Download CENTRO ANACLETO ANGELINI PARA LA INNOVACIÓN
Document related concepts
Transcript
CENTRO ANACLETO ANGELINI PARA LA INNOVACIÓN TECNOLÓGICA PALABRAS DE ROBERTO ANGELINI PRESIDENTE DE EMPRESAS COPEC Estimadas amigas, estimados amigos, A nombre de las Empresas del Grupo Angelini, quiero agradecer sinceramente la asistencia de todos ustedes en este acto, al que hemos invitado en conjunto con la Pontificia Universidad Católica de Chile. La presencia del señor Arzobispo de Santiago, del Ministro de Economía, autoridades de Gobierno, empresarios, directivos y académicos universitarios, representantes del mundo de la innovación, como también la de numerosos emprendedores, da cuenta de la gran significación que tiene esta ceremonia. En ella, pondremos simbólicamente la primera piedra del Centro Anacleto Angelini para la Innovación Tecnológica. Confiamos en que esta iniciativa será una contribución trascendente para fomentar el diálogo entre ciencia, tecnología, investigación y emprendimiento, un tema al que las empresas del Grupo han conferido siempre la mayor importancia. Este acto es una muestra más de ello: reforzar nuestro compromiso de favorecer ese vínculo, en pro del desarrollo de Chile. Lo hacemos, concretando nuestra aspiración de generar un espacio propicio para la convergencia de nuevas ideas, experiencias y conocimientos puestos en función de una meta país, la de alcanzar ese anhelado desarrollo, con toda la connotación social que este concepto conlleva. Esa es la gran motivación que hoy nos reúne. Nuestra economía debe enfrentar el desafío de renovar fórmulas para situarse de manera ventajosa en el concierto mundial. A Chile se le hace cada vez más difícil afianzar la posición que ha conquistado en mercados globales. Por lo tanto, es necesaria la creación de nuevas plataformas productivas y de servicios, con mayor valor agregado. Por otra parte, la evidencia internacional nos recuerda que los países, cuya estructura productiva está basada en sectores intensivos en conocimiento, crecen a un ritmo más estable que aquellos cuyas trayectorias son más dependientes de las dinámicas de precios. Hoy en día, Chile invierte apenas el 0,67 por ciento de su Producto en investigación, desarrollo e innovación, mientras que los países de la OCDE invierten cuatro veces más. El último informe de esta organización señala que nuestro país ocupa el penúltimo lugar entre sus 31 miembros en cuanto a innovación, desarrollo y generación de conocimientos. Más aún, sigue pendiente el desafío que hace unos años nos encomendó esta entidad, cuando presentó el informe sobre la realidad de la innovación en Chile. Reconoció que nuestro país ha sido pionero entre las economías en desarrollo, en términos de reformas y apertura al comercio internacional y la inversión. Pero recalcó que la economía debía fortalecer los niveles de innovación para alcanzar un mayor crecimiento y hacerlo sustentable, paralelamente al desarrollo social. Por otra parte, el Gobierno se ha planteado la meta de elevar este esfuerzo, apuntando a un gasto en estas materias equivalente al 2,5% del Producto para el año 2025. Es decir, alcanzar niveles de países emblemáticos como Australia, Nueva Zelanda, Corea del Sur, Singapur, Finlandia o Suecia. Para ello, ha establecido que el sector privado quintuplique su actual inversión. Y para el sector público, doblarla. Mientras en Chile los doctorados trabajan principalmente en el ámbito universitario, en los países en que la innovación tecnológica tiene un espacio significativo, sus doctores lo hacen en empresas, aplicando sus conocimientos en obtener mejorías en los procesos productivos. Las capacidades de los investigadores en ciencia y tecnología, y los propiciadores de nuevos modelos de negocio, deben volcarse cada vez más certeramente al ámbito productivo, a las necesidades que el país quiere satisfacer. Ese debiera ser nuestro norte. Este cambio de paradigma, es a lo que aspiramos. Aportar desde la empresa a producir conocimiento y, en definitiva, a la estructura productiva del país para alcanzar un mayor bienestar social. La innovación es un desafío para todos. Hemos tenido avances significativos en lo que respecta al rol orientador y al compromiso financiero del Estado. También en la academia, donde el conocimiento y la innovación se han ido acercando cada vez más a las necesidades del país. Y por supuesto, en el mundo privado, que tiene una enorme responsabilidad, ya que es en las empresas donde esencialmente se manifiesta la incorporación de ese conocimiento. La mayoría de las veces traducido en tecnología, dando vida a nuevos procesos productivos. Así, todos hemos ido generando el necesario vínculo entre la esfera del saber y el hacer. Un círculo virtuoso. Este reto lo hemos asumido siempre en las empresas del Grupo y, desde hace algunos años, junto a la Universidad Católica – reconocida internacionalmente por su capacidad investigativa – como una labor consustancial a nuestra condición empresarial. En nuestras diversas áreas de negocios nos hemos distinguido por nuestra vocación por innovar, aportando valor en distintos ámbitos de la actividad económica. Innovación, necesaria para liderar los mercados. Innovación, para competir en un mundo global. Cuántas experiencias en nuestras compañías dan cuenta de este compromiso. En el sector forestal, Celulosa Arauco, a través de su centro científico Bioforest, ha impulsado desde 1990 investigaciones y tecnologías propias, mediante procedimientos de vanguardia en biotecnología, tanto en el ámbito forestal como de la celulosa. O en la distribución de los combustibles, donde el espíritu de innovación nos ha llevado a ser la Primera en Servicio, incorporando permanentemente productos más amigables con el medio ambiente. También en la tradicional actividad pesquera, en la que, desde la producción de harinas, pasamos a productos de consumo humano directo. Y, a partir de marzo de este 2012, nos insertaremos en el mercado farmacéutico y nutracéutico, por medio de la elaboración de concentrados de Omega 3 y Omega 6, a partir del aceite de pescado. A ello, se sumará el proyecto Bioámbar, una asociación con la Universidad de Harvard, para elaborar, a partir de estos concentrados de aceite, productos farmacológicos que prevengan y curen el cáncer. En esta permanente preocupación, y más allá de nuestras fronteras productivas, no puedo dejar de referirme a la Fundación Copec - UC, entidad que da origen a nuestra alianza con la Pontificia Universidad Católica de Chile en estos temas, y que nos ha permitido promover la ciencia aplicada a diversas iniciativas empresariales. Estamos cumpliendo diez años, en los cuales como Fundación hemos otorgado apoyo por más de $ 3.300 millones a 52 líneas de investigación, proporcionando apoyo técnico, comercial y financiero, para que interesantes innovaciones, generadas a partir del trabajo de científicos, puedan convertirse en nuevos emprendimientos. Éstas han tenido un auspicioso resultado. Se han presentado ya veinticuatro solicitudes de patentes nacionales e internacionales – seis de las cuales ya han sido otorgadas– y 31 proyectos se encuentran en fase de comercialización. Más aún, en esta tarea de financiar innovación, hace poco dimos un nuevo paso, con la creación del Fondo Privado de Capital de Riesgo Copec – UC, que con la ayuda de CORFO, nos ha permitido apoyar a la fecha el desarrollo y escalamiento de tres emprendimientos en etapa temprana. En coherencia con toda esta línea de trabajo y visión empresarial, participamos hoy en la ceremonia de establecimiento de la primera piedra, “la piedra fundacional”, del Centro Anacleto Angelini para la Innovación Tecnológica. Un lugar que procurará el diálogo permanente, la interacción entre profesores, alumnos, industrias y emprendedores. En definitiva, un valioso espacio para crear futuro. En el edificio que se construirá a partir de hoy, la academia aportará con su capacidad investigativa, la posibilidad de experimentar y generar el conocimiento. Al mismo tiempo, las empresas, cercanas a los mercados, contribuirán con su experiencia en modelos de negocios. Y, por supuesto, los emprendedores…con sus sueños, con sus ideas. La arquitectura del Centro fue diseñada con esta mirada. El próximo 2013, Año de la Innovación, se inaugurará esta obra, de significativas proyecciones en el desafío que nos ocupa como país: integrar investigación, innovación, ciencia, tecnología y empresa. Llevará el nombre del fundador de lo que hoy es uno de los más importantes conglomerados empresariales del país: Don Anacleto Angelini. Construimos esta obra sobre el recuerdo de un emprendedor de verdad, de esos que tanto exige el desarrollo de los países. Un empresario que estableció una verdadera cultura de negocios, que fue y sigue siendo un ejemplo para todos los que estamos involucrados en hacer empresa. Un hombre que, tal como esta edificación, fue construyendo a partir de un primer impulso, su primera piedra; en forma incansable, con la solidez de principios, con el espíritu del que persigue sus sueños, los propios, los de su país. Estimadas amigos, estamos confiados que esta primera piedra, que se irá transformando día a día en el Centro Anacleto Angelini para la Innovación Tecnológica, permitirá rendir un justo homenaje a un gran hombre, como también será grande y decisivo el aporte que este espacio genere para el progreso de Chile. Muchas gracias.