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Investigación en la interrelación de centros docentes, familia y comunidad. Dr. C. Argelia Fernández Díaz. Universidad Pedagógica "Enrique José Varona"- Ciudad de La Habana Resumen. En el artículo se valora la interrelación entre el centro docente, la familia y la comunidad como espirales fundamentales en el proceso pedagógico. Se estudian vías para concretar programas o proyectos a través de los cuales se investiguen las interrelaciones entre ellos. Introducción La educación es una determinada forma de comportamiento social; un tipo específico de relación social que hace necesario el involucramiento de todos los posibles participantes, máxime en el proceso pedagógico que se lleva a cabo en los centros docentes,. La comunidad, como mesorrealidad que parte de la macrorrealidad social, se considera como un espacio educativo, donde todos, como fuerzas confluyentes en ese proceso pedagógico, intercambian aprendizajes en función de las necesidades educativas mutuas. El centro docente, por su parte, tiene el encargo de centralizar las influencias sociales de manera intencional, con un carácter profesional especializado. Para ello puede contar con las influencias del contexto familiar y comunitario; coordinarlas en función de ese encargo y contribuir al desarrollo de la labor educativa en el seno de ambos contextos. Gran importancia se concede al conocimiento que el contexto familiar y comunitario proporciona a los profesores y que redunda en el establecimiento de acciones conjuntas en el cumplimiento de sus tareas básicas: educar e instruir, y de sus funciones profesionales: docente metodológica, orientadora y investigativa. La sociedad evoluciona mediante procesos continuos de transformación, en los que participan los individuos, quienes investigan y evalúan estos procesos por medio de acciones colectivas. Así, el ser humano se constituye como tal y la educación, como fenómeno social, se manifiesta en múltiples formas. De hecho está involucrada en estas transformaciones, pues expresa el grado de desarrollo económico, social y político alcanzado por la humanidad en un período histórico concreto. Las familias, las organizaciones y las instituciones sociales de la comunidad agrupan valiosos recursos materiales y una rica experiencia que, puestos en función de la orientación y educación ciudadana, contribuyen a desarrollar la identidad comunitaria. Sensibilizar a los sujetos para que participen consciente y creadoramente en la transformación de su realidad más cercana y la suya propia, es la mejor forma de desarrollar esa identidad. Se trata de que los centros docentes se conviertan en una institución para las relaciones sociales, ya que en cada hombre se revelan los valores con que se enriquece la sociedad en su conjunto. El proceso pedagógico que se lleve a cabo en un centro docente, junto con la familia y la comunidad, no debe ser por contactos circunstanciales, sino de forma recíproca y sistemática, teniendo en cuenta que la 1 conciencia individual constituye la parte orgánica de la conciencia social, en cuya configuración resulta esencial la influencia educativa de la sociedad. Desarrollo Acerca de qué y cómo investigar para establecer la interrelación escuela - familia y comunidad Las acciones conjuntas en las que se deben involucrar los miembros de los diferentes contextos; comunitario, familiar y escolar, se planifican en beneficio del proceso pedagógico que se lleva a cabo en el contexto educacional, con el fin de contribuir a incrementar la labor educativa en el familiar y en el comunitario, lo cual propicia un beneficio mutuo. Para emprender las acciones conjuntas, es importante conocer, qué fases se proponen para llevar a cabo un programa o proyecto de interrelación entre los tres contextos de actuación del profesor: la escuela, la familia y la comunidad; y el qué y cómo investigar, para poder potenciar estas acciones. Esto implica que además del modelo a utilizar en función de las necesidades conjuntas y el contexto histórico, se deben usar instrumentos de investigación que se puedan aplicar, de acuerdo a dimensiones e indicadores previamente seleccionados. Las dimensiones e indicadores que se sugieren para cada uno de los contextos, sirven de guía para su contextualización a la realidad que será investigada (Ver Anexo I). Estas dimensiones e indicadores brindan la posibilidad de conocer la realidad contextual y determinar, no solamente necesidades y problemas, sino potencialidades y expectativas en la interrelación. Esto es posible porque se consideran importantes los factores subjetivos que pueden mediar en esta interrelación. Cualquier elemento de la realidad contextual puede favorecer una acción, siempre que se utilice en función de la transformación educativa. Por ejemplo: la presencia de una tarja de un mártir que no se atiende sistemáticamente, puede generar una reflexión de las posibilidades de que todos contribuyan a su atención, además de que se generen acciones que contribuyan a fortalecer la ciudadanía y el valor patriótico. Se trata de que los centros docentes se conviertan en instituciones de las relaciones sociales, pues en cada hombre se revelan los valores con que se enriquece la sociedad en su conjunto. En la conciencia individual social están presentes los propósitos, ideales e intereses; valores que son propios de su grupo social, de la clase a que pertenece o de una nación. En ella se refleja el ser social de la comunidad social dada. Las organizaciones y las instituciones sociales desempeñan un papel importante, y propician influencias educativas en los comunitarios. Las organizaciones de masas tienen como función principal, aglutinar y movilizar a las masas en el cumplimiento de tareas sociales útiles en las diferentes esferas: política, cultural, educativa, productiva y de salud. Por lo que el trabajo mancomunado dará una mayor eficacia a la misión que la sociedad ha designado al centro docente. Además, las organizaciones y las instituciones agrupan valiosos recursos materiales y espirituales, y una rica experiencia, que puestos en función de la orientación y educación ciudadana, pueden contribuir a desarrollar la identidad comunitaria y sensibilizar a los individuos para que participen consciente y creadoramente en la transformación de su realidad más cercana: la comunidad. En la investigación que se genere a partir de la interrelación del centro docente, la familia y la comunidad, debe primar la acción; utilizando generalmente el paradigma sociocrítico, porque adquiere un carácter participativo, democrático y dialógico. Además, se parte de una realidad contextual, de sus posibilidades, potencialidades 2 para resolver los problemas o expectativas en función de elevar la calidad de vida en todos los participantes. Teniendo en cuenta este precedente, es importante que para determinar las necesidades sentidas y reales de cada contexto involucrado, los instrumentos a aplicar (aunque en algunos momentos sean métodos y técnicas conocidas en la investigación tradicional), llevan un corte diferente, pues en las encuestas y las entrevistas a los protagonistas (informantes claves): estudiantes, familiares, vecinos de la comunidad, profesores de la escuela, representantes de instituciones y organizaciones, entre otros. Debemos lograr que las personas que respondan, identifiquen sus problemas, sus necesidades, pero que también realicen una reflexión crítica al respecto, busquen soluciones y planteen cómo se implicarán en las mismas. Con el propósito de visualizar la realidad en su totalidad, pueden efectuarse talleres grupales con niños, adolescentes, jóvenes y adultos; donde a partir de un tema generador, se reflexione y se facilite un conocimiento más preciso, veraz y crítico de la realidad, además de compartir posibles soluciones y lograr involucrar al sujeto como protagonista y no sólo como beneficiario. La utilización de técnicas grupales posibilita la reflexión colectiva , guiados por un coordinador del programa o proyecto. Esto permite llegar a un consenso y determinar cuáles son las posibilidades reales de acción, qué dejamos, qué necesita un cambio, con quiénes contamos, qué es lo que debe ser totalmente nuevo. Estas preguntas no deben quedar sin respuestas antes de pasar a la próxima fase, donde se establecerán las acciones necesarias hacer para lograr los objetivos propuestos. La búsqueda de datos se complementa con las visitas a los lugares donde se pueda obtener información, o con el estudio de documentos, que permitirán caracterizar la totalidad del área de acción. Estos lugares pueden ser, centros de arquitectura y urbanismo, dirección del Consejo Popular, centros de salud, jefaturas de la Policía Nacional Revolucionaria a diferentes instancias, dirección de atención a menores, comités del Partido Comunista en los diferentes niveles, museos, talleres de transformación integral, centros de trabajo, entre otros; en cuyos archivos puede localizarse información de gran utilidad para la caracterización. La observación, como técnica de recopilación de datos, permite registrar el comportamiento individual y colectivo. Observar a las personas donde desarrollan normalmente sus actividades, permite captar los elementos más significativos del aspecto que se va a investigar; las relaciones que se establecen entre los sujetos. En este sentido, la observación participante, resulta la técnica más conveniente para obtener información objetiva sobre esos comportamientos, el observador es también un partícipe de lo que se genera, y es más válida la información que se recauda, ya que las personas se comportan como normalmente lo hacen, sin que medie la acción de un extraño ante el cual se pueden intimidar. Ningún instrumento de medición aplicado para la obtención de datos, puede por sí mismo producir un conocimiento profundo de la realidad, el análisis y la interpretación cualitativa son pasos indispensables para llegar a este resultado. Por otra parte, en cualquier instrumento que se aplique, aunque tengamos en cuenta las valoraciones cualitativas, no se deben desperdiciar las cuantitativas; ambas ofrecen una información necesaria, que se profundiza y complementa recíprocamente. Se refiere a que si existen datos cuantitativos, como por ejemplo, porcientos de asistencia a clases que son bajos, o un alto porciento de enfermedades de transmisión sexual, es importante que se retomen en el análisis para poder transformar esa situación no deseada. El autodiagnóstico vivencial, que parte de lo que los propios participantes plantean en los talleres de reflexión, posibilita que se concrete lo relativo a roles y actitudes que 3 están presentes. Es importante que toda la información se organice, para facilitar la determinación de tareas que sean realizables, a partir de las potencialidades y fortalezas. Dominar lo que los futuros protagonistas piensan, proponen y necesitan, hará que el programa sea más efectivo. Esta caracterización permitirá conocer las necesidades y motivaciones que mueven a los sujetos, que serán protagonistas. Delimitar las necesidades, motivaciones, expectativas, problemas, con qué y con quiénes se cuenta, favorecerá el planteamiento de vías que realmente se pueden utilizar en las acciones conjuntas, y cuáles serían las prioridades a tener en cuenta, estableciendo así una jerarquia, que favorezca la mejor explicación de la realidad y las formas más satisfactorias de acción para su transformación. Esta investigación concluye con la generación de propuestas de acciones expresadas en una perspectiva de cambio. La tarea de programación debe ser entendida, no como una acción de intelectuales y profesionales, sino como un proceso pedagógico, que analiza un curso de acción, a partir de lo que en la realidad se cuenta y acorde a las exigencias educativas para una ejecución exitosa. El grupo coordinador, contando con las opiniones y sugerencias de las personas que solicitaron su implicación directa en determinadas acciones, emprenderá la elaboración del plan de acción. Para asegurar el trabajo del grupo en función de una metodología participativa en que se apliquen instrumentos, no sólo para hacer el diagnóstico inicial, sino para conocer después que se emprendan las acciones conjuntas, si lo que se hace cumple con las expectativas de quienes se involucran, si realmente las acciones están dando los resultados esperados. Esto permite contar con la opinión de los protagonistas, que verán o no, sus opiniones puestas en práctica, lo que favorece al grupo gestor que se pueda evaluar de forma crítica, contando con estas opiniones si se han conseguido o no los objetivos propuestos. Por ello, la evaluación no debe entenderse como fase final, debe ser continua y no limitarse a la conclusión del programa, de manera que se logre la valoración periódica sobre el producto que se obtiene y el proceso. La medición del impacto puede hacerse a corto y a largo plazo, según determine el grupo gestor en su capacitación, tomando en cuenta desde el inicio qué dimensiones e indicadores se establecen para esto. Además, se debe tener en cuenta en la aplicación de instrumentos investigativos que se refleje la medición de estas dimensiones, indicadores y categorías propuestas. Conclusión La preparación teórica y la capacitación de los actores en los centros docentes, para establecer un programa conjunto de la escuela, la familia y la comunidad, garantiza una mayor eficacia del programa o proyecto que se emprenda. Bibliografía BLANCO, ANTONIO. : “Introducción a la sociología de la educación. ISP “EJV”, p.48, Ciudad Habana, 1997. 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II. Dimensión : dinámica familiar. III. Dimensión : elementos subjetivos. 5