Download PRECES EUCARÍSTICAS PARA DIVERSAS OCASIONES

Document related concepts
no text concepts found
Transcript
1
ORACIONES Y PRECES EUCARÍSTICAS
PARA DIVERSAS OCASIONES
ORACIONES EUCARÍSTICAS VARIAS
1.
Señor, te has quedado con nosotros y nos ofreces tu Cuerpo, Pan partido, y tu Sangre, cáliz de
la salvación, hechos sacramentos de amor; concédenos que al venerar ahora tu Presencia santa y sacramental avivemos nuestra fe en tu misterio pascual y te sirvamos en los hermanos más necesitados.
Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.
2.
Señor Jesús, por amor a los hombres has querido permanecer sacramentalmente entre nosotros;
haz que experimentemos tu presencia, abramos nuestro corazón a tu palabra y misterio, y te adoremos
con espíritu filial para que, rogando por la paz y salvación de los hombres, aumentes nuestra fe, esperanza y caridad, y suscites en nosotros el deseo de participar en la Eucaristía, y de adorarte sin fin en el
cielo. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.
3.
Señor Jesús, ante tu presencia sacramental, te pedimos una fe firme, sin dudas ni vacilaciones,
una fe alegre y portadora de paz y alegría en un mundo en guerras y odios, una fe hecha oración ante tu
presencia y una fe que nos haga adoradores en espíritu y en verdad. Aumenta nuestra fe en el misterio
que celebramos y adoramos, ayúdanos a crecer y testimoniar nuestra fe en la vida para que un día contemplemos tu rostro para siempre. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.
4.
Señor Jesús, te damos gracias porque antes de volver al Padre quisiste en el Cenáculo partir y
repartir el pan de tu Cuerpo a tus apóstoles y les diste a beber el cáliz de la salvación. La tarde de tu
resurrección te hiciste compañero de camino con los peregrinos de Emaús. Tus palabras hicieron arder
sus corazones y te reconocieron al partir el pan. Haz que también nosotros te encontremos en el camino, escuchemos tus palabras de verdad y experimentemos tu presencia sacramental para confesar
nuestra fe, adorarte con limpio corazón y anunciarte a los hermanos con nuestras buenas obras. Tú que
vives y reinas por los siglos de los siglos.
5.
Señor Jesús, en esta hora de la tarde queremos hacer memoria de la Eucaristía celebrada y ado-
rar tu presencia bajo las especies de pan y vino. Tú, que eres Profeta, haz que tu Palabra resuene en
nuestro corazón y nuestra palabra sea eco de la tuya. Tú, que eres Sacerdote, haz que nuestra ofrenda y
oración lleguen al Padre, como incienso, y le ofrezcamos el gozo y el llanto de la humanidad de hoy.
Tú, que eres Rey, haz que nuestro entrega a ti sea servicio generoso a nuestros hermanos necesitados.
Señor Jesús, haz que seamos evangelizados por tu Palabra y evangelizadores de tu mensaje para que
2
nuestra intercesión y ofrenda nos haga servidores de tu Reino de justicia y de paz. Tú que vives y
reinas por los siglos de los siglos.
6.
Señor Jesús, nuestro Maestro, enséñanos a descubrir en los signos de los tiempos y en los her-
manos tu presencia; enséñanos a comprender tu misterio pascual y adorarte y venerarte con firme fe.
Cada vez que nos reunimos junto a ti, hecho sacramento y presencia, venimos agobiados y cansados
por los afanes cotidianos. Venimos a ti, a tu encuentro, para desahogar nuestros corazones y encontrar
descanso y alivio a nuestras fatigas. Haz que escuchemos tu voz y escucha nuestras palabras de acción
de gracias y de súplica. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.
7.
Señor Jesús, reunidos ante tu altar, queremos orar ante tu Presencia santa, confesar nuestra fe
en tu misterio pascual y adorarte con corazón reverente. Queremos estar contigo, escuchar atentamente
tu Palabra, siempre nueva, hacer memoria de la Eucaristía celebrada, adorar tu Presencia sacramental
entre nosotros y pedirte por nuestros hermanos que están en el mundo, destrozado por la metralla de
las guerras y odios, de la increencia e indiferencia, de las injusticias e intereses, del hambre y la marginación. Haz que tu Presencia santa nos convierta y nos renueve interiormente, nos estimule a obrar el
bien y alejarnos del mal y nos impulse a amarnos los unos a los otros para construir un mundo fundamentado en el mandamiento nuevo. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.
8.
Señor Jesús, tú nos dijiste: «Venid a mí los agobiados y cansados y yo os aliviaré.» Venimos a
ti, Señor, con nuestras preocupaciones y dificultades, nuestras alegrías y tristezas, nuestros afanes y
desilusiones, nuestras cobardías y pecados, nuestras ansiedades y fracasos. Queremos que en esta oración delante de tu Presencia alivies nuestros corazones para que te adoremos y veneremos en el silencio, nos inflames en tu caridad, y nos fortalezcas en la fe para testimoniar tu amor ante los hombres. Tú
que vives y reinas por los siglos de los siglos.
9.
Señor Jesús, tus discípulos de Emaús te rogaron que te quedases con ellos porque al escuchar
tus palabras en el camino sus corazones tristes se llenaron de vida y te reconocieron al partir el pan.
También te has quedado con nosotros hecho sacramento y Presencia santa; haz que nuestros corazones
ardan a la escucha de tu Palabra y volvamos a nuestros quehaceres cotidianos con la alegría de haber
estado contigo y anunciemos que estás vivo y presente para dar vida a nuestro mundo muerto. Tú que
vives y reinas por los siglos de los siglos.
10.
Señor Jesús, ante tu Presencia santa te pedimos que robustezcas nuestra fe, zarandeada por el
viento de la increencia e indiferencia; queremos, lejos de los ruidos y afanes, recogernos en el silencio
para contemplar tu misterio pascual y adorar tu Presencia. Queremos, como los apóstoles, avivarla
experiencia del Cenáculo, hacer memoria de la Eucaristía instituida y del mandamiento de amarnos los
unos a los otros. Haz que nuestra oración abierta sea súplica por todas las necesidades de la Iglesia y
3
de la humanidad para que todos los hombres se postren de rodillas y te adoren como Señor y Salvador.
Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.
11.
Reunidos, Señor, junto a ti, recordamos el misterio de tu Pascua y adoramos tu santa Presencia.
Tú eres la luz que ilumina, la gracia que renueva, la verdad que convence, la vida que transforma, el
camino que conduce; derrama abundantemente tu bendición sobre tus adoradores y tu gracia sobre
todos los hombres. Haz que tu Presencia santa sea don para todos, alivio para los agobiados, consuelo
para los tristes, seguridad para los vacilantes, fuerza para los débiles. Señor Jesús, haz que nuestra oración ante ti, nos estimule a renovarnos y a crear un mundo más justo y fraternal para que te alabe y te
bendiga para siempre. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.
12.
Señor Jesús, te damos gracias por el misterio de la Eucaristía, por tu Presencia santa, por tu
amor infinito. Haz que en todos los altares del mundo seas celebrado y venerado y en todos los corazones seas alabado y bendecido ahora y por siempre. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.
13.
Señor Jesús, nuestros ojos te miran con fe y te contemplan bajo las especies de Pan y Vino.
Contigo queremos andar el camino de tu evangelio y de tu misterio pascual. Tú eres el camino, la verdad y vida, tú nuestra esperanza firme. Levantamos nuestras manos en oración y en búsqueda de tu
gracia: haz que nuestros corazones inquietos te encuentren siempre también entre los hermanos. Tú
traes la alegría y la vida para que la tristeza y la muerte no nos invadan; concédenos, Señor, alabarte y
bendecirte por los siglos de los siglos.
14.
Cada vez que nos reunimos, Señor Jesús, ante tu Presencia santa proclamamos tu muerte y re-
surrección, te damos gracias por el Pan de tu Cuerpo y te adoramos bajo las especies sacramentales.
Enséñanos a vivir tu muerte y resurrección, a participar activa y fructuosamente en la Eucaristía, a adorarte con espíritu de fe y a gastar nuestra vida en la construcción de tu Reino haciendo el bien a todos.
Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.
15.
Señor Jesús, por amor a los hombres te has dignado hacernos partícipes de tu Cuerpo y Sangre
y nos permites adorarte en estos santos misterios; concédenos tu gracia renovadora, bendícenos con tu
protección, purifícanos con tu gracia, consérvanos libres de pecado: así aceptarás ahora nuestra alabanza y veneración y un día te glorificaremos en compañía de los ángeles y santos. Tú que vives y
reinas por los siglos de los siglos.
16.
Señor Jesucristo: tú, inmolado en la cruz, diste cumplimiento a lo que anunciaban los sacrifi-
cios de la antigua alianza y te ofreciste por la reconciliación y la paz: te alabamos y te bendecimos. En
la Eucaristía te das como alimento de vida eterna y nos unes a tu inmenso amor: te alabamos y te adoramos. En tu presencia santa te experimentamos cercano y te adoramos con fe. Te pedimos que ilumines con tu luz nuestros ojos, purifiques nuestras mentes y corazones y nos hagas instrumentos de tu
paz en un mundo dividido por las guerras y los odios. Concédenos caminar siempre a la luz de tu Luz,
4
para que un día la podamos contemplar sin velo alguno y adorarte y glorificarte sin fin. Tú que vives y
reinas por los siglos de los siglos.
17.
Señor Jesús, al instituir el sacrificio de la eterna alianza te ofreciste como víctima de salvación,
y nos mandaste perpetuar tu muerte y resurrección en la celebración de la Eucaristía; haz que tu Carne
inmolada sea alimento que nos fortalezca, y tu Sangre derramada sea bebida que nos salve. Tu presencia, Señor, en medio de nosotros estimule nuestro espíritu de adoración en la tierra y un día podamos
adorarte para siempre. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.
18.
Señor Jesús, en la intimidad con tus apóstoles en la última Cena perpetuaste tu muerte y resu-
rrección en el sacramento, como Cordero inmaculado y Eucaristía perfecta; haz que este sacramento de
amor nos alimente y santifique, para que un mismo amor congregue a todos los hombres en torno a tu
mesa eucarística. No falte nunca nuestra oración delante de tu Presencia, anticipo de nuestra adoración
en el cielo. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.
19.
Señor, que por el misterio pascual realizaste la salvación de los hombres, concédenos la gracia
de adorarte presente en el Sacramento y haz que proclamemos con fe lo que adoramos y veneramos.
Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.
20.
Señor, nos has santificado con la participación en la Eucaristía, misterio de tu Cuerpo y Sangre,
concédenos la gracia de adorarte ahora con fe firme y glorificarte un día en el cielo para siempre. Tú
que vives y reinas por los siglos de los siglos.
21.
Señor, que nos has hecho partícipes de un mismo pan y un mismo cáliz, concédenos que, uni-
dos a ti como los sarmientos a la vid, demos frutos de santidad y de justicia ante el mundo para que
crean en ti, único Salvador. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.
22.
Señor, nos has saciado con el pan del cielo en la Eucaristía, y nos concedes ahora la gracia de
estar ante tu Presencia santa, te pedimos que nos fortalezcas para que no dudemos, para que no nos
enfriemos con la indiferencia religiosa que nos rodea, para que no nos engañemos, ni engañemos a los
demás, para que no despreciemos a los hermanos, para que no busquemos los afanes mundanos en
desprecio de los divinos, para que no caigamos en tentación de abandonarte, para que no destruyamos
la vida, para que no despreciemos el Evangelio. Haz que te adoremos con corazón pobre y limpio, misericordioso y manso, para construir tu Reino y alcanzar la bienaventuranza eterna. Tú que vives y
reinas por los siglos de los siglos.
23.
Te damos gracias, Padre santo, porque nos revelas en Cristo, luz de los pueblos, el misterio de
nuestra salvación. Él, verdadero cordero pascual, con su muerte quitó el pecado del mundo y resucitando restauró nuestra vida. En memoria de su entrega por nosotros nos dejó como alimento el sacramento de la eucaristía que nos hace partícipes, ya en este mundo, de los bienes eternos de tu reino.
5
Derrama, Señor, tu Espíritu sobre los que adoramos y proclamamos la presencia de tu Hijo en el misterio de nuestra fe para que vivamos en generosa solidaridad con todos los hombres. Y así, adoradores
en espíritu y en verdad, demos testimonio del Evangelio imitando a María, la Madre de Jesús, servidora obediente y humilde de la obra de la salvación. Por Jesucristo nuestro Señor.
24.
Jesucristo, Señor de la historia: ¡ilumina tu rostro sobre nosotros! Qué todos los pueblos conoz-
can la salvación que nos ofreces; que te conozcan a ti, Luz del mundo. Es verdad: nuestra tierra ha dado su fruto, el Señor nuestro Dios nos ha bendecido. De las entrañas de la tierra, Señor, has tomado el
trigo convertido en pan, y de la vid, el vino generoso que alegra el corazón del hombre. Puestos sobre
el altar de tu Iglesia, tu Palabra creadora y el soplo de tu Espíritu los transforman en tu Cuerpo y en tu
Sangre. Señor Jesús, que nunca olvidemos ni reduzcamos el inestimable Don de tu Eucaristía; que
nunca dejemos de asombrarnos por el Misterio de vida y de luz que ella comunica. Te lo pedimos a Ti,
que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
6
ORACIONES PARA LA RESERVA DEL SANTÍSIMO
(Del Ritual de la sagrada comunión del culto a la Eucaristía fuera de la misa, nn. 99. 218-223).
1.
Oh Dios, que en este sacramento admirable nos dejaste el memorial de tu pasión; te pedimos
nos concedas venerar de tal modo los sagrados misterios de tu Cuerpo y de tu Sangre, que experimentemos constantemente en nosotros el fruto de tu redención. Tu, que vives y reinas por los siglos de los
siglos.
2.
Concédenos, Señor y Dios nuestro, a los que creemos y proclamamos que Jesucristo nació por
nosotros de la Virgen María, murió por nosotros en la cruz y está presente en el sacramento, beber de
esta divina fuente el don de la salvación eterna. Por Jesucristo nuestro Señor.
3.
Concédenos, te rogamos, Señor y Dios nuestro, celebrar con dignas alabanzas al Cordero que
fue inmolado por nosotros y que está oculto en el Sacramento, para que merezcamos verle patente en
la gloria. Por Jesucristo nuestro Señor.
4.
Oh Dios, que nos diste el verdadero pan del cielo, concédenos, te rogamos, que, con el poder
del alimento espiritual, siempre vivamos en ti y resucitemos gloriosos en el último día. Por Jesucristo
nuestro Señor.
5.
Ilumina, Señor, con la luz de la fe nuestros corazones y abrásalos con el fuego de la caridad,
para que adoremos resueltamente en espíritu y en verdad a quien reconocemos en este Sacramento
como nuestro Dios y Señor. Que vive y reina por los siglos de los siglos.
6.
Que los sacramentos con los que te has dignado restaurarnos, Señor, llenen de la dulzura de tu
amor nuestros corazones y nos impulsen a desear las riquezas inefables de tu reino. Por Jesucristo
nuestro Señor.
7.
Oh Dios, que redimiste a todos los hombres con el misterio pascual de Cristo, conserva en no-
sotros la obra de tu misericordia, para que, venerando constantemente el misterio de nuestra salvación,
merezcamos conseguir su fruto. Por Jesucristo nuestro Señor.
6.
Que los sacramentos con los que te has dignado restaurarnos, Señor, llenen de la dulzura de tu
amor nuestros corazones y nos impulsen a desear las riquezas inefables de tu reino. Por Jesucristo
nuestro Señor.
7.
Oh Dios, que redimiste a todos los hombres con el misterio pascual de Cristo, conserva en no-
sotros la obra de tu misericordia, para que, venerando constantemente el misterio de nuestra salvación,
merezcamos conseguir su fruto. Por Jesucristo nuestro Señor.
7
PRECES
De perdón
1. Ante la presencia del Señor sacramentado pidámosle perdón de nuestras faltas y pecados e imploremos de su bondad su misericordia diciendo: SEÑOR, TEN PIEDAD DE NOSOTROS.
Entre petición y petición es conveniente dejar un espacio de silencio.
Por nuestra rutina al participar en la Eucaristía.
Por nuestro desamor con que dejamos de visitarte.
Por nuestro poco espíritu de adoración ante tu presencia sacramental.
Por nuestra indiferencia al escuchar tú Palabra.
Por nuestras tardanzas en aceptar tus llamadas.
Por nuestras tibiezas en vivir las exigencias del Evangelio.
Por nuestras cobardías cotidianas.
Por nuestras envidias y odios.
Por nuestros desalientos en los sacrificios.
Por nuestras violaciones de la justicia y de la paz.
Por nuestras debilidades humanas.
Por nuestra desidia en amar al hermano.
Por nuestra poca ejemplaridad de vida cristina.
Por nuestras faltas de fe, esperanza y caridad.
Se pueden añadir otras peticiones observando el mismo estilo y contenido. Estas peticiones en vez de
ser recitadas por el lector, pueden hacerlas los participantes espontáneamente.
Señor, por el misterio pascual has redimido y salvado a los hombres; concédenos que, arrepentidos de
nuestros pecados, podamos adorarte y venerarte en el Sacramento presente en el altar. Tú que vives y
reinas por los siglos de los siglos. Amén.
2. La Palabra de Dios que hemos escuchado nos invita a reconocernos pecadores y a confiar en la misericordia divina. Confesemos nuestras faltas y pecados y reconciliémonos con Dios y con nuestros
hermanos, diciendo: SEÑOR, TEN PIEDAD DE NOSOTROS.
Tú, que nos has reconciliado con el Padre y nos has salvado por el misterio de tu muerte.
Tú, que has muerto y resucitado y estás sentado a la derecha del Padre para interceder por nosotros.
Tú, que nos has lavado en tu Sangre derramada en la Cruz.
Tú, que nos has dicho que si pecamos contra el hermano, pecamos contra ti.
Tú, que siendo rico te hiciste pobre, para enriquecernos y salvarnos.
8
Tú, que resucitando de entre los muertos, nos has librado del pecado.
Tú, que viniste a este mundo para salvar a los pecadores.
Se pueden añadir otras peticiones observando el mismo estilo y contenido. Estas peticiones en vez de
ser recitadas por el lector, pueden hacerlas los participantes espontáneamente.
Señor Jesús, tú que acogiste a los pecadores y les perdonaste sus pecados, acógenos hoy y perdónanos
nuestras infidelidades y concédenos la gracia de servir con mayor entrega y amor. Tú que vives y
reinas por los siglos de los siglos. Amén.
3. Confesémonos pecadores delante del Señor y de la Iglesia e imploremos de la divina misericordia el
perdón y la paz. Digámosle con fe: SEÑOR, TEN MISERICORDIA DE NOSOTROS.
Tú, que eres manso y humilde de corazón.
Tú, que nos mandaste amarte y amar al prójimo.
Tú, que has instituido la Eucaristía.
Tú, que has querido permanecer entre nosotros.
Tú, que prometiste en Cafarnaún el Pan de vida.
Tú, que multiplicaste los panes y los peces.
Tú, que amas a tu Iglesia y te has entregado por ella.
Tú, que viniste a expiar nuestros pecados y a salvarnos.
Se pueden añadir otras frases, observando el mismo estilo
Señor, por el misterio pascual has redimido y salvado a los hombres; concédenos que, arrepentidos de
nuestros pecados, podamos adorarte y venerarte en el Sacramento presente en el altar. Tú que vives y
reinas por los siglos de los siglos. Amén.
De adoración
1. Ante la presencia sacramental del Señor, adorémosle con espíritu de fe como verdaderos adoradores
y digámosle: TE ADORAMOS Y ALABAMOS.
Señor, que has querido permanecer en el sacramento.
Señor, que has instituido la Eucaristía como memorial de tu muerte y resurrección.
Señor, que nos mandaste celebrarla Eucaristía, diciendo "haced esto en memoria mía".
Señor, que has dado a comer en el desierto, multiplicando los panes y los peces.
Señor, que has prometido en Cafarnaún el Pan de vida para la vida eterna.
Señor, que te has ofrecido en la Cruz para gloria del Padre y salvación nuestra.
Señor, que nos ofreces cada día la mesa de tu Palabra y de tu Sacramento.
9
Señor, que has querido permanecer entre nosotros bajo las especies de Pan y Vino.
Señor, que nos diste el mandamiento de amarnos unos a otros.
Señor, que a los discípulos de Emaús les explicaste las Escrituras y te reconocieron al partir el pan.
Señor, que te has aparecido resucitado a tus apóstoles para confirmarlos en la fe.
Se pueden añadir otras frases, observando el mismo estilo y contenido.
2. Adoremos a Cristo presente realmente en el sacramento y supliquémosle que amemos lo que Él
ama. Después de cada invocación guardaremos unos instantes de silencio.
Señor, adoramos tu presencia eucarística: haz que amemos lo que Tú amas.
Señor, adoramos tu presencia eucarística: haz que amemos a tu Madre, la Virgen María.
Señor, adoramos tu presencia eucarística: haz que amemos tus mandatos.
Señor, adoramos tu presencia eucarística: haz que amemos a los hermanos más necesitados.
Señor, adoramos tu presencia eucarística: haz que amemos y defendamos la vida.
Señor, adoramos tu presencia eucarística: haz que amemos a los enfermos y marginados.
Señor, adoramos tu presencia eucarística: haz que amemos a los tristes y afligidos.
Señor, adoramos tu presencia eucarística: haz que amemos a los que el mundo desprecia.
Señor, adoramos tu presencia eucarística: haz que amemos nuestra misión evangelizadora.
Señor, adoramos tu presencia eucarística: haz que amemos el sacrificio que salva.
Señor, adoramos tu presencia eucarística: haz que amemos tu voluntad y providencia.
Se pueden añadir otras frases, observando el mismo estilo y contenido.
3. Cristo presente bajo las especies de pan y de vino nos invita a que permanezcamos delante de su
Presencia santa en actitud de adoración. Digámosle con fe: TE ADORAMOS, DIOS-CONNOSOTROS.
Tú, que eres la Palabra que comunica la verdad a los hombres.
Tú, que eres la Luz que ilumina nuestros pasos.
Tú, que eres la Vida que resucita nuestra muerte.
Tú, que eres el Pastor que da la vida por su grey.
Tú, que eres el Maestro que educa en el amor.
Tú, que eres el Médico que cura toda enfermedad.
Tú, que eres el Redentor que redime de la esclavitud a la humanidad.
Tú, que eres el Salvador que perdona el pecado del mundo.
10
Tú, que eres el Pan bajado del cielo que alimenta para la vida eterna.
Tú, que eres el Agua viva que riega nuestra aridez.
Tú, que eres el Señor muerto y resucitado que permaneces en el sacramento.
Se pueden añadir otras frases, observando el mismo estilo y contenido.
4. Jesucristo ha querido permanecer entre nosotros en el sacramento del amor; nosotros que estamos
ante su presencia alabémosle de todo corazón diciendo: TE ALABAMOS Y TE BENDECIMOS.
Cristo, Maestro y Salvador del hombre.
Cristo, Mesías enviado al mundo.
Cristo, Fuente de la divina sabiduría.
Cristo, Buena Noticia para el pobre.
Cristo, Médico de los enfermos.
Cristo, Palabra de verdad.
Cristo, Luz de gracia.
Cristo, Pan bajado del cielo.
Cristo, Misterio pascual.
Cristo, Muerto y resucitado por nosotros.
Cristo, Sacramento de nuestra fe.
Cristo, Presencia permanente entre nosotros.
Se pueden añadir otras frases, observando el mismo estilo y contenido.
De acción de gracias
1. Demos gracias al Señor por el misterio de la Eucaristía y por su presencia real en medio de nosotros.
Respondamos diciendo: TE DAMOS GRACIAS SEÑOR.
Gracias, Señor, por tu misterio pascual: tu muerte y resurrección.
Gracias, Señor, por haber instituido la Eucaristía antes de padecer tu muerte.
Gracias, Señor, por haberte quedado sacramental mente entre nosotros
Gracias, Señor, por habernos invitado a celebrar la Eucaristía, sacrificio perenne de salvación.
Gracias, Señor, por darnos tu Cuerpo y Sangre como alimento.
Gracias, Señor, por tus palabras en Cafarnaún.
Gracias, Señor, por este tiempo que nos has concedido para adorarte y venerarte en el sacramento.
Gracias, Señor, por la Eucaristía que se celebra en todo el mundo.
Gracias, Señor, por tu presencia sacramental que nos estimula a participar en la Eucaristía.
11
Se pueden añadir otras frases de acción de gracias, observando el mismo estilo y contenido. Estas
frases de acción de gracias en vez de ser recitadas por el lector, las pueden hacer los participantes
espontáneamente.
2. Seamos agradecidos con el Señor que ha querido permanecer sacramentalmente entre nosotros. Él es
el Emmanuel, el Dios-con nosotros. Digámosle: SEÑOR, TE DAMOS GRACIAS.
Porque pronunciaste el sermón del Pan de Vida.
Porque nos invitas a alimentarnos con el Pan de tu Cuerpo.
Porque nos invitas a beber tu Sangre para la remisión de los pecados.
Porque tu presencia eucarística nos alienta en la fe, la esperanza y la caridad.
Porque tu Eucaristía es memorial de tu pasión, muerte y resurrección.
Porque eres el Emmanuel, el Dios-con-nosotros.
Porque nos alimentas con tu Palabra de vida.
Porque instituiste la Eucaristía en la última cena.
Porque participamos en la celebración eucarística que hace posible que te adoremos presente en el sacramento.
Porque nos amas y quieres que nos amemos los unos con los otros.
Se pueden añadir otras frases, observando el mismo estilo y contenido.
3. Ante el Señor sacramentado démosle gracias por el gran misterio de la institución de la Eucaristía y
por su presencia en la Iglesia, y digámosle: TE DAMOS GRACIAS, CRISTO SEÑOR.
Te damos gracias, Señor, porque nos has dado tu Cuerpo y Sangre para la remisión del pecado.
Te damos gracias, Señor, porque sacias a tu Iglesia con el Pan de Vida.
Te damos gracias, Señor, porque nos has enseñado a ser adoradores en espíritu y en verdad.
Te damos gracias, Señor, porque en el cenáculo has instituido la Eucaristía.
Te damos gracias, Señor, porque tu muerte y resurrección se actualizan en la Eucaristía.
Te damos gracias, Señor, porque eres el Pan de vida y vida eterna para los que lo comen.
Te damos gracias, Señor, porque tu Cuerpo y Sangre son vida para nosotros.
Te damos gracias, Señor, porque alimentados con tu Cuerpo y Sangre nos preparas para el banquete
eterno.
Se pueden añadir otras frases, observando el mismo estilo y contenido.
12
De súplica
1. Ante el Señor sacramentado, elevemos nuestra oración rogando por todas las necesidades del mundo
diciendo: ESCÚCHANOS, SEÑOR.
Señor, presente en el Sacramento, enséñanos a servirte y a servir con gozo a los hermanos.
Señor, presente en el Sacramento, enséñanos a orar para adorarte y alabarte con sincero corazón.
Señor, presente en el Sacramento, enséñanos a escuchar tu Palabra y a ponerla en práctica en la vida de
cada día.
Señor, presente en el Sacramento, enséñanos a profundizar en el misterio eucarístico para participar
mejor de él.
Señor, presente en el Sacramento, enséñanos a compartir con los hermanos nuestra fe y anunciarla con
el testimonio de nuestra vida.
Señor, presente en el Sacramento, enséñanos a ser evangelizados por ti y evangelizadores en nuestra
sociedad de hoy.
Señor, presente en el Sacramento, enséñanos a descubrir en los hermanos tu presencia.
Señor, presente en el Sacramento, enséñanos a ser caritativos y generosos con los hermanos.
Señor, presente en el Sacramento, enséñanos a ser mansos y humildes de corazón.
Se pueden añadir otras frases, observando el mismo estilo y contenido.
2. Señor, tú nos has dicho: pedid y recibiréis. Por eso, impulsados por tus palabras, queremos ahora
pedirte para recibir tus gracias y bendiciones, y te decimos: TE LO PEDIMOS, SEÑOR.
Tú, que permaneces en el sacramento, sálvanos por tu misterio pascual.
Tú, que permaneces en el sacramento, perdónanos y danos tu salvación.
Tú, que permaneces en el sacramento, refuerza nuestra voluntad para ser verdaderos adoradores en
espíritu y en verdad.
Tú, que permaneces en el sacramento, ilumina nuestros ojos con la claridad de la fe.
Tú, que permaneces en el sacramento, renuévanos interiormente para adorarte con un corazón puro.
Tú, que permaneces en el sacramento, devuélvenos la alegría de servirte y servir a los hermanos más
necesitados.
Tú, que permaneces en el sacramento, condúcenos un día a tu gloria para que te adoremos eternamente.
13
Se pueden añadir otras frases, observando el mismo estilo y contenido.
3. Cristo nos invita a todos a su cena, en la cual entrega su Cuerpo y su Sangre para la vida del mundo
y nos invita a visitarlo para adorarlo. Digámosle: CRISTO, DANOS LA VIDA ETERNA
Cristo, Hijo de Dios vivo, que mandaste celebrar la cena eucarística en memoria tuya, enriquece a tu
Iglesia con la constante celebración de tus misterios.
Cristo, maná del cielo, que haces que formemos un solo cuerpo todos los que comemos del mismo pan,
refuerza la paz y la armonía de todos los que creemos en ti.
Cristo, médico celestial, que por medio de tu pan nos das un remedio de inmortalidad y una prenda de
resurrección, devuelve la salud a lo: enfermos y la esperanza viva a los pecadores.
Cristo, rey que ha de venir, que mandaste celebrar tus misterios pare proclamar tu muerte hasta que
vuelvas, haz que participen de ti resurrección todos los que han muerto en ti.
Se pueden añadir otras frases, observando el mismo estilo y contenido.
4. Dirijamos nuestra oración a Jesús que es nuestro Maestro y pidámosle que nos enseñe en su escuela
para que aprendamos a imitarle. Digámosle: ENSÉÑANOS, SEÑOR.
Señor, enséñanos a estar a disposición de los otros en vez de quererlos dominar.
Señor, enséñanos a descubrir las aspiraciones y deseos del prójimo.
Señor, enséñanos a ofrecer voluntariamente nuestra ayuda a aquellos que la necesitan.
Señor, enséñanos a aceptar lo ingrato y asumir lo desagradable.
Señor, enséñanos a servir con amor y generosidad a los pobres.
Señor, enséñanos a realizar toda obra con espíritu de caridad y entrega.
Señor, enséñanos a compartir nuestra vida de fe con los hermanos.
Señor, enséñanos a profundizar en el misterio eucarístico.
Señor, enséñanos a vivir entregados a la misión de la Iglesia.
Señor, enséñanos a imitar a María, Madre de la Iglesia, en su sí a la voluntad del Padre.
Se pueden añadir otras frases, observando el mismo estilo y contenido.
5. Imploremos, hermanos, a Jesucristo que es el Pan de la vida, diciéndole jubilosos: DICHOSO EL
QUE COMA EL PAN DE VIDA, SEÑOR.
Cristo, sacerdote de la alianza nueva y eterna, que en el ara de la cruz ofreciste al Padre el sacrificio
perfecto, enséñanos a ofrecerlo junto contigo.
Cristo, altísimo rey de paz y de justicia, que consagraste el pan y el vino como signo de tu propia oblación, haz que sepamos ofrecernos junto contigo.
14
Cristo, verdadero adorador del Padre, cuya ofrenda pura ofrece la Iglesia de oriente a occidente, junta
en la unidad de tu cuerpo a los que alimentas con un mismo pan.
Cristo, maná bajado del cielo, que nutres a la Iglesia con tu cuerpo y sangre, haz que caminemos con la
fuerza de este alimento.
Cristo, huésped invisible de nuestro convite, que estás a la puerta llamando, ven a nosotros, para que
podamos comer juntos.
6. Supliquemos al Señor que ha querido permanecer entre nosotros en el sacramento y pidámosle por
toda la Iglesia para que cada día valore más el misterio de la Eucaristía, diciéndole: TE LO PEDIMOS, SEÑOR.
Señor, haz que la Eucaristía nos reúna en la unidad de tu amor.
Señor, haz que la Eucaristía elimine las diferencias que nos separan para crear comunión entre hermanos.
Señor, haz que la Eucaristía alimente nuestra caridad haciéndola más ardiente y permanente.
Señor, haz que la Eucaristía edifique y construya nuestra comunidad cristiana.
Señor, haz que la Eucaristía nos dé fuerza para amar de corazón a los que nos quieren mal.
Señor, haz que la Eucaristía nos estimule a trabajar y ser constructores de paz y de reconciliación.
Señor, haz que la Eucaristía sea la delicia de nuestra vida en la tierra y esperanza de la fidelidad eterna.
Señor, haz que la Eucaristía sea la fuente que nos vivifique y conforte.
Señor, haz que la Eucaristía nos haga vivir más fielmente el evangelio
Señor, haz que la Eucaristía nos guíe siempre por la senda de tu; mandatos.
Se pueden añadir otras frases, observando el mismo estilo y contenido.
7. Terminemos nuestra oración de adoración al Señor presente entre nosotros suplicándole por las necesidades de la Iglesia y de todos lo: hombres, y digámosle: ESCUCHANOS SEÑOR, EN TU
BONDAD.
Por la Iglesia, para que celebre con fe el sacramento del Cuerpo y Sangre de Cristo y se vea enriquecida con sus dones.
Por el Papa, los obispos y sacerdotes, ministros de la Palabra y de i; Eucaristía, para que ofrezcan
abundantemente el alimento necesario 1 quienes tienen hambre de Cristo.
Por los gobernantes, los hombres de empresa y los dirigentes políticos para que se esfuercen en crear
puestos de trabajo y todas las familias: vivan humanamente.
15
Por las comunidades cristianas, para que centren en la Eucaristía todas sus actividades pastorales como
su fuente y cumbre.
Por los enfermos y moribundos, para que sean alimentados y conforta dos por la fuerza de la Eucaristía.
Por todos los fieles cristianos, para que la Eucaristía sea siempre E centro de su vida fraterna.
Por todos nosotros, para que, fieles al espíritu eucarístico, nos dediquemos a la adoración y a la caridad
para con los pobres.
Se pueden añadir otras frases, observando el mismo estilo y contenido.
8. Queremos, Señor, terminar este rato de oración y de adoración suplicándote que nos enseñes con tus
ejemplos para que te imitemos con nuestras obras. Por eso te decimos: ENSÉÑANOS, SEÑOR, A
IMITARTE.
Señor, enséñanos a amarte en los pobres.
Señor, enséñanos a orar.
Señor, enséñanos tus parábolas.
Señor, enséñanos tus manos que hicieron el bien.
Señor, enséñanos a perdonar siempre al que nos ha ofendido.
Señor, enséñanos a comer el Pan del cielo.
Señor, enséñanos a vivir el gozo de la resurrección.
Señor, enséñanos a vivir en la paz y concordia entre los hermanos.
Señor, enséñanos a ser Iglesia santa.
Señor, enséñanos a crecer en la voluntad del Padre.
Se pueden añadir otras frases, observando el mismo estilo
9. Elevemos nuestra oración suplicante al Señor Jesús, después de haberlo adorado con fe firme presente realmente en el sacramento, y digámosle: AYÚDANOS, SEÑOR, CON TU GRACIA.
Señor, creemos en ti.
Señor, enséñanos a amar.
Señor, danos tu Espíritu.
Señor, revélanos al Padre.
Señor, revélanos tu Palabra.
Señor, llénanos de tu santidad.
Señor, sana nuestras enfermedades.
Señor, perdona nuestros pecados.
Señor, danos el pan de tu Cuerpo.
16
Señor, repártenos el Pan eucarístico.
Señor, resucítanos de nuestras muertes cotidianas.
Señor, prepáranos un lugar en tu morada eterna.
Se pueden añadir otras frases, observando el mismo estilo Y contenido.
ACLAMACIONES EUCARÍSTICAS
¡DIOS SEA BENDITO!
A cada aclamación el pueblo repite:
Ant. Dios sea bendito.
1. Sea bendito en su eternidad.
2. Sea bendito en su vida en tres Personas.
3. Sea bendito en su creación.
4. Sea bendito en su Providencia.
5. Sea bendito en su designio de salvación.
6. Sea bendito por sus alianzas con los hombres.
7. Sea bendito por habernos revelado su amor y su ley.
8. Sea bendito por habernos dado su Hijo único.
9. Sea bendito por haber manifestado a su Hijo muy amado en su Bautismo y su Transfiguración.
10. Sea bendito por haber recibido el Espíritu de Jesús muriendo en la cruz.
11. Sea bendito por habernos perdonado en mérito a la inmolación del Cordero.
12. Sea bendito por habernos llamado a participar de su vida.
13. Sea bendito por habernos llamado hijos y lo somos.
14. Sea bendito por las pruebas a las cuales nos somete.
15. Sea bendito por las gracias que nos concede.
BENDITO SEA EL NOMBRE DE DIOS
Ant. Bendito sea el Nombre de Dios.
1. Bendito sea su Nombre que es único.
2. Bendito sea su Nombre que es admirable.
3. Bendito sea su Nombre que es: «el Altísimo».
4. Bendito sea su Nombre que es: «El que es».
5. Bendito sea su Nombre que es santo.
6. Bendito sea su Nombre que es temible.
17
7. Bendito sea su Nombre que es muy suave.
8. Bendito sea su Nombre que es: «Señor del universo».
9. Bendito sea su Nombre, en el que está nuestro auxilio.
10. Bendito sea su Nombre que es nuestro Redentor.
11. Bendito sea su Nombre que es Abba, nuestro Padre.
12. Bendito sea su Nombre de misericordia.
13. Que su Nombre sea santificado en nuestros corazones.
14. Que su Nombre sea santificado en su Iglesia.
15. Que su Nombre sea santificado en todos los pueblos.
BENDITO SEA JESUCRISTO VERDADERO DIOS Y VERDADERO HOMBRE
Ant. Bendito sea Jesucristo verdadero Dios y verdadero hombre.
1. Que sea bendito en su nacimiento eterno en el seno del Padre.
2. Que sea bendito en su encarnación por el Espíritu Santo y la Virgen María.
3. Que sea bendito por haberse hecho semejante a nosotros en todo menos en el pecado.
4. Que sea bendito en su nacimiento en Belén.
5. Que sea bendito por su vida de pobre y de trabajador en Nazaret.
6. Que sea bendito en el misterio de su bautismo.
7. Que sea bendito en el misterio de su ayuno y de su tentación en el desierto.
8. Que sea bendito por haber conocido la fatiga, el hambre, la sed y la tristeza.
9. Que sea bendito por su predicación de la Buena Noticia.
10. Que sea bendito por sus signos de poder y de misericordia.
11. Que sea bendito por su amor y su obediencia hacia el Padre.
12. Que sea bendito por su predilección por los pecadores.
13. Que sea bendito en su pasión y su muerte en la Cruz.
14. Que sea bendito en su resurrección y su ascensión.
15. Que sea bendito por su eterna intercesión ante el Padre.
16. Que sea bendito en la espera de su regreso.
BENDITO SEA EL NOMBRE .DE JESÚS
Ant. Bendito sea el Nombre de Jesús.
1. Bendito sea su nombre: el Verbo de Dios.
2. Bendito sea su nombre de Emmanuel: Dios con nosotros.
3. Bendito sea su nombre de hijo de David.
18
4. Bendito sea su nombre de Mesías.
5. Bendito sea su nombre de Enviado.
6. Bendito sea su nombre de Hijo del hombre.
7. Bendito sea el nombre indicado por el ángel a María y a José.
8. Bendito sea el nombre que le fue dado ocho días después de su nacimiento.
9. Bendito sea su nombre, que nos promete la salvación.
10. Bendito sea su nombre de Cordero de Dios.
11. Bendito sea su nombre, en el cual somos bautizados.
12. Bendito sea su nombre, inscrito sobre nuestras frentes.
13. Bendito sea su nombre, que nos reúne y le hace presente en medio de nosotros.
14. Bendito sea su nombre, que levanta la persecución del mundo.
15. Bendito sea su nombre, por el cual nuestras súplicas son atendidas.
16. Bendito sea su nombre, que nos devuelve el céntuplo de lo que le hemos entregado.
17. Bendito sea su nombre, que es Amén, el testigo fiel.
BENDITO SEA EL SAGRADO CORAZÓN
Ant Bendito sea el Sagrado Corazón.
1. Bendito sea el Corazón que nos revela el amor de Dios.
2. Bendito sea el Corazón que tanto amó al Padre.
3. Bendito sea el Corazón que tanto amó a los hombres.
4. Bendito sea el Corazón que proclama las Bienaventuranzas.
5. Bendito sea el Corazón suave y humilde que aligera nuestra carga.
6. Bendito sea el Corazón que ofrece el perdón a los pecadores.
7. Bendito sea el Corazón que recibió tanta ingratitud a cambio de su amor.
8. Bendito sea el Corazón abierto por la lanza.
9. Bendito sea el Corazón de donde surgió el agua del bautismo.
10. Bendito sea el Corazón de donde surgió la sangre de la nueva alianza.
11. Bendito sea el Corazón de donde nació la Iglesia, la nueva Eva.
12. Bendito sea el Corazón que nos ha dado a María por madre.
BENDITA SEA LA PRECIOSÍSIMA SANGRE
Ant. Bendita sea la Preciosísima Sangre.
1. Bendita sea la sangre de Jesús, nacido de la Virgen María.
2. Bendita sea la sangre que corrió en la circuncisión.
19
3. Bendita sea la sangre que corrió en Getsemaní.
4. Bendita sea la sangre que corrió en la flagelación.
5. Bendita sea la sangre que corrió de la cabeza coronada de espinas.
6. Bendita sea la sangre que corrió de las manos y los pies traspasados.
7. Bendita sea la sangre que corrió del costado abierto
8. Bendita sea la sangre que nos lavó de nuestros pecados.
9. Bendita sea la sangre preciosa del Cordero sin mancha que nos liberó.
10. Bendita sea la sangre de la Cruz que nos ha reconciliado con Dios.
11. Bendita sea la sangre de la Cruz que nos estableció en la paz.
12. Bendita sea la sangre de Jesús que nos purifica de todo pecado.
13. Bendita sea la sangre de Jesús que intercede por nosotros con más poder que la sangre de Abel.
14. Bendita sea la sangre del cáliz derramada para el perdón de los pecados.
15. Bendito sea el cáliz de bendición que nos hace comulgar con la sangre de Cristo.
16. Bendita sea la sangre de la nueva y eterna alianza.
BENDITO SEA JESÚS EN EL SANTÍSIMO SACRAMENTO DEL ALTAR
1. Bendito sea el sacramento del pan y del vino, frutos de la tierra y del trabajo del hombre.
2. Bendito sea el sacramento de la Pascua, inaugurado en la última Cena.
3. Bendito sea el sacramento del cuerpo y de la sangre de Jesús entregado por nosotros.
4. Bendito sea el sacramento de su amor.
5. Bendito sea el sacramento del don de Dios que se convierte en nuestra ofrenda.
6. Bendito sea el sacramento de la caridad.
7. Bendito sea el sacramento de nuestra reconciliación y de nuestra unidad.
8. Bendito sea el sacramento de la Iglesia una y santa.
9. Bendito sea el sacramento de la Iglesia universal, fundada sobre los Apóstoles.
10. Bendito sea el sacramento que une nuestras tribulaciones al sacrificio de Cristo.
11. Bendito sea el sacramento que da la vida, la fuerza y la alegría.
12. Bendito sea el sacramento que rescata y santifica al mundo.
BENDITO SEA EL ESPÍRITU SANTO PARÁCLITO
1. Bendito sea el Espíritu Santo, Amor del Padre y del Hijo.
2. Bendito sea el Espíritu Santo que hizo hablar a los profetas.
3. Bendito sea el Espíritu Santo, por cuya intervención María fue Madre.
4. Bendito sea el Espíritu Santo, cuya unción consagró a Jesús Mesías y Profeta.
20
5. Bendito sea el Espíritu Santo, que Dios concede a nuestras oraciones.
6. Bendito sea el Espíritu Santo, que Jesús prometió como «otro Defensor».
7. Bendito sea el Espíritu Santo, que nos recuerda todo cuanto Jesús dijo.
8. Bendito sea el Espíritu Santo, que nos conduce a la totalidad de la verdad.
9. Bendito sea el Espíritu Santo, que hizo de los Apóstoles testigos de Jesús.
10. Bendito sea el Espíritu Santo, que reúne a todos los pueblos y a todas las lenguas.
11. Bendito sea el Espíritu Santo, que nos es dado en el bautismo para nuestra vida de hijos de Dios.
12. Bendito sea el Espíritu Santo, que nos es dado en la confirmación para el testimonio.
13. Bendito sea el Espíritu Santo, que inspira las respuestas de los mártires.
14. Bendito sea el Espíritu Santo, por quien el pan y el vino se convierten en el cuerpo y la sangre de
Jesús.
15. Bendito sea el Espíritu Santo, por quien formamos un solo cuerpo comiendo un solo pan.
16. Bendito sea el Espíritu Santo, por quien son perdonados nuestros pecados.
17. Bendito sea el Espíritu Santo, que por la imposición dulas manos se da a los diáconos, a los sacerdotes y a los obispos.
18. Bendito sea el Espíritu Santo, por todos los dones que distribuye entre el pueblo de Dios.
19. Bendito sea el Espíritu Santo, alma de la Iglesia.
20. Bendito sea el Espíritu de amor, fuente de la caridad.
BENDITO SEA DIOS EN SUS ÁNGELES Y SUS SANTOS
1. Bendito sea Dios en el cielo, donde los Ángeles cantan su gloria a una sola voz, con nosotros.
2. Bendito sea Dios en el cielo, donde los Ángeles lo contemplan cara a cara.
3. Bendito sea Dios en el cielo, donde los Ángeles llevan nuestro sacrificio y nuestras oraciones.
4. Bendito sea Dios que nos da el verdadero pan venido del cielo.
5. Bendito sea Dios por el sacrificio anunciado por Abel, Abraham y Melquisedec.
6. Bendito sea Dios por el 'sacramento recibido de los Apóstoles.
7. Bendito sea Dios por el sacramento que sostiene a los mártires.
8. Bendito sea Dios por el sacramento que nos dan los santos Pastores.
9. Bendito sea Dios por el sacramento que protege a las vírgenes.
10. Bendito sea Dios por el sacramento que nos hace comulgar con todos los santos.
11. Bendito sea Dios por su banquete eterno.
BENDITO SEA DIOS
1. Bendito sea Dios.
21
2. Bendito sea su santo Nombre.
3. Bendito sea Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre.
4. Bendito sea el Nombre de Jesús.
5. Bendito sea su sacratísimo corazón.
6. Bendita sea su preciosísima sangre.
7. Bendito sea Jesús en el santísimo sacramento del altar.
8. Bendito sea el Espíritu Santo Consolador.
9. Bendita sea la excelsa Madre de Dios, María Santísima.
10. Bendita sea su santa e inmaculada concepción.
11. Bendita sea su gloriosa asunción.
12. Bendito sea el nombre de María, Virgen y Madre.
13. Bendito sea san José, su castísimo esposo.
14. Bendito sea Dios en sus Ángeles y en sus Santos.