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Estimadas autoridades, colegas y queridos estudiantes –aún queda media hora para que seamos
colegas – familiares y amigos:
Para la Facultad de Filosofía y Humanidades, es una alegría reunirnos aquí para celebrar este
verdadero “rito de paso”. Ritual público que nos reconoce y nos hace reconocibles como sujetos
cuya vocación –y pasión- pedagógica son inquebrantables. Pasarán –por medio de la eficacia
simbólica de este tiro de pasaje que es una “titulación”- de un lugar social a otro: del vacío de
quien tiene el oficio de enseñar por una meda imposición contractual, a la integralidad, de quien
por su voluntad y entrega, busca y buscará, sin condiciones, formar. Con mucha razón, vuestro
actual director de carrera, profesor Sergio Toro, se refiere a esta voluntad como una “militancia
social”, que justamente supera lo vocacional para situarse en un compromiso incondicional desde
y del educar.
Nuestra Facultad, conocida desde sus inicios como Facultad de Filosofía y Educación, tuvo desde
sus comienzos un marcado cariz pedagógico. Sólo 3 años más tarde en que se crea la Universidad
Austral de Chile y en el año 1957, se funda la carrera de Pedagogía en castellano de la mano de
Eleazar Huerta, destacado jurista, poeta y filólogo español exiliado posterior a la guerra civil y, a la
par, nuestro primer Decano. Después de muchas décadas, vemos con orgullo que esa identidad
pedagógica maridada en un diálogo insustituible con las humanidades, las ciencias sociales y la
comunicación, aún pervive y se proyecta en ustedes.
Esa tradición, de cientos y cientos de profesoras y profesores titulados en nuestra Facultad, han
formado y cimentado, a lo largo de medio siglo y aún en las geografías más apartadas, lo que es
hoy el sur de Chile. Herencia que nos ha impuesto un debes ético, de no sólo ejercer de “parlantes
pedagógicos”, no sólo a fungir como meros calcadores de pericias y procedimientos didácticos,
sino a reflexionar, re-pensar y actuar sobre los desafíos, venturas y desventuras de nuestro
entorno social y cultural. Esto resulta axial para la misión que les cabe hoy como educadores
formados en una Facultas y Universidad con una histórica y probada vocación pública, puesto que
los hace portavoces de reflexión, responsabilidad y reciprocidad entre los distintos actores del
sistema educativo y, de sobremanera, con la comunidad a la que se deben. Este fue el sello de
vuestra carrera desde su fundación de la mano del profesor Jorge Flandez y todos vuestros
profesores y profesoras que, ayer como hoy, trabajan con esmero para dar continuidad a lo mejor
de este legado y sus frutos.
Queridas y queridos estudiantes – ya, a minutos de ser colegas-, como ustedes saben, son escasas
las Facultades de Filosofía, Ciencias Sociales o Humanidades, que albergan vuestra carrera y áreas
del saber. Hereden y proyecten la impronta de haber tenido como hogar una Facultad de Filosofía
y Humanidades, donde confiamos que educarán el cuerpo individual, pero sobre todo, el cuerpo
social, para emanciparlo de sus definiciones estancas, del mero control o regulación. Confiamos
que hemos compartido y aprendido que nuestra “educación física”, no es “física”, porque el
cuerpo no es sólo hueso, musculatura u órganos que organizan por sí mismos percepciones,
pensamientos o emociones, es decir, el cuerpo no es sólo “materia” puesto que por sí mismo el
“soporte” no alcanza para conformar un “cuerpo”. Consecuentemente, esperamos que vuestras
prácticas aparezcan, se con-construyan con cuerpos, no con meros “organismos”. Por ello, quiere
esta Facultad que sigan buscando –porque es ha sido nuestro empeño-, no sólo el cuerpo
biológico, el psicomotriz, el sociomotriz, sino también, el cuerpo fenomenológico, el cuerpo
liberto, el cuerpo indisciplinados, el cuerpo estético, que en su unidad, nos hace sujetos y en
nuestras prácticas, actores sociales.
Futuros colegas, en nombre de nuestros docentes, funcionarios y estudiantes, de toda la
comunidad de la “Facultad” que represento, espero que sean portavoces reflexivos de la
educación como un espacio para la formación en libertad; que proyecten aquel “curriculum
oculto” que está en el corazón de esta ceremonia, porque recibir y aceptar el título de “Profesor
de Educación Física, Deporte y Recreación” es, en última instancia, un compromiso público, que se
sustenta en una responsabilidad ético-política de construir un “cuerpo colectivo” mejor y más
justo. De corazón, muchas gracias!