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EDITORIAL
Asociarse para qué
Eliécer Cohen-Olivella, MD., MSc.
Making up an association: what for?
En muchos países (Colombia no es la excepción) aún hay jóvenes e inexpertos médicos generales trabajando en Urgencias y siendo parte de las inequitativas distribuciones que ponen a
los menos entrenados, menos competentes y menos supervisados doctores a atender a los más
indiferenciados, inestables, agudos y vulnerables pacientes de los hospitales y clínicas, mientras
los experimentados, entrenados y competentes especialistas médicos y quirúrgicos hospitalarios
o ambulatorios solo los critican por todo, desde afuera de Urgencias, al llegar en las mañanas de
lunes a viernes en su habitual horario “hábil” y aproximarse a la puerta o pasar por el pasillo cercano. Urgencias es tildado a priori de desorganizado, feo, inoperante, ineficiente y hasta caótico
sin el beneficio de la consideración de ser el garante de la salud de todo el hospital y el único
servicio capacitado para brindar de repente, la atención de cualquier otro. Ocasionalmente, es
cierto, los otros especialistas (consultados) participan de la asistencia en salud de algunos pacientes y, desconociendo los procesos de Urgencias, asumen -como si conocieran los procesos- poder
decidir días de observación, investigar aspectos no urgentes o fallan en una orden escrita, en una
documentación o en informar su respuesta al consultante, y se convierten en rocas que detienen el
flujo de atención en Urgencias, y enturbian el “agua de la pecera”1.
La Medicina de Emergencias es una especialidad nacida del vacío de pertenencia y apropiación
dejado como sala, cuarto, servicio o departamento de urgencias, huérfano y dependiente de las
demás especialidades, abandonado en los horarios “no hábiles” a la suerte de la “iluminación”, el
favor de algún especialista que respondiera una llamada de auxilio, al desempoderamiento social
de médicos generales de atención primaria y a la indolencia de las instituciones en la coyuntura en
la que renacía la perspectiva del paciente como importante indicador de calidad y su satisfacción
como meta, eje del creciente mercado en opciones de servicios de salud y competencia principalmente comercial. Creció vertiginosamente en países desarrollados con culturas que se basaron
mucho antes en la inversión en las personas, con líderes comprometidos con el futuro de su pueblo
y dirigentes que buscaron e invirtieron en salud y educación como base de su desarrollo como
sociedad, desplazando del primer lugar el beneficio personal, el uso de los seres humanos como
medios para fines de aprovechamiento, la corrupción y el desfalco del bien público resapaldados
en la inconciencia colectiva y la tolerancia excesiva ante la falta de coherencia y honestidad en
sus instituciones.
Especialista y Magíster en Bioética. Especialista en Medicina de Emergencias. Profesor Clínico Universidad de los Andes y Fundación Santa Fe, Profesor Méritos Académicos y Coordinador Programa Especialización Medicina de Emergencias Universidad del
Rosario y Staff Instituto Servicios Médicos de Emergencia y Trauma (ISMET) Hospital Universitario Fundación Santa Fe de Bogotá.
Sección Bioética y Calidad. Bogotá, Colombia.
► Correspondencia: Dr. Eliécer Cohen-Olivella, MD., MSc. Correo electrónico: [email protected]
► Citar como: Cohen-Olivella E. Asociarse para qué. Perspectiva en Urgencias 2015; 1(2): 75-76.
►Recibido: 23/04/2015, Aprobado: 12/06/2015.
►
(1)
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Perspectiva en Urgencias
Volumen 1 Número 2, 2015
Asociarse, que está escrito (acepción que nos atañe) en el Diccionario de la Real Academia Española2 en
términos de asociación y sociedad así:
• Asociación: 2. f. Conjunto de los asociados para un mismo fin y, en su caso, persona jurídica por ellos
formada.
• Sociedad: 2. f. Agrupación natural o pactada de personas, organizada para cooperar en la consecución
de determinados fines, debería incluir en su ser persona jurídica y como resultado del esfuerzo común
de sus miembros hacia su fortalecimiento como gremio, reconocimiento como especialidad y beneficio
social y gremial, el aporte económico y en especie de sus miembros y cada una de sus experticias o
intereses individuales.
Con fines comunes de bienestar3 social en salud, con trabajo en equipo y la vocación de servicio profesional
(autorregulada, basada en conocimiento científico, al servicio social y autónoma) la asociación que representa
la especialidad habría de lograr en menor tiempo que sus similares unir esfuerzos y liderar desde sus inicios
la búsqueda de la excelencia, el reconocimiento de los errores y el control de sus prácticas con mediciones
rigurosas y políticas claras que irían convirtiéndose en ejemplo para las demás especialidades y la llevarían a
su lugar privilegiado hoy. Gracias al diálogo y al saber -como en un matrimonio que funciona- que la unión
hace la fuerza y que el lazo ha de ser más poderoso que los intereses personales, se lograría la unificación de
conceptos de diagnóstico y tratamiento actualizado y basado en conocimiento científico, el establecimiento y
documentación de un programa de entrenamiento especializado tan riguroso o más que el de las otras especialidades, la creación de exámenes de certificación y recertificación (para homologaciones y cada tres años, por
ejemplo) y se ganaría el reconocimiento público y social, para luego alcanzar el reconocimiento de las otras
especialidades, el Estado y el gobierno.
Es una especialidad poderosa y aguerrida, que vive y es muestra de la realidad de los sistemas de salud
pública del mundo y navega en las difíciles aguas donde interactúan las corrientes de los derechos humanos
a la salud, la promesa médica de no hacer distinciones de raza, credo, nacionalidad, poder social, político o
económico, elección religiosa o sexual; la legislación respecto al acceso a dichos servicios, su regulación y
su vigilancia, la misión y visión institucional (de cada hospital) en el marco de su sostenibilidad financiera, el
desarrollo cultural en el constructo del contrato social respecto a la salud pública y la moral social, y la ética
médica (tristemente tan susceptible como humana).
Representar los derechos públicos en salud y la vocación de servicio “24/7/365” para cualquiera, por cualquier situación, en cualquier momento e, inmersos en el ambiente especial de Urgencias dentro de un medio de
salud con componentes comerciales de servicio susceptible de leyes de mercado, competencia desleal y vicios
de política corrupta con egos de vaca sagrada, y dirigido preferencialmente a beneficios personales, dentro de
un marco institucional como empleo, requirió entonces y requerirá ahora y siempre, construir relaciones entre
instituciones (hospital y asociación) más que entre institución y empresa, o empresa y empleado, y potenció la
necesidad de agremiación o asociación, con simbiosis institucional gana - gana, y también en la búsqueda de
equilibrio y bienestar personal del profesional especializado en urgencias para poder hacer bien a los demás.
Paciencia, resolutividad, persistencia, perseverancia y resiliencia se requieren por parte de quienes no dependen de reconocimiento externo por el sólo hecho de saberse haciendo lo correcto. Puede ser demorado y
largo el camino, pero la meta está en la consistente secuencia de pequeños pasos hacia adelante que domina
el camino de la medicina de emergencia. El gozo de vivirlo es el día a día en su construcción, tal como lo ha
demostrado la historia en muchos países del mundo. .
En mi opinión fundamentada y compartida por líderes y organizaciones internacionales de la especialidad4, el determinante para el desarrollo de la especialidad de Medicina de Emergencias en Colombia es el
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fortalecimiento de la Asociación. No habrá descubrimiento o investigación alguna a nombre propio que pese
más que el nombre de una asociación robusta y cimentada en su misión, gracias a todo aquel aporte que cada
miembro quiera poner de su parte hacia ese fin común que es asegurarse de que la mayoría de las personas
tengan acceso a una atención de urgencias de buena calidad gracias a una especialidad posicionada, reconocida y funcional que garantice, con el poder logrado entre todos y la representación de la sociedad que nos ve
como sus defensores y baluartes5, en el tiempo la sostenibilidad del resultado de nuestro esfuerzo y la salud de
nuestra gente. Será entonces cuando vendrán los beneficios materiales que se esperan de un club. Entender que
el poder en medicina vale en la medida en que beneficie a una sociedad y “al otro”, requiere madurez, y ya es
tiempo de empezar a creernos como especialidad lo poderosos que somos6.
1
Jacobson S. The fishbowl effect. Acad Emerg Med. 2005;12:956-7. doi: 10.1197/j.aem. 2005.05.006. 2Diccionario de la Real Academia Española. Edición
tricentenario. Disponible en: http://dle.rae.es [Acceso Oct 2015]. 3Zink B. Anyone, anything, anytime: a history of Emergency Medicine. Elsevier Health
Sciences, 2006. 4Arbeláez C, Patiño A. State of emergency medicine in Colombia. Int J Emerg Med. 2015;8:9. DOI 10.1186/s12245-015-0057-4. 5White F. I
know where this is going. Ann Emerg Med. 2014;64(6):676-677. doi: http://dx.doi.org/10.1016/j.annemergmed.2014.06.020. 6Laack T, Laack N. My husband
is a physician. Ann Emerg Med. 2013;64:198. doi: http://dx.doi.org/10.1016/j.annemergmed.2013.10.032