Download Perspectivas sobre el crecimiento y el desarrollo

Document related concepts

Teoría del crecimiento endógeno wikipedia , lookup

Modelo AK wikipedia , lookup

Robert Solow wikipedia , lookup

Modelo de Goodwin wikipedia , lookup

Crecimiento económico wikipedia , lookup

Transcript
Desarrollo regional
Perspectivas sobre el crecimiento y el desarrollo
Armando Gil-Ospina*, John J. Jiménez-Sepúlveda **
Resumen
Introducción: el presente artículo tiene como objetivo realizar una primera revisión teóricoconceptual tanto sobre el crecimiento económico y el desarrollo, como sobre algunos temas
relacionados. Metodología: análisis comparativo de las teorías clásica y neoclásica del crecimiento económico, desde los enfoques exógeno y endógeno, para analizar la concepción del
desarrollo en este proceso histórico. Resultados: el análisis del contraste entre las teorías ortodoxas del crecimiento y la economía del desarrollo, permitió evidenciar la aparición de las
relaciones, los determinantes y las diferencias entre los enfoques del crecimiento endógeno
y el desarrollo endógeno. Conclusiones: los diferentes trabajos de Sergio Boisier y Antonio
Vásquez permitieron cumplir con la intencionalidad del presente escrito, y concluir que el
crecimiento económico y el desarrollo endógeno son dos procesos que se complementan y
articulan desde una dependencia no lineal ni jerárquica.
Palabras clave: crecimiento económico, crecimiento endógeno, crecimiento exógeno,
desarrollo endógeno, endogeneidad.
Perspectives on Growth and Development
Abstract
*
Magíster en Educación y Desarrollo,
Fundación Centro Internacional de
Educación y Desarrollo Humano
(Cinde), Universidad de Manizales.
Correo-e:
[email protected]
** Magíster (c) en Gestión del
Desarrollo Regional, Universidad
Católica de Pereira. Presidente
Ejecutivo, Cámara de Comercio de
Dosquebradas.
Correo-e:
[email protected]
Recibido: 10 de febrero del 2012
Aprobado: 19 de octubre del 2012
Cómo citar este artículo: Gil-Ospina,
A. y Jiménez-Sepúlveda, J. J. (2013).
Perspectivas sobre el crecimiento y el
desarrollo. Memorias, 11(19), 9-25.
Introduction: This article aims to make a first theoretical and conceptual review both on economic
growth and development, and on some related topics. Methodology: Comparative analysis of classical
and neoclassical theories of economic growth from exogenous and endogenous approaches to analyze
the concept of development in this historic process. Results: The analysis of the contrast between orthodox theories of growth and development economics, allowed to demonstrate the appearance of the
relations, determinants and differences between the endogenous growth and endogenous development
approaches. Conclusions: The different works of Sergio Boisier and Antonio Vásquez allowed meeting
the intentionality of this article, and concluding that economic growth and endogenous development are
two complementary and articulated processes from a neither nonlinear nor hierarchical dependence.
Keywords: economic growth, endogenous growth, exogenous growth, endogenous development,
endogeneity.
Perspectivas sobre o crescimento e o desenvolvimento
Resumo
Introdução: o presente artigo tem como objetivo realizar uma primeira revisão teórico-conceitual tanto
sobre o crescimento econômico e sobre o desenvolvimento quanto sobre alguns temas relacionados.
Metodologia: análise comparativa das teorias clássica e neoclássica do crescimento econômico, a partir
dos enfoques exógeno e endógeno, para analisar a concepção do desenvolvimento neste processo histórico. Resultados: a análise do contraste entre as teorias ortodoxas do crescimento e da economia do
desenvolvimento permitiu evidenciar o aparecimento das relações, dos determinantes e das diferenças
entre os enfoques do crescimento endógeno e do desenvolvimento endógeno. Conclusões: os diferentes
trabalhos de Sergio Boisier e Antonio Vásquez permitiram cumprir com a intencionalidade do presente
texto e concluir que o crescimento econômico e do desenvolvimento endógeno são dois processos que se
complementam e articulam a partir de uma dependência não linear nem hierárquica.
Palavras-chave: crescimento econômico, crescimento endógeno, crescimento exógeno, desenvolvimento
endógeno, endogeneidade.
10
Desarollo regional
Memorias / Volumen 11, Número 19 / enero - junio 2013
Introducción1
que personas y comunidades imprimen a los modos de
comunicación social intencional de acuerdo con el lugar
y la época; en este aspecto, es posible que ciertas palabras entren en desuso durante cierto tiempo, y luego revivan de manera resignificada.
En cuanto a la expresión endogeneidad, esta pasa
por una situación análoga a la de desarrollo. Este concepto (Boisier, 2000; Vázquez, 2001, entre otros), frecuentemente utilizado en el campo académico, se interpreta en
el ámbito del desarrollo territorial como desplegado en
cuatro planos sociales que se interceptan:
¿Por qué los habitantes de ciertos países son más ricos
que otros?
Este interrogante ha acompañado por largos años
las reflexiones y preocupaciones de los economistas
(específicamente), quienes han dado distintas respuestas parciales, desde teorías y enfoques diferentes en
cada momento histórico.
De manera tradicional, la riqueza de un país se
ha medido por medio del indicador del ingreso o producto interno bruto per cápita (pibpc).2 Si bien es una
primera aproximación al nivel de bienestar, no necesariamente representa las distintas dimensiones y complejidad del término. El crecimiento económico3 se
refiere al aumento porcentual del producto per cápita
de largo plazo, medido por medio del indicador pnb.
Durante buena parte del siglo xx el desarrollo se asimiló al crecimiento económico. Ambos términos se han
considerado desde los enfoques cuantitativo y cualitativo (pibpc-Bienestar). Por ello, sus delimitaciones
conceptuales, determinantes, relaciones e impactos sociales, dependen, en buena medida, de los diferentes
contextos históricos, políticos e ideológicos de un país
o grupo de países determinado.
En relación con el término desarrollo,4 este es intrínsecamente complejo por varias razones. Una de
ellas es que las palabras tienen varios significados definidos por el lenguaje (polisemia); otra razón se refiere
a las acepciones y sentidos dados por el uso particular
en las comunidades específicas (científicas, deportivas,
culturales); además, las palabras pueden ser relativamente flexibles referidas a asuntos concretos o abstractos, o también de acuerdo con la frecuencia de su uso.
Lo anterior es causa de las modificaciones del lenguaje
1
Artículo de revisión resultado de la investigación en la Maestría
en Gestión del Desarrollo Regional y del campo disciplinar del grupo de
investigación “Crecimiento Económico y Desarrollo”, de la Facultad de
Ciencias Económicas y Administrativas de la Universidad Católica de
Pereira, en el 2012.
2
Concebido como el proceso de generación de riqueza material de
la sociedad, representada por los bienes y servicios que permiten mejorar su bienestar de manera creciente.
3
El crecimiento es esencialmente un fenómeno de oferta, caracterizado a través del proceso productivo y sus transformaciones, los que son sintetizados en una función de producción agregada (Muriel, 2003, p. A-2).
4
Desde la evolución de los términos bienestar, progreso y crecimiento hasta el actual desarrollo, con sus múltiples niveles, interpretaciones
y adjetivos (integral, local, regional, nacional, urbano, rural, sostenible,
humano, endógeno, entre otros), se refieren a aspectos de un fenómeno
común, pero que responden a escalas, realidades, y, sobre todo, a necesidades e intereses muy concretos.
i. Relacionada con la descentralización: desde un territorio dado se opta por un estilo propio de desarrollo
sustentado por un conjunto adecuado y pertinente de
instrumentos de política; ii. Capacidad del territorio para
recapitalizar una parte creciente del excedente económico
autogenerado, en el mismo territorio; dicha capacidad es
una función directa del nivel de descentralización radicado en el territorio; iii. Capacidad del territorio para crear
sus propios productos técnicos y cognitivos y propiciar
cambios tecnológicos capaces de transformar el funcionamiento del sistema económico y iv. Solo es posible en
el marco de una cultura productora de identidad territorial, a partir de la cual los activos intangibles potencian la
competitividad territorial (Boisier, 2004, p. 2).
En este contexto, se pretende dilucidar los conceptos de crecimiento y desarrollo, así como precisar los
factores que componen el enfoque del desarrollo endógeno regional.
Metodología
El primer propósito que se plantea en el presente texto
está relacionado con la diferenciación y precisión de
los conceptos de crecimiento y desarrollo, a partir de
sus respectivas teorías.
Posteriormente se realizará, de manera diacrónica,
una primera revisión teórico-conceptual de los términos
desarrollo y endógeno, toda vez que la expresión desarrollo endógeno puede tratarse como una sencilla etiqueta
de novedad en el marco tradicional de desarrollo, una
nueva teoría, enfoque o modelo, o solo una condición y
característica del desarrollo local o regional.
Asimismo, es de interés directo en este escrito articular las categorías y variables importantes que inciden
sobre el desarrollo y la endogeneidad, de tal manera que
se alcance la claridad alrededor del desarrollo endógeno
propiamente dicho.
Perspectivas sobre el crecimiento y el desarrollo
Por lo anterior, se hace pertinente establecer con
claridad las relaciones de complementariedad entre
crecimiento y desarrollo, sus determinantes y avances
teóricos, toda vez que el desarrollo comprende, además
de un aumento creciente y sostenible del conjunto de
bienes y servicios para la sociedad (valoración cuantitativa de ingresos y gastos), las mejoras de las condiciones y calidad de vida de la población.
En síntesis, el proceso metodológico resume los
distintos momentos organizados de acuerdo con el criterio evolucionista de las teorías y enfoques de los temas
del crecimiento y el desarrollo, contenidos en la tabla 1.
Tabla 1. Descripción diacrónica de las teorías del crecimiento y
del desarrollo
Crecimiento
Desarrollo
Configuración de la ciencia del
crecimiento. Teoría clásica.
Perspectiva utilitarista. Bienestar económico.
La utopía liberal. Teoría general
de Keynes.
La brecha keynesiana. Surgimiento de la economía del
desarrollo.
Enfoque dominante. Teoría del
crecimiento exógeno.
Estructuralismo cepalino.
Modelo de sustitución de
importaciones.
Cambios de perspectiva liberal.
Nuevo enfoque. Teoría del crecimiento endógeno.
Neoestructuralismo latinoamericano.
Enfoque del desarrollo territorial endógeno.
Actual enfoque. Aproximación a
asuntos del desarrollo.
Configuración del desarrollo
humano. Resignificación del
crecimiento.
Fuente: elaboración propia
Pensamiento clásico del crecimiento
económico
El pensamiento económico del crecimiento ha tenido
un considerable proceso evolutivo desde el siglo xviii,
con los economistas clásicos (desde Smith y Ricardo
hasta Schumpeter); este primer enfoque parte de la
visión del desarrollo como crecimiento económico.
Smith (1776) sostenía que la riqueza de las naciones
dependía de dos factores esenciales: 1. La distribución
del insumo trabajo en actividades tanto productivas
como improductivas y 2. El grado de eficacia de la actividad productiva —progreso técnico—. No obstante,
explicaba la importancia de las condiciones y los elementos intermedios que hacían posible la correlación
entre producto y factores, como la división técnica y
social del trabajo que permitía la especialización, el aumento de la productividad y del volumen de producto,
11
la tendencia natural al intercambio (comercio internacional) y la acumulación de capital para su reproducción (largo plazo: estado estacionario).5
Para Smith, la principal fuente del crecimiento económico debe concentrarse en el proceso de división y especialización del trabajo, el cual permite maximizar los
beneficios de la acumulación y del progreso tecnológico,
por lo que recomienda un adecuado sistema legal que
garantice la propiedad privada y la adopción de un sistema de libre comercio internacional —basado en la ley
de la Ventaja Absoluta—, por lo que cada país puede generar el máximo de producción posible (Hidalgo, 1998).
Ricardo, y posteriormente Schumpeter, propusieron superar los rendimientos decrecientes de los factores productivos y el estado estacionario de la economía:
el primero por la vía del progreso tecnológico, el segundo por medio de las innovaciones y la inversión.
Schumpeter (1951) argumentaba que las fluctuaciones propias de las economías de mercado —inherentes a la inestabilidad del capitalismo—, eran el incentivo
de las innovaciones tecnológicas llevadas a cabo por “el
empresario innovador”; aunque perturbadoras en el corto plazo, producían un efecto dinámico en el sistema en
el largo plazo. Schumpeter concebía la tecnología de manera exógena, por lo cual no proporcionó ninguna causa
que produjese la actividad inventiva, así como la difusión de esta dentro de una economía (Medina, 2010).
De manera sintética, se pueden señalar los aspectos relevantes de los teóricos clásicos en relación con
el pensamiento del crecimiento económico, en los siguientes términos:
Las aportaciones muestran diferentes factores que
propician el freno del crecimiento a largo plazo de las
economías más avanzadas: el agotamiento de las posibilidades de inversión (Smith); la ley de los rendimientos decrecientes (Ricardo); la dinámica de la población
(Malthus); la disminución de la eficacia marginal del
capital (Keynes) o el deterioro del espíritu empresarial
(Schumpeter) (Galindo, 2004, p. 43).
Visión neoclásica del crecimiento
exógeno
Desde un criterio cronológico, el punto inicial de la
teoría neoclásica moderna del crecimiento fue el cé5
Situación en que, dado un estado tecnológico, las inversiones de
este compensan la depreciación por el desgaste del capital instalado, se
repiten los procesos productivos y no se produce más crecimiento.
12
Desarollo regional
lebre artículo “A Mathematical Theory of Saving” de
Ramsey (1928), un trabajo que solo vendría a ser reconocido por la academia en los años sesenta (Moncayo,
2008).
Sin embargo, los primeros trabajos sobre el crecimiento que alcanzaron gran importancia en el siglo
xx, fueron aquellos elaborados por Harrod (1939) y
Domar (1946), con la pretensión de explicar el modelo keynesiano de corto plazo en conjunción con el crecimiento de largo plazo, y así superar las rigideces de
las variables macroeconómicas keynesianas formuladas sin el propósito inicial de analizar el crecimiento
económico de mediano y largo plazo (Hidalgo, 1998).
Debido a que los primeros trabajos de Harrod y
Domar ampliaban en el tiempo la dinámica a corto plazo keynesiana llegando a conclusiones desalentadoras
sobre la estabilidad del crecimiento (Chavarría, Fonseca, Martínez y Morales, 2011, p. 6), la respuesta inmediata a esta visión pesimista estuvo a cargo de Solow
(1956 y 1957), por medio de su modelo en el que concebía una economía caracterizada por la competencia
perfecta, coherente con los supuestos de flexibilidad de
precios, sustituibilidad de los factores productivos, estabilidad en el largo plazo y logro del pleno empleo;
de esta manera, el nivel de precios generaría los cambios que conducirían a la óptima relación capital/trabajo utilizada en la función agregada de producción de
la economía.
A partir del pensamiento solowiano sobre el crecimiento económico, se estableció la teoría ortodoxa del
crecimiento como un campo de análisis de la corriente
principal de la economía —mainstream—. En este contexto, el eje central del trabajo teórico ha sido el modelo neoclásico desarrollado por Solow (1956 y 1957)
y Swan (1956),6 siendo, en esencia, una extensión dinámica del modelo de competencia perfecta utilizado
como marco de referencia para analizar el proceso de
asignación de recursos en una economía estática (Cotte y Cotrino, 2006, p. 340) por medio de una función de
producción tipo Cobb-Douglas, suponiendo una tasa
de ahorro constante y un parámetro que medía el estado de la tecnología. En este sentido, en la función de
producción se asumían retornos constantes a escala y
decrecientes en el capital, lo que implica que en el largo
6
Este enfoque neoclásico prevaleció hasta los años ochenta, soportado por los trabajos de Ramsey (1928), Solow (1956 y 1957), Swan
(1956), Arrow (1962), Uzawa (1965), Cass (1965) y Koopmans (1965),
dedicados a la formalización de modelos matemáticos para representar
relaciones de causalidad entre las variables del ahorro, la inversión, la
población, la depreciación y el stock de capital.
Memorias / Volumen 11, Número 19 / enero - junio 2013
plazo, el crecimiento del producto estaría determinado
por la suma del cambio tecnológico y del crecimiento
de la población (ambos componentes exógenos). Estas
características hacían que este enfoque correspondiera a una aproximación “transicional”, es decir, que explica la dinámica del crecimiento de la economía hacia
el estado estacionario, y no el crecimiento en sí mismo
(Gallego y Johnson, 2001).
Por lo anterior, “el crecimiento de largo plazo se
concebía de forma exógena y explicado por la tecnología, que no era integrada en el modelo como variable explicativa, sino como residuo” (O’Connor, 2007, p.
23). De todos modos, el crecimiento no aseguraba una
situación estable en el largo plazo con la sola acumulación de capital, debido a que la existencia de la ley de los
rendimientos decrecientes limitaba la nueva inversión
a la reposición del capital depreciado, alcanzándose un
nivel de equilibrio conocido como el “estado estacionario” (Chirinos, 2007, p. 2).
Los supuestos básicos del modelo de Solow7 se resumen en los siguientes aspectos:
•• Los factores trabajo y capital se intercambian de
acuerdo con sus costes y su productividad marginal
(relación factorial de sustituibilidad).
•• El progreso tecnológico se considera como variable
exógena, es decir, no es explicada por el modelo.
•• Los rendimientos de escala son constantes para la
función de producción, y los rendimientos marginales son decrecientes para los factores de capital y
trabajo.
En síntesis, estos supuestos están contenidos en el
modelo de competencia perfecta para explicar una economía de acuerdo con condiciones de equilibrio estable
a largo plazo con pleno empleo (óptimo paretiano); este
marco de análisis tiene correspondencia con tasas nulas
de crecimiento del ingreso per cápita. Sin embargo, debido a la necesidad de explicar las tasas de crecimiento
positivas observadas empíricamente en distintas economías, se justificó la introducción del progreso tecnológico como el factor exógeno que determina la existencia de
tasas de crecimiento positivas a largo plazo de las rentas
per cápita; por esta razón es que se denomina a estos modelos de crecimiento exógeno.
7
Del trabajo empírico de Solow (1957) se estableció que la mera
acumulación de factores no podía explicar el crecimiento a largo plazo,
pues el “residuo” representaba el 87,5 por ciento del crecimiento no explicado (Chirinos, 2007, p. 4).
Perspectivas sobre el crecimiento y el desarrollo
Visión neoclásica de crecimiento
endógeno
Después de tres decenios de prevalencia del modelo estándar de crecimiento exógeno, durante los años
ochenta se reactivó el interés por el crecimiento económico desde nuevas perspectivas, lo que generó nuevos
enfoques, manteniendo los fundamentos de la tradición neoclásica.
En efecto, los trabajos de Romer (1986) y Lucas
(1988) desarrollaron modelos que planteaban una alternativa a la exogeneidad del progreso técnico de los
modelos neoclásicos de crecimiento, por medio de la
propuesta de esquemas en los que la fuente primaria del
crecimiento —el progreso técnico— era generada en el
modelo, lo que dio origen al enfoque del crecimiento
endógeno. A partir de este, las economías podrían evidenciar procesos crecientes y estables de crecimiento,
sustentados en su capacidad de innovar, y sin la necesidad de demostrar la convergencia defendida por los
modelos exógenos de la teoría neoclásica.
Arrow (1962) fue un pionero al sugerir una explicación endógena al controvertido fenómeno de cambio tecnológico y que él denominó “learning by doing”.
Según esta hipótesis, al menos una parte de los incrementos en la eficiencia del proceso productivo son atribuibles a un proceso de aprendizaje cuya fuente es la
experiencia en la realización de actividades productivas (Rodríguez, 1971, p. 75).
Los modelos de crecimiento endógeno parten de la
tradición neoclásica, e introducen distintas variaciones
sobre este: algunos toman en consideración los rendimientos de escala crecientes y los efectos de propagación o difusión (modelos de derrame), o introducen el
cambio tecnológico endógeno (modelos neoschumpeterianos), y, en su conjunto, predicen la divergencia en
el crecimiento económico (Toral, 2001, p. 49).
La teoría del crecimiento endógeno empezó por
eclipsar el pensamiento de Solow, además de los trabajos de Romer8 y Lucas,9 de aquellos elaborados por
la nueva generación de autores como Barro (1990) y
Rebelo (1991), entre otros. Por medio de esa teoría se
8
Romer generalizó el modelo de Arrow de aprendizaje por la práctica, en el que la eficiencia en la producción es una función creciente de
la experiencia acumulada (Toral, 2001, p. 50).
9
Lucas planteó la acumulación de capital humano en lugar de la
de capital físico, como detonante del aprendizaje y difusión de mejoras
productivas, fuente originaria de los rendimientos crecientes de escala
(Toral, 2001, p. 50).
13
avanzó en la comprensión del comportamiento de la
productividad, haciendo especial claridad del caso específico de los rendimientos decrecientes como uno de
los resultados posibles del proceso de acumulación de
capital, a la vez que enfatiza otras vías de crecimiento
económico cuando las inversiones en bienes de capital, incluido el capital humano, generan rendimientos
crecientes, como consecuencia de la difusión de las innovaciones y del conocimiento entre las empresas y la
creación de economías externas.
La exogeneidad de los modelos convencionales solowianos, suponía que el avance técnico se produce sin la
intervención de los agentes económicos; es decir, el enfoque neoclásico preconizaba una concepción lineal del
proceso innovador, siendo reticente frente a la complejidad y multicausalidad del crecimiento y el desarrollo. Por
ejemplo, Sala-i-Martin (1994) concibe el estado estacionario como la situación en la que todas las variables crecen
a una tasa constante; en efecto, cuando se hace constante
el ratio capital-trabajador, solo el progreso tecnológico explica el crecimiento a largo plazo de la economía.
Entonces, ¿cómo abordar la cuestión de los rendimientos decrecientes que, como indican Barro y Sala-i-Martín (1995), conducirían al estado estacionario?
Romer (1986) elaboró modelos de crecimiento económico asumiendo como factores determinantes distintas variables endógenas. En efecto, en su afán
de acomodarse a la realidad, las modernas formalizaciones del pensamiento neoclásico empezaron a incorporar en la función de producción otros hechos que
explicaban y condicionaban los procesos de crecimiento económico, es así como consideraron que el avance
tecnológico era un factor endógeno, lo cual permitió
reconocer la diversidad de los escenarios posibles del
crecimiento. Sin embargo, estos modelos continuaron
siendo mecánicos e inapropiados para capturar la complejidad de la realidad económica (Vásquez, 2000).10
A partir de estos nuevos modelos de crecimiento
endógeno se niega dicha exogeneidad y se cuestiona el
carácter decreciente de los rendimientos marginales de
los factores acumulables (capital físico y humano); asimismo, se consideran las innovaciones tecnológicas en
un marco de la competencia imperfecta, externalidades provocadas por esa innovación y “desvanecimiento” del estado estacionario.
10
El crecimiento económico es posible en el largo plazo porque las
inversiones en bienes de capital físico y humano generan rendimientos
crecientes; las economías crecen debido a la difusión de las innovaciones,
la creación de economías externas y el flujo de conocimiento entre las
empresas.
14
Desarollo regional
El crecimiento endógeno asigna un papel importante al capital humano como fuente de mayor productividad y crecimiento económico. Establece también
que por medio de externalidades o de inversión en capital humano (conocimiento), se producen convergencias hacia un mayor crecimiento económico en el largo
plazo. Romer consideró en sus modelos de crecimiento el concepto del learning by doing (Arrow, 1962) para
explicar la productividad de los factores; incluso reconoció que el aprendizaje de un productor podría incrementar la productividad sistémica por medio del
spillovers cognitivo.
Una de las ventajas de los modelos de crecimiento
endógeno en relación con las teorías tradicionales neoclásicas del crecimiento exógeno, es que proporcionan explicaciones con respecto al incremento de los niveles de
productividad a lo largo del tiempo, a partir de la asignación de recursos que hacen los empresarios motivados
por los beneficios de las innovaciones. En este contexto,
Los (2001) señala que “La noción de que la tecnología es
causa de externalidades positivas —difusión, spillovers—
ha sido crucial para la construcción de todas las teorías
schumpeterianas del crecimiento endógeno”.
A diferencia de los modelos de crecimiento exógeno que plantean rendimientos de escala constantes (Solow, 1956), en los modelos endógenos se consideran
crecientes debido a las externalidades positivas que genera la inversión directa. Esta distinción es importante para comprender la causa por la cual el aumento del
producto puede mantenerse en los modelos de crecimiento endógeno, aunque la población no crezca.11
La nueva teoría del crecimiento, o teoría del crecimiento endógeno, ha extendido la literatura existente.
Los resultados no son terminantes, pero se puede afirmar que sabemos más que hace unos años y que determinados aspectos de las teorías de los años cincuenta
permanecen, mientras que otros han sido sustituidos
por la teoría del crecimiento endógeno. La evidencia
empírica sobre el proceso de crecimiento económico
puede resumirse como sigue (Temple, 1999, citado por
Escribano, 2011, p. 16):
•• No se evidencia convergencia entre países pobres
y ricos.
11
La ausencia de rendimientos decrecientes significa que la acumulación de capital o capital humano puede sostener indefinidamente el
crecimiento. Así, el progreso técnico derivado de esa acumulación produce externalidades de las que se benefician los restantes factores de producción generando la productividad marginal más elevada (Toral, 2001,
p. 50).
Memorias / Volumen 11, Número 19 / enero - junio 2013
•• Rendimientos decrecientes del capital físico.
•• Importante impacto de la política económica sobre
el crecimiento (estabilidad macroeconómica y efectos sobre la inversión en capital).
•• Importantes rendimientos de la educación.
•• Elevados rendimientos de la inversión en i+d.
•• Reducidos efectos del crecimiento demográfico.
•• Reducción de la tasa de crecimiento por la desigualdad en la distribución del ingreso.
•• El desarrollo de los mercados financieros (acceso)
favorece el crecimiento económico.
En aras de puntualizar las diferencias entre las teorías del crecimiento exógeno y endógeno, cabe señalar
la postura conciliadora de algunos autores que han seguido la línea de trabajo de la teoría del crecimiento
endógeno, al considerar que sus modelos son solo complementarios al modelo estándar de Solow (1957) más
que una nueva propuesta teórica. Esto se debe a que la
acumulación de capital físico continúa siendo un factor explicativo del crecimiento, a la vez que se constituye en un incentivo para incorporar otras variables y
fortalecer los supuestos básicos que sustentan el trabajo seminal neoclásico.
De manera precisa, en el enfoque endógeno, a diferencia de los modelos exógenos, se considera que el crecimiento es un proceso endógeno al sistema económico
y que dentro del proceso productivo el cambio tecnológico se genera como una respuesta al funcionamiento
del libre mercado. En efecto, este nuevo planteamiento
que pretende modificar algunos de los supuestos esenciales del modelo de crecimiento exógeno, se concreta
en las siguientes diferencias (Hernández, 2002, p. 96):
•• Enfatiza el capital humano y el comercio internacional como principales factores que explican el crecimiento, en relación con la inversión en el capital
físico.
•• Asume la generación endógena del progreso técnico; es decir, el progreso técnico como un factor
productivo determinado dentro del propio sistema.
•• Explicita los efectos de learning by doing en la producción de bienes intensivos en tecnología y aquellos derivados de la expansión del sector exportador.
•• Invierte el papel de los rendimientos decrecientes
del modelo exógeno; en este sentido, hace hincapié
en la “ley de los rendimientos crecientes”.
•• Considera que el nivel de ingreso per cápita puede
crecer sin límites dependiendo del nivel de inversión
Perspectivas sobre el crecimiento y el desarrollo
15
Macroeconomía de corto plazo
Mercado financiero
Factores
externos
Gasto en infraestructura
Inversión capital
físico
Calidad del estado
Desigualdad
PTF
Crecimiento
económico
Capital humano
Apertura económica
Transición demográfica
Gasto
en investigación y
desarrollo
Factores políticos y sociales
Capital social
Seguridad democrática
Figura 1. Principales interrelaciones entre los determinantes del crecimiento económico
Fuente: Morán, 2001
en investigación tecnológica, por lo que las economías ricas y pobres no tienden a la convergencia.
La teoría del crecimiento endógeno implica un
comportamiento endógeno de las variables —diferencia
de la asunción dentro del modelo solowiano—, en este
sentido, se dispone de la posibilidad de influir sobre
diversas variables y permitir que la economía tienda a
su punto de crecimiento equilibrado. Desde esta perspectiva, los países con un nivel de ingreso per cápita
más bajo, crecerán a un ritmo más elevado hasta alcanzar a los países desarrollados (correlación negativa entre ingreso per cápita y tasas de crecimiento), aunque
la evidencia empírica no ha demostrado esta hipótesis.
Un argumento utilizado para alcanzar esa convergencia consiste en incorporar en la función de producción
de los modelos de crecimiento endógeno la variable del
capital humano, con carácter complementario al capital
físico (Hernández, 2002, p. 102).
Una descripción aproximada del proceso de interrelaciones entre algunos de los factores que influyen
en el crecimiento económico se presenta en la figura 1.
En esta se puede apreciar, en algún grado, su complejidad: el crecimiento económico (en este caso, concebido
como fin) es afectado de forma directa por la productividad total de los factores (ptf), la inversión en capital
físico, el capital humano y por los gastos en investigación y desarrollo. Además, los factores directos también inciden de manera indirecta sobre el crecimiento,
por vía de su efecto sobre la ptf; en otras palabras, el
nivel de productividad se beneficia tanto por una adecuada combinación de factores como por las innova-
ciones técnicas aplicadas en el proceso de producción.
Respecto a los factores externos, estos pueden afectar directamente el crecimiento por medio de la demanda
externa o por variaciones en los términos de intercambio. Asimismo, el nivel de inversión privada y la estabilidad macroeconómica de un país pueden ser impactados
por las perturbaciones externas a través de cambios en
los flujos de capital privado y las tasas de interés. La estabilidad macroeconómica (macroeconomía de corto
plazo) representa un factor importante para crecer. Sin
embargo, existen otros factores que también son importantes para un crecimiento acelerado y sostenido, como
se muestra en la figura 1 (Morán, 2001).
Economía del desarrollo
De manera paralela al avance de las teorías del crecimiento económico neoclásico de los años treinta,
emergen las teorías del desarrollo económico. El periodo de posguerra —siglo xx— fue copioso en teorías relacionadas con el tema, aunque diferenciadas en
perspectivas y alcances. En la literatura especializada,
son importantes los trabajos de Schumpeter (1934) y
los desarrollos posteriores desde el enfoque modernizador con los modelos de economía dual en sus diferentes matices (Lewis, Fei y Ranis), hasta las corrientes
que configuran la nueva disciplina denominada economía del desarrollo, la cual focalizó la acumulación
de capital como motor del crecimiento económico. Se
destacaron Rosenstein-Rodan (1943), Nurkse (1953),
16
Desarollo regional
Lewis (1954), Rostow (1956),12 y Ranis y Fei (1961),
entre otros.
Es de subrayar que la economía del desarrollo hace
referencia a la subdisciplina que estudia el desarrollo
de los países atrasados o no industrializados, en sus
condiciones, características y políticas de desarrollo
económico. Este campo disciplinar y académico de la
economía que surgió en los años de posguerra (Hidalgo, 2000), no termina por tener un consenso entre los
distintos autores. Por ejemplo, Hicks no creía que se debía generar un instrumental analítico distinto al que se
aplica en los estudios de las economías desarrolladas,
por tratarse solo del análisis económico a cierto tipo
de países y de problemas; Lal (1983, citado por Hidalgo, 2000) defiende esta subdisciplina porque responde
a la necesidad de justificar determinadas prácticas dirigistas y proteccionistas, y Little (2000) considera que
debido al alto nivel de heterogeneidad entre los países
subdesarrollados, no tiene ningún sentido referirse a
dicho término.
Hirschman defiende la economía del desarrollo
por medio de dos argumentos: 1. Rechazo de la pretensión monoeconómica (aplicación de un mismo análisis económico a realidades radicalmente distintas) y 2.
Afirmación de la pretensión del beneficio mutuo (las relaciones entre países desarrollados y subdesarrollados
generan ventajas recíprocas). Considera que en la heterogeneidad de la economía del desarrollo, los distintos
enfoques delimitan cada uno de estos elementos definitorios; por ejemplo, mientras que las teorías estructuralistas y neomarxistas rechazan de forma contundente el
primero, las teorías neoliberal y neomarxista aceptan el
segundo (Hirschman, 1984, citado por Hidalgo, 2000).
Desde los años noventa se viene produciendo una
relativa aproximación de las distintas corrientes alrededor de la economía del desarrollo, toda vez que las
ideas-fuerza de cada una de ellas han alcanzado cierto
reconocimiento (estabilidad, ajuste estructural, intervención del Estado, inversiones sociales y prioridades
meritorias, entre otras). Lo anterior no significa que
se haya logrado la homogeneidad de la subdisciplina,
pero sí un avance en el camino hacia lo que Seers (1979)
denominó “estudios de desarrollo” como fase previa
hacia la economía política del desarrollo, en la que el
análisis económico y la economía aplicada se complementen y favorezcan acercamientos a otras disciplinas
(Hidalgo, 2000).
12
“Etapas de Rostow”: tradicional, transición, despegue, madurez, y
consumo de masas.
Memorias / Volumen 11, Número 19 / enero - junio 2013
Específicamente, en los años sesenta América Latina se convirtió en la fuente primaria de los avances
teóricos del referido enfoque de la dependencia, como
una crítica y revisión al pensamiento neoclásico (ortodoxo). El resultado de este proceso fue la elaboración de
la teoría de la dependencia y del estructuralismo latinoamericano. Luego aparecieron otras subcorrientes en
versión no marxista y marxista, la mayoría de las cuales fueron sepultadas por la historia (Boisier, 2007a).
Como corriente teórica, el estructuralismo latinoamericano fue iniciado por la Comisión Económica para
América Latina (Cepal) y su exponente más representativo fue Prebisch (1948), quien enfatiza la industrialización a partir de una concepción integral del desarrollo
en la que considera las categorías básicas del crecimiento, la acumulación, el cambio estructural, el progreso
tecnológico y la distribución del ingreso en el largo plazo (Rodríguez, 2001; citado por Moncayo, 2008). La teoría de la dependencia de Prebisch identifica los diversos
factores que limitan el desarrollo de los países del tercer
mundo. Desde esta perspectiva, se señala que el comercio internacional agrava la pobreza de los países periféricos de diferentes maneras, especialmente por medio de
los términos de intercambio desigual.
Boisier (2001), en referencia a Seers (1979) —quien
a finales de los años sesenta provocó una verdadera revolución en materia de desarrollo con su conocido artículo
acerca del significado de ese término— dice: “fuertemente inspirado en el pensamiento de Gandhi, Seers
sostiene que ‘debemos preguntarnos a nosotros mismos
acerca de las condiciones necesarias para la realización
del potencial de la personalidad humana, algo comúnmente aceptado como objetivo’” (p. 2).
A partir de esta pregunta, Seers apunta a tres condiciones básicas para el desarrollo personal: la primera
es la alimentación, como una necesidad absoluta (inmediatamente traducida a pobreza y a nivel de ingreso); la segunda es el empleo, y la tercera es la igualdad,
entendida como equidad. Aquí ya se introduce un elemento subjetivo e intangible, puesto que el concepto de
equidad tiene tales dimensiones.
Aproximación conceptual al desarrollo
El término desarrollo13 ha tenido múltiples significados,
siempre relacionados con la idea de mejora o de progreso. Como señala Nisbet (1981), si bien el desarrollo ha
13
Desarrollo: permite que una cualidad se manifieste a plenitud.
Perspectivas sobre el crecimiento y el desarrollo
sido un componente importante en la historia (de lo que
se conoce así como Occidente y que se tiende a confundir con lo universal), se ha convertido en la idea central
para la organización de la vida de la gente en todo el
mundo en la segunda mitad del siglo xx. En consecuencia, el desarrollo es hoy una institución que se ha extendido por todo el mundo, desde los centros de dominio
de Occidente al resto del planeta, en los escasos años que
nos separan de la Segunda Guerra Mundial (Roberston,
1984, citado por Casaús y Gimeno, 2000).
En este sentido, la conceptualización del desarrollo
evoluciona y se transforma de acuerdo con los cambios
de la sociedad: los países, regiones y localidades dan
solución a nuevos problemas y las innovaciones y el
conocimiento se difunden por las distintas instituciones socioeconómicas. Esto sucedió con los fenómenos
del último tercio del siglo xviii en Europa occidental
(Revolución Industrial y formación y expansión de los
mercados nacionales) y con los de comienzos del siglo
xx (innovaciones tecnológicas —revolución eléctrica—, aumento del comercio mundial, transformación
de la actividad productiva, incremento internacional de los flujos de capitales, conformación de bloques
económicos y expansión de las empresas transnacionales y multinacionales). Esos acontecimientos históricos moldearon el pensamiento tanto de los primeros
economistas clásicos (Smith, Ricardo, Marx) como de
Schumpeter, Young y Ramsey, entre otros.
Entonces, definir el desarrollo14 se torna ciertamente complicado debido a la generosidad de significados e interpretaciones, cada una de las cuales se ha
abrogado una porción de autenticidad afianzándose
en las teorías y los argumentos que demuestra a su favor. Fue el caso del campo económico en que el análisis
cuantitativo enfatizó su uso en la medición del crecimiento del pib, la industrialización o el progreso tecnológico, en contraste con una valoración que subraya
aspectos cualitativos como oportunidades creativas, libertad individual y armonía paisajística. Boisier (1999)
manifiesta que la dificultad para reflexionar sobre la naturaleza subjetiva, axiológica, compleja —del desarro14
Escobar (1995) muestra el carácter desigual de las fuerzas que
pugnan por imponer sus significados y revela los mecanismos sutiles
mediante los cuales se construyen las formas hegemónicas de significación (y sus prácticas). Williams (1983) indica que el lenguaje y los
conceptos son construcciones sociales históricas. En consecuencia, el
término desarrollo se debe considerar no como una descripción objetiva
de la realidad, sino como un concepto polisémico cuyos significados son
el resultado de la tensión y lucha entre las acepciones que los diferentes
grupos sociales pugnan por imponer en función de sus intereses, contribuyendo así a definir, y a construir, la realidad.
17
llo— lleva a “cosificar” el concepto para aprehenderlo
con mayor facilidad y, en tal caso, la cuantificación resulta inevitable. Así, se confundirá el “desarrollo” con
más objetos materiales (más casas, más caminos, más
escuelas, más hectáreas de tal o cual cultivo) y rara vez
se admite que lo que interesa es cambiar y mejorar situaciones y procesos.
En esta línea de análisis, Restrepo y Espinel (1996,
p. 236) puntualizan:
El desarrollo no es, como se ha querido presentar en
ocasiones, un valor universal, aplicable a todos los hombres y culturas, sino una producción ideológica y valorativa de Occidente en un momento muy concreto de su
historia. Encierra esta noción muchas imágenes idealizadas, evocadoras de expansión y crecimiento, que le
dan una connotación ambigua, permitiéndole expresar
casi cualquier idea que para el hombre occidental tenga connotaciones positivas: riqueza, libertad, felicidad,
autonomía. Es pues una de esas palabras de uso común,
cargadas de ideología y con una fuerza semántica de
significados dinamizadores y movilizadores.
Crecimiento y desarrollo endógeno
Boisier (2007b) clarifica los conceptos de crecimiento
y desarrollo en los siguientes términos: son dos conceptos, dos procesos y dos estados temporales estructuralmente distintos, material el primero, intangible el
segundo. Ambos se articulan desde una dependencia
no lineal ni jerárquica. El autor propone de manera hipotética una relación dinámicamente compleja, como
un rizo matemático (loop); por ello, no acepta —ni ética ni científicamente— la postura de que el crecimiento precede necesariamente al desarrollo, y de que este
sería algo así como un “goteo” o “chorreo” del primero.
De manera articulada con esta visión crecimientodesarrollo, Boisier argumenta la idea de endogeneidad.
Para él, este término significa una capacidad:
•• Autonómica del territorio para hacer sus propias
opciones de desarrollo (tradiciones, cultura, creación de visión propia) en un necesario marco descentralizado (cruce de una oferta descentralizadora
desde el Estado y de una demanda de descentralización planteada por el territorio socialmente organizado).
•• Propia del territorio para reinvertir una parte del
excedente económico autogenerado (sostenibilidad
al propio crecimiento y diversificación de la base
18
Desarollo regional
material para menguar vulnerabilidad a fluctuaciones del mercado).
•• Generadora de innovaciones que sustentan, más
que economías de escala, cambios estructurales
(sistema de ciencia y tecnología).
•• Generadora de una identidad de cultura territorial
(asociación del ser colectivo con el territorio).
De esta manera, la capacidad endógena de un territorio se encuentra en un espacio delimitado por cuatro planos: político, económico, científico y cultural
(Vázquez, 1993 y 1999).
Al poseer un carácter histórico concreto, la capacidad endógena provoca que tanto cuantitativa como
cualitativamente sea diferente para los distintos países o regiones. Sin embargo, desde el punto de vista
conceptual, constituye la capacidad de generar una
determinada cantidad de riqueza (material, humana,
cultural o espiritual), que garantice la elevación del
bienestar actual y del progreso que va a dar respuesta futura al crecimiento de la población, de las necesidades, y a retroalimentar el propio proceso de cambio
de manera continua y sostenible (González, Martínez
y Montejo, 2002).
Desde esta perspectiva, las fuentes de desarrollo
(exógena y endógena) se pueden resumir de manera
correspondiente en: 1. Potencial del sistema territorial,
a través de la corriente de riqueza (histórica, cultural,
humana, tecnológica, económica, institucional y material), que viniendo desde fuera del sistema nacional o
territorial, se integra a este y es utilizado para ampliar el
bienestar en el territorio; 2. Sistema capaz de generar o
incrementar el desarrollo desde dentro, gracias a la coherencia de su organización, que le permite aprovechar
toda la sinergia desplegada y que se encuentra latente
en su capacidad interna (Vázquez, 2000).
La interpretación que Boisier (2007) hace en torno a las teorías del crecimiento endógeno neoclásico,
se resume, en buena medida, en la figura 2a. El alcance
del crecimiento económico subnacional (regional/local) como un proceso intencionalmente exógeno, desde
el lugar donde se encuentran los agentes quienes toman
decisiones relevantes para el crecimiento territorial —
promoción del progreso económico y social—. Por su
parte, Vásquez (1999) afirma que los modelos de crecimiento endógeno se diferencian de las teorías del desarrollo endógeno en el tratamiento que dan a la cuestión
de la convergencia.
La figura 2b muestra el desarrollo como un proceso necesariamente endógeno; además recoge los sub-
Memorias / Volumen 11, Número 19 / enero - junio 2013
Proyecto
nacional y
ordenamiento
territorial
Política
económica
nacional
Demanda
externa
Crecimiento con
cambio rotativo
Acumulación
de proceso
técnico
Acumulación
de capital
Acumulación
de capital
humano
Figura 2a. Crecimiento territorial exógeno
Fuente: Boisier, 2007
Subsistemas que
definen complejidad
territorial
Autonomía
Reinversión
Renovación
Identidad
Una propiedad
emergente de un
sistema territorial
altamente sinergizado
Potencial de
crecimiento
económico
Actitud mental
colectiva positiva
Figura 2b. Desarrollo territorial endógeno
Fuente: Boisier, 2007
sistemas internos al sistema territorial y que definen su
nivel de complejidad y, por tanto, su potencialidad de
desarrollo. Desde esta visión, el territorio deviene en
agente de transformación y trasciende la “perspectiva
convencional” de mero soporte de los recursos y de las
actividades económicas; por tanto, los distintos actores
del territorio, incluyendo las empresas, interactúan dinámicamente en procesos organizados para desarrollar
la economía y la sociedad.
Todavía es necesario agregar que el desarrollo, ya
definido a priori como un proceso endógeno, requie-
Perspectivas sobre el crecimiento y el desarrollo
re precisamente que se despliegue su propia capacidad
endógena. La propiedad de “endogeneidad” asignada
al desarrollo se expresa en cuatro planos que deben ser
potenciados y articulados entre sí.
“Endogeneidad” y modelos de
desarrollo endógeno15
Desde los inicios de los años ochenta aparece la teoría
del desarrollo endógeno.
Esta interpretación surge de la confluencia de dos
líneas de investigación: una, que nace como consecuencia del intento de encontrar una noción de desarrollo que permitiera actuar para lograr el desarrollo
de localidades y territorios retrasados (Friedmann y
Douglas, 1978; Stöhr, 1981); y otra, que aparece como
consecuencia del análisis de los procesos de desarrollo industrial endógeno en localidades y regiones del
sur de Europa (Becattini, 1979; Brusco, 1982; Fua,
1983; Garofoli, 1983; Vázquez Barquero, 1983). Esta
interpretación se fortalece con el “descubrimiento”
de formas más flexibles en la organización territorial
de la producción (Piore y Sabel, 1984; Scott, 1988), la
incorporación de las redes de empresas y de las redes
de actores en el análisis económico de los territorios
(Johannisson, 1995; Hakansson y Johanson, 1993), la
comprensión de que la innovación obedece a un proceso evolutivo (Dosi, 1988; Maillat, 1995), y el reconocimiento de que los componentes socioculturales e
institucionales tienen un valor estratégico en los procesos de desarrollo (Fua, 1983; North, 1981 y 1986)
(Vásquez, 2007, p. 186).
Calderón (2008) reseña una breve panorámica clarificadora para identificar tres corrientes fundamentales dentro de los enfoques conceptuales del desarrollo
territorial endógeno: los enfoques teóricos (los de
bottom up, el enfoque de los posicionamientos agropolitanos y el enfoque de la movilización del potencial
endógeno. Por otra parte están los denominados enfoques empíricos (derivados de las experiencias exitosas
y reflexiones académicas surgidas en la escena europea
occidental a partir de los procesos de reestructuración
económica y social escenificados en la década de los
ochenta como respuesta a las sucesivas crisis económicas de los setenta y al agotamiento del modelo fordista
de organización socioeconómica).
15
Endógeno: endo, dentro; geno, origen. Desarrollo endógeno: alcanzar a plenitud una cualidad desde adentro.
19
Según Peña (2006), el desarrollo endógeno surge no tanto como una teoría del desarrollo o del crecimiento, sino como un nuevo paradigma del desarrollo o
una aproximación territorial al desarrollo. Para Vázquez
(1999) se trata de un paradigma alternativo al desarrollo exógeno y todas las contradicciones, imposiciones y
desequilibrios que introduce en las localidades, y afirma
que el desarrollo endógeno implica actores económicos,
sociales e institucionales, los cuales están y entre quienes
se establecen un sistema de relaciones productivas, comerciales, tecnológicas, culturales e institucionales, que
pueden contener elementos innovadores que en últimas
favorecen el cambio. Y por lo tanto afirma: “El desarrollo endógeno puede entenderse como un proceso de crecimiento económico y cambio estructural, liderado por
la comunidad local utilizando el potencial de desarrollo,
que conduce a la mejora en el nivel de vida de la población” (Vázquez 1999, p. 32).
En cuanto a las dimensiones, Vásquez (1999) identifica al menos tres dimensiones importantes del desarrollo endógeno: económica, sociocultural y política.
Asimismo, reconoce que otras importantes dimensiones transversales del proceso son determinantes para
una adecuada adaptación y adopción de un proceso de
desarrollo endógeno: equidad (en todas sus expresiones y manifestaciones), ambiental y poblacional o demográfica.
Respecto a las variables claves del proceso, concebidas como aquellas condiciones que forman parte del
desarrollo local endógeno, Vázquez (2000) indica las
siguientes:
•• Territorialidad. Construcción social multidimensional (realidad socioespacial).
•• Solidaridad. Confianza y cooperación. La confianza es necesaria para establecer redes territoriales o
empresariales, y sistemas productivos locales (Vázquez, 1999).
•• Poder local. Relacionado con la identidad y la participación, con conciencia —comunidad con sentido
de pertenencia e identidad histórica.
•• Innovación. Cambios permanentes del entorno
motivados por transformaciones tecnológicas, variaciones del mercado nacional e internacional y
políticas públicas.
•• Marcos de referencia estables. Coherencia entre la
institucionalidad y los marcos legal y de políticas
—articulación compleja del desarrollo endógeno
local, regional y nacional, con lo global.
20
Desarollo regional
El crecimiento económico es un proceso en evolución que se afecta por las circunstancias de la incertidumbre y el azar, sujeto al cambio de las condiciones de
mercado y a las decisiones de inversión; en este caso, las
decisiones inversoras (empresas) consideran sus capacidades y los recursos específicos del territorio en el que están localizadas; de esta manera, el análisis del crecimiento
económico se conjuga desde la perspectiva territorial. El
desarrollo endógeno se traduce entonces en una interpretación de la percepción y el análisis de una realidad compleja que caracteriza los territorios de países, regiones y
ciudades y produce una estrategia para la acción enriquecida por la convergencia de visiones, teorías y enfoques de
la política de desarrollo16 (Vásquez, 2005).
En síntesis, el desarrollo endógeno implica, entre
otros, considerar una serie de elementos determinantes
de la endogeneidad productiva de carácter socioeconómico, tecnológico, político e institucional, tales como la
asignación estratégica y ponderada de inversión y reinversión del excedente productivo en los sectores claves
del territorio; la implementación de procesos de eslabonamientos “hacia delante” y “hacia atrás”, de tal forma que permita densificar, diversificar y promover el
valor agregado del sistema productivo; la articulación
dinámica de las pymes y de estas con empresas grandes comprometidas en proyectos productivos de largo
plazo; la creación de capital humano que pueda sincronizar las dinámicas empresariales y académicas regionales en los procesos de investigación e innovación
tecnológica y la consolidación institucional que asegure las fuerzas y poderes locales-regionales a favor de la
acumulación de capital en sentido extenso.
¿Dualidad entre “lo exógeno” y
“lo endógeno” con referencia al
crecimiento y el desarrollo en un
contexto global?
En la ciencia económica, las nociones de endógeno y
exógeno se encuentran asociadas con la pertenencia
16
El desarrollo es un proceso complejo que propende por la asignación eficiente de los recursos en sentido lato, la equidad en la distribución del ingreso (riqueza), la estabilidad del empleo y del mercado de
trabajo, la igualdad de oportunidades y resultados de calidad de vida y la
satisfacción de las necesidades presentes y futuras de la población. El desarrollo no es sinónimo de crecimiento. Mientras este último representa
el aumento del cúmulo de riqueza, generada por los agentes económicos
instalados en un país o región, el desarrollo significa el resultado de una
mejor distribución de la riqueza y su utilización social y ambiental en
beneficio del conjunto de la población de este país o región.
Memorias / Volumen 11, Número 19 / enero - junio 2013
o no de las “variables y categorías fundamentales”;
por ejemplo, las variables endógenas que integran la
dimensión metodológica propia de su estatuto científico como la inversión, la producción, el consumo,
el ingreso, el ahorro, la inflación, el crecimiento, entre otras, son consideradas como propias o ajenas en
el contexto de la teoría económica. Asimismo, asume
como variables exógenas aquellas que se ubican fuera del análisis propiamente económico, tales como los
valores, sentimientos y motivos de las personas, la tasa
de crecimiento demográfico o de natalidad y las organizaciones, entre otras, presentes en los planos real y
praxeológico. Su exclusión del campo analítico de la
teoría económica es explicada con el argumento de no
pertenencia estricta a la disciplina (Mas, 2005).
Además del enfoque tradicional de la teoría económica que dispone la noción de lo endógeno y exógeno
como variables propias o ajenas de esta disciplina científica, a simple vista, lo endógeno se devela como aquello que “se encuentra dentro de”, y, como contrapartida
semántica, lo exógeno aparece como lo que “se encuentra fuera de” (Mas, 2005).
Esta aproximación físico-espacial, acompañada
del conjunto de relaciones que se dan entre los elementos intervinientes de lo endógeno y exógeno, articula
una perspectiva con nuevas relaciones entre las ideas
de tenencia, propiedad y frontera (frontera que expresa
el límite que separa las dos partes del espacio-territorio
determinado). No obstante, el límite entre lo endógeno y lo exógeno trasciende el problema de propiedad
o tenencia y de espacio físico, “se trata de un límite de
capacidad de utilización y creación de los medios para
lograr satisfacer necesidades bajo amplios esquemas de
absorción social” (Mas, 2005, p. 7).
Desde esta perspectiva, lo endógeno se interpreta
como “poder innato para ser y crear” (poder transformacional emanado de una comunidad, una región o un
país); expone capacidad en acción para el cambio mediante la articulación de medios y fines, de empresas y
personas —de adentro y de afuera—. De este modo, las
nociones de endógeno y exógeno no se agotan en límites espaciales o cronológicos.
Para Vásquez (1999, citado por Castellano, 2005), el
logro del desarrollo endógeno se basa en tres mecanismos: 1. Las redes; 2. La innovación y 3. El apoyo urbano.
El primer mecanismo hace referencia a aquellas
redes que establecen las empresas por medio de alianzas estratégicas entre productores, y al fomento de distritos industriales en los que puedan aprovecharse las
economías de aglomeración (clúster).
Perspectivas sobre el crecimiento y el desarrollo
El segundo se refiere a la innovación, es decir,
existencia de entornos innovadores en los que se crea
y potencia toda una serie de estímulos ambientales al
desarrollo y la aplicación de nuevas ideas para el aprovechamiento y la multiplicación de ventajas presentes
y futuras.
El tercero tiene que ver con un ambiente urbano
capaz de generar un mínimo de economías de aglomeración y escala y servir de base al desarrollo endógeno
de sí mismo y de su área de influencia inmediata, sirviendo de interfase con los procesos de globalización.
Una nueva acepción de “desarrollo endógeno” aparece de la mano del concepto de crecimiento endógeno,
propio de los nuevos modelos de crecimiento económico global o agregado que hacen de la innovación tecnológica un fenómeno interno a la propia función de
producción, como en Lucas y en Romer, dejando en el
pasado la concepción neoclásica del “factor residual”
de Solow, como lo muestra Vázquez (1997). Esto ha introducido una considerable confusión, puesto que los
calificativos de “exógeno” y “endógeno” juegan un papel muy diferente a medida en que se desciende en la
escala territorial. Boisier (1997b) ha mostrado que en el
contexto de la globalización (y de alta movilidad espacial del capital) el crecimiento territorial es más y más
exógeno (como regla general) a medida que el recorte
territorial es más y más pequeño, debido a que la matriz de agentes que controlan los actuales factores de
crecimiento (acumulación de capital, acumulación de
conocimiento, capital humano, política económica global, demanda externa) tiende a separarse más y más de
la matriz social de agentes locales, siendo los primeros
en su mayoría agentes residentes fuera del territorio en
cuestión. Por el contrario, sostiene el mismo autor, el
desarrollo debe ser considerado como más y más endógeno, debido a su estrecha asociación con la cultura
local y con los valores que ella incluye. Si el desarrollo
es un fenómeno de alto contenido axiológico, algunos
valores son universales (el valor de la vida, o el de la libertad, por ejemplo), pero la mayoría tienen un carácter particular a la sociedad local.
Conclusiones
El término desarrollo ha tenido múltiples significados, siempre relacionados con la idea de mejora o de
progreso. Si bien el desarrollo ha sido un componente
importante en la historia (de lo que se conoce como
Occidente y que se tiende a confundir con lo univer-
21
sal) se ha convertido en la idea central en la organización de la vida de la gente en todo el mundo en la
segunda mitad del siglo xx. Siempre manteniendo en
el horizonte la mejora de las condiciones de vida de la
gente, los gobiernos y las instituciones internacionales
ligadas al sistema de Naciones Unidas y a las naciones
más ricas, se han comprometido con programas y proyectos, han movilizado importantes sumas de dinero,
han creado nuevas instituciones, nuevas calificaciones
profesionales, nuevos campos de la aplicación de las
disciplinas científicas. Como consecuencia, el desarrollo es hoy una institución que se ha extendido por todo
el mundo desde los centros de dominio de Occidente
al resto del planeta en los escasos años que nos separan
de la Segunda Guerra Mundial.
Durante los años cincuenta y sesenta, la teoría de
crecimiento económico propuesta por Harrod y Domar prevaleció como instrumento básico de análisis de
la realidad de los países industriales; a fines de los sesenta, se impuso el modelo neoclásico de Solow, el cual
dominó en los dos decenios posteriores. En los noventa
surgió y se instaló la teoría endogenista o “nueva teoría
del crecimiento”. Romer y Lucas fueron los pioneros de
esa corriente endógena del crecimiento. Romer afirma
que esta corriente considera que “el crecimiento económico es un resultado endógeno del sistema económico
y no el resultado de fuerzas externas”. Romer presentó
un modelo de crecimiento de largo plazo, impulsado
principalmente por la acumulación de conocimientos.
En estas posiciones teóricas, el crecimiento del ingreso
per cápita no está explicado por un cambio tecnológico exógeno; asimismo, Romer está en contra de algunas
implicaciones importantes del modelo neoclásico “tradicional” o “estándar”, aunque se inspira en él y en autores neoclásicos como Ramsey, Solow, Uzawa, Arrow,
Cass y Koopmans, entre otros.
La tesis de Romer adquiere gran significancia, entre otras, por las siguientes razones: a) abandona el
supuesto de los rendimientos decrecientes y retoma
las posiciones clásicas de rendimientos crecientes; b)
comparte las externalidades marshallianas y el enfoque “Learning by Doing” de Arrow.; c) enfatiza el crecimiento económico “como resultado endógeno del
sistema económico y no como resultado de fuerzas externas”; d) presenta un modelo de crecimiento de largo
plazo, impulsado principalmente por la acumulación
de conocimientos (knowledge); e) considera el conocimiento como insumo con productividad marginal —o
rendimiento— creciente y con efectos positivos externos (spillovers).
22
Desarollo regional
En relación con los temas del desarrollo endógeno, son relevantes los conceptos y proposiciones de dos
autores de gran reconocimiento en la literatura del desarrollo regional y local: Antonio Vásquez y Sergio Boisier. El primero entiende que el desarrollo endógeno
es un proceso de crecimiento económico y cambio estructural que conduce a una mejora del nivel de vida
de la población local, en el que se pueden identificar, al
menos, dos dimensiones: una económica, en la que los
empresarios locales usan su capacidad para organizar
los factores productivos locales con niveles de productividad suficientes para ser competitivos en los mercados; otra, sociocultural, en la que los valores y las
instituciones locales sirven de base al proceso de desarrollo. La estrategia de desarrollo local debe considerar
otra dimensión más, la político-administrativa, en la
que las políticas territoriales permiten crear un entorno económico local favorable, protegerlo de las interferencias externas y favorecer e impulsar el desarrollo
del potencial local.
El segundo autor plantea el interés de precisar el
concepto de lo endógeno, por medio de la “endogeneidad del desarrollo regional”, la cual ha de ser interpretada como un fenómeno que se presenta en por lo menos
cuatro planos interrelacionados, a saber: político, económico, científico y tecnológico y cultural.
Se ha precisado que el desarrollo endógeno es un
punto de convergencia de distintas posturas del desarrollo articuladas alrededor de un enfoque teórico y una
política pública. La piedra angular de este argumento
constituye el fundamento del carácter territorial en los
procesos de cambio estructural y crecimiento, considerando las particularidades de los entornos locales.
Las instituciones, los factores productivos y las dotaciones territoriales que sustentan el desarrollo, son
específicos y sus posibilidades de realización dependen, entre otros aspectos, de las “leyes” que orientan y
administran los procesos de crecimiento y distribución
del ingreso. De este modo, el desarrollo endógeno facilita la aplicación de estrategias y políticas que los líderes
y organizaciones comunitarias de un territorio determinado pueden implementar en beneficio de las oportunidades que presenta la regionalización del mundo.
La visión dinámica del desarrollo es una interpretación que orienta las estrategias y los procesos de
transformación de la sociedad, concebida en sentido
extenso; por ello, los diferentes enfoques del desarrollo endógeno tienen un carácter complementario, de
acuerdo con las especificidades intra e interregionales.
En efecto, cualesquiera que sean los énfasis y matices
Memorias / Volumen 11, Número 19 / enero - junio 2013
de los distintos enfoques que se adopten, las políticas
de desarrollo tienen que ejecutarse en la dirección y
el sentido que indican sus dotaciones de factores socioeconómicos, ambientales, institucionales y culturales articulados en una compleja red de relaciones y en
torno de un proyecto de desarrollo dado en cada localidad territorial. Por tanto, la política de desarrollo endógeno sostiene que las iniciativas de desarrollo difieren
entre espacios y territorios.
El Estado debe acoger y priorizar en su agenda de
desarrollo los principales problemas del territorio de
manera integral, implementar novedosos instrumentos
funcionales y efectivos multisectoriales que pueden enfrentar su complejidad; solo así, se puede esperar que
haya discusión y consenso de las políticas de ordenamiento territorial y transformación de la agenda política del desarrollo regional.
Referencias
Arrow, K. (1962). The economic implications of learning by
doing. Recuperado de http://ssrn.com/abstract=150634
Barro, R. (1990). Government Spending in a Simple Model
of Endogenous Growth. Journal of Political Economy,
98(5), II.
Barro, R. y Sala-i-Martin, X. (1995). Economic Growth. New
York: McGraw-Hill.
Becattini, G. (1979). Dal settore industriale al distretto industriale: alcune considerazione sull’unita di indagine
dell’economia industriale. Rivista di Economia e Politica
Industriale, 1(7), 21.
Boisier, S. (1997). El vuelo de un cometa: Una metáfora para
una teoría del desarrollo territorial. Serie Ensayos. Documentos 97/37. Santiago de Chile: Cepal.
Boisier, S. (1999). Teorías y metáforas sobre el desarrollo territorial. Santiago de Chile: Universidad de Talca.
Boisier, S. (2000). Desarrollo local: ¿de qué estamos hablando? Recuperado de http://www.forodac.org.bo/upload/637.pdf
Boisier, S. (2001). Desarrollo local: ¿de qué estamos hablando?
Recuperado de http://www.franciscohuertas.com.ar/
wp-content/uploads/2011/04/boisier-Desarrollo-localde-qu%C3%A9-estamos-hablando.pdf
Boisier, S. (2004). Desarrollo territorial y descentralización:
El desarrollo en el lugar y en las manos de la gente. Recuperado de www.scielo.cl/pdf/eure/v30n90/art03.pdf
Boisier, S. (2007a). Territorio, Estado y sociedad en Chile. La
dialéctica de la descentralización: entre la geografía y la
gobernabilidad. (Tesis doctoral). Universidad de Alcalá
de Henares, España.
Perspectivas sobre el crecimiento y el desarrollo
Boisier, S. (2007b). América Latina en un medio siglo
(1950/2000): El desarrollo, ¿dónde estuvo? Oidles, 1(1).
Recuperado de http://www.eumed.net/rev/oidles/01/
Boisier-01.htm
Brusco, S. (1982). The Emilian model: productive decentralization and social integration. Cambridge Journal of
Economics, 6, 167-184.
Calderón Vázquez, F. J. (2008). Thinking on development: enfoques teóricos y paradigmas del desarrollo, Recuperado
de www.eumed.net/libros/2008b/409/
Casaús, M. y Gimeno, J. (2000). Desarrollo y diversidad cultural en Guatemala. Guatemala: aeci. aeci Universidad
Autónoma de Madrid. Recuperado de http://books.
google.com/books/about/Desarrollo_y_diversidad_
cultural_en_Guat.html?id=mNcMAAAAYAAJ; books.
google.com › Social Science › Anthropology › General
Cass, D. (1965). Optimum growth in an aggregative model
of capital accumulation. Review of Economic Studies,
32(3), 233-240.
Castellano, H. (2005). La planificación del desarrollo sostenible. Caracas: Centro de Estudios del Desarrollo, Universidad Central de Venezuela, Cendes.
Chavarría, G., Fonseca, M., Martínez, O. y Morales, D.
(2011). Manual introductorio a las teorías del crecimiento económico. Recuperado de www.eumed.net/
libros/2010e/824/
Chirinos, R. (2007). Determinantes del crecimiento económico: Una revisión de la literatura existente y estimaciones para el periodo 1960-2000. Serie de Documentos
de Trabajo. Perú: Banco Central de Reserva del Perú.
dt. N° 013.
Cotte, A. y Cotrino, J. (2006). Crecimiento económico y distribución del ingreso en Colombia: evidencia sobre el
capital humano y el nivel de educación. Cuadernos de
Administración, 19(32), 337-356.
Domar, E. (1946). Capital Expansion, Rate of Growth and
Employment. Econométrica, 14(2), 137-147. Recuperado de http://www.jstor.org/stable/1905364
Dosi, G. (1988). Sources, procedures and microeconomic
effects of innovation. Journal of Economic Literature,
36, 1126-1171.
Escobar, A. (1995). El desarrollo sostenible: diálogo de discursos. Ecología Política, 9, 7-25.
Escribano, G. (2011). Teorías del desarrollo económico, ned.
Recuperado de www.uned.es/deahe/.../gescribano/teorias%20desarrollo%20oei.pdf
Friedmann, J. y Douglas, M. (1978). Agropolitan development:
toward a new strategy for regional planning in Asia. En
F. Lo y K. Salih (Eds.), Growth Pole Strategy and Regional
Planning Development Policy. Oxford: Pergamon.
23
Fuá, G. (1983). L’industrializzazione nel nord est e nel centro.
En G. Fuá y C. Zachia (Eds.) Industrializzazione senza
fratture. Bologna: Il Mulino.
Galindo, M. (2004). Crecimiento económico: Tendencias y
nuevos desarrollos de la teoría económica. Castilla de la
Mancha: Universidad de Castilla-La Mancha.
Gallego, F. y Johnson, C. (2001). Teorías y métodos de medición del producto de tendencia: una aplicación al caso
de Chile. Economía Chilena, 4(2), 27-58.
Garofoli, G. (1983). Le aree sistema in Italia. Politica ed Economia, 11. 7-34.
González, R., Martínez, A. y Montejo, R. (2002). La gestión del desarrollo regional en Cuba. Un enfoque desde la endogeneidad. Economía, Sociedad y Territorio,
III(012). Recuperado de http://redalyc.uaemex.mx/
pdf/111/11112306.pdf
Hakansson, H. y Johanson, J. (1993). The network as a governance structure. Interfirm cooperation be-yond
markets and hierarchies. En G. Grabher (Ed.) The Embedded Firm. On the Socioeconomics of Industrial Networks. Londres: Routledge.
Harrod, R. (1939). An Essay in Dynamic Theory. Economic
Journal, 49, 14-33. Recuperado de www.jstor.org/stable/222518
Hernández, C. (2002). La teoría del crecimiento endógeno y
el comercio internacional. Cuadernos de Estudios Empresariales, 12, 95-112.
Hidalgo, A. (1998). El pensamiento económico sobre desarrollo: De los mercantilistas al pnud. España: Universidad de Huelva. Recuperado de www.belgrano.org.
elserver.com
Hidalgo, A. (2000). El cambio estructural del sistema socioeconómico costarricense desde una perspectiva compleja y
evolutiva (1800-1998). (Tesis Doctoral). Universidad
de Huelva, España. Recuperado de http://www.eumed.
net/tesis/
Hirschman, A. (1984). De la economía a la política y más allá:
Ensayos de penetración y superación de fronteras. México: Fondo de Cultura Económica.
Johannisson, B. (1995). Paradigms and entrepreneurial networks – some methodological challenges. Entrepreneurship and Regional Development, 7, 215-231.
Koopmans, T. (1965). On the concept of optimal economic
growth. En Econometric approach to development planning. North Holland: Amsterdam, and Rand McNally,
Chicago, (a reissue of Pontificie Academiae Ascientiarum Scripta Varia, Vol. XVIII, 1995), pp. 225-300.
Lal, D. (1983). The poverty of “development economics”. Institute
of Development Economic Affairs. Recuperado de http://
papers.ssrn.com/sol3/papers.cfm?abstract_id=681161
24
Desarollo regional
Lewis, A. (1954). Economic Development with Unlimited
Supplies of Labor. Manchester School of Economic and
Social Studies, 22, 139-191.
Little, D. (2000). Conceptos históricos, la ontología social y la
macrohistoria. Universidad de Michigan-Dearborn. Recuperado de www-personal.umd.umich.edu/~delittle/
Historica…
Los, B. (2001). Crecimiento endógeno y cambio estructural
en un modelo dinámico de insumo-producto. Momento
Económico, 114, 2-28.
Lucas, R. (1988). On the mechanics of economic development. Journal of Monetary Economics, 22, 3-42.
Maillat, D. (1995). Territorial dynamic, innovative milieus
and regional policy. Entrepreneurship & Regional Development, 7, 157-165.
Mas, M. (2005). Desarrollo endógeno, cooperación y competencia: una aproximación sin fronteras. Venezuela: Panapo.
Medina, E. (2010). Crecimiento endógeno: Una breve aproximación histórica. Recuperado de emiliomedina-smith.
blogspot.com/.../crecimiento-economico-una-bre
Moncayo, E. (2008). Cambio estructural: trayectoria y vigencia de un concepto. Recuperado de http://www.usta.edu.
co/otras_pag/revistas/r_cife/cife13/RC13_12.pdf
Morán, H. (2001). Crecimiento económico: aspectos teóricos y
evidencia empírica. Recuperado de www.banguat.gob.
gt/inveco/notas/articulos/envolver.asp?...5901...
Muriel, B. (2003). Desarrollo, crecimiento, la distribución del
ingreso y movilidad social: una discusión teórica (primera versión). Recuperado de www.iisec.ucb.edu.bo/pieb/
informes/AnexoA.pdf
Memorias / Volumen 11, Número 19 / enero - junio 2013
Prebisch, R. (1948). Introducción al primer estudio económico
de América Latina. Santiago de Chile: Cepal.
Ramsey, F. (1928). A Mathematical Theory of Saving. Economic Journal, 38(152), 543-559.
Ranis, G. y Fei, J. (1961). A theory of Economic Development. American Economic Review, 51, 533-565.
Rebelo, S. (1991). Long-Run Policy Analysis and Long-Run
Growth. The Journal of Political Economy, 99(3), 500521.
Restrepo, L. y Espinel, M. (1996). Semiología de las prácticas
de salud. Bogotá: Centro Editorial Javeriano ceja.
Roberston, A. (1984). People and the State. Cambridge University Press. Cambridge. En M. Casaús, y Gimeno, J.
(2000). Desarrollo y diversidad cultural en Guatemala.
Ciudad de Guatemala: aeci.
Rodríguez, A. (2001). El papel de la oit en la puesta en práctica de estrategias de desarrollo económico local en un
mundo globalizado. Desarrollo local, tejidos productivos
y formación. Recuperado de http://www.hegoa.ehu.es/
dossierra/DHL/RodriguezPoseElpapeldelaoit.pdf
Rodríguez, C. (1971). El aprendizaje por la experiencia y
la estrategia óptima de producción para la empresa.
Económica, xvii(1), 75-98. Recuperado de economica.
econo.unlp.edu.ar/.../20090401031129PM_Economica_1...
Romer, P. (1986). Increasing returns and long-run growth.
Journal of Political Economy, 94, 1002-1037.
Rosenstein-Rodan, P. (1943). Problems of Industrialization
of Eastern and South Eastern Europe. The Economic
Journal, 53(210/211), 202-211.
Nisbet, R. (1981). Historia de la idea del progreso. Bercelona:
Gedisa.
Rosenstein-Rodan, P. (1961). Notes on the Theory of the Big
Push. En Ellis-Willich (Eds.), Economic Development
for Latin America, St Martin.
North, D. C. (1981). Structure and Change in Economic History. Nueva York: W. W. Norton.
Rostow, W. (1956). The Take-Off Into Self-Sustained Growth.
The Economic Journal, 66(261), 25-48.
North, D. C. (1986). The new institutional economics. Journal of Institutional and Theoretical Economics, 142(2),
230-237.
Nurkse, R. (1953). Problems of Capital Formation in Underdeveloped Countries. New York: Oxford University Press.
O’Connor, E. (2007). Crecimiento económico: del crecimiento endógeno al nuevo rol de las políticas económicas.
Revista Cultura Económica, XXV(68), 23-28. Argentina:
Universidad Católica Argentina. Centro de Estudios de
Cultura y Economía.
Peña, A. (2006). Las disparidades económicas intrarregionales
en Andalucía. (Tesis doctoral). Recuperado de www.
eumed.net/tesis/2006/arps/1n.htm
Piore, M. y Sabel, C. F. (1984). The Second Industrial Divide.
Nueva York: Basic Books.
Sala-i-Martín, X. (1994). Apuntes de crecimiento económico.
Barcelona: Antoni Bosch.
Schumpeter, J. (1934). The Theory of Economic Development.
Cambridge, MA: Harvard University Press.
Schumpeter, J. (1951). Economic Theory and Entrepreneurial History. En R.V. Clemence (Ed.), Essays on Economic Topics of Joseph Schumpeter. Port Washington, NY:
Kennikat Press.
Schumpeter, J. (1963). Teoría del desenvolvimiento económico: Una investigación sobre ganancias, capital, crédito,
interés y ciclo económico. México: Fondo de Cultura
Económica.
Scott, A. (1988). New Industrial Spaces. Londres: Pion Ltd.
Seers, D. (1979). The Meaning of Development, with a Postscript. Development Theory, Four Critical Studies. Lon-
Perspectivas sobre el crecimiento y el desarrollo
don: Frank Cass. Recuperado de www.rrojasdatabank.
info / widerconf / Nafziger.pdf
Sen, A. (1997). From Income Inequality to Economic Inequality.
Recuperado de www.jstor.org/stable/10.2307/1060857
Smith, A. (1996). Investigación sobre la naturaleza y causas de
la riqueza de las naciones. Barcelona: Folio.
Solow, R. (1956). A Contribution to the Theory of Economic
Growth. Quarterly Journal of Economics, 70(1), 65-94.
Solow, R. (1957). Technical change and the aggregate production function. The Review of Economics and Statistics, 39(3), 312-320.
Stöhr, W. (1981). ¿Development from above or below? Recuperado de unesdoc.unesco.org / Ulis / cgi-bin / ulis.
pl...?
Swan, T. (1956). Economic Growth and Capital Accumulation. Economic Record, 32(63), 334-361.
Temple, J. (1999). The New Growth Evidence. Journal of
Economic Literature, 37(1). Recuperado de http://www.
jstor.org/about/terms.html
Toral, M. (2001). El factor espacial en la convergencia de las
regiones de la ue. (Tesis Doctoral). Recuperado de www.
eumed.net/ce/2005/ata.htm
Uzawa, H. (1965). Optimal technical change in an aggregative model of economic growth. International Economic
Review, 6, 18-31.
25
Vásquez, A. (1983). Los ajustes de la economía italiana a la
crisis económica: balance de problemas y políticas. Papeles de Economía Española, 15, 143-158.
Vásquez, A. (1993). Política económica local. La respuesta de
las ciudades a los desafíos del ajuste productivo, Madrid:
Pirámide.
Vásquez, A. (1997). La gran empresa y desarrollo endógeno.
Eure Revista Latinoamericana de Estudios Urbano-regionales, 23(70). Recuperado de http://redalyc.uaemex.
mx/src/inicio/ArtPdfRed.jsp?iCve=19607001
Vásquez, A. (1999). Desarrollo, innovación y redes: lecciones
de desarrollo endógeno. Madrid: Pirámide. Vázquez, A. (2000). Desarrollo endógeno y globalización.
eure Santiago, 26(79), 183-210.
Vázquez, A. (2001). Endogenous Development. Networking,
innovation, institutions and cities. Londres: Routledge.
Recuperado de www.yorku.ca/ishd/ledcd.sp/Links%20
BQ/V3_vazquez.pdf
Vázquez, A. (2005). Las nuevas fuerzas del desarrollo. Barcelona: Antoni Bosch.
Vázquez, A. (2007). Desarrollo endógeno. Teorías y políticas
de desarrollo territorial. Investigaciones Regionales, 11,
183-210. Recuperado de http://redalyc.uaemex.mx/src/
inicio/ArtPdfRed.jsp?iCve=28901109.
Williams, R. (1983). Keywords: A vocabulary of Culture and
Society. Nueva York: Oxford University Press.w