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Devarim (Deuteronomio) 3:23-7:11
Haftara: Yeshayahu (Isaías) 40:1-26
Shema Israel: La cultura del oír.
La parasha de esta semana comprende muchos tópicos importantes, encontrándose quizás entra
las parashot más importantes ética, moral y teológicamente hablando. La parasha Vaetjanan
siempre es leída en el shabbat posterior a Tisha Be’av, conocido como “Shabbat Najamu”. El
shabbat toma su nombre de la Haftara (sección de los profetas) del profeta Isaías que comienza
con la palabra “Najamu” (“Consolaos”).
Sin lugar a duda podemos fácilmente imaginar el contenido más importante de esta parasha para
el pueblo judío: El Shema Israel. El Shema Israel es una parte trascendental en el judaísmo, el judío
crece y muere diciendo la famosa declaración que se encuentra en Deuteronomio 6:4 donde se
dice: “Shema Israel Adonay Elohenu Adonay ejad” que traducido es “Escucha Israel El Eterno
nuestro Dios, El Eterno uno es”.
Es tanto lo que podemos comentar sobre el Shema que este estudio se centrará solo en los
aspectos fundamentales del famoso verso del quinto libro de la Torah. Como dijimos, el verso del
Shema Israel se encuentra en Devarim 6:4, el verso es parte de una de las oraciones más
importantes del judaísmo. Cada judío observante recita el Shema por lo menos dos veces al día en
conjunto con otros versos de la Torah. Devarim 6:4-9, 11:13-21 y Bamidbar 15:37-41, son los tres
versos recitados en la oración de la mañana y en la noche, cumpliendo así el mandamiento de:
“hablaras de ellas cuando estés sentado en tu casa, cuando andes de camino, al acostarte y al
levantarte” (Devarim *Deuteronomio+ 6:7).
El carácter corto y categórico del Shema hizo que se convirtiera en el grito monoteísta del pueblo
judío. Soportando los embates de la asimilación a culturas y creencias ajenas a la fe judía, el
pueblo siempre respondía con “Oye Israel El Señor nuestro Elohim, El Señor es uno”. Miles de
mártires judíos, quienes se negaban a abandonar la fe en la edad media y convertirse a la
adoración gentil, murieron quemados diciendo estas mismas palabras. Sin duda alguna, el Shema
Israel está arraigada al pueblo judío como ninguna otra oración.
Esto hizo que el pueblo comenzara a ver en el Shema, la declaración teológica de la fe judía y el
monoteísmo. El Shema rápidamente se convirtió en una especie de credo judío básico, no importa
si eres un erudito de Torah, un judío estudioso de Torah promedio, o un completo extraño al
mundo de la Torah; lo más fácil de recordar y lo más importante que tienes que saber es: Oye
Israel, El Eterno nuestro Dios, El Eterno es uno.
Algunas personas piensan que la máxima declaración monoteísta en la Torah radica en el Shema
Israel; sin embargo, debemos de preguntarnos: Cuando Moshe lo dijo ¿tenía el objetivo de ser una
declaración de creencia o un mandamiento? Reducir el Shema a una declaración de fe o doctrina
puede tener sus inconvenientes cuando consideramos las siguientes cosas:
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Tanto los sabios judíos como Yeshua nuestro Maestro, hablaron del Shema siendo un
mandamiento. ¿En qué sentido la declaración del Shema es un mandamiento? ¿Qué
acción demanda “Oye Israel El Señor nuestro Dios El Señor es uno”? ¿Acaso no es
meramente el Shema algo que hay que creer y no algo que hay que hacer?
Versos atrás en la parasha, Moshe ha tocado el punto de la creencia monoteísta en los
términos más categóricos posibles diciendo: “Aprende pues, hoy, y reflexiona en tu
corazón que El Eterno es Dios arriba en el cielo y abajo en la tierra, y no hay otro.”
(Devarim 4:39). ¿Es el Shema simplemente una manera alterna de decir esto o hay algo
más en su naturaleza?
Consideremos esto: El verso de Devarim 4:39 es quizás la máxima declaración monoteísta de la
Torah; reparando en varios aspectos de este verso parece ser el más claro verso en toda la Torah
sobre la creencia en un solo Dios. ¿Estamos exagerando al decir esto? ¿Podemos dar evidencia de
la Torah y la tradición judía sobre nuestra aseveración? Analicemos algunas cosas sobre este
verso:
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El contexto del verso viene hablando de la revelación del monte Sinai donde todo el
pueblo oyó la voz del Eterno pero no vio ninguna figura (4:10-12). Luego habla de cómo El
Eterno hizo algo para que siempre creyeran en Moshe y en la Torah: Una revelación
colectiva en donde todo el pueblo (y no solo un individuo) oyó su voz en el monte y como
él sacó al pueblo de Egipto con brazo poderoso. Después de esto, Moshe dice que todo
esto fue para demostrar que no hay otro Dios sino Adonay.
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El verso comienza haciendo un llamado a creer o a saber esto diciendo: “Sábelo hoy
(Veyada’ta Hayom)”. Si hay un verso que Moshe quería que el pueblo creyera, sin duda
alguna es este, pues comienza haciendo un llamado a saber eso y llevarlo al corazón.
El verso utiliza el nombre “HaElohim” y no solamente “Elohim” para enfatizar que está
hablando sin lugar a dudas del Eterno. Otras creaturas en la escritura son llamadas Elohim
(Moshe, los jueces de Israel, los ángeles) pero al utilizar el enfático “HaElohim”, se evita
cualquier tipo de ambigüedad.
El verso es claro en decir que no hay otro “HaElohim” ni en los cielos ni en la tierra,
haciendo completamente infinita su esfera de alcance.
Cada vez que en una sinagoga se ora y se recita el “Alenu” (oración final de cada servicio)
se dice: “El es nuestro Dios; no hay otro más. Verdad es nuestro Rey, y no hay nada fuera
de Él, tal como está escrito en la Torá: Sabe hoy y llévalo a tu corazón que El Eterno es
Dios, arriba en los cielos y abajo en la tierra; no hay nadie más”. Si en todos los libros de
oración del mundo, en el Alenu se usa este verso como la prueba definitiva del
monoteísmo, es debido a que los sabios entendieron que este verso proveía una
declaración insuperable de la creencia judía.
Como vemos hay buenas razones para pensar que el verso más claro, explicito y excepcional a la
hora de declarar el monoteísmo de la fe judía es Devarim 4:39 y no el Shema Israel. Esto no quiere
decir que El Shema no tenga connotaciones claras de Monoteísmo o que no tiene nada que
informarnos sobre el tema; simplemente debemos darnos cuenta que si ese es su único objetivo,
habría un verso aún más claro en capítulos anteriores.
Si el objetivo primario del Shema no es ser la máxima declaración de Monoteísmo ¿entonces cual
es? Antes de contestar esta pregunta, es necesario recordar que la grandeza del Shema radica en
que es más que un verso de creencia, es un verso de acción y el MAS GRANDE MANDAMIENTO.
Comentando esta realidad, una nota de la biblia judía de estudio (Jewish Study Bible) nos dice:
“Lectores modernos consideran el Shema como una afirmación de monoteísmo, un punto vista
que es anacrónico. En el contexto de la antigua religión israelita, sirvió como una proclamación
pública de lealtad exclusiva a Hashem como el único Señor de Israel.” (Adele Berlin and Marc Zvi
Brettler, eds., The Jewish Study Bible [New York: Oxford U. Press, 2004], 380).
Esta declaración es asombrosa viniendo de una biblia judía de estudio y a la vez muy iluminadora.
En síntesis declara que la intención primordial de Moshe a la hora de decir el Shema, no fue dar
un credo, o una aseveración de monoteísmo; su objetivo principal fue recalcar la exclusiva lealtad,
fidelidad y obediencia del pueblo judío a Hashem.
Esto tiene todo el sentido del mundo cuando vemos lo que sigue al Shema Israel: “Y amarás a El
Eterno tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas.” (Devarim
[Deuteronomio] 6:5).
En otras palabras lo que Moshe está diciendo en el Shema no es: “Hijos de Israel crean que El
Eterno es uno” (algo que ya había dicho en Devarim 4:39), sino algo muchísimo más poderoso:
“Hijos de Israel, oigan atentamente: Puesto que El Eterno nuestro Dios es uno, nuestra fidelidad
entera está únicamente dirigida hacia ÉL, debemos amarlo con todo nuestro corazón, con toda
nuestra alma y con todas nuestras fuerzas. En vista de que no tenemos otro Dios, todo nuestro ser
debe de estar unificado en servirle. No tenemos dos dioses o dos señores de manera que tengamos
conflicto de decisión o de amor. ¡Tenemos un solo Dios y nuestra fidelidad y obediencia están cien
por ciento hacia él!”
¿Ahora si es un mandamiento verdad? Cuando percibimos la intención primaria del Shema vemos
como todo encaja perfectamente. Cada vez que cierres tus ojos para decir El Shema al levantarte,
después del Alenu, antes de acostarte, recuerda que El Eterno espera muchísimo más que una
mera creencia intelectual, el espera completa obediencia y fidelidad.
Es debido a esto que nuestro Maestro no titubeó al decir que El Shema es el mandamiento más
grande de todos, no hay esfera de nuestra vida que no sea afectada por el Shema Israel, no hay
deseo que no sea afectado, no hay pasión que no sea afectada, no hay pensamiento que no sea
afectado, no hay ilusión que no sea afectada. El Shema nos dice hacia quien debe de estar toda
nuestra fidelidad en momentos de tentación, duda o dilema moral.
Es por esto que nuestro Santo Maestro dijo:
“Yeshua le respondió: El primer mandamiento de todos es: Oye, Israel; el Señor nuestro Dios, el
Señor uno es. Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu
mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento. Y el segundo es semejante:
Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento mayor que éstos.” (Marcos
12:29-31).
El Shema tiene un mensaje claro para nuestras vidas. En cada momento de dilema moral o de
tentación debemos de oír que tenemos un solo Dios y que hacia ÉL es nuestra fidelidad. Al amarlo
con todo el corazón, el alma y nuestras fuerzas, estaremos capacitados para obedecerlo y cumplir
todos sus mandatos según nuestras fuerzas con el poder del espíritu que se nos ha dado.
Es por esto que el Shema comienza diciendo: “Escucha” y no “Observa”. Muchas veces nuestros
ojos pueden engañarnos, muchas veces la percepción que recibimos del mundo puede hacernos
dudar de la buena voluntad del Eterno, de su deseo para nuestras vidas, de sus leyes y de sus
decretos. Esto fue precisamente lo que aconteció a los espías, al ver la altura de los anaceos y las
ciudades amuralladas, su fe decayó totalmente destinando a la generación del éxodo, a perecer en
el desierto.
La fe viene por el oír la palabra del Eterno (Romanos 10:14). Es por esto que el enviado de Yeshua
a los gentiles, Shaul de tarso, escribió:
“porque por fe andamos, no por vista” (2 Corintios 5:7).
Cada vez que esto sucede debemos de acordarnos de una sola palabra: Shema. Escuchemos
atentamente la voz del Eterno, su Torah, su palabra, sus promesas, sus mandamientos, su suave
suspiro en nuestro oído, su voluntad que se revela a nosotros.
El Rab Jonathan Sacks lo describió quizás insuperablemente cuando dijo:
“La mayoría de las civilizaciones han sido culturas del ojo. El judaísmo, con su creencia en el Dios
invisible que trasciende el universo, y su prohibición contra las representaciones visuales de
Dios, es supremamente una civilización de la oreja. Los patriarcas y los profetas no vieron a Dios;
ellos lo escucharon. Por lo tanto, el verbo clave en el judaísmo es Shema, "escucha". Para darle
fuerza dramática a la idea de que Dios es escuchado, no visto, cubrimos nuestros ojos con la
mano mientras decimos estas palabras” (The Koren Siddur, with Introduction, Translation, and
Commentary by Rabbi Sir Jonathan Sacks [Jerusalem: Koren Publishers, 2009], 471.)
¡Que El Eterno haga que vivamos el gran mandamiento amándole con todo nuestro ser!
‫שבת שלום‬
¡Shabbat Shalom!
Yitzjak