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La historieta en el Diagnóstico y
Análisis de niños y adolescentes
Dr. Alejandro Tamez Morales1
Justificación de la Técnica de la Historieta (TH)
Tenemos necesidad de instrumentos diagnósticos prácticos para ser usados en la
entrevista inicial. En las sesiones de evaluación con un niño, es frecuente requerir de
todas las herramientas y experiencia del analista para poder explorar sus dificultades. En
general primero entrevistamos a los padres que nos dan orientación en cuanto a lo que le
pasa al niño, a diferencia de lo que pasa con adultos, el niño no llega con nosotros
hablando de sus problemas. Hay algunos que si lo hacen, pero son poco frecuentes. En
general, al niño lo podemos abordar a través del juego y de dibujos. Estas dos
herramientas son muy valiosas para poder entender la mente del niño, mi propuesta hoy,
es agregar una técnica a manera de juego con el dibujo, que produce nueva información.
Tenemos necesidad también de un instrumento interactivo entre el Analista de niños
y analizante. A diferencia de otras técnicas gráficas, la TH es altamente interactivo,
exige del analista participar y exponerse. Esto implica un beneficio y un posible
problema. Por un lado, nos permite explorar al paciente y por el otro, el riesgo de
proyecciones contratransferenciales del analista, que por un lado modifican el resultado
de la técnica pero pueden servirle al analista para entender el proceso analítico que se
está dando entre él y el niño.
Permite la flexibilidad de moverse entre los conflictos del paciente. Como ya
mencioné antes, la alta participación en esta técnica de dibujo por parte del analista,
permite explorar los diferentes conflictos del paciente. Permite evaluar el motivo de
consulta y los conflictos más frecuentes por los que atraviesa el niño.
Con esta técnica, se permite evaluar los aspectos transferenciales del niño con el
analista y también lo que el niño nos está despertando a nosotros, es decir nuestra
contratransferencia. Esto es de gran utilidad sobre todo cuando el niño ya se encuentra
en proceso analítico ya que permite tener un seguimiento del proceso en forma gráfica.
Qué es la TH
No considero el TH un test, debido a que no pretendo presentar algo terminado y
menos aún algo ya estandarizado, no puedo decir que esta técnica es un prueba
psicológica propiamente dicha. Inclusive, no estoy muy seguro que lo más adecuado sea
estandarizarlo, creo que la intención de presentarlo así, lleva el mensaje de que tiene
mucha importancia la pericia y la libertad con la que el analista de niños se mueva y
juegue con su paciente.
Invito al niño a dibujar y jugar con el dibujo, le hablo en plural, me incluyo, le pido
que entre los dos hagamos una historieta o comics, tomo una hoja en blanco y hago el
primer dibujo y en la parte de abajo escribo lo que está ocurriendo en la escena, hago en
seguida una flecha para indicarle al niño que ahora debe continuar él y hacer otro dibujo
que permite continuar una historia. Hasta aquí el niño ya entendió lo que debe hacer y
que no solo debe inventar la historia, sino que debe ser congruente con el dibujo previo
y además hacer un diálogo en palabras que permita entender su contribución, al final el
mismo niño hace también una flecha para indicar que toca mi turno de hacer otro
dibujo.
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Psicoanalista de Adultos, de Niños y Adolescentes. Analista Familiar.
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Origen de la TH
Hace tiempo un niño muy resistencial a la evaluación, me condicionó a cooperar
sólo si jugaba con él al play station 2. Yo me dije, mi supervisor siempre me repetía que
debía ser flexible con los niños, así que acepté que la siguiente cita él trajera el aparato y
lo instalara en la TV de mi oficina. Yo pensaba que iba a tener una sesión perdida, me
imaginaba los juegos de Nintendo que requieren de la destreza de un niño y que me iba
a ser difícil de jugar. Para mi sorpresa, el niño quería jugar conmigo un juego de
elección, es decir, era una historia que colocaba a los jugadores en diferentes opciones y
había que hacer una selección. Dependiendo de ésta, el juego se movía a diferentes
escenarios. Estas selecciones eran altamente personales, representaban un gusto
individual y no de acción o destreza. El niño me dijo que en función del tipo de
elecciones que él hiciera, yo podía conocerlo, me di cuenta que no estaba errado. Solo
una sesión jugamos, las siguientes el niño pudo hablar con soltura y sin dificultades.
Siempre me llamó la atención el subtest de ejecución de la escala Weschler (1993)
de inteligencia de las historietas. En ésta, al evaluado se le presentan en desorden una
serie de dibujos que llevan una secuencia y que tiene que ordenar para que cuente una
historia coherente. Muchas veces, al aplicar este subtest, -si el paciente no tenía
dificultades de inteligencia- podemos hacer alguna elucubración psicodinámica en
función de cómo ordeno la historieta. Me di cuenta que la historieta que trata de una
persona que lleva un maniquí, en general la fracasan mucho a pesar de no ser la más
difícil. Pareciera tener que ver más con dificultades de aceptar la escena primaria que
con problemas cognitivos. Sé que la mayoría de los psicólogos que nos hemos
entrenado en la aplicación de tests, aunque estos sean de inteligencia o de organicidad,
tratamos de hacer una interpretación psicodinámica de las respuestas del paciente. La
tendencia a entender que los conflictos emocionales pueden provocar ante un estímulo
dado, un desenlace especial proviene de estas experiencias.
Así también, el Test de Apercepción Temática de Murray (1964) es otro ejemplo de
lo anterior. De manera más sistematizada, se le pide al paciente que describa lo que
piensa que está ocurriendo en un dibujo, después que describa lo que él imagina que
ocurrió antes y como es el desenlace de la historia. Como pueden ver, estas técnicas
están relacionadas con lo que propongo en la TH.
El test de frustración de Rosenzweig (1935) es poco conocido y usado, quizás
porque su manejo y calificación es complicado. Desde que lo conocí me intrigó su
ingenio. Trata de dibujos y situaciones frustrantes de dos o más personas en las que
tienen diálogos en círculos, quedando uno vacío, que obliga al paciente a identificarse
con ese personaje. Dependiendo de su respuesta, se califica y se hace un diagnóstico de
su capacidad y manejo de la frustración. Además es un excelente medio para evaluar
aspectos del carácter.
El test de asociación de palabras de Jung (1918) es clásico su uso en la clínica.
Aunque en la práctica hay una serie de palabras estandarizadas, el clínico puede incluir
otras que piense puedan provocar algún tipo de reacción en especial de los pacientes.
Pariente de esta técnica es el test de Frases Incompletas de Sacks. De aquí obtuve la
idea de crear flexiblemente estímulos para provocar alguna respuesta en el paciente.
En los test gráficos de Machover (1949) y de la Familia (1971), después de hacer el
(los) dibujo (s), se le pide al paciente que elabore una historia sobre lo dibujado, algo así
como las historias del TAT. Hace tiempo empecé a innovar sobre este aspecto y les pido
a los pacientes que inventen un conflicto y decidan como enfrentarlo y es decisión del
paciente si lo resuelve o no. Me ha sido muy útil al evaluar parejas que solicitan
adopción.
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Interactive comic strip. Estuvo de moda una técnica de elaboración de historietas
por computadora, en la que los hijos de los clientes que pedían dichas historias, eran los
protagonistas principales. Me parece que lo que pido con la TH es algo similar, aunque
sin necesidad de identificar claramente al paciente en la historieta.
Comic strip conversations de Carol Gray (1998). Gray publicó este libro sobre su
trabajo con niños Autistas y con Síndrome de Asperger, en el que utiliza dibujos de
palotes con globos y burbujas para darles tratamiento de socialización y lenguaje a estos
niños, con buenos resultados. Me parece una buena referencia para provocar
interacciones y comunicarse con estos niños tan difíciles.
Quizás lo que más me motivó a proponerles hoy la TH, es crear un instrumento de
rápida aplicación, que tanto se puede usar en las entrevistas diagnósticas como en el
tratamiento de niños. Me ha resultado muy útil en los niños y adolescentes tempranos ya
que lo aceptan fácilmente. Esto permite hacer una exploración analítica en pocas
sesiones y de ahí su utilidad en la práctica.
Hubo un paciente que me motivó a hacer la TH. Se trató de una niña de 9 años,
fóbica a la que llamaré Juanita (por supuesto, por el caso de Freud). Le pedí el
acostumbrado Dibujo de la familia, que por cierto en los niños es muy frecuente que
entiendan y elaboren a su propia familia, como en este caso. Esta niña después de
elaborar el dibujo, le dije que estaban muy estáticos y rígidos, le interpreté entonces este
rasgo del carácter en ella, amén de muchas otras interpretaciones que podríamos hacer
del dibujo, como que los padres y ella y el bebé tienen una mano escondida, etc.,.
La niña reaccionó pidiéndome repetir el dibujo, e hizo otro de su familia con un gran
contenido de interacción familiar,
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Como pueden ver, la niña evidenció su conflictiva familiar, más allá de la
interpretación que podríamos hacer de su producción gráfica, agregó elementos
interaccionales que fueron muy importantes en su análisis. Los padres se ven
interesados en los hijos, el hijo mayor fracasado y la niña enojada y rabiosa por la
excesiva intromisión de su madre también fóbica y la llegada del nuevo bebé. La
conflictiva edípica era la que resaltó en su análisis.
Lamentablemente intenté repetir el fenómeno con otros niños y no me encontraba
con la misma facilidad que con Juanita. Parece que se trató de una situación singular.
Tengo que serles sinceros. Otra motivación que tuve para crear la TH, surgió de mi
deseo de jugar con los niños. Tengo 20 años trabajando con niños. En los primeros años
tenía mucha dificultad de relacionarme con ellos, era frecuente que abandonaran el
tratamiento, llegué a pensar que no era muy apto para tratar niños y pensé en dejar esta
intención. Inicié mi supervisión de Análisis de Niños con el Dr. Marco Antonio Dupont
(1999), quien rápidamente diagnosticó mi problema. “Lo que pasa es que no te estás
divirtiendo con los niños” me dijo, agregó “si juegas con un niño, y no te diviertes,
termina por darse cuenta, decepcionarse y ya no querer venir a la sesión contigo”.
Curiosamente había pensado que si uno se divertía no estaría haciendo un trabajo serio,
pero descubrí que al intentar divertirme, los niños inmediatamente siguieron en
tratamiento y empezaron a mejorar y a tolerar mejor mis intervenciones interpretativas.
Entendí que era una resistencia y rigidez personal proveniente de mi trabajo con adultos.
También fue interesante, que al empezar a divertirme más con los niños, noté una
reacción en mis propios hijos.
“Te lo digo a ti Juan para que me escuche Pedro”. En última instancia, el utilizar el
juego y los dibujos con los niños como una técnica de expresión del Inconsciente de
estos, es una forma de traducir y entender su lenguaje de manera inefable. Además,
tiene otra ventaja con los niños, al trabajar el juego o los dibujos o la TH que propongo,
y hacer interpretaciones sobre su producción, es frecuente que no lo hagamos
directamente al niño, sino al personaje que ha producido en el dibujo o en el juego. En
la TH esto se vuelve muy relevante, ya que el analista participa activamente, no solo
produce estímulos con sus dibujos, sino también responde a los dibujos del niño o
adolescente, lo que propongo es que se convierte en ocasiones en una interpretación
indirecta a través de los gráficos. Esto quedará ilustrado en la parte de la presentación
gráfica.
Teatro espontáneo y psicodrama de Moreno (1966). Las técnicas psicodramáticas y
el teatro espontáneo de Moreno me han influido también en la TH. El teatro espontáneo
utiliza las fantasías o recuerdos de los pacientes y hace un role playing que los
dramatiza y a su vez modifica, resultando no solo en una intervención interpretativa en
el paciente, sino también una manera de producir un espacio de creación y modificación
que provoca una cambio interno en el paciente. Me parece que esto mismo pudiera
decirse que estoy haciendo con los niños al utilizar la TH.
Resistencia de pacientes. Es frecuente tener niños en el consultorio, sobre todo al
inicio de la evaluación, que no les resulta fácil hablar y relacionarse con el
entrevistador. Para ello usamos el juego y el dibujo para comunicarnos y evaluarlos.
Aprendemos a entender esta producción del niño como su lenguaje. Creo que la TH
permite aún más, abrir un espacio de expresión inconsciente del niño, ya que no solo
esperamos que el niño produzca, sino el analista interroga, estimula, responde e
interpreta inclusive sin necesidad de emitir palabras.
Otra experiencia de la que tengo noticias, es el uso de crear historietas por niños que
fueron abusados sexualmente, con excelentes resultados. Como han de imaginar, estos
niños generalmente se encuentran en el estado que acabo de citar, están resistentes a
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hablar sobre el hecho traumático. La historieta parece que les permite elaborar mejor y
expresar su situación traumática. No especifican que se elabore con la misma técnica
que yo propongo ahora, pero creo que es un antecedente digno de citar en este trabajo.
Por último, pero no por eso menos importante, está el trabajo de Winnicott (Max
Schur, cpmp. 1965) sobre la técnica del “Garabato”. Winnicott proponía una ir y venir
de hacer garabatos entre el niño y el analista. El niño hacía uno y el analista le
encontraba formas, y después al revés.
Características de la TH
En las entrevistas diagnósticas yo inicio el dibujo. En las sesiones de evaluación,
ha sido difícil para el niño dibujar el primer cuadro. Me parece que es muy pesado
pedirles que lo hagan, por eso mismo siempre inicio yo con el primer dibujo.
Empiezo con un símbolo fálico, esto es arbitrario y no. Elegí un avión volando
como primer cuadro en casi todas las veces en las sesiones de evaluación. Es un
símbolo fálico fácil de reconocer y de aceptar por los niños. En primer lugar lo hago
para estandarizar cuando menos el inicio. Me recuerdo la lección de Freud que explica
que solo podemos en los análisis definir las reglas de inicio y terminación, pero lo que
ocurre en el proceso analítico es altamente individual. Me parece que lo mismo es
aplicable a la TH.
Esta técnica permite la acción, puede o no involucrar personas, representa
freudianamente un acto masturbatorio. El símbolo propuesto tiene acción,
movimiento e invita a crear desenlaces. Por supuesto, para Freud, en los sueños, el volar
simbolizaba un acto masturbatorio, excitante. Pude ser importante los tripulantes o los
pasajeros, puede llevar o traer cosas especiales. Lo que he visto en estos 4 años
aplicando la TH, es que permite una gran participación de los niños en esta técnica.
En las sesiones de evaluación, durante la historieta, procuro hacer continuaciones y
desenlaces en el argumento que tienen que ver con su motivo de consulta, problema
familiar o de la situación intrapsíquica que estoy hipotetizando. Por supuesto, no
siempre logro hacerlo en forma muy planeada, muchas veces me sorprendo ver después
el dibujo y descubrir que realicé e interpreté a través de el material de manera muy
inesperada tanto para el niño como para mí. Juan Tubert (2003) asegura que las mejores
interpretaciones son las que no solo sorprenden al analizante, sino también al analista.
Pronto me di cuenta que la mayoría de los pacientes, pronto hacen desenlaces
catastróficos en la TH. Toman la prueba como un juego y con permiso de hacer una
historieta como los que leen en casa. Por eso mismo no me parece que pueda decir que
represente algo agresivo o depresivo necesariamente. En todo caso valoro la forma en
que manejan la catástrofe.
Mi reacción ante esta acción de los pacientes es salvar el avión o a su tripulación y
pasajeros. Esto lo hago con un doble propósito, por un lado le estoy proponiendo una
alianza terapéutica, en la que me comprometo a salvaguardarlo de su propia agresión
que exprese en el análisis, y así proteger al niño de sí mismo y proponerle los aspectos
benevolentes del análisis. Por el otro lado es un aspecto práctico, lo hago para salvar la
prueba y poder continuar con ella.
Generalmente, después de transmitirle al niño las posibilidades benevolentes, y
calculando que el niño ya se ha identificado con los personajes de la historieta,
promuevo en la TH confrontarlo con una acusación (policía generalmente) a los
personajes de la historia. Quedo atento a la reacción del niño ante esta situación, es
decir, en general promuevo un momento de acusación superyoica muy persecutora
y primitiva.
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Es frecuente que promueva una situación Edípica de tercero excluido y/o en
escena primaria. Provoco situaciones de amor y relaciones en que quede claro que hay
un tercero excluido, con el que en general el niño se identifica y reacciona al rechazo.
Es frecuente que los niños y adolescentes varones protesten por incluir en la TH un
cuadro así, me dicen “tenias que salir con tus historias de amorcito”, o de plano como en
el club de Tobi, expresan un “huacala”, pero trato de estar también atento a la respuesta
ante esta situación edípica, para valorar como está resolviendo este proceso.
Promuevo que en la historia el niño enfrente una autoridad más imparcial que
escucha y puede absolver. Después de lo edípico, viene la calma benevolente y
autoritaria, un superyó con capacidad reparatoria, una identificación con el agresor, un
padre que escucha y absuelve. Esto lo logró por lo general llevando a los personajes a
juicio para enfrentar a un juez que sea más justo y no tan persecutor. Valoro si la
persecución del niño disminuye, si se recupera de lo primitivo o de lo edípico, al mismo
tiempo que estoy evaluando su relación transferencial conmigo.
Intento provocar que el niño me sugiera las acciones.
Una vez en el juego de la TH, promuevo que el niño tome el control de la historia
hasta cierto punto. Trato de no dejar de participar. En ocasiones el niño puede pedir
hacer dos dibujos seguidos, trato de no permitir más que eso. Dibujo yo el siguiente,
pero acepto sugerencias del niño. Podrán ver ustedes más adelante los dibujos que
hicimos, algunos de ellos, míos, son en realidad sugerencias de los pacientes. Esto
permite dejar que los niños expresen sus deseos y se involucren y se diviertan en el
juego, también hay cierta diversión narcisista del niño de saber que me controla.
Es común los heridos en las historias, el papel de médicos o cuidadores es
entendido transferencialmente.
Es habitual que ocurra la intervención en la historia de figuras evidentemente
transferenciales. Heridos que necesitan ser “curados” por médicos, gente que escucha y
comprende, etc., Trato de estar atento de la situación transferencial de los niños en la
TH. Me orienta en el proceso analítico que estoy realizando con ellos.
Una revisión detallada de la TH a posteriori, permite revisar los conflictos
contratransferenciales.
En ocasiones reviso una TH del pasado, durante el análisis de un niño, sobre todo en
un momento resistencial, y he encontrado orientación sobre las causas tansferenciales o
contratransferenciales que están involucradas en el análisis del niño. Me parece valioso
este aspecto, pero también difícil para el analista. No me fue fácil decidirme a exponer
este trabajo ante ustedes, ya que implica que vean mis dibujos, no solo los de los
pacientes, sino los míos también. Además, pueden ver mis reacciones
contratransferenciales ante los estímulos y mensajes que los niños me enviaban con sus
dibujos.
Herramienta para hacer interpretaciones.
En el GIN de Dupont y Jinich (1978), proponen dividir las sesiones en una parte de
juego y otra de pensar lo que se jugó. Sigo esta práctica en casi todo mi trabajo con los
niños, tratando de dejar espacios en el que se trata de pensar el juego, incluyo esto en la
TH. Después de aplicarlo trato de hacer consideraciones dinámicas en los niños y
adolescentes que están ya en proceso analítico. No lo hago en los pacientes que están en
evaluación. Como verán en un caso adelante, no siempre resulta sencillo hacer dichas
aproximaciones.
En el proceso analítico, fomento que sea el niño quien inicie la historieta.
Es frecuente que el niño desee que el analista inicie la historia, pero estando en el
proceso analítico en forma, procuro pedirle al niño que sea él quien la inicie, que dibuje
el primer cuadro. Si se rehúsa a iniciar, procuro iniciar yo con algún tema que sea de la
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preocupación consciente o inconsciente de las sesiones del niño, por lo que trato de
moverme hacia donde el niño se encuentra en el proceso.
La TH para estudiar los fenómenos resistenciales en el niño.
En ocasiones me encuentro con niños que son muy resistenciales, no quieren hablar
o inclusive no cooperan para jugar y solo aceptan dibujar. Después de alguna sesión de
dibujo libre o de dibujo de la figura humana o de la familia, le pido hacer la TH. En
ocasiones resulta muy resistencial de todas maneras, en otras lo sabotean, como en el
siguiente ejemplo de una niña de 7 años con ADHD en medicación con Concerta, el
dibujo fue realizado a las 7 PM. Se encuentra en terapia familiar porque su hermana
mayor adolescente presenta rebeldía evidente.
Evoca dificultades familiares transgeneracionales.
La TH permite en ocasiones revisar aspectos transgeneracionales (Lebovici, 1989),
donde los abuelos entran en escena con malas alianzas, colusiones y dificultades típicas
de las relaciones trigeneracionales. De esto hablaré en el taller del sábado.
Casos clínicos.
Julio, de 14 años es traído a análisis por sus padres por su conducta inapropiada en
la escuela y en su vida familiar. Es oposicionista, rebelde, agresivo, mentiroso,
destructivo, alcohólico, se escapa en las noches de su casa, ha sido descubierto por la
policía dañando automóviles en las calles, hay rasgos antisociales importantes. Su
respeto al grupo de pares y su conducta agresiva medida, me hizo pensar que no se
trataba de una verdadera personalidad disocial, por lo que inicié su análisis. En la
evaluación me hizo el siguiente dibujo:
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Yo inicié el primer dibujo y en orden hicimos uno cada uno. Al hacer la TH, Julio
me cuenta un sueño en el que se ve en una clase pública (como la de las escuelas) en el
centro Deportivo San Agustín, en la alberca. Es interesante la negación de la agresión,
y el factor resistencial al inicio del dibujo, las soluciones que da a mis estímulos son
aclichezadas, muy esperadas y sin agresividad, pero el final de la historia es la que
resulta interesante, siempre evitativo y con soluciones para escaparse y no enfrentar su
problemática. Después descubrimos el intenso temor a un padre persecutor
encolerizado.
Juanito es un niño fóbico de 8 años de edad, tiene miedo a un monstruo, lo dibuja
en las primeras sesiones con mucha angustia, su fobia se ha vuelto incapacitante, teme
salir de casa y dormir en las noches. Durante su análisis el niño inició la TH e hizo el
siguiente dibujo.
Es evidente que se identifica conmigo, no hace un avión pero hace un cohete. El
niño hizo los dibujos 1, 3, 5, 7, 9, 11, 13, 14, 16 y 18. El aspecto fálico del primer
dibujo y la ansiedad de separación son evidentes desde el inicio, yo les pongo trajes
espaciales para sobrevivir pero el los deja caer en un gran pozo. Los vuelvo a salvar yo
al poner aire y comida, él se queja de que sea comida marciana. Introduzco la situación
triangular edípica y el tercero excluido, el niño reacciona con cierta molestia, introduce
un alien (analista con grandes ojos) en esta conflictiva y yo pongo que el alien se hace
amigo del excluido (Juanito). El alien saca al tercero del hoyo y la pareja decide
quedarse en este. Yo reúno al tercero con otra expedición de rescate y la pareja ya tiene
hijos y deciden quedarse. Juanito decide que el tercero regrese con la expedición a la
tierra y que la familia se establece y pone una casa en Marte. Introduzco la persecución
superyoica primitiva al acusar al tercero de asesinato, pero Juanito trae al dibujo al alien
(analista) para rescatarlo y abogar por él, al final en una situación de superyó
benevolente y absolutorio, declaro al tercero inocente de culpa y el niño escribe FIN.
Podemos ver que ante la escena primaria y la exclusión él se aleja, trata de dejar atrás y
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huir, me pide ayuda en su retirada. Concluyo aquí que el monstruo es la escena
primaria.
Alberto tiene 14 años y él mismo le pide a sus padres que lo envíen a análisis, se
siente deprimido por su carácter inhibido y por sentirse rechazado por sus compañeros
de escuela. Hizo una fiesta de cumpleaños e invitó a algunos compañeros y solo
vinieron 4 a la fiesta. Siente que cuando lo buscan sus compañeros es solo para
explotarlo al pedirle que les haga su tarea, ya que es inteligente y con buenos resultados
escolares. Su madre es dominante pero Alberto lo niega, su padre ausente y adicto al
trabajo. En casa vive un hermano mucho mayor de quien se queja que abusa de él. Su
hermana mayor está casada. Poco tiempo después de iniciado su análisis hizo esta TH
en dos dibujos. Los dibujos de Alberto tienen una Ì.
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La TH inicia como de costumbre, el saca agresividad e intenta estrellar el avión. De
inicio solo apunta su rabia y me pide que yo destruya, pero no lo hago, salvo a los
pasajeros y el avión se destruye, luego los enfrento a la policía y Alberto los declara
inocentes inmediatamente. Provoco la relación triangular edípica y aparece lo singular
de Alberto, lo sexual lo perturba exageradamente, aparece mucha rabia hacia la mujer,
la penetran agresivamente y en forma denigrante los dos varones, yo la embarazo como
consecuencia de lo que ocurrió, además me pregunto de quien será el bebé. Aparece de
nuevo la rabia destructiva de Alberto, la golpean entre los dos varones hasta provocarle
el aborto. Yo propongo la cárcel a los dos varones y él me sugiere que agregue en mi
dibujo a la mujer burlándose, por lo que aceptó. Esto era preparatorio para que el juez
(pienso que su figura paterna que sabotea a la madre) los absuelva y ahora son los
varones los que se burlan de la mujer. Alberto está emocionado con la TH, dice que le
encanta este juego y quiere continuar con la historieta, tomamos otra hoja y yo pongo al
juez y a los dos varones en la cárcel por haber sido tranzas. El hace un túnel para que se
escapen los tres varones, el juez y los dos hombres, después me pide que en mi dibujo
golpeen de nuevo a la mujer y el tercero “se la coja”, el termina el dibujo del pene en
este momento, me critica que no fui lo suficientemente agresivo en el dibujo. En el
siguiente Alberto pone a la mujer como prostituta que cobra 300 pesos por dejarse
golpear y violar. En mi dibujo me pide que la ponga en la cárcel por “puta”. Otro juez,
más justo (quizás sea yo o una madre vengativa) la declara inocente, pero el primer
juez, la visita en la cárcel antes de salir ella y la viola de nuevo. Me pide que en mi
dibujo los case, a lo que accedo (pensé que intentaba reparar), pero al dar ella el “si”
ante el sacerdote de la iglesia, la mujer lo rechaza por haberla violado. Alberto me pide
de nuevo que yo dibuje que el juez está en la cárcel y que la mujer tiene un bebé, lo
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hago y sorprendentemente Alberto finaliza la historia con el 2º juez condenando
también a los otros dos hombres a cadena perpetua.
Como podrán ver, el contenido agresivo esta fusionado con la sexualidad. Aunque
esto es típico en la pubertad, no podemos negar que Alberto tiene dificultades en
controlar su agresividad. Al finalizar la TH, Alberto me pregunta por una interpretación,
yo le digo que es evidente que le despertó agresividad la figura femenina, y la
intensidad de su agresión por sentirse dominado y controlado por una mujer. Alberto se
empieza a ver ansioso, me pregunta ahora por el origen de esa agresividad. Le contesto
que quizás provenga de resentimiento y miedo a su madre. El entra en crisis de pánico,
se levanta y se pone contra la pared y me reclama que los “pinches” dibujitos lo han
angustiado mucho. Alberto sabe que ha reproducido en la TH mucho de las dificultades
centrales que lo paralizan en la escuela y en su carácter. Se tranquilizó pero por un buen
tiempo no volvió a aceptar hacer otra TH.
Ahora veamos a Jesús, un niño de 12 años con depresión mayor de un año de
evolución. No hay ideas suicidas pero tiene fracaso escolar a partir de esa fecha.
Inicialmente Jesús evade la agresividad, solo la esboza (el avión se va a estrellar),
los pasajeros se asustan ante la agresividad, introduzco el superyó persecutor y él pide
ayuda médica para los pasajeros (me solicita ayuda ante lo agresivo), huye de la cárcel y
ahora sí sale su rabia autodestructiva, pone una bomba en la estatua de la libertad y la
destruye con mucha gente ahí, la policía lo busca e investiga y el se preocupa de nuevo
por los heridos, me sugiere hacer un dibujo de un hospital en donde llevan los heridos,
yo accedo y el hace otro hospital porque en el que yo hice no cabían todos los heridos
(piensa que es difícil que yo contenga todo lo destruido en él), yo dibujo a un doctor
tratando de salvar a enfermos, tratando de invitar a Jesús a reparar lo destruido, sin
embargo el vuelve con el ataque rebelde de los terroristas, llama a refuerzos, y en el
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enfrentamiento con los policías, ganan los terroristas y destruyen todo Nueva York. Su
final es catastrófico, no se recupera de sus partes destruidas, tiene la firme convicción de
que será destruido. Aunque Jesús me negaba ideas suicidas, no era difícil imaginar que
tenía grandes posibilidades de agredirse.
Pilón es un niño de 10 años, encoprético, que nació 11 años después del tercer hijo,
su hermana, quien cuidó de él hasta que se casó a los 5 años de Pilón, a los pocos meses
de esto los padres se separan y el niño inicia su encopresis y ataques de asma. Su madre
es una típica obsesiva con la limpieza, corrió a su marido de su casa por sucio y
desordenado. El padre y el abuelo paterno son cariñosos y muy afectivos, pero el abuelo
es muy limpio y ordenado a diferencia del padre. La abuela materna muy estricta y el
abuelo amoroso. Hombres amorosos y mujeres estrictas y obsesivas, junto con una gran
ansiedad de separación colorean el cuadro de Pilón. Hizo en la primera entrevista la
siguiente TH.
Además de lo común de esta historieta, está el accidente del avión, es a través de
chocar con otro avión puntiagudo y catastrófico, pienso que representa a la madre fálica
que provoca “accidentes” como Pilón le nombra a su encopresis. El otro aspecto, es que
después de que rescato a los pasajeros, él los hace caer en una cancha de fútbol con
jugadores, no se persigue mucho con el superyó primitivo y se le “resbala” la
absolución del juez, vuelve a tomar otro avión para el siguiente “accidente”, pero ahora
se va a Japón, muy lejos contrafóbicamente.
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Conclusiones
Después de haber usado por 4 años la TH en mi consultorio, en el diagnóstico y en
el proceso analítico de niños y adolescentes, llego a la conclusión de que esta
herramienta me ha sido muy útil en mi trabajo clínico.
Supongo que podría intentarse estandarizar inicios y ciertos estímulos como lo hago
yo. Se podrían agregar todavía muchos más y luego ver cuales dibujos son los más
frecuentes en cada tipo de conflictiva de los niños y adolescentes tempranos, tal como lo
hizo Rosenzweig en su test de frustración. Me gustaría poder en el futuro, desarrollar
más está técnica y quizás convertirla en un test estandarizado, pero ya les diré en que
termina esta historieta después.
Muchas gracias.
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