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EDITORIAL
La “urgencia vital” de la doble moral: en Urgencias hay tanta moral que
la hay doble*
Eliécer Cohen-Olivella, MD., BSc., MSc., EP.(1)
The vital urgency of double standards: in Emergency Department there is so much moral
which is double
Recién ha iniciado de nuevo el show mediático del cambio administrativo gubernamental donde se mueven hilos, se aceitan maquinarias políticas con reuniones entre directivos y se lanzan
atractivos titulares con “declaraciones futuras de emergencias” (1) que se viven hace más de
diez años (como la violencia contra el personal de salud (2-4), la ocupación -mal medida en
porcentajes (5) -con base en subregistros y plagados de enfoque económico puro) (6) e inclusive
con desinformación (7) que empeora la situación (tiempos de espera dispuestos para triage en la
nueva resolución) (8) y ya empiezan a aparecer las milagrosas soluciones que los mesías traen a
la sociedad colombiana.
Y lo peor es que es una moda, cultural, de difícil redireccionamiento -como lo es brindar licor
nocturno al salir de graduaciones en instituciones de salud de donde todos vuelven a casa en vehículos propios bajo el “inocuo efecto de dos traguitos”, el callar ante situaciones de aprovechamiento de poder para mantener la funcionalidad de las jerarquías e hipocresías políticas por “no
patear la lonchera” y dejar de defender los principios y los valores en los que se cree (honestidad,
integridad, justicia aún distributiva, beneficencia y equidad)- actuar sin coherencia y rezagar a los
pocos que defendemos dichos preceptos morales por no ser parte del grupo que contesta falsamente
“su llamada es muy importante para nosotros” o no tener equipo.
Nuestra especialidad fue creada por la necesidad de la población de tener una atención especializada en los mejores quince minutos de cualquier especialidad y diseñada para priorizar la
resolución de problemas a quienes están en peligro, son vulnerables y sin rasgo alguno de sesgo
de selección; entró a la moda de ser gestionada por política, jerarquías y ser unos “más iguales que
otros” filtrados por poder e influencias aunque eso se aleje de la misión, visión y directrices éticas
(¿les suena la palabra?) de la especialidad y de cada institución. Nos volvimos carne de cañón en
lugar de representar a los pacientes en sus derechos en salud y abogar porque se les cumplan.
* El término “urgencia vital” no existe. Es urgencia o es emergencia
Especialista y Magíster en Bioética. Especialista en Medicina de Emergencias. Profesor Clínico Universidad de los Andes y Fundación Santa Fe, Profesor Méritos Académicos y Coordinador Programa Especialización Medicina de Emergencias Universidad del
Rosario y Staff Instituto Servicios Médicos de Emergencia y Trauma (ISMET) Hospital Universitario Fundación Santa Fe de Bogotá.
Sección Bioética y Calidad. Bogotá, Colombia.
► Correspondencia: Dr. Eliécer Cohen-Olivella, MD., MSc. Correo electrónico: [email protected]
► Citar como: Cohen-Olivella E. La “urgencia vital” de la doble moral: en Urgencias hay tanta moral que la hay doble. Perspectiva en
Urgencias 2015; 1(3): 127-130.
►Recibido: 12/07/2015, Aprobado: 13/08/2015.
►
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Perspectiva en Urgencias
Volumen 1 Número 3, 2015
Aunque algunos hayamos vivido más de una década sensibilizando la situación inminente y sus peligros, estudiando el tema y llamando la atención de colegas, subalternos, jefes y administrativos respecto del problema de
la excesiva ocupación de Urgencias, previendo las situaciones que ponen en riesgo a pacientes, médicos e instituciones, apenas ahora brillan ‘los expertos’ que dictan conferencias y escriben -con mala ortografía- resoluciones y decretos que rayan en la ignorancia mientras buscan arreglar tremendo problema complejo aumentando
el tamaño de Urgencias, y obligando a tiempos incumplibles sin redistribución de las cargas entre niveles asistenciales, sin ajustar oportunidad de Consulta Externa, capacidad de redes hospitalarias que satisfagan siquiera
las necesidades actuales, sin educación respecto al uso adecuado de Urgencias y sin planes de contingencia que
dejen de ser el día a día de la mayoría de las instituciones prestadoras de servicios (digo, de sus Urgencias, que
soportan solas -sin espacio hospitalario y sin procesos administrativos eficientes- la responsabilidad institucional, mientras las instituciones priorizan su sostenibilidad (y camas) con la cirugía programada, cuidados intensivos y enfermedades de alto costo) que siendo parte del equipo como Urgencias, sí limitan su capacidad, espacio
y soporte científico a horarios hábiles y según disponibilidad, mientras en Urgencias la faena es permanente y
se le exige capacidad ilimitada.
Sin contratación adecuada (ni otra motivación) los otros médicos especialistas (consultantes en otras áreas)
o van tarde o no van cuando se les requiere en Urgencias. Para ellos, el concepto de disposición (definición
del destino -para nosotros tan esencial- basado en que Urgencias NO es sitio de estancia) no es importante, y
pueden querer dejar “en observación” más de 6 horas en Urgencias. Los exámenes solicitados se han vuelto
tan comunes gracias a la medicina defensiva, la agresiva desconfianza de los pacientes, la participación activa
irresponsable de colegas inexpertos en Urgencias y sus procesos, nuestra propia desconfianza clínica y la famosa medicina basada en la evidencia (patrocinada por la industria) que ahora las ayudas diagnósticas urgentes no
son consideradas así y son asignadas por cita o su proceso decidido por otro servicio. Eso cuando los pacientes
no exigen algo basados en Google, o son dirigidos a Urgencias por sus tratantes o sus “entidades promotoras de
salud” a por paraclínicos no urgentes para desviarse de los debidos procesos administrativos engorrosos o por
“hacerle el favor” al paciente de “urgenciarlo” (9). Debemos desvirtuar el famoso y común “cualquier cosita
vaya a Urgencias” porque Urgencias no es un servicio para cualquier cosita, y agradecer el reconocimiento permanente que implica saber que en Urgencias confían porque funciona, aunque critiquen siempre.
Los registros de historias clínicas suelen tener más requisitos cada vez y logran que el personal use mayor
tiempo en el computador o llenando documentos que con el paciente y su familia. Y se espera que haya atención de aproximadamente cuatro pacientes por hora, como si fuera la atención de Urgencias equiparable a ver
pacientes conocidos estables en consulta, o chasquear los dedos y vender fórmulas.
Aceptar -como gremio- tantas conductas inapropiadas en los servicios de Urgencias es formar parte del problema y no de la solución. Guardar silencio ante tanto despropósito como cada paciente no urgente que exige
atención prioritaria porque paga, o porque es “amigo de”, cada hospitalizado que ocupa espacio de Urgencias
por lleno hospitalario completo o por “no convenio” administrativo como si solo Urgencias y no el hospital tuviera que correr con el peso de ser el servicio desordenado, caótico, donde se viola la privacidad, la dignidad del
paciente aún conociendo que dicha ocupación y la distribución de la carga del personal en la relación personal :
paciente inadecuada favorece los errores, la mala calidad de la prestación asistencial, la morbilidad intrahospitalaria y los riesgos médico-legales es igual a apoyar la muerte social de nuestra especialidad. No apropiarse de
corregir procesos inadecuados en Urgencias, potencia el argumento de que “esto siempre ha sido así” que no es
congruente con el de “la especialidad de Urgencias es la llamada a cambiar las cosas”.
Que haya que usar inteligencia emocional, diplomacia y política en la comunicación no es igual a ser sumisos,
pasivos ni tampoco a que haya que repetir errores otros diez años ni esperar lagartearse un puesto de poder para
vanagloriarse en él, construir empresa propia sentado ahí y pavonearse del beneficio personal mientras el bien
común se aplaza cada vez más. Esto no es el Congreso de la República.
La “urgencia vital” de la doble moral...
Cohen
Salvamos vidas. Abogamos por los derechos de los pacientes y estudiamos mucho para demostrar que somos
una especialidad necesaria, única, extremadamente poderosa tanto como para determinar a quién interconsultamos, cuánto dinero se invierte en salud y quién se hospitaliza y quién no.
La congestión en Urgencias no se mide en porcentajes. No se trata de una sala de camas llenas o no, con espacio en pasillos y camillas más o camillas menos. Se trata de un sitio sagrado donde los procesos de flujo de
pacientes de entrada y salida se interrumpen o demoran y alguien muere. Hay personas a las que hemos reanimado, otras por quienes combatimos infecciones severas, y otras a quienes únicamente podemos calmarles el
dolor y acompañarlos. Pero deberemos estar ahí, 24/7/365 disponibles para ellos con la mejor actitud, tiempo,
espacio, conocimiento, herramientas y aptitudes entrenadas. Organizar los equipos y velar por las condiciones
que nos permitan entregar un valor superior de atención, es tan función nuestra como lo es la de un intensivista exigir un monitor de presión intracraneana y para un cirujano exigir sala de cirugía. No hacerlo explica el
desempoderamiento y la mala prensa, el no reconocimiento público de la capacidad de Urgencias y el maltrato,
injustificable, fruto de tamaña incultura y tolerancia a situaciones inadecuadas dictadas por el mercado.
Somos los emergenciólogos quienes estamos llamados por nuestra vocación real a mejorar nuestras condiciones al tiempo que corregimos las fallas en la asistencia y el flujo continuo de los pacientes que requieren
este tipo de atención. Agremiarnos, unificar conceptos y directrices hacia el gran trabajo que tenemos por
delante, es sensibilizarnos con la historia y algo que nos permite evitar repetir equivocaciones para saber
hacia dónde vamos.
Desde 2003 cuando inicié mi entrenamiento formal en la residencia de Medicina de Emergencias mi interés
mayor ha sido y es optimizar la prestación del servicio de Urgencias para la gente. Mi tesis de grado en 2006
fue acerca de la diferencia en el indicador demanda no atendida en Urgencias (medida directa de overcrowding),
antes y después de que hubiera especialista en Medicina de Emergencias a cargo del turno, en una institución
de tercer nivel en Bogotá y la expuse en el Congreso Mediterráneo de Medicina de Emergencias en Sorrento,
Italia en 2008.
Influí en la mayoría de los trabajos publicados al respecto en el país o en sus autores, e hice pública la palabra
overcrowding (sobrecupo, hacinamiento) en Colombia, a los oídos de jefes incrédulos, a los que ni siquiera les
llamaba la atención el tema.
Durante tiempo prolongado los estudios mundiales han planteado soluciones de difícil aplicabilidad en nuestra sociedad, pero también basan su potencia en la gestión interna y en la demostración de costos en seguridad
del paciente y económicos de la atención en Urgencias que los emergenciólogos debemos estudiar y publicar.
Ahí hace falta evidencia. Lo empírico ahora carece de valor y la epidemiología es la evidencia de la evidencia
evidente mientras aparezca la contraria. Los números y pruebas en estudios bien diseñados para estudiar problemas y probar soluciones, requieren también honestidad institucional y motivación de los demás emergenciólogos. No es un trabajo que otras especialidades vayan a hacer por nosotros (mientras nosotros seguimos haciendo
estudios para otras). Probablemente todas las soluciones requerirán compromiso del sector salud, hospitalario y
ambulatorio dentro del equipo que conforma el Sistema General de Seguridad Social en Salud.
Creo firmemente que es por medio del servicio de alta calidad que nuestra especialidad será reconocida. Dicho logro extraordinario dependerá de la activa participación conjunta y unida, representada en una Asociación
Científica. Reconocernos como personas diferentes y aceptarnos en nuestras diferencias, fortalecerá el trabajo
en equipo del que somos -lo creamos o no- ejemplo en el mundo médico. Respetarnos y apoyarnos en el día a
día es una necesidad y propongo que construyamos frentes de acción a partir del consenso de prioridades: triage, sobrecupo, violencia, calidad, contratación, agremiación, estándares, guías y protocolos, certificación y recertificación, aval de currículos, creación de supraespecialidades, error médico, tecnología y educación médica,
ultrasonido bedside, urgencias geriátricas, pediátricas y cuidado paliativo, sistema prehospitalario y de trauma,
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son solo algunas. Claramente Colombia tiene marcadas diferencias con otros países donde la especialidad está
desarrollada y ya es parte integral del sistema de salud. Negociar los puntos a tratar en los que debemos participar dentro de la coyuntura actual de Urgencias -ahora en el ojo del huracán sin saber cuánto dure- y publicar
nuestra posición en los diferentes temas que nuestra especialidad vive y debe dirigir, goza de todo el apoyo de
la Asociación Colombiana de Especialistas en Medicina de Urgencias y Emergencias─ACEM .
¡Basta ya de quejarse sin hacer nada para arreglar lo que no funciona! No esperen necesitar la Asociación para
asociarse. El momento perfecto para hacerlo es ahora.
Declararán emergencia sanitaria en Bogotá ante hacinamiento de hospitales. http://nota.elespectador.com/nodes/articulo/2016/01/n-613106.html (acceso
enero 2016). 2 ¿Por qué agredimos a los médicos? http://nota.elespectador.com/nodes/articulo/2016/01/n-610915.html (acceso enero 2016). 3 Urgencias
médicas, en caos. www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-909636 (acceso enero 2016). 4 Secretaría de Salud, preocupada por agresiones a personal
médico. http://nota.elespectador.com/nodes/articulo/2011/02/n-252997.html (acceso enero 2016). 5 Las urgencias: a cuidados intensivos. http://nota.elespectador.com/nodes/columnaelespectador/2015/10/n-592455.html (acceso enero 2016). 6 Declaran emergencia sanitaria en Bogotá por crisis de servicios de
urgencias. http://www.elespectador.com/noticias/bogota/declaran-emergencia-sanitaria-bogota-crisis-de-servicio-articulo-614452 (acceso febrero 2016). 7
Esta es la nueva clasificación del triage en el servicio de urgencias. http://nota.elespectador.com/nodes/articulo/2016/01/n-613290.html (acceso enero 2016)
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Nuevos criterios para clasificación de triage en urgencias. https://www.minsalud.gov.co/Paginas/Nuevos-criterios-para-clasificaci%C3%B3n-de-triage-enurgencias.aspx (acceso enero 2016). 9 ¿Por qué algunos pacientes son agresivos con los médicos? http://www.semana.com/vida-moderna/articulo/por-quealgunos-pacientes-son-agresivos-con-los-medicos/458385
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