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Transcript
Etnografía de o en la oscuridad?
“ Las operaciones metafóricas pueden ser leídas como alusiones a lo que no se
deja atrapar por conceptos unívocos, a lo que vivimos y está en tensión con
lo que podríamos vivir, entre lo estructurado y lo desestructurante”
Néstor García Canclini, 1999 de “La Globalización imaginada”
Introducción
La Mostra de Cinema Etnogràfic que tuvo lugar durante los días 2, 3, y 4 de diciembre
del pasado 2004, (año especialmente cargado de medidas externas que tienen
repercusiones internas difíciles para la continuidad de la Antropología como ciencia en
los medios académicos), contó con la presencia de Françoise Foucault, responsable del
Bilan Ethnographique de París junto a Jean Rouch desde su creación.
En el caso de ese marco temporal antes citado junto a los contenidos de los
filmes hubiera resultado enriquecedor debatir estas penumbras políticas y normativas
que hacen tambalear la disciplina, pero allí apenas se tocaron.
A la Mostra asistió un público, que en esta oportunidad se distinguió por no
pertenecer al ambiente de los conocidos / as de siempre, y ello gracias a que su
organización posee constancia en su trayectoria expositiva de los filmes y
continuamente despliega vías alternativas y creativas de convocatoria. Es decir que sus
organizadores: Contraplano, Laboratorio de Acción Documental, después de mucho
batallar por traspasar las fronteras de los allegados pudieron sentirse contentos y
satisfechos. La sala del CSIC mostraba caras jóvenes, ( y no tanto), nuevas en un
número considerable. Esto nos indica la existencia de receptividad y que hasta en la
sombra se cosecha.
Las películas ofrecidas en la muestra pertenecían a la selección hecha del Bilan
du Film Ethnographique de París 2004.
El jueves 2 a las 19hs. Premio Nanook, Les vaches mieux que l ´argent, 34 min,
de Abdoullahi Bava, Camerun 2003 (subtitulada en francés) y Esment especial, Bury
the spear, 68 min, de Ivo Strecker y Alula Pankhurt, Etiópía, 2003 (subtitulada en
inglés).
El viernes 3, a las 19 hs. el Premio Mario Ruspoli, A man called Nomad, 38 min.
de Alex Gabbay, China 2002 (subtitulada en inglés) y el Premio Fatumbi, Yao Gong, els
miners, 52 min, Zhang Hogfeng, China 2003 (subtitulada en inglés).
Y el sábado 4 último día de la muestra, a las 18 hs Els fills de Benkos, de Lucas
Silva, Colombia 2000 en VO. Luego, por sorpresa se pasó en homenaje al fallecido Jean
Rouch, un film recientemente realizado por un grupo de antropólogos de la universidad
de Sao Pablo sobre la Antropología Visual y entrevistas a él realizadas, trozos de sus
películas, etc.
Todo lo que a continuación relato de los dos días en los que asistí a la Mostra
está vinculado con el pase de estos filmes en un punto muy coincidente en relación a los
temas actuales por los que atraviesa la Antropología en Europa. A pesar de ello, para
muchos seguirá sin ser percibido así, probablemente también porque forman parte de los
que no quieren enterarse de lo que la ciencia está enfrentando.
Os invito al menos a rever y escuchar, desde donde estéis, otra vez a las personas
con sus discursos en los paisajes de los cuatro filmes (de los del viernes, aunque yo no
los haya visto también porque recibí comentarios sobre sus contenidos que me permiten
reconstruirlos desde donde estoy ).
La distancia física y temporal arroja luces sobre la oscuridad que viene de tanta
cercanía a ciertos temas.
Os convoco: a revivir la visión de las niñas y mujeres que cargaban agua en la
cabeza deslizándose por los caminos dentro de la espesura del bosque, a veces cantando
y otras en un silencio penetrante, a retomar el placer sexual que emanaban esos cuerpos
pegados bailando la música afrocolombiana mezclados en medio de la luz con el
público del mercado para disfrutar de la intimidad que brinda el goce compartido.
También os invito a recuperar esa paciencia de la noble torpeza de los antropólogos que
exponía la película etiope enmarcada en unos discursos extraordinarios y profundos
sobre la paz en boca de los líderes en las asambleas indígenas. Y junto a todos estos
recuerdos fílmicos, las didácticas, humorísticas y referenciales afirmaciones de Jean
Rouch con ese león muerto, los indígenas africanos saltando en la puerta del Museé de
L´Homme y las palabras por los antropólogos/as brasileros/as sobre los principios de
nuestra tarea por los que se han pronunciado.
Contrariamente a lo que algunos puedan interpretar como una crítica a
Contraplano, todo lo que a continuación se relata dista mucho de esa intención, pues
celebro haber ido y conocer de cerca todo lo que hacen y como continuamente abren un
espacio a la visibilidad de la Antropología en la sociedad barcelonesa.
Tratad de evocar todo lo que podáis de los filmes, de la oscuridad y de las
intervenciones para salir de la disociación habitual, para pensar en esta oportunidad
también junto al cuerpo. Intento sólo desde la sombra en que me encuentro, como tantos
y tantas antropólogos/as del Estado español, promover la acción desde el lugar de cada
uno y una, en esta realidad tan convulsionada, agitada, que se pinta tranquila pero que
hasta a veces por eso mismo resulta sórdida y que acaba llevando a desconocer al otro
entre tantas cuestiones como con las reformas la Antropología.
¿Por qué no se habla de las dificultades de la Antropología en el contexto actual
europeo entre los y las antropólogos? ¿La problemática sólo proviene de las nuevas
normativas? Con relación a todo esto y la mostra ¿Qué lugares ocupan Europa y los
filmes en la mostra?¿Cuál los realizadores?¿ Y los protagonistas de los filmes?
Son preguntas que anhelan conducir al lector/a, a que
además de ver las
películas nuevamente y detenidamente, reflexione sobre el contexto científico en que se
están viendo y a los que ya las han visto, a que las enfoquen bajo el reconocimiento de
una situación puntual, por la que la ciencia antropológica está atravesando en Europa y
en el Estado español particularmente.
En realidad esto bien podría ser una narración más, por eso no lo considero un
artículo. Es un escrito que reúne anécdotas, hechos, datos, impresiones, sensaciones,
disgustos, preocupación, propuestas. Un escrito calidoscópico sobre ciertos efectos e
impactos en la Antropología de este estado y continente.
La realidad y su cuento
Parte 1
El día 2, el primer día de la mostra, al finalizar la película etiope, el debate estaba
iniciado, pero cuando la Sra. Foucault se disponía a responder la tercera pregunta una
oscuridad repentina rodeó la sala. Esta mujer no se inmutó en absoluto (después de
tantos años discutiendo los más intrincados temas a media luz en salas o en total
oscuridad...semejante inmutabilidad era de esperar). Sin embargo, nosotros, el público,
percibimos intranquilos que debíamos irnos, nos echaban de la sala, o algo más estaba
pasando que nos perturbaba al no saberlo.
En minutos, una de las organizadoras, Nadja Monnet, avisó que la causa era un
apagón generalizado en todo el barrio del Raval. Al unísono la gente se fue antes de
que se la despidiera, pues había que entrar nuevamente en otra oscuridad que no era la
de una película y se quería salir de ella para llegar a casa o ir a un bar con luz a tomar
una cerveza apaciblemente.
Al estar en la puerta del CSIC, apenas iluminada, casi en la calle me topé con
cuatro jóvenes desconocidos de una universidad semiprivada que también venían de la
mostra, dos chicas, y dos chicos que cursaban periodismo. Les pedí por favor ir con
ellos hacia la primera luz que encontráramos porque estaba sola. No sabían muy bien
si iban a Pl. Universidad o Las Ramblas, varias veces hicieron un zig-zag en medio de
la oscuridad y comentarios de no saber a dónde iban, de que allí no pasaba nada y que
podía ir sola. La actitud de autosuficiencia y a la vez de duda no me gustaron nada, así
que no oculté ni el temor ni el disgusto que me producían, insistiendo en ir con ellos
hacia donde fueran. Entonces empezaron a andar. Una de las chicas me había aceptado
desde el inicio del camino a pesar de las actitudes zig- zagueantes de los otros tres.
Una vez tomada la dirección, hacia la Pl. Universidad, yendo hacia el MACBA,
sólo se veían acercarse siluetas con los reflejos que daban algunos coches que pasaban,
las cuales de golpe se notaban a tu lado porque de otro modo era imposible que las
vieras antes de que se te aproximaran. Todo eso impedía que se guardara la distancia
habitual y fuéramos con más cautela para no chocar entre transeúntes, pero no todos
reaccionaban igual. Comenté en voz alta que en la selva tenía menos miedo que allí y se
rieron. Parece que ese comentario aflojó la tensión, tal vez generacional con otras
añadidas, y empezamos a hablar de los filmes, un poco para matar el tiempo del camino
que debíamos hacer hasta salir a la luz y otro poco para no ir en silencio y a oscuras. De
esa forma resultaba menos atemorizante transitar por el barrio porque hablando los
fantasmas, avivados al principio por la oscuridad con sus apariciones repentinas y
reales, ya no eran tan amenazantes, se desvanecían al topárnoslos entre nosotros y
volvían a ser más familiares a uno que en pleno silencio.
La conversación la inicié preguntando :
- ¿Qué les parecieron las películas?
- Muy lentas, no sé si es un problema mío. Respondió el estudiante de periodismo en
tono defensivo ante un hipotético ridículo.
- Suele pasar porque estás habituado a un solo ritmo, el del “reloj occidental”, cuesta
mucho adecuarse a otros ritmos, nos pasa a todos, también te puede pasar con una
película de otro estilo al convencional...pero qué otras cosas puedes decirme?
- ... no podían preparar un poco las entrevistas? Hubieran ido más rápido
- Es que la gente habla así.
- La verdad es que me decepcionó un poco, yo vine a hacer una nota, lo vi anunciado y
pensé que la nota de este mes la podía hacer sobre esta muestra pero esto era sólo
para” antropólogos!”
Allí, confieso, me corrió más frío por el cuerpo que cuando se acercaban las
siluetas fantasmales en la oscuridad de la calle del Carme. Tomé aire, la oscuridad me
ayudó a camuflar muchísimo que no se notara el gesto de disgusto que me había gestado
tal afirmación. Por lo que, así como cuando se dicen palabras de amor que a plena luz
no salen, le comenté y pregunté con el mejor tono, casi amoroso, que me pudiera salir:
- Al leer el cartel, qué expectativa tenías después al venir a verlas, además de hacer
una nota?
- No esperaba el festival de Cannes, por supuesto, pero...no sé..
.
- Claro, ah!... pero tú leíste que decía “etnográfico”? Sí, pero no lo relacioné con la
Antropología.
- Y, con qué entonces? ( por suerte todavía no había luz, podía dominar mi tono de voz,
pero la rabia al menos la liberaba en el gesto de indignación y anonadamiento gracias a
la oscuridad)
- Uy....no sé, no
sé, no sé lo que es la etnografía, no se me hubiera ocurrido
relacionarla con la Antropología... es que aquí los a los antropólogos mucho no se los
conoce ( llegando a la media luz del camino).
- Claro, habrás escuchado que en otros países europeos y latinoamericanos sí, no?
Ya habíamos llegado a la Pl. Universidad, la luz destellante debajo de un foco
permitió percibir los gestos de reconocimiento y los ojos de alegría de su novia
colombiana al decir yo esa frase final justo ahí. Les agradecí el haber caminado juntos y
nos despedimos. Pero, el chico mostró un poco de preocupación y malestar sobre lo que
acababa de saber, fue sincero desde el principio con su zig-zag hasta el gesto que
enseñaba el autoreconocimiento de haber metido la pata .
Probablemente su preocupación nació al darse cuenta ( seguramente como con
muchas otras experiencias) del marasmo académico en el que está y que, solito, tendrá
que encontrar los significados de muchas cosas, algo que forma parte del convertirse en
adulto, construir su subjetividad.
Pero, es que eso nada tiene que ver con las responsabilidades informativas y
formativas que las instituciones eluden desde hace un tiempo y que no sólo no asumen
sino que se las ingenian para no llevarlas a cabo de acuerdo a los fines educativos que
pregonan . Se sigue con la práctica del deporte nacional de culpar al otro, en este caso a
los estudiantes que no estudian, no se preparan, y lo peor es que de tanto practicarlo y
casi ritualizarlo acaban también teniendo razón. La consabida reproducción (al leer
Bourdieu y/o cualquier pedagogo más o menos honesto se inundarían estas páginas con
este tema).
¿Un pez que se muerde la cola es posible enderezarlo? ... en mi opinión sí, pero la
mirada habrá que dirigirla no a la superficie, sino a la inercia, entre otras cosas para
lograrlo, sin hacer caso ya de esos discursos de queja que acaban siendo telones
cómplices con sonido de lo contrario a lo que enuncian. Sólo marean .
En gran medida, creo que todo esto contribuye a la crítica situación a la que ha
llegado nuestra disciplina, la Antropología. Además de no ser vista por esta sociedad,
su corpus científico es deformado, ignorado y arrebatado por discursos y prácticas de
otras disciplinas. A lo que se le suma en la actualidad también el arrinconamiento
epistemológico y el tener que enfrentarse a unas reformas europeas en sus planes de
estudios que la fragilizan aún más.
No cabe duda que ese chico no vio la luz de la sabiduría con la charla callejera.
Su inquietud y gestos de preocupación sólo nos enseñan a lo que las instituciones
educativas le han conducido (a él como a otros y otras jóvenes, más allá de las
individualidades). Les atiborran de información y se espera que la traguen y digieran
rápido. Tal y como en el consumo dentro de un supermercado, el atiborramiento
informativo les impide usar las estrategias del pensamiento crítico, selectivo y relacional
sobre lo que observan. Con todo ello, es así les generan un apagón que les oscurece
en innumerables circunstancias la identificación de contradicciones, objetos, palabras y
significados de manera diferenciada, resultando una comprensión escasa de lo que les
rodea. En consecuencia, acaba por aburrirles los estudios, hacerles entrar así en el largo
túnel de desinterés por ellos y total que se les eclipsa cualquier motivación para
desentrañar un significado y sólo impulsarles a copiar y refritar sin averiguar nada.
En este cotidiano educativo general, cómo no iba a verse también apagada y
oscurecida la Antropología? ....pero ahí no acaba todo.
Parte 2
El sábado, después del film colombiano, (el cual además disfruté porque me
encanta la música afro colombiana), se pasa la segunda filmación , el documental de
homenaje a Jean Rouch. Una hermosa sorpresa. Este film combina trozos de películas
antiguas de este realizador etnográfico con comentarios intercalados de antropólogos
brasileños sobre la Antropología, el papel de la investigación etnográfica, la posición de
los antropólogos frente a las comunidades, y sentencias de Rouch. Una especie de
collage de textos de unos y otros con imágenes filmicas, los cuales llevaban a pensar en
muchas direcciones, suscitando casi una asociación libre visual e introspectiva, que
entre películas de épocas muy distantes entre sí reunían sentencias de Rouch tales como
“La Antropología será visual o no será” y los de una antropóloga brasileña que “la
Antropología es diálogo”, entre muchas otras y otros no menos profundos.
Acabado el segundo film, comenzó la rueda de preguntas a la Sra. Foucault,
esta vez la luz no se había ido y la sala estaba muy bien iluminada. Sin embargo, el
crítico momento por el que atraviesa la Antropología tampoco se vio, no todo es un
problema logístico ni presupuestario. Luz encendida, varios y varias antropólogos,
películas etnográficas, afirmaciones referenciales de uno de los grandes de la
Antropología Visual. Mayor contextualización y logística en su punto era insuperable
para abordar conjuntamente el tema que dará o no lugar a la continuidad, o al menos a
un tipo de continuidad, de nuestra disciplina en medio de eventos y próximas
definiciones en pocos meses. Casi nada.
A pesar de tener toda esta puesta a punto “la crisis actual de la Antropología”
pasó inadvertida como una silueta fantasmal en la oscuridad ante la pregunta que le
hice a la Sra. Foucault.
Le pregunté:
¿Cómo repercute en Francia una afirmación como la que Rouch hizo en momentos en
que la Antropología se encuentra en crisis dadas las nuevas disposiciones europeas
para nuestra disciplina en la formación académica?¿ Cómo afecta tal afirmación?
La Sra. Faucault. me respondió amablemente, con total franqueza, dulzura y afecto
por lo que realiza. Tal y como siempre desprendía en cada una de las respuestas que
daba con la mayor y mejor disposición, precisión y respeto. Se dirigió a mí con esas
respuestas de una mujer que entregó su vida a la tarea del cine etnográfico con su
extraordinario y admirado colega y maestro Jean Rouch.
Todo esto reflejó al responderme y luego al mucho más al terminar con información
sobre los cursos de Antropología Visual, puntualizando que “los antropólogos siempre
son vistos como un poco locos, y que tal afirmación de Rouch era muy poco conocida”
Me sentí peor.
Para finalizar, nos proporcionaron las dos webs, una la del Bilan , y la otra donde
se había reunido una enorme cantidad de información sobre Jean Rouch para un
homenaje realizado a Margaret Mead. Mientras que la Sra. Faucault comentaba y Nadja
y Sandra Anitua, nos daban los datos de la web,
la primera no dejó de ser lo
suficientemente crítica sobre cómo en USA se apropian de todo tipo de información.
Desde la sombra...
Primero a oscuras vemos los filmes con sus diversos contenidos, los debatimos,
elegimos entrar en la oscuridad para poder ver mejor, porque la técnica así lo exige, se
hace la luz para vernos al debatir. Sin embargo, la luminosidad para tratar la fase grave
por la que atraviesa nuestra disciplina, y de algún modo vislumbrar entre todos y todas
hipotéticas salidas brilló por su ausencia. No había dificultades ni materiales ni sociales
ni culturales ni temporales para tratar el tema. Hasta la misma afirmación del fallecido
Jean Rouch “la Antropología será visual o no ser” provocaba, inducía y daba lugar a
debatir la crisis por la que se atraviesa .
No acabamos de ver lo que está frente a nuestras narices en los lugares donde se
fraguan tantas y apreciadas concepciones antropológicas. Pareciera apagarse la luz en
los ámbitos donde podría hablarse de lo que ocurre, como si nos percatáramos de que
también sobre estos espacios repercutirán las nuevas normativas. ¿Qué está pasando?
Sospecho que por un mecanismo de defensa o por vaya saber que complejidad.
En consecuencia, me surgen las preguntas interiores :¿ La dificultad sólo es externa a
nuestra disciplina?¿ La salida de la crisis en la que se pone a la Antropología sólo
depende de quienes la han puesto en jaque? ¿ Las alternativas están en nuestras manos,
en las de quienes nos reglamentan o en el debate conjunto? ¿Esos debates pertenecen
sólo al ámbito académico?¿Únicamente convocando a reuniones específicas es
abordable el tema? ¿Acaso estas circunstancias no están mostrándonos más historias?
Entre la multiplicidad de respuestas creo que aún no está internamente tan
extendida la conciencia de esta crisis científica a la que la Antropología está sometida y,
por consiguiente sus repercusiones. Ya sea en los aspectos formativos y relacionales con
otras disciplinas, como en aquellos en lo que conciernen al cuerpo teórico. Así como el
reiterado uso, mejor dicho, mal uso por parte de otras ciencias y de los numerosos
tecnócratas del concepto de etnografía, o de otros conceptos como observación
participante, y datos etnográficos.
En consecuencia, resultan fácilmente imaginables los prolongados diálogos de los
antropólogos/as con los gestores designados por las instituciones para abordar los temas
de sus agendas con las nuevas normativas. Pues junto a ellos están los consabidos y
tediosos temas burocráticos que se cruzan permanentemente con los discursos difusos,
grises y oscuros (algunos también oscurantistas) a los que para responderles tendrán
los antropólogos que propiciar rupturas de representaciones sobre lo que es la
Antropología (tema ya internamente controvertido) y poner otra vez los cimientos de los
significados, como por ejemplo el de etnografía. Esos interlocutores también son objeto
de una formación confusa, sospecho que en el espacio de los debates se deben estar
llenando lagunas cognitivas enormes para garantizar la continuidad de un diálogo ( por
lo cual hay que celebrarlo ya que eso abre una oportunidad a obtener otra actitud y una
positivizar en algún aspecto la visión de la disciplina fuera de ella ).
El estudiante de periodismo con el que caminé a oscuras es un grano de arena de
una playa descuidada sobre las asociaciones con la Antropología.
Resulta paradójico, y hasta una broma de mal gusto hacia la Antropología siendo
que ella ha impulsado siempre la interdisciplinariedad, haya otras disciplinas tomen
algunos de sus logros metodológicos como los anteriormente citados, y sin mencionar la
procedencia epistemológica de lo que se apropian, constatándose en pocas palabras que
se dice cualquier cosa sobre temas antropológicos también.
A algunos y algunas nos suena absurdo que los y las antropólogos/as tengamos que
erigir parte del debate en términos de propiedad de nuestra ciencia. Sin embargo,
estamos en nuestro derecho para reclamar el respeto epistemológico.
Hoy un docente de primaria además de dar clase, hace observación participante y
recoge datos etnográficos, escribe un diario de campo..... Excelente para favorecer el
aprendizaje de aulas cada vez más diversas, pero es esa su tarea? En su formación¿ qué
lugar ha tenido la Antropología? ¿Qué antropólogos/as participan en tales trabajos?
Son otras preguntas que me hago.¿ No son esas medidas que en nombre de favorecer la
educación acaban aplastando a los docentes con más exigencias, y a los antropólogos
les acaba usufructuando parte del cuerpo teórico de la disciplina sin mencionarlo?
Si se analiza con mayor profundidad la situación educativa no hace más que poner
en evidencia la necesidad mayúscula de que la Antropología sea consultada y estudiada
prolijamente con mayor acento todavía y no se vea disuelta en una confusa
fragmentación que promueve el solapamiento de tareas, la vulgarización de conceptos e
incoherencias con las finalidades que se buscan según los contextos.
Los resultados educativos bajos y lamentables para todo el Estado español, lo
testimonia uno de sus cometidos educativos cruciales de su función formadora, como es
el caso de la comprensión lectora – una de las más bajas de Europa ( ironías de la vida
con el periodista peregrino de la oscuridad que había leído etnografía pero no la
relacionaba con la Antropología).
La globalización fuerza una formación académica elemental de la población
mundial mucho más diversa y plural de acuerdo con sus postulados según sus
portavoces, pero los docentes que modela siguen con una deficitaria capacitación para la
trasmisión de saberes .
Está pasando que se echa mano como se puede de la Antropología en la enseñanza
porque la realidad con su diversidad desborda y sobrepasa tanto la limitada y
anacrónica formación pedagógica que se ha recibido como la que reciben en relación a
la transformación histórico social de los movimientos migratorios actuales. Y todo ello
con cursillos y cursoides de toda índole, que en muchos casos no buscan más que
gestionar el día y no esconden tampoco ninguna intención deshonesta
Todo esto forma parte de otro gap más que deforma significados y usos de
conceptos antropológicos, a los que se les pueden sumar los que se ven en los cursos de
mediadores culturales, estudiosos de marketing, etc.,etc. ignorando completamente a la
Antropología como su fuente.
¿Y todo esto de repente? ¿ Desde cuándo?¿ Podemos empezar a situarlo?¿Éramos
conscientes los y las antropólogos de todo esto?¿Era posible saberlo?
En cuanto a lo que abarca la transformación de tipo legal que atañe a la
titulación de antropólogo y su futura validez, no acaba de ser muy claro para mí. Sólo sé
que se tambalea su forma actual, y circulan muchas versiones, entre ellas las que ponen
en tela de juicio su valor científico. Aunque esté viendo la crisis y conozca algunas
propuestas admito sin ninguna vergüenza que me cuesta entender muchas de sus
particularidades.
¿ Tal vez no sea la única?
¿Acciones?
En el debate de la mostra me quedé sola escuchando la respuesta y el silencio de
ninguna pregunta más al respecto. Me sostuvo el convencimiento de lo que veo que
pasa en la disciplina y el saber que había alguien en la sala que entendía lo que decía.
Luego, espontáneamente, ese alguien acercó al terminar la actividad para expresar la
coincidencia e invitarme a escribir.
Esto no es un artículo como afirmo al principio, es el relato de unas anécdotas
azarosas e impresiones personales que emergieron en este marco de la crisis poco
reconocida en general. Es una especie de punta de ovillo que sale de las perspectivas
“internalistas y externalistas” – de una manera muy simplificada- (que por esas
casualidades de la vida tuve que volver a estudiar).
Sin embargo, no todos se quedan de brazos cruzados y se intentan dar pasos.
Frente a todo ello un gran encuentro tuvo lugar en Madrid el 28 de octubre. A él
asistieron más de cien antropólogos y antropólogas de todo el Estado para tratar esta
situación, la gestión de aspectos legales, buscar alternativas cara a los cambios que se
avecinan a raíz de las nuevas disposiciones europeas que proponen reducir la formación
académica desmereciendo su valor científico.
Una ciencia que paradójicamente visualiza aquello que está en la oscuridad, en
los implícitos sociales y en el invisible. Ahora es ella misma también objeto de
apagones constantes e ininterrumpidos por otras disciplinas e instituciones como por
las nuevas disposiciones europeas y del estado español.
Tanto desde un punto de vista positivo como activo, para evitar la práctica del
deporte antes citado y responsabilizar sólo a los de afuera (autoridades, instituciones,
políticos, etc.)
se hace necesario mantener la luz encendida desde dentro de la
disciplina para que la Antropología siga y para ello ir andando como lo hicieron los y
las del 28.10.2004. De este modo por fin mostrándose no sólo en los congresos, y
tampoco mirándose a sí misma en el lamento.
Por su corta y peleada historia en el Estado español la Antropología puede que en
esta fase, si juega bien sus cartas, puede empezar a revertir la oscuridad en la que se
encuentra respecto del conjunto de la sociedad. Se deje ver, se note, se muestre mucho
más que como hasta el momento viene haciéndolo. Pueda entrar y salir de la oscuridad
por decisión propia, para ser estudiada, analizada y no por imposición.
La constancia de un grupo pequeño como Contraplano, y otros por el estilo que se
reúnen en bares o donde sea son ejemplos concretos y puntuales de que la gente
escucha y quiere conocer. Y los más grandes con más trayectoria como el Institut
Catalá d´Antropologia que permanece, hace y promueve diversas actividades en torno a
la ciencia,
son un el germen de lo que promueva una visualización un poco más
diáfana, extendida, no arrebatada y capturada, sino más cercana a la misma
Antropología. Incluso suscitando que se acerque gente sin saber de qué se trata,
produciendo choques que propician aprendizajes y construcciones sociales
más
cercanas, tendientes a la visualización de la ciencia, (como la del periodista de la
oscuridad) Esos choques van también en dirección a nosotros como indicativos de
cómo nos están viendo y de cómo nos vemos.
Por ahora son iniciativas que funcionan como termómetros sociales del estado de la
disciplina tanto desde afuera como desde adentro de ella, pero la ciencia no puede
descansar sólo sobre sus hombros. Todas estas agrupaciones, asociaciones, etc. forman
parte de la disciplina pero poseen muchas limitaciones como dificultades para ocuparse
y nuclear tantas tareas y a la vez ocuparse de la misma crisis que se atraviesa. Su
continuidad amplia la visualización de la disciplina en la sociedad con las tareas
etnológicas que ellos despliegan.
Milagros no hay. Las creencias tanto pesimistas como ilusionadas pueden acabar
paralizando cualquier cambio que modifique el estado actual de la Antropología.
Tampoco se precisa una central eléctrica para dar luz a la Antropología y ésta
finalmente acabe siendo vista y reconocida (producen desarreglos climáticos). Ni nos
benefician iluminados/as de corte narcisista y prometedores de grandes cambios
epistemológicos ni son necesarios los destellos teóricos sobre la disciplina.
Pero, sí en cambio intervenir en la ocasión revisando y debatiendo en cada
oportunidad que se presente esta crisis, y de esa manera no dejar solos y solas a los que
están trabajando en la sombra para resguardar a la disciplina del eclipse al que la
quieren someter y recuperarla del mal uso y apropiaciones de su cuerpo teórico por otras
ciencias. Aunar esfuerzos, tener presente el momento histórico de la Antropología en los
espacios que ocupamos.
En un abrir y cerrar de ojos se cambia una situación. Es lento y necesita de la
reflexión y comunicación constante en todos los ámbitos posibles, por eso pregunté en
la mostra. No podemos quedarnos en la creencia de que por participar está garantizado
un cambio idóneo para la Antropología. Es un tema de esfuerzo y trabajo, de
valorización, respeto y principios por la tarea que realizamos.
Con este escrito quiero hacer llegar mis impresiones y mi diminuto apoyo a
quienes están trabajando por una continuidad lo más digna posible de la Antropología
en el tan controvertido espacio europeo y del estado español educativo actual. También
de esta manera invitar a muchos otros y otras a hacerlo y a que opinen al respecto,
planteen iniciativas, hagan circular y promover el debate.
El 28.10.2004 en Madrid será tenido en cuenta en la curva de la historia de la
Antropología de este país tanto para criticarlo como para elogiarlo porque esa fecha
mostró una fuerza que no se creía tener hasta que se vieron las caras.
Con el fin de que esa curva histórica no se diluya en una charla de café y en el
inmovilismo o el ilusionismo, nadie puede ignorar que la oportunidad brinda las
condiciones suficientes para que los mayores de la Antropología española simplemente
nos cuenten sus inicios hasta el presente. Ellos y ellas pueden hacerlo con sólo mirarse
al espejo, extendiendo un brazo más arriba de sus estanterías de libros para alcanzar
esos apuntes y documentos ( que se sabe que están y no se tocan, como algo sagrado).
Llegó el momento de desempolvar y transmitir esos conocimientos que cimientan la
disciplina hasta hoy en este Estado, en conferencias, clases junto a los estudiantes
buscando material documental, jornadas para sólo escucharles y debatir con ellas y
ellos... haciendo historia ahora también y escribiéndola al mismo tiempo que se está
realizando ese famoso libro. (es otro apoyo!)
Como antropólogos/as incorporemos una concepción distinta de la oscuridad a la
que estamos habituados para actuar en consecuencia. Aquella que sólo es un cambio de
estado, una contingencia, la de la concepción del pueblo Baulé sobre la oscuridad
(sobre la cual hace un tiempo aprendí cuando era estudiante) y así positivizarla con
acciones dentro de ella . Está claro que eso facilitaría transitarla de otra manera y con
otra salida.
Dialogando con la gente, como definía en el film la antes citada
antropóloga brasileña a la Antropología....de hecho como caminamos en la calle
oscurecida con nuestro convertido buen amigo el periodista con quién el diálogo
constante permitía ahuyentar y desvanecer a los fantasmas que nos resultaban
amenazantes.
Cecilia Montero
Antropóloga doctoranda de Antropología Social y Cultural en la UB
Barcelona, diciembre 4. 2004.