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EL CONOCIMIENTO EN NIETZSCHE
El conocimiento que se considera de más alto valor en la Metafísica tradicional es el conocimiento
conceptual. Se supone que el concepto expresa la “esencia” del objeto conocido. Este es el blanco principal
de la crítica de Nietzsche a la epistemología de la filosofía occidental.
Aspectos principales de la crítica:
 Critica la idea misma de verdad y la motivación de los hombres para buscarla
 Crítica el valor referencial del lenguaje, pues se ha pensado en la filosofía occidental que los
términos tienen un significado objetivo y se supone que las palabras reflejan la realidad, es decir,
tienen un referente real.
 Critica el conocimiento conceptual, considerado como el de más alto valor ya que se entiende
que capta la realidad (realismo), la muestra tal y como es en sí (objetividad del conocimiento) y
de modo absoluto y universal (absolutismo)
CRÍTICA A LA IDEA DE VERDAD
Nietzsche intenta desenmascarar lo que se ha entendido por conocimiento o por verdad en la
filosofía occidental y se pregunta por la función misma de la razón o intelecto.
En su obra “Sobre verdad y mentira en sentido extra-moral”, presenta el conocimiento como modo
de engaño e ilusión, incluso como manera de olvido.
Empieza preguntándose por la función del intelecto, para qué lo poseen los hombres… Entiende el
intelecto como el instrumento o arma de los hombres para conservarse en la existencia… es el “recurso
de los seres más infelices, delicados y efímeros, para conservarlos un momento en la existencia” Constituye
su arma, la única que poseen, pues carecen de dientes, cuernos, garras, por tanto el intelecto es lo que le
permite tener alguna oportunidad en la lucha por la vida…
El modo de funcionar el intelecto es el engaño…pues nos presenta como real lo que no es más
que nuestro modo de relacionarnos con la realidad, nuestra forma de construirla a través de la percepción
y la interpretación de la misma…de manera completamente subjetiva... Como tal, a través de él es
imposible acceder al conocimiento auténtico de la realidad: para el hombre es inalcanzable una verdad
pura, desvinculada de las propias condiciones humanas…
Si la verdad pura, no existe… ¿por qué el hombre se esfuerza en buscarla?... Según Nietzsche, lo
que realmente busca el hombre no es una verdad desinteresada, más bien al contrario, lo que en un
momento se considera verdad, es lo que resulta útil para poder vivir… La verdad surge de la necesidad de
crear un acuerdo social para vivir en paz y no estar en una perpetua lucha que amenace continuamente la
vida:
 En el hombre existe el deseo de vivir en sociedad y de hacerlo en paz y no en un estado de lucha de
todos contra todos ( como aseguraba Hobbes)
 Par ello busca el consenso, fijando lo que desde ese momento se va a considerar como verdad,
hecho que se realiza a través del lenguaje, creando las palabras que pretenden designar la
realidad y se instituyen a la vez las primeras leyes de la verdad y la oposición verdad-mentira: es
verdad usar honestamente las convenciones. Es mentira utilizarlas de otro modo, romper el
consenso
 Se aceptarán aquellas verdades cuyas consecuencias, en ese momento y en esa comunidad, sean
positivas y se rechazarán las que les resulten perjudiciales. La verdad lo es en función de su
utilidad.
Es importante destacar este nuevo concepto de verdad de Nietzsche del que merece la pena
señalar algunos aspectos:
- La verdad no es una necesidad racional y su modo de descubrirse no es un proceso lógico,
riguroso, necesario…La verdad es la forma de crear una cultura, de asentar una sociedad en paz, donde
todos han de creer lo mismo para eliminar los conflictos. La verdad oculta, pues, el verdadero ser del
ser humano: la lucha, el imponerse unos a otros a través del engaño, función primordial del intelecto
- En segundo lugar, la verdad no lo es porque capte la verdadera realidad sino porque es
útil, porque permite vivir.
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En definitiva, la verdad en sí no existe, sólo puede creer el hombre que está en la Verdad si olvida
que la ha creado él mismo a través del lenguaje. Pero ¿el lenguaje puede encerrar la verdad tal y como el
hombre cree que la encierra? ¿El lenguaje capta las cosas a través de las palabras?
Nietzsche va a llevar a cabo una crítica del lenguaje
CRÍTICA AL CARÁCTER REFERENCIAL DEL LENGUAJE
En la Filosofía occidental se ha mantenido una teoría referencial del lenguaje: las palabras hablan
de la realidad, con ellas nos referimos al mundo…
Nietzsche mantiene que el lenguaje no se refiere a las cosas, las palabras no expresan una realidad
objetiva, una palabra no puede servir para expresar adecuadamente la realidad,
¿Qué es una palabra? Se pregunta Nietzsche, “la reproducción en sonidos de un impulso nervioso, que no
implica que tenga una causa exterior”, es decir, una cosa en sí.
Como tal, es siempre:
- una experiencia subjetiva: tanto el impulso nervioso como la sensación en que se transforma, son
subjetivos.
- Ser caracteriza por ser Arbitraria: no tiene relación con lo que capta.
Las palabras son convenciones que esconden y deforman la realidad, y que han nacido de un pacto
entre los hombres para relacionarse socialmente aceptando cierta base común,. Sin embargo el hombre se
olvida fácilmente del pacto y piensa que las palabras coinciden con las cosas. Ahora bien, las palabras son
imágenes, metáforas que se crean a partir de la imagen que se produce en nuestro sistema nervioso al ser
afectados nuestros sentidos…Es la metáfora de otra metáfora…
El lenguaje, pues, transforma la realidad originaria y la expresa de modo metafórico: la “cosa en sí” es
totalmente inalcanzable a través del lenguaje, éste se limita a designar las relaciones de las cosas con los
hombres y para expresarlas apela a las metáforas más audaces”
CRÍTICA AL CONOCIMIENTO CONCEPTUAL
Se supone que las palabras corresponden a conceptos… El conocimiento conceptual se ha
considerado el de más alto valor en la filosofía tradicional precisamente porque se entiende que es
universal y capta la esencia común a una multiplicidad de cosas diversas…
Sin embargo, piensa Nietzsche, no hay dos cosas iguales, ninguna es idéntica a otra.
Por tanto, en el concepto se anula toda diversidad, toda diferencia, lo que implica que al
pretender conocer la realidad bajo conceptos, se pierde algo esencial de la misma: su diversidad, su
riqueza, las peculiaridades individuales. Todo concepto encierra un error pues iguala cosas que no son
iguales.
¿Cómo se forman los conceptos?
1. La forma más básica, primaria de conocimiento es la intuición sensible, que proporciona el sistema
perceptivo, es decir, los sentidos y constituye la relación originaria, directa y primera de un individuo
con el mundo. SENSACIÓN, la cual es ya una METÁFORA INTUITIVA, una imagen de la realidad…
2. Este conocimiento individual se pretende expresar en palabras, para compartirlo con los demás, pero la
palabra, según Nietzsche es otra metáfora, una imagen de esa intuición y, como tal, una falsificación
de las cosas, una “humanización” de las mismas. La intuición originaria queda oculta tras la palabra
3. La palabra se transforma en concepto en el momento en que deja de servir para recordar la vivencia
sensible, intuitiva, original, única e individualizada que la originó y se utiliza como instrumento de
comunicación y transmisión del conocimiento y la verdad entre los seres humanos. Se aceptará como
verdadero lo que en ella se expresa y como falso lo que de ella se aparta. Se forma el concepto al fijar
esa metáfora por medio de la costumbre.
Este proceso, no es un proceso lógico, sino que la fijación de la realidad en conceptos es una necesidad que
tiene el hombre para hacerle frente el devenir.
¿Qué se ha tomado, pues por verdad? Un conjunto de metáforas, metonimias, relaciones humanas que
después de un prolongado uso por un pueblo, se consideran ahora como firmes, canónicas y vinculantes.
“Las verdades son ilusiones de las que se ha olvidado que lo son: metáforas que se han vuelto gastadas y
sin fuerza sensible, monedas que han perdido su troquelado y no son ahora ya consideradas como
monedas sino sólo como metal” (l 204-208)
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CRÍTICA AL REALISMO
Pero aún se dio en el comienzo de la filosofía un paso más, no sólo se crea el concepto, por ejemplo
“rosa”, para expresar la esencia de todas las rosas, sino que se sustancializa ese concepto y se considera
que existe una realidad independiente de las rosas: la esencia de rosa, la rosa-en-sí
Nietzsche critica esta posición metafísica, característica de toda la cultura occidental, desde Platón: la
creencia en la existencia de entes o cosas existentes en sí con una esencia fija y firme, de la que el
conocimiento conceptual podría dar cuenta, alcanzando, de este modo, la verdad.
Según Nietzsche, no existen cosas, no existe mundo fijo, absoluto, no hay objeto que conocer,
luego no existe tampoco conocimiento objetivo, no es posible dar a nuestros juicios ningún fundamento
ontológico. Al no poder mantener la idea sustancial de “cosa”, el conocimiento mismo resulta imposible, o
adquiere el mismo carácter ficticio que la cosa misma.
“La mayor fabulación es la del conocimiento. Se quisiera saber cómo están constituidas las cosas
en sí, pero, véase ¡no hay ninguna cosa en sí! Pero suponiendo incluso que hubiera un en sí, un
incondicionado, por eso mismo no podría ser conocido: de lo contrario no sería precisamente
incondicionado. Conocer...quiere decir, pues, en todas circunstancias, fijar, designar, volver conscientes
condiciones (no indagar esencias, cosas “en sí”) ( Más allá del bien y del mal)
Como no hay cosas en sí, tampoco hay fenómenos, ni hechos (en contra de lo que diría el
positivismo) sólo hay interpretaciones.
CRÍTICA AL OBJETIVISMO DEL CONOCIMIENTO Y AL ABSOLUTISMO DE LA VERDAD
Se ha considerado que el conocimiento conceptual era objetivo, pues captaba la esencia de lo real,
y absoluto, pues no dependía del sujeto que llevaba a cabo el conocimiento, sino que era necesario y
universal…
Nietzsche entiende que el conocimiento no puede ser ni objetivo ni absoluto, porque el hombre sólo
puede conocer su propia perspectiva, su propio modo de relacionarse con la realidad.
En su obra “Aurora” encontramos la metáfora del espejo: El intelecto es como un espejo, pero en él
no se refleja el mundo real tal cual es, ya que del mundo no se puede saber nuca cómo es, sólo logramos
una deformación del mismo, una imagen. Lo que para nosotros es el mundo son las imágenes del espejo,
pero no hay mundo si no hay espejo. Conclusión, todas las descripciones del mundo son, en realidad,
descripciones nuestras, las leyes que obtenemos son las leyes, no de la realidad, sino de la óptica del
espejo. El espejo nos ofrece no una ilusión, no una apariencia, sino una “escritura cifrada” que expresa una
cosa desconocida, “hecha para nosotros”, comprensible para nosotros: nuestra posición humana respecto
de las cosas. Con ello nos quedan ocultas las cosas. En el espejo sólo vemos “el mundo que se refleja en él”,
queremos llegar a las cosas, pero sólo llegamos al espejo. “El hombre nos oculta las cosas”: la perspectiva
humana, que es irrenunciable, de la que no se puede salir, no nos permite acceder a las “cosas”. Todo lo
que experimentamos está dentro de nuestra óptica, ésta nos señala más allá, pero más allá no podemos ir.
La imagen que plantea Nietzsche (como señala JL Vernal en “La crítica de la Metafísica en
Nietzsche”) es semejante a la caverna platónica: estamos encerrados en una visión del mundo que
tendemos a considerar como real. La diferencia radica en que mientras Platón entiende que esa visión es
ilusoria, mera apariencia de un mundo real y verdadero, objeto de auténtico conocimiento, para Nietzsche
no hay más mundo que la perspectiva humana, siempre cambiante, desde la que se relaciona con el
mundo.
También tiene esta metáfora resonancias kantianas: no se puede conocer de las cosas sino lo que el
hombre pone en ellas, su modo de configurar, de conformar el mundo. La diferencia, de nuevo, está en que
Kant asegura la existencia de la “cosa en sí” mientras Nietzsche entiende que no hay otra cosa que el
mundo visto desde la óptica humana.
EL CONOCIMIENTO NO ES UNA CREACIÓN RACIONAL SINO UNA NECESIDAD VITAL: SU BASE ES LA
PASIÓN
El conocimiento humano no es, como se ha pretendido por la filosofía occidental, una necesidad
racional ni fruto objetivo del intelecto. Su base son los instintos, las pulsiones: es una forma de expresión
de la pasión. Y al ser las pulsiones las que nos abren el mundo, a través de las que lo interpretamos, el
mundo deja de tener la univocidad que se le suponía. “Experimentamos el mundo exterior siempre de
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modo diferente, porque se destaca respecto a la pulsión que prepondera en nosotros en cada ocasión y,
puesto que esta no es algo permanente, nuestra sensación del mundo exterior es cambiante”
Toda actividad intelectual es secundaria respecto de la actividad primaria de las pasiones “Nuestro
saber –dice el autor- es la forma más debilitada de la vida pulsional”.
En sus últimas obras habla de la búsqueda de la verdad como una manifestación de la voluntad de
poder. Considera que la verdad universal, única, eterna, le es necesaria a un tipo determinado de hombres,
a aquéllos cuya voluntad de poder es débil, cuyos instintos son tan frágiles que no aguantan la multiplicidad
y el cambio. Sin los conceptos, sin la verdad, estos hombres no podrían haber vivido. Para ellos esta forma
de entender las cosas es su arma para aferrarse a la vida, su modo de ejercer el poder sobre las
dificultades. Necesitan de este error. En Más allá del bien y del mal dice Nietzsche:
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“La mayor parte del pensar consciente de un filósofo está guiada de modo secreto por sus instintos y es
forzada por éstos a discurrir por determinados carriles. También detrás de toda lógica… se encuentran
valoraciones o, hablando con mayor claridad, exigencias fisiológicas orientadas a conservar una
determinada especie de vida. Por ejemplo, que lo determinado es más valioso que lo indeterminado, la
apariencia, menos valiosa que la verdad… semejantes estimaciones podrían ser, sin embargo, nada más
que estimaciones superficiales …quizá necesarias precisamente para conservar seres tales como nosotros.
La falsedad de un juicio no es para nosotros ya una objeción contra el mismo; acaso sea en esto en lo
que más extraño suene nuestro nuevo lenguaje. La cuestión está en saber hasta qué punto ese juicio
favorece la vida, conserva la vida, conserva la especie, quizá incluso selecciona la especie; y nosotros
estamos inclinados por principio a afirmar que los juicios más falsos (de ellos forman parte los juicios
sintéticos a priori) son los más imprescindibles para nosotros, que el hombre no podría vivir si no admitiese
las ficciones lógicas, si no midiese la realidad con la medida del mundo puramente inventado de lo
incondicionado, idéntico-a-sí-mismo, si no falsease permanentemente el mundo mediante el número, —
que renunciar a los juicios falsos sería renunciar a la vida, negar la vida. Admitir que la no-verdad es
condición de la vida: esto significa, desde luego, enfrentarse de modo peligroso a los sentimientos de valor
habituales; y una filosofía que osa hacer esto se coloca, ya sólo con ello, más allá del bien y del mal”. (Más
allá del bien y del mal)
CRÍTICA A LAS CIENCIAS POSITIVAS
Hay también en su obra una importante crítica a las CIENCIAS POSITIVAS y, en general al positivismo. El
método científico con su pretensión de conocer matemáticamente la realidad representa otro intento
erróneo de acercamiento a la realidad. La realidad no es matematizable, las ciencias no pueden conocer la
realidad en toda su variedad cualitativa y en continuo devenir.
CONCLUSIÓN: EL CONOCIMIENTO SEGÚN NIETZSCHE
Como conclusión podemos decir que dado que el concepto no puede captar una realidad
continuamente cambiante, el sujeto no podrá conocer lógica ni racionalmente la realidad, sólo cabe ante
ella un comportamiento estético: INTERPRETARLA y, por tanto, recrearla. El conocimiento es una actividad
creativa, una interpretación de la realidad, que el sujeto lleva a cabo desde su humanidad
(antropomorfismo) y desde su posición o perspectiva vital (perspectivismo).