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DR. SCHÄR: 10 AÑOS INVESTIGANDO “SIN GLUTEN” Trieste (Italia), 30 noviembre 2013 Con motivo de su décimo aniversario, el Instituto de Investigación y Desarrollo Dr. Schär, creado por esta empresa especializada en la elaboración de productos sin gluten, organizó un simposio en el que se repasaron los avances más recientes en el campo de la alimentación sin gluten. Dr. Schär La empresa Dr. Schär fue fundada en 1922 por el doctor Alexander Schär, un médico que trabajaba en el distrito de Innsbruck, en la zona austriaca del Tirol, y el empresario Untertrifaller, de Bolzano, en la zona italiana del Tirol. Ambos se asociaron para desarrollar alimentos infantiles saludables para niños con problemas intestinales. Se instalaron en la región de Tirol del Sur, en Italia. En 1981, el empresario italiano Ulrich Ladurner asumió la dirección de la empresa y marcó un cambio de rumbo decisivo, al especializarse en la elaboración de productos sin gluten. En 2003 creó un centro de Investigación y Desarrollo, el Instituto Dr. Schär, con el objetivo de investigar tanto materias primas como procesos tecnológicos para mejorar la calidad de sus productos. En 2013, con motivo del décimo aniversario de este Instituto de I+D, organizaron un simposio en su sede del Parque Científico de Trieste, en Italia, al que invitaron a investigadores y a representantes de las diferentes asociaciones de celíacos de Europa. Asociación de Celiacos y Sensibles al Gluten. Comunidad de Madrid 1 La dieta sin gluten hoy La dieta sin gluten se diferencia de la dieta con gluten en que los productos basados en cereales con gluten (trigo, cebada, centeno) deben ser reemplazados por otros equivalentes específicamente elaborados a partir de materias primas sin gluten. Puesto que los cereales con gluten son una importante fuente de nutrientes, es necesario evaluar si hay desviaciones importantes en el aporte de nutrientes respecto a la dieta normal y a las recomendaciones nutricionales cuando se hace dieta sin gluten. La Dra. Nicoletta Pellegrini presentó resultados preliminares de un estudio que se está llevando a cabo en Italia sobre este aspecto. En el estudio participan 150 pacientes celíacos y 150 sujetos sanos. Todos ellos han respondido a un cuestionario sobre su alimentación y durante una semana se ha pesado todo el alimento que han ingerido diariamente. Las principales conclusiones, por ahora, son que los celíacos consumen mayor cantidad de grasa que los sujetos sanos. Este exceso de grasa es atribuido al consumo de productos especiales sin gluten. Sin embargo, también se han detectado anomalías atribuibles a hábitos de alimentación inadecuados más que al hecho de ser o no celíaco. En ambos grupos se observa una carencia de minerales como el calcio y el hierro, así como de vitaminas como el ácido fólico, mientras que hay un exceso de sodio. Por lo demás, el consumo frutas y verduras es deficitario de acuerdo con las recomendaciones nutricionales. Por este motivo es muy importante elegir materias primas sin gluten óptimas desde el punto de vista nutricional. Una dieta equilibrada debe aportar suficiente cantidad de fibra dietética (unos 25 gramos al día), de vitaminas A (beta caroteno), B3 (niacina), B9 (ácido fólico) y E, así como de minerales (hierro, calcio, magnesio). Además, debe suministrar una cantidad adecuada de energía en forma de hidratos de carbono y grasas, y también de proteínas. Nuevas perspectivas en la elaboración de alimentos sin gluten En la actualidad, el trigo que denominamos “panadero” es el cereal más cultivado y más utilizado en la industria alimentaria: más del 30% de los productos envasados contienen trigo o almidón de trigo, por tanto contienen gluten. Para el Dr. Luud Gilissen, la estandarización en los sistemas de cultivo de trigo y su procesamiento a gran escala hacen que la diversidad de este cereal sea muy reducida y favorece la desaparición de la tecnología necesaria para el cultivo, a menor escala, de los granos de otros cereales y pseudocereales, cuya existencia tiende a ser ignorada por la industria. La necesidad de prescindir de los cereales con gluten para elaborar productos sin gluten centra ahora la atención en los cereales sin gluten (mijo, sorgo, teff) y en los pseudocereales (trigo sarraceno, quinoa, amaranto) menos cultivados, por lo que se realizan estudios sobre la adecuación de estos cultivos minoritarios. El Dr. Gilissen mostró algunas de sus características. Mijo: este término se aplica a un grupo heterogéneo de cereales sin gluten que son agrupados bajo este nombre desde un punto de vista funcional. La semilla de los mijos son pequeños granos de los que se puede extraer harina para elaborar fideos, pan plano, porridge (lo que comúnmente se conoce como “crema de avena”) y cerveza. Se empezó a cultivar en China y África hace 10.000 años. En Europa fue un alimento básico durante la Edad Media, antes de la introducción de la patata en el viejo continente. Actualmente, se cultiva principalmente en Nigeria y en la India. No se han descrito fenómenos alérgicos asociados al consumo de productos derivados del mijo. Sorgo: cereal sin gluten originario de África, donde se cultiva desde hace 4.000 años. En la actualidad, los principales productores de sorgo son Estados Unidos, Mexico y Nigeria. También se cultiva en Sudáfrica, donde se emplea para elaborar porridge, sirope y cerveza. No se han documentado reacciones alérgicas asociadas a su consumo, pero contiene antinutrientes. Asociación de Celiacos y Sensibles al Gluten. Comunidad de Madrid 2 Teff: cereal sin gluten originario de Etiopía y cultivado desde hace 10.000 años. Actualmente se cultiva en Australia, la India y Estados Unidos. Se emplea para elaborar pan plano, tortitas y hojaldres. No provoca reacciones alérgicas, pero contiene antinutrientes. Quinoa: pseudocereal originario de los Andes, donde se cultiva desde hace 7.000 años. Ahora se cultiva en Europa, donde su producción se ha triplicado en los últimos 50 años. Se emplea para elaborar productos de panadería. Tiene propiedades antiinflamatorias y los productos derivados son poco alergénicos. Trigo sarraceno: pseudocereal originario de China, con una antigüedad de 8.000 años. Se empezó a cultivar en Europa y Norteamérica entre los siglos XVIII y XIX. Se emplea para elaborar fideos y tortitas. Puede provocar alergias graves. La Dra. Bianca Pelzer está evaluando la composición nutricional de algunos de estos cereales sin gluten y pseudocereales. En general, los pseudocereales son más nutritivos que los cereales con gluten y que los cereales sin gluten. Por ejemplo, la quinoa es el pseudocereal más nutritivo. El problema es que contiene antinutrientes, como las saponinas, componentes que interfieren en la correcta absorción de ciertos nutrientes. También es elevado el valor nutritivo del trigo sarraceno comparado con el trigo, el arroz o el mijo. Además, la harina de este pseudocereal se elabora a partir del grano completo, por lo que el aporte de fibra es óptimo en comparación con el trigo, cuya harina se elabora a partir del endosperma. Por su parte, cereales sin gluten como el mijo y el sorgo tienen un valor nutritivo equivalente al del maíz. A la hora de cultivar estos cereales sin gluten y pseudocereales hay que tener en cuenta sus requerimientos climáticos y su adaptabilidad a las condiciones de recogida y producción establecidas para los principales cereales que se cultivan en la actualidad. Por ejemplo, según comentó el Dr. Lorenzo Barbanti, el sorgo está bien establecido en el sur de Europa, mientras que el mijo requiere un procesamiento más cuidadoso de lo habitual. En este sentido, el Dr. Eduard Bernhart, responsable de proyectos agrícolas en el Insituto Dr. Schär, comentó lo importante que es tener bien caracterizada la planta que se va a cultivar así como las condiciones en las que se hará, ya que es la única manera de garantizar que los productos que se deriven de dicho cultivo alcancen los estándares de calidad. Puso como ejemplo el caso del mijo, a cuyo estudio han dedicado 3 años en los que han investigado las características de la materia prima, han realizado ensayos en el laboratorio y después en el campo para finalmente establecer las directrices para su producción con los agricultores. Ahora están evaluando las propiedades tecnológicas de los productos sin gluten elaborados a partir de las variedades de mijo que fueron seleccionadas para este fin. Este protocolo de actuación se aplica satisfactoriamente con el maíz, el arroz, el trigo sarraceno y el sorgo. En esta línea, la Dra. Ana Ferrer Mairal incidió en la necesidad de colaboración entre los centros de investigación y la industria alimentaria para explotar eficazmente el potencial de estas nuevas materias primas, mejorando los sistemas de producción y la calidad del producto final. Asociación de Celiacos y Sensibles al Gluten. Comunidad de Madrid 3 Almidón de trigo y avena El empleo de avena y almidón de trigo en la elaboración de productos sin gluten ha sido siempre controvertido. Tradicionalmente, el norte de Europa (Reino Unido y países escandinavos) ha sido más permisivo que el área mediterránea (España, Italia) a este respecto. Por ejemplo, en Finlandia se permite el consumo de productos basados en avena a los celíacos adultos desde 1997. En el año 2000 se aceptó también la seguridad de estos productos para los niños celíacos. En la actualidad, el 80% de los celíacos finlandeses consumen habitualmente productos elaborados con avena y almidón de trigo sin consecuencias negativas aparentes. De hecho, según el Dr. Markku Mäki, sólo el 4% de los pacientes que los consumen como parte de su dieta sin gluten siguen mostrando lesión intestinal después de varios años. Paradójicamente, en las regiones en las que no se consume avena ni almidón de trigo, más del 20% de los celíacos siguen presentando lesiones Marsh tipo 2 ó 3 después de varios años haciendo la dieta sin gluten. Desde un punto de vista científico, la gran mayoría de los estudios clínicos que se han llevado a cabo para evaluar si la avena es tolerada por los celíacos han concluido que no es dañina, como comentó el Dr. Hannu Salovaara. El primero de estos estudios se publicó en 1974, y más de 13 estudios similares publicados entre 1995 y la actualidad han concluido lo mismo. Probablemente, la explicación sea que la cantidad de gluten presente en la avena (10%-15% del contenido proteico) es insuficiente para causar daño. El porcentaje de gluten en el trigo es muy superior, alcanzando el 70%-80% del contenido proteico. Además, las secuencias proteicas tóxicas que se han identificado en el gluten de trigo no aparecen en la avena. Solo se han encontrado algunas muy similares que, si bien son detectadas por algunos métodos analíticos, no está demostrado que realmente activen el sistema inmune de los pacientes como ocurre cuando éstos consumen trigo. Se acepta, no obstante, que el consumo de avena no es tolerado por algunos pacientes. Si, efectivamente, la avena no es tóxica en sí misma, el problema puede estar en que frecuentemente los productos elaborados con avena están contaminados con cereales que contienen gluten, generalmente cebada. La existencia de contaminación se ha confirmado en muchos casos, pero se cree que los métodos analíticos sobreestiman la toxicidad cuando la cebada está presente, por lo que tal vez la contaminación no sea tan relevante. El Dr. Salovaara considera que es más dañino transgredir la dieta sin gluten debido a la mala calidad de los productos sin gluten y a su elevado coste que alimentarse de productos de consumo general basados en avena a pesar de su posible contaminación. El tema es tan controvertido que hasta la legislación es ambigua. El Reglamento Europeo 41/2009, que admite como máximo 20 mg de gluten por kg de producto en los alimentos sin gluten, cita la avena como uno de los cereales que contienen gluten. Sin embargo, autoriza su uso si se garantiza la ausencia de contaminación cruzada y el producto final no supera los 20 mg/kg. En Estados Unidos, la avena no aparece listada entre los cereales con gluten. A pesar de ello, la normativa especifica igualmente que un producto sin gluten basado en avena no debe superar los 20 mg/kg, condición que no se exige a los productos derivados de otros cereales sin gluten. Como consecuencia de una regulación tan estricta, el coste de producción de alimentos sin gluten basados en avena se multiplica por cuatro y hasta por seis en comparación con el coste de elaboración de productos de avena para el consumo general. El Reglamento 41/2009 también permite el uso de almidón de trigo si se garantiza que el producto final no supera los 20 mg/kg, como recordó la Dra. Ombretta Polengui, coordinadora de proyectos en el Instituto Dr. Schär. Esta empresa lleva ya unos años trabajando en el desarrollo de nuevos productos sin gluten elaborados a partir de almidón de trigo y avena. Con ello se puede mejorar mucho la calidad nutricional de estos productos, especialmente si contienen avena. La mejora en la textura y el sabor de esta nueva gama de productos sin gluten es también notable. Dr. Juan Ignacio Serrano Vela Investigación y Formación Asociación de Celiacos y Sensibles al Gluten. Comunidad de Madrid 4