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Rev. sci. tech. Off. int. Epiz.,
1 9 9 1 , 10 ( 2 ) , 4 5 9 - 4 7 0
La enfermedad hemorrágica viral del conejo:
vacunación y respuesta inmunológica
J.L. ARGÜELLO VILLARES *
Resumen: El autor presenta los resultados observados en la amplia utilización
de una vacuna tisular contra la enfermedad hemorrágica viral (VHD), inactivada
por bela-propiolaclona y adyuvantada mediante hydróxido de aluminio.
Se establece la cinética de anticuerpos inhibidores de la hemoaglutinación
a lo largo de casi año y medio, la respuesta de los animales vacunados al
enfrenlamiento con el virus de terreno después de seis à quince meses de la
vacunación, la respuesta serológica en revacunaciones y los mecanismos
inmunológicos desencadenados tanto en primovacunaciones
como en
revacunaciones.
PALABRAS CLAVE: Enfermedad hemorrágica viral del conejo Enfermedades de los conejos - Enfermedades virales - Inmunización - Respuesta
inmunológica - Vacunación.
INTRODUCCIÓN
La aparición en la República P o p u l a r de China, en 1984, de la enfermedad
hemorrágica viral en conejos de Angora importados de Alemania (14), y su posterior
extensión posiblemente a través de países del Este a nuestro continente, al norte de
Africa e incluso al continente americano, afectando a la cunicultura mejicana, dio
lugar, en los primeros momentos de su expansión, a la propuesta de distintas medidas
que pudiesen conducir a su control.
A u n q u e h u b o algunos autores, como posteriormente se contemplará, que desde
el principio optaron por la profilaxis vacunal, la postura más frecuente, ante los
primeros casos en los distintos países, fue la adopción de diferentes medidas de
profilaxis sanitaria, con las que las regiones no afectadas intentaban permanecer
indemnes, y en donde ya había aparecido el problema, se perseguía su control y
erradicación.
Reflejo de estas opiniones fue la información que la Oficina Internacional de
Epizootias publicó el 20 de enero de 1989 (21), ante la denuncia de presentación del
nuevo proceso en distintos países de nuestra área, tales como Italia (16), E s p a ñ a (2),
Francia (19) o Alemania (15), por no citar las que de forma paralela se iban realizando
en países del Este.
En ella y dentro del capítulo de medidas sanitarias, se recomendaba el sacrificio
de emergencia de t o d a la población de conejos en las instalaciones de cría en las que
* Laboratorios Ovejero S.A., Apartado 321, 24080 León, España.
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apareciesen casos, instalaciones que no serían repobladas antes de un período de cuatro
semanas. A nivel de regiones o explotaciones indemnes, se recomendaba la aplicación
de generales y conocidas medidas zoosanitarias.
P o r otra parte, México, que se enfrentó a la aparición de un fuerte brote de la
enfermedad sin recurrir a profilaxis vacunal, incluyó en su p r o g r a m a de erradicación
la cuarentena de las explotaciones afectadas, prohibición de movimiento o venta de
conejos, sacrificio y destrucción voluntaria de los animales enfermos, con limpieza
y desinfección de la granja, que no sería repoblada antes de un período de espera
o cuarentena de al menos dos meses ( 1 , 17). Estas medidas condujeron a la extinción
del problema, pero al precio de una fuerte disminución del censo cunícola.
Ante la experiencia mexicana, un informe publicado en el Foreign Animal Disease
Report de Estados Unidos (10), contempla el concepto de conejo centinela, introducido
en pequeña cantidad antes de la completa repoblación de u n a explotación que haya
sufrido el proceso, y siempre después de un vacío sanitario de dos meses.
P o d r í a n contemplarse muchos más informes sobre las medidas sanitarias a
adoptar, sobre todo los preparados en las primeras fases de estudio del nuevo proceso.
Sin embargo, la evolución del mismo vino a modificar los criterios; no en vano autores
como Rosell (25) señalaron la aparición de la enfermedad en explotaciones con
animales bien alimentados, sin procesos patológicos intercurrentes, con profilaxis
higiénica excelente y medidas de policía sanitaria muy rigurosas; Cancellotti (7) viene
a resumir esta situación y reseña que en explotaciones industriales con buena asistencia
técnica, donde se a d o p t a b a una buena profilaxis higiénico-sanitaria aparecen casos
graves de la enfermedad hemorrágica viral (VHD) con mortalidades del 9 0 % del
efectivo, y a pesar del aislamiento, la desinfección o la adecuada destrucción de los
cadáveres, existe u n a lenta pero inexorable progresión de los casos.
En definitiva, y en palabras de Rosell (26), la profilaxis higiénica es indispensable
antes y después de la aparición de la V H D del conejo, pero ella no es en sí misma
u n a garantía suficiente p a r a proteger una explotación.
Con t o d o ello se vino a estar de acuerdo con lo que la experiencia china había
establecido (29): la V H D del conejo puede ser fácilmente controlada mediante
sacrificio de los afectados, estricta cuarentena y, sobre t o d o , vacunación.
Vacunación que en E s p a ñ a fue contemplada primero como u n a esperanza (2),
p a r a ir posteriormente implantándose de hecho, fruto de trabajos experimentales
(3, 4, 5, 6, 22, 23) y de los resultados de terreno obtenidos a lo largo de más de dos
años y medio de intervenciones vacunales generalizadas, pudiendo concluirse el día
de hoy que la profilaxis médica específica es un arma útil en el control del nuevo
proceso, evitándose con su adopción la aparición de nuevos casos y la extensión de
la enfermedad.
VACUNA
La vacuna por el autor utilizada, primero a nivel experimental, colaborando con
las autoridades sanitarias del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación español,
y posteriormente a nivel de vacunación de terreno, dentro de protocolos que la
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propia urgencia sanitaria fue m a r c a n d o , h a sido ampliamente utilizada, n o sólo en
España, sino también en países como Alemania, Bélgica, Francia, Grecia, Italia,
Portugal o Túnez.
Al igual que el resto de las vacunas experimentalmente investigadas o legalmente
comercializadas, se trata de una vacuna tisular, obtenida p o r inoculación de animales
sensibles y posterior recogida de los órganos diana, cuando aquellos desarrollan la
infección experimental y llegan a u n estado preagónico.
En t o d o caso, los animales a inocular siempre han procedido de explotaciones
que habían previamente demostrado u n alto grado de sensibilidad al proceso, siendo
sometidos d u r a n t e su crianza a un adecuado protocolo sanitario y, en su recepción,
a una severa cuarentena, durante la que, mediante quimioterapia de amplio espectro,
se realizaba un «blanqueo bacteriológico».
A las garantías del conocido origen de los animales y de la cuarentena a que son
sometidos, se unen los hechos de la no intervención sobre animales que muestren
originalmente hipertermia, que son eliminados de la inoculación, y la n o inclusión
en la cosecha de animales que presenten, en el m o m e n t o de realizarse ésta, resultados
positivos al hemocultivo realizado por técnicas estándar d u r a n t e la inoculación, lo
que implicaría procesos septicémicos intercurrentes.
La inoculación se realiza por vía intramuscular, aun cuando se h a demostrado
la posibilidad de utilizar otras rutas, con 0,5 ml pertenecientes a u n inóculo que en
cuantificaciones previas demostraba aportar en aquel volumen al menos 10 D L
y un tiempo medio de muerte de 24-36 h o r a s . E n t o d o caso, se h a partido de cepas
que mostraban capacidad hemoaglutinante a temperatura ambiente y de elución lenta,
aun cuando, tal como señala Badiola (6), en el terreno aparecen casos en los que
se implican cepas que sólo hemoaglutinan a 4 ° C o rápidamente muestran elución,
pero si se valora su casuística, parecen estos casos p o c o frecuentes.
2
5 0
Realizada la inoculación, el m o m e n t o de la cosecha viene determinado por la
evolución clínica de los animales inoculados, procediéndose al sacrificio de aquellos
en los que, detectada unas horas antes u n a clara hipertermia, aparece u n a situación
depresiva-preagónica y que muestran temperaturas por debajo de los niveles
fisiológicos considerados normales.
U n a vez sacrificados los animales, son recogidos los órganos diana siempre que
en su conjunto el animal muestre lesiones que correspondan a las descritas en la V H D
(2, 16) y estén ausentes otras que pudiesen, incluso a nivel presuntivo, derivar de otros
procesos patológicos intercurrentes. Los órganos recogidos serán triturados, u n a vez
adicionado PBS p H 7.2 en la proporción 1:2 ( p / v ) , a 18,000 r p m , en ambiente
refrigerado durante cinco minutos, y posteriormente triturados, también a temperatura
de 4 ° C , durante cinco minutos y alcanzando 24,000 r p m .
Sobre el producto resultante de la clarificación de la suspensión obtenida, se realiza
la cuantificación del virus, mediante la titulación de las hemoaglutininas presentes,
frente a glóbulos rojos h u m a n o s del grupo O, realizándose la reacción en microplacas
de fondo en U bajo un volumen en los distintos reactivos de 0.025 ml a 4 ° C y con
un p H de 6.4.
U n a vez conocidas las unidades hemoaglutinantes del triturado inicialmente
obtenido, se determinan las adiciones de PBS p H 7.2, a fin de que, una vez realizadas,
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e inactivada la suspensión mediante la adsorción sobre el adyuvante de inmunidad,
se alcance u n a concentración de 128-256 U H A en el producto comercial.
En principio y a la vista de lo expuesto, los conceptos de la vacuna por el autor
producida y utilizada, no se diferencian de los propuestos por otros autores (2, 3,
4, 5, 8, 11, 12, 13, 18, 22, 23, 27, 28, 29).
Sin embargo, el autor quiere reseñar dos aspectos que la distinguen relativamente
a la mayoría de los productos utilizados en el terreno e incluso propuestos
experimentalmente.
C o m o agente inactivante el autor ha escogido la beta-propiolactona, t o m a n d o
originalmente como base dos hechos que considera de importancia.
- P o r u n a parte, el producto utilizado había ofrecido un buen resultado como
agente inactivante frente al parvovirus canino, d a d o que si hoy numerosos trabajos
proponen la clasificación del virus en otras familias, los que existían más completos
en el m o m e n t o lo incluían como un nuevo miembro de la familia Parvoviridae. En
todo caso, experimentalmente se comprobó la eficacia de la beta-propiolactona como
agente inactivante.
- Otras determinaciones tomadas en consideración a la hora de elegir la betapropiolactona fueron: por u n a parte, la fácil comprobación de que el agente no haya
sufrido procesos degradativos debidos a hidrólisis parciales antes de su uso y en
consecuencia es totalmente activo en su función, por otra el hecho de que una vez
producida la inactivación, es fácilmente hidrolizable por temperaturas de 37°C, lo
que permite obtener el ácido betapropiónico y el ácido hidroacrílico, inocuos per se.
P o r otra parte, el último componente a integrar en la vacuna, el adyuvante de
inmunidad, fue escogido entre las dos opciones más frecuentemente utilizadas:
excipiente incompleto de Freund o hidróxido de aluminio.
El autor elije el segundo, basándose, además de la bibliografía existente sobre
su actuación (4, 8, 9, 11, 12, 13, 18, 27, 28, 29), en sus propios resultados obtenidos
en pruebas experimentales, que demostraron la estabilidad del producto final a lo
largo del tiempo. En efecto, dicha estabilidad, dada la naturaleza particulada del
antígeno, es, sin duda, mayor cuando en la composición entra a formar parte el
hidróxido de aluminio que cuando la vacuna se presenta como u n a emulsión oleosa.
Se evita igualmente la aparición de fenómenos anafilácticos en revacunación, que
hubieran sido propiciados por la opción rechazada.
P R O T O C O L O DE VACUNACIÓN
Siguiendo anteriores trabajos (4) se estableció la dosis de 1 ml para animales adultos
y la de 0.5 ml para animales vacunados a destete, esta última basada en la protección
suficiente conseguida con dosis reducidas, d a d o que el objetivo de la explotación
(engorde) se limita a un corto período de tiempo.
Inicialmente se estableció la necesidad de revacunación a los seis meses, dado que
a u n q u e datos obtenidos a p u n t a b a n a protocolos más prolongados en el tiempo, la
falta de resultados suficientes y definitivos al respecto indujeron a mantener
inicialmente aquella recomendación. P o r ello el autor dispone de los datos obtenidos
en el terreno de revacunaciones, además de los experimentales, aun cuando, al día
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de hoy, y siguiendo los resultados que luego se reflejarán, la revacunación no es
necesaria y seguramente poco practicada.
SEROLOGÍA
Todos los datos serológicos que refleja el presente estudio, trabajando t a n t o con
sueros de animales experimentales como con los pertenecientes a granjas industriales,
han sido obtenidos mediante la técnica de inhibición-hemoaglutinación previamente
descrita (2), técnica a la que, en t o d o caso, se le ha introducido las modificaciones
que, con el tiempo, distintos laboratorios han propuesto, tales como el p H 6.4 o la
temperatura de reacción de 4 ° C .
Esto se justifica por la t e m p r a n a fecha de las primeras observaciones del autor,
por lo que, para establecer una cinética de anticuerpos que incorporase todos los datos
obtenidos por él, no se podía utilizar aquellos obtenidos mediante la técnica E L I S A ,
que en distintas variantes se había puesto posteriormente a p u n t o (20). En t o d o caso,
dado el paralelismo entre los resultados de la técnica utilizada y la posteriormente
puesta a p u n t o (20), el autor cree que sus datos son asumibles y vienen a reflejar
la realidad serológica.
R E S U L T A D O S D E LA V A C U N A C I Ó N
Publicaciones anteriores (4, 5, 6, 11, 12, 13, 22, 23, 24, 26, 27, 28) han venido
a recoger distintos aspectos de lo que se puede observar después de la vacunación,
fuera ésta realizada a nivel experimental o a nivel de terreno. Los resultados expuestos
a continuación reflejan el alcance actual de los conocimientos del autor.
Inocuidad
La inocuidad en el sentido amplio se demuestra y confirma p o r la adecuada
inactivación del virus originalmente letal p a r a el conejo por el agente inactivante
propuesto así como por la ausencia de reacciones derivadas del adyuvante de
inmunidad o de su no adecuación.
A nivel del control, y antes de la comercialización de cada lote de vacuna, se
inoculan al menos diez conejos de más de diez semanas de vida (preferentemente de
origen rústico, por su mayor sensibilidad al virus) con 5 ml de vacuna por animal.
La ausencia de manifestaciones clínicas, incluyendo la hipertermia y un crecimiento
ponderal no desviado del de los hermanos no intervenidos, garantiza la adecuada
y total inactivación del virus con ausencia de efectos secundarios indeseables. La no
presencia en la necropsia (una vez transcurridos siete días y sacrificados los animales),
de lesiones que pudiesen implicar, incluso virtualmente, el proceso a prevenir, confirma
definitivamente la inactivación.
Finalmente, la ausencia en el p u n t o de inoculación de reacciones locales
suficientemente llamativas como p a r a proceder al expurgo zonal, confirma la
adecuación del elegido excipiente estimulante de defensas.
Además de animales de distintas edades, se ha v a c u n a d o , a nivel experimental,
hembras en distintos momentos de gestación (abarcando desde el mismo m o m e n t o
de la cubrición hasta la fecha prevista p a r a el parto). En todos los casos, el número
de nacidos y su viabilidad ha sido completamente normal.
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Estos datos de laboratorio se han confirmado plenamente en el terreno, donde,
a pesar de u n seguido menos vigilado de las aplicaciones, n o ha existido problemática
alguna, para ninguno de los animales vacunados propios a las explotaciones cunícolas:
animales de engorde, hembras o machos reproductores y madres en distintos
m o m e n t o s de gestación o lactación.
Serología de la vacunación
Publicaciones anteriores (3, 4, 5) h a n recogido la respuesta serológica de los
animales vacunados. De estos informes, y contemplando solamente el comportamiento
serológico más habitual, se puede destacar:
— antes de la vacunación, y durante los tres primeros días después de ésta, los
animales no muestran respuesta serológica cuando ésta se mide en anticuerpos
inhibidores de la hemoaglutinación frente a 4 U H A del virus de la V H D del conejo;
— entre el cuarto y el séptimo día, la reacción citada muestra u n a clara
seroconversión en todos los animales hasta alcanzar, al final de este período, títulos
de 1:320;
- el título indicado de 1:320 se mantiene, en la práctica, inamovible hasta que
se alcanzan los tres meses post-vacunación;
- cuando h a n transcurrido cuatro, cinco o seis meses a partir de la vacunación,
la respuesta encontrada marca u n nuevo descenso, con títulos de 1:160;
- en el séptimo y octavo mes post-vacunación vuelve a aparecer u n a caída
serológica, ya que la pérdida de u n logaritmo en base dos viene a situar la respuesta
en anticuerpos inhibidores de la hemoaglutinación en títulos de 1:80, situación que
coloca a los animales en el umbral de protección tal como indican los resultados del
challenge;
- el seguimiento serológico realizado durante los meses noveno y décimo postvacunación sobre animales manejados experimentalmente, y desde el sexto hasta el
decimosexto mes después de la vacunación en animales de terreno, establece una clara
estabilización en el título indicado, ya que la totalidad de los animales muestra un
título de inhibición de la hemoaglutinación, frente a 4 U H A , de 1:80.
Resultados del challenge
Animales manejados experimentalmente y animales de terreno, a eliminar de la
explotación por baja productividad, han sido enfrentados a 100 D L 5 0 de virus,
transcurridos distintos períodos de la vacunación.
Animales vacunalmente intervenidos dos-tres días antes, y con títulos de partida
de 1:20 ó 1:40, mueren al ser enfrentados al virus de terreno, aunque en ambos casos,
especialmente con el título más elevado, la duración de la enfermedad se encuentra
prolongada en el tiempo, presentando u n cuadro menos agudo y con u n a duración
que alcanza los seis-siete días post-inoculación.
C u a n d o el título inicial es de 1:80, alcanzado después de cuatro-cinco días de la
vacunación, todos los animales sobreviven, por lo que el umbral de protección se
debe situar a este nivel. A los siete días post-challenge su nivel de anticuerpos se eleva
normalmente hasta diluciones de 1:640, p a r a estabilizarse a los catorce días en la
dilución 1:320, aunque el autor h a observado algunos animales en los que la respuesta
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se eleva hasta 1:1280, mientras que en otros el incremento del título sólo es de dos
logaritmos en base dos, es decir hasta 1:320.
La intervención vacunal reciente, seguida del enfrentamiento con el virus de terreno
en animales con títulos iniciales de 1:160 ó 1:320, en algunos provoca elevaciones
de éstos que alcanzan 1:640, a u n q u e la respuesta más frecuente es que la inhibición
de la hemoaglutinación se produzca con la dilución 1:320, por lo que con el título
inicial más elevado el challenge no desencadena nueva respuesta serológica.
En los animales vacunados con anterioridad de meses y sobre los que se realizó un
desafío en las condiciones anteriormente expuestas, se obtuvieron los siguientes resultados:
— Animales enfrentados al virus de terreno u n a vez transcurridos seis, siete, u
ocho meses de la vacunación, partiendo de títulos de 1:160 y 1:80, n o m o s t r a r o n
seroconversion importante, alcanzándose títulos post-challenge de 1:320 y en todos
los casos existió ausencia de signos clínicos.
- Entre el noveno y el decimoquinto mes post-vacunación, los animales sometidos
a challenge m o s t r a r o n seroconversiones crecientes y siempre ausencia de
sintomatología, llegando en algunos casos excepcionales, en los períodos más alejados
de la vacunación inicial, a títulos no habituales de 1:5120 a los siete días post-challenge;
en todo caso, tendían a situarse finalmente en los niveles más frecuentemente
encontrados, a u n q u e esta caída de la respuesta serológica era lenta, necesitándose
tres-cuatro semanas post-challenge p a r a llegar a los niveles citados.
REVACUNACIÓN
Del seguimiento de animales revacunados, tanto en condiciones experimentales
como en el terreno, se puede destacar algunos hechos:
- Se verifica la absoluta inocuidad del producto vacunal en su segunda aplicación,
no observándose ningún tipo de reacción, fuera ésta local o general y no
diferenciándose de lo observado en la primera intervención.
- Con respecto a la respuesta serológica, el autor observó cómo los animales
intervenidos a los siete y ocho meses de la primovacunación, respondieron en su
totalidad con u n a elevación muy precoz de su serología, alcanzándose titulaciones
de 1:320 en todos los animales al cabo de apenas dos-tres días. Ni posteriores
incrementos de títulos, ni incidencias destacables ocurrieron en este g r u p o .
- En animales revacunados después de nueve o diez meses de la primovacunación,
siempre partiendo de títulos iniciales de l:80, existe u n a primera desviación, ya que
en ambos grupos, alrededor del 6 0 % de los animales seroconvierte hasta títulos de
1:320, mientras que el 4 0 % restante alcanza titulaciones de 1:640.
- Después de la revacunación de animales intervenidos primovacunalmente once,
doce y trece meses antes, la respuesta serológica fue siempre cuantificada en la dilución
1:640. En ellos n o se determinó la precocidad, dado que las primeras determinaciones
se realizaron siete días después de la revacunación, pero sí fue posible establecer u n a
prolongada persistencia, ya que el título permanecía a niveles similares cuando se
determinó tres semanas después, iniciando un descenso a partir de las cuatro semanas,
en las que llegaba a los niveles de 1:320, siendo éste el comportamiento serológico
del mayor porcentaje de animales sometidos a pruebas.
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- Los animales revacunados catorce a dieciséis meses después de la
primovacunación, reaccionaron precoz e intensamente, ya que sus títulos más habituales
señalan una seroconversión hasta diluciones 1:1280-1:2560, solamente dos a tres días
después de la revacunación. La persistencia de esta elevada serología se establece en
cuatro semanas, momento en el que el suero de los animales muestra en la reacción
de inhibición-hemoaglutinación títulos de 1:320 en la casi totalidad de los casos.
DISCUSIÓN
A la vista de los resultados obtenidos, y tal como señala Pagés (23), la betapropiolactona h a mostrado su idoneidad como agente inactivante del virus, mientras
mantiene su capacidad inmunizante, prueba indudable de la integridad de los
determinantes antigénicos implicados en la respuesta inmunitaria.
En cuanto al adyuvante de inmunidad utilizado, si se sigue a autores como
Galassi (9), conduce a una respuesta inmunitaria potenciada, haciendo con su adición
que los productos inmunizantes pasen a ser totalmente efectivos.
Además de la eficacia aumentada por el propio adyuvante de inmunidad, el autor
considera que la cuidadosa elección de la cepa vírica implicada en la producción
vacunal, basada en la integridad de sus características hemoaglutinantes y en su lenta
elución, viene a ser un factor importante que evita la obtención de lotes ineficaces,
hecho señalado por numerosos autores en distintos países.
La acumulación de cientos, de resultados serológicos y la no dispersión de los títulos
inhibidores de hemoaglutinación obtenidos, son u n claro criterio de validación del
seguimiento serológico utilizado, aún cuando deberán comprobarse, en su m o m e n t o ,
a la luz del paralelismo que ofrecen con los obtenidos por otros métodos como el
de la técnica E L I S A , ya actualmente en uso en distintos centros de seguimiento.
La inocuidad del producto utilizado está completamente de acuerdo con lo
observado por la totalidad de los autores que han utilizado la profilaxis vacunal como
medio de lucha contra esta enfermedad. T a m p o c o se observa, ni a nivel experimental
ni en las vacunaciones de terreno, la existencia de bajada de fecundidad p a r a
cubriciones realizadas entre el quinto y el decimoquinto día post-vacunal, hecho que
sin embargo es resaltado por la Doctora Kelemen (13), con la utilización de otros
productos.
En cuanto a los resultados obtenidos en la serología de la primo-vacunación,
destacan los títulos negativos, o al menos menores de 1:20, en animales no
intervenidos. Ello se justifica por la temprana fecha de esas tentativas, en las primeras
fases de la expansión de la enfermedad en España, ya que los resultados en una
situación endémica pudieran ser distintos. Así, Morisse, en Francia (comunicación
personal), encuentra títulos claramente positivos en animales escogidos al azar y
pertenecientes a explotaciones sin casuística de la enfermedad, al igual que otros
autores (20); por otra parte, no está de acuerdo con los resultados obtenidos por
Xu (29), que encuentra en zonas que habían sufrido el paso de la enfermedad, una
menor sensibilidad al proceso con una disminución clara de la mortalidad, mostrando
sin embargo los animales, mediante inhibición de la hemoaglutinación, u n a serología
dudosa o débilmente positiva.
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La precocidad de la respuesta contemplada a nivel serológico y confirmada por
la desaparición de los casos clínicos en explotaciones afectadas, al haber sólo
transcurrido cuatro o cinco días de la vacunación, es un hecho constatado tanto por
el autor como por multitud de otros autores. En todo caso, no es un hecho fácilmente
explicable en la aplicación de u n a vacuna muerta.
Xu contempla la posibilidad de una participación del interferón (29). Sin
embargo, se puede pensar que el material antigénico frente al cual el animal reacciona
consiste en la superficie modificada de las células que contienen el virus, más
bien que en éste mismo. La respuesta frente a estos nuevos determinantes
antigénicos, de fácil acceso para el sistema inmunitario por encontrarse en la superficie,
sin duda debe ser más precoz que la que pudiera producirse frente a un virus
intracelular.
En este último caso, indudablemente la protección vacunal conseguida integraría,
entre otros, los mecanismos citotóxicos que, destruyendo las células infectadas,
condujesen a u n a replicación vírica abortiva.
La realización de challenge en animales vacunados después de períodos variables
y en muchos casos prolongados en el tiempo, viene a confirmar la no necesidad de
revacunación en la cunicultura industrial, d a d o su alto porcentaje de renovación,
consecuencia de los rendimientos actualmente exigidos. Hecho que, si no claramente
expuesto, estaba asumido en multitud de trabajos anteriores.
Con respecto a la revacunación y su absoluta inocuidad, ésta era de esperar, dado
que, si bien la vacuna puede considerarse altamente proteica, al ser obtenida a partir
de órganos de conejo y no ser excipientada más que con hidróxido de aluminio, la
proteína puesta a disposición del sistema inmunitario del animal vacunado es
homologa de especie, no siendo en consequencia desencadenante de choques
anafilácticos.
La serología de las revacunaciones realizadas después de siete u ocho meses de
la primovacunación, no parece corresponder a una respuesta secundaria típica, dado
el nivel de anticuerpos alcanzado, la precocidad de su aparición y la persistencia en
el tiempo, prueba indudable de la actuación de las células con memoria y el tipo de
gammaglobulina en que la respuesta humoral secundaria se basa.
Por otra parte, el autor cree que el incremento que se produce en la respuesta
serológica con un mayor intervalo entre primovacunación y revacunación, se debe
a la función adyuvante de inmunidad que desarrollan los propios anticuerpos,
consistente en la formación de agregados, n o factible anteriormente por un exceso
de anticuerpos circulantes, y que ahora realizan una más adecuada presentación del
material antigénico a los macrófagos y en consecuencia mejoran el manejo del antígeno
en su conjunto, incrementando la respuesta inmunitaria.
Finalmente, en las respuestas obtenidas en el challenge a tiempo variable sólo se
destaca la m a y o r respuesta serológica en el post-challenge
directamente relacionada
con el tiempo transcurrido desde la primovacunación, y sin mantenerse influenciado
por el título serológico inicial del animal intervenido. D a d a la ausencia de
sintomatología clínica, prueba de la escasa o nula multiplicación del agente etiológico,
el challenge se asimila a las revacunaciones por lo que, en lo observado, intervendrán
indudablemente los mecanismos inmunológicos ya citados.
468
CONCLUSIÓN
A la vista de lo observado, y aparte de contemplar los presumibles y complejos
mecanismos inmunológicos que en la profilaxis vacunal frente a la V H D del conejo
se desencadenan, en el orden práctico se puede concluir que, d a d o los actuales ciclos
de producción de la cunicultura, conducentes habitualmente a la explotación de
reproductores durante períodos no muy superiores a un año, una vacunación realizada
hacia las diez semanas en los futuros reproductores, conducirá a su sólida protección
durante toda su vida productiva.
*
* *
LA MALADIE HÉMORRAGIQUE VIRALE DU LAPIN : VACCINATION ET RÉPONSE
IMMUNITAIRE. - J.L. Argüello Villares.
Résumé: L'auteur présente les résultats obtenus après une large utilisation d'un
vaccin tissulaire contre la maladie hémorragique virale du lapin (VHD). Ce vaccin
à virus inactivé par la béta-propiolactone a pour adjuvant de l'hydroxyde
d'aluminium.
L'auteur a établi la cinétique des anticorps
inhibant
l'hémagglutination pendant près de 18 mois et a étudié la réaction des animaux
éprouvés par le virus sauvage 6 à 15 mois après la vaccination. La réponse
sérologique lors d'une seconde vaccination ainsi que les mécanismes immunitaires
mis en œuvre lors de la primovaccination et au cours du rappel ont fait l'objet
de recherches.
MOTS-CLÉS : Immunisation - Maladie hémorragique virale du lapin - Maladies
des lapins - Maladies virales - Réponse immunitaire - Vaccins.
*
* *
BIBLIOGRAFÍA
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Inspection Service Facts, abril. 2 págs.
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LLANOS PELLITERO A.,
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