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Ideas Centrales de Pierre Bourdieu Por: Carlos Mazzola 1 El plano espistemológico Los conceptos a los que apela Bourdieu para explicar los fenómenos sociales, no cargan sobre sí con la pretensión de ser un reflejo de la realidad, sino que los mismos tienen el carácter de construcciones subjetivas dirigidos a explicar la realidad objetiva. Esta construcción teórica lleva explícita una conquista sobre la comprensión de la realidad, previo lo cual uno debe vencer la ilusión del saber inmediato: “ La familiaridad con el universo social constituye el obstáculo epistemológico por excelencia para el sociólogo, porque produce continuamente concepciones o sistematizaciones ficticias, al mismo tiempo que sus condiciones de credibilidad" (Bourdieu , 1975 p.27) Esta construcción de los conceptos, no implica un aislamiento de ellos tomados como categorías independientes capaces de dar cuenta de la realidad, sino que los mismos alcanzan su significación cuando son remitidos a otros, en un juego permanente de referencias mutuas, conformando un sistema teórico, sin el cual los conceptos se vacían de sentido. 1.1 La dualidad Existe una coincidencia con los padres de la sociológia: Marx, Comte y Dukheim acerca de que lo social no debe entenderse desde otras dimensiones que no sean sociales, es decir hay una defensa al derecho de una explicación sociológica. Lo que de ninguna manera significa una abolición del individuo como protagonista de la conformación de los hechos sociales, pero el individuo no es un ser abstracto carente de contexto, sino que se trata de tomarlo como un agente socializado: “Esta actitud metodológica lleva necesariamente a sustituir la relación ingenua entre el individuo y la sociedad, por la relación construida entre los dos modos de existencia de lo social: las estructuras sociales externas, lo social hecho cosas, plasmados en condiciones objetivas y las estructuras sociales internalizadas, lo social hecho cuerpo, incorporando a la gente”.(Gutiérrez, 1995. p. 18) De esta manera la relación individuo-sociedad, dejan de ser dos categorías antagónicas del análisis y se constituyen como complementarias. Cuando Bourdieu hace referencia a lo social, los atributos de objetividad y estructuras externas quedan sintetizadas en la categoría de campos sociales. Por otra parte, cuando hace referencia a lo individual, los atributos de subjetividad y estructuras internas se sintetizan en el concepto de hábitus. Por ello con la noción de campo y hábitus se busca superar la dicotomía entre lo objetivo y lo subjetivo.1 Esta preocupación es compartida por otros autores contemporáneos. Así, Giddens también plantea que, desde el punto de vista sociológico, ninguna de las dos perspectivas es satisfactorias si la tomamos independientemente. Su propuesta consiste también 1 No obstante Bourdieu considera a la realidad social, como estructuras duales, ya que por un lado la misma se constituye a partir de interrelaciones necesarias e independientes de la voluntad y conciencia de los sujetos, que se plasman en posiciones objetivas, y por otro, en la internalización de esas condiciones en los agentes. Pero esta dualidad no implica espacios de análisis distintos, sino momentos que se articulan en las descripciones sociológicas, por lo que en un primer momento debe estar básicamente centrado en las descripciones y explicaciones de las condiciones estructurales de la vida social, las que (lo que conforma el segundo momento) serán descriptas como condiciones estructurantes en los agentes sociales, en los cuales se reproducen como esquemas de representación y apreciación de esa misma realidad. 1.2 Lo sustancial Vs. lo relacional Bourdieu se opone al pensar sustancial, el que se basa en tomar las propiedades de los fenómenos sociales como cosas. Como si se trataran de propiedades intrínsecas e inmutables. En contraposición, basa su desarrollo analítico en conceptos y perspectivas relacionales, en donde los objetos de análisis se dimensionan histórica y socialmente, lo que implica tener en cuenta las perspectivas de transformación y relación. Tanto las nociones de campo como de hábitus,(que conforman sus conceptos centrales) se abordan relacionalmente, ya que entiende al campo como: “Un conjunto de relaciones objetivas entre posiciones históricamente definidas, mientras que el hábitus toma la forma de un conjunto de relaciones históricamente incoporadas a los agentes sociales” (Gutierréz, 1995.p. 23) Conceptos estos, que cobran su verdadera dimensión relacionados entre si. 1.3 Estructuralismo genético Una de las ideas más complejas es la articulación de lo estructural con lo histórico. Muchos cientistas sociales buscan dar cuenta de esta articulación, y Bourdieu lo realiza de esta manera: " diría que trato de elaborar un estructuralismo genético: el análisis de las estructuras objetivas (la de los diferentes campos) es inseparable del análisis de la génesis, en el seno de los individuos biológicos, de las estructuras mentales que son por una parte el producto de la incorporación de las estructuras sociales, y del análisis de la génesis de estas estructuras sociales mismás: el espacio social y los grupos que en el se distribuyen, son el producto de luchas históricas(en las cuales los agentes se comprometen en función de su posición en el espacio social y de las estructuras mentales a través de las cuales aprehenden ese espacio)” (Bourdieu, 1988.p.26) La articulación de estas dos dimensiones es también una contribución muy significativa al discurso sociológico, ya que el mismo tendía a separar la dimensión diacrónica con la sincrónica. Con estructura y génesis Bourdieu acerca el análisis histórico al sociológico, en donde el tiempo y el espacio dialécticamente intervienen en la conformación de las coordenadas de los fenómenos. en que es necesario rescatar tanto la incidencia de las estructuras objetivas, cuanto la dinámica del actor social. Pero, como veremos luego, mientras en Bordieu la superación de la dicotomía subjetivismo-objetivismo se articula especialmente en torno al concepto de habitus, en Giddens se plantea a través de su concepción de “dualidad de lo estructural”. Dice con respecto al análisis histórico: “ Lo propio de las realidades históricas es que se puede siempre establecer que hubiera podido ser de otra manera, que va de otra manera a otra parte, en otras condiciones. Lo que quiere decir, que al historiar, la sociología desnaturaliza, desfataliza”.(Bourdieu,1988.p. 27) 2 La economía de las prácticas En Bourdieu, las prácticas sociales son explicadas desde una lógica general análoga a las propiamente económicas. Por ello las nociones de maximización de las inversiones, las relaciones de costo beneficio, los procesos de intercambio, las nociones de capital, intereses, etcétera, dejan de ser conceptos específicos de la disciplina económica para extenderse a todos los campos sociales. Así se pueden hablar de diferentes economías: economía de la religión, de la ciencia, del arte, de la política, etcétera De esta manera, a lo que habitualmente denominamos como lo propiamente económico, es sólo una parte de las prácticas sociales, que pueden todas ellas ser entendidas desde una lógica económica más global. Se diferencia la dimensión económica (entendida como tradicionalmente se la conoce) de la economía de los capitales bourdianos, en el hecho de que las primeras tienen como fin de realización metas también estrictamente económicas, no así en cambio las economías de las prácticas que poseen fines vinculados a su propio campo. Con esto Bourdieu aporta a la desmistificación de la producción desinteresada en los campos vinculados a la ciencia, al arte, la religión, etcétera, manifiesta por ello que el único desinterés que circunda a las prácticas sociales es el mostrar desinterés por el interés. 3 Los campos sociales Con este concepto el autor aporta una categoría de análisis a la sociología verdaderamente revolucionario, ya que logra escapar a la reducción de acotar todo a la dimensión de clases, y la reproducción de las mismás, propuesta por los marxistas clasicos. Posibilita así, crear un nuevo recorte de estudio del espacio social y de sus prácticas. Esta distancia con el marxismo no implica perder el perfil crítico y desmistificador que puede tener la sociología. Para Bourdieu : “ .... Un campo puede definirse como una red o configuración de relaciones objetivas entre posiciones. Estas posiciones se definen objetivamente en su existencia y en las determinaciones que imponen a sus ocupantes, ya sean agentes o instituciones, por su situación (situs) actual y potencial en la estructura de la distribución de las diferentes especies de poder,(o de capital) - cuya posesión implica el acceso a las ganancias específicas que están en juego dentro del campo- y , de paso, por sus relaciones objetivas con las demás posiciones (dominación, subordinación, homología, etcétera) . En las sociedades altamente diferenciadas, el cosmos social esta constituido por el conjunto de estos microcosmos sociales, relativamente autónomo, espacio de relaciones objetivas que forman la base de una lógica y una necesidad específica, que son irreductibles a las que rigen los demás campos" (Bourdieu, et al. 1995) O bien de modo más sintético: “ espacios de juego históricamente constituido con sus instituciones especificas y sus leyes de funcionamiento propias" (Bourdieu, 1988: 108) Estas leyes denominadas invariables funcionales son de alcance general, ya que valen para todos los campos, las cuales logran ser comprendidas sólo en relación a otros conceptos, tales como: capital, posición, interés, espacio social, etcétera . Lo común de los campos es que todos se estructuran como un sistema de posiciones y relaciones de dichas posiciones: “ los campos se presentan como sistemas de posiciones y de relaciones entre posiciones. Recordemos aquí que pensar en términos de campo es pensar relacionalmente: se trata de espacios estructurados de posiciones, a las cuales están ligados cierto número de propiedades que pueden ser analizados independientemente de las características de quienes la ocupan” (Gutierréz, 1995.p. 31-32) No hay campo, si en él no hay juego, ya que para Bourdieu, un campo social es como un campo de juego, con gente dispuesta a jugar dotada de los hábitus que implican: conocimiento y reconocimiento de las leyes inmanentes al juego, de lo que está en juego y que poseen interés en el mismo. Cada campo genera su interés que le es propio y que es la condición de su funcionamiento. La diferencia entre lo que habitualmente denominamos juego, con lo que Bourdieu denomina juegos sociales, es que en el primer caso los jugadores ingresan y egresan del campo de juego de manera deliberada y voluntaria, y son por otro lado, conscientes de las reglas de juego, en cambio en los juegos reales, o la realidad vista como un juego, no es posible elegir entrar o salir, ya que inevitablemente se debe jugar para subsistir. Pero la homología está sustentada en que, en todo tipo de juego hay jugadores o agentes. Hay apuestas a los resultados. Inversión en el juego: lo que significa, que puede ser entendido como el acuerdo básico entre los antagonistas de no destruir el juego mismo (lo que se denomina doxa). Es una creencia en que vale la pena jugar ese juego, se comparte no poner en tela de juicio el juego mismo. Además y continuando con la analogía se dispone de cartas de triunfo (capital) ordenadas jerárquicamente lo que depende de cada campo. “ Un capital o una especie de capital es el factor eficiente en un campo dado como arma y como apuesta, permite a su poseedor ejercer un poder, una influencia por tanto existir en un determinado campo... En todo momento, el estado de fuerza entre los jugadores es lo que define la estructura del campo: podemos imaginar que cada jugador tiene frente así, pilas de fichas de diferentes colores, correspondientes a las diferentes especies de capital que posee, de manera que su fuerza relativa en el juego, su posición en el espacio de juego y, así mismo, sus estrategias de juego, sus jugadas, más o menos arriesgadas, más o menos prudentes, más o menos subversivas o conservadoras, dependen del volumen global de sus fichas y de la estructura de la pila de fichas, al mismo tiempo que del volumen global de la estructura de su capital (Bourdieu et al 1995 : 65) La estructura del campo es un estado de la distribución en un momento dado del tipo de capital específico que allí está en juego. Se trata de un capital (tanto económico como cultural) que ha sido acumulado en el curso de luchas anteriores, y por ello histórico, y que orienta la estrategia de los agentes que juegan en ese campo. Un campo tomado como juego supone entender que todo entra en juego (con excepción de su existencia) por ejemplo, la definición de los límites del campo, las reglas de producción y reproducción del mismo, las paridades y disparidades y modos de canje entre los diferentes tipos de capitales. Por ello la distribución de capital, que es desigual, implica distinciones de posicionamientos, que ocupan los jugadores. Lo que significa relaciones de fuerza distintas que hace que se ponga en juego la misma estructura (como ya hemos mencionado). “ Aquellos que, dentro de un estado determinado de la relación de fuerza, monopolizan el capital específico....., que es el fundamento del poder o de la autoridad específica, características de un campo, se inclinan hacia estrategias de conservación (las que dentro de los campos de producción de bienes culturales tienden a defender la ortodoxia) y mientras que los que disponen de menos capital que suelen ser (los recién llegados, es decir, por lo general, los más jóvenes) se inclinan a generar estrategias de subversión: las de la herejía” (Bourdieu et al 1995 p. 137) La noción de autonomía de un campo y la relación de éstos con los otros campos, trae aparejada, la problemática de los límites o fronteras que delimita a los campos mismos. Delimitar un campo es una labor que no se puede realizar a priori, sino que requiere de un contacto directo y empírico con un espacio social determinado a fin de poder relevar el efecto campo. “...diré que un campo puede concebirse como un espacio donde se ejerce un efecto de campo de suerte que lo que le sucede a un sujeto que atraviesa este espacio no puede explicarse cabalmente por sus solas propiedades intrínsecas. Los límites del campo se encuentran en el punto en el cual terminan los efectos del campo" (Bourdieu et al 1995. p. 67) La distancia que deja la distribución de los distintos tipos de capitales y que hace que los agentes ocupen diferentes posiciones, se constituye en el motor dinamizador de producción y reproducción del juego en el campo. Porque esta distancia no es sólo una realidad objetiva (en el campo) sino también subjetiva. Las diferencias son el motor de las prácticas sociales2 ya que existe una producción social de las diferencias, en función que las condiciones objetivas se estructuran y reproducen como motor subjetivo manifestándose como búsquedas de diferencias ya sea para preservar o transformar un lugar especifico. La producción y reproducción de las diferencias, tiene que ver con evitar competir con un par o un homologo cuya distinciones no están muy claras, por ello marcar o lograr ensanchar las distancias busca evitar la competencia con los pares o marcar una profundización de las jerarquías que estructuran el espacio del campo. No hay entonces diferencias sólo objetivas ni tampoco como mera subjetividades, sino que hay una articulación del espacio social objetivo (campo) con el espacio mental subjetivo (hábitus) : “...el campo de las posiciones es inseparable del campo de las tomas de posiciones, entendido como el sistema estructurado de las prácticas y expresiones de los agentes. Ambos espacios...deben analizarse juntos y tratarse como «dos traducciones de una misma frase», según la formula de Espinosa. Dicho esto, dado una situación de 2 Y no por lo que se le ha criticado tanto a Bourdieu en el sentido que haya manifestado que ser, es ser diferente. equilibrio el espacio de las posiciones tiende a regir el espacio de las tomas de posiciones" (Bourdieu et al 1995, p.: 70) 4 Tipos de campo y capitales La noción de capital y de campo están íntimamente vinculadas ya que que es el tipo de capital que se pone en juego en un campo determinado el que marca la especificidad del mismo: “Un capital económico da origen a un campo específico (con sus posiciones y relaciones entre posiciones) que llamaremos campo económico. Un capital de bienes de salvación da origen a otro capital distinto del anterior (con posiciones y relaciones entre esas posiciones, que son específicas y distintas al campo económico) , que llamaremos campo religioso. Y así podemos continuar con otros capitales" (Costa, 1990. p. 3) El capital puede definirse como: “ Conjunto de bienes acumulados que se producen, se distribuyen, se consumen, se invierten, se pierden" (Costa, 1990.p.4) Es decir que cuando se habla de capital con independencia de su especificidad todos siguen una misma lógica, por ello habría que agregar a los mencionados, el de la propiedad de canje o intercambio de la que son susceptible los capitales. De esta manera se puede tomar como espacios análogos los campos sociales con los mercados, en donde no sólo basta que se ponga en juego un determinado tipo de lógica sino que además existan bienes, los cuales deben ser raros y escasos con lo cual producen interés en los agentes por su posesión producción y/o consumo. Deben en torno a los mismos establecerse: “...divisiones de trabajo entre quienes lo producen y quienes lo consumen, entre 1995:36) quienes lo distribuyen y entre quienes lo legitiman” (Gutierréz 4.1 Capital cultural Bourdieu distingue distintos tipos de capitales, además del económico, señala el cultural, el social y el simbólico: “ El Capital cultural puede existir bajo tres formas: en estado incorporado, es decir bajo la formas de disposiciones durables (hábitus) relacionado con determinado tipo de conocimiento, ideas, valores, habilidades, etcétera , en estado objetivado bajo, la forma de bienes culturales, cuadros, libros, diccionarios, instrumentos, etcétera, y en estado institucionalizado, que constituye una forma de objetivación, como lo son los diferentes títulos escolares” (Gutierréz 1995:36) Con el surgimiento de los estados nacionales, Bourdieu vincula al estado, con una acción unificadora de la cultura : “ El estado contribuye a la unificación del mercado cultural unificando todos los códigos, jurídicos, lingüístico, métrico, y llevando a cabo la homogeneización de las formas de comunicación burocráticas en particular. (Por ejemplo los formularios, los impresos, etcétera) A través de los sistemas de clasificación (en especial según la edad y el sexo) que están inscriptos en el derecho, los procedimientos burocráticos, las estructuras escolares, y los rituales sociales...El estado moldea las estructuras mentales e impone principios de visión y de división comunes, formas de pensamiento...contribuyendo con ello a elaborar lo que se designa comúnmente como identidad nacional" (Bourdieu, 1997:105-106) Debemos subrayar que dentro del estado, es la institución escolar la que más ha contribuido a este proceso de homogeneización cultural. La escuela produce y reproduce la cultura, no en su heterogeneidad sino imponiendo la de los sectores dominantes, otorgándole así un carácter de universal a sólo un sector de la cultura en general, con ello la escuela contribuye a naturalizar y/o legitimar procesos sociales que son históricos, y por ende arbitrarios. 4.2 Capital social Este tipo de capital es el que comúnmente denominamos el de las relaciones sociales, es además lo que se vincula con el honor y la respetabilidad, la pertenencia o no a un grupo determinado y el prestigio que a los mismos se asocia. Es una « red de relaciones durables». Es un tipo de capital que posee mucha utilidad en las más variadas situaciones . Por ejemplo una persona puede constituirse en el candidato de un grupo político, no porque es quien mejor encarna un proyecto sino porque acredita un importante capital social. “ ... a la vez necesaria y electivas que implican relaciones durables subjetivamente sentidas (sentimientos de reconocimiento, de respeto, de amistad, etcétera) o institucionalmente garantizado (derechos), todo ello gracias a la alquimia del intercambio (de palabras, de dones, de mujeres, etcétera) como comunicación que supone y produce el conocimiento y el reconocimiento mutuo” (Cita Gutierréz a Bourdeu en 1980) 4.3 Capital simbólico El capital simbólico opera como un capital que es otorgado por los agentes que perciben y aprecian otro capital específico y diferente al propiamente simbólico: “ ...el capital simbólico, es cualquier propiedad(cualquier tipo de capital físico, económico, cultural, social) cuando es percibido por agentes sociales cuyas categorías de percepción son de tal naturaleza que le permiten conocerla (distinguirla) y reconocerla, conferirle un valor”..." El capital simbólico es una propiedad cualquiera, fuerza física, riqueza, valor guerrero, que percibida por los agentes sociales dotados por las categorías de percepción que permiten percibirla, conocerla y reconocerla, deviene eficiente simbólicamente, semejante a una verdadera« fuerza mágica»: una propiedad que, porque responde a expectativas colectivas socialmente constituidas, a creencias, ejerce una suerte de acción a distancia sin contacto físico” (Bourdieu 1997) También Bourdieu asocia el concepto de capital simbólico al de violencia simbólica, ya que el mismo es ejercido como una fuerza, eufemizada, ya que oculta su carácter arbitrario y se fundamenta en el desconocimiento de los mecanismos de su ejercicio. “ Como la teoría de la mágica, la teoría de la violencia simbólica descarga sobre una teoría de la creencia o mejor sobre una teoría de la producción de la creencia, del trabajo de socialización necesario para producir agentes dotados de los esquemás de percepción y apreciación que les permiten percibir las exhortaciones inscriptas en una situación o en un discurso y obedecerlas" (Bourdieu 1997) 5. Los hábitus Con este concepto, Bourdieu integra el circulo dialéctico que comenzó con el concepto de campo, ya que con el mismo da cuenta de la dimensión social en el sujeto, con lo cual se completa así los dos modos de existencia de lo social: como estructuras estandarizadas (campo) y como disposiciones internalizadas (hábitus). No se podrían entender las diferencias sociales, ni ningún aspecto que de cuenta de la realidad en si, sin apelar a un sujeto o agente que las produzca: “...principio de la producción de las diferencias escolares y sociales más duraderas (...) principio generador y unificador de las conductas y de las opiniones de las que es a si mismo el principio explicativo, porque tiende a reproducir en cada momento de una biografía escolar o intelectual el sistema de las condiciones objetivas de las que es producto" (Bourdieu 1997: 131) Lejos de constituirse el hábitus en una dimensión racional y consciente que orienta la práctica situándose en la misma a modo de fines o estrategias, el hábitus es esencialmente inconsciente, no hay calculo ni especulación racional, sino una determinación que orienta nuestras prácticas de manera muy marcada. Con este concepto se intenta dar cuenta también de las huellas que nuestra historia, tanto personal como colectiva, nos va inscribiendo no en la conciencia sino en el cuerpo y es por ello: “ ...sistemas de disposiciones durables y transferibles, estructuras estructuradas predispuestas a funcionar como estructuras estructurantes, es decir como principios generadores y organizadores de prácticas y de representaciones que pueden estar objetivamente adaptadas a su fin sin suponer la búsqueda consciente de fines ni el dominio expreso de las operaciones necesarias para alcanzarlos objetivamente regladas y regulares sin ser en nada el producto de la obediencia a reglas y, siendo todo esto, colectivamente sin ser el producto de la acción organizadora de un director de orquesta” (Bourdieu 1997 : 165) Refiriéndose a la teoría de la acción que propone, en evidente contrapunto con la teoría Parsoniana señala: “... (con la noción de hábitus) equivale a decir que la mayor parte de las acciones humanas tienen como principio algo absolutamente distinto de la intención, es decir disposiciones adquiridas que hacen que la acción pueda y tenga que ser interpretada como orientada hacia tal o cual fin sin que quepa plantearse por ello que como principio tenia el propósito consciente de ese fin" (Bourdieu, 1997 p. 166) La eficacia del hábitus opera como en el juego el sentido que se posee del mismo. Ya que de forma análoga a la orientación que tiene la práctica del deporte guiada en los jugadores por un sentido del juego, que implica un saber hacer rápido e instantáneo sin reflexionar sobre el mismo, el hábitus, opera en la vida cotidiana análogamente sobre nuestras prácticas ya que nos brinda una orientación eficaz de realización, sin una planificación consciente o racional previa. Otra analogía que usa es la del sentido común porque al igual que éste, el hábitus es de origen colectivo, unifica las conductas y le brinda carácter de natural. “... siendo el producto de una clase determinada de regularidades objetivas, el hábitus tiende a engendrar todas las conductas razonables de sentido común , que son posibles en los límites de esas regularidades y tienden al mismo tiempo a excluir sin violencia, sin arte, sin argumento todas las locuras..." (Bourdieu 1997) Alicia Gutiérrez resume el concepto de hábitus: “ ...el ajuste anticipado del hábitus a las condiciones objetivas, constituye un caso particular de lo posible (sin duda el más frecuente) de las relaciones entre las disposiciones y las condiciones, que se da sólo en el caso en que las condiciones de producción de hábitus y las condiciones de su funcionamiento sean homólogas (...) el hábitus constituye un sistema de disposiciones durables, pero no inmutables. El encontrarse enfrentado a situaciones nuevas (...) presentan al agente social instancias que posibilitan la reformulación de sus disposiciones" (Gutierréz, 1995. p 72) 6. El Estado Al pensar en relación al Estado, Bourdieu expresa que existe una dificultad ya que es este el que produce e impone las categorías de pensamiento desde las cuales se lo va a analizar. Cita un fragmento de “Maestros Antiguos” de Thomás Bernhard: “ La escuela es la escuela del Estado, donde se convierte a los jóvenes en criaturas del Estado, es decir única y exclusivamente en secuaces del Estado. Cuando ingrese en la escuela, ingrese en el Estado, y como el Estado destruye a los seres, ingrese en el centro de destrucción de los seres (...) El Estado me ha obligado a ingresar en él por la fuerza, como a todos los demás por otra parte, y me ha vuelto dócil ante él, el Estado, y me ha convertido en un hombre estatizado, en un hombre reglamentado y registrado y domado y diplomado, y pervertido y deprimido, como a todos los demás. Cuando contemplamos a los hombres, sólo vemos a hombres estatizados, a servidores del Estado, que, durante todas sus vidas, sirven al Estado y, por ende, durante todas sus vidas sirven a la contra-natura" (Bourdieu 1997) Es decir que la dificultad estriba, a la hora de objetivar al estado, en que el agente objetivante posee estructuras mentales y disposiciones corporales formadas en presencia y con la incidencia de la acción del estado. Es preciso por ello, realizar una ruptura sobre esta influencia, una “revolución simbólica” en donde no sólo se cuestione el “conformismo moral” sino el “conformismo lógico” entendido éste como estructuras fundamentales de pensamiento que son impuestas por una presión sociabilizadora. 6.1. Concentración de Capital Bourdieu cita una frase célebre de Max Weber: “ El Estado es una comunidad humana que reivindica con éxito el monopolio del empleo legitimo de la violencia física en un territorio determinado" (Bourdieu 1997: 97) y la transforma en: “...el Estado es una X (por determinar) que reivindica con éxito el monopolio del empleo legitimo de la violencia física y simbólica en un territorio determinado y sobre el conjunto de la población correspondiente. " (Bourdieu 1997: 99) La violencia simbólica se encuentra tanto en lo objetivo (estructuras y mecanismos específicos) como en lo subjetivo (estructuras mentales, perceptivas y de pensamiento) y se presenta como natural y no como fruto de la historia. Frente a esto se propone dar cuenta de los procesos que han instituido el Estado. “El Estado es el resultado de un proceso de concentración de los diferentes tipos de capital, capital de fuerza física..., capital económico, capital cultural..., capital simbólico, concentración que convierte al Estado en poseedor de una especie de metacapital, otorgando poder sobre las demás clases de capital y sobre sus poseedores. La concentración de diferentes especies de capital (que va pareja con la elaboración de diferentes especies de campo correspondientes) conduce en efecto a la emergencia de un capital especifico, propiamente estatal, que permite al Estado ejercer un poder sobre los diferentes campos, y sobre los diferentes tipos particulares de capital en especial sobre las tasas de cambio entre si(y con ello, sobre las relaciones de fuerza entre sus poseedores) De lo que resulta que la elaboración del Estado va pareja con la elaboración del campo del poder entendido como el espacio de juego dentro del cual los poseedores de capital... luchan particularmente por el poder sobre el Estado" (Bourdieu 1997: 100) Coincidiendo Bourdieu con otros autores, en que la concentración de capital de fuerza física seria la causa de la génesis del Estado, señala: “ El Estado naciente tiene que afirmar su fuerza física en dos contextos diferentes: en el exterior, en relación con otros estados..., en el interior, en relación con unos contrapoderes...Las fuerzas armadas se diversifican progresivamente en por un lado, las fuerzas militares, destinadas a la competencia interestatal, y, por el otro, las fuerzas de policía, destinadas al mantenimiento del orden interior ” " (Bourdieu 1997: 101) El Estado se ha asegurado progresivamente de despojar a sus competidores interiores de los instrumentos de violencia y del derecho a ejercerla. El impuesto de Estado, que surge en el siglo XII, aparece para solventar los gastos de guerra, para luego convertirse en obligatorios y regulares. Pero esta constitución seria incompleta o precaria, si no fuera capaz de crear en los súbditos las disposiciones de reconocimiento hacia el poder del Estado, reconocimiento que posibilita o le da el marco de legitimidad al mismo para actuar. (ya hemos denominado a este poder como capital simbólico, por lo que al poder físico y económico debe añadirse el simbólico) Con el reconocimiento de los cobradores, del cuerpo de policía, de la milicia, de los caballeros, etcétera, con la concentración del capital económico y la unificación del mercado cultural, se comienza a hablar del estado como territorio unitario con conciencia nacional. Como creador de la unidad y homogeneidad (condiciones indispensables para la construcción de la identidad nacional) garantizan la reproducción del orden emergente. Debe además de apelar a la acción escolar, unificar las diversas formas de comunicación que circulan en el espacio social . " El estado concentra y redistribuye la información, unifica los códigos con que la gente entran en interacción. En cualquier tipo de práctica ya sea cotidiana o burocratica, directa o indirectamente, remota o inmediatamente, la acción clasificatoria, distributiva y homogenizante del Estado se hace presente. Siendo por ello artifice de la construcción de la identidad Nacional" (Bourdieu 19997) Este poder simbólico que el Estado concentra y ejerce deberá completarse con el monopolio del poder jurídico en su ejercicio: “ La concentración del capital jurídico... sigue su lógica propia... En los siglos XII y XIII, en Europa, coexisten jurisdicciones laicas, la justicia del rey, las justicias señoriales, la de los municipios, las de las corporaciones, las del comercio. " (...) En el siglo XIV se produce la aparición del ministerio público, encargado de la acusación de oficio. El rey cuenta así con procuradores titulares que actúan en su nombre y se transforman poco a poco en funcionarios” (Bourdieu 1997: 108-110) Pero como ya hemos planteado la eficacia del poder estatal radica en el reconocimiento, o en la fe que se le deposita. Poder éste que se caracteriza como simbólico, y que tiene su origen cuando en la constitución de los Estados, estos luego de constituirse como recaudadores de impuestos luego redistribuyeron ese capital , en dicha acción de redistribución debe instalarse el germen del capital simbólico. La contribución simbólica que la gente deposita en el Estado, no es gratuita sino fruto de un ejercicio de imposición sobre las condiciones que crean las mentalidades y la realidad social en su conjunto. “ En nuestras sociedades, el Estado contribuye en una parte determinante a la producción y reproducción de los instrumentos de construcción de la realidad social.(...) el Estado instaura unas formas y unas categorías de percepción y de pensamiento comunes, unos marcos sociales de la percepción, del entendimiento o de la memoria, unas estructuras mentales, unas formas estatales de clasificación. Con lo cual crea las condiciones de una especie de orquestación inmediata de los hábitus que es en si misma el fundamento de una especie de consenso sobre este conjunto de evidencias compartidas que son constitutivas del sentido común" (Bourdieu 1997: 118) Estas estructuras, más corporales que cognitivas, por las cuales los agentes sociales construyen el mundo social que no tan sólo perciben o enuncian sino que lo actúan, son constituidas históricamente, y por ello arbitrarias y convencionales, ya que su génesis se puede reconstruir, por lo que las mismás no son naturales ni divinas, sino que es fruto de creaciones humanas, de agentes puestos en la labor de ejercer poder y con lo cual en crear y transformar, producir y reproducir las condiciones y las relaciones sociales... Con ello se cierra un circulo reproductor entre los ciudadanos y el Estado “... no son formas de conciencia sino disposiciones del cuerpo, y que la obediencia que otorgamos a los imperativos estatales no puede ser comprendida como sumisión mecánica a una fuerza ni como consentimiento consciente a un orden... El mundo social esta lleno de llamadas al orden que sólo funcionan como tales para aquellos que están predispuestos a percibirlas, y que despiertan unas disposiciones corporales profundamente arraigadas, sin pasar por las vías de la conciencia y del cálculo...La sumisión al orden establecido es fruto del acuerdo entre las estructuras cognitivas que la historia colectiva (filogénesis) e individual (ontogénesis) ha inscripto en los cuerpos y en las estructuras objetivas del mundo al que se aplican (...) El orden simbólico se asienta sobre la imposición al conjunto de los agentes de estructuras cognitivas que deben una parte de su consistencia y de su resistencia al hecho de ser, por lo menos en apariencia, coherentes y sistemáticas y de estar objetivamente en consonancia con las estructuras objetivas del mundo social. Esta consonancia inmediata y tácita... fundamenta la relación de sumisión dóxica que nos ata, a través de todos los lazos del inconsciente, al orden establecido" (Bourdieu, 1997 p. 118-119) Con esto Bourdieu propone una racionalidad social no en la conciencia, sino en el cuerpo, ámbito en donde las posibilidades no tienen lugar, y donde lo inevitable de vivir lo social encuentra su eficacia. Con lo cual el Estado se garantiza la necesaria unidad o integración para consolidar la constitución de los Estados Nacionales, el que requiere de agentes con comportamientos públicos y análogos, con conocimientos y reconocimientos de sus derechos y obligaciones, es decir con la conformación del ciudadano. 6.2 El Estado y las Políticas Neoliberales Sin perder su profundidad teórica Bourdieu, ha sido un permanente y sobre todo un actual observador y critico de las políticas llevadas a cabo por los partidos gobernantes y sobre todo por lo que se ha conocido como las políticas neoliberales.3 La tradicional critica al Estado como un agente represor y reproductor de los intereses de las clases dominantes se ha conformado en esta ultima década en un lujo que muy pocos ya se dan, a la luz de asistir al achicamiento y derrumbe de las políticas estatales y junto con ellas el Estado mismo, y lo paradójico es que son llevas a cabo por esos mismos sectores dominantes, a quienes antes se les atribuía al estado como una herramienta de dominación. ¿ Cómo es posible entonces que estos sectores se estén desprendiendo de un arma de dominación? Es esclarecedor Bourdieu en este sentido, ya que nos precisa que erróneas y mesiánicas fueron las criticas que supieron ver en el Estado a un agente diabólico totalizador. El rol central que juega en la construcción de la modernidad fue indelegable y junto con ello el aporte realizado a la cohesión e integración social. Y es precisamente este sentido el que se debe rescatar del Estado y el que se esta destruyendo por las políticas neoliberales, es decir el Estado social, que tuvo su culminación con las políticas de los Estados de bienestar. La globalización es una estrategia discursiva de los sectores dominantes, ya que la misma se acota sólo a la globalización financiera con las consecuente destrucción de las economías locales. “ Hemos mencionado la «globalización » es un mito en el peor sentido del término, un discurso poderoso, una idea matriz, una idea que tiene fuerza social, que consigue que se crea en ella. Es el arma principal de las luchas contra las adquisiciones del Estado del bienestar, se dice que los trabajadores europeos deben competir con los trabajadores menos favorecido del resto del mundo.......salarios que oscilan entre una cuarenta y una decimoquinta parte de los europeos, donde no existen sindicatos, donde el trabajo infantil es algo habitual, etcétera. Y en nombre de semejante modelo se impone la flexibilidad" (Bourdieu 1999: 50) El Estado encargado de la salud, la educación, las comunicaciones, los jubilados, los marginados, el encargado de la vivienda, de la promoción de los pequeños emprendimientos, de los créditos blandos, etcétera, deja lugar para asistir a la apología del mercado, en donde su regla: «ley del más fuerte» que no es otra que la del «beneficio máximo» se desarrolla ya sin ningún freno, sin maquillaje, sin eufemismos. Las conquistas colectivas frutos de años de luchas y que se plasmaban en fortalecimientos de instituciones sociales Estatales, están siendo hoy desmanteladas. La globalización , lejos esta de constituirse en la homogeneización del mundo, sino por el contrario es un arma de presión de los países poderosos y dominantes sobre el resto de las comunidades internacionales. La globalización es una extensión de influencia de los poderosos, acotándose así la autonomía de los países cada vez más pequeños: “La estructura del campo mundial ejerce una presión estructural, lo que confiere a esos mecanismos una apariencia de fatalidad. La política de un Estado concreto esta En el presente texto (Contrafuegos) se recopilan una serie de entrevistas y conferencias que guardan de común una fuerte critica al modelo neoliberal, con su política de globalización y además realiza una sintieseis del libro sobre la televisión en la que critica el papel que vienen jugando este medio y en especial el periodismo de información. 3 determinada, en gran medida, por su posición en la estructura de la distribución del capital financiero (que domina la estructura del campo económico mundial) " (Bourdieu 1999, p. 56) El neoliberalismo no es otra cosa que un neodarwinismo que no es otro que el de los «mejor y más brillantes» que suele ensalzar a intelectuales posmodernos que advierten sobre el fin de la historia y el debacle de las ciencias. Y dejando al discurso de la competencia como único justificador del orden dominante: “Max Weber dijo que los dominantes necesitan siempre de una «teodicea de sus privilegios» o mejor aún , una sociodicea, es decir, una justificación teórica, del hecho de que son unos privilegiados. La competencia figura actualmente en el centro de esa sociodicea" (Bourdieu, 1999.p. 61) 6.3 La Globalización Estatal No queda espacio para la sociología, ni siquiera para la cultura toda, realizar la integración social, que se le demanda, porque la desintegración que vivimos no es otra cosa que el efecto de las profundizaciones de las desigualdades económicas. No son las políticas culturales, ni las ciencias, ni instituciones educativas, las que tiene que revertir la disociación realizada entre el mundo social y el económico. Esta separación injustificada y mezquina debe revertirse y para ello propone Bourdieu, realizar otra globalización, ya no financiera sino Estatal, construir uniones Estatales, que hagan hincapié en sus políticas sociales (no represivas: que conforman la otra cara del Estado) que se fortalezcan las integraciones a partir de integrar ya no las finanzas sino las instituciones sociales, y de esta manera se podrá revertir el avasallamiento neoliberal y desenmáscarar el mito de la globalización. 7. Fundamento de la Moral Las leyes estatalmente constituidas, se fundamentan en las reglas socialmente establecidas, de allí la importancia que tiene para un análisis normativo no perder de vista esta relación. Bourdieu sostiene que las personas ajustan sus prácticas a las reglas que el grupo de pertenencia (o campo) construyen para si, como condición de funcionalidad del mismo o como fundamento de lo que debe hacerse dentro de el. En este sentido se señala que opera al interior de los grupos una «ley fundamental» que actúa cohersionando a sus miembros para que respeten la regla. Es decir hace que sus miembros se «pongan en regla» , o por lo menos exige que no se desconozca la existencia de la regla, que se actúe o diga como si se la acatara: “ No hay acto más piadoso, en un sentido, es decir desde el punto de vista del grupo, que las «mentiras piadosas»..... si esos engaños que no engañan a nadie son aceptados por los grupos con tanta facilidad es porque contienen una declaración incuestionable del respeto por la regla del grupo” (Bourdieu, 1997:221) La presión del grupo es muy importante, a tal punto que estos reconocen sólo a aquellos que le reconocen y en este sentido los «portavoces oficiales» tienen menos derecho que nadie a desobedecer el ideal colectivo, y premian o castigan a sus miembros en función de la obediencia o por lo menos la simulación de la misma. Ello no constituye una mera proclama al sometimiento sino que la misma se traduce y concretiza en un sinnúmero de actos y prácticas (denominadas muchas veces oficiales) que lo garanticen. La regla del grupo dado que opera sobre la totalidad de sus miembros se pretende por ello de alcance universal, y es en función del salto que los individuos concretos pueden dar, cuando se ajustan al orden grupal (general o universal), que adjudican a sus prácticas un carácter ético. “Pues los grupos recompensan universalmente los comportamientos que ellos consideran como universales realmente o, por lo menos, en intención, por lo tanto conformes con la virtud, y otorgan una preferencia particular a los homenajes reales, y hasta ficticios, al ideal de desinterés, a la subordinación del Yo al nosotros, al sacrificio del interés particular al interés general, que define, muy precisamente, el paso al orden ético" (Bourdieu, 1997:222) Y es del grupo también de donde emerge toda estimación de legitimación, ya que la misma implica un reconocimiento de que se a actuado o al menos guiado por un principio universal: “ De lo que se deduce que la universalización (como afirmación del Koinon y del koinonein tan caros a Platón) es la estrategia universal de legitimación. Quien se pone en regla pone al grupo en su parte poniéndose ostensiblemente de parte del grupo en y a través de un acto público de reconocimiento de una norma común, universal en tanto que universalmente aprobada dentro de los limites del grupo. Proclama que acepta asumir en su comportamiento el punto de vista del grupo (...) Por oposición a la mera afirmación de lo arbitrario subjetivo(porque lo quiero, porque me apetece), la referencia a la universalidad de la regla representa una subida en potencia simbólica, vinculada con la puesta en forma universal, en fórmula oficial, en regla general" (Bourdieu, 1997. p. 223) 8. La economía de los bienes simbólicos Plantea Bourdieu que viejos trabajos realizados de carácter etnográfico sobre la comunidad de Cabilia, respecto a la lógica que rigen los bienes simbólicos ha sido una preocupación permanente, en todos sus posteriores trabajos. Y es sin duda esto así debido a que aquí encuentra Bourdieu una constante o invariante general que rige en todos los campos, acentuándose en los de carácter simbólico. Su tesis es que la economía pre-capitalista, que es la que regia en Cabil, posee una lógica que se hace presente en todos los intercambios y que perdura en las sociedades modernas en la lógica de los bienes simbólicos.4 Las economías precapitalistas se diferencian de la capitalista porque su ley de funcionamiento no es el interés por la maximización del benéfico (monetario), pero esta regularidad se extiende y persiste en diversos campos del mundo contemporáneo. Lo que hace que se comparta esta lógica o racionalidad es que se comparten las condiciones objetivas: “ Lo que los mundos que voy a describir comparten es la creación de las condiciones objetivas para que los agentes sociales tengan interés en el «desinterés», lo que puede parecer paradójico” (Bourdieu, 1997. p.160) Habiendo observado lo planteado tanto por Mauss como por Lévy Strauss respecto a la estructura que regia los obsequios en todas las comunidades analizadas, Bourdieu Si quedaba alguna duda respecto a que la Sociología de Bourdieu, no es una mera extensión de la lógica económica, es sin duda en este apartado donde se hallara las respuestas que no sólo completan la diferenciación sino que se entiende su articulación, entre lo simbólico y lo económico. 4 agrega que faltaba explicar que si bien el obsequio obliga al contraobsequio, entre un acto y otro debe intermediar un lapso de tiempo, es decir que se halla como una invariante, no explícita sino tácita que un contraobsequio no se realiza inmediatamente de haber recibido el obsequio, ya que de no darse esta condición y producirse inmediatamente un contraobsequio, este se interpreta como rechazo del primero. Sostiene Bourdieu que la función de este lapso de tiempo tiene como principio el desvincular dos actos simétricamente vinculados. El tiempo es un requisito para que quien obsequia algo se represente como un ser generoso desinteresado en un contraobsequio: “En sociedades como la Cabil, la obligación es de hecho muy grande y la libertad de no devolver ínfima. Pero la posibilidad existe y, por ello, la certeza no es absoluta. Es como si el intervalo de tiempo, que distingue el intercambio de obsequios del toma y daca, existiera para permitir a la persona que da vivir su obsequio como un obsequio sin devolución, y a la que devuelve vivir su contraobsequio como gratuito y no determinado por el obsequio inicial.....En la realidad, la verdad estructural que Lévy – Strauss puso de manifiesto es algo que nadie ignora. En Cabilia recogí numerosos proverbios que más o menos afirman que los obsequios son una desgracia porque, finalmente, hay que devolverlo. (Lo mismo ocurre con la palabra o el reto.) En todos los casos, el acto inicial es una agresión a la libertad de quien recibe. Contiene una amenaza: obliga a devolver, y a devolver más, además crea obligaciones, es una forma de atar, haciendo que la gente se sienta obligada" ((Bourdieu, 1991. p.180183) El engaño que circunda y rodea tanto a quien obsequia como a quien es obsequiado no es una labor ni individual de los protagonista ni deliberada sino que es colectiva e inconsciente. Los protagonistas de tal manera colaboran sin saberlo en unas acciones de disimulo, que tiende a ocultar la verdad del intercambio. Pero esto de ninguna manera debe interpretarse como un acto cínico, sino que debe comprenderse tal cual, es decir, como un acto que se pretende desinteresado. Dicho esto señala Bourdieu, que es esta la primer propiedad de la economía de los bienes simbólicos: “...se trata de prácticas que siempre tienen verdades dobles, difíciles de unir. Hay que levantar acta de esta dualidad..... tomar en serio esta ambigüedad que no es un invento del investigador, sino que esta presente en la realidad misma, esta especie de contradicción entre la verdad subjetiva y la realidad objetiva..... Esta dualidad es posible, y se puede vivir, a través de una especie de self-deceptión, de autoengaño. Pero esta self-deceptión, individual se sostiene a través de una self-deceptión colectiva, un verdadero desconocimiento colectivo.(...)“cuyo fundamento esta inscripto en las estructuras objetivas(la lógica del honor que rige todos los intercambios, de palabras, de mujeres, de asesinatos, etcétera) y en las estructuras mentales, excluyendo la posibilidad de pensar y de obrar de otro modo" (Bourdieu 1991) No existe ningún propósito extraño por el cual los individuos nos engañamos y somos engañados, sino que la razón se halla en que nacemos en condiciones regidas por la lógica del obsequio que esta socialmente instituida tanto objetivamente como subjetivamente. En intima relación con ello se encuentra otra propiedad de los intercambios simbólicos, cual es la del tabú de la explicación , la verdad objetiva de un intercambio es el precio del obsequio, el cual debe ocultarse. Práctica esta que se exterioriza en la destrucción de las etiquetas con el valor. En la destrucción de la verdad objetiva se afirma la verdad subjetiva, es decir, el desinterés por el intercambio: “Es como si la gente se pusiera de acuerdo para evitar ponerse explícitamente de acuerdo sobre el valor relativo de las cosas intercambiadas.....lo que se traduce... mediante un tabú de la utilización del dinero en algunos intercambios- al hijo o a la esposa no se le paga un salario y si un joven Cabil pide un salario a su padre provocará un escándalo” (Bourdieu 1997:165) El tabú del precio implica el rechazo a explicitar y abocarse en una lógica del cálculo, contrariamente en la lógica de los bienes económicos el precio posibilita el consenso de los intercambios, pero si ella se extiende explícitamente a los intercambios simbólicos los arruinaría, todo ocurre como si: “...sé que sabes que, cuando te doy, sé que me devolverás, etcétera. Pero lo que no ofrece lugar a dudas es que la explicación de este secreto a voces es tabú. Todo ha de permanecer implícito” (Bourdieu, 1997. p.166) Lejos hay que situar a los agentes cuando se disponen a entrar o jugar en un proceso de intercambio simbólico como agentes conscientes y calculadores de lo que realizan5 “... O bien se deja el interés económico en estado implícito, o bien, si se lo enuncia, se lo hace por eufemismos, es decir con un lenguaje de denegación. El eufemismo es lo que permite decirlo todo diciendo lo que no se dice, lo que permite nombrar lo innombrable”... (Bourdieu,1997. p.167) Lo que se busca además con el decir y pensar eufemizadamente es honrar a los demás, es dar muestra de la capacidad de honorabilidad de la que disponemos y estamos dispuestos a brindar, afirmando así el propio pundonor espiritualista. Todas las sociedades, plantea Bourdieu, rinden homenaje a quien rechaza o disimula el interés egoísta, está solicita a que sus miembros den muestra de que al menos intentan hacerlo, es decir que intentan mostrarse desinteresados, si no es posible ponerse en regla, que al menos muestren que la intentan o que si podrían lo harían, es así como debe interpretarse la frase que dice: « La hipocresía es un homenaje que el vicio tributa a la virtud » Los eufemismos son por ello homenajes al orden social, a los valores y reglas que rigen ese orden El eufemismo no es sólo discursivo, es también práctico, dándose una verdadera alquimia simbólica que implica una inacabada labor de transfiguraciones. Lo económico es negado no tan sólo en su precio de un intercambio sino que se niegan o eufemizan, las relaciones económicas, y en especial las que implican explotación o dominación. (dominación en la relación hombre-mujer, empleado-empleador, niñoadulto, etc) Ahora bien, para que la labor de dominación simbólica sea eficaz, no basta sólo con eufemizar el discurso y la práctica, es necesario que tanto el dominado como el dominante posean idénticas categorías de percepción y valoración, respecto a la relación que establecen, ambos deben emplear idénticas estructuras, lo que implica que el dominado es de alguna manera cómplice con el dominante, complicidad que no es consciente, lo que supone un desconocimiento y por lo tanto un reconocimiento de los principios sobre los cuales se sustenta la relación de dominación. Es por ello que la sociología de Bourdieu, entre otros aspectos, marca una profunda diferencia con las sociologías americanas, las que comprenden la acción como dotada de finalidad y conciencia de la misma. 5 Es la familiaridad la estrategia más eficaz de eufemización en una relación de dominación, mientras más similar se torne una relación laboral de explotación a una relación paternal por ejemplo más se fortalece el ocultamiento de los intereses en juego. El propósito de esta estrategia es transfigurar la relación de dominación en una relación afectiva. Es así como el poder se figura como carisma por ejemplo Pero tampoco aquí, esta tarea de domesticación es individualmente sostenida, sino que esta socialmente estimulada y recompensada. A esta labor de transfiguración sustentada en el desconocimiento Bourdieu la denomina violencia simbólica que posibilita el capital simbólico, que es una propiedad cualquiera, pero que debe ser percibida o reconocida, no conscientemente, lo que le da fuerza, opera dice Bourdieu como una fuerza mágica, lo innecesario del contacto físico para que ella sea eficaz es lo que le da su carácter de simbólico, de violencia simbólica. Entre la lógica domestica y la lógica económica se puede verificar el paso de un tipo de sociedad a otra, de las precapitalistas a las capitalistas, sin que por ello desaparezca la primera. Citando a Max Weber, dice Bourdieu al respecto: "... Se pasa de sociedades en las que los asuntos económicos se conciben según el de las relaciones de parentesco a sociedades en las que las propias relaciones de parentesco se conciben según el modelo de las relaciones económicas”... (Bourdieu, 1997. p.176) Este tránsito se afirma paralelamente que se sustenta cada vez más el espíritu de calculo, el mismo deja de estar reprimido para sostenerse públicamente, la emergencia del campo económico posibilita que sus protagonistas puedan confesar y confesarse interesados. La contrapartida de este proceso se halla en que la lógica domestica profundiza su especificidad, la que radica en el amor, los afectos, el desinterés del calculo. Se puede hallar como exponentes de estas dos dimensiones al amor sexual domestico con el sexo público mercantilizado. El amor domestico no tiene precio ni utilidad cuya moneda no es otra que la del sentimiento, mientras que las mujeres llamadas venales (prostitutas) tiene un precio de mercado explícito, se las excluye del sentimiento y su cuerpo igualado a cualquier objeto posee un precio. En todo los campos culturales, su lógica es análoga a la que regia en las sociedades precapitalistas, cuya característica central es la negación de lo económico, la emergencia de un campo cultural (sea artístico, científico, religioso o el que fuere) implica la emergencia de un mundo económico invertido Se trata de un mundo idéntico pero al revés, en donde todo su lenguaje y prácticas son eufemizadas. Nada se asemeja más a las luchas de honor que sostenían los Cabiles, que la que sostienen actualmente los intelectuales, pero no se trata de una lógica sostenida por el antojo o un plan deliberado de los sujetos, sino que la misma esta sostenida por los campos específicos: "... El campo artístico (o científico) crea las condiciones de la constitución (o emergencia) de un verdadero interés por el desinterés (equivalente del interés por la generosidad de las sociedades de honor). En el mundo artístico como mundo económico invertido, las « locuras» más antieconómicas son en determinadas condiciones « razonables» puesto que el desinterés esta reconocido y recompensado”... (Bourdieu, 1997. p.186) Si no es por ello, comenta Bourdieu, resulta inexplicable la exposición realizada por Duchamp, en una galería de arte de un urinario, lo que fue estimado en ese campo como una de las mayores genialidades artísticas. Si el ámbito de exposición no hubiera sido un lugar consagrado, y quien exponía, un protagonista consagrado, obviamente el urinario hubiera sido estimado como un urinario común y corriente.(nada más alejado a una obra de arte) El campo religioso es también un campo que obedece a la lógica de los intercambios culturales, es decir que en lo esencial los principios que la rigen, son los de la economía precapitalista. Aúnque parezca paradójico, la ofrenda, el voluntariado, el sacrificio, constituyen todos ellos parámetros que en nada se asemejan a un interés económico, pero la búsqueda de optimización del beneficio, principio que rige todos los campos, se hace aquí también presente. El secreto de la lógica religiosa, es que lo explícitamente económico, se mantiene en secreto. Implícitamente los valores de la economía económica se establecen como modelo de estimación de todas las prácticas: “Un sacristán, un pertiguero es un « homo aeconnomicus» más o menos reprimido, sabe que poner flores en el altar le llevara una media hora y que según la tarifa de una mujer de la limpieza eso vale tanto. Pero , al mismo tiempo, se adhiere al juego religioso y rechazaría la asimilación”... (Bourdieu, 1997. p.187) Hay aquí un doble conciencia, que comparten todos los hombres que de alguna manera están insertos en algún campo que se precie de antieconómico. Esta doble conciencia sólo emerge en situaciones de crisis por lo que se produce una ruptura con las evidencias dóxicas. Lo que implica un desengaño en sus agentes, ya que su verdad sustancial consistía en sostener su verdad antieconómica o dicho en términos de Bourdieu: “ su verdad consiste en rechazar la explicación de su verdad ” (Ibidem) Se trata de dos verdades, de una doble conciencia, la económica y la religiosas que niega a la primera. Por lo cual si se pretende objetivar adecuadamente este campo se debería disponer de dos palabras para cada una de sus prácticas, las cuales: “... deberían solaparse como en un acorde musical: apostolado/marketing, fieles/clientela, servicio sagrado/trabajo asalariado, etcétera” (Bourdieu, 1997. p.188) De ninguna manera deben estimarse estas prácticas como cínicas, no tan sólo porque la negación de la dimensión económica es condición esencial para el funcionamiento del campo, sino además porque el engaño se sustenta previamente en el autoengaño: “... Hago un acto económico, pero no quiero saberlo, lo llevo a cabo de tal modo que puedo decirme y decirles a los demás que no constituyen un acto económico y sólo puede resultar creíble para los demás si lo creo yo mismo” (Bourdieu, 1997. p.189) Es claro que esta dualidad, requiere de discursos y prácticas de transfiguraciones o eufemizaciones permanentes, las cuales se sustentan en el modelo familiar como fuente de inspiración de las mismás cuya lógica del voluntariado y la ofrenda la caracterizan. 9. La familia Plantea Bourdieu que las definiciones de familia apuntan a dar cuenta de un conjunto de individuos unidos entre si bajo algún tipo de alianza, que cohabitan bajo una misma casa y que se tiende a considerar a dicha institución como natural, es decir que se cubre de la apariencia de que siempre ha sido así. Amen de esto el camino del análisis que nos propone nuestro autor, realizar es el de explicar las representaciones que la gente se hace de la familia y lo que han planteado algunos etnometodólogos al respecto. Estos últimos plantean una serie de presupuestos comunes: El primero de ellos consiste en una especie de antropomorfismo, ya que señalan que en todas partes la familia es concebida como un individuo dotado de vida, que a la vez que trasciende a los individuos concretos, es capaz de imponer un espíritu común y una visión común del mundo a sus miembros. Un segundo conjunto de propiedades, es que las mismás existen como un subuniverso separado del espacio social global, y que sus miembros se comprometen en la labor de perpetuación de las fronteras, acompañando esta tarea con una idealización de lo interior, concebida como el ámbito de lo sagrado que se opone a lo exterior. Es este el ámbito de lo privado. Una tercera propiedad es el de la morada, la casa como lugar estable, que permanece, lo que facilita o es condición para otra propiedad intrínsecamente vinculada cual es la de la unidad de los miembros ocupantes. “Así, en el family discourse, discurso que la familia mantiene sobre la familia, la unidad doméstica es concebida como un agente activo, dotado de voluntad, capaz de pensamiento, de sentimiento y de acción”...(Bourdieu, 1997. p. 128) En dicha unidad, las leyes del mundo económico, quedan suspendidas, ya que es el ámbito por excelencia de los afectos y la confianza, hay un expreso rechazo a la lógica del cálculo, el interés, como búsqueda de equivalencias en los intercambios es excluido, es por esto que es modelo de toda idealización o valoración ya que las mismás son la antítesis del mezquino y egoísta calculo de la lógica estrictamente económica. Pero la familia no es un espacio cosificado, en donde la casa como bien material constituye su esencia, es además una palabra o consigna o categoría, porque como dice Bourdieu: “ Cuando se trata del mundo social, las palabras crean las cosas, porque establecen el consenso sobre la existencia y el sentido de las cosas, el sentido común, la doxa aceptada por todos como algo evidente...Se puede decir sin contradicción que las realidades sociales son ficciones sociales sin más fundamento que la construcción social y que existen realmente, en tanto que están reconocidas colectivamente” (Ibidem) De esta manera la familia nos cohabita como disposición en nuestro cuerpo, como principio de visión y división del mundo, constituye una ley tácita común, un nomus, nos proporciona un consenso sobre el sentido del mundo y lo que es lo mismo es la base del sentido común. Es decir que la familia tiene su existencia como hábitus. Pero es también una categoría social objetiva, una realidad concreta e instituida, que trasciende a los individuos a la vez que persiste por su mediación, y por ello es fundamento de la subjetividad, con lo cual, es campo, punto de partida y de arribo de un proceso auténticamente circular, que nos posibilita el sentido de la evidencia y la naturalización de lo dado: “ Este circulo es el de la reproducción del orden social. La sintonía casi perfecta que se establece entonces entre las categorías subjetivas y las categorías objetivas fundamenta una experiencia del mundo como evidente, taken for grandted. Y nada parece más natural que la familia: esta construcción social arbitraria parece situarse del lado de lo natural y de lo universal" (Bourdieu, 1997. p.130) Es posible la familia como hábitus, dado que fruto de una labor de institución a la vez ritual y técnica. Cuyo propósito es garantizar la integración ya que condición de existencia y persistencia de dicha unidad. Esta labor de institución supone afirmar y reforzar las obligaciones afectivas (amor fraternal, conyugal, paterno y materno, amor filiar, etcétera) Se debe garantizar que cada uno de los miembros de la familia sean portadores del espíritu de familia el que debe orientar todos los intercambios, de presentes, de servicios, de visitas, de ayudas, de amabilidades, etcétera: “Las estructuras de parentesco y la familia como cuerpo sólo pueden perpetuarse a costa de una creación continuada del sentimiento familiar , principio cognitivo de visión y de división que es al mismo tiempo principio afectivo de hecho, es decir de adhesión vital a la existencia de un grupo familiar y a sus intereses”. (Bourdieu, 1997. p.132) La familia constituye también el lugar por excelencia de la reproducción social, es el ámbito que posibilita naturalizar un orden cualquiera (arbitrario) y que el mismo persista a pesar de los cambios generacionales. De esta manera tanto las estructuras como las relaciones sociales encuentran su continuidad. La familia para ello debe y de hecho lo es, el ámbito por excelencia de la acumulación y transmisión de los bienes materiales y culturales, representadas ambas dimensiones en el patrimonio y en el apellido: “... La tendencia de la familia a perpetuarse en el ser, a perpetuar su existencia asegurando su integración, es inseparable de la tendencia a perpetuar la integración de su patrimonio, siempre amenazado por la dilapidación o la dispersión. Las fuerzas de fusión, y en particular las disposiciones éticas que incitan a identificar los interés particulares de los individuos con los intereses colectivos de la familia, han de contar con las fuerzas de fisión, es decir con los intereses de los diferentes miembros del grupo, más o menos propensos a aceptar la visión común, y más o menos capaces de imponer su punto de vista egotista. Sólo se puede dar cuenta de las prácticas cuyo sujeto es la familia, como por ejemplo las elecciones en materia de fecundidad, de educación, de matrimonio, de consumo... a condición de tomar nota de la estructura de las relaciones de fuerza entre los miembros del grupo familiar que funcionan como campo (por lo tanto de la historia de la que este estado es el resultado), estructura que siempre esta en juego en las luchas dentro del campo doméstico” (Bourdieu, 1997. p.134) La reproducción conduce a diversas estrategias, con pesos también diferentes, pero todas ellas guiadas por una especie de conatus o impulso familiar que tiende a perpetuar su unidad en contra de los factores de división, que generalmente se vinculan a la competencia por la propiedad de la familia, que es también la que fundamenta la unidad familiar. 10. Malentendido pedagógico El malentendido en la relación pedagógica puede interpretación como una anomalía o ruido en la comprensión del código lingüístico, que posibilita la comunicación. Por ello este tema esta íntimamente vinculado a diversas problemáticas educativas, así por ejemplo el tema del rendimiento del proceso de enseñanza esta vinculado en la medida en que cuanto mayores sean los malosentendidos menores serán las tasas de rendimientos alcanzadas. Por otra parte la tan anhelada democratización de los procesos de enseñanza requieren indefectiblemente, no tan solo la apertura institucional que brinde la posibilidad a los alumnos de ingresar a niveles cada vez mas superiores de enseñanza sino también se debe trabajar para lograr acotar las dificultades en la comunicación, que es una condición indispensable para preservar a los alumnos en el sistema. Los malosentendidos se expresan en el lenguaje, lo que no significa que se trate de solo una cuestión semántica porque se puede considerar a la lengua: “ Como la parte más inasible de la herencia cultural que cada sujeto debe a su medio, es porque ella no se reduce, como se cree con frecuencia a un léxico más o menos amplio. En tanto que sintaxis, ella procura un sistema de hábitos mentales posibles de transferir, asociados a valores que dominan toda la experiencia y en particular la visión de la sociedad y la cultura, sin olvidar una relación original con las palabras, reverencia o franca, forzada o familiar, moderada o intemperante" 6 Por ello un malentendido refleja o ponen en evidencia un “ruido” social y cultural, una distancia y diferencia que cobran protagonismo en la lengua. Por ello se puede a partir de analizar o desmistificar los malosentendidos ir mas lejos e interrogarnos sobre otros aspectos. Es claro que en una clase escolar la homogeneidad social de los alumnos es una propiedad ausente, no tan solo por las diferentes extracciones sociales de donde provienen sus miembros, sino diferencias que tienen que ver con experiencias de vida, con contextos familiares particulares e inquietudes distintas; y sobre esta diversidad mucha veces tendemos a clasificar (desde el lugar docente) al grupo en solo dos subgrupos: neófitos y expertos. (clasificación que sin duda no solo conducirá a muchos malos entendidos sino que oculta una diversidad de diferencias o de desigualdades) Se oculta con ello la responsabilidad docente en la incomprensión, así por ejemplo pocas veces hemos dicho y pocas escuchado a un par nuestro decir :”No nos comprenden y eso es culpa nuestra”. Racionalizaciones al respecto abundan, quizás las más frecuentes se vinculan a plantear o poner en las distancias generacionales la causa de la distancia comunicacional. Planteamos muchas veces que los jóvenes poseen una cultura propia distinta a la nuestra y que por ello muchas veces no nos comprenden. Asimismo este argumento no es patrimonio solo de los docentes, ya que es factible oírlo en los alumnos, y hemos sido nosotros mismos (cuando jóvenes) escuderos de estos argumentos. Y cuando ello sucede se genera un circulo entre docente y alumno que se autorefuerza. Al respecto entendemos que las diferencias de edades son una condición material que nos hace diferentes, pero las diferencias que en ellas se reflejan se deben a diferencias culturales y sociales y no meramente cronológicas. Por ello apelar a la edades como motivo de los malosentendidos puede ocultar razones mas profunda de los mismos. 6 ob.cit. Otra razón oculta que suele manifestarse como malosentendidos, se relaciona con la distancia física o espacial dentro de el aula. El profesor puesto al frente en actitud de orador y con la estigma de el que sabe y los alumnos todos mirándolo y escuchando con la estigma de los que no saben Desde esta distancia física y actitudinal, es muy sencillo caer en el malentendido de que se a comprendido una idea o argumento por parte de los alumnos, luego de que ante la pregunta ¿ se ha comprendido? Se obtenga como respuesta, algunos asentimientos y silencios de otros. Por otra parte es fácil caer en la ilusión de la ausencia del los malos entendidos. (tanto por parte de los docentes como de los alumnos) : “... la ilusión de ser comprendido, la ilusión de comprender y la ilusión de haber comprendido desde siempre se refuerzan mutuamente, sirviéndose recíprocamente de coartada..." 7 Es claro que cuando ello sucede el docente continua con su práctica habitual, sin tener que transformar nada de la misma, se desenvuelve como si todo estuviera bien, por consiguiente nada debe modificarse. Por su parte los alumnos evitan verse sometidos a tanto al ridículo de no haber entendido algo, como así también al malhumor del profesor por no haberle entendido, resultándole también a ellos no manifestar la no comprensión, una actitud cómoda. La realidad cede también espacio a la ficción cuando, el engaño se apodera de la relación pedagógica, toda vez que el docente no se dirige a sujetos concretos que tiene allí en frente sino que piensa y habla a los alumnos que deseamos que sean, nos dirigimos al modelo de alumno que queremos, al debe ser del sujeto ,quedando el alumno real excluido y prisionero de ese modelo. Evidentemente este proceso opera como un mecanismo de división del grupo: lo que encajan y los que no encajan al modelo, (que se expresa no de esta manera sino como los buenos y malos alumnos) . Esa idealidad es también generadora de distancias en la relación docente –alumno; no obstante muchos alumnos realizan una búsqueda de “acercamiento”con el docente, quizás movido también por otro modelo, esta vez un tanto mas arquetípico cual es la de analogar el rol docente con el de padre y el de alumno con el de hijo. Es difícil, señala Bourdiue, que tal propósito no guarde el deseo de disimular la distancia de estatus entre los docentes y los alumnos. 8 No obstante el profesor suele responder con su herramienta mas eficaz y sutil, cual es la del lenguaje. La palabra encierra una cultura , en donde valores, esquemas de percepción y apreciación están inevitablemente unidos no en el contenido explícito de las mismas, sino es sus usos, en sus juegos de seducciones, en lo que se establece como lo permitido y lo prohibido. Por ello el docente es dueño de la palabra no tan solo por pararse al centro del aula y ser el principal orador, sino que por medio de la misma establece las reglas del juego. Juego en que sabemos hay diferencias y es inevitable no jugar. Por todo ello entonces, es claro que el peor de los malos entendidos, es precisamente la significación que le solemos otorgar a lo que consideramos malos entendidos, recluidos a la estigma de pequeños errores o disfuncionalidad liviana, consangrándose o quedando impune así una admisión o tolerancia con ellos. 7 8 ob.cit En Bourdieu, el deseo de achicar las diferencias sociales es una constante, ya que resulta inevitable que todos busquemos posicionarnos mejor en el espacio social global. Tal vez si empezamos a comprender y refexionar sobre todos o al menos algunos de los malosentendidos en que nuestra vida cotidiana tropieza, empecemos también a echar luz sobre las diferencias sociales, sobre las distancias culturales, sobre la dificultades que envuelven el proceso de enseñar y aprender, y aportemos así un pequeño esfuerza al proceso de democratización de la enseñanza. 11. Sobre la Televisión9 Luego de la ardiente polémica que despertó la aparición de esta obra es hora ya de avanzar, aunque brevemente, con el análisis de la misma. Básicamente por dos razones: en primer término porque el debate inmediato se centro sobre el rol de la televisión y la vieja disputa: espectáculo Vs. formación y las prácticas de los periodistas en dicho medio. Y a mi modo de ver, el tema crucial que se aborda en esta obra es apenas abordado: La autonomía de los campos culturales. En segundo lugar, porque a escasos años de la publicación de la misma, es hoy una obra que institucionalmente se ha consagrado, convirtiéndose en lectura obligatoria en varias asignaturas de la carrera de comunicación social. El texto es una transcripción de dos conferencias dadas y retransmitidas por la misma televisión Francesa. Ello se evidencia en la rapidez de su lectura (podemos aquí tomar un cierto respiro de las ideas extensas y circulares de otras obras). Abreviare el comentario tomando tres ejes: El planteo central que aparece en el texto. Una critica que realizo sobre una idea y una duda que dejaré planteada: El planteo central Sin duda Bourdieu baja toda su construcción teórica para analizar el campo mediático y el televisivo en particular. Los que aplica, entre otros aspectos, para distinguir los tipos de medios: los sensacionalistas en contrapunto con los que optan por la formación (por cierto que estos últimos aunque ya son historia, no dejan de constituirse en un modelo para los medios); describe-explica, además la dinámica interna del campo periodístico: la competencia entre agentes, tanto particulares (periodistas) como institucionales (medios), la lucha por la obtención del capital especifico: la primicia informativa, el abuso a la autoreferencia entre los medios: la circulación circular de la información; el aporte mediático a la construcción del hombre fast thinking (una metáfora del fast food cultural), las estrategias por la conquista del mercado, las falsas tensiones (pasión por los debates), etc. No obstante todo ello, el análisis central gira en torno a la subordinación de los medios al mercado y la invasión de estos sobre los otros campos: (político, literario, deportivo, etc.) es decir el problema de la autonomía -heteronomía. La heterónima de los medios es producto de la cada vez mayor dependencia de estos, con sus agentes anunciantes y por, lo que esta íntimamente vinculado, la adopción de la lógica de mercado por la obtención de mayores índices de consumidores, lo que promueve tanto la competencia entre los medios como al interior de los mismos. Por lo tanto no sólo se acota la autonomía de los mismos (condición para que estos puedan cumplir con la difusión de las creaciones más egregias de la humanidad) sino que cumplen un rol intrusivo y destructivo sobre la autonomía de otros campos. Bourdieu define, en esta obra, clara y sucintamente la autonomía de ésta manera: 9 El siguiente comentario ha sido publicado en la Revista Fundamentos en Humanidades. N3 2001 UNSL. San Luis. “Un campo muy autónomo, el de las matemáticas, por ejemplo, es un campo en el que los productores tienen como únicos clientes a sus competidores, aquellos que podrían haber hecho en su lugar el descubrimiento que ellos les presenta.(Mi sueño sería que la sociología se volviera así; pero, por desgracia, todo el mundo teme en ella su cuchara”) (Boudrieu, 1997a p.88-89) Ese, meter la cuchara, es lo que hace la televisión en otros campos, arrebatándoles la autoridad que estos poseen para distinguir y consagrar las producciones propias de los mismos. Es decir que se produce una invasión sobre el monopolio de la autoridad especifica. Ello sucede incluso en el campo científico: “ Es un hecho: cada vez más, en determinadas disciplinas, incluso las comisiones del CNRS(Centro Nacional de Investigaciones Científicas) tienen en cuenta la consagración a través de los medios de comunicación" (Bourdieu, 1997a.p.86) Lo cual significa para Bourdieu, toda una decadencia. La critica Es común que nos suceda que tendamos a generalizar nuestro contexto como el universal, ello en un sociólogo y de la talla de Bourdieu, es quizás imperdonable. Es sin duda una realidad de los grandes centros urbanos el hecho de la subordinación de los medios al capital económico, pero en comunidades pequeñas (como es San Luis, lugar al que pertenezco) los medios son más heterónomos en función del capital político que del económico. Para Bourdieu, la política esta subordinada al los medios de manera análoga a los otros campos (con excepción del económico): “La televisión produce en éste campo unos efectos análogos a los que produce en los demás campos” (Bourdieu.P, 1997a. p. 91) No en todos los lugares, el mercado y la democracia moderna es hegemónica como en los países centrales. La convivencia de las características de las sociedades precapitalistas con las capitalistas es un hecho que nuestro autor mismo plantea (Bourdieu,P. 1997b) Por lo que entiendo, debería plantearse éste tema de un modo más particularizado. La Duda La misma surge a partir de lo que es el objetivo y al mismo tiempo una propuesta de Bourdieu respecto a la problemática abordada, dice al respecto: “ Poner de manifiesto las imposiciones ocultas a las que están sometidos los periodistas y a las que, a su vez, someten a todos los productores culturales no significa - ¿hace falta decirlo?- denunciar a unos responsables, poner en la picota a unos culpables. Significa tratar de brindar a unos y otros una posibilidad de liberarse, mediante la toma de conciencia, del dominio de esos mecanismos y, tal vez, exponer el programa de una acción concertada entre artistas, escritores, científicos y periodistas, que ostentan el (cuasi) monopolio de los instrumentos de difusión. Sólo una colaboración de esas características permitiría trabajar eficazmente con la vista puesta en la divulgación de los logros más universales de la investigación y también, en parte, en la universalización práctica de las condiciones de acceso a lo universal" (Bourdieu,P. 1997a. p.118) ¿Es posible llevar a cabo un programa de acción concertada, entre los artistas, escritores, científicos y periodistas? ¿Quién debería organizarla: el Estado o los Medios? ¿Operan tanto los medios, como el Estado, como el campo de los periodistas, como el de los escritores, etc. con unidad de acción y criterio y con representantes que poseen un consenso que les facilita concertar este tipo de acuerdos? Creo que esto, es un tema que requiere de una mayor profundización, al menos si se explícita que el planteo no es meramente critico sino propositivo. REFERENCIA BIBLIOGRAFICAS Bourdieu. Pierre, Chamboredon,J.C, Passeron,J.C. (1975). El oficio del sociólogo. Siglo XXI, Buenos Aires, Argentina. Bourdieu .P. (1980): “En Actes de la Recherch en Sciences Sociales”, Nº 31, París Bourdieu. P. (1988). Cosas dichas. Gedisa. Bs. As. Argentina Bourdieu. P. (1991) El sentido Práctico, Madrid, Tauros. Bourdieu, P. y Wacquant J.D (1995): Respuestas para una antropología Reflexiva Grijalbo. México Bourdieu. P.(1997) Razones Prácticas. Anagrama. Barcelona. Bourdieu Pierre.(1999) Contrafuegos. Anagrama. Barcelona. Costa R. (1990) Acción Social, racionalidad e interés . Mímeo, Córdoba. Bourdieu, P. (1997). Sobre la Televisión. Barcelona: Editorial Anagrama. Gutiérrez A. (1995). Pirre Bourdieu. Las prácticas sociales. Universitaria, Misiones, Argentina.