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Transcript
Ahorro Preventivo y Crecimiento Económico
Ana Isabel Mateos Ansótegui
CEU San Pablo Elche
Cuando en 1983 se preguntó a los consumidores que participaron en el Informe
de la Reserva Federal (Survey of Consumer Finances), sobre los motivos por los
cuales ahorraban, sólo el 15% fue consistente con la predicción de los modelos del
Ciclo Vital y la Hipótesis de la Renta Permanente (LC/PIH): ahorraban para su
jubilación. En cambio, un 43% dijo que ahorraba en previsión de posibles
contingencias. Igualmente, diferentes trabajos empíricos realizados en España sobre
el gasto en consumo han demostrado que el comportamiento de las familias se aleja
de los esquemas de la teoría de la renta permanente. La existencia de restricciones de
liquidez por un lado y el efecto de la incertidumbre por otro, explican este
fenómeno. Dado que el desempleo, principal generador de incertidumbre en la
corriente de ingresos familiares, la posición del sector público respecto a la garantía
de las pensiones, la evolución del tipo de interés y la facilidad para acceder al
mercado financiero vía acumulación de activos influyen en la aparición del ahorro
preventivo, en este artículo se aborda la necesidad de estudiar como éste se genera
para un diseño adecuado de las políticas de crecimiento económico.
Introducción
Como es bien conocido, la conexión entre ahorro y crecimiento ha dado lugar a una amplia
literatura al respecto, desde los modelos originales de Harrod-Domar, Solow y Arrow hasta las
últimas aportaciones en modelos de crecimiento endógeno. Si una mayor tasa de ahorro induce a
una mayor tasa de crecimiento, o si una mayor tasa de crecimiento induce una mayor tasa de
ahorro, es un punto de continua discusión. Pero no sólo por la búsqueda de un mejor entendimiento
del proceso, sino por lo que supone a efectos de diseñar políticas económicas. El hecho es que esta
relación existe y es positiva (y robusta ya que estudios de datos cruzados a nivel internacional
encuentran el mismo resultado para diferentes países). De hecho, tanto el FMI en su informe
“Saving behavior in industrial and developing countries” en 1995 como Edwards (1995) plantean la
existencia de un círculo virtuoso en el sentido de que las economías que más crecen alcanzan las
tasas de ahorro más elevadas, lo que a su vez favorece un crecimiento más rápido. Pero ¿qué
determina el nivel de ahorro?
El objetivo de este artículo es analizar los determinantes del ahorro y en particular el ahorro
preventivo como una vía para mejorar la eficiencia de las políticas económicas tendentes a
fomentar el crecimiento económico.
La respuesta de los consumidores en el Informe de la Reserva Federal (Survey of Consumer
Finances) fue el comienzo de la construcción de nuevos modelos (versiones del LC/PIH) que
intentaban llenar el vacío que las teorías clásicas sobre el consumo habían dejado en torno a un
nuevo problema: la aparición de la incertidumbre. Cuando un individuo percibe la posibilidad de
fuertes fluctuaciones en su renta (normalmente a la baja), tenderá a ahorrar para construir un
patrimonio que sirva de colchón ante eventuales pérdidas de renta. El nivel de este patrimonio va a
depender de su grado de incertidumbre ante la evolución futura de sus ingresos, de la probabilidad
de sufrir dicha pérdida, y por último de las posibilidades de endeudarse, es decir, de sus
restricciones de liquidez.
1
Estos modelos de consumo alternativos en lugar de basarse únicamente en las preferencias,
se basan en la idea de que los consumidores quieren mantener un nivel medio de consumo similar
al nivel medio de ingresos. Es cierto que la fuente más importante de incertidumbre sobre la
evolución futura de los ingresos son las expectativas sobre desempleo. Aunque no han sido
introducidas en todos los modelos, al igual que las restricciones de liquidez, no se puede negar la
importancia de este componente como elemento determinante del comportamiento de los
consumidores. Estos consumidores muestran por un lado impaciencia y por otro prudencia ante
unos ingresos inciertos. Ambos proporcionan el punto departida para los modelos “buffer-stock”.
Impaciencia en el sentido de que si sus ingresos estuvieran asegurados, les gustaría pedir préstamos
frente a sus ingresos futuros para financiar el consumo presente1 y prudencia, deseando incrementar
sus tenencias de activos seguros, ahorrando de forma preventiva. El objetivo será, por tanto,
conseguir un stock de riqueza o un ratio riqueza/renta permanente, de forma que si la riqueza es
menor que este objetivo, el ahorro por motivo precaución domina a la impaciencia, lo que hará que
el individuo ahorre, mientras que si la riqueza es inferior al objetivo, la impaciencia domina a la
prudencia, y el individuo desahorrará.
El contraste de las hipótesis de las teorías del Ciclo Vital y de la Renta Permanente han sido
rechazadas sistemáticamente, mostrando problemas de exceso de sensibilidad y exceso de suavidad
provocados por diversas razones. Hall, en su artículo de 1978 demostró que bajo la Hipótesis de la
Renta Permanente con Equivalente Cierto2, el consumo seguía una martingala3. Posteriormente, en
sendos artículos publicados en 1.989 por Hall y Campbell y Deaton este hecho fue refutado al
comprobar que el cambio en el consumo respondía positivamente a cambios de renta del periodo
precedente, lo que implicaba que respondía a cambios anticipados de la renta corriente cuando ésta
está positivamente correlacionada en primeras diferencias. Es decir, la Hipótesis de la Renta
Permanente con Equivalente Cierto es rechazada por ser el consumo excesivamente sensible a la
renta anticipada. Se planteó entonces el uso de un modelo alternativo que fuera capaz de capturar
esa excesiva sensibilidad. Se trata de los modelos de ahorro preventivo que aquí vamos a estudiar.
Igualmente se ha observado que el modelo de la Hipótesis de la Renta Permanente con
Equivalente Cierto es rechazada porque el consumo actual es excesivamente suave, lo que se
conoce como la Paradoja de Deaton. Esto significa que, si bien la Hipótesis de la Renta Permanente
implica que la senda de consumo óptima es más volátil que la senda de la renta corriente cuando
ésta está correlacionada en primeras diferencias, esta predicción es inconsistente con el supuesto de
que el consumo es suave porque la renta permanente es más suave que la renta corriente: lo que se
ha observado es que el consumo es más suave en relación a la renta corriente.
Del mismo modo que anteriormente, la forma de solucionar este exceso de suavidad es
relajar el supuesto del Equivalente Cierto y usar modelos de ahorro preventivo. Igualmente
importantes son los estudios sobre las restricciones de liquidez y su papel en la determinación del
nivel de ahorro de un agente económico. Estas restricciones de liquidez han sido estudiadas
principalmente desde el punto de vista del acceso limitado al crédito. Los individuos o bien no
pueden endeudarse en absoluto, o bien sólo pueden hacerlo hasta cierto límite. La liberalización de
los mercados financieros jugará un papel crucial en la posibilidad de los agente económicos a
acceder a estos créditos, induciendo a ahorrar por motivos preventivos en función de esa
accesibilidad. Otra vía de restricción de liquidez que cada vez adquiere más importancia es la
referente al endeudamiento a la hora de comprar una casa y la mayor o menor facilidad para
conseguir una hipoteca.
1
La impaciencia es medida por la tasa de preferencia temporal, captando la diferencia que para un individuo supone
poder consumir lo mismo en diferentes periodos de su vida. Cuanto mayor sea la preferencia por el consumo corriente,
menor será la inclinación al ahorro.
2
El equivalente cierto supone el uso de funciones de utilidad cuadráticas, lo que implica que los consumidores toman
las mismas decisiones cuando la renta es cierta que cuando es incierta.
3
es decir Et(Ct+1) = Ct
2
Para el caso español, a través de los datos de la ECPF, se ha podido comprobar (Cutanda,
1995) que el gasto en consumo se aleja claramente de los resultados previstos por la teoría de la
renta permanente. El exceso de sensibilidad a la renta está demostrado sobre todo, en los bienes
duraderos. La existencia de restricciones de liquidez y el ahorro preventivo explican estos
resultados.
Carroll (1994) investiga cómo afecta la renta futura al consumo corriente. Si bien se observa
una fuerte relación entre la renta media corriente y el consumo medio corriente entre grupos4, no es
concluyente respecto a los niveles absolutos, dado que la renta corriente puede estar altamente
correlacionada con los ingresos a lo largo de toda la vida. Los estudios econométricos muestran una
fuerte relación entre el consumo corriente y la renta corriente anticipada, pero ninguna relación con
los cambios esperados de renta a lo largo de la vida. Además, en condiciones ceteris-páribus, los
consumidores con un elevado grado de incertidumbre en sus rentas presentan niveles muy bajos de
consumo corriente y altos niveles de ahorro.
Aunque parecen resultados contradictorios, ambos son consistentes con modelos donde el
ahorro sirve de “colchón” contra las incertidumbres.
Determinantes del ahorro preventivo
La preocupación por las caídas de las tasas de ahorro en los últimos años, ha llevado al
estudio de sus determinantes desde diversos puntos de vista. Tomando el ahorro nacional bruto
como la suma del ahorro privado, el ahorro de las empresas y el del sector público, por un lado, el
ahorro privado, como principal componente de las tasas de inversión, es un elemento crucial para
estudiar el crecimiento económico. Por otro, hay que tener en cuenta que el ahorro de la economía
española ha estado condicionado por la evolución del ahorro público. Es decir, el sector privado no
pudo compensar el desahorro del sector público, desahorro de 3 puntos sobre el PIB para los años
93/94 y que el Plan de Estabilización prevé evolucionará según el siguiente cuadro:
Ahorro Bruto Público
en % PIB
1.995
-2.4
1.996
-0.9
1.997
1.0
1.998
1.8
1.999
2.2
2.000
2.9
2.001
3.6
2.002
4.2
Fuente: Contabilidad Nacional. INE
Como indica el Informe de Coyuntura Económica del MEH publicado en enero de 1999, la
reactivación del consumo privado en los últimos años ha sido consecuencia de una evolución muy
favorable de la renta familiar, unida a una reducción de la tasa de ahorro bruto de las familias. La
positiva evolución de la renta familiar real se ha prolongado en 1998 como resultado,
fundamentalmente de la aceleración del empleo y del avance de los salarios reales.
1.990
1.991
1.992
1.993
1.994
1.995 1.996 1.997
Ahorro Bruto Privado 11.3
12
10.6
13.2
10.7
12.9
12
10.8
La reforma del sistema de pensiones, la tendencia decreciente de los tipos de interés, el
papel de la riqueza financiera, vía desarrollo de los mercados financieros, la estructura poblacional
en cuanto a porcentaje de población ocupada son algunos de los factores más influyentes.
La evolución de la situación financiera de las familias se recoge en el siguiente cuadro:
4
Grupos de consumidores que pertenecen al mismo tramo de edad, la misma ocupación o el mismo nivel de educación
3
(en % de la Renta Bruta Disponible
Tasa de ahorro
Capacidad Financiera (Ahorro-Inversión)
Riqueza Financiera Neta
Endeudamiento Bruto
1.990
11.3
3.7
83.1
85.6
1.993
13.2
7.5
92.2
83.0
1.995
12.9
7.2
100.3
80.7
1.997
10.8
4.3
119.5
90.7
Fuente: Informe de Coyuntura Económica del Ministerio de Economía y Hacienda ( 1º Trim. 1999)
En 1.997 la composición del ahorro bruto en España quedó como sigue:
Sociedades no financieras
Hogares
Instituciones de crédito
Empresas de Seguros
Administraciones Públicas
TOTAL
%
53.3%
35.6%
5.4%
0.7%
4.8%
100%
Miles de millones de ptas.
8.775
5.828
881
118
780
16.383
Fuente: Informe Económico del Banco de España para 1.998
Hay que tener en cuenta la importancia de la variación de las tasas de ahorro como un
elemento clave en el diseño de las diferentes políticas gubernamentales, como la política fiscal, el
sistema de seguridad social o la regulación del mercado financiero. La variación de esta tasa ha
sido estudiada ampliamente por la macroeconomía, encontrando una fuerte conexión con el
crecimiento de la población y de la productividad.
Como comentamos en al introducción, es bien conocida la conexión entre ahorro y
crecimiento, desde los modelos originales de Harrod-Domar, Solow y Arrow hasta las últimas
aportaciones en modelos de crecimiento endógeno. El hecho relevante es que esta conexión existe y
es positiva ( y robusta ya que estudios de datos cruzados a nivel internacional encuentran el mismo
resultado para diferentes países) Pero ¿qué determina el nivel de ahorro? Si lo dividimos por
componentes, vemos que:
1.- El ahorro público depende principalmente de las políticas económicas, de las decisiones
políticas, del ciclo económico y de la tasa de crecimiento del país.
2.- El ahorro de las empresas depende del ciclo económico, los efectos de las políticas impositivas
y de la decisión sobre el reparto de los dividendos.
3.-El ahorro de las familias depende de:
a) El perfil temporal de la renta esperada
b) La estructura demográfica de la sociedad
c) El tipo de interés
d) El crecimiento económico
e) Las restricciones de liquidez (grado de desarrollo de los mercados financieros)
f) La estructura de impuestos y gasto público
g) El sistema y extensión de la seguridad social
h) La distribución de la renta
i) La inflación
j) La estabilidad macroeconómica (déficit público, volatilidad de las bolsas...)
k) El grado de apertura externa
l) El nivel de capital humano
m) La tasa de paro y la temporalidad del empleo
n) etc.
4
La propiedad de la vivienda también es un factor a estudiar por su posible relación con el
ahorro. Según la EPF 1990 un propietario ahorra 0.058 puntos menos que un no propietario, debido
al efecto riqueza positivo sobre el consumo. La elevación de los precios de las viviendas en el
periodo 1990-1995 pudo suponer un aumento de la percepción de riqueza de los propietarios y
motivar un descenso del ahorro ( unido a una mayor capacidad de endeudamiento de las familias)
Si tomamos como ahorro privado la suma del familiar más el de las empresas, hay que tener en
cuenta que los dos componentes del ahorro ( público y privado) no son independientes entre sí,
pero el efecto sustitución es inferior a la unidad ( ver Raymond 1996) Esto quiere decir que el
aumento de uno de los componentes llevaría al aumento del ahorro nacional bruto. El aumento de
ahorro público debe hacerse vía recortes del gasto corriente o a través de una mejora de la
eficiencia del gasto público, para evitar así un efecto expulsión con el ahorro privado ( a través de
la equivalencia ricardiana5, por ejemplo). Hay que tener en cuenta que una población envejecida
puede hacer reducir el ahorro no de forma directa ( porque las capas más ancianas ahorren menos)
sino de forma indirecta, ya que los gastos sociales y sanitarios son más elevados, lo que implica un
gasto público mayor y un ahorro menor del sector público. Mayor gasto que ha de ser financiado
vía impuestos que ha su vez disminuye el ahorro privado ( por una menor renta disponible).
El circulo virtuoso que comentaba Edwards (1995) depende de los componentes en que
dividamos el ahorro, ya que todos estos factores no lo afectan por igual, tal y como lo reflejan los
estudios empíricos realizados. Ahora bien, si el crecimiento se ralentiza, entraríamos en un círculo
vicioso donde las bajas tasas de crecimiento llevarían a bajas tasas de ahorro y frenarían el propio
crecimiento.
Destacan por su importancia los siguientes componentes:
1.-La estabilidad económica. La incertidumbre sobre la corriente futura de ingresos
Es de esperar que un mayor grado de inestabilidad económica percibida por los agentes
(incremento de la inflación o crecimiento del déficit público) estimulará el ahorro preventivo.
Ahora bien, este mayor ahorro podría ser compensado por el efecto negativo sobre la inversión y el
crecimiento económico. Si esta inestabilidad macroeconómica se traduce en una mayor
incertidumbre sobre la evolución de la economía doméstica, veremos que los agentes descuentan
sus rentas futuras a una tasa de descuento mayor cuanto mayor sea esa incertidumbre (situaciones
de desempleo, desempleo de larga duración, contratos temporales, grupos sociales con dificultades
de acceso al mercado laboral).
Izquierdo Llanes y López Zafra (1996) exploran la relación entre el empleo y el consumo en
la economía española, llegando a tres importantes conclusiones. En primer lugar, un crecimiento
excesivo de los salario provoca una destrucción del empleo de tal magnitud que afecta
negativamente al consumo. En segundo lugar, el empleo temporal explica mejor que el fijo la
tendencia del consumo, y en tercer lugar, la evolución del paro es la variable con mayor poder de
determinación para explicar el consumo. “La principal causa que puede alterar las rentas futuras de
un individuo es entrar en una situación de desempleo. Las expectativas pesimistas acerca de la
evolución futura del empleo pueden lastrar el consumo y estimular el ahorro preventivo, con
independencia de la evolución presente de sus ingresos”.
El grado de incertidumbre de estos agentes está claramente relacionado con la edad, pero
también con el grupo social al que pertenezcan, con su tipo de trabajo, educación y raza (ver
Carroll y Samwick y Carroll 1994). Del PSID 1981-1987, obtuvieron los siguientes resultados:
Granjeros, Sector Servicios y Managers por cuenta propia tienen los niveles más altos de
5
el sector privado valora el desahorro público presente como mayores impuestos futuros.
5
incertidumbre. En la media se encuentran los obreros no cualificados, sacerdotes y directivos.
Profesionales y artesanos muestran los niveles más bajos de incertidumbre. Por sectores, el menor
nivel de incertidumbre corresponde a los trabajadores de la Administración Pública. Se ha
comprobado también, que la incertidumbre disminuye conforme aumenta el grado de educación.
Podemos preguntarnos en qué medida un diferente grado en del nivel educacional de un país genera
unas diferentes tasas de ahorro preventivo.
2.-El mercado financiero. Restricciones de liquidez.
Cuanto mayor es el grado de desarrollo de los mercados financieros, las posibilidades de
endeudamiento de los agentes permiten que éstos mantengan una pauta de consumo estabilizada a
lo largo de todos los periodos de su vida. Por otro lado las restricciones de liquidez juegan un papel
crucial, permitiendo o no hacer líquido rápidamente el patrimonio familiar ante situaciones de
disminución de la renta.
Obviamente, no a todos los individuos les ha de interesar endeudarse en algún momento de
su vida. Aquellos que mantengan una pauta de comportamiento como la descrita en el ciclo vital,
nunca se endeudarán, ya que preferirán ahorrar al principio, para recurrir a su riqueza más adelante.
En cambio otros, como aquellos que presenten impaciencia en el sentido descrito anteriormente,
intentarán consumir hoy más de lo que su renta les permite. Si el crédito está limitado, son ellos,
con toda probabilidad, los que más sufrirán las restricciones, no pudiendo llevar a cabo sus planes
de consumo.
En el caso de España, en los últimos quince años hemos asistido a una profunda evolución
de nuestro sistema financiero, transformándose en uno de los sectores más liberalizados de nuestra
economía. Transformaciones que no sólo incluyen la liberalización normativa sino que engloba la
globalización y la desintermediación, actuaciones todas ellas que han contribuido a dotarlo de una
mayor agilidad, haciéndose eco de la idea shumpeteriana sobre la relación entre el economía real y
la economía financiera6. Su importancia queda de manifiesto en el tema del ahorro. Por un lado, es
el sistema financiero el encargado de hacer un uso eficiente del ahorro y de canalizarlo
adecuadamente, ahorro que a su vez en el motor y el combustible del crecimiento económico.
Esta liberalización ha tenido tres vertientes distintas, como indicaba L.A. Rojo, gobernador
del Banco de España, que hay que destacar:
1.- mayor libertad a la hora de desarrollar nuevas prácticas, productos y servicios, lo que ha
aumentado la competencia en el sector, competencia que redunda en una asignación más eficiente
de los recursos. El crecimiento de los fondos de inversión son un claro ejemplo, proporcionando al
ahorro familiar un mecanismo de ahorro que combina rentabilidad, liquidez y riesgo.
2.- mejora de la asignación de recursos, ya que la eliminación de barreras que mantenían al sector
alejado de los precios del mercado permite que los agentes (empresas y familias) diseñen de forma
óptima estrategias de gasto a lo largo del tiempo. La reasignación de flujos es ahora menos costosa,
lo que implica un menor impacto en la relación renta/ahorro.
3.- el impacto en las políticas monetarias y fiscales, tanto positivos como negativos. Positivos en
cuanto al desarrollo de los mercados de deuda pública, lo que ha facilitado la gestión del sector
público, y la bajada de los tipos de interés a largo plazo. Negativos en cuanto a la mayor
complejidad en la instrumentación de estas políticas. Bien por las dificultades de cálculo de
agregados monetarios como por la cada vez mayor sensibilidad de los mercados financieros a la
6
Joshep Shumpeter en 1911 escribió: “ los servicios proporcionados por los intermediarios financieros - movilización
del ahorro, evaluación de proyectos, gestión de riesgo y facilidad de realizar transacciones - resultan esenciales para
impulsar la innovación tecnológica y el crecimiento económico'' en Teoría del desarrollo económico.
6
economía real, lo que puede llevar a reacciones excesivas ( y desestabilizadoras) ante decisiones de
política económica.
La globalización viene de la mano de nuestra participación en la Unión Monetaria Europea,
que permite ampliar el tamaño del mercado y una mayor movilidad de los capitales, frente a la
pérdida del tipo de cambio y de interés como instrumentos de política económica aislados.
Se ha demostrado que para un nivel dado de tasa de crecimiento, la presencia de
restricciones de liquidez produce una tasa de ahorro agregado mayor y esto incrementa la
sensibilidad de la tasa de ahorro agregado a cambios en la tasa de crecimiento. Un idéntico cambio
de crecimiento ( de cero a positivo) genera un mayor cambio en el ahorro de una economía con
restricciones de liquidez que en una con mercado perfecto de capitales. Pero no hace falta irse a los
extremos para comprobar la incidencia de las restricciones de liquidez: cuando éstas existen,
reducen las posibilidades de sustitución intertemporal, de forma que los niveles de consumo se ven
fuertemente condicionados por la renta corriente. En el apartado siguiente puede verse una
modelización de esta idea.
Diversos trabajos empíricos demuestran la operatividad de las restricciones de liquidez en la
economía norteamericana, aumentando el volumen y la tasa de ahorro y reforzando el efecto del
crecimiento económico en dicho ahorro. La explicación se encuentra en el hecho de que las
imperfecciones del mercado financiero, que pueden afectar negativamente la asignación de
recursos, de forma que el ahorro adicional generado por estas restricciones sea objeto de una
asignación ineficiente, no afectan por igual a las empresas y a las familias. Esto provoca que el
racionamiento de los créditos para las familias se transforme en mayores recursos para las
empresas, que favorece la acumulación de capital y fomenta el crecimiento económico.
Otra implicación de los mercados financieros en las decisiones de ahorro-consumo en las
familias, viene de la mano de los tipos de interés. La bajada de los tipos de interés provoca un
efecto negativo sobre los ahorros ya consolidados al descender su rentabilidad. Teniendo en cuenta
el progresivo envejecimiento de la población y el cada vez mayor número de pensionistas ya con un
bajo poder adquisitivo, pero con una elevada esperanza de vida, sus posibilidades de consumo se
ven reducidas en la medida que los “ahorros de toda una vida” no rinden lo esperado ni suponen
una fuente de ingresos que garantice unas perspectivas de consumo halagüeñas.
3.-El papel del Estado. El ahorro público.
La actividad del Estado a través de la estructura impositiva también juega un importante
papel en el desarrollo del ahorro preventivo. Desde el origen de las rentas, con los Impuestos sobre
la Renta, hasta su rendimiento en el futuro, con los impuestos sobre el capital. Supongamos una
reducción de los impuestos. Para los consumidores del ciclo vital, esta reducción no afecta al
consumo, ya que serán financiados en periodos posteriores. En cambio, si los consumidores
responden al ahorro preventivo, la sustitución de unos impuestos más altos en el futuro por unos
otros más altos hoy reducirá la incertidumbre sobre las rentas futuras y la necesidad de ahorrar en el
presente como medida de precaución.
Igualmente, el mayor o menor desarrollo de los sistemas de seguridad social a través de su
cobertura a los agentes económico habrá de ser tenida en cuenta (prestaciones de desempleo,
prestaciones sociales, pensiones). Cuanto más amplio es el grado de cobertura ofrecido disminuye
la percepción de incertidumbre en el futuro, influyendo de forma notoria sobre el nivel de ahorro.
Han sido numerosos los trabajos que han relacionado de forma directa un aumento de los sistemas
de pensiones público y las caídas de las tasas de ahorro, aunque no son concluyentes.
7
Es cierto que hemos experimentado una fuerte actividad aseguradora7 en lo concerniente a
los planes y fondo de pensiones. Prueba de ello es la adaptación legislativa operada en los últimos
años a través de la Ley 30/1995 sobre Ordenación del Seguro Privado y el Reglamento en el RD
2486/1998, que deroga a partir de enero de 1999 el RD 1348/1985, lo que supone la adaptación a la
normativa comunitaria sobre seguros privados.
La combinación de la actividad aseguradora por parte del estado (pública) y por parte del
mercado (privada) se ha plasmado en tres grandes sistemas de seguro:
a.- El sistema de seguro corporativista: con un papel dominante del Estado. En ellos el mercado
asume un papel residual en la provisión de pensiones. Corresponde a países como Alemania,
Austria, España, Bélgica, Francia, Italia y Japón y con matices, Finlandia.
b.- El sistema residualista, caracterizado por el predominio del mercado como institución de
provisión en detrimento del papel de la Seguridad Social, caso de Estados Unidos, Canadá,
Australia y Suiza.
c.- El sistema universalista, en el que el Estado asume un papel netamente dominante y se amplían
a toda la población, como derechos sociales, los derechos de pensión, prescindiendo del mercado.
Es el caso de Suecia, Noruega, Nueva Zelanda y con matices, Holanda y Dinamarca.
Respecto al sistema de financiación de las pensiones, existen al menos dos grandes
sistemas:
1.- Cada individuo durante su vida laboral contribuye con una parte de sus ingresos a la generación
de su propio fondo de pensiones, es decir, ahorra hoy para su jubilación el día de mañana. (sistema
de capitalización)
2.- O bien, hoy cotiza para financiar las rentas de quienes perciben hoy las pensiones (sistema de
reparto con solidaridad intergeneracional)
En España, es el sistema de reparto el utilizado, sistema que pese a sus críticas es defendido
en el Pacto de Toledo8. Recordemos que los problemas que aquejan a nuestro sistema son de
carácter estructural, esto es, el envejecimiento de la población9, el aumento del paro, la estructura
financiera de la Seguridad Social, los bajos niveles de actividad para la media Europea, la
emigración y el cambio de las estructuras del mercado de trabajo.
De hecho, una de las posibles explicaciones del mal comportamiento del consumo en los
últimos años en España en relación al PIB, incluso durante los periodos expansivos del ciclo
económico, se podría encontrar en el aumento de las tasas de ahorro derivado de las incertidumbres
generadas sobre la viabilidad futura del actual sistema de pensiones. Este ahorro se ve reforzado
por la mejora en la fiscalidad de los planes de pensiones privados, instrumentado a través del
aumento de los límites y del porcentaje de desgravación.
La percepción de una mayor estabilidad en la economía también contribuye a la generación
de mayores o menores bolsas de ahorro preventivo. Las actuaciones del Estado en esta materia son
de importancia crucial, por ejemplo, la contención del déficit público, mantener los tipos de interés
bajos, el control de la inflación la estabilidad de la moneda, una gestión adecuada de los ingresos y
los gastos públicos, elementos todos ellos que son percibidos por los gentes económicos como
indicadores de estabilidad y por tanto de reducción de incertidumbres.
7
Que se vio favorecida por las declaraciones del entonces Ministro de Economía Pedro Solves sobre las dificultades de
financiación que iba a atravesar la Seguridad Social. “...el sistema de reparto que rige en la Seguridad Social española
desde Franco, quebrará en el año 2.020...” El País, 11/3/1994
8
“Las demandas teóricas para sustituir el actual sistema de reparto y solidaridad intergeneracional por otro basado en la
capitalización del sistema público de pensiones y en la previsión individual, es rechazable por razones sociales e
inviable tecnicamente” ..“...limitar el actual sistema público de pensiones en España a la simple provisión de pensiones
mínimas es también rechazable” Pg. 61
9
En 1995 el profesor José Barea calculó que el gasto por pensiones aumentaría entre 1991 y el 2006 un 25% en pesetas
constantes, exclusivamente por factores demográficos.
8
4.-Estructura demográfica
Lógicamente, las variables demográfica juegan un papel relevante en las teorías del ciclo
vital y la renta permanente, ya que es la distinción entre el periodo activo y no activo, desde el
punto de vista laboral, lo que determinará las pautas de ahorro de los individuos. Ahorrarán en la
juventud para cubrir las necesidades de la vejez. En la medida que las nuevas generaciones sean
poblacionalmente mayores que las precedentes, el ahorro de los jóvenes superará al desahorro de
los mayores. Pero como señalan Raymond, Oliver y Pujolar (1996), la evidencia empírica a nivel
internacional parece ofrecer resultados contradictorios. Por un lado los defensores de la no
correlación entre envejecimiento de la población y caídas de las tasas de ahorro: los mayores de 65
años continúan ahorrando, previsiblemente, para poder dejar una herencia a sus descendientes, y
por el peso de las transferencias intergeneracionales en el comportamiento de las familias.
Igualmente, el aumento de la esperanza de vida deja a partir de la edad de jubilación un periodo de
entre los diez y quince años en el que reajustar los perfiles de ahorro y consumo. Por otro lado, se
encuentran los resultados contrarios, en el sentido de que es el envejecimiento demográfico un
factor básico para explicar la caída del ahorro, siendo previsible que esta tendencia continúe en el
largo plazo.
La distribución de edad de la población es también un elemento determinante de los niveles
de ahorro. Un descenso de las tasas de fertilidad y un envejecimiento de la población debería llevar,
como predice la Teoría del Ciclo Vital, a una reducción del ahorro. Pero en economías donde la
gente mayor ahorra más de lo esperado provoca resultados contradictorios. Otro punto a tener en
cuenta es el crecimiento de la tasa de participación de la mujer en el mercado laboral. Este
crecimiento puede dar lugar a una reducción del ahorro por dos vías:
1.- Puede inducir la sustitución de bienes producidos en casa a bienes comprados en el
mercado.
2.- Dos sueldos en casa reducen la incertidumbre sobre la corriente de ingresos familiares,
lo que reduce el ahorro por motivos preventivos
También influyen en las tasas de ahorro preventivo:
1.- El retraso de las salida de los jóvenes del hogar familiar, con lo que ello supone de
ruptura de la pauta de consumo de los padres y el cambio de pauta de ahorro de los jóvenes, lo que
se mide como la tasa de dependencia y que indica el número de miembros dependientes, en
términos económicos, del cabeza de familia. En la literatura se han recogido numerosas muestras
del efecto negativo que la dependencia provoca en el ahorro. Si una cabeza de familia no tiene hijos
dependientes ahorra un 0.1 puntos de su renta disponible, con dos pasa a ser menor del 0.1 y con
más de dos hijos dependientes negativa.
2.- Composición por hogares. Las familias jóvenes están más predispuestas a sufrir
restricciones crediticias con una vida laboral más corta que por un lado no les ha permitido
comenzar ahorrar y por otro lado suponen un mayor riesgo para las instituciones de crédito Cuando
el mercado de crédito y el mercado hipotecario son imperfectos, las familias más jóvenes se ven en
la necesidad de ahorrar más para poder comprar bines duraderos y una vivienda. Esto, junto a las
imperfecciones del sistema de la seguridad social, que hace acumular riqueza por motivos
preventivos, lleva a que el ratio de ahorro de las familias jóvenes sea más alto del que debería ser
en cualquier caso.
9
Los Modelos teóricos
Aunque la concavidad de la función de utilidad ha sido asumida desde los comienzos de su
formulación en la macroeconomía keynesiana, no ha sido hasta la introducción de la incertidumbre,
cuando ha sido formalmente planteada. Zeldes, usando métodos numéricos demostró que la
incertidumbre sobre la renta inducía funciones cóncavas en las cuales la propensión marginal a
consumir era más elevada que en el caso de certidumbre. La importancia de la concavidad de la
función de utilidad radica en los siguientes puntos:
1.- La propensión marginal a consumir es mayor en consumidores con niveles bajos de renta
o riqueza (Hipótesis de la Renta Permanente)
2.- La concavidad estricta implica que el crecimiento del consumo depende del nivel de
riqueza
3.- La concavidad inducida por la incertidumbre es la clave para entender cómo los modelos
“buffer-stock” pueden nacer del modelo de consumo sin restricciones de Ciclo Vital y Hipótesis de
la Renta Permanente, cuando se introduce la incertidumbre de la renta.
4.- La incertidumbre incrementa la propensión marginal a consumir para un nivel dado de
consumo, pero no necesariamente para un nivel dado de riqueza. La concavidad implica que la
incertidumbre incrementa la propensión marginal al consumo a un nivel dado de riqueza incluso
más que a un nivel dado de consumo.
5.- Dado que una mayor propensión marginal al consumo aumenta la aversión al riesgo, la
concavidad implica que el nivel efectivo de aversión al riesgo caerá más rápidamente con la riqueza
que si tratáramos funciones con propensión marginal al consumo constante.
Hay que distinguir claramente que, mientras la aversión al riesgo es controlada por el grado
de concavidad de la función de utilidad (segunda derivada), el grado de convexidad de la utilidad
marginal será una medida del grado de precaución de los consumidores(tercera derivada). Como
señala Deaton (1992), sólo es posible deducir una de otra en el caso de funciones muy especiales.
Así, de la expresión u’’’u’/u’’2 ≥ k que clasifica los distintos tipos de funciones de utilidad10 se
puede reescribir como -u’’’/u’’ ≥ k (-u’’/u’) que se leería como que “la prudencia - en el sentido de
Kimball- es k veces mayor que la aversión al riesgo”. Los tipos de función CARA y CRRA han
sido los más usados en la literatura por su conveniencia analítica, como veremos a continuación. En
cambio, para explicar el exceso de suavidad y de sensibilidad necesitaremos funciones HARA.
1.-Ahorro preventivo y la función de consumo
La ecuación de Euler conecta el consumo del periodo t y de t+1. El problema del
consumidor será maximizar la utilidad esperada respecto al consumo de los periodos 1 y 2 C1 y C2:
Max E[U(C1,C2)]
s.a. C1 = (1-s)Y1
C2 = Y2 + (1+r)sY1
E(Y2) = Y*
E(Y2-Y*)2 = σ
TIPOS DE FUNCIONES DE UTILIDAD: Partiendo del signo de la expresión u’’’u’/u’’ ≥ k tendremos:
- HARA: Hyperbolic Absolute Risk Aversion, k ≥ 0
- CARA: Constant Absolute Risk Aversion, k=1 por ejemplo u(c) = - e-ec1 - e-ec2
- CRRA: Constant Relative Risk Aversion, k > 1 por ejemplo, u(c) = (c(1-ρ))/(1-ρ)
10
2
10
donde U es la función de utilidad, Y la renta, C el consumo, s la tasa de ahorro y r el tipo de interés
Bajo el supuesto de una función de utilidad temporalmente separable, la condición de primer orden,
es decir, la primera derivada respecto a s nos da:
U1 = (1+r)E(U2)
donde U1=∂U/∂C1.
Usando la expansión de Taylor alrededor de un punto fijo obtenemos
U10 = (1+r)[U02 +U0222σ2]
Esta ecuación se reduce a la condición de Euler con equivalencia cierta cuando σ2 = o o si
U 222 =0 es decir, cuando no hay incertidumbre o cuando la función de utilidad es cuadrática. Si
U0222 >0 un incremento de la incertidumbre en la corriente futura de ingresos incrementa la utilidad
marginal del primer periodo, es decir, en el primer periodo el consumo decrece y el ahorro se
incrementa.
Supongamos el siguiente proceso estocástico de la renta: Yt = γYt-1 + (1-γ)Y + εt donde εt es
N(0,σ2) y Y es un componente determinístico. Si la función de utilidad es exponencial con un
parámetro de prudencia θ, maximizando la expresión:
0
−
1 ∞ e (−θ ⋅C t + i )
E∑
θ i =0
ri
sa Yt = γYt-1 + (1-γ)Y + εt
Wt = rWt-1 + Yt – Ct
siendo al solución:
Ct =
r −1 
r −γ
 θ ⋅r 2
Y +Wt  −
σ
Yt +
r −γ 
r −1
 r −γ
podremos ver que el ahorro preventivo crece si
1.- el grado de persistencia γ crece
2.- el grado de prudencia θ crece
3.- la varianza crece.
Partiendo de la modelización más sencilla podemos encontrar la influencia de las restricciones de
liquidez en la función de consumo. Podemos escribir ésta como:

 T  1 i
 
C t = c (Y t + At ) + λ  ∑ 
 E t Yt + i  

 i =1  1 + r 
 
donde λ indica la intensidad de la restricción. λ=0 señala la imposibilidad de endeudarse y λ=1 la
ausencia de restricciones. La tasa de ahorro en presencia de restricciones de liquidez será, por tanto:
 1  T  1 i
 
At
st = (1 − c ) − c − λc  ∑ 
 EtYt +i  
Yt
 Yt  i =1  1 + r 
 
11
2.-Ahorro preventivo y el seguro de desempleo
Estudiamos ahora el efecto del seguro de desempleo y el ahorro preventivo. Uno de los elementos
clave que provocan la incertidumbre en la corriente de ingresos es el riesgo a perder el trabajo. Esta
incertidumbre se puede ver mitigada por la existencia de un seguro de desempleo. Una predicción
natural de los modelos de ahorro preventivo es que unos ingresos seguros deben reducir la
acumulación de riqueza. ¿ En que medida la generosidad del seguro de desempleo hace a las
familias acumular más o menos riqueza? ¿Cómo se puede medir/estimar el efecto crowding-out del
seguro de desempleo en el ahorro preventivo?
Usando una función de utilidad CRRA, lo que implica elasticidad de sustitución
intertemporal constante, el individuo intentará maximizar la utilidad esperada
D

t− j
E t  ∑ (1 + δ ) ⋅ U (C j )
 j =t

s.a. Wt = [Wt-1 – C*t-1](1+r*t) + (1-Rt)[StY*t + (1-St)Bt] + RtPt
donde U(Ct) = Ct1-γ/(1-γ) si γ ≠ 1 o U(Ct) = ln(Ct) si γ = 1 siendo γ el coeficiente de aversión relativa
al riesgo y :
Wt es la riqueza financiera del individuo
Ct* el consumo neto, siendo Ct*=Ct(1-τc) y tau c el tipo impositivo sobre el consumo
rt* el tipo de interés, siendo rt*=rt(1-τr) y tau r el tipo impositivo sobre los tipos de interés
Yt* son los ingresos netos si está empleado, siendo Yt*=Yt(1-τy)-min {τu pYt,τ pY} y τp
los pagos a la cobertura del desempleo
Bt* el seguro de desempleo neto, siendo Bt*=Bt(1-τy) y τy el tipo impositivo sobre los
ingresos procedentes del trabajo
Pt la pensión si está retirado, suma de la pensión de la Seguridad Social y pensión privada
(Wt-1-Ct-1*)rt* los ingresos netos sobre el capital.
R nos indica el status del individuo respecto a si pertenece a la población activa o no. R=0 si
el individuo está en edad de trabajar y R=1 si está retirado.
Si S nos indica su situación dentro del mercado de trabajo. S=1 si está empleado y S=0 si está
desempleado, las probabilidades de cada estado pueden ser calculadas a partir del PSID:
periodo actual (t)
empleado St = 1
desempleado St = 0
periodo anterior (t-1)
empleado
desempleado
S t-1 = 1
S t-1 = 0
1
pt
(1-pt0)
1
(1-pt )
pt0
Se puede modelizar el efecto del seguro de desempleo sobre la acumulación de riqueza,
estimando la siguiente regresión:
W = α + βiXi + βUI + β3δj + β4τt + β5w*iδj + βw*iτt + εijt
donde i es el número de familias, j el estado y t el año. W son los activos financieros que mantiene
un hogar normalizado por la media de ingresos del hogar. X es un vector de características
demográficas y económicas de la familia (cabeza de familia y esposa/o) tales como edad, sexo,
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estado civil, raza, nivel de educación, numero de hijos. UI es el seguro de desempleo, w el salario
semanal (en tasas) y δ y τ son variables dummy del estado y el año.Tanto para los activos
financieros brutos como para los netos, las estimaciones ofrecen una correlación negativa
significativa entre la generosidad del seguro por desempleo y los nivel de riqueza.
La introducción de las restricciones de liquidez
1.-El modelo sin restricciones de liquidez
Asumiendo que los consumidores son impacientes, sin imponer restricciones de liquidez
directamente, y siendo independientes los shocks transitorios y permanentes sobre la renta,
siguiendo a Carroll (1997} se plantea la resolución del siguiente problema de optimización
intertemporal por parte del consumidor:
T
E ∑ β t u (ct )
t =0
s.a. Yt = PtVt
At+1 = (1+r)(At+Yt-Ct)
Pt+1 = GPtNt+1
donde Y,P,V y N son la renta laboral corriente y permanente y sus shocks; G=1+g, donde G es la
tasa de crecimiento y g el ratio de crecimiento; A es la riqueza neta; r es el tipo de interés ; β
=1/(1+δ) es la tasa de descuento, donde δ es el ratio preferencia temporal y C es el consumo.
La ecuación Yt = PtVt describe el proceso por el cual las familias generan las rentas
laborales, donde Vt es el efecto multiplicativo del shock transitorio del año t sobre la renta
permanente del año t. ( Carroll 1992) no utiliza como definición de renta permanente una función
del valor presente descontado de todos las rentas futuros, sino la definición original de Friedman11
Hay que señalar que si la función de utilidad es cuadrática y el ratio de preferencia temporal
coincide con el tipo de interés, como señala Deaton, obtendríamos la solución de la Hipótesis de la
Renta Permanente con Equivalente Cierto. Estaríamos suponiendo por un lado aversión absoluta al
riesgo decreciente y por otro que las utilidades marginales son lineales, es decir que el valor del
consumo se incrementa por las caídas del consumo en la misma cantidad que el consumo decrece la
utilidad marginal. Es por tanto mucho más atractivo suponer funciones de utilidad cuya utilidad
marginal sea no lineal, esto es, convexa. Podemos estudiar así los modelos de ahorro preventivo y
los de restricciones de liquidez.
Se elige como función de utilidad una función con Aversión Relativa al Riesgo Constante
(CRRA), u(c)=(c(1-ρ))/(1-ρ) siendo ρ el coeficiente de riesgo, ya que ésta garantiza que los
consumidores en el modelo efectuarán ahorros preventivos.
¿Es la impaciencia de los consumidores necesaria? Si éstos no sufrieran ningún tipo de
incertidumbre sobre sus ingresos, podrían desear pedir prestado a cuenta de sus ingresos futuros
para aumentar sus consumos presentes. Aproximando los ratios por el logaritmo de las tasas
11
El componente permanente ha de interpretarse en el sentido de reflejar el efecto de aquellos factores que la unidad
considera que determinan el valor de su capital o riqueza: la riqueza no humana que posee, los atributos personales de
los perceptores...instrucción profesional...empleo desempeñado...El componente transitorio ha de interpretarse en el
sentido de reflejar todos los ''demás'' factores, los cuales serán probablemente tratados como acontecimientos
''accidentales''...incluye también los errores aleatorios de medida. (Pg. 39)
13
obtenemos la condición que lo garantiza en la versión continua del modelo únicamente con shocks
transitorios de ingresos: ρ-1(r-δ) < g , donde g es el interés esperado bruto del ingreso.
Carroll (Carroll 1992) cree que esta condición es necesaria, pero no suficiente. La condición
suficiente podría ser ρ-1(r-δ) +ρ/2σ2lnN< g , ya que es la condición impuesta por Deaton aunque en
un modelo que incluía restricciones de liquidez. Veamos la condición necesaria: Si el ingreso
tuviera una certeza absoluta, la tasa de crecimiento del consumo sería aproximadamente ρ-1(r-δ). Si
su riqueza fuera nula, el valor presente descontado de su consumo se igualaría al valor presente
descontado de sus ingresos. Si el consumo crece más despacio que el ingreso, pero con el mismo
valor actual, el nivel de consumo debería ser mayor que el nivel de ingresos. Si el ingreso es seguro
y ρ-1(r-δ) < g los consumidores podrían desear gastar más que sus ingresos, es decir, podrían desear
ahorrar. Para entender cómo el modelo genera el tipo de comportamiento que estamos estudiando,
consideremos la ecuación de Euler para el crecimiento del consumo.
∆lnCt+1 ≈ ρ-1(r-δ) + 1/2ρEtvar(∆lnCt+1) + et+1
Hay que hacer notar que la esperanza de la varianza del crecimiento del consumo está
relacionada negativamente con la riqueza. Cuanto más bajo es el nivel de riqueza de los
consumidores menos posibilidades tienen de construir un colchón contra los shocks de la renta.
Más adelante utilizaremos funciones HARA para entender el exceso de suavidad y el exceso
de sensibilidad del consumo.
2.-Versión del modelo imponiendo restricciones de liquidez
Este modelo, original de Deaton, está próximo al visto anteriormente. De hecho, es obviado
en el estudio de Carroll (1997) por su proximidad en los resultados. El imponer restricciones de
liquidez directamente, simplifica, como indican Carroll y Samwick (1994) la tarea de construir una
función de distribución para los shocks de renta. El consumidor resolverá la maximización del
siguiente programa:
T
E ∑ β t u (ct )
t =0
s.a. Yt = PtVt
At+1 = (1+r)(At+Yt-Ct)
At ≥ 0
La función de utilidad es del tipo CRRA u(c) = (c(1-ρ))/(1-ρ) donde ρ es el coeficiente de
aversión relativa al riesgo. El resto de variables tienen el mismo significado que en el modelo
precedente. Como se observa la restricción de liquidez es modelizada con la ultima ecuación At ≥ 0
¿Cómo medir la incertidumbre sobre la renta? Kimball (1990) ofrece como medida el
Premio Preventivo Equivalente (EPP), mientras que Carrol y Samwick (1994) utilizan el Premio
Preventivo Equivalente Relativo (REPP) al usar las funciones de utilidad CRRA. Otras alternativas
para la medición de la incertidumbre son la varianza de la renta (VARY), medida apropiada si se
usan funciones de utilidad CARA y el logaritmo de la varianza del logaritmo de la
renta.(LVARLY). Los autores concluyen que los modelos “buffer-stock” implican una relación
entre incertidumbre en la renta y ratio riqueza/renta que puede ser representada mediante la
ecuación log(W/P)=ao + a1w donde w es la medida de la incertidumbre tanto para REPP como
para LVARLY .
14
En el steady-state de estos modelos el consumo medio prácticamente se igualará a los
ingresos medios, tanto para consumidores con bajos o elevados niveles de incertidumbre,
manteniendo así el volumen medio de patrimonio constante y al nivel óptimo para cada grupo de
consumidores.
3.-El exceso de sensibilidad
Hay exceso de sensibilidad si el consumo responde a cualquier componente previamente
predecible de la variación de renta. Esta es la razón por lo que la Hipótesis de la Renta Permanente
con Equivalente Cierto es rechazada, estudio original debido a Flavin (1981). Se planteó entonces
el uso de un modelo alternativo que fuera capaz de capturar esa excesiva sensibilidad. Si bien es
cierto que usando funciones de utilidad isoelástica no se puede localizar el problema sugiriendo que
ahorrar por motivos preventivos es un comportamiento irrelevante, tomando funciones de utilidad
HARA ( Hyperbolic Absolute risk Aversion) este exceso de sensibilidad sí puede ser explicado con
ahorro preventivo.
Resolviendo un programa similar a los anteriores con una función de utilidad HARA, la
solución implica que el ahorro corriente es mayor que el inducido por el modelo de la Hipótesis de
la Renta Permanente con Equivalente Cierto. El ahorro adicional corresponde al ahorro preventivo.
Además se puede calcular el coeficiente de prudencia en este caso, que será positivo, de forma que
cuanto mayor sea el grado de prudencia mayor es el ahorro por motivos preventivos.
Pero no es sólo importante que el coeficiente de prudencia sea positivo. También
necesitamos que disminuya con el consumo, esto es, que la derivada respecto al consumo sea
negativa. Podemos garantizar además, que cuanto mayor sea la riqueza, menor será la propensión
del consumidor a prepararse contra la incertidumbre y por otro que la aversión absoluta al riesgo
será decreciente.
RESUMEN
Desde la formulación original de Keynes de la función de consumo, y el desarrollo posterior
de la Teoría del Ciclo Vital y la Hipótesis de la Renta Permanente, la literatura ha sido pródiga en
los estudios sobre el ahorro, tanto a nivel macro como microeconómico, bien por su conexión con
el comportamiento de los consumidores, bien por sus implicaciones en política económica. Pero
ninguna de estas teorías fue capaz de captar la influencia de la incertidumbre sobre las decisiones
de los agentes, incertidumbre centrada principalmente en la evolución futura de sus ingresos.
En principio, los modelos econométricos sobre gasto en consumo frecuentemente están
basados en funciones de utilidad cuadrática. Ignorar la justificación teórica de la convexidad de la
utilidad marginal implica que los consumidores toman las mismas decisiones tanto cuando los
ingresos son ciertos que cuando son inciertos. Esta es la solución con equivalencia cierta. Pero si la
tercera derivada de la función de utilidad es no nula, las decisiones de consumo no serán las
mismas con incertidumbre que sin ella. Leland y Sandmo mostraron que la introducción de
incertidumbre hace descender el consumo y consecuentemente incrementar el ahorro. El ahorro
causado por la incertidumbre se denomina ahorro preventivo, termino introducido por Leland. Si se
usan funciones de utilidad más realistas que las cuadrátricas aparecen otros problemas. Por
ejemplo, que no encontremos una solución exacta al problema de maximización.
Así se explicaría que las familias ahorren más al comienzo de su vida que la predicción de
la hipótesis de la renta permanente, y que aquellas de más edad desahorren menos. Por un lado, los
jóvenes no desean endeudarse demasiado, aunque sea probable que su renta aumente, ya que las
cosas podrían no ir tan bien como han planeado. La pérdida de utilidad marginal del consumo
15
actual sería compensada con la tenencia de activos. Por otro lado, la gente mayor tiene una elevada
incertidumbre sobre la duración de su vida, la salud y sus costes, por lo que se muestran reticentes a
liquidar su patrimonio. En definitiva, los individuos mantienen una “lucha” entre prudencia e
impaciencia, que les lleva a mantener una cierta cantidad de activos que sirvan de amortiguador
ante el efecto de las pérdidas de renta eventuales, pero sólo en la cantidad justa, ya que consideran
que la tenencia de activos están restando posibilidades al consumo actual.
Dado que ahorrar por motivos preventivos esta siendo un comportamiento cada vez más
estudiado en la literatura, encontramos simulaciones que indican que el ahorro preventivo es quizá
el determinante principal en la acumulación de riqueza individual. Sin embargo los estudios
empíricos han reflejado conclusiones ambiguas. Esta ambigüedad parece deberse a la dificultad de
identificar y medir los indicadores exógenos de la incertidumbre en la corriente de ingresos.
BIBLIOGRAFÍA
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crecimiento económico”, WP 96 Departamento de Análisis Económico, Universidad de
Valencia, 1996
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4.- Carroll, Chistopher D., “The Buffer-Stock Theory of Saving: Some Macroeconomic Evidence”,
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5.- Carroll, Chistopher D. y Samwick, A. “How important is Precautionary Saving?” NBER
Working Paper No. 5194
6.- Carroll, Chistopher D. y Samwick, A. “The Nature of Precautionary Wealth” NBER\ Working
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7.- Caroll, Chistopher D.y Kimball,M. “On the Concavity of the Consumption Function”
Econometrica, Vol. 64 No. 4 Summer 1996
8.- Cutanda, A.” Consumo y sensibilidad a la renta: evidencia para el caso español a partir de un
pseudo-panel de la ECPF'” DT 95-16 Departamento de Análisis Económico. Universidad de
Valencia.
9.- Deaton, A.”El Consumo”, Alianza Editorial, Madrid, 1995.
10.- Edwards, S. ”Why are saving Rates so different across Countries? An international
comparative analysis” NBER Working Papers Series, WP No.5097
11.- Friedman, M. “Una teoría de la función de consumo” Alianza Universidad, 1985
12.- Izquierdo Llanes, G. y López Zafra, J.M “El empleo y el consumo en España: el papel de las
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13.- Kimball, M. “Precautionary Saving and the Marginal Propensity to consume” NBER Working
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14.- Hubbard, R.G., J. Skinner y S.P. Zeldes, “The importance of precautionay motives in
explaning individual and aggregate saving” NBER Working Paper 4519, 1993
15.- Raymond Bara, J.L., Oliver, J. y Pujolar, D. “El comportamineto del ahorro familiar en la EPF
1990-1991” Revista del Instituto de Estudios Económicos Vol. 4/1996
16.-Subdirección General de Estudios del Sector Exterior, “Situación actual del ahorro y del
consumo en la economía española” Boletín Económico del ICE, No.2527 16--22 dic 1996
16