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Los aumentos en los precios de los alimentos Las subas en los precios de los alimentos son una realidad que golpea en todo el mundo. Países de todos los tamaños, riqueza y capacidad productora están operando en los mercados mundiales para recomponer sus stocks de granos y con ello frenar las alzas, evitando con esto presiones sociales. Durante 2010 los precios agrícolas subieron un 17%. Algunos productos como el trigo, que sufrió las sequías en Rusia y las inundaciones australianas, superaron ese porcentaje altamente. Los precios de la comida se aceleraron en varios países de ingresos medios, en donde las personas gastan más de la mitad de su dinero en alimentos. En China, por ejemplo, entre 2009 y 2010 los aumentos en este rubro fueron de un 7.5%, mientras que los productos no alimenticios sólo sumaron un 0.5% En otros países, la inflación en la comida también fue una preocupación. India, Indonesia y Bangladesh sufrieron aumentos de 10.4, 13.2, y 9.6% respectivamente, mientras que el índice inflacionario general no alcanzó el 4% en ningún caso. Las opiniones de los especialistas están divididas. La FAO asegura que, si bien los precios de los granos como trigo y maíz bajaron respecto de 2008, se mantendrán durante la próxima década entre 15 y 40% por encima de los precios de 1997-2006. Ese porcentaje puede incluso ser superado por oleaginosas y aceites. Sin embargo, ante la creciente demanda, dicho organismo afirma que la producción de alimentos crecerá lo suficiente como para alimentar a toda la población. Esto no despeja las preocupaciones. El Banco Mundial, por su parte, afirma que los precios de los commodities descenderán un 8% en 2011 y un 3.7% más en 2012. El presente informe presenta datos sobre las subas en los precios de los alimentos, sus consecuencias en la población (especialmente la más pobre) y las reacciones de distintos países e instituciones. Los números del mercado y sus consecuencias en la población El Índice de Precio de los Alimentos que elabora de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación promedió en diciembre los 215 puntos, que representan un 4% más que los guarismos de noviembre y se sitúan un punto por encima de los picos alcanzados en 2008. Los principales incrementos se registraron en azúcar, aceites y grasas. El índice de diciembre de 2010 fue un 25% mayor al del mismo mes de 2009. El índice para los precios de cereales rozó los 238 puntos, un 6% más que en noviembre y un 39% más que en diciembre de 2009. Sin embargo, todavía se sitúa 13% por debajo del pico de junio de 2008. Los precios internacionales del trigo, uno de los cereales más importantes de la alimentación, se mantuvieron estables en las primeras semanas de enero, después de los fuertes aumentos de diciembre. Las lluvias e inundaciones en Australia, sumadas a las condiciones de sequía en algunas zonas productoras de Estados Unidos, sostuvieron los altos precios. Si bien los valores en los mercados de referencia superan ampliamente a los de 2009, aún no alcanzan los picos de marzo de 2008. El arroz, que habían aumentado moderadamente durante los meses anteriores, experimentó una leve baja en la primera quincena de enero. Esto se debe a la recolección de la cosecha en los principales exportadores. Para los granos forrajeros, en tanto, los precios se sostuvieron altos, en parte por las sequías que experimentaron algunas zonas de Sudamérica. El maíz, por ejemplo, aumentó en Estados Unidos un 45% en comparación con el mismo período del año pasado. Estos datos, que en principio se muestran como simples estadísticas de mercado, tienen consecuencias tangibles para la sociedad. Los precios altos de los alimentos, sumados a la desaceleración económica experimentada en muchos países durante la última crisis financiera, empujaron a otros 115 millones de personas al hambre y la pobreza. En 2009, según la FAO, mil millones de personas padecieron hambre. Desde entonces la cifra había descendido a 925 millones. Sin embargo, la fuerte subida de precios experimentada recientemente podría traducirse en un nuevo aumento de esta cifra. El costo de los productos alimentarios básicos sigue siendo elevado en muchos países en desarrollo, lo cual dificulta aún más la vida de los más pobres del mundo que ya dedican entre el 60 y el 80% de sus ingresos a los alimentos. Los marcados incrementos de los precios de alimentos son el síntoma más visible de la crisis alimentaria. Sin embargo, ésta es el resultado de factores menos coyunturales que la suba general en el precio de materias primas, los desastres climáticos, los bajos niveles de stocks y el desarrollo de los biocombustibles. Las alzas también reflejan situaciones más estructurales como el desequilibrio en el sistema de producción y comercialización agropecuaria, que se traduce en los problemas para abastecer la creciente demanda, impulsada por factores económicos y geográficos. Esta situación se sostiene en la falta de inversión en la agricultura, ante la incidencia de la pobreza que limita el acceso a los alimentos a gran parte de la población mundial. En su más reciente edición del informe “Perspectivas alimentarias”, la FAO detalló que en 2010 los gastos por importación de alimentos de los países más pobres subieron en 11%. Las importaciones de alimentos significaron más de mil millones de dólares en 2010, cifra que no se experimentaba desde los precios récord de 2008. El organismo de la ONU advierte que si la producción agrícola no se incrementa, se darán fuertes incrementos en los precios de los alimentos durante 2011. Propuestas y medidas En 2007, la FAO ya había advertido sobre los aumentos de los alimentos y entonces lanzó su Iniciativa sobre la subida de los precios de los alimentos (ISFP) con el objetivo de ayudar a los pequeños agricultores a cultivar más alimentos y aumentar sus ingresos. Más tarde, a mediados de 2008 cuando los precios internacionales de los alimentos alcanzaron su nivel más alto en 30 años, el organismo de la ONU puso en marcha una serie de proyectos de urgencia de un año de duración con los que proporcionó a los pequeños agricultores variedades de semillas mejoradas, fertilizantes, instrumentos y asistencia técnica para ayudarles a aumentar rápidamente su producción alimentaria. En la actualidad, hace hincapié en la necesidad de reforzar la capacidad de los agricultores pobres para resistir crisis futuras (desastres naturales, volatilidad de los mercados, crisis financieras) e impulsar la productividad agrícola de modo que contribuya a la seguridad alimentaria y nutricional a largo plazo. En la cumbre del G8 en julio de 2009 los líderes mundiales prometieron consagrar más de 20 mil millones de dólares a la inversión en desarrollo agrícola sostenible. A principios de 2010, se estableció el Programa mundial de agricultura y seguridad alimentaria (GAFSP) -que es un fondo con múltiples donantes- aunque todavía no se alcanzó la cifra anunciada. Este año la preocupación sigue vigente y en junio la reunión de ministros de agricultura del G20 en París tendrá como uno de sus temas principales los precios de las materias primas, agrarias y energéticas, cuya volatilidad excesiva puede hacer peligrar el crecimiento mundial y la seguridad alimentaria. El G20 además está presionado por esfuerzos internacionales para imponer una mayor transparencia en los mercados de materias primas y una regulación más estricta del comercio de derivados de las mismas. Por su parte, la Comisión Estadounidense de Comercio de Futuros (US Commodities Futures Trade Comission, CFTC), órgano que regula los mercados a término, aprobó una propuesta para imponer límites comerciales que reduzcan la excesiva especulación en los mercados. La propuesta no busca establecer precios sino regular el mercado, evitando la especulación y la manipulación de los precios. Otro país que también propuso medidas para controlar la escalada de precios es Corea del Sur. Entre los anuncios se encuentra la creación de una compañía comercializadora de granos encargada de importar alimentos. Otras medidas que serán aplicadas por el gobierno surcoreano incluyen realizar una lista de 16 productos agrícolas y de pesca de los que se generarán reservas adicionales. El Banco Central Europeo (BCE), en tanto, también manifestó su preocupación por esta situación. Su inquietud se centró principalmente en las causas estructurales como el creciente incremento de los ingresos de la población en los mercados emergentes, que está cambiando los hábitos en la alimentación y promoviendo el consumo de productos de más valor añadido, como carnes y lácteos, y en consecuencia incrementado la demanda de maíz y soja para la alimentación animal. Consideraciones finales Son muchos los países que ya implementan medidas para detener las alzas sobre los precios de los alimentos. Los temores internacionales escalaron al G20, G77, la propia ONU y la red de Bancos Centrales del mundo. La preocupación de la FAO, el Banco Mundial y otros foros internacionales parece centrarse en la estabilidad política. Las recomendaciones entregadas por los organismos apuntan a evitar los disturbios que varios países vivieron en 2008, asociados a la problemática alimentaria, en plena burbuja de commodities. Sin embargo, un elemento que escapa a ese puntilloso pedido es que la amenaza de una nueva suba de alimentos vuelve a ser funcional a los capitales especulativos, ya que impulsan las cotizaciones hacia arriba a pesar de que la oferta mundial de alimentos no es escasa, sino que está mal distribuida. El costo de mostrar grano almacenado para eliminar cualquier temor social es la especulación financiera ligada a los mercados de commodities, de la cual todos dicen querer ocuparse pero hasta acá no ha sido tocada. En este contexto, se vuelve eje del debate la función de los estados para detener dichas subas. Los países que son importadores netos planean medidas que abarcan beneficios tributarios y aumento de la oferta, ya sea vía compras estatales o agricultura dislocada. Para las naciones exportadoras, como la Argentina, se presenta la posibilidad de impulsar sus economías, sin perder de vista los precios internos de los alimentos. Fuentes Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) http://www.fao.org/index_es.htm Reuters http://www.reuters.com/ Bloomberg http://www.bloomberg.com/ EFE http://www.efe.com/