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MEDIOS DE COMUNICACIÓN Y CULTURA
ADULTOCENTRISTA
MARÍA FLORENCIA MASINO (UNCUYO) , JAVIER FORTUNY (UNCUYO) , JUAN MANUEL MORENO (UNCUYO).
1. INTRODUCCIÓN
El presente trabajo fue producido en el marco del Seminario de Cultura Mediática de la
Licenciatura de Comunicación Social (UNCuyo) en el año 2012. En el mismo se analizó un conjunto
de publicidades audiovisuales de diferentes productos y servicios (CLARO, SPRITE, JOHN FOOS,
TANG, entre otras) en las que los protagonistas eran NNA. Se buscó cruzar, hacer dialogar
bibliografía de la cátedra “Adultocentrismo y culturas de infancia” con la del seminario para poder
lograr una mirada más integral respecto al protagonismo infantil y los medios de comunicación.
No buscamos instalar una mirada respecto de los medios como entidades que informan (en el
sentido de “dar forma”) desde lo subliminal determinados mensajes. Informan pero mediante la
producción y reproducción incesante de modelos, tipos, formas de interpretar el mundo, de sentir,
de pensarnos y vernos como individuos, colectivos y sociedad. Así, este escrito busca dar cuenta
de algunos de los factores involucrados en la construcción de lxs NNA en el discurso mediático,
actualmente.
En la sociedad está presente el debate por la igualdad de los derechos de aquellos sectores
que históricamente han estado dominados por las concepciones hegemónicas, estas minorías se
encuentran luchando por el pleno reconocimiento de sus derechos civiles, avanzando hacia su
emancipación. Hacemos referencia a grupos que luchan contra el racismo, la xenofobia y la
discriminación (LGTB, Movimientos de igualdad de géneros, etc…).
Existe aún una minoría que no se encuentra avanzando a la misma velocidad, y con la misma
potencia. La perspectiva adultocentrista es aquella supone contemplar al niño, niña y adolescente
como sujeto no desarrollado, no realizado. Siguiendo a Manfred Liebel, sociólogo de infancia
alemán, de todas las minorías que podemos encontrar en la sociedad actual, la infancia es la
última minoría no emancipada; aquella que aún no ha podido desligarse de los estigmas que
1
penden sobre ella, juicios de valor, a priori, que le vedan una participación plena en la sociedad en
tanto movimiento social de y con derechos 1.
Le corresponde al estudio de la cultura mediática reconocer, caracterizar e interpretar los
procesos sociohistóricos para comprender la cultura contemporánea y las relaciones que se
establecen con el universo de los medios de comunicación social. En los productos mediáticos
(discursos en un sentido amplio, imágenes, textos, música, etc...) pueden relevarse huellas que nos
orientan respecto a la mirada y contexto correspondiente a la instancia productora. Es a través de
esas huellas que pretendemos dar cuenta la de mirada adultocentrista que impera en la cultura, y
por añadidura en los discursos mediáticos.
2. MARCO TEÓRICO
Actualmente el reconocimiento de las nuevas formas del discurso que imprimen las
Nuevas Tecnologías de Comunicación e Información (NTIC) nos permiten comparar las nuevas
formas de producción semántica. Tanto el ritmo, la velocidad, los encuadres y los planos se nos
presentan como elementos constitutivos de esta nueva estética, este nuevo sentido. “Esta nueva
visibilidad promueve configuraciones que tocan condiciones materiales, semánticas y estéticas,
generando así otras condiciones de la cultura. Este entrecruzamiento de representaciones y
operaciones simbólicas tiene la capacidad de condicionar y promover comportamientos colectivos,
constituyendo un singular tipo de cultura: la cultura mediática”. 2
La sociedad en la que vivimos se caracteriza no sólo por re-producir una cultura machista,
xenófoba y discriminadora, sino que además es adultocentrista. Esto supone el no reconocimiento
de lxs Niños, Niñas y Adolescentes (NNA) en tanto actor social, con derechos y con goce de plena
ciudadanía. Es desde el paradigma del protagonismo infantil que se busca enfrentar esa mirada
que estigmatiza y construye el concepto sobre infancia que reproducimos tanto en los discursos
como en las prácticas sociales, todos ellos reflejados en los distintos formatos, soportes, códigos y
discursos dispersos en la cultura mediática.
1
2
LIEBEL, M. “Foro de Adultocentrismo”. FCPYS-UNCuyo. 2012
BUSTOS, J. “Fundamentación del Seminario de Cultura Mediática”. UNCUYO. 2010.
2
2.1. COMUNICACIÓN MEDIÁTICA/CULTURA MEDIÁTICA
El fenómeno comunicativo, dentro del campo de lo mediático, adquiere caracterísitcas
que se vinculan con la unidireccionalidad del proceso comunicativo, es decir, con una lábil
interacción comunicativa y la desubjetivación del destinatario. Siguiendo a Zalba, abordar su
estudio sistemático es encarar una de las dimensiones claves de los procesos y prácticas de
nuestro siglo. La aparición, consolidación y hegemonía de los medios masivos de comunicación es
un proceso histórico insoslayable en la constitución de las sociedades complejas contemporáneas.
“El espacio público del fin del siglo es un espacio mediatizado. Es tal el peso de la comunicación
mediática en nuestra época que muchas veces se torna equivalente a la comunicación como
proceso en sí. Además, actualmente se considera que los medios de comunicación constituyen
una forma de sociabilización de los individuos (junto a la familia y la escuela)” 3. Podemos definir a
los medios de comunicación como instituciones sociales que producen sentido. Algunas
caracterísiticas socio-comunicativas que presentan son: los medios producen “representaciones”
simbólicas del mundo fuertemente convencionalizadas, son los agentes privilegiados en la
construcción de la realidad social pública (“agenda”) y, por lo tanto, tienen un impacto decisivo en
la conformación del horizonte cognoscitivo de las sociedades.
2.2. CONCEPTUALIZACIÓN DE LA OTREDAD
Según Eva Rodríguez, la cuestión de otredad se refiere a la existencia en nuestra cultura de
clasificaciones jerarquizadas, enquistadas en las construcciones históricas del sentido, que operan
a partir de la descalificación de ciertos grupos o sectores sociales a los que por diversos motivos se
los inviste como “otros”. Estas calificaciones se realizan “a priori”, sin tomar en cuenta las
cualidades especificas y personales de aquellos individuos que integran ese grupo. De esta forma
grupos determinados por su raza, religión, orientación sexual, edad, son estigmatizados por
aquellos que no forman parte de estos grupos. El estigma que se refiere a un sector recae sobre
una persona particular sin que esta, individualmente, haya realizado previamente alguna acción
que justifique este juzgamiento. “El estigma está en los ojos de quien observa” (Eva Rodriguez.
“algunas categorías analíticas para abordar la noción de “otredad”).
3
Zalba, Estela María, “La Comunicación como proceso semiótico”, Documento de Cátedra, UNCUYO, 2003
3
2.3. REPRESENTACIONES SOCIALES SOBRE INFANCIA
Estamos insertos entre las relaciones que construimos con otros, en un nudo de significados
que se comparten. Es en este nudo de significados donde los individuos invisten a los sujetos y a
los objetos con una serie de propiedades que no se poseen de por sí, sino que son construidas
conjuntamente a través de la comunicación. Así se constituyen espacios donde transcurre la vida
social. Estas existen por el lenguaje, por la conversación, el relato, la narración o discurso, donde
se desprende la significación co-construida por los actores implicados en una determinada
situación. En este sentido, entendemos que las representaciones sociales son inherentes al ser
humano por el solo hecho de relacionarse con los otros en la creación de significados compartidos.
Según Piotti, las distintas representaciones sociales entorno al concepto de infancia pueden
resumirse en:
•
NNA como ser incompleto e incapaz, impide reconocer la autonomía de esta edad, su
especificidad, cualitativamente diferente al adulto y trabajar con sus potencialidades
para lograr su responsabilidad y participación social activa, estimulada y respetada por
los adultos.
•
NNA como propiedad de los adultos en su grupo de crianza y sujeción absoluta a su
autoridad. En los casos extremos desconoce el valor de la palabra y decisiones de los
niños/as y los educa en la dependencia y el sometimiento a los adultos.
•
NNA como adorno de sus padres atravesando la edad de “la inocencia”. Esta
concepcion promueve una idealización de la infancia aislando al niño/a de los
conflictos sociales y políticos, formándolo en una burbuja romántica sin
responsabilidad social.
•
NNA como objeto y sujeto del consumo, pasivos recptores de lo que otros planifican
para ellos/as y herramientas para aumentar las ganancias de las empresas del juguete,
la ropa, así como las industrias del tiempo libre.
•
El adolescente como ser peligroso o atravezando una edad de crisis, inmanejable por
los adultos. Esta representación refuerza las políticas de control social hacia la niñez y
adolescencia.
•
La adolescencia o juventud como edad dorada del nada que hacer, salvo el disfrute
hedonístico, viable solo para quienes cuentan con recursos económicos. Esta visión
sobreprotectora genera en los jóvenes falta de proyectos para la propia vida.
4
•
NNA como recurso o capital humano para el futuro. Infantiliza a los adolescentes sin
reconocerles derechos y considerarlos constructores del mundo y de sus vidas en el
presente.
•
Los adolescentes con ciudadanía limitada y descidida por los adultos. Los derechos
sociales y políticos no pueden ser ejercidos por este sector de edad.
•
NNA como sujetos de derechos, sujetos económicos, sociales y sujetos políticos. Etapa
de la vida con caracterísiticas específicas, no designados desde la heteronomía sino
desde su propia capacidad, decisión y acción colectiva, acompañados por sus padres,
educadores e instituciones de la sociedad.
Esta última concepción constituye todo un paradigma que parte del protagonismo de la
infancia 4.
2.4. NIÑOS, NIÑAS Y ADOLESCENTES (NNA) COMO CIUDADANXS
“La idea de ciudadanía surge como separación entre los hombres libres y los esclavos en la
antigua Grecia 5. Este concepto en la actualidad refiere una idea universal sobre el derecho a tener
derechos, sólo por el hecho de tener una nación. La ciudadanía supone la posibilidad de votar y ser
elegido, de decidir sobre su trabajo, trasladarse, contraer matrimonio, asumir responsabilidades
frente a sí mismo y a la sociedad. ¿Podemos considerar estos derechos para los NNA?”
Responder esta pregunta nos lleva a problematizar la cuestión de la centralidad del poder
en los adultos y aquellas prácticas que constituyen habitus de siglos en las sociedades
occidentales. En este sentido María Lidia Piotti nos refleja cuatro posturas respecto a esta
problemática: (i) quienes consideran que a causa de su falta de madurez, no pueden gozar de
ciudadanía, (ii) los que le otorgan una ciudadanía limitada o restringida a algunos derechos civiles
e indirectamente los derechos sociales a través de sus progenitores, (iii) quienes avanzan hacia la
aplicación de la teoría de la pre-ciudadanía y (iiii) los que explicitan que debe otorgárseles la
ciudadanía plena.
Nos pareció importante identificar a los niños, niñas y adolescentes como actores sociales que
construyen significaciones y se encuentran insertos en el inter-juego de la adjudicación de
4
PIOTTI, M.L., “Políticas sociales y ciudadanización de los niños y adolescentes. Intervención propositiva del
trabajo social”. UNC. 2005. Pág. 4.
5
PIOTTI, M.L., Op. Cit, Pág. 5
5
expresiones estereotipadas. En este sentido intentamos reconocer a los NNA como un actor
colectivo, que se organiza en muchos lugares de América Latina y el Caribe, y construyen nuevas
significaciones en un sistema adultocentrista que condiciona y limita.
Entendemos como actor social a aquel sujeto individual o colectivo que controla recursos de
poder (económicos, capacidad de representación, de movilización, de convocatoria, de
influencia…) suficientes como para influir en forma determinante sobre los acontecimientos que
les interesan o afectan. De esta manera, apuntamos a repensar a los NNA como sujetos colectivos,
en cuanto a su reconocimiento histórico como movimiento Latinoamericano que ha podido
conquistar espacios públicos para el reconocimiento de sus dimensiones políticas, económicas,
culturales y revolucionarias.
“Hay que entender a los derechos de los NNA en el sentido subjetivo, deberían tener un papel
activo en el uso de sus derechos, no solo confiar en el “estar”. No olvidar que son personas con
capacidades y entender que sus derechos son un concepto popular, en diferentes ámbitos, no solo
en el jurídico...” 6
Los medios de comunicación tienen un rol fundamental en la construcción de las
representaciones sociales entorno a estos sujetos colectivos, y poseen una gran cuota de poder
para imponer un discurso “único” sobre dicha representación y de esta manera estigmatizar.
Como dice Alejandro Cussiánovich, los discursos van a tener efectos en los pensamientos, en las
creencias, en los sentimientos y en las acciones, siendo un factor de construcción de sentido
común y de opinión pública. Estos han conformado un capital ideológico y cultural que son
manifestaciones de poder en la comprensión de fenómenos sociales. Es por esto que creemos que
la atribución asumida por los medios, en la creación de ciertas representaciones y discursos ha
invisibilizado a lxs NNA como sujetos colectivos, imponiendo una imagen de individuos a los que se
les asignan determinadas características desde un mundo de adultos.
2.5. CONSTRUCCIÓN DE LOS MODELOS DE INFANCIA. APORTES DEL CAMPO DE LA
COMUNICACIÓN SOCIAL
En este apartado haremos alusión al rol de los medias en tanto constructores, reproductores y
visibilizadores de otredad. La función de estos en la configuración de modelos mentales,
estructuras cognitivas que tienen como función comprenderse a sí mismo y a los otros, “para
6
LIEBEL, M. “Foro de Adultocentrismo”. FCPYS-UNCuyo. 2012.
6
concebir y realizar planes de acción, para representar e interpretar situaciones presentes, pasadas
y futuras…” (Gallino, 1989:48). Dentro de la problemática adultocentrista, el aspecto simbólico
tiene un papel fundamental en la relación NNA-Adulto y en la conformación de dicha relación.
Siguiendo a Cussiánovich el lenguaje mismo es una forma de poder y genera poder. “ (…) nombrar
es una de las fabulosas posibilidades de nuestra especie, ya que nombrar es el acto de reconocer,
de ubicar, de trascender la apariencia, de identificar y dotar de identidad” (Cussiánovich. 2010:7).
Pensar a la infancia como protagonista, desde la idea de con-ciudadanía supone poner en
cuestión los modelos mentales que tenemos (NNA y adultos) respecto a tales conceptos. En la
sociedad actual, los medios de comunicación tienen una función simbólica determinante en los
procesos culturales: la producción y difusión de modelos mentales. Para cambiar la noción
hegemónica respecto de la Infancia debemos repensar la noción de adulto. Pensarla en términos
de actor social que promueve el protagonismo, “sólo se puede ir siendo protagonista quien
contribuye a que los otros también lo sean” (Cussiánovich. 2010:77).
2.6. MODELOS MENTALES MEDIADOS POR LOS MEDIAS (MMMM)
Los modelos mentales son elementos centrales tanto de la identidad social como de la
personal. Nos permiten o nos imponen utilizar un “nosotros” como expresión de identificación.
Estos modelos son difundidos por parte de los medias sin tregua, “en una medida y con una
capilaridad nunca vista precedentemente. A través de esta vía contribuyen a estructurar la
identidad como el individualismo, el sentido de sí mismo como el sentido de la comunidad”
(Gallino.1989:48). Lo que se pone en juego aquí es la posibilidad de libertad del actor social de
pensarse, de construirse estados mentales. Es por eso que se debe prestar una vigilancia crítica
frente a los modelos mentales que la cultura propone, a través de los medias, respecto a la
infancia y su papel en la sociedad en tanto movimiento con ciudadanía. Respecto a la idea de
protagonismo infantil y de infancia en tanto movimiento social existen algunos obstáculos
epistemológicos, promovidos desde una instancia cultural compleja, entendida esta desde el
campo político, económico e ideológico. Para una mejor comprensión de esto y la construcción de
estos tipos de representaciones que suponen los modelos mentales mediados por los medias,
seguiremos a Goffman y su análisis de los frames. Estos son definiciones de situaciones,
construidos de acuerdo con principios de organización que gobiernan los acontecimientos sociales
y nuestra implicación subjetiva en los mismos. Son elaborados de manera trans-individual por la
cultura para ser después seleccionados, “cuando son necesarios para usos individuales, por la
7
estructura social, es decir por la posición en la que el actor está colocado dentro de la misma”
(Gallino.1989:50).
Estos frames son representados una y otra vez en la totalidad de los discursos mediáticos,
discursos producidos por una tecnología autotélica, auto-centrada y autoreproductiva. Es por eso
que los modelos difundidos mediáticamente reflejan una infancia dedicada al consumo, al ocio, no
muestran jóvenes luchando por sus derechos, y si aparecen se los rodea de connotaciones
peyorativas (la forma en que las protestas estudiantiles son representadas por los medias es un
claro ejemplo). Esto se debe a que esos jóvenes “revoltosos” difieren mucho de los distendidos y
“bonitos” adolescentes protagonistas de novelas televisivas. Es debido a los frames interiorizados
lo que nos lleva a posicionarnos frente a cada una de las representaciones mencionadas respecto
de los modelos mentales de qué es lo que “debe hacer” un adolescente y cuándo lo
contemplamos como un elemento social o anti-social.
“Las situaciones, los referentes de la acción presentes en las mismas, los planes de acción
capaces de transferir al actor de una situación a otra, aparecen todos ellos enmarcados
preventivamente por frames, es decir, por esquemas interpretativos elaborados mediante
refinadas técnicas de proyecto y construcción, con el fin de establecer un orden simbólico
reflectante a un tiempo del orden político-económico y de los intereses autotélicos de la tecnología
de los medias”. De esta manera Goffman expande la noción de frame como modelo metodológico
para comprender cómo influyen los modelos mentales mediados por los medias (MMMM) en las
representaciones del otro, en nuestro caso de la Infancia y los NNA.
2.7. IDENTIDADES MEDIÁTICAS, IDENTIFICACIONES MEDIATIZADAS
Los verdaderos gestores de las identidades públicas contemporáneas son los medios de
comunicación. La identidad pública se proyecta hacia fuera, interpelando a los demás miembros
de la comunidad. Y los medios presentan a los colectivos sociales en términos de igualdad o
diferencia, exhibiendo marcas identitarias incluyentes (para los miembros de la comunidad) y
excluyentes (para aquello considerado como extraño, ajeno). La trascendencia política de esta
“función identitaria” de los medios es muy importante, ya que sólo una identidad colectiva
reconocida públicamente puede presentar demandas ante las instituciones. Desde este lugar
podemos pensar las culturas de infancia y su visibilización en los medios y en calidad de qué
aparecen, imperando una forma incluyente, es decir, como parte de la comunidad, o como ajeno a
esta, excluida.
8
“Toda identidad necesita, por una parte, diferenciarse y, por otra, equipararse con el
cuerpo social. La razón política de ello estriba en que en democracia un colectivo puede reivindicar
ciertos derechos específicos si acepta previamente ciertas obligaciones comunes a todos los grupos
sociales” (Sampedro Blanco.2004:135).
La importancia de la visibilización mediática se relaciona con el reconocimiento público
que un colectivo puede tener. En nuestro caso partimos de la idea de que la Infancia es
representada desde una postura adultocentrista, sin reconocer –visibilizar-, ni promover, la
participación social de los NNA en tanto movimiento social, reconociendo su lucha por sus
derechos, sin depender del mundo adulto, sino en un sentido de acompañamiento, de conciudadanía. “La generación y apropiación de las identidades están sometidas a una jerarquización
mediática que influye en su normalización o marginación. Son normalizadas las identidades
presentadas por los medios y asumidas por la audiencia como parte del discurso oficial y
hegemónico” (Sampedro Blanco. 2004:165) Contrariamente, las identidades e identificaciones
pensadas y formuladas desde el campo popular devienen marginadas del acervo simbólico
masivo-mediático.
“Los medios confieren una identidad marginal a quienes sitúa fuera de los márgenes de
representaciones que dictan las instituciones (identidad oficial) y en contra las costumbres sociales
(identidad hegemónica). Serán identidades opositoras las que se presentan contestando la
etiqueta de marginación que se les impone, forzando los márgenes de la normalidad legal y la
estima social”. 7
7
SAMPEDRO BLANCO. Fco. Op. Cit Pág. 140
9
BIBLIOGRAFÍA
BUSTOS, J. “Fundamentación del seminario de cultura mediática”. UNCuyo. 2012.
CUSSIANOVICH, A. “Paradigmas de las culturas de infancia como formas de poder”. En ensayos
sobre Infancia II. Sujeto de Derechos y Protagonistas. Ifejant. 2010. Pág. 43-54.
DEAMICI. C., BAJUK. A. “Características generales de la estructuración de las imágenes según
convenciones occidentales”. Documento de cátedra. UNCuyo. 2006.
GALLINO, L. “El problema MMMM (Modelo Mentales Mediados por los Media)”. En Videoculturas
de fin de siglo. 1989. Pág. 47-54.
LIEBEL, M. “Sobre la historia de los derechos de infancia”. En Infancia y Derechos Humanos. Hacia
una ciudadanía participante y protagónica. Ifenjant. Lima. 2009. Pág. 23-40.
PIOTTI, M.L. “Los tres paradigmas sobre infancia – adolescencia”. UNC. 2008
PIOTTI, M.L. “Políticas sociales y ciudadanización de los niños y adolescentes. Intervención
propositiva del trabajo social”. UNCuyo. 2005.
RODRIGUEZ, E. “Algunas categorías analíticas para abordar la noción de otredad”. UNCuyo. 2012.
SAMPEDRO BLANCO. V. “Identidades Mediáticas e identificaciones Mediatizadas. Visibilidad y
reconocimiento identitario en los medios de comunicación”. Revista CIDOB d’Afers Internacionals,
num. 66-67, 2004. Págs. 135-149.
ZALBA, M.E. “Comprensión de textos: un modelo conceptual y procedimental”. EDIUNC.2003.
Cap.7.
ZALBA, M.E, “La Comunicación como proceso semiótico”. Documento de Cátedra. UNCuyo. 2003.
ZALBA. M.E. “El Discurso Publicitario”. Documento de Cátedra. UNCuyo. 2004.
10
ÍNDICE
1. INTRODUCCIÓN
PÁG.2
2. MARCO TEÓRICO
PÁG.3
2.1. COMUNICACIÓN MEDIÁTICA/CULTURA MEDIÁTICA
PÁG.3
2.2. CONCEPTUALIZACIÓN DE LA OTREDAD
PÁG.4
2.3. REPRESENTACIONES SOCIALES SOBRE INFANCIA
PÁG.4
2.4. NIÑOS, NIÑAS Y ADOLESCENTES (NNA) COMO CIUDADANOS
PÁG.6
2.5. CONSTRUCCIÓN DE LOS MODELOS DE INFANCIA. APORTES DEL CAMPO DE LA
COMUNICACIÓN SOCIAL
PÁG.7
2.6. MODELOS MENTALES MEDIADOS POR LOS MEDIAS (MMMM)
PÁG.8
2.7. IDENTIDADES MEDIÁTICAS, IDENTIFICACIONES MEDIATIZADAS
PÁG.9
BIBLIOGRAFÍA
PAG.10
11