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¿Qué quieres comer?... El hombre siempre tuvo y tiene la necesidad de conseguir alimento para su familia, pero esto se remonta hasta hace 10.000 años, y en la actualidad no es la excepción. A partir de ese instante se empezó a generar nuevas formas de cultivar los primeros alimentos autosustentables, además las cosmovisiones religioso-culturales permitieron dar un paso importante en comprender y respetar el medio ambiente y sus respectivos huéspedes ya que “el hombre y la naturaleza convivían en armonía” y su impacto hacia este era mínimo, hasta cuando se empezó a utilizar y a producir a gran escala la alimentación del mundo. Los aborígenes americanos utilizaron milenariamente las plantas sagradas para sus rituales; eran su forma y costumbre de vida. De todo lo anterior el hombre actual ha modificado significativamente la forma de producir y comercializar los alimentos de consumo cotidiano. Hay que advertir, que los campos han sido cambiados por la industria que esclaviza y abusa de los animales, plantas y del mismo hombre; “el hombre se vuelve predador del hombre” y en todo esta cadena que somete y reprime lo más básico, imparten y condiciona su necesidad y que en consecuencia “los consumidores” quienes son los que al final de la cadena responden masivamente a la compra del “producto” hacen que la cadena esté fuerte y ligada ellos; como lo hacen llamar las grandes empresas que dominan el mercado “todo está altamente mecanizado, así que el producto tiene que ser exactamente del mismo tamaño”. La tierra ha sido fundamental para cosechar y criar animales como alimentos; bueno son términos que utilizan las personas campesinas e indígenas (pero sobre todo los últimos) son quienes señalan que los animales y las plantas hacen parte de su vida cotidiana para su sustento y posible venta al público. Para empezar estos conceptos pasan a segundo plano y se plantea de forma uniforme las ideas de “producción intensiva en una pequeña porción de tierra, por lo que esto se hace rentable”. Partiendo de ese principio se empieza espolvorear ideas como “guardar las mejores semillas para la próxima cosecha”, esta que se ha manejado durante mucho tiempo empieza ha pierde valides ya que las entidades gubernamentales de los países conciben privilegios legales y políticos a las empresas productoras, predominando por encima de todo “el dios dinero”. Además todo se compra y se vende; y no es para menos que ya existen empresas que se han apoderado de esta economía como por ejemplo: Mac Donald’s que ha creado un imperio poderoso pero de otro lado es uno de los principales compradores de carnes de res y cerdo, y también carne de pollo, por cual son quienes manejan de cierta forma sus comisiones productoras de bajo costo. Incluso son responsables de presentar publicidad engañosa a los consumidores ya que saben de antemano que sus productos no tienen ningún tipo de beneficios para el cuerpo humano. Mientras que las comunidades indígenas de Colombia, por ejemplo: usan prácticas que revindican la cultura ancestral con rituales de cooperatividad los cuales transmiten un esfuerzo de resistencia en seguir cosechando el maíz como referencia primordial de toda actividad agrícola y de sustentabilidad avícola. Sin embargo políticas de estado manifiestan que empresas como Monsanto; hace patentes (modificación genética) de las semillas para que estos tenga una magnifica producción en corto plazo dejando de lado y sin mencionar que estas son estériles; fragmentando una tradición de conservación y posterior sembrío. (Sin incluir a los depredadores por excelencia “los TLC” TRATADOS DE LIBRE COMERCIO). Sin embargo no hay un acompañamiento por parte del gobierno en proteger las pequeñas parcelas o productor campesino, indígena, afrocolombiano, etc. De manera que la enajenación de la esencia de ver crecer los animales y plantas pasan al mercadeo mediático de los supermercados y centro comerciales. Los estilos de vida han cambiado y la forma de comer está por esa línea, pero ¿sabemos nuestros derechos como ciudadanos? o mejor ¿conocemos nuestros derechos como consumidores de productos? o mejor aún ¿sabe usted de donde provienen sus alimentos o que tan naturales son?, son preguntas que lo dejaran inquieto pero más inquieto estará al no saber ¿Cómo son las condiciones en las que se cultivan y se sacrifican los animales?, tenga en cuenta que somos nosotros quienes nos comemos los alimentos llenos de hormonas de engorde o la calidad higiénica, también hay que conocer y tener la capacidad de entender que una comida contaminada puede matar a seres humanos e incluso a los animales. Cabe señalar que a pesar de que se ha mejorado en ciertos aspectos alimenticios siempre aparecen nuevos problemas que comprometen la integridad de las personas que son trabajadoras en este oficio, sin embargo paralelamente hay quienes son consiente de esta necesidad y siguen trabajando con lo tradicional, engordando las animales en espacios libre y abiertos y que estas industrias someten a los animales y los enclaustran en lugares cerrados. Elegir bien es la opción, la comida es un negocio redondo que gira entorno a todas las actividades cotidianas de las personas, desde las civilizaciones más primitivas hasta las modernas de manera que el sistema toma lo mejor de ambas y las transmutan para generar más y más dinero. Realizado por: Edwin Soto Castro. Comunicación Social – periodismo. Universidad del Tolima.