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Historia de la Filosofía 2º Bachillerato
Profesora: Sara Guerra Escalona
NIETZSCHE: LA REALIDAD.
Nietzsche, (Alemania, 1844-1900) fue, junto con Marx y Freud, uno de los
llamados “maestros de la sospecha”. Su filosofía se presentó como una crítica a la
tradición intelectual occidental que nace en Sócrates, pasa por Platón y el
cristianismo y llega a la Ilustración. Su filosofía pretende elaborar una nueva
valoración de la vida que sustituya a la concepción platónico-cristiana que predomina
en nuestra cultura, el resultado es una propuesta vitalista y atea.
CRIRTICA A LA METAFÍSICA OCCIDENTAL
Para Niestzsche, la cultura occidental se asienta en la idea o creencia, que
estableció Platón y posteriormente reafirmó el cristianismo, de la existencia de dos
mundos o realidades: el mundo sensible (el más acá) y el mundo de las ideas (o más allá).
Este mundo sensible se considera como una realidad aparente, mientras que el otro mundo
es considerado como la auténtica realidad. Esta escisión metafísica implica una valoración
negativa del mundo sensible y, al mismo tiempo, una valoración positiva del mundo
inteligible que ha conducido, según Nietzsche, a un desprecio de la vida de este mundo y
de sus valores.
Para Nietzsche, esta escisión metafísica es falsa. Sólo existe este mundo
sensible, en el que vivimos: inventarse otro mundo es la gran mentira de la
tradición platónico-cristiana. Y esta mentira ha implicado una minusvaloración de esta
vida frente a la otra vida.
Por ello para Nietzsche es necesario recuperar “el sentido de la tierra” y
volver a apreciar la vida como en la cultura pagana griega, (una cultura en la que se
valoraba el goce de la vida y se creía en múltiples dioses) antes de que irrumpieran en
la historia la “conciencia socrática” y el idealismo platónico. Con Sócrates y Platón se
llevó a cabo un cambio de valores (una transvaloración) imponiéndose una valoración
negativa de los valores vitales, valoración negativa que el cristianismo reafirmó y
afianzó en nuestra cultura.
La metafísica occidental conduce al nihilismo, pues dirige la existencia humana
al objetivo de un más allá, que no existe, que es una nada. Cuando el ser humano se da
cuenta de esto, surge la decepción por la pérdida absoluta de sentido, de meta, de
respuesta la los porqués más acuciantes que antes tenían respuesta desde la
existencia de Dios.
Pero hay que escapar de esta filosofía “decadente” negándola, para a
continuación afirmar una nueva filosofía que afirme la vida como única y auténtica
realidad y le de un sentido positivo.
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PROPUESTA: EL VITALISMO
¿Qué realidad es la que existe? Para Nietzsche la única realidad que existe
es la de este mundo sensible. Lo que hay es este mundo sensible y la vida en él
contenida.
La realidad no es algo estático, fijo, inmutable y eterno como creía
Parménides, sino puro devenir a la manera de Heráclito, marcha incesante que crea
y destruye inexorablemente.
La vida es una realidad inquietante y enigmática, a la que gusta cambiar y ocultarse y
para ilustrarlo Nietzsche se ayuda en El nacimiento de la tragedia de dos conceptos
griegos: lo dionisiaco y lo apolíneo. La vida según Nietzsche se nos aparece desgajada
en dos dimensiones opuestas: por una parte es apolínea en su realidad aparente,
superficial, externa; pero es dionisíaca en su realidad intrínseca, en su ser más
profundo:
Lo apolíneo es lo que está sujeto a las apariencias, a las formas, es lo
fenoménico; y representa el orden, la medida, el canon, la luz, es lo racional, lo
comprensible y por ello lo que se puede conceptuar fácilmente.
Lo dionisiaco es la realidad del mundo y significa el desenfreno, el caos, la
pasión, el sueño, las tinieblas. Es lo irracional, lo enigmático e inquietante y por ello
se escapa a toda atadura inteligible, a toda conceptualización.
La realidad es múltiple y diversa, de nada sirven los conceptos abstractos y
vacíos con los que se ha intentado acceder a ella. Nada que ver con la propuesta de
Hegel para quien la realidad es absolutamente racional.
Pero sobre todo, para Nietzsche, la vida es voluntad de poder, no solo de
existir (ansia ciega e irracional de procrear y perdurar en la existencia sin ninguna
finalidad) como afirmaba Schopenhauer, sino voluntad de poder, de expansión, de
desarrollo del poder, es la pasión por afirmarse e imponerse para lograr la
satisfacción de sus impulsos e instintos.
La vida, en general, y el ser humano en particular, son algo cambiante, no tienen
una esencia fija y determinada. Están en continua transformación y lucha por
imponerse. La voluntad de poder no tiene ningún ideal que alcanzar, no hay
racionalidad en su proceder, sino simplemente el ciego e irrefrenable impulso por
imponerse.
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ÉTICA EN NIETZSCHE
F .W. Nietzsche nace en el siglo XIX en Alemania, (1844-1900) fue, junto
con Marx y Freud, uno de los llamados “maestros de la sospecha”. Su filosofía se
presentó como una crítica a la tradición intelectual occidental que nace en Sócrates,
pasa por Platón y el cristianismo y llega a la Ilustración. Su filosofía pretende
elaborar una nueva valoración de la vida que sustituya a la concepción platónicocristiana que predomina en nuestra cultura, el resultado es una propuesta vitalista y
atea.
CRÍTICA A LA MORAL PLATÓNICO-CRISTIANA
El principal error de la moral occidental es, para Nietzsche, su antinaturalidad, ir
contra la vida, minusvalorando este mundo y proponiendo siempre el dominio del
cuerpo y las pasiones y la restricción de todos los instintos vitales, estableciendo
normas que van contra los instintos y ofreciendo un premio en un mundo espiritual
que no existe. Es por lo tanto una moral nihilista, pues es la promesa de una nada.
Frente a esta moral occidental la propuesta de Nietzsche es una moral
vitalista porque es una afirmación de la vida, y del hombre vital e intramundano.
Por ello critica la filosofía moral tradicional, sobretodo a Sócrates, Platón y el
cristianismo. Sócrates con su ecuación felicidad = virtud = saber, dio primacía al
hombre teórico sobre el hombre vital. Platón afirmaba que la realidad empírica,
sensible en la que el hombre vive no es más que un mundo inauténtico y el cristianismo
despreció esta vida en favor de un “más allá”, su error, dice Nietzsche, fue buscar
un sentido a la vida fuera de ella misma.
PROPUESTA: LA MORAL DE LOS SEÑORES FRANTE A LA MORAL DE LOS ESCLAVOS
Detrás de las normas que proponen estas éticas se esconde una moral
de esclavos: es la moral de los débiles que, no pudiendo realizar los valores de la vida,
elevan a la categoría de “buenos” valores como la resignación, la obediencia, el
sufrimiento, la paciencia, la compasión, la humildad, la sumisión, la castidad y el
control de los placeres, de los instintos etc. Son los valores propios del rebaño, donde
triunfa el miedo y donde los hombres que han nacido débiles critican hipócritamente
aquello que no pueden conseguir. Así lo expresa en su obra Más allá del bien y del
mal .
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En otra de sus obras: La Genealogía de la moral , afirma que fueron los judíos
y los cristianos los que introdujeron ese desprecio por la vida, quienes crearon ese
hombre “incurablemente mediocre”, y cambiaron los valores de manera que los que
antes eran fuertes, ahora son “malos” y ellos, que eran débiles se llamaron a sí mismo
“buenos”.
Para Nietzsche esta moral de sacerdotes no es admisible y propone frente a
ella “la moral de los señores”: es la moral de los fuertes, que pueden realizar los
valores de la vida y no se someten más que a su propia voluntad, es la moral de los que
aman la vida, el poder, la grandeza, el placer, la libertad, el disfrute de la vida y en la
que la razón está dirigida por los instintos. Esta era la moral pagana (dionisíaca) que
imperaba en la Grecia presocrática antes de la irrupción del platonismo, y esta es la
moral a la que ha de volver el superhombre, realizando una nueva transmutación de
los valores de modo que lo que era bueno – y fue convertido en malo- vuelva a ser
bueno.
Es en su obra Así habló Zaratustra donde aparecen cuatro elementos clave de
su propuesta moral: la voluntad de poder, la muerte de Dios, el superhombre y el
eterno retorno.
LA VOLUNTAD DE PODER Y LA MUERTE DE DIOS
La vida es voluntad, voluntad de poder, esto significa voluntad de ser más, vivir
más, superarse, demostrar una fuerza siempre creciente, en una palabra voluntad de
crear. “Soy aquel – dice Zatustra – que es llamado a superarse a sí mismo
constantemente”.
Esta voluntad de poder corresponde solo a los espíritus fuertes: el
superhombre. Por lo tanto, el objetivo del hombre ya no es conseguir la felicidad, su
objetivo es su propia acción, el ejercicio constante de crear nuevos valores habiendo
destruido los falsos valores anteriores.
Según Nietzsche, el superhombre es un nuevo hombre, vital, moral y artista.
El hombre es solo un puente hacia el superhombre.
Pero para que el superhombre llegue es necesaria la noticia de que Dios ha
muerto. Hay que librar al hombre de todas sus cadenas, de todos los valores que se
derivan de la existencia de Dios y del cristianismo (la gran mentira)
Muerto Dios, el superhombre aparece como superior, él es el que dirige su
propia vida, está más allá del bien y del mal y no tiene miedo a la muerte ni a la finitud,
acepta la vida como lo único que existe.
Esta filosofía de Nietzsche se caracteriza por el nihilismo, por la destrucción
teórica y práctica de los valores considerados supremos en la tradición occidental.
El superhombre además de destruirlos crea unos nuevos y verdaderos. El dice sí a la
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vida y ama su destino, es lo que entendemos por el “amor fati”: el querer que nada sea
distinto, querer que todo siga igual.
LA LLEGADA DEL SUPERHOMBRE Y EL ETERNO RETORNO
Para llegar al superhombre el espíritu humano debe sufrir tres metamorfosis:
Al principio el hombre es un camello, que es el que carga con la negatividad, el que se
arrodilla sumiso y cargado, pero tiende a superarse y se convierte en león que lucha
contra la negatividad que ha tenido que soportar y se deshace de lo anterior de un
zarpazo, el que lo niega todo (este es el símbolo del nihilista) pero va más allá y se
convierte en niño, (el superhombre) un niño que juega, más allá del bien y del mal, un
ser alegre, que ríe, que afirma la vida, que no le tiene miedo a nada, ni siquiera al el
eterno retorno.
El eterno retorno es un concepto mitológico y presocrático (Heráclito y los
estoicos) que afirma que no hay más mundo que este y que la realidad no es lineal,
sino cíclica. Supone que todo volverá a suceder tal y como ha sucedido, y que por ello
cada hecho de la vida tiene una importancia infinita. La recomendación de
Nietzsche es: “vive de modo que desees volver a vivir. ¡Tú vivirás otra vez! Quien
desee el esfuerzo, que se esfuerce, quien desee el descanso, que descanse, quien
desee el orden y la obediencia, que obedezca, pero que tenga conciencia de su fin u no
retroceda ante los medios. ¡Le va en ello la eternidad”
Lo que realmente quiere decir Nietzsche es que debemos vivir una vida que
deseemos vivir una y mil veces.
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NIETZSCHE: CONOCIMIENTO
F .W. Nietzsche nace en el siglo XIX en Alemania, (1844-1900) fue, junto
con Marx y Freud, uno de los llamados “maestros de la sospecha”. Su filosofía se
presentó como una crítica a la tradición intelectual occidental que nace en Sócrates,
pasa por Platón y el cristianismo y llega a la Ilustración. Su filosofía pretende
elaborar una nueva valoración de la vida que sustituya a la concepción platónicocristiana que predomina en nuestra cultura, el resultado es una propuesta vitalista y
atea.
La teoría del conocimiento y de la ciencia tradicional, buscó siempre obtener
un conocimiento de lo permanente y universal. Trató de “atrapar” la realidad en
conceptos y leyes, pero al hacerlo, dice Nietzsche, ha dado una imagen falsa de la
realidad pues la trata como si fuera única, fija y permanente.
Nada más lejos de la verdad, la realidad es, para Nietzsche, devenir (a la
manera de Heráclito), cambiante, múltiple y diversa, apariencia, detrás de ella no
hay nada., por ello hemos de aceptar el testimonio de los sentidos.
El hombre ha utilizado los conceptos para explicar la realidad pero olvida
que es él mismo quien los ha creado, y que un concepto no es más que una palabra
que se aplica a un conjunto de individuos no iguales despreciando sus diferencias.
Pero se equivoca pues lo real es lo diferente.
Pretender encorsetar las diferentes y cambiantes realidades en conceptos,
pretender establecer leyes cuantificando la realidad olvidando los aspectos
cualitativos de las cosas para alcanzar una única y verdadera explicación de la
realidad es un engaño del intelecto humano que cree que así puede captar la
realidad, dominarla y asegurar su existencia. Se ha sobreestimado la razón.
Nietzsche critica sobre todo los conceptos metafísicos, el peor de todos,
dice, es el concepto de “ser”, que no es más que una ficción vacía. Los conceptos son
engaños gramaticales, “causa”, “finalidad”, “sustancia”... no son más que momias
conceptuales carentes de sentido.
Finalmente Nietzsche modifica el concepto de verdad.
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EL PERSPECTIVISMO
Frente a la pretensión de verdad única de la ciencia. Nietzsche propone el
perspectivismo. No hay verdades en-sí, sino perspectivas. Conocer es interpretar los
hechos y estos pueden ser interpretados de muchas maneras. Considera que no hay
una sola y única interpretación verdadera de la realidad, sino diferentes perspectivas.
Quien interpreta la realidad es el ser humano para la satisfacción de sus
pulsiones e instintos. La realidad es, pues, vista por cada ser humano desde su
propia perspectiva.
Además, la realidad, por su continuo cambio, no puede ser entendida de un
modo estático y conceptual, por ello, cada perspectiva, si quiere reflejar mejor la
realidad que tiene ante sí, lo logrará utilizando un lenguaje metafórico, literario,
artístico. La filosofía también debe expresarse literariamente, abandonar los
conceptos y usar la metáfora que permite diversidad de interpretaciones.
Nietzsche contrapone al hombre conceptual el hombre intuitivo, el cual,
valiéndose de la intuición y gracias al arte puede llegar a comprender la vida
mejor que el científico. Entiende la intuición como una especie de adivinación, de
mirada que penetra como un rayo en la esencia de la vida, que la desenmascara
librándola de prejuicios, valiéndose de la metáfora, la poesía, la imaginación…
Nietzsche pretende así terminar con el dogmatismo de la filosofía
tradicional y sustituirlo por un pluralismo filosófico, donde cada filósofo se atreva a
inventar su propia visión de la realidad.
El perspectivismo de Nietzsche influyó en Ortega y Gasset, si bien este
último trató de no caer en el relativismo, entendiendo que aunque cada vida tiene su
propia perspectiva, la verdad es posible si conseguimos complementar todas las
perspectivas.
En la actualidad, siguiendo a Nietzsche los filósofos posmodernos (Lyotard,
Vattimo…) entienden que ya no hay una gran verdad que sea la fuente indiscutible
del sentido y la explicación de la realidad y como consecuencia del abandono de los
grandes relatos (sobre todo cristianismo y marxismo) que trataban de explicar y
dirigir la acción humana surgen perspectivas plurales sobre la realidad entendiendo
que ninguna de ellas puede declararse verdadera, es por lo tanto una postura
antidogmática, no hay una sola verdad universal.
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