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Revista Computadorizada de Producción Porcina
Vol: 11 No. 2 2004
ARBOLES TROPICALES PARA ALIMENTAR CERDOS.
VENTAJAS Y DESVENTAJAS
J. Ly
Instituto de Investigaciones Porcinas
Gaveta Postal No. 1, Punta Brava
La Habana, Cuba
email: [email protected] e [email protected]
RESUMEN
Se hace un recuento descriptivo del uso de follaje de árboles tropicales en la
alimentación de cerdos, haciendo hincapié en su composición química y su valor
nutritivo, determinado en condiciones in vitro e in vivo, a nivel ileal y rectal. Igualmente
se hace hincapié en las pruebas de comportamiento ejecutadas con cerdos en
crecimiento y ceba, así como los datos conque se cuenta sobre rasgos reproductivos.
Se concluye sobre la necesidad de hacer más investigación con énfasis en aspectos de
la nutrición de cerdos alimentados con productos de árboles forrajeros tropicales, en los
sistemas de producción agropecuaria en los que se usan estos árboles, así como en
distintos aspectos del extensionismo.
Palabras claves: cerdos, follaje, árboles tropicales, agronomía, nutrición, rasgos de
comportamiento
Titulo corto: Follaje de árboles tropicales y alimentación porcina
TROPICAL TREES FOR FEEDING PIGS. ADVANTAGES AND CONSTRAINS
SUMMARY
A descriptive review is made concerning the use of foliage from tropical trees for feeding
pigs, with remarks on tree’s chemical composition, and its nutritive value, either
determined in vitro or in vivo, and either estimated at the ileal or at the rectal site.
Similarly, emphasis is made on performance trials conducted with growing and fattening
pigs, and with sows.
It is concluded on the need to carry out more research with emphasis in aspects of the
nutrition of pigs fed on tropical tree foliage products, in livestock production systems
where tropical trees are included, and in different aspects of extension activities.
Key words: pigs, foliage, tropical trees, nutrition, agronomy, performance traits
Short title: Tropical tree foliages for feeding pigs
5
Revista Computadorizada de Producción Porcina
Vol: 11 No. 2 2004
Tabla de contenido
Introducción, 5
Arboles y cerdos en sistemas integrados de producción, 7
Agronomía de árboles tropicales, 7
Resultados a escala de laboratorio, 9
Pruebas de digestibilidad y balance de nutrientes, 11
Pruebas de comportamiento animal, 18
Conclusiones, 22
Agradecimientos, 23
Referencias, 23
INTRODUCCION
Aún cuando en distintas oportunidades se ha se alado el potencial del uso del follaje de
arbustos y sobre todo árboles en la alimentación porcina en condiciones tropicales
(Limcango-Lopez 1990), no es frescuente la revisión de este tema en porcicultura.
Igualmente, la posible ventaja de utilizar el follaje arbóreo como fuente de proteínas ha
sido generalmente mAs enfocado hacia la alimentación de animales rumiantes (Gómez
et al 1997) que dirigido a especies monogástricas como el cerdo.
El uso de follaje de árboles como comida para cerdos ha sido abordado por Hutagalung
(1981) como una forma más de usar residuos de cosecha sin otra utilidad. Sin embargo,
algunas de las revisiones iniciales sobre este asunto se inclinaba más a se alar las
limitaciones de su uso, más que su verdadero potencial de aprovechamiento por los
cerdos. En este sentido, Botero (1987) se aló la capacidad limitada para, o bien
hidrolizar celulosa, o bien neutralizar sustancias antinutricionales, por parte de los
animales monogástricos no herbívoros. Igualmente, Fuller (1988) hizo recomendaciones
de no usar más del 20% de la dieta en forma de hojas de yuca (Manihot esculenta), y
jamás en forma fresca, debido a su contenido de cianógenos en ese estado. También
Fuller (1988) hizo sugerencias de no utilizar más allá del 20% del alimento como harina
de hojas de leucaena (Leucaena leucocephala), a causa de su contenido de mimosina
(D’Mello 1992). Al unísono, Fuller (1988) recomendaba el uso de estas harinas de hojas
arbustivas o arbóreas dado su contenido de proteína de buena calidad.
Evidentemente las limitaciones en el uso de follaje de árboles o arbustos se ha
convertido en un paradigma difícil de ser modificado o sustituído en lo referente a
nutrición porcina, aún cuando es práctica común dar de comer follajes a los cerdos en
muchas regiones tropicales del mundo. De estos follajes, tal vez el uso del
correspondiente a la leucaena es el que más se ha examinado, sobre todo en regiones
de Asia Oriental y el Océano Pacífico tropical (Memdoza 1983; Kassumma 1987). Aún
así, el conocimiento del uso racional del follaje de árboles tropicales en alimentación
porcina ha progresado hasta cierto punto entre los últimos a os del siglo XX y los
primeros del siglo XXI debido al esfuerzo de varios grupos de investigación en América
Tropical y del Sudeste Asiático (Ly 2004). En esta rese a del tema se hace mención a
estos esfuerzos.
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Vol: 11 No. 2 2004
ARBOLES Y CERDOS EN SISTEMAS INTEGRADOS DE PRODUCCION
Como se sabe bien, la inserción de especies arbóreas perennes en los sistemas
productivos que tienen cultivos agrícolas y animales se denominan sistemas
agroforestales o agrosilvopastoriles (Nair 1985; Murgueitio et al 1999). Si bien, en el
Sudeste Asiático y en general en el Lejano Oriente, los sistemas integrados de
producción porcina se conocen desde hace tiempo y son una práctica común (Holness
1995), no se conoce mucho sobre la participación de los árboles y los cerdos en un
sistema integrado en el trópico americano, ni en otros lugares (Torres 1983). Al parecer
poco se ha dicho sobre la asociación de árboles y cerdos en sistemas integrados de
producción, aunque se ha hecho un número considerable de experimentos donde el
uso de follajes de árboles y arbustos fertilizados a partir de excretas porcinas, son
utilizados como fuente de proteína en la alimentación de cerdos, como es el caso del
follaje de yuca (ver Ly y Rodríguez 2003). Una estrategia similar ha sido puesta en
práctica después en diferentes momentos, como por ejemplo, en los estudios de la
producción de biomasa de morera (Morus alba) fertilizada a partir de excretas de
cerdos, que a su vez se alimentaban con harina de esta especie arbórea en las fases de
reproducción (Mu oz 2003) y ceba (Osorto 2004).
En lineas generales, Murgueitio et al (1999) han sugerido que desde el punto de vista
de la nutrición de los animales, las especies arbóreas deben ser tenidas en cuenta en lo
fundamental como fuentes de proteína. En el caso del ganado porcino, esta aseveración
de Murgueitio et al (1999) es posiblemente evidente.
Al considerar el cultivo de árboles forrajeros y la crianza de cerdos como un sistema
agroforestal específico, este se podría descomponer en dos subsistemas, el de la
producción del follaje arbóreo por una parte, y el de la producción de cerdos por la otra,
en los que el corte y acarreo sea la forma fundamental de obtención del forraje para los
animales.
AGRONOMIA DE ARBOLES TROPICALES
El establecimiento de plantaciones de árboles y arbustos forrajeros debe considerar en
primera instancia el uso de semillas botánicas o agronómicas, así como la
determinación de distintas condiciones que puedan hacer variar la eficiencia de la
propagación y multiplicación de las distintas especies arbóreas. No solamente son
importantes los estudios de vivero, sino la densidad de siembra (Botero 1987) entre
otros. En lo referente a la cosecha de los follajes arbóreos, existen varios factores que
pueden influir en el rendimiento en follaje y en su valor nutritivo, tales como la densidad
de siembra y la fertilización, así como la frecuencia y altura de corte, e igualmente cómo
puede influenciar la época del a o en distintos índices de interés como el contenido de
nutrientes.
Vale la pena se alar que es diferente la influencia de distintos factores a tener en
cuenta, en la agronomía de los árboles, sean estos leguminosos o no (Gómez et al
1997). Desde el punto de vista de porcicultura tropical, tal vez sea más atractivo el
conocer los resultados investigativos hechos con morera, en el momento de la
preparación de esta revisión. Como se sabe, la morera es un árbol no leguminoso, y
que en general, posee muy bajos niveles de factores antinutrientes o ninguno, y que ha
sido domesticado desde hace siglos, pero con el propósito de alimentar al gusano de
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seda (Tinzing et al 1988). Esto último permite especular sobre la probabilidad de que la
morera ha devenido en uno de los árboles más adaptados para ser una fuente
alimentaria muy útil para muchas especies animales monogástricas. Por otra parte, son
varios (Murgueitio et al 1999; Benavides 1999; Sánchez 1999) los que han se alado a
la morera como una de las especies arbóreas susceptibles de ser incorporadas a la
alimentación de cerdos.
Domínguez (2002) estudió en México la influencia de la densidad de siembra y de la
fertilización, precisamente con aguas residuales de establos porcinos, en el rendimiento
de biomasa total del forraje de morera. Se halló que a medida que aumentaba el nivel
de fertilización, dede 250 hasta 1 250 kg N/ha al a o, se incrementaba el rendimiento de
follaje, y al duplicar la densidad desde diez hasta veinte mil plantas/ha, el aumento en
los mismos rendimientos era notable (tabla 1).
1
Tabla 1. Influencia de la densidad de siembra y de la fertilización en el rendimiento
de biomasa total de follaje de morera (t MS/ha por año)
Densidad, miles de plantas/ha
Fertilización, kg N/ha por año
10
20
Promedio
250
16.6
26.9
21.7
500
18.4
27.7
23.1
750
18.2
28.8
23.5
1 000
21.8
32.2
27.0
1 250
23.1
31.8
27.5
1
Fertilización con aguas residuales de establos porcinos
Fuente: Domínguez (2002)
En estudios cubanos, García Soldevilla y Fernández (2004) hicieron una evaluación de
distintos factores que pueden influir en el rendimiento de la biomasa de morera. Por
biomasa, se consideró en este experimento toda la parte aérea de la planta, mientras
que la biomasa comestible, fue la que se consideró como aprovechable por animales
rumiantes, pues en este caso no se consideraron los tallos lignificados. García
Soldevilla y Fernández (2004) observaron que a medida que aumentaba la frecuencia
de corte, disminuía el rendimiento de biomasa, lo cual era igualmente válido en la época
de seca que en la de lluvia (tabla 2).
Tabla 2. Influencia de la frecuencia de corte y de la época del año en el
rendimiento de biomasa de follaje de morera (t MS/ha por año)
Frecuencia de corte, días
45
60
75
90
Biomasa total, t MS/ha por año
Epoca de seca
4.47
4.53
6.93
11.41
Epoca de lluvia
6.36
9.99
18.18
20.93
Total anual
10.84
14.52
25.12
32.34
Biomasa comestible, t MS/ha por año
Epoca de seca
4.41
4.15
5.61
7.58
Epoca de lluvia
6.03
7.76
11.88
11.70
Total anual
10.45
11.92
17.50
19.28
Fuente de los datos: García Soldevilla y Fernández (2004)
Otro factor importante en el manejo de la poda o corte de las plantas, la altura a la que
se hace esta operación, fue investigada por García Soldevilla (2004), y en este estudio
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se halló que la respuesta en el rendimiento de biomasa no era igual en ambas épocas
del a o, puesto que durante la seca, mientras más bajo se hiciera el corte, mayor
pareciera el rendimiento, lo cual pareció no ser así en la época de lluvia. Un resumen de
estas observaciones se muestran en la tabla 3
Tabla 3. Influencia de la altura de corte y la época del año en el
rendimiento de biomasa del follaje de morera
Altura de corte, cm
20
30
40
Biomasa total, t MS/ha por año
Epoca de seca
10.76
10.45
9.69
Epoca de lluvia
13.03
14.81
14.19
Total anual
23.79
25.26
23.88
Biomasa comestible, t MS/ha por año
Epoca de seca
7.16
7.03
6.67
Epoca de lluvia
7.80
8.51
8.31
Total anual
14.96
15.53
14.98
Fuente de los datos: García Soldevilla (2004)
En el experimento arriba mencionado, también se hizo una evaluación de la influencia
de la altura de corte en el contenido de proteína de distintos órganos de la planta,
considerando igualmente la época del a o. Se observó, como era de esperarse, que el
contenido de proteína fue mayor en las hojas que en los órganos de sostén (tabla 4),
pero al parecer los otros dos factores que se examinaron, la altura de corte y la época
del a o, no tuvieron una influencia decisiva en este contenido proteico del follaje de
morera.
Tabla 4. Influencia de la altura de corte y la época del año en el
contenido de proteina del follaje de morera
Altura de corte, cm
20
30
40
Epoca de seca
Planta entera
15.44
16.31
15.44
Hojas
21.49
22.61
21.65
Tallos comestibles
8.62
8.68
8.42
Tallos no comestibles
5.36
5.76
5.88
Epoca de lluvia
Planta entera
14.80
15.72
16.06
Hojas
22.85
22.01
21.91
Tallos comestibles
8.94
8.34
8.23
Tallos no comestibles
5.30
5.79
5.48
Fuente de los datos: García Soldevilla (2004)
RESULTADOS A ESCALA DE LABORATORIO
La determinación de la composición química del follaje arbóreo o arbustivo, como en
circunstancias similares, suele ser muy útil para alcanzar una primera aproximación al
valor nutritivo de alimentos potenciales para la actividad pecuaria. En el caso particular
de los cerdos, el follaje arbóreo que aparentemente puede ser el que pudiera tener un
buen valor nutritivo, pudiera ser el que contuviera un tenor alto de N y bajo de pared
celular vegetal (FDN). En la tabla 5 aparecen los datos de un estudio hecho en
Camboya, en el que se hizo una evaluación de laboratorio de muestras de 13 especies
arbóreas. Aquellas especies con un valor de N de circa de 3, pudieran ser tenidas en
cuenta como posibles fuentes proteicas para el ganado porcino. En este grupo,
aparentemente serían tres leguminosas, Desmanthus virgatus, Flemingia macrophylla y
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Leucaena leucocephala, y dos no leguminosas, Trichanthera gigantea y Morus alba, las
muestras de follaje a considerar con potencial como alimento para cerdos (tabla 5). Una
segunda ojeada indicaría que de estas cinco especies, aquellas con menor contenido
de FDN fueron Morus alba y Desmanthus virgatus.
Tabla 5. Composición química de hojas de varios árboles y arbustos
Tropicales
Nombre científico
MS, %
MO, %
FDN, %
N, %
Acacia auriculiformis
40.8
93.4
68.0
2.73
Artocarpus heterophyllus
48.5
82.5
50.1
1.77
Borassus flabellifer
60.9
90.7
79.7
1.27
Cocos nucifera
47.2
93.3
67.4
1.38
Desmanthus virgatus
37.1
93.8
41.4
3.13
Eucalyptus spp
35.5
94.6
38.0
1.35
Flemingia macrophylla
41.8
94.1
73.0
3.19
Gliricida sepium
27.1
93.0
59.1
3.27
Hibiscus rosasinensis
21.0
87.5
49.8
2.53
Leucaena leucocephala
43.5
93.1
66.0
3.09
Moringa oleifera
24.4
92.0
24.1
2.53
Morus alba
33.3
86.3
31.5
3.54
Trichanthera gigantea
26.3
85.4
50.8
3.46
Fuente de los datos: Ly et al (2001)
Un segundo paso en esta evaluación de laboratorio fue la determinación de la
simulación de la digestibilidad ileal en cerdos, mediante incubación de las muestras de
follaje con pepsina y con pancreatina. El valor de lavado de las muestras era una
segunda forma de hacer el mismo tipo de evaluación. En el trabajo que se informó, se
halló que el valor nutritivo de las muestras de follaje varió considerablemente (tabla 6),
con valores máximos de digestibilidad in vitro de la proteína para Hibiscus rosasinensis,
Gliricidia sepium y Morus alba. Sin embargo en cuanto a la digestibilidad in vitro de MS,
fue Moringa oleifera la de mejores resultados.
Tabla 6. Solubilidad en agua y digestibilidad in vitro del follaje de árboles y arbustos
Tropicales
Materia seca
Proteína
Valor de
Digestibilidad
Valor de
Digestibilidad
1
Nombre científico
lavado, %
in vitro, %
lavado, %
in vitro, %
Acacia auriculiformis
33.8
21.7
48.6
44.6
Artocarpus heterophyllus
29.1
13.9
7.7
5.1
Borassus flabellifer
7.3
17.6
5.5
3.7
Cocos nucifera
32.1
16.0
12.2
9.4
Desmanthus virgatus
39.4
27.2
55.2
32.2
Eucalyptus spp
38.0
33.2
20.4
25.0
Flemingia macrohylla
25.3
25.9
46.5
29.8
Gliricida sepium
52.6
57.7
62.2
69.4
Hibiscus rosasinensis
52.0
48.7
59.6
74.2
Leucaena leucocephala
36.1
30.0
30.4
21.0
Moringa oleifera
49.6
75.3
70.0
74.2
Morus alba
43.7
45.0
39.3
47.9
Trichanthera gigantea
35.7
30.4
34.4
17.5
1
Simulación de digestibilidad ileal por incubación con pepsina y pancreatina
Fuente de los datos: Ly et al (2001)
El establecer la matriz de correlación de Pearson es una forma común de establecer las
posibles interdependencia entre varios índices de una población desconocida, y en este
sentido, el resultado de efectuar este tipo de análisis, confirmó la hipótesis de que la
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digestibilidad in vitro de MS depende estrechamente del contenido de pared celular, al
ser estos dos índices inversamente proporcionales. De igual manera, la digestibilidad in
vitro del N pudo ser explicado en gran medida por el contenido de N ligado a la pared
celular, tal como puede apreciarse en la tabla 7.
Tabla 7. Matriz de correlación de Pearson para distintos indices de follajes
arbóreos tropicales para cerdos
MS
N
FDN
NFDN
VLMS
DivMS
VLN
N
-0.190
FDN
0.597
-0.410
NFDN
0.626
-0.403
0.767
VLMS
-0.891
0.228
-0.658
-0.741
DivMS
-0.708
0.208
-0.598
-0.586
0.773
VLN
-0.778
0.081
-0.434
-0.670
0.766
0.775
DivN
-0.762
0.194
-0.477
-0.704
0.816
0.874
0.903
MS, N, FDN, NFDN, VLMS, VLN, DivMS y DivN son materia seca, nitrógeno, fibra
detergente neutro, N ligado a la pared celular, valor de lavado de MS, valor de lavado
de N, digestibilidad in vitro de MS y digestibilidad in vitro de N, respectivamente
P<0.05 para r>0.55
Fuente de los datos: Ly et al (2001)
PRUEBAS DE DIGESTIBILIDAD Y BALANCES DE NUTRIENTES
Las pruebas de digestibilidad, tanto a nivel del íleon como del recto, son reconocidas
como pruebas que indican con fuerza el valor nutritivo de los alimentos en el cerdo. Este
tipo de prueba, requiere un mayor volumen de alimento que las pruebas de laboratorio,
pero a su vez, este volumen es menor que en las pruebas de comportamiento. Como
también se sabe, en estas evaluaciones se suele requerir un número de animales
menor que en los estudios de indicadores zooténicos tales como la ganancia de peso y
la conversión alimentaria. En el caso del uso de follaje arbóreo en cerdos, este tipo de
evaluaciones también es necesario que sean ejecutadas, dada la poca información
disponible dondequiera, y aún más en ambiente tropical. En la tabla 8 se muestran los
resultados del primero de una secuencia de estudios hechos en Cuba sobre el tema, y
se refiere a la determinación de la digestibiliadad ileal de harina de follaje de leucaena.
Tabla 8. Digestibilidad ileal y rectal de dietas con harina de follaje
de leucaena en cerdos en crecimiento
Harina de leucaena, %
0
10
20
Digestibilidad ileal, %
Materia seca
79.4
75.5
72.8
Ceniza
55.7
49.5
34.1
Materia orgánica
82.2
77.8
73.8
Energía
80.1
72.7
69.1
Fibra cruda
14.5
14.6
17.3
N
69.2
67.8
64.2
Digestibilidad rectal, %
Materia seca
91.0
83.9
79.4
Ceniza
71.0
60.2
53.9
Materia orgánica
92.6
85.9
81.5
Energía
90.0
83.1
76.9
Fibra cruda
39.7
35.5
30.8
N
82.7
78.9
74.5
Fuente de los datos: Ly et al (1998)
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Se observó que la digestibilidad ileal del N descendió con menos fuerza que la de
materia orgánica al aumentar el nivel de harina del follaje de leucaena en la dieta. Esta
misma tendencia fue parecida a nivel rectal. Como es bien sabido, el aprovechamiento
de materia orgánica y N es diferente en el intestino grueso de los cerdos, en cuanto a
los productos finales del proceso de digestión microbiana, ya que la desaparición de
materia orgánica indica la producción proporcional de ácidos grasos de cadena corta,
que son una fuente energética para el cerdo, mientras que la desaparición del N implica
la absorción probable de amoníaco, que al ser absorbido por vía portal, debe ser
convertido en urea para su excreción preferentemente renal (ver Ly 1994). En este caso
concreto, el follaje de leucaena no mostró un efecto muy negativo en la disminución de
los índices digestivos, específicamente en la digestión en el intestino grueso de los
animales, cuando estos fueron alimentados con dietas que contenían como límite
superior, un 20% de harina de follaje de leucaena.
Vale la pena comentar que en estas dietas se incluyó sulfato ferroso siguiendo a Rivas
et al (1978) con vistas a evitar algún efecto negativo que eventualmente pudiera causar
la harina de leucaena, que fue secada al sol, con vistas a eliminar o disminuir su
contenido de mimosina, un factor antinutricional de importancia en Leucaena
leucocephala. El uso de sulfato ferroso no ha sido práctica habitual en los estudios
mexicanos de digestibilidad con leucaena (Salas y Castellanos 1986; Santos y Abreu
1995; Echeverría et al 2002).
El follaje de gandul (Cajanus cajan), en igualdad de condiciones experimentales,
determinó una influencia notablemente negativa en todos los índices digestivos, distinto
al de leucaena, tanto a nivel ileal como rectal, en los cerdos que recibieron las dietas
contentivas de harina de follaje de gandul. Esto puede apreciarse en la tabla 9.
Tabla 9. Digestibilidad ileal y rectal de dietas con harina de follaje
de gandul en cerdos en crecimiento
Harina de gandul, %
0
10
20
Digestibilidad ileal, %
Materia seca
78.9
74.9
71.1
Ceniza
54.0
47.9
36.3
Materia orgánica
83.5
78.2
72.4
Energía
80.5
72.6
69.0
Fibra cruda
12.0
12.1
11.9
N
69.0
64.2
59.7
Digestibilidad
total, %
Materia seca
90.9
84.5
79.6
Ceniza
68.5
57.7
51.8
Materia orgánica
91.5
86.4
81.3
Energía
89.9
84.1
78.7
Fibra cruda
38.3
34.7
29.8
N
81.5
77.2
73.7
Fuente de los datos: Macías y Ly (1999)
En contraste con leguminosas arbóreas como Leucaena leucocephala y Cajanus cajan,
u otros como Fleminingua macrophyla y Desmanthus virgatus (Ly y Pok 2001; Pok y Ly
2001), un arbusto como Hibiscus rosasinensis (marpacífico), ha demostrado poseer
altos valores de digestibilidad, tanto rectal como ileal, cuando se incorpora en la dieta de
los cerdos en niveles similares a los de follajes de leguminosas, lo que puede
comprobarse al revisar los resultados que se muestran en la tabla 10. En este caso, el
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valor de digestibilidad ileal del N que se encontró en el experimento descrito fue
prácticamente igual al de la dieta control, sin harina de follaje de marpacífico. No se
conocen factores antinutricionales en el follaje de marpacífico, como los presentes en el
de leguminosas (D’Mello 1992; Kumar 1992).
Tabla 10. Digestibilidad ileal y rectal de dietas con harina de follaje
de marpacífico en cerdos en crecimiento
Harina de marpacífico, %
0
10
20
Digestibilidad ileal, %
Materia seca
76.2
73.8
73.1
Ceniza
42.8
42.7
46.6b
Materia orgánica
81.7
78.1
76.1b
Energía
79.5
73.3
71.4c
Fibra cruda
12.5
12.8
15.3
N
63.5
60.5
62.0
Digestibilidad total, %
Materia seca
94.8
89.2
86.3
Ceniza
68.9
55.5
50.0
Materia orgánica
95.3
90.5
87.7
Energía
94.3
88.4
87.0
Fibra cruda
40.5
36.6
32.2
N
86.5
73.7
72.0
Fuente de los datos: Macías y Ly (1999, datos no publicados)
Tan beneficioso como el marpacífico han resultado ser las harinas de follaje de
tricantera (Trichanthera gigantea) o morera (Morus alba) en las determinaciones de
digestibilidad rectal o de balance de N. En el estudio informado por Ly et al (2001), se
observó que en la evaluación de ambos follajes de estas especies no leguminosas, la
morera mostró indicadores superiores a la tricantera, tal como se muestra en la tabla
11.
Tabla 11. Digestibilidad rectal y balance de N en cerdos alimentados
con niveles medios de hojas de árboles no leguminosos en la dieta
Testigo
Tricantera
Morera
Indices fecales
pH
7.53
7.64
7.07
MS, %
30.8
26.2
27.2
Digestibilidad total, %
Materia seca
Materia orgánica
FDN
Nitrógeno
85.4
88.2
75.5
80.6
82.5
68.1
85.1
87.1
79.6
Digestibilidad, %
84.7
Retención, %
Retención:consumo
58.4
Retención:digestión
67.6
Fuente de los datos: Ly et al (2001)
79.2
83.6
50.4
63.8
64.5
75.7
En un estudio posterior que se hizo para estudiar el efecto de niveles de hojas de
morera o del genotipo porcino, Chiv et al (2003) encontraron que no había efecto del
nivel de inclusión del follaje arbóreo en la digestibilidad de MS, y aún más importante,
de materia orgánica (tabla 12). Por otra parte, pareció que una raza exótica mejorada
13
Revista Computadorizada de Producción Porcina
Vol: 11 No. 2 2004
como la Large White, mostró mejores índices digestivos que una vietnamita, como la
Mong Cai.
Table 12. Digestibilidad total de nutrientes en cerdos jóvenes. Efecto del nivel de harina de
hojas de morera y del genotipo
Harina de hojas de morera, %
Genotipo
Mong Cai
Large
0
15
30
50
White
MS fecal, %
52.24
36.52
27.93
27.25
34.61
34.42
Salida fecal, g/kg MS consumida
Material fresco
479
564
718
680
670
550
MS
253
204
208
176
225
201
Agua
226
360
510
504
445
349
Digestibilidad, %
MS
75.0
79.5
79.3
82.3
77.5
79.9
Materia orgánica
82.5
84.2
82.8
85.1
81.7
85.5
Fuente de los datos: Chiv et al (2003)
En lo referente al balance de N, en este experimento se observó la misma tendencia,
tanto desde el punto de vista del nivel de harina de follaje de morera incluída en la dieta,
como del genotipo (tabla 13), es decir, una mejoría en la retención diaria de N que
alcanzó altos valores cuando la harina de hojas de morera constituyó la mitad de la
dieta.
En este mismo sentido, los cerdos Large White mostraron un mejor balance de N que
los vietnamitas Mong Cai, lo que probablemente se debió a que esta raza pudiera tener
un requerimiento menor de proteína para su crecimiento, que generalmente es lento en
comparación con el de las razas exóticas mejoradas.
Tabla 13. Balance de N en cerdos jóvenes. Efecto del nivel de harina de hojas de morera y
del genotipo
Harina de hojas de morera, %
Genotipo
Mong
Large
0
15
30
50
Cai
White
Digestibilidad, %
73.5
72.6
69.3
71.1
68.4
74.9
Retención
En g/día
8.10
7.55
8.05
9.95
7.14
9.68
Como % del consumo
41.0
39.8
42.9
54.1
40.9
48.0
Como % de la digestión
55.5
54.8
61.2
80.5
59.4
63.6
Fuente de los datos: Chiv et al (2003)
En una segunda prueba, Chiv et al (2003) encontraron que el dar las hojas de morera
en forma fresca y molidas, tendía a incrementar el consumo voluntario de los animales,
al compararse éste con el de los mismos animales cuando se le ofrecía el alimento en
forma de harina de hojas secadas al sol (tabla 14).
14
Revista Computadorizada de Producción Porcina
Vol: 11 No. 2 2004
Table 14. Digestibilidad rectal de nutrientes en cerdos. Efecto
del suministro de hojas de morera frescas o secas
Hojas molidas de morera, 30%
Frescas
Secadas al sol
Ración, g MS/kg peso vivo
Suministro
40.0
40.0
Consumo
38.2
36.2
Consumo, % del suministro
95.6
90.5
Indices fecales
pH
5.85
5.95
Materia seca, %
26.43
29.05
Salida fecal, g/kg MS consumida
Material fresco
618
617
MS
161
176
Agua
457
441
Digestibilidad, %
Materia seca
83.9
82.4
Materia orgánica
85.1
83.9
Fuente de los datos: Chiv et al (2003)
Esta misma tendencia fue observada cuando se examinaron los datos de la
digestibilidad de MS y materia orgánica. Es posible que esta respuesta animal se deba
por una parte, a ser las hojas de morera más palatables en estado natural, y por la otra,
que el proceso de secado influye hasta cierto punto en la voluminosidad del alimento,
aumentándolo, lo que se ha preconizado como un factor negativo en el consumo
voluntario del alimento (Kyriazakis y Emmans 1995; Tsaras et al 1998). Sin embargo, el
hecho de secar o no las hojas no determinó ninguna variación en la salida fecal de
material fresco, seco o de agua, respectivamente.
La misma inclinación que se obtuvo para la digestibilidad de la MS y la materia
orgánica, se obtuvo también en el balance de N de los cerdos (tabla 15), que mostraron
un mayor aprovechamiento de los compuestos nitrogenados de la dieta, cuando las
hojas de morera se suministraron en forma fresca a los animales. La causa de esta
respuesta no es evidente, aunque en ello pudiera estar involucrada una modificación en
la proporción de N foliar ligado a la pared celular vegetal, que pudiera estimularse
durante el proceso de secado. Este proceso pudiera ser del tipo de reacción de Maillard,
que suele inhabilitar muchos aminoácidos básicos para su absorción intestinal, por su
interacción con los grupos hidroxilos de los carbohidratos estructurales.
Table 15. Balance de N en cerdos jóvenes. Efecto del suministro de
hojas molidas de morera frescas o secas
Hojas de morera, %
Frescas
Secadas al sol
Balance, g/día
Consumo
13.21
13.49
Salida fecal
3.30
3.41
Digestión
9.91
10.08
Digestibilidad, %
75.0
74.7
Salida urinaria
2.45
2.85
Salida total
5.75
6.26
Retención
7.46
7.23
Retención, % consumo
56.6
47.4
Retención, % digestión
75.3
71.7
Fuente de los datos: Chiv et al (2003)
15
Revista Computadorizada de Producción Porcina
Vol: 11 No. 2 2004
El resultado de las pruebas llevadas a cabo por Chiv et al (2003) sugirieron determinar
el balance de N de harina de follaje de morera, comparado con el de tricantera, pero
alcanzando la mitad de la dieta en vez de un poco menos de la tercera parte, como ya
se había informado anteriormente (Ly et al 2001).
El resultado de esta prueba se muestra en la tabla 16. Chiv et al (2003) obtuvieron
datos que confirmaron los resultados anteriores, en lo que concierne a la superioridad
de la harina de hojas de morera con respecto a la de hojas de tricantera, y por otra
parte, se obtuvieron altas cifras para el balance de N en los cerdos alimentados con
altos niveles de las hojas de morera en el alimento suministrado.
Tabla 16. Digestibilidad rectal y balance de N en cerdos alimentados
con proporciones altas de hojas de tricantera o morera en la dieta
Harina de follaje, 50%
Tricantera
Morera
Indices fecales
AGCC, mmol/100g MS
26.95
54.58
38.76
63.38
NH3, mmol/100 g MS
MS, %
25.80
26.55
pH
7.43
6.69
Digestibilidad, %
Materia seca
73.9
82.5
Materia orgánica
76.9
86.0
FDN
53.4
69.4
N
68.4
77.5
Balance de N, %
Retención:consumo
35.4
60.5
Retención:digestión
53.3
82.0
Fuente de los datos: Ly et al (2001)
Una práctica común en nutrición animal consiste en elevar la densidad energética con
aceite a adido a las dietas altas en fibra o pared celular, como cuando ocurre cuando
se introducen niveles apreciables de forraje en la comida. Esta estrategia ha sido
ensayada en dietas confeccionadas con harinas de follajes de árboles, al utilizar aceite
de palma africana (Elaeis guineensis Jacq.). En el caso del aceite de palma africana, la
idea ha sido el no utilizar aceite refinado, para abaratar su costo y además no
desperdiciar el alto contenido de vitaminas liposolubles, fundamentalmente carotenos,
que se eliminan durante el proceso de refinación..
En la tabla 17 se muestran los resultados de un experimento venezolano donde se
estudiaron niveles variables de aceite crudo de palma y de harina de follaje de
tricantera. Seijas et al (2003) no hallaron ninguna interacción entre estos dos factores,
salvo en la digestibilidad rectal del extracto etéreo, que aumentó con el aumento del
aceite en dieta cuando no había follaje, y que por la otra parte, disminuyó o respondió
curvilíneamente con el aceite en el alimento. Los otros índices digestivos no mostraron
ninguna influencia notable o siguieron la misma tendencia de la digestibilidad del
extracto etéreo, con valores máximos para 5% de aceite en la dieta. Desde el punto de
vista de la inclusión del follaje, se halló sorprendentemente una alta digestibilidad de la
pared celular, sin influencia del nivel del follaje de tricantera, y ningún efecto negativo en
la digestibildiad del N y de la materia orgánica.
16
Revista Computadorizada de Producción Porcina
Vol: 11 No. 2 2004
Tabla 17. Digestibilidad rectal de nutrientes en cerdos alimentados con follaje de tricantera
y aceite crudo de palma
Materia
Extracto
MS
orgánica
FDN
etéreo
N
Harina de follaje de tricantera, 0%
Aceite de palma, 0%
Aceite de palma, 5%
Aceite de palma, 10%
85.6
87.5
87.4
86.1
88.4
85.3
79.7
74.2
73.3
76.5
86.9
91.7
83.7
86.0
79.0
84.6
84.7
86.2
84.7
84.1
84.4
78.1
78.6
81.6
74.6
76.3
70.7
82.4
82.1
82.6
82.6
85.0
82.8
83.0
84.0
81.1
76.2
79.4
77.3
69.4
77.5
75.5
80.3
82.3
81.1
Harina de follaje de tricantera, 10%
Aceite de palma, 0%
Aceite de palma, 5%
Aceite de palma, 10%
Harina de follaje de tricantera, 20%
Aceite de palma, 0%
Aceite de palma, 5%
Aceite de palma, 10%
Fuente de los datos: Seijas et al (2003)
Este mismo tipo de ensayo fue ejecutado también en Venezuela por González et al
(2004), para evaluar la misma influencia, pero en dietas de follaje de morera. De
acuerdo con los resultados de esta prueba, los resultados tampoco mostraron efecto de
importancia en la interacción entre los factores dietéticos estudiados. Por otra parte,
estos datos son más consistentes con la teoría, puesto que la inclusión creciente de
follaje de morera en el alimento, aunque ligeramente, hizo descender la digestibilidad
rectal de la materia orgánica, la energía, la pared celular y el N (tabla 18). Desde otro
punto de vista, las cifras estimadas para la digestibilidad rectal de la pared celular
vegetal fueron inferiores, pero más congruentes, que las que se hallaron para este
mismo índice digestivo correspondiente a las dietas con harina de tricantera (ver tabla
17).
Tabla 18. Digestibilidad rectal de nutrientes en cerdos alimentados con follaje de morera y
aceite crudo de palma
Materia
MS
orgánica
FDN
Energía
N
Harina de follaje de morera
Ninguna
88.1
10%
85.5
20%
82.7
Aceite crudo de palma
Ninguno
86.9
3%
85.8
6%
84.4
9%
84.7
Fuente de los datos: González et al (2004)
82.1
80.2
78.9
68.4
62.9
60.1
86.7
83.6
79.9
87.5
83.4
78.2
80.4
80.5
81.7
81.6
67.2
62.8
62.3
63.0
85.3
84.0
82.2
82.1
84.6
83.2
81.4
81.6
Parece obvio que se requiere más investigación desde el punto de vista de aspectos
digestivos del cerdo, en el área de la inclusión de aceite de palma en dietas contentivas
de forraje arbóreo.
17
Revista Computadorizada de Producción Porcina
Vol: 11 No. 2 2004
PRUEBAS DE COMPORTAMIENTO ANIMAL
En comparación con lo que ya se sabe sobre el valor nutritivo de distintos follajes
arbóreos para el ganado porcino, son más bien raras las pruebas de comportamiento
hechas con cerdos. Tal vez la ejecución sistemática de pruebas de alimentación hechas
con follaje arbóreo fue llevada a cabo por primera vez en el paises del Sudeste Asiático,
como las Filipinas y Tailandia (Patricio 1956; Rivas et al 1978; Kassumma 1987), donde
se hicieron evaluaciones del uso de follaje de leucaena en alimentación porcina. Entre
los informes hechos a este respecto, pudiera mencionarse el hecho por Kassumma
(1987) sobre experimentos tailandeses destinados a contrarrestar el efecto negativo de
la mimosina contenida en la leucana, con vista a preparar forraje para el ganado
porcino. En la tabla 19 se presentan datos expuestos por Kassumma (1987) en la
revisión que hiciera en su momento sobre el tema de la desintoxicación del forraje de
leucaena. Los procedimientos probados por Ruengpaibul (1984, citado por Kassumma
1987) fueron sencillos y fáciles de reproducir, y sugirieron que era necesario el exponer
al sol el follaje para neutralizar el efecto negativo de la mimosina en los rasgos de
comportamiento de los cerdos.
Tabla 19. Rasgos de comportamiento de cerdos en crecimiento (30-60 kg)
1
alimentados con harina de hojas de leucaena tratada o no
Consumo,
Ganancia,
Conversión,
Tratamiento de las hojas
kg/día
kgdía
kg/kg
Hojas frescas sin tratar
1.67
0.540
3.06
Remojadas un día y secadas
1.91
0.680
2.81
Molidas y remojadas un día
2.00
0.690
2.90
Secadas
2.09
0.770
2.71
1
Se incluyó un 15% en la dieta en todos los casos
Fuente: Ruengpaibul (1984, citado por Kassumma 1987)
Varios son los informes hechos sobre la determinación de rasgos de comportamiento de
cerdos alimentados con forraje de leucaena, y los resultados, entre los más recientes,
han sido positivos (Argenti y Espinoza 1998; Liu y Wang 1998), variables (Rodríguez et
al 1990) o francamente negativos (Salas y Castellanos 1981; Estrella et al 1985, citado
por Mena 1987), probablemente debido a que en la mayoría de los casos no se tuvo en
cuenta el eliminar eficientemente la mimosina del follaje, o bien se usó forraje arbóreo
que no era de corte periódico, y por lo tanto el follaje no era joven, y así se disminuía su
contenido de N. A la par, este N se presenta en estos casos más ligado a la pared
celular vegetal, y por consiguiente, se hace menos digestible, como han demostrado
Pok et al (2004).
Ha sido difícil el estudio del uso de otras leguminosas arbóreas en alimentación porcina,
como es el caso de la gliricidia, que si bien muestra valores muy altos de digestibilidad
in vitro del N y en general del material seco (ver tablas 5 y 6), es poco aceptado por los
cerdos (Díaz et al 2004). Aún así, Vázquez y Roso (1997) lograron ejecutar una prueba
de comportamiento en cerdos en crecimiento alimentados con follaje de gliricidia, pero
hallaron a partir de 10% de inclusión, un deterioro evidente en la conversión alimentaria
y la ganancia diaria de peso (tabla 20). Esto pudiera atribuirse a los mismos factores
que puede determinar la harina de leucaena en dietas para cerdos.
18
Revista Computadorizada de Producción Porcina
Vol: 11 No. 2 2004
Tabla 20. Rasgos de comportamiento de cerdos en crecimiento alimentados con
1
harina de follaje de gliricidia
Harina de follaje de gliricidia, %
Criterio
10
20
30
40
Número de animales
6
6
6
6
6
Peso inicial, kg
18.3
18.0
19.0
19.8
17.8
Peso final, kg
60.4
59.2
59.7
44.3
37.8
Ganancia diaria, kg
0.706
0.693
0.678
0.409
0.333
Conversión, kg/kg
2.83
2.88
2.94
3.91
4.24
Fuente: Vázquez y Roso (1997)
Debido a que en general no han sido muy prometedores los resultados hechos en la
alimentación porcina con follajes de árboles leguminosos, el interés de muchos
nutricionistas ha girado hacia las especies arbóreas o arbustivas que no son
leguminosas. Tal vez el experimento de Abreu (1984, citado por Mena 1987) sea
ilustrativo de esta situación. En la prueba de comportamiento que se muestra en la tabla
21, el resultado de la comparación entre harina foliar de leucaena y la de yuca, la de
esta arbustiva resultó considerablemente superior a la de la leguminosa. Habría que
especular en este punto, si aún en igualdad de edad de corte, el follaje de yuca fue
convenientemente tratado, para eliminar los cianoglucósidos, y el de leucaena no. En
ambos casos, el secado al sol, suele ser bastante efectivo para la eliminación de los
factores antinutricionales que contienen los follajes.
Tabla 21. Rasgos de comportamiento de cerdos en finalización alimentados con
harina de hojas de leucaena o yuca
Harina foliar, 15%
Criterio
Ninguna
Leucaena
Yuca
Peso inicial, kg
60.9
59.2
60.0
Peso final, kg
102.1
98.5
100.3
Consumo, kg/dIa
2.92
2.85
2.98
Ganancia diaria, kg
0.800
0.675
0.782
Conversión, kg/kg
3.66
4.22
3.81
1
La fuente energética fue jugo de caña de azúcar, circa de 72% de la dieta
Fuente: Abreu (1984, citado por Mena 1987)
La estrategia seguida por Mena (1987) de aprovechar la carencia de fibra del jugo de
ca a de azúcar para incorporar el follaje arbóreo como una fuente proteica importante,
aparentemente dió igualmente resultados positivos cuando se estudió la guásima o
guásimo (Guazuma ulmifolia), de la que sí se suele dar las bayas a los cerdos, pero no
su follaje. En la tabla 22 se muestran resultados interesantes sobre el uso de la guásima
como forraje para los cerdos. Mena (1989) encontró que los cerdos respondieron al
suministro del follaje incrementando ligeramente el consumo voluntario de alimento, y
esto repercutió positivamente en el aumento diario de peso, aunque la conversión
alimentaria tendió a aumentar también. No obstante, estos resultados alientan a
continuar estudiando el uso de guásima en alimentación porcina.
19
Revista Computadorizada de Producción Porcina
Vol: 11 No. 2 2004
Tabla 22. Rasgos de comportamiento de cerdos en crecimiento
alimentados con jugo de ca a y hojas de guásima
Criterio
Peso inicial, kg
Peso final, kg
Días en prueba
Consumo, kg/dIa
Ganancia diaria, kg
Conversión, kg/kg
Fuente: Mena (1989)
Hojas frescas de guásima, %
Ninguna
7.6
23.7
23.7
69.6
71.2
91
91
2.10
2.47
0.504
0.521
4.17
4.75
Sarría et al (1991) encontraron que a partir del 15% de inclusión de harina de tricantera
en la comida, no disminuía el consumo de alimento, pero si se deterioraba tanto la
ganancia diaria como la conversión alimentaria (tabla 23). Vale la pena mencionar que
la tricantera es otra especie arbórea no leguminosa que pudiera ser incluída en la dieta
de los cerdos. Sin embargo, los resultados contradictorios que se han hallado en el uso
de forraje de tricantera en cerdos pudiera deberse a que no se ha tenido en cuenta que
posiblemente la frecuencia de poda o corte puede determinar un mayor o menor
contenido de N ligado a la pared celular. Ya se conoce que la edad del follaje de
tricantera influye fuertemente en su calidad como fuente proteica para cerdos (Pok et al
2004).
Tabla 23. Rasgos de comportamiento en cerdos alimentados con nivele variables de
harina de follaje de tricantera en sustitución de harina de soya
Proteína de tricantera, % del total en dieta
5
15
25
Peso inicial, kg
27.0
26.0
25.1
24.9
Peso final, kg
98.0
92.0
84.2
75.8
Consumo, kg MS/día
2.05
2.08
1.98
1.98
Ganancia, kg/día
0.626
0.585
0.522
0.451
Conversión de MS, kg/kg
3.27
3.56
3.80
4.04
Fuente de los datos: Sarría et al (1991)
En contraste con lo hallado por Sarría et al (1991), las observaciones de Trigueros y
Villalta (1997) sugirieron que entre cero y 20% de harina de morera en la ración existía
aparentemente una respuesta curvilinea evidente en el consumo voluntario de alimento
en cerdos en crecimiento, con un deterioro importante en otros rasgos de
comportamiento cuando la morera constituía un 20% de la dieta (tabla 24).
Tabla 24. Rasgos de comportamiento en cerdos alimentados con niveles variables de
harina de follaje de morera
Harina de follaje de morera, %
5
10
15
20
Peso inicial, kg
17.1
16.3
15.8
17.4
16.5
Peso final, kg
54.5
52.5
54.6
58.4
47.3
Consumo, kg MS/día
2.29
1.96
2.10
2.21
1.83
Ganancia, kg/día
0.68
0.65
0.70
0.74
0.56
Conversión de MS, kg/kg
3.37
3.00
2.99
2.98
3.61
Fuente de los datos: Trigueros y Villalta (1997)
Opuestos a estos resultados salvadore os, los datos obtenidos por Osorto (2003) en
Yucatán indicaron que no había influencia negativa de un 20% de harina de follaje de
morera en los rasgos de comportamiento de cerdos en crecimiento-ceba (tabla 25), lo
que pudiera sugerir una posible adaptación a largo plazo de los animales al consumo de
20
Revista Computadorizada de Producción Porcina
Vol: 11 No. 2 2004
este follaje arbóreo, o bien una mayor calidad de la morera usada en el experimento de
Osorto (2003), entre otras causas.
Tabla 25. Rasgos de comportamiento y canal de cerdos (20-90 kg) alimentados
con niveles variables de harina de follaje de morera
Harina de follaje de morera, %
10
15
20
Consumo, kg MS/ día
1.89
1.82
1.83
1.79
Ganancia, kg/día
0.715
0.687
0.674
0.738
Conversión de MS, kg/kg
2.64
2.65
2.71
2.43
Rendimiento en canal, %
77.66
78.71
78.06
77.75
Grasa dorsal, mm
23.5
20.7
16.5
15.2
Fuente de los datos: Osorto (2003)
Una comparación en el uso de harina de follaje o de hojas frescas en la alimentación de
cerdos, indicó que el suministro de hojas frescas, en la forma en que se hizo el
experimento de Osorto (2003), no favorece el uso del follaje fresco, aparentemente por
una disminución en el consumo de alimento (tabla 26). Estos resultados mexicanos no
coinciden con los obtenidos en Camboya por Chiv et al (2003) y sugieren que el tema
merece más atención.
Tabla 26. Rasgos de comportamiento de cerdos en finalización (50-90 kg) alimentados
con harina de follaje u hojas frescas de morera
Harina de follaje, %
Hojas
1
frescas
10
15
20
Consumo, kg MS/día
2.18
2.13
2.21
2.09
1.52
Ganancia, kg/día
0.782
0.696
0.684
0.731
0.633
Conversión de MS, kg/kg
2.79
3.06
3.23
2.86
2.40
1
Hojas ad libitum + suplemento (2.5 g/kg de peso vivo por día)
Fuente de los datos: Osorto (2003)
Un experimento interesante fue el que hizo Mu oz (2003) debido a que es uno de los
pocos que se han hecho suministrando follaje arbóreo a cerdas en gestación. El hecho
de usar follaje de morera tenía la ventaja de que no se corría ningún riesgo en influir
negativamente en los rasgos reproductivos de los animales, debido a que no existen
factores antinutricionales conocidos en la morera. Los datos de consumo de alimento se
presentan en la tabla 27.
Tabla 27. Consumo de alimento en cerdas gestantes alimentadas con forraje de
morera ad libitum
Harina de morera ad libitum
AC
AC
AC, 75%
Consumo, kg
Alimento comercial (AC)
205.20
205.20
153.90
Morera
46.44
45.47
Total
205.20
251.64
199.37
Espesor de grasa dorsal, mm
Inicio de gestación
13.75
15.50
13.50
Final de gestación
12.00
13.50
11.25
Diferencia
- 1.75
- 2.00
- 2.25
Fuente de los datos: Muñoz (2003)
En este ensayo, Muñoz (2003) no halló ningún efecto negativo en el tama o de la
camada, el peso de la camada o de su ganancia, lo que contrasta muy favorablemente
con lo que se conoce muy bien, a patir de evaluaciones hechas anteriormente por Willet
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Revista Computadorizada de Producción Porcina
Vol: 11 No. 2 2004
et al (1945) y por Wayman e Iwanaga (1957) en los que se demostró el efecto altamente
nocivo de alimentar cerdas reproductoras con leucaena.
CONCLUSIONES
El estado del conocimiento sobre el uso del follaje de árboles y arbustos tropicales en la
alimentación y la nutrición porcina, permite establecer varias ventajas y desventajas
sobre su uso. Entre las limitantes en el uso de este follaje, como las de cualquier otro
forraje para cerdos, se puede indicar que contiene una alta proporción de fracciones
fibrosas, y en el caso de las especies fundamentalmente leguminosas, éstas contienen
factores antinutricionales que es necesario neutralizar para que el uso del follaje sea
usado con beneficio por los cerdos. Sería necesario subrayar, a la luz de los
conocimientos actuales, que los árboles y arbustos tropicales no leguminosos parecen
aventajar a los leguminosos en el aprovechamiento de sus nutrientes, sobre todo el N,
y en determinar mejores rasgos de comportamiento y reproductivos en el ganado
porcino.
De hecho, los árboles y arbustos tropicales no leguminosos pueden integrarse a los
sistemas de producción de animales monogástricos, mediante el uso de las excretas de
estas especies como fuente de fertilizante, lo que contribuye a preservar el medio
ambiente y a disminuir o prescindir del uso de fertilizantes químicos. A su vez, esta
práctica equipara el uso de follaje de árboles no leguminosos con el de los que sí lo son.
Por otra parte, es posible destinar los follajes arbóreos con menos pared celular y
sustancias antinutricionales, a la alimentación de especies monogástricas como el
cerdo, y utilizar las que no tienen estas características en la alimentación de especies
rumiantes
No obstante, tal vez las mayores desventajas que se pudieran observar en el uso de
este tipo de forraje, es que no en todo el mundo tropical se tiene conocimiento ni
experiencia en su uso para especies monogástricas como el cerdo, y que tampoco se
sabe mucho sobre el costo de producción del follaje arbóreo, cuando los árboles se
cultivan como especies perennes localmente disponibles.
En este sentido, hay que tener en cuenta, que segú los datos que ya se poseen, el
follaje arbóreo y arbustivo puede rendir anualmente más proteína que muchos granos y
otros recursos alimentarios, en los que insumo de cultivo, incluyendo semilla, suelen ser
bastante costosos. Igualmente, debe considerarse que los árboles forrajeros pueden
cultivarse como cualquier otro tipo de planta, y pueden ser utilizados para la finca
familiar o en el sistema de plantaciones. Esto significa, que como cualquier otro cultivo,
el de los árboles tropicales como alimento para el ganado porcino admite todas las
escalas de producción posibles, y dependerá en definitiva de los propósitos que se
tengan en la crianza de cerdos.
En definitiva, parece que se requiere continuar investigando y poner en práctica los
resultados que se obtienen para incrementar la eficiencia de los sistemas de producción
porcina mediante la integración del componente arbóreo como un subsistema
imprescindible. Es necesario intensificar el trabajo de capacitación, divulgación y de
investigación participativa en el medio rural para acelerar la introducción de los
resultados experimentales en la producción porcina en el menor tiempo posible.
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Revista Computadorizada de Producción Porcina
Vol: 11 No. 2 2004
AGRADECIMIENTOS
El autor desearía expresar su agradecimiento a todos sus colegas de la Fundación para
la Universidad de Agricultura Tropical, durante su permanencia en el campus de la Real
Universidad de Agricultura, Phnom Penh (2000-2003), y del Departamento de
Bioquímica y Fisiologia, del Instituto de Investigaciones Porcinas, La Habana,
particularmente a los Sres. Consuelo Díaz y Manuel Macías, por todo el apoyo y
colaboración entusiasta en el desarrollo de muchos de los trabajos expuestos en el
presente texto. Igualmente quisiera agradecer la asistencia técnica de la Sra. Martha
Carón y de las bibliotecarias del Instituto de Investigaciones Porcinas, por su eficiente,
seria y eficaz ayuda en la localización y captura de información a veces muy difícil de
encontrar.
Igualmente, es necesario expresar las gracias a las agencias suecas SIDA/SAREC así
como a la FAO (Roma), por financiar en parte los estudios llevados a cabo en
Camboya, en Vietnam y en Laos. Las autoridades del Grupo Empresarial Porcino, del
Ministerio de Agricultura de la República, colaboraron siempre para que todo el trabajo
experimental se condujera sin contratiempo de ningún tipo, tanto en el Instituto como
fuera del mismo.
Finalmente, aunque no en menor demasía, queda agradecer a la Federación
Venezolana de Porcicultores, y particularmente al Dr. Alberto Cudemus y al Ing.
Francisco Monzón, quienes extendieron una cordial invitación para participar en
Expoferia Porcina 2004 (Maracay, octubre 6 al 9), donde se presentó una gran parte de
estos datos, dentro del Seminario de Alimentación Porcina y Materias Primas
Alternativas, coordinado por el Dr. Carlos González, infatigable y entusiasta colaborador
de nuestro Instituto.
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