarbeh” (no multiplicará) por una letra
“Alef”, haciendo que el texto (Deut. 17:17) leyera: “¡¡¡Yo multiplicaré para sí mismo esposas y su
corazón no se desviará!!!”. Al hacer que esta pequeña letra de la torah fuera cambiada, Salomón
estaba abrogando un mandamiento, torciéndolo y haciéndolo inaplicable ¡Vaya cambio pequeño!
El Midrash continua relatando lo siguiente: “En ese momento, la Yud de la palabra yarbeh subió a
lo alto y se postró delante del Santo Bendito sea, y dijo ‘¡Amo del universo! ¿Acaso no dijiste
que jamás ninguna letra sería abolida de la torah? Mira Salomón se ha levantado y ha abolido
una. ¿Quién sabe? Hoy él ha abolido una letra, mañana él abolirá otra ¡hasta que toda la Torah
sea nulificada!’ El Santo, Bendito sea, respondió, Salomón y mil como él pasarán, pero la más
pequeña tilde no será borrada de ti” (Shemot Raba 6:1)
Ciertamente no debemos de creer que esta historia es literalmente cierta pero contiene una
riqueza increíble. En primer lugar podemos comprender su punto principal: La desviación de los
mandamientos del Eterno generalmente no ocurre abruptamente sino sutilmente. Seguramente
Salomón no se levantó un día y dijo: “Ayer todo estaba bien con El Eterno, ¡creo que ofreceré
incienso a Astoret hoy!”.
Lo que es cierto para Salomón es cierto para todos nosotros: Debemos de cuidarnos de desviar
nuestro corazón, incluso mínimamente ya que no sabemos a qué nos arrastrará al final ese
pequeño paso al mal camino.
En segundo lugar, el Midrash es curiosamente observado en la realidad teológica de nuestro
tiempo. Varios círculos del cristianismo piensan que debido a que ahora entendemos las razones
por las que El Eterno ordenó algo, no debemos de considerar el mandamiento para cumplirlo.
Muchos cristianos no conciben como un judío creyente en Yeshua siga circuncidando a sus hijos
varones. “¿Acaso no sabe que la verdadera circuncisión es la del corazón?” es oído a menudo.
Hacer esta pregunta es como decir: “¿Acaso no saben los cristianos que el verdadero bautismo es
el del espíritu santo?”. Claro que el judío sabe que la circuncisión en la carne, ordenada por Dios a
todo descendiente de Abraham, alude a una mayor circuncisión. Ese tema se conoce desde Moisés
quien dijo: “Circuncidad el prepucio de vuestro corazón” (Deuteronomio 10:16).
El entendimiento de un mandamiento no justifica la anulación del mandamiento. De ser así, podría
decirse lo mismo del bautismo (en hebreo tevilah) ¿Acaso no es el bautismo de conversión en
nombre de Yeshua, un símbolo del nuevo nacimiento? ¿Deberíamos de dejar de practicar el rito
cuando ya entendemos su significado? ¡De ninguna manera! Todo lo contrario, lo guardaremos
mejor por estamos plenamente conscientes de cual debe de ser nuestra motivación y el
significado del mismo.
En tercer lugar es curioso ver como la lógica de la “letra yud” en el Midrash ha sido verificada en
ciertos círculos liberales tanto judíos como cristianos. En el Midrash, la letra yud dice que si
Salomón ha empezado borrando una letra, seguirá hasta anular toda la torah. Cuando
consideramos las bodas de personas del mismo sexo aprobadas por círculos liberales del
cristianismo y de judaísmo reformista, nos damos cuenta de la realidad del Midrash. Todo
verdadero creyente en Hashem debe de guardarse de comenzar a desviarse en un aspecto puesto
que no sabemos a que nos llevará después.
Finalmente, el Midrash nos provee una extraordinaria fuente de contexto sobre el dicho de
Yeshua. Es muy probable que la historia fuera conocida en los días de Yeshua y que él mismo
estuviera aludiendo al Midrash en su forma primitiva. A diferencia de Salomón hijo de David,
Yeshua Ben David no ha venido a abolir ni siquiera una yud de la Torah, todo lo contrario él ha
venido a cumplirla. Al considerar el midrash, el punto de Yeshua es visto con una intensidad
desconocida hasta el momento.
Nuestro maestro dejo claro que los mandamientos de la Torah seguían siendo obligantes. Todos
los primeros discípulos judíos de Yeshua siguieron guardando la Torah y considerándose parte del
pueblo judío. Esto incluso ha sido admitido por un Rabino Ortodoxo (No creyente en Yeshua)
moderno en los términos más categóricos. Leemos por ejemplo:
“Los primeros alumnos de Jesús tampoco tenían intención de abandonar las leyes de la Torá;
(Hechos 6:13-14, Hechos 21:20-24) Irónicamente, las enseñanzas que el libro del Nuevo
Testamento de los Hechos categoriza como un 'informe falso' en relación con las enseñanzas de
los seguidores de Jesús, es ahora la doctrina oficial del cristianismo. Los primeros seguidores de
Jesús no creían que después de que Jesús llegó, las leyes de la Torá ya no eran vinculantes. Por el
contrario, su pregunta era si incluso seguidores no israelitas de Jesús tienen que mantener todas
las leyes de Moisés.” (Rab Yosef Eliyah en http://torahjudaism.org/index.php/articles/41islam/56-why-do-jews-reject-jesus-as-messiah. Traducción libre).
Nuestro Maestro fue fiel a la torah hasta su muerte. Por su expiación de pecados hemos recibido
la purificación espiritual y hemos recibido el espíritu de Hashem que ha inscrito la Torah en
nuestros corazones. Somos un rollo de Torah escrito por el Mesías de Israel y debemos de andar
como corresponde a nuestro llamado.
Que El Eterno haga que su Ungido se aproxime para que la torah fluya desde Tzion como nunca
antes.
‫שבת שלום‬
¡Shabbat Shalom!
Yitzjak