Download ¿Qué historia empresarial en los principios del siglo XXI en México

Document related concepts

Empresario wikipedia , lookup

Comportamiento empresarial wikipedia , lookup

Negocio inclusivo wikipedia , lookup

Beneficio económico wikipedia , lookup

Patronal wikipedia , lookup

Transcript
¿Qué historia empresarial en los principios del
siglo XXI en México? Notas y reflexiones
María Eugenia Romero Ibarra*
1. Teoría y líneas de investigación. Instituciones, costos de
transacción y economía evolutiva
A pesar de que en México el interés por la historia empresarial es reciente, a
diferencia de lo sucedido en otros países, como es el caso de Alemania, donde
los trabajos sobre empresas y empresarios se iniciaron hace aproximadamente
doscientos años,1 en los últimos veinticinco años, este campo del conocimiento
ha experimentado un considerable aumento. Mismo que ha sido muy intenso en
los Estados Unidos.
Como sabemos, las explicaciones del desarrollo económico basadas en
los modelos del análisis neoclásico han ignorado al empresario como factor de
influencia específico y no han dado cuenta de la influencia que ejerce en el
desarrollo económico ni de las formas que la misma adopta en diferentes
lugares y momentos. A raíz de esta situación surgieron dos líneas de reflexión
en el pensamiento económico. Una de ellas se ocupa del estudio de las
empresas en la industria, también conocida como economía industrial,2 que se
relaciona en algunos aspectos teóricos con la teoría de los costes de
––––––––––––––
*
Profesora e Investigadora en la Facultad de Economía. Universidad Nacional Autónoma
de México.
1
Ver una buena síntesis del tema en el ensayo de Pedro Fraile, “La historia económica de
empresa como disciplina independiente”, en Fraile, 1994.
2
Economía industrial es la rama de la ciencia económica especializada en el estudio de las
leyes específicas del sector industrial y de su papel en el conjunto de la economía.
Clío, 2004, Nueva Época, vol. 4, núm. 32
transacción;3 la segunda línea de pensamiento parte de la concepción del
empresario y su estudio, como un factor de producción esencial y de gran
relevancia en el cambio económico. En esta última línea de análisis se ubican
los trabajos de Schumpeter4 y Knigth,5 El primero destaca el papel del
empresario como agente de cambio, y el segundo subraya la respuesta del
mismo en situación de incertidumbre. A partir de la aparición de sus trabajos,
podemos considerar que se sentaron las bases de un nuevo momento
historiográfico y nuevos planeamientos teóricos sobre la función de los
empresarios. Asímismo, a partir de entonces se elabora una agenda de
investigación nueva en el campo de la historia empresarial.
Hacia mediados del siglo XX, inspirados en el paradigma de Schumpeter
y Cole se propuso en Harvard un amplio programa de investigación sobre el
empresario.6 Una cuestión importante relevada por estos proyectos fue que se
situaban teóricamente en los límites de varias disciplinas como la sociología, la
psicología, la historia y la economía. De esta manera quedaba clara la
necesidad de explicar la actividad empresarial desde una perspectiva
––––––––––––––
3
Un pionero en el estudio de los costos de transacción es Ronald Coase. R. H. Coase, “La
naturaleza de la empresa: origen”, “La naturaleza de la empresa: significado”, “La naturaleza de la
empresa: su influencia”, en O. E. Williamson, y S. G. Winter, (eds.), The nature of the firm.
Origins, evolución, and development, Oxford, Oxford University Press, 1993. Los costos de
transacción son un amplio espectro de costos institucionales que incluyen: los costos de
información, negociación, diseño, vigilancia y cumplimiento de contratos y protección de
derechos de propiedad (...) se trata de todos aquellos costos no relacionados directamente con la
producción, en este sentido, los pagos que surgen de la constitución de la organización económica
son costos de transacción(...). Se diferencian de los costos de producción porque sólo se refieren a
los costos de ejecutar un contrato. En este sentido los costos de transacción son, de algún modo,
los costos de oportunidad y como los costos de producción pueden ser fijos y variables”.
Matthews, “The economics of institucionalism and the source of growth”, Economic Journal,
núm. 96, diciembre de 1986. Citado por José Ayala, Instituciones y economía. Una introducción
al neoinstitucionalismo económico. FE-UNAM, México, 1998, pp. 166 y 174.
4
J. A. Schumpeter, Historia del análisis económico, Barcelona, Ariel, 1994.
5
F. H. Knigth, Risk, Uncertainty and Profit, Boston, Houghton Mifflin Co., 1921. Edición
en español, Madrid, M. Aguilar, 1947.
6
Ya desde la segunda década del siglo XX, en la Graduate School of Business
Administration de la Universidad de Harvard se fundó la Cátedra Gras (N. S. B. Grass) que tenía
una función prescriptiva al abordar los problemas que enfrentaban los hombres de empresa en su
actividad. Dos de las obras fundamentales de Grass son: Business and capitalism: An introduction
to Business History, 1939. Y con Hennrietta M. Larson, Cassebook in American Business History.
1939. En 1946 Arthur H. Cole pasó revista a los cambios históricos experimentados por la historia
empresarial en una intervención que realizó en la Economic History Association, al año siguiente,
en 1947, apareció la obra de J. Schumpeter, Historia del análisis económico…, op. cit.
34
Clío, 2004, Nueva Época, vol. 4, núm. 32
interdisciplinaria. Algo aún de gran vigencia y aplicado con un éxito bastante
exiguo en nuestra historiografía. .
En los países anglosajones la Business History goza de gran tradición en
la formación económico–empresarial, esta influencia se debe, en gran parte, a
la obra de Alfred Chandler,7 cuyos trabajos La mano visible y Escala y
diversificación han impactado de manera definitiva la orientación, temas y
problemas abordados por la investigación en este campo de estudio en los
últimos años. Haciendo una caracterización rápida de ambas obras podemos
decir que lo central es que se basan en el cambio organizativo no en el cambio
tecnológico. Sin embargo, Chandler ha aceptado que este último juega un
papel determinante en las transformaciones que sufre la empresa a lo largo del
tiempo, aunque lo considera como una variable externa al organismo. Para este
autor, al igual que para Williamson,8 las empresas se deben entender en
términos de costes de transacción no de costes de producción.9
Otro planteamiento al cual han recurrido los estudiosos de la historia
empresarial en las últimas dos décadas, es la economía evolutiva o
evolucionista, la cual constituye otra corriente que nos permite enriquecer, con
muchas posibilidades, el análisis en la historia empresarial. Esta corriente
afirma que las empresas son organizaciones que “saben cómo hacer las cosas”
porque han aprendido a lo largo de su existencia, como un proceso
acumulativo. Y, por lo tanto, a pesar de los cambios de administradores y
gerentes, el know how se conserva, se acumula. Además, se centra
originalmente en el fenómeno del cambio tecnológico, donde las empresas y
las instituciones son las unidades de estudio.
Su núcleo interpretativo se basa en el postulado de que son las empresas
y no las transacciones lo importante. La empresa es concebida como centro de
acumulación de conocimientos y capacidades tácitas y muy específicas a cada
unidad empresarial. Los conocimientos son incorporados por medio de rutinas
organizativas. Ojo, esas capacidades tienen que construirse o acumularse con
––––––––––––––
7
Alfred Chandler, La mano visible, La revolución en la dirección de la empresa
norteamericana, Madrid, Ministerio del Trabajo y Seguridad Social, 1987. Su segunda obra es
Escala y diversificación. La dinámica del capitalismo industrial. Zaragoza, España, Prensas
Universitarias. 1996.
8
O. E. Williamson, y S. G. Winter, (Eds.) The Nature of the Firm. Origins, Evolution, and
Development, Oxford, Oxford University Press, 1991.
9
Ver cita número tres sobre costos de transacción y de producción.
Clío, 2004, Nueva Época, vol. 4, núm. 32
35
la experiencia, no se pueden adquirir en el mercado.10 Existe una especie de
coherencia en las actividades integradas dentro de una empresa. De manera
que los límites de una empresa deben ser analizados no sólo en costes de
transacción, sino también en términos de aprendizaje, oportunidades
tecnológicas, selección y activos complementarios.
La economía evolutiva estudia a la organización y a la empresa como un
sistema en el cual intervienen la adquisición, transmisión y utilización de
conocimientos, componentes relevantes de los costos de transacción; en
cambio la economía de los costos de transacción analiza la empresa como una
organización preocupada por la toma de decisiones sobre qué fabrica y qué
compra.11
En el mundo de la economía evolutiva, las empresas aprenden en un
medio inestable, mientras que en el mundo contractual las empresas son meras
entidades que reaccionan a los cambios.12 La economía evolutiva, por su
concepción de las instituciones se acerca mucho más a los viejos
institucionalistas como Veblen,13 que a los últimos de ellos, en el sentido de
que reconocen que las instituciones nos son algo exógeno, sino que influyen y
pueden ser influidas por las conductas individuales.
2. Empresario y actividad empresarial
Pasemos ahora a la caracterización de los empresarios y su actividad. Este tema
presenta su propio desarrollo. Si nos retrotraemos al siglo XVIII encontramos que
fue Cantillon el que proporcionó una primera caracterización de dicha actividad,
relacionándola no sólo con el riesgo sino también con la incertidumbre.14 En su
trabajo Ensayo sobre la naturaleza del comercio en general del año de 1725,
dice que el “empresario es aquel que compra a precios ciertos y vende a precios
inciertos”, máxima que se aplica hasta la actualidad. “La función empresarial,
––––––––––––––
10
Para una visión completa de este tema ver a R. Nelson y S.G. Winter, An evolutionary
theory of economic change, The Belknap Press of Harvard University, Cambridge, Mass, 1996.
Santiago López García y Jesús María Valdaliso, ¿Que inventen ellos? Tecnología, empresa y
cambio económico en la España contemporánea, España, Alianza Universidad, 1997, pp. 32-34.
11
Ayala, Instituciones y economía... op. cit., p. 173.
12
Valdaliso, ¿Que inventen ellos?...op. cit., p. 33.
13
T. Veblen, The Theory of Business Enterprise, New York, Augustus Mc Kelley, 1965.
14
La palabra empresario empieza a ser usada en Francia desde la Edad Media; eran los
responsables de expediciones militares. Es aquel que toma riesgos. En Inglaterra se les llamó:
undertakers, los que emprendían una tarea concreta o una manufactura, adventurers los dedicados
al comercio, los projectors era un especulador, término algo peyorativo.
36
Clío, 2004, Nueva Época, vol. 4, núm. 32
por lo tanto, era exclusivamente la de afrontar la incertidumbre y el beneficio
surgía de la diferencia entre lo previsto y lo realmente ocurrido”.15
El significado del término entrepreneur ha tenido una trayectoria
cambiante desde ese tiempo. En los finales de la Edad Media dicho término
significaba “alguien que emprendía alguna cosa”. Un empresario era una
persona que contrataba con el gobierno una obra pública por un precio
determinado, asumiendo por su parte los riesgos de los beneficios o perdidas
derivados de la misma. En la Francia del siglo XVIII este término también fue
usado por los fisiócratas para designar a un agricultor poderoso que empleaba
tecnologías intensivas en capital.
Por otro lado, correspondió a J. B. Say la definición de actividad
empresarial que ha perdurado hasta el siglo XX. Para Say el empresario es el
principal agente de la producción pues es quien la pone en movimiento. Su
función es la de mediador entre los demás agentes que aportan factores,
realizando la combinación de objetos para alcanzar la producción de un bien.
La clave de esta función reside en establecer la relación adecuada entre los
medios empleados y el producto conseguido, pues es ahí donde se manifiesta
el buen juicio empresarial.16
Esta línea de investigación de una teoría pura del empresario formulada
por autores franceses quedó fuera del análisis de Adam Smith, para quien la
función del hombre de negocios en el proceso productivo consiste en la
provisión de capital, reduciendo las funciones de capitalista y de empresario.
De manera que, como afirma Schumpeter, si la función esencial del hombre de
negocios es la de proveer capital y el capital es el resultado del ahorro,
entonces según Smith, los beneficios del empresario representan únicamente el
interés, no como dice Knigth la recompensa por enfrentar la incertidumbre.17
En los inicios del siglo XX, Schumpeter y Knigth elaboraron las dos
teorías del empresario de mayor influencia en ese siglo. El primero en 1912 en
su libro anteriormente citado Teoría del desenvolvimiento económico, señaló la
idea de que el empresario es el gran protagonista del desarrollo económico, en
tanto que es el agente capaz de dar una respuesta creadora, es decir de poner en
––––––––––––––
15
Jesús María Valdaliso y Santiago López, Historia económica de la empresa, Barcelona,
Crítica, 2000, p. 13.
16
Valdaliso y López, ¿Que inventen ellos?..., op. cit., p. 58.
17
Ver Valdaliso y López, Historia económica…, op. cit., pp. 13 y 14.
Clío, 2004, Nueva Época, vol. 4, núm. 32
37
marcha innovaciones y combinaciones originales de los factores de
producción.18
Schumpeter sostiene que las innovaciones son la base del desarrollo
económico de una sociedad, por lo tanto el empresario es el elemento
dinamizador por excelencia. Contrario a lo que pensaba Say un siglo antes, los
empresarios perturban el equilibrio y no lo conservan. Ser innovador supone
ciertas cualidades especiales, pues introducir innovaciones supone hacer valer
lo nuevo frente a lo rutinario.
Frank Knigth publicó en 1921 su obra Riesgo, incertidumbre y beneficio,
donde hace la distinción entre riesgo e incertidumbre. Para él esta última
implica la ausencia de información completa, es la característica principal de la
competencia económica y la fuente del beneficio del empresario. El
empresario es el que se especializa en asumirla. Y esta especialización se
produce en un proceso evolutivo que selecciona a los agentes más capaces para
desempeñar dicha función.19
Después de este primer momento hubo que esperar hasta la década de
1970 cuando uno de los discípulos de la escuela austriaca, I. Kirzner,20
sistematizó la discusión que se venía dando al respecto en dicha escuela y
formuló una teoría del empresario. Su punto de partida es que la asignación de
recursos en una economía capitalista se realiza a través del mercado. Esto tiene
lugar durante proceso caracterizado por el desequilibrio, en el que los agentes
que participan (compradores y vendedores) no disponen de toda la información
necesaria para guiar su actuación. Los empresarios son los que detectan las
oportunidades de beneficios. Son los agentes que están en continuo estado de
alerta, capaces de detectar la información que proviene de las señales del
mercado. De esta manera, los empresarios cumplen una función que consiste
en detectar los desajustes del mercado y apropiarse del beneficio que éstos
llevan asociado. Así mejoran la asignación de recursos, enlazan el mercado y
los mercados de factores con los de bienes, favoreciendo su equilibrio. A
diferencia del empresario schumpeteriano que es desequilibrador por
excelencia, en este planteamiento de Kirzner el empresario es equilibrador de
situaciones de desequilibrio.
––––––––––––––
18
Ibid., p. 22.
Ibid., p. 20.
20
Veáse I. Kirzner, Competencia y función empresarial, Madrid, Unión Editorial, 1975.
19
38
Clío, 2004, Nueva Época, vol. 4, núm. 32
En los años sesenta del siglo XX nos topamos con la teoría del empresario
de Leibenstein21 el cual considera que la función del hombre de empresa se
relaciona con los fallos del mercado, los mercados imperfectos e información
incompleta, es decir con situaciones donde la asignación de recursos no se
produce o tienen lugar de manera ineficiente. La función del empresario
motivado por la recompensa derivada de una mejor asignación de los recursos
consiste en reducir dichas ineficiencias.22
Por su parte Casson23 realiza una suerte de síntesis de las cuatro teorías
que enfatizan diferentes aspectos de la función empresarial y que son
complementarias. En su opinión el hilo conductor es el acceso a la
información, lo cual es la fuente principal que hace posible su conducta en
todas las teorías expuestas. Puede decirse que la función principal consiste en
buscar la información para reducir ineficiencias, innovar, rebajar la
incertidumbre o captar oportunidades del mercado que sean realizables. Un
aspecto común en todas las teorías expuestas es que el empresario busca la
recompensa que reciben los agentes que realizan estas funciones empresariales.
Si el móvil principal de cualquier actividad empresarial es la recompensa
que espera alcanzar quien la emprende, el que elija una clase de actividad u
otra depende de la estructura de recompensas relativas o de las restricciones y
obstáculos que ofrezca cada una de ellas, no de la consideración benévola por
parte del empresario de si contribuye o no, y con qué intensidad, al bienestar o
al desarrollo económico del país. Esto les llega por default en todo caso.24
Podemos decir, entonces, que los empresarios son simplemente aquellas
personas con ingenio y creatividad para encontrar los cauces que acrecienten
su propia riqueza, poder y prestigio. Poco les interesa si la actividad que logre
incrementar su poder económico añada mucho o poco al producto social o sea
incluso un obstáculo real para la producción. De ahí que puedan existir
funciones empresariales productivas, improductivas e incluso destructivas.
Podemos encontrar todas y cada una de ellas como parte de la actividad
económica de los empresarios a lo largo del tiempo. Cuando predominen las
––––––––––––––
21
Valdaliso y López,¿Que inventen ellos?..., op. cit., p. 62.
Ver entre otros trabajos el artículo H., Leibnstein, “Entreprenurship and Development”
American Economic Review, 58, 2, 72-83
23
M.Casson, Entrepreunurship, Aldershot, Edward Elgar Publishing Ltd, 1990. The
Entreprennneur: an Economic Theory, Oxford, Martin Robertson, 1982.
24
Valdaliso y López, ¿Que inventen ellos?, op., cit., p. 71.
22
Clío, 2004, Nueva Época, vol. 4, núm. 32
39
funciones productivas sobre las demás, el país tenderá a crecer
económicamente.25
Finalmente, queda claro también, que el elemento determinante del
comportamiento empresarial son las reglas del juego (instituciones y cambio
institucional) vigentes. Por ser éstas las que coordinan y determinan el
rendimiento relativo de la actividad empresarial. Se establece, entonces, una
relación que debemos considerar dentro de nuestros intereses explicativos: la
relación entre las instituciones, el comportamiento de los empresarios y el
desarrollo económico.
3. La empresa familiar
En el horizonte de la investigación y de la reflexión teórica de la historia
empresarial irrumpe un nuevo actor: la empresa familiar. Hasta hace
aproximadamente dos décadas, los aportes teóricos a los estudios sobre
organización de empresas de familias, los análisis de teoría económica sobre este
tema y los casos de empresas familiares estudiados desde la perspectiva de la
historia económica empresarial tenían una presencia limitada en la historiografía
sobre familias pudientes o de gestión de los grandes patrimonios familiares
empresariales.
En los últimos años se han producido notables esfuerzos orientados hacia
una renovación teórica en el estudio de las empresas familiares. Este proceso
ha estado rodeado de reflexiones y debates que han sido la causa y el efecto de
una reaparición de esta temática en las preocupaciones de algunos estudiosos
de las empresas y grupos familiares en los negocios productivos, financieros y
comerciales. En realidad, constatamos que en la historiografía empresarial de
Estados Unidos y Europa, se ha tenido lugar una especie de reinstalación
teórica de las familias de negocios, después de que Chandler privilegiara el
estudio de las grandes empresas y las empresas modernas. La problemática de
la estructuración de redes de negocios familiares aparece y es sujeto de una
relectura desde la historia empresarial y la teoría económica.26
La definición misma de la empresa familiar está sometida a cierta
controversia entre economistas e historiadores. En opinión de los primeros,
para detectar una empresa familiar es suficiente que un número mayoritario de
––––––––––––––
25
Ibid.
Paloma Fernández Pérez, “Reinstalando la empresa familiar en la economía y en la
historia económica”, Cuadernos de economía y dirección de empresa, número monográfico de
Historia de empresa, 17, octubre-diciembre de 2003, pp. 46-66.
26
40
Clío, 2004, Nueva Época, vol. 4, núm. 32
acciones con derecho a voto pertenezca a los miembros de una familia o un
grupo familiar. Con esto un grupo de accionistas unidos por lazos
consanguíneos directos o indirectos (esposos, yernos) les asegura el control
sobre las votaciones, por lo tanto, determinan la toma de decisiones y la
definición de las estrategias empresariales.
Para los historiadores la identificación de una empresa familiar es más
implícita que explícita. Hablan de familia de negocios o empresarial cuando
detectan el control mayoritario familiar sobre la empresa o los negocios.
En la actualidad, es notable una tendencia creciente entre los
historiadores de empresa, de economía de la familia, etcétera, de plantear los
estudios sobre empresas familiares cada vez más apoyados en postulados
teóricos firmes e intentar establecer muestras de grupos de empresas familiares
comparables, tanto en el tiempo como en el espacio.27
Después del gran boom historiográfico de las grandes empresas y las
empresas modernas, ha regresado al escenario investigativo la empresa
familiar. Su gran presencia e importancia ha sido constatada por la
investigación, no sólo en lo social y lo político, sino también en lo económico.
A partir de la década de 1970, pero sobre todo en los años 80, en los
Estados Unidos se produjo un proceso de construcción de un modelo
conceptual, formado por dos subsistemas, que mostraba la estructura
organizacional de las empresas familiares. A la luz de trabajos e
investigaciones realizadas en esos años, fueron evidentes algunos problemas
comunes que presentaban las empresas familiares. Entre ellos destacaban el
nepotismo, la distribución de responsabilidades directivas en las familias
numerosas y la imposibilidad de imponer la meritocracia en la planificación de
la sucesión de la gestión28 En este modelo de familia empresarial de los EU, la
familia estaba por un lado y el negocio por el otro. Ambas estructuras estaban
interconectadas pero tenían reglas y valores propios que interrelacionados
podían generar problemas en la empresa
Por otro lado, en los mismos años mencionados, surgió en Harvard otro
modelo para describir la estructura organizacional interna de este tipo de
––––––––––––––
27
En España se ha constituido el Instituto de la Empresa familiar. Promueve
investigaciones, publicaciones y análisis de problemas relacionados desde esta óptica con la
empresa familiar. Ver por ejemplo: Joan M. Amat (coordinador), La sucesión en la empresa
familiar, Casos reales narrados por sus protagonistas, Barcelona, editado por Deusto, Instituto de
la empresa familiar, Price Waterhouse Coopers, 2004.
28
Fernández Pérez, “Reinstalando la empresa familiar en la economía y en la historia
económica”, op. cit., p. 49.
Clío, 2004, Nueva Época, vol. 4, núm. 32
41
empresas. Dicho modelo se construyó a partir de dos sistemas interconectados:
propiedad y dirección de la empresa. Este modelo sirvió de base para un
modelo de aparición posterior, conocido como modelo tripartita, el cual se
componía de la familia, la propiedad y la dirección de la empresa.29
Al pasar de los años, los historiadores han asimilado la influencia de
algunos conceptos procedentes de la organización empresarial, la teoría
económica y la sociología para interpretar los datos procedentes de los
archivos familiares, públicos o privados. Ahora es notable la presencia de
conceptos como ciclo vital de las familias de negocios o el problema del
nepotismo en la sucesión intergeneracional de las empresas familiares. Otro
problema presente en los estudios actuales es el análisis de los conflictos en la
dirección y estrategias de las empresas familiares.
La influencia de la teoría evolucionista ha servido para entender el papel
de los individuos en la toma de decisiones empresariales, al concebir como un
proceso acumulativo los cambios organizativos y productivos de las empresas.
Sirven para entender la importancia que las rutinas acumuladas tienen en el
tiempo, en la elección de la tecnología y las formas de organización
empresarial.
Los estudiosos de la empresa familiar pueden recurrir al concepto del
ciclo vital de la familia empresarial para explicar qué tanto la empresa como
los individuos que la integran son entes dinámicos, los cuales ofrecen una
imagen diferente al investigador dependiendo del momento dado o la etapa de
su ciclo vital en el cual se encuentran: inicio, expansión, consolidación o
madurez.
El modelo evolutivo tridimensional de la empresa, se basa en algunos
modelos de formas de propiedad familiar y la influencia de cada tipo de
propiedad en las estrategias internas de organización de las empresas
familiares. Encontramos tres tipos de propiedad: la del propietario controlador,
la sociedad de hermanos y el consorcio de primos.30
Podemos sintetizar todos los mencionados en un solo modelo integrado
por tres bloques conceptuales que nos permiten formalizar el estudio y análisis
de las empresas familiares:
1. Tres círculos interrelacionados que definen la empresa familiar:
familia, propiedad y dirección.
2. Tres etapas evolutivas del ciclo vital: arranque, expansión y madurez.
––––––––––––––
29
30
Ibid., p. 50.
Ibid., p. 51.
42
Clío, 2004, Nueva Época, vol. 4, núm. 32
3. Tres tipos simplificados de propiedad citados arriba: la del
propietario controlador, la sociedad de hermanos y el consorcio de
primos.31
Un tema que ha preocupado y es aún controvertido en la investigación de
este tipo de empresas es el de la rentabilidad. Abundan ejemplos provenientes
de la investigación que apuntan en un sentido o en otro. Lo mismo que se han
estudiado empresas familiares muy rentables y longevas incluso en sectores y
mercados donde la competencia es extrema, también encontramos un número
importante de empresas que muestran la tendencia contraria.
Existen algunos otros factores que vale la pena mencionar y que debemos
tomar en cuenta en este tipo de estudios. Estos son, por ejemplo: la existencia
de información asimétrica entre propietario y empleado o la teoría económica
de la familia, que señala que el altruismo y la confianza circulan más y mejor
entre parientes que entre personas ajenas a la familia.
Las empresas familiares tienen ventajas comparativas en situaciones
cuando la presencia de capital es escasa o nula. En un sistema financiero poco
desarrollado, el financiamiento requerido puede ser sustituido por el entramado
personal, que en sí mismo constituye capital social acumulado.
Del mismo modo, la existencia o no de un entorno empresarial y social
acogedor y las relaciones entre empresas y al interior de las mismas, se pueden
analizar y explicar desde la teoría de los costos de transacción. Después de
todo, las empresas se organizan y actúan, los contextos externos influyen y a
veces determinan las decisiones y las acciones de las empresas.
Elemento importante son las redes de empresas familiares, las cuales
muchas veces se explican por la pertenencia a una determinada cultura,
religión o ideología; lo mismo es el hecho de formar parte de una etnia o
región, sobre todo en sociedades que priorizan los lazos personales de
confianza.
La utilización de conceptos provenientes de distintas disciplinas permite a
la historia empresarial establecer relaciones y hacer comparaciones
intersectoriales o regionales, ir más allá de la descripción de casos individuales.
El principal problema compartido que afecta a las empresas familiares y que
mayor interés comparativo ha suscitado, es el de la transmisión o sucesión
intergeneracional del negocio. Los estudiosos del cambio organizacional de las
empresas han detectado que cuando se produce el cambio intergeneracional es
el momento de mayor mortalidad de empresas de este tipo en occidente. Está
––––––––––––––
31
Ibid.
Clío, 2004, Nueva Época, vol. 4, núm. 32
43
relacionado con la continuidad, la sucesión y el control de los negocios de una
familia o familias.
La investigación en la historia empresarial muestra cierta regularidad en
el devenir histórico de una familia que transita a través de varias generaciones,
desde la etapa de ahorro, trabajo y sacrificios a una vida ennoblecida que
dilapida el patrimonio en consumo improductivo. A partir de estas evidencias
se acuñó el término del “síndrome de Buddenbrook” para caracterizar los
frecuentes casos de desaparición de empresas familiares debido al escaso
interés de las terceras y cuartas generaciones para seguir la actividad
empresarial de los antepasados.
Es importante anotar que es también claro, que la desaparición de una
empresa familiar no supone la desaparición de las redes de empresarios que le
dieron origen o la acogieron. Con gran frecuencia los mecanismos para
sobrevivir de algunas empresas familiares han sido el cambio de nombres o la
continuidad por medio de yernos o parientes.
En la empresa familiar, la sucesión y el control de la familia en el negocio
se ve condicionada, a diferencia de lo que sucede en la gran empresa no
familiar, de cuatro factores:
1. Presencia de hijos o yernos que puedan asumir el control; en algunos
casos, los menos, de hijas o nueras.
2. El tipo de relaciones que se establecen entre herederos, pacificas o no
3. Existencia de herederos con la formación apropiada para cada
momento histórico.
4. La vinculación de miembros de la familia con poderes fácticos,
políticos, económicos o sociales a escala regional o nacional y con
poder de presión a escala estatal.32
Los estudios sobre cada uno de estos factores son heterogéneos y pocos
aún. Un aspecto que ha recibido gran atención es el de la planificación de la
cesión o transmisión: pacífica o conflictiva. Históricamente, las costumbres
locales y regionales, la legislación mercantil y tributaria y la situación
sociopolítica y económica han influido y condicionado las estrategias de
sucesión.
Es muy interesante constatar que los estudios realizados a empresas
familiares en la industria, el comercio y el financiamiento, en Inglaterra e Italia,
indican con claridad que es en el nivel de la comunidad local donde se
establecieron los contactos, donde se formaron valores compartidos y se
––––––––––––––
32
Ibid., p. 57.
44
Clío, 2004, Nueva Época, vol. 4, núm. 32
captaron recursos, además de establecerse las relaciones para cooptar socios
empresariales. Todo esto se ve facilitado por la formación de redes de alta
confianza social recíproca que además permiten la selección de sucesores para
la dirección empresarial.
Por otro lado, en los distritos industriales se formaron reservas de
información, conocimiento, experiencia y técnicas de las que las empresas
familiares podían obtener ventajas comparativas, tanto de carácter productivo,
como comercial. Pero, además, les permitía hacer una planificación eficiente
de la sucesión.
Es importante también para estos empresarios asociarse a intereses de
familias con poder político y lazos con el Estado. En torno a los distritos
industriales, se mantienen, por otro lado, pequeñas empresas familiares de
sectores más tradicionales de bienes de consumo de base local. En el caso
italiano, las estrategias de sucesión privilegiaron la selección de sucesores en la
dirección dentro de las redes familiares locales más que captando técnicos
externos.
Las empresas familiares tienen ciertas ventajas comparativas en un
aspecto central planteado por la economía evolutiva, el problema de la
formación. Es éste un elemento clave en la sucesión intergeneracional. Cómo
se prepara, educa y enseña a los sucesores. La transmisión interna y reservada
de algunos secretos, relativos a un producto o proceso productivo y a redes y
contactos financieros y comerciales, eran y son elementos claves en la
especialización en un negocio y su reputación.
Finalmente, para concluir diremos que los renovados estudios de empresa
familiar, intentan examinar grupos de empresas, su imbricación en entornos
históricamente definidos, y la relación existente entre dichos entornos y las
estrategias empresariales, internas y externas.
Clío, 2004, Nueva Época, vol. 4, núm. 32
45