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MINISTERIO DE AGRICULTURA
PRONAMACHCS
FAO
HOLANDA
DESAROLLO FORESTAL CAMPESINO EN LA REGIÓN
ANDINA DEL PERÚ
DAVID OCAÑA
AUTOR
PRESENTACIÓN
La política agraria del actual gobierno otorga un rol fundamental y la formación
integral del campesino, es decir, al dominio por este de conocimientos y técnicas que
le permitan mejorar sus condiciones de vida sobre la base de su cultura y del
aprovechamiento racional de su medio ambiente.
Para alcanzar este propósito en la sierra peruana, .sobre todo en las zonas
más deprimidas, se inquiere de la conjunción de una serie de elementos tales como la
capacitación a técnicos y extensionistas que posibiliten una estrecha relación entre los
grupos campesinos y las diversas instancias del sector. Ellos son los encargados de
recoger la experiencia campesina y, a su vez, difundir los conocimientos técnicos y
científicos que permitan al hombre del campo un mejor manejo de sus recursos
naturales, pese a las condiciones de clima y suelo que predominan en los Andes.
El Proyecto Nacional de Manejo de Cuencas Hidrográficas y Conservación de
Suelos (PRONAMACHCS) es uno de los principales rubros de inversión del Sector
Público Agrario; esto obedece al convencimiento de que el resurgimiento de la
agricultura andina sólo será posible si se disminuyen los riesgos derivados de los
fenómenos naturales como las heladas, sequías, erosión y empobrecimiento del suelo.
El PRONAMACHCS considera que la forestación es una técnica accesible al
campesino y que ofrece bondades indiscutibles para la recuperación y resguardo de
los recursos naturales de la zona andina.
Bajo esta premisa, complace al Ministerio de Agricultura presentar la
publicación del libro DESARROLLO FORESTAL EN LA REGIÓN ANDINA, fruto de la
experiencia directa en distintas comunidades campesinas en las que, a partir de una
constante labor de extensión, se ha logrado promocionar prácticas agroforestales
asumidas por los beneficiarios, gracias a una estrategia que combina la participación
campesina en las actividades forestales con el manejo integral de los recursos agua y
suelo. Este trabajo de extensión ha sido posible gracias al permanente apoyo técnico
de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación
(FAO), con el aporte financiero del Gobierno de los Países Bajos.
El libro de David Ocaña es una importante contribución no solo por ser un
elemento didáctico de apoyo directo al trabajo del extensionista, sino porque además
permite una visión de la realidad agroforestal y sus posibilidades en la sierra peruana,
aspecto prioritario para el fortalecimiento y recuperación de la agricultura en el Perú.
ING. ABSALON VASQUEZ VILLANUEVA
Ministro de Agricultura
La culminación de este libro fue posible gracias:
Al apoyo de Mirian
al interés de David
a la paciencia de Christel y
la impaciencia de Franco.
Absalón Vásquez Villanueva
MINISTRO DE AGRICULTURA
Rodolfo Masuda Matsuura
VICE-MINISTRO DE AGRICULTURA
Jean-Francois Ghyoot
REPRESENTANTE DE LA FAO
Carlos Torres Martínez
DIRECTOR EJECUTIVO DE PRONAMACHCS
Marino González Rivadeneyra
DIRECTOR NACIONAL DE DESARROLLO FORESTAL
PRONAMACHCS
Jan Kees Verkooijen
ASESOR TÉCNICO PRINCIPAL FAO
Flavio Figallo Rivadeneira
EXPERTO INTERNACIONAL EN INVESTIGACIÓN SOCIAL FAO
Hugo Carrillo Vargas
EXPERTO NACIONAL FORESTAL FAO
Próspero Yance
JEFE DE LA DIVISION DE REFORESTACIÓN
PRONAMACHCS
Alejandro Gómez
JEFE DE LA DIVISION DE MANEJO
Y APROVECHAMIENTO
PRONAMACHCS
ÍNDICE
PRESENTACIÓN
1
PROLOGO
3
INTRODUCCIÓN
13
CAPITULO I
EXTENSIÓN FORESTAL
15
1.1 Principios básicos de sistema de extensión
1.2 Capacitación
1.2.1 Modalidades de capacitación
a. Eventos de información y motivación (IM)
b. Jornadas de promotores (IP)
c. .Jornadas masivas (.IM)
d. Curso taller (CT)
e. Intercambios de experiencias (IE)
16
17
18
1.3. Planificación
1.3.1 Planificación institucional
a. Planificación tradicional
b. Planificación participativa
c. ¿Cómo lograr esta participación?
23
1.3.2 Planificación campesina
a. Diagnóstico
b. Formulación del plan forestal comunal
c. Ejecución del plan forestal
d. Evaluación del plan forestal
27
28
29
31
1.3.3 ¿Cómo se hace el seguimiento y evaluación
de los planes forestales comunales?
a. Nivel institucional
b. Nivel campesino
32
33
35
1.3.4 El calendario forestal como eje de la planificación,
seguimiento, evaluación y capacitación.
a. Características del calendario forestal
b. Relación que tiene la capacitación con el calendario forestal
c. Seguimiento y evaluación en base al calendario forestal
d. El calendario forestal debe ser respetado por todos
24
26
36
42
CAPITULO II
PRODUCCIÓN DE PLANTAS
43
2.1 Calidad sobre cantidad
2.2 Viveros centrales permanentes
40
2.3 Viveros descentralizados permanentes
47
2.4 Viveros temporales
2.5 Viveros comunales
a. ¿Cuando comenzar con la producción?
b. La ubicación del vivero
c. Llegar a trabajar en el vivero comunal es un proceso
49i
50
54
2.6 Viveros familiares
a. Por el Estado
b. A iniciativa de la propia Familia
57
2.7 Diversificación de especies
58
2.7.1 ¿Por que diversificar las- especies?
2.7.2 Limitaciones en la diversificación de especies
59
2.8 Técnicas de propagación de especies forestales
63
2.8.1 Rescate de la tecnología andina
2.8.2 Material reproductivo
a. Autoabastecimiento por parte de las comunidades
b. Intercambio de material reproductivo
64
2.8.3 Actividades previas a la producción
a. Camas de Repique
b. Sustrato para repique
c. Embolsado
d. Platabanda
67
2.8.4 Propagación por semillas
a. Selección de árboles para semillas
b. Recolección de semillas ...
c. Formas de propagación a partir de semillas
- Mediante brinzal
- Siembra directa
- Mediante almácigo
d. Repique
2.8.5 Propagación vegetativa
a. Por estacas
b. Por esquejes o ramillas
e. Propagación por brotes
65
69
70
72
75
79
80
82
88
91
92
97
104
CAPITULO III
LABORES CULTURALES
115
3.1 Protección
3.1.1 Construcción de tinglados
3.1.2 Manejo del tinglado
a. En la cama de almácigo
b. En la cama de repique y platabanda
116
117
3.2 Riego
3.2.1 El riego en las camas de almácigo
3.2.2 Riego en camas de repique y platabanda
118
120
3.3 Deshierbe
121
3.4 Poda de raíces
3.5 Remoción
122
CAPITULO IV
PLANTACIÓN
4.1 Limitaciones existentes en la región andina del Perú para las
plantaciones
4.1.1 Suelos pedregosos y poco profundos
4.1.2 Topografía accidentada
4.1.3 Precipitación escasa y concentrada
4.1.4 Presencia de heladas
4.1.5 Tenencia de tierra
4.1.6 Ganadería extensiva
4.1.7 Migración
125
126
127
128
130
4.2.¿Dónde plantar?
4.2.1 Cerca de la casa
4.2.2 Alrededor de la chacra
4.2.3 Dentro de la chacra
4.2.4 En las laderas
a. Factores que se deben tomar en cuenta en la elección del sitio
- Clima
- Topografía
- Suelo
4.2.5 En las partes altas
131
132
134
135
138
4.3 ¿Que especies plantar?
145
4.4 ¿Cómo plantar?
4.4.1 Preparación de las plantas
4.4.2 Marcación
4,4.3 Hoyación
4.4.4 Plantación
147
140
142
144
148
152
CAPITULO V
AGROFORESTERÍA
157
5.1 Ventajas de la agroforestería
158
5.2 Desventajas de la agroforestería
5.3 Zonas agroecológicas desde el punto de vista campesino
5.3.1 Valle
5.3.2 Laderas
5.3.3 Puna
5.3.4 Jalca
159
5.4 Árboles junto a la casa en el huerto
161
160
5.5 Árboles en los linderos o cercas vivas
5.6 Cortinas rompevientos
163
5.7 Protección contra heladas
5.8 Plantaciones en pastizales
166
5.9 Conservación de suelos
5.9.1 La agricultura en curves a nivel
5.9.2 Terrazas de formación lenta
5.9.3 Zanjas de infiltración
5.9.4 Terrazas de banco
5.9.5 Terrazas individuales
171
173
5.10 Algunas consideraciones finales válidas para la agroforestería
y la conservación de suelos
174
176
178
CAPITULO VI
PROTECCIÓN DE LAS PLANTACIONES
183
6.1 De las heladas
184
6.2 De la escasez de agua
184
6.3 Daños ocasionados por la gente
6.4 Daños ocasionados por los animales
186
CAPITULO VII
MANEJO DE LAS PLANTACIONES
7.1 Principios en que se basa el manejo
191
7.2 Técnica de intervención
7.2.1 Distanciamiento entre plantas
7.2.2 Raleo
7.2.3 Manejo de rebotes
a. Talada
b. Reducción del número de rebotes
7.2.4 La poda
a. ¿Cómo hacer las podas?
b. Poda de formación
192
193
194
CAPÍTULO VIII
APROVECHAMIENTO
199
8.1 El por qué de las pequeñas industrias forestales
200
8.2 Posibilidades de aprovechamiento
201
8.3 Actividades para el aprovechamiento del beneficio directo que el
Proyecto viene impulsando
8.4 Problemas y alternativas de solución en la promoción de las pequeñas
Industrias forestales
a. Disponibilidad de recursos económicos
b. Decisión para el aprovechamiento
c. Ubicación de las plantaciones
d. Motivación para el aprendizaje de los miembros de la comunidad
e. Falta de experiencia
202
204
206
ANEXO
209
BIBLIOGRAFIA
213
PROLOGO
"Apoyo a las plantaciones forestales con fines energéticos y para el desarrollo
de las comunidades de la Sierra Peruana", es el largo título del proyecto conocido en
el Perú, como FAO-HOLANDA. En el -se expresa la voluntad de apoyar a la población
más pobre de la sierra peruana. Voluntad hecha realidad desde 1982, a través de un
programa de extensión forestal en las comunidades campesinas de las zonas alto
andinas del país. Para este fin, el proyecto eligió el instrumento de la extensión
forestal, porque considera que el desarrollo en las zonas altas de los Andes depende
en gran medida, a mediano y largo plazo, del recurso forestal.
Desde 1982, los gobiernos del Perú y de los Países Bajos unieron esfuerzos y
recursos, con la asistencia técnica de la Organización de las Naciones Unidas para la
Agricultura y Alimentación (FAO), para capacitar a la población de las comunidades
alto andinas en la aplicación de técnicas forestales. La extrema situación de pobreza
de estas justificó, y sigue justificando, un apoyo - llámese subsidio o inversión- del
Estado y de la Cooperación Internacional.
En las comunidades campesinas, casi todo el esfuerzo de la familia, sea en el
agro o fuera de el, es indispensable para la subsistencia de sus miembros. La lucha
por la sobrevivencia en las famillas andinas, cuyo producto o ingreso per capital oscila
entre 300 y 375 dólares por año, apenas deja un excedente para ser reinvertido en el
mejoramiento de sus futuras condiciones de producción y de vida. Aunque basta la
justificación humana y moral para la asistencia técnica a los pobladores andinos,
también existen razones económicas para mantener los ecosistemas altoandinos. En
muchos valles interandinos y zonas del altiplano, existe una riqueza de recursos
naturales cuyo potencial económico es capaz de ofrecer un hábitat adecuado para su
población, además de abastecer de agua y alimentos a la población de la costa.
Actualmente es más que razonable suponer que, para la sociedad, resulta más
eficiente mantener y mejorar el hábitat andino, que crear míe vas condiciones de vida
y trabajo en las ciudades costeñas. Léase Lima.
En sus trece años de funcionamiento el proyecto no ha variado en su
justificación fundamental, ni en su objetivo de desarrollo. Sus objetivos específicos y
algunas actividades para alcanzarlos, sin embargo, sí han sido adaptados según la
evolución de las ideas sobre el rol del Estado y de la Cooperación Internacional. Pero,
la principal fuente de cambio, sin duda, es la realidad socio-económica campesina y la
interpretación que de ella tiene la propia población.
En cuanto al rol del Estado al inicio del proyecto, predominaba la idea de que
éste cumplía un papel primordial en la ejecución directa de muchas tareas
de desarrollo. Bajo esta orientación, entre 1982 y 1985, el proyecto apoyó la
producción de plantas en viveros estatales, a cargo del Servicio Nacional de
Forestación del Ministerio de Agricultura (SENFOR). Al incrementarse la confianza en
los viveros comunales como centros de producción de plantas y al crecer la conciencia
sobre las limitaciones del Estado en esa materia, a partir del año 1986, el proyecto
sustituye por completo el apoyo a la producción en viveros estatales, concentrando
toda su atención a los viveros comunales.
Evidentemente, la evolución en la concepción del Estado sobre su papel
abarca una dimensión mucho más amplia. De ejecutor directo en la década del
ochenta, el Estado, en los años noventa, se ha convertido en promotor y ente
normativo.
La tendencia mundial de reducir el aparato estatal se ha manifestado con
fuerza en el Perú. Así, el Ministerio de Agricultura, en los últimos 5 años, ha reducido
drásticamente su planilla en, aproximadamente, veinte mil personas. El proyecto no ha
podido quedarse al margen en este proceso, pero sí ha logrado mantener el equipo de
técnicos forestales, capital humano formado en el transcurso de una década. Esto solo
ha sido posible mediante la integración del proyecto en el Proyecto Nacional de
Manejo de Cuencas Hidrográficas y Conservación de Suelos del Ministerio de
Agricultura (PRONAMACHCS), ampliando la escala de trabajo y las tareas por cumplir
por el personal.
Esta integración, que se inició en la segunda mitad de 1993, no solo
corresponde a la visión del Gobierno peruano, sino también a la del Gobierno
neerlandés. Después de 12 años de relativa independencia frente al Estado, y antes
del retiro total de la cooperación neerlandesa prevista para 1998, la integración
corresponde a la I ase final del ciclo de proyectos, en la cual se delega la
responsabilidad ejecutiva al Ministerio de Agricultura.
En el transcurso del tiempo se han variado las tendencias en la Cooperación
de Desarrollo. Al inicio del proyecto predominaba la preocupación por la energía. La
forestación era un medio importante para crearla y el árbol era visto como generador
de leña para ser utilizada principalmente por las mujeres, quienes son las encargadas
de abastecer a las familias de combustible para la cocina y responsables de preparar
los alimentos. Hasta hoy este objetivo sigue siendo de suma importancia para el
proyecto y es muy apreciado por sus beneficiarios y beneficiarías. Pero a este objetivo
se han añadido otros. Durante varios años se ha trabajado en el mejoramiento de las
cocinas, optimizando el uso de la energía. También se desplegaron esfuerzos para
aprovechar no solo la madera sino también productos no maderables del árbol como
frutas y tintes. En más de cuarenta comunidades el proyecto apoyó la creación de
pequeñas industrias forestales para hacer postes, carpintería o mermelada. Sin
embargo, la evaluación de los resultados indicó que era más eficiente concentrarse en
los aspectos primarios de la forestación, es decir, en la producción de plantas,
plantación y manejo forestal, dejando el mejoramiento de cocinas y la capacitación en
gestión empresarial a otras instituciones con más experiencia en esos ternas.
La atención mundial por la preservación de los recursos ecológicos también ha
influido en los objetivos del proyecto. Gracias a la creciente
conciencia sobre el deterioro de los recursos naturales en general, y particularmente
sobre la acelerada erosión, paulatinamente se ha dado mayor importancia a la
conservación de suelos. En este sentido la forestería cumple un papel importante
acompañando la construcción de terrazas, zanjas de infiltración, andenes de
formación lenta y rápida.
La necesidad de sobrevivencia del campesino obliga a la forestación a cumplir
un rol de apoyo a la producción agropecuaria. El crecimiento de la población y el
estancamiento en el desarrollo rural, tanto en la agricultura como fuera de ella, están
ejerciendo una fuerte presión sobre la tierra. Año a año se incorporan a la agricultura
tierras de mayor altura que son más apropiadas para pastos. Estas tierras requieren
de mayores cuidados y sobre todo de descanso que por la pobreza del campesino no
le es dado.
Esta reorientación campesina va paralela a algunos fenómenos
socioeconómicos. El interés para manejar áreas comunales ha disminuido
sustancialmente durante la última década, tanto para la agricultura como para la
forestación. La principal explicación reside probablemente en lo señalado sobre la
importancia de la actividad agropecuaria para la sobrevivencia familiar. Pero también
es necesario reconocer el deterioro de las estructuras comunales y la decreciente
credibilidad en la gestión comunal de los líderes campesinos.
En cuanto al manejo de los bosques comunales, existen fundadas razones
para suponer que hay serios problemas para su aprovechamiento. Muchos bosques
están muy lejos de la población y no cuentan con vías de acceso, indispensables para
su explotación. El conocimiento para el aprovechamiento de los bosques es aún
insuficiente y la pequeña industria forestal comunal carece de capacidades de gestión
productiva y comercial, para llevar la explotación de los bosques comunales al éxito
deseado.
Todo esto contribuye al creciente desinterés para la forestación masiva y el
bosque comunal. En este contexto es lógico que la familia campesina prefiera
concentrar sus esfuerzos en sus propios terrenos, cerca a su casa, bajo su propio
control, y dedicarse a la agroforestería familiar, que ofrece la perspectiva de mejorar la
producción agropecuaria como un aporte directo a su sobrevivencia.
En el transcurso de trece años el proyecto ha adquirido experiencia y
aprendido lecciones que pueden ser leídas por todos los interesados en el desarrollo y
la forestería social.
Un importante aporte, que está en el fondo de la reflexión de David Ocaña y de
este libro, es que en la sierra peruana existen mejores condiciones para la forestería
social que para la forestería industrial. Aunque estimaciones del Instituto Nacional de
Recursos Naturales (INRENA) señalan que la sierra cuenta con aproximadamente dos
a siete millones de hectáreas aptas para la producción forestal o la reforestación, la
dispersión de sus propiedades y la presión demográfica de familias que viven por
debajo de la línea de pobreza limitan el uso de esta superficie para el establecimiento
de bosques masivos que podrían responder a una demanda industrial. Además, hay
que reconocer
que países vecinos como Brasil o Chile son más competitivos y cuentan con mejores
condiciones climatológicas y de suelo que el territorio peruano de los Andes.
Pero el hecho de que la producción forestal para la industria resulte poco
rentable y competitiva en la sierra, no significa que no haya perspectiva para la
forestería en los Andes. La forestería andina, pues, sí tiene factibilidad y rentabilidad
en el sentido amplio de la palabra: la leña para las cocinas campesinas, la reducción
del tiempo necesario para recolectarla, su aporte a la salud, la madera para la
construcción de casas y herramientas agrícolas, el cerco vivo alrededor de la chacra
que ofrece protección a los cultivos y al ganado, incluso, los árboles y arbustos que
acompañan a las terrazas y andenes, protegen y conservan los suelos en peligro de
erosión. Todo esto corresponde y satisface a una demanda campesina. La mayor
parte de esa demanda no pasa por el mercado, pero sí es electiva en el sentido de ser
realmente expresada y confirmada por las familias campesinas que deciden dedicarse
a la forestería.
Es en este contexto que el proyecto ha desarrollado una metodología para
enseñar y estimular al campesino a identificar el potencial de sus recursos y para
manejar y aprovecharlos en función de sus propias necesidades. Uno de los primeros
pasos de los extensionistas forestales del proyecto ha sido enseñar al campesino a
elaborar diagnósticos sobre sus recursos forestales y hacer planes de desarrollo
forestal, ambos en forma rústica y sencilla. De esta manera se ha difundido una
planificación de base en la cual cada familia expresa sus preferencias sobre las
plantas por producir, su lugar de plantación y su destino en el futuro.
Es lógico que en esta metodología la participación campesina es esencial,
pues gracias a ella la población puede elegir los resultados que quiere obtener, .tanto
de la aplicación de sus propios recursos, así como de los recursos del proyecto. En
este sentido, la participación campesina es el instrumento de gestión por excelencia
para dar eficacia y eficiencia al proyecto. Es más, la participación de los beneficiarios
permite un intercambio fluido de ideas y conocimientos.
Que la participación campesina no es una vaguedad ociosa inventada por los
sociólogos, se evidencia cuando uno constata la relación de confianza que se ha
generado entre técnicos y campesinos. Esta confianza es indispensable en la sierra
para disminuir la brecha entre el mundo andino y el mundo externo, ya sea del Estado
o de la Cooperación internacional. En los años difíciles del terrorismo, esta confianza
ha mostrado su gran valor, pues sin ella el proyecto ni siquiera hubiera podido seguir
operando en las zonas de violencia.
Con esta metodología el proyecto ha puesto en práctica una forestería social
concreta, cuyos resultados, al igual que los de la forestería industrial, pueden y deben
ser evaluados con indicadores medibles: cantidades de Has. plantadas y árboles
producidos, productividad y producción agropecuaria incrementada, y superficie
agrícola protegida o ganada.
Pero no solo se trata de una actividad forestal que rinda frutos una sola vez o
mientras dure el proyecto. Por el contrario. Se trata de una actividad con
futuro propio y que se puede repetir independientemente. Una manera efectiva para
lograr esto es capacitar a promotores campesinos, elegidos por la comunidad, que sin
remuneración alguna están interesados en los resultados de la forestería social,
estimulando, además, su organización en Comités Forestales.
Concebida y practicada la capacitación de campesinos y campesinas de esa
manera, se puede decir que la autogestión campesina es un objetivo de la forestería
social y del proyecto. Esta interpretación reduce el sentido amplio del término
autogestión -con algunas connotaciones, como la de la autosuficiencia- a un sentido
limitado: el dominio y la aplicación por las familias campesinas de un conjunto de
técnicas de producción, plantación, manejo y aprovechamiento forestal en función de
sus propios recursos y necesidades.
Ahora bien, el hecho que la participación campesina es condición
indispensable no quiere decir que es condición suficiente para obtener resultados
duraderos. También es necesario que el proyecto aporte su valor agregado al
conocimiento campesino. Este valor agregado consiste en un conjunto de
conocimientos desarrollado por los técnicos, aportando su formación profesional, sus
experimentos e investigaciones en el campo forestal y agroforestal. Este aporte ha
sido compartido y transferido mediante un programa de extensión directo y
pragmático, reforzando la aplicación práctica con el uso de folletos y materiales
audiovisuales sencillos. La mayor parte del aprendizaje y enseñanza se ha
desarrollado en la práctica. Tratándose de técnicas de producción, el vivero comunal
ha sido la cuna natural de la extensión, haciendo de el un verdadero epicentro de
intercambio de conocimientos y acciones forestales. La capacitación sobre las
técnicas de manejo y aprovechamiento, por su propia naturaleza, se ha llevado
adelante en las tierras de plantación y en las pequeñas industrias forestales. Todo
eso, respetando valores culturales y técnicas ancestrales campesinas.
Una de las principales características del proyecto es que la tecnología
difundida de producción, manejo y aprovechamiento forestal es bastante simple. Esta
puede ser utilizada a cabalidad por los campesinos después de participar en la
extensión forestal del proyecto. La tecnología es sencilla. Se utilizan insumos baratos
que generalmente se puede adquirir en el mercado local y se requieren pocos insumos
externos de origen industrial. Aparte de algunas semillas y herramientas, solo la
bolsita de plástico para las plántulas, se adquiere de fuera de la comunidad. Vale
mencionar en este contexto que, donde hay suficiente tierra disponible para viveros
amplios, el proyecto ha avanzado mucho en la difusión de la producción en
platabandas que no requiere de bolsas.
Sobre la tecnología difundida, se puede comprobar que es fácilmente aplicable
después de que el proyecto se haya retirado de la comunidad campesina. En otras
palabras, la actividad resulta sostenible en maños del campesinado.
El hecho que la tecnología sea sencilla no significa que no se requiera de un
conocimiento especial para aplicarla. Al respecto vale recordar dos cosas.
En primer lugar, es necesario reconocer que la vocación forestal de la
población campesina resulta .ser limitada y si ha existido una tradición forestal en las
comunidades, actualmente quedan pocos vestigios de esta. En segundo lugar, es
necesario responder a la opinión que sustenta que para la forestación basta distribuir
masivamente plántulas producidas en grandes viveros y después contratar maño de
obra, por corto tiempo, para hacer los hoyos. Después de la plantación, la pura
naturaleza se encargaría de cubrir los cerros con una Frazada verde. La realidad nos
ha enseñado, sin embargo, que es mejor que la producción de plantas se realice
básicamente en los viveros comunales pues allí se concentra una capacidad de,
producción estable y directamente vinculada a la demanda de las famillas campesinas,
evitando así el transporte y los desequilibrios entre la oferta y la demanda. Además,
excavar hoyos y plantar árboles son tareas que pueden ser mejor ejecutadas por los
campesinos, pues es importante su compromiso con la actividad y su decisión en la
selección del lugar de plantación. Lo mismo es válido para las tareas posteriores en la
secuencia forestal. Sin embargo, muchas veces se subestiman las tareas forestales,
sobre todo la actividad de manejo forestal, indispensables para llegar exitosamente al
aprovechamiento de los árboles.
Finalmente cabe observar dos elementos esenciales de la metodología del
proyecto. Como se explica en los capítulos de Este libro, lo que marca el ritmo de la
actividad forestal y por lo lanío la secuencia metodológica de la extensión, es el
calendario forestal. Ocaña explica con claridad la importancia del calendario, y
demuestra que la mayor parte del éxito en la producción y el aprovechamiento
depende del cumplimiento de éste.
El otro elemento destacable es que el método de extensión casi no ha utilizado
incentivos materiales para convencer a los beneficiarios. El proyecto siempre ha
considerado que la convicción y comprensión campesinas deben serla base de la
aplicación de las técnicas forestales. Durante los últimos años, la perseverancia de la
pobreza, la distribución masiva de alimentos, y, en menor medida, de dinero, han
afectado las actitudes de la población campesina. Consecuentemente, hoy en día,
muchas comunidades piden una compensación por realizar una obra o actividad
promovida por instituciones públicas o privadas de desarrollo. A pesar de estas
tendencias el proyecto se ha mantenido al margen de prácticas paternalistas,
asegurando que el campesino cuide y maneje su planta por propia convicción y por el
beneficio que ofrece el árbol bien cuidado. Frente a otros programas, como el
Programa Nacional de Asistencia Alimentaria (PRONAA), que distribuyen alimentos
por trabajo realizado en obras de conservación de suelos, el proyecto ha otorgado
certificados para que las comunidades los utilicen para la adquisición de alimentos.
Pero no ha vinculado el incentivo material a la producción y a las labores culturales.
Tampoco ha asumido la distribución de alimentos, pues son las mismas comunidades
las que han tenido que tramitar sus raciones alimenticias.
Otro elemento importante de la metodología del proyecto es el sistema de
seguimiento y evaluación. Su introducción y continuo mejoramiento han permitido
organizar un permanente flujo de información, en base a un abastecimiento trimestral
de datos ordenados y delimitados. Desde la comunidad, hasta los niveles
departamental y nacional, se dispone de información que permite analizar los
resultados previstos y logrados. Cabe señalar
que la aplicación de este sistema a todos los niveles señalados ha demorado años y
aún se reuniere de más tiempo para atinarlo y difundirlo.
Algunos aspectos merecen ser tomados en cuenta. Por un lado el sistema
tiene que ser bastante sencillo para ser utilizado por un centenar de extensionistas. La
experiencia enseña que es importante limitarse al registro de lo estrictamente
necesario, pues se cuenta con muy poco tiempo para monitorear y evaluar. Esto se
explica por la poca experiencia y costumbre que en esta materia tiene el personal de
campo. Sin embargo, parece más limitante que en los niveles de dirección nacional y
departamental exista poco reconocimiento de la prioridad que merece el seguimiento y
evaluación como espejo de la realidad y como mecanismo para corregir a tiempo las
acciones. Tantas tareas urgentes son encargadas a los extensionistas y técnicos de
campo, que poco tiempo les queda para registrar, analizar y discutir los resultados del
trabajo.
Dos lecciones son interesantes en este contexto de escasez de tiempo: en
muchos casos se registra información excesiva sobre las actividades realizadas y
poca sobre los resultados logrados. Una no tiene sentido sin la otra, pero lo que mas
falla es el registro, discusión y conciencia sobre los resultados. Aquí, evidentemente,
la apreciación de los beneficiarios es esencial. La otra lección es que, si se trata de
aprovechar al máximo los esfuerzos realizados, debe propiciarse que en los niveles de
dirección se tome conciencia de la utilidad del seguimiento y evaluación, antes de
perfeccionar el sistema.
La aplicación de I a metodología descrita ha dado resultados significativos.
Aquí solo señalamos los principales. Desde el inicio del proyecto, los campesinos han
producido en 765 viveros comunales más de 14 millones de plantas. Mientras que
durante los primeros años el porcentaje de especies nativas oscilaba entre el 10% y
15% del total de plantas, en 1994 este porcentaje se ha incrementado al 40%
aumentando el total de plantas nativas producidas hasta un millón y medio en el
mismo año. Es remarcable la producción total de 626,692 plantas de Colle (Buddieja
coriácea). 176,321 de Queñua Polylepis sp y 463,960 de Capulí (Prunus serotina).
Muestra de la eficiencia campesina es el alto porcentaje de sobrevivencia de
las plantas, cuyo promedio durante los últimos cuatro años es del 81%.
En plantación los logros son igualmente notorios: 14 millones de plantas en
16,000 has, de las cuales 80% corresponde a las áreas familiares.
Con la construcción de 520.304 metros de obras de conservación de suelos se
ha combatido exitosamente la erosión y se ha ampliado la frontera agrícola. Los 635
comités forestales organizados y capacitados y los 1,914 campesinos capacitados
como promotores -de los cuales 18% son mujeres- forman el capital humano que en el
futuro permitirá reproducir y ampliar estos resultados sin la asistencia del proyecto o
del Estado.
Con la integración de FAO-HOLANDA al PRONAMACHCS, el proyecto no solo
tiene el efecto directo mencionado anteriormente sino también el electo indirecto en
los técnicos y beneficiarios en aproximadamente 1,000 comunidades adicionales. Pero
el efecto de la integración supera la dimensión
puramente forestal. El hecho que en el transcurso del año 1993 se haya iniciado la
integración de la extensión forestal, de la capacitación campesina .sobre conservación
de suelos y de la construcción de infraestructura de riego, representa un cambio
cualitativo que posibilita avanzar paulatinamente en el manejo integrado de los
recursos agua, suelo y vegetación en micro cuencas. Ahora bien, esta integración es
racional desde el punto de vista campesino y desde el punto de vista del Estado, pues
ambas partes tienen que economizar sus recursos. Para el proyecto es, además, una
oportunidad para aumentar la probabilidad de que sus experiencias y logros sean
aplicados a mayor escala. Con esta perspectiva, todo el esfuerzo de la integración
puede ser considerado como una inversión en el sostenimiento de la extensión forestal
participativa.
Pero, después de año y medio de integración, no solo se constatan sus
beneficios y potencialidades, sino también sus costos y riesgos.
La integración ha traído, por ejemplo, dispersión de recursos, sobreestimación
del logro acorto plazo de las metas cuantitativas de producción y plantación y la
subestimación del trabajo cualitativo de capacitación en manejo forestal. El
extensionista tiene ahora que responder frente a más comunidades y añadirá la
extensión forestal, el trabajo sobre agua y suelos en micro cuencas, asumiendo,
además, una mayor carga administrativa.
Con este fuerte cambio, es inevitable que la metodología de extensión forestal
participativa pierda la sofisticación que tenía antes. Defender la participación
campesina y la planificación de base, la paciencia en la extensión participativa, el
respeto por el calendario forestal y el mejoramiento de la tecnología de manejar
especies exóticas y nativas, es decir, la esencia de la metodología del proyecto,
requerirá de mucho esfuerzo en los próximos tres años.
Perder algo de sofisticación no es grave si se logra una metodología más
rústica y resistente, tanto a los riesgos de Ias condiciones naturales de los Andes,
como a las condiciones de un aparato estatal en transición hacia un nuevo rol en el
sector agrario. Perder una pureza forestal tampoco es grave, cuando se gana en
manejo integral de recursos naturales en micro-cuencas. Pero todo eso requiere de
mayor capacitación, tanto de técnicos como de campesinos.
El libro de David Ocaña es un indispensable y valioso instrumento para esa
capacitación. Todas las fases y pasos de la extensión forestal participativa son
tratados con claridad y sencillez. Cada capítulo presenta la experiencia del proyecto
con realismo y autocrítica.
Este texto está dirigido a todos los interesados en la aplicación de una
extensión forestal participativa en los Andes, pero, especialmente, a los extensionistas
y técnicos de campo que junto con los comuneros y comuneras de la sierra han
construido la base de la experiencia sistematizada en este libro. Es, en primer lugar, a
ellos que el autor y el proyecto quieren agradecer profundamente por sus aportes
creativos, empeño y tenacidad en condiciones desafiantes y muchas veces difíciles
por la situación de pobreza y violencia.
También se agradece a Hugo Carrillo, Patricia Marín y Rosa Ocaña, quienes
han contribuido con sus invalorables aportes técnicos y literarios en la revisión del
presente texto; igualmente a Theo Oltheten y C. Ch. Kenny Jordán, ex-asesores
técnicos principales del proyecto, por estimular la elaboración de este libro.
Finalmente nuestro más sincero agradecimiento a todas las personas que
desde el Ministerio de Agricultura, Cooperación neerlandesa y la FAO han posibilitado
la ejecución del proyecto, pidiéndoles el mantenimiento de su esfuerzo en favor del
interés común que nos une: el desarrollo sostenible de la población desfavorecida de
los Andes.
Jan Kees Verkooijen
Asesor Técnico Principal
INTRODUCCIÓN
La reforestación en la .sierra peruana casi siempre fue planteada desde el
punto de vista industrial. De este modo, se pensó más en la pulpa de madera de los
grandes bosques para satisfacer la demanda de papel y, con esta concepción, se han
desarrollado muchos proyectos con diferentes estrategias y/o modalidades.
Hasta el año de 1963 se realizaron plantaciones exclusivamente por iniciativa
privada, y en especial de parte de las compañías mineras, con el objetivo de obtener
madera para las actividades propias a sus fines.
De 1963 a 1970, el Estado -a través del entonces Servicio Forestal y de Cazaasume la promoción de la actividad forestal, mediante el desarrollo de Planes Pilotos
en la Sierra, para el establecimiento de plantaciones forestales en las arcas no
agrícolas. Para esto se contó con la cooperación de la Agencia Interamericana de
Desarrollo (AID) a través de fondos para el pago de jornales y de donaciones de
alimentos para su distribución entre los beneficiarios. A esta modalidad se le llamó
Plantaciones Cooperativas.
En 1964 se instituyó por primera vez en el país el crédito supervisado para el
establecimiento de plantaciones forestales, con fondos provenientes de la A II), se
otorgó prestamos durante el período de 1964 a 1970, a una tasa de interés del 2%
anual al rebatir y pagaderos en un plazo de veinte años. Gran parte de las
plantaciones existentes tienen su origen en esta modalidad de crédito y se
establecieron en las tierras de las Comunidades Campesinas, Cooperativas Agrarias
de Producción, Sociedades Agrícolas de Interés Social y demás formas asociativas
nacidas de la Reforma Agraria. Cosa similar ocurrió en las tierras de los pequeños
agricultores.
De 1971 a 1974 se continuó otorgando préstamos crediticios para reforestación
a las empresas campesinas y pequeños agricultores. A partir de 1975, con los
recursos crediticios provenientes de las fuentes AID y Banco Interamericano de
Desarrollo (BID), se incrementó parte del capital del Banco Agrario del Perú. No
obstante, se otorgaron préstamos para reforestación en forma cada vez más
restringida, usando recursos ordinarios del banco a intereses cada vez más elevados,
lo que hoy en día ha desaparecido por completo.
En el período 1978-1985, con fondos del BID, el Estado impulsa la
reforestación bajo dos modalidades: "inversión" e "inversión trabajo". La primera
consistió en préstamos que se otorgaban a través del Banco Agrario, con baja tasa de
interés. Con parte del monto prestado se adquirían las plantas
producidas en los viveros estatales. La producción de plantas se daba en función de
las metas que el Estado fijaba. Por lo general había una sobreproducción, lo que
obligaba muchas veces a bajar los precios, a lo que se denominaba "en calidad de
promoción". En otros casos se optó que por la compra de un número determinado de
plantas, se regalaba un número equivalente de plantas. Esto fue aprovechado
mayormente por personas particulares, lo que generó pequeños bosquetes.
También debemos señalar un proyecto que ha jugado un rol importante en la
historia de la reforestación peruana. Se trata del llamado "Reforestación con Apoyo
Alimentario". El trabajo se realice con las comunidades campesinas, a las que se
donaban las plantas producidas en los viveros estatales. El "esfuerzo" de plantar en
sus propias áreas comunales se retribuía con alimentos. Esto propició que el
campesino tuviera la satisfacción de sus necesidades nutricionales más inmediatas.
Los contratos de reforestación que se firmaron bajo esta modalidad estipulaban la
retribución al Estado con un 30% de la primera corta.
Corno señala el Plan Nacional de Acción Forestal, desde la década del 80 se
inicia la reforestación bajo la modalidad de desarrollo Forestal comunal, de manera
que las comunidades asumen un papel mas activo. El proyecto "Apoyo a las
plantaciones forestales con fines energéticos y para el desarrollo de comunidades
rurales de la sierra peruana" de FAO-Holanda con el Ministerio de Agricultura lideró
este cambio (en adelante el proyecto).
Lo que se va a desarrollar en el presente texto es el conjunto de lecciones y
respuestas derivadas de la experiencia del proyecto, construidas sobre la base de un
proceso de aprendizaje mutuo entre este y la Comunidad Campesina.
CAPITULO I
EXTENSIÓN FORESTAL
Si queremos lograr el desarrollo forestal campesino, tenemos que pensar en la
necesidad de un sistema de extensión y una propuesta técnica que respondan a las
condiciones ecológicas, económicas y sociales andinas. Presentamos brevemente en
este capítulo lo concerniente a la extensión forestal, mediante la cual el proyecto ha
desarrollado y difundido la propuesta técnica.
1.1 Principios básicos del sistema de extensión
Participación: Se promueve una participación activa de toda la comunidad,
tanto para la planificación, ejecución, seguimiento y evaluación de las actividades
forestales, como para su aprendizaje. En la comunidad se busca la equidad en Ia
ejecución de los trabajos y en la distribución de los beneficios.
Organización: La promoción del desarrollo forestal campesino se hace
respetando las organizaciones campesinas existentes.
Integralidad: Vista en dos niveles. El primero al interior de la propia actividad
forestal, en la cual se considera el manejo integral de este recurso. Se contempla así,
desde Ia recolección del material reproductivo hasta su aprovechamiento, pasando por
la propagación, plantación y mane)0. El segundo nivel es considerar al árbol no sólo
como tal, sino como un complemento útil y necesario para el manejo integral y racional
de los recursos agua y suelo.
El nexo entre el proyecto o institución de extensión Forestal y la comunidad es
el extensionista. La acción del extensionista es intermedia y transitoria, porque
permanecerá sólo por un tiempo determinado en la comunidad, capacitando y
asesorando a través de la extensión participativa que busca desarrollar la capacidad
de los campesinos para encontrar soluciones a sus problemas. Sin duda, la capacidad
de los campesinos para encontrar estas soluciones tiene sus
1 Entendemos por comunidad un grupo no menor de 15 familias campesinas intereresadas en
incorporar o mejorar el componente forestal en sus actividades. Pueden estar agrupadas en
organizaciones formales como comunidad campesina, cooperativas, etc. o simplemente
agruparse para la actividad en particular. El campesino peruano presenta un alto grado de
diversidad organizativa que exige una actitud flexible de parte de los proyectos e instituciones.
limitaciones. Sin embargo, y a pesar de ello, el campesino tiene una gran
potencialidad, ya que posee grandes conocimientos y habilidades en el manejo de sus
recursos. Estos se deben rescatar, consolidar y perfeccionar, mediante una
comunicación horizontal entre el campesino y el extensionista.
La extensión participativa, entonces, ayuda a desarrollar la capacidad
tecnológica del campesino, e inclusive a capacitarlo para la toma de decisiones y la
búsqueda de alternativas en la solución de sus problemas, a través de un diálogo
permanente.
La comunicación horizontal implica que el extensionista y la comunidad deben
dialogar. En otras palabras, deben intercambiar experiencias, juicios, valores,
sentimientos y conocimientos. Esta forma de comunicación produce una dinámica en
la cual ambas partes aportan y a la vez se benefician.
Con esta actitud de diálogo el campesino irá asumiendo paulatinamente la
propuesta técnica, sin imposición. Lo importante es que decida hacerla suya
conscientemente.
Detrás del extensionista se tiene a un equipo multidisciplinario de especialistas
de campo en ciencias forestales y en ciencias sociales, cuya responsabilidad es
capacitarlo y asesorarlo. Conviene que los especialistas no tengan injerencia directa
sobre la comunidad, la que está bajo responsabilidad del extensionista. Con esto se
persigue que el extensionista sea considerado una autoridad, que se gana el respeto y
la consideración por parte del campesino en base a su trabajo, su esfuerzo y su
compenetración en la comunidad.
En el Perú son muy escasas las instituciones que forman técnicos de mando
medio en lo forestal. Existen institutos tecnológicos que dan formación en ciencias
agropecuarias, pero los egresados tienen muy poco conocimiento sobre la materia y
esto obliga a que los proyectos o instituciones que promueven la actividad forestal
asuman la responsabilidad de capacitarlos en lo tocante a la ciencia forestal y en la
metodología de extensión que hará posible su mejor desenvolvimiento al interior de la
comunidad.
El proyecto ha editado un curso básico de extensión forestal, que consta de 5
módulos: Contexto de la Realidad Campesina, El Desarrollo Forestal Comunal, El
Contexto Institucional, El Extensionista Forestal, La Extensión y Cómo organizar tu
trabajo. Este curso promueve la formación del extensionista forestal tanto en lo técnico
como en lo metodológico.
La extensión comprende capacitación, planificación, seguimiento y evaluación.
1.2 Capacitación
La capacitación que buscamos como proceso educativo es de carácter
integral. La integralidad está enfocada desde varios puntos de vista. Uno de ellos es
la participación de todos los sectores de la comunidad en la capacitación. Para ello, el
extensionista pone especial énfasis en promover la conducta activa de mujeres,
jóvenes y niños. En cuanto a los contenidos que se imparten, abarcan desde, la
recolección de semillas (inicio de la generación del recurso forestal),
hasta el aprovechamiento del recurso. Así mismo, se privilegia la búsqueda del
desarrollo de los conocimientos, actitudes, habilidades o destrezas, como una
combinación necesaria de la teoría y la práctica.
La integralidad de la capacitación también se refiere al manejo conjunto de los
aspectos técnicos y sociales que están estrechamente vinculados. Por ejemplo, el
tema de la producción de plantas en platabandas tiene relación inmediata con la
organización de los campesinos para realizar las actividades concernientes a esta
técnica de propagación, es decir, qué grupo, o en qué faena se instalarán las
platabandas; corno van a ser el riego, la protección, la poda, etc.
La principal característica de la capacitación es la práctica. El punto de partida
de la metodología es aprender haciendo. Esto no es lo mismo que simular la práctica.
En un inicio el proyecto cometió errores con relación a esto. Se quería aprovechar los
períodos libres del campesino (junio-setiembre) para brindarle la capacitación y para
realizar la práctica. Así, se simulaba las actividades forestales, aunque muchas de
ellas, según el calendario forestal, no coincidían con el período libre del campesino.
Por ejemplo, si se quiere tener una sesión de capacitación con la comunidad en el
mes de junio, sobre cómo y cuándo recoger esquejes de "Queñua" (Polylepis sp), ésta
no tendrá el mismo efecto si lo hiciéramos en el mes de diciembre (primeras lluvias),
época en que las condiciones climáticas permiten que se tenga el material vegetativo
adecuado y los campesinos puedan hacer la práctica de la recolección de un buen
esqueje y, así, fijar mejor sus conocimientos para continuar inmediatamente después
con la recolección programada por la comunidad para la campaña de producción.
Es entonces evidente que la programación de la capacitación forestal se
elabora en función del calendario forestal
1.2.1 Modalidades de capacitación
La extensión participativa busca que la familia campesina participe
directamente en la identificación de sus recursos y necesidades y en el mejoramiento
de las propuestas técnicas referentes a la producción, plantación, manejo de las
plantaciones, conservación de suelos y aprovechamiento de los recursos forestales.
La capacitación de la familia campesina se lleva acabo a dos niveles:
promotores y masivamente.
A nivel de promotores, se capacita a los campesinos (hombres y mujeres)
designados por la comunidad para que aprendan el proceso forestal en su conjunto y
sean capaces de liderar el desarrollo forestal de su comunidad y potencien las
habilidades y destrezas necesarias para transmitir sus conocimientos a otros
campesinos, así como organizar a la comunidad para la ejecución de las actividades
forestales.
El alejamiento del extensionista de la comunidad depende del grado de
capacidad adquirida por los promotores para conducir la actividad forestal al interior de
su comunidad sin apoyo del proyecto o del Estado.
A nivel masivo, .se orienta a la capacitación de todos los campesinos
interesados. Se desarrolla mediante subactividades de promoción y de capacitación
específica. Las de promoción se llevan a cabo con la participación plena de la
población. La de capacitación específica se ejecuta con grupos cuyo número varía
según el tema a desarrollar.
a. Eventos de información y motivación (IM)
Son eventos de promoción de la actividad forestal. Se orientan a resaltar la
importancia de la presencia del árbol en la vida del campesino e informar sobre los
avances en la ejecución del Plan Forestal Comunal y los resultados que se van
logrando. Esto explica su carácter permanente en contraposición a la creencia
generalizada de que sólo se da al inicio. Son eventos de tipo masivo, que aprovechan
los espacios de reuniones propias de la comunidad, es decir, las asambleas y las
faenas.
b. Jornadas de promotores (JP)
Son eventos de carácter práctico que se efectúan aprovechando la ejecución
misma de las actividades forestales. Tienen como finalidad convertirse en el eje de la
formación de los promotores forestales campesinos. En su conjunto abarcan todos los
aspectos del manejo silvicultural, desde la recolección del material de propagación
hasta el aprovechamiento, la extensión, el seguimiento y la evaluación. Capacitar al
promotor, para el proyecto, tiene carácter prioritario, pues considera que es una pieza
fundamental para la continuación de las actividades forestales al retiro del proyecto.
Es importante y necesario hacer de conocimiento de la comunidad, desde el inicio, la
presencia temporal del proyecto, para que la elección de los promotores sea tomada
con seriedad, puesto que éstos no reciben ningún incentivo aparte de la capacitación.
El número de promotores formados por comunidad durante la presencia del proyecto
es de un mínimo de 8 a 10 campesinos, de los cuales se promueve que por lo menos
dos de ellos sean mujeres. Naturalmente, el número varía de acuerdo a la cantidad de
comuneros participantes.
c. Jornadas masivas (JM)
Son eventos similares a las JP pero que se distinguen por el tipo de
participantes, ya que en este caso son todas las familias interesadas de las
comunidades.
d. Curso taller (CT)
Se orienta a la formación de promotores forestales. Incluye la participación de
los promotores forestales de varias comunidades. Los eventos se desarrollan en una
serie de jornadas, en las cuales se capacita en aspectos técnicos y prácticos de la
producción, plantación o manejo forestal.
e. Intercambios de experiencias (IE)
Están orientados también a la formación de promotores. Fomentan la
participación de los promotores forestales de dos a cuatro comunidades como
promedio. Su principal objetivo es lograr que los campesinos conozcan
sistemáticamente las experiencias de desarrollo forestal de otras comunidades. La
experiencia nos ha enseñado que estos intercambios deben realizarse entre
comunidades cercanas y de condiciones ecológicas similares.
Los contenidos de la capacitación se muestran en la secuencia temática
(cuadro No. 1). Se puede apreciar la diferencia que -se hace por niveles en cada
comunidad, esto implica un contenido acorde con el nivel en que se encuentra. Se
observa que los temas en muchos casos son los mismos de un nivel a otro. Sin
embargo, la diferencia está en que estos tienen subtemas que guardan estrecha
relación con todo lo desarrollado en el presente documento y cuyo grado de
complejidad se clasifica de acuerdo al nivel en que se encuentra la comunidad.
También se aprecia que a medida que la comunidad pasa el tercer nivel, se
disminuye la cantidad de temas. Hasta el final .se refuerza la formulación y evaluación
de los Planes Forestales Comunales (PFC). De esta manera, la evaluación campesina
de los planes se convierte en el principal termómetro del avance de la comunidad, ya
que se analizan cuantitativa y cualitativamente las deficiencias y los logros obtenidos.
Para ayudar a ejecutar la capacitación con un buen enfoque didáctico se tiene
un conjunto de material clasificado en:
-
Publicaciones: un primer grupo están considerados los libros, manuales,
guías y documentos de trabajo. Están orientados a la capacitación de los
extensionistas y de los profesionales. También se puede utilizar cuadernos
forestales y un periódico, dirigidos a los campesinos. Ambos son editados
como producto de la experiencia de los propios campesinos en el desarrollo
de sus actividades forestales.
Un segundo grupo corresponde a los materiales visuales, encontrándose
entre ellos los rotafolios, calendarios forestales y afiches:
-
Rotafolios: son importantes para la capacitación en jornadas tanto a los
promotores forestales como masivas. Debe reconocerse que el proyecto, en
un intento de abarcar todos los temas de capacitación forestal, llegó a
producir 13 rotafolios, los que no han sido utilizados en la magnitud que se
esperaba. Los extensionistas más experimentados en capacitación de
campesinos manifiestan que deberían circunscribirse sólo a -4 ó 5 temas, los
mismos que deberían estar orientados a la producción de plantas, plantación,
agroforestería, manejo y aprovechamiento. Otra recomendación importante
producto de la experiencia es que un rotafolio no debe tener muchas láminas
con cosas específicas, sino contener más bien aspectos generales por
lámina y con un solo mensaje que motive a abrir el diálogo y la reflexión de
su realidad durante la jornada. Una cosa interesante que ha surgido en
muchas comunidades es que, como producto de la reflexión y del diálogo, los
propios campesinos elaboran sus láminas dibujando su realidad y lo que
desean. De esta manera, la comunidad puede aclarar su estrategia de
desarrollo y la importancia de la incorporación del árbol en sus terrenos.
-
Calendarios forestales: se caracterizan por mostrar un mensaje
acompañado de dibujos o fotografías que grafican un tema que llame a la
reflexión. Merece mencionarse, como un caso especial, el realizado en 1990,
pues no sólo muestra un tema, sino que gráfica las actividades forestales a
desarrollarse en relación al tiempo. Además, este calendario cuenta con una
publicación a manera de guía, donde se explica el cronograma de
actividades, la fundamentación para su cumplimiento, su relación con otras
actividades propias de la comunidad y sus actividades Festivas. En 1.3.4
profundizaremos lo relacionado al calendario forestal.
-
Afiches: es uno de los materiales más apreciados, tanto por los campesinos
como por las personas de la ciudad. Al igual que los calendarios, el objetivo
es graficar un tema que motive a la reflexión. Los primeros afiches que se
han producido, además del mensaje, destacan por la calidad y belleza de los
temas que son básicamente de promoción. Posteriormente se combinó el
arte con el mensaje y se incorporó en recuadros (ver fotos No. 1 a y 1 h)
aquellos aspectos que los campesinos descuidan o no les dan la debida
importancia en el desarrollo de la actividad I ores tal. De este modo, además
de cumplir el objetivo de promoción, el afiche se convirtió en un material útil y
efectivo en la capacitación.
En un tercer grupo se ha considerado el material audiovisual, que comprende
videos, filminas, programas radiales y cuentos andinos:
-
Videos: sirven para la promoción de la actividad forestal, y están dirigidos
básicamente a las instituciones. Tal es el caso del material "Proyecto
comunal de reforestación", que muestra el proceso de la evolución
metodológica que ha tenido la actividad forestal al interior del proyecto. Hay
otro grupo mayor que son los cursos de. capacitación dirigidos a los
extensionistas, profesionales y fundamentalmente a los campesinos con
temas específicos como son: "Vivero forestal comunal" y "Dónde y cómo
plantar árboles para nuestro beneficio". Estos están pedagógicamente
dosificados en clases que tienen una duración máxima de 15 a 20 minutos y
cuentan con sus respectivas guías metodológicas que enseñan al
extensionista cuándo dictar determinada clase con relación al calendario
forestal para que se pueda hacer la respectiva práctica. Del mismo modo,
cada video cuenta con su respectiva guía del participante, cuya característica
es mostrar los contenidos en forma gráfica, es decir, con muchos dibujos y
pocas letras, para que sea fácilmente comprendida por el campesino. Según
los registros y versiones de los extensionistas, las guías del participante son
muy útiles y son las que más se usan dentro del conjunto de los materiales
de capacitación aunque no estén acompañadas del video. Su utilidad y
aprecio por el campesino radican, también, en que se quedan con cada uno
de los participantes, o, en caso de que no se tenga la cantidad suficiente, se
reparte de manera proporcional al número de los campesinos integrantes de
la comunidad (una por cada 5 a 10) o, quedan en poder del comité forestal
para que puedan servir de consulta en cualquier momento en que el
campesino lo requiera.
Dentro de los materiales de capacitación, los videos son considerados por los
extensionistas como uno de los más eficaces, pero tienen la dificultad de su
transporte, en especial si consideramos que muchas de las comunidades se
encuentran ubicadas en lugares de difícil acceso. Sobre el particular, .se ha
visto en la práctica grandes esfuerzos de la comunidad para transportar los
módulos en acémilas o cargándolos ellos mismos. Los videos son utilizados
mayormente en los cursos talleres.
-
Filminas: por su facilidad de transporte y el efecto de ver imágenes
acompañadas de audio y música, impactan positivamente en el campesino.
Por estas razones los extensionistas las consideran como uno de los
materiales didácticos más apreciados. Se tienen filminas por temas
específicos para la capacitación, así como para la promoción. Estas últimas
ayudan mucho en la motivación de los campesinos de las comunidades que
van a comenzar a trabajar. Algo que provoca mucho entusiasmo y
compromiso por parte de los campesinos es tomar diapositivas de las
acciones realizadas por la propia comunidad, donde se muestren sus
resultados y experiencias y, aprovechando el módulo de filminas, pasarles
sus propias vistas. Esto tiene un efecto muy positivo al identificarse ellos
mismos con su realidad y magnificar su avance. Las filminas son muy
utilizadas en las jornadas, tanto para los promotores como para las masivas,
como también en los cursos talleres.
Como consecuencia de la experiencia, vale la pena señalar la recomendación
de utilizar los materiales de capacitación teniendo en cuenta lo siguiente; cuando se
ingresa a trabajar en una comunidad no es recomendable empezar a capacitar con
material audiovisual, debido a que, posteriormente, los campesinos no les dan la
debida importancia o atención a los materiales como los rotafolios, los afiches, el
periódico y los cuadernos forestales.
-
Programas radiales: de aproximadamente 25 mininos de duración. En un
inicio los programas eran elaborados en Lima por el Centro Peruano de
Estudios Sociales (CEPES), y se emitían a través de las emisoras nacionales
que muchas veces no se escuchaban en varias comunidades del ámbito del
proyecto. Posteriormente se logró equipar a cada sede regional con un
equipo de radio para la producción de programas y, a su vez, capacitar al
personal para su elaboración. Ahora, cada sede regional produce sus
programas, siendo éstos mucho más específicos.
Este medio ha sido de gran utilidad, sobre todo en aquellos lugares donde las
acciones de subversión eran mayores. Gracias a este instrumento no sólo se
han emitido programas de motivación, sino también de capacitación. Estos
programas se encuentran disponibles en cassettes formando bloques o
grupos temáticos, que puedan ser utilizados como material pedagógico en las
comunidades, formando grupos de discusión acerca de su problemática. En
este rubro también se tienen cassettes con cuentos andinos para los niños y
adultos, con fines pedagógicos y culturales.
El cuarto grupo está formado por una gama diversa de materiales de difusión,
motivación y educación forestal sobre la base de un "personaje" llamado "QHAPAQ
QUEUÑA": Qhapac, en quechua, es la persona que posee gran conocimiento,
sabiduría y autoridad, y tiene la capacidad de dar consejos. Queñua, es un árbol del
genero Polylepis, que fue escogido por las bondades y beneficios que reporta al
campesino. Al iniciarse el proyecto, la queñua estaba con amenaza de extinción.
Después de diez años, se encuentra en todo el ámbito del proyecto. Su mayor valor
estriba en que tiene la peculiaridad de poder sobrevivir en medio de inclemencias
como las altitudes cercanas a los 4,500 m.s.n.m. Conjugando estos aspectos, se le ha
dado a este árbol una figura antropomorfa, para simbolizar la conservación de los
recursos naturales y el desarrollo de las acciones forestales. (Ver foto No.2)
Con este personaje se han producido: spots de radio, spots de televisión, mini
programas de televisión, afiches, historietas, polos y gorras impresos. Esto no solo
sirve para los campesinos, sino también para estudiantes, profesores, instituciones de
desarrollo y ciudadanía en general. Este material cumple un rol importante en la
formación de conciencia en la población sobre la conservación y mejoramiento del
medio ambiente.
Finalmente, expresamos lo manifestado por los extensionistas con relación a la
promoción y la capacitación de los campesinos de las comunidades que se atienden a
través del proyecto. A partir del segundo año de su presencia, la capacitación más
eficaz se realiza mediante el uso de los materiales reales, es decir, su
demostración práctica en el momento de la capacitación. Por ejemplo: si el tema es la
propagación del "Colle" a partir de brotes, el material didáctico de capacitación será la
planta misma del "Colle", con la presencia de sus brotes.
1.3 Planificación
1.3.1 Planificación institucional
a. Planificación tradicional
La planificación, forestal tradicional ha sido dominantemente centralista, y ha
priorizado la reforestación en grandes áreas y con especies determinadas. Se ha
considerado sólo lo forestal y, dentro de ello, la planificación se limita a la producción
de madera, sin tomar en cuenta otros usos de la tierra, ni otros productos del árbol.
Esto, además de no estar en concordancia con la realidad campesina, hace poco
atractiva e impactante la actividad forestal para las familias campesinas.
Los proyectos forestales generalmente planifican sus actividades a mediano
plazo. La formulación de los planes anuales se realiza tradicionalmente en las oficinas
de presupuesto y planificación nacional o regional. A este nivel se toman decisiones
sobre los problemas del campesino y qué es lo más conveniente para él.
Con relación a las metas o resultados, en el Perú, la planificación contempla
generalmente: la cantidad de plantas a producir, las hectáreas a plantar
y el número de beneficiarios (comunidades y/o campesinos). Las responsabilidades
institucionales se circunscriben a la producción de plantas en los viveros centrales, el
transporte de estas y el tipo de incentivos que se van a otorgar.
En lo que respecta a la extensión forestal, la tarea del extensionista es
convencer al campesino para que plante especies forestales en sus áreas, para que
cuando los árboles estén grandes, puedan vender la madera, aprovechar la leña
cuando les falle energía y que sus suelos estén utilizados de acuerdo a su capacidad
de uso mayor.
Finalmente, para que todo quede saneado, se celebran los contratos de
reforestación. Cabe resaltar que a pesar de que este es un mecanismo administrativolegal para que la comunidad no desconfíe de la institución, en la práctica no se han
obtenido muchos resultados, ni a nivel del campesino, ni de la institución.
Para evitar que la actividad de extensión forestal tenga carácter paternalista, se
celebraron contratos con los campesinos para que ellos reviertan algo a la institución
que promovió la reforestación en el momento de la cosecha. Son excepciones las
comunidades donde esto ha funcionado, debido a la poca cantidad de árboles por
hectárea al momento de su aprovechamiento, la baja calidad de las plantaciones, la
falla de seguimiento y evaluación de las plantaciones, cambio de directiva y/o
Funcionarios de ambas partes o desaparición de los contratos. En los casos en que se
ha logrado que el beneficiario revierta algo, también ha existido corrupción de
funcionarios encargados de la tasación.
Los resultados de este tipo de planificación generalmente no son alentadores:
las plantaciones masivas realizadas están muy por debajo de lo planificado, el
porcentaje de mortandad es alto. Desde el punto de vista del desarrollo rural, la
contribución no es muy significativa, los campesinos no se benefician con las
plantaciones en la dimensión de lo prometido. Esto se debe en gran parte a la
inseguridad respecto a la propiedad del recurso y las regulaciones para su
aprovechamiento. Por eso es que muchas comunidades prefieren no aprovechar sus
plantaciones y se evitan problemas manteniéndose al margen de su propio desarrollo.
Las personas y las instituciones ajenas a las organizaciones campesinas sostienen
que no es así, porque dichas áreas vienen cumpliendo funciones de tipo ambientalista.
Esto puede ser cierto, pero no es el sentir del campesino, además no fue lo que se
planificó. Si este hubiera sido el objetivo, tal vez no hubiese sido posible lograr las
plantaciones.
b. Planificación participativa
En el primer curso de planificación, implementación y evaluación de proyectos
forestales en 1991, Luis Astorga definió la palabra participación como "tomar o ser
parte de algo, lo que en un sentido más amplio va desde una participación obligada
hasta una participación protagónica".
Por este motivo, es necesario definir el contexto en el cual estamos empleando
el término y tal definición. En el marco del desarrollo rural, debe significar la
"participación protagonista del campesino pequeño o mediano agricultor".
En un proyecto participativo se busca que sea el propio campesino quien
asuma un rol protagónico, que se le dé la oportunidad para identificar y analizar las
causas de sus problemas, sus necesidades y sus perspectivas, así discutir y proponer
soluciones para su desarrollo en el campo forestal.
c. ¿Cómo lograr esta participación?
La planificación campesina se caracteriza por ser de períodos cortos, no
mayores de un año. No obstante, para generar un proyecto se tiene que contar con un
documento sustentatorio que incluya una planificación por el período que va a durar el
proyecto (3, 4 ó 5 años, que es lo más común). Sin este documento no es posible
conseguir ningún financiamiento.
Lo importante es que dicho documento traduzca lo mejor posible una
planificación aproximada a la realidad andina. Para lograr esto es definitivamente
imprescindible contar con la participación de un equipo multi-disciplinario (forestales y
de ciencias sociales), que conozca ampliamente la realidad campesina y pueda
percibir el problema, analizar sus causas y proponer alternativas de solución. La
experiencia de los participantes reviste importancia para la identificación de los
objetivos específicos que respondan a la solución de los problemas, para que los
resultados sean realistas y para que los indicadores sean precisos, tanto para lograr
buenos resultados, como para que a la vez faciliten el seguimiento y la evaluación de
los mismos. En el anexo No. 1 se muestran los objetivos, resultados e indicadores del
proyecto para la Tercera Fase (1993-1997). Merecen especial atención los
indicadores, que son producto de la experiencia de 10 años. Se hace hincapié en esto,
por ser la parte más delicada y menos conocida, sobre todo si se trata de un proyecto
nuevo.
Además de hacer una buena planificación en el documento base, los proyectos
deben tener algo de flexibilidad en la previsión de los resultados, teniendo en cuenta
que las variaciones climáticas y sociales de la sierra peruana son difíciles de conocer
con precisión.
En el caso del proyecto, los planes anuales se formulan sobre la base de los
Planes Forestales Comunales o Campesinas (PFC). El ámbito del mencionado
proyecto abarca siete regiones de la zona andina, descentralizando su accionar en
nueve departamentos (Ancash, Arequipa, Ayacucho, Cajamarca, Cusco,
Huancavelica, Junín, Puno y Tacna), contándose con una coordinación de la gestión
por un equipo de especialistas y extensionistas forestales en cada una de ellos.
Cada extensionista atiende entre 3 a 5 comunidades, el número está en
función del nivel de conocimiento forestal que tienen las comunidades, la habilidad del
extensionista y la distancia entre las comunidades. Las proporciones que se usan y
que vienen funcionando acertadamente son producto de los ajustes y la experiencia
del proyecto: en promedio un extensionista atiende de 3 a 5 comunidades y un
especialista dirige y apoya de 4 a 5 extensionistas.
1.3.2 Planificación campesina
La secuencia lógica para la planificación que se busca en la comunidad se
puede graficar de la siguiente manera:
Esta es la secuencia base para nuestro trabajo en las comunidades. En el
desarrollo de esta, es la comunidad en primer lugar la que decide cómo organizarse y
nombrar a sus responsables forestales según lo considere conveniente. Puede ser un
comité forestal. Es probable que la comunidad prefiera que un comité ya existente
(p.e. comité agropecuario, de riego, etc.) asuma la responsabilidad, o que se organice
de otra forma. Generalmente los integrantes elegidos también asumen el rol de
Promotores forestales.
a. Diagnostico
Hemos mencionado que los proyectos de desarrollo forestal campesino tienen
como gran objetivo el satisfacer las necesidades forestales de las familias de la
comunidad Para lograr esto, primero es necesario conocer cuales son y contrastarlas
con los recursos que cuenta la comunidad, lo cual permite priorizar las necesidades.
Todo esto será posible sólo haciendo un diagnóstico.
Preparar el diagnóstico no debe ser considerado como una actividad que se
hace sólo al inicio del trabajo con una comunidad, sino debe estar sujeto a
actualizarse y perfeccionarse a partir del inicio de la ejecución del primer plan. Esto es
importante porque se dan casos en que la información proporcionada por los
campesinos durante los primeros contados no es verídica debido a la desconfianza.
Esto mejora en la medida que la comunidad tome confianza y vea que la información
esta siendo utilizada para los fines propuestos.
Entre la información básica que se requiere tenemos:
Aspectos legales: si es reconocida o no. Si es comunidad, sector grupo
familiar, etc.
Ubicación geográfica: comunidad a la que pertenece, sector, distrito, provincia,
distancia a la capital de provincia, distancia a la carretera.
Datos ecológicos: altitud máxima y mínima, zonas agroecológicas (valle,
ladera, puna), presencia de heladas, grado de erosión del suelo.
Datos demográficos: población (hombres, mujeres, niños), comuneros activos,
migración.
Distribución de las tierras: total (ha), uso (agrícola, pastos, sin uso) qué
porcentaje es de uso familiar y comunal. Recursos forestales: bosques
naturales (ha., especies), plantaciones (has., año, especies).
Organización comunal: asambleas (frecuencia, grado de participación), faenas
(frecuencia, grado de participación), comités existentes.
Presencia de otras instituciones: gubernamentales y no gubernamentales.
- ¿Cómo se elabora el diagnóstico?: debe hacerse con la mayor
participación posible de la comunidad a través de entrevistas no formales, pudiendo
aprovecharse los momentos previos, intermedios y posteriores a las reuniones
convocadas (asambleas, de comités, faenas). La recopilación de información no debe
circunscribirse a las autoridades sino también a cualquier campesino, lo cual permitirá
contrastar y obtener información más precisa.
Para el diagnóstico de los recursos naturales, el extensionista debe realizar un
recorrido a la comunidad en compañía de los responsables forestales (comité y
promotores). Si hubiera, además de ellos, campesinos que quisieran hacerlo, es
importante que participen.
Con la información recogida a través de las entrevistas y el recorrido a la
comunidad, el extensionista en una jornada de capacitación con el comité forestal y los
promotores, contrasta los recursos .con las necesidades. Se presentarán una variedad
de situaciones que es necesario analizar para saber cuáles son las necesidades más
apremiantes, caracterizarlas y especificarlas. Este análisis previo es presentado a la
Asamblea General. Es importante realizar una presentación visual y entendible, para
lo cual se elaboran rotafolios y un croquis de la comunidad, indicando los límites,
terrenos agrícolas, áreas de pastoreo, ríos y quebradas, recursos forestales
existentes, lugares posibles de hacer plantaciones, etc. (ver fig. No. 1).
b. Formulación del plan forestal comunal
Los diagnósticos aportan elementos de juicio muy importantes para decidir qué
actividades forestales quiere y puede realizar la comunidad. Estos son necesarios
para que la comunidad reflexione sobre sus posibilidades y recursos, en base a los
cuales formulará su Plan Forestal. Este plan se formula entre los meses de setiembre
a noviembre, período clave en el que se evalúan los resultados del año (producción,
plantación, participación, etc.) para tener en
cuenta en la formulación del PFC del año siguiente. En las comunidades que se
encuentran sobre los 3500-3800 m.s.n.m. se elabora con mayor anticipación, o sea
entre setiembre a octubre, y en las comunidades por debajo de estos niveles
altitudinales, entre los meses de octubre a noviembre.
Al igual que para cualquier actividad, la planificación campesina responde a
preguntas concretas y a la vez se asumen compromisos también concretos. Estos
quedan asentados en el Libro de Actas. La experiencia nos demuestra que para la
actividad forestal generalmente las preguntas son:
¿Quienes tienen interés?
¿Qué especies se van a producir?
¿Cuántas plantas se van a producir'?
¿Cuál va a ser el destino de las plantas? ¿Cuántas son para las familias?
¿Cuántas para la comunidad? ¿Cuántas para la venta?
Cuando se trata de las plantaciones comunales, ¿Dónde se van a plantar?
¿Cómo se van a realizar las actividades? ¿En faenas? ¿Por grupos?
Durante la ejecución del plan surgirán otras preguntas más, de allí que el plan
se considere dinámico, flexible y que muchas de las respuestas a las preguntas
mencionadas sufran modificaciones.
Una vez decididas las actividades en el PFC, es importante que la comunidad
conjuntamente con el extensionista indiquen qué apoyo debe y puede brindar el
proyecto para la realización del plan. Los compromisos asumidos deben estar claros
sin pecar de ser simples ofrecimientos que después no se puedan cumplir.
Luego de que el plan quede registrado en el Libro de Actas de la comunidad, el
extensionista también registrará el plan de cada comunidad que asesora en unos
formatos especiales (por necesidad institucional), para contar con la información que
luego alimentará al Sistema de Información Computarizado.
c. Ejecución del plan forestal
El plan forestal constituye la base para las actividades durante el año. A partir
de éste, la comunidad entra en la programación (a cargo de los responsables
forestales con el asesoramiento del extensionista) y ejecución de tareas concretas.
Esta programación se cronograma en períodos cortos de 1 a 2 meses, según el
sistema o forma de organización de la comunidad (unas tienen una faena por semana,
otras eligen grupos de trabajo de acuerdo a las necesidades y a solicitud de los
responsables, etc.). El extensionista asesora la programación al igual que en el
diagnóstico, esto es importante en los primeros años ya que la comunidad todavía no
maneja adecuadamente el calendario forestal, los requerimientos de maño de obra en
función a las tareas y sobre todo la ejecución de las actividades.
Con cierta frecuencia los responsables y/o promotores deben informar a la
directiva comunal de los avances de la ejecución de los trabajos, en tanto, las
autoridades irán evaluando el desenvolvimiento de los mismos.
d. Evaluación del plan forestal
Este proceso de planificación, programación y ejecución se repite cada año.
Gracias a la continua labor de promoción del extensionista, la comunidad irá
adquiriendo cada año más y mejores criterios para formular su nuevo PFC. Estos
criterios salen a través de la evaluación. Cada año, entonces, responsables forestales
delinean en el croquis de la comunidad los resultados físicos del trabajo hecho
anteriormente. Estos resultados, y los resultados de otras actividades físicamente no
visibles, se discuten en la Asamblea de la Comunidad, donde se evalúa el avance del
PFC, los logros y fallas percibidos por la comunidad. También, se diagnostican y se
priorizan de nuevo las necesidades sentidas por la comunidad para afrontarlas y
superarlas en el siguiente plan anual, porque puede ser que sus prioridades cambien
debido a la experiencia adquirida. Esto se realiza durante los primeros años siempre
con el asesoramiento del extensionista, para que luego los promotores capacitados
puedan asumir la responsabilidad de la conducción del PFC por sí solos. Asimismo, a
la vez que se evalúa y formula el nuevo PFC, la comunidad evalúa el trabajo de los
responsables y de los promotores.
El seguimiento y evaluación por la misma comunidad son de particular
importancia para el desarrollo del PFC. Para la institución, también es muy útil conocer
las opiniones de los campesinos sobre la propuesta forestal, Al mismo tiempo,
ayudará a ajustar mejor la planificación institucional.
Cada comunidad con el asesoramiento del extensionista formula su PFC, que
son el principio y la base de la planificación institucional; estos son estudiados por el
equipo de la zona de trabajo, para luego en una reunión con el equipo regional
consolidarla y elaborar el Plan Regional Anual. Estos planes son discutidos y
analizados en una reunión nacional con la participación de los representantes de cada
sede regional, obteniéndose así el Plan Nacional Anual.
Los planes regionales y el nacional no sólo consisten en la consolidación de los
planes forestales comunales. Tienen que desarrollar propuestas técnicas viables a las
condiciones reales y que respondan a los intereses de los campesinos, así como
capacitar al personal para que promueva las propuestas en una forma adecuada;
además, en base a las experiencias, contribuir a la formulación de políticas regionales
y nacionales que promuevan el desarrollo (Berenschot, 1990).
Es importante mencionar la época en que se realizan cada uno de estos
documentos para tener un plan discutido, analizado y formulado en el momento
oportuno. Como hemos mencionado los PFC se formulan entre setiembre a
noviembre, los planes regionales deben formularse entre la última semana de
noviembre y la primera de diciembre, y el Plan Nacional debe estar listo en la primera
quincena de enero. Esto es muy importante para lograr una buena coherencia con el
calendario forestal.
1.3.3 ¿Cómo se hace el seguimiento y evaluación de los planes forestales
comunales?
No basta con que los planes forestales comunales sean formulados por los
campesinos y que respondan a Ios intereses de los mismos. Lo más difícil es que
éstos funcionen y no sea un documento mas, que luego de formularlo se archive para
ser retomado sólo en el momento de formular el plan del siguiente año. Algo típico de
la planificación tradicional.
Para que los planes sean funcionales se requiere una comunicación abierta y
horizontal en todos los niveles, esto implica un cambio de actitudes, pero también una
visión integral y el conocimiento de la realidad del campo por todos los integrantes de
la institución o proyecto.
Para ello es necesario que la institución cuente con un Sistema de Seguimiento
y Evaluación que involucre a todos los actores del desarrollo forestal campesino y que
se lleve un registro unificado sobre la marcha de los PFC de cada comunidad.
En cuanto a los actores involucrados, institucionalmente se debe incluir desde
el Director hasta el extensionista y a nivel campesino, a la comunidad en su conjunto,
es decir, a las autoridades, los promotores y los participantes.
Para registrar y analizar el avance en la ejecución los planes forestales
comunales y sus consolidaciones zonales, regionales y nacional, a nivel institucional
se cuenta con un Sistema de Información Computarizado de las Comunidades
Atendidas (SICCA) y a nivel campesino con los Cuadernos Comunales de Registro.
Los planes forestales comunales contienen la producción según la especie, la
cantidad y. la técnica planificada, otras actividades planificadas (obras de
conservación de suelos, el aprovechamiento de recursos forestales, su
transformación, etc.) y las acciones principales que la comunidad va a realizar para el
logro de los objetivos.
El SICCA incluye diversos ítems relacionados con el trabajo del extensionista y
de las familias campesinas. Abarcan los siguientes aspectos:
-
Diagnóstico
Desarrollo forestal campesino (incluye planificación)
Eventos de promoción y capacitación, etc.
Plan forestal comunal (incluye producción, plantación,
aprovechamiento)
manejo
y
La metodología del sistema es participativa, pues incluye dos niveles que se
retroalimentan en forma permanente: el institucional y el campesino.
Cabe indicar que el montaje del SICCA no es, hoy en día, caro ni complejo.
Para un ámbito de 500 comunidades, por ejemplo, es suficiente con una computadora
XT con disco duro de 20 MB y una impresora. Lo más práctico es que el mismo equipo
exista en cada región o departamento que abarca 50 a 100 comunidades.
Sin embargo es importante tener presente que la mejor infraestructura
informática no permitirá mayores logros, si el equipo no es capacitado de forma
continua para aprovechar las posibilidades de la informática. Ello requiere que el
personal en pleno se esfuerce por dominar el manejo del SICCA y que los reportes
sean la base de la discusión permanente. Este es un proceso relativamente largo, que
abarca unos dos años, en los que mediante la práctica, el personal se ejercita y
mejora su capacidad analítica.
El sistema funciona de la siguiente manera (Furman, 1992);
a. Nivel institucional
Las subactividades de seguimiento que se ejecutan son: el registro, las
reuniones técnicas, las visitas de asesoramiento y apoyo y, la sistematización de
experiencias.
Las subactividades se articulan de la siguiente manera:
Los extensionistas registran en el campo la información referente a cada
subactividad. El registro es apoyado y supervisado por los especialistas durante las
visitas de asesoramiento en el campo.
Mensualmente los extensionistas presentan sus cuadernos de registro en las
reuniones técnicas a sus especialistas de campo. Los especialistas ingresan la
información y esta es consolidada a nivel regional por el coordinador y se envía una
copia de la misma a Lima.
En la sede regional, el SICCA es la base para evaluar las actividades del mes y
planificar las actividades del siguiente, tanto para el extensionista, el especialista y el
coordinador. Así el extensionista, al tener que llenar la información en su cuaderno de
registro, va ordenando a nivel personal el trabajo que viene realizando. El especialista
y el coordinador mediante el SICCA identifican el avance de las actividades, que
comunidades deben reforzar el trabajo, que tipo de apoyo se requiere del especialista
en el caso de cada extensionista y en general el avance por zonas. De esta manera,
en forma muy rápida y confiable, se puede evaluar el trabajo y planificar las
actividades futuras.
En Lima cada integrante de la sede, como enlace de una o dos regiones,
revisa el SICCA recibido y coordina con los demás especialistas nacionales para
orientar las acciones específicas de asesoría, que se deben profundizar en referencia
a sus sedes regionales. En forma inmediata se comunica con dicha sede para llevar a
la práctica las acciones definidas.
Complementariamente, la .sede nacional se reúne mensualmente para
contrastar la información e intercambiar opiniones sobre la marcha del proyecto. Esto
permite hacer un seguimiento integral y fortalecer el carácter participativo del proyecto
en cuanto a la identificación de problemas y elaboración de alternativas.
Además del seguimiento mediante estos informes, la sede nacional realiza
como mínimo dos visitas de apoyo y asesoramiento al año a cada región, una
centrada en la producción (abril-mayo) y la otra (setiembre-octubre) en las
plantaciones. Cada sede regional lleva a cabo también sus propias visitas de apoyo y
asesoramiento a cada extensionista, con una frecuencia mínima de una vez en cada
semestre.
Estas visitas tienen por objetivo mejorar la aplicación de la propuesta del
proyecto en sus aspectos técnicos, sociales y administrativos, detectando los
principales problemas y alcanzando las sugerencias y recomendaciones en los
distintos niveles.
Cerrando el ciclo anual, las sedes regionales realizan reuniones técnicas
regionales de evaluación y planificación que consolidan los Planes Forestales
Comunales y preparan el plan regional del siguiente año, tomando como referencia
central los PFC de su ámbito.
Luego se realiza una Reunión Nacional de Evaluación y Planificación, que
toma como base lo planteado por las sedes regionales permitiendo aclarar algunas
dudas y dar los lineamientos para el siguiente año.
Por otro lado, como parte integral del sistema se impulsa la sistematización
de experiencias centralizadas en estudios de caso, a cargo de los especialistas de
campo y de los extensionistas, con el fin de explicar el proceso de desarrollo forestal
campesino, buscando comprender cómo se han obtenido logros importantes en las
comunidades atendidas. De esta manera se conocerán con mayor detalle los
elementos que mejoren el trabajo y que el SICCA no puede explicar por las
características inherentes a su diseño.
Finalmente completan el sistema las evaluaciones externas a cargo de las
Misiones Tripartitas de Evaluación, previstas en el Plan de Operaciones del proyecto y
los consultores que realizan evaluaciones externas, estudios de caso y otros a pedido
del mismo proyecto.
Es pertinente subrayar que un componente metodológico importante del
sistema es la retroalimentación. En este sentido el SICCA funciona como herramienta
de planificación, seguimiento y evaluación en los distintos niveles del proyecto, desde
el extensionista hasta el Director, siendo una ida y vuelta recíproca tanto el
seguimiento en el campo, como en las reuniones de evaluación zonal, regional y
nacional de evaluación que se realizan en forma mensual, trimestral y anual,
respectivamente.
b. Nivel campesino
Las subactividades que se ejecutan son el Registro y las Reuniones de
Seguimiento y Evaluación.
El comité forestal y/o los promotores registran en los cuadernos comunales los
avances en la producción, las plantaciones y su aprovechamiento.
Luego, en forma mensual, se realizan reuniones de seguimiento y evaluación
de las actividades ejecutadas donde se compara lo planificado con lo realizado,
tomando decisiones respecto al mes siguiente. Estas reuniones tienen su temática
definida por el calendario forestal. Participan en éstas los miembros del comité
forestal, los promotores, autoridades comunales, el grupo de trabajo forestal y/o la
asamblea comunal en pleno.
1.3.4 El calendario forestal como eje de la planificación, seguimiento, evaluación
y capacitación
A lo largo del documento en muchas oportunidades se va a mencionar la
época o fecha en la que se debe realizar una determinada actividad. En esta ocasión
trataremos de destacar la importancia que tiene el calendario forestal, no solamente
en lo inherente a las actividades forestales y cuándo ejecutarlas,-sino su relación con
otras actividades, organización de la comunidad, manejo administrativo, etc.
La elaboración del calendario se basa en el factor clima, al igual que la
actividad agrícola. Existen dos factores climáticos que determinan el calendario: las
lluvias y las heladas.
Las lluvias
Por las características que tiene la región andina del Perú es difícil, por no decir
imposible, que las comunidades campesinas decidan hacer plantaciones forestales en
áreas que están destinadas a la agricultura, salvo bajo la modalidad de agroforestales,
debiendo quedar claro que, en este caso, cuando se riega es a los productos agrícolas
y en forma indirecta a las especies forestales. Ante esta realidad, la alternativa que
queda es hacerlas plantaciones aprovechando los períodos de lluvia, lo que permite
tener plantas de tamaño adecuado, sanas y buenas, listas para ser plantadas cuando
están cayendo las primeras lluvias. En los últimos años ha ocurrido que los meses
adecuados para la plantación han sido diciembre y enero.
La caída de las primeras lluvias establecidas es el punto de referencia para
comenzar la producción. Dependiendo del período que necesita una determinada
especie producida en un determinado lugar, se sacará la cuenta para definir cuándo
comenzar con la producción. Por ejemplo, el eucalipto en un vivero ubicado a 3,100
m.s.n.m, aproximadamente, necesita de 9 a 10 meses para poder estar lisio para la
plantación, entonces, si queremos plantar en diciembre se deberá comenzar con el
almácigo entre los meses de marzo a abril; el "Colle" a partir de semillas, en un vivero
ubicado a 3,800 m.s.n.m., necesita de 14 a 15 meses, debiendo empezar el almácigo
entre los meses de setiembre u octubre del año anterior a la plantación.
Las heladas
Es un fenómeno meteorológico que se presenta normalmente en la región
andina del Perú, con mayor incidencia en las zonas altas. Generalmente se presenta
entre los meses de junio, julio y agosto, aunque en algunos lugares, últimamente, se
ha prolongado hasta setiembre y octubre. Este tipo de temperaturas muy bajas es
determinante para la programación de las actividades de producción de plantas que
indican cuándo comenzar a producir. Tenemos sólo dos alternativas: mucho antes de
que empiecen las heladas (marzo - abril) o inmediatamente después (octubrenoviembre). Se pone énfasis en el comienzo de la producción porque en esta primera
etapa en que las plantas están tiernas, (primeros meses) es cuando son más
afectadas por las heladas.
Muchas veces en los lugares con fuerte incidencia de heladas se hacen
grandes esfuerzos por producir especies que no soportan este fenómeno. Esto es
absurdo porque se podría protegerlas contra este fenómeno a nivel de vivero, pero en
la plantación será imposible.
La mejor forma de contrarrestar heladas es adoptar las previsiones del caso en
la plantación. Esto significa hacer la selección adecuada de especies para el sitio
determinado. Además de esto, hay que tener presente la época de la producción.
a. Características del calendario forestal
- Flexibilidad: el calendario forestal ofrece muchas posibilidades de
adecuación al tiempo disponible por la comunidad. Aunque tiene períodos definidos
para Ias actividades de producción, estos son bastante largos y permiten conjugar el
grado y el modo de organizarse de la comunidad.
Existen dos actividades que requieren de faenas comunales: la instalación del
vivero (cerco de protección, apertura de camas de repique) que puede realizarse entre
los meses de setiembre a diciembre dependiendo de la ubicación: la otra es la
plantación propiamente dicha que se realiza entre los meses de diciembre a marzo.
Son estas dos actividades en las que hay necesidad de un mayor número de
comuneros.
Las demás actividades requieren poco número de personas. Es más, un
número grande limita el aprendizaje dificultando la circulación dentro del vivero,
ambiente que generalmente no es muy grande. (Ver 3.5). El comité forestal con el
asesoramiento del extensionista debe programar estas actividades con la debida
anticipación, para comunicar a la dirigencia de la comunidad del requerimiento de
personas para una determinada actividad y formar grupos de trabajo. Por otro lado,
estas actividades no siempre se terminan en un solo día, de ahí la necesidad de rotar
los grupos. Esto permite enseñar a un mayor número de comuneros. Por eso es
preferible que una actividad no sea repetida con el mismo grupo.
Es común y normal que las comunidades tengan una forma de organizarse y
de disponer la mano de obra en función a sus múltiples ocupaciones. Lo importan le
es adecuarse a ella y hacerles conocer las implicancias que tiene el no cumplimiento
de las actividades a tiempo.
- Es compatible con el calendario festivo: el poblador andino, como
cualquier otro ser humano, tiene sus momentos de descanso y de fiestas, que por lo
general son de agradecimiento a la productividad de la tierra. Por eso la mayor parte
de ellas están concentradas en las épocas posteriores a la cosecha y previas a la
siembra (mayo-setiembre). Dentro de estos meses se tienen las fiestas religiosas,
comúnmente llamadas "fiestas patronales", en las que cada comunidad festeja a su
"Santo Patrón". Estas fiestas normalmente duran una semana y la fecha está definida
desde tiempos inmemoriales, por lo que es fácil prever cualquier falta de atención en
el vivero forestal. Es importante entonces, que las autoridades correspondientes
tomen las medidas necesarias para evitar daños o pérdidas.
También existen las fechas cívicas que se celebran en las escuelas con la
participación de los comuneros. Estas no duran más de uno o dos días, pero siempre
es bueno tenerlas en cuenta.
Contrastando el calendario forestal con las fiestas, vemos que estas
actividades están concentradas en los meses en que no se necesita de la participación
total de la comunidad (faena comunal), lo que permite que un número reducido de
comuneros se responsabilice. Ellos no necesariamente tendrán que perderse la fiesta
(una semana), puesto que para cumplir con las actividades encomendadas, se
requiere sólo de algunas horas de trabajo al día, por lo que se puede mantener bien el
vivero y también participar de la fiesta. Lo importante es estar consciente de las
consecuencias que traerían el descuido y la irresponsabilidad de no cumplir con las
tareas encomendadas.
- Es compatible con el calendario agrícola: las actividades de propagación
de árboles tienen períodos definidos y prolongados que permiten adecuarse a las
diferentes formas de organización y a las diversas actividades del campesino andino.
El calendario agrícola es más rígido que el calendario forestal, porque si hay
una demora de una o dos semanas para la siembra, aporque, abonamiento, etc. es
fatal. En cambio, el almacigado de las especies arbóreas, que es la actividad más
rígida y determinante en forestales, tiene un período de flexibilidad de 30 a 45 días
como máximo.
En el calendario forestal la época más recargada es entre los meses de
noviembre a febrero cuando se tienen que realizar diversas actividades como la
preparación de platabandas, recolección de esquejes o ramillas de "Queñual", la
plantación propiamente dicha. Coincidentemente, es el período en el cual la
comunidad dispone de tiempo porque ha concluido con el sembrío grande de papas,
que generalmente se realiza entre los meses de setiembre a octubre.
El período analizado es el más crítico, porque es la plantación que requiere la
mayor participación comunal. El resto de las actividades se salvan con una buena
programación de las mismas y con la formación de grupos. En el cuadro No.2 se
presenta el calendario agrícola.
- Varía de acuerdo al lugar y la especie: las actividades que comprenden el
calendario forestal (ver cuadro No.3) han sido elaboradas sobre la base de las
experiencias que se tienen en la región andina de los departamentos de Ancash,
Ayacucho, Cusco, Huancavelica, Junín, Cajamarca y Tacna que tienen características
climáticas (época de lluvias y heladas) similares- Hay variación para el departamento
de Arequipa pues presenta condiciones climáticas de áreas semiáridas a áridas con
escasa precipitación y un período de heladas grande (5 meses). También varía para el
caso de Puno que tiene un período largo de heladas con características extremas.
En un análisis final de lo expuesto, con fines operativos, se puede arribar a la
siguiente conclusión:
Los períodos de inicio de las actividades de propagación vegetativa de las
especies Polylepis sp. y Buddieja sp. son de diciembre a enero con las primeras
lluvias. Esta es la única alternativa para toda la Sierra del Perú, por ser ésta la época
que el material vegetativo reúne las condiciones para su propagación y de ello
depende su éxito. Para las especies que necesitan ser producidas a partir de semillas,
en comunidades ubicadas por debajo de los 3,500 m.s.n.m., se deben almacigar en el
mes de abril apenas finalizadas las lluvias.
Para las comunidades que tienen períodos largos de helada y que se
encuentran sobre los 3,500 m.s.n.m. se debe almacigar apenas finalizado ese periodo
(octubre-noviembre).
Se incide en lo relacionado con el inicio de la producción, porque las demás
actividades son consecuencia de esta.
- Actividades críticas e impostergables: dentro de la producción de plantas
existen actividades claves y se corre el riesgo de perder la campaña si no se hacen en
el tiempo previsto. Realizarlas fuera de este período no tiene objeto. Es preferible ya
no hacerlas, porque será una pérdida de tiempo y recursos. Estas actividades son:
* Recolección de esquejes (ramillas) de "queñual": no es posible recolectar
esquejes en otros meses que no sean diciembre o enero (condicionado a las
lluvias). Hacerlo antes significa tener el material con la capacidad de un menor
prendimiento en la platabanda. Haciéndolo después de enero, se va a obtener
un buen prendimiento, pero no se aprovecharán los meses de lluvia, época en
la que los esquejes crecen más.
* Almacigado: un almacigado tardío (posterior a abril) dará como resultado
plantas muy pequeñas que no reúnen las condiciones para ser plantadas.
Hacerlas plantaciones con este tipo
de material es ir al fracaso, porque en las condiciones extremas de suelo y
clima que hemos mencionado existen muchas posibilidades de que las plantas
mueran.
* Repique; la época del repique es consecuencia de la época del almacigado,
la fecha varía de acuerdo con la especie que se va a propagar.
El proceso de extraer las plantitas de la cama del almácigo y ponerlas en las
bolsas o platabandas, es una actividad crítica e impostergable en la producción
de plantas.
El momento oportuno para el repique varía según la especie y las condiciones
ecológicas del lugar, el tiempo que demoran las plantas en la cama del
almácigo es generalmente de dos a tres meses, quedando aptas para ser
repicadas (ver 2.8 -d en: "La extracción de plantas"), podemos citar algunos
ejemplos:
El eucalyptus globulus “Eucalipto” de 20 a 30 días después de la germinación, el Alnus
jorulensis "Aliso" de 3 a 4 meses, la Buddieja coriácea "Colle" de 3 a 5 meses, cuando
las plantitas tienen 3 cm.
* Plantación: por las características de la sierra peruana que tiene un período
corto de lluvias concentradas entre 3 a 4 meses al año, es impostergable hacer
la plantación con las primeras lluvias establecidas y así, la planta puede
aprovechar la humedad del suelo y garantizar su prendimiento (ver 4.4. en:
"¿Cómo plantar?).
Si hemos tenido en cuenta el tiempo y las actividades del proceso de
producción de plantas, tendremos buenas plantas en los viveros comunales.
Viendo buenas plantas, fruto del esfuerzo que han desplegado los comuneros,
estos se mostrarán entusiastas para realizar la plantación. Plantas buenas y
óptimas deben verse en los meses de noviembre a diciembre como máximo.
Así es posible hacer la plantación entre los meses de diciembre a febrero como
última fecha, para que las plantas puedan aprovechar un mayor período de
lluvias.
* Adquisición de herramientas y bolsas: con referencia a las herramientas,
cuando se trata de faenas comunales, no existen problemas mayores porque
cada campesino trae consigo su herramienta. No sucede lo mismo para el caso
del mantenimiento del vivero, donde se necesita de un mínimo indispensable
que es una regadera y una pala recta, herramientas de uso permanente que
son difíciles de conseguir en la comunidad. El resto de las herramientas como
son picos, palas, barretas, la comunidad las tiene disponibles pero es
importante tenerlas listas desde el inicio de la instalación del vivero.
Para la propagación vegetativa es indispensable contar con tijeras (Ejem. para
producir "Queñua").
Un insumo todavía indispensable para la propagación del eucalipto es la bolsa
de polietileno que por sus características y volumen requerido es difícil de
conseguir, por lo que es necesario hacer el pedido a las fábricas mucho antes
del embolsado, ya que éstas demoran en su fabricación.
b. Relación que tiene la capacitación con el calendario forestal
Hemos mencionado que si queremos promover que sea el propio campesino el
que sepa producir y plantar, el fundamento básico es el proceso educativo basado en
la práctica. Esto quiere decir que nuestra capacitación siempre debe efectuarse
paralelamente con las actividades.
El Proyecto FAO-Holanda-DGFF ha producido mucho material de capacitación;
videos, filminas, periódicos, afiches, cuadernos, etc., que son instrumentos de apoyo
que se deben usar en concordancia con el tema y el calendario.
Se ha visto que la mejor estrategia de capacitación es con la presencia del
extensionista en la comunidad, pues garantiza la enseñanza y su ejecución en el
momento adecuado. Para esto se pueden usar los medios didácticos producidos y la
demostración práctica
c. Seguimiento y evaluación en base al calendario forestal
Ahora que hemos afianzado nuestros conocimientos sobre el calendario
forestal, se debe asumir el compromiso de ponerlo en práctica, lo que nos facilitará
hacer el seguimiento y la evaluación de las actividades en el momento preciso y poder
hacer las correcciones a tiempo. Si se hace el seguimiento a una determinada
actividad tardíamente, ya no habrá oportunidad de corregir los errores, significando
esto la perdida de un año.
Esto es importante, por ejemplo, para las actividades mencionadas como
críticas e impostergables (recolección de esquejes y/o brotes, almacigado, repique,
plantación). Si somos conscientes de educar a la comunidad en los meses
determinados para realizar estas actividades, no será recomendable que el
extensionista elija los mismos meses para hacer uso de sus vacaciones.
d. El calendario forestal debe ser respetado por todos
El calendario forestal debe ser conocido para que sus actividades sean
cumplidas por todas las comunidades, así corno por los que promueven el desarrollo
forestal comunal.
Puede ser que estos conceptos estén muy claros para los extensionistas, pero
si no lo están para los jefes y profesionales, ellos no brindarán el apoyo oportuno.
También puede suceder que el personal de campo conozca y esté consciente
de la importancia del calendario, pero que el personal administrativo no. Ello puede
motivar que el apoyo logístico no llegue en el momento oportuno, y lo que debe ser
una labor de apoyo se pueda convertir en una traba burocrática, desperdiciando así un
valioso tiempo y desgastando las relaciones entre el personal y los beneficiarios del
proyecto.
CAPITULO II
PRODUCCIÓN DE PLANTAS
2.1 Calidad sobre cantidad
Es necesario reflexionar sobre por qué prima, tradicionalmente, el criterio de la
cantidad sobre la calidad de las plantaciones.
La reforestación ha venido siendo planificada bajo el criterio que privilegia la
cantidad sobre la calidad de las plantas. Este es el enfoque tradicional que se les da a
las plantaciones cuyo único objetivo es que la industria, básicamente la papelera,
cuente con recursos para su aprovechamiento. El enfoque tradicional no toma en
cuenta las diferencias edáficas, climáticas, económicas ni sociales existentes en los
Andes, a los que considera una unidad geográfica relativamente homogénea, con
posibilidades de cubrirla con grandes extensiones boscosas. Esto, de por sí, hace
pensar en grandes extensiones de plantaciones para las cuales hay Ia necesidad de
producir grandes cantidades de plantas en los viveros estatales, lo que demandaba
grandes inversiones en su infraestructura y su respectivo mantenimiento.
La administración centralista, característica típica de los países andinos, hace
que la planificación se elabore en las oficinas del Ministerio de Agricultura, sin I a
participación de los que en última instancia ejecutarán lo planificado. Así, priman las
necesidades de la industria papelera sobre las necesidades campesinas, y,
simultáneamente, se imponen metas de producción sin hacer un estudio real de los
recursos existentes para el logro de las metas trazadas.
De esta forma, lo que se crea es una competencia entre las oficinas
descentralizadas de las instituciones responsables de la actividad forestal, debido
fundamentalmente a que el presupuesto está condicionado al cumplimiento de las
metas de producción de plantas propuesta por la oficina central, sin darle la
importancia debida a las plantaciones. Asimismo, los que cumplen con las metas de
producción o las sobrepasan, tienen la posibilidad, al siguiente año, de incrementar su
presupuesto a manera de premio. De esta forma se distorsionan las cifras en los
informes, que a veces sobredimensionan las metas alcanzadas en la producción de
plantas. Estos datos, a su vez, forman la base para la sobreestimación de los avances
en plantación, cuya existencia y
sobrevivencia tradicionalmente no se verifican directamente en el campo, debido a que
no hay un seguimiento y una evaluación que garanticen la calidad de la información.
La actividad forestal tradicional del Estado en la zona andina de nuestro país
carece de registros realistas en lo que se refiere a plantaciones establecidas. Las
hectáreas plantadas están registradas en función del número de plantas que salen de
los viveros y no hay un seguimiento posterior a nivel de campo que permita evaluar la
calidad de las plantaciones. De este modo no se puede dar respuestas sobre los
porcentajes de prendimiento y crecimiento, lo que nos permitiría hacer un balance
entre los esfuerzos económicos y humanos y los resultados esperados y obtenidos.
Todo el contexto descrito sobre los criterios tradicionales que se toman en
cuenta para decidir cuánto producir, no guarda suficiente relación con la problemática
de la realidad campesina. La situación obliga a un cambio en la concepción sobre
reforestación para la realización de proyectos que impulsen el desarrollo forestal en
los Andes, cuyo objetivo básico sea satisfacer las necesidades del campesino. Si uno
es consciente de esto, entonces se debe reorientar la producción, priorizando su
selección y calidad en función de las necesidades campesinas, antes que su cantidad.
En este contexto la planta debe poder crecer tanto en suelos superficiales como en
pedregosos, así como soportar heladas, lluvia escasa, vientos helados y fuertes, lo
que garantizaría un mayor número de plantas vivas con mejor crecimiento. En
consecuencia, la reforestación será, para el campesino, una actividad más atractiva.
Se debe reconocer el aporte del proyecto "Apoyo a las plantaciones forestales con
fines energéticos y para el desarrollo de comunidades rurales de la Sierra Peruana", y
su preocupación por impulsar el criterio de la calidad antes que la cantidad, frase
que nació en la primera fase de su ejecución.^
En los primeros años del proyecto 1982 - 198i4, se impulsó bastante el criterio
de obtener mejor calidad que cantidad a niveI de los viveros permanentes conducidos
por el Estado. A partir de 1985 se comenzó con la producción en los viveros
comunales, siempre con el mismo criterio. En el primer año se trabajó sólo en las 24
comunidades que se llamaron piloto, distribuidos en las 4 sedes regionales que se
tenían (Junín, Puno, Ancash y Cusco), que luego fueron creciendo tanto en número de
comunidades como en sedes regionales, siendo actualmente (1994) 534 comunidades
e igual número de viveros comunales. (Ver cuadro No.4).
Al inicio del proyecto eran pocos los que creían en la capacidad de producción
de los viveros comunales. Inclusive el personal que laboraba en el proyecto se
mostraba un poco escéptico respecto a cumplir las metas de producción trazadas, de
tal forma, que se complementaba la producción comunal con plantas provenientes de
los viveros estatales. La estrategia consistía en disminuir paulatinamente el aporte de
las plantas provenientes de los viveros estatales, aunque no todos percibían esto
como un paso útil en el proceso educativo, tanto a nivel campesino como institucional.
De allí que para algunas personas no ligadas al proyecto, el día en que las
comunidades no dependan de
2 Fue el Ing. Gumersindo Borgo, experto de la FAO, quien señaló dicha frase a la vez que se
preocupó siempre y a todo nivel que se tome conciencia sobre esto.
los viveros estatales no llegaría nunca, mientras que las plantas provenientes de
viveros estatales eran vistas como una tabla de salvación para los fracasos en la
comunidad. Estas diferencias de criterio -lógicas ante una concepción nueva- hacían
que la reforestación campesina sea lenta, con diferencias de cantidades producidas
por vivero a nivel regional.
Los años 1987 y 1989 han sido importantes para levantar la producción de
plantas en los viveros comunales. El primero (1987) porque se consolidaron los
esfuerzos y el trabajo de 2 años (1985 y 1986), demostrando que la producción de
plantas en los viveros comunales era posible. Si analizamos el cuadro No.5, veremos
que el departamento de Ancash tomó la decisión de concentrar toda la producción en
los viveros comunales, reduciendo a cero la dependencia de los viveros estatales. El
mismo año, el porcentaje de producción de plantas provenientes de los viveros
estatales a nivel de todo el proyecto fue del 29 %. En el año 1988 nuevamente se
incrementa la producción en los viveros estatales. ¿Qué había pasado? Simplemente
que primó el criterio de la tabla salvavidas. Por tal razón, en octubre de 1989, en la
reunión de planificación para 1990, se toma una decisión histórica: "la dependencia de
plantas provenientes de viveros estatales debe reducirse al mínimo posible, para llegar
al año 1991 con la producción íntegra en los viveros comunales". Los resultados
pueden apreciarse en el gráfico No. 1. En el cuadro No.5 se ve que hasta 1994 la
cantidad producida en el departamento de Puno esta por debajo de las otras sedes.
Esto se debe a que la totalidad de sus comunidades está sobre los 3,800 m.s.n.m, el
70% de su producción se hace en platabandas, técnica más conveniente en gran
altura, que requiere mayor espacio y esfuerzo inicial en la infraestructura a nivel de
vivero.
Los tipos de viveros destinados a la producción de plantas para la reforestación
en la región andina del Perú son los siguientes:
2.2 Viveros centrales permanentes
Se denominan así porque en ellos se centraliza la producción. También son
llamadas viveros estatales. Se obtienen grandes volúmenes de producción, superando
fácilmente el millón de plantas, las que son distribuidas a los diferentes beneficiarios.
Son conducidos por el Estado, y en su mayoría financiados por los proyectos, tanto en
lo que concierne al pago de las remuneraciones como al de los bienes, servicios e
insumos. Cuentan con una infraestructura definitiva, producto de costosas inversiones.
Algunos cuentan con invernaderos y sistema de riego por aspersión, es decir, que
tienen las condiciones ideales para producir plantas de buena calidad, siempre y
cuando reciban el manejo adecuado según el calendario forestal, aunque a veces esto
no ocurre. Una desventaja de estos viveros es que se encuentran muy alejados de los
lugares de plantación, lo que desde el punto de vista técnico no es lo más adecuado,
porque se tienen que llevar las plantas producidas de pisos altitudinales bajos a los
pisos más altos, con diferencias mayores de los 1,500 m.s.n.m. Otra desventaja es el
costo del transporte de las plantas producidas en estos viveros, que tienen que ser
llevadas a grandes distancias. Otro problema es la dependencia de estos viveros del
Estado, que en su funcionamiento ha sido muy cambiante, inestable y globalmente
poco eficiente.
2.3 Viveros descentralizados permanentes
Tienen las mismas características que los anteriores, pero su infraestructura es
menor, tanto en su tamaño como en las instalaciones sofisticadas. Por lo general no
cuentan con invernaderos. El objetivo de éstos es estar más cerca de los lugares de
plantación.
2.4 Viveros temporales
Son distintos en cuanto a su infraestructura, pues sólo cuentan con camas de
repique. Están instalados cerca de las áreas de plantación y sirven para recibir plantas
ya listas para ser plantadas o a unos pocos meses de su plantación, con el objeto de
aclimatarlas. Desde el punto de vista técnico, no es lo más recomendable, porque las
plantas sufren los efectos del cambio climático, lo que trae como consecuencia un
porcentaje elevado de mortandad. Oirá desventaja de estos viveros es que sólo
funcionan para plantas producidas en bolsas de polietileno.
2.5 Viveros comunales
Están ubicados muy cerca de los lugares de plantación y cuentan con la
infraestructura mínima necesaria para la producción de plantas. La particularidad de
estos es que, tanto la construcción como el proceso de producción, así como su
evaluación y el destino de las plantas, son manejados por el propio campesino a
través de su organización existente, o la que organizan específicamente para esta
actividad. El Estado asume sólo el rol de asesoramiento y capacitación mediante el
técnico extensionista.
El Perú es un país con mucha experiencia en viveros comunales, actividad que
comenzó con el proyecto en 1985. En la actualidad son muchos los proyectos que
vienen impulsando esta modalidad de producción. Al comienzo no se tenía le en su
funcionamiento. Había escepticismo, y con mucha frecuencia se escuchaba decir: "eso
no funciona", "están jugando con 100 ó 200 plantitas", "es difícil ver los resultados
porque los campesinos no entienden", "con el dinero que se gasta en el proyecto FAOHolanda se pueden producir 10 a 20 veces más en los viveros estatales".
Lo curioso es que estos comentarios venían de personas que no trabajaban
directamente con el proyecto, y parecían ser razonables, porque no se veían los
resultados concretos relacionados con la producción de plantas. Sin embargo, para los
protagonistas (personal del Proyecto y campesinos), el hecho no era simplemente
producir plantas, sino lograr que sean los propios campesinos quienes aprendiesen a
producir sus plantas en forma sostenible y cada vez menos dependiente del Estado.
En el Perú, el momento coyuntural político y económico ayudó a que en un
período relativamente corlo se demuestre objetivamente que las alternativas de
producir en los lugares cercanos a las áreas de plantación (comunidades) y que los
propios campesinos sean los que produzcan sus plantas, son buenas. La presencia
del Estado es cada vez menor en las zonas alejadas, debido a las
dificultades de transpone, al pésimo estado de las carreteras y al alto costo de la
gasolina, que hoy viene bordeando los $ 2 por galón. Con tal precio, nadie puede
darse el lujo de transportar en un camión entre 5,000 a 10,000 plantas, en viajes que
tardan 24 horas, lo que entre 1970 y 1985 era posible hacer. Actualmente las
circunstancias obligarían a abandonar esos lugares o a dar a los campesinos, como
regalo, un puñado de plantas.
Si hacemos cálculos para medir el impacto cuantitativo de los viveros
comunales (ver cuadro No.4) vemos entre 1989 y 1991 un incremento. No ocurre lo
mismo en el año de 1992, debido a que en dicho año las condiciones climáticas han
sido extremas, lo que repercutió en el porcentaje de sobrevivencia. Se tiene un
promedio de producción por vivero bastante heterogéneo entre las .sedes regionales.
Si excluimos a Puno, por las razones expuestas (ver 2.1) y tomamos como referencia
el año 1993, podemos asumir que es posible una producción promedio, por vivero, de
±8,000. El proyecto tiene planificado atender en 1998 alrededor de 700 comunidades y
lograr un promedio de producción de por lo menos 8,000 plantas por vivero, número
que algunas sedes ya lograron sobrepasar. Toda la producción se debe al esfuerzo
campesino, asesorado y capacitado por el proyecto.
Podemos concluir afirmando que ya no es una utopía la posibilidad de hacer
desarrollo forestal en la región andina con la participación protagónica del campesino.
Es más, entre 1981 y 1987 el sector forestal y muchos proyectos que contaban con
buenos recursos financieros, cuando se tenía el Instituto Nacional Forestal, llegaba a
un ritmo anual de producción de 10,000,000 plantas, todas ellas producidas en los
viveros estatales, sumando toda la producción de los proyectos, incluyendo el
presente de FAO-Holanda. Para 1998 sólo el proyecto estaría produciendo alrededor
de 6,000,000 plantas.
Conviene aclarar que la idea no es contradecirse con el criterio de calidad
sobre cantidad (ver 2.1). El gran número de plantas producidas por los campesinos se
debe a la cantidad de viveros, ya que es más fácil lograr buenas plantasen un vivero
cuya capacidad de producción es de 8,000 y que cuenta con maño de obra y
organización campesina capa/de movilizar un gran número de campesinos (promedio
40), que en un vivero con la capacidad de 500,000 a 1,000,000, donde se tienen
dificultades de maño de obra debido a los salarios bajos o trabajo sólo a cambio de
alimentos. De ahí que ahora, después de todo este proceso que ha vivido el proyecto,
la gran mayoría de viveros comunales no tienen nada que envidiaren calidad de
plantas y diversificación de especies a los viveros estatales.
A continuación se describe cómo funcionan los viveros comunales y las
dificultades que encuentran, así como las soluciones y estrategias para que logren sus
objetivos:
a. ¿Cuándo comenzar con la producción?
Cuando se llega al lugar donde se quiere trabajar, en primer lugar se debe dar
una amplia información, promoviendo el objetivo de apoyar la reforestación de las
áreas en las comunidades con la participación de la población, desde la etapa del
diagnóstico hasta la producción de plantas. Lo primero que piden los campesinos es
empezar con el vivero. Es equivocado
pensar que previamente tiene que haber un período de "concientización" para
comenzar las labores de producción. El campesino es práctico y efectivo en su
aprendizaje, no se debe creer que primero es la teoría para luego trabajar en forma
práctica. El aprende haciendo, tal como se constató en el proyecto, que en sus inicios
se propuso un período de un año para el acercamiento y efectuar el diagnóstico de la
comunidad (etapa de convencimiento y concientización), en la que se informaba,
motivaba y promovía la actividad forestal en su conjunto, se incidía en la capacitación
sobre la producción de plantas usando material didáctico como rotafolios, afiches,
filminas, videos, se realizarán simulaciones de todo el proceso de producción para que
posteriormente ellos pudieran producir. Existía una gran preocupación por organizar a
la comunidad, "reforzar la organización comunal", despreocupándose de la producción
de plantas. La experiencia recogida es que no es posible reforzar la organización si no
se consiguen resultados concretos y visibles, fruto del esfuerzo duran le los trabajos.
Hubo comunidades que en la etapa del acercamiento mostraban un alto nivel de
participación. Así por ejemplo: de 40 familias de la comunidad, 30 de ellas fueron
motivadas y se les creó la expectativa de obtener, al final del período de producción,
un número de plantas (de 100 a 150) de acuerdo a su participación. Sin embargo, por
no darle la debida importancia a la parte de la producción, no se lograban las metas
planificadas. Al final se llegaba a repartir un promedio de 10 a 15 plantas por
participante, lo que hacía que al siguiente año, en lugar de incrementarse el número
de participantes, disminuía a veces a números muy bajos (10 ó 12). ¿Que había
pasado? ¿Se había reforzado la organización comunal? No. Al contrario, se había
ayudado a resquebrajar la unión existente, ya que quedaban sólo los más interesados
o simplemente los que conformaban el grupo que se había comprometido a dirigir los
trabajos (el comité forestal, los promotores). La mayoría de ellos manifestaban que
habían perdido su tiempo por falta de producción lograda.
b. La ubicación del vivero
Una de las decisiones más importantes que debe tomar la comunidad para
tener su vivero forestal es la ubicación. El área en la que se va a construir el vivero
debe reunir las siguientes condiciones:
- La disponibilidad de agua durante todo el año: esta información se
consigue averiguando si en la época seca hay o no disponibilidad de agua.
Hubo muchas equivocaciones por no haber tenido en cuenta este detalle, ya
que puede ocurrir que haya agua en el momento de la inspección, o que la
inspección no sea en la época seca, lo que trae problemas en el futuro.
Además se debe tener presente la calidad del agua, pues el agua contaminada
proveniente de desagües o relaves es muy perjudicial para las plantas que se
van a producir en el vivero forestal.
- Debe estar cerca de la población: el área donde la comunidad decida ubicar
el vivero deberá estar cerca de una vivienda. Esto facilitará su atención,
cuidado y vigilancia.
- Protección: el área deberá estar protegida del viento intenso y de las
heladas. Un lugar en media ladera, protegido por una cortina de árboles y su
respectivo cerco, es lo más indicado. Una vez decidida
la ubicación del arca para el vivero, debe cercarse. En una comunidad es muy
fácil que se produzcan daños por causa de los animales. El tránsito libre de
éstos es común, aun cuando sea la época en que los terrenos no estén con
cultivos. También hemos mencionado como una de las condiciones, que el
vivero este ubicado cerca de la población, o junto a la casa de alguno de los
participantes, pero sabemos que es tradicional en cualquier familia campesina
la crianza de animales. Lógicamente, si el vivero no tiene cerco de protección,
los daños se presentaran con mayor frecuencia.
Cuando la comunidad esta convencida de la necesidad de cercar el vivero, es
fácil lograr que lo construyan, porque lo hacen mediante faenas (trabajo
colectivo), lo que puede tardar de uno a cinco días, según el tamaño del vivero,
la participación y los materiales disponibles de la zona que pueden ser:
espinas, muros de piedra (pirca, ver foto No. 3), muros con ''tierra apisonada
(tapial, ver foto No.4), terrones con ichu o quiquyo verde (champa).
- Topografía: de preferencia el área debe ser plana. De no ser así, el vivero se
tendrá que construir en terrazas o andenes (ver foto No.5).
- Tamaño: el tamaño del vivero está en relación con la cantidad de plantas a
producir, lo que se define en función del área de terreno con que cuenta la
comunidad para ser reforestada, la mano de obra disponible (participación), las
especies a plantar, las técnicas de propagación que se emplearán por especie
y la proyección del incremento de la producción.
En el caso de los viveros comunales donde la cantidad a producir no está
predefinida, la producción en el primer año puede ser relativamente pequeña,
para luego ir ampliándose, de la misma forma como se irá incrementando la
producción y la participación.
Por estrategia, al principio se debe empezar con una producción moderada,
para garantizar la calidad de las plantas y lograr la participación de los
campesinos, lo que más tarde, motivará a incrementar la producción y
aumentar el área del vivero. En el primer año se debe aprovechar al máximo el
tiempo en la capacitación de los campesinos, para garantizar la futura
producción. Después de este período, si las cosas han marchado bien, serán
los propios campesinos quienes pedirán incrementar la producción a partir del
segundo año. Un número pequeño de plantas (de 10 a 20) por participante no
es nada atractivo. Tendrán que pasar muchos años para completar su lindero y
levantar una barrera viva con árboles les era aún más difícil de completar a ese
ritmo. Estas cosas concretas, producto de su experiencia, les hacen pensar y
tomar decisiones para aumentar el área de su vivero.
Frente a las dificultades para determinar el tamaño adecuado del vivero, es
necesario tener en cuenta algunas estimaciones en función de la cantidad
de las plantas que se quieren producir, la técnica que se va a emplear y los
conocimientos logrados por la experiencia en los viveros comunales:
* El área del almácigo: las dimensiones de las camas de almácigo .son de 1
m. de ancho, el largo dependerá de la cantidad de las plantas que deseamos
producir. Por m2 de almácigo se espera conseguir de 1000 a 1500 plantas (ver
2.8.4. en: "Propagación de .semillas" - Densidad de siembra en el almácigo).
* El área del trasplante o repique: la cama de repique es el lugar donde las
plantas permanecen desde que salen de las camas de almácigo, hasta tener el
tamaño adecuado para .ser plantadas en el terreno definitivo. Las dimensiones
son de 1 m. de ancho y el largo puede variar, hasta 10 m. como máximo.
Cuando la producción se realiza en bolsas de polietileno, según el tamaño, se
consiguen de 1500 a 1600 plantas por cama de 10 m., es decir, de 150 a 160
por m2, cuando se trabaja con bolsas de 13 x 18 cm. (en dimensión plana); y
2,500 a 2,600 plantas en bolsas de 10 x 18 cm., cuando se trata del eucalipto.
Cuando la producción es en platabandas (ver 2.8.4.Propagación por semilla. d.
Repique en platabandas) las dimensiones son las mismas que las de repique,
1 m. de ancho por 10 m. de largo, y se consiguen de 300 a 350 plantas en los
10 m2.
En el caso del pino, puede ser hasta 60 plantas por m2.
* El área para la mezcla del sustrato: es necesario considerar un espacio
donde preparar el sustrato, que se aprovechara para el embolsado, aunque, se
pueden usar las mismas camas de repique.
* Caminos: deben existir pasadizos de 0.40 m. a 0.50 cm. de ancho, entre las
camas de repique. Asimismo se debe tener en cuenta los canales para el riego.
En resumen, para una decisión práctica se puede trabajar con las siguientes
equivalencias: para obtener 2,500 a 2,600 plantas producidas en bolsas de 13
cm. x 18 cm. se necesitan 16 m2. Para tener de 1,500 a 1,600 plantas
producidas en bolsas de 10 x 18 cm., se necesitan 16 m2 y para tener de 300 a
350 plantas producidas en platabandas se requiere 16m2. Esto incluye los
caminos, el área del almácigo, la mezcla del sustrato y canales de regadío, (ver
figs. No.2 y No.3)
Con las estimaciones descritas se puede determinar el área necesaria para el
vivero comunal, sabiendo que especies se van a producir y la técnica de producción a
emplear. Estos datos se deben tener en cuenta antes de tomar la decisión de ubicar el
vivero y evitar así lo que muchas veces viene ocurriendo: cuando la producción está
ya en camino, recién nos damos cuenta de que el vivero es demasiado chico, y que no
se va a poder cumplir con lo planificado. Con ello viene el desinterés de la comunidad.
Sobre estas consideraciones técnicas, relacionadas con la ubicación y tamaño
del vivero, también se presentan algunos problemas de carácter social, como es el
caso de la tenencia de la tierra. Se han tenido experiencias como las de ubicar el
vivero dentro del terreno de uno de los participantes, que por lo general era el más
entusiasta. Posteriormente, por diferentes motivos, se presentaban pequeñas rencillas
o discrepancias con el dueño del terreno, lo que originaba que en el siguiente año se
negara a cederlo para el vivero. También se presentaban casos en los que el
propietario se comprometía a ceder el terreno por el período de uno o dos años,
tiempo después del cual se tenía que reubicar nuevamente el vivero. Para evitar estos
problemas, y contar desde el inicio con una infraestructura adecuada y estable, es
necesario que el terreno sea de la comunidad, distrito, cantón, o barrio. Debe,
prioritariamente, buscarse un área que sea de propiedad de la organización. Hay
también experiencias muy interesantes que han surgido como respuesta a estos
problemas. Tal es el caso de algunas comunidades que, al no contar con el área
aparente para el establecimiento del vivero, según las características descritas,
decidieron comprar el terreno. Otras comunidades al no contar con la extensión
suficiente para la cantidad de plantas que querían producir, decidieron descentralizar
la producción, es decir, tener más de un vivero. En algunos casos llegaron a tener
hasta cinco, organizándose de tal manera que las responsabilidades del
mantenimiento del vivero estaban distribuidas entre las familias, no así la capacitación
y la distribución de plantas que sigue siendo comunitaria. Otra alternativa es que
alguna familia ceda su terreno sin fijar un límite de tiempo, a cambio recibirá un
número determinado de plantas producidas. Todas estas decisiones nacen cuando los
resultados son palpables y reales, es decir, plantas producidas de buena calidad y en
cantidad suficientes por año y por participante, hecho que motiva a mantener el ritmo
de la producción y, lo que es mejor, incrementarla.
c. Llegar a trabajar en el vivero comunal es un proceso
Hasta aquí se puede tener la impresión de que trabajar en los viveros
comunales es cosa fácil. No es así. Tiene que pasar un tiempo razonable, no muy
largo, para conseguir experiencias, las que deben ser aprovechadas y de las que se
desprenden las consideraciones que a continuación se describen:
- Convencimiento: la institución que quiere impulsar la organización y
construcción de los viveros comunales debe lograr que los miembros que
laboran en ella estén plenamente convencidos de que esto es posible. De no
ser así, lo recomendable es no empezar ninguna tarea.
- Participación comunal: cuando los compromisos asumidos y/o las metas
trazadas con la comunidad no se han cumplido, la participación comunal
disminuye. Sucede al contrario, cuando se cumplen. La participación se
incrementa. No hay una comunidad que no necesite o no quiera árboles.
- Capacitación del personal: es la clave del éxito. Antes de lanzarse a
impulsar los viveros comunales se deben medir las fuerzas y ver si el personal
de extensión está lo suficientemente capacitado, técnica y socialmente. No
basta con motivar a la comunidad, se deben asumir compromisos realistas y
dotarla del material de capacitación
adecuado. Lo que muchas veces sucede es que con todo lo mencionado sólo
se llega a entusiasmar al poblador. Es como "estar en las nubes sin lograr
aterrizar". Lo mismo ocurre si sólo manejamos la tecnología y no sabemos
compartir con el campesino nuestros conocimientos y rescatar a la vez lo que
ellos saben. No es lo mismo producir en los viveros permanentes del Estado,
donde se tiene un número de obreros con la obligación de hacer lo que se les
ordena y su interés no es aprender; en los viveros comunales, el objetivo es
que los campesinos aprendan el proceso de la producción de plantas.
Para la producción en los viveros comunales, debido a las múltiples
necesidades del poblador andino, se requiere el conocimiento y un desarrollo
tecnológico de las diferentes especies y técnicas acordes con su realidad. El
personal de extensión necesita estar capacitado para poder afrontar el
problema. Se hace hincapié en esto porque los técnicos que vienen trabajando
en la zona andina mayormente dominan el conocimiento silvicultural de los
géneros Eucalyptus y Pinus. Existiendo muy poco conocimiento o falta de
interés por las especies nativas.
Para lograr capacitar al personal no basta la realización de cursos
escolarizados o seminarios-talleres. Es más conveniente seguir la práctica del
proceso de la producción, de acuerdo al calendario forestal, lo que requiere de
tiempo, pero indudablemente tiene mayor efectividad. Para lograr esto, se
sugieren las siguientes estrategias:
•
•
•
•
Tener un equipo profesional multidisciplinario, con conocimientos y
experiencia para capacitar al resto del personal.
Aprovechar inicialmente la infraestructura de los viveros permanentes,
cuando existen.
Aprender vivencialmente en los propios viveros comunales.
Intercambiar experiencias, enviando personal a capacitarse en los
proyectos o instituciones que tienen más experiencia.
Puede haber más formas, la elección dependerá de las posibilidades
institucionales, del grado de conocimiento, del tiempo. De lo que se tiene que
estar consciente es de que todo esto es indispensable. Si no se toma la debida
seriedad en la capacitación del personal antes de iniciar la promoción de
viveros comunales habrá desaliento y fracasos. Sería mejor no empezar.
- Cantidad de viveros comunales a atender: un criterio a tener presente en el
manejo de los viveros por la comunidad es que, como institución, inicialmente
no se debe caer en la tentación de querer atender muchos viveros. Esto
dependerá de la cantidad de personal y su grado de capacitación, recursos
financieros, ámbito, etc. Lo mejor es comenzar con uno o dos viveros, como
máximo, por cada extensionista. Aun cuando este haya recibido una
capacitación previa, todavía no tendrá la suficiente experiencia en lo referente
a los
aspectos sociales, lo que llegará a en tender más larde sólo trabajando con la
comunidad, porque no hay recetas, ni modelos. Cada comunidad tiene .su
propia forma de organizarse. Con una primera experiencia forestal .se puede ir
incrementando el número de comunidades atendidas por el técnico, llegando
luego a un promedio de 5 comunidades como máximo. Esto dependerá de la
habilidad de implementación del conocimiento, equipo con que cuenta el
técnico y la ubicación de las comunidades.
- Cantidad de especies a producir: aI principio se debe acordar con la
comunidad el trabajo con pocas especies. En el primer año, .sólo de una a tres
especies como máximo, con la idea de que la comunidad aprenda -más que la
diversificación de especies- las diferentes actividades deI proceso de
producción. Para esto las especies que se elijan (ver 2.6) deben ser aquellas
que se diferencien en las técnicas de propagación. Dichas técnicas deben ser
comprobadas y de fácil manejo, con el objetivo de que los participantes vean
resultados concretos. Esto .servirá además para medir el grado de interés real
de la comunidad por su desarrollo forestal. De acuerdo al grado de interés y el
ritmo de aprendizaje, se irá incrementando la cantidad y el número de
especies, en relación con las necesidades comunales y la realidad
edafoclimática.
2.6 Viveros familiares
Son aquellos donde la construcción y producción de plantas, así como el
destino de las mismas, es responsabilidad de la familla.
Existen dos formas de promover los viveros familiares:
a. Por el Estado
A través de los proyectos o las ONG, los que le facilitarán la capacitación, y, en
algunos casos, insumos (bolsas de polietileno, regaderas, semillas). Existen proyectos
cuya estrategia es promover los viveros familiares para después llegar a los viveros
comunales.
b. A iniciativa de la propia familia
Como producto de una participación como parte integrante de la comunidad. El
proyecto FAO-Holanda cuenta con esta experiencia. Aunque por el momento no
promueve los viveros familiares, en la práctica estos se vienen dando como
consecuencia del aprendizaje durante la participación en los viveros comunales. Al
final de la producción reciben un número de plantas que para algunos campesinos no
es suficiente, naciéndoles la idea de producir sus propias plantas. Es así que
construyen sus propios viveros y, a la vez, continúan participando en su comunidad.
Con esta estrategia, que parte de lo comunal para llegar a lo familiar, se llega a un
mayor número de familias y el costo de la capacitación es menor. También, por la
presencia del proyecto, disminuyen los problemas sociales de relación dentro de la
comunidad, puesto que no se entra de frente a trabajar con las famillas sino que es el
resultado del trabajo con la comunidad.
Es necesario darles importancia y seguimiento a los viveros familiares dentro
de una comunidad organizada, con la idea de mejorar la metodología de trabajo,
estrategias y la participación de la comunidad, porque en muchas comunidades donde
se atiende con el proyecto se vienen incrementando el número de los viveros
familiares. Otra razón por la que es necesario el seguimiento, es que no se sabe con
certeza que va a pasar con los viveros comunales cuando el proyecto ya no este
presente. Es posible que en algunas comunidades continúen y en otras no, pero es
muy probable que continúen los viveros familiares que nacen por iniciativa propia.
2.7 Diversificación de especies
2.7.1 ¿Por qué diversificar especies?
La región andina se caracteriza por tener una gran diversidad cultural, social,
demográfica y económica. A esto se agregan las limitaciones climáticas, como son las
temperaturas bajas, principalmente por las noches, radiación solar alta durante el día
(haciendo prácticamente una estación de verano en el día y de invierno durante la
noche), vientos fuertes y secos, incidencia de las heladas y granizadas,
precipitaciones escasas y concentradas (inicio y duración no predecible) y largas
temporadas de sequía. Al clima desfavorable se suma la poca profundidad y lo
pedregoso de los suelos.
Partiendo del reconocimiento de la realidad, vemos la importancia que tiene la
diversificación de especies para contrarrestar las condiciones edafoclimáticas y
satisfacer las necesidades del poblador andino. No es casualidad que el campesino
cultive en un período determinado diversas especies agrícolas. Lo hace con la
finalidad de disminuir, los riesgos que le pueden traer las cambiantes condiciones
climáticas. Con la diversificación de especies se tienen mayores posibilidades de
lograr éxitos.
Esta idea también la manejan los campesinos con las especies forestales (ver
foto No.6). Alrededor de sus casas, en sus huertos o delimitando el área de sus
chacras, se pueden apreciar diferentes especies que van a satisfacer sus necesidades
de leña, madera para construcción, frutos o medicinas, como ocurre con la gran
diversidad de hierbas medicinales que suelen ser sembradas junto a sus moradas.
La mayor reforestación en la zona andina tradicionalmente se viene haciendo
con el Eucalyptus globulus (Eucalipto) y en un porcentaje menor con el Pinus radiata
(Pino). La razón que impulsa a la reforestación con estas especies es satisfacer o
aliviar la demanda de pulpa para papel, dejando de lado las necesidades básicas del
campesino.
Hasta 1985, del total de la producción nacional, sólo entre el 2 a 5%
representaba a las especies nativas. Porcentajes similares tenía el proyecto. También
hay que reconocer como un mérito del proyecto el impulso y la promoción de dichas
especies. Se sistematizaron las primeras experiencias de producción y plantación
hasta el año de 1985 y se editaron en la publicación "Apuntes sobre algunas especies
forestales nativas de la sierra peruana".
La producción de plantas en los viveros comunales (ver cuadro No.6) muestra
que para los años 1991 a 1994, el porcentaje de las especies nativas frente a las
exóticas varía en un rango de 28% a 41%. Podemos concluir que para este período el
promedio es de 31 % de nativas y 69 % de exóticas.
El eucalipto se ha ganado el aprecio del campesino. Pese a las condiciones
climáticas más difíciles para esta especie, quiere tenerlo como un elemento que es
parte del paisaje o con la idea de satisfacer sus necesidades de madera para su uso
en sus construcciones o como leña. Las razones por las que tiene apego a esta
especie son: rápido crecimiento, fuste recio, limpio y su gran capacidad de rebrote.
Se ha hecho muy poco por buscar reemplazo a estas especies exóticas,
principalmente al eucalipto. En la última década, diferentes proyectos de desarrollo
rural empezaron a mostrar interés por las especies nativas. Es así que en los últimos
cinco años este interés ha crecido y cada vez es mayor, debido a la preocupación
existente en el mundo sobre la importancia de conservar los recursos, el medio
ambiente, la biodiversidad genética y el equilibrio ecológico.
Se nota un progresivo interés por promover la plantación de las especies
nativas. Han ayudado mucho los últimos avances en manejo silvicultural desarrollados
en el país, que muestran su facilidad de propagación y rápido crecimiento con relación
a experiencias anteriores, tanto en el vivero como en las plantaciones.
Entre las razones que motivan a reforestar con especies nativas queremos
señalar las siguientes:
-
Con las especies nativas se. corre menos riesgo de plagas y enfermedades
por su adaptación milenaria.
-
Son menos exigentes que las exóticas en calidad de -suelos y humedad, y
más adaptables, por tanto, a las características de los terrenos actualmente
disponibles para reforestar en la sierra.
-
La versatilidad en productos y beneficios para el poblador andino en
madera, leña, frutos, colorantes para textiles, protección y mejoramiento
de suelos en los sistemas agroforestales y ofrece, también, mejores
condiciones para el hábitat de la fauna.
2.7.2 Limitaciones en la diversificación de especies
Se tienen las siguientes limitaciones:
-
La promoción de la reforestación con el objetivo orientado a lograr sólo
plantaciones masivas con fines industriales, considerando a toda la zona
andina como un área homogénea.
-
No dar Ia debida importancia a las especies nativas como consecuencia del
poco conocimiento del manejo silvicultural de estas especies.
-
Escasa bibliografía o bibliografía existente poco utilizada sobre las especies
nativas, existiendo sin embargo documentación foránea referida, como es
lógico, solamente a las exóticas.
-
Concepto erróneo de que las especies nativas no crecen o son de lento
crecimiento, debido a que el parámetro de comparación es el eucalipto, sin
tener en cuenta, además de la especie, las condiciones ecológicas en que
se desarrollan. En los lugares con las características ecológicas aptas para
el eucalipto no se puede esperar igual crecimiento de las nativas, como que
en condiciones difíciles de clima y suelo tampoco se puede pensar que el
eucalipto prospere más que las nativas. En conclusión, es un tanto inútil
seguir enfrentando estas dos corrientes entre los defensores de las
exóticas y los de las nativas. Lo cierto es que cada especie tiene su
importancia en relación con las condiciones ecológicas de las cuales
dependerá su crecimiento. Si para un determinado lugar hay varias
especies a plantar, será el objetivo final de la plantación el que determine la
especie o especies a plantar.
-
El excesivo entusiasmo por la diversificación sin el conocimiento del
manejo técnico de las especies nativas, que trae como consecuencia el
fracaso, y con esto el desaliento en el campesino, lo que ayuda a aumentar
la idea de que estas especies no crecen o son de lento crecimiento.
-
El hecho de lanzarse a diversificar especies sin un mayor análisis de la
realidad edafoclimática de un lugar. A veces hay lugares donde las
condiciones del suelo y del clima no permiten trabajar con más de una a
tres especies. En este aspecto es importante reflexionar con la comunidad,
porque siempre va a existir el interés por tener muchas y nuevas especies.
Es común escuchar de boca de los campesinos: "Queremos pino porque es
bonito", "Nosotros también queremos eucalipto como la comunidad X que
han vendido y con eso han comprado vacas, maquinaria"."Queremos
frutales". Lo riesgoso es que con un criterio errado de la extensión
participativa, muchas veces se piensa en cumplir con todo lo que la
comunidad quiere y se hace lo imposible por satisfacer lo que desea, sin
considerar las condiciones reales del lugar en que se tiene que trabajar. De
allí la importancia de un diagnóstico de la comunidad a través del cual se
sabrá si existen limitaciones, tales como la presencia de heladas, vientos
secos, poca precipitación o existencia de agricultura en tierras de aptitud
forestal. Estas son realidades con las cuales hay que saber convivir y que
conllevan a la elección de las especies adecuadas.
En el área andina existe un gran potencial de biodiversidad genética, que no
está siendo aprovechada racionalmente. Lo que es peor, se le está depredando a tal
punto que muchas especies están en peligro de extinción. De esta gran diversidad en
lo referente a árboles y arbustos, es poco lo que se conoce en cuanto a la forma de
propagarlos y su masificación a nivel de viveros.
2.8 Técnicas de propagación de especies forestales
Como hemos mencionado, la poca experiencia en el uso de técnicas de
propagación de las especies nativas, unida a la falla de una sistematización apropiada,
impide que se tenga información disponible. Podría hacerse, en este capítulo, la
descripción de las técnicas existentes. No obstante, esa no es la idea, ya que lo
mencionado se puede encontrar en muchas publicaciones, mientras que aquí lo que
queremos demostrar es cómo adaptarlas y manejarlas en las condiciones normales de
una comunidad.
2.8.1 Rescate de la tecnología andina
Los proyectos de desarrollo rural hablan de la importancia del rescate del
conocimiento tecnológico del hombre andino. Se debe empezar tomando en cuenta
este concepto, lo que ayudara a un desarrollo forestal más rápido, puesto que la
experiencia es ancestral.
La razón por la que se debe empezar por el conocimiento campesino y no
iniciar con una masificación sin previo análisis, radica en que muchas de las técnicas
no son adecuadas para una producción a mediana y gran escala, ya que atentan
contra el material parental existente. Como ejemplos podemos citar el caso de
Polylepis sp. "Queñua", que tradicionalmente los campesinos propagan a partir de
estacas grandes de aproximadamente 50 a 60 cm., plantándolas directamente en el
terreno definitivo; lo mismo que la Buddieja sp. “Colle", propagada vía acodo; la
Erytrhina edulis. "Pajuro" y el Sambucus peruvianum. "Sauco", a partir de estacas
grandes de aproximadamente 1 a 1.5 m. Estas formas de propagar funcionan
perfectamente en pequeña escala, de 4 a 5 plantas, con lo que no se aleda al árbol
padre. Pero se debe tener cuidado con las especies en peligro de extinción y en
aquellos lugares donde los árboles, de los cuales se va a obtener material vegetativo
para la reproducción, .son escasos. Si queremos producir en los viveros comunales
con material vegetativo de la comunidad, debemos actuar con prudencia.
Imaginémonos, por ejemplo, una comunidad que tiene sólo de 2 a 5 árboles de
"Queñua" (esto es muy frecuente); lo mínimo que se produce por vivero en una
platabanda es 350 plantas, de modo que recolectando 350 estacas con las
características mencionadas en la práctica tradicional, se habrán destruido los pocos
árboles existentes.
La tecnología forestal desarrollada por el campesino siempre está orientada a
la obtención de un número pequeño de árboles. No se han encontrado plantaciones
grandes generadas por propia iniciativa del campesino. Más bien, lo que
tradicionalmente se encuentra es un máximo de cinco arbolitos alrededor de sus
chacras, huertos o casas. No ha habido preocupación por parte del poblador andino
para generar bosquetes o bosques. Si esa hubiera sido la tradición, paralelamente
habrían desarrollado una tecnología orientada a la masificación, que es lo que se
busca cuando se quiere impulsar proyectos forestales Muchos proyectos han
empezado con la idea de la propagación masiva de las especies nativas, pero se han
encontrado con el obstáculo del desconocimiento tecnológico del manejo silvicultural
de dichas especies. La idea o reto consiste en que a partir del conocimiento
campesino existente, se desarrolle una tecnología forestal para el área andina, como
algunos proyectos
gubernamentales-s y no gubernamentales vienen realizando en diferentes países. Se
trata de experiencias importantes que deben ser sistematizadas para difundirlas.
Muchas han sido recogidas en el presente documento.
2.8.2 Material reproductivo
a. Autoabastecimiento por parte de las comunidades
Si pensamos en la sostenibilidad de la actividad forestal dentro de la
comunidad, lo ideal es que sean los propios campesinos quienes se abastezcan, tanto
de semillas como del material vegetativo. Esto se puede realizar en aquéllas donde
todavía existen árboles, lo cual no es muy frecuente. De otro lado, no todas las
especies, en un determinado lugar, a pesar de tener las condiciones ecológicas
similares a otros lugares donde hay árboles, tienen las posibilidades de ser
introducidas o reintroducidas. Estas consideraciones deben tenerse en cuenta cuando
se pretende que la comunidad se autoabastezca.
Con una visión a largo plazo y pensando en la calidad de las plantaciones
futuras, esto podría traer problemas, porque son pocas las especies y lugares que
pueden garantizar la calidad de estas, puesto que en su mayoría el material que se
viene recolectando es de relictos. El problema se agrava con aquellas especies cuyas
características botánicas permiten la hibridación. Es posible que los árboles de los que
se recolectan Ias semillas tengan características fenotípicas excelentes, lo cual no nos
asegura, en una propagación vía sexual, que las generaciones siguientes tengan las
mismas características, ya que estas pueden mejorar o empeorar. En el caso de las
especies que se vienen propagando vía reproducción asexual (vegetativa) se da la
posibilidad de tener las mismas características que el árbol progenitor. Estas
consideraciones se deben tener en cuenta para formular una política de mejoramiento
genético, que a juicio de mucha gente es imprescindible y urgente pues muchos
proyectos buscan una reforestación masiva con especies nativas.
Para mucha gente, este aspecto se percibe como un problema a largo plazo.
Aunque es cierto que para aquellos proyectos o instituciones cuya producción es
pequeña el problema no sea contemplado como tal, pero, cuando se está en el nivel
de masificación, la magnitud de Ia dificultad se percibe mejor. Sin embargo, hay
quienes sostienen que para las plantaciones cuyo propósito no es imprescindible el
fuste recto, limpio y grande (leña. agroforestería), este aspecto no tiene mayor
importancia. Lo cierto es que nadie quiere asumir el trabajo de mejoramiento genético,
porque es a largo plazo. Con este pretexto es fácil justificar la pasividad en cualquier
proyecto de desarrollo forestal o rural existente, que por lo general tiene un período de
duración de 5 a 10 años. Con los árboles no es como en los cultivos agrícolas, cuyo
ciclo de producción generalmente es de un año, tiempo suficiente para determinar si
en una especie hubo o no ganancia genética. En el caso de los árboles de los países
andinos, este período no puede ser menor de 8 a 10 años, tiempo relativamente corto,
teniendo en cuenta de que existen lugares en Asia - Japón, por ejemplo- en los que se
espera, por razones climáticas, períodos de 100 a 200 años. La reflexión debe ser a la
inversa: puesto que se necesitan tantos años, entonces se debe empezar cuanto
antes. Los proyectos que por lo general tienen períodos cortos de duración, no quieren
incursionar en el mejoramiento genético debido a que
implica períodos largos. En este sentido debería ser el Estado quien asuma esta tarea,
con el apoyo de proyectos específicos. Más adelante (en: 2.8.5. Propagación
vegetativa por brotes) daremos algunas ideas que posibilitarían mejorar la calidad de
nuestras plantas, así como algunas alternativas que el Estado podría asumir sobre el
particular.
b. Intercambio de material reproductivo
Existen lugares que tienen árboles, relictos o bosques de determinada especie
con mejores características fenotípicas que otras. También hay, al mismo tiempo,
determinadas especies en un lugar, mientras que en otro, con las mismas
características ecológicas, nunca ha existido esa especie o simplemente se ha
extinguido. Estas son realidades que obligan a un intercambio de material
reproductivo, que en algunos casos se viene dando sólo por puro interés y entusiasmo
de algunas personas, aunque es notorio el descuido de los criterios técnicos mínimos
que se deben tener en cuenta:
-
No trasladar las semillas o plantas de las áreas que tienen climas uniformes
con pequeñas fluctuaciones de precipitación y temperatura, a otras áreas
con fluctuaciones duraderas y permanentes de esos factores.
-
No trasladar plantas de altitudes elevadas o de latitudes a situaciones
opuestas (bajas altitudes y latitudes, o viceversa). En la práctica, pueden
haber exitosos traslados de materiales procedentes de elevadas altitudes y
de bajas latitudes hacia bajas altitudes a mayores latitudes, y viceversa. Sin
embargo, con estos traslados pueden presentarse problemas de
adaptabilidad, por lo que debe decidirse si la ganancia con dicho
movimiento es lo bastante grande como para justificar el riesgo de la
adaptabilidad.
-
No plantar árboles en suelos ácidos que se han originado en suelos
básicos, o viceversa. Esta regla también suele aplicarse en el caso de tipos
de suelo. Por ejemplo, de arcilla a arena o de arena a arcilla.
-
Cuando se adquiere material reproductivo se debe estar seguro de conocer
el lugar de origen, indicando la región, provincia, distrito o camón; localidad,
altitud y fecha de recolección.
-
Es preferible usar semilla local, siempre que pueda disponerse de
poblaciones locales, a menos que se demuestre que otra fuente pueda dar
plantas más deseables. Por semilla local debe entenderse semilla proceden
le de un área expuesta a las influencias climatológicas similares.
Preferiblemente debe considerarse que quede dentro de los 160 Km. de la
plantación que se desea implantar y dentro de los 300 m. de altitud.
Sin importar cuán cuidadosamente puedan elegirse o compararse los
ambientes, la respuesta final acerca de la adaptabilidad de una especie exótica o
de diferente procedencia sólo se obtiene mediante la realización de la prueba.
Existen muchas interacciones impredecibles entre el ambiente y los árboles, los que
determinan el éxito o el fracaso de una plantación. Estas interacciones no
se pueden predecir con exactitud, como puede apreciarse con el eucalipto, especie
que parece mostrar una adaptabilidad muy satisfactoria en su área de distribución
natural, pero crece bien en muchos ambientes diversos aún cuando .se la utiliza como
especie exótica.
Como producto del intercambio del material reproductivo dentro de los
proyectos de desarrollo rural forestal en un mismo país y, entre los países cuyo
objetivo no es la introducción de especies ni el mejoramiento genético de éstas, se
vienen observando resultados satisfactorios de especies que se están adaptando a
otros lugares con crecimientos y sobrevivencias excelentes. El problema aparece
cuando queremos averiguar la procedencia de la semilla o del material vegetativo. Sin
un control adecuado no se puede conseguir este dalo y, por supuesto, menos de
dónde, y de que árbol. Lo cierto es que en los países andinos las investigaciones de
introducción de algunas especies son muy escasas y, cuando existen, están
orientadas a las exóticas. Básicamente con los géneros Eucalyptus sp. "Eucalipto" y
Pinus sp. "Pino", no así con las nativas. Esto quiere decir que no existe el apoyo
necesario para la investigación en los proyectos de desarrollo, quedando como única
alternativa, por el momento, que sean estos proyectos los que, con un ordenamiento
mínimo de su trabajo puedan comenzar a hacer intercambios de material reproductivo
en una forma más sistemática, ordenada y responsable. Mencionaremos algunos de
los que se deben considerar cuando se hace un intercambio de material reproductivo:
-
Nombre de la especie (en lo posible común y científico).
Lugar y fecha de recolección.
Altitud del lugar de recolección.
Calidad.
-
En el caso de semillas, el porcentaje de germinación y pureza y el número
de semillas por Kg.
-
En el caso de material vegetativo, si se ha tenido experiencia, el porcentaje
de prendimiento.
La experiencia que da los años trabajados en las comunidades para que sean
ellas mismas las que se autoabastezcan (teniendo cuidado en lo manifestado en 2.8.2a), nos ha posibilitado, tanto a nivel comunal como regional y nacional, tener un
diagnóstico preliminar de las posibles fuentes de abastecimiento de material
reproductivo de muchas de especies utilizadas, ya sea en busca de calidad como de
cantidad, Tenemos, por ejemplo, que esquejes de Polylepis racemosa y P. incana
"Queñuas", se encuentran mayormente en los departamentos de Cusco, Ancash,
Cajamarca, Junín, Huancavelica; del AInus acuminata (el Aliso blanco) se han
detectado relictos sólo en Ancash y Cajamarca; la Buddieja coriácea "Colle blanco y
negro" solamente en Puno y Cusco; Buddieja incana "Quishuar" en Junín y Ancash así
como las mejores variedades de la Prunus serótina "Capulí se encuentran en Cusco y
Ayacucho. Se viene promoviendo el intercambio de material reproductivo buscando
mejorar la calidad en los diferentes niveles (comunal, zonal, regional). Es necesario
ser más convincentes y sistemáticos en esto, no se debe escatimar esfuerzos ni
presupuestos, ya que se debe aprovechar la presencia de los proyectos para poder
potenciar los recursos Forestales de las comunidades dotándoles de material de
calidad.
Es importante continuar trabajando en la búsqueda de la calidad del material
reproductivo, para lo que es de vital importancia llevar registros que nos permitan
evaluar la calidad de la descendencia, corno evidencia de la calidad de sus
progenitores. Esto no demandará demasiado tiempo en aquellas especies cuya
propagación se viene realizando vía vegetativa. Es necesario tener un registro con
mayor detalle del existente a nivel comunal, regional y nacional, pues a la fecha sólo
se vienen registrando las zonas de donde se abastecen y que están dando buenos
resultados, sin tener cuidado en identificar los árboles. Es decir, una vez recolectado el
material de una determinada área y de diferentes árboles, se entremezclan en el
vivero y no se puede saber posteriormente que plantas son provenientes de
determinado árbol. Si estamos conscientes de la importancia de esto, bastará con
ordenar mejor nuestro trabajo y ser más sistemáticos. La operación demandará
solamente más tiempo y los árboles serán de gran utilidad para la comunidad y las
generaciones futuras.
2.8.3 Actividades previas a la producción
Todas las comunidades atendidas por el proyecto realizan tanto una
propagación por semillas como una propagación vegetativa.
Para la propagación por semillas se requiere de camas de almácigo que
permitan una germinación adecuada.
Después de la germinación, las plantas son trasladadas a las camas de
repique. Semillas, planillas o material vegetativo como estacas, brotes y esquejes,
pueden ser sembrados en bolsas de plástico o directamente en el sustrato, usando
platabandas. Antes de poder realizar la producción, la comunidad tiene que
implementar su vivero con un cerco, una adecuada infraestructura de riego, con
camas de almácigo y repique, y con platabandas. Además, estar preparada para
embolsar las planillas.
a. Camas de repique
Se denomina camas de repique al lugar donde las plantas permanecen
después de salir de las camas de almácigo, hasta tener el tamaño adecuado para ser
plantadas en el terreno definitivo. Tienen las siguientes características:
-
Dimensiones: 10 m. de largo, 1 m. de ancho y 20 a 25 cm. de profundidad.
El largo mencionado es el máximo, debido a que las longitudes mayores
dificultan el buen manejo del drenaje durante el riego. Muchas veces en las
áreas cedidas para el vivero comunal, la topografía del terreno no permite
tener las camas de 10 m. de longitud. Técnicamente, un largo menor no
influye en la calidad de la planta, aunque se debe aprovechar al máximo la
distribución del área, para optimizar, en lo posible, el área disponible,
teniendo cuidado de que dicha distribución facilite los desplazamientos de
las personas o carretillas durante el desarrollo de las actividades de
deshierbe y riego. El ancho de un metro está calculado, asimismo, con el
fin de facilitar el riego y los deshierbes. Dimensiones mayores dificultan
estas actividades.
-
Profundidad: en la literatura se plantean dos alternativas de camas de
repique: las de sobre nivel y las de bajo nivel. La razón para tener camas
sobre nivel esta en facilitar el drenaje en los lugares de abundante
precipitación. Ya que esto no es frecuente en la sierra, sino al contrario, el
agua escasea, lo mejor es optar por las de bajo nivel.
-
Drenaje: la práctica usual de riego en los viveros de la sierra peruana es
por inundación. De allí la importancia de manejar bien el drenaje en las
camas de repique. El mal manejo trae como consecuencia que la
producción de plantas no sea muy fuerte o lignificada debido al exceso de
humedad. Para tener un buen drenaje en Ias camas de repique y
platabandas se requiere tener el piso de la cama bien apisonado y
uniforme, con una ligera inclinación para que no se empoce el agua durante
el riego. Se recomienda entre un 2 a 3 % de caída. Una forma práctica de
comprobar la inclinación consiste en que, una vez terminado con el
apisonado, antes de llenar el sustrato, se suelta el agua para dejarla
circular y observar así su desplazamiento. Este no debe ser demasiado
rápido, y si todavía se presentan empozamientos se debe hacer el
rellenado. Otro aspecto que tiene que ver mucho con el buen drenaje y que
se debe tener en cuenta es la entrada y la salida del agua. La entrada del
agua debe ser suave y no abrupta, al igual que cualquier riego de una
chacra, porque el agua trae consigo piedritas, desechos agrícolas y tierra,
elementos que impiden el normal desplazamiento del agua entre las bolsas.
Para evitarlo, se debe construir en la entrada unas pequeñas barreras de
contención, ya sea con piedras o bolsas usadas, que contengan el sustrato,
lo que facilitara el empozamiento del agua con su consecuente entrada
suave (ver figura 4). Para la salida, de nada sirve darle la inclinación y el
apisonado al piso de la cama si esta sobre el nivel de la base, Facilitando el
empozamiento. La salida, entonces, debe estar 2 ó 3 cm. por debajo de la
base (ver figura 5). Finalmente, en el caso de la producción en bolsas, el
acomodo de las mismas tiene que ver mucho con el drenaje. Deben estar
acomodadas en forma vertical y no aplastadas unas contra otras, cuidando
de que mantengan su forma circular. Así dejarán pasar el agua durante el
riego (ver Figuras 4,6).
-
Camino: entre cama y cama es necesario un espacio que facilite el
desplazamiento de las personas. Es suficiente con 40 a 50 cm. de ancho y
la dimensión dependerá del tipo de suelo. Las dimensiones deben ser
menores para .suelos compactos y mayores para los sueltos. Si es muy
suelto, se desmorona, lo que puede evitarse levantando muros de piedra
en los bordes de la cama. En muchos lugares de la sierra peruana es
frecuente, encontrar el kikuyo, hierba utilizada como protección contra el
desmoronamiento de los bordes de la cama. Se debe tener cuidado de
evitar que el kikuyo invada el interior de la cama, a través de
mantenimientos periódicos con una pala recta, teniendo en cuenta que su
propagación es incluso subterránea. En todo caso, es mejor evitar su uso,
ya que puede invadir no sólo las camas sino todo el vivero, lo que
incrementaría la maño de obra para limpiarlo.
b. Sustrato para repique
Anteriormente hemos mencionado que el sustrato es la mezcla de tierra
agrícola, turba o tierra negra y arena. De estos tres elementos, la tierra agrícola es la
del vivero, o la que se encuentra en las áreas cercanas a él. La arena tiene la
propiedad de darle soltura a la tierra, y la turba, además de darle soltura, proporciona
nutrientes en tanto que retiene la humedad.
De los tres elementos señalados, la textura de la tierra agrícola es la que
determina las proporciones de la mezcla. Si es demasiado pesada (arcillosa), será
necesaria mayor cantidad de arena y turba para darle más soltura y proveerla de,
nutrientes. Si, en cambio, es demasiado suelta, ya no será necesario agregarle arena.
Las proporciones también varían de acuerdo a la especie que se va a producir.
Existen especies como la "Queñua" o el "Colle", que exigen más tierra negra que el
"Molle", el "Capulí o el "Huarango".
La turba se encuentra en las partes altas (puna) y distante de los viveros, que
generalmente se encuentran ubicados en los lugares más bajos, haciéndose
necesario para su transpone el uso de vehículos o burros. En los viveros comunales
se está solucionando este problema gracias a la capacitación de los campesinos en la
producción del compost, lo que ha generado un gran interés que va más allá de la
producción en el vivero y aplicándose en los huertos familiares. Otra alternativa
bastante viable es reemplazar la turba por tierra de bosque, de especies que
incorporan materia orgánica en mayor cantidad y calidad. Está comprobado que la
tierra del pie del "Aliso", "Queñua", "Molle", "Sauco" o "Quishuar" es buena.
Una experiencia lograda y que ha dado éxito en muchos viveros comunales es
el empleo del excremento de animales o guaño, mayormente del cuy, con la finalidad
de dotar al sustrato de nutrientes. Se debe tener cuidado en usar guaño totalmente
seco (descompuesto) y molido. La cantidad a añadir es un tema que se debe
investigar. En los viveros donde se ha experimentado su uso nos informan que, de
acuerdo a la disponibilidad del guaño, algunas veces han echado aproximadamente
una lata de 20 lts. por platabanda, lo que representa aproximadamente una proporción
de excremento por 50 de sustrato, proporción válida también para la producción en
bolsas.
Hay especies que necesitan la incorporación al sustrato de hongos micorríticos
o bacterias, que se asocian en una relación benéfica para la planta. En el caso del
"pino" la presencia del hongo (del género Suillius) es imprescindible, ya que sin el no
es posible su producción. Igualmente, el "chakpa" necesita de esta asociación con un
hongo todavía no identificado. En el caso del "Aliso", la asociación es con una bacteria
del género "Frankia" que forma nódulos en las raíces de la planta. En este caso no es
indispensable su incorporación al sustrato, pero cuando se efectúa se obtienen plantas
de mejor calidad y en menor tiempo. Los hongos y las bacterias se encuentran en la
tierra de los lugares donde hay árboles de las especies que se asocian con éstos.
Finalmente queremos enfatizar que lo esencial de un sustrato es que sea
suelto y de buen drenaje. Se debe tener en cuenta esta propiedad porque en los
viveros comunales, por desconocimiento, al inicio no le dan la debida importancia. Por
lo general llenen sustratos pesados que dificultan el
desarrollo de la raíz y como consecuencia de ello, el de toda la planta. La forma de
conocer la soltura adecuada es mojando bien con agua un puñado de tierra. Si
frotando el puñado de tierra entre las maños no se logra formar una bolita (ver fig. 7),
entonces es un sustrato demasiado suelto. Si se logra formar la bolita y podemos darle
la forma de una rosquilla (ver fig. 7a), el sustrato es demasiado pesado.
El sustrato es adecuado cuando, una vez formada la bolita, la soltamos sobre
una piedra de una altura aproximada de 80 centímetros y Ia bolita se parte o presenta
varias rajaduras a manera de una rosa (Ver fig. 7b). Esto se les debe enseñar como
algo importante a los campesinos. El técnico o profesional que asesora a la
comunidad debe hacer esta demostración en el propio sitio, ya que de ello depende
mucho el éxito del crecimiento de las plantas. Así se cumple el dicho: "para enseñar y
aprender hay que ensuciarse las manos".
c. Embolsado
-
Características de las bolsas: en el Perú se están utilizando dos tamaños
de bolsas de polietileno (plástico).
Para el "Eucalipto": de 10 cm. x 18 cm x 0.0015" (en dimensión plana).
Para el "Pino" y algunas especies nativas: de 13 cm. x 18 cm x 0.0015".
Las bolsas deben tener agujeritos necesarios para el drenaje. Con mayor
razón en el caso de los viveros, ya que el riego es por inundación. Es
mejor que las bolsas lleven dos hileras de perforaciones. (ver fig. No.8).
-
Cómo embolsar: por diversas razones, tanto en los viveros con personal
permanente y remunerado como en los viveros comunales, existe la
predisposición por llenar las bolsas en el menor tiempo posible. Es común
en los viveros comunales el trabajo por tareas, es decir, un determinado
número de bolsas por jornal (día), lo que trae como consecuencia bolsas
con insuficiente sustrato y mal compactadas, que cuando se riegan, bajan
demasiado su nivel original y a veces pierden su forma cilíndrica. Unos
golpes con los dedos durante el llenado y varias sacudidas sobre el suelo
desde el inicio del llenado son suficientes para un buen embolsado.
Es importante que al acomodar las bolsas en las camas de repique no
queden muy apisonadas, mantengan posición vertical y forma cilíndrica,
(ver fig.4).
d. Platabanda
Existen dos formas de producir plantas forestales: una utilizando envases,
como es el caso de las bolsas de plástico, y otra, sin envases, sembrando la semilla,
la plantita o el material vegetativo, directamente en el sustrato. A esta forma de
producir plantas sin envases se denomina producción en platabandas. En la literatura
se encuentra la producción a raíz desnuda, que es la misma que
la producción en platabanda. La diferencia que se viene manejando en el proyecto es
que las plantas producidas de esta forma .sean plantadas con su pan de tierra y no a
raíz desnuda, con el objetivo de disminuir los riesgos de su prendimiento en la
plantación debido a la influencia de factores ecológicos.
-
¿Qué es una platabanda? : se llama platabanda a la excavación hecha
en el suelo, con un ancho de 1 m y un largo que depende de la forma y
tamaño del vivero, que debe tener entre 2 y 10 metros como máximo y una
profundidad de 20 a 25 cm. (ver Fig.8). De igual forma que a una cama de
repique, debe tener las características que permitan un buen drenaje. En la
excavación se llena el sustrato preparado, dejando de 3 a 4 cm. de espacio
(luz) entre este y el nivel superior de la platabanda.
-
Construcción: para construir una platabanda, se necesitan las siguientes
herramientas: una pala, un pico, un cordel o hilo de 10 m., cuatro chacas y
un palo de 1 m.
Se fija una estaca, y de esta se tira el cordel según el largo que se ha
determinado (de 2 hasta un máximo de 10 m.), donde se fija la otra estaca;
luego se estira el cordel y se marca con el pico. En ambos extremos se
pone el palo de 1 m. y se marcan los puntos para ubicar las otras dos
estacas. Se debe tensar el cordel para trazar la paralela y así conseguir el
rectángulo que debe tener un metro de ancho y 10 m. de largo.
Luego de marcar, se procede a excavar a una profundidad de 20 a 25 cm.
dejando la base bien apisonada y una ligera inclinación (pendiente) del 2 a
3% que ayudara a un buen drenaje durante el riego.
En la cabecera, se abre un canal de 15 cm. de ancho por 20 de
profundidad que servirá para captar el agua del canal de suministro; al otro
extremo se abre el canal de desagüe con un ancho de 15 cm. y una
profundidad de 25 a 30 cm., es decir, 5 cm. por debajo del nivel del piso de
la platabanda, para facilitar el drenaje y evitar que se empoce el agua.
El número de platabandas a construir dependerá del número de plantas
que se quiere producir. Entre cada platabanda debe existir una separación
de 40 a 50 cm. que servirá como pasadizo para desplazarse.
-
Ventajas de la producción en platabanda:
•
El crecimiento de la planta es mucho mas rápido permitiendo
obtener los tamaños adecuados en menor tiempo que las de bolsa.
Daremos el ejemplo del Polylepis sp l-Queñua" que en bolsa, en los
11 a 12 meses que demora la producción a partir de esquejes, se
obtienen plantas de 15 a 20 cm.; en este mismo período en
platabandas es posible lograr tamaños entre los 50 a 800 cm. (ver
foto No.7). Doce (12) meses es suficiente para alcanzar entre 25 a
30 cm.
-
•
Se obtienen plantas con mejor formación radicular debido a las
podas. Esto es importantísimo porque las instrucciones que
promueven la actividad forestal no le dan la debida importancia a la
parte radicular, concibiendo la Calidad de la planta solamente al ver
la parte aérea, que generalmente es fácil de obtener a nivel de
vivero. En el terreno definitivo lo que determina la calidad de la
planta será la raíz.
•
Se logran plantas más fuertes y endurecidas (lignificadas) debido a
las podas de raíz
•
Su forma de producción es más familiar para el campesino debido a
que guarda similitud con sus cultivos producidos en surcos.
Desventajas de la producción en platabanda: la desventaja es que se
producen menores cantidades de plantas por área que en bolsa.
Aproximadamente en una proporción de 7 a 1 cuando son bolsas chicas y
de 5 a 1 cuando son los de “Pino”. Si bienes cierto que es una desventaja,
se debe tener en cuenta lo descrito (ver 2.1) .sobre la calidad antes que la
cantidad. El objetivo final no es tener gran cantidad de plantas en el vivero,
sino cuántas de de éstas logran prender y crecer en la plantación. En el
caso de los viveros comunales ha quedado demostrado que no es un
problema. Una vez demostradas las bondades de la platabanda se ha
ampliado el área de los viveros o se ha descentralizado la producción,
teniendo más de un vivero por comunidad.
2.8.4 Propagación por semillas
a. Selección de árboles para semillas
Aunque las fuentes locales de semillas de especies forestales pueden producir
las plantas mejor adaptadas a un sitio dado es necesario seleccionar árboles
individuales productores de semillas para mejorar la calidad de las plantas a
producir con características específicas. En los árboles se evidencia la calidad del
árbol semillero individual como un buen factor que indica la calidad de sus
descendientes. Muchas características tales como forma del tallo, ramificación,
velocidad de crecimiento, resistencia a las enfermedades e insectos, deben
considerarse para seleccionar los árboles progenitores.
Se debe escoger una fuente determinada de semillas, no solo para comodidad
de su recolección, sino por otras consideraciones de mayor importancia, como que la
semilla posea potencialidades genéticas deseables.
Los árboles seleccionados de lenotipo superior son llamados por los forestales
árboles "plus" y no se deben cortar. La diferencia con los árboles o arbustos que se
denominan "madre" está en que en este caso, no necesariamente es el mejor
ejemplar con las características deseadas. Cualquiera de los árboles o arbustos de los
cuales se ha cosechado material reproductivo (semillas o material vegetativo) viene, a
ser la madre, sin tener en consideración las
características. Los árboles o arbustos individuales "plus" son valiosos para la
recolección del material reproductivo. Se deben proteger estos árboles en los relictos
existentes de las comunidades. Para tal efecto se debe diseñar una estrategia dentro
de los proyectos, para incentivar a los pobladores a no talarlos, pero también el dueño
debe recibir algo a cambio. Esta es la única forma de garantizar que no se corten.
Mencionaremos algunas formas que se están dando con la intención de preservar
estos árboles cuando hablemos de la propagación vegetativa, puesto que son
similares.
El verdadero valor genético de la semilla sólo puede ser establecido mediante
la prueba de la descendencia. Se siembra una muestra representativa de la semilla y
los individuos resultantes se plantan en condiciones de prueba que pongan en
evidencia características esenciales para establecer la supuesta superioridad. Pueden
obtenerse los individuos deseados y reducir un cierto grado la variabilidad mediante la
selección en vivero. Este procedimiento requiere que la variabilidad afecte a las
características identificables de vigor o aspecto, o a ambos. Si queremos mejorar la
calidad de nuestras plantas nativas es posible hacerlo teniendo en cuenta los criterios
mencionados y con un trabajo ordenado y sistemático, empezando simplemente por
registrar las procedencias. Una vez producidas las plantas, seleccionarlas antes de ser
enviadas al terreno definitivo, teniendo en cuenta sus características fenotípicas
deseables y por supuesto registrarlas. Esto no genera mayor gasto, sólo más tiempo y
da como resultado un trabajo más ordenado que puede repercutir favorablemente en
la calidad de las plantas futuras, lo mismo que hacer un seguimiento y evaluación de
las plantaciones, cosa que se hace muy poco o nada. Esto último requiere mayores
costos y tiempo, pero haciéndolo con pequeñas muestras representativas, se puede
hacer más operativo. Si el campesino logra percibir la importancia de mejorar la
calidad de sus plantaciones, cosa que debe ser parte de la preocupación de un
sistema de extensión participativo, se habrá dado un paso adelante, con lo que se
evitará en parte el problema de la fugaz presencia de los proyectos, pues con la
capacitación impartida durante el proceso (5 a 10 años) es posible que ellos
continúen.
b. Recolección de .semillas
Una vez seleccionados los árboles o arbustos de los cuales se va a recolectar
las semillas, es necesario conocer el calendario fonológico, que consiste en saber el
período de floración, fructificación y semillación. Lo que más nos interesa en este caso
es la semillación. Para la zona andina, donde las precipitaciones son impredecibles, el
fenómeno de las heladas es frecuente y coincide con la floración de algunas especies,
las semillas que se logran tienen diferencias en cuanto a su calidad. Por ejemplo, en
Huancayo no es posible encontrar semillas adecuadas de la Buddieja incana "Colle",
en cambio, en Huaraz sí ha sido posible. Con este ejemplo se quiere demostrar que
todos estos procesos son muy importantes de tenerlos en cuenta y no sólo el de
semillación. Esto nos permitirá una mejor planificación.
Las fechas en que se inician y terminan estos procesos no son iguales en
todas partes. Depende de la especie, el clima, suelo. Por ello, debemos observan y
anotar las ocurrencias de estos procesos de las especies que se encuentran en
nuestra localidad, para lo cual es necesario empezar con el conocimiento que los
campesinos tienen sobre los períodos en que se dan,
tanto los procesos fisiológicos de la planta (floración, fructificación, semillación), como
los fenómenos climatológicos (lluvias, heladas).
Una semilla está apta para ser recolectada cuando ha llegado a su madurez, y
esto se da una vez que se la pueda separar del fruto o de la planta. Si la semilla es
cosechada demasiado temprano es posible que resulte delgada, ligera, arrimada, y de
mala calidad. Si la cosecha se retrasa demasiado, los frutos pueden abrirse, caerse, o
ser comidos por los pájaros u otros animales. Las perdidas pueden ser reducidas con
un manejo adecuado y cuidadoso durante la recolección; en particular para aquellas
especies cuyas semillas son pequeñísimas como las del Alnus sp "Aliso", Buddieja sp
"Colle", Escallonia sp "Chachacomo". Es necesario hacer la recolección con todo el
fruto, provistos de una tijera y una bolsa. En el cuadro No.7 se presentan la época de
la recolección y algunas particularidades que se han observado en la práctica.
El número de semillas por kilogramo y el porcentaje de germinación son
datos básicos que determinan la cantidad de semillas que se requiere para lograr el
número de plantas que se desea producir. En muchos planes de reforestación que se
promueven no se les da la debida importancia a la época y a la cantidad de semillas a
adquirir, lo que trae como consecuencia el aprovisionamiento a destiempo, en
cantidades insuficientes o sobredimensionadas. En cuanto al número de semillas por
Kg. varía según la especie. El porcentaje de germinación de las semillas de una
especie tiene variaciones. En el caso de las comunidades que se autoabastecen no es
necesario que manejen estos datos con precisión, pero sí los criterios para que les
sirvan en su planificación. Esto es de vital importancia para las instituciones que están
promoviendo proyectos de reforestación.
El número de semillas por Kg. de una determinada especie se calcula de
acuerdo aI tamaño. Cuando se pueden manipular para poderlas contar directamente
con la maño, si son grandes como las semillas del Prunus sp. "Capulí', se pesa un Kg.
de semilla y se procede a contarlas, obteniendo así el número de semillas por Kg. Si
son de medianas a chicas, como las del Embothrium sp, "Chakpa" o el Spartum
junceum. "Retama", se pesan 05 gr. y luego se cuenta el número de semillas que hay
y se proyecta a 1000 gr. determinando el número de semillas por Kg. Si las semillas
son pequeñísimas, como en el caso de la Buddieja sp. "Quishuar", l-Colle" o Escallonia
sp, "Chachacomo", bastará con pesar uno a dos gramos para luego, con la ayuda de
una luna de aumento (lupa) contar el número de semillas. Para determinar el número
de semillas por Kg. se calcula proyectando como en el caso anterior.
Se han tenido experiencias referidas a excesivas diferencias de rendimiento,
repolladas por distintas comunidades, con un mismo lote de semillas. Las
comunidades que informaban sobre un bajo porcentaje de germinación,
invariablemente daban una justificación echando la culpa a la calidad de la semilla.
Cuando al extensionista no se le ha entregado la semilla con el dato del porcentaje de
germinación, se hace difícil demostrar que no fue esa la razón sino el mal manejo de
las semillas durante el proceso de germinación. Para evitar estos problemas y realizar
una planificación seria y realista, es necesario un poco de esfuerzo y tiempo para
determinar este dato. Para esto se puede usar cualquier bandeja de una profundidad
de 10 a 15 cm. o simplemente se manda hacer de hojalata. Bajo techo, en un
ambiente cerrado y en
condiciones normales la bandeja se llena con arena de río y se depositan 100 semillas
por especie, cubriéndolas con una ligera capa de arena. Se mantiene húmeda la arena
durante todo el proceso de germinación y una vez que comiencen a germinar,
diariamente se cuentan las que han germinado hasta que el número total acumulado
sea constante durante 3 a 5 días consecutivos, momento en que se da por finalizado
el proceso. Ese número total acumulado de semillas germinadas será el porcentaje de
germinación. Si germinaron 60 semillas, el porcentaje de germinación será el 60 %.
Cuando las semillas son muy grandes como las de Juglans sp 'Nogal", bastará con 10
ó 20 semillas según el tamaño de la bandeja. Se cuentan las que han germinado y por
medio de la regla de tres simple se determina el porcentaje de germinación. El número
de días que dura el proceso de germinación para determinar el porcentaje es de 30 a
60.
c. Formas de propagación a partir de semillas
La propagación a partir de semillas tiene tres formas: (ver diagrama No. 1 y
cuadro No.8): a partir de brinzales, siembra directa y almácigo.
-
Mediante brinzal: consiste en recolectar las plantitas que han germinado en
forma natural (regeneración natural) directamente en el suelo debajo de los
árboles. Pueden ser puestos en bolsas, platabandas o llevados directamente a
ser plantados en el terreno definitivo (práctica muy común en el campesino
para el Alnus sp.). Hace aproximadamente 5 a 8 años era una práctica común
en los viveros del Perú para la "Queñua". En la actualidad todavía existen,
aunque en poca cantidad, en los lugares donde se desconoce la técnica de los
esquejes que da mejores resultados, (ver 3.7.2)
•
Ventaja: la única ventaja es que se obvia todo el proceso de germinación.
•
Desventajas: cuando se recolectan las planillas de los bosques o grupo de
árboles, no es posible determinar cuál de los individuos es el progenitor,
debido a que las copas de los árboles están entrecruzadas (es el caso de la
"Queñua"), o cuando la especie tiene semillas pequeñas que fácilmente
son desplazadas en el momento de caer al suelo, por ejemplo el "Aliso".
Esto quiere decir que. quizá se este recolectando material indeseable.
Debido a que el suelo no ha sido preparado para la germinación, las raíces
no tienen la formación adecuada.
Una semilla necesita para germinar condiciones de humedad. Conociendo
las características de la sierra peruana, éstas se dan en la época de las
lluvias (diciembre a marzo). Esto quiere decir que la mayor probabilidad de
encontrar regeneración natural es sólo en las especies que semillan en
este período, o en los meses posteriores a las lluvias, hasta que todavía
existan las condiciones de humedad en el suelo, suficientes para la
germinación. Si los lugares donde se-encuentran tienen condiciones de
humedad todo el año, es posible encontrar regeneración natural también
todo el año y con tamaños diferentes, ya que no solamente habrá semillas
de un mismo año sino de los anteriores.
El tamaño de las plantitas no es uniforme, pues por la humedad y la
accidentada topografía que es característica de la .sierra no ofrecen las
condiciones favorables para ello. Existe también la competencia de
crecimiento que las plantas tienen con la maleza.
-
Siembra directa: .se realiza cuando la semilla, después de haber pasado por
un tratamiento pregerminativo (si es necesario), es depositada directamente en
el sustrato, ya sea en las bolsas o en las platabandas y permanece allí hasta
ser plantada; o cuando directamente se pone la semilla en el terreno definitivo
previamente preparado.
La ventaja de este método es que se elimina todo el proceso de almácigo y,
por consiguiente, el repique, hecho que elimina la posibilidad de una mala
formación radicular debido a un mal repique. Hay que tener mucho cuidado con
la posición de la semilla al momento de ponerla en la bolsa o platabanda,
cuando esta es grande, ejemplos son: el "Nogal", el "Pajuro" y la "Lúcuma".
La siembra directa generalmente se usa cuando las especies no toleran bien el
repique, por ejemplo la "Tara" y el "Huarango", cuando hay abundancia de
semilla, o cuando la semilla es muy grande, por ejemplo el "Nogal", "Pajuro".
Es recomendable, antes de la siembra, hacer la prueba de la germinación, la
misma que determinara el número de semillas que se debe depositar en la
bolsa o platabanda. Es preferible utilizar este método cuando el porcentaje de
germinación es del 80% o mayor. Antes de la siembra las semillas pueden ser
sometidas a un tratamiento pregerminativo (si es necesario).
Es importante tener cuidado con la profundidad de la siembra. No debe ser
muy profunda, pues dificultaría la germinación, ni tampoco muy superficial,
porque al germinar la raicilla puede quedar expuesta a las inclemencias. Una
ligera capa de sustrato es suficiente. Antes de la siembra el sustrato debe
recibir un riego por inundación el día anterior por la mañana. Citamos algunos
ejemplos:
•
Prunns serotina ("Capulí"): cuando las especies tienen semillas del
tamaño del "Capulí", a fin de lograr mayor éxito, se recomienda
normalmente poner dos semillas por bolsa u hoyo en la platabanda.
Cuando hayan germinado las dos semillas. pasado un tiempo razonable
que permita diferenciar cual de las plantitas es la mejor, se elimina a la de
menor calidad, dejando la más sana y fuerte, lista operación se hace con
unas tijeras, cortando a una altura por debajo del cuello de. la raíz, lo que
permitirá enterrar lo que queda para evitar el rebrote. En los viveros
comunales, los campesinos, una vez culminada la germinación, difícilmente
quieren eliminar una de ellas- Siempre desean tener el mayor número de
plantas, por lo que trasladan una de ellas a otra bolsa o platabanda. Si se
observa esto, lo recomendable es que se haga lo más temprano posible
(cuando las plantitas tengan 4 ó 5 cm.). antes de que las raíces estén
demasiado entrecruzadas y se dañen al momento del trasplante. Dicha
operación .se debe hacer regando un día antes y ayudándose con un palito
para aflojar la tierra.
•
El Juglans sp (''Nogal" o "Tócte"): es otra especie que se propaga por
siembra directa. El fruto tiene una cubierta carnosa, la que se debe quitar
frotándola junto a un riachuelo sobre una piedra y lavándola, hasta dejar
descubierta la semilla totalmente libre de carnosidad.
La cáscara de la semilla es dura, por lo que hay que someterla a un
tratamiento pregerminativo. Actualmente se vienen usando dos formas de
tratamiento:
Las semillas se exponen al sol durante una o dos horas aproximadamente.
Cuando las semillas soleadas presentan unas pequeñas rajaduras, se las
rocía con arena fina para impedir que se cierren y estarán listas para la
siembra.
Un tratamiento con el cual se tienen similares resultados que el anterior en
lo referente al porcentaje de germinación, y en menor tiempo (10 a 15 días
más rápido), es sometiendo las semillas a un entierro de 7 a 10 días en
excremento fresco de ganado vacuno.
Una vez sometido al tratamiento pregerminativo la siembra se realiza
directamente en bolsas grandes (26 x 36 cm. x 0.0015" dimensión plana).
La posición de la semilla en la bolsa es horizontal: el extremo más
puntiagudo debe quedar en el centro de la bolsa, ya que por allí saldrá el
tallo, quedando así en el centro de la bolsa (ver foto No.8). Se han
cometido muchos errores por desconocimiento. Imaginémonos una siembra
de esta semilla con la parte puntiaguda hacia abajo, la planta morirá por
asfixia, o si es por la parte puntiaguda hacia arriba se conseguirá una raíz
tipo cola de chancho y con la posibilidad de ser expuesta al aire libre
durante la germinación. Finalmente, con la semilla en posición horizontal
pero con la parte más roma al centro de la bolsa, el tallo se ubicará en el
extremo de la bolsa, trayendo consigo una mala formación radicular.
La germinación de las semillas es muy desigual. Algunas comienzan a los
25 días y otras todavía a los 45 días, y en muchos casos hasta después de
este tiempo.
•
La Erythrina edulis ("Pajuro"): por carecer de cáscara dura y ser una
semilla suculenta, no necesita tratamiento pregerminativo. Igual que la
semilla del "Nogal", la del "Pajuro" también debe ir en forma horizontal. La
parte que presenta una cicatriz debe ir hacia abajo, porque por allí sale la
raíz, facilitando así la característica de la raíz de tener geotropismo positivo
(ver foto No.9). El extremo más ancho debe estar en el centro de la bolsa,
porque generalmente por allí emerge el tallo. La germinación se inicia entre
la tercera y cuarta semana de sembrada, finalizando entre la quinta y sexta
semana.
Se debe tener cuidado al hacer la .siembra con .semillas frescas, mejor si
es inmediatamente después de ser recolectadas, debido a su consistencia
y su alto contenido de humedad. Hasta ahora no se ha conseguido su
almacenamiento sin que pierda su poder germinativo. La única manera de
poder mantener la semilla con sus características originales es
parafinándolas, experiencia que el proyecto realizó para enviar semillas a
Colombia, consiguiéndose mantener las semillas de 12 a 15 días sin que
pierdan su poder germinativo. El palafinado se efectúa así: en un recipiente
se disuelve la parafina (cera). Una vez disuelta, se retira del fuego y con la
ayuda de una espumadera se sumergen las semillas dejándolas por un
tiempo no mayor de 3 a 5 segundos. Luego se sacan y se extienden sobre
una mesa para que se enfríen, quedando listas para ser transportadas,
evitando así la perdida de humedad. Es importante conocer esto, porque
existen pocos lugares donde hay árboles de este género y su semilla es
muy apreciada por su fruto.
•
La Lúcuma obovata: especie muy apreciada por tener su fruto comestible
muy apetecible (ver loto No. 10), y ser utilizada en la preparación de
helados, por lo que tiene una gran demanda. Existen ejemplares de árboles
que dan frutos que pesan hasta 1/2 Kg. Cada árbol maduro puede, arrojar
un promedio entre 400 a 500 Kg. de peso en verde. Para la propagación de
esta especie hasta la actualidad se conoce sólo por vía semilla y siembra
directa en bolsas grandes (26 x 36 cm x 0.0015"). Las semillas, por ser
grandes, presentan dificultades en su germinación. Generalmente es por
ponerlas en mala posición al momento de sembrarlas. La posición
adecuada es con la cicatriz hacia arriba (ver foto No. 11), exactamente lo
contrario a la Erythrina edulis "Pajuro". En muchas de las comunidades que
se ha intentado propagar se han tenido bajos porcentajes de germinación,
trayendo desaliento y perdida de interés por tan importante especie cuyo
valor hemos mencionado. Los fracasos se debieron sólo por no tener en
cuenta este detalle. Las consecuencias de una mala posición se
encuentran descritas tanto para Erythrina sp. "Pajuro" como para Juglans
sp. "Nogal".
-
Podemos concluir que para la propagación por siembra directa, los
ejemplos descritos nos demuestran que sólo la observación y la
experiencia nos enseñan a conocer los detalles que son importantes para
lograr el éxito. No hay una regla única.
-
Mediante almácigo:
•
Preparación de las camas de almácigo: por lo general, las camas tienen
un metro de ancho. El largo dependerá de la cantidad de plantas que se
desea producir. La profundidad de las camas debe ser de 25 a 30 cm. Las
camas deben ser construidas fijas y sólidas para darle protección,
seguridad y mejores condiciones. En algunos casos, para evitar el
desmoronamiento
de los bordes de las camas, es necesario construir un murito de contención
con piedras.
•
Preparación del sustrato: es el medio donde germinan las semillas. El
sustrato es una mezcla de tierra agrícola, arena y tierra negra. En algunos
lugares a esta última la denominan "turba". Su característica peculiar es la
riqueza en materia orgánica, necesaria para la buena germinación de la
semilla, porque ayuda a conservar la humedad, aunque ésta en exceso es
peligrosa porque al retener demasiada humedad crea condiciones para el
desarrollo de hongos. También es importante cuando las plantitas no son
repicadas a tiempo, porque permite alimentarlas después de su
germinación hasta que sean trasladadas a la bolsa o platabanda. La tierra
de bosque puede reemplazar a la turba, ya que tiene las mismas
cualidades y se puede conseguir al pie de los árboles de "Aliso", "Molle",
"Sauco", "Queñua" y otros.
Antes de proceder a la mezcla, es necesario zarandear la tierra agrícola
para extraer los terrones, raíces y otros elementos extraños. Los restos del
zarandeo y algunas piedras pequeñas se colocan en el fondo de la cama
de almácigo con la finalidad de facilitar el drenaje. Esta capa debe tener
aproximadamente de 10 a 12 cm. El sustrato que debe llenarse sobre los
restos mencionados debe ser suelto para permitir un drenaje adecuado,
además facilitará la germinación, ya que cuando las semillas germinan, se
hinchan y empujan la tierra. Normalmente se encuentra en las
publicaciones orientadas a los viveros, donde el abastecimiento de los
componentes del sustrato está controlado con las indicaciones sobre las
proporciones de cada componente, relacionándolos con las especies. La
experiencia que se ha tenido en los viveros nos ha demostrado que lo
importante y básico es que dicho sustrato sea suelto. El componente tierra
negra o turba no es determinante, un sustrato duro dificulta el proceso o
simplemente la semilla no encuentra condiciones para germinar. (La forma
de conocer cuándo un sustrato es suelto y de buen drenaje se explica en
3.3.3). La cantidad de sustrato necesario está determinada por la
profundidad que ocupa en la cama que es de 12 a 14 cm., esto hace que
entre la superficie de la cama y el sustrato quede una luz de 2 a 3 cm.
•
Desinfección de la cama de almácigo: para prevenir el ataque de los
hongos hay que desinfectar el sustrato. Esto se hace cuando ya se
encuentra en la cama de almácigo. Para ello, por ejemplo, se emplea la
formalina (formol) al 40%, de 150 a 200 cm.3 en 15 litros de agua para 3 m2
de cama de almácigo. Se distribuye uniformemente con ayuda de una
regadera de ducha fina, luego se la tapa con un plástico durante 48 horas.
Una vez descubierto, se deja pasar otras 48 horas para sembrar la semilla.
Este método es difícil que se emplee en los viveros comunales o familiares
debido a su alto costo y su alto grado de toxicidad. Existe otra forma que
funciona bien, aunque no con la misma eficacia, pero
está al alcance del campesino. Es el empleo de agua hirviente un día antes
de la siembra, unos 15 litros por m2 distribuidos uniformemente con la
ayuda de una regadera de ducha fina. Además de esta forma de
prevención es importante, una vez terminada la germinación, no almacigar
en el mismo sustrato, pudiendo emplearlo en las platabandas o en el
embolsado.
•
Densidad de siembra: en una cama de un 1 m. x 1 m., podemos producir
un promedio de 1,500 a 2,000 plantitas, según la especie y el buen manejo
que se le de durante el proceso de la germinación. En un metro de ancho
por dos de largo, produciremos el doble, y así sucesivamente, siendo
constante el ancho para que facilite el deshierbe.
Las cantidades señaladas funcionan en los viveros donde los factores une
tienen que ver con el proceso de la germinación están controlados. En el
caso de los viveros comunales las densidades que se manejan son
menores, debido a que muchas veces no se tiene a tiempo la mano de obra
disponible para el repique (paso siguiente al almacigado) y las plantitas
tienen que permanecer un mayor tiempo en la cama de almácigo. Esto
traerá como consecuencia un tamaño mayor de las plantas que
recomendado para el repique, lo que generará una competencia entre ellas,
creando condiciones favorables para la presencia de enfermedades. En
viveros ubicados en altitudes mayores, se presentan mucho menos casos
de enfermedades en almácigos que en altitudes menores. También puede
ocurrir el debilitamiento de las plantitas por competencia, ya que un
excesivo entrecruzamiento de las raíces provocará mayores daños al
momento de la extracción para ser repicadas. El riego, actividad que no
necesita mucha mano de obra, debe hacerse en el momento oportuno y en
cantidades controladas. Lograr estas dos tareas es bastante difícil durante
las primeras experiencias de producción con los campesinos, hasta que se
comprende que la actividad forestal es tan importante como sus otras
actividades. Es normal que a medida que las comunidades vayan
adquiriendo experiencia y conociendo la importancia de realizar las
actividades, en el tiempo oportuno, irán mejorando en su aprendizaje. Una
forma de salvar estos problemas en los viveros comunales es manejar los
almácigos con densidades menores que las mencionadas, con un promedio
adecuado de plantas aptas para ser repicadas, pudiendo ser de 800 a
1,000 plantas por m2. En lo único que influye es en el incremento del área
del vivero. En muchas comunidades existe una limitación del área
disponible.
•
Siembra o almacigado: una vez preparadas las camas, preparado el
sustrato y desinfectadas las camas de almácigo, se realiza la siembra.
Antes de la siembra se debe inspeccionar la semilla para asegurarse que
es de calidad uniforme y que este libre de insectos u hongos, daños físicos
y mecánicos. Para semillas grandes
existe una forma práctica conocida por los campesinos para saber cuáles
son buenas y cuáles no. Para esto se sumergen las semillas en un
recipiente con agua. Después de una a dos horas, las que flotan se
desechan porque son vanas (es decir el embrión no está presente o no ha
tenido un buen desarrollo) o tienen algún daño (Ver fig- 9).
•
Tratamientos pregerminativos: cuando las semillas tienen la cubierta
dura es necesario hacerles un tratamiento previo a la siembra para que
logren romper o ablandar la cubierta. acelerando el período de.
germinación.
Existen tres tipos de tratamientos:
Físicos, que consisten en tratar la semilla con agua. Este se puede realizar
usando material (papel, aserrín, turba, etc.) que retenga humedad y que
este en contacto con la semilla. Lo más común es sumergir las semillas en
agua hervida y tibia. Se vierte sobre las semillas que se encuentran en un
recipiente resistente al calor y se deja remojando durante dos días. Se
debe tener especial cuidado de no hacer hervir la semilla. Este tratamiento
varía con la especie, pudiendo ser sólo remojo en agua Iría. Por ejemplo,
de 2 a 10 días en los casos de pino y ciprés.
Mecánicos, el objetivo es producir un ligero cambio en la cubierta o
cáscara de la semilla. Se consigue mediante un raspado con arena gruesa,
vidrio molido, o agitándolos juntamente con las demás semillas dentro de
un depósito. También se puede hacer el raspado con una lija. Obviamente
esta técnica requiere de mayor tiempo y esfuerzo.
Químicos, sólo lo mencionaremos porque su uso se viene restringiendo,
cada vez más, a los laboratorios con fines de investigación debido a su alto
costo y lo peligroso que es su manipuleo.
Para que la germinación pueda tener lugar, deben darse tres condiciones:
primera, la semilla debe ser viable, Estoces, el embrión debe estar vivo y
capaz de germinar. Segunda, en la semilla las condiciones internas deben
ser favorables para la germinación, es decir, debe haber desaparecido
cualquier barrera física o química, lo que se consigue con el tratamiento
pregerminativo. Tercera, la semilla debe estar expuesta a las condiciones
ambientales favorables, teniendo como factores esenciales la disponibilidad
de agua, temperatura apropiada y luz, condiciones que deben darse, en la
cama de almácigo con el riego y el tinglado.
•
Distribución de las semillas en la cama de almácigo: previo a la
distribución de las semillas en la cama de almácigo, unas 2 horas antes, se
procede a un riego drástico con regadera (ver 3.2).
Sobre la superficie nivelada se distribuyen las semillas uniformemente. Si
éstas son pequeñísimas como Ia del "Chachacomo'' o "Colle", es mejor
utilizar un tarrito previamente agujereado (teniendo cuidado de que los
agujeros se hagan de adentro para afuera). La cantidad de semillas a
almacigar por m2 se
mezcla bien con arena fina y luego se echa al tarro para hacer la
distribución con movimientos suaves. Es importante mantener el tarro lo
más cerca posible a la superficie de la cama.
Semillas de tamaños mayores que las mencionadas (Eucaliptus globulus
"Eucalipto", Pinus radiata "Pino"') se distribuyen al voleo, similar a la
siembra del trigo o cebada, con la diferencia de que el voleo se hace con la
mano a una distancia lo mas cercana posible a la superficie de la cama.
Hecha la distribución de la semilla, se cubre con una capa superficial
utilizando el mismo sustrato que el de la cama, teniendo cuidado de que
este seco.
Una vez terminado con el almacigado, se protege la cama con un tinglado,
usando material de la zona, pudiendo ser "retama”, "ramas" o paja, que es
lo más recomendable. El material de protección debe estar lo más cerca
posible a la superficie. Si es paja inclusive puede estar en contacto con ella.
Sobre su protección profundizaremos más adelante (ver .3.1).
Finalmente, se procede al riego por encima del tinglado usando regadera
de ducha fina. En muchos viveros comunales la regadera ha sido
reemplazada con éxito con latas vacías previamente agujereadas. La
frecuencia del riego al inicio debe hacerse todos los días hasta que
comience la germinación, el numero de días dependerá de: la especie, el
clima, el lugar; pudiendo ser 10, 15 ó 20 días aproximadamente. Luego se
disminuye a cada dos días hasta que finalice la germinación. Después, de
una a dos veces por semana, según el clima, hasta que tengan el tamaño
adecuado para su repicado. El riego en el almácigo se hace sólo con
regadera. Mas adelante (ver 3.2) veremos el riego con mayores detalles.
d. Repique
Se llama repique al proceso de sacar las plantitas de la cama del almácigo y
ponerlas en las bolsas o platabandas. El término transplante es más familiar para el
campesino que el término repique.
Dentro del proceso de producción, la fase más crítica es el repique, tanto por la
época de su realización como por el cuidado que se debe tener al realizar dicha
actividad. El crecimiento y desarrollo del futuro árbol en la plantación dependerá
mucho de cómo se encuentre la raíz. De ahí la importancia de hacer bien el repique.
En cuanto a la época, se dice crítica porque una vez germinada la planta y
estando apta para ser repicada, existen pocos días para realizar esta actividad. Si se
deja pasar demasiado tiempo, las plantitas tendrán problemas tanto en el tamaño
(demasiado grandes), como en las raíces, ya que estas se entrecruzarán dificultando
su extracción.
Por considerarse el repique la actividad más delicada del proceso de
producción de plantas, es importante incidir bastante en el asesoramiento
y capacitación de la comunidad sobre esta actividad. Pedagógicamente no es
conveniente tratar de capacitar a toda la comunidad en una sola campaña de
producción, lo mas adecuado para lograr resultados en la capacitación es formar
grupos no mayores de 10 personas por jornada. La forma de capacitar a un mayor
número de campesinos es mediante la rotación de los integrantes de los grupos por
jornada o por campaña de producción, lo que obliga a llevar un registro de las
personas. Un hecho curioso pero totalmente demostrado es que Ias mujeres tienen
mayor habilidad y cuidado que los hombres para realizar el repique.
-
Tamaño o momento adecuado para la extracción: el momento oportuno
para sacar las plantas de la cama de almácigo vana según la especie y el
lugar.
Así por ejemplo, las plantitas de "Eucalipto" se deben extraer cuando tienen
dos o cuatro hojitas verdaderas. Esto se consigue 45 ó 60 días después del
almacigado. En lugares por debajo de los 2000 ó 3000 m.s.n.m. se obtienen en
aproximadamente 45 días; en altitudes mayores se necesita mayor tiempo.
En el caso del "Aliso", o del "Colle", las plantas se sacan de las camas de
almácigo, cuando tienen de 3 a 5 cm.- Esto se da en un período no menor de 3
meses en los lugares cuyas condiciones climáticas son mas favorables (2000 a
3000 m.s.n.m.); en altitudes mayores puede tardar de 4 a 5 meses.
-
La extracción de plantas: una o dos horas antes de la extracción, se debe
regar bien la cama de almácigo. Se comienza a extraer por uno de los
extremos de la cama y con la ayuda de un palito se va removiendo el sustrato
para aflojar la tierra.
Hay que sacar las plantitas con cuidado para no dañar las raíces. Siempre se
deben tomar por las hojitas y no por el tallo, porque todavía es muy débil.
Normalmente se hace por grupos de plantitas, estas se ponen en la palma de
la mano y con mucho cuidado se desmenuzan los terrones con los dedos. La
cantidad de plantitas que se deben sacar debe ser un número razonable a
repicar aproximadamente durante una hora y evitar su deshidratación. El
número dependerá de la destreza y experiencia del que repica, pudiendo ser
en el caso de los viveros comunales entre 50 a 100 unidades por hora.
Debemos eliminar las plantitas que tengan el tallo o raíces mal formados.
También se descartan las que presentan signos de enfermedad. Es vital
reflexionar con el campesino sobre la importancia de la selección a este nivel,
porque todavía los esfuerzos hechos para la producción no han sido mayores y
repicar una mala planta implica que para un espacio en el vivero y
desaprovechar los trabajos realizados en la construcción de las camas de
repique, la preparación de sustrato embolsado, etc. Debemos entender la
necesidad e importancia de la selección de las plantas en todo el proceso de
producción. La comparación de llevar soldados sanos y fuertes a enfrentar una
guerra da buenos resultados. Así las plantas van a enfrentar las condiciones
edafoclimáticas difíciles de Ia sierra, por lo que se requiere de plantas
sanas y fuertes. Hacemos hincapié en esto, porque es bastante difícil
convencer al campesino de eliminar las plantas mal formadas, cosa que en
esta etapa de la producción es más fácil. Luego es mucho más difícil debido a
que las plantas ya son más grandes.
Las plantitas seleccionadas, cuyas raíces tengan mas de 5 ó 6 cm. deben ser
podadas usando tijeras. En el caso de que no se cuente con esta herramienta
se puede usar un cuchillo muy afilado. En este caso es necesaria una tabla
para apoyarse durante el corle. Es importante remarcar que, en ambos casos,
las herramientas mencionadas estén bien afiladas para lograr un corte firme sin
desgarramiento. En las comunidades se ha observado cierto temor a causar la
muerte de la planta al podar las raíces. Durante la capacitación debe indicarse
al campesino, con responsabilidad y el tiempo necesario, que esto no ocurre si
la operación se hace con cuidado, señalándole que esto ayudará a que
crezcan más raíces laterales (secundarias). Ayuda mucho a la mejor
comprensión de la poda, explicar que la parte aérea de los frutales debe ser
cortada para promover el crecimiento de más ramas.
Tanto la selección como la poda se deben hacer siempre cuidando de que a
las planillas no les den directamente los rayos solares. En seguida se las pone
en un recipiente (un tarrito de atún, por ejemplo) con agua y barro suelto. Esto
es muy importante porque el barro suelto ayuda a que las raíces secundarias
se adhieran a la principal, facilitando el repique y evitando que se doblen. En
todo momento debemos cuidar de no exponer las plantitas al sol.
-
Repique en bolsas: para la acción del repicado se requiere de un instrumento
sencillo de madera llamado repicador, cuyas características principales son:
tener forma cónica, longitud de 12 cm. y diámetro aproximado de 2 a 2.5 cm.
(ver fig. 10).
Un día antes del repique, de preferencia en la mañana, se deben regar las
bolsas con el sustrato por inundación. Girando el repicador se hace un hueco
en el centro del sustrato en la bolsa, teniendo cuidado de mantener el
repicador en posición vertical. Las plantitas se introducen hasta el nivel donde
se encontraban en el almácigo (cuello de la raíz), teniendo mucho cuidado de
que las raicitas no se doblen. Después se rellena el hoyo con sustrato,
presionando ligeramente con los dedos, para eliminar los espacios vacíos que
puedan quedar.
Conforme se avanza con el repique en la cama, se van cubriendo las plantitas
con el tinglado para protegerlas del sol, poniendo dicha protección a una altura
aproximada de 20 cm.
Después del repique, se riega con regadera. Esto debe hacerse todos los días
por la mañana durante dos semanas. Más adelante veremos con más detalle lo
concerniente a su protección y riego.
-
Repique en platabanda: la única diferencia con relación a las producidas en
bolsa es el distanciamiento que es necesario darles a las plantitas en la
platabanda- El distanciamiento que se viene
manejando con bastante éxito en los viveros comunales es de 14 cm. entre
planta y planta, y de 20 cm. entre las hileras. Al igual que en el caso anterior es
importante haber regado la platabanda por inundación un día antes por la
mañana.
Para hacer la marcación, previamente se nivela el sustrato. Nos ayudamos de
un palo de 80 cm., y lo marcamos a intervalos de 20 cm. Marcamos otro palo
de 1.40 m. a intervalos de 14 cm. Se comienza por las hileras de los extremos,
templando un cordel a 10 cm. de los bordes, se trazan las líneas y sobre ellas
se marcan con el palo de 1.40 m. cada 14 cm., lo que nos dará la distancia
entre las plantas. Una vez trazadas las dos líneas base, con la ayuda del palo
de 80 cm. se marca cada 20 cm., dándonos así la distancia entre las hileras,
(ver fig. No. 11). Con estas distancias la posible cantidad de plantas a obtener
por platabanda es de 350. Este dato es importante a tener en cuenta para la
planificación del área del vivero, así como la cantidad de platabandas a abrir.
En el caso del pino, la densidad puede ser mayor (hasta 625 plantas por
platabanda), según la experiencia de Cajamarca.
Con la ayuda del repicador se procede a repicar siguiendo los mismos pasos
que en el caso anterior, hasta el momento del riego y de su protección.
2.8.5 Propagación vegetativa
La propagación vegetativa dentro de la actividad forestal en el Perú es
incipiente y hasta hace pocos años (8 a 10) se limitaba sólo a la práctica campesina y
no a la ingeniería forestal. Actualmente, la propagación vegetativa para los forestales
es una de las técnicas más importantes para el mejoramiento genético. Satisface
sobremanera ver los logros alcanzados en el Brasil, país vecino, con el genero
Eucalyptus."Eucalipto". De 15 m3/ha/año que tenían como rendimiento al introducir
dicha especie, al propagarla vía semilla, ha subido en 1987 a 30 m3 y con el uso de la
propagación vegetativa a 60 m3/ha/ año. Cabe destacar que en ese mismo año ya se
venía investigando (propagación vegetativa a partir de tejidos meristemas).
Por lo general la literatura indica que es más fácil la propagación vía semilla.
Sin embargo, para los géneros: Polylepis. Buddieja y Alnus, parece ser lo contrario.
Esta afirmación está basada en todo lo que el proyecto ha desarrollado aprovechando
la experiencia campesina y mejorándola. Podemos concluir que lo que nos hace falla
es observar, experimental y poner más entusiasmo. Este es uno de los objetivos que
queremos trasmitir a todas las personas ligadas al desarrollo forestal. Esperamos que
lo poco que se ha avanzado sea un comienzo que motive a buscar nuevas
alternativas. Consideramos que en el Perú se ha iniciado la propagación vegetativa, y
que existe mucho conocimiento en el poblador andino sobre muchas especies que
merecen ser rescatadas. Por eso hay que ponerle todo el conocimiento existente de la
ingeniería forestal pura perfeccionarla, con una mejor visión de masificación en la
producción, y cuidando la perpetuación de nuestras especies.
Existen muchos otros tipos de propinación vegetativa, pero las que se vienen
utilizando en el Perú son: por estaca, esquejes o ramillas y brotes. A continuación
describiremos cada una de las técnicas, su adaptación a las condiciones en los
viveros comunales y las especies que se están produciendo por cada una de ellas.
a. Por estacas
En primer lugar, mencionaremos algunas consideraciones comunes que se
manejan en la propagación por estaca:
-
Tamaño, según la técnica desarrollada, por lo general oscila entre 20 a 25
cm. Esta característica no se debe tomar como determinante, depende de
la especie, Io que queremos decir es que muchas veces, apegados sólo al
conocimiento existente en ese momento, o al de la literatura disponible,
aplicamos lo mencionado y no se da el tiempo para analizar los resultados.
Nuestras especies nativas todavía no han sido estudiadas con detenimiento
y nos encontramos con que muchas de ellas tienen características
especiales que las hacen diferentes de las demás. Se necesitan tamaños
más pequeños (en el caso del "Aliso") que ayuden a optimizar el material, o
de lo contrario, si son más grandes (el caso del "Sauco", y el "Pajuro"). Más
adelante mencionaremos los tamaños para cada una de las especies.
-
La época de la recolección generalmente se da cuando los árboles de los
que se van a sacar las estacas han terminado de fructificar, es decir antes
de la floración, cuando las yemas se encuentran listas para emerger. Luego
de la dormancia hay mayor proliferación de yemas y esto facilita la
propagación vegetativa.
-
La recolección de las estacas se debe hacer de preferencia de los árboles
jóvenes, debido a que enraízan más fácilmente.
-
Una vez seleccionadas las estacas, se aplica en los extremos un corte
sesgado y limpio, tratando de no dañar la corteza. Esto se consigue
utilizando una herramienta afilada, como machete, tijeras o cuchillo, según
la dificultad que ofrezca el corte y la disponibilidad del mismo.
-
Una cosa práctica, que se ha aprendido en la conducción de los viveros
comunales y que puede parecer trivial, pero que tiene vital importancia, es
la manera de acomodar las estacas teniendo en cuenta el tamaño,
cuando la propagación se hace en platabandas. Se debe comenzar por
colocar por un extremo de la platabanda las más grandes, para terminaren
el otro extremo con las más chicas. Las más grandes se colocan hacia la
entrada del agua. Esto facilitará el manejo del tinglado y, lo más importante,
se disminuye la competencia por la luz durante el crecimiento. Se hace
hincapié en esto porque más adelante veremos que existen especies cuyo
material de propagación no tiene el mismo tamaño.
A continuación describiremos las principales especies que se vienen
propagando por la vía de estaca:
o
Poecilochroma punctntn ("Chilmelas"), los campesinos la vienen
propagando a partir de estacas de 25 a 30 cm., las mismas que .se
plantan directamente en el terreno definitivo (ver foto No. 12), en la
platabanda o bolsa. Esta especie se asocia muy bien con los cultivos.
o
Sambucus peruvianum ("Sauco"), es una especie que no es posible
propagar vía semilla. La única manera es por medio de estacas. No
deben usarse estacas muy maduras de color plomo oscuro o marrón y
con grietas. Tampoco las que son muy tiernas o demasiado lisas de
color verde claro.
Las estacas adecuadas son las de color verde oscuro a gris, sin
grietas en la corteza. Las estacas seleccionadas deberán tener
mínimo dos yemas (nudos). Al momento de ser colocadas en el
sustrato, éstas deben quedar fuera, para dar la posibilidad de que por
lo menos una de ellas prenda, disminuyendo el riesgo en el caso de
que se ponga sólo con una yema. Si se entierra un nudo hay mayores
posibilidades de prendimiento. El espacio que debe haber entre los
dos nudos (entrenudo) determinara el tamaño de la estaca (pudiendo
ser aproximadamente 20 cm.). Es suficiente de 5 a 8 cm- por debajo
de la yema inferior, porción que será introducida en el sustrato, y de 2
a 3 cm. de la yema superior al extremo de la estaca. (ver fig. 12).
Se debe tener cuidado al poner la estaca en el sustrato, que conserve
la posición en que se encontraba en el árbol, es decir, con la punta
hacia arriba y con una ligera inclinación.
Tradicionalmente el campesino propaga a partir de estacas grandes
de 1.5 a 2 m., plantando directamente, en el terreno definitivo. Su
inconveniente es la poca posibilidad de masificación, relacionada con
el material disponible.
o
Erythrina edulis ("Pajuro"), es otra especie que el campesino propaga
tradicionalmente a partir de estacas, la misma que tiene un tamaño
entre 1.5 a 2.0 m (ver foto No. 13). Se planta de frente en el terreno
definitivo. Al igual que muchas especies que el poblador andino
propaga de esta manera, hemos visto el inconveniente de no poder
hacer lo mismo a una escala masiva debido a la escasez de material.
Esta especie se encuentra en poca cantidad y en pocos lugares de
Ancash, Cajamarca y Cusco.
A partir de este conocimiento campesino, se han hecho experiencias
de propagación a partir de estacas de 40 a 45 cm., las mismas que
vienen dando excelentes resultados. Aparte del tamaño es importante
tener en cuenta otras características de las estacas. Las de color gris
que tiende a blanquecino o el verde o gris tendiendo al marrón no son
adecuadas. La superficie debe ser ligeramente rugosa sin grietas.
Cuando las estacas se recolectan de árboles viejos, el prendimiento es
menor (de 45 a 55%) que cuando son de árboles jóvenes de 3 a 5
años, con los que se
consiguen prendimientos entre el 80 al 90% (ver foto No. 14), De un
árbol de 4 años se pueden obtener entre 25 a 30 estacas (ver 7.2-d.
en Poda en formación). Una cosa importante a tener en cuenta para
obtener prendimientos altos es que una vez plantadas las estacas se
debe evitar moverlas, debido a que son muy delicadas. De lo
contrario. las plantas no enraízan o si recién han enraizado es
probable que se sequen. Es preferible hacer todos los esfuerzos por
evitarlo hasta que haya prendido definitivamente, haciéndolo cuando
tiene una a dos ramas con tamaños de 20 a 30 cm. En este momento
se deben cuidar por las hojas, que son muy apetecibles para los
animales, debiendo cuidarse hasta que la planta tenga 1.5 a 2 m. Por
los beneficios que reporta esta especie, todos los esfuerzos en el
cuidado de la planta hasta lograr que la producción dé frutos están
totalmente justificados.
Dada la importancia de esta espacie conviene estimular su
introducción en lugares donde no exista y cuyas características
ecológicas son adecuadas para su desarrollo. Parte de la estrategia
podría ser una producción agresiva a partir de semillas (ver 2.8.4 en:
Propagación por semilla), por ofrecer esta técnica menores dificultades
para el transporte. Esto permitiría obtener una mayor cantidad de
plantas con el objetivo de que a partir de éstas, en el futuro (3 a 4
años) se obtengan estacas.
o
Alnus acuminata (es el mismo que anteriormente se le denominaba
Alnus jorulensis). "Aliso". El campesino peruano hace claramente la
distinción entre dos tipos de "Aliso" que tienen características
fenotípicas bastante diferenciadas. Una de ellas es el color. Existen
ejemplares de árboles que tienen el fuste y la madera de un color más
oscuro y rojizo por lo que el campesino lo conoce con el nombre de
"Aliso colorado" y otro cuyo fuste es más gris con matiz blanquecino y
cuya madera también es más blanca y se le llama "Aliso blanco".
En el caso del "Aliso colorado", la propagación por estacas ha tenido
poco éxito, pero con el uso de productos químicos enraizadores se ha
logrado prendimientos hasta en el 70% de los casos. Mientras se
perfecciona la técnica de propagación su práctica a nivel de
producción masiva en los viveros comunales no es recomendable,
porque los resultados traen desaliento en el poblador andino.
Cuando se trata del "Aliso blanco', la propagación por estacas es una
práctica común del poblador andino. Cuenta el Sr. Demetrio Meza, de
ocupación carpintero, que viene propagando esta técnica desde muy
niño junto a su padre, que también era carpintero. El coloca
directamente las estacas grandes de 60 cm. y hasta de 1 m. de
longitud en el terreno definitivo. Con una adecuada remoción de la
tierra y con los cuidados y riego necesario se logra que todas ellas
prendan. Esta forma de propagar tiene sus limitaciones cuando
pensamos en la masificación. Fue en 1988 que el Ing. Armando Martel
Ortiz (durante varios años coordinador
del proyecto en el departamento de Ancash) encontró las pistas para
mejorar y desarrollar toda una técnica basada en las características
peculiares de esta especie, habiéndose mejorado ahora dicha técnica
a partir de estacas para propagarlas por la vía de brotes, que se
tratará más adelante (ver 2.8.5).
A diferencia de la mayoría de estacas, la del "Aliso blanco" tiene una
característica muy particular y es la de tener raíces adventicias
preformadas (ver foto No. 15). las que posibilitan un prendimiento
mayor al 90% en condiciones normales sin necesidad de ningún
enraizador, solo teniendo los cuidados de protección, riego y un buen
sustrato.
La condición principal para el prendimiento es la presencia de estas
raíces que mayormente se encuentran en la base de las estacas. A
medida que nos alejamos de la base, éstas van disminuyendo (ver foto
No. 16). El tamaño de la estaca estará definida por la presencia de las
raíces y. al igual que la del "Sauco", debe tener cómo mínimo 2 yemas
(ver foto No. 17). Con estas condiciones mayormente las estacas son
menores de 20 cm. lo que nos ayuda a optimizar el material de
propagación que, en el caso de esta especie, es muy limitada. Es
preciso afirmar, aunque no en forma oficial, que en el Perú, esta
especie esta amenazada.
Es recomendable su propagación en platabandas, debiendo tener
cuidado durante la colocación en el sustrato de ubicarlas por el
tamaño. Primero deben ir las grandes y después las chicas, como ya
lo hemos mencionado. Una de las razones para propagarlas en
platabandas es su tolerancia a las podas de la raíz, con lo cual se
incentiva a incrementar las raíces secundarias y por consiguiente los
nódulos que albergan la bacteria del género frankia, fijadora de
nitrógeno, aspecto importante tanto para el sustrato que quedara en el
vivero como para el futuro de la planta, teniendo una mayor capacidad
para fijar nitrógeno. Con esta técnica es posible obtener plantas de
0.80 m. a 1 m. aptas para ser llevadas al terreno definitivo en períodos
de 10 a 12 meses. Esto implicaría la obtención de estacas entre los
meses de enero a marzo. cuando no hay mucha proliferación de
yemas.
b. Por esquejes o ramillas
Esta técnica se viene usando con el género Polylepis sp "Queñua". Los
campesinos tradicionalmente la propagan a partir de ramas grandes (de 40 a 80 cm.),
las que son plantadas directamente en el terreno definitivo con bastante éxito. Se
obtienen prendimientos por encima del 90% siempre y cuando se tenga cuidado de
haber preparado bien el hoyo y mantener la humedad respectiva.
Este conocimiento campesino fue la base fundamental para que el Ing. Ricardo
Jon Lap2, en los años 1981 - 1982. a través de una observación minuciosa de las
estacas tradicionales, pudiera descubrir la técnica de propagar
2 Responsable Forestal del PRONAMACHS en Junín.
a partir de las ramillas terminales (esquejes). Esto debido a que estas presentan
raíces adventicias preformadas, ahora comúnmente denominada chupones o
chinchones. Esto permite obtener los esquejes de ramas similares a las que usa el
campesino sin la necesidad de cortarlas, quedando estas en el árbol y por
consiguiente preservar el material ya que en dos o tres años es posible obtener
nuevamente esquejes del mismo árbol.
A la fecha, es una técnica totalmente mejorada, dominada y manejada por los
campesinos en los viveros comunales. Sin lugar a equivocaciones, en cuanto a las
técnicas nuevas promovidas por el Proyecto, es la que mayor éxito viene teniendo
tanto en la destreza de su uso por el campesino, como por la cantidad de plantas
producidas. Existen viveros comunales que fácilmente bordean una producción de
5,000 a 7,000 plantas de Polylepis sp "Queñua", a partir de esquejes (ver foto No. 18).
A continuación mencionaremos las consideraciones a tener en cuenta para la
propagación del Polylepis .sp "Queñua", a partir de esquejes.
-
La recolección: se realiza con las primeras lluvias. Esto debido a que la
presencia de los chupones está sujeta a las condiciones de humedad. En
los inicios del manejo de esta técnica se recomendaba como indispensable
la presencia de un gran número de chupones en cada esqueje; sin
embargo, la experiencia nos ha enseñado que no es imprescindible. Lo que
sí resulta indispensable es la presencia de un buen número de esquejes
con chupones en el árbol del cual se van a recolectar, siempre y cuando
tengan las características que en el siguiente punto describiremos. Su
reconocimiento no es difícil, pero requiere de capacitación y experiencia,
para lograr este conocimiento hay que acompañar al grupo que va a
aprender a recolectar, con una o dos personas que conozcan y tengan la
experiencia suficiente. Esto implica realizar Ia capacitación en la época que
existen Ias condiciones para la presencia de los chupones. Si no es así, la
capacitación no tendrá su efecto, pues sólo haciendo y practicando se logra
aprender.
Con mayor frecuencia y en mayor número, es posible encontrar los
esquejes adecuados en los árboles más viejos y aislados. Quizás como
parte de su ciclo de sobrevivencia hacen que se emitan los chupones.
En los árboles junto a los riachuelos, o al borde de las quebradas, se
pueden encontrar mayor cantidad de esquejes con chupones. Asimismo en
los árboles ornamentales que se encuentran en las plazas. En este caso
inclusive se pueden encontrar esquejes con chupones durante todo el año.
Podemos concluir que el factor humedad es el determinante para la
presencia de los chupones.
Una vez ubicado el árbol con los esquejes adecuados, la recolección se
debe realizar teniendo cuidado de no dañar los chupones o la zona donde
emergen estos. En mayor cantidad se encuentran en la base del esqueje
junto a la intersección con la rama (ver foto No. 19). A medida que nos
vamos alejando hacia la parte apical del esqueje, estos van disminuyendo.
Existen ejemplares de árboles cuyos esquejes son fáciles de recolectar
simplemente con la mano, arrancándolos. (Ver fig. No. 13). De todas
maneras es imprescindible contar con tijeras
de podar para la recolección, inclusive para aquellos esquejes que .se
recolectan desgarrando. Es necesario un corte posterior antes del repique,
para obtener una base definida y evitar una posible zona de putrefacción.
La recolección de los esquejes se debe programar con la suficiente
anticipación. De la cantidad planificada a producir en una campaña, se verá
si es suficiente una o varias jornadas de recolección. También dependerá
de la cantidad de personas que van a recolectar. Normalmente en el primer
año de atención a una comunidad, el único que conoce de la técnica de
recolección es el extensionista. En este caso, la finalidad principal de la
primera recolección será capacitar a la comunidad. Para lograr este
objetivo, la cantidad adecuada de personas por capacitador es un número
de 10 a 15 participantes como máximo. Durante las primeras recolecciones
el extensionista deberá dar mayor énfasis a la enseñanza de los
promotores forestales, quienes, a partir de Ia segunda recolección, deberán
asumir paulatinamente la conducción del grupo de recolectores, pasando el
extensionista a asesorar la capacitación dirigida por los promotores. Este
es un ejemplo bastante claro que muestra cómo concibe el proyecto la
capacitación y el rol protagónico que debe cumplir el promotor. Muchas de
las estrategias de capacitación que el proyecto viene poniendo en practica
han salido de las experiencias obtenidas mediante el trabajo de este
género, las que van desde el rescate de la tecnología, hasta los nuevos
alcances logrados con el avance tecnológico obtenido.
-
Las características de los esquejes:
•
De preferencia los esquejes deben tener chupones, sin importar el
número, pero es imprescindible que sean nuevos.
•
Si no se distinguen chupones en los esquejes, estos deben tener
condiciones para retener la humedad. Se caracterizan por tener
ritidoma (a manera de cascarilla) que rodea al tallo (ver foto No.20) a
diferencia de los muy jóvenes, que tienen el tallo liso, lo que imposibilita
la acumulación de humedad. En consecuencia no pueden crear
condiciones para la emergencia de las raíces adventicias. Nuevamente
vemos que tanto a nivel macro (árbol), como a nivel micro (los esquejes
dentro del árbol), son determinantes las condiciones para retener la
humedad.
•
El tamaño del esqueje para el prendimiento no tiene tanta importancia.
Las condiciones para emitir las raíces son las que determinan el
prendimiento. Frecuentemente se encuentran esquejes con las
características adecuadas, es decir entre 8 y 15 cm., también hay
tamaños mayores pero no son recomendables, porque dificultan su
manipuleo durante la producción en los viveros.
•
La forma. Es frecuente encontrar esquejes con las formas más
caprichosas. Esta es una característica inherente de la especie. Se
deben preferir los más rectos, pero eso no debe ser motivo
para descartar los ligeramente torcidos. con mas razón en las especies
de este género que se encuentran en vías de extinción. La recolección
se debe efectuar pensando en las dificultades que puede traer durante
eI repique en las platabandas o bolsas. Esta es una de las razones para
la propagación de este género en las platabandas, porque existen
mayores posibilidades de acomodar los esquejes que no son derechos,
tratando de mantenerlas en posición vertical.
-
Repartición de los esquejes: una vez recolectados los esquejes. se
seleccionan en el mismo Iugar de la recolección, siempre bajo sombra,
para evitar la perdida de humedad por la transpiración. Durante la selección
de los buenos esquejes también se debe aprovechar para ordenarlos por
su tamaño, acción que es posible realizar en el vivero. Lo que dependerá
del tiempo disponible en el momento de la recolección.
Los esquejes seleccionados son sometidos a una defoliación, dejando solo
3 foliolos. Esto se hace para disminuir la perdida de agua contenida en el
esqueje. Luego se procede a acomodarlos para llevarlos al vivero. Las
condiciones del acomodo dependerán del tiempo que se va a demorar en
llevar al vivero. Si es el mismo día, no es necesario darles ninguna
condición especial, bastará con acomodarlos en forma vertical en un
envase, que puede ser una caja, canasta o manta (lo más usual y operativo
es el costalillo): además al estar en posición vertical no deben apretarse.
Durante el transporte, en todo momento, se debe cuidar de que estén bajo
sombra. Una vez que se llegue al vivero es importante sacarlos de los
envases y ponerlos en recipientes con agua o acomodarlos en el canal de
riego, siempre bajo sombra, hasta que sean repicados. En estas
condiciones no es recomendable tenerlos más de 2 o 3 días.
Si la distancia del vivero al lugar de recolección de los esquejes es larga y
no permite retornar el mismo día, será necesario darle condiciones
especiales para el transporte, lo que básicamente consistirá en el empleo
de cualquier material cuya característica pueda mantener la humedad.
Puede ser tierra húmeda, papel húmedo, aserrín húmedo, hojarasca
húmeda, etc. Este material se coloca en el fondo del envase. Cuando se ha
llegado al vivero se procede del mismo modo que en el caso anterior.
Una vez que los esquejes recolectados están en eI vivero y (puestos en el
sustrato ya sea en la platabanda o bolsa), debido a la cantidad, no será
posible repicarlos antes de 2 ó 3 días. Estos se acondicionaran utilizando
una cama de almácigo o parte de una platabanda con sustrato. En él se
abrirán unas zanjitas que harán posible acomodar los esquejes agrupados
(ver foto No.21). Una vez acomodados, se riegan y se protegen con los
tinglados. Así se les puede tener entre 6 a 8 días, cuando las yemas están
turgentes, hasta 10 ó 12 días como máximo, siempre manteniendo la
humedad a través del riego. Es tiempo más que suficiente para terminar
con el repicado. Pasado este ya pueden emitir sus raíces, las que al
repicarlas se dañaran porque en ese momento todavía son muy tiernas y
herbáceas y se quiebran fácilmente.
Si se siguen todas las recomendaciones descritas se consiguen
prendimientos por encima del 90% (ver foto No.22), y crecimiento entre 60
a 80 cm. en períodos de 10 a 12 meses (ver foto No. 7).
Todas las alternativas mencionadas son viables y desarrolladas en la
práctica, en razón de que en los viveros comunales no se tiene controlado
todo y requieren siempre de alternativas que se adecuen no sólo a las
condiciones del vivero, sino también al tiempo disponible del campesino.
Las alternativas mencionadas se adecuan bastante bien a estas
condiciones. Además, en este caso se debe aprovechar el tiempo para
planificar la capacitación de un mayor número de campesinos en lo
concerniente a la forma de repicar los esquejes. Esto se debe manejar con
bastante cuidado. De todas maneras, cuanto más pronto se haga el repique
será mejor.
c. Propagación por brotes
-
Brotes aéreos: se denomina brotes aéreos a aquéllos que son similares a
los esquejes o ramillas terminales, con la diferencia de que no tienen raíces
adventicias preformadas. Se obtiene de las ramas o, en el caso de plantas
tiernas (uno a dos años), están adheridas al tallo principal. El género que
se viene propagando con éxito a través de esta técnica es la Buddieja sp
("Colle" y "Quishuar"). Y se tiene relativo éxito (a nivel de investigación) con
la del género Scallonia sp "Chachacomo".
•
El tamaño y consistencia: los brotes más adecuados son de 5 a 10
cm. Estos deben tener una consistencia semileñosa, ni muy tiernos ni
muy viejos. Para el caso de la Buddieja sp "Colle". una forma de
determinar esto es el color. Los tallos marrón claro a oscuro son
demasiado viejos y los muy blancos y muy nacidos son muy tiernos.
Los de color blanco hacia gris ligeramente flexibles son los más
adecuados.
•
La recolección de brotes: se puede efectuar de árboles viejos. de
árboles viejos talados, y de plantas tiernas. Los resultados que se
obtienen en cuanto al prendimiento son mejores con aquellos que han
sido recolectados de plantas tiernas entre uno a dos años después de
haber sido plantadas, seguido de los obtenidos de árboles viejos
talados y, finalmente, los brotes de árboles viejos (ver fotos del 23 al
28). Es importante conocer esto porque muchas veces se tienen las tres
alternativas y es posible escoger una de ellas o puede ser que
simplemente se tenga una de ellas y es bueno estar preparado para los
resultados.
•
Al momento de recolectar los brotes se debe tener mucho cuidado de
que éstos salgan con su talón en la base, esto es muy importante
porque de ello depende el éxito en el prendimiento, pues de allí salen
las futuras raíces (ver foto No. 29). Para lograr recolectar con el
mencionado talón es necesario contar con un cuchillo o tijeras. El corte
debe ser de abajo hacia arriba (ver fig. No. 14). Aunque no es
recomendable, es posible hacer el corte
con la mano, pero se requiere de experiencia y cuidado: en este caso
se toma el brote con los dedos índice y pulgar bien pegados al tallo de
donde se va a extraer el brote y se tira hacia abajo. Es preferible evitar
el desgarramiento (ver fotos No.24 y No.25), Luego es necesario hacer
un corte de afinamiento del brote en la parte terminal del talón para
evitar putrefacciones en el sustrato a causa del riego.
•
Preparación de los brotes: una vez recolectados los brotes. se
seleccionan en el mismo lugar de la recolección, siguiendo los mismos
pasos para la recolección de los esquejes del Polylepis "Queñua". La
diferencia es que en este caso no es posible repicarlos después de 2 a
3 días. debido a que no tienen la característica de tener raíces
preformadas. De todas maneras se les debe cuidar, así sean sólo por
los días mencionados y acondicionarlos con material que mantenga la
humedad hasta que puedan ser repicados.
Con la producción a partir de brotes en platabandas se logran plantas
de 60 a 80 cm. de altura en períodos de 10 a 12 meses, dependiendo
de la altitud en que se encuentra el vivero. En los viveros debajo de los
3,200 m. es posible conseguir tamaños mayores que los mencionados,
mientras que a partir de semillas en el mismo período sólo se obtienen
tamaños de 20 a 25 cm.
-
Brotes enraizados: consiste en aprovechar la capacidad de rebrote de
algunas especies y a su vez los brotes inferiores, que tienen la
característica de emitir raíces cuando se les crean las condiciones de
humedad y tienen sustrato suelto. Los géneros que se están propagando
por este método son la Buddieja sp. "Colle" y el Alnus sp. "Aliso". Esta
práctica data, recién, de hace 3 años.
Para utilizar este método es necesario producir primero las plantas en
platabandas, ya sea a partir de semillas o cualquiera de los métodos de
propagación vegetativa, inclusive el que se está describiendo. Se están
practicando dos formas de propagar por la vía de brotes enraizados: en las
especies que tienen la característica de emitir brotes en la base del "Colle"
y el "Aliso blanco", es posible obtener brotes sin dañar el tallo principal. En
las especies que no tienen brotes basales o existen muy pocos (es el caso
del "Aliso colorado"), se estimula la emisión de brotes a través del corte del
tallo principal. Para hacer más ilustrativa la descripción de éstas,
aprovecharemos las experiencias que se vienen practicando en el "Colle" y
el "Aliso".
•
Buddieja sp "Colle": en el Perú se ha ganado suficiente experiencia en
cuanto a la propagación de este género a partir de las semillas. El
departamento que mayor experiencia tiene es Puno. En los años 1985 y
1986 se comenzó con la propagación a partir de brotes aéreos. La
propagación a partir de brotes enraizados comienza recién en 1987,
mediante una experiencia de Gertrudis Cuadros en un vivero del
CENFOR en Huancayo.
Las plantas de la Buddieja sp "Colle" tienen la característica de emitir
brotes basales. Cuando las plantas poseen un tamaño aproximado de
30 a 40 cm. ya es posible darles las condiciones para que los brotes
basales enraícen, los mismos que tendrán de 10 a 15 cm. de longitud.
Estas condiciones consisten en aporcar la planta de manera similar al
aporque que hace el campesino con la papa. Con esto, lo que se está
haciendo es aflojar la tierra para que el brote no tenga dificultades para
enraizar, siempre y cuando se mantenga la humedad adecuada a través
del riego. Los brotes deben sobresalir del montículo de tierra más o
menos de 5 a 6 cm., lo suficiente como para podarlos y finalmente
sobresalgan de 3 a 4 cm. (ver foto No.30). Con el corte se incentiva la
emisión de raíces.
Una vez aporcado, al cabo de 45 a 60 días los brotes ya tienen la
cantidad de raíces suficientes para ser trasplantados a otra platabanda
o bolsas. En este período la poda de las raíces a la planta madre (ver
3.4) no se debe suspender.
La extracción de los brotes debe realizarse regando previamente el día
anterior por la mañana. Se hace retirando la tierra con una pala y con la
ayuda de un palito que sirve para aflojar el sustrato, hasta llegar a la
parte de las raíces de los brotes y exista espacio suficiente para cortar
los brotes con tijeras o cuchillo afilado. Una vez culminada la tarea de
sacar los brotes se vuelve a tapar la planta dejando la platabanda en su
estado original (antes del aporque). Las plantas madres están aptas
para ser plantadas, pero es preferible no hacerlo antes de que se
recuperen completamente (10 a 15 días).
La otra forma de extraer los brotes es haciendo coincidir el día de la
plantación con la extracción. Se riega el día anterior por la mañana, y
con la ayuda de una pala recta se sacan las plantas madre con mucho
cuidado. Se retira la tierra, ya sea con un palito o los dedos tratando de
que se mantenga el pan de tierra (sustrato retenido por las raíces). Se
separan los brotes (ver foto No.31) cortando con unas tijeras o un
cuchillo afilado. Se debe tener cuidado de que los rayos solares no le
den directamente; de preferencia esta operación se debe efectuar muy
temprano por la mañana.
Los brotes extraídos se deben repicar inmediatamente después de la
extracción, ya sea en bolsas o de preferencia en las platabandas. En
este último caso también es posible obtener nuevos brotes siguiendo
los pasos descritos.
•
Alnus sp. , en el caso de este género funciona la técnica de brotes
enraizados, tanto para el "Aliso colorado" como para el "Aliso blanco".
Para el colorado, es necesario tener plantas provenientes del almácigo
o por regeneración natural. Del "Aliso blanco" que hay en el Perú, hasta
el momento no se han obtenido plantas a partir de semillas, ni en
almácigo, ni a partir
de regeneración natural, dando excelentes resultados sólo por estacas,
como hemos manifestado en 2.8.5. Para obtener brotes enraizados se
siguen los mismos pasos descritos para el "Colle".
En ambos casos ("Aliso" blanco y colorado) se puede conseguir un
mayor número de brotes, solamente aplicando un corte total al tallo a 1
cm. de la superficie del sustrato. Una vez efectuado el corte limpio con
unas tijeras (sin dañar la corteza) ligeramente inclinado, se debe
esperar 30 a 45 días, tiempo en que emergen un gran número de
brotes, en un promedio de 15 a 20 (ver foto No.32). A éstos, una vez
que tengan de 15 a 25 cm. se procede a hacerles el aporque (ver foto
No.33). dejando que sobresalgan de 5 a 6 cm. para luego podarlos y
que sobresalgan de 2 a 3 cm., lo mismo que en la Buddieja sp. Pasados
los 30 ó 35 días, los brotes ya tienen suficientes raíces para ser
trasplantados (ver foto No.34). El proceso de la extracción de los brotes
ha sido descrito anteriormente.
Con la propagación a partir de brotes enraizados en platabandas se
consiguen crecimientos sorprendentes, tanto en la Buddieja sp. como el
AInus sp. Se logran plantas por encima de los 80 cm. en un período de
10 a 12 meses (ver foto No. 35). lo que varía según la ubicación de los
viveros. En el caso del "Aliso", en los viveros por debajo de los 3.200
m., se pueden obtener en 10 meses plantas hasta de un metro de
altura. (Ver foto No. 36)
Las experiencias descritas son fáciles de practicar. Su viabilidad está
totalmente comprobada y vienen dando excelentes resultados en los
viveros comunales con mayor razón en los viveros conducidos por
personal permanente y experimentado.
En estos dos géneros, Buddieja sp. y Alnus sp,. debido a que sus
semillas son demasiado pequeñas, la propagación vía sexual trae
muchas dificultades en los viveros comunales, pues necesitan debastante paciencia y cuidados especiales. La propagación vía brotes
enraizados, por su versatilidad, facilidad en su manejo y técnica familiar
para el campesino, y por su similitud con experiencias de cultivos en
surco, abre inmensas posibilidades. Tiene sin embargo una dificultad:
las comunidades deben contar con las plantas tanto en cantidad como
calidad, para que, aplicando esta técnica, puedan lanzarse a multiplicar
su producción.
En el Perú existen alrededor de 157 viveros estatales que se instalaron
antes del año 1982 con la Dirección General Forestal y de Fauna y que
se ampliaron, mejoraron y equiparon durante la existencia del Instituto
Nacional Forestal y de Fauna (1982 a 1986). De éstos,
aproximadamente 117 se encuentran en la sierra. Actualmente esta
infraestructura se encuentra subutilizada y en gran parte desactivada.
Sus obreros especializados y técnicos han renunciado con incentivos.
Sería interesante aprovechar la infraestructura existente, convirtiendo
dichos viveros en grandes abastecedores de germoplasma para los
viveros comunales. Esto ayudaría a mejorar la obtención de material de
reproducción de mayor calidad y cantidad suficientes. Esta es una
alternativa excelente de cómo se puede incursionar en el mejoramiento
genético. Como lo hemos repetido, todo el mundo está consciente de
que es necesario, pero a la vez nadie quiere asumir esta
responsabilidad. Asimismo podrían ser excelentes centros de
capacitación en la práctica.
Ahora que hemos visto las técnicas de propagación y conocemos sus
posibilidades y limitaciones a nivel de viveros comunales, presentamos
en el cuadro No.8 la relación de las especies que el proyecto viene
promoviendo en las comunidades. Los números que se encuentran en
la columna (2) corresponden a los métodos de propagación para cada
especie, los cuales se encuentran descritos en el diagrama No. 1.
Aquellas especies que tienen más de 2 números, son las que
responden a más técnicas, las que se presentan por orden de prioridad,
en relación a la posibilidad de obtener mejores plantas y en menor
tiempo, por ejemplo: para el "Molle" Schinus molle, la primera alternativa
(3) significa a partir de semillas, siembra directa en platabandas; la
segunda (1) a partir de semillas siembra directa en bolsas.
CAPITULO III
LABORES CULTURALES
Consideramos, entre las labores culturales, las siguientes actividades:
protección en el vivero, riego, deshierbe, poda de raíces y remoción. La realización de
todas estas actividades es indispensable. Cuando en los viveros conducidos por
instituciones se cuenta con personal permanente y remunerado, esta tarea no es tan
complicada. Bastará con mantener una supervisión permanente para que el personal
cumpla sus responsabilidades, facilitando el logro de las metas en los viveros.
En el caso de los viveros comunales, las responsabilidades que asumen los
campesinos son rotativas y muchas veces en tiempos demasiado cortos, lo que
dificulta el aprendizaje técnico. La mayoría de las actividades en cuestión requiere de
un número pequeño de campesinos y mucha paciencia, además de realizar la
actividad a tiempo y con una frecuencia determinada. La consolidación de este tipo de
trabajos es mucho más difícil, en comparación con las actividades que requieren de la
participación de un gran número de campesinos, ya que son trabajos específicos con
fechas de inicio y término de finidos en períodos cortos, ya sea un día, dos o una
semana. El obstáculo se puede superar, convocando a una faena en la que participará
toda la comunidad o parte de ella, dependiendo de la dificultad de las labores.
Muchas comunidades han tenido malas experiencias debido a descuidos en la
realización de las labores culturales, lo que ha ocasionado perdidas completas de
trabajos hechos con esfuerzo. Consecuentemente, se ha generado desánimo en la
comunidad. Una forma de reanimar a las comunidades que han tenido fracasos es el
intercambio de experiencias con las comunidades vecinas que sí lograron tener
éxito. Por experiencia se sabe que no sólo en lo concerniente a las labores culturales
en lo forestal, sino en cualquier actividad, el intercambio de experiencias es una forma
muy eficaz para motivar a la comunidad desanimada. Si esto se realiza con cierta
frecuencia, no sólo se motiva, sino también se mantiene el interés y a la vez se crea
competencia. De este modo se logra hacer bien las cosas, o, en el mejor de los casos,
se perfeccionan. En el desarrollo de cada una de las labores culturales
mencionaremos algunos ejemplos de estrategias campesinas adaptadas por ellos
mismos para lograr éxito en la realización de las labores culturales en el vivero
comunal.
3.1 Protección
Hemos mencionado las características climáticas de la sierra peruana, y' entre
ellas la de tener temperaturas bajas con presencia de fuertes heladas durante las
noches, con mayor frecuencia en los meses de junio a setiembre. Asimismo, la fuerte
insolación durante el día y la presencia de vientos fríos son fenómenos climáticos
suficientes para hacer pensar en la necesidad de proteger a las plantas en mayor o
menor grado, dependiendo de la etapa de crecimiento de la planta y del lugar donde
se encuentra el vivero. Anteriormente hemos citado que una forma de proteger a las
plantas es el uso de tinglados. A continuación describiremos su construcción y su
manejo.
3.1.1 Construcción de tinglados
El material que se usa varía según el lugar. Lo que más se estila es el uso de
material de la zona. El Proyecto Desarrollo Forestal Campesino, con sus años de
experiencia, y habiendo asesorado a la fecha la conducción de aproximadamente más
de 500 viveros comunales, ha tenido la oportunidad de ver diversos tipos de tinglado,
con material usado por los campesinos, que van desde lo más simple, hasta lo más
sofisticado, dependiendo de la creatividad, experiencia y responsabilidad que va
adquiriendo la comunidad para lograr éxito en eI campo forestal. (Ver fotos No.37, 38,
39, 40, 4I). Entre los materiales usados se llenen:
Ramas de árboles y arbustos
Paja de cebada
Costales de yute
Tallos de quinua
Tallos de maíz
Paja de puna (ichu)
Tiras de tallo de chakpa
Paja de trigo
Carrizo
Totora
Chacla
La forma de construirlo también varía de una comunidad a otra. Algunos son
simplemente colocados tal como es el material, otros tienen un acabado perfecto
mediante amarras y/o tejidos.
El manejo del tinglado, es decir el tapar y destapar, presenta ciertas
dificultades y requiere de bastante tiempo. Para salvar esto, los campesinos han
logrado construir sus tinglados de manera que su manejo sea más operativo. Algunos
los han construido por partes, de tamaños de 1 a 2 m., y otros, mediante amarras o
tejidos con material flexible o diadas (varas delgadas), dándole la característica de ser
enrollable.
3.1.2 Manejo del tinglado
Existen más dificultades en el entendimiento del por qué proteger las plantas
que en el manejo y la operatividad. Se tiene con frecuencia el exceso de protección
de las plantas en el vivero, lo que produce demasiada sombra por períodos muy
prolongados, con la idea de que hay que "protegerlas". La planta necesita de la luz
para poder crecer sana y fuerte. Un exceso de cubierta trae como consecuencia
plantas con tallos herbáceos y hojas suculentas. Así tengan el tamaño adecuado para
ser plantadas, no estarán lo suficientemente .fuertes (lignificadas) como para poder
enfrentar las pocas precipitaciones y las heladas en la plantación.
No debemos olvidar que la planta, una vez que sale del vivero a la
plantación, carece de protección contra las inclemencias del clima. Esto se debe
tener presente durante todo el proceso de producción, de modo que se prepare
a la planta para resistir.
Todo lo mencionado significa cubrir la planta con el tinglado cuando es
necesario y quitar la cubierta cuando no es necesario. A esto es lo que se llama
manejo del tinglado.
a. Manejo del tinglado en la cama de almácigo
Por ser esta la primera etapa del crecimiento de las plantas, que están muy
tiernas y son muy delicadas, debe tenerse mucho cuidado con la protección. El
tinglado en esta etapa debe ser denso y debe colocarse inmediatamente terminado el
almacigado. La altura a la que se debe poner es lo más pegado posible a la superficie
de la cama. Cuando las semillas son muy pequeñas, como la Buddieja sp., "Colle" o la
Escallonia sp. "Chachacomo", el tinglado se coloca en contacto con el sustrato.
Esta cubierta no se retira hasta que las semillas germinen. Cuando comienza la
germinación, se ralea el tinglado (menor densidad), manteniéndolo así hasta que
finalice la germinación, en un promedio de unos 15 a 20 días, dependiendo de. la
especie y el lugar. Luego de este tiempo se levanta el tinglado a una altura entre 15 a
20 cm. manteniéndolo así por un tiempo aproximado de 5 días. Después se retira la
cubierta totalmente hasta el repique.
b. Manejo del tinglado en la cama de repique y platabanda
Primero hay que tener en cuenta que para la protección de las plantas en las
camas de repique y las platabandas se requiere de gran cantidad de tinglado, por lo
que se recomienda planificar su construcción con la debida anticipación. Una vez
culminado el almacigado sin esperar la germinación, el comité forestal, con el
asesoramiento del extensionista, debe coordinar con la comunidad para planificar la
construcción de los tinglados, designando a las personas por grupos o mediante
faenas. Ninguna planta está lista para ser repicada antes de los 45 días del
almacigado, tiempo más que suficiente para tener lista la protección. En el caso de la
propagación vía vegetativa, en la que el material reproductivo es puesto directamente
en la cama de repique o platabanda, también se debe tener la previsión de contar con
el tinglado el tiempo suficiente, días antes de hacer el repicado.
Hacemos hincapié en esto porque muchas veces recién se espera el día del
repique para preparar la protección, llegando a la improvisación por falta de tiempo y
debido a que las plantas ya se están pasando del tiempo para el repique. Es preferible
mantener uno a dos días más en el almácigo, antes que repicar sin contar con el
tinglado.
Se han dado ejemplos dignos de imitar en algunas comunidades que se
organizaron para la construcción de los tinglados. Mencionaremos algunos de ellos:
aprovechando los días de las faenas del grupo de personas designadas para realizar
los trabajos forestales, unos cuantos se dedicaron exclusivamente a abastecer de
material, a otros que tenían habilidad para el
tejido se les asignó esta tarea. Algunas comunidades tienen la costumbre de
organizarse por cuadrillas (grupos de personas cuyos integrantes son los mismos por
un período), cuya asistencia al vivero es rotativa. A estas cuadrillas se les asigna la
ejecución de un determinado manejo de tinglado, originándose una competencia por
hacerlo mejor. También han creado mecanismos propios de incentivos. Por ejemplo, al
que hace una cantidad determinada de tinglado se le libera de los trabajos en la faena
comunal. A mayor producción, menor numero de días de asistencia a las faenas.
Otras veces la elaboración del tinglado se asigna simplemente por tarea.
A medida que se va haciendo el repique de las plantas provenientes de la
cama de almácigo o material vegetativo directamente puesto en la cama de repique o
platabandas, se debe proceder a cubrirlas con el tinglado. La altura inicial del tinglado
está en función del tamaño de la planta o del material vegetativo. De preferencia de 1
a 2 cm. por encima de la yema terminal y .se mantiene así hasta que las plantas
prendan.
En el caso de las plantas provenientes de las camas del almácigo, se sabe que
han prendido, cuando la yema terminal y una porción de la parte superior del tallo ya
no se encuentran en posición inclinada, sino que se han puesto en posición vertical y
están saliendo nuevas hojitas. Generalmente este caso se da entre los 10 a 15 días
siguientes, dependiendo de la especie y el lugar.
En el caso de las plantas provenientes de material vegetativo, se sabe que han
prendido cuando empiezan a salir nuevas hojitas.
En ambos casos, una vez que el 30% o más de las plantas de una cama de
repique o platabanda han prendido, se procede a ralear la protección sin variar la
altura, manteniéndose así hasta que haya culminado el prendimiento de todas las
plantas (es posible que un porcentaje de plantas no prendan, es normal hasta un
10%). Después se levanta el tinglado a una altura aproximada de 15 a 20 cm. de la
superficie de la cama. Ahí se mantiene aproximadamente durante 5 días, para
después retirarlo definitivamente.
3.2 Riego
La planta necesita del agua para poder vivir y crecer, de ahí la importancia del
riego. Es muy importante regar bien. Un exceso de agua es malo para la planta, ya
que ocasiona la muerte por pudrición o asfixia. Del mismo modo, poca cantidad de
agua ocasiona que la planta no crezca bien o se seque. Es conveniente, por tanto,
tener en cuenta estas recomendaciones.
La frecuencia y cantidad de agua por riego dependen de la especie y del
período de desarrollo en que se encuentran. Hay algunas especies que exigen mayor
humedad que otras durante su crecimiento inicial.
El riego también depende de Ia época y las condiciones del clima. En tiempo
soleado hay más pérdidas de humedad que en tiempo nublado, por evaporación y
transpiración de la planta.
3.2.1 El riego en las camas de almácigo
Para que las semillas germinen se necesita temperatura y humedad
adecuadas. Esto se consigue mediante la protección (tinglado) y el riego respectivo.
No debemos olvidar que dos horas antes de distribuir las semillas en la cama
de almácigo se efectúa un riego bastante prolongado para que el agua penetre hasta
el fondo de la cama. Esto ayudará a que, durante la germinación, en alguna medida,
se mantenga por un tiempo un microclima adecuado al interior de la cama, creando las
condiciones para facilitar la germinación. Al inicio, hasta que las plantas hayan
germinado, el riego se debe hacer sobre el tinglado, con una regadera de ducha fina
para evitar la caída del agua en forma brusca y facilitar así que las semillas se
descubran. Luego se puede cambiar la ducha por otra de riego más grueso, para
aliviar la tarea
La frecuencia del riego, una vez almacigado, debe ser diaria, por las mañanas
y con una cantidad aproximada de una regadera de seis lts. por cada 2 a 3 m2 de
almácigo. Una vez que las semillas empiezan a germinar, la frecuencia se disminuye a
interdiaria. Después, cuando haya terminado la germinación, a cada dos días por un
período aproximado de dos semanas, para finalizar con una frecuencia de cada 3 a 4
días, dependiendo del clima, hasta que las plantas tengan las características
adecuadas para el repique.
3.2.2 Riego en camas de repique y platabanda
Debemos tener presente que un día antes del repicado se debe hacer un riego
por inundación, tanto en las camas de repique con bolsas y en las platabandas. A
medida que se van repicando las plantas, estas se deben ir regando con regadera y
cubriéndose con el tinglado.
En el caso de las plantas provenientes del almácigo, los primeros días del
repicado, hasta que las plantas hayan prendido (aproximadamente de 10 a 15 días), la
frecuencia de riego es diaria y con regadera, con una cantidad aproximada de una
regadera por cada 3 a 4 m2. Es lo mismo para el caso de plantas provenientes de
brotes enraizados. No hay distinción en cuanto a camas de repique o platabandas, es
lo mismo en ambos casos. Después de que las plantas hayan prendido (ver 3.1.2), el
riego es por inundación, con una frecuencia que dependerá del clima, siendo
suficiente de 1 a 2 veces por semana, hasta que las plantas tengan un tamaño
promedio de 20 cm.
Para el caso de plantas provenientes por propagación vegetativa a partir de
brotes, estacas o esquejes, el riego desde el inicio es por inundación. La frecuencia
depende del clima, siendo suficiente cada 2 a 3 días. Una vez que las plantas hayan
prendido, la frecuencia del riego debe ser espaciada a 2 veces por semana durante un
mes, para luego espaciarla a una vez por semana, cuando las plantas, o nuevos
brotes en el caso de estacas, alcancen en promedio 20 cm. de altura.
Un criterio importante para determinar la necesidad de frecuencias más cortas
de riego, durante el período inmediato al repique hasta el prendimiento de las plantas,
en todos los casos, es mantener el sustrato siempre húmedo
pero no mojado como barro (o sustrato sobresaturado), hasta que el material
reproductivo haya prendido.
Aproximadamente dos a tres meses antes de que las plantas sean llevadas a
ser plantadas definitivamente, deben ser sometidas a una disminución drástica de la
frecuencia de riego, cada 15 a 20 días, según el clima. Esto se conoce como la etapa
de agoste, similar a lo que se hace en los frutales, antes de la fructificación. En la
sierra peruana generalmente el agoste en la producción de plantas forestales empieza
entre los meses de setiembre a octubre, debiendo tener las plantas para esta época
un tamaño mínimo de 20 a 25 cm. La razón está en que con el agoste, los
incrementos en tamaño serán menores, de manera que si se hace a destiempo no se
lograrán los tamaños adecuados para la plantación. Con el agoste oportuno, la planta
estará preparada para enfrentar las dificultades propias de una escasa precipitación
en la plantación.
3.3 Deshierbe
Debido a que la mala hierba compite con la planta por los nutrientes, el agua y
la luz, un buen deshierbe, con la frecuencia necesaria, contribuirá a un mayor y mejor
crecimiento de la planta en menor tiempo. Esta actividad se hace tanto en la cama del
almácigo, como en la de repique y la platabanda.
Para hacer el deshierbe no es necesario el empleo de herramientas, basta con
un palito que ayude a aflojar la tierra, facilitando así arrancar la mala hierba con la
mano.
Antes de ejecutar el deshierbe se debe regar. En el caso de, las camas de
almácigo es suficiente hacerlo con regadera, una o dos horas antes. En el caso de las
camas de repique o platabanda, un riego por inundación, un día antes del deshierbe.
La frecuencia del deshierbe está supeditada a la presencia de la maleza, la misma que
depende de la época, las condiciones climáticas, etc.
3.4 Poda de raíces
Las plantas que se producen en las platabandas requieren que se les haga una
poda de las raíces. Con la poda se evita el entrecruzamiento de raíces y se incentiva
la formación de más raíces secundarias, logrando su mejor desarrollo y fortaleza, es
decir, una buena capacidad radicular. Esto es muy importante para la planta, no en el
vivero, porque allí tiene todos los cuidados necesarios (agua y buen sustrato), sino en
la plantación, ya que su futuro dependerá de la raíz, a través de la cual extrae,
nutrientes y. agua del suelo. Esto es muy importante, sobre todo considerando las
características edafoclimáticas de la sierra, lo que obliga a producir plantas con raíces
de buena calidad. A mayor capacidad radicular corresponderá una mayor capacidad
de extracción de nutrientes y agua del suelo. Además una buena raíz fija bien a la
planta en el suelo, soportando mejor los embates de los fuertes vientos.
En la sierra peruana existen plantaciones de Eucalyptus globulus "Eucalipto"
que tienen problemas de enrrollamiento de raíces, lo que se refleja en un color
amarillento. Plantaciones de Pinus radiata "Pino" cuyos árboles se encuentran
inclinados, caídos o secándose por problemas radiculares.
Para realizar la poda, obligatoriamente se tiene que contar con una pala recta
con buen filo. Con esta herramienta se corta la raíz principal a unos 20 cm. de
profundidad. Se hacen luego dos podas laterales siguiendo las hileras a una distancia
de 10 cm. del tallo de cada planta y manteniendo la pala con una inclinación
aproximada de 60º a 65º. y, posteriormente, dos podas a Ios costados entre las
plantas, manteniendo la pala en posición vertical a una distancia de 7 cm. entre las
plantas, (ver fig. No. 15a). Las distancias mencionadas están en relación al
distanciamiento original de las plantas en la platabanda (ver 2.8.3.d.), cuidando que la
poda permita distribuir espacios iguales de crecimiento radicular a todas las plantas.
La primera poda se hace cuando la planta tiene un promedio de 20 cm de
altura. Antes es muy prematuro porque la planta con las podas disminuye su ritmo de
crecimiento. Las podas posteriores se hacen con una frecuencia aproximada de 30 a
45 días, dependiendo de Ia especie y el ritmo de crecimiento. La única forma de saber
si la planta necesita poda es introduciendo la pala y sentir si se produce el corte de
raíz Si no se diera esto, no vale la pena darse el trabajo. Es importante registrar en un
cuaderno las experiencias que se van adquiriendo en cada vivero comunal por cada
especie, para que en la próxima producción se conozcan las frecuencias de las podas
y se pueda planificar mejor con mayor anticipación.
Hemos manifestado que con la producción en platabandas se consiguen
mejores plantas que las producidas en bolsa. También debemos ser claros en señalar
que si no se hacen las podas es mejor no promover la producción en
platabandas, porque no existirá una raíz bien formada, consiguiéndose sólo una raíz
principal bastante grande y fija en la platabanda, ya que traspasará la base de ésta,
con unas cuantas raíces secundarias. Además, será imposible sacar la planta de la
platabanda para la plantación sin dañarla (si es que se logra sacar). Esto quiere decir
que es indispensable que el vivero cuente con una pala recta. Sin esto no se garantiza
una buena producción en platabandas.
3.5 Remoción
Las plantas en una platabanda o cama de repique no tienen igual crecimiento.
Unas son más grandes que otras, lo que trae problemas de competencia por la luz y
las pequeñas son oprimidas por las grandes. Cuando la producción es en bolsas, es
posible resolver este problema mediante la remoción.
La remoción consiste en cambiar de lugar a las plantas, con el propósito de
seleccionarlas y ordenarlas por su tamaño. Además se consigue podar las raíces que
salen por los orificios de la bolsa y se fijan en la base de la cama. Esto ayudará a
hacerlas más fuertes y endurecidas (más lignificadas).
Esta operación -se realiza después de tres o cuatro meses (JC haber hecho el
repique, lo que depende de la especie y el lugar donde está ubicado el vivero. La tarea
se repite cada cierto tiempo, cuando se aprecia, mediante un muestreo. las raíces que
salen fuera de las bolsas.
Para realizar la remoción se comienza por un extremo de la cama, sacando las
plantas de un área aproximada de 1 m. Las plantas extraídas se agrupan por tamaños
en los caminos de la cama y paralelamente se van acomodando las más grandes,
comenzando por el m2 libre y así se va avanzando. Al final se tendrá una forma
ordenada, de plantas grandes a plantas chicas.
Para la ejecución de estas labores culturales existen muchas formas de
organizarse por parte de. la comunidad. El riego y manejo del tinglado generalmente
se hace mediante rotación o designando a los campesinos que viven cerca del vivero.
El deshierbe, la poda y la remoción coinciden con los días de la faena, a la que se
dedicarán todos ellos o parte de ellos, lo que dependerá de las necesidades. El resto
puede dedicarse a otros quehaceres de la comunidad. En muchas oportunidades se
ha visto un mal aprovechamiento de la asistencia de los campesinos al vivero, no sólo
para las labores culturales. A veces es por desconocimiento del extensionista,
promotor o comité forestal sobre el grado de dificultad de las actividades. Cuando se
solicita un elevado número de campesinos se presenta un desorden en la ejecución de
las faenas. Otras veces no hay una buena distribución del trabajo por parte del
extensionista y/o promotor que lidera estas actividades.
Una mala distribución del trabajo durante las faenas o trabajo en grupos,
o la solicitud en exceso de los participantes a la jornada de trabajo, trae malas
consecuencias. Cuando esto ocurre, se escuchan, por ejemplo, expresiones de
parte de los campesinos, tales como "en el vivero se pierde el tiempo". Esto se
agrava si además no se obtienen resultados.
CAPITULO IV
PLANTACIÓN
Lo primero que se piensa cuando se habla de plantaciones es en extensas
áreas cubiertas por árboles. Para el común de la gente, el término forestación
significa crear bosques. Este concepto incluye tanto la formación de un nuevo bosque,
donde antes no lo había, como la repoblación o forestación, que es la restitución del
bosque en terrenos donde ya existía uno o aún persiste en parte.
En América Latina, el concepto de forestación o reforestación, tradicionalmente
es definido como eI bosque implantado por el hombre con una concepción
exclusivamente económica y para .su aprovechamiento industrial más bien inmediato.
También se puede describir como "el uso de especies, habitualmente exóticas, de
rápido crecimiento, con las cuales se integran bosques de producción, tanto en
terrenos limpios como en los antes cubiertos por vegetación leñosa, la que se elimina
previamente, tratando de obtener una cosecha forestal en el menor tiempo, con el
máximo de calidad y en lo posible al menor costo". (Cozzo, 1976)
La forestación en nuestro país no está lejos de la concepción descrita. Es más,
para muchos forestales, básicamente la razón de la existencia de la actividad forestal
es la generación de grandes bosques con fines industriales.
Si nos circunscribimos al ámbito de la región andina peruana, materia del
presente estudio, la probabilidad de contar con grandes áreas disponibles para
generar grandes bosques y así satisfacer la demanda de la gran industria, es bastante
limitada. Esto no descarta la realización de plantaciones para satisfacer la pequeña
industria maderera.
El proyecto inicia sus actividades en la sierra peruana en el año de 1982,
principalmente con el objetivo de plantar árboles para satisfacer las necesidades de
energía del poblador andino. Hasta ese momento, ningún proyecto tenía dentro de sus
objetivos prioritarios eI de satisfacer Ias necesidades forestales del campesino. Se
realizaban las grandes plantaciones casi siempre para satisfacer las necesidades de la
industria. Inclusive las establecidas en áreas comunales se han hecho pensando en
que cuando estén en edad de aprovechamiento, los campesinos puedan vender
madera a la industria.
Esto no quiere decir que los proyectos anteriores no se preocupaban por el
campesino. La actividad forestal siempre se ha planteado como una vía para
mejorar las condiciones de vida del poblador andino, pero no para el aprovechamiento
directo o autoconsumo del recurso forestal para satisfacer sus propias necesidades,
sino como una fuente de trabajo, participando en las actividades de producción de
plantas, plantación y aprovechamiento del recurso generado, a cambio de un incentivo
que podría ser un salario, créditos blandos o alimentos. La modalidad del incentivo
dependía del proyecto.
Entre 1982 y 1984, el proyecto si bien es cierto tenía objetivos diferentes a los
demás proyectos, también empleaba estrategias similares que comprenden
básicamente: la producción de plantas concentradas en los viveros permanentes del
Ministerio de Agricultura y la promoción para establecer las plantaciones en las
comunidades. Como una estrategia importante en este período, para mejorar la
calidad de las plantaciones existentes, nadie puede negar al Proyecto el aporte en
cuanto al mejoramiento de la tecnología de la producción de plantas y las
plantaciones, básicamente para las especies Eucalyptus globules "Eucalipto" y Pinus
radial a "Pino". Prueba de ello es la edición de la "Guía para el establecimiento de
plantaciones Forestales en la sierra peruana" (1982). Cursos y seminarios talleres
sobre producción de plantas, dirigidos al personal técnico y profesional del Ministerio
de Agricultura, experiencias sistematizadas más tarde en 1987 en el "Manual de
viveros Forestales en Ia sierra peruana". También otra estrategia para mejorar la
calidad de las plantaciones fue la capacitación campesina (en plantaciones), a través
de jornadas con el uso de rotafolios y material audiovisual.
A partir de 1985 el proyecto comenzó a descentralizar la producción con la
instalación de los viveros comunales. La idea que empezó a tomar cuerpo fue la de
buscar un mayor protagonismo del propio campesino en el desarrollo de las
actividades Forestales. Un reto muy grande y necesario. Poco a poco esto fue
madurando a través del asesoramiento y la capacitación, para que sea el propio
campesino quien planifique, ejecute y evalúe su desarrollo Forestal. En este proceso,
respecto a las plantaciones, el proyecto buscó alternativas de solución para las
limitaciones que dificultan el desarrollo forestal andino, las que hay que enfrentar y
superar en la realidad como cualquier otro proyecto de reforestación.
4.1 Limitaciones existentes en la región andina del Perú para las plantaciones
4.1.1 Suelos pedregosos y poco profundos
Los suelos cedidos para las planificaciones masivas en eI país mayormente
tienen las características de ser pedregosos y poco profundos. Son aquellas áreas en
las que ya no es posible hacer agricultura ni siquiera de subsistencia.
Según los estudios de inventario, hechos por el proyecto en 30 comunidades
campesinas del Cusco (1987), para Ias plantaciones de "Eucalipto" ubicadas en este
tipo de suelos con edades entre los 10 a 17 años, se reportan las siguientes
características: un incremento medio anual (IMA) de 2 a 6 m2/ha/año. Entre. 5 a 7
clases diamétricas o que muestran la heterogeneidad de la plantación, que dificultan el
aprovechamiento industrial que normalmente requiere de bosques con crecimientos
homogéneos. El mayor número de árboles se encuentra ubicado en la clase
diamétrica de 10 a 15 cm. poco atractivos para la industria de aserrío.
Los departamentos de Junín, Ancash y Cajamarca (este último mayormente
con Pinus radiata) son los que en el país siguen a Cusco, en cuanto a extensión
reforestada. También en estos, aunque no con la rigurosidad del inventario hecho en
Cusco, se tienen trabajos de evaluación de las plantaciones existentes, estudios
hechos con la finalidad de ver sus posibilidades de aprovechamiento a través de la
pequeña industria forestal. La información nos confirma que las características
descritas para Cusco son similares.
Según el Plan Nacional de Acción Forestal del Perú, de las 262,997 has.
oficialmente reforestadas, se calcula de manera optimista que el 50% ha prosperado,
pero solo 70,000 has. tendrían potencial para su extracción comercial, siendo el
"Eucalipto" la especie predominante.
4.1.2 Topografía accidentada
La topografía de la sierra es abrupta, con valles profundos y estrechos. Las
áreas planas y las pendientes, hasta con un 40%, son utilizadas enteramente con fines
agrícolas. Para las plantaciones forestales en forma de macizos están consideradas
las laderas que generalmente son empinadas.
Un estudio hecho por el proyecto en las plantaciones existente de muestra que
el Eucaliptus globules puede crecer muy aceptablemente en terrenos donde la
pendiente es menor de 70% (Cannon, 1986).
4.1.3 Precipitación escasa y concentrada
La frecuencia de las lluvias en la sierra peruana siempre ha estado
concentrada entre los meses de noviembre a marzo. Anteriormente se tenían las
llamadas primeras lluvias en los meses de octubre a noviembre, para acentuarse en
diciembre y permanecer hasta febrero o marzo. Entre los últimos 15 ó 20 años. han
cambiado totalmente las características, siendo más frecuentes las siguientes: ya no
se presentan las primeras lluvias en octubre y noviembre y si las hay, estas son
insignificantes y de inicio imprevisible. Generalmente las lluvias se inician entre
diciembre y enero. El período de concentración ha disminuido, siendo el más frecuente
de enero a marzo. El volumen de precipitación anual siempre es muy bajo. Dentro de
este período general, las zonas más altas (puna) tienen una distribución mensual de
pluviosidad más pareja que las zonas más bajas, pudiendo llegar entre 700 a 900 mm;
y las partes más bajas de 3.000 a 3.500 m.s.n.m, entre 600 a 750 mm. Sin embargo,
en estos últimos años ha disminuido y en algunos casos, como en la sierra de
Arequipa y Tacna, la situación ha sido alarmante llegando en 1991 a niveles de 200 a
400 mm. En el año 1992 en Arequipa llegó a 38 mm. A menores altitudes, este
volumen también desciende.
4.1.4 Presencia de heladas
La temperatura varía con la altitud. Se calcula que la temperatura anual media
baja en 5º C por cada 1,000 m adicionales de altura. Las temperaturas medias
mínimas diarias son más bajas en la época seca y más altas durante los meses
lluviosos.
Siguiendo una gradiente de altura, que tiene mucho que ver con la presencia
de las heladas, uno pasa de área donde puede cultivar muchas especies
diferentes, a medida que se sube, disminuye llegando a áreas donde solamente
pueden desarrollarse ciertas especies más rústicas y especialmente adaptadas.
A mayor altitud las condiciones de temperatura hacen más lento el crecimiento
de las plantas. Es decir, una misma especie a medida que se va subiendo en altura
toma más tiempo para crecer. Asimismo, las características fenotípicas (tamaño, forma
de las hojas, madurez) se ven modificadas.
Podemos decir que la región andina del Perú se caracteriza por tener
temperaturas bajas llegando a causar heladas, entre los meses de junio a setiembre.
En los últimos años, este período ha crecido, con mayor incidencia en eI sur: Puno,
Arequipa y Cusco. Iniciándose entre los meses de abríI y mayo y finalizando entre
setiembre y octubre, además con la presencia esporádica e imprevisible en cualquier
día entre los meses de noviembre-diciembre, como ha sido el caso en 1992, que se
presentó entre el 25 y el 30 de diciembre. (Ver foto No.43).
4.1.5 Tenencia de tierra
Las tierras llanas y con riego son frecuentemente de propiedad privada,
mientras que en laderas y punas existen más tierras comunales, las tierras comunales
de cultivo han sido parceladas y entregadas en cesión de uso a los comuneros que
cumplen los requisitos para serlo: ser casado, pertenecer a la organización, ser
miembro activo. Esto significa, entre otras cosas, participar en las asambleas, faenas,
actividades convocadas por la asamblea y/ o dirigencia de turno.
Las tierras ubicadas en la puna siguen siendo comunales, dedicadas a la
ganadería extensiva.
Es muy frecuente ver que las tierras de las laderas donde se viene practicando
la agricultura se encuentran en proceso o en completo estado de erosión. Totalmente
fraccionada en pequeñas arcas, cada una de ellas perteneciente a una familia.
Dependiendo del área que dispone la comunidad y de la cantidad de comuneros, las
extensiones de terreno que cuenta una familia en promedio van desde 0.2 ha. hasta 1
ha, situación conocida como minifundio (ver foto No.42). Es difícil que esta extensión
la familia la tenga concentrada en un mismo sitio, lo normal es que este dispersa en
pequeñas chacritas. Por estrategia, con la finalidad de disminuir riesgos por el clima,
éstas están situadas en altitudes distintas, lo que hace posible cultivar una variedad de
productos, que garantizan su subsistencia aún en las condiciones climáticas más
adversas.
Esta parcelación dificulta la aplicación de cualquier sistema agroforestal
diseñado para los trópicos, cuyos principios técnicos se tienen que rediseñar
buscando su adaptabilidad.
Muchas veces la parcelación es considerada por los técnicos como un
problema social, que compete resolver a los profesionales de las ciencias sociales y
que una vez resuello se aplica la tecnología diseñada. Asimismo también muchos
profesionales de las ciencias sociales consideran como un problema netamente
técnico considerando que se deben buscar diseños que se adecuen al problema. Lo
cierto es que existe la parcelación y es necesario buscar alternativas de solución en
ambos campos.
Las comunidades han reservado algunas parcelas de las tierras laderosas no
muy productivas, para que sean trabajadas por los miembros de la comunidad a través
de la contribución del trabajo comunal (faena). La cosecha de estas tierras se vende
para obtener fondos para la comunidad. Las laderas que ya no se cultivan y que son
de propiedad comunal son dedicadas al pastoreo o, si acaso tienen acceso a algún
proyecto forestal, son las primeras áreas cedidas para las plantaciones comunales
masivas.
4.1.6 Ganadería extensiva
Podemos diferenciar dos formas de criar ganado, que están ligadas al lugar en
que se alimentan los animales. En la zona alta (puna), todo el año se practica la
ganadería extensiva y en las zonas intermedias (laderas) no siempre es todo el año,
porque en ciertos meses existen áreas de secano dedicadas a la agricultura. El tiempo
que están siendo utilizadas en la agricultura, por lo general los animales son enviados
a la altura (puna). Una parte se pasta aprovechando las áreas en descanso cuidando
que no hagan daño a los cultivos. Una vez realizada la cosecha, los animales quedan
libres para que se alimenten del rastrojo.
Además de tener las formas mencionadas de criar los animales, se tiene un
número elevado de cabezas de ganado por unidad de área, lo que conlleva a un
sobrepastoreo.
La escasez de las lluvias en los últimos años ha afectado a los cultivos
agrícolas de pan llevar, también a los pastos tanto cultivados como naturales, lo que
hace que la soportabilidad del área por cabeza de ganado sea todavía menor. Esto ha
obligado a los campesinos a vender su ganado a precios muy bajos como en el caso
de 1992, especialmente en el sur del país.
También ha llevado a que el ganado haya cambiado su alimentación a muchas
especies vegetales no palatables en condiciones de humedad regular o buena,
dañando especies forestales en edad temprana.
4.1.7 Migración
La situación en que se encuentra la agricultura, ya sea por las consecuencias
de los factores climáticos, por deficiencias en la política agraria o por la política de
desarrollo, obliga al campesino a migrar a la ciudad en busca de trabajo.
Hace 20 años, la migración se daba en los períodos del año coincidentes con
los meses en que no había trabajos agrícolas en el campo. En la actualidad, no sólo
se da en estas épocas, sino muchas veces tiene carácter definitivo (generalmente los
jóvenes, tanto varones como mujeres). Otras veces por temporadas, que ahora se han
extendido de 2 a 3 veces al año. Los meses de migración desde mucho antes han sido
junio, julio, agosto y setiembre, es decir, antes de las siembras (octubre a diciembre) y
después de la cosecha (abril a mayo). Además de estos meses, ahora se ha extendido
a los meses posteriores a la siembra (enero, febrero). Algunos regresan para el
aporque por unos días, aunque cada vez con menos frecuencia. Puede concluirse
entonces que están fuera de la comunidad de 5 a 6 meses al año.
Se observa que en la familia el que generalmente migra es el varón. Al darse la
migración por períodos largos, como hemos descrito, es la mujer campesina quien
asume la mayor parte de las labores culturales del cultivo (aporque, fertilización,
deshierbe, etc.) y en muchos casos hasta la siembra.
Las limitaciones descritas son realidades que siempre van a estar presentes y
que hay que enfrentarlas durante la promoción y la ejecución de las actividades
forestales en la región andina. Las preguntas más comunes que hace el campesino
sobre la plantación y que debe formularse el que promueve la actividad forestal son:
(¿dónde plantar?, ¿que especies plantar?, ¿cómo plantar?, ¿cómo proteger las
plantaciones?, ¿para que plantar?
Las respuestas a estas preguntas guardan estrecha relación con las
limitaciones. Trataremos de dar algunas alternativas de solución que el proyecto, en
un trabajo conjunto con la comunidad, ha venido desarrollando y experimentando en la
práctica. Es necesario resaltar que dichas experiencias son producto del conocimiento
campesino y la adaptación de los conocimientos forestales existentes a la realidad y
necesidades del poblador andino.
4.2 ¿Dónde plantar?
Esta pregunta guarda relación con la terminología forestal conocida como la
elección de sitio. La diferencia no sólo está en la facilidad de palabra para la
comprensión del campesino, sino en mucho más. La elección de sitio básicamente
está referida a grandes áreas para cubrirlas exclusivamente con árboles. Como
veremos más adelante, para el campesino no son prioritarios los bosques en macizos.
Los lugares que elige son aquellos que viene utilizando para el cultivo. Esto indica que
el tipo de plantación tiene que ser diferente. Producto de la experiencia el proyecto ha
elaborado un afiche (ver foto No. 1b) que muestra los lugares que el campesino elige
para plantar, relacionándolos con las especies y la función que cumplen las mismas.
En este caso, como podemos ver, además de todos los conocimientos que se
tienen dentro de la elección de sitio, es esencial introducir otras variables que se
adecuen a los lugares que el poblador elige para plantar.
El proyecto, en sus inicios, también estuvo preocupado por establecer las
plantaciones en las áreas disponibles, es decir en aquellas que no se venían
utilizando. La presión sobre la tierra existente en la sierra peruana para hacer
agricultura determina que las tierras disponibles para la reforestación sean las más
degradadas y las más alejadas. Generalmente estas son de uso comunal. Por tal
motivo, al igual que hacían los otros proyectos, también este impulsaba las
plantaciones masivas comunales.
En 1985 se empieza con los viveros comunales, para que sean los propios
campesinos quienes produzcan sus plantas, pero, al igual que los demás proyectos,
se promovía que las plantas producidas se establecieran en las áreas comunales. Se
tenía mucha preocupación por "reforzar la organización comunal", llegándose a
considerar en el proyecto comunal de reforestación (PCR) que la plantación debería
hacerse, prioritariamente en las áreas comunales.
Esta fue la razón para que hasta 1987 las plantaciones fueran mayormente
comunales. Cuando en 1988 ,se decidió que el extensionista deje de tener injerencia
directa en la decisión sobre dónde plantar y qué hacer con las plantas producidas en
el vivero, dejando la decisión a la propia comunidad, .se dio un cambio .sustancial: las
plantaciones familiares pasan a ser prioritarias. Es decir en las parcelas, y como
alternativas secundarias, las plantaciones en áreas comunales.
Las preferencias se pueden apreciar en el cuadro No.9 y gráfico No.2, que
muestran que, durante los últimos 4 años, alrededor del 78% de la producción en el
vivero comunal se distribuye entre las familias y el 22% se reserva para las áreas
comunales. Es preciso aclarar que tanto la producción de las plantas como las
plantaciones comunales se realizan con la participación comunitaria.
Viene sucediendo una cosa muy interesante en aquellas comunidades donde
se trabaja desde hace 3 ó 5 años. Al ser prioritarias las plantaciones familiares, estas
se van saturando al punto que, en muchos casos, las familias ya no cuentan con áreas
disponibles para plantar, y empiezan a solicitar las áreas comunales en desuso para
hacerlo. Ante esta realidad hay ejemplos de comunidades que han diseñado
estrategias, tales como dar áreas en cesión de uso (no en calidad de propiedad) a las
familias que quieren plantar, con la condición de que la primera corta sea para la
comunidad y a partir de la segunda para el que realiza la plantación. En otras, es a la
inversa. En el caso de que sean especies que no rebrotan, la cosecha de los árboles
es a medias.
Surge la pregunta si conviene empezar con las áreas comunales y
desprovistas de vegetación, para luego llegar a las familiares. Ia experiencia realizada
en la práctica por el proyecto en más de. 500 comunidades distribuidas en 9
departamentos de, la región andina, ha demostrado que en la mayoría de
comunidades se prioriza la plantación familiar.
En este contexto por orden de prioridad lo primero que hace el campesino es
plantar cerca de su casa, alrededor y dentro de la chacra, después en las laderas, y
finalmente en las partes altas.
4.2.1 Cerca de la casa
Como producto del esfuerzo de cada campesino para la producción en el
vivero comunal, le corresponde a cada uno un número determinado de plantas, según
el grado de su participación. Cuando se les pregunta dónde las van a plantar, lo
primero que señalan es un lugar cerca de la casa. Esto implica que va a estar dentro
del huerto, que por tradición cada familia siempre tiene al lado de la casa.
Esto coincide totalmente con su práctica tradicional. Los pocos árboles que, por
voluntad propia, ha plantado el poblador andino normalmente se encuentran ubicados
alrededor de la casa. Nunca es una sola especie, casi siempre son varias.
Manifiestan varias razones por las que deciden plantar junto a la casa: leña
para el autoconsumo, madera para construcción y preparar mangos para sus
herramientas, madera para artesanías, para guardar el pasto aprovechando
los árboles bifurcados, que ellos denominan horqueta, y para mejorar el ambiente, ya
que la presencia de los árboles lo hace más caliente.
Podemos ver que la concepción del campesino sobre los objetivos que tiene al
plantar árboles no solamente se refiere al aprovechamiento de la madera, sino a
mucho más. Esto obliga a buscar alternativas que permitan diversificar las especies
capaces de convivir juntamente con las especies agrícolas cultivadas en los huertos y
chacras agroforestales.
Con esta modalidad de plantación es como mejor se usa el área. Hay una
distribución espacial vertical excelente. En los estratos inferiores de los huertos se
encuentran las hierbas medicinales como la "Menta" Mentha piperita. "Cedrón" Aloysia
iriphylla. "Muña" Salujera brevicalix. "Valeriana" Valeriana officinal, "Salvia" Salvia
sagitata y "Orégano" Origanun vulgare. En los estratos superiores o iguales a los que
se ubican las especies mencionadas, se tienen las hierbas que la familia usa para
condimentar su comida: "Ajos" Allium sativum. "Cebolla" Allium cepa, "Perejil"
Petroselinum sativum y "Chinchu" Tagetes sp. Podemos encontrar en este mismo
estrato hortalizas como la "Lechuga" Lactuca sativa, "Col" Brassica olerácea.
"Zanahoria" Daucus carota y el "Repollo".
En el proyecto, los registros con relación al lugar donde plantar tienen dos
categorías. Dentro de la primera están las ubicadas cerca de la casa, que -son
aquellos árboles alrededor de la huerta y las chacras adyacentes a la casa (foto
No.44). La otra categoría denominada otros sitios, comprende aquellos árboles que se
han plantado en las chacras un poco más alejadas. En esta última categoría también
se encuentran incluidas las plantaciones en lugares que ya no cultivan, es decir,
plantaciones sin asociación con cultivos, a las que se les denomina plantaciones
masivas. En los cuadros No. 10, 10a. 10b, 10c, 10d, se presentan las preferencias
sobre el sitio dónde plantar por cada una de las modalidades de plantación (masiva,
agroforestal y conservación de suelos).
Debemos hacer una aclaración sobre las plantaciones masivas, lo que en la
terminología forestal se entiende como bosques densos y de grandes extensiones. En
los registros (SICCA) del proyecto, la modalidad de masivo considera a todas aquellas
plantas plantadas en grupos de árboles mayores de 20 ejemplares cuyo objetivo no es
agroforestal, silvopastoril ni de conservación de suelos, independientemente de estar
fuera o dentro de la chacra (ver foto No.46).
4.2.2 Alrededor de la chacra
El segundo lugar en orden de importancia para el campesino que muestra
interés para plantar árboles, es alrededor de la chacra (ver fotos No. 45 y 47).
También existen diferencias entre las chacras de acuerdo a su ubicación. Primero
prefieren plantar en las más cercanas y poco a poco ir hacia las más lejanas.
Las franjas de árboles y arbustos en los bordes de las chacras, según la
concepción del campesino, sirven primero como fuente de leña y madera para
construcción. Además protegen la chacra y los cultivos contra el ganado o los intrusos
y les dan otros beneficios muy prácticos. Por ejemplo, sirven para amarrar el ganado o
el caballo, obtener frutos, forrajes, etc.
Un beneficio más para los campesinos, aunque no es de prioridad, es la
influencia que tienen los árboles y arbustos en el microclima dentro de la chacra:
protección contra las heladas, contra los vientos fuertes y fríos y la escasa humedad.
Esto es una muestra de que el campesino ha tenido poco apego por el árbol. Es
consciente de estos beneficios, pero son muy pocos los que han plantado teniendo en
cuenta dichas bondades, a sabiendas que las condiciones de clima en que cultivan
son extremas.
Otra razón por la que no es muy frecuente encontrar árboles alrededor de la
chacra en cantidad suficiente, es porque el agricultor considera que le quita espacio.
Sabe muy bien que el "Eucalipto" en exceso es nocivo para el cultivo, pero como
hemos mencionado en muchas oportunidades, la promoción de la reforestación
siempre se ha hecho de esta manera. Sólo se planta y se deja crecer.
Como se demuestra en la práctica, la diversificación de las especies hace
necesaria una cantidad determinada de plantas alrededor de la chacra para que
tengan efecto sobre el microclima. Así el efecto de la sombra disminuye o se evita,
manejando la técnica forestal.
Para las chacras más lejanas, además de los beneficios mencionados, es muy
importan delimitar sus áreas. Generalmente estas tierras se encuentran en las
Iaderas, donde eI riesgo de erosión es mayor. Aunque muchos campesinos todavía no
lo reconocen, es importante insistir en plantar árboles por rezones de conservación de
los suelos. (Ver 5.9).
Entre las principales especies que se vienen plantando alrededor de la chacra
se tiene: el "Pajuro", el "Aliso", el "Capulí", el "Colle", la llQueñua", la "Retama", el
"Eucalipto", el "Penca o Cabiga" y la "Tuna".
4.2.3 Dentro de la chacra
Es muy común encontrar árboles establecidos dentro de la chacra a distancias
mayores que en las plantaciones masivas. Mayormente este tipo de asociaciones se
ve en los valles, combinado con los cultivos agrícolas, como el maíz, orégano, trigo,
habas, papa, o frutales como durazno y manzano con alfalfa. También es frecuente
encontrar el "Capulí", "Molle", "Pajuro" o "Aliso" en combinación con el pasto (kikuyo),
alfalfa, etc.
La forma de tener árboles dentro de la chacra es haciendo plantaciones
durante la época de descanso, 2 a 3 años, donde se utilizan especies que mejoran el
suelo. Generalmente son especies de porte mediano, y de rápido crecimiento. Se
aprovecha este período de descanso para que las plantas crezcan, aporten nutrientes
al suelo y una vez que termina este tiempo, se extraen totalmente para hacer un
nuevo sembrío. De esta forma, además de conseguir mejores cosechas gracias al
suelo mejorado, se obtiene leña. Son dos los géneros que tradicionalmente se vienen
empleando: Lupinus sp."Chocho" y Cassia sp "Mutuy”.
Plantando árboles dentro de la chacra no solamente se obtendrán mejores
cosechas de los cultivos, sino también más frutos y más leña.
4.2.4 En las laderas
Las tierras que están ubicadas en las laderas Y no están siendo utilizadas para
cultivos, .son las áreas que los campesinos eligen para hacer plantaciones masivas
(plantaciones en macizo), es decir, sin combinación con cultivos.
Aunque generalmente se piensa en extensas áreas reforestadas, lo que viene
ocurriendo es que el campesino planta en pequeños grupos que van desde 100 a 200
ó 300 árboles (ver foto No.69). La razón fundamental por la que se viene dando este
tipo de reforestación a la que se puede denominar puntual, es la falta de
disponibilidad de áreas para plantar. Se habla, de 7.5 millones de has. disponibles en
la sierra para ser plantadas, pero la mayor parte de estas vienen siendo utilizadas en
la agricultura de subsistencia, poniendo dichos suelos en grave peligro de erosión.
Más adelante retomaremos el tema cuando veamos el tema de la conservación de
suelos (ver 5.9). Las plantaciones concentradas en macizos con más de 0.5 has., por
lo general son establecidas en las laderas de uso comunal. En este caso, más que en
los otros, es importante inspeccionar diversos factores del lugar elegido, para tomarlos
en cuenta al momento de la plantación, los que se describen a continuación:
a. Factores que se deben tomar en cuenta en la elección del sitio
Es necesaria una inspección de los terrenos antes de plantar. Es importante el
asesoramiento y la ayuda del extensionista en la elección del área para la plantación,
debiendo recomendar qué tipo de plantación y qué especie son las más adecuadas.
Es frecuente que, Ia comunidad elija una ladera bastante degradada. Se debe
reflexionar con la comunidad acerca de que los árboles, al igual que los cultivos
agrícolas, necesitan ciertas condiciones mínimas para sobrevivir y poder crecer. Al
mismo tiempo, como forestales, debemos acostumbrarnos a pensar que las
plantaciones en la región andina del Perú no son áreas extensas cubiertas por árboles
en forma continua (compactas). Algunas laderas presentan partes más adecuadas
para hacer la plantación, otras menos adecuadas en las que no vale la pena el
esfuerzo, y unas terceras necesitan de algunas obras físicas de conservación de
suelos, antes de la plantación. Es muy importante tener en cuenta esto, para
garantizar un mayor prendimiento y crecimiento, antes que llenar toda la ladera para
después, con los años, ver unos pocos árboles sobrevivientes. Debe lograrse que la
reforestación puntual ayude a no perder tiempo y esfuerzo.
-
Clima: hay dos factores principales: la precipitación y la temperatura.
Sabemos que en las comunidades no se cuentan con datos específicos,
aunque no es necesario conocerlos cuantitativamente con exactitud.
Hemos manifestado que el clima en la región andina del Perú está en
función de la altitud. A mayor altitud hay condiciones más húmedas y
temperaturas más bajas, consecuentemente habrá más problemas con las
heladas. Existe en la comunidad suficiente conocimiento sobre la presencia
de las heladas y la gravedad de las mismas, la época y la frecuencia con
que se presentan.
Por experiencia, está demostrado que para la sierra debemos trabajar
pensando en que las condiciones del clima son poco favorables.
Para contrarrestar las heladas lo principal es elegir la especie adecuada y
además llevar a la plantación plantas de calidad. Ia plantación debe
aprovechar las primeras lluvias. Con esto se pretende lograr un buen
prendimiento, afianzamiento de la planta, crecimiento adecuado y plantas
fuertes, para llegar a los meses fríos en condiciones de soportar las
heladas.
-
Topografía: la topografía tiene una influencia sobre la elección de las
especies.
Una ladera con exposición Este recibe los primeros rayos solares del día y,
por lo tanto, se calienta antes. Sin embargo, el estar expuesta más horas al
sol favorece la evaporación del agua del suelo y la evapotranspiración.
Como factores climáticos, hay que tener en cuenta la humedad y la
temperatura. En las zonas húmedas, el hecho de que por las mañanas la
temperatura del suelo sea mayor ayudará al crecimiento de las plantas. En
las zonas donde hay escasez de humedad lo más importante serán las
laderas con exposición Oeste para evitar la pérdida de humedad y si las
temperaturas son bajas, en ambos casos se procederá mejor
seleccionando las especies que puedan soportar las heladas.
Es característica de la topografía andina presentar protuberancias (partes
convexas) y depresiones (partes cóncavas). Las partes cóncavas son las
que tienen mejores condiciones de suelo, ya que son más profundas y con
mayor humedad, porque acumulan agua durante las lluvias y por
infiltración, lo que hace que en estos lugares haya un microclima que
favorece el desarrollo de las plantas. (Ver.fig.No. 16).
La pendiente es otro factor que hay que tener en cuenta. Una forma
práctica de medir el porcentaje de la pendiente es a través de un
instrumento, que es posible construir en casa. llamado "cimómetro". Puede
ser en un cartón o un papel simple que luego se pega a una tablita. El largo
mide 20 cm. y el ancho 10. Sobre un extremo del largo, a partir del medio,
se marca a cada cm. y cada uno de ellos representa 10°. En el otro
extremo del largo (lomo), también en el medio, se hace una perforación
para sujetar un hilo. del cual cuelga una piedrita. La longitud final entre la
perforación y la piedra debe ser aproximadamente de 15a 16 cm. para
que sea posible el movimiento pendular durante la medición. Longitudes
menores no harán posible medir pendientes por encima de los 60°. y si son
mayores no tiene objeto.(Ver fig. No. 17).
Su uso es sencillo. Un campesino deberá ubicarse en la parte superior de
la pendiente. El que hace la medición, en la parte inferior de la pendiente.
Es importante que ambos tengan la misma estatura. Colocamos el
cimómetro frente a un ojo, mirando por el lomo, movemos
el instrumento hasta que hagamos coincidir la altura del ojo del compañero
con el lomo. Se fija cuidadosamente el hilo con un dedo y luego se lee el
valor de la pendiente. (Ver fig. No. 17a).
En pendientes mayores a 70% ya no es posible hacer plantaciones.
-
Suelo: como cosa previa a la plantación, es ideal hacer el análisis de suelo,
para conocer tanto las características físicas como las químicas. Lo último
es casi imposible, debido al costo y a la distancia en que se encuentran los
laboratorios que garantizan un buen análisis de los lugares de plantación.
En cuanto a las características físicas, algunas de ellas se pueden evaluar
en el propio terreno. Para esto es necesario hacer calicatas de muestreo. El
número de ellas dependerá de la homogeneidad del terreno. La calicata
que se abre mide 80 cm. de ancho con un máximo de 80 cm. de
profundidad (a veces en suelos poco profundos se encuentra la roca madre
antes de esta dimensión). Aprovechando estas calicatas se mide:
•
Textura: se refiere a la proporción de partículas que constituyen el
suelo (arena, limo, arcilla). Un suelo que contiene un mayor porcentaje
de arena es suelto o liviano, mientras que uno compuesto mayormente
por arcilla tiene una textura pesada. Una forma práctica para conocer la
textura es la misma descrita en 2.8.3-b. Algunas especies crecen bien
en un amplio rango de textura, otras son más exigentes y no prosperan
en suelos demasiados sueltos o pesados. Para tener una idea, el
eucalipto no tolera suelos demasiados sueltos ni pesados; el pino crece
bien en suelos sueltos, pero tampoco tolera suelos pesados.
•
Profundidad: una de las consideraciones importantes a tener en
cuenta es la profundidad del suelo. Esta determinará el distanciamiento
de la plantación para un mejor crecimiento de los árboles. A poca
profundidad corresponderá mayores distanciamientos. En general, los
sitios con suelos de profundidad mayor de 60 cm. son aptos para
reforestar con un gran número de especies, cuando de ellas se quiere
obtener un buen rendimiento del bosque con fines industriales. En las
plantaciones con 1 mes de protección y especies menos exigentes, la
profundidad puede ser menor. En el cuadro No. 11 se muestran los
requerimientos de profundidad por cada especie.
•
Alcalinidad: esta es una característica química posible de medir en el
campo en una forma práctica, aprovechando la calicata. No nos da
datos de las cantidades exactas de su composición química, pero sí la
posibilidad de saber si el suelo es alcalino o ácido. Se necesita tener
agua destilada (es suficiente uno o dos cojines de los que se usa para
la batería) y dos o tres limones según el número de calicatas.
Sobre la porción de tierra extraída de la calicata entre los 15 ó 20 cm.
de profundidad se vierte el agua destilada sólo hasta humedecer la
tierra (para facilitar la reacción química), luego se
exprime el limón. Si .se producen burbujas a manera de espuma, el
suelo es alcalino y .si el jugo se filtra sin producir nada, el suelo es
ácido. El grado de acidez o alcalinidad no se puede determinar por este
método, lo que .sólo es posible en el laboratorio o con equipos portátiles
de campo.
Un gran número de especies .se desarrollan mejor en suelos neutros a
ácidos y son pocas las que soportan suelos alcalinos.
Finalmente, es necesario aclarar que lo señalado en "Factores que se
deben tomar en cuenta en la elección de sitio" es muy importante de
considerar. Todos los criterios desarrollados son válidos para cualquier
lugar donde se decida plantar.
También se debe reconocer que debido a las dificultades que conlleva
la inspección y selección de terrenos se necesita un intensivo
asesoramiento del extensionista en la comunidad. tanto para la
ejecución, como para refIexión sobre la necesidad de hacer un trabajo
más técnico que redundará en el logro de mejores resultados. Además,
con Ia práctica muchos de los pasos se pueden simplificar. Para esto
ayudan mucho los indicadores, es decir, la presencia de la vegetación
que crece bien en el área elegida o en los lugares aledaños con
características similares. Así por ejemplo, la presencia del cactus indica
suelos superficiales y secos, los helechos y la chacpa, suelos ácidos, la
retama suelos ligeramente ácidos.
4.2.5 En las partes altas
Las zonas altas mayormente son de propiedad comunal y destinadas al
pastoreo de animales. Todavía existen algunos lugares de la región andina donde
estas tierras están cubiertas por relictos de bosque natural a los que no se les da el
debido cuidado. Muy por el contrario, se les está cortando para satisfacer necesidades
de leña, sin hacer la reposición respectiva ni llevar el manejo que ayude a propiciar la
regeneración natural y su respectivo crecimiento. La protección, manejo y
aprovechamiento racional de estos relictos puede ser más fácil que hacer una
nueva plantación.
En estas áreas, el objetivo de la plantación es brindar sombra al ganado y la
protección de pastos. Más adelante profundizaremos el tema (ver 5.8). Los géneros
que se pueden plantar en estas áreas son: la "Queñua" Polylepis sp., el "Colle"
Buddieja sp, y el Gynoxis sp.
Podemos concluir que el tipo de reforestación y la decisión de elegir el
sitio dónde plantar guardan estrecha relación con la tenencia de tierras.
Conviene que la decisión de elegir el terreno dónde plantar se tome durante la
formulación del Plan Forestal Comunal, es decir, entre los meses de setiembre a
noviembre, mucho antes de empezar con la producción del siguiente año. Así se
podrá determinar las especies y Ia cantidad a producir para satisfacer la demanda
tanto a nivel comunal como familiar. En muchas comunidades, esto no se está
haciendo así. La decisión se toma recién después de la producción. Esto se debe
a que la mayor cantidad (80%) de las plantaciones son familiares y cada familia toma
la decisión sobre el lugar de sus plantaciones, decisión que no compete a la asamblea
comunal. Otro aspecto es que recién al final de la producción se sabe el número de
plantas aptas para las plantaciones, y a partir de ello se toman las decisiones
definitivas. Esto nos debe hacer pensar que por lo menos en las áreas comunales que
se eligen para plantar, se haga el trabajo con mayor detalle sobre la elección de sitio
en el momento de formular el PFC. Así se aprovecha mejor el momento para capacitar
a los campesinos de modo que puedan estar mejor preparados para cuando realicen
sus plantaciones familiares y puedan elegir más tarde adecuadamente el sitio dónde
plantar, sin dejar de lado el asesoramiento del extensionista o promotor cuando la
familia lo requiera.
Como resultado de la práctica, el proyecto cuenta con un video y una cartilla
del participante, que ayuda en la capacitación. Así mismo, un afiche donde se grafican
los lugares más apropiados para hacer las plantaciones, con sus especies respectivas.
(Ver foto No. 1b).
4.3. ¿Que especies plantar?
Esta pregunta está relacionada con la terminología forestal de la selección de
especies. Durante la formulación del Plan Forestal Comunal, a la pregunta qué
especies se quieren plantar, las respuestas conducen a tener un semillero de especies
y casi siempre van en relación con las necesidades a satisfacer. Aquí es importante el
asesoramiento del extensionista antes de iniciar la producción. Una cosa, .saludable
por cierto, es que las familias campesinas quieran tener todas las especies, y otra muy
diferente, cuáles pueden tener. Hay dos parámetros por orden de prioridad que
determinan las especies que se deben plantar: las características del sitio y el objetivo
de la plantación, que está en función de las necesidades campesinas y los beneficios
que pueda representar cada especie.
Las características del sitio prácticamente determinan qué especie se puede
plantar En la región andina peruana existen condiciones ecológicas muy diversas. Por
tanto, después de elegir el sitio dónde plantar, hay que buscar una o más especies
adecuadas a las condiciones encontradas y que puedan satisfacer las necesidades,
las mismas que se priorizan al formular el PFC.
Aunque existan muchas especies adecuadas al lugar escogido para satisfacer
las necesidades de la comunidad, un punto importante a cuidar es la elaboración de
metas reales en la planificación y la disciplina para cumplirlas evitando, o por lo menos
limitando, las decepciones en el campesino.
Hay que reconocer que la técnica de producción de una determinada especie
no siempre es del dominio de la institución o del extensionista, o simplemente puede
insuficiencia del material reproductivo en la cantidad y calidad necesaria, lo que
llevaría a hacer cambios sustantivos en los planes forestales elaborados por la
comunidad con el asesoramiento del extensionista. Veamos como ejemplo el caso de
la comunidad de Ichupampa, en Arequipa. Para 1991 la comunidad tenía planificado
producir un total de 22,650 plantas (ver cuadro No. 12) con un total de 17 especies y
una cantidad determinada de plantas por especie que se muestra en el cuadro. Vemos
por ejemplo que para el "Colle", se tenía planificado producir, vía vegetativa, 5000
plantas y que al finalizar la producción solo se lograron 520. .Sin embargo notamos
que el total de plantas
logradas es todavía mayor (25,046) de lo planificado. Lo que ha pasado es que al no
tener suficiente material vegetativo para producir el "Colle", la producción se desplazó
básicamente al "Eucalipto". En lugar de 10,000 plantas se logró producir 20,289. Esta
especie no tiene problemas con el material reproductivo (semilla) y la técnica de
producción es más conocida.
4.4 ¿Cómo plantar?
La plantación se puede realizar solamente en la época de lluvia. Es más,
debe realizarse con las primeras precipitaciones, teniendo cuidado de que sean las
establecidas del período. A continuación describiremos las actividades previas que se
realizan durante la jornada de la plantación.
Es muy importante que antes de la plantación se haya tenido la debida
capacitación en las actividades de extracción de plantas del vivero: traslado,
marcación, hoyación y plantación. Para esto se cuenta con el video "Dónde y cómo
plantar árboles para nuestro beneficio". De no haberse hecho la capacitación con
todos los que van a participar de la faena, se puede hacer una o dos jornadas con los
promotores y algunos campesinos más interesados. Ellos tendrán a su cargo la
conducción de los grupos durante la plantación. Una demostración práctica en el
campo del extensionista y los promotores en cada grupo de trabajo es muy útil. Los
integrantes de los grupos deben rotar durante los días de la plantación, con el fin de
que aprendan todas las actividades. Si esto no es posible en las plantaciones de un
año, se debe llevar un registro, para que el año siguiente se las pueda considerar en
las diferentes actividades forestales.
4.4.1 Preparación de las plantas
El día de la plantación es necesario organizar la faena, haciendo una buena
distribución del trabajo para aprovechar el tiempo adecuadamente. Se tendrán grupos
que efectúen la plantación, otros que trasladen las plantas y también grupos
encargados de preparar las plantas para el traslado. El día anterior a la plantación, por
la mañana, se deben regar por inundación las plantas previstas plantar el día de
trabajo.
En el caso de las plantas producidas en bolsa, al momento de extraerlas de la
cama de repique se hace la última poda de las raíces que sobresalen por los orificios
de las bolsas. Se acomodan en cajas, mantas o talegas de yute, paradas en posición
vertical sin aplastarlas, dejando afuera la parte del tallo (ver foto No.48). Si se dispone
de un vehículo (camioneta o camión), también deben estar paradas en un solo piso
cuidando de no poner unas sobre otras. Siempre se debe tomar la planta por la bolsa
y no del tallo.
Cuando las plantas han sido producidas en platabandas se las extrae con la
ayuda de la pala recta, cuidando que salgan con su pan de tierra (porción del sustrato
adherido a las raíces). Una vez extraída, con la ayuda de unas tijeras, se procede a
hacer la última poda de las raíces que sobresalen del pan de tierra. Igualmente, como
en el caso de las producidas en bolsa, se deben acomodar para el traslado al terreno
definitivo. El proyecto promueve la plantación con su pan
de tierra y no a raíz desnuda, con lo que se consigue mayores porcentajes de
prendimiento y crecimiento. De esta manera, los riesgos de prendimientos debido a la
escasa precipitación también disminuyen.
Esto es difícil de hacer cuando la producción se realiza en viveros centrales,
cuya distancia a la plantación es grande, lo que no pasa con los viveros comunales
que se encuentran ubicados cerca de los lugares de la plantación. La diferencia en
cuanto a la calidad de la planta frente a las producidas en bolsa, hace que el
campesino tenga entusiasmo e interés por plantar con el pan de tierra y garantizar un
prendimiento y crecimiento mayores, sin escatimar esfuerzos para su traslado al
terreno definitivo. (Ver foto No.49).
Para seleccionarlas antes del traslado al terreno definitivo, se aprovecha el
acondicionamiento de las plantas. Si el objetivo de la plantación es obtener madera
para la construcción o postes, se debe, tener cuidado de no enviar las de tallos
torcidos, bifurcados o con el tallo roto. Es difícil que estas plantas sean eliminadas por
los campesinos. Lo que hay que procurar es que éstas sean destinadas para otros
objetivos, tales como producir leña, levantar cercos, guardar el pasto, formar barreras
vivas, etc.
El número de plantas a extraer de las camas no debe exceder al que se va
a plantar realmente en ese día.
Los campesinos que están encargados de hacer la plantación se deben dividir
en 3 grupos: de 3 a 5 personas realizan la marcación según el tipo de plantación, otras
abren los hoyos y los que plantan. La relación que debe existir entre hoyadores y
plantadores, en promedio, es que por cada 5 a 6 campesinos que hacen hoyos, es
suficiente 1 campesino que se dedique a plantar. Podría incrementarse el número de
hoyadores por plantador, pero consideramos que la acción de plantar es menos
dificultosa, pero, mucho más delicada, por lo que requiere mayores cuidados y mayor
práctica.
4.4.2 Marcación
La distancia entre las plantas dependerá del objetivo y del lugar de la
plantación. A distancias menores, se plantará mayor número de árboles por hectárea.
En función de esto, existe en el campesino cierta predisposición por espaciamientos
cortos (1 m x 1 m; 1.5 m x 1.5 m o 2 m x 2 m), que van en relación con sus cultivos
(maíz, trigo, etc.).
Para manejar los distanciamientos, es necesario conocer que a
distanciamientos cortos se obtienen árboles con mayor altura y menores diámetros. A
medida que se incrementan las distancias los diámetros también aumentan y las
alturas son menores. Esto se debe a la competencia por la luz existente entre las
plantas durante su crecimiento. Es importante tener en cuenta esto cuando se decidan
los espaciamientos en función al objetivo de la plantación. También se debe tener en
cuenta que la plantación está sujeta a un manejo técnico, esto se puede aplicar
haciendo plantaciones a distanciamientos cortos y una vez que hayan ganado tamaño
se hace un raleo (se entresacan algunos árboles) para que las plantas comiencen a
engrosar.
Asimismo considerar la calidad del sitio de la plantación. En terrenos poco
profundos y pedregosos, la planta tendrá menor oportunidad de obtener nutrientes,
aguas, etc. Existirá así mayor competencia para poder crecer. La planta necesitará
espacios mayores en los suelos profundos.
-
En cuadrado o rectángulo: se emplea en terrenos de poca pendiente. La
marcación se hace en líneas rectas. Se traza una línea base, con la ayuda
de jalones, sobre ella se marca con la ayuda de una soguilla en la que
previamente se marca la distancia elegida. También se pueden usar palos
similares a los jalones. Una vez marcada en la línea base, sólo se trazan
las paralelas correspondientes.
En la siguiente tabla se da el número de árboles por hectárea para
diferentes espaciamientos:
Espaciamiento en (m)
árboles/ha
2x2
2x3
2.5 x 2.5
3x3
4x4
5x5
2,500
1,650
1,600
1.100
625
400
El distanciamiento más adecuado para las plantaciones masivas en la
sierra peruana es de 3 m x 3 m.
-
En tresbolillo: este método se emplea en las laderas porque la distribución
de las plantas en forma de triángulo consigue una mayor eficiencia en el
control de la erosión, debido a la distribución radicular sobre el área que es
mejor que con los otros tipos de plantación. El distanciamiento adecuado
para las plantaciones en este tipo de suelos es de 3 m x 3 m. Para marcar
en tresbolillo necesitamos solamente tres palos (jalones), cada uno de 3 m.
Primero delineamos la línea base, sobre ella con uno de los palos
marcamos a cada 3 m. Nos ubicamos aproximadamente a la mitad de la
línea base y con los palos marcamos el primer triángulo. Tomando como
base este triángulo, hacemos las demás líneas mediante alineamientos con
los tres palos. Sobre las líneas, con los mismos palos, marcamos cada 3 m.
Así trazamos todo el terreno. Con esta forma de plantación entran más
árboles que en el caso anterior. En una plantación de 3 x 3 metros
aproximadamente entran 150 plantas más (1,250). Se menciona esto,
porque es importante para el campesino que quiere tener más árboles por
unidad de área. (Ver figuras No. 18, 18a, 18b).
-
En curvas a nivel: esta es otra forma de marcar en las laderas. La
marcación se hace con la ayuda del nivel en A (nivel cholo). Es muy fácil el
desplazamiento con un nivel cuyos palos son de 2 m.; con él fácilmente se
marcan distancias de 2 m. Teniendo una pata fija vamos moviendo la otra
hacia arriba o abajo, hasta que el hilo de la plomada cruza el palo
horizontal en el centro, (ver fíg. No. 19). También este
mismo nivel se puede usar para hacer la marcación de 3 m de distancia.
Se coloca el nivel y tenemos la distancia de 2 m. el que no marcamos, sino
nos desplazamos y con la ayuda de una piedrita hacemos coincidir con la
plomada y soltamos la piedrita, y donde cae, marcamos. Luego otra vez
nos desplazamos y marcamos sobre la pata, y así sucesivamente.
Al igual que el tresbolillo, esta forma de plantar tiene la finalidad de
disminuir el efecto erosivo, siempre y cuando vaya acompañada de zanjas
de infiltración, las mismas que se construyen sobre la marcación hecha
para ubicar las plantas debajo de ellas. Estas zanjas ayudarán tanto a
retener el suelo como la humedad, favoreciendo la obtención de un mejor
crecimiento de los árboles. Se han visto crecimientos de los árboles que se
encuentran junto a la zanja, que alcanzan a duplicar en tamaño a las
establecidas lejos de estas. Esta influencia es por lo menos hasta 10 m de
la zanja. A mayores distancias va disminuyendo su efecto.
4.4.3 Hoyación
Sobre la marcación efectuada por el grupo de comuneros encargados de la
hoyación, antes de abrir el hoyo lo primero que deben hacer los encargados de estas
labores la limpieza del terreno en un radio aproximado de 40 a 50 cm., con la
respectiva remoción del suelo en una profundidad de 5 a 10 cm. que servirá para
airear el suelo y retener la humedad. Se eliminará la vegetación existente, lo que
ayudará a la planta en su crecimiento inicial y a su vez disminuirá la competencia por
los nutrientes y el agua.
Luego se procede, a abrir el hoyo. Cada hoyo debe tener 40 cm. por cada lado
y 40 cm. de profundidad. Los hoyos pueden ser de forma circular (diámetro de 40 cm.)
o cuadrada (ver fig. No.20 y 20a). Al abrir los hoyos, la tierra que sale de los primeros
20 cm. de profundidad se coloca a un lado del hoyo y la de los otros 20 cm. al otro
lado. (Ver fig. No.21 y 21a).
4.4.4 Plantación
Dentro del grupo de la plantación se debe responsabilizar a los que van a
distribuir las plantas en los hoyos. Por cada 20 a 25 plantadores es suficiente un
repartidor, lo que dependerá de la topografía del sitio a plantar y la distancia a dejar
las plantas. Los repartidores son los encargados de hacer la última selección de las
plantas, porque es probable que algunas se hayan dañado durante el transporte. Las
plantas seleccionadas las van dejando en cada hoyo.
Cuando la planta ya está en el hoyo, el plantador realiza la plantación
propiamente dicha. Las plantas en bolsa tienen que ser podadas con un cuchillo,
haciendo 3 cortes longitudinales superficiales y un corle de 2 a 3 cm. de la base. Estos
cortes se hacen antes de sacar la bolsa, evitando así el desmoronamiento del
sustrato. (Ver fig. No.22) No hay que olvidar el retiro de la bolsa.
Al momento de plantar se debe tener cuidado de invertir la posición de los
montículos de tierra, poniendo al fondo los primeros 20 cm. (ver fig. No.22a). Así las
raíces de los árboles entrarán en contacto con el suelo más fértil.
En los dos casos, tanto para las plantas provenientes de platabanda, como de
las bolsas, se debe tener cuidado de que la planta quede cubierta con tierra de 1 a 2
cm. por encima del cuello de la raíz.
Apisonamos la tierra alrededor de la planta de afuera hacia adentro (ver fig.
No.23), dejando un espacio de 1 a 2 cm. entre el borde del hoyo y la tierra apisonada,
creando de esta manera condiciones para retener agua.
Insistimos en que la época de la plantación debe ser con las primeras lluvias ya
establecidas.
CAPITULO V
AGROFORESTERIA
La literatura nos ofrece una variedad muy rica de definiciones sobre lo que .se
entiende por agroforestería, aunque muchas de ellas se diferencian sólo por algunos
términos. Para la presente publicación hemos tomado una, que consideramos la más
adecuada.
"Es el conjunto de técnicas de uso de la tierra donde se combinan árboles con
cultivos anuales o perennes, con animales domésticos o con ambos. La combinación
puede ser simultánea o secuencial, en el tiempo o en el espacio. Tiene como meta
optimizar la producción por unidad de superficie, respetando el principio de
rendimiento sostenido y las condiciones ecológicas, económicas y sociales de la
región donde se practican". (Adaptación de Budowski, 1979)
El término agroforestería es relativamente nuevo para una práctica antigua. El
poblador andino, dentro de su sistema de producción agrícola tradicional, incorpora el
árbol a sus cultivos, aunque no como una práctica generalizada, ni tampoco como una
actitud consciente de establecer una práctica agroforestal. Por lo tanto, trabajar en
agroforestería implica rescatar el conocimiento existente, mejorarlo, adecuarlo,
revalorarlo y promover las prácticas forestales.
Últimamente, se observa un creciente interés por el estudio de las tecnologías
nativas, Entre ellas, las prácticas agroforestales. Esto implica analizar los sistemas
agroforestales vigentes y el conjunto de factores ecológicos, económicos y sociales
que los determinan. Considerar el ambiente socio-cultural y económico es de suma
importancia, dado que allí se entra al dominio de la decisión del campesino.
Es cierto que la agroforestería es la alternativa de mayor importancia para la
realidad andina y permite enfrentar muchas de las limitaciones existentes. Sin
embargo, debemos tener en cuenta que no basta solamente con plantar el árbol junto
al cultivo. Muchas veces su mala ubicación, una especie mal elegida, una cantidad
pequeña o sobredimensionada, resultan perjudiciales.
Las prácticas agroforestales deben ser el componente básico de un plan de
manejo integral de la tierra que considere fundamental la aplicación de buenas
prácticas agrícolas.
En 4.2 describimos las formas como el campesino independientemente
entiende la agroforestería, elige los lugares dónde plantar y decide que el 80% de las
plantas producidas vayan a las plantaciones familiares. Así está demostrando que la
práctica más común al interior de las comunidades es la agroforestería, porque estas
plantas son ubicadas en las chacras asociadas con los cultivos.
5.1 Ventajas de la agroforestería
-
Protección: en primer lugar, de los factores climáticos adversos, creando
un microclima favorable para los cultivos, protegiendo los de las heladas,
los vientos y de la evaporación. En segundo lugar, la protección contra el
ganado y el hombre.
-
Mejoramiento del suelo: existen especies forestales que fijan nitrógeno al
suelo y/o aportan materia orgánica, mejorando sus propiedades físicomecánicas, especialmente las leguminosas.
-
Disminuye la erosión: a través de las raíces que contienen el suelo, la
incorporación de materia orgánica y su follaje, disminuyendo el impacto de
las gotas de lluvia sobre el suelo.
-
Sombra para el ganado: el árbol protege al ganado de la insolación
durante el día y del frío en las noches.
-
Refugio de aves: existen especies arbóreas que crean condiciones para
refugiar a las aves que se alimentan de insectos o gusanos perjudiciales
para el cultivo.
-
Reporta beneficios: además de proteger y mejorar el cultivo, un adecuado
manejo de la práctica agroforestal generará leña, madera, frutos, etc.
-
Embellece el paisaje andino.
5.2 Desventajas de la agroforestería
-
El árbol ocupa una parte de la chacra: esta es la mayor desventaja que
el poblador andino manifiesta. Totalmente fundamentada debido a la
limitación y parcelación de la tierra, que conlleva dificultades técnicas para
que se implante una buena práctica agroforestal. Muchas veces el árbol o
las barreras de árboles establecidas en la parcela de un campesino quitan
espacio, pero el efecto benéfico para el cultivo es también para las parcelas
colindantes. También puede suceder lo contrario y convertirse en un factor
perjudicial para el vecino. Por ejemplo, cuando proporciona sombra o
invade el terreno.
-
Dificulta las labores agrícolas: las raíces invaden las chacras,
dificultando la labranza ya sea a mano, yunta o maquinaria pesada.
-
Compite con los cultivos: algunas especies forestales son mucho más
agresivas que los cultivos agrícolas en el aprovechamiento del agua y los
nutrientes del suelo. Este aspecto se debe tener en cuenta para lograr una
buena asociación y elegir la especie adecuada.
-
Albergan plagas: hay es pecios que son huéspedes de plagas que pueden
contagiar a determinado cultivo.
-
Refugio de aves: los árboles son refugio de las aves, que en épocas de
cosecha comen los granos que se cultivan en la Sierra.
Hemos querido señalar las ventajas y desventajas de la agroforestería por dos
razones: una porque es necesario e importante tenerlas en cuenta durante la
promoción al interior de la comunidad y otra porque es mucho más importante
conocerlas para conjugarlas con el criterio del campesino. No siempre en las parcelas
agroforestales de las familias campesinas se toma en cuenta todas las
recomendaciones técnicas. Es mas, como hemos mencionado, lo hacen
inconscientemente o con criterios propios no desarrollados en el conocimiento teórico
actual, que se basa en la experiencia en los trópicos. Lo que debemos considerar
mayormente en la promoción de las prácticas son los beneficios comparativos con las
prácticas agrícolas tradicionales que el campesino viene practicando sin el
componente forestal.
La agricultura campesina, con la presencia del árbol o sin él, tiene sus riesgos.
Incorporar el árbol permite disminuir estos riesgos y sobre todo satisfacer las
necesidades forestales del campesino. En un sistema agroforestal conviene buscar el
equilibrio entre el máximo de ventajas y el mínimo de desventajas.
5.3 Zonas agroecológicas desde el punto de vista campesino
El poblador andino, para diferenciar las zonas agroecológicas, relaciona
mayormente las variables altitud, topografía y uso de la tierra. Con estas
consideraciones delimita tres zonas agroecológicas bastante diferenciadas: valle,
Iadera y puna. Para esta última algunos hacen una diferencia entre la puna
propiamente dicha y la jalca.
5.3.1 Valle
Las características básicas de esta zona agroecológica son: se encuentran en
altitudes promedio de 2,000 a 2,900 m.s.n.m. De topografía relativamente plana, no
muy accidentada, que permite el uso de maquinaria agrícola.
Las comunidades con grandes extensiones de tierras en los valles son
consideradas ricas, porque las condiciones ecológicas son muy favorables y se puede
practicar la agricultura intensiva. Permite la producción de frutales, una gran variedad
de cultivos, pastos mejorados (alfalfa, trébol, ray grass), quedan la seguridad de tener
ganado mejorado, con el fin de producir leche. La mayor parte de los terrenos
ubicados en esta zona tienen riego o la posibilidad de tenerlo.
5.3.2 Laderas
La característica principal que define a la ladera es la topografía. Las laderas
van desde un porcentaje aproximado del 10% al 100% de pendiente. Se pueden
apreciar áreas con demasiada pendiente (70 a 80%) donde aún se cultiva. Es increíble
ver cómo el poblador andino se las ingenia para cultivar en estas condiciones. Esta
zona agroecológica es la más expuesta al proceso de erosión, por su accidentada
topografía, la cual se acelera más por las malas prácticas agrícolas, como los surcos
en sentido de la pendiente.
Sobre estas tierras existen parcelas de dimensiones pequeñas o de tamaño
medio (casi siempre menor a 1 ha).
Áreas con estas características se encuentran en altitudes promedio de 2,900
hasta 3,800 m.
5.3.3 Puna
Esta zona agroecológica está ubicada a una altura por encima de los 3,800 a
4,100 m.s.n.m. Para muchos campesinos el límite superior llega hasta los lugares
donde existe vegetación. Se caracteriza por tener las condiciones climáticas extremas
que dificultan el crecimiento de la vegetación. La temperatura es extremadamente baja
con diferencia de hasta 25º C o 30º C entre el día y la noche y hay presencia de
heladas en muchos lugares hasta más de 200 días al año, así como vientos fuertes y
muy fríos.
La principal actividad de los habitantes de esta zona es el pastoreo, siendo
común el sobrepastoreo. La agricultura se limita, esencialmente, al cultivo de
tubérculos andinos y quinua.
5.3.4 Jalca
Algunas comunidades hacen la diferencia entre puna y jalca. Considerando la
jalca como una zona más fría, con altitudes que están sobre los 4,000 - 4,100 m.s.n.m
y cuya característica principal es la ganadería extensiva como la actividad que se
desarrolla casi exclusivamente, aprovechando los pastos naturales de las praderas.
En cada una de estas zonas agroecológicas existen subzonas cuyas
diferencias las establece el campesino, básicamente por la altitud, relacionándola con
el tipo de vegetación o cultivo posible de practicar.
En la figura 24 se describen los cultivos agrícolas y las principales especies
forestales que se pueden cultivar con relación a las zonas agroecológicas
mencionadas, distinguiendo los niveles al interior de cada zona. En el caso de las
especies forestales en cada una de las subzonas están ordenadas en relación a sus
posibilidades de soportar mayores altitudes. Dentro de la zona ladera se tiene, por
ejemplo, la subzona que va de los 3,200 a los 3.500 m.s.n.m. En esta se tiene el
"Colle negro" como la especie con más capacidad para soportar mayores altitudes
que el "Chacpa" y así sucesivamente hasta llegar al "Eucalipto".
Existen diferentes prácticas agroforestales que se vienen promocionando en la
región andina. Su aplicación está estrechamente relacionada con las zonas
agroecológicas descritas y el lugar de la ubicación del árbol. A continuación
describiremos cada una de ellas.
5.4 Árboles junto a la casa o en el huerto
Es la práctica más común. Cumple diversas funciones, muchas no percibidas o
no concebidas como objetivo por el campesino. No tienen un ordenamiento definido
para su plantación, pueden encontrarse en hileras, agrupados, o simplemente entre 2
y 4 árboles en forma aislada (en este caso por lo general son diferentes especies). Se
aprovechan los pequeños espacios vacíos que les queda en el huerto que
generalmente son los menos productivos.
La intención campesina no necesariamente es la protección o mejoramiento de
los cultivos. La idea principal es tener mayor diversidad agrícola y un ambiente más
agradable para la familia. Se plantan especies que dan algún valor adicional: leña.
frutos, tintes, medicinales, tutores (árboles que sirven de soporte para plantas
trepadoras), adorno, etc. (Ver foto No.50)
5.5 Árboles en los linderos o cercas vivas
Es la segunda práctica en importancia para el poblador andino. Los sitios más
adecuados para plantar árboles en asociación con los cultivos son los linderos o
cercas vivas. Esto guarda estrecha relación con las limitaciones descritas (tenencia de
la tierra y la ganadería extensiva).
En los linderos no hay la necesidad de ningún diseño especial, ni una barrera
compacta, ya que con un número pequeño de árboles se puede cumplir este objetivo.
En esta práctica el campesino aprovecha para plantar las especies que más aprecia,
con el fin de satisfacer sus necesidades inmediatas, como la madera para
construcción y leña. De allí que un gran número de chacras se encuentran delimitadas
principalmente por el "Eucalipto", seguido por el "Aliso" y el "Molle", En segundo lugar,
el campesino busca árboles que le proporcionen frutos, así tenemos el "Pajuro",
"Capulí", "Sauco", "Molle" y "Tara".
Las cercas vivas tienen por función impedir el ingreso de los animales y de las
personas, además de definir los límites de la propiedad (ver foto No.51), dar cobijo a
los animales (ver foto No.52) y crear condiciones microclimáticas favorables para el
cultivo. Para que cumpla la función de cerco, las especies que se usan por lo general
deben tener espinas o aguijones. En el caso de no tenerlos, se asocian a aquellas que
sí las tienen. Es frecuente encontrar asociaciones de árboles con arbustos espinosos
(ver foto No.53). También una forma de cercar los terrenos es combinar obras físicas
(pirca, tapial, etc.) con espinas o cactus.
5.6 Cortinas rompevientos
Son franjas de vegetación arbórea, arbustiva o en combinación, dispuestas en
sentido transversal a los vientos dominantes. Su finalidad es proteger a los cultivos de
las acciones perjudiciales del viento.
Para que realmente cumplan su función se tendrá en cuenta la orientación ya
mencionada, o sea la altura y la estructura de la cortina.
La altura: en promedio, se considera que un rompeviento protege al terreno
hasta una distancia aproximada de 15 a 20 veces su altura. Por tanto, en los terrenos
agrícolas pequeños de 30 a 40 m de longitud, bastara una cortina de 2 a 4 m. Si los
terrenos son más pequeños las cortinas no podrán tener alturas menores de 2 m.,
porque hay cultivos que bordean los 2 m., tales como el trigo, la cebada, el maíz las
habas, la quinua. Una razón por la que el campesino no quiere poner cortina
rompeviento es que cuando crece, tiene el efecto negativo de producir sombra,
aspecto muy importante a tener en cuenta y que se puede evitar mediante podas para
no dejar crecer mucho el árbol. El problema es que una vez establecida la cortina, no
se hace el manejo respectivo.
Debido a que la mayor parte de la agricultura es practicada en minifundios, es
imposible establecer cortinas de dos o más hileras que es lo más adecuado. Por esta
limitación se tienen que hacer cortinas de una sola hilera, para esto hay que
seleccionar especies que tengan la tendencia a formar follaje desde las partes bajas,
capacidad de rebrote o árboles en combinación con arbustos.
En orden de prioridad las cortinas son más necesarias en las zonas de la puna,
eI valle y las laderas. Para la puna los géneros que mejor resultados vienen dando son
la Buddieja sp. "Colle" y el Polylepis sp."Queñua" (ver foto No.54). Para otras zonas se
tienen diferentes alternativas (ver fig. No.24), incluyendo las ya mencionadas. Del
manejo de las cortinas rompeviento se pueden obtener, además, otros beneficios
como leña, chacla, forraje, fruto, tintes, medicinas.
5.7 Protección contra heladas
Los efectos de las heladas se presentan mayormente en los valles y con mayor
frecuencia e intensidad en la puna y jalca, por encontrarse a mayores altitudes, donde
priman las bajas temperaturas durante la noche y en las madrugadas. En las laderas
es poco probable, pues la masa de aire frío, por ser más pesada, tiende a bajar por Ias
laderas hacia Ias zonas inferiores, desplazando a su paso el aire caliente que
encuentra en su camino. Es un fenómeno microclimático que afecta a pequeñas
zonas. Ello permite la intervención del hombre. Por ejemplo, una cortina de árboles o
arbustos densos de mediana altura, establecida en las partes inferiores de la ladera,
en sentido transversal a la pendiente, disminuye o evita los efectos de las heladas.
(Ver fig. No.25). Parece obvio, pero diremos que las especies adecuadas son aquellas
que son tolerantes a las heladas (ver cuadros No. 13 y 13a). Si hay posibilidades de
elegir entre varias especies, al igual que en el caso anterior, se tendrá en cuenta los
otros beneficios posibles a obtener.
Es pertinente describir una práctica muy común del campesino, que es la de
plantar árboles de Buddieja sp “Colle" alrededor de sus chacras, con el objetivo de
obtener varillas o "chaclas", las que comúnmente se usan en la construcción de sus
casas como sostén del techo de paja o teja. También se usan para sostener el yeso o
barro en las bóvedas de las casas. Este material es muy apreciado y escaso,
considerado de mejor calidad que el carrizo. Esta práctica es totalmente compatible
con las prácticas descritas, es decir, además de satisfacer una demanda, puede
cumplir cualquiera de las funciones mencionadas. Las especies que se usan para este
fin son las que tienen capacidad de rebrotar. La cosecha de rebrote puede continuar
durante muchos años, brindando una producción sostenida.
En esta práctica es muy importante el manejo, comenzando del corte mismo,
debiendo hacerse con la herramienta adecuada (el serrucho), que permita hacer un
corte limpio e inclinado para que pueda circular el agua, sin dejar grietas que pueden
crear condiciones para la putrefacción. El aprovechamiento, de preferencia, se debe
hacer un poco antes de las lluvias, de manera que la planta tenga condiciones
favorables para el rebrote. (El principio es el mismo al de una plantación). Además da
tiempo para el secado de las varillas bajo sombra, de modo que estén secas para Ia
época del techado (junio-octubre). Una práctica interesante y común en Puno es cómo
el campesino crea condiciones de competencia entre las varillas para obtener
crecimientos más rápidos, Esta práctica consiste en amarrar las varillas para que
estén más juntas y haya una mayor competencia por Ia Iuz obteniéndose crecimientos
más rápidos en altura.
5.8 Plantaciones en pastizales
La terminología forestal contempla el hecho de asociar árboles con pastos,
como las plantaciones silvopastoriles. Esto significa el establecimiento de árboles
en áreas destinadas a las pasturas. Las formas de alimentar al ganado en la región
andina son con pasto mejorado y con pasto natural. En muy pocos casos con
alimentos balanceados. Para el caso de la presente publicación nos circunscribimos a
los dos primeros casos. Hemos mencionado (5.3.1) que el primer caso se da en los
valles y, aunque con limitaciones, en las laderas; el segundo caso se da en las
laderas, y es muy típico de la puna y la jalca.
En el caso de asociar los árboles con pasto mejorado, donde las condiciones
ecológicas son más benignas (valles y laderas), el plantar árboles se hace con el
propósito de:
Primero: complementar la carencia de pasto, para lo cual se buscan especies
palatables, tales como Erythrina sp "Pajuro", que es actualmente una de las especies
más importantes para la silvopastura, ya que el fruto y el follaje se usan como forraje
y, también, como fijadora de nitrógeno. Una cosa que también le da ventaja a esta
especie es que la fructificación coincide con Ia época seca, período en que no hay
suficiente agua para el riego y la cantidad de pasto disminuye, pudiéndose alimentar el
ganado vacuno y porcino con el fruto.
La plantación se hace alrededor de la chacra, en hilera, con un espaciamiento
recomendable entre planta y planta de 5 m para obtener una buena copa.
La práctica más común que se viene usando es plantar directamente al terreno
definitivo estacas de 0.5 a 2 m, dependiendo de la cantidad de material reproductivo
existente, lo que es una seria limitación cuando se piensa en cantidades
considerables. El estacado debe hacerse al inicio de las primeras lluvias, éstas
prenden fácilmente y empiezan a dar frutos a partir de los 3 a 4 años. (Martel, 1989).
Cuando está en su plenitud, llega a producir de 150 a 200 kg. por año. Otra ventaja de
esta especie es que tiene la propiedad de ser mielífera. Cuando se instalan abejas, la
cantidad de frutos que produce, muchas veces, llega a duplicarse por planta. Por otro
lado, sus hojas son muy apetecibles por los cuyes. (La retama, Spartium junceum. es
otra especie muy utilizada para la alimentación de cuyes).
Segundo: mejorar el pasto a través de la protección de las inclemencias del
clima. En este caso el criterio para elegir las especies es el mismo que para la
agroforestería, buscando la mejor asociación con el pasto, el nivel de protección y
otros beneficios que se puedan obtener. Es posible aplicar diferentes alternativas de
combinación en base a la gama de especies de acuerdo al sitio. (Ver fig. No.24)
Tercero: mejorar el pasto mediante la incorporación de materia orgánica en el
suelo a través del follaje; lo más apreciable, en estos casos, son las especies fijadoras
de nitrógeno. Si las condiciones climáticas son las más adecuadas para la Erythrina sp
"Pajuro", ésta debería ser la especie prioritaria. Generalmente se la encuentra en
altitudes no mayores de 3,200 m.s.n.m. El rango óptimo de altura para su crecimiento
y mejor fructificación es de 2,500 a 2,800 m.s.n.m. Otra especie muy importante por su
capacidad de mejorar el pasto, dadas sus cualidades de fijar nitrógeno en el suelo, es
el Alnus sp. "Aliso". (Ver foto No.55)
En el caso del Alnus sp "Aliso" en asociación con cultivos o pastos donde el
objetivo no es la madera sino proteger o mejorar el producto agrícola o pasto, es
preferible utilizar el "Aliso colorado" por tener mayor follaje y por consiguiente mayor
aporte de materia orgánica. Este puede ser plantado alrededor de la chacra o dentro
de la chacra y se asocia muy bien con el kikuyo.
Finalmente, otro objetivo es dividir las parcelas (potreros) para el pastoreo. En
este caso se forman barreras vivas compactas o se buscan especies con capacidad
de rebrote que sirvan a la vez de postes, plantándose a distancias de 5 a 10 m. y
puedan aprovecharse para tender alambres de púas para el cerco. Las especies que
más se vienen utilizando son la Erythrina sp "Pajuro". por su capacidad de rebrote, y el
Sambucus peruvianum "Sauco". Esta última es una especie que también se planta
directamente en el terreno definitivo a partir de estacas que van de 0.5 a 2 m de altura.
Condicionado a la cantidad de material disponible, prende fácilmente, siempre y
cuando se pongan las estacas con las primeras lluvias. Al igual que la Erythrina sp.
"Pajuro", sirve para tender los alambres de púas. No es palatable, pero su fruto es
comestible por el ser humano, ya que contiene un alto valor en vitamina "C", además
se prepara una mermelada muy apreciada en el mercado nacional e internacional. En
este último caso, la demanda es muy superior a la oferta de las pocas plantaciones
existentes.
Para el caso de la asociación de los árboles con pastos naturales en la puna o
jalca, las funciones del árbol son distintas a las descritas en los niveles
altitudinales inferiores. Aquí es muy difícil conseguir especies fijadoras de nitrógeno.
La descomposición, hasta que la materia orgánica entregue nutrientes disponibles a la
planta, es bastante difícil por no existir las condiciones de temperatura y humedad
adecuadas. También es difícil encontrar especies palatables, y si el caso es de
gravedad por la escasez de pastos, los animales se desplazan a comer las hojas
tiernas de los árboles, como una alternativa extrema.
En consecuencia, el rol que cumple el árbol en estas condiciones y
asociaciones es básicamente de protección contra las influencias extremas del clima
(heladas, insolación y fuertes vientos fríos). La función de protección no solamente es
para los pastos sino también para los animales. Esto quiere decir que las especies
adecuadas para cumplir esta función son todas aquéllas que se adapten a estas
condiciones. Las que mayormente se vienen promoviendo son la Buddieja sp "Colle",
el Polylepis sp. "Queñua", el Gynoxys sp. "Japru"
La plantación se debe hacer con las primeras lluvias y a distanciamientos
cortos 0.8 a 1.0 m. Cuanto más cerca, se consiguen crecimientos en altura más
rápidos debido a la competencia por la luz. Esto es importante, más aún en esta zona
agroecológica donde los crecimientos son más lentos por las características
climáticas. Una vez que se logren alturas por encima de los 2 m se debe hacer el raleo
dejando las plantas a mayores distanciamientos (4 a 5 m) para que posibiliten el
crecimiento del pasto. Es gracias al raleo que se consigue una buena cantidad y
calidad de leña.
Debido al pastoreo excesivo, cuya práctica es dejar libre al ganado, es difícil
lograr que los árboles crezcan, ya que éstos corren alto riesgo de ser dañados por
ramoneo. Esto limita las posibilidades de pensar en plantar grandes áreas en períodos
cortos, pues se tendrá que competir con el ganado, lo cual es imposible. Para
disminuir este problema se debe hacer plantaciones en bosquetes.
Esto permite que la comunidad pueda vedar áreas (es más fácil con pequeñas
superficies), o cercarlas hasta que las plantas tengan el tamaño mencionado. Es
suficiente impedir el ingreso de los animales por un período no mayor de 4 años,
siempre y cuando se lleven plantas de calidad, tanto en rusticidad como en tamaño
(no menor de 0.8 m.). La idea es que cada año se pueda ir haciendo plantaciones en
bosquetes. El tamaño dependerá del convencimiento de la comunidad y/o familia, del
área disponible. Para graficar lo descrito en lo concerniente a plantaciones en
pastizales de las zonas agro-ecológicas Puna y Jalea, se presentan las fotos 40, 41.
42 y 43, que muestran las posibilidades.
Un ejemplo que gráfica lo descrito es el trabajo que ha hecho la comunidad
Quilquehuanca de Huaraz - Ancash, donde han plantado en 1986 plantas de Polylepis
incana "Queñua" en parcelas pequeñas que se encuentran ubicadas a 3.950 m.s.n.m.
El tamaño de éstas es de 5 m x 5 m. Las plantas se han puesto a un distanciamiento
de 1 m x 1 m, dando un total de 36 plantas por parcela (ver foto No. 56). Al cabo de 6
años el promedio de altura de los árboles es de 2.5 m. (ver foto No. 57). De las 36
plantas murieron 11 (06 el primer año y 05 por competencia). A fines de 1992 se hizo
la primera intervención (manejo) a las parcelas. Como producto del raleo se tumbaron
los ejemplares que ya no tenían nada que hacer en la competencia, para dejar las
mejores a una distancia aproximada de 3 a 4 m entre árbol. El promedio de los árboles
tumbados por parcela fue de 16, con un promedio de 1/2 carga de leña (verde) por
árbol (ver foto No.58). Por parcela quedaron en
pie un promedio de 09 árboles, a los que se les practicó la poda, obteniéndose, en
promedio, 1 /3 de carga de leña por árbol (ver fotos No. 59 y 60). Si relacionamos la
parcela de 36 m2 con una ha., tenemos que por parcela se ralea 16 árboles, lo que
daría aproximadamente 4,400 árboles a ralear. Vale decir, entonces, 2,200 cargas de
leña. En el caso de la poda por parcela, quedan 9 árboles, lo que daría 2,500 árboles
por ha., los que arrojarían aproximadamente 820 cargas. Sumando el producto del
raleo y la poda, se puede afirmar que es posible obtener 3,020 cargas que
representan 150 m3 estéreo (es decir apilado) (Van Dam, 1988). Además de la
obtención de leña, se aprecia abundante materia orgánica producto del aporte de los
árboles (ver foto No.61), lo que facilita el crecimiento de mayor y mejor calidad de
pasto. Una vez hecho el manejo ya es posible el ingreso del ganado, sin daño y con el
beneficio de la sombra (ver foto No.62).
5.9 Conservación de suelos
El suelo es un recurso natural sumamente valioso para un país. Alguien lo ha
calificado, con acierto, como "el puente entre lo inanimado y lo vivo". El proceso de
formación del suelo es lento. Sobre la roca, se forma a un ritmo de sólo 1 cm. por cada
100 a 400 años, y se requieren de 3,000 a 12,000 años para constituir tierra productiva
(FAO, 1984).
En la sierra peruana, el ritmo de erosión es aproximadamente de 120 T ha/año.
Técnicamente se consideran inaceptables las pérdidas mayores de 11 T ha/año.
En el Perú existen ejemplos tradicionales de uso racional de las laderas, como
en la zona de Pisac (Cusco), o de Tarma (Junín) y el Valle del Colca (Arequipa) Se
calcula que hoy, en el Perú, existen un millón de hectáreas de andenes en diversos
estados de conservación, y se estima que de esta superficie solo se utiliza un máximo
del 25% (Masson. 1985). Obviamente, una inversión en la recuperación de dichas
obras podría beneficiar a la producción agrícola, aunque en las condiciones
socioeconómicas actuales, es difícil la construcción de andenes de este estilo. En todo
caso. hasta el momento hay muy poco interés en este importante campo.
El manejo racional de las laderas es de vital importancia, por cuanto supone el
sustento de un alto porcentaje de la población serrana, además de una gran parte de
la población capitalina. Se debe tener presente que por las características edáficas
reinantes en nuestro medio, no es posible hacer agricultura sin una práctica de
conservación de suelos.
Hemos visto que, debido a las condiciones extremas del clima, es necesaria la
presencia del árbol para disminuir sus inclemencias. Igualmente se ha mencionado
que en la zona andina la mayor parte de la agricultura se practica en la zona de las
laderas.
Todo este contexto hace difícil distinguir las prácticas de conservación de
suelos, de la agroforestería, en contraste con la zona tropical húmeda. En esta zona,
la agroforestería se define como un conjunto de sistemas de producción tendientes a
maximizar el aprovechamiento del espacio, buscando rendimientos económicos
mayores por unidad, de modo que los resultados son posibles de
magnificar en períodos relativamente cortos. En la región andina peruana, la
agroforestería debería ser considerada un complemento en la conservación de
suelos.
Es difícil diferenciar la agroforestería de la conservación de suelos, debido a
que en los trabajos que se vienen desarrollando en las comunidades, ambos tienen
todos los componentes y situaciones que se mencionan en la definición. El proyecto,
para fines de registro, distingue las arcas de conservación de suelos de las de
agroforestería por las obras físicas (pircas, terrazas, etc.) que se hacen en las
parcelas para disminuir la erosión, las mismas que están complementadas con el
árbol.
En forma resumida describiremos las prácticas de conservación de suelos que
se vienen promoviendo.
5.9.1 La agricultura en curvas a nivel
También denominada agricultura como surcos en contorno. En muchas partes
de nuestro país todavía existe la práctica de hacer los surcos de cultivo en el mismo
sentido que la pendiente, facilitando así el fenómeno de la erosión. Las chacras que se
encuentran en las laderas se deberían surcar en curvas de nivel. Esto se hace con Ia
ayuda del nivel en "A", frenando así la fuerza con que baja el agua. Los surcos deben
hacerse con un pequeño desnivel para encauzar el agua hacia una acequia de
evacuación, evitando así el empozamiento. (Ver fig. No.26)
5.9.2 Terrazas de formación lenta
En los terrenos donde se pueden conseguir piedras, se construyen muros
(pircas), siguiendo las curvas de nivel. La distancia entre los muros depende de la
pendiente. A mayor pendiente, las distancias son menores. En la práctica, muchas
veces no es posible, compatibilizar el criterio técnico con el criterio campesino, pues
se considera que el muro le quita espacio al terreno, lo que hace necesaria una
demostración práctica, llegando a un intermedio en espera del efecto. (Se requiere
mínimo de una campaña agrícola para convencerse de la cantidad de muros
necesarios). La ubicación de los muros se hace partiendo de los lugares más críticos
del proceso de erosión.
Un criterio práctico para definir la distancia mínima entre las pircas en los
terrenos donde todavía se puede utilizar la yunta (Iabranza del terreno con bueyes) es
dejar el espacio necesario entre pircas para el desplazamiento de los animales. Esta
distancia es de 8 m.
Se cava primero una zanja de 30 a 40 cm. de profundidad, donde se ponen las
primeras piedras como cimiento, para que la pirca tenga estabilidad. Sobre estos se
levantan los primeros 50 a 60 cm. y cada vez que se llena de tierra hay necesidad de
levantar más la pircas (ver foto No. 63 y 64).
Últimamente se viene complementando la instalación de pircas con la
plantación de árboles en hileras, debajo de los muros y a una distancia de pirca de 20
a 25 cm. convirtiéndose así en campos agroforestales. Cuando los árboles alcanzan
un tamaño de 1 a 2 m se realizan las podas para formar barreras vivas,
que sirven para continuar conteniendo el suelo, una vez que se llenen las pircas.
Además, cuando la tierra sobrepasa el muro, cae suavemente a la parte inferior de la
pirca, encontrando hojarasca y el tallo de la planta, formándose así un pequeño talud,
lo que disminuye el efecto erosivo (ver fig. No.27). En muchas comunidades donde se
realiza esta práctica, una vez llegado eI tiempo de la poda de los árboles, se ha
presentado el inconveniente de que los campesinos se oponen, aduciendo que las
plantas están creciendo bien y que se las debe dejar así para obtener madera o leña,
que no hay en la comunidad. En este caso es importante buscar una salida como la de
podar algunas y dejar otras. También existe la posibilidad en las especies como el
Polylepis sp "Queñua" y la Buddieja sp "Colle". que tienen varios taIlos, de podar
algunos y dejar otros para obtener madera. (Ver foto No.64).
El distanciamiento entre las plantas que se vienen utilizando es de 0.8 a 1 m.,
según la especie y la disponibilidad de las plantas. A distanciamientos más cortos,
menor tiempo para la Formación de la bañera.
Los géneros que mejores resultados vienen dando son la Buddieja sp."Colle" y
el Polylepis sp. 'Queñua". debido a la capacidad de enraizamiento. A partir de sus
partes vegetativas (ramas o brotes inferiores) es posible su propagación por acodo
etiolado, facilitando así cerrar mas rápidamente la barrera. Para esto, se remueve el
suelo (10 a 20 cm.). Para promover el enraizamiento, se forma un montículo de tierra
sobre el cual se inclina y se entierra el brote basal presionándolo con piedras para
evitar que regrese a su posición anterior (ver fig. No.28). Esta operación debe
realizarse con las primeras lluvias, para que existan las condiciones de humedad y
lograr el enraizamiento, prendimiento y crecimiento del brote (ver foto No.65).
5.9.3 Zanjas de infiltración
En las laderas donde no encontramos piedras conviene hacer zanjas de
infiltración a curvas de nivel (ver foto No. 66). Estas zanjas, además de disminuir el
efecto erosivo del suelo, sirven como captadores de humedad (ver foto No.67).
Las zanjas tienen la forma de un talud, con un ancho en la parte superior de 30
a 40 cm. La base de la zanja, de 15 a 20 cm. debe tener una caída del 2 al 3%, para
que conduzca el agua hacia una acequia de desagüe que se abre en un costado de la
ladera y en dirección de la pendiente a una profundidad de 20 a 30 cm. Los criterios
para determinar la distancia entre las zanjas son los mismos que para las terrazas de
formación lenta.
Algo importante que no se está teniendo en cuenta es que cuando el suelo no
tiene una buena capacidad de drenaje que facilite la infiltración y las precipitaciones
que logran saturar el suelo, el agua se empoza y rebasa la zanja produciendo una
erosión. Esta puede ser más perjudicial sin la presencia de la zanja. Para evitar esto,
al momento de construirla, se dejan a cada cierta distancia (15 a 20 m) unas porciones
de suelo sin roturar (tabiques). Los tabiques sólo se rebajan un poco, dejando un
espacio de 5 a 10 cm. entre eI borde inferior de la zanja y la parte superior del tabique,
para facilitar el rebalse del agua hacia el desnivel que conduce a la acequia de
desagüe.
Esta zanja puede ir acompañada de una plantación para formar una barrera
viva. En este caso, la planta es introducida sobre la tierra extraída de la zanja, es decir
en la parte baja, para que así las raíces puedan aprovechar el agua.
Los criterios para elegir las especies, la distancia entre plantas (0.8 a 1 m., ver
fotos No.67 y 68) y su posterior manejo, son similares a los descritos para las terrazas
de formación lenta.
El espaciamiento entre pircas y zanjas varía según el grado de pendiente de la
chacra. A continuación se proporcionan datos que se vienen utilizando.
5.9.4 Terrazas de banco
Son terrazas sucesivas que se construyen en las curvas de nivel, en forma de
gradas. El ancho de cada terraza, así como la altura de su talud, varían de acuerdo a
la pendiente de la ladera original. En las pendientes más pronunciadas se formarán
taludes más altos y terrazas angostas. Para facilitar el riego o la infiltración de las
precipitaciones, deben tener una caída lateral del 0.5 al 1% y una caída hacia adentro
del 2% (ver fig. No.29).
5.9.5 Terrazas individuales
Son terrazas de mesa, de 1 a 1.5 m. de ancho, utilizadas básicamente para
árboles frutales pero aplicables a las especies forestales. Su función consiste en
eliminar la pendiente en los sitios destinados para cada árbol. Generalmente se ubican
en las curvas de nivel y son construidas en forma alterna entre las curvas, es decir, en
forma de tresbolillos. Es aconsejable la siembra de pastos de corte en los espacios
libres entre las terrazas (ver fig. No.30).
En las terrazas individuales se puede remover el suelo para un mejor
crecimiento de los árboles.
A pesar de que la magnitud de la erosión de los suelos en el Perú es
alarmante, la respuesta del campesino a la promoción y la capacitación sobre el tema
no es suficiente. Es un trabajo muy difícil y de no hacerse a tiempo, las consecuencias
serán irreversibles. Al interior del proyecto, a pesar de los esfuerzos hechos en la
promoción y la capacitación, la cantidad de áreas trabajadas con obras de
conservación de suelos representa un menor porcentaje en relación a las otras formas
de planta, (ver cuadro No. 14).
Entre las justificaciones para no hacer la conservación de suelos el campesino
menciona las siguientes:
-
Demanda mucho esfuerzo: de ahí que las técnicas de terrazas de banco
y las terrazas individuales son las que menos se practican. La terraza de
formación lenta también demanda esfuerzo pero tiene aceptación por la
tradición de nuestros antepasados. Se requiere de una buena cantidad de
mano de obra por períodos prolongados y muchas veces el campesino no
se encuentra disponible. Funciona fragmentariamente con incentivos de
diferentes programas estatales.
-
Se gastan las herramientas: esto es lo más notorio cuando se trata de
áreas comunales, no es fácil conseguir el uso de sus propias herramientas
para hacer la conservación de suelos en las áreas comunales. Se debe
tener en cuenta esto, porque la experiencia de dotar de herramientas al
campesino ha despertado en ellos un mayor interés por la conservación de
suelos.
-
Tenencia de la tierra: muy ligado a lo anterior, se ve mayor interés por
conservar sus propias parcelas, antes que las comunales. Esto explica
claramente por qué Cajamarca, donde casi no existen comunidades y no
hay áreas comunales, es el departamento donde más se ha avanzado en
cuanto a la conservación de suelos (ver cuadro No. 14).
5.10 Algunas consideraciones finales válidas para la agroforestería y la
conservación de suelos
Una cosa que debe quedar clara es que para trabajar con estas prácticas es
necesaria la diversificación de especies y una especial atención a las especies
nativas.
En muchas prácticas descritas como en la figura No.24, se menciona la
presencia del "Eucalipto". Para mucha gente el uso de esta especie puede ser
contradictorio, por ser demasiado competitiva con los cultivos. El campesino es
consciente de esto y lo planta porque le reporta otros beneficios difíciles de encontrar
en las nativas, además de su precocidad para el crecimiento y la capacidad de
rebrote. Esto no significa un problema, mientras sea en la cantidad suficiente para
satisfacer esas necesidades y no se convierta en nociva para la chacra. Además, la
ubicación que le da el campesino es en los espacios menos productivos (ver foto
No.69).
Aunque en repetidas ocasiones se ha hablado sobre la época de la plantación
(primeras lluvias), es necesario reforzar este conocimiento para aquellos lugares de
agricultura en secano que son la mayoría y donde los problemas son mayores,
tocándole jugar al árbol un rol importante. Allí la época de siembra coincide con la
época de la plantación, lo que ayuda a que el período de cuidado que el campesino
definitivamente le da a su cultivo, también indirectamente sirva para el árbol. Este
punto es importante con relación al problema del ganado, pues hay que dar
tiempo suficiente para que la planta prenda y crezca un poco y esto en capacidad de
enfrentar al ganado después
de la cosecha. Aunque sufra el ramoneo, la planta ya no muere. Esto es importante
porque en estos casos no interesa tanto un ruste recto y limpio, sino el follaje.
Durante la distribución de las plantas producidas en el vivero comunal, se debe
dar preferencia al reparto de las plantas más grandes a la hora de plantarlas para
estas prácticas. El tamaño ideal es más de 60 cm., lo que se consigue en las
platabandas. Cuando se planta de este tamaño y con las primeras lluvias, al término
de la cosecha algunas especies lograrán tener entre 20 a 30 cm. más que el tamaño
inicial.
Una cosa que hemos visto en lo referente al registro de las plantaciones es que
los proyectos forestales reportan sus logros en cuanto a las hectáreas plantadas en
función a 1,100 plantas por ha. Esta equivalencia también se usa para las áreas
agroforestales y la conservación de suelos, sin considerar la extensión protegida y/o
recuperada, cuyo impacto con relación a la conservación de los recursos naturales y
medioambientales es mucho mayor que sólo en una plantación masiva. Es necesario
subrayar la influencia del árbol en el rendimiento del cultivo, y del ganado,
considerando la actividad agropecuaria como indicador del resultado de la
agroforestería. Como hemos visto, no es necesaria la cantidad de plantas mencionada
(1,100) para cumplir el objetivo trazado en la parcela. Esta visión exclusivamente
forestal lleva a subestimar el impacto de los logros que se alcanzan con la
incorporación del árbol en la parcela.
Agroforestería y conservación de suelos. Adecuadamente establecidas pueden
tener impacto sobre cuatro fenómenos climáticos: el viento, la humedad, las heladas y
la insolación.
Con estas prácticas se hace más atractivo para el campesino el plantar
árboles, no solamente por la diversificación de la producción y el aumento de la
productividad sino que el campesino reconoce beneficios a corto plazo, a
diferencia de las plantaciones masivas, en las que espera obtener beneficios a largo
plazo.
En la línea de mejorar la mayor productividad y la diversificación de la
producción, una cosa importantísima que se logra con estas prácticas (mayormente
con la agroforestería) es posibilitar el cultivo de los productos agrícolas en zonas
agroecológicas más altas a las que se acostumbra. Por ejemplo: con la formación
de barreras vivas en la puna es posible el cultivo de hortalizas (ver foto No. 70). De
igual forma se cultiva donde ya no era posible hacerlo debido a un proceso de erosión
del suelo. Este aspecto es muy importante y se puede ver como ampliación de
frontera agrícola, en el sentido de mayor productividad de la tierra o de recuperación
de tierra en avanzado proceso de pérdida por erosión. Esta interpretación es diferente
al concepto tradicional de quitar la vegetación perenne para cambiarla por cultivos
anuales, teniendo así más áreas de cultivo, que muchas veces dan altos rendimientos
por unidad de área en los primeros años, para ir disminuyendo con el correr del
tiempo, desvirtuando frecuentemente el concepto de manejo racional y sostenible de
los recursos naturales.
CAPITULO VI
PROTECCIÓN DE LAS PLANTACIONES
Una condición previa para lograr éxito en la plantación es la adecuada
protección de las plantaciones. Por lo general, las plantaciones en la sierra peruana
han sido establecidas en suelos inadecuados y sin tener suficientes alternativas para
la protección de la planta y la elección de las especies (ver 2.7). Muchas veces estas
han sido las principales razones para que se tenga un elevado número de mortandad.
Generalmente se piensa que la protección de la planta comienza recién
cuando se ha establecido en el terreno definitivo. Esto es un error, ya que se ha
visto en las comunidades hacer esfuerzos increíbles, mediante construcciones
faraónicas, para proteger las plantas que no tienen futuro, porque no son adecuadas
para el lugar, o son muy pequeñas, torcidas, enfermas, plantadas a destiempo, etc.
La protección se realiza desde mucho antes, en el transcurso de la selección
de especies, producción y traslado de plantas de buena calidad y especies adecuadas
al sitio de la plantación.
Las plantas se protegen de las heladas, escasez de agua, robos, daños por
personas y animales.
6.1 De las heladas
Si la plantación se va a realizar en un lugar donde son muy frecuentes las
heladas, la protección comienza por la selección de la especie- De nada vale plantar
una planta de buena calidad si no soporta las heladas. Por ejemplo, el "Eucalipto", por
más que se proteja, no va a desarrollarse, a diferencia del "Colle" o "Queñua". Una
forma de proteger a las plantas de las heladas, además de protegerla de los animales,
es construyendo muros de piedra alrededor de la planta (ver fig. No.31), cuya función
es acumular calor durante el día y desprenderlo por las noches, lo que ayuda a la
planta a crecer mejor. Con frecuencia el campesino elige lugares con condiciones de
abrigo para la planta, un muro de piedra (ver foto No. 71), cortinas de plantas
establecidas anteriormente cerca de la casa (ver foto No.72), etc.
6.2 De la escasez de agua
Lo primero que debemos recordar es efectuar la plantación en época de lluvias.
No debe haber justificación alguna para no hacerlo, ni siquiera el hecho de contar con
agua para riego. Aún así, es mejor aprovechar las precipitaciones, porque el
campesino siempre va a preferir utilizar el agua de riego para sus cultivos antes que
para los árboles.
Aunque ya lo hemos dicho, es importante recordar el tamaño adecuado del
hoyo (40 x 40 x 40 cm.). La tierra removida alrededor del hoyo, eI espacio vacío entre
la tierra y el borde del hoyo, ayudan bastante en la captación del agua.
Además de las acciones de previsión mencionadas, existen técnicas para
mantener la humedad del suelo alrededor de la planta, una de ellas es colocar ramas,
paja o cualquier rastrojo alrededor de ella. Se puede usar piedras planas alrededor de
las plantas, las mismas que retienen humedad debajo de ellas.
En el caso de las plantaciones masivas, la de mayor eficacia son las zanjas de
infiltración, que se construyen en curvas de nivel con el nivel "A". En este caso, vale la
aclaración que para la mejor retención del agua para la planta ésta debe ser plantada
debajo de la zanja. La influencia de la zanja sobre el crecimiento es mayormente sobre
aquellas que se encuentran a una distancia promedio entre los 10 ó 15 m. y en forma
decreciente. A medida que nos alejamos de ella el efecto es menor. En las plantas
ubicadas junto a la zanja se han obtenido crecimientos de hasta el doble que en las
plantaciones sin zanja. Otra técnica es la de hacer zanjas de infiltración individuales a
manera de media luna sobre el hoyo, facilitando así la retención del agua que
proporciona humedad a la planta por infiltración (ver fig. No.32).
La forma más efectiva de proteger las plantas de la escasez de humedad es
haciendo riegos. Cuando existe esta posibilidad la comunidad no escatima esfuerzos.
Se han visto casos de organizar faenas para regar las plantas hasta con baldes, pero
también debemos ser conscientes de que esto no es lo más recomendable, porque
esta práctica incide en la conformación de las raíces y anclaje de la planta. Como
hemos indicado, los cultivos agrícolas son de prioridad para el riego.
En las plantaciones en asociación con los cultivos bajo riego, las especies
forestales se benefician con el agua en forma indirecta, cuando el campesino riega su
cultivo. Casi nunca es lo contrario.
6.3 Daños ocasionados por la gente
Con frecuencia se ven plantas dañadas por la gente, ya sea inconsciente o
conscientemente. Más que un problema técnico, es un problema social, por falta de
conciencia, cariño por las plantas, educación, y mayormente por envidia.
Se han visto problemas de daños a las plantas entre dos comunidades vecinas
por motivos conocidos. La causa más común es por el litigio de los terrenos
colindantes. Muchas veces la plantación es vista como una salida al problema.
Cuando se va a decidir dónde hacer la plantación comunal, son éstas las áreas
que prioritariamente se eligen como una forma de querer demostrar la propiedad, lo
que genera más problemas. Por supuesto, las afectadas son las plantas. Es
importante tener en cuenta esta situación durante la formulación del PFC, para
dialogar abiertamente y evitar estos problemas.
Estas dificultades existen también al interior de la comunidad, o entre las
familias.
Asimismo, son frecuentes los problemas con los ex hacendados. Después de
la Reforma Agraria, una parte de las áreas, frecuentemente las mejores, quedaron
para el hacendado, que en algunos casos las continúa trabajando y en otros las han
vendido, ya sea a la propia comunidad o a particulares. Se han visto casos en que el
hacendado, además de las áreas cultivables, ha sido favorecido con áreas
degradadas y/o de pastoreo, que las han vendido o abandonado. En este último caso
se han tenido experiencias en que la comunidad ha establecido la plantación en estas
áreas y cuando las plantas ya están crecidas, aparece quien dice ser el "dueño",
reclamando "sus derechos": La actual ley peruana favorece a la persona o comunidad
que viene trabajando la tierra siempre y cuando venga haciéndolo por un período no
menor de 2 años. Es necesario tener en cuenta esto para asesorar a las comunidades.
Para el caso de parcelas individuales, la situación es la misma.
Para una mejor descripción tomaremos como ejemplo el problema que surgió
en la comunidad de Uchusquillo, San Luis, Ancash, en 1987. La comunidad produjo
sus plantas en el vivero comunal y una parte de los "Eucaliptos" se plantó en un
terreno de 10 ha. (plantación masiva comunal). Luego de dos años, cuando las plantas
tenían un promedio de 1 a 1.5 m. de altura, apareció el "dueño", reclamando el terreno
y pidiendo explicaciones por que habían plantado en su terreno, y a manera de
protesta dañó un porcentaje de las plantas (10%). La comunidad acudió ante la
autoridad, la misma que le dio la razón al ex hacendado. Luego la comunidad decidió
tomar una acción drástica y apresó al "dueño", desafiando a la autoridad, para que
acuda a la comunidad y haga justicia. Luego de las conversaciones entre la autoridad
y el ex hacendado, se dio la razón a la comunidad. Esta, además de reclamar los
gastos por los daños ocasionados a las plantas, consiguió un pago aproximado
equivalente a $ 200.
Posteriormente a este problema, el Comité Forestal solicitó al consejo de
administración hacer una construcción mediante faenas, empleando el dinero para
comprar materiales para el techo del local de la comunidad. Ahora la construcción
sirve como local comunal y taller para producir sillas torneadas de "Eucalipto".
Actualmente la plantación tiene un tamaño promedio de 10 m. de altura.
6.4 Daños ocasionados por los animales
Esta es una de las causas que más daños ocasiona. Las tierras en la sierra
peruana están en peligro constante por la acción del ganado, Al encontrarse este
circulando libremente, las áreas comunales están más expuestas y si existen cultivos
de pan llevar, con mayor razón. Esta es una realidad.
Según Paúl Carison, en las plantaciones realizadas por el Proyecto de
Reforestación con Apoyo Alimentario (PRAA), una evaluación hecha en 1984/ 1985 en
las plantaciones de "Eucalipto" de 5 departamentos, señala que en 9 de cada 10
plantaciones (90%) hay evidencias de daño por los animales. Aunque conocemos la
capacidad de rebrote del eucalipto, el estudio no indica el grado de los daños, pero sí
nos da una idea de la gravedad del problema.
En las comunidades que ya tienen suficiente conocimiento de la necesidad e
importancia de las plantaciones, se vienen desplegando grandes esfuerzos por
proteger sus plantas. Con mayor énfasis se aprecia esto en aquellas comunidades que
ya han obtenido logros y consiguen crecimientos sustantivos. Aquí está la clave,
porque repercute en la mejora de la producción de las plantas, tanto en la calidad
como en la cantidad, así como en un mayor interés y responsabilidad al elegir el sitio,
la especie y su posterior protección de las plantaciones futuras.
Las comunidades vienen aplicando o restituyendo métodos tradicionales para
controlar o disminuir los daños en las plantaciones, tanto comunales como familiares.
Entre ellos tenemos: vedar las áreas reforestadas, realizar decomisos, implantar
multas, efectuar arrestos, realizar guardianías. etc.
No solamente en las comunidades hace falta mayor interés por proteger las
plantas. También las instituciones que promueven la reforestación comparten parte de
esta responsabilidad. Muchas veces falta una política clara que demande resultados
en los terrenos definitivos. Una prueba de ello es que la cuantificación de los
resultados logrados en lo relacionado al número de has. plantadas está siendo referida
sólo a las cantidades producidas en los viveros (1,100 plantas distribuidas a los
campesinos, o producidas por ellos corresponde a 1 ha lograda). En estos casos
pareciera que la responsabilidad de la reforestación terminara con la producción
de plantas.
Es decir, no se lleva el registro del número real de las plantas establecidas (no
todas las que salen del vivero son plantadas), del porcentaje de sobrevivencia, ni
menos sobre su crecimiento. Si esto se hiciera, se tendrían algunas sorpresas en
cuanto a los resultados.
Aunque parezca muy difícil, es necesario tomar medidas correctivas a todo
nivel, tanto en lo comunal como en lo institucional. A manera de sugerencia,
señalamos que tal vez podría condicionarse los presupuestos al nivel de apoyo a las
comunidades. Todo debería estar en función a los resultados en el terreno definitivo.
Claro está que todo debe ir acompañado de educación, capacitación y asesoramiento.
Solamente así se protegería mejor las plantaciones, además de las obras físicas para
la protección, especialmente construidas durante o después de las plantaciones. Una
cosa que no demanda esfuerzo y que en muchos campesinos pasa inadvertida (por el
criterio de que las plantaciones se hacen sólo en los lugares donde ya no hay
posibilidades de cultivo) es la ubicación de la planta cerca de la infraestructura física
ya existente. Así se pueden aprovechar mejor las pircas, los tapiales, las barreras
vivas, etc.
Una forma de evitar los daños es adoptar las precauciones del caso durante la
planificación forestal comunal. Lo fundamental, a largo plazo, será educar a la gente
sobre la importancia de tener árboles y cuidarlos, para que crezcan bien.
Esta acción debería empezar en la escuela, a través de la acción educativa del
profesor, con el debido asesoramiento del extensionista.
La protección de las plantaciones, por ser una tarea continua, es un
indicador de valor que el campesino les da a las plantaciones, así como el grado
de conciencia que se ha logrado.
CAPITULO VII
MANEJO DE LAS PLANTACIONES
El manejo está concebido como un conjunto de técnicas de intervención que se
hacen en la plantación (bosque), con el objetivo de incrementar la productividad
referida básicamente a la parte maderable.
Esta concepción, en nuestro caso, se amplía a las otras formas de plantación que
además de obtener madera, persiguen otros propósitos, como el de protección de
cultivos que requieren de otro tipo de intervención.
7.1 Principios en que se basa el manejo
El manejo se basa en dos factores: los que la planta necesita para poder crecer
(agua, luz, nutrientes) y el propósito de la plantación. El grado de intervención de la
plantación dependerá de la relación de estas dos condiciones.
Cuando se trata de una plantación con fines de obtener madera se busca
crecimientos en altura (postes, puntales, varillas, etc.) o crecimientos en diámetro
(madera aserrada, vigas, durmientes, etc.). El crecimiento en altura se consigue
manteniendo la competencia entre las plantas por la luz. Una vez que se ha
conseguido la longitud deseada y se quiere obtener mayor diámetro, es necesaria una
intervención de manejo para disminuir el crecimiento en altura, beneficiando el
desarrollo del diámetro, merced a una mayor disponibilidad de agua y nutrientes.
7.2 Técnicas de intervención
7.2.1 Distanciamiento entre plantas
Por no ser una acción posterior a la plantación, no está considerada como una
intervención, pero debemos señalar que ésta etapa empieza con la decisión de
manejo del espacio inicial de las plantas en la plantación. En función al propósito de la
plantación se decide el distanciamiento inicial. A distanciamientos mayores se tendrán
menores alturas y mayores diámetros y viceversa.
En las plantaciones masivas o bosquetes hemos dicho que el distanciamiento
más adecuado para la región andina del Perú es de 3 m. x 3 m. Sin embargo, con
frecuencia se puede observar que el campesino planta a distanciamientos menores,
ya que se encuentran plantaciones a 1 m. x 1 m. (ver foto No.73), hasta de 0.8 m. x
0.8 m., justificándose con la obtención de varillas o mantayones, que se utilizan en las
construcciones de sus casas y con la falta de terrenos para la plantación. Muchas
veces estos distanciamientos son tomados por los forestales como algo antitécnico.
Esto es razonable si sólo se piensa en obtener madera para la industria (aserrío) como
objetivo final. Es importante que los técnicos tomen en cuenta las razones del
campesino y le propongan alternativas de solución acordes con sus necesidades. Aquí
es donde juega un rol importante el manejo. Por eso volvemos a insistir en que es muy
común encontrar en las plantaciones familiares los distanciamientos mencionados.
7.2.2 Raleo
Llamado también aclareo, consiste en disminuir la densidad de la plantación,
para que las plantas tengan una menor competencia por la luz, agua y nutrientes. Su
finalidad es aumentar la capacidad de crecimiento para incrementar los diámetros de
los troncos.
En el caso de las especies que tienen la capacidad de rebrote como el
"Eucalipto", el aclareo deben hacerse eliminando la posibilidad de rebrote, lo cual se
consigue haciendo un corte muy bajo, para enterrar el tocón, o haciendo un anillo de 1
a 2 cm. de profundidad por debajo de la corteza alrededor del tronco con la ayuda de
un hacha (Ver fig. No.33 y 33a). Recién así se logrará el mejor crecimiento de los
árboles que quedan. Si no es así, el brote seguirá utilizando agua y nutrientes, aunque
su crecimiento no será significativo por estar suprimido por los que quedan.
Las plantaciones de "Eucalipto" en la sierra peruana son ejemplos típicos de la
práctica de esta intervención, que se caracteriza por tener árboles de diferentes
diámetros en áreas pequeñas. Es decir, no son plantaciones homogéneas, por lo que
es insoslayable la necesidad de la intervención (aunque actualmente no se practique)
que ayudará a elevar la producción y reportará algún beneficio, debido a que la
madera, producto del raleo, sirve para leña, postes, puntales, etc.
El momento técnico apropiado para el raleo es cuando los árboles han agotado
su capacidad de seguir compitiendo; si permanecen en un estado de equilibrio, el
incremento diametral disminuye porque, los árboles sólo continúan su crecimiento en
altura debido a la competencia por la luz. Si se ralea antes o después, se pierde
madera. En la práctica dependerá del mercado para el producto del raleo y si es una
plantación comunal dependerá, además, de la decisión comunal.
7.2.3 Manejo de rebrotes
Esta técnica se da en aquellas especies que tienen capacidad de rebrote, por
ejemplo el "Eucalipto", "Aliso blanco", etc. Una vez talado el árbol o la planta, se
emiten rebrotes que van creciendo a través del tiempo. En este período de crecimiento
se debe mantener la competencia por la luz para tener
crecimientos más rápidos en altura. Esto se consigue manteniendo a los que tienen
mayores posibilidades y eliminando aquellos rebrotes que están fuera .de
competencia, lo que ayudará a un mejor desarrollo (ver fotos 74 y 75). El período de
intervención depende del desarrollo de los rebrotes, así como de la especie y las
condiciones ecológicas del sitio de plantación.
a. Talado
El tumbado de los árboles debe realizarse cuando ha pasado la época de las
heladas y poco antes de las lluvias, para que los brotes no sean afectados y a la vez
encuentren mejores condiciones de humedad para su desarrollo.
Lamentablemente el tumbado de los árboles no se viene haciendo
técnicamente. No se tiene el debido cuidado de dejar el tocón con un corte liso y con
una ligera inclinación que permita el escurrimiento del agua, lo que impedirá su
retención y la consiguiente putrefacción. También se disminuye la calidad de los
rebrotes y se reduce la capacidad de emitir el número de turnos de corte (ver foto
No.76).
b. Reducción del número de rebrotes
Dependerá del producto que se quiera obtener. En el caso de madera para
postes, vigas y aserrío, al final deben quedar uno o dos rebrotes como máximo. Las
intervenciones intermedias dependerán de la posibilidad de uso que se puedan
obtener. Las especies que tienen las características para este tipo de manejo son el
Eucalyptus globulus el Alnus sp, y Buddieja sp.
Es una práctica muy común en el campesino manejar los rebrotes con el
propósito de obtener varillas (diadas). Es muy típica esta práctica con la Buddieja
incana, "quishuar" (tradicional en Tarma/Junín) (ver foto No.51) y en Buddieja coriácea
"colle blanco"(tradicional en Puno). En este último caso, realmente el campesino
maneja empíricamente el criterio de la competencia por la luz, pues desde muy
pequeño somete a los rebrotes a un amarre (Ver foto No. 77).
7.2.4 La poda
La poda consiste en quitar las ramas de los árboles. Existen especies que
tienen poda natural, tal es el caso del "Eucalipto" cuando se encuentra en
plantaciones. Las ramas más viejas e inferiores, que no tienen posibilidades de recibir
luz se secan y caen por sí solas. Esto no sucede cuando los ejemplares están solos o
aislados, en estos casos, más bien tienden a ramificarse. Hay especies como el pino,
que aunque se encuentren en plantaciones, no tienen poda natural. Las ramas
inferiores se secan pero no caen, y si no se podan mecánicamente, producen en la
madera lo que se llama "ojos", que desmerece su calidad. Esto también se produce
cuando se hace una mala poda.
a. ¿Cómo hacer las podas?
En el caso de plantaciones masivas o bosquetes cuyo objetivo es obtener
troncos rectos para madera, la poda se hace cuando los árboles han cerrado sus
copas, es decir, cuando las ramas inferiores están superpuestas. Para hacer una
buena poda, es necesario contra con un serrucho tipo pico de loro,
que es la herramienta más adecuada. El corle debe ser cerca al tronco. Se hace un
corte inicial en la parte inferior de la rama para evitar el desgarramiento de la corteza,
luego se procede a dar el corte de caída (ver fig. No.34 y 34a).
La cantidad de ramas a cortar no debe exceder a 1/3 de lo que tiene el árbol.
Esto es muy importante, porque se han visto casos de exagerar la poda en algunas
comunidades, dejando solamente unas cuantas ramas terminales. No debemos olvidar
que para alimentarse, las plantas necesitan de las hojas que son los laboratorios
donde elaboran su alimento (allí se realiza la fotosíntesis).
b. Poda de formación
Cuando el objetivo no es la madera, sino la obtención de frutos (los principios a
aplicarse son los mismos que para los frutales), o formación de barreras (prácticas
agroforestales), las podas incluyen el corte de la yema principal (guía) y/o de las
ramas laterales. En este caso no se cortan las ramas de la base sino una porción de
ella, para favorecer el desarrollo de otras ramas secundarias, posibilitando así la
formación de ramas más gruesas capaces de sostener mayor cantidad de frutos,
como es el caso del Samhucus peruvianum "Sauco", Erythrina edulis "Pajuro", Lúcuma
ovobata "Lúcuma", etc.
En el caso de la Erythrina sp el objetivo es la obtención del fruto. Para esto, la
plantación se establece en un distanciamiento entre plantas de 5 m. Cuando alcanzan
un tamaño aproximado de 2 a 2.5 m. se corta el tallo principal. Cuando las nuevas
ramas producidas han crecido, nuevamente se cortan a una distancia aproximada de 1
m. del primer corte. Esto se puede hacer hasta un máximo de 2 a 3 veces. De acuerdo
al lugar de la plantación, el primer corte se realiza entre los 2 y 3 años. Como producto
de las podas se obtienen estacas que se plantan directamente en el terreno definitivo
(ver fotos No.78 y 79), pudiendo así multiplicarse fácilmente. De cada rama de un
árbol de 3 años se pueden obtener de 6 a 8 estacas de 40 cm. (ver foto No. 80),
obteniéndose prendimientos por encima del 80 %. Este prendimiento es menor cuando
las estacas son provenientes de árboles maduros (más de 10 a 15 años).
Asimismo, en el caso de las barreras vivas, las podas están orientadas a
formar mayor follaje. Esto hará posible la formación de dichas barreras con el objetivo
de protegerlas del viento, las heladas, los animales y las personas. Las podas más
severas, tanto del tallo principal como de las ramas laterales, se llaman podas de
formación porque se cortan dándole la forma y el tamaño de la barrera que uno desea,
dependiendo del objetivo. Lo que se viene promoviendo con éxito son las barreras
vivas con Polylepis sp) "Queñua", Buddieja sp. "Colle" y Alnus sp) "Aliso" (ver foto No.
81).
Finalmente queremos concluir diciendo que el manejo implica esfuerzo y
costos. Esto hace difícil que eI campesino maneje un árbol o sus plantaciones, si del
esfuerzo que él realiza no obtiene beneficios. Esto quiere decir que las
recomendaciones técnicas tienen que causar claras oportunidades de beneficio.
CAPITULO VIII
APROVECHAMIENTO
El Proyecto nace con el objetivo de generar los recursos forestales a través de
plantaciones masivas, para satisfacer las necesidades particularmente de madera y
leña, tanto para el autoconsumo como para la venta. Esto ha ido evolucionando
paulatinamente como respuesta a las necesidades sentidas por los propios
campesinos.
El objetivo inicial de la primera fase era apoyar los aspectos de extensiónpromoción en antiguas y nuevas plantaciones.
Entre los años de 1985 a 1987 se acordó que sean los propios campesinos
quienes deberían decidir qué producir y para qué plantar, así pasa a ser prioritaria la
agroforestería (plantaciones familiares). Sin embargo, los campesinos también
solicitaron apoyo para aprovechar las plantaciones. En respuesta a esta inquietud,
nace lo que ahora se denomina Pequeñas Industrias Forestales (PIE), con la finalidad
d aprovechar las plantaciones existentes de eucalipto.
Más tarde, esto se extiende a las plantaciones de otras especies forestales y
se logran otros beneficios y aplicaciones, como por ejemplo la elaboración de
mermeladas, hierbas medicinales, elaboración de tintes, etc.; convirtiéndose así la
propuesta inicial (aprovechamiento del "Eucalipto") en otra dirigida a un manejo
integral de los recursos forestales de la comunidad, buscando inclusive beneficios
directos e indirectos a corto, mediano y largo plazo.
Entendemos por manejo integral del recurso, cómo, aparte del
aprovechamiento de la madera, se pueden obtener beneficios intermedios (directos e
indirectos). Por ejemplo, supongamos que en una comunidad existe "Aliso", pero no en
la cantidad suficiente como para instalar una pequeña industria. Allí se puede obtener
semillas para la venta o para producir plantas. Los plantones se plantan o también se
venden. A nivel de producción de plantas se pueden vender brotes enraizados (que
son muy apreciados). La plantación se puede hacer con fines de producción de
madera, como también para la protección de cultivos, puesto que el "Aliso" es una de
las especies más apreciadas por estas cualidades y por tener la capacidad de
incorporar nitrógeno y materia orgánica al suelo. En las plantaciones masivas, antes
de la cosecha final se pueden hacer
raleos. La capacidad de rebrote de esta especie también trae la ventaja de su
aprovechamiento, las hojas tiernas se utilizan como medicina para el dolor de cabeza,
etc.
Por lo expuesto, vemos que existe un abanico de beneficios, lo cual permite
que la actividad forestal sea atractiva para el campesino, pues puede ver beneficios
tanto a corto como a largo plazo.
8.1 El por qué de las pequeñas industrias forestales
Las plantaciones existentes han sido plantadas con las diferentes modalidades,
todas ellas con algún propósito definido. Por tal razón, los campesinos aún no tienen
suficiente oportunidad para darles a los árboles su verdadero valor. Además, muchas
veces no tienen idea del esfuerzo y de los costos que representa la producción de las
plantas y su transporte a la plantación, ya que estos han sido financiados por el
Estado o alguna ONG que promueve esta actividad.
La razón fundamental para promover el aprovechamiento de los recursos
forestales de la comunidad a través de las pequeñas industrias conducidas por
los propios campesinos es lograr mayor valor agregado a las plantaciones y que
a su vez repercuta en un mayor interés por manejar y generar este recurso.
Para graficar esto con un ejemplo, tomaremos las plantaciones de "Eucalipto"
establecidas en edad de aprovechamiento. Los árboles se están vendiendo en pie, y
en la misma plantación a precios bajos. El precio debe ponerse teniendo en cuenta el
diámetro y la altura entre gruesos o delgados por ser muy heterogéneo el bosque. El
diámetro promedio que se puede obtener en estas plantaciones es de 10 cm. a 30
cm., en función de los cuales deberán variar los precios, que están entre 2 y 10
dólares. Los diámetros y precios mayores a los mencionados son de aquellos árboles
que se encuentran en las áreas cultivables como linderos.
Para tener una mejor idea podemos afirmar que el aserradero, por la venta de
madera proveniente de un árbol de 30 cm., obtiene 50 dólares como ingreso neto, es
decir, hay un margen de ganancia de cuatro veces más que el precio del árbol en pie.
Si el árbol es aprovechado por la comunidad, por ejemplo en su taller de producción
de sillas torneadas, se va a obtener aproximadamente 20 sillas reportándole un
ingreso neto de 40 dólares.
Las pequeñas industrias a las que el proyecto viene apoyando tienen carácter
comunal, tanto por la procedencia del recurso como por la forma de su
aprovechamiento.
El proyecto ha podido dar, a través de las pequeñas industrias (PIE), la
satisfacción de las necesidades internas de las familias en beneficio de los integrantes
de la comunidad.
Lo que se demuestra es que existe un menor valor agregado al vender el árbol
en pie sin ninguna transformación, tiste enfoque que el Proyecto viene
dando sobre el aprovechamiento ha tenido repercusión en los campesinos, logrando
gran interés por las pequeñas industrias, y también ha ayudado mucho para que
valoren mejor sus recursos forestales.
8.2 Posibilidades de aprovechamiento
Teniendo como propósito el aprovechamiento integral, existe una variedad de
perspectivas a elegir. Esta elección dependerá de la especie y del nivel en que se
encuentra dentro del proceso de producción, previo al aprovechamiento final que
generó el recurso. En muchas comunidades ya existía el recurso en edad de
aprovechamiento final o la plantación ya estaba realizada, pero, siendo joven,
necesitaba de un mejor manejo, producto del cual se obtendrían beneficios
intermedios. Donde aún no existía el recurso forestal, pero sí las condiciones
ecológicas favorables para generarlo, la producción en viveros y la extensión
participativa han generado una expectativa sobre las posibilidades futuras para
obtener beneficios, merced al aprovechamiento del árbol y sus productos.
8.3 Actividades para el aprovechamiento de beneficio directo que el proyecto
viene impulsando
De la gama de actividades que generan beneficios directos e indirectos, el
proyecto al inicio de las pequeñas industrias forestales impulse muchas de ellas,
obteniendo relativo éxito, originadas más por el entusiasmo institucional y comunal
que por la obtención real de las ganancias como resultado del esfuerzo. Es así que
muchas de ellas, después, se fueron dejando de lado.
En la actualidad, las actividades que el proyecto viene promoviendo y que las
comunidades están impulsando son: la obtención de leña, sillas torneadas de
"Eucalipto", postes y madera para construcción, madera aserrada, muebles, carbón
vegetal (ver foto No.82), mermeladas, artesanía, ventas de plantas producidas en los
viveros comunales. Con la excepción de la venta de plantones podemos ver que las
demás tienen como requisito la disponibilidad del recurso en etapa de
aprovechamiento final. Esto, ha permitido que el proyecto concentre más sus
actividades en aquellas comunidades cuyos recursos se encuentran en la etapa de
aprovechamiento.
Las actividades que se vienen impulsando persiguen dos fines: la venta y el
autoconsumo, decisión que compete únicamente a la comunidad. Según el tipo de
actividad, unas comunidades tienen mayor interés en la venta y otras en el
autoconsumo. Los cuadros 15 y 16 nos dan una idea de estas preferencias, debiendo
tomarse con reserva lo correspondiente al autoconsumo debido a que es difícil su
cuantificación. Es posible que las cantidades estén por debajo de lo registrado.
Podemos apreciar, en lo concerniente a venta de plantas, que cada año se
incrementa el número de comunidades que deciden vender. En 1989 sólo una
comunidad vendió; en 1991 llegaron a 41 y en 1992, al mes de setiembre, ya había
23. Esta cantidad posiblemente sobrepase los 40. Debemos mencionar
que esta actividad siempre ha sido monopolio del Estado y las plantas siempre se
venden subsidiadas. A pesar de esto, la oferta de las comunidades, por la calidad y la
diversificación de especies, va en incremento.
En el caso de las sillas torneadas la preferencia es por satisfacer las
necesidades de la comunidad, de allí que de las producidas, la mayor cantidad esté
destinada al autoconsumo, no siendo lo mismo para la madera aserrada, que casi en
su totalidad es para la venta. Esto es compatible con las formas de uso de la madera
ya que la mayor parte es en forma de Madera rolliza o labrada. Para el caso de los
postes, la orientación de la producción esta supeditada a que la comunidad consiga
proyectos de electrificación.
8.4 Problemas y alternativas de solución en la promoción de las pequeñas
industrias forestales (PIF)
Si bien es cierto que el proyecto pasó por la experiencia de impulsar muchas
posibilidades de aprovechamiento, la mejor experiencia es en la promoción y el
desarrollo de pequeñas industrias forestales comunales, basada en las plantaciones
de "Eucalipto" en edad del aprovechamiento final, encontradas antes del ingreso del
proyecto a la comunidad. Entre los principales problemas que dificultan el
funcionamiento de una pequeña industria forestal comunal y algunas alternativas de
solución tenemos:
a. Disponibilidad de recursos económicos
La comunidad no cuenta con los recursos financieros que se requieren para
implementar una pequeña industria forestal. Quién y cómo la financia debe quedar
definido antes de iniciar los trabajos.
Este fue el problema principal para el proyecto. Al ser el objetivo la generación
del recurso antes que el aprovechamiento de las plantaciones, no se disponía de un
presupuesto suficiente para implementar las pequeñas industrias. Pudo más el
entusiasmo por tener algo, en lo concerniente al aprovechamiento, en cada
comunidad, lo que llevó a diluir los recursos en lugar de concentrar esfuerzos, clarificar
conceptos y señalar estrategias para lograr mayores ingresos. La rentabilidad
económica requería mucho más mercado de lo que el consumo local podía ofrecer.
En 1992, con las experiencias ganadas, se inicia un subproyecto al interior del
proyecto Desarrollo Forestal Campesino, con recursos financieros propios para la
implementación de pequeñas industrias. Esta gestión concentra esfuerzos en pocas
comunidades (13), con la intención de trabajar el programa con mayor profundidad.
b. Decisión para el aprovechamiento
En muchas oportunidades hemos mencionado que las plantaciones existentes
en extensión y edad de aprovechamiento, en la mayoría de los casos, son de
propiedad comunal. El primer escollo a salvar para la implementación
de una pequeña industria comunal es la toma de decisión para comenzar con su
aprovechamiento. Muchas de las comunidades prefieren un aprovechamiento a tala
rasa (cortar todos los árboles de una vez) y vender a la industria (aserrío o pulpa),
cumpliendo así el propósito que se siguió al hacer la plantación. Otra razón para este
tipo de aprovechamiento es que como la plantación es de propiedad comunal, es más
fácil vender la madera ya que no genera mucho problema la distribución de beneficios
o el uso del dinero producto de la venta. Por estas consideraciones, muchas
comunidades optan simplemente por no aprovechar este recurso.
Es importante tener cuidado en la distribución de los beneficios. En este
punto hay que señalar tres aspectos (Mustonen, 1991):
Primero, los responsables de la actividad económica comunal deben mantener
a la comunidad muy bien informada sobre el movimiento económico (ingresos,
egresos y ganancias), como también sobre los acontecimientos, sean simples
o importantes (compra de máquinas, contrataciones de personal, etc.). La
responsabilidad del extensionista es apoyar y asesorar en la conducción de los
registros, ordenarlos y asegurar que se difunda para su mayor participación en
los primeros años.
Segundo, para la distribución misma de los beneficios directos hay tres formas
principales. Una es a través de los puestos de trabajo y el salario
correspondiente. Otra vía es la venta de los productos a precio gratuita. Estos
son brindados a los comuneros y a sus familias. La tercera forma, es el uso de
las ganancias o productos elaborados en centros de producción para obras
comunales (escuelas, local comunal, etc.)
Tercero, para poder distribuir los beneficios en forma racional es necesario
conocer exactamente los costos. Es importante prever la depreciación y los
requerimientos de mantenimiento y reinversión para no perjudicar el futuro de
la producción.
Se han dado casos en los que algunos talleres comunales ya montados, al
tener los problemas mencionados sobre Ia distribución de los beneficios, se
han disuelto. Las personas que conducían el taller comunal han puesto su taller
familiar, los que compran madera a la comunidad para la producción de sus
productos. En muchos casos, la calidad del producto es mejor que la de los
talleres comunales. Esta alternativa es viable, además, pues sigue siendo una
ventaja el hecho de que el valor agregado producto de la transformación queda
en la comunidad, en lugar los madereros (intermediarios) quienes salgan
ganando al comprar el árbol en pie.
c. Ubicación de las plantaciones
Con el concepto de que las áreas a reforestar en forma masiva son aquellas
que ya no se emplean en la agricultura, las plantaciones han sido establecidas en
sitios alejados y muchas veces inaccesibles, que requieren de abrir una carretera para
posibilitar el aprovechamiento. Tal coyuntura en muchos
casos obliga, como necesidad inminente, a incrementar la infraestructura vial para la
comunidad (acceso no sólo a la plantación sino también a las chacras). La plantación
ha pagado los costos de la construcción de la carretera, dejando, en el mejor de los
casos, un escaso margen de "ganancia".
Otra alternativa es impulsar la instalación de las pequeñas industrias forestales
cercanas a la plantación. Tal es el caso de los talleres para sillas torneadas de
"eucalipto", que permiten construir las piezas torneadas que son fáciles de transportar
con burros o con carros a los centros poblados para el armado de sillas. El proyecto
en la actualidad ha apoyado la instalación de 3 talleres que funcionan con energía
eléctrica, 7 con energía hidráulica y 5 con energía humana.
d. Motivación para el aprendizaje de los miembros de la comunidad
Al ser el proyecto de desarrollo rural, tiene como principio la capacitación de la
comunidad para que dependa menos del exterior. En los inicios de la implementación
de las pequeñas industrias se pretendió, al igual que las actividades de producción y
plantación, que todos los miembros de la comunidad aprendan lo concerniente a las
pequeñas industrias forestales. En otras palabras, que todos salgan "maestros" para
evitar formar "grupos de poder". Esto, por supuesto, repercutió en la calidad del
producto, poca producción y desperdicio del material durante la capacitación, etc.
Las pequeñas empresas, requieren, según el tipo de industria, de 5 a 20
personas, no todas a la vez, ni en forma permanente, sino por actividades: tala,
carpintería, comercio y administración.
Definitivamente se tiene que capacitar maestros, pero es suficiente con 2 ó 3.
En algunos casos los puestos son rotativos. En otras comunidades, al formar grupos
de trabajo desde el maestro y sus ayudantes en forma rotativa, hubo grupos que
lograron destacar, decidiéndose por tener de 1 a 2 grupos en forma permanente, lo
que ha repercutido en la mayor eficiencia. También se puede trabajar por turnos. Los
integrantes de los grupos han sido liberados de asistir a las faenas y además se les
asigna una remuneración en especie. En otros casos se les paga a destajo (por tarea
o producto cumplido) o se distribuye el remanente entre el grupo y el fondo comunal.
e. Falta de experiencia
Es obvio que el establecimiento de las plantaciones está mucho más acorde
con las actividades tradicionales del campesino que con las de la pequeña industria.
Sus almácigos para hortalizas difieren muy poco de los destinados a las especies
forestales, y el campesino sabe lo que el árbol requiere para crecer y lo que puede
esperar de él. En contraste, las actividades industriales implican muchos cambios en
su vida cotidiana. Asimismo, a nivel del proyecto, los técnicos están especializados en
la producción de plantas y en la plantación y no tienen conocimiento sobre las
pequeñas industrias, lo que implica, además de manejar aspectos técnicos forestales,
conocer lo inherente a la comercialización, el mercado, el registro de las cuentas al
interior de la comunidad, etc. Esto hace que muy pocos extensionistas se entusiasmen
por asesorar a la comunidad en esta actividad.
ANEXO
Relación de Resultados e Indicadores del Proyecto
FAO-Holanda-PRONAMACHCS
1993
Objetivo de desarrollo
El desarrollo de los recursos forestales de las comunidades en zonas
deprimidas de la sierra peruana, con el fin de contribuir al incremento del nivel de vida
de las familias campesinas, mediante el mejoramiento de sus recursos naturales.
Objetivos inmediatos, resultados, indicadores y actividades
OBJETIVO A:
El mejoramiento de las condiciones que influyen en la productividad agrícola y
pecuaria a través del fomento de asociación de árboles y arbustos de especies nativas
con cultivos y pastos.
Resultado AR1:
Se han producido plantas de especies nativas de buena calidad y se han
plantado en asociación con cultivos.
Resultado según indicadores:
AR1.1
AR1.2
AR1.3
AR1.4
AR1.5
AR1.6
AR1.7
3,048,412 plantas nativas producidas en viveros comunales
para asociación con cultivos.
1,979,253 plantas aptas para salir a campo definitivo.
Tamaño: 40 cm. en platabandas.
4,093 hectáreas de cultivos en asociación con árboles
plantados.
1.301,906 plantas vivas en plantaciones asociadas con
cultivos.
972,191 plantas protegidas contra daños.
1.190,126 plantas con aplicación de técnicas de manejo.
Resultado AR2:
Se han producido plantas de especies nativas de buena calidad y se han
plantado en asociación con pastos.
Resultado según indicadores:
AR2.1
AR2.2
AR2.3
651,718 plantas nativas producidas en viveros comunales
para asociación con pastos.
434,744 plantas aptas para salir a campo definitivo.
Tamaño: 40 cm en platabandas.
AR2.4
AR2.5
AR2.6
AR2.7
793 hectáreas de pastos en asociación con árboles plantados.
292,454 plantas vivas en plantaciones asociadas con pastos.
232,489 plantas protegidas contra daños.
280,034 plantas con aplicación de técnicas de manejo
Resultado AR3:
La comunidad cuenta con promotores y promotoras capacitados asesorando a
la comunidad y se eligió un Comité Forestal (válido para A, B y C).
Resultado según indicadores:
AR3.1
AR3.2
AR3-3
2,002 promotores capacitados asesorando.
436 promotoras capacitadas asesorando.
655 comités forestales.
Resultado AR4:
La comunidad cuenta con un PFC anual aprobado y elaborado en base a un
diagnóstico (válido para A, B y C).
Resultado según indicadores:
AR4.1
AR4.2
2,863 planes forestales comunales.
638 diagnósticos comunales culminados.
Resultado AR5:
Se ha reforzado la infraestructura de los viveros comunales (Válido para A, B y
C).
Resultado según indicadores:
AR5.1
311 viveros forestales comunales con infraestructura mejorada.
OBJETIVO B
La protección, conservación y recuperación de tierras en grave peligro de
erosión.
Resultado BR1:
Se han producido y plantado plantas de buena calidad para la protección de
suelos.
Resultado según indicadores:
BR1.1
BR1.2
BR1.3
BR1.4
BR1.5
BR1.6
BR1.7
2.287,350 plantas nativas producidas en viveros comunales
para protección de suelos.
1.422,135 plantas aptas para salir a campo definitivo.
Tamaño: 25 cm en bolsa
1.179 hectáreas con plantaciones para protección de suelos.
809.976 plantas vivas en plantaciones para protección
de suelos.
546.900 plantas protegidas contra daños.
68.910 plantas con aplicación de técnicas de manejo
Resultado BR2:
Se han producido y plantado especies nativas de buena calidad para recuperar
y conservar suelos.
Resultado según indicadores:
BR2.1
BR2.2
BR2.3
BR2.4
BR2.5
BR2.6
BR2.7
882.345 plantas nativas producidas en viveros comunales
para asociación con pastos.
576.400 plantas aptas para salir a campo definitivo.
Tamaño: 40 cm en platabandas.
576 hectáreas con plantaciones para recuperación y
conservación de suelos.
365.095 plantas vivas en plantaciones para recuperación y
conservación de suelos.
287.700 plantas protegidas contra daños.
311.986 plantas con aplicación de técnicas de manejo
Resultado BR3:
Se han construido obras de conservación de suelos en asociación con
especies nativas.
Resultado según indicadores:
BR3
862.700 m de obras de conservación de suelos (pircas, zanjas
de infiltración y barreras vivas).
OJBETIVO C:
El abastecimiento en productos y subproductos de los árboles en base a las
necesidades de las comunidades campesinas y los recursos naturales disponibles
identificados a través de una planificación de base que refleje la realidad campesina.
Resultado CR1:
Resultado según indicadores:
CR1.1
CR1.2
CR1.3
CR1.4
CR1.5
CR1.6
CR1.7
6.862,050 plantas producidas en viveros comunales
que serán plantadas para autoconsumo.
4.430.835 plantas aptas para salir a campo definitivo.
Tamaño: 25 cm en bolsa
3.887 hectáreas con plantaciones para autoconsumo.
2.702.058 plantas vivas en plantaciones para autoconsumo.
1.645.983 plantas protegidas contra daños.
996.750 plantas con aplicación de técnicas de manejo
Resultado CR2:
Familias aprovechando sus árboles para autoconsumo como leña, Madera y
frutos.
Resultado según indicadores:
CR2.1
8.852 familias aprovechando
Resultado BR3:
Se han construido obras de conservación de suelos en asociación con
especies nativas.
Resultado según indicadores:
BR3
862.700 m de obras de conservación de suelos (pircas, zanjas
de infiltración y barreras vivas).
OBJETIVO D
Institucionalización de los alcances del Proyecto en las instituciones nacionales
y regionales vinculadas al tema de recursos naturales dentro del ámbito del Proyecto.
Resultado DR1:
Las instituciones de desarrollo gubernamentales y no gubernamentales han
asimilado, asumido y puesto en práctica la metodología forestal campesina.
Resultado según indicadores:
DR1.1
DR1.2
DR1.3
Cumplimiento del crecimiento anual del aporte nacional hasta
alcanzar el 63% del presupuesto anual en 1997.
Metodología de extensión forestal participativa validada,
incluyendo sus propuestas técnicas agroforestales.
Acuerdos y planes anuales de extensión forestal ejecutados
por nueve sedes regionales y por 18 organizaciones
no-gubernamentales.