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LA GESTIÓN DEL DESARROLLO REGIONAL EN CUBA. UN ENFOQUE DESDE LA ENDOGENEIDAD.1 Autores: Dr. Ramón González Fontes Msc. Ana de Dios Martínez Msc. Rafael Montejo Veliz Los problemas del desarrollo han constituido, en los últimos cincuenta años, el centro de atención de políticos, estadistas, académicos y científicos de diversas partes del planeta, debido a que ha ido cobrando fuerza la idea de que en su solución se define la propia existencia de la humanidad. Esto ha provocado, que desde el punto de vista conceptual, se haya ido acumulando un notable avance en cuanto al desarrollo teórico del estudio de esta problemática, así como que, de forma práctica, se haya producido un gran arsenal de modelos y estrategias, que han pretendido dar respuestas a la misma. La Cuba de la época revolucionaria no ha sido una excepción en este sentido y los cuarenta años transcurridos a partir de 1959, han sido testigos de un notable esfuerzo en la búsqueda de soluciones a los problemas que ha ido enfrentando el país, en el establecimiento y defensa del proyecto político que se definió desde 1953 en “La Historia me Absolverá”2, y que fue rediseñándose a partir de 1961 con la declaración del carácter socialista de la revolución. Todo este período se ha caracterizado por un esfuerzo continuo, para lograr lo que se definió como el desarrollo integral del país (Carlos Rafael Rodríguez, 1983, 27), lo que se ha caracterizado por esfuerzos para solventar las graves deformaciones estructurales, heredadas tras varios siglos de dominación colonial y neocolonial. El final de la década del ochenta y toda la década del noventa, ha sido un período que para Cuba, se ha caracterizado por un notable esfuerzo para sobreponerse a una de las crisis económicas mas profunda de su historia 3, y en una búsqueda constante de soluciones a los problemas que se han ido presentando. Esta crisis tiene sus causas en la transformación del escenario político, económico y social del mundo, a partir de la desintegración de la URSS y la desaparición del Campo Socialista, el recrudecimiento del bloqueo y la guerra económica de los EE.UU, todo lo cual agotó las posibilidades del Sistema Centralizado de Dirección y Planificación de la Los autores quieren agradecer las opiniones, sugerencias y la ayuda que a la elaboración de este materiall recibimos del Dr. Carlos de Mattos. 2 Alegato de Autodefensa presentado por Fidel Castro en el juicio por el asalto al cuartel Moncada de Santiago de Cuba el 26 de julio de 1953 y que constituye el primer programa político de la época revolucionaria, conocido también como”El Programa del Moncada”. 3 Hasta 1993 el Producto Interno Bruto cubano disminuyó en un 35 % con relación a 1989. 1 1 Economía que se venía aplicando desde 1975, y que se sustentaba en las relaciones con el Consejo de Ayuda Mutua Económica (CAME). Es por ello que la actualidad constituye un momento crucial en la búsqueda de soluciones a los problemas que enfrenta el país, desde sus propias posibilidades; dado el aislamiento económico a que está siendo sometido y a la necesidad de que dichas soluciones tengan un carácter irreversible y autosostenibles. Así pues, el objetivo del presente trabajo es realizar una propuesta coherente de un conjunto de transformaciones, que pudieran contribuir a darle un mayor dinamismo a la participación de los territorios en la solución de los problemas que enfrenta el país, sobre la base de la aplicación de un nuevo enfoque para la Gestión del Desarrollo Regional en la economía cubana, desde la perspectiva que brinda la capacidad endógena de los territorios. Este nuevo enfoque implica que dicha gestión se realice desde los territorios, combinada y armonizada con la proveniente de fuentes y factores de desarrollo que emanen de las estrategias y políticas nacionales, pero sobre la base de estrategias propias que aprovechen al máximo el potencial interno y promuevan toda la capacidad endógena de desarrollo, que los territorios puedan desplegar. La síntesis conceptual que se ejecuta en este trabajo, se realiza tomando en consideración los fundamentos y mecanismos desarrollados en la teoría contemporánea del Desarrollo Endógeno, adecuadas a las realidades y exigencias del sistema socio económico cubano, sobre la base de los resultados de un conjunto de investigaciones aplicadas, realizadas por los autores, Resulta necesario aclarar que la problemática analizada y las soluciones planteadas, se han elaborado para las condiciones concretas del caso cubano, sin pretender realizar extrapolaciones a otras realidades, en las que pudieran resultar inviables; aunque sin embargo, estos resultados podrán indicar direcciones de futuras investigaciones o de posibles soluciones más generales. EL DESARROLLO Y SU GESTIÓN DESDE UNA PERSPECTIVA TERRITORIAL: Cuando se quiere estudiar la Gestión del Desarrollo de sistemas tan complejos como los territoriales4, es necesario tener presente que este proceso, como todo proceso de gestión, implica la acción conjunta de dos subsistemas que se interrelacionan e interactúan y que requieren ser definidos. De una parte tendremos el subsistema gestor o sujeto de la gestión y de otra el subsistema gestionado y que resulta el objeto de la gestión del primero. Por el momento no se asumirá una posición en cuanto a quién o quienés, son los actores que están más capacitados para asumir las funciones de subsistema gestor. Solamente se apuntará que el ejercicio de la gestión por parte del mismo se logra de 4 Cuando se habla de sistemas territoriales, se refiere a los espacios subnacionales, como un entramado de relaciones económicas y sociales ubicadas en un determinado espacio geográfico. 2 manera efectiva, en la medida que tenga una coherencia en su actuar y una postura institucional que le permita ser reconocido por el resto del sistema territorial, con capacidad de liderar el proceso de desarrollo. Más adelante analizaremos esta problemática, al menos para el caso particular de Cuba. Por otra parte se encontrará el subsistema gestionado, o sea, el desarrollo del sistema territorial, que constituye un elemento de extraordinaria complejidad, y que requiere una definición clara de los factores claves, sobre los cuales hay que incidir para lograr una adecuada gestión. La gestión del desarrollo de los sistemas empresariales ha sido ampliamente estudiada, sobre la base de su funcionamiento bajo las condiciones de los diferentes sistemas socio económicos: de Economía de Mercado o de Dirección Centralizada, y existe una amplia literatura al respecto. A diferencia del campo empresarial, no existe igual claridad cuando se trata de la Gestión del Desarrollo Regional. Esto se debe, básicamente, a que su definición y estructura conceptual está cargada de enfoques normativos que condicionan, a priori, las vías y procedimientos de gestión, y no permiten poner en claro cuales son los aspectos claves sobre los que deberá recaer, de forma prioritaria, la acción del subsistema gestor. Esta problemática es debida, fundamentalmente, a que el propio concepto de desarrollo ha llevado implícito siempre una versión sobre lo que es deseable o no que suceda para una sociedad nacional o territorial, por estar basado en principios valorativos, éticos y normativos de lo que conviene o no para el ser humano (Todarov 1984). No obstante, en los últimos años se han ido despejando cuales son los aspectos esenciales de estos procesos, independientemente del marco institucional 5 en el cual se manifiesten. Si se analizan algunas de las concepciones contemporáneas del desarrollo, se puede apreciar que han venido experimentando sustanciales cambios después de la Segunda Guerra Mundial, con una marcada tendencia a poner al ser humano en el centro de la atención del problema, ya que, en última instancia, es el hombre quien padece o se beneficia de la situación que presente la sociedad, y se ha alcanzado un consenso en cuanto a esta cuestión. 5 Douglas North en su obra Institutions, Institutional Change and Economic Performance, define y fundamenta como las instituciones constituyen las reglas de juego del funcionamiento de una sociedad y demuestra como las mismas influyen en el desempeño de la Economía. A esto se puede añadir que las instituciones; las relaciones institucionales o el marco institucional, se encuentran determinadas en última instancia por las Relaciones Sociales de Producción y su esencia, las Relaciones de Propiedad, que caracterizan a la organización económica o Modo de Producción, pudiendo encontrarlas reflejadas tanto en las relaciones de producción (relaciones de propiedad, o relaciones de mercado), como en los elementos de la superestructura que a ellas le corresponden. 3 Podemos así encontrar un punto de reconocimiento institucional generalizado, a partir del primer informe del Club de Roma, en 1972, al considerarlo como: ...” el proceso que experimenta una sociedad para conseguir el bienestar de la población, relacionándose de forma armónica con el entorno natural, consiguiendo así, satisfacer las necesidades materiales y establecer las bases para que todo individuo pueda desplegar su potencial humano”... 6 Esta concepción tiene una gran relevancia, ya que incluye la necesidad de que estos procesos se produzcan en armonía con el entorno natural y, además, porque plantea como objetivo del mismo, el bienestar de la población y el establecimiento de las bases para que esta pueda desplegar todo su potencial humano, tanto individuamente, como de forma colectiva. Desde finales de la década del ochenta y toda la década del noventa, continúa desarrollándose esta concepción humanista del desarrollo, aunque condicionada en sus aspectos valorativos de políticas y de estrategias para alcanzarlo, en correspondencia con la envoltura institucional de las sociedades donde se aplican y los juicios de valor de los que realizan los análisis, toman las decisiones y elaboran las políticas y estrategias de desarrollo. Si analizamos la propuesta de la Comisión del Sur sobre la definición de desarrollo: ...“A nuestro juicio éste (el desarrollo) es un proceso que permite a los seres humanos utilizar su potencial, adquirir confianza en sí mismos y llevar una vida de dignidad y realización. Es un proceso que libra a la gente del temor a las carencias y a la explotación. Es una evolución que trae consigo la desaparición de la opresión política, económica y social (...) El desarrollo supone, por consiguiente, una creciente capacidad para valerse por si mismos, tanto en el plano individual como colectivo. ... El verdadero desarrollo tiene que centrarse en la gente, estar encaminado a la realización del potencial humano y a la mejora del bienestar social y económico de las personas, y tener por finalidad el logro de lo que ellas mismas consideran que son sus intereses sociales y económicos...7 Podemos apreciar que se profundiza en el carácter humanista de este proceso y da por sentada la existencia de determinadas magnitudes de recursos que permitan a las personas “llevar una vida de dignidad y realización”, y tratando de reflejar su carácter relativo, introduce la ambigüedad en cuanto a que su finalidad es el logro de lo que ellas mismas consideran que son sus intereses sociales y económicos. Así, el Citado por el Centro de Investigaciones de la Economía Mundial (CIEM) en: Investigación sobre Desarrollo Humano 1996 de Martínez, J. Economía Mundial, Madrid, Mc Graw Hill, 1995, p 254. La obra donde se recogen los principales resultados de este Informe del Club se Roma se titula Los Límites del Crecimiento (1972). 7 Citado por el Centro de Investigaciones de la Economía Mundial (CIEM) en: Investigación sobre Desarrollo Humano 1996 de la Investigación sobre Desarrollo de Comisión del Sur. Desafío para el Sur. México. D.F. Fondo de Cultura Económica, 1991, p 20 – 24. 6 4 desarrollo en un pueblo de Haití puede ser diferente al de Nueva York, por el solo hecho de que la percepción de lo que puede ser el logro de los intereses de los haitianos, sea diferente al de los newyorkinos. Por otra parte, la definición de Desarrollo Humano del PNUD, plantea: ...” el Desarrollo Humano es un proceso en el cual se amplían la oportunidades del ser humano. En principio estas oportunidades pueden ser infinitas y cambiar con el tiempo. Sin embargo, a todos los niveles de desarrollo, las tres más esenciales son: disfrutar de una vida prolongada y saludable, adquirir conocimientos y tener acceso a los recursos necesarios para lograr un nivel de vida decente. Si no se poseen estas oportunidades esenciales muchas otras alternativas continuarán siendo inaccesibles. ... Según este concepto de Desarrollo Humano, es obvio que el ingreso es sólo una de las oportunidades que la gente desearía tener, aunque ciertamente muy importante; pero la vida no sólo se reduce a eso. Por lo tanto, el desarrollo debe abarcar más que la expansión de la riqueza y los ingresos. Su objetivo central debe ser el Ser Humano”.... 8 Este nuevo enfoque refuerza su atención en el ser humano, aunque igualmente deja abierta las posibilidades de enfoques normativos, tanto en las propuestas de medición como de análisis, en torno a las formas en que está distribuido en la sociedad este proceso de ampliación de las oportunidades. Sin embargo, de todo este desarrollo conceptual se puede despejar cuáles son los elementos esenciales para que exista desarrollo, o sea, centrar la atención en el bienestar del ser humano, el equilibrio con el entorno natural y la posibilidad de aumentar constantemente las oportunidades de reforzar esa condición humana, aunque su logro y alcance dependan de la posición relativa en que se encuentren los territorios analizados con relación a sistemas territoriales de referencia, de los análisis valorativos que se hagan o se tengan de lo que es bueno o no, y de cómo debe estar distribuido este bienestar. Las fuentes del desarrollo en los territorios: A este nivel de análisis y en función de los objetivos que se pretenden alcanzar, resulta imprescindible aislar de toda esta problemática, los elementos que pueden constituir las fuentes y los factores que están presentes en cualquier proceso de desarrollo. Desde esta perspectiva, el Desarrollo es un proceso de cambio y progreso socio económico continuado, que posibilita el bienestar del ser humano en equilibrio con el entorno natural, pero si se hace abstracción de los aspectos normativos que determinan la magnitud que alcanzan este bienestar, ese progreso9, de cómo van a 8 9 PNUD. Desarrollo Humano Informe 1990. Bogotá, Editorial Tercer Mundo, 1990. p 34. Los términos “bienestar y progreso”, aunque también resultan ambiguos en cuanto a su expresión 5 estar distribuidos; así como de la correlación existente entre el bienestar y el progreso que se logren alcanzar en un momento dado. De esa forma, el desarrollo es una combinación del bienestar que proporciona el disfrute de determinados niveles de consumo actual y el progreso que garantiza determinados niveles de acumulación para garantizar el bienestar futuro, en armonía todo con el entorno, para garantizar que sea sostenible, independientemente de los criterios de valor que condiciones los difenrentes sistemas institucionales imperantes. Así pues, el punto de partida de este proceso para un espacio dado, lo constituye el conjunto de recursos (naturales, históricos, culturales, humanos, tecnológicos, económicos, institucionales y materiales) que forman su Potencial de Desarrollo (Vázquez - Barquero 1999 y Mattos 1999).10 Este punto de partida, al tener un carácter histórico concreto, provoca que tanto cuantitativa como cualitativamente sea diferente para los distintos países o regiones. Sin embargo, desde el punto de vista conceptual, constituye la capacidad que se tiene de generar una determinada cantidad de riqueza (material, humana 11, cultural o espiritual), que sea dedicada a garantizar la elevación del bienestar actual y otra al progreso que va a dar respuesta futura al crecimiento de la población, de las necesidades y retroalimentar el propio proceso de cambio de una forma continuada y sostenible. En dependencia de cómo sea ese potencial y de la organización que alcance el sistema institucional bajo el cual se ejecute el proceso de obtención de esa riqueza, así serán los resultados del desarrollo del territorio. O sea, que puede ser abundante y bien organizado, llegar a estar tan deprimido y desorganizado que exista una ausencia de desarrollo o de sustentabilidad del mismo, o cualquier otra combinación de estas situaciones. Evidentemente, el problema radica en establecer cómo y de dónde puede provenir el logro de magnitudes excedentes de riqueza que alimenten o complementen, en cualquier caso, este potencial. Así pues, la primera fuente de desarrollo es el potencial que posee el sistema territorial. Además, esta fuente originaria puede ser alimentada por otras, desde dos direcciones diferentes, pero que se complementan. Una tiene un carácter exógeno y viene dada por el corriente (histórico, cultural, humano, tecnológico, económico, institucional y material), que viniendo desde fuera del sistema nacional o territorial, se cuantitativa en un momento dado, aquí se consideran sólo como la expresión de la satisfacción que se logra en un momento dado (bienestar) y las condiciones (progreso) que se establecen para garantizar niveles crecientes de bienestar para el futuro tanto desde el punto de vista material como espiritual. 10 Sobre el concepto de potencial de desarrollo se puede ver trabajos de Vázquez – Barquero y De Mattos, donde ambos coinciden con el criterio de que dicho potencial es el punto de partida para cualquier proceso de Desarrollo. 11 Cuando se habla de riqueza humana no se refiere sólo a la posibilidad de incrementar cuantitativamente la población o los recursos laborales sino también su preparación técnica y cultural como Capital Humano. 6 integra al mismo y es utilizado para ampliar en el territorio, el bienestar, el progreso del ser humano o ambos inclusive. La otra tiene carácter endógeno, mediante la cual el propio sistema es capaz de generarlo o incrementarlo desde dentro, gracias a la coherencia de su organización, que le permite aprovechar toda la sinergia12 que es capaz de desplegar y que se encuentra latente en su capacidad interna, e integrarse a las fuentes exógenas en función del desarrollo. Por tanto, todo proceso de desarrollo a escala territorial depende esencialmente: Del potencial de desarrollo que pueda tener en un momento dado; De los flujos exógenos que puedan alimentarlo, gracias a los mecanismos de redistribución que existan en sistemas de orden superior, o a los que se logren por la atractividad del mismo13; Y de la capacidad endógena que pueda desarrollar, que le permita desplegar toda la sinergia que sea capaz de albergar. Así pues, queda evidenciado que los elementos anteriormente analizados no dependen de los juicios de valor con que sean interrelacionados o utilizados, aunque estos últimos y las formas organizativas que adopten (Sassenian 1998, 29) sí determinen y condicionen el resultado final y sus interrelaciones, ya que como resulta comprensible, estos elementos esenciales alcanzan determinadas magnitudes, toman determinados rumbos y producen efectos e impactos sobre unos y otros sistemas nacionales y territoriales, en dependencia de la envoltura institucional que los alberga e interrelaciona y las formas organizativas que internamente adopten. No se pretende hacer una demostración exhaustiva de la eficiencia o deficiencias, que los diferentes sistemas institucionales de la sociedad puedan jugar o hayan jugado, en el actual estado de cosas con relación al desarrollo. Nos limitaremos simplemente a apuntar que existen evidencias empíricas irrefutables de que la historia de la humanidad ha dibujado un sistema mundial extraordinariamente desigual y en franco proceso de deterioro14, tanto a escala internacional como hacia los espacios El término sinergia se utiliza aquí como el incremento de la acción de dos elementos de un sistema cuando actúan conjuntamente o cuando por el actuar de elementos del sistema se produce una exaltación recíproca del efecto que producen dichos elementos y su relación en el sistema, Un elemento esencial de la materialización de la capacidad de desarrollo de un territorio endógenamente, radica básicamente en las sinergias que se logran en los sistemas territoriales. Este aspecto aparece implícito en el trabajo de Vázquez – Barquero “Desarrollo Redes e innovación, Lecciones sobre Desarrollo Endógeno. Ediciones Pirámide 1999 y de manera explícita en Desarrollo Endógeno y Globalización. Revista EURE Vol. XXVI No 79 pp 47 – 65. 12 La atractividad del territorio es su capacidad de concitar el interés por parte de las empresas nacionales y extranjeras para invertir en el territorio. Expuesto por Matos en Nuevas Teorías del Crecimiento Económico. Lectura desde la perspectiva de los territorios de la periferia. 14 Baste señalar que hasta septiembre de 1998... “El 86 % del consumo mundial actual corresponde a sólo el 20 % de la población del mundo. Muchos millones de personas, en particular en el mundo en desarrollo, han sido excluidas de la reducción del consumo. En algunos países la gente tiene menos 13 7 subnacionales. Esto se ha debido a un condicionamiento histórico concreto de partida, y a que los sistemas de explotación imperantes, sobre todo el capitalista, han profundizado esta desigualdad. Esta situación ha deprimido el potencial de desarrollo de muchos países y territorios, hasta hacerlos prácticamente inexistente, y con ello la posibilidad de materializar y fomentar su propia capacidad endógena de desarrollo y la capacidad de atracción de fuentes exógenas, las que, además, se dirigen hacia los lugares más atractivos, en correspondencia con la dinámica del capital. Tanto a escala mundial, como hacia el interior de los países, existen territorios muy deprimidos, lo que requiere que existan mecanismos de cooperación, intercambio, distribución y redistribución que permitan elevar el potencial de desarrollo de los mismos a partir de procesos exógenos, para con ello poder emplear y desplegar su capacidad endógena, ya que el desarrollo es el efecto conjunto de estas dos fuentes, y no debe absolutizarse ninguna de ellas. Un elemento vital de todos estos procesos lo constituyen los distintos flujos de riquezas que se producen y circulan a través de los distintos territorios, así como la capacidad que adquiere cada territorio o nación de reinvertir parte de esas riquezas en incrementar el bienestar o el nivel de progreso de su población y territorio. En ocasiones, la capacidad endógena no se manifiesta, y requiere un impulso exógeno para entrar en acción, pero la influencia exógena requiere de una organización adecuada del sistema hacia su interior, ya que sólo así podrá aprovechar toda la capacidad de incremento del potencial que pueda ser capaz de provocar dicha influencia externa. Por ello, la gestión del desarrollo debe producirse por la utilización armónica y combinada de todas las fuentes de desarrollo, ya que de lo contrario la fuente exógena podría crear una situación de deformación estructural en el territorio. Para caracterizar tal situación se pueden utilizar los planteamientos de la teoría de la dependencia (Furtado, 1964 y Cardoso, 1970) en cuanto a que las regiones de la periferia requerían de la expansión de economías avanzadas como condicionante para su desarrollo. No obstante, debe tenerse presente que las regiones que asimilen inversiones o flujos de recursos externos deberán atender aspectos claves, como resume Vázquez Barquero (Vázquez Barquero, 1999): Que las inversiones o empresas puedan convertirse en polos de crecimiento y no se conviertan en “enclaves” económicos, con escasos o ningún vínculo con el sistema productivo territorial; Que estas inversiones no se conviertan sólo en polos de absorción de los recursos empresariales locales, privándolo de la capacidad técnica que le permitiría encausar su desarrollo y con ello el del territorio en su conjunto; bienes y servicios a su disposición que los que tenía hace 20 o 30 años”... Nota introductoria de Ariel Francois, Representante Residente del PNUD en Cuba en el informe sobre Desarrollo Humano 1998. 8 Que estos flujos no ocupen una posición subordinada en cuanto a las inversiones en I + D y que ésta se realice solamente en las casas matrices ubicadas fuera del territorio. Además de esto, debe añadirse el hecho de que los flujos financieros que se producen en el territorio puedan ser aprovechados en determinadas magnitudes en el desarrollo del mismo. Si el sistema territorial no se encuentra protegido, regulado y organizado de manera que estos fenómenos no se manifiesten o, cuando lo hagan, sea de una forma atenuada, entonces la fuente exógena implicará un reforzamiento de las condiciones de dependencia del territorio. Con esto no se pretende reducir el papel de las corrientes exógenas en el Desarrollo de los Territorios, sino que su proceso de gestión ha de requerir un territorio protegido y organizado, para que estas corrientes estimulen el cambio y no se conviertan en un factor de dependencia y deterioro. Esta problemática es válida independientemente de la envoltura institucional que provoque o condicione la ocurrencia de estas corrientes exógenas. No obstante, vale destacar que en la medida en que el sistema que envuelve al territorio posea: a) la suficiente unidad y coherencia para propiciarlas y guiarlas de manera armónica y b) los mecanismos que las ordenen, condicionen y estimulen, se evitarán las deformaciones estructurales de dependencia, tanto a escala nacional como hacia los espacios subnacionales. Sólo así se podrá lograr una tendencia a la nivelación del desarrollo de los sistemas territoriales y será posible una gestión del desarrollo desde la endogeneidad 15, que disminuya paulatinamente las condiciones de dependencia de los territorios periféricos, condicionada históricamente. De esta manera, se puede concluir que cuando existan procesos de gestión del desarrollo que no creen las condiciones para que todas estas fuentes se pongan de manifiesto, se estarán limitando las posibilidades de desarrollo del territorio y profundizando sus deformaciones estructurales. Vista esta problemática, se debe pasar a estudiar detenidamente los factores condicionantes de la endogeneidad. Los factores del desarrollo desde la endogeneidad. Como se ha planteado hasta aquí, un proceso de desarrollo podrá tener lugar en un territorio, a partir de tres fuentes básicas: El potencial de desarrollo del territorio; la El término gestión desde la endogeneidad se utiliza, en este contexto, para designar a un proceso que parte de la capacidad y estructura interna del sistema regional para gestionar su propio desarrollo pero integrado armónicamente con las otras fuentes de desarrollo y crear condiciones para multiplicarlas sin significar que todo el desarrollo dependa del logro o no de la de la capacidad endógena. 15 9 capacidad para utilizar y atraer corrientes exógenas de otras regiones, y la capacidad de complementar endogenamente esos potenciales. Es por ello que la gestión del desarrollo desde la endogeneidad se debe ejecutar, básicamente, a partir de la búsqueda y creación de las condiciones, para que los mencionados efectos sinérgicos se pongan de manifiesto. De aquí que resulte necesario poner al descubierto los factores capaces de generar un proceso de desarrollo desde la endogeneidad. El primer factor está relacionado con la nueva concepción del espacio, donde el territorio constituye un entramado de intereses de una comunidad regional (Mella Márquez, 1999, 22)16, y con el elemento más dinámico de los que intervienen en el proceso, o sea, las personas que encarnan los diferentes actores del desarrollo, ya que en ellos se materializa y toma cuerpo el sistema de relaciones socio - económicas del territorio, siendo estos los portadores de toda la dinámica de generación de riquezas, conocimientos, tecnologías, iniciativas y soluciones para los problemas del desarrollo. De aquí que el primer objetivo de la gestión del desarrollo desde la endogeneidad, ha de ser la creación de mecanismos para lograr la “participación” activa de todas las personas17 como actores del desarrollo. Sólo así se comienzan a crear condiciones para que el territorio deje de ser un simple soporte físico o espacial de la actividad vital de la sociedad, para convertirse en un elemento activo del desarrollo. Elemento este que constituye la base de la respuesta a la concepción del desarrollo como un proceso de transformación social, estableciendo las bases para el despliegue de todo el potencial humano. En la medida en que el sistema institucional logre que esta participación sea lo más efectiva y generalizada posible, los efectos sinérgicos de la actividad humana se harán sentir más en el despliegue de la iniciativa, la búsqueda y aplicación de soluciones y el avance incremental de la tecnología, lo que reforzará el hecho de que cada persona pueda desplegar todo su potencial humano. En todo este proceso de cambio, que implica la gestión del desarrollo desde la endogeneidad, reviste una singular importancia el hecho de que se desarrollen procesos de capacitación para asumir el mismo, que permiten elevar la cultura general y crear una cultura de desarrollo en los diferentes actores y la población en general. Para ello, resulta necesaria la existencia de sistemas de capacitación y preparación, así como sistemas de divulgación que contribuyan a crear esta cultura de desarrollo. Especial atención debe dedicarse a la capacitación para crear una cultura de gestión del desarrollo en todos los elementos del sistema institucional, sobre todo cuando los Mella Márquez, José M. Evolución Doctrinal de la ciencia regional: una síntesis. Existen territorios que su principal limitante lo constituye el factor humano, en los cuales tendrían una relevancia considerable todos los mecanismos encaminados a favorecer la estabilidad en el crecimiento demográfico, las migraciones, la formación y capacitación profesional y la mayor inclusión social. 16 17 10 procesos de cambio provengan por conducto de la descentralización, ya que será necesario aprender a desempeñar eficientemente funciones que con anterioridad no se acometían. Otro factor en el cual podremos encontrar efectos sinérgicos radica en la estructuración y funcionamiento del “Sistema Productivo Territorial”, (Vázquez Barquero, 1999, 38), pero entendiéndose como tal, no solamente al conjunto de empresas locales, sino a todo el entramado productivo y de servicios del territorio, ya que la gestión del desarrollo desde la endogeneidad se logrará, en la medida en que se propicien los vínculos entre todas las empresas del sistema productivo del territorio (ya sean locales o grandes empresas externas localizadas en el territorio). Esto significa que será necesario procurar la estructuración de redes de empresas, que propicien la circulación de bienes y servicios, de flujos financieros y de tecnología también hacia el interior del territorio, y se alimente la potencialidad del territorio. Esto permitirá que en el ámbito del territorio se produzcan sinergias, materializadas en: Las economías externas de escala, provocadas por los vínculos hacia adelante y hacia atrás que se producen en la red formada, tanto por las empresas locales como las ubicadas en el territorio, que a través de ello comenzarán a ser en mayor medida empresas para el territorio, (Bellandi, Marcos, 1986, 3). La difusión de la innovación tecnológica y el conocimiento, que de forma incremental va enriqueciendo las posibilidades de dicho sistema, constituye un elemento de singular importancia, lo que unido a la participación y vínculo con la comunidad hace que el mismo vaya pasando a estadíos superiores de organización, hasta poder convertirse en un entorno innovador. Para que estas sinergias se pongan de manifiesto, resulta preciso una convergencia entre las estrategias del territorio, de la red en su conjunto y de las empresas incluidas en ellas, lo que requiere del sistema gestor del desarrollo una capacidad de gestionar esta red, creando las interfaces que sean necesarias para dinamizar los flujos comerciales, financieros, de información y conocimientos; y establecer los espacios de concertación para lograr que todo el sistema se aprecie como una unidad que busque la elevación de la competitividad del territorio en su conjunto. La correcta estructuración del sistema productivo del territorio va a depender, no solamente del estímulo a la creación de nuevas empresas, sino de la modificación y ampliación del objeto social de las ya existentes, a través de reconversiones tecnológicas o reestructuraciones productivas y de la forma en que se logren armonizar y lograr un equilibrio entre las estrategias sectoriales de las grandes empresas y las de los territorios. 11 Otro factor lo constituyen los flujos de innovación, en los cuales la sinergia se produce a similitud de lo que ocurre en una tormenta de ideas, cuando un grupo se encuentra trabajando en la solución de un problema. En ese caso una idea se fertiliza con otra, complementándose y creando una solución incremental compartida. Asimismo, la red de innovación incremental se fertiliza y complementa y va creando condiciones para elevar la competitividad de ese sistema productivo territorial. Como resulta lógico, éste constituye uno de los elementos productores de sinergias que requiere de mayores condiciones del potencial interno del territorio, o de impulsos exogenos, lo que significa que para territorios deprimidos de la periferia no será fácil crear estas redes de innovación y mucho menos convertirlas en entornos innovadores, (Furio Blasco, Elier, 1996. 10). Esta dependencia de impulsos externos en el caso de territorios deprimidos, requerirá de instrumentos organizativos y de protección, que impidan la generación de procesos de dependencia tencnológica. Vale destacar que en este sentido, la envoltura institucional posee una influencia significativa, ya que estas aglomeraciónes (redes o entornos innovadores) requerirán de una unidad de los actores, así como una confianza y cooperación que viabilice los flujos incrementales de innovación. Por otra parte, como nos plantea Carlos de Mattos: ...”desde el punto de vista de los factores privilegiados por las nuevas teorías del crecimiento, los lugares que disponen de mejor dotación de capital físico, capital humano y conocimientos, serían los de mayor potencial endógeno y, por tanto allí, donde dadas las externalidades positivas de estos factores y su incidencia mancomunada condicionaría las posibilidades de acumulación y crecimiento de cada territorio”18. Es por ello que las ciudades constituyen el espacio más atractivo para el establecimiento de los sistemas productivos, donde se nutre de los diferentes factores productivos, relacionándose con la comunidad e interactuando con ella. Y cuando las acciones de gestión provocan una adecuada organización y estructuración de la comunidad y los espacios urbanos donde radican, cualquiera que sea su nivel en la jerarquía en el sistema de ciudades, también se logran efectos sinérgicos, tales como: Las economías de aglomeración que se producen en la medida en que aumenta la jerarquía de la ciudad. La posibilidad de acceso directo a proveedores y clientes con reducidos costos de transporte y de transacción. La existencia y desarrollo de infraestructuras productivas y de servicios, que permiten el logro de externalidades en el sistema productivo del territorio. De Mattos, Carlos. Ciudades y territorios en un espacio mundial globalizado y competitivo. Esta versión fue preparada como base para una conferencia en Camagüey, Cuba, en junio del 2000. Hay una versión anterior, mucho más extensa, que fue preparada para ser utilizada en Bahía Blanca en abril del mismo año. 18 12 Otro elemento decisivo de la ciudad como factor del desarrollo endógeno, radica en el aprovechamiento, explotación y enriquecimiento del patrimonio cultural del territorio, de los cuales las ciudades constituyen un sitio ideal de localización, lo que permite además la manifestación de toda la riqueza cultural, espiritual y humana del hombre. Lo planteado no significa que los procesos endógenos sólo sean posibles en los espacios urbanos, sino que la ciudad es un factor condicionante de desarrollo endógeno en los territorios. Todos los factores analizados anteriormente, tendrán diferentes grados de madurez y de posibilidades de manifestación, en dependencia del potencial de desarrollo existente en los territorios. No puede concebirse que estos factores se manifiesten de igual forma en el Valle del Silicon en los Estados Unidos o en el municipio de San Miguel del Guapore en el estado de Rondonia en el centro de la amazonia brasileña, o inclusive en el municipio de La Habana Vieja o el municipio de Najasa en la provincia cubana de Camagüey. Todo ello quiere decir, que las estrategias para el fortalecimiento y utilización de esta fuente del desarrollo tienen que ser disímiles, en dependencia del punto de partida (Potencial de Desarrollo) que tiene cada territorio y de la envoltura institucional que los contenga. Hasta aquí, hemos realizado un análisis de esta corriente de desarrollo que puede alimentar el potencial del sistema territorial desde su interior, tratando que el análisis no haya estado influenciado por los elementos que el sistema institucional impone. Pero como se ha dicho ya, estos factores se manifiestan y provocan efectos e impactos sobre el ser humano, condicionados por la envoltura institucional que los acoja, la que contienen la esencia del sistema de relaciones de producción, o sea, las formas de propiedad dominantes. La Gestión del Desarrollo desde la endogeneidad lo que persigue es dinamizar las fuentes internas de sinergias de los territorios, que son capaces de generar crecimiento económico, elevación del bienestar material y espiritual y ofrecer posibilidades de progreso, en armonía con el entorno natural del territorio. La envoltura institucional condiciona la forma en que este progreso y este bienestar se gestiona, distribuye y llega a los individuos de la sociedad, a partir de los diferentes mecanismos y principios éticos en que se sustentan los distintos sistemas socio – económicos. Uno de los aspectos más polémicos de la envoltura institucional lo constituye el papel que juega al estado en la sociedad y sobre todo, la capacidad que este tiene para dirigir la gestión del desarrollo. Por ello, la definición y establecimiento concreto del actor que va a ejecutar la gestión del desarrollo, depende íntegramente de los juicios de valor con que se encierra la conceptualización del desarrollo endógeno. Es necesario destacar que todas las teorías y los modelos de crecimiento y desarrollo endógeno que se han elaborado en los últimos años, parten de la base de que el 13 estado y sus políticas tienen que operar sin introducir distorsiones en el libre juego de las fuerzas del mercado. Este planteamiento se realiza sobre la base de lograr que...” La economía local se autoorganice, de forma espontánea, guiada por la necesidad de las empresas de producir bienes y servicios para un mercado exigente en el que compiten con los productos de empresas de otras ciudades y regiones”...19 No obstante, el desarrollo de estas teorías ha ido reconociendo un papel relativamente más importante al estado en el logro de estos propósitos de endogeneidad. Carlos de Mattos20 nos presenta un análisis referencial de este criterio cuando resume: …Así pues, distintos autores vinculados a esta corriente han esbozado una concepción general sobre el tipo de Estado que consideran compatibles con sus planteos, estableciendo que “la aparición de gobiernos que garanticen los derechos de propiedad físicos e intelectual, que regulen el sector financiero y exterior y eliminen las distorsiones, y que mantengan un marco legal garante del orden es deseable”, siendo este el contexto en el que se reconoce que el gobierno … juega un papel importante en la determinación de la tasa de crecimiento a largo plazo” (Sala i Martín, 1994). En esa misma dirección, Robert Barro precisa que … el gobierno tiene una serie de funciones claves sobre todo a la hora de definir y proteger los derechos de propiedad. Esto implica seguridad nacional y privada y la creación mantenimiento del sistema de leyes y contratos, otras actividades publicas importantes incluyen garantizar (aunque no producir) un nivel mínimo de educación, un nivel mínimo de calidad de vida y la participación de formas limitada en las inversiones en infraestructura como carreteras, y aeropuertos (Barro,1996)… Así mismo, se destacan por este autor criterios que justifican la intervención pública orientada a asegurar el mejor despliegue de las fuerzas del mercado: la gestión de las externalidades y la provisión de ciertos bienes públicos. (Guelles y Ralle 1995). Con el propósito, en última instancia, de contribuir a generar en cada lugar un ambiente económicamente atractivo para la inversión privada. Lo anterior parece reforzar la idea de que el estado debe tener un papel de importancia creciente en cualquier circunstancia institucional. No obstante, no es objetivo del presente trabajo ofrecer soluciones universales a esta problemática, sino despejar en que medida esta lógica de pensamiento es aplicable para Cuba Es por ello que, para el caso concreto del sistema institucional cubano, como el estado y el gobierno han mantenido y mantienen, la capacidad de liderear las transformaciones a que viene siendo sometido, constituye el elemento de mayor vitalidad, capacidad y poder de convocatoria en el territorio para liderear estos Vázquez Barquero, Antonio. Desarrollo, redes e innovación. Lecciones sobre desarrollo endógeno. Ediciones Pirámide. 1999 p. 34. 20 De Mattos, Carlos. Nuevas Teorías del crecimiento económico. Lectura desde la perspectiva de los territorios de la periferia. Instituto de Estudios Urbanos. Pontificia Universidad Católica de Chile. de julio de 1999. 19 14 procesos de gestión del desarrollo, desde la endogeneidad, lo que además permitiría mantener el control del proceso de transformaciones de la economía y la sociedad. Pero, como se desprende de todo el análisis que se ha venido realizando, la participación activa de los órganos locales de gobierno en la gestión del desarrollo no puede lograrse desde una posición totalmente centralizada, sino que requiere de procesos descentralizadores, que sin erosionar el carácter unitario del estado cubano, ofrezcan la posibilidad de activar, desde la base, las fuerzas productoras de sinergias, combinado con la acción centralizada, encargada de la regulación general de las proporciones sectoriales y territoriales de la Economía Nacional y de los mecanismos de Inversión, distribución y redistribución que para ello sean necesarios. Por tal motivo, todo este proceso debe ser aplicado sobre la base del funcionamiento de la planificación, como elemento esencial, encargado de establecer el vínculo entre los propósitos territoriales y sus capacidades, armonizádolas con las del resto de la economía nacional. Es así como a partir de toda esta valoración, se puede decir que el Desarrollo Regional en Cuba debe ser visto como un proceso localizado de cambio socioeconómico sustentable, que lidereado por los gobiernos locales y en armonía con el que emana de los niveles centrales de la nación, persigue el bienestar y el progreso permanente de la región, la comunidad regional como un todo y de cada individuo residente en ella, en dependencia de los resultados de su trabajo. Donde los atributos que debe tener ese proceso de cambio son: un crecimiento económico sostenido; una capacidad decisional, del órgano de gobierno local, para liderear los procesos de desarrollo del territorio; la posibilidad de captar y reinvertir parte del excedente económico regional; posibilidades de desarrollar una amplia participación social en la toma de decisiones para el desarrollo; un equilibrio e integración sectorial - territorial y un uso racional de los recursos naturales y protección del medio ambiente, para lograr la sustentabilidad del desarrollo. 21 Como se puede apreciar, el sistema de gestión que se diseñe para aplicar este enfoque a la economía cubana, debe partir del análisis de un conjunto de particularidades de su sistema de dirección, de manera que la capacidad endógena de desarrollo de los territorios se manifieste a partir de las condiciones concretas del sistema institucional cubano. Primeramente, porque la dinámica de acumulación de la economía cubana mantiene la preeminencia de la propiedad estatal, lo que requiere formas de motivación y estimulación de la creatividad, ajenos a la dinámica ciega de las fuerzas del mercado, aunque sin negar la posibilidad de la existencia de relaciones de mercado, sin que prime la propiedad privada para su manifestación. Al respecto se `puede ver la discusión que plantea Sergio Boisier en su trabajo: La Gestión Regional. Un enfoque Sistémico. ILPES. Santiago de Chile. 1991, donde ofrece una definición de desarrollo regional con fuerte contenido endógeno. 21 15 En segundo término, porque el sistema de dirección de la economía cubana se encuentra sometido a procesos de cambio con un fuerte contenido descentralizador, que combina diferentes formas de descentralización, incluida la territorial, las cuales deben alcanzar un nivel de profundidad tal que se logre un equilibrio entre la descentralización funcional del sistema empresarial, que implica la aplicación de los programas de “Perfeccionamiento Empresarial”22, y la territorial que se pueda manifestar a través de los Gobiernos locales. Y tercero, porque el papel de las estructuras de gobierno en la gestión del proceso de cambio que en estos momentos se está acometiendo, debe incluir la de creación de los mecanismos necesarios que los capacite para realizar la gestión del desarrollo desde la endogeneidad, y además, para que se cree una cultura de gestión del desarrollo desde la base. Para Cuba resulta necesario un esquema de gestión del desarrollo que sea una combinación entre las potencialidades que pone de manifiesto la endogeneidad, sobre la base del logro de una competitividad regional y los mecanismos de regulación, que presuponen la relevancia del estado cubano en la búsqueda de formas de redistribución de las riquezas, para mantener el propósito de avanzar en la reducción de las disparidades territoriales del desarrollo. Esta debe ser la peculiaridad de la inserción de lo territorial en el proceso objetivo de globalización para el caso cubano. A esta situación se ha llegado a partir de un proceso constante de búsqueda de soluciones, a las que el país se ha enfrentado en todo este período. LA GESTIÓN DEL DESARROLLO REGIONAL. TERRITORIAL PARA LA ECONOMÍA CUBANA. UN NUEVO ENFOQUE La Gestión del Desarrollo en Cuba fue una de las premisas que guio la acción del estado a partir del triunfo de la Revolución, en consonancia con la estructura organizativa y de carácter unitario que siempre tuvo el estado cubano. Los procesos de desarrollo fueron organizados y ejecutados con una perspectiva centralizada, en la búsqueda de un Desarrollo Integral que permitiera resolver los enormes problemas que caracterizaban la sociedad cubana hasta 1959. En la medida en que se fue profundizando en el proceso revolucionario y en la institucionalización del estado socialista, los métodos se fueron refinando en correspondencia con la aplicación de sistemas centralizados de planificación. La aplicación de la Planificación de la Economía Nacional, en sus diferentes variantes y métodos de ejecución, a partir de 1960, permitió estructurar un sistema que sentó las bases para un desarrollo armónico y proporcional en la distribución de las riquezas para todo el país. 22 Estrategia de cambio organizacional que se aplica al sistema empresarial cubano, con un fuerte contenido descentralizador, desde el punto de vista funcional, y que se aplica como una extensión de las experiencias obtenidas, en un proceso similar, por el sistema empresarial de las Fuerzas Armadas Revolucionarias. 16 Este proceso, marcado por un enfoque “del centro al territorio”, aprovechó las ventajas de recursos naturales, humanas, infarestructurales y capacidades instaladas que brindaban los territorios a las inversiones para el desarrollo. Sin embargo, aunque fue palpable la mejoría, gracias al esfuerzo desplegado, no se logró resolver plenamente las disparidades territoriales en el desarrollo del país. Sin embargo, todo esto provocó que se creara una infraestructura diversificada y distribuida a lo largo de todo el país, para prestar los servicios básicos al desarrollo de los territorios y la nación, pero dependiente, en gran medida, de la capacidad exógena de desarrollo, que se logró obtener por las relaciones de colaboración que se desarrollaron con el campo socialista. Esta situación trajo consigo que, a partir de 1989, se produjera un efecto resultante de las siguientes situaciones contrapuestas. De una parte, la infraestructura existente permitió establecer una estrategia de resistencia, que ofreció posibilidades reales de enfrentar con éxito la crisis que se desarrolló a partir de ese momento y que tuvo su momento mas crítico en el año 1993, pero, por otra parte, puso de manifiesto que no se habían desarrollado todas las capacidades internas que existían en el país, y que era necesario establecer los mecanismos que permitieran poner en marcha todas esas reservas. En el esquema de planificación que se fue instaurando en Cuba desde 1960 siempre estuvo presente lo territorial, aunque en diferentes formas y grados de profundidad. Los primeros estudios y proyectos vinculados a la problemática territorial surgen en Cuba después de 1959, debido a las desproporciones territoriales heredadas tras varios siglos de dominación colonial y un largo período de dependencia neocolonial. Estas disparidades y deformaciones regionales se han enfrentado a través de las Estrategias de Desarrollo Económico y Social en distintos períodos de la construcción del socialismo en Cuba. A esta situación se llegó, a partir de 1959, después de una breve etapa de profundas transformaciones socioeconómicas y del establecimiento de la propiedad estatal como forma predominante. Entre 1961 y 1963, se concibe una estrategia que plantea como objetivo transformar a Cuba en un país industrializado a corto plazo, planteándose, por primera vez, la necesidad de realizar estudios que asegurarán una correcta localización de las inversiones y la aplicación de medidas de ordenamiento territorial, 23 encaminadas a lograr una integralidad en los procesos inversionistas, en cada zona geográfica, que tenían una elaboración central ramal y que ya no era posible definir centralmente. Las estrategias definidas en las siguientes etapas, formularon los objetivos del desarrollo económico, vinculadas a la transformación de la estructura económica del país, buscando que hiciera posible la industrialización ulterior del mismo, y se mantuvo, El ordenamiento territorial se refiere a la estructura político administrativa del territorio, a las formas institucionales de administración y gobierno de esas estructuras, al equipamiento de la infraestructura, al patrón urbano, etc. Conduce a la adecuación o funcionalidad entre la organización del espacio y el modelo de desarrollo concebido (global y regional). 23 17 por tanto, la política de ordenamiento territorial trazada en la década del 60. Una nueva etapa en el desarrollo del enfoque territorial, se perfila una vez adoptados los acuerdos del Primer Congreso del PCC en el año 1975. La nueva organización fue un paso decisivo en la política de ordenamiento del territorio, al crearse una nueva estructura político - administrativa, así como un nuevo peldaño en la política de descentralización, al iniciarse el proceso de traslado de actividades (salud pública, educación, unidades gastronómicas, transporte, etc.), a la subordinación de los Poderes Populares Municipales y Provinciales (gobiernos locales). La nueva regionalización establecida, además de crear condiciones para la planificación territorial, permitiría una nueva vinculación más directa de la dirección con la base y se adecuaría a los objetivos de los Órganos Locales del Poder Popular y del nuevo Sistema de Dirección y Planificación de la Economía.24 Los cambios producidos a partir de este momento, provocaron un mayor grado de descentralización de las decisiones, que pasaron a las instancias regionales, y se crearon mejores condiciones para la participación popular institucionalizada y la planificación endógena territorial. Así lo confirman las directivas para el Desarrollo Económico y Social aprobadas para el quinquenio 1976-80, que consideraron un acercamiento de los centros de producción a las fuentes de materias primas, de la fuerza de trabajo, a las vías de comunicación y a las zonas de concentración de los consumidores, procurando ubicar las inversiones industriales en territorios de menor desarrollo relativo hasta el momento, tomándose en cuenta además, las circunstancias demográficas, las facilidades portuarias, etc., que permitirían integralidad de los procesos inversionistas. De esta manera, se confirma una política dirigida a una mejor distribución de las fuerzas productivas en el territorio nacional. En estas directivas se planteó además, la necesidad de una gestión dirigida a la formación en los territorios de fuerza de trabajo calificada, a la atención de factores ambientales y a la preservación y el uso racional de los recursos naturales, así como a la conjugación adecuada de la planificación sectorial y territorial. En 1978 se elaboraron por primera vez estrategias de desarrollo perspectivo económico y social hasta el año 2000 para cada provincia y para el país, lo que imprimió más endogeneidad al ordenamiento territorial iniciado en la década del 60 y un mayor alcance y contenido a la planificación desde el propio territorio. Esta perspectiva se fortalece después del II Congreso del PCC, en los lineamientos para el quinquenio 1981-85, que planteó una mayor participación de las provincias y las ciudades menos desarrolladas en la producción y el empleo industrial, y proyectó el desarrollo de ciudades y pueblos a través de una política de mejora de las condiciones de vida de los territorios. Las desproporciones territoriales en el plano socio económico aún se mantienen en 24 Tesis y Resoluciones del Primer Congreso del Partido Comunista de Cuba, La Habana, 1976. 18 1985, es por ello que el III Congreso del PCC traza importantes objetivos, 25 privilegiando una vez más la dimensión espacial, sobre todo en el proceso inversionista. En los lineamientos económicos y sociales del país para el período 1986-90, se insiste en el desarrollo de los territorios de la zona oriental y montañosa, sobre la base de la adecuada ubicación de las inversiones productivas, tomando en cuenta el potencial de recursos laborales de estos territorios. Los planes directores municipales (1986) sirvieron para compatibilizar las inversiones que se concentraban en determinados puntos del territorio. Es imposible negar la perspectiva territorial de la política económica nacional, durante esta larga etapa, sobre todo, dirigida al ordenamiento de los territorios, con el fin de reducir las disparidades territoriales y en particular, en la distribución de las inversiones y del desarrollo de las fuerzas productivas, además de mejorar el nivel de vida de los distintos territorios del país. Reducir las disparidades, lograr una mayor integración territorial y aumentar el nivel de vida en los territorios, han sido objetivos presentes siempre en las estrategias de desarrollo del país. En 1990 comienza un nuevo período para la economía cubana, marcado por la aplicación de un grupo de importantes medidas, que han ejercido un impacto en la situación económica y social del país, en la actual década, encaminadas a transformar la estructura y el funcionamiento de la economía. Dentro de las transformaciones efectuadas y sus impactos más importantes sobre la economía y la sociedad cubana, se destacan las siguientes: Se le ofreció un mayor impulso al turismo, con el objetivo de aprovechar su dinamismo, su capacidad de generar ingresos en divisas en un plazo breve y por sus posibilidades de influir en la reanimación de otros sectores. Esto provocó que se modificara la participación de este sector en la estructura del PIB, que pasó de poco más del 2 % en el año 1992 a cerca de un 7 % en 1998, con una tendencia creciente cada año. Lo que constituye una fuerte modificación estructural de la economía, como principal impacto, así como el hecho de que por la forma en que se ha ejecutado esta transformación, la actividad turística no siempre se ha integrado de manera efectiva a los territorios, situación de extrema complejidad para ser resulta desde los niveles centrales de la economía, ya que dependen en gran medida del desarrollo de la iniciativa local. Se crearon las Unidades Básicas de Producción Cooperativa (UBPC) , con el propósito de incentivar la producción agropecuaria, a partir de una modificación de las condiciones de trabajo e ingreso de los obreros agrícolas, debido a una mayor personalización de los resultados del trabajo, buscando un vínculo más directo entre la producción y la distribución de los resultados. 25 Lograr la integralidad necesaria en el proceso inversionista (a escala nacional) para que los esfuerzos en el desarrollo agroindustrial, en obras sociales, viviendas y redes de infraestructura se complementaran armónicamente en el espacio económico, así como ubicar con mayor uniformidad las inversiones para eliminar desproporciones que subsisten entre los diferentes territorios. 19 El principal impacto de esta transformación es otra fuerte modificación estructural de la economía, ya que el fondo de tierras de propiedad no estatal pasó de un 24,8 % en 1992, a un 65.6 % en 1997, con la correspondiente creación de los mercados agropecuarios de libre concurrencia, como vía de materializar parte de la producción de estas nuevas formas de propiedad. La ampliación del Trabajo por Cuenta Propia, con el objetivo de crear alternativas de empleo en las difíciles condiciones de contracción de la economía y para ofrecer cauce legal al trabajo de personas con posibilidades de incrementar la oferta de bienes y servicios necesarios para la población. Esta medida tuvo un gran impacto en la dinamización de las economías locales en la respuesta a problemas que por la vía centralizada eran imposibles de resolver en tales condiciones, abriendo espacios a pequeñas y micro empresas que comenzaron a gestionar un lugar en la economía, a partir del carácter emprendedor de las comunidades locales, pero dando lugar a otras transformaciones de carácter fiscal, de organización de mercados, de abastecimiento, de legalidad, etc., que apuntan a la necesidad de un vínculo estrecho de estas formas de trabajo y de propiedad con la organización comunitaria y local. La aplicación de un conjunto de medidas para lograr el saneamiento financiero interno, a través de la descentralización en la ejecución del presupuesto; la elevación de los precios de los productos no esenciales, como la bebida y el tabaco; la eliminación del subsidio a las empresas irrentables y la introducción de un nuevo sistema tributario, anteriormente casi inexistente. El impacto de estas medidas ha estado dirigido fundamentalmente a estabilizar las finanzas internas y a establecer un conjunto de mecanismos reguladores de la economía en las nuevas condiciones que se han ido creando, lográndose a partir de 1994 una disminución progresiva del déficit presupuestario hasta lograr su estabilización en alrededor de un 3 % de PIB anual a partir de 1996 y una mejoría de la paridad interna del peso con el dolar estadounidense de 1 : 145 en 1993 a 1 : 20 en el 2000, como promedio. Estas medidas de saneamiento financiero son las que mayor vínculo requieren con la localidad, por la especificidad que exigen las medidas de regulación, a través de los impuestos, así como en la ejecución de los presupuestos locales. Como resultado de este proceso de transformaciones, la economía cubana ha sufrido cambios que por su naturaleza son estructurales, funcionales y organizativos y llevan implícito un fuerte contenido descentralizador. Esto condiciona que puedan ser tomadas medidas organizativas encaminadas a lograr un acercamiento entre la obtención de los excedentes en los territorios y sus procesos de distribución y redistribución, lo que influirá en que se produzca una aplicación del conocimiento en los procesos productivos y el desarrollo de las iniciativas locales en la explotación al máximo de las ventajas comparativas de los territorios y se logre la utilización de las 20 economías externas, que se generan en los sistemas productivos y en las ciudades, influyendo por consiguiente, en el logro de un crecimiento económico. Es por ello que en esta nueva etapa y en este nuevo escenario, lo territorial debe cobrar una nueva dimensión, no sólo porque aparecen nuevos objetivos intraregionales a lograr desde el espacio subnacional, vinculados a los cambios producidos, sino porque desde él, se puede aminorar el impacto económico y social de las transformaciones antes mencionadas y, sobre todo, promover el desarrollo del país y de los propios territorios, potenciando los factores endógenos presentes en los mismos, velando además por la integridad de estos procesos. Este nuevo enfoque debe plantear la gestión del desarrollo como una combinación de la gestión desde abajo con la gestión desde arriba, en la que esta última juege un papel, fundamentalmente, de regulador del comportamiento global de la economía; garante del mayor equilibrio posible en el desarrollo de los diferentes sectores, y que se establezcan los mecanismos de redistribución que permitan reducir las disparidades del desarrollo hacia dentro de la economía cubana y que se influya, de forma sistemática, en el incremento de la atractividad y el aprovechamiento del potencial de desarrollo de los territorios. La gestión desde abajo deberá ser una gestión capaz de poner en juego, de manera organizada, toda la estructura del territorio y las localidades, en función de extraer de ellas todas las reservas de incremento de la eficiencia y la eficacia en la solución de los problemas del desarrollo. LA GESTIÓN DEL DESARROLLO EN CUBA DESDE LA ENDOGENEIDAD. Como se ha venido demostrando, la gestión del desarrollo puede realizarse utilizando sólo el potencial de desarrollo existente, o creando condiciones para añadir a este la acción de corrientes exógenas que se integren a ese potencial propio y lo multipliquen, sin llegar a constituir un factor de dependencia. Si a esto se une la creación de condiciones organizativas y de mecanismos que permitan lograr que la capacidad endógena se ponga de manifiesto, se completará la triada en la utilización de las diferentes fuentes del desarrollo. Podrán existir procesos de desarrollo que empleen de manera aislada o exclusiva algunas de las vías señaladas, pero en todos los casos no se estarán explotando todas las posibilidades de gestionar el desarrollo de los territorios. Como se apreció, la evolución histórica de las formas de gestión del desarrollo en Cuba han privilegiado la misma desde los niveles centrales y siempre con un enfoque integral, pero no se han explotado al máximo las posibilidades que ofrece la gestión desde la endogeneidad, como un proceso que, de forma objetiva, ofrece mayores posibilidades de extraer todas las reservas existentes, de elevar el bienestar de la población y permitir la plena realización humana. 21 Sin embargo, para ello resulta necesario el cumplimiento de un conjunto de premisas que posibiliten poner en juego mecanismos que permitan la gestión del desarrollo desde la endogeneidad, las cuales serían las siguientes: Una primera premisa está dada por el contenido del concepto de endogeneidad, el cual exige, en las condiciones de Cuba, de procesos descentralizadores y de negociación con los niveles centrales, para alcanzar en los gobiernos locales de los territorios una capacidad de decisión suficiente sobre parte de los excedentes creados en el territorio, después de haber cumplido con los aportes a los niveles centrales. Esto se debe fundamentalmente a que la dinámica de acumulación de la economía cubana, no tiene como base la propiedad privada y por lo tanto esta fuente no se manifiesta de manera ciega como en las economías de mercado. Es por ello necesario que los procesos de distribución y redistribución se acerquen lo mas posible en tiempo y espacio a los productores directos de la riqueza material. Esta situación presupone, que sin erosionar el carácter unitario de la nación y el programa político que se sustenta, los sistemas de dirección de los órganos de gobierno asimilen un proceso descentralizador, en el que los procesos de distribución y redistribución de los excedentes, como ya se dijo, se produzcan lo más cercano posible en el tiempo y el espacio a la base, de manera que se perciba, con la mayor nitidez posible, que cada cual aporta según su capacidad y recibe según su trabajo. Relacionada con esta resulta necesario, como segunda premisa, establecer mecanismos que propicien la creación, por los gobiernos locales de una capacidad financiera local destinada a la ejecución de procesos inversionistas, asociados al fortalecimiento del sistema productivo local o la red de aseguramiento a servicios sociales en el territorio y sus localidades. Esto permitirá extraer el máximo a la dinámica de acumulación de un sistema económico como el cubano y contribuye a que se pueda ejecutar la gestión del desarrollo desde la endogeneidad. La tercera premisa se relaciona con el establecimiento de un sistema de gestión de los gobiernos locales, que propicien la mayor participación de todos los actores en la gestión del desarrollo y cree una capacidad de gestión estratégica del desarrollo en el territorio. Esta premisa lleva implícita un fuerte proceso de capacitación, en la creación de una cultura de gestión del desarrollo a partir de las propias fuerzas y los propios recursos, sin esperar que todo provenga de las asignaciones centrales. Por último, es necesario lograr un equilibrio en el desarrollo del territorio, tanto en la relación sectorial - territorial, físico territorial, financiera, como en la medioambiental. En lo relacionado con la problemática del equilibrio sectorial – territorial, es necesario que se establezcan los mecanismos que posibiliten que el desarrollo sectorial que emana del nivel central, no sea generador de enclaves productivos de bienes y servicios, sino que estas grandes empresas y sus estrategias sectoriales, se integren armónicamente al sistema productivo territorial. 22 La problemática medioambiental y de la protección de los recursos naturales y patrimoniales constituyen elementos que han sido atendidos exhaustivamente desde la perspectiva centralizada, y la acción local se basará en el establecimiento de vías que profundicen la incorporación de esos recursos al desarrollo, como la mejor vía de su protección y en que se administren localmente los planes de manejo y conservación que garanticen la sustentabilidad de su explotación. Estos procesos descentralizadores requieren de un riguroso equilibrio y control financiero26, partiendo de que los presupuestos locales adquirirán una mayor complejidad al poseer fuentes de autogestión financiera, que requerirán de un riguroso control presupuestario y de planificación, de manera que exista equilibrio entre los objetivos propuestos y las posibilidades financieras del territorio. Esta ultima premisa se logrará, básicamente, a partir de la aplicación de una Planificación Estratégica Territorial que integre todas estas dimensiones y garantice los equilibrios requeridos. Mecanismos para lograr la endogeneidad en la gestión del desarrollo. Sobre la base del cumplimiento de las anteriores premisas, deben ser diseñados los mecanismos que propicien la manifestación de este sistema de gestión desde la endogeneidad. Este proceso, lidereado por las estructuras locales del gobierno, constituye una necesidad objetiva actual, para imprimir una nueva fuerza al proceso de cambio iniciado en 1986. Para ello resulta necesario la creación de mecanismos capaces de crear esta capacidad endógena de gestionar el desarrollo. El carácter centralizado del sistema de dirección ha generado una tendencia a la autarquía de los diferentes elementos del sistema, lo que provoca una atrofia del sistema de relaciones interempresariales, basadas hasta ahora en un sistema centralizado de dirección, que disminuye la eficiencia que proviene de la división social del trabajo y genera enclaves productivos y de servicios que limitan las posibilidades de reinversión de parte de los excedentes en los territorios, elemento que constituye una condición básica de la elevación de la capacidad de desarrollo endógeno de los mismos y de una elevación de su grado de participación en su gestión. En este sentido, es preciso privilegiar la formación de mecanismos o entidades que asuman el papel de Interfaces entre los agentes productivos o de servicios y los propios territorios, y permitan la formación de un sistema de redes interempresariales. Fernández Andrés, Ana.: Enfoque analítico gubernamental para medir eficiencia y eficacia de empresas públicas y unidades presupuestadas. Tesis de Doctorado defendida en 1999. Este trabajo propone métodos de análisis financieros con un enfoque microeconómico, que posibilitan la realización de análisis financieros con criterios de eficiencia y eficacia. 26 23 Estas interfaces pueden ser, por ejemplo, empresas comercializadoras que logren materializar los vínculos intersectoriales de diferentes entes del sistema empresarial del territorio. Un ejemplo de ello lo constituyen las empresas comercializadoras que puedan garantizar los vínculos entre el turismo y la agricultura en los territorios y donde las relaciones de intercambio se produzcan tomando en consideración la situación de los mercados locales de productos agropecuarios y las exigencias de calidad y precios que plantea el turismo. 27 Otro ejemplo de interfaces generadoras de redes empresariales lo constituyen las Oficinas de los Historiadores de los Centros Históricos de las grandes ciudades del país; las que además de generar su propia red de conservación del patrimonio edificado, van creando un conjunto de entidades turísticas y comercializadoras, que permiten incorporar ese patrimonio cultural al desarrollo del territorio y constituyen, además; un vehículo excepcional de vínculo entre ese sistema empresarial y el desarrollo social del territorio de su demarcación. El funcionamiento de estas oficinas constituye un ejemplo fehaciente de las tesis fundamentales de este trabajo, al validar la posibilidad de que en un sistema institucional como el de Cuba se pueden crear procesos de desarrollo desde la endogeneidad. 28 O sea que este tipo de entidades pueden ser empresas productivas, de servicios o comercializadoras, que sobre la base de sus necesidades internas de desarrollo logren un vinculo productivo, tecnológico, contractual y de mercado que permita dinamizar la estructura interna del territorio o la localidad. Resulta muy importante destacar la necesidad de gestionar el vínculo de estas entidades y el sistema empresarial con el desarrollo de la comunidad ya que este ha de ser uno de los factores más importantes de estímulo a la participación. El funcionamiento de dichas entidades, además de modificar la estructura del sistema empresarial, con sus mecanismos de funcionamiento, resuelve el aislamiento existente entre los elementos del mismo. Y contribuye a ir estructurando una red de empresas 27Hernández Companioni, José Carlos. "La relación intersectorial Turismo - Sector Agropecuario en el contexto del desarrollo regional. El caso de la Provincia Ciego de Avila". Doctorado defendido en 1999. Este trabajo propone la creación de una empresa comercializadora de productos agrícolas, que sirva de interface entre las Cooperativas de Producción Agropecuarias y las Empresas turísticas del territorio, así como de viabilizadora de los procesos inversionista que deban elevar la competitividad de la producción agropecuaria. Los autores realizaron un proceso de investigación en las oficinas de los historiadores de la Ciudad de la Habana (OHCH)y la de Camagüey (OHCC) las que con diferentes grados de desarrollo y complejidad, dadas la madurez del los proyectos respectivos y el potencial de desarrollo de partida, ofrecen un panorama alentador en cuanto al desarrollo de formas de captación y utilización de excedentes financieros en el territorio; al desarrollo de las redes empresariales a ellas asociadas; sus vínculos con los gobiernos de los municipios donde se desarrollan y el impacto social que van teniendo al convertirse en poleas de transmisión entre el desarrollo de su red empresarial y el desarrollo social de la comunidad de su área de demarcación. 28 24 interconectadas de forma múltiple, con la interdependencia que provoca el estar trabajando por un objetivo común y con vínculos de reciprocidad y regulación, posibilitando que el mecanismo de mercado no funcione de manera ciega, sino que sea un elemento dinamizador de los sectores y de los territorios, incrementando la eficiencia y eficacia de su aporte al desarrollo del mismo y la nación. Un sistema de dirección que pretenda mantener y desarrollar las conquistas que en el terreno social ha alcanzado, así como proyectar niveles superiores de eficiencia, debe lograr que la planificación sea la esencia del sistema de relaciones de producción, y su sistema institucional, pero sobre la base de un mecanismo flexible que armonice dos procesos: de una parte, que le proporcione a los territorios un papel activo en la definición de los objetivos estratégicos, y de otra, que se realice sobre la base de una integración de estas metas territoriales, con las que emanan de las metas sectoriales y nacionales, previstas y proyectadas desde el centro. Ambos procesos son dependientes, ya que conforman una división estructural y no sólo de procedimiento, (porque existen diferentes factores causales del desarrollo territorial), unos pertenecientes al ámbito de las decisiones nacionales y otros referidos al de las decisiones regionales. Los primeros deben ordenar y guiar el proceso de desarrollo teniendo en cuenta los problemas, potencialidades e intereses de todas las regiones del país; los segundos son de naturaleza endógena, al movilizar distintos factores del desarrollo, articular adecuadamente el ordenamiento del territorio con el desarrollo multidimensional, adecuando la política nacional (homogénea) a las estructuras territoriales (heterogénea). La experiencia de seis años en la implantación de la Planificación Estratégica en la Provincia de Camagüey, pone de manifiesto que resulta imprescindible armonizar y coordinar la planificación desde abajo, desde el punto de vista del ordenamiento físico territorial (Planes de Ordenamiento Territorial); desde el punto de vista técnico económico (Plan de la Economía) y desde el punto de vista financiero (Presupuesto), elaborados en un sistema de objetivos territoriales, con una visión al mayor horizonte de planificación posible, como Plan Estratégico Territorial Integrado. Esta metodología de planificación sobre una base prospectiva, ofrece el marco y los mecanismos apropiados para lograr el nivel de flexibilidad necesario, que permita el balance adecuado entre los diferentes mecanismos que se utilicen por el sistema de relaciones económico organizativas de la sociedad, así como que canalice la participación de las estructuras de base en la gestión del desarrollo regional. Otro elemento de vital importancia lo constituye el análisis detallado y la utilización de flujos financieros, ya que sin capacidad financiera no puede existir capacidad de decisión desde la endogeneidad; por ello resulta preciso la creación de entidades gestoras de financiamiento para el desarrollo regional, que de una parte, se nutran de parte del excedente creado en el territorio, y de otra, de las diferentes corrientes financieras que puedan ser atraídas por el territorio tanto desde los niveles centrales, como de otras fuentes financieras externas. Estas entidades funcionan no sólo como casas financieras para el fomento, sino que 25 constituirán un elemento vital de interface y complemento entre las necesidades y demandas de desarrollo sectorial y territorial. Son al mismo tiempo un mecanismo apropiado para que el gobierno local estructure y apruebe un proceso inversionista, orientado desde la endogeneidad, encaminado al logro de la gestión del desarrollo. Los efectos que pueden producir mecanismos de esta índole, se aprecian, como ya se comentó, en los resultados obtenidos por las Oficinas de los Historiadores, para el aspecto específico de la gestión de la conservación del patrimonio edificado. Por otra parte, para que exista un verdadero desarrollo desde la endogeneidad, es necesario prestar atención a lo que pudiéramos llamar los factores intangibles del desarrollo. Es evidente que la introducción de este sistema de gestión constituye un profundo cambio, y como cambio al fin, requiere de la creación de una capacidad de asimilación del mismo y de las modificaciones que las transformaciones del entorno le provoquen. Para ello se requiere de un profundo proceso de capacitación, que cree en los líderes de las estructuras locales y del sistema empresarial, la capacidad de guiar el sistema en las nuevas condiciones y de adquirir y asimilar nuevos estadios de desarrollo que se traduzcan en la formación de una cultura de gestionar el desarrollo. Esto se logrará con el establecimiento de Sistemas Integrales de Capacitación a directivos en las particularidades de los nuevos sistemas de gestión que deben ser aplicados. Ahora bien, esta cultura de gestión del desarrollo, que se debe crear en los líderes, debe ser complementada con la creación de una cultura de desarrollo en la comunidad regional, con un reforzamiento del sentido de pertenencia regional y una imagen regional auténtica, para lo cual cada localidad debe concebir programas de imagen que eleven el sentido de pertenencia con el territorio y propicien la participación activa de la comunidad en la transformación del territorio. Un elemento de crucial significado para lograr el desarrollo descrito lo constituye la inserción de los territorios en el escenario económico mundial, lo que significa que es necesario alcanzar el nivel de competitividad que posibilite este objetivo, lo que pasa necesariamente por la asimilación del actual proceso de innovación tecnológica. Se hace necesario combinar la asimilación y difusión de la tecnología proveniente desde fuera del territorio y que pueda tener una carácter radical, con el nuevo paradigma tecnológico, o sea, la innovación incremental, que significa la difusión y aplicación de pequeñas pero constantes innovaciones y racionalizaciones que surgen de los esfuerzos e iniciativas de los actores locales, que al constituir soluciones propias, se convierten en ventajas competitivas de los territorios. El proceso de innovación tecnológica desde la endogeneidad se imbrica necesariamente con la utilización de los mecanismos existentes (Fórum de Ciencia y Técnica) y la creación de otros nuevos, que permitan potenciar las reservas tecnológicas y productivas territoriales. Tal es el caso de la formación de oficinas de gestión de información y conocimientos, que integradas directamente a empresas o 26 redes de empresas del sistema empresarial, puedan ofrecer un nivel de información adecuado para la gestión de proyectos y financiamientos que redunden en la elevación de la competitividad del sistema empresarial y del territorio o localidad en su conjunto. . Es por ello que, un sistema territorial que actúe bajo las condiciones de un sistema como el que se describe, debe funcionar sobre la base de una proyección estratégica y también asimilando los más variados sistemas de gestión en el accionar del aparato de gobierno local. Los gobiernos locales serán los creadores del marco apropiado en el que se desarrolle el sistema empresarial y comunitario de cada territorio, de una forma armónica, ya que no es suficiente tener estrategias: es necesario gestionarlas y utilizar eficientemente los recursos humanos, financieros y las iniciativas locales. Resumiendo podemos decir que: El desarrollo regional es un proceso que depende basìcamente de la acción de tres fuentes que se complementan, a saber, el potencial de desarrollo existente en el territorio, las fuentes exógenas que se puedan captar y las fuentes endógenas que se puedan desarrollar, sin la acción de las cuales no se estarán aprovechando todas las posibilidades de gestión del desarrollo. Los factores de los que depende la manifestación del desarrollo endógeno, son aquellos capaces de pone en juego la capacidad de producción de sinergias que internamente se encuentra latente en el territorio, y que para manisfestarse requiere de condiciones organizativas que propicien su aparición. En la coyuntura económica y social de Cuba al inicio del tercer milenio, el desarrollo integral del país gestionado desde los niveles centrales, debe ser combinado con una gestión del desarrollo desde la endogeneidad. Este proceso, lidereado por las estructuras locales del gobierno, constituye una necesidad objetiva actual, para imprimir una nueva fuerza al proceso de cambio iniciado en 1986. Este proceso presupone, que sin erosionar el carácter unitario de la nación y el programa político que se sustenta, los sistemas de Dirección asimilen un proceso descentralizador, en el que los procesos de distribución y redistribución de los excedente se produzcan lo más cercano posible en el tiempo y el espacio a la base, de manera que se perciba con la mayor nitidez posible que cada cual aporta su máxima capacidad y recibe según su trabajo, lo que significa la posibilidad de extraer el máximo a la dinámica de acumulación de un sistema económico como el cubano y contribuye a que se pueda ejecutar la gestión del desarrollo desde la endogeneidad . La endogeneidad es imposible si no existe capacidad financiera, susceptible de ser gestionada a partir de la eficiencia del territorio y de su capacidad de gestión, para elevar el poder de decisión de la región y para ello es preciso crear los mecanismos que permitan desarrollar estas capacidades y crear las condiciones para que los territorios posean la capacidad de elevar su atractividad con relación a 27 flujos financiero externos, ya bien provengan de los flujos centralizados o de inversores extranjeros. Las estructuras del gobierno deben convertirse en gestoras de un entramado territorial, sobre la base de un profundo programa de ampliación de la participación empresarial, institucional, popular y comunitaria en las diferentes fases del proceso de gestión del desarrollo, desde lo territorial, de manera que la democracia sea cada vez más un permanente ejercicio participativo de los distintos actores, en la gestión del desarrollo. Se logre además una armonía entre el desarrollo sectorial y el territorial, mediante la creación de mecanismos y entidades capaces de integrar las necesidades y demandas tanto sectoriales como territoriales, de manera que los primeros vean en los segundos el sustento, así como el complemento de sus actividades y resultados, y dejen de ser enclaves productivos y de servicios, radicados en los territorios. El desarrollo desde la endogeneidad debe propiciar una atención más particularizada a la armonía con el medio ambiente, para garantizar la sustentabilidad del mismo. Ninguna de las premisas planteadas pueden alcanzarse sólo por decreto o por la voluntad expresa de lograrlas, sino que deben crearse los mecanismos económicos, financieros, legales, estructurales y administrativos, que posibiliten su manifestación y por ende un proceso de desarrollo desde la endogeneidad, que complemente y se vincule armónicamente al desarrollo integral que se gestiona desde los niveles centrales. Los mecanismos que se diseñen deben: Privilegiar la transformación de los sistemas empresariales del territorio en redes de empresas o sistemas de redes que se interrelacionen y tengan intercomunicaciones múltiples. Establecer sistemas integrales de capacitación organizacional que creen y desarrollen una cultura de gestión del desarrollo. Desarrollar programas encaminados a fortalecer la imagen de los territorios, y la creación de una cultura de desarrollo en la comunidad. Explotar al máximo los sistemas de innovación y difusión de cambios tecnológicos existentes, asociados al desarrollo empresarial, institucional y de la estructura y funcionalidad de las ciudades enclavadas en los territorios. La planificación estratégica integrada de los territorios constituye el elemento esencial de equilibrio de los mismos con el entorno; de integración del territorio a la nación y al proyecto político que ella sustenta y condición indispensable para que la gestión territorial se integre con la gestión del desarrollo desde el nivel central, con un enfoque estratégico, dinámico y sobre una base prospectiva. 28 Por último, para alcanzar la endogeneidad, no basta con tener estrategias, sino que es necesario gestionarlas y utilizar eficientemente los recursos humanos, financieros, las iniciativas locales y que exista una voluntad política de que los flujos financieros puedan ser utilizados en magnitudes crecientes para la gestión del desarrollo, por el propio territorio. BIBLIOGRAFÍA: 1. ALBURQUERQUE F. 1998. Cambio Tecnológico, globalización y desarrollo económico. Ed. Mimeo. Consejo de Investigaciones Científicas Madrid. 2. ALONSO J. L. MÉNDEZ R. 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