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* EL GNOMO DORMILÓN * La historia empieza en un parque, una tarde de mayo. Eric jugaba con sus amigos felices mientras poco a poco caía la noche. Había pasado un buen rato y, todos volvían a casa cansados y con mucha hambre. De pronto Iñaki observo una luz que parpadeaba en el cielo y dijo a sus amigos: ‐ Mirad, parece un avión… gritó. ‐ No lo creo, porque no se mueve ‐, contestó Eric. ‐ Serán extraterrestres que nos están observando , dijo Endika. Todos inventaban historias con una imaginación increíble, así que Eric esa misma noche buscó en internet, con el Mozilla Firefox como le había dicho Mitxel en clase, algo sobre fenómenos extraños en el cielo. No encontró nada que le convenciese, así que cuando terminó de cenar salió al balcón y le preguntó a su ama que estaba colgando la ropa: ‐
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Ama, has visto ese brillo en el cielo ‐. Sera una estrella ‐, contestó la madre. Ya, pero… ¿por que se apaga?, ¿a las estrellas se les acaba la luz? Mari, que asi se llamaba su madre, decidió que ya era hora de irse a la cama, así que le dijo a Eric que se pusiera el pijama, lavarse los dientes y a dormir. Así lo hizo Eric aunque algo enfadado por no haber recibido una explicación a sus preguntas. Poco después, Berna (el aita de Eric), entro en la habitación para arroparle, darle las buenas noches y apagar la luz, y no se libro de lo que rondaba a Eric por la cabeza: ‐
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Aita, hoy hemos visto una luz en el cielo que se apagaba y se encendía ‐. Seguramente era un avión ‐ , contestó el aita. No porque no se movía y cada vez tenía menos luz ‐, dijo Eric haciendo ademan de levantar la persiana. Ahora toca dormir, pero antes te voy a contar una historia que igual resuelve tus dudas, verás. En aquel momento , Berna recordó los momentos que había compartido con Eric cuando era más pequeño, leyendo e inventando cuentos en la cama antes de dormir y comenzó la narración: “Hace muchos años, muchos años…que digo años,¡ siglos, milenios!, cuando la tierra era cuadrada y los caballeros luchaban montando dragones, existió una princesa llamada Iciar cuyo mayor tesoro era su pelo rubio, que irradiaba un resplandor que dejaba prendado a todo aquel que la miraba. A sus 11 años su vida era feliz, y cada noche salía el balcón del palacio a tomar baños de luz…¡ si ¡ baños de luz que las estrellas le regalaban por ser una princesa muy especial, llena de alegría y bondad. Una noche, cuando la princesa salió al balcón, pudo ver como una de sus estrellas perdía su luz. Estaba preocupada porque sabía que las otras no tardarían en seguir el mismo camino. Así que, no dudo en preguntar a la estrella: ‐
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¿Qué te ocurre estrellita? No lo sé ‐ contesto sollozando, ‐ pero mi luz se apaga poco a poco y no puedo remediarlo. Solo tengo 2000 años, aun soy muy joven ‐. No te preocupes, hablaré con el dragón azul que lo sabe todo y lo solucionaremos ‐ * EL GNOMO DORMILÓN * Esa misma noche, la princesa Iciar se las arregló para entrar en las mazmorras del castillo, donde se encontrada la bruja Avería, que como todos sabéis tiene una bola de cristal y con ella ve todos los mundos y dragones del universo. Al verla acercarse, la bruja dijo: ‐
¡ Si la bola quieres mirar, tu pelo tendrás que cortar ¡ La princesa Iciar, sabiendo lo que eso suponía, cogió la espada del soldado que le acompañaba y se cortó el pelo entregándoselo a la bruja. Entonces, el brillo de su pelo se apagó y la bola de cristal se iluminó apareciendo dentro el dragón azul: ‐
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¿ Qué queréis?, ¿Para qué me habéis despertado? ‐ dijo enfadado. Hay una estrella que se está apagando y tengo que ayudarla ‐. ¡ Si la luz quieres salvar en su interior has de mirar ¡ ‐ y el dragón desapareció con la luz de la bola de cristal. Triste y desanimada, la princesa se fue a su habitación sin saber que le quiso decir el dragón. Estuvo pensando largo rato hasta que se acordó de una historia que le conto su abuela sobre una estrella. Según la historia, todas las estrellas tienen un gnomo que se encarga de limpiar la corteza para que brillen cada noche. Entonces, salió al balcón y pudo ver una pequeña cabaña en la parte oeste…parecía la casa de un gnomo ..pero no había luz…¿Qué habría pasado?. NO tenía nada que perder, así que se puso a gritar hacia la casa: ‐
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¡Gnomoooooo! ¡Gnomooooooo!. No contestaba nadie pero la princesa siguió llamando ¡ Gnomoooooooo!. Contesta por favor, gnomooooooo! De repente, apareció bostezando un pequeño gnomo con un pijama enorme: ‐
¿Qué pasa? ¿Qué ocurre? El gnomo se había quedado dormido más de una semana, así que la estrella estaba llena de basura espacial y no dejaba pasar su luz. Al ver todo aquello, el gnomo comprendió su error y se puso manos a la obra. Llamo al resto de los gnomos que habitaban en las otras estrellas para que le ayudaran, y estos acudieron inmediatamente. Todo estaba patas arriba y el mundo dependía de nuestros pequeños amigos. A la noche siguiente, la princesa Iciar salió a su balcón como de costumbre, y vió contenta que la estrella brillaba como nunca. Entonces, su pelo comenzó a crecer y brillar como siempre…ya podía volver a tomar sus baños de luz……” Cuando Berna termino la narración, vio como Eric se había quedado dormido con una cara de felicidad…”seguro que ya está tranquilo y soñando con estrellas”, pensó. ‐
Hasta mañana hijo, que descanses. Y dándole un beso desapareció de la habitación… Eric Eguskizaga, 2011