Download Archivos

Document related concepts

Prosopis alba wikipedia , lookup

Herbívoro wikipedia , lookup

Ceratonia siliqua wikipedia , lookup

Geoffroea decorticans wikipedia , lookup

Nutrición animal wikipedia , lookup

Transcript
ISSN 1668 4737
Archivos
Departamento
de Antropología Cultural
VI - 2008
CIAFIC
ediciones
Centro de Investigaciones en Antropología Filosófica y Cultural
de la Asociación Argentina de Cultura
Archivos, Vol. VI - 2008
ISSN 1668 4737
Directora:
Dra Ruth Corcuera
Miembros del Consejo Editorial:
Dr. Eduardo Crivelli - Universidad de Buenos Aires, Argentina
Dr. John Palmer - Brookes University, Oxford, Inglaterra
Dr. Tadashi Yanai - Universidad de Tenri, Nara, Japón
Dra. María Cristina Dasso - Universidad de Buenos Aires, Argentina
Archivos es la publicación periódica del Departamento de Antropología
Cultural del Centro de Investigaciones en Antropología Filosófica y Cultural (CIAFIC), que por este medio busca servir a la tarea del conocimiento y la reflexión sobre las culturas. Con esta finalidad, tiene como
cometido difundir las investigaciones del Departamento, publicar colaboraciones que versen sobre antropología cultural y rescatar trabajos cuyo
valor se considera meritorio para la disciplina.
8 2010 CIAFIC Ediciones
Centro de Investigaciones en Antropología Filosófica y Cultural
Asociación Argentina de Cultura
CONICET
Federico Lacroze 2100 - (1426) Buenos Aires
www.ciafic.edu.ar
e-mail: [email protected]
Dirección: Lila Blanca Archideo
Impreso en Argentina
Printed in Argentina
Aplicaciones
del estudio etnológico
a proyectos multidisciplinarios
de investigación en salud
María Cristina Dasso
CIAFIC
Asociación Argentina de Cultura
NOTAS SOBRE LA ALIMENTACIÓN WICHI
Dado que el proyecto que se ocupa de la Enfermedad de
Chagas introduce hábitos domésticos para el cuidado de mantener
a la vinchuca fuera del ámbito de la vivienda y sus unidades
vinculadas, el conocimiento de los hábitos alimentarios wichi,
juntamente con el concreto conocimiento de cómo y dónde se
recolectan frutos y otros recursos, brindan elementos clave para
tener en cuenta en los cuidados señalados. Por ejemplo, saber de
dónde y en qué estado recolectan leňa, plantas, etc., nos daría una
idea aproximada de dónde destacar la verificación de no introducir
involuntariamente a los insectos en la casa o el peridomicilio. La
leňa, por ejemplo, o el acarreo de plantas de chaguar pueden
introducir vinchucas en el caso de que se trajera la planta completa
o el trozo de tronco sin desbastar.
De igual modo, cuando elaboramos el segundo manual sobre
algunas costumbres buenas para el cuidado de los niños, percibimos
que no se justificaba insistir con el tema de la lactancia o sugerir
alimentos para los niños, cuando su dieta es vigilada de parte de la
familia. De tal modo, bastaba complementar información a la que
ya poseía bien asentada la propia cultura [1].
Los alimentos, como los mas variados aspectos de la vida
humana, tienen un horizonte mitico de referencia que se expone no
solamente para comprender su importancia sino además para captar
en qué profundidad se encuentran arraigados los temas que otorgan
sentidos a las prácticas que se encuentran hoy en esta sociedad. La
realidad de la cultura impone su peso objetivo, el cual debe ser
evaluado en todos los casos en que se propone un proyecto que
interviene en las personas y la sociedad en general, de modo que se
intenten resultados (los beneficios) bajo control.
29
ALIMENTOS Y MITOS
Los bienes alimentarios constituyen uno de los rasgos de la
vida paradisíaca que mantenía unidos el cielo y la tierra en el cosmos wichi. La marisca (es decir, caza y recolección de especies animales y vegetales) de los hombres, realizada en el cielo, brindaba
el buen alimento a las familias terrestres. El castigo a la mezquindad
en el reparto, la desconsideración hacia el anciano solicitante cierra
ese capítulo de vida que estaba establecido a horcajadas en dos planos (celeste y terrestre), que desembocaría en la humanidad actual.
Los mariscadores y el árbol
Hace mucho había un árbol alto que llega hasta el cielo
y los mariscadores subían por el árbol y alcanzaban el cielo
Es que en el cielo había muchas animales y frutos e iban los
mariscadores que mariscan
Había unos mariscadores que mariscaban y se suben a los árboles
para ir al cielo.
Y después vino una mujer vieja y vio ese árbol
y ella los observa y buscó fuego y le incendió el tronco y se prendió
todo
y después los mariscadores que estaban mariscando no pudieron
bajar del cielo pues no tienen más camino
y los mariscadores no tuvieron ningún camino a la tierra.
y arrojaron a la tierra sus yicas
y sus yicas llegaron a la tierra y se convirtieron y se multiplicaron.
No hay más
Los alimentos de aquellas bolsas arrojadas a la tierra cuando
los mariscadores comprendieron que no regresarían quedaron aptos
para multiplicarse. También, las estrellas se perciben como pródigas
en algarroba para los parientes terrestres.
Es decir que los bienes alimentarios llegaban de manos de
parientes generosos que perduraron en un estado mitico, de ancestro
o palha.
30
Hay una cantdad abundante de relatos míticos donde el
alimento es un aspecto destacado, cuando no central [2] (Dasso
1999:73-140):
a)
b)
c)
d)
e)
f)
g)
h)
i)
j)
k)
l)
m)
Los ancestros o palhalis van a visitar a los antiguos del fuego,
itoh palha, y son convidados con comida cocida.
El mundo incendiado recupera su vida gracias a Takwiátso
que produce un algarrobo a partir de sus brasas.
Las mujeres estrella descienden y roban la carne de los
hombres.
Tokwaj se desquita de las burlas de las mujeres estrella
desatando las correas de sus bolsas repletas de mistol que
ellas recolectaban en el mundo terrestre.
El sol ordena a su hija que busque esposo que la alimente, y
encuentra a Carpintero, un melero de gran habilidad.
Los carancho –Ka’o’o, Afwuntsej to fwaj, Hetsaj-, padre e
hijo, matan a los monstruos que comen gente
Tokwah quiere devorar crías de gualacate y cae en el
submundo, lo rescata el ave rapaz fwentaj a cambio de comer
la carne de su pierna.
Tokwaj se hace llevar por el tigre a cambio de ser su alimento.
Tokwaj devora a la nieta de la abejita moro moro mientras su
abuela trae agua
Tokwaj desata la desgracia de “buscar el alimento” al herir
con su flecha a la Madre de los peces y derramar las aguas
que almacenaba el palo borracho.
El muchacho solitario atrapa al fwentaj que le da sus
espolones para que sea buen cazador.
El muchachito solitario es acompañado por la mujer estrella
que produce algarroba.
Su suegro (el sol) lo devora en una parrilla.
31
n)
ñ)
o)
p)
El tigre mata a su yerno corzuela y le da su carne a la hija y
nietos.
La Atsina palha devora crudos los pichones de loro que le
arroja su esposo, y luego devora a su esposo
El gato montés le enseña a cazar al tigre
Los animales silvestres temen que el ganado bovino recién
llegado del naciente, agoten todos los alimentos (Dasso,
1999)
Como ejemplo, cada una de estas frases concierne al tema de
cada relato donde aparece la alimentación como un tópico central.
De ellos, algunos indican el aprendizaje de una práctica alimentaria,
en otros se establecen asociaciones entre alimentos y personajes,
connotando si el tipo de almentacion es humano, animal o
monstruoso. En todos, sin embargo, se advierte el trasfondo donde
se deja ver que el alimento correcto es, directa o indirectamente, un
don.
Precisamente en la narrativa relacionada con los recursos hay
momentos o hitos de corte. Por ejemplo, la destrucción del vínculo
cielo/tierra -sin el cual los hombres quedan desvalidos para
conseguir el alimento- o rupturas habidas en el propio mundo, como
cuando se rompe el árbol de las aguas y, en adelante, los humanos
deberán circular por la tierra en busca de peces y sustento.
Los relatos subrayan –como se ha señalado en otra parte- la
figura de los que devoran “a la gente” y dan cuenta constante del
temor a ser devorado física o metafísicamente (Dasso, 2004:219221).
Hay dos ejes significativos que ordenan tiempo y espacio en
modalidades ontológicas que son existencias dotadas de un distinto
caudal de poder: Un eje vertical de existencia compartida con los
personajes celestes y de los otros mundos encerrados en o’nat, la
tierra, que luego perdurarían como el alejado pelé o cielo separado
del mundo; y el eje horizontal que pone a las bandas terrestres en
32
relación entre sí, desarrolladas en un ámbito acotado que debe ser
recorrido.
El incendio y hundimiento del árbol que une cielo y tierra
señala el fin del don alimentario directo, cuando los mariscadores
arrojan las bolsas repletas a la tierra sabiendo que no podrán
regresar. En adelante, el don será indirecto, como el relato refiere en
la conversión de las bolsas en especies que sirven a la subsistencia.
O como cuando se indica que el tronco quemado y hundido queda
como una vara erguida –una alusión shamánica.
En adelante se subraya el sufrimiento emergente de la
inestabilidad y el conflicto del nuevo modo requerido para obtener
el sustento y ambos se funden en la expresión de estar
“inamoviblemente enterrados” (Palmer, 2005).
Como representación del tránsito por el plano terrestre, el eje
horizontal asienta en los humanos cierta pasividad, a causa de la
necesidad y sufrimiento diverso sin dones.
Es decir que hallamos el tiempo del espacio vertical
recorriendo el eje cielo/tierra,y el tiempo del espacio horizontal
recorriendo la tierra hasta los “bordos” que son las costas u orillas
elevadas que circundan el mundo de la gente.
La fuerza motriz de ambos recorridos está jalonada por la
búsqueda del alimento. Esa fuerza se vincula con una clave wichí:
mantenerse como familia de aquellos mariscadores celestes que
ahora -en el ulterior mundo transformado- desde el cielo, pele,
periódicamente renuevan su don en el decurso estacional. A la vez,
la gente obra subrayando la buena perdurabilidad de la costumbre
alimentaria: seguir recogiendo los peces de las aguas dispersas,
recogiendo el fruto de los algarrobos y otros árboles del monte,
atrapando las presas silvestres. Todos ellos son, en la conciencia
wichí, alimentos fuertes. Ya en el mundo, el monte conservaría los
alimentos silvestres, “fuertes” de la buena vida wichí (Dasso, 1992).
Con el contacto cultural, los alimentos más cercanos en los
almacenes del poblado tendrían su atractivo y su riesgo inherente:
33
la mezcla enfermante de potencias nutricias diversas (silvestres y
criollas) que deberían conservarse por separado para no enfermar al
individuo que se alimenta con ellas (Dasso, 1992).
A la vez, el monte existente que fue reducido debido a
porciones dedicadas a la vida agrícola o al pueblo criollo, conoció
cambios en su vegetación y aguadas. Consecuentemente, su don
requirió buscarse más lejos, involucrando el peligro de topar o
enfrentarse con extraños más sospechosos –o tanto- como el
conjunto de seres poderosos e inhumanos, ahot, que lo habitan en
las horas nocturnas y aquejan a los hombres.
Buscar el sustento montaraz supone, por lo tanto, una carga
de riesgo, tiempo y esfuerzo que vuelve tentador el recurso a los
alimentos de los comercios. También, las nuevas generaciones son
acusadas por las viejas en cuanto a rechazar ciertos sabores y
texturas de los alimentos fuertes de los tiempos pasados.
I. EL ALIMENTO NUEVO Y LA MEZCLA
Un problema de importancia que fue registrado precisamente
en comunidades de Misión Nueva Pompeya en 1991 y tiene que
ver con el efecto atribuido a la mezcla alimentaria.
Si los alimentos silvestres son fuertes, sanos y limpios,
también han dejado ver que tienen una potencia diferente de la de
los alimentos industrializados, accesibles por compra en los
almacenes del pueblo. De modo que la persona, para cuidar su salud
y evitar los efectos quemantes de la mezcla alimentaria, debe optar
por unos o por otros alternativamente. Este tema se desarrolla
acompañando –muchas veces- la disponibilidad de alimentos de
monte, que con frecuencia son recogidos en etapas precisas, cuando
su obtención es segura. Fuera de ellas, se compran víveres.
Por la escasez de dinero entre la mayoría de los wichí, el
alimento accesible es polenta, arroz, fideos, algo de carne, azúcar,
sal, yerba. Todos ellos son nutritivamente más pobres que los
silvestres. Este aspecto tiene una influencia directa en fenómenos
34
directamente apreciables: la salud dental, la salud nutricional y los
aun contados casos de obesidad que afloran en los últimos tiempos
entre algunos jóvenes wichí. Otros aspectos vinculados con esta
nueva dieta quizás se relacionen con los índices de talla y peso
infantil, los cuales han sido mensurados en la segunda etapa del
proyecto sin que aun se hayan formulado conclusiones definidas.
Los alimentos silvestres vigentes
Hoy, al igual que en el pasado, la alimentación de estas
comunidades se basa también en parte en los productos obtenidos
por la pesca durante varios meses al año, cuyas especies se detallan
mas abajo. Tambien se nutren de productos silvestres vegetales y
animales obtenidos por recolección y caza. Entre los primeros
pueden citarse como los más utilizados la vaina de algarroba
(Prosopis alba y Prosopis nigra), el fruto del chañar (Geofroea
Decorticans), del mistol (Ziziphus mistol), de la bola
verde(Capparis speciosa), poroto del monte (Capparis retusa), y
entre los segundos la vizcacha (Lagostomus maximus), charata
(Ortalis canicolis), chancho del monte (Pecari tajacu), corzuela
(Marzama americana), los diversos armadillos como el pichi
(Chaetophractus vellerosus), quirquincho (Tolypeutes mataco)
mulita (Dasypus novemcinctus), y la paloma (Columba picazuro),
catas verdes (Myiopsitta monacha), tortuga (Chenoloidis chilensis),
lagartija (Teius teyou), huevos de suri (Rhea americana), iguana
(Tupinambis rufescens), miel de distintas clases de abejas y avispas
silvestres, y larvas de algunas de ellas. Estas enumeraciones hallan
coincidencias con estudios realizados en otras areas (Torres y
Santoni, 2001).
Como se puede advertir en innumerables ocasiones, un signo
claro de la persistencia de la cosmovisión se relaciona con el
cuidado alimentario que las personas de una cultura llevan a cabo
observando pautas culturales específicas y, aunque a veces se pueda
confundir una prohibición ritual con una alimentaria [3], es claro
que uno de los campos que mejor protegido suele quedar en el
35
contacto es el de los alimentos. Esto es así porque comer supone
una relación directa y unidireccional entre un sujeto y un objeto
natural, de modo que en esta acción es central su presentación como
paradigma de las actividades incorporativas en general, ya que son
imprescindibles para el organismo aunque regulables socialmente
y capaces de control individual.
Al permitir un abanico amplio de variación cualitativa y
cuantitativa, las actividades de alimentación tienen como rasgo
poder desplazarse entre la restricción -el ayuno- y el exceso –la
fiesta-, dejando ver una escala de requisitos culturales que
comprende los distintos tipos de sujetos y símbolos que se asocian
a sus prohibiciones o licencias alimentarias. Las leyes dietarias no
son universales en sus contenidos. Profundas asociaciones
simbólicas que definen qué cosas pueden comerse y cuáles no,
cuáles son deseables y cuáles no lo son (Dasso, 2002). Esta
normativa explícita en la costumbre pero predominantemente
implícita en el cotidiano desenvolvimiento de los individuos [4], se
manifiesta resistente a los cambios y argumentos prestados “desde
fuera”, a la vez que cada vez que se manifiesta permeable a cambios
e incorporaciones nuevas, parece requerir procesos asociativos
nuevos que se vinculan estrechamente con la mitopoyesis [5].
Se trata de un caudal de cambios entrelazados que
analizaremos y tienen que ver profundamente con el tema de la
salud. El siguiente cuadro de Especies con uso alimenticio, aditivos
e infusiones es un importante listado de los alimentos empleados
en otras comunidades wichi y coinciden (y exceden a) con los
vegetales que hemos hallado en el campo:
Nombre científico
Nombre vulgar
Parte utilizada
Acantholippia sp.
varios según la especie
Aditivo
Acacia sp.
Acanthosyris sp.
Aromo
sacha pera
Arecastrum romanzoffianum Pindó
Aristotelia maqui
Bauhinia argentinensis
36
Maqui
pata de vaca
flores, frutos
Frutos
fruto, cogollo
Fruto
Aditivo
Nombre científico
Nombre vulgar
Parte utilizada
Bumelia obtusifolia
Guaraniná
Fruto
Berberis sp.
Capparis sp.
Carica papaya
Carica quercifolia
Celtis sp.
Copernicia alba
Calafate
varios según la especie
Mamón
mamón del monte
Tala
Caranday
Embothrium coccineum Notro
Ephedra sp.
Varios
Feijoa sellowiana
Guayaba
Eugenia sp.
Ficus sp.
Gevuina avellana
Glabowskia obtusa
Hymenaea stilbocarpa
Inga sp.
Maytenus boaria
Morrenia odorata
Passiflora sp.
Piper fulvescens
Pithecolobium saman
Rollinia emarginata
Rumex sp.
Schinus sp.
Stenocalyx uniflorus
Stetsonia coryne
Syagnus yatay
Symplocos uniflora
Trithrinax biflabellata
Vitex sp.
Vochysia tucanorum
Varios
Higuerón
Avellano
Fallampé
Yatobá
Inga
Maitén
Doca
pasionaria; mburucuyá
Yaguarundí
Saman
Arachichú
lengua de vaca
Varios
Ñangapirí
Cardón
Yatay
azahar del campo
Carandillo
Tarumá
palo vino
Fruto
Planta
Fruto
Fruto
Fruto
fruto, cogollo
Fruto
Fruto
Fruto
Fruto
Fruto
Fruto
condimento
fruto, semilla
flores, frutos
semillas
tallo, flores, frutos
Frutos
condimento
Vainas
Fruto
Hojas
Fruto
hojas, frutos
Fruto
cogollo, tonco, fruto
Aditivo
Cogollo
Fruto
Savia
37
Nombre científico
Nombre vulgar
Parte utilizada
Zizyphus mistol
Mistol
Fruto
Ximenia americana
Pata
flor, fruto, semilla
(Fuente: Base de Datos, DRFN; III Encuentro sobre reconocimiento y Aprovechamiento
de Plantas Alimenticias del Monte. Chaco. Argentina.1991)
¿Cuál es el vínculo y la frecuencia con que el individuo acude
al monte, y más aún, cuál es la distancia “cercana” y “lejana” que
estipulan los wichí en la realización de sus actividades de subsistencia? Un estudio realizado en una pequeña comunidad cercana a
nuestra área de estudio deja ver otros datos valiosos (Tessaro y
Téve, 1999:18-124), en primer lugar respondiendo nuestra pregunta
al señalar “La mayoría de los encuestados expresó que debían ir
lejos para buscar leña, tomando esta distancia como 200 a 300 metros de la vivienda. En un solo caso se mencionó que a sólo 50 metros de la vivienda podía encontrar leña”[6].
En este orden, la recolección sistemática se aplica a los productos conservables, como ocurre con la algarroba, recolectada en
noviembre-diciembre y cuyas trojas se hallan en las casas aún en los
meses de mayor sequia y escasez, como julio y agosto. Junto con la
algarroba, otros apreciados frutos para este tipo de recolección esencialmente femenina, son Mistol (Zizyphus mistol), Chañar (Geoffroea
decorticans), Poroto del monte (Capparis retusa), Pasacana (Harrisia
bomplandii), Doca (Morrenia odorata), Chaguar (Bromelia sp.) [7].
Uno de los productos más apetecidos es la miel, que se
consume familiarmente y se recoge “durante todo el año,
recogiéndose la de mayor calidad entre Mayo y Julio, a partir de
allí las abejas tienen menos miel porque empiezan a consumir sus
propias reservas para mantenerse” (Barbarán y Saravia Toledo,
2000). La miel es provista por avispas sociales conocidas
vulgarmente como “bala”, “lechiguana” Brachygastra lecheguana
y la abeja europea Apis mellifera conocida como “extranjera”.
Abejas sin aguijón de los géneros Mellipona y Trigona (Brewer y
Arguello, 1980) producen mieles llamadas “alpamisqui”, “llana”,
38
Colmenas
“mestizo”, “moro-moro”, “puisquillo”, “quella” y “señorita”,
según los informantes Las diferentes especies productoras de miel
son las denominadas extranjera, llana y lechiguana [8].
Algunos insectos productores de miel de la Región Chaqueña.
Producción
Ubicación del
Denominación por panal
panal
(litros)
Extranjera
—Cavidades de
árboles
Lechiguana
Burro
30
1
Señorita
2-4
Moromoro
queya o
pusquiillo
yana o
peluquera
Alpamisqui
2-4
2
4
5
Colgante de ramas
Cavidades de
árboles
Cavidades de
árboles
Cavidades de
árboles
Cavidades de
árboles
Cavidades de
árboles
Bajo el suelo
Arbol en el que se la
encuentra
preferentemente
Prosopis ruscifolia,
Aspidosperma quebracho
blanco, Calicophyllum
multiflorum
Prosopis sp., Schinopsis
sp.
Prosopis ruscifolia
Aspidosperma quebracho
blanco
—
—
—
(Fuente: Charpentier, 1998; Díaz, 1996) Datos tomados de Abalos Romero, Marta “Productos forestales no madereros en America Latina”, en Proyecto de Informacion y analisis
para el Manejo forestal sostenible: Integrando esfuerzos nacionales eInternacionales en 13
paises Tropicales en America Latina” Tit. (GCP/RLA/133/EC) (GCP/RLA/133/EC)
39
Desde la primavera y por unos meses la actividad masculina
de la pesca obtiene bagre, dorado, surubí, palometa, monchola. La
época de pesca comienza con el cierre de la época seca y se
prolonga durante la temporada estival más húmeda.
En las casas hay animales que crían, como gallinas, cabras o
chivas, chanchos que se emplean especialmente para la venta del
animal y, en el caso de las aves, tambien de los huevos. Preguntados
por su consumo, señalan que los consumen si hace mucha falta,
pues en rigor prefieren venderlos. En los hechos, con frecuencia
hemos encontrado individuos que van a comprar carne al pueblo
aunque en la casa tengan animales domésticos (especialmente
chivos) que servirían al consumo.
Este es un aspecto de
interés, pues las chivas han
sido centrales en la ejecución
de Proyectos de promoción
apadrinadas por diversas instituciones, y se las encuentra
con mucha frecuencia, aunque no se hallan sus restos especialmente útiles (cueros) en
todas las estaciones en las
casas, cosa que sí se advierte
con pequeños animales silvestres a lo largo del año [9]. A
diferencia de lo que se observó en Comandancia Frías
(Tessaro y Téves, 1999) no
hemos visto ni se nos ha comentado que los wichi consuman cerdos o lechones en
Chiquero con corral Choza de algarroba
( Fotografías de Alejo A. Perez de la Hoz, 2005-2006) Misión Nueva Pompeya [10].
Hay además burros sueltos en los parajes, aunque rara vez se
ve que los monten o empleen para acarreo.
40
El siguiente listado de especies de la fauna de la Región Chaqueña
nos provee de un adecuado encuadre zoológico para nuestras consideraciones:
Nombre vulgar
Armadillo
Nombre científico
Priodontes sp.
Charata
Ortalis canicollis
Conejo de los palos
Curiyú*
Gato montés
Gato onza – Ocelote
Sylvilagus brasiliensis
Eunectes notaeus
Felis geoffroyi
Felis pardalis
Aves canoras
Capibara, carpincho Hydrochaeris
hydrocharis
Chuña
Comadreja
Conejo de los palos
Chunga burmeisteri
Didelphis azarae
Pediolagus salinícola
Guazuncho, corzuela Mezama gouazoubia
parda
Iguana overa y
Tupinambis sp.
colorada, lagarto
Inambúes
Ipacáa
Jaguar, yaguareté*
Lampalagua*
Liebre europea
Loro de cabeza negra
Loro de los palos*
Loro hablador
Nothoprocta sp. –
Eudromia sp.
Aramides ipacaa
Panthera onca
Boa constrictor
Lepus capensis
Nandayus nenday
Aratinga acuticaudata
Amazona aestiva
Parte utilizada Uso
Carne
A
Cuero
B
Mascotas
Cuero
B
Carne (40 Kgr.) A
Hueso
D
Grasa
Carne
A
Deportivo
Carne
A
Piel
B
Piel
B
Carne
A
Carne
A
Cuero
B
Piel
B
Piel
B
Carne
A
Cuero
B
Carne (20 kgr.) A
Cuero
C
Carne
A
Grasa
M
Huevos
A
Carne
A
Piel
Cuero
Deportivo
B
B
Deportivo
Mascota
Mascota
Mascota
41
Nombre vulgar
Martineta colorada
Nombre científico
Rinchotus rufescens
Parte utilizada Uso
Deportivo
Paloma mediana
Zenaida auriculata
Carne
Pato picazo
Cairina mostacha
Carne
Martineta copetona Nothoprocta cinerascens
Mono
Alouatta caraya
Ñandú*
Rhea americana
Pluma
Huevos
Cuero
Nutria o coipo
Myocastos coypus
Carne
Piel
Palomas
Pecaríes*
Perdiz chica
Puma
Quirquinchos
Tapir, anta
Tortuga de tierra*
Vizcacha
Columba sp.
Carne
Tayassu sp. – Catagonus Carne
wagneri
Piel
Nothura maculosa
Felis concolor
Chaetophractus sp.
Tapirus terrestres
Geochelone chilensis
Lagostomus maximus
Carne
Caparazón
Piel
Carne
Carne
Piel
Deportivo
Mascota
B
A
B
A
B
A
Deportivo
A
Deportivo
A
Deportivo
A
B
D
Deportivo
Deportivo
A
B
B
A
Mascota
A
B
Deportivo
Yacaré
Caiman sp.
Carne
A
Cuero
B
Zorrinos*
Conepatus sp.
Piel
B
Zorros*
Cerdocyon thous
Piel
B
A = alimento B = comercio C = construcción D = artesanía M = medicinas
(Fuentes: Programa Bosque Modelo del Oeste Formoseño. Universidad Nacional
de Formosa - Gobierno de la Provincia de Formosa. Año: 2000; Ruiz Murrieta,
1995; Dirección de Fauna y Flora Silvestre de la Provincia del Chaco)
42
Los varones wichí preparan y mantienen en cercos enramados
de sus parajes algunas huertas, de las que obtienen zapallo, maíz,
batata, calabaza, anco, sandía, doca, lechuga, zanahoria, poroto, repollo, cebolla, tuna. En ocasiones reciben la semilla de Proyectos de
promoción agroalimentaria, y en otras las consiguen los mismos
responsables familiares. Uno de nuestros informantes afronta la
temporada solar más perjudicial para su campo preparando enramadas que protegen a las plantas, o plantando los vegetales más delicados a la quemante luz solar debajo de los árboles más frondosos.
II. EL
SENTIDO
DE
LA
TIERRA
RECUPERADA:
ALIMENTACIÓN, COSTUMBRE Y CAMBIO
El entorno natural del monte ha brindado alimentos a lo largo
del tiempo a las sociedades que en él han vivido. En la actualidad,
como se ha visto, se ha tornado una fuente más reducida de subsistencia que sin embargo colabora en una alimentación equilibrada y
continua a lo largo del año, combinada con otros productos de origen animal, vegetal o industrial que hoy se encuentran al alcance de
esas mismas poblaciones y configuran nuevas opciones nutricias.
Buena parte de este fenómeno de persistir en el monte se halla
en la anhelada privacidad del wichí en su porción recuperada de
territorio, en el que puede deambular con mayor tranquilidad que
cuando hallaba otros pobladores diferentes haciendo un uso
ciertamente avasallante del medio: Misión Nueva Pompeya se
encuentra en el centro del hoy reconocido territorio wichí
consistente en las 20.000 hectáreas que los franciscanos recibieron
del gobierno Nacional y preservaron para esas comunidades. Sus
ocupaciones actuales abarcan tareas agropecuarias, mano de obra
asalariada, peones rurales y obrajeros; además de algunos
individuos empleados por algún proyecto de desarrollo social e
innumerables beneficiarios de planes provinciales, nacionales y
locales de protección social (pensiones, jefes de hogar, etc). Como
consecuencia de la cesión gubernamental, la primera manifestación
de la voluntad aborigen fue el cercado de las tierras obtenidas. En
43
la actualidad, están cercados no sólo el perímetro externo del área
de las 20.000 hectáreas, sino también el interno, colindante con el
poblado municipal y los caminos vehiculares.
En los territorios propios se organizan en parajes a veces
denominados “barrios” que agrupan entre 100 y 200 personas cada
uno. Son extensiones regulares de terreno donde se asientan las
familias extensas matrilocales en núcleos próximos de viviendas.
En el mismo terreno también, otra familia extensa vinculada –
emparentada de algún modo- puede asentarse y así ir creciendo
hasta que se genera otro paraje vecino relacionado, donde los
integrantes son parientes afines o consanguíneos en mayor o menor
grado pero con capacidad para considerarse un grupo familiar. Cada
paraje suele estar representado en una Asociación Comunitaria
integrada por presidente, secretario y vocales.
Para los Wichí, habitar en el monte significa observar con
atención el territorio, usar los matices mínimos del espacio,
anotando de éste cada característica y presencia, elementos
acuáticos y terrestres, sedimentos materiales e inmateriales. Los
movimientos de los hombres y mujeres Wichí en el territorio
vuelven a diseñar las líneas que impone la cultura de la cual sólo
ellos son los depositarios y a la que los “otros”, es decir todos los
que no son Wichí, no pueden tener acceso inmediato [11].
III. GLOSARIO
LOCAL
ALIMENTACION
A’WULA
calabaza
AFWETAJ
sardina
ANKÚ
zapallo
ATHU
afuera, o campo
AKASEN
crudos
ATSOWE
animal
AFATA
despluma
AMITH
ustedes
ASUKWI
azúcar
ASNU
burro
44
RELACIONADO
AMUTAJ
AFWETAS
AKPAS
AKAS
ALKUYIS
ATSOTO
AFWTAHEN
ALINA
ALUS
ALO
CON
LA
chancho quimilero
sardinas
camaleón
crudo
alcohólico
animales
desplumen
harina
arroz
tu animal
ASNU
ALOI
ALAMLAS
ATSETAS
ASNATAK
ATHEFWAS
ATHETAS
AWETSES
AHET’SAS
ASALA
burro
tus animales
alambre
naranjas
perdiz o copetona
iguanita
yacarés
chanchos moritos
caranchos
asado
ALO
ASNAJ
ATSETAJ
ASES
ATHE
ATHETAJ
AWETSAJ
AHETSAJ
ATHE POSET
AKOJ
EKK
CHILECHEKW
come, o comer
quitilipi o
ñacurutu
cuchillo o hierro
EKUE
CHIYAPUP
CHITSANITAS
CHOHOT
tortuga marina
ucle, una tune que
da fruta y se come
quebrale en la
mitad
oruga, mariposa,
milpintos
pozo u hoyo
grande
se dice de una persona que le gusta
mezclar
pichi ciego / pl
CHUWATHCHE mariscar o buscar
CHOHAT
quebrale
AKOJA
AKOSWET’O
CHINAJ
CHONT’U
LCHWEJ
CHUKUKW
CHUWEJTAJ
CHUTHITES
HISET /HISET
THAIS
HUINA
HUENATAJ/(plS)
algo muy limpio
están contentos o
felices
AKOJTHI
AKOJU
CHITSAJ
CHUTH
CHUL
CHUWATHA
tu animal
perdiz
naranja
murciélago
iguana
yacaré
chancho, morito
carancho
alacrán o escorpión
algo que se come y
es sabroso
contento o feliz
por ejemplo un pozo
cuando se limpia y
queda algua limpia
para beber
busque
cacúi
chaguar comestible
con fibra y sirve
langosta
langosta
se dice para cazar
algo
CHUHEN
se dice por ej de las
frutas de la tuna
que tienen
HIP’U / HIP’U- quema o hace
asado/ pl
HEN
guaschin, arbol de HUENAJ/(pl.S) pichi, peludo chico
fruta comestible
pichi peludo
ICHIM
tiene sed
grande
45
INOT
ISAJI
ISIT
ISINEJ
IPEN
IPENHU
KOJLOMM
KOJJI
KHUKHAHI
KUTSINU
KUTSALUN
LAKUNEK /
LAKUNEKAI
ILUPEN
CHITANHI
FWA YEK
FWALAKW
FWAAYEK LES
FWAAYEK FWEY
TSI
FWAA YIU
FWAAYEK AKA
FWIJTEN
FWIYELAJ
FWU’YETAJ
46
agua
cortar o picar
raspa o pela
oler
hierve
INOTES
ISAJ
ISIT’THI
ISINLO
IPENHU
machucar algo o
moler
agua turbia y
sucia sin sabor y
potable
cochino
cucharón
tierno / tiernos
KUTSU
hervir algo para KOJLO
ellos
algo agradable, el KOJJIMM
sabor, deseos
flaco
tortuga
algarrobo
doca
brotes de
algarrobo
algarrobo y una
raiz
chauchas de
algarrobo
maduras
algarrobo verde
hacer secar o
crear
enredadera que
tiene frutas y se
come
pato ganso
KUTSALA
aguas
corta
está raspando
olfato
llenar algo con
líquido
algo agradable por
el sabor
algo líquido y
sabroso, ej. agua
dulce
cerdo
cuchara
KUMILA
comida
LATSUTE (pl-EI) dientes, muelas
ILU
hilo
ILUPNHEN
CHILAYI
WA’AI
FWALAYEKW
FWAAYEK
LAFWET TSIL
FWAA
flacos
paloma, urpila
vaina de algarrobo
planta de la doca
algarrobo y raíces
FWAAYEKW
THACHA
FWIJTENHEN
gajo de algarrobo
FWAA AKAS
chaucha de
algarroba
chaucha de
algarroba verdes
FWU’YAJ
crear varias cosas o
secar
pato picazo
FWUKATSAJ
tatú mulita
CHAMUK
THACHA
CHECHE
CHETHYEKW
FWITSONHI
TAKALI
TAPAÑHI (pl .CHE)
TEMHAS
tala y sus gajos
CHEFWIYEJ
quebracho
colorado
pájaro marron de
pico largo
patalca, fruta
verde
muy amargo
CHENHU
cotorras o cata
comer junto con
alguien
CHEFWCHETSI quiza, pájaro
quirquincho o tatú
mataquito
FWITSEKYELAJ palmera de cogollo
comestible
TAPAI
amargo
TEMATAJ
TEFW
tuna de monte con TEWUK
espina fina y
pegajosa
comer
TETCHEÑEN
TEFWI
pica o picante
TENELUL
TISI
TISCHE
TUWEJ
TULU T’ISAN
TULU T’OJ
TSECHUFWAJ
tenedor
TEINELU
convidar a otro
TIS
TIM
convidar a varios T’ISAN
olla de hierro
TULU
cuero de vaca
TUTK
carne de vaca
TULU NHES
TSEWUS
yarará o vibora de TESTAS
la cruz
parásitos
TSIWU
TSOHOK
chajá
TSIWA
TSUK
TSUNHA
chiva hembra
TSIWU’CHE
agarre
TSUNHATAJ
pl:_S)
TSUKTHI
TSUKLU
guasuncho,
corzuela
choclo
THECH’E
huevo
THATHA
fruta
TSUNIS
TSEMTHOLKW
THAI IHI
THECH’ETH
tuna de monte,
fruta comestible
río Teuco
siembran
ternero.
lo traga
convidar
pulpa o carne
animal vacuno
nariz de vaca
pequeña tortuga de
agua
diarrea
chivo macho
cuerno de chivo
peine
oveja
chivilI
palo borracho o
yuchán
tienen fruta
huevos
47
THIP
THIP’AJ
pedazo
pedacito
UKUAJ
UKUATHI
morder
UKUAJI
masticar por ej un UKNAJ
hueso
(pl:UKNAS)
calabaza seca,
WUNHA
porongo
tirar o desechar WUMEK
algo
hacer beber
YOYIS
THOK
WUTSUTAJ
WUMYAJ
YOINEJ
YUKUAJ
YUKUAJCHE
NCHEYE
NICHEYE
LACHEIHEN
alimentos
THIPEY
THOKWE
THOKFWAS IHI
mordió
YUKUAJI
mastica algo largo,YUKUAJWEK
ej choclo
tengo hambre
LACHEYE
tiene hambre
YANCHEIHEN
tenéis hambre
NICHEIHEN
(fuente Diccionario de Albino Polo, m.i.)
pedazos
vasija para llevar
agua
hay víveres para
comer
masticar
borracho
enjambre de avispa
bala
tirar o desechar algo
le gusta beber bebidas alcohólicas
mastica
dientes molares, incisivo
tienes hambre
tenemos hambre
tienen hambre
IV. ALGUNAS NOTAS
Entre 1991 y 2002 ya había realizado personalmente
abundantes relevamientos acerca de la alimentación wichi, que en
función de los Proyectos en curso, se completaron y constataron.
Al respecto, entre los wichi de Pompeya nuestros
interlocutores han señalado que sólo hay dos animales que se
prohíben comer absolutamente por contagiosos, lehwúm, que son el
chancho doméstico nitsétah, sus scrofa domestica, y el quimilero,
awutsáh, Pecari tajacu. El chancho majano, nitsáh, Tayassu pecari,
no es contagioso “porque come raíces”, confirmando lo que
indicamos en otro trabajo con respecto a la importancia de la fuente
de alimentación del animal para calificar su carácter de alimento
(Dasso, l998). Según los interlocutores, el contagio radica en unos
granos que salen de la nariz del animal y se contagian proliferando
incluso en los órganos internos de la persona.
48
En el caso de niños recién nacidos y durante el
amamantamiento, la madre no debe comer carne de chancho pues
la leche se le mezcla con la grasa y hace mal al pequeño. Esta
mezcla es evitada (en diferentes posibilidades de conjunción) en el
caso de mujeres purperas y en lactantes.
Pero también se deja ver otro animal prohibido que es la
yarará, hotsáh, bothrops newedi meridionalis (o diporus, yarará
amarilla) porque tiene veneno. No así la lampalagua, la:táh, boa
constrictor occidentalis, potencialmente comestible porque no tiene
veneno, ponzoña.
Todos los felinos pueden comerse, hayóh, yaguareté,
panthera onca. También walháj, puma, puma concolor. Lo mismo
silokhóy, gato montero, Oncifelis geoffroyi.
Con respecto a la aves, el reparo común que se aduce con pájaros como el carancho, hetsáj, Polyborus plancus, o el cuervo,
setwó, Coragyps atratus, lo mismo que con boyeritos (tseyís /ala
amarilla, Archiplanus albirostris, sipolóp, negro, Archiplanus solitarius) es que comen “cualquier cosa”, especialmente las osamentas
o esqueletos con cuerpos descompuestos que se hallan en el campo,
y eso les da a las aves una carne olorosa. O tambien, en el caso de
pájaro carpintero, siwok, Coepholeus lineatus, C.erythrops, Neophloeotomus schultzii o Scapaneus leucoppogon) se dice que come
miel junto con los gusanos que la rodean y por eso se rechaza.
Las aves de buen tamaño son comestibles, (suri wonlhój,
Rhea americana; chajá tsohot, Chauna torquata. La cotorra tchéche
y elé, loro hablador Amazona aestiva o también el loro de los palos,
Aratinga acuticaudata, un loro grande, loro verde o cotorra, sa`tas,
Aratinga leucophtalmus.
Se puede comer anta o tapir, ye`lá, Tapirus terrestris
Respecto de los peces, comen dorado, wajnula,Salminus
maxillosus; ísa:k, surubí, Pseudoplatystoma coruscans y
ps.fasciculatis, al’j, que son muy veloces y esquivos para pescar;
bagre, asaka; palometa nifwek; lo mismo que raya, pulhín,
49
Potamotrigon hystrix, y otros que han sido nombrados mas arriba.
Al pescado se le limpian las escamas, lafwinchu, y se corta la cola
antes de cocinarlo.
Sirve a la alimentación también la tortuga chitaní (de tierra),
en tanto que tutká, de agua, no se come. Se come iguana, ahle,
excepto la hibernante, y yacaré alhetaj.
Los niños son cuidados tanto en su comida propia, así como
se cuida la dieta materna si aun son lactantes. De estos modos casi
todas las prácticas, como hemos dicho, evitan que se mezcle la
grasa con la leche que los amamanta.
Nadie come sapo, sapú, bufo arenarum, ni rana totnái, según
han declarado.
En cuanto a los vegetales, raices y tubérculos, son
consumidos la mandioca de monte, newúk, que se deja al rescoldo
media hora y queda semejante a la batata. Hay una liana, whiyelák,
que se corta en trozos, se hierve y es suave como el zapallito.
Mencionan asimismo un tubérculo grande con agua dentro, que se
llama yakón, lekón, letsáh que auxilia en casos de necesidad en el
monte.
En caso de que el recién nacido no pueda amamantarse, los
adultos pueden mezclan miel con onyáh, con poroto de monte y
cogollo de la bromelia uyé y grasa, dándole una mezcla parecida a
la leche, cuyo valor nutritivo encuentran semejante a la materna.
Se advierte como en este caso, en ausencia de leche, se acude a un
compuesto que cuenta a la grasa entre sus elementos.
El palo verde es un árbol que da un fruto similar a pequeñas
naranjas de las que se hierven las semillas internas y se guardan
para cuando no hay qué comer. Dichas semillas se muelen a medida
que hacen falta. La tuna da frutos en diciembre y éstos se comen.
Al respecto, es preciso señalar que distinguen tres tipos, y solo
toman frutos de la mediana, ya que la de mayor tamaño posee frutos
venenosos. En las fotografías se aprecian los dos tipos que no se
consumen.
50
El algarrobo hwayúk, da la apreciada algarroba, frutos de
vaina larga y apreciable cualidad alimenticia. Otro tipo de algarroba
es hwiná, de vaina más corta. En ambos casos, la recolección de
diciembre se guarda ya reseca en trojas de vainas con gran
capacidad de conservación en seco, las cuales se muelen cuando
hace falta. Hemos hallado abundante existencia de estas vainas en
trojas en el mes de agosto, cuando termina la época más escasa de
alimentos silvestres (lú:p).
Alimentos y avatares femeninos y masculinos
Hace bastante años (Dasso, 1992) señalamos las
prohibiciones alimentarias que regian para la mujer embarazada y
la puerpera. Las razones aducidas residían fundamentalmente, en
las riesgosas consecuencias de mezclar grasa y leche, la necesidad
de que la madre y el niño no engordaran demasiado en el tiempo
previo al parto para evitar dificultades y los daños que provenían de
que ciertas especies -manipuladas por el esposo y coinadas por la
mujer- produjeran lamentables herencias de rasgos animales o
mutilaciones en el cuerpo en formación del niño. De tal modo, si se
cocinaba, la cocción podía simultáneamente afectar al pequeño, o
los cortes de la pieza producirse en el cuerpito infantil, etc.
Habia, entonces y ahora, una serie de limitaciones
alimentarias producidas para evitar, en ciertos casos específicos, la
51
furia del Lawu o Arco Iris (Dasso, 1993). En este mismo orden, los
parientes de una persona recientemente muerta se privan de comer
carne de animales durante un tiempo que varia según la edad del
fallecido. Alrededor de dos meses si se trata de un infante, y el lapso
de extiende cuanto mas anciano es el pariente que ha muerto. En
esos lapsos no se come pescado, ni iguana, chivo, puerco, corzuela
u otras especies silvestres. Solamente pueden comer charata, pollo
o vaca sin correr riesgo. De igual modo, quedan prohibidos los
fiambres como salame, mortadela, jamon en estas ocasiones.
Ciertamente las costumbres alimentarias han ido cambiando,
como asi también la práctica de pescar o cazar –y aún la marisca
masculina. Los interlocutores recuerdan perfectamente las salidas
de sus padres, pero ellos mismos, en buen número, reconocen que
han dejado de practicarla, sólo quedando como un recurso
alternativo en tiempos de escasez. Se caza con rifle 22, se hacen
trampas que se denominan con el préstamo del castellano talampa
o igual que el anzuelo, katimek. Las aves como la charata son
atrapadas con la gomera (wu:ma, por la goma que la compone) y
bodoque o bola de barro (iňhot)
Otros recursos valiosos, como la pesca, adquieren igualmente
un carácter ocasional y los hombres adultos en ocasiones han
vendido su equipo de pesca sin reponerlo, o reemplazándolo por
anzuelos, katimek, que emplearan eventualmente. Algunos
conservan, sin embargo, las redes hutanaj (red mediana
estructurada por el cruce apical de dos palos que la maniobran) y
waha (red de gran tamaño que se cierra con dos maderas paralelas
flexibles de unos 2 mt., accionadas con una pequeña madera lateral
a una de aquellas) para pescar en el rio Bermejito.
La salida al monte involucraba tanto ir a la tardecita y regresar
cuando se había atrapado algo, cuanto internarse a mayores
distancias y quedarse un día o dos en el mismo. Hay que ser buen
conocedor para adentrarse de este último modo y el temor de
perderse en el monte sobresale en las charlas. Las limitaciones
horarias de las obligaciones laborales y empleos (por ejemplo
52
municipales) es una razón que con frecuencia se aduce para explicar
el abandono de estas prácticas.
Bibliografia citada y de referencia
Arenas, Pastor. (1997) “Las bromeliáceas textiles utilizadas por los indígenas del
Gran Chaco”. Parodiana 10 (1-2).
Arenas, Pastor (2003) Etnografía y alimentación entre los toba-ñachilamoleek y
wichí-lhuku’tas del Chaco Central (Argentina), Edición del autor, Buenos
Aires.
Barbarán, Francisco (1998) “Reclamo de tierras y uso sustentable en el Lote
Fiscal 55”. Actas del III congreso Internacional de Etnohistoria. San
Salvador de Jujuy, 4-7 de agosto.
Barbarán, Francisco (1999b) El aborigen del Chaco Salteño. Iniciativas de
desarrollo 1969-1992. Centro de Estudios Indígenas y Coloniales.
Universidad Nacional de Jujuy..
Barbarán Francisco R y Carlos Javier Saravia Toledo (2000) “Caza de
subsistencia en la provincia de Salta: su importancia en la economía de
aborígenes y criollos del Chaco semiárido” en: Bertonatti, C. y J.
Corcuera. Situación ambiental Argentina 2000, Fundación Vida Silvestre
Argentina.
Bucher, E.H.; P.C. Huszar and C. Saravia Toledo (1996) “Ecological-economics
of sustainably managing the South American Gran Chaco”. Procceedings
of the 9th Conference of the International Soil Conservation Organization
(ISCO) Bonn, Germany.
Carpentier, M. (1995) “Comer del monte: volver atrás o un paso adelante” en
Productos forestales no madereros. Cuadernos Agroforestales 1. Proyecto
Desarrollo Agroforestal en Comunidades Rurales del Noroeste Argentino.
Desarrollo Agroforestal y Comunidad Campesina 4(20)
Cei, J.M. (1993) “Reptiles del Noroeste, Nordeste y Este de la Argentina.
Herpetofauna de las selvas subtropicales, Puna y Pampas”. Monografía
XIV. Museo Regionale di Scienze Naturalli. Torino, Italia.
Dasso, M.C. (1992) “En torno a la nocion de mezcla entre los wichi”. en Actas
de las II Jornadas Nacionales de Folklore, Buenos Aires, 2 al 5 de
noviembre de l992.
Dasso, M.C. (1993) “Algunas observaciones acerca del Lewo entre los wichi”
Mitologicas 7. Buenos Aires.
Dasso, M.C. (1998) “Acerca de algunas costumbres alimentarias entre los
Matacos” en Gazeta del Hospital Italiano Nº3.
53
Dasso, M.C. (1999) La Mascara Cultural, Buenos Aires, Ciudad Argentina.
Dasso, M.C. (2002) “Comentario sobre las costumbres alimentarias de los
Ayoreo”, Scripta Ethnologica, vol. XXIII, pp.21-38.
Dasso M.C. (2004) “La nocion de Mal en la misa wichi-mataco” en Archivos,
Vol.IV, Nº1, pp.219-221
Díaz, D.E. (1995) El uso del monte chaqueño por aborígenes Wichi en Productos
forestales no madereros. Cuadernos Agroforestales 1. Proyecto Desarrollo
Agroforestal en Comunidades Rurales del Noroeste Argentino. Desarrollo
Agroforestal y Comunidad Campesina 4(20), Gobierno de la Provincia
de Salta.
Duprez, M.A.R., Moons, M.; Masci, N.; Bellavilla E.; Ríos, D.A.; Scardilli, J.;
Etcheverry, A.; Arzelán, R.; Vasquez, A.M.; Bares, A.; Alvarez A. y D.
Monteros (1988) Diagnóstico por áreas. Capítulo II. Zona Norte de
Yacuy. Proyecto Expansión y Mejoramiento de la Enseñanza Rural.
III Encuentro sobre reconocimiento y Aprovechamiento de Plantas Alimenticias
del Monte. Chaco. Argentina. 1991.
FAO (1995a) “Consulta de expertos sobre productos forestales no madereros
para América Latina y el Caribe”. Serie Forestal Nº 1. Oficina Regional
de la FAO para América Latina y el Caribe.
FAO (1995b) “Report of the international expert consultation on non-wood forest
products Yogyarka”, Indonesia 17-27 January 1995. Non Wood Forest
products 3. FAO Rome.
Mashnshnek, Celia (1975) Aportes para una comprensión de la economía de los
Mataco, Scripta Ethnologica, Nº3, Parte 1, pp.7-40. Centro Argentino de
Etnología Americana. Buenos Aires.
Luna Ercilia, C.A. (1977) “Plantas indígenas textiles” en Enciclopedia Argentina
de Agricultura y Jardinería. Tomo I, Fascículo 18-2.
Maranta, A. (1987) “Los recursos vegetales alimenticos de la etnia Mataco del
Chaco centro occidental”. Parodiana Vol.5, Nº1, pp.161-237.
Mares, M.A.; Ojeda, R.A. y R. Barquez (1989) Guide to the mammals of Salta
Province, Argentina. University of Oklahoma Press.
Martinez Crovetto, R.N. (1995) “Zoonimia y etnozoología de los Pilagá, Toba,
Mocoví, Mataco y Vilela”. Serie Archivo de Lenguas Indoamericanas.
Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires
Ministerio de Desarrollo Sostenible y Planificación (1998) Plan macroregional
de desarrollo económico y social del Chaco Boliviano. Ministerio de
Desarrollo Sostenible y Planificación Dirección General de planificación
estratégica. Unidad de estrategias de Desarrollo. La Paz, Bolivia
54
Morello, C. y C. Saravia Toledo (1959a) “El bosque chaqueño I. Paisaje
primitivo, paisaje natural y pasaje cultural en el Oriente de Salta”. Revista
Agronómica del Noroeste Argentino 3 (1-2).
Morello, C. y C. Saravia Toledo (1959b) “El bosque chaqueño II. La ganadería
y el bosque en el Oriente de Salta”. Revista Agronómica del Noroeste
Argentino 3 (1-2).
Narosky, T. y D. Izurieta (1993) Guía para la identificación de Aves de Argentina
y Uruguay. Cuarta Edición. Asociación Ornitológica del Plata. Vazquez
Mazzini Editores. Buenos Aires.
Olrog, C. Ch. (1995) Las aves argentinas. Una guía de campo. El Ateneo,
Buenos Aires.
Padilla, R. (1998) “Impacto de los factores medio ambientales en la población del
sábalo” en Compendio Seminario-Taller “Situación Ambiental del Río
Pilcomayo”, pp.182-185. Original no consultado, citado por Lavilla
(1999) La declinación de las poblaciones de peces en el río Pilcomayo.
Universidad Nacional de Tucumán. Inédito.
Palavecino, E. (1955) Las culturas aborígenes del Chaco en Historia de la
Nación Argentina (desde los orígenes hasta la organización definitiva en
1862). Vol 1. Tiempos históricos y protohistóricos. Academia Nacional
de la Historia. Editorial El Ateneo. Buenos Aires.
Palmer, John (2005) La buena voluntad wichí. Una espiritualidad indígena,
Formosa, Salta, APCD/CECAZO/EPRAZOL, Grupo de Trabajo Ruta 81.
Perez, F. (1996) “Desarrollo indígena o desarrollo impuesto. Problemas de la
tierra y deterioro ambiental” en Desarrollo Sostenible del Gran Chaco –
Chances para una nueva forma de cooperación?. Tagung der
Evangelischen Akademie Bad Boll vom 24 bis 26. Alemania.
Programa Bosque Modelo del Oeste Formoseño. Universidad Nacional de
Formosa - Gobierno de la Provincia de Formosa. Año: 2000; Ruiz
Murrieta, 1995; Dirección de Fauna y Flora Silvestre de la Provincia del
Chaco.
Remedi, J. (1912-14) “Memorial presentado al Presidente de la Republica
Argentina Domingo Faustino Sarmiento por el Prefecto de Misiones
(1870)” En Gobelli, R. Memorias de mi prefectura y apuntes sobre el
Chaco. Tula y Sanmillan, Salta.
Saravia Toledo, Carlos (1995). El Departamento Rivadavia: estudio de caso.
Historia de un desastre ambiental. Antecedentes relativos a las tierras
públicas del Lote Fiscal 55. Área Pilcomayo, Provincia de Salta.
Gobierno de la Provincia de Salta. Salta, Argentina.
Saravia Toledo, Carlos (1997) Aborígenes y criollos ocupantes de los fiscales 55
y 14. Departamento Rivadavia, Provincia de Salta. Recopilación y
55
análisis histórico. Evaluación crítica de propuestas para regularizar
asentamientos poblacionales. Inédito. Salta.
Simonetti, J. (1996) Conservación y uso sostenible de la biodiversidad en Zonas
áridas y semiáridas de América Latina y el Caribe. Oficina Regional de
la FAO para América Latina y el Caribe.
Tessaro, L.G y R.A Téves (ENDEPA) (1999) “Estudio de caso comandancia
frías” en Proyecto Bosques Nativos y Areas Protegidas. Préstamo BIRF
Nº4085-AR
Torres Graciela y Mirta Santoni (1999) Alimentación y Nutricion de los Mataco
del Pilcomayo. Un estudio antropológico. En Andes Nº10, CEPIHA.
Universidad de Salta , pp.189-213.
Torres, Graciela; Mirta Elsa Santoni, Liliana Madrid De Zito Fontán y Romero,
Liliana (2001) “El elemento mitológico: uno de los factores intervinientes
en la perduración de las preferencias alimentarias. El caso de los matacos
del Pilcomayo. Dpto. Rivadavia, provincia de salta”. Andes, Nº12.
Notas
[1] Remitimos al exhaustivo trabajo de Pastor Arenas (2003), Etnografía y
alimentación entre los toba-ñachilamoleek y wichí-lhuku’tas del Chaco Central
(Argentina), quien ademas consigna, en su «Panorama de la alimentación», los
temas relativos al sabor, consumo de algunos alimentos segun la edad personal,
partes de las piezas para el consumo, etc.
[2] Torres posee tanto datos que coinciden con nuestra propia casuística cuanto
otros. que, como los relativos a la enseñanza de Tokhwaj en relacion al cultivo,
la caza y etc., no los hemos obtenido de primera mano ni en las comunidades
wichi de Salta ni en Chaco.
[3] La afirmación relativa a la presion religiosa a favor del abandono del consumo
de maíz y de algarroba debido a las celebraciones orgiásticas a las que daba lugar
(Torres y Santoni, 1999 p.3) sería mas pertinente en lo referido al ritual de la
aloja, entre los wichí, puesto que las afirmaciones de la bondad del fruto y su
cualidad alimenticia fue destacada por los propios religiosos (Cf por ejemplo
Remedi, 1912-14).
[4] No hemos hallado, ciertamente, narraciones míticas que directamente
atribuyan normas alimentarias concerniente al embarazo y puerperio, aunque sí
abundantes explicaciones nativas sobre la razón de la regla, al estilo de lo que
Torres y Santoni (1999) mencionan como narrativa mítica”. También pueden
citarse algunas narraciones míticas que hacen mención a la prohibición o tabúes
de ciertos alimentos, relacionados con ciertos momentos del ciclo vital, como la
56
menarca y la menstruación, el embarazo, el parto, la lactancia. Durante los
mismos se ponen en práctica una serie tanto de prescripciones como de
prohibiciones alimentarias. Como ejemplo se puede men ionar que “en época
cercana al parto...si los padres comen oculto, el hijo tendrá dientes ‘al costado’;
si comen boga, tendrá los dientes ‘para adentro’; si comen pejerrey, nacerá con
la boca pequeña. El peligro aumenta con animales como la corzuela y el chancho
del monte; si los padres los ingieren, el hijo será invadido por granos
deformantes 7 (amók) que harán desaparecer la nariz. Sólo parecerían
permitidos el pescado, las aves y las frutas del monte” (de los Ríos, 1974:59).
Por su parte, las mujeres menstruantes no deben comer miel. Dice el relato
mítico que “las mujeres con reglas no comían miel. Pasa que cuando comen, el
hombre, cuando iba a buscar miel, no hallaba bastante, sólo poquito [...] cuando
la mujer tenía reglas antes comía toda clase de miel. El hombre iba a buscar
miel y no encontraba y la mujer se volvía flaca. Por eso dijo Tokwáh que la
señora que le daba la regla no tenía que comer esa miel porque si comía se volvía
muy flaca” (Mashnshnek, 1975:24).
[5] Así resulta, por ejemplo, del análisis de la dieta Ayoreo actual, que incorporó
pollos y gallinas luego de disquisiciones sobre su carácter comestible -no
prefigurado en los mitos.
[6] Otras variables que se suman a la distancia son el esfuerzo de preparación que
requiere el producto recolectado, el gasto de agua para los hervores y su
rendimiento en el consumo familiar, factores que muchas veces conducen a la
opción del alimento industrializado que se vende en el pueblo.
[7] La cosecha de chañar ocupa el primer lugar en la recolección cuando
comienzan las lluvias El mistol se recolecta de octubre a febrero y es considerado
muy nutritivo (Maranta, 1987). Tambien Barbaran y saravia Toledo señalan las
Caparidáceas como la bola verde Capparis speciosa y la sacha sandia Capparis
salicifolia. El fruto del poroto del monte Capparis retusa además de ser alimento
humano, el algarrobo blanco Prosopis alba y la doca Morrenia odorata, el mistol
Ziziphus mistol y el chañar Geoffrea decorticans.
[8] Barbaran y Saravia Toledo (2000) indican “La “bala” construye el panal
colgando de ramas o en el suelo, la “lechiguana” lo hace en la base de arbustos
o ramaje, y la “extranjera” puede o no construir panales en árboles huecos. Las
demás abejas prefieren árboles huecos sobremaduros para nidificar, aunque de
acuerdo a los informantes, el “moro-moro” y el “puisquillo “ pueden hacerlo en
el piso y la “señorita” suspendido de ramas. (…) De acuerdo a los aborígenes,
los árboles huecos usados con más frecuencia por las abejas para construir
panales, son los algarrobos blanco y negro Prosopis alba y P. nigra, el duraznillo
Rupechtia triflora, el palo cruz Tabebuia nodosa, el palo santo Bulnesia
sarmentoi y la tusca Acacia aroma. (...).
57
[9] Tambien Barbaran y Saravia Toledo (2000), observan “En prácticamente
todos los puestos ganaderos es posible observar cueros de corzuela en mal estado,
evidenciando que la carne es el objetivo principal de la captura, para evitar
empobrecerse en ganado”.
[10] De hecho alguno de nuestros conocidos ha manifestado con frecuencia no
querer consumir un sándwich porque estaba hecho con jamón y no con “carne”
dejando ver cierta persistente resistencia al cerdo como contaminante
[11] Según los estudios realizados, la identidad wichí se expresa específicamente
a través de la exhibición de una máscara cuya posesión y conservación se
convierte en la garantía de una identidad específica y culturalmente definida
(Dasso, 1999:351). En la relación con el otro, con el que no es Wichí, “el
habitante del monte” lleva una máscara. No es una máscara que cubra el cuerpo
ni la cara, es una máscara que se lleva ante una realidad sospechosa, ante
relaciones interculturales; es algo que ayuda a la adaptación con lo diferente y que
señala un peligro inminente. “Se enmascara lo que se considera el lugar
privilegiado en el que se inscribe la identidad” (Dasso, 1999: 349).
58