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Índice
02
El Jardín Botánico del Parque
de Alceda
El Paseo de los Tilos
El Jardín de las Coníferas
La Pradera del Estanque
El Paseo de los Robles
La Plaza de las Magnolias
El Paseo de los Castaños
LIC del río Pas
Senda del Churrón de Borleña
El Cajigal de Salcedillo
La Ermita de Castillo Pedroso
Autores del Proyecto:
Pedro González Gutiérrez
Diego Grande Arnesto
Elena Llana Polanco
Diseño y maquetación:
Los autores
Fotografía
Los autores
José Manuel Carral
María Jesús López González
Dibujos:
Isidoro Fombellida
03
05
13
16
23
30
33
37
41
45
47
Historia del Parque
03
JARDÍN BOTÁNICO DEL
PARQUE DE ALCEDA
En primer lugar nos vamos a hacer una pregunta: ¿Qué es un Jardín
Botánico? Algo tan sencillo como un museo dedicado a árboles y a otras
plantas leñosas. O por decirlo de otra manera, es una colección de árboles
vivos.
Si nos movemos por la historia, el primer jardín botánico que se conoce se
sitúa en Dubrovnik, en Croacia, y se sabe que en 1492 se construyó un
acueducto para su riego. Aunque en realidad la mayor parte de los arboretos
conocidos hoy en día son plantados a finales del siglo XIX y principios del XX.
¿Porque hablamos de estos jardines de árboles? Porque Corvera de
Toranzo posee un espectacular jardín botánico en la localidad de Alceda.
Vamos a relatar la historia de este jardín botánico para conocer mejor este
fabuloso parque y disfrutarlo plenamente en nuestras visitas.
En los primeros años del siglo XX, en 1902, la familia Cortines y el floricultor
Escalante diseñaron un Parque de Recreo en el terreno que ocupaban 98
prados particulares. Escalante, como paisajista de renombre, recopiló las
especies exóticas más en boga de la época y desarrolló un diseño en el parque
en el que primaban los espacios abiertos entre sendas para disfrutar de la
tranquilidad de la vega del río Pas y fue dotado de la mayor parte de los
árboles que existen actualmente.
El esfuerzo que supuso la adquisición y diseño de este espacio no debió dejar
indiferente a nadie, ya que de esta manera Alceda poseía en su territorio
uno de los mejores jardines botánicos de todo el Cantábrico, lo que sumado
a las instalaciones del Balneario y la relevancia del agua como recurso
terapéutico de primer orden le convirtieron en lugar de "peregrinación"
como lugar salutífero, de descanso, paseo y ocio a todos los niveles.
Historia del Parque
04
El Balneario de Alceda es conocido desde antaño, tanto
que los antiguos pueblos Cántabros y los romanos ya
aprovechaban sus aguas por las propiedades medicinales que
se le atribuían. A día de hoy podemos observar una placa en la
entrada que nos indica que:
"Este manantial de Alceda de agua sulfurosa termal sulfhídrica azoada es el más
caudaloso y rico en termalidad y mineralización de cuantos de su clase existen en
Europa: arroja cada 24 horas, más de 3.640.240 litros y es su temperatura constante
y comprobada de 26º 87' centígrados. Dr. Salvador Ruiz. Valladolid."
En diversas publicaciones y obras médicas escritas a lo largo del siglo pasado
podemos encontrar que entre las virtudes de las aguas de este manantial
están el mitigar la ictericia, las afecciones dérmicas y los males del riñón.
El Parque pertenece a la Junta Vecinal de Alceda, que en la década de los
años 50 del siglo pasado fue adquirido para evitar su inminente tala y
convertirse después en uno de los espacios verdes más utilizado de Cantabria.
Ocupa 7 hectáreas, hay cerca de 1000 árboles en todo el jardín botánico,
encontramos especies representativas de los 5 continentes, la flora del
Cantábrico esta representada por sus especies más significativas, hay unos
2 kilómetros de senderos para pasear a la sombra y bajo el cobijo de estos
gigantes vegetales, y en todas las estaciones nos invita a pasar un rato
agradable mientras disfrutamos de un espacio humano
que permite una explosión de
naturaleza junto al río Pas.
Pradera del
Estanque
Paseo
s
s Tilo
Jardín de las
Coníferas
de Lo
o de
Pase
Los
o
Pase
s
año
Cast
Durante la década
de los 70 y 80 del
pasado siglo XX, el
Plaza de
Parque de Alceda sufrió
las
Magnolias
la pérdida de numerosos
ejemplares debido a los
temporales de viento que se producen de
manera habitual en esta zona de Cantabria. Por ello
se realizó una nueva plantación de más de 100 ejemplares,
para remplazar aquellos que sufrieron graves daños o fueron
derribados. Más recientemente, en el año 2010, los temporales cobraron su
tributo en el Parque, derribando varios ejemplares de gran porte y elegancia,
a la vez que algún que otro ejemplar, sobre todo tilos, sufrieron rotura de
grandes ramas y perdida de copas.
s
oble
os R
de L
Ahora, que ya sabemos su historia podremos disfrutar de la variedad de las
especies que nos ofrece este Parque de Alceda.
Parque de Alceda
05
EL PASEO DE LOS TILOS
Comenzamos por la entrada principal
del parque, franqueando las puertas de
hierro y forja que guardan las maravillas
de este espacio.
Nada más entrar nos damos cuenta de
un primer detalle: Un paseo de árboles
nos cobija con sus ramas, formando una
bóveda vegetal que en verano nos ofrece
cobijo del sol y un ambiente fresco y en
inviernos rompe las corrientes de aire,
permitiendo disfrutar de paseos tran­
quilos y agradables.
Pero antes incluso ya nos hemos dado
cuenta de que tendremos que estar atentos a izquierda y derecha porque
la diversidad y cantidad de árboles es asombrosa.
Inicialmente y a nuestra derecha vemos una
conífera con una copa cónica y de hoja
perenne, solitaria y con un color verde vivo,
es la primera de las sorpresas. Se trata de
un Abeto de Douglas (Pseudotsuga
canadiensis), una conífera, familia de los
pinos, que tiene un origen americano, más
concretamente en la costa norteamericana
del Pacífico, y que fue introducida en Europa
hacia 1873 y en Alceda apenas unos años
después. Esta especie se diferencia del resto
de coníferas por sus características piñas, en
las que sobresalen unas escamas, las que
pertenecen al piñón, terminadas en tres
picos y con una textura parecida al papel.
Abeto de Douglas
(Pseudotsuga canadiensis)
Las acículas, hojas en forma
de aguja típicas de las
coníferas, son blandas y
delgadas, y para verlo en flor
tendremos que aprovechar
el mes de Mayo.
Parque de Alceda
06
Como curiosidad de este árbol podremos decir
que en su hábitat natural se conocen ejemplares de
más de 120 metros de altura y más de 4 metros de diámetro,
lo que le hace ser unos de
los mayores árboles, por altura,
conocidos.
A la misma altura que este Abeto de
Douglas y franqueando lo que va a ser
el camino principal nos encontramos los
2 primeros ejemplares del árbol que va
a ser protagonista de gran parte del
parque. Si bien estos árboles muestran
de una manera muy clara los efectos de
las tormentas eléctricas, ambos se en­
cuentran muy dañados por efecto de
rayos, también nos muestran la resis­
tencia y tenacidad de la naturaleza en seguir adelante aunque las condiciones
sean duras ya que estos ejemplares rebrotan año tras año con vigor y ahínco.
Son 2 ejemplares de Tilo (Tilia platyphyllos) e inician, como ya hemos
dicho, un paseo conocido como Paseo de los Tilos que nos adentra en el
parque formando una autentica galería de vegetación con ejemplares notables
que marcan toda esta parte del arboreto.
El significado popular de este árbol se considera una señal de bienvenida,
un árbol que nos acoge y nos invita a disfrutar y que habitualmente era
plantado en parques públicos y cerca de sus entradas.
Además siempre podremos aprovechar sus características inflorescencias para
realizar las infusiones relajantes que son de sobra conocidas por todos.
El Paseo de los Tilos
07
Entre los ejemplares de Tilo que vemos en este
paseo podremos observar algunos de dimensiones
portentosas, en especial un ejemplar que tiene reforzada su
estructura con unas enormes abrazaderas que evitan que sus ramas
principales se desgajen, como ya ocurrió años atrás y provocaron
su instalación, y otro ejemplar que durante el invierno de 2010 sufrió
los envites de un fuerte temporal de viento que le provocó severos daños en
sus ramas superiores.
Los bancos y praderías que flanquean este paseo nos invitan a descansar y
relajarnos, muy a propósito con la finalidad original de este arboreto, a la
vez que nos ayudan a ver y diferenciar otros árboles que quedan en un
segundo plano y merece la pena que sean visitados.
Tilo
(Tilia platyphyllos)
Si lo encontramos en invierno:
Las ramas tienen un color marrón
rojizo y suelen tener forma de
zig-zag. Las yemas son del mismo
color y miden más o menos
medio centímetro, además tiene
un par de escamas muy visibles
que las protegen
Poco después de flanquear la entrada y empezar el sendero nos encontramos
con el primer ejemplar de Pino marítimo (Pinus pinaster) del parque junto
a 2 ejemplares de Palmera Canaria (Phoenix canariensis) especies de las
que hablaremos más adelante.
Si nos vamos adentrando y dejamos a nuestra espalda la puerta veremos muy
pronto un ejemplar solitario de otra especie nueva en nuestro paseo. Otra
conífera, pero significativamente diferente. Se encuentra a nuestra derecha
y se diferencia bastante de otros ejemplares cercanos de los que hablaremos
un poco más adelante.
Parque de Alceda
08
Se trata esta vez de un Ciprés de Law­
son (Chamaecyparis lawsoniana),
especie norteamericana de la zona de
California y Oregón, y que es fácilmente
diferenciable por sus hojas con forma de
escama más claras por el envés que por
el haz. Además, podremos ver que sus
estróbilos, "flores", masculinos son de
un color rojo carmín y aparecen en el
extremo de las ramas, diferenciándolo
de otros tipos de ciprés que encontra­
remos en el parque y que tendrán estas
"flores" de color amarillo o verde, y las
femeninas, las piñas típicas de los cipreses,
de un color marrón y apenas un centí­
metro de diámetro.
Ciprés de Lawson
(Chamaecyparis lawsoniana)
Este árbol en su habitat natural
llega a medir más de 50 metros
de altura, aunque en Europa
no sobrepase normalmente los
20 metros.
Seguimos andando y vemos que hemos dejado al lado 2 ejemplares de un
árbol con una curiosa corteza, al que hay que aproximarse para diferenciarlo
por la cantidad de "chupones" o pequeños retoños que crecen en su base.
Su corteza tiene un color rojizo, con un tacto esponjoso y fibroso, que se
desprende en tiras largas y que es gruesa. Si nos fijamos además vemos que
sus hojas también tienen forma muy apuntada, que son acículas, lo que nos
indica que también es una conífera, pero estas son planas y en la cara inferior
tienen una coloración grisácea. Además, en alguna rama podremos ver unas
pequeñas piñas creciendo en
su extremo. Se trata de uno de
los árboles más conocidos del
mundo, la Sequoia (Sequoia
sempervirens), nativa de las
costas del pacífico americano,
donde habita desde hace mi­
llones de años y se encuentra
protegida por el abuso made­
rero que ha sufrido.
El Paseo de los Tilos
09
Sequoia
(Sequoia sempervirens)
No será la única que nos
encontremos en el Parque. Es
más, hay varios ejemplares notables
y muy significativos y podremos dis­
frutar de este árbol en todo su esplen­
dor.
Este árbol además tiene unas características
que le hacen especialmente resistente al viento
y a las nevadas, ya que sus ramas no son muy
abundantes ni sobresalen en exceso. Además
posee una base muy firme que le afianza muy
fuertemente al suelo. Su corteza es extre­
madamente resistente al fuego, soportando
de esta manera los impactos de rayos e in­
cendios. Hay que tener en cuenta que las
coníferas necesitan del fuego para propagar
correctamente sus semillas y que éstas afiancen
bien en el terreno.
Además, en el caso de ser derribado, los
chupones rebrotan muy rápido, lo que asegura
la supervivencia del individuo, aunque el
tronco principal haya desaparecido, con lo
que su vida se puede alargar enormemente,
y ésta es ya de por si elevada, ya que se co­
nocen ejemplares varias veces milenarios.
Cerca de estas dos Sequoias y del ejemplar de Ciprés de Lawson, junto al que
hay otros de Ciprés común (Cupressus sempervirens) diferenciable por
tener las hojas escamosas que recuerdan a las tejas de un tejado y formando
pequeñas ramillas cilíndricas, nos encontramos el primer ejemplar de un árbol
muy fácilmente reconocible que nos muestra toda su grandeza. Su tronco
tiene más de 2 metros de diámetro y unos 25 metros de altura, tiene una
copa característica con sus
ramas dispuestas en capas
muy bien definidas. Tiene las
acículas, puesto que es una
conífera, agrupadas en
racimos de 20 o 30 unidades
sobre un pequeño pie que
sobresale de las ramitas y con
una corteza muy agrietada de
color oscuro.
Ciprés común
(Cupressus sempervirens)
Parque de Alceda
10
Es un árbol
de bandera, por su
porte y majestuosidad
sobre esta zona del par­
que, y porque este árbol
aparece en la bandera del Lí­
bano, donde se le considera símbolo
nacional. Se trata de un precioso
ejemplar de Cedro del Líbano
(Cedrus atlántica).
Si nos fijamos con detenimiento y
buscamos sus piñas, veremos que estas
crecen sobre las ramas, que tienen
forma cilíndrica, que apuntan hacia
el cielo, no hacia el suelo como suele
ser habitual. Son tan características
que son distintivas de este género de
árboles.
Cedro del Líbano
(Cedrus atlántica)
Ya hemos visitado 3 continentes:
Europa con los tilos, los cipreses
y los pinos, Asia con el cedro y
America con el Abeto de Douglas y el Ciprés de Lawson. Seguimos el paseo
por el parque y no tardaremos en visitar el resto.
Pegado al camino que nos introduce en el parque y muy cerca de este Cedro
del Líbano nos encontramos con un de los árboles que más fácilmente
reconocemos y del que ya hemos visto un ejemplar anteriormente: Un Pino
marítimo (Pinus pinaster), con
un largo tronco y una copa en el
extremo del mismo redondeada
e irregular.
Este árbol es típico de las zonas
costeras del Mediterráneo y su
aprovechamiento, bien para
obtener madera, bien para extraer
resina se viene realizando desde
hace mucho tiempo.
El Paseo de los Tilos
11
Sus acículas, agrupadas de 2 en 2 son de unos 15
centímetros de longitud, su corteza presenta grandes
grietas y se desprende en grandes trozos, denominados "roña"
en muchas partes de España, que se usan para proteger suelos
de cultivo de la pérdida de agua y heladas, pero que a este árbol
le sirve para protegerse del fuego, tan
Pino marítimo (Pinus pinaster)
común en los parajes donde se desa­
rrolla normalmente, y para canalizar
el agua de manera efectiva en las zonas
secas donde normalmente vive. Tiene
además una piña enorme, usada desde
antaño para iniciar lumbres en los
hogares de las casas, de un color do­
rado-rojizo oscuro que contiene las
semillas o piñones, que en esta especie
presentan una "vela" o ala para facilitar
su difusión con el aire.
Si seguimos en este paseo y tenemos en cuenta que habíamos recorrido 3
continentes, pronto llegaremos al cuarto: África. Veremos que un árbol llama
la atención por su singularidad, y del que ya habíamos observado 2 ejemplares
un poco más atrás: Una Palmera Canaria (Phoenix canariensis), El cuarto
continente lo tenemos ante nuestros ojos. Como su nombre indica es una
especie representativa de la flora de las Islas Canarias. Estas islas tienen en
su territorio multitud de especies vegetales exclusivas, que no se dan en
ningún otro lugar de forma natural, pero cuyos parientes más cercanos
pertenecen al continente africano, como es el caso de esta palmera.
Es característico de las
palmeras su tronco, que
a diferencia del resto de
árboles crece siempre con
un grosor constante,
desde que son jóvenes o
meros retoños hasta la
madurez, por lo que su
edad no puede ser calcu­
lada por medio de las lí­
neas de crecimiento tan
típicas del resto de árbo­
les. Esta palmera tiene
unas hojas de hasta 5
metros de longitud, y
puede tener hasta 200 por
tronco, lo que le da una
apariencia espectacular y
característica.
Palmera Canaria (Phoenix canariensis)
El Paseo de los Tilos
12
Para diferenciarla de otro tipo de palmeras bastará
con observar su fruto, del tamaño de aceituna, muy duro,
con un color amarillo-dorado y que cuelga en grandes y
espectaculares racimos en la base de las hojas.
En total encontraremos 9 ejemplares dispersos
por el parque.
Hemos dejado atrás tilos, abetos de Douglas,
cedros, cipreses de Lawson, sequoias, pinos,
palmeras y otro árbol del que no hemos hablado
hasta ahora. Delimitando el parque y haciendo
de barrera con una pista cercana que lleva al
parking se encuentra una hilera de árboles que
presentan unas hojas características de casi medio
metro de largo y que presentan de 7 a 11 foliolos,
y con una corteza oscura con líneas estrechas.
Se trata del pariente americano del nogal que
tan bien conocemos en el Valle de Toranzo. Son
Nogales Negros (Junglans nigra) muy simi­
lares a los nogales europeos (J. regia) pero di­
ferentes en cuanto a la forma y tamaño de los
foliolos de las hojas (más pequeños los de la
base que los del ápice y más pequeña la hoja
en el europeo) y por el fruto, la nuez, que en
el caso del Nogal negro, es de menor tamaño
y mucho más resistentes a ser abiertas que las del nogal europeo, aunque
abrirlas merece la pena, ya que sus nueces son exactamente igual de deliciosas.
Estos árboles proceden de norteamérica,
Nogal Negro
donde han sido ampliamente aprovechados
(Junglans
nigra)
desde antaño por la calidad de su madera,
además de usar sus frutos para la obtención
de tintes y productos destinados a curtir pieles.
En Europa se introdujo principalmente como
ornamental, aunque también se le está usando
como fuente de madera noble para la fabri­
cación de muebles.
Si ahora nos fijamos en el camino que el
sendero nos marca, empezamos a ver un
cambio en el paisaje. Hemos pasado la zona
de bienvenida dominada por los tilos, que nos
ofrecía pequeños rincones anticipando lo que
el conjunto de las praderías del Parque
esconde, y ahora nos ofrece 2 opciones: el
jardín de las coníferas o la pradera del
estanque. Nos decidiremos por la primera de
ellas, en la entrada a las instalaciones del
balneario.
Parque de Alceda
13
El Jardín de las Coníferas
Estamos en la entrada de las instalaciones del Balneario de Alceda, del
que ya hemos hablado anteriormente, en un pequeño aparcamiento.
Justo enfrente de la entrada nos encontramos con una pequeña pradera
en la que árboles de gran porte dominan el paisaje y nos obligan a
levantar la vista para ver su impresionante altura.
Si nos fijamos un poco veremos que en su mayor parte se trata de
coníferas, aunque el límite con la carretera que comunica Alceda con
Bárcena está dominado por un grupo de árboles muy diferenciados
del resto, se trata de Plátanos (Platanus x hispanica) de los que
más adelante hablaremos con mayor detenimiento.
Si nos fijamos en ellas, las que dominan
Árbol Mamut
la pradera generando un espacio de (Sequoiadendron giganteum)
paisaje cubierto para el paseo, veremos
significativas diferencias entre unas y
otras, lo que nos indica la variedad de
especies que encontraremos en este
Jardín de Coníferas: Píceas, cipreses,
cedros y alguna sorpresa como la que
se describe a continuación.
La primera en la que centraremos
nuestra atención se encuentra
justamente frente a la entrada del
Hotel. Es un ejemplar que presenta
sus primeras ramas a una altura
considerable, con un tronco recto, con
una corteza grisácea y esponjosa, y
un diámetro considerable. Si nos
fijamos en los extremos de las ramas
que se acercan al suelo vemos que sus
hojas son completamente diferentes
al resto de los ejemplares que hemos
visto anteriormente, ya que son
pequeñas acículas muy pegadas a la
rama y que la cubren por completo,
además presentan un aspecto
parecido a escamas y con un color
verde oscuro y que si son frotadas
tienen un olor que recuerda al anís.
Parque de Alceda
14
Si se encontrara en su habitat natural, en California
a más de 2000 metros de altura, podría llegar a medir
cerca de los 100 metros de altura y vivir más de 3000 años,
con troncos de hasta 8 metros de diámetro. Pero este ejemplar
de Sequoia gigante o Árbol Mamut (Sequoiadendron giganteum)
es todavía joven con sus más de 100 años.
Se trata de un ejemplar representante
de los mayores árboles conocidos y
famosos por su espectacularidad y
tamaño. Parientes de los grandes árboles
que poblaban el planeta hace millones
de años y que en Estados Unidos se
encuentran protegidos por su relevancia,
siendo bautizados los ejemplares de
mayor tamaño con lo nombres de los
presidentes americanos más importantes.
Este árbol tiene varios record en su haber,
siendo el más espectacular de todos el de ser el ser vivo de mayor tamaño
por volumen, uno de ellos llamado General Sherman contiene tanta madera
como una hectárea de bosque de pinos, y es unos de los más longevos,
conociéndose ejemplares de 3500 años.
Además de este ejemplar de Sequoia gigante, único en el parque, vemos
cerca del mismo otra conífera que presenta una estampa muy característica,
con las ramas cayendo contra el suelo. Si nos fijamos en sus hojas vemos que
las acículas tienen sección cuadrada, pero lo que nos va a ayudar a
diferenciarlas del resto de coníferas es que crecen por toda la ramilla y son
individuales (las del pino están unidas por la base en grupos de 2 o 3, el
cedro de 20 en 20 y el abeto las tiene planas) alargadas y suaves. Se trata
de un ejemplar de Pícea noruega o Abeto rojo (Picea abies) de los que
encontraremos alguno más en el parque.
El Jardín de las Coníferas
15
Esta especie proviene del norte de Europa
donde forma, junto con otras especies, uno de los sistemas
de bosques primarios, selvas vírgenes, más importantes del
planeta que se extiende por todo el círculo polar ártico en las
zonas de tundra.
Las Píceas noruegas son los árboles europeos más altos en estado natural,
llegando a alcanzar los 70 metros de alto, aunque normalmente se encuentran
ejemplares de hasta 40 metros. Se han plantado para aprovechamiento
maderero en toda Europa, ya que su madera ha sido tradicionalmente
utilizada para la fabricación de recubri­
mientos y chapa de madera, aunque
Abeto rojo (Picea abies)
también puede decirse que ha sido y es
una de las maderas más apreciadas para
la fabricación de instrumentos musicales,
por ejemplo los violines de Stradivarius
fueron realizados con madera de pícea.
Por último y a modo de curiosidad se
puede decir que son píceas de noruega
los seres vivos más ancianos que se
conocen, ya que una pícea en Umea
(Suecia) tiene una edad estimada de…
¡¡9500 años!! Y por lo tanto conoció el
final de la última glaciación y toda nuestra
historia. Pueden vivir tanto tiempo porque
sus raíces tienen una gran capacidad de
rebrotar, por lo que aunque su tronco
principal sea talado o dañado por el fuego
o la nieve, su tocón se mantiene en
condiciones de seguir creciendo y resistir
estos problemas.
En este mismo jardín de las coníferas nos
encontramos gran cantidad de Cedros del
Atlas, Cipreses de Lawson, Cipreses
comunes, tilos…
pero de ellos ya
hemos hablado y
el parque nos
sigue esperando.
Parque de Alceda
16
La Pradera del Estanque
Dejamos las instalaciones del hotel del balneario a nuestra derecha,
lo mismo que el jardín de coníferas, y siguiendo por la senda que se
nos ofrece dejamos un ejemplar aislado de Sequoia también a nuestra
derecha.
Vemos un cambio tanto en el aspecto del parque como en los árboles
presentes en esta zona. Los tilos ya no son los protagonistas y se
observa que los árboles de hoja caduca vuelven a dejar amplios claros
y espacios. Vemos que son por lo general árboles jóvenes y distintos
a los que encontrábamos en el paseo de los tilos.
Las especies plantadas en esta pradera son representativas de los
ecosistemas naturales de la Cordillera Cantábrica y de los Valles
Pasiegos, pudiendo encontrarnos muchas de ellas en los montes y
prados del municipio de Corvera de Toranzo.
Los primeros que nos llaman la atención, sobre todo por sus hojas
compuestas (no son hojas pequeñas, sino una hoja compuesta por
entre 7 y 13 foliolos u hojas secundarias) son los Fresnos de hoja
estrecha (Fraxinus angustifolia) y de hoja ancha (F. excelsior),
uno de los árboles más característicos del Valle de Toranzo. Se trata
de un árbol de ribera que crece hasta los 20 metros de altura, asociado
a cauces de agua y terrenos inundables.
Fresno de hoja
estrecha
(Fraxinus angustifolia)
Fresno de hoja
ancha
(Fraxinus excelsior)
La Pradera del Estanque
17
Tradicionalmente fue usado para alimentar
el ganado, ya que sus hojas se mantienen verdes hasta
bien entrado el otoño y rebrotan rápidamente en primavera,
lo que le convertía en un excelente complemento para alimentar
a las bestias cuando los pastos empezaban a escasear. Las diferencias
entre las 2 especies son el tamaño de los foliolos (de 5 a 13 con forma
lanceolada, de punta de lanza en F. angustifolia, y de 5 a 13 de mayor
tamaño y con los foliolos
Fresnos
ovalados, más anchos en la
zona media en F. excelsior)
Si los encontramos en invierno:
y la nervadura del tronco,
F. angustifolia: Yemas terminales de color marrón que en el fresno de hoja
F. excelsior: Yemas terminales negras
estrecha es marrón y en el
de hoja ancha es negra.
En las zonas de la meseta donde todavía se encuentra formando bosques
enteros, llamadas fresnedas, se solía
podar la copa en forma de "oreja de
gato", con lo que los árboles
adquirían un tronco ancho y bajo y
una copa baja muy redondeada para
facilitar su aprovechamiento.
En la actualidad este árbol se utiliza
enormemente en campañas de
recuperación de bosques de ribera,
ya que crece fácilmente y permite
que se asienten otras especies, tanto
vegetales, como animales, donde
aparece.
Otra de las especies que ha sido
plantadas en esta zona del Arboreto
de Alceda es el Haya (Fagus
sylvatica) árbol sobradamente
conocido en el Valle de Toranzo y
en la montaña Pasiega.
Lo diferenciamos bien por su
corteza lisa de color gris y por sus
hojas peludas y de margen
ondulado, de un color verde
brillante, que en otoño tapizan el
suelo de parques y montes con
colores rojos y dorados muy
intensos.
Parque de Alceda
18
Su fruto,
el hayuco, es una
de las principales
fuentes de alimento para
los animales del bosque, in­
cluidos los osos, durante la
primavera y esto facilita que sea
transportado por ellos largas distan­
cias y a lugares remotos. Esto también
provoca que el hayedo, el bosque de
hayas, sea el bosque más abundante
y dominante en las zonas que tienen
veranos frescos y húmedos como es
el caso de los Valles Pasiegos, des­
plazando al Roble y otras especies.
Es un árbol que creciendo libre alcanza
tamaños imponentes tanto de talla
como de copa, pudiendo llegar a los 30 metros de altura.
Hoy en día es el árbol más común en
Europa y uno de los más aprovechados
por la industria maderera.
Haya
(Fagus sylvatica)
Si lo encontramos en invierno:
Las yemas del Haya son puntiagudas,
cubiertas de escamas y siempre
apuntan hacia arriba
También nos vamos a encontrar en esta pradera una de las especies más
representativas de la vegetación del cantábrico, la Encina (Quercus ilex)
de la que encontramos un ejemplar un poco apartado del camino, aunque
es fácilmente reconocible por su color verde oscuro intenso.
Si nos acercamos a este árbol veremos que su corteza oscura recuerda a un
mosaico por las pequeñas cuadrículas que forma. Si nos fijamos en sus hojas
veremos que son duras y resistentes y permanecen todo el año en el árbol,
en realidad las cambia más o menos cada 5 años, y podremos observar que
las que ocupan la parte inferior son muy diferentes a las de la parte superior,
más claras y blandas, esto es debido a que esta especie se protege de los
predadores desarrollando hojas menos apetecibles, más duras e incluso
punzantes en la parte baja de la copa, donde podrían ser ramoneadas por
el ganado.
La Pradera del Estanque
19
Su fruto, la bellota, es muy característico y
diferente a los de sus parientes los robles, ya que es más
largado y terminado en punta, y ha sido utilizado como
alimento tanto por humanos como para alimentar el ganado
desde hace siglos.
Encina (Quercus ilex)
La encina es uno de los árboles más característicos de la Península Ibérica,
ocupando grandes extensiones y formando paisajes enteros en ambas Castillas
y Extremadura: las dehesas, donde el clima seco favorece su crecimiento y
desarrollo. Entonces, ¿Por qué la encontramos formando bosques cerrados,
carrasqueras, en grandes zonas de la Cordillera Cantábrica y cerca del mar
donde siempre hay humedad? Porque el terreno tiene una naturaleza muy
distinta: el Karst. Los paisajes de roca caliza que actúan como una esponja,
que filtra rápidamente el agua hacia capas más profundas con lo que la
cantidad de agua disponible es muy escasa y se dan las condiciones perfectas
para que estos árboles se desarrollen.
Antiguamente los bosques de encina eran muy abundantes, pero la presión
humana sobre el medio y la calidad de su madera para fabricar carbón y
alimentar los hornos y ferrerías estuvieron a punto de hacerla desaparecer,
aunque todavía quedan bosques y zonas en los que encontramos este árbol
en su estado natural.
Junto a esta encina y cerca del aparcamiento nos encontramos un pequeño
grupo de árboles que por su forma cónica y por la morfología de sus hojas,
en forma de aguja o acícula, identificamos como coníferas.
Parque de Alceda
20
Vemos un Pino marítimo, similar a los que
anteriormente habíamos visto, y otra especie con las hojas
duras, de un color verde oscuro pero con tonos azulados. Si
las tocamos vemos que son duras y compactas. Si las observamos
con detenimiento vemos que son planas, de unos 2 centímetros de
largo, y que en el envés tienen 2 bandas plateadas, las que le dan el
color azulado, y que crecen muy apretadas unas contra otras y verticiladas
(formando círculos alrededor de las ramillas). No son de pino, ni de pícea, ni
de cedro… son las características de otro de los grandes grupos de coníferas:
los abetos.
Se trata de un Pinsapo (Abies pinsapo) del que podremos observar varios
ejemplares en el parque, alguno de ellos de gran tamaño, cerca de la zona
de juegos infantiles, y del que
encontraremos un ejemplar
DIMENSIONES
magnífico en el patio del Colegio
Altura (m)
Público Pintor Agustín Riancho
28
Perímetro en la base (m)
5,5
que tiene más de 20 metros de
Perímetro normal (a 1,3 m) 3,6
altura.
Este árbol que actualmente es habitual encontrarlo en parques y jardines
por todo el mundo es una joya viviente del la flora de la Península Ibérica
y ha estado muy cercano a la desaparición ya que la calidad de su madera
hizo que fuera muy explotado antiguamente.
La Pradera del Estanque
21
Se trata de una autentica joya porque los únicos
bosques naturales de esta especie en toda Europa
se encuentran en la provincia de Cádiz y Málaga, en las
Sierras de Grazalema, las Nieves y Ronda, en los valles cerrados
de estas provincias que presentan inviernos suaves y gran cantidad
de precipitaciones (de hecho son los puntos con mayor pluviosidad
de España) parecidos a los de los Valles Pasiegos, y donde aguantaron desde
la última glaciación mientras desaparecían en el resto del continente.
Pinsapo (Abies pinsapo)
Encontramos ejemplares de espe­
cies muy similares en zonas del
Atlas de Marruecos y lugares tan
alejados como el Himalaya, en el
norte de la India, donde se en­
cuentran bosques naturales de la
misma época que los presentes en
la Península y que son relictos del
último periodo glaciar.
Si los observamos en primavera
veremos las flores masculinas, de
un fuerte color rojo y formando
racimos, cerca de las terminaciones
de las ramas, lo que nos ayudará
a identificarlos sin ningún tipo de
duda.
Si continuamos nuestro paseo por
esta pradera vemos que hay un
estanque donde podremos ob­
servar distintas especies de aves
acuáticas como Mandarines, Ánade
real, Surirí de cara blanca y gansos.
La Pradera del Estanque
22
Rodeando este estanque nos
volvemos a encontrar con
ejemplares de Pinsapo y Tilo,
además de encontrarnos con
un arbusto que presenta una
poda ornamental muy ca­
racterística en forma de pa­
raguas.
gusanos de seda, motivo por el cual
fue introducido en amplias zonas
de Europa, sobre todo en la parte
central de Francia y norte de Italia,
desde mediados del siglo XVII para
permitir el crecimiento del negocio
de los tejidos de seda. Podremos
observar alguna morera más cerca
de este estanque y que no presenta
esta poda en forma de parasol.
Se trata de una Morera
(Morus alba) un árbol asiá­
tico muy conocido por noso­
tros ya que es la principal
fuente de alimento de los
En su estado natural este árbol llega
a alcanzar los 20 metros de altura,
pero en las variedades ornamentales
su forma y tamaño se ha modificado
enormemente.
Morera (Morus alba)
Presenta unas grandes hojas
de margen aserrado y un
fruto muy característico, la
mora, que tiene un sabor
muy agradable y dulce. El
color de este fruto es el que
diferencia las distintas
especies de este género de árboles, pudiendo ser: Blanco (M. alba), rojo (M.
rubra) o negro (M. nigra).
Parque de Alceda
23
EL PASEO DE LOS
ROBLES
Entramos ahora en una parte del parque que se diferencia del
resto porque aumentan los espacios, se ven caminos extensos en todas
direcciones, y las opciones de paseo se multiplican. Podemos ver que
los árboles nos rodean y que la sensación de entrar en un bosque se
acentúa.
También podremos entrar en esta parte del parque desde la carretera
que lleva dirección a Bárcena, por una pequeña entrada cercana a la
antigua entrada del balneario. Pero mantenemos la ruta que seguíamos
para ver donde encontramos en nuestro recorrido el quinto continente
botánico que nos falta por visitar.
Si volvemos al camino que pasa junto al estanque y abandonamos la
pradera nos encontramos con el río Pas a nuestra izquierda y un paseo
que nos deja otra pradera en la que encontramos de nuevo ejemplares
de tilo franqueándonos el camino, pinsapo, pino marítimo, haya y
otros ejemplares que muestran una hojas con una coloración granate
oscuro que se corresponden con Ciruelos japoneses (Prunus
cerasifera), que en su época, hacia
finales de verano y principio de
otoño, nos ofrecerá unas pequeñas
ciruelas comestibles, muy apreciadas
en repostería, de sabor dulce. Este
mismo árbol lo encontraremos en el
paseo de la escollera, que cierra el
parque de Alceda en su unión con
el río Pas.
Parque de Alceda
24
Si continuamos por este sendero, encontraremos
en breve con una serie de coníferas entre mezcladas entre
las que encontraremos pinsapos y un pariente cercano a estos.
De hecho tan cercano que es el árbol que da nombre a la familia.
Son Abetos (Abies alba) uno de los árboles más característicos
de Europa que se encuentra de forma natural en la Península Ibérica
en los Pirineos.
Su nombre A. alba proviene de su corteza, de color gris pálido en ejemplares
jóvenes, aunque luego se oscurece, con lo que ya tenemos una primera
diferencia con el pinsapo.Además sus acículas, con las 2 bandas características
en el envés, tienen la base redondeada y parece que forman capas en las
ramillas, aunque es difícil de observar. Lo diferenciaremos sin problema en
cuanto observemos el extremo o ápice de las acículas y veamos que están
escotadas, es decir, que no terminan en punta, sino en forma de corazón o
con una doble punta roma. Además, las flores masculinas se presentan en
el extremo de las ramas de 3 en 3 y muy cerca de su borde.
Encontraremos multitud de estos árboles en todo el parque, y podremos
recordar de ellos que además de ser usados como adorno navideño se han
utilizado enormemente para aprovechar su madera. Que además la infusión
de sus hojas se ha usado como remedio para el catarro, como cicatrizante,
antibiótico, antirreumático y se usa su extracto para dar olor a multitud de
productos que huelen a "pino".
En estado natural vive hasta alturas de 2000 metros, en muchas ocasiones
junto a hayas, necesitando veranos no excesivamente secos para poder
sobrevivir.
El Paseo de los Robles
25
Muy cerca de ellos y siguiendo el sendero vemos
los primeros ejemplares del árbol más reconocible por
todos nosotros, y lo dice un estudio que hizo la ONU, ya que
este árbol y su familia, los Quercus representan la estampa más
familiar y reconocible de los árboles. Y no es de extrañar, desde el
comienzo de la raza humana siempre ha sido un árbol cercano en
los poblamientos prehistóricos de todo el mundo (en México hay más de
125 especies distintas, más de 60 en Norte America, casi 200 en Asia y cerca
de 400 entre Europa y África). La familia de los Quercus incluye a las encinas,
los alcornoques y los robles.
Los ejemplares que vemos en esta parte del parque, y ya hemos hablado de
la encina (Quercus ilex), responden al nombre de Carballo en Galicia, Carbayu
en Asturias y cajiga en Cantabria y su nombre latino es Quercus robur.
Este árbol, que llega a medir 40 metros y vivir cientos de años, es una de las
especies forestales más apreciadas de Europa, tanto por la calidad de su
madera, como por los productos que de él se extraían, lo que ha llevado a
la desaparición de grandes extensiones de robledal en toda Europa. En el
municipio de Corvera de Toranzo, en el pueblo de Salcedillo encontramos
un Cagigal extraordinario del que hablaremos más adelante.
Para diferenciar este roble de otra especie muy parecida, y que normalmente
recibe el mismo nombre por su semejanza, el Roble albar (Quercus petraea)
nos fijaremos en las hojas, que no presentan pelillos cerca de su nervadura,
si además tenemos la oportunidad de ver sus frutos, las bellotas, veremos
que las del Q. robur tienen un pedúnculo largo y sin embargo las de Q.
petraea crecen pegadas a las ramas de donde nacen.
Parque de Alceda
26
A nuestra
izquierda, un poco
elevado se encuentra el
Paseo de la Escollera, y entre
fresnos y arbustos ornamentales
como el Viburnum o algodonero
de espectaculares flores blancas, el
Saúco, del que se utilizan los frutos para
realizar confituras, majuelos y espinos,
vemos una conífera con una forma muy
característica, ya que recuerda la forma
que tiene un huevo de gallina y que
sabremos identificar sin lugar a duda
con un simple experimento: Sus hojas,
en forma de escama, nos recuerdan a
las de los cipreses y si las frotamos
suavemente descubriremos que
despiden un fuerte olor a manzana, por
lo que podremos decir sin equivocarnos
que se trata de una Tuya (Thuja
orientalis o T. plicata) que además es
usada como remedio contra verrugas y
papilomas en humanos como planta
medicinal.
En nuestro paseo por el parque nos vamos acercando a los límites que marca
por nuestra izquierda el río Pas y justo enfrente del sendero, que nos hace
girar a la derecha siguiendo la curva de la carretera que se dirige a Bárcena,
nos encontramos con una
extensión recubierta de árboles,
alguno de los cuales tiene
proporciones majestuosas como
la gran Cajiga que domina el
recodo del camino.
Este árbol tan común ha estado
cercano a la desaparición
porque se han dejado de
utilizar y aprovechar como
tradicionalmente se hacía, es
decir, haciendo de bosque de
galería cerca de los ríos, donde
prevenía la erosión del cauce y
se utilizaban para la fabricación
de vigas y maderos para la
construcción de viviendas, ya que su madera aguanta la humedad sin ningún
problema de resquebrajamiento.
El Paseo de los Robles
27
En el camino que hemos seguido
dejando a los robles y chopos a nuestra
izquierda nos encontramos con unos
pocos ejemplares de uno de los árboles
más importantes en la cultura europea.
Los ejemplares que observamos son
jóvenes, de pequeño tamaño y
dispuestos a seguir desarrollándose
hasta alcanzar tamaños monumentales
con troncos de varios metros de
circunferencia y edades que pueden
llegar hasta los 2000 años o más. Se
trata de Tejos (Taxus baccata) árboles
sagrados para todos los pueblos
europeos prerromanos, como las tribus Cántabras.
Tan grande era la importancia de estos árboles que eran plantados cerca de
ermitas incluso se construían ermitas cerca de ellos cuando el cristianismo
llegó a la Cordillera Cantábrica, porque el respeto que se tenía hacia estos
árboles era superior a las nuevas tradiciones.
Durante la edad media las poblaciones europeas de este árbol disminuyeron
considerablemente, ya que su madera, dura y flexible, era utilizada para la
fabricación de arcos de guerra, con lo que multitud de ejemplares fueron
talados para alimentar los conflictos que durante casi 400 años afectaron
a Europa (la Guerra de los 100 años, la de la Rosa, Cruzadas, etc.) sobreviviendo,
como ya hemos dicho, en lugares sagrados como iglesias y cementerios y
puntos aislados o de difícil acceso como la Braña de los Tejos en Liébana.
Hoy en día este árbol goza del carácter de protegido, y es más, se empiezan
a realizar plantaciones de tejo ya que muchos de los principios activos que
fabrican sus células, y que la hacen ser venenosa en todas sus partes menos
en el Arilo, la parte carnosa y roja de su fruto, se han revelado como potentes
medicamentos en la lucha contra enfermedades como el cáncer.
Parque de Alceda
28
Para poder diferenciarlo sin problemas nos fijaremos
en sus hojas, de nuevo acículas, que son perennes, de
un color verde oscuro muy intenso y que se desarrollan a lo
largo de las ramas formando 2 hileras opuestas a ambos lados
de estas, y en su corteza, que se desprende en finas tiras y tiene
un color grisáceo o pardo.
Podríamos nombrar multitud de
tradiciones y leyendas asociadas a
este árbol, pero solo recordar
expresiones como tirar los Tejos, ya
nos dan una idea de lo conocido
de este árbol.
En la misma pradera donde en­
contrábamos los chopos veremos
cerca de ellos unos ejemplares de
nueva plantación, son individuos
jóvenes de otro tipo de roble, en esta ocasión americano. Se trata de un
grupo de ejemplares de Roble americano (Quercus rubra), muy apreciados
por su madera y motivo por el cual fueron introducidos en Europa desde
Norte America ya que su crecimiento es mucho más rápido que las especies
locales y su madera es de una calidad muy
parecida. Es originario de la zona de los
grandes lagos, donde llega a alcanzar los
30 metros de alto y troncos de más de un
metro de diámetro.
Roble americano (Quercus rubra)
Si lo encontramos en invierno:
Su corteza tiene crestas que parecen
rayas brillantes a lo largo de todo el
tronco
Sus hojas son mucho mayores que las de los robles europeos y además
terminadas en punta, no en redondo como las especies locales.
Su madera es enormemente apreciada por las bodegas que se dedican a
macerar caldos de vino, ya que proporciona matices y sabores muy apreciados
en el paladar de los vinos y por ello es una de las maderas preferidas a la
hora de fabricar barricas y toneles para estas bodegas.
El Paseo de los Robles
29
Árbol del Cielo
(Alianthus altissima)
Cerca de este
grupo de robles rojos
y pegados al muro que
limita con la carretera
veremos un grupo reducido
de árboles que presentan una
corteza muy distintiva. Recuerda a
las pieles de los reptiles y tiene un
color plateado muy característico.
Tiene un tacto suave y el tronco es
recto, sin grandes ramas laterales.
Las hojas son compuestas, tienen
hasta 25 foliolos, y llegan a medir
hasta 60 cm y otra característica que
nos ayuda a diferenciarlo del resto
de árboles es que si las cortamos y las
olemos notaremos un fuerte olor acre,
desagradable por su intensidad.
Este árbol es originario de China y se
introdujo en la Península Ibérica con
el ánimo de repoblar los montes
afectados por el uso abusivo o el
fuego, ya que es un árbol que soporta
condiciones de contaminación muy
fuertes y tiene un rápido crecimiento,
pero la mala calidad de su madera
hizo que dejara de usarse.
Ahora mismo se considera especie invasora,
ya que crece en terrenos abandonados y
no utilizados por otros árboles, impidiendo
el crecimiento de la flora autóctona.
Llega a medir 25 metros de alto, lo po­
dremos encontrar en parques, jardines y
multitud de caminos y bordes de carreteras.
Su nombre común es Alianto o Árbol del
Cielo (Alianthus altissima).
Parque de Alceda
30
Continuamos nuestro camino y vemos pronto que otro sendero
nos lleva de nuevo hacia el interior del parque. Al final del mismo
vemos una pequeña plazuela con unos bancos para descansar un
momento antes de terminar nuestro paseo por el Arboreto del Parque
de Alceda.
Pero antes de llegar va­
mos a reconocer dos ár­
boles más dentro de este
paseo. El primero de ellos
lo diferenciaremos por
sus hojas ya que estas
tienen forma de abanico.
Se trata del Ginkgo
(Ginkgo biloba) un ár­
bol de origen asiático y
que es un auténtico fósil
viviente, ya que no tiene ningún familiar vivo en el planeta desde el
Mesozoico, la era de los dinosaurios que empezó hace 250 millones
de años y terminó hace 65 millones.
Este árbol tienen multitud de características que le han valido el
reconocimiento de multitud de culturas, considerándolo sagrado como
en Japón y China, de tal manera que a sus alrededor se erigen
monumentos y centros de culto.
Como curiosidad podremos decir que
en Hirosima, en Japón, donde hizo
explosión la primera bomba atómica,
muy cerca del punto de impacto
sobrevivió un ejemplar de este árbol,
lo que nos dice su capacidad de
resistencia, y en la actualidad se le
conoce como "Portador de la
Esperanza" y es símbolo de paz y
recordatorio de las consecuencias de
la guerra.
También podremos decir que se le ha conocido como árbol del oro,
ya que en otoño sus hojas adquieren un color amarillo dorado que le
hacen muy atractivo como árbol de jardinería.
La Plaza de las Magnolias
31
Seguimos hasta
los bancos para des­
cansar en ellos un momento y
mientras descansamos las piernas
veremos que a nuestro alrededor
hay unos árboles con unas grandes
hojas de color verde brillante.
Son duras y con el envés de color marrón
amarillento, y se mantienen durante el
invierno. Si es el momento adecuado,
entre mayo y julio, podremos ver sus
enormes y fragantes flores de color blanco
que pueden llegar a medir 40 cm. de
diámetro.
Se trata de Magnolios (Magnolia
grandiflora), miembros de una familia
que tiene más de 120 especies. Proviene en su mayoría de Norte América y
fueron introducidos en el siglo XVIII en Europa.
Estos árboles que llegan a los 30 metros de
altura, presentan características muy
primitivas ya que, al igual que el Ginkgo, las
encontramos presentes en el registro fósil
desde hace más de 60 millones de años. Y
esto nos permite explicarnos el porqué un
árbol de este tipo presenta unas flores tan
espectaculares y resistentes. Es debido a que
cuando aparecieron sobre el planeta no
existían las abejas, principales polinizadoras
de flores en la actualidad, y esta polinización
la realizaban escarabajos, mucho más pesados
y mucho menos delicados que sus parientes
productores de miel, por lo que desarrolló
una flor más robusta y carente de pétalos y
sépalos, los componentes habituales de una
flor, a favor de tépalos u hojas modificadas
para proteger los órganos reproductores.
Después de nuestro descanso a la sombra de
los fragantes magnolios visitaremos las
últimas praderas del Parque de Alceda gracias
a los senderos que nos ofrece para visitar el arboreto.
Continuamos en dirección al río y en la primera ocasión que tenemos nos
dirigimos hacia la izquierda para quedarnos inmersos en medio de dos
praderas que nos hacen avanzar rodeados de especies que ya hemos visto
anteriormente como abetos, palmeras canarias, fresnos, pinsapos y pinos
marítimos.
La Plaza de las Magnolias
32
A nuestra izquierda veremos un Templete para
músicos rodeado de árboles y con una pequeña explanada
muy adecuada para realizar encuentros y celebraciones, y a
nuestra derecha ob­
servamos árboles ma­
jestuosos de gran porte,
como píceas y tilos y además
pequeños árboles de reciente
plantación. Uno de estos es el
que vamos a buscar.
Buscaremos primero sus hojas,
de color verde oscuro, termi­
nadas en dientes y que al tacto
son muy duras. Nos recordarán
a las de la encina, porque este
árbol es pariente de éstas y de los robles. Y en cuanto veamos y nos fijemos
en su corteza, gruesa y esponjosa, podremos decir
sin lugar a dudas que se trata de Alcornoques
(Quercus suber).
Estos árboles son los representantes de clima más
seco de los robles y encinas y su corteza se ha
utilizados desde antaño para obtener corcho, ya
que crece de forma constante y permite realizar
extracciones de la misma de manera periódica,
cada 10 años más o menos y dependiendo de la
edad del árbol.
Este árbol es natural de regiones esteparias de
ambas mesetas y de Portugal, apareciendo de
nuevo en Marruecos y zonas de clima mediterráneo,
con veranos muy secos e inviernos muy suaves.
Como curiosidad podemos decir que amplias zonas
de España y Portugal tienen una economía basada
en la extracción de corcho y el uso de la dehesa
de alcornoques. Entre ambos se extrae el 70% corcho necesario para la
fabricación de tapones para
botellas de todo el mundo. Este
corcho además hace viajes tan
espectaculares como ir al es­
pacio sirviendo de aislante en
satélites y estaciones espaciales
de la misma manera que no­
sotros lo utilizamos en nuestras
casas.
Parque de Alceda
33
Ahora continuamos nuestro paseo y volvemos a encontrarnos,
muy cerca de la intersección de los caminos que nos devuelven a
las instalaciones del balneario, con unos
árboles que habíamos mencionado en el
Jardín de las Coníferas enfrente de la entrada
al balneario.
Forman una escolta de vegetación que
flanquea el camino. Se trata de ejemplares
magníficos, como los que encontramos en el
Jardín de las Coníferas, de Plátano (Platanus
x hispanica) o Plátano de sombra. Estos
árboles que llegan a medir 40 metros de
altura, se encuentran fácilmente en parques
y jardines a lo largo de toda la Península, ya
que son muy fáciles de mantener y permiten
una poda ornamental muy adecuada para
formar grandes espacios sombreados.
Para diferenciarlos sin lugar a dudas nos
fijaremos en 3 aspectos. La corteza, que es
tricolor formando parches amarillentos,
pardos y grises y que se desprende en escamas;
el fruto que es esférico y cuelga de un largo
pedúnculo y las hojas que son muy similares
a las del género Acer del que podremos diferenciarlo de una forma
sencilla por los frutos ya mencionados y que en el Arce son alados y se
denominan disámaras.
Junto a ellos nos encontramos también varios ejemplares de gran porte
de Castaño de Indias (Aesculus hippocastanum) del que diferen­
ciaremos las hojas que recuerdan a una mano por estar formadas por
5 grandes foliolos aserrados.
Son hojas compuestas, y el
fruto, la castaña, se en­
cuentra recubierto por una
coraza de espinas, menos
abundantes y punzantes que
las del castaño común
(Castanea sativa).
Parque de Alceda
34
Este árbol posee propiedades medicinales,
utilizándose sus extractos para el tratamiento de
problemas vasculares como las varices y para pieles dañadas
o sensibles en forma de champú o crema.
Además su nombre (A.
hippocastanum) indica que
se utilizaban sus frutos para
alimentar al ganado (hippo =
caballo, castanum = castaña).
Aesculus significa en latín
encina, con lo que su nombre
nos dice que es la "Encina que
da castañas a los caballos"
Nos vamos a fijar por último en
unos pequeños árboles cercanos
a una de las salidas del parque, los vamos a diferenciar rápidamente por
una característica única: el color de su corteza es blanco níveo, y presenta
un tacto suave y liso. Se trata de Abedules (Betula alba) un árbol con una
función importantísima en la naturaleza. Estos árboles permiten que el
bosque se desarrolle, ya que ellos crecen en lugares donde ningún otro árbol
puede hacerlo ya sea por exceso de agua, aire, frío etc. y protegen a los
ejemplares de otras especies hasta que pueden desarrollarse, de manera
que posteriormente desaparecen a favor de las especies que han protegido.
Son árboles que aparecen en todo el hemisferio norte y han sido utilizados
desde antiguo para fabricar canoas, esquís, edificios. Sus hojas se usan como
medicina y su corteza ayuda al curtido de pieles… etc. El abedul es uno de
los árboles más importantes tanto para el mantenimiento de los ecosistemas
donde aparece, como para los pobladores humanos que a día de hoy los
seguimos aprovechando.
El Paseo de los Castaños
35
Se acerca el punto donde hemos recorrido
prácticamente todos los senderos del parque, nos
acercamos a una zona de juegos infantiles donde de nuevo
veremos pinsapos, píceas, abetos y tilos, árboles de los cuales ya
hemos hablado y el parque aún así nos guarda unas pequeñas
sorpresas. Sobre todo dos tipos de árboles que se encuentran muy
cerca de las instalaciones del balneario.
Uno de ellos es el Tulípero (Liriodendron
tulipífera) o árbol de los tulipanes, ya
que sus flores se asemejan a estas flores
invernales. Es una árbol norteamericano,
familiar de los Magnolios de los que
hemos hablado antes y que presenta
características comunes en la forma y
origen de las flores, lo que también nos
indica que es un ejemplar de un género
muy primitivo, y que se diferencia de una
manera muy sencilla gracias a las forma
característica de sus hojas, porque estas
tienen forma trapezoidal y cuatro lóbulos
triangulares muy fácilmente reconocibles.
Se trata de una especie que
tiene un uso ornamental por
lo vistoso de sus hojas y flores,
introducido en el siglo XVIII
en Europa, en parques y
jardines.
Como curiosidad se puede
comentar que su madera es
muy apreciada para la
fabricación de órganos de iglesia ya que es muy fácil de trabajar y permite
realizar cortes y acabados muy precisos.
El otro árbol ornamental que nos encontramos en esta misma zona es un
Liquidambar (Liquidambar styraciflua) que tiene unas hojas parecidas
a las del arce y el plátano aunque sin ser dentadas y que es plantado en
parque y jardines por su espectacular vistosidad otoñal, ya que las hojas
pasan de un color verde intenso a rojo y después a amarillo antes de
desprenderse del árbol, con lo que lo podremos disfrutar en plenitud cuando
los días comienzan a acortarse y el otoño se acerque al Valle de Toranzo.
Parque de Alceda
36
De este árbol, que se considera relicto, es decir
superviviente de
épocas climáticas ante­
Liquidambar
(Liquidambar styraciflua)
riores y que tiene origen
norteamericano y asiático en
sus distintas variedades, se obtuvo
por primera vez un aceite de textura
gomosa (antiguamente conocido como
ámbar líquido por su color amarillo, de
ahí su nombre) del que se extrajo por
primera vez el poliestireno, sustancia
química que hoy en día es conocida por
todos nosotros como corcho blanco.
Poco a poco hemos ido re­
corriendo el planeta me­
diante la vegetación de sus
continentes, pero si hemos
estado atentos nos faltaría
uno de ellos por visitar:
Oceanía.
No lo hemos encontrado en el parque, pero el entorno mismo de Cantabria
y en el Valle de Toranzo no nos faltará la oportunidad de visitar este
continente por medio del árbol más representativo de Australia, el Eucalipto
(Eucalyptus spp.) que han sido plantados por toda la Cordillera Cantábrica
debido a su enorme potencial maderero para la obtención de pasta de
celulosa durante el pasado siglo. Con lo que, aunque no hemos estado
físicamente en los 5 continentes, el entorno nos brinda la oportunidad de
visitar el más aislado de todos ellos con la simple observación del paisaje
inigualable que nos ofrecen los Valles Pasiegos y el municipio de Corvera de
Toranzo.
Y el sendero nos devuelve poco a poco a la entrada por el Paseo de los Tilos
o por el acceso al balneario, al que estamos rodeando. Seguimos viendo
tilos, moreras, fresnos, y sequoias. Pero el paseo botánico termina, invitándonos
a volver a reconocer las especies vegetales de este Arboreto del Parque de
Alceda, donde hemos podido hacer un viaje alrededor de los 5 continentes
habitados de este planeta al que llamamos Tierra.
Buen día y disfrutad del Jardín Botánico del Parque de Alceda.
Corvera de Toranzo
37
LIC DEL RIO PAS
Lo primero que nos tenemos que preguntar es: ¿Qué significa
y qué es un LIC?
LIC es el acrónimo de Lugar de Importancia Comunitaria y se
denomina así a los espacios naturales y ecosistemas protegidos
para garantizar la biodiversidad mediante la conservación de los
hábitats, la fauna y flora silvestres de un territorio y que son
consideradas como prioritarias por la directiva 92/43/CEE, llamada
Directiva Hábitats de la Unión Europea.
Estos espacios, seleccionados mediante la realización de estudios
muy completos se convertirán en un futuro en Zonas de Especial
Conservación. Su objetivo es asegurar la supervivencia en el futuro
de las especies y los hábitats más amenazados de Europa, contri­
buyendo a detener la pérdida de biodiversidad ocasionada por el
impacto de las actividades humanas. Son el principal instrumento
para la conservación de la naturaleza en la Unión Europea.
España tiene designados un total de 1434 espacios denominados
como LIC, que protegen casi un 23% de la superficie del país. En
Cantabria nos encontramos con 21 LIC's y más del 25% de la
superficie de la comunidad autónoma protegida.
En Cantabria se incluyen marismas como la de Santoña, cuevas
como la del Rejo, sistemas
montañosos como la
Montaña Oriental, va­
lles como Alto Cam­
poo, comarcas como
Liébana, playas como
Oyambre y ríos como el
LICs en
Pas.
Cantabria
Tanto el río Pas como el Pisueña
discurren encañonados por la montaña
pasiega y desde antaño han conformado el paisaje de los Valles
Pasiegos a los que da nombre. Estos ríos han ido formando grandes
llanuras aluviales, exceptuando las cabeceras. Aguas abajo de la
unión de ambos ríos, se forma una gran llanura aluvial. En estas
llanura y valles fluviales abundan los bosques de ribera, principal­
mente alisedas y saucedas. Y son estos hábitats los que merecen
la categoría de LIC, ya que ellos crean el hábitat que permite la
diversidad animal y vegetal que caracteriza a este río.
Corvera de Toranzo
38
¿Por qué el Pas?
Además el río Pas tiene un gran valor etnográfico y cultural,
porque a su vera se ha
cuajado una de las re­
giones más características y
conocida de Cantabria. Los Valles
Pasiegos y todo el acerbo cultural
asociado a ellos como la ganadería, el
paisaje, el comercio, la gastronomía,
etc.
Por otro lado en esta aguas
aparecen especies como el sal­
món atlántico (Salmo salar), la
madrilla (Chondrostoma
toxostoma), pez que sólo vive en la Península Ibérica, el sábalo
(Alosa alosa), el pequeño desmán ibérico (Galemys
pyrenaicus), la tímida nutria (Lutra lutra) o el
cangrejo de río (Austropotamobius pallipes) tan
amenazado por la introducción del cangrejo
americano.
La extensión de este LIC del Río Pas es de 957
ha. Lo que le convierte en el
LIC fluvial cántabro de
mayor superficie de la
vertiente cantábrica.
Fauna del río Pas
Dentro de los animales que disfrutan de las aguas del río
Pas y nos acompañan en nuestro paseo a su ribera se
encuentran catalogados como relevantes:
Mamíferos: Nutria (Lutra lutra) y Desmán (Galemys pyrenaicus)
Peces: Madrilla (Chondrostoma toxostoma) y Salmón (Salmo salar)
Invertebrados: Ciervo volante (Lucanus cervus), escarabajo de
la encina (Cerambyx cerdo), escarabajo del haya (Rosalia alpina),
Mariposa hormiguera (Maculinea nausithous) que está
extremadamente amenazada y el caracol de Quimper (Elona
quimperiana)
Además, con paciencia y cuidado, no nos faltarán
oportunidades para ver aves como Mirlos acuáticos (Cinclus
cinclus), Garza Real (Ardea cinerea), Cernícalos (Falco
tinnunculus), Ratoneros (Buteo buteo), Milano negro y
real (Milvus migrans y M. milvus), Águila culebrera (Circaetus
gallicus) y multitud de pequeños pájaros en sus riberas.
LIC Río Pas
39
¿Desde Cuando el Río Pas
se considera LIC?
El Río Pas es declarado Lugar de Importancia Comunitaria por
Decisión de la Comisión Europea de 7 de diciembre de 2004, y se
incluye en la Red de Espacios Naturales Protegidos de Cantabria por la
Ley de Cantabria 4/2006, de 19 de mayo, de Conservación de la Naturaleza.
¿Cuánto ocupa el LIC río Pas?
Comprende el curso principal del Pas, desde su
nacimiento hasta su desembocadura, con un trayecto
de más de 50 Km. al que sumamos el de su principal
afluente, el Pisueña y otros tributarios de cabecera.
Atraviesa los municipios de Vega de Pas, Luena, San
Pedro del Romeral, Santiurde de Toranzo, Corvera
de Toranzo, Puente Viesgo, Selaya, Villacarriedo,
Saro, Villafufre, Santa María de Cayón, Castañeda,
Piélagos y Miengo, sumando en total una superficie
cercana a 957 ha.
El Bosque de ribera del Río Pas
El río Pas presenta un bosque de ribera
característico de los ríos de Cantabria, con
abundantes saucedas, donde el género Salix
es predominante y puede presentar muchas
variedades distintas, las conocidas Salgueras,
dejando paso en las zonas más llanas a bosques de galería y
ribera donde predominan los bosques de Alisos (Alnus glutinosa).
Las salgueras están dominadas sobre todo por especies de pequeño porte,
arbustos del tipo de Salix.
Lo que dice el informe
atrocinerea, S. cantábrica y S.
purpurea y que además se
Características de la zona protegida:
entremezclan con arbustos de
Corredores fluviales de 25 metros de anchura a
ambos lados de las orillas, incluyendo el cauce fluvial
boneteros (Euonimus europaeus),
cornejos (Cornus sanguinea), zarzas
Calidad de los hábitats
(Rubus sp.) y hiedras (Hedera helix,
Cuenca salmonera.
Rubia peregrina) contribuyendo a
Bosques de ribera bien conservados en los tramos
inferiores.
caracterizar estas formaciones
9 taxones de fauna de especial interés.
forestales, como la acertada
1 hábitat prioritario y 5 de interés especial.
restauración del bosque de galería
del arroyo del balneario en
Vulnerabilidad
Alta vulnerabilidad por los encauzamientos realizados
Ontaneda que representa un
en el tramo medio del río.
bosque de ribera típico de los Valles
Pasiegos.
Fuente: Formularios Oficiales Red Natura 2000.
LIC Río Pas
40
Las salgueras se presentan como pioneras, en
primera línea entre el río y las alisedas. También tienen
un papel como vegetación de sustitución cuando se elimina
la aliseda, además de constituir la vegetación dominante de las
riberas en las zonas de montaña que no tienen aliso debido a la
altitud, generalmente por encima de los 1.000 metros, como es el
caso del nacimiento del Pas en Peñas Negras.
En Cantabria las alisedas se concentran en las zonas
medias y bajas de los ríos de la vertiente cantábrica
y en el Ebro. Cuando los valles son muy encajados
se reduce la superficie que puede ocupar el bosque
de ribera, llegando incluso a desaparecer y ser sustituido
por robledales mixtos como sucede en el tramo medio
del Miera.
En las alisedas aparecen además un número considerable
de especies de árboles y arbustos. El elemento principal
es el aliso, junto al que aparecen olmos (Ulmus glabra) y fresnos (Fraxinus
excelsior) asociados a Sauces (Salix spp) y en ocasiones hayas y robles.
Hay que decir que el río Pas presenta un gran número de modificaciones en
su cauce como taludes, azudes y otras obras destinadas a controlar sus aguas
en periodos de crecida, ya que en la antigüedad provocaron serios destrozos
e inundaciones en los municipios aledaños a sus orillas. Unido a esto, el
modelo ganadero de los Valles Pasiegos y la explotación del terreno han
hecho que las márgenes de este río sufrieran
importantes modificaciones en la vegetación
de sus orillas y ribera en el pasado, lo que
recomendaron su protección actual y la
voluntad de recuperar este ecosistema
único para poder seguir disfrutándolo en
el futuro.
Lucanus cervus
Corvera de Toranzo
41
SENDA DEL CHURRÓN
DE BORLEÑA
En Borleña, uno de los pueblos que forman parte del municipio de
Corvera de Toranzo nos encontramos con una pequeña pero espectacular
ruta de senderismo que nos llevará a conocer un fenómeno natural
espectacular, que se produce de manera habitual, pero no por ello
presente en demasiados lugares tan espectaculares y accesible como
en este punto. Es conocida como la Senda del Churrón de Borleña.
Pero primero, antes de comenzar nuestra ruta vamos a intentar explicar
que es un Churrón para que cuando comencemos nuestro paseo podamos
disfrutar del mismo y del incomparable bosque de ribera que nos ofrece
este paseo.
Un churrón es como se conoce en Cantabria una formación kárstica,
producida por la disolución de la roca caliza al aire libre y que está
formada por toba calcárea. ¿Complicado? Seguro que no.
La roca caliza se disuelve por acción del agua y del ácido carbónico
(CO2) presente en la atmósfera. Esta caliza disuelta en forma de carbonato
cálcico precipita, se vuelve sólida, y crea una roca sedimentaria nueva,
conocida como travertino o toba.
Es una roca dura y porosa, que recuerda a una esponja, y que tradicio­
nalmente ha sido explotada y utilizada para realizar construcciones
desde antiguo. Y curiosamente en Borleña encontramos uno de esos
puntos donde la naturaleza nos muestra en vivo como se crean rocas
y los procesos de cambio y transformación se producen en directo.
El Churrón de Borleña, donde nuestro paseo nos conduce, es un
espectacular salto de agua de unos 20 metros de altura donde podremos
disfrutar de un agradable y tranquilo paraje en el que la flora y la fauna
desarrollan su actividad sin interferencias. Para llegar a este paraje
comenzamos la senda.
Corvera de Toranzo
42
¿Cómo llegar?
Desde San Vicente de Toranzo, a unos 2 kilómetros y medio
en dirección a Santander, nos encontramos con el desvío en la
carretera N-623 del pueblo de Borleña.
Una vez tomado este desvío
continuamos por el pueblo de Borleña sin
tomar ningún cruce y nos acercamos hasta
la Bolera donde podremos dejar nuestros
vehículos y empezar nuestro camino a pie
hasta este espectacular paraje.
Continuamos andando hasta encontrarnos
con un pilón y un lavadero, testigos de
las costumbres y la cultura de estos pueblos
ribereños del Pas. Siguiendo nuestro
paseo, observamos un edificio con unas
piedras de molino talladas apoyadas sobre
su estructura, que nos servirán de
referente para guiarnos, ya que en este
punto tomamos el camino que queda a
nuestra izquierda y nos hace seguir cada
vez más cerca del río.
En breve nos encontramos con un panel
interpretativo que nos va a informar
sobre lo que podremos observar a lo
largo del paseo.
Un poco más adelante, y dejando una
casa a nuestra derecha tomamos un
pequeño puente. Y aquí comienza el
paseo dentro de un bosque de ribera
muy bien conservado y gestionado que
nos adentrará hasta el salto de agua del
Churrón.
¿Qué podemos observar en la senda del Churrón?
Esta senda nos conduce pegados al arroyo
Madero y su bosque de ribera formado por
especies arbóreas como el fresno (Fraxinus
excelsior) y el aliso (Alnus glutinosa) de
hoja con forma de corazón y siempre
cercanos a los ríos sanos y bien conservados,
aunque también podemos encontrar olmos
(Ulmus glabra), robles (Quercus robur y Q.
petraea) y castaños (Castanea sativa).
Churrón de Borleña
43
Además también nos encontraremos con multitud
de especies arbustivas típicas de la vegetación del
cantábrico, vegetación de clima atlántico, como avellanos
(Corylus avellana) usada tradicionalmente
para recoger sus frutos y entresacar sus
largas, rectas y flexibles varas; sauces (Salix
spp.) que son los principales representantes
de un bosque de ribera bien conservado;
majuelos (Crataegus monogyna) también
conocidos como espinos blancos. Son
fácilmente diferenciables por sus hojas
fuertemente lobuladas y sus floraciones de
primavera en ramilletes blancos, además
de sus frutos de final de verano rojos y
comestibles; boneteros o cornejos (Cornus
sanguinea) que se diferencian por la
coloración roja de sus ramas, que además
son utilizadas como las del mimbre, y que
antiguamente se utilizaba para extraer
tintes de sus frutos.
Si nos fijamos en el estrato vegetal inferior,
los helechos, musgos, pequeños arbustos
y herbáceas, descubriremos entre otros
plantas trepadoras como las madreselvas
(Lonicera caprifolium), hiedras (Hedera helix)
y zarzaparrillas (Smilax aspera) con sus hojas
en forma de corazón y de cuya raíz se obtienen una deliciosa bebida. Se
puede confundir con la nueza negra
(Tamus communis) que es tóxica, para
diferenciarla miraremos si tiene zarcillos,
de los que esta última carece.
Entre los musgos podemos encontrar
Sphagnum o musgo de turbera, y dentro
de los helechos destacan: Helecho macho
(Dryopteris filix-mas), Asplenium
trichomanes, distinguible por su "tallo"
negro y sus pequeñas frondes, y Lengua
de ciervo (Phyllitis scolopendrium), con
una fronde entera, sin lóbulos y muy
resistente y con unos soros, donde
mantiene las esporas, en el envés en forma
de barras paralelas.
En el salto de agua, podremos observar otro tipo de helecho, distinguible
por sus frondes, "hojas", en forma de abanico y su tallo negro. Se trata del
culantrillo (Adiantum capillus-veneris) y siempre lo podremos encontrar en
lugares saturados de humedad ¿Qué mejor sitio que una cascada?
Churrón de Borleña
44
Todos ellos son buenos bioindicadores, su
presencia prueba que el entorno se encuentra poco
contaminado y bien conservado.
Además, uno de los arbustos de pequeño
tamaño que nos podremos encontrar y que
muestra lo natural de este entorno es el
rusco (Ruscus aculeatus), también conocido
como arrayán, y que se considera especie
vulnerable, en peligro de desaparición, y
está protegido. Esta planta tiene un tacto
duro y punzante, por lo que antiguamente
se la utilizaba como escoba y deshollinador,
y no presenta hojas visibles, sino que lo que
parecen hojas es en realidad parte del tallo o rama y se denominan filocladios.
Presenta un fruto grande y rojo, muy visible en contraste con la planta de
color verde apagado. Esta planta tiene multitud de propiedades medicinales
y ha sido utilizada desde antiguo para tratar problemas dérmicos, circulatorios,
para tratar contusiones (antihematómico) y como favorecedor del apetito.
Durante la senda, nos encontramos a nuestra izquierda un hoyo muy visible
en el suelo. Se trata de una antigua hoya carbonera, donde antiguamente
se realizaban las combustiones controladas de madera para obtener carbón
vegetal.
Después de una media hora caminando nos encontramos directamente con
el salto de agua del Churrón de Borleña, la toba calcárea que veníamos a
visitar y que se nos muestra en todo su esplendor después de temporadas
húmedas o de grandes precipitaciones.
Hemos llegado al final de
la senda: El Churrón de
Borleña, un lugar perfecto
para descansar del paseo y
poder disfrutar de un paraje
insospechado y singular en
pleno Valle de Toranzo y de
un aula al aire libre donde
poder observar cómo se
desarrolla la naturaleza y
conforma los paisajes que
disfrutamos día a día.
Un tesoro escondido del
municipio de Corvera de
Toranzo.
Buen camino y disfrutad del
paseo.
Corvera de Toranzo
45
EL CAJIGAL DE SALCEDILLO
A mitad de camino de la carretera que comunica Borleña de Toranzo
con Quintana de Toranzo se encuentra Salcedillo, donde vamos a
realizar una pequeña parada para visitar un Cagigal de árboles
centenarios, un pequeño paraje muy especial y escondido que nos
ayudará a conocer cómo sería el aspecto de los grandes bosques de
robles, los cajigales, si no hubieran sido talados en tiempos pasados
para alimentar las ferrerías, los astilleros y los hornos de la fábrica de
cañones de La Cavada durante el siglo XVII y XVIII.
¿Cómo llegar?
En Borleña, pueblo situado al pie de la carretera N-623, pasaremos el
puente sobre el arroyo Madero y nos dirigiremos siguiendo las
indicaciones hacia el pueblo de Quintana de Toranzo por la carretera
CA-708 que después seguiremos para visitar Castillo Pedroso.
La carretera es estrecha y sube una fuerte pendiente, pero nos permite
ir ascendiendo poco a poco y poder disfrutar de las vistas que el Valle
del Pas y la Montaña Pasiega nos ofrecen.
Mirando la línea del horizonte en dirección sur podremos ver cómo
poco a poco surge la cima y la cara norte de la montaña más emblemática
de estos montes, el Castro Valnera con sus 1718 metros de altura.
A un kilómetro aproximadamente después de empezar el ascenso
atravesamos el barrio de Salcedillo, quedándonos entonces apenas 500
metros para acceder a la pista que nos lleva directamente hasta este
enclave que esperamos visitar.
La pista que debemos tomar surge a nuestra derecha y esta pavimentada
con hormigón, y aunque la pendiente es fuerte no tendremos ningún
problema para acceder a este cajigal.
Cajigal de Salcedillo
46
Apenas tomada la pista entraremos de lleno en
este pequeño bosque y podremos estacionar nuestro
vehículo, siempre y cuando lo hallamos usado para despla­
zarnos. Deberemos tener
precaución puesto que la pista
que hemos ascendido cruza el
pequeño bosque y es transitada, si bien
no de una forma continua, por vehículos.
En este lugar podremos observar un
conjunto de más o menos 100 ejemplares
de Cajiga o Roble (Quercus robur) y
enseguida notaremos la majestuosidad
de estos árboles varias veces centenarios
que se encuentran localizados en un
hermoso y tranquilo paraje muy ade­
cuado para descansar y observar el
paisaje que el municipio de Corvera de
Toranzo y los Valles Pasiegos nos ofrecen.
Estos ejemplares de Q. robur nos
muestran en sus cuerpos y troncos los
efectos que nevadas, rayos, temporales
de viento y agua tienen sobre los árboles y cómo la naturaleza se encarga
de regular el crecimiento y desarrollo de los
árboles cuando estos se desarrollan de forma
natural y no existe una intervención directa
del hombre sobre ellos.
En los prados en los cuales se encuentran
estas cajigas nos encontraremos zarzas (Rubus
spp.), espino blanco (Crataegus monogyna)
y helechos como Dryopteris filix-mas o
Helecho macho, así como multitud de
pequeñas flores y plantas herbáceas que nos
ayudarán a disfrutar de un espectacular y
colorido entorno.
Rodeando este enclave de árboles majestuosos
nos encontraremos plantaciones silvícolas de
Pino silvestre (Pinus sylvestris) fácilmente
diferenciable por sus troncos escamosos de
color anaranjado en su parte terminal y por
tener las acículas de entre 3 y 7 cm. agrupadas
de 2 en 2 y con sección semicircular.
Disfrutad de este entorno y su fuente para descansar la vista y los sentidos
y no dejéis más huella de vuestro paso que el buen recuerdo que os llevéis.
Ahora continuamos nuestro viaje botánico hacia Castillo Pedroso.
Corvera de Toranzo
47
LA ERMITA DE CASTILLO
PEDROSO
Acabamos de salir del Cajigal de Salcedillo y nos dirigimos por la
carretera CA-708 en dirección a la localidad de Quintana de Toranzo.
Unos pocos kilómetros después, tras disfrutar de los paisajes de la
Montaña Pasiega llegaremos al pueblo de Castillo Pedroso.
En esta localidad seguramente nos llamen la atención varios edificios
majestuosos como La Casona de los Ruiz de Villegas, datada de
comienzos del siglo XVIII y de cuyo patio sobresalen ejemplares notables
de árboles como magnolios y sequoias, y la Iglesia de San Pantaleón,
patrón de la localidad.
Pero nosotros nos dirigimos hacia otro edificio más modesto y
resguardado. La Ermita de de Nuestra Señora del Carmen, datada de
finales del Siglo XVIII y que tiene en sus alrededores un pequeño pero
precioso Cajigal formado por unos 20 ejemplares de Quercus petraea
y del que destaca sobre todo uno de ellos que domina la fachada Este
del edificio, donde se ubica el ábside.
Este ejemplar es seguramente centenario, de unos 20 metros de alto,
y proyecta la sombra de su amplia copa sobre el prado aledaño a la
ermita.
Se puede considerar a este individuo como un ejemplar referente en
la definición del aspecto del grupo de los robles, ya que tanto su
tronco, como la forma de su copa responden al modelo que nos permite
identificar a este grupo de árboles sin ninguna duda.
Si aún nos quedan ganas podremos coger la carretera que nos conduce
a Arenas de Iguña y llegar hasta el paso de ambos valles (Valle del Pas
y Valle de Anievas-Iguña) donde podremos disfrutar de las vistas de
los sistemas montañosos de Alto Campoo hacia el oeste y de la montaña
Pasiega y Sierra del Escudo al este.
Buen viaje y
hasta la
próxima.