Download ASPECTOS CONCEPTUALES SOBRE POLITICA CAMBIARIA

Document related concepts

Guerra de divisas wikipedia , lookup

Tasa de cambio wikipedia , lookup

Dolarización de pasivos internos wikipedia , lookup

Devaluación wikipedia , lookup

Inflación wikipedia , lookup

Transcript
ASPECTOS
CONCEPTUALES
SOBRE POLITICA
CAMBIARIA
RELEVANTES
PARA
AMERICA
LATINA
ANDRES
SOLNANO
Página
1.
DEVALUACIOK:
PIRICA
A.
B.
C.
D.
2.
C.
4.
TEORICOS
Y EVIDENCIA
EM218
Enfoques de demanda
Enfoques de oferta
Evidencia empírica sobre efectos de una devaluación
Opciones de política frente a devaluaciones contractivas
expansivas)
SISTEMAS Y ARREGLOS
A.
B.
3.
ENFOQUES
218
220
221
(y
222
225
CAMBIARIOS
Tipo de cambio indexado o “crawling peg”
Tipos de cambio duales, mercados paralelos y otros arreglos
cambiarios
1) Tipos de cambio duales
2) Tipos de cambio múltiples y mercados negros o “paralelos”
Garantías cambiarias e instrumentos financieros domésticos en
dólares
226
228
228
229
230
TIFO DE CAMBIO REAL DE EQUILIBRIO
231
A.
B.
C.
D.
231
232
234
235
Enfoque
Enfoque
Enfoque
Enfoque
de paridad de poder de compra (PPP)
de equilibrio en los mercados de activos
de equilibrio externo y equilibrio interno
de determinación intertemporal de la cuenta corriente
ALGUNAS CONSIDERACIONES
CAh4BIARIA
FINALES
SOBRE POLITICA
237
ASPECTOS
CONCEPTUALES
SOBRE POLITICA
CAMBIARIA
RELEVANTES
PARA
AMERICA
LATINA*
ANDRES
SOLIMANO
La reciente crisis del sector externo que ha afectado a la mayoría
de las economías latinoamericanas ha traído nuevamente a la discusión,
con renovada importancia, el tema de la política cambiaria.
Los atrasos cambiarios asociados a significativos déficit de cuenta
corriente y a procesos de acelerado endeudamiento externo, las devaluaciones masivas realizadas en el contexto de severos shocks internos
no acomodables con financiamiento
externo adicional, las complicaciones introducidas por las fugas de capitales y la deuda denominada en
moneda extranjera, la necesidad de establecer sistemas cambiarios que
promuevan el equilibrio externo, en un contexto de estabilidad y crecimiento, son elementos que sirven como motivación para este trabajo.
El trabajo consiste en una discusión sobre tres temas (hay más,
indudablemente)
que aparecen como particularmente
relevantes para
una discusión sobre tipo de cambio en América Latina en la actualidad.
Los temas escogidos se refieren a: (i) los efectos macroeconómicos de las devaluaciones, (ii) el diseño y las propiedades de sistemas y
arreglos cambiarios pertinentes para economfas latinoamericanas,
y
(iii) el examen de distintos enfoques para la determinación de tipos de
cambio de equilibrio.
El trabajo se organiza en cuatro secciones. En la sección 1 se discuten distintos enfoques sobre los efectos macroeconómicos de una
devaluación, distinguiendo entre enfoques de demanda y enfoques de
oferta. Enseguida se revisan distintos estudios empfricos disponibles
sobre el impacto de devaluaciones sobre el nivel de actividad, los precios y la balanza comercial.
En la sección 2 se examinan varios sistemas cambiarios, i.e. tipo de
cambio libre, fijo y tipo de cambio indexado, para pasar enseguida a
modalidades cambiarias “no tradicionales” pero de considerable relevancia actual, como son la existencia de tipos de cambio duales o múlti-
*
9 agradece a René Cortázar, Ricardo Ffrench-Dava,
Zahler y participantes
del Taller de Macroeconomía
primera versión de este trabajo.
Raúl E. Sáez, Ernesto Tironi, Roberto
de CIEPLAN
los comentarios a una
218
ANDRES
SOLIMANO
ples y de mercados negros (o paralelos) para el dólar. La discusión de esta sección termina con un análisis de distintas opciones de “dolarización
interna” a traves de la creación de cuentas bancarias en dólares, la emisión de bonos del gobierno en moneda extranjera y la institución de seguros cambiarios, como instrumentos orientados a evitar fugas de capitales.
En la sección 3 se analizan distintos enfoques sobre la determinación de tipos de cambios de equilibrio. Al respecto se analizan cuatro
metodologías: (i) el enfoque de paridad de poder de compra: (ii) el
enfoque de equilibrio en los mercados de activos; (iii) el enfoque de
equilibrio externo y equilibrio interno; y (iv) el enfoque de determinación intertemporal de la cuenta corriente. El trabajo termina con algunas consideraciones finales sobre politica cambiaria.
1.
DEVALUACION:
ENFOQUES
TEORICOS
Y
EVIDENCIA
EMPIRICA
Los ajustes discretos del tipo de cambio, i.e. devaluaciones, se realizan, en general, para modificar el tipo de cambio real de modo de mejorar la cuenta corriente en situaciones en que existen desequilibrios
de balanza de pagos. Asi la devaluación es un instrumento, por excelencia, orientado al logro del equilibrio externo.
No obstante, considerable atención han recibido en la literatura dos
efectos macroeconómicos asociados a las devaluaciones, esto es, su impacto inflacionario y sus efectos sobre el nivel de actividad.
El impacto inflacionario de las devaluaciones es visualizado a traves del aumento del costo doméstico de los insumos importados y a
través de incrementos en los salarios nominales en presencia de mecanismos de indexación.
Un caso límite sería aquel en que los aumentos del tipo de cambio
son traspasados integramente a los precios domésticos, dejando inalterado el tipo de cambio real. Lo que podria ocurrir en condiciones
de indexación salarial de 1OO por ciento. Sin embargo, este caso es más
bien extremo, ya que basta que los reajustes salariales se otorguen en
períodos discretos de tiempo, i.e. cada seis meses o un año, para que el
tipo de cambio real se modifique, entre períodos, después de las devaluaciones aún en presencia de indexación completa de remuneraciones.
Por otra parte, en modelos en que el nivel de precios se determina
endógenamente por la demanda y oferta agregadas. el impacto intlacionario de la devaluación, ademas de sus efectos sobre el nivel de actividad, depende, crucialmente, del impacto de éstas sobre la demanda
efectiva y la oferta agregada.
k
ENFOQUES
DE DEMANDA
Una devaluación sera expansionaria, es decir, elevará el ingreso
real doméstico, si el incremento en el valor de las exportaciones excede
al aumento del gasto en importables; ambos medidos en moneda domestica. Es decir. si los efectos de sustitución de gasto (desde exportables e importables a bienes domésticos) son dominantes. El modelo
ASPECTOS
CONCF.PTUALES
S”“KE
POLII
ICA
CAMBIARIA
RELEVANTES
219
estándar que produce este resultado supone el producto determinado
por la demanda, precios domésticos fijos y se concentra en el valor de
las elasticidades precio de la balanza comercial (condición de MarshallLerner). El relajamiento de algunos de estos supuestos ha llevado a distintos autores a plantear la posibilidad de que las devaluaciones reduzcan el gasto interno más que aumentarlo, pudiendo ser. por lo tanto,
contraccionarias. Hirschman (1949) fue probablemente el primero en
mostrar la posibilidad de una devaluación contraccionaria a partir de
una situación de déficit inicial de la balanza comercial. En este caso
una devaluación puede llevar a una reducción de ingreso real en la medida en que el incremento del gasto en importables exceda el incremento en los ingresos de exportación. Otro canal por el cual una devaluación puede afectar adversamente el nivel de actividad es ofrecido
por Díaz-Alejandro (1963). Usando un modelo de tres bienes: exportables, importables y no transables. suponiendo una estructura de comercio relativamente rfgida a variaciones en precios relativos y propensiones a consumir mas altas para perceptores de salarios que de rentas del
capital, este autor muestra que una devaluación puede reducir el nivel
de actividad. El mecanismo de transmisión para producir este resultado
es una redistribución de ingresos desde el trabajo al capital o a tenedores de tierra, grupos con propensiones relativamente mas bajas al consumo.
Krugman y Taylor, K-T (1978) han sintetizado esta literatura sobre impactos contraccionarios de una devaluación llamando la atención a un tercer mecanismo, el impacto fiscal de la devaluación, a traves del cual esta puede afectar negativamente el gasto interno. Según
K-T, este resultado se originaría por la redistribución de ingresos desde
el sector privado al gobierno, el que puede tener una propensión al ahorro unitario en el corto plazo,
El impacto monetario de la devaluación también ha sido objeto de
considerable atención en la literatura (Johnson, 1972). En el modelo
monetario una devaluación eleva el nivel de precios domestico, a traves de una ecuación de paridad de poder de compra, lo que, en ausencia de acomodación completa de la política monetaria. reduce el stock
de saldos reales, eleva la tasa de interes real, deprimiendo la inversión y
la absorción doméstica en el corto plazo. En el largo plazo, en este modelo, la contrapartida monetaria del superávit de balanza de pagos originado reestablecería el stock real de dinero predevaluación, eliminando
así el impacto restrictivo inicial de la devaluación sobre el gasto agregado.
Una extensión al enfoque monetario de la devaluación se ha centrado en el impacto de esta sobre el stock real de riqueza (la que incluye otros activos fuera del dinero). Este efecto adquiere especial relevancia en economías con deuda externa y que han depreciado el tipo
de cambio, afectando así el stock real de riqueza neta de la economfa.
A nivel agregado hay que balancear el incremento del valor del stock
de capital en transables y de la riqueza de los tenedores netos de dólares, con el aumento del valor real de la deuda contraída en moneda extranjera, tanto por el sector público como por el sector privado, para
220
ANDRES
SOLIMANO
determinar el efecto neto de una devaluación sobre el stock de riqueza
real de la economía (véanse Solimano (1984), Van Wij nbergen (1986) ).
Los efectos financieros de la devaluación, en general, afectan la
inversión, a través de sus efectos sobre el patrimonio neto de las firmas
(aumento de pasivos en dólares versus aumentos del valor del stock de
capital), y a trav& de esta vía afectan su acceso al mercado crediticio.
En particular, si el patrimonio neto de las empresas se reduce después
de la devaluación, su acceso al mercado crediticio se restringirá con el
consiguiente adverso sobre la inversih (véase Easterly. 1985).
En síntesis, los enfoques de demanda del impacto de una devaluación sobre el nivel de actividad ofrecen una amplia variedad de
mecanismos de transmisión en que el resultado dominante de corto
plazo puede ser una contracción del gasto y el producto. En definitiva.
será una cuestión empírica dilucidar que efecto es dominante y si la devaluación es expansionaria 0 contraccionaria.
Previo a examinar la evidencia empírica al respecto examinemos
los enfoques de oferta de la devaluación.
B.
ENFOQUES
DE OFERTA
Al menos tres características de la estructura de oferta de las ecw
nomías en desarrollo son de especial relevancia al examinar el impacto
de un ajuste del tipo de cambio sobre los precios y el producto:
a) El uso de insumos importados en la producción de transables
y no transables. En este caso una devaluación nominal tendrá un impacto menos que proporcional sobre el tipo de cambio real: naturalmente mientras mayor sea la participación de los insumos importados
en los costos unitarios de producción menor la depreciación real asociada (véase Bruno, 198 1).
b) Existencia de indexación salarial e impacto sobre salarios reales.
En Van Wijnbergen (1986) la canasta de consumo de los trabajadores,
sobre la cual se indexarian los salarios nominales. depende directamente
de bienes finales importados, por ejemplo, alimentos.
En Solimano (1986a), el costo de la canasta de bienes a los cuales
están indexados los salarios nominales es una forma reducida del tipo
de cambio, operando a trav& de la participación de los insumos importados en la estructura de costos de los bienes que constituyen la canasta
de los trabajadores. El ajuste de los salarios nominales después de una
devaluación, dado un coeficiente de indexación. no es necesariamente
igual bajo ambas especificaciones, lo que implica distintos efectos de
una devaluación sobre la tasa de inflación y el tipo de cambio real.
En relación a los salarios reales en un régimen clásico en que el
producto está determinado por la oferta, una devaluación reduciría
salarios reales aumentando el empleo y el producto. Naturdlmente. el
efecto depresión de salarios reales puede operar en la dirección opuesta en un régimen keynesiano (Solimano, 1986b).
c) Otro canal que opera a través de la oferta agregada es el del
costo real de capital de trabajo. Si la devaluación reduce el volumen
real de cr8dito bancario que es usado para financiar capital de trabajo.
ASPECTOS
CONCF PrUALCS
SOBRE POLITICA
CAMBIARI.
RELEVANTES
221
la tasa de interés real pertinente aumentará con el consiguiente efecto
inflacionario
de corto plazo (Van Wijnbergen, 1986: Buffie. 1984).
Nuevamente este efecto introduce una brecha entre devaluaciones
nominales y depreciaciones reales.
En síntesis, la conclusión más importante de los modelos que estudian el impacto de la devaluación por el lado de la oferta es que ésta
(la devaluación) es equivalente a un shock adverso de oferta sobre la
economía. Dado un nivel de demanda agregada, la devaluación producirá una aceleración de la inflación y una reducción del nivel de producto.
Para terminar es interesante notar que el impacto inflacionario de
la devaluación ya fue mencionado en la literatura estructuralista latinoamericana (v5anse Sunkel. 1958, Olivera: 1964: una versión formalizada aparece en Cardoso 198 1) que enfatizaba el hecho de que cambios en
precios relativos en general van acompañados de una aceleración de la
inflación, cuando hay otros precios nominales rígidos en la economla.
la política monetaria es acomodaticia y/o hay demandas distributivas
inconsistentes. Asimismo, el rol de los insumos importados y del costo
del capital de trabajo en la estructura de oferta de países en desarrollo
también es enfatiLado en esta literatura.
C.
IWIDIINCIA
EMPIRICA
SOBRE EFECTOS
DE LYN4 DEVALUACION
Uno de los primeros estudios empíricos sobre el tema es el análisis
de Díaz-Alejandro (1965) sobre el impacto de devaluaciones en Argentina en el período 1955-l 961. En particular. este autor encontró que.
en el caso argentino, los efectos de la devaluación de 1959 eran altamente consistentes con su modelo de devaluación contraccionaria debido a la redistribución de ingreso desde grupos con baja propensión a
ahorrar hacia grupos con alta propensión al ahorro. Además, su estudio
muestra que el mejoramiento de la balanza comercial argentina, siguiendo a la devaluación. se debía más a la reducción de la absorción (respecto a producto) que originó la devaluación que a un efecto sustitución dominante entre bienes domésticos y foráneos.
Otro estudio sobre devaluaciones es el de Cooper (1971), donde
el autor examina 24 devaluaciones para una muestra de 19 países en
desarrollo en el período 1959.1966. Las conclusiones de este estudio
muestran que las devaluaciones fueron exitosas en mejorar la balanza
de bienes y servicios de las economías analizadas, en el plazo de un
aiio. No obstante, Cooper (1971) detecta que. “contrariamente
a lo
esperado”. las devaluaciones fueron seguidas por reducciones en el
nivel de actividad económica (ajustando por variaciones en la política
fiscal y monetaria). Además el autor encuentra que en la mayoría de
los casos estudiados la devaluación va acompañada de un aumento de
los precios dom&ticos, en particular de los bienes transables.
Un estudio más reciente es el de Gylfason y Schmid (1983).
Estos autores usan un modelo macro que combina elementos de oferta
y demanda para estudiar el impacto de una devaluación sobre el nivel
de actividad en una muestra de diez países (tanto industrializados
como semiindustrializados).
Realizando una evaluación emplrica de los
principales parámetros del modelo, dichos autores determinan que la
devaluación es expansionaria (aumenta el ingreso real) en ocho de los
diez países de la muestra. favoreciendo, según los autores. la hipótesis
de efectos sustitución de gasto dominantes.
Otro estudio es el de Edwards (1985) quien estima una ecuación
de producto en función del tipo de cambio real, los términos de intercambio y v-ariables de política monetaria y fiscal para una muestra de
12 países en desarrollo en el período 1965-1980.
Los resultados de Edwards (1985) muestran que las devaluaciones
tienen un efecto contraccionario de corto plazo, el que es revertido
después, tornándose éste en expansionario. En el largo plazo, según el
autor. las depreciaciones reales serían neutrales en su impacto sobre el
producto.
Finalmente en Solimano (1986a) se estudia el impacto de una devaluación sobre el producto. empleo y la balanza comercia1 usando un
modelo macro que destaca el ajuste dinámico de los flujos de exportaciones e importaciones.
siguiendo una depreciación real (curva-J j,
combinado con elementos de oferta como un mecanismo de indexación salarial y la presencia de insumos importados en la producción
de transables.
El modelo es simulado para la economía chilena y muestra que
una devaluación, ceteris paribus, será seguida de una contracción del
nivel de actividad que dura varios trimestres. Por otra parte. la devaluación se tornará expansiva en más de ocho trimestres en el caso chileno.
En síntesis. la evidencia empírica examinada, en general, tiende a
validar la hipótesis de que las devaluaciones son contractivas en el
corto plazo, aunque en el mediano plazo empezarían a operar sus efectos expansionarios. Cuánto tiempo demora el mediano plazo en llegar,
en distintas economías. es un tema que requiere de mayor investigación empírica.
D.
OPCIOhXS
DE
EXPANSIVAS)
pOLITIC.4
FRENTE
A DEVALUACIONES
CONTRACTIVAS
(Y
La discusión anterior muestra que la devaluación puede ir acompañada, en el corto plazo, de una recesión y una aceleración en la tasa
de inflación. Desde esta perspectiva surgen las preguntas de entonces:
iPor qué se devalúa? ¿Qué otras políticas podrían acompañar a la devaluación, para evitar, o reducir, sus posibles efectos no deseados sobre
el nivel de actividad y los precios?
En general, los gobiernos devalúan. entre otras cosas. porque enfrentan déficit en cuenta corriente insostenibles. que ya no pueden ser
financiados con endeudamiento externo adicional, pérdidas de reservas internacionales o restricciones cuantitativas al comercio. También
una devaluación puede ocurrir en circunstancias menos dramáticas,
como seria el caso en que se devalúa debido a una política que otorga
alta prioridad a la expansión de la producción de transables.
En cuanto a las políticas que podrían acompañar una devaluación.
cabe distinguir dos casos: a) si la devaluación es contractiva y hay desempleo en la economía. o b) si la devaluación es expansionaria y la
economía opera en condiciones de pleno empleo.
ASPECTOS
CONCEPTUALES
SOBRE
Cuadro l.-
POLITICA
CAMBIARI.
Devaluación: Enfoques Teóricos
Cnnnl de transmisión
Efecto sobre
producto
a) Marsl1all-Lerner
Mejoramnznto de la balanza comercial en moneda doméstica
Positwo
b) Hirschman
Deterioro de la Balanza Comercial a partir de déficit
Negatwo
Deprenón del conwno
efecto redistributivo
Negativo
1. Enfoques
(1949)
(1965)
d) Krugman-Taylor
f)
(1978)
monetario
(1972)
Efecto riqueza
2. L’nfoques
Efecto sobre
precios
de demanda
c) Díaz-Alejandro
e) Enfoque
Johnson
223
RELEVANTES
vía
Déficit comercial inicial. efecto
distributivo,
efecto fiscal
Reducción
dinero
de oferta real de
Reducción del stock de riqueza real en presencia de
deuda externa
Negativo
Negativo (corto
Plazo)
Neutral (largo
plazo)
Negativo
de o.ferta
a) Efecto costo de msumos importados
(Bruno, 1981)
b) bfccto mdexación salarial y salarios reales
(Van Wilnbergen,
1984, solimano,
1986 a)
c) Efecto capital de trabajo (Van WUnbergen, 1983). Buffie,
1984.
Negatwo
Negativo
-Positivo
Aumentan
Negativo
El primer caso está representado en la Figura 1, donde la pendiente negativa de la línea II (condición de equilibrio del mercado de bienes)
refleja el caso en que la devaluación es contractiva. La línea EE representa el equilibrio de la balanza de pagos en dólares y su pendiente es
positiva (véanse Meller y Solimano. 1985).
En estas condiciones una devaluación (real) llevar& a la economía
a un punto como Q. en que se consigue un superávit de la balanza de
pagos a costa de una reducción del nivel de ingreso (el efecto inflacionario de la devaluación se obtendría de una ecuación de costos). Entonces, una opción de política posible sería la de acompafiar la devalua-
224
ANDRES
Cuadro 2.
Devaluación: Estudios Empíricos
AUtOr
a) Díaz-Alejandro
Resultados
principales
Modelo con efecto distributivo;
Argentina 1959
Devaluación reduce el prcv
dueto, la absoraón, salarios reales y participación
del trabajo en el ingreso.
Mejora balanza comercial.
b) Cooper (1971)
Muestra de 19 países en desarrollo en período 1959-66
Devaluación mejora balanza comercial. reduce nivel
de actividad y acelera inflación en el coito plazo.
c) Gylfamn y Schmid (1983)
Modelo macro con elementos de
demanda y oferta agregadas.
Muestra de 10 países industrializados y semiindustriahzador.
Devaluación expansionaria
en ocho de los diez países.
d) Edwards (1985)
Estima una forma reducida de
ecuación de producto para 12
países en desarrollo en el período 1965-1980.
Devaluación wntraccionaria en el corto plazo y expansiva en el mediano plazo.
e) Solimano (1986a)
Modelo macro con ajuste dinámico de la balanza comercial, indexación de salarios, insumos
importados. Chile.
Devaluación seguida por deducción del producto y
empleo en varios trimest*es.
elw
(1965)
SOLIMANO
Figura
1
(cuociente
tipo de
cambio/
salarios)
II
I
y2
(ingreso)
ASPECTOS
CONCEPTUALES
SOURE
POLITICA
CAMBIARIA
225
RE:LEVANTES
ción con polfticas expansivas de demanda que trasladaran la II al Punto R. Así la economía gozaria de un mayor nivel de ingreso en condiciones de equilibrio externo (la expansión está “financiada”).
Otra alternativa seria mantener el nivel de ingreso inalterado después de la
devaluación con políticas de demanda, punto P, y reconstituir el nivel
de reservas internacionales con un superávit transitorio de la Balanza
de Pagos.
El caso de devaluación expansiva con pleno empleo se muestra
en la Figura 2 (la II tiene ahora pendiente positiva). En esta situación,
la devaluación llevaría la economía al punto Q, creando un exceso de
demanda en el mercado de bienes dado por la distancia PQ. Así, la devaluación podría ir acompañada de políticas de demanda restrictivas
punto P, que evitarán presiones inflacionarias por exceso de gasto en la
economía.
Figura 2
(cuociente
tipo de
cambio/
salarios)
/
P/
(ehh.
/
(440.
/ 1’
/ /
/ /
/
/
,
/
3
cl
/-
/
/
/
/
/
/
/II’
/II
/
----
YEE
A
,
/
YP
2.
*1
(ingreso)
SISTEMAS Y ARREGLOS CAMBIARIOS
La discusión sobre sistemas cambiarios para economias en desarrollo, en especial en América Latina. difiere sustancialmente de aquella
para economías desarrolladas. La existencia de altas y erráticas tasas
de inflación, la ausencia, en general, de mercados de capitales integrados y de mercados a futuro y la fluctuación tradicional de los términos
de intercambio, son parcelas propias de las economfas de la región.
Por un lado, los tipos de cambio fijo se hacen muchas veces insosteni-
ANDRES
226
SOLIMANO
bles, cuando las divergencias entre las tasas de inflación domesticas y
externas son muy grandes. (No obstante varias economías “pequeñas” de Centroamérica han tenido sistemas de tipo de cambio fijo
por varios anos). Por otra parte, los tipos de cambio libre, de hecho,
se observan raramente en economías como las latinoamericanas con sistemas fmancieros poco integrados, que pudieran realizar algún arbitraje estabilizador, y que, además. sufren endémicamente de la volatilidad de los precios de sus productos primarios de exportación.
Por estas razones, centraremos primeramente la discusión en sistemas de tipo de cambio indexados o de “crawling peg” para examinar
enseguida otros arreglos cambiarios como tipos de cambios duales y
múltiples, mercados paralelos, seguros cambiarios y mecanismos de
“dolarización”
como es la emisión de instrumentos financieros domésticos denominados en dólares.
k
TIF’O DE CAME
INDEXADO
0 “CRAWLIKG
PEG”
Se puede decir que una institución de verdadero origen latinoamericano es el sistema de tipo de cambio indexado o reajustable. Este
sistema fue, primeramente, implementado
en Chile (véase FfrenchDavis (1981)) a mediados de la década de los 60. seguido tambien por
Colombia y Brasil, y por otros países en desarrollo en Asia (Williamson
(1981) ).
El sistema de tipo de cambio reajustable o indexado puede ser
visto como un instrumento generado “endógenamente”
por sistemas
económicos sujetos a shocks nominales persistentes como la inflación.
Indexar el tipo de cambio a un índice de precios domesticos evita, en
general, que el tipo de cambio real varíe en función de la tasa de inflación, aislando asf la balanza comercial y el producto de shocks inflacionarios. Otra ventaja del tipo de cambio indexado es la de evitar ajustes abruptos del tipo de cambio, como las devaluaciones, siguiendo a
procesos de apreciación real prolongados. En general, los gobiernos
tratan de evitar grandes devaluaciones por sus efectos adversos sobre la
inflación, los salarios reales y muchas veces el nivel de actividad (véase
sección B). Asimismo, en el sector financiero los atrasos cambiarios
generan expectativas de devaluación y corridas contra la moneda domestica, lo que es visualizado como un shock adverso a nivel macroeconómico.
Literatura mas reciente sobre el tema (Dornbusch (198 1) ) ha agregado una tercera ventaja de los sistemas de tipo de cambio “manejados” o “programados”,
la que consiste en facilitar el ajuste macro de
corto plazo en economias acercándose a configuraciones de equilibrio
interno y externo. Según Dombusch (1981), un tipo de cambio manejado permite ganar un instrumento extra de polftica como el tipo de
cambio real o los salarios reales, evitando que las sendas de ajuste de la
economía requieran excesivo desempleo (socialmente costoso) o déficit
comerciales muy reducidos (también costosos en términos de sacrificio
de gasto).
Sin embargo, el tipo de cambio indexado no está tampoco exento
de problemas. El primero dice relación a la naturaleza de los shocks.
ASPECTOS
CONCLPTUALES
SOBRE
POLITICA
CAMBLARLk
RELEVANTES
227
La indexación del tipo de cambio a un índice de precios es óptima si los
shocks son nominales (ie., inflación) pero no si los shocks son reales, como por ejemplo deterioro de los términos de intercambio o alzas de la
tasa de interes externa real. Cuando hay shocks reales adversos como
los descritos el logro de equilibrio externo en condiciones de alto empleo requiere un ajuste del tipo de cambio real (depreciación), el que
no se logra si el tipo de cambio se sigue ajustando a los precios según la
regla cambiaria vigente en la situación preshock.
En este sentido, una regla cambiaria más general que la del tipo de
cambio reajustable según diferenciales de inflaciones internas y externas sería una que considerara también desviaciones respecto a una tendencia de los terminos de intercambio o de la tasa de interés real externa. Reglas cambiarias de este tipo son socialmente más eficientes que
las de simple indexación a un conjunto de índices de precios nominales
ya que permite considerar tanto incertidumbre de tipo nominal como
real. Esta consideración es de especial relevancia para la decada de los
80, en que las economias en desarrollo han sufrido de shocks reales de
origen externo de enorme magnitud.
Otro problema con el tipo de cambio indexado se refiere a su tendencia a aumentar la persistencia de los shocks nominales en su impacto
sobre la inflación. (Dornbusch (1981) ). El argumento es simple: mientras más se acomoden los shocks nominales para aislar el tipo de cambio
real, mayor es el aumento asociado en la varianza del nivel de precios.
En otros términos, el tipo de cambio indexado implica un trade-off entre variabilidad de precios relativos y variabilidad de precios absolutos.
En economías altamente inflacionarias los términos del trade-off
descrito empeoran sustancialmente. Por un lado a altas tasas de inflación el nivel de precios será muy sensible a variaciones del tipo de cambio (véanse los casos de Brasil desde 1983. Argentina en 1983-85 e Israel 1984-85) y por otro, cualquier reducción en el grado de acomodación del tipo de cambio nominal a los precios tendrá un efecto cuantitativamente importante sobre el tipo de cambio real.
Hasta ahora hemos considerado. implícitamente, el tipo de cambio
indexado respecto a índices de precios pasados. Una modalidad ensayada en el Cono Sur a fines de los setenta, por cierto sin éxito, fue la de
“indexar” el tipo de cambio a una inflación futura estimada, o deseada
mas bien. por las autoridades económicas. Así, en el caso chileno. el
tipo de cambio fue fijado a mediados de 1979, haciendo la tasa de devaluación igual a cero. siendo ésta. tal vez. la inflación-objetivo
de las
autoridades. En el caso argentino, los experimentos con una tabla de
devaluaciones decreciente en el tiempo también perseguían reducir la
inflación futura, a través de desacelerar la tasa de devaluación.
En general, estos experimentos consiguieron ciertas ganancias
desinflacionarias en el mediano plazo, pero, finalmente, fracasaron al
acumular sobrevaluación cambiaria con grandes efectos adversos sobre
la balanza comercial y el nivel de actividad interno.
Un aspecto final en la discusión sobre tipo de cambio indexado
y crawling peg se refiere a la elección de la moneda o de la canasta de
monedas. a que se “ata” la moneda doméstica.
228
ANDRES
SOLIMANO
La solución dada a este problema en la literatura (véase Williamson 1982) consiste en determinar endógenamente la forma “atarse” de acuerdo a alguna función objetivo de politica como minimización de la varianza del precio relativo de los transables, minimización
de la varianza de la balanza comercial o el producto, o incluso la inflación. Las recomendaciones de política que se desprenden de este analisis van desde atarse al dólar o a los derechos especiales de giro. a
atarse a una canasta de monedas determinadas según la dirección del
comercio, con ponderaciones dependientes de las elasticidades precio
de las exportaciones e importaciones ajustadas por el poder monopólico en el comercio del país en consideración.
EL
TIFQS DE CAMBIO
CAMBIARIOS
DUALES,
MERCADOS
PARALELOS
Y OTROS
ARREGLOS
La experiencia reciente con flujos volátiles de capital, crisis cambiarias y devaluaciones masivas ha traído a la discusión el tema de la
aislación de los mercados de activos del resto de la economia. (Vease
la discusión al respecto en Ffrench-Davis, 1978).
Esta es, precisamente, una de las motivaciones centrales de la unposición de tipos de cambio duales o múltiples. y del surgimiento de
mercados negros o paralelos del dólar.
Siguiendo a Dornbusch (1985) las siguientes tres ecuaciones sirven para ilustrar el problema.
(1)
(2)
(3)
i=i*+ê*+R(.)
P= P(eP*)
N= N(eP*/P)
La primera ecuación seriala que la tasa de interés doméstica i
se iguala a la externa i*, ajustada por devaluación esperada ê* y riesgo
R (.). La segunda ecuación seíiala que los precios domésticos, P, dependen de los precios externos en moneda doméstica eP*. La tercera ecuación muestra que el empleo, N, depende (positiva o negativamente)
del tipo de cambio real eP* El problema central es que el tipo de camP
bio consistente con equilibrio de portafolio entre activos domésticos y
externos, ecuación (1) (la tasa de devaluación esperada ê* depende del
nivel del tipo de cambio corriente, e, respecto a algún nivel de largo
plazo, e), puede implicar una tasa de inflación, un nivel de salarios
reales y de empleo insostenibles macroeconómica y/o políticamente.
En este sentido, lo que se busca es aislar los mercados de activos
de otros mercados claves de la economía. En esta sección discutiremos
diversas formas de hacer esto.
1)
Tipos de cambio duales
Los tipos de cambio duales implican separar el mercado cambiario
en dos áreas, instituyendo, por ejemplo, una tasa de cambio para tran-
ASPECTOS
CONCEPTUALFS
SOBRE
POLITICA
CAMBIARIA
RELEVANTES
229
sacciones comerciales y otra para movimientos de capital y otras transacciones (i.e., turismo). Esta última tasa puede ser libre o fijada, y estar
o no restringido el acceso a este mercado. El sistema de tipo de cambio
dual busca evitar que el nivel de reservas y la balanza comercial se afecten con shocks financieros adversos (i.e., fuga de capitales o pérdida de
confianza en la política económica). Implícitamente,
está la idea de
que los salarios reales no deben pagar el costo de estabilizar las expectativas de los tenedores de riqueza de modo de hacerlos volver a los
activos domésticos.
Bajo este sistema existirá un diferencial entre la tasa de cambio
para transacciones financieras y la tasa oficial (premio). El premio cambiario, en general, depende (positivamente) de las expectativas de devaluación de la tasa oficial- de la anticipación de expansiones fiscales, o
de cambios en la situación polftica del país.
El comportamiento
del premio es clave para determinar en qué
medida la cuenta corriente y el nivel de reservas mantienen aislados de
shocks en la cuenta de capitales.
Dos consideraciones son relevantes al respecto: (i) la magnitud
del premio. Es obvio que si el diferencial es demasiado significativo,
los exportadores tenderán a la subfacturación y los importadores a la
sobrefacturación, de modo de vender el remanente a la tasa de cambio
más alta y hacer la correspondiente ganancia de capital. Lo mismo sucederá si algunos ítemes de comercio se excluyen de la tasa oficial (i.e.,
importaciones prescindibles y/o exportaciones no tradicionales), lo que
hará sustituir consumo hacia bienes dentro de la canasta oficial y dedicará produccion hacia bienes sujetos a la tasa de cambio de movimientos de capital. En ambos casos, el premio afecta adversamente la balanza comercial y el nivel de reservas. (ii) Un aumento en el premio afecta
positivamente la riqueza percibida (cuando el stock de divisas es un
activo “neto”, descontados los pasivos en dólares) y por esta via el gasto agregado, lo que tiende a deteriorar la balanza comercial oficial y
el nivel de reservas.
De este modo. aun bajo un sistema de tipo de cambio dual la estructura de precios relativos y el grado de estabilidad macroeconómica se verán afectados, en algún grado, por los desarrollos adversos que
ocurran en la cuenta de capitales.
2)
Tipos de cambio múltiples y mercados negros o ‘@ralelos”
En el caso de tipos de cambio múltiples en que distintos bienes
exportables e importables están sujetos a diferentes tasas de cambio,
el problema de las distorsiones es serio. En este caso el costo de mantener los salarios reales “altos” en terminos de una canasta de bienes esenciales lo pagan los productores de transables sujetos aun tipo de cambio
real altamente sobrevaluado. Asimismo, la expectativa de un ajuste
cambiario en estas condiciones genera un aumento del premio con el
consiguiente efecto adverso sobre las reservas. En esta situación. no es
claro que el ajuste requerido sea transferir ítemes de comercio de las
categorías con tasas de cambio más sobrevaluadas a ítemes con tasas
de cambio menos sobrevaluadas. En este caso, un cambio en la direc-
230
ANDRES
SOLIMANO
ción de una mayor eficiencia asignativa tendrá un costo en pérdidas
de reservas internacionales (por la corrida hacia el dólar en anticipación
de una devaluación) que tiene un alto precio sombra.
El caso de los mercados negros es básicamente equivalente al tipo
de cambio dual; pero aquf la autoridad monetaria excluye ciertas transacciones del acceso a las divisas reguladas.
En Dombusch et al. (1983) se muestra que el premio del mercado negro es función de las expectativas de devaluación oficial, de las
tasas de interés, de factores estacionales (turismo) y de anticipaciones
de política. Variables similares a las que explican el comportamiento
del premio en los mercados cambiarios duales.
C.
GARANTIAS
EN DOLARES
CAMBIARIAS
E INSTRUMENTOS
FINANCIEROS
DOMESTICOS
La acumulación de deuda en dólares, tanto por el sector público
como privado, en distintos países de América Latina, como las fugas
de capitales han llevado a las autoridades a usar modalidades cambiario-financieras que presentan aspectos conceptuales interesantes. Una
de ellas es la institución de seguros cambiarios. Bajo este sistema el
Banco Central, o la Tesorería, les garantizan a los agentes endeudados en
dólares el acceso a un dólar conocido, spot, antes del repago. Este seguro busca evitar que las personas endeudadas en dólares adelanten
sus repagos en anticipación a dev-aluaciones. con el consiguiente efecto
negativo sobre las reservas. Evidentemente, este sistema implica una
transferencia del riesgo cambidrio desde el sector privado al sector público. transferencia que puede ser bastante regresiva si la deuda contraída financió fugas de capitales (Argentina) o consumo de durables
por las clases acomodadas (Chile). Otro instrumento que busca evitar
las salidas de capital son los depósitos en dólares ofrecidos por instituciones financieras domésticas. Esta alternativa tiene el beneficio obvio
de ahorrar, en el agregado, reservas internacionales a la economía. Por
otra parte, reduce la inestabilidad asociada a cambios de cartera, al Ilevarlos al ámbito de registros contables de las instituciones financieras
y no a cambios en las reservas internacionales o el tipo de cambio.
El problema potencial que tiene este tipo de cuentas es que tiende a postergar los ajustes cambiarios. por sus repercusiones financieras, al estar una parte de los pasivos de las instituciones financieras
denominada en dólares. Esto es particularmente
serio en el caso de
crisis cambiarias que dan origen a corridas sobre depósitos en dólares,
obligando al gobierno a intervenir estas instituciones que. en general,
mantienen reservas parciales sobre sus depósitos en dólares. El caso de
en México en 1982, es, particularmente,
ilustrativo
los “Mexdólares”,
al respecto. Por otra parte, la emisión de bonos del gobierno en dólares
(o indexadas a él) tiene el efecto similar de evitar o reducir las salidas de
capitales al de las cuentas domésticas en dólares. Sin embargo. si el
tipo de cambio es depreciado, el gobierno se verá forzado a transferir
recursos a los tenedores de estos bonos, con lo que el gobierno pierde
el ahorro que realizó en la prima por riesgo cambiar¡0 que deben pagar
los bonos emitidos en pesos.
ASPECTOS
CONCEPTUALES
SOBRE POLITICA
CAMBIARI.
RELEVANTES
231
En síntesis, al evaluar las alternativas de “dolarización
interna”,
a travks de la emisión de instrumentos financieros domksticos denominados en dólares, como mecanismos orientados a detener salidas de capitales, hay que tener en cuenta, al menos, tres dificultades: Por una
parte, la dolarización interna aumenta el impacto financiero de los
ajustes cambiarios, lo que afectará tanto a los pasivos del sistema financiero privado como al presupuesto del gobierno. Por otro lado, hay que
considerar el probable impacto de esta “innovación financiera” sobre la
estabilidad de la demanda de dinero, lo que puede dificultar el manejo
de la política monetaria. Finalmente, se presenta el problema genérico
de indexar deuda al dólar cuando el ingreso nacional no está indexado a
esta moneda (salvo los transables), lo que es particularmente cierto para
el gobierno (vkase Dornbusch (1985).
3.
TIPO DE CAMBIO REAL DE EQUILIBRIO
La discusión anterior sobre devaluaciones y sistemas cambiarios
requiere de un complemento adicional: tener algún concepto (y medición) de que es un tipo de cambio de equilibrio. En esta medida podremos saber si un tipo de cambio está o no sobrevaluado y cuties son los
ajustes requeridos. Podemos distinguir en la literatura cuatro enfoques
para determinar tasas de cambio de equilibrio: (i) enfoque de paridad
de poder de compra; (ii) enfoque de equilibrio en los mercados de activos; (iii) enfoque de equilibrio externo y equilibrio interno; (iv) enfoque de determinación intertemporal de la cuenta corriente.
A.
ENFOQUE
DE PARIDAD
DE PODER DE COMPRA
(PPP)
La PPP es una teorfa de determinación del tipo de cambio que
plantea que la variación en la razón de intercambio entre dos monedas
está determinada por las variaciones en el nivel de precios relativos entre
ellos. Sea e = tipo de cambio, P = nivel de precios en el pais “doméstico” y P* = nivel de precios en el país “foráneo”. Entonces:
(4)
e = P/P*
Esta versión “fuerte” de la teoría ha sido modificada para incluir
tanto bienes no transables como situaciones en que no hay suficiente
arbitraje como para asegurar que la ley de un solo precio se cumpla a
nivel agregado. En general, versiones “débiles” de la misma plantean
que la ecuación (4) se daría en forma de tasas de variación más que de
niveles. es decir
(4’)
6 = p - p*
232
ANDRES
SOLIMANO
El enfoque de la PPP busca determinar en qué medida el tipo de
cambio corriente no se ha ajustado (esta en desequilibrio) a las variaciones en los niveles de precios del país respecto a los niveles de precios
de sus socios comerciales. En particular. los índices apropiados a usar
para las comparaciones deben representar los costos unitarios, relativos,
de los bienes transables en el comercio, más que ser índices agregados
como deflactores del PGB o indices de precios al consumidor (véase
Artus (1978)).
Aparte del problema de los índices de precios a usar hay al menos
dos dificultades con este enfoque: (i) el problema de la elección del
año base. Esto se refiere a que nada garantiza que la tasa de cambio de
un ano base determinado sea efectivamente la tasa de cambio de equilibrio y que, por ende, el ajuste requerido sea llevar el tipo de cambio
al nivel de esa base de comparación. (ii) El problema, mas serio, de en
qué medida el tipo de cambio sólo depende de los niveles absolutos de
precios y por ende es un fenómeno sólo monetario, o en otros términos
que la PPP sea una teoria incompleta de determinación del tipo de
cambio y que en realidad haya desviaciones sistemáticas de la PPP.
Dornbusch (1985) senala que variaciones permanentes en los términos
de intercambio (un shock real) afectaran los tipos de cambio de equilibrio, introduciendo as1 una desviación sistemática a la PPP. Otra desviación de la PPP importante es la asociada a Balassa (1964) quien detectó
que las tasas diferenciales de crecimiento de la productividad entre
transables y no transables, propias de un proceso de crecimiento económico, tienden a elevar el precio relativo de los no transables, apreciando el tipo de cambio real.
Contra estas objeciones al uso de la PPP para calcular tipos de
cambio de equilibrio hay que considerar la simplicidad del metodo, lo
que explica en gran medida su extendido uso. Sin embargo, el enfoque
no está ausente de problemas y estos deben ser considerados seriamente.
B.
ENFOQUE
DE EQUILIBRIO
EN LOS MERCADOS
DE ACTIVOS
Este enfoque, en contraste con la teoria de la PPP, traslada su
atención de los mercados de bienes hacia los mercados de activos en la
determinación de los tipos de cambio de equilibrio. En particular, este
enfoque visualiza una economía integrada financieramente con el exterior en que la libre movilidad de capitales iguala los retornos, ajustados por depreciación esperada, entre activos financieros.
Para entender este enfoque. consideremos la condición de arbitraje
(5)
i = i* + ê
donde
i = tasa de interes nominal interna
i* = tasa de interes externa
ê = tasa de devaluación esperada
ASPECTOS
CONCkPTUALES
SOBRE POLITICA
CAMBIARIA
RELEVANTES
233
Si a ambos lados de esta ecuación le restamos la suma de la inflación interna y externa (P + P*) y arreglamos términos, se tiene
i-p=i*
-P*+è+P*-$
es decir
(6)
r=r*+li
donde r y r*- son las tasas de interés real doméstica y externa respectivamente, y R es la tasa esperada de depreciación del tipo de cambio
real.
Si suponemos que el tipo de cambio real se deprecia según la discrepansia entre el tipo de cambio real corriente, R: y aquel de largo
plazo R:
(7)
ix = X (R-R)
entonces reemplazando (7) en (6) se llega a
(8)
R = R +t
(r - r*)
Esta -uación
señala que el tipo de cambio real estará sobrevaluado,
R < R, si la tasa de interés real doméstica es mayor que la externa y
viceversa. Es claro que bajo este enfoque son los diferenciales de tasa
de interés los que explican los desequilibrios cambiarios. Así la corrección de un tipo de cambio “atrasado” requiere no sólo alterar la política cambiaria, sino también variar la combinación de políticas fiscal
y monetaria que afectan las tasas de interés.
Es interesante notar que si la PPP se cumpliera estrictamente, es
decir, ê = P - P*, entonces R = 0, y, por ende, el tipo de cambio real
siempre estaría en equilibrio,
En la versión nominal de la condición de arbitraje, ecuación (5),
si hacemos ê = 0 (e ~ e) y reemplazamos, se llega a
(9)
e= é +$-(i-i*>
Esta expresión muestra que son las discrepancias entre tasas nominales de interés interna y externa las que explican que el tipo de
cambio nominal este fuera de línea.
El problema básico de esta metodología, como guía de la política cambiaria, es el trade-off entre la tasa de cambio consistente con
ciertos objetivos macroeconómicos de inflación, salarios reales y empleo
y la tasa de cambio consistente con el equilibrio de portafolio de los
tenedores de riqueza, un aspecto ya discutido en la sección C.
234
C.
ANDRES
ENFOQUE
DE EQUILIBRIO
FXTERNO
Y EQUILIBRIO
SOLIMANO
INTf-RN0
Un enfoque distinto a los anteriores se centra en el uso del tipo
de cambio como un instrumento para el logro de equilibrio externo e
interno. Suponiendo que a través de las políticas de demanda la economia logra el equilibrio interno, definido idealmente como pleno empleo, o tasa estructural de desempleo, centremonos en el logro de equilibrio externo. Supongamos que el concepto de equilibrio externo
relevante fuera el de equilibrio en la balanza de pagos.
Entonces la metodología de ajustar el tipo de cambio al logro
de equilibrio externo consiste en ajustar la balanza de pagos corriente
a una balanza de pagos de largo plazo
Sea
(10)
B = B (n, ejw, Y, v. F)
donde
B
7-r
= saldo de la balanza de pagos
= terminos de intercambio
e/w = cuociente tipo de cambio a salarios (tipo de cambio real)
Y
= nivel de producto
V
= vector de política comercial
F
= flujo de capitales
Linealizando (10) y expresando las variables en desviación respecto a sus valores de tendencia de largo plazo se tiene
(11)
B-~=&,+j~3~
+,%
(ÍT- F) +o*
(v-v)
pi > 0
[eiw-(E/w)l-
83(Y-a
+
+ Ps 0-F)
i=o,
<.., 5.
De la ecuación (ll) notamos que, para una economfa pequeña,
la balanza de pagos normalizada depende de variables (normalizadas)
que incluyen factores exógenos como términos de intercambio, 71- ?r,
flujo de capitales, F - F, de parámetros de polftica como e y v (política cambiaria y comercial) y de la brecha del producto, y - 7. Usando
las variables de política del gobierno, es claro que existe un valor del
tipo de cambio real consistente con equilibrio externo. Entonces la
tarea de la política cambiaria sería la de encontrar y garantizar ese nivel
de competitividad
externa (véase Ffrench-Davis (1985), cap. V, para
una discusión sobre este tópico). Esta metodología es, sin duda, atractiva; sin embargo, tampoco está exenta de problemas. Hay, al menos,
dos dificultades principales con ella: (i) por una parte, en general, la
respuesta de la balanza comercial a modificaciones en precios relativos
ASPECTOS
CONCEPTUALES
SOBRE
POLITICA
CAMBIARLA
RELEVANTES
235
no es instantánea. lo que implica que los beneficios o costos de una
determinada política de tipo de cambio real se obtendrán principalmente en el mediano plazo (Edwards (1985); Solimano (1986a) ).
(ii) Por otro lado, las devaluaciones (cuando son contraccionarias)
pueden afectar adversamente el logro de objetivos de producción y
empleo en el corto plazo. Así el tipo de cambio como instrumento
para el logro de objetivos de equilibrio externo debe ser acompañado
de polfticas de demanda que contrarresten sus efectos no deseados sobre el logro de objetivos de equilibrio interno (véanse Meller y Sohmano (1985)).
D.
ENFOQUE DEDETERMINACIONINTERTEMPORALDELACUENTACORRIENTE
Este enfoque, desarrollado principalmente
por Sachs (198?),
visualiza la cuenta corriente como resultado de un proceso de ahorroinversión de una economfa sujeta a una restricción presupuestaria intertemporal que senala el límite al endeudamiento externo.
Formalmente, sea
(13)
CA=
Q+ r*B-C-G-I
donde
CA
= saldo de la cuenta corriente
Q
= producto geográfico bruto
r*B
= servicios de intereses
C
G
= consumo
= gasto público
1
= inversión
Si el país es prestamista, B > 0,
Una forma de expresar la
de la economía es imponerle
sea deudora ni acreedora en
(13)
,-r*t
lim
t-
si es prestatario B < 0.
restricción presupuestaria intertemporal
que, en el largo plazo, la economía no
términos de valor presente, es decir:
B=O
En otros términos, llamando a la absorción A = C + 1 + G la restricción presupuestaria de stock de la economía puede escribirse como
(14)
Jo”
e-r*t
(Q - A) dt = ~ B (0)
Es decir, que el valor presente descontado de superávit comerciales. Q - A. debe balancear exactamente el nivel de endeudamiento
inicial de la economía, -B (0). Así los déficit comerciales de los
236
ANIlRb:S
SOLIMANO
períodos iniciales deben ser compensados. en valor presente. por superávit en períodos posteriores si B (0) = 0. Entonces políticas que
incentivan el endeudamiento externo en los primeros años implican una
reducción de la absorción respecto al producto en los períodos siguientes.
La solución genera1 del modelo para los niveles de gasto, deficit
en cuenta corriente y endeudamiento externo depende de la riqueza,
la tasa de interés y la tasa de descuento.
Cuando el modelo se especializa para incorporar bienes transables
y no transables. Dombusch (1983), el patrón óptimo de consumo a
través del tiempo de la economía depende de: (i) la relación entre la
tasa de interés mundial y la tasa de descuento doméstica y (ii) la estructura de precios relativos de los no transables (inversa del tipo de cambio
real) a travCs del tiempo.
En particular, el consumo presente sube en relación al consumo
futuro si el precio relativo de los no transables crece a través del tiempo
(ya que así la tasa de interés real dom&stico baja respecto a la internacional), reduciendo el costo de oportunidad del consumo presente en
términos de consumo futuro. De este modo- aquí cabe un rol para la
politica cambiaria: cuando se desea aumentar el consumo presente se
debe reducir la tasa de interés real interna. reduciendo el precio relativo presente de los no transables.
En este modelo el efecto sobre la cuenta corriente de cada período de la trayectoria del tipo de cambio real es a priori ambigua: por
un lado, una depreciación real presente del tipo de cambio respecto al
futuro reduce la tasa real de interés e invita sustitución hacia consumo
presente, deteriorando la cuenta corriente; por otra parte, la depreciación real lleva, cada período, a sustituir transables por no transables
tanto en producción como en consumo, lo que mejora la cuenta corriente. Esta es una faceta que no aparece en los modelos de un período
en que una depreciación real mejora en forma no ambigua la cuenta
corriente, al menos en dólares.
Haciendo una evaluación sintética de este nuevo enfoque podemos
señalar que este llama la atención sobre dos aspectos relevantes a considerar en el diseño de la politica cambiaria como son: (i) derivar un
patrón dinámico de precios relativos consistentes con algún concepto
de optimalidad social, en especial con la noción de que las economías
deben ajustarse cuando los shocks son. permanentes y endeudarse cuando son transitorios; (ii) centrar la atención sobre un concepto de equilibrio externo de largo plazo, que no exige equilibrio de balanza de
pagos o de cuenta corriente, en cada período.
Entre los problemas del enfoque se encuentran: (i) la dificultad
de separar entre shocks permanentes y transitorios; (ii) la tendencia,
en general del gobierno, a sobreacomodar los dzoeks por un sesgo a
considerarlos transitorios y (iii) la ausencia, en estos modelos, de restricciones de liquidez externa que son de especial relevancia práctica
para países en desarrollo en la actualidad.
ASPECTOS
4.
CO?JCEI’T”ALES
SOURE
POLITICA
CAMBIARIA
Rt LIXVANTFI
237
ALGUNAS CONSIDERACIONES FINALES SOBRE POLITICA CAMBIARIA
De la revisión anterior surgen algunas consideraciones importantes
de destacar en el diseño de la política cambiaria.
Primeramente. en relación a los objetivos de la política cambiaria.
la experiencia reciente en el Cono Sur (fines de los 70 e inicio de los
80) entre otras, muestra que usar la política cambiaria para lograr ciertas metas de estabilización antiinflacionaria,
por sobre los objetivos de
equilibrio externo. representa un criterio no sostenible en el mediano y
largo plazo en economias sujetas a una restricción (intertemporal)
de
recursos externos,
En esta perspectiva, una política cambiaria orientada a sostener
deficit de cuenta corriente financiables en el mediano plazo, dadas
ciertas proyecciones realistas sobre la disponibilidad de fondos externos, el nivel de los terminos de intercambio y las tasas de interes externas, parece ser un criterio de política cambiaria apropiado con el fin
de evitar atrasos cambiarios y/o movimientos desestabilizadores de
capital. A su vez, los niveles del déficit de la cuenta corriente pueden fijarse en función de ciertos volúmenes de ahorro externo definidos por
la política macroeconómica. Por otra parte, el nivel del tipo de cambio
real reflejara, sin duda, las prioridades de asignación de recursos de la
estrategia de desarrollo.
La coordinación entre la polftica cambiaria y otras políticas macroeconómicas es otro aspecto de especial importancia. En particular,
lo es su coordinación con la política salarial y la política monetaria.
Referente a la polftica salarial, ésta debe definir los mecanismos de
indexación de las remuneraciones de forma tal de permitir modifrcaciones en el tipo de cambio real cuando éstos sean requeritios. En relación a la política monetaria, ésta debe garantizar un marco de estabilidad de precios y un cierto nivel de reservas internacionales compatibles
con los niveles de competitividad externa definidos por la política cambiaria.
Para terminar es importante seiialar algunas “áreas de ignorancia”
que requieren de mayor investigación. Por un lado, sabemos poco respecto a la velocidad de ajuste de los precios y cuánto demoran éstos en
conversar a ciertos niveles deseados. Esta consideración es importante
para la política cambiaria cuando ésta busca corregir desequilibrios de
precios en la economía.
El tema de la credibilidad en las politicas también es crucial. Como es sabido, el problema de la credibilidad surge de la combinación
de incentivos que enfrentan las autoridades económicas a alterar sus
políticas preanunciadas, en forma contingente a la ocurrencia de eventos no anticipados (i.e.. una recesión externa). y la percepción del
público de que estos incentivos existen, Ejemplos en el área de regímenes cambiarios hay muchos y el problema es, en general, de difícil
resolución.
Finalmente, el estudio de los impactos financieros y fiscales de las
devaluaciones es también otra área prioritaria de investigación en el
campo de política cambiaria.
ANDRES
238
REFERENCIAS
ARTUS,
SOLIMANO
BIBLIOGRAFICAS
1. (1978), “Methods of assesing the long run quilibrium
value of an exchange rate”,
en Jolournal of Intemationnl
Economics
(Amsterdam.
North-Holland
Publishina. Co.).
mayo.
BALASSA,
B. (1964), ‘The purchasing poner paiity: A reappraisal”,
en fourna~ ofl’oliticol
&conomv (Chxxeo. Universitv
of Chicaeo Press.). diciembre.
en J. W&wnson’
(Publicado balo la dirección de): IJffi
BRUNO,
M. (í983),
‘%mnent,~~:
Conditionality
(Washington, Institute of International
Economy).
BUFFIE,
E. (1984), “Financia1 repression, the new stmcturalistn
and stabilization
policy in
semi-industrialized
economies”,
en Journa
of Development
Economics (Amsterdam,
North-Holland
Publishing, Co.), abril.
CARDOSO,
E. (1981), “Food supply and inflation”,
en Journa of Development
Econnmics
(Amsterdam,
North-Holland
Publi$hmp, Co.), Val. 8, núm. 3, junio.
COOPER, R (1971), An assewnent of currenc.v devaluatmn in developing countries. en Essays
in Intemational
Finance (I’rinceton.
Department
of Economic, International
Finance
Section), núm. 86.
DIAZ-ALEJANDRO,
C. (1963), “A note on the impact of devaluation
and distributive
effects”
en Journal of Development
Economics (Amsterdam,
North-Holland
Publishing, Co.).
-(1965)
Exchonge rafe devaluofian
in a semi-industrtilized
country,
The experience of
Argentmo I955-1961.
(Massachusetts, The MIT Press).
DORNBUSCH,
R. (1981), “Exchange rate rules and macroeconomic
stability”,
en J. Williamson (Publicado bajo la dirección de): Exchange rafe rules. The theory, performnnce
ond
prospects
of the crawling peg (Londrcs, The Macmillan Press).
-(1983),
“Real interest
rates, home gwds, and optnnal external borrowing”,
en Joumnl
of F’olitical Economy (Chago,
University of Chicago Press), febrero.
-(1985),
“Purchasing power parity” (mimeo, marzo, MIT).
DORNBUSCH,
R. (1985), Specuzl exchange rater for capital account tronsactrons, en serie
Workmg Paper. núm. 1.659 (Washington,
National Bureau of Economic Research, Inc.),
iulio.
DORNBUSCH,
R. y otros (1983), “Thc black market for dollars in Brazil”, cn Qunrrerly Joum
al of ~c~onomics (Cambridge. Harvard Cniversity Press), febrero.
EASTERLY,
W. (1985), A computable
general equrlihrium
model of Mexico w’ith portafolfo
balances witb application
fo devoluation
(Massaachus¿ttr, Dcpartment
of Economics,
Massachusetts Institute of Technology,
tesis doctoral no publicada).
EDWARDS, S. (1985), Are devaluations contractioruryi
(Washmgton, National Bureau of txonomic
Research) Working papa núm. 1.676.
FFRENCH-DAVIS,
R. (1978), “Alternativas
de polítlca cambiarla”,
en Colección estudios
CIEFLAN (Santiago, CIPPLAN),
febrero.
---(1981),
“Exchange rate poliaes in Chile: The experience with the crawhng peg”, en J.
Williamson (Publicado bajo la dirección de): Erchange rafe nrle~ (Londres, The MacmlUan PI%).
-(1985)
Economia internaaonol
Teorzú y politicas pnre el desarrollo (México, Fondo de
Cultura Lconómica).
GYLFASON,
T. y SCHMID, M. (1983), “Doeî devaluarion
cauw stagtlation?“.
en Th<, Concdian Journnl o/Economics
(Toronto,
Canadlan Economic Associatmn), noviembre.
HIRSCHMAN,
k (1949), “Devaluation
and the trade balance: A note”, tw Revie,!, oj Eccommic and Statistics (Cambridge,
Harvard Univcrslty,
Department
of lxonomics),
vaI. 3 1,
JOHNSON,
H. (1972), Inflation
and the »zonefnr~ controven)
(Amsterdam,
North-Holland
Publishing Co.), cap. 3.
KRUGMAN,
P. y TAYLOR.
L. (1978), “Contractionary
effects of devaluarion”,
en Journl;/o/
Intemorional
Economics (Amsterdam,
North-Holland
Pubhuhing Co ), núm. 8.
MELLER, P. y SOLIMANO.
A. (1985), “Reaciivatlon
interna ante una wc~a rcytrlcción exteren Coiec~cirirr esrudms UEPIYI.AN (Sanna: Análisx de distintas políticas
económicas”,
tiago, CICPLAN), junio.
OLIVERA,
J. (1964), “On structural inflatmn and Iatin Amencan ~tructuralism”,
en Orrord
Economic Papen (Londres, Oxford Cnivcrsity Prw), val. 16. nowembre.
SACHS, J. (1982), “The current accounf m the macroeconomic
adjurtment
procecs”, cn Sun
dinnvian Journnl 01 Economrcs, 84(Z).
ASPECTOS
CONCEPTUALES
SOBRE POLITICA
CAMBIARIA
RELEVANTES
239
SOLIMANO,
A. (1984), Devoluntion,
unemployment
and inflationEssays on macroeconomic
adjusrment
(Massachusetts, Department
of Economics, Massachusetts Insritute of Technology, tesis doctoral no publicada).
-(1986a)
“Contractionary
devaluation
in the southern cone: the case of Chile”, en
Journal of Deuelopment
Economics (Amsterdam,
North-Holland
Publishmg Co.); por
aparecer.
(1986b). Snlaiio~ reales y eiZpk0 bajo distintos reRimenes macroeconómicos.
Unn oplicnci0n paro Chile y Brasil. en Documento
de trabajo/278
(Santiago, PREALC).
SUNKEL, 0. (1958), “La inflación chdena: Un enfoque heterodoxo”,
en El Trimestre Econi>mico (Méxxo, D.F., Fondo de Cultura Económica), val. 25, núm. 4.
VAN WIINBERGEN,
S. (19861, “Exchange
rafe management
and stabilization
policies in
of Development
Economics
(Amsterdam,
Northdevclopmg
countries”,
en Journnl
Holland Publishing Co.); por aparecer.
WILLIAMSON,
1. (1981), “Th e crawling peg un hxtorical perspectwe”,
cn J. Williamsan (Publicado bajo la dirección de): Exchanye rote rules (Londres, The Macmillan Press).
-(1982)‘
“A survay of the literature
on the oprunal peg”, en Journa/ of Development
&onomzcs (Amsterdam. North-Holland
Pubhshmg Co.), agosto.
EMPLEO Y REMUNERACIONES:
MODELOS
ALTERNATIVOS
DE CORTO
PLAZO PARA AMERICA
LATINA
RENE CORTAZAR
Página
1.
2.
243
EMPLEO: MODELOS ALTERNATIVOS
A.
Mercado de bienes en equilibrio
1) Economía cerrada
2) Economía abierta
244
244
246
B.
Desequilibrio en el mercado de bienes
1) Economía cerrada
2) Economía abierta
248
248
249
C.
Los trabajadores independientes y el subempleo
254
SALARIOS:
A.
B.
ENFOQUES ALTERNATIVOS
257
Mercado laboral en equilibrio
1) Los nuevos clásicos
2) Trabajadores independientes y esquemas de participación
en los ingresos
258
258
Mercado laboral en desequilibrio
1) Sindicatos y subsidios de desempleo:
prekeynesianos
2) Salarios de eficiencia
3) Modelo keynesiano-institucional
4) Salarios mínimos y políticas de reajuste
5) iSalario real 0 nominal?
261
259
los argumentos
262
262
264
266
268
7.42
3.
RENECORTAZAR
INESTABILIDAD
DE LOS MODELOS DE EMPLEO Y SALARIOS:
A MODO DE CONCLIJSION
APENDICE
270
270
274
EMPLEO Y REMUNERACIONES:
MODELOS
ALTERNATIVOS
DE CORTO
PLAZO PARA AMERICA
LATINA*
RENE CORTAZAR
El objetivo de este trabajo es realizar una revisión crítica de las
hipótesis o enfoques alternativos desarrollados en la literatura respecto
de los procesos de ajustes de corto plazo del mercado laboral. evaluando
la relevancia de los diversos enfoques en América Latina para el diseño
de políticas de empleo y salariales.
Esta área temática ha cobrado recientemente mayor relevancia
como resultado dc los aumentos en las tasas de desempleo. conjuntamente con las reducciones en las remuneraciones reales que se observan
en muchos países de America Latina durante la decada de los ochenta
(CEPAL, 1985).
En particular, analizaremos cl modo en que los diversos enfoques
contribuyen a responder interrogantes como las siguientes: iEs posible
reducir las actuales altas tasas de desempleo en el corto plazo? ;En qué
medida exigiría lo anterior una reducción adicional en los salarios
reales? LDe qué instrumentos de política disponemos para afectar la
evolución de dichas remuneraciones reales?
En una primera sección analizamos modelos alternativos respecto
de los determinantes de corto plazo del nivel de ocupación, mientras
que en una segunda sección describimos hipótesis alternativas sobre el
proceso de formación dc los salarios. En la tercera sección. y a modo
de conclusión, se argumenta en cl sentido de que las diversas hipótesis
de determinación de los salarios y el empleo resultan muy condicionales
al contexto macroeconómico? así como al marco institucional y sociopolítico que prevalezca.
1.
EMPLEO:
MODELOS
ALTERNATIVOS
Clasificaremos los diversos modelos según si estos suponen una situación de equilibrio o de desequilibrio en el mercado de bienes. Al
interior de cada una de estas dos categorías haremos una segunda dis*
El autor agradece los comentarlos recibldos por los participantes en los talleres y seminarios
realoador
en CIEPLAN, en especial los de Felipe Jiménez, Manuel Mar&
Patricio Mella,
Ricardo Paredes, Joe Ramos, Andrés Solimano y Víctor Tokman.
244
RENE
CORTAZAR
tinción, entre los enfoques diseñados para el análisis de economías cerradas y los que suponen una economía abierta a: comercio exterior.
No se trata, necesariamente, de perspectivas excluyentes. Como
veremos en esta sección es posible que, en una determinada coyuntura
histórica- tanto el diagnóstico como el diseño de políticas para reducir la desocupación requieran de la utilización simultánea de varios de
estos enfoques. De un modo análogo, la trayectoria de la economía
entre diversos contextos macroeconómicos pueden ir haciendo variar
la validez relativa de las diversas hipótesis respecto de los determinantes
del nivel de empleo. Es por ello que muchas veces resulta erróneo, además de pernicioso para la orientación de política económica, el adherir
en forma dogmática o irreflexiva a una cualquiera de las hipótesis aquí
descritas.
A.
MERCADO
DE BIENES
EN EQUILIBRIO
Tanto las llamadas teorías prekeynesianas, la mayor parte de la
teoria neoclásica, e incluso algunas de las interpretaciones del enfoque keynesiano suponen que el mercado de bienes se encuentra en
equilibrio. Es decir, los niveles de producción y empleo observados son
los escogidos por las empresas dada la estructura de precios relativos
que prevalece.
1)
Economía
cerrada
Para mantener la simplicidad en la exposición, consideremos una
función de producción neoclásica con sólo dos factores productivos,
trabajo (L) y capital (K), los que suponemos homog&neos (ecuación
(1)).
(1) Y= f(L.K)
A partir de dicha función de producción es posible derivar la curva
de producto marginal de la mano de obra para un stock de capital dado, la que coincidiría con la demanda por trabajo de corto plazo. En la
Figura 1 registramos dicha demanda por mano de obra (PM~L), y la
oferta de trabajo (OL), que suponemos es una función creciente del salario real (w/p).
Según este enfoque. el desempleo, o exceso de oferta de mano de
obra, estaría asociado a la presencia de salarios reales (($)0) por sobre
su nivel de “equilibrio”
((w/p)*) (Figura 1)’
Existen diversas hipótesis alternativas que pretenden explicar la
persistencia de salarios reales por sobre los que equilibrarían el mercado
del trabajo (F)*, A ellas nos referiremos con mayor detalle en la sección
2. Van desde los énfasis prekeynesianos respecto del papel de los sindicatos: los salarios mínimos: los subsidios de desempleo o los desequilibrios sectoriales; y los planteamientos keynesianos que postulan la rigidez a la baja del nivel de los salarios nominales o de su tasa de variación.
t
En la Figura 1 el desempleo
está representado
por el trazo E.
EMPLEO
Y REMUNERACIONES:
MODELOS
ALTERNATIVOS
Figura
L
Lo
DE CORTO
PLAZO
245
1
L*
hasta las hipótesis más recientes que enfatizan el papel de los contratos
de trabajo y los mercados internos a la firma.
Aunque de acuerdo con este enfoque la reducción del desempleo
pasa por una disminución en los salarios reales, las propuestas específicas de política difieren según si los modelos son de inspiración neoclásica o keynesiana. En el primero de estos casos se postula la necesidad de
disminuir el costo de la mano de obra, lo que se reflejaría directamente
en un aumento en el empleo. Los modelos de inspiración keynesiana,
en cambio, proponen incrementar la demanda efectiva, la que a su vez
induciría un aumento tanto en el nivel de empleo así como en los precios, con la consiguiente reducción en los salarios reales*. Ambos enfoques aceptan que la relación entre salarios reales y empleo está adecuadamente descrita por la curva de producto marginal, aunque difieren
tanto en la dirección de la causalidad como en las medidas específicas a implementar (Dornbusch y Fischer, 1978: Mc Combie, 1986).
Al desempleo asociado a un costo de la mano de obra por sobre su
nivel de “equilibrio”,
ya sea que éste se encuentre interpretado por modelos neoclásicos o keynesianos, lo denominaremos “desempleo neoclasico”.
La relación procíclica entre nivel de empleo y salarios reales que se
observa en la mayor parte de los países de América Latina durante las
últimas decadas ha sido, en general, interpretada como evidencia que
desmentiría los planteamientos del modelo de equilibrio recién descrito
’
Estos das modelos
son contrastados
en mayoi detalle en la Sección 2
246
RENE CORTAZAR
(PREALC, 1982; Cortázar, Foxley y Tokman, 1984). De un modo concordante con 10 anterior, las estimaciones
econométricas mas recientes
indicarían una muy baja elasticidad-salario de corto plazo de la demanda por mano de obra, la que en algunos casos resultaría incluso con signo positivo. (Figueiredo ei al., 1985)3,
Esta baja elasticidad ha inducido muchas veces, entre quienes utilizan el modelo recién descrito, una cierta dosis de pesimismo respecto de
las posibilidades de resolver los problemas de desempleo en el corto plazo. Se desplaza asi el horizonte de las políticas de empleo hacia el mediano y largo plazo, a la vez que se coloca el enfasis en el llamado
desempleo estructural (Casson, 1984).
Aquellos economistas de inspiración neoclásica proponen, para el
mediano y largo plazo, políticas tendientes a “flexibilizar”
la legislación
laboral, las llamadas políticas de “transferencia industrial”,
así como
otras orientadas hacia la eliminación de las “distorsiones” e “inflexibilidades” que abundarían en el mercado del trabajo.
Sobre la base del primero de estos enfoques se fundaron, entre
otras, las propuestas que acompañaron la ola de políticas neoliberales
aplicadas por lo regímenes militares en el Cono Sur, las que tendían a
suprimir o reducir los salarios mfnimos y las demás remuneraciones, y a
debilitar las organizaciones sindicales.
Por último es necesario destacar que el modelo presentado en esta
subsección está diseñado para analizar la demanda por mano de obra del
sector privado, el que se supone define su política de contrataciones a
partir del criterio de maximización de utilidades, y no el comportamiento del sector público. Este último emplea en varios países de América
Latina a cerca de un quinto de la fuerza de trabajo. Para obtener la demanda agregada resulta por tanto necesario adicionar a la demanda del
sector privado aquella del sector estatal. (PREALC, 1983).
Los cambios en la composición del empleo del sector público son
caracterizados en la Figura 11 a través de variaciones en el parámetro
(X), el que desplaza la curva agregada de demanda por mano de obra4.
2)
Economía
abierta
Dada la importancia de la actual crisis externa en América Latina,
y su impacto sobre el funcionamiento de los mercados laborales, resulta hoy particularmente
obvia la conveniencia de utilizar en estos países modelos adaptados a economías abiertas al comercio exterior. En este sentido cl modelo simplificado descrito en la subsección anterior puede ser fácilmente modificado de modo de introducir la presencia de insumos intermedios importados (Bruno y Sachs, 1985)5.
3 Ver también el artículo de Foxley y Vial en ste mismo hbro
4 A travts de vakkmes
en este mismo parámetro (h) podemos representar en la composichn de la producción del sector prmado que tienen un impacto neto sobre el empleo. Con
excepción de las variaciones en la estnctwa productiva inducidas directamente por cambios
en los salanos reales, las que están ya consideradas en la derivación de la curva de demanda
por mano de obra.
5 Otro modo de introducir Id apertura al corne~c~o exterior es a través de la distinción entre
bines kansables y no transabies (ver Dornbusch, 1980)
EMPLEO
Y REMUNERACIONES:
MODELOS
DE COKTO
ALTERNATIVOS
PLAZO
247
La función de producción se caracteriza por depender, ahora, de
tras factores productivos (ecuación (2) ).
(2) Y = f (L: K, N),
donde N corresponde a los insumos importados,
Si suponemos que las firmas ajustan su intensidad de uso de insumos intermedios importados frente a variaciones en el costo de dichos
insumos (27N )” , entonces la curva de productividad marginal de la mano
de obra, la que en este caso coincide con la demanda por trabajo, se desplaza ante variaciones en el tipo de cambio real o en los terminos de intercambio (aumento en el precio relativo internacional de los insumos
importados)‘. (Figura 1).
Este segundo tipo de modelo permite, por ejemplo, estudiar el impacto que el fuerte deterioro de los términos de intercambio en América Latina ha tenido, ya sea sobre 10 niveles de desempleo o sobre las remuneraciones a los factores productivos. Dichos términos de intercambio han sufrido un deterioro adicional en el último quinquenio, el que
en promedio alcanzó a un l6,5 Q, mientras que en los casos de Nicaragua, Chile y Perú superó un 30% (CEPAL, 1985).
Es así como, de mantenerse constantes los salarios reales y los retornos al capital, un empeoramiento en los términos de intercambio se
traduciría en un desplazamiento hacia la izquierda de la curva de producto marginal de la mano de obra y, de acuerdo con este enfoque, en
un incremento en la tasa de desempleo (Figura 1).
Utilizando la Figura 1 podemos también constatar cómo la fuerte caída en las remuneraciones reales que observamos en varios de los
paises de América Latina en los últimos años, la que fue especialmente
dramática en Perú, México y Uruguay (CEPAL, 1985), tendería a compensar el impacto negativo que las variaciones en los precios relativos
de los insumos importados tienen sobre las tasas de desocupación. Si el
deterioro de los terminos de intercambio ha inducido un exceso de oferta de mano de obra, representado por el trazo BC en la Figura 1, una reducción en las remuneraciones reales permitiría que la economía se desplace desde el punto B hacia la posición de pleno empleo representada
por E.
Tal como ocurría con el modelo de economía cerrada, en este segundo caso la propuesta de política de empleo de corto plazo más frecuente consiste, finalmente. en reducir el costo de la mano de obra (salario real). En el mediano y largo plazo se proponen tambien polfticas
similares a las descritas en la sección precedente.
6
7rN=
e P ;/P, donde
e: t,po de cambio nommal
Pi: preuo
P:
7
internacmnal
de los insumos importados
precio del bien doméstico,
Suponemos
que
marginal
un aumento
de los otros dos.
el que se puede utilizar
en la cantldad
también
de cualquier
como insumo.
factor mcrementa
la productividad
RENE CORTAZAR
248
B.
DESEQUILIBRIO
EN EL MERCADO
DE BIENES
Así como los modelos de equilibrio tienden a asociar salarios reales
excesivamente elevados con altas tasas de desempleo, los enfoques de
desequilibrio enfatizan las insuficiencias de demanda efectiva (Barro y
Grossman, 197 1; Malinvaud, 1977; Cuddington, Johansson y Löfgren,
1984)s.
Es muy común que al intentar caracterizar una determinada situación de desempleo, o al diseñar políticas para superarla, se presenten
ambos enfoques como si se tratara de alternativas excluyentes. Sin embargo. y como veremos a continuación, se trata de explicaciones que
pueden ser en muchos casos complementarias.
1)
Economía
cerrada
El punto central de este enfoque se puede describir con la ayuda
de la Figura 1. La presencia de desequilibrio o “restricciones de ventas”
en el mercado de bienes, especialmente en situaciones recesivas, lleva a
que las empresas no puedan vender toda su producción planeada a los
precios que rigen en el mercado. De darse esta situación, y aun cuando
los salarios reales fueran los correspondientes al equilibrio neoclásico9,
la falta de demanda efectiva llevaría a que las firmas contrataran sólo
aquella mano de obra cuya producción va a encontrar “mercado” para
ser vendida. A este desempleo 10 caracterizaremos como “desempleo
keynesiano”.
En la Figura 1 la demanda por mano de obra, para un nivel de demanda efectiva (y producto) YO, y para una cierta composición sectorial de ésta (h), pasa a ser DLDL. El máximo nivel de empleo a contratar por la economía será aquel consistente con el nivel de demanda
(Yo ), dado el stock de capital prevalecientelo. Aun cuando el salario
real corresponda a aquel del “equilibrio”
neoclásico ( (w/p)*). las firmas sólo contratarán b trabajadores.
;Por qué las firmas no ajustan hacia abajo los precios para colocar
la producción adicional que provendría de la contratación del total de
los trabajadores estipulados por la demanda por mano de obra neoclásica? Este punto ha sido largamente discutido en la literatura (Stiligtz,
1984)” Aquí basta con reconocer la evidente presencia, desde el punto
de vista empírico, de fuertes y persistentes desequilibrios en los mercados de bienes, que validan este enfoque del mercado laboral.
Si bien es claro que en este caso la recomendación de política debiera considerar aumentos en la demanda efectiva, faltaría responder a la
segunda de las interrogantes que formulamos en la introducción, es decir, iqu6 implican dichos aumentos requeridos en la demanda respecto
de la evolución de los salarios reales? Para ello necesitamos analizar el
8
Ver artículo
de Melh
en este mismo volumen.
9 0 aun inferior a éstos.
lo Y dada la estructura sectorla
”
Ver el trabajo
de la demanda
de Meller en este volumen.
Ch ).
EMPLEO
Y REMUNERACIONES:
MODELOS
ALTERNATIVOS
DE CORTO
PLAZO
249
impacto de las variaciones de los salarios reales sobre la demanda efectiva y, a través de ésta, sobre la demanda por mano de obra (Figura 1).
Los modelos teóricos y la evidencia empírica tienden a coincidir
respecto del carácter expansivo que sobre la demanda efectiva tendrían
los salarios reales, especialmente vía su impacto sobre el consumo (Taylor, 1983; Meller y Solimano, 1985). En este caso la relación entre salarios reales y demanda efectiva se encontraría descrita por la recta II en
la Figura 2.
Figura 2.
Es sobre la base de este modelo en desequilibrio de economía cerrada que en ocasiones se prescriben aumentos y no reducciones en las
remuneraciones reales, como un modo de disminuir la tasa de desocupación.
Como ya señalamos más arriba, si se analizan las series de empleo y
salarios reales durante las décadas de los 60 y 70, observamos que en la
mayor parte de los países lo habitual es que se dé una relación directa
entre salarios reales y empleo y no la relación inversa asociada al enfoque de equilibrio en el mercado de bienes. En algunos paises constatamos períodos prolongados con tasas simultáneas de expansión (o contracción) en el empleo y en los salarios reales, que superan el 5% anual
(PREALC. 1982; Cortázar, Tokman y Foxley, 1984).
2)
Economía abierta
Así como en el caso de los modelos con equilibrio en el mercado
de bienes el paso de un enfoque de economía cerrada a uno de econo-
250
RENE CORTAZAR
mia abierta se implementó a través de la inclusión de insumos importados entre los determinantes de la productividad marginal de la mano de
obra (oferta agregada), en los modelos en desequilibrio la apertura externa puede ser integrada en tanto afecta a la evolución de la demanda
efectiva, y por su intermedio, a la evolución de la demanda por mano de
obra. De hecho, en una economía abierta la demanda efectiva es influida tanto por los cambios en las exportaciones como por las variaciones
en los sustitutos de importaciones (cap. 19 de Keynes, 1936; Cuddington, Johansson y Logfren, 1984).
Un caso particularmente interesante de considerar, ya que refleja
una situación muy relevante para America Latina en la actualidad, se da
cuando existe una “restricción externa” que limita las posibilidades de
reactivación interna. Dicha “restricción externa” es habitualmente descrita como el deficit máximo de cuenta corriente que es posible o deseable financiar (Dornbusch, 1980)‘*.
De acuerdo con la evidencia empírica para diversos países, y en
particular para la mayor parte de los de America Latina, el saldo de la
cuenta corriente, medido en dólares, (B) es una función creciente del tipo de cambio real (eP*/P)13, las llamadas “políticas comerciales” (U) y
del ingreso del resto del mundo y los términos de intercambio (Y*). y
una función inversa de la tasa de interés mundial (i*) y del nivel de producción interna (Y) (ecuación (3) )“‘.
(3)
B = B (eP*/P, Jr, i*, Y*, Y).
A su vez, tanto diversos enfoques teóricos como la evidencia empírica para América Latina apuntan en la dirección de que el nivel de precios doméstico es una función creciente de los salarios nominales (w), el
costo de las importaciones (eP*), los márgenes de ganancias (T) y los niveles de productividad (q) (Frenkel, 1984; Modiano, 1984)‘*.
(4)
P= P(w,eP*,r,q)
Un corolario de la ecuación (3) es que para un cierto saldo de la
cuenta corriente (“equilibrio externo”), términos de intercambio, ingreso y tasa de interés del resto del mundo y un cierto conjunto de políticas de estímulo al comercio exterior (\Ir) dados, existe una relación directa entre producto doméstico (Y) y tipo de cambio real (eP*/P). A su
vez, un corolario de la ecuación (4) es que para márgenes de ganancias
y niveles de productividad dados existe una relación inversa entre el salario real (w/p) y el tipo de cambio real (eP*/P)16.
Iz Ver el artículo
l3 Incluimos
de Arellano
en este rusmo
las tarifas y wbsidvx
l4 Ver el articulo
volumen.
en el cálculo del tipo de cambio real
de Foxley y Vial en este mismo volumen
l5 Por snnplicidad omitiremos cl papel de las tarifas públicas, los impuestos y la tasa de interés.
Para evidencia empírica en América Latina ver el artículo de Foxley y Vial en este mismo
volumen.
l6 La endemia
econométrica
para América latina, respecto de las ecuaciones de precios, sugiere. en gran parte de los casos. la constancia en los márgenes de ganancias o la escasa signi-
DMPLEO
Y REMUNERACIONES:
MODELOS
ALTERNATIVOS
DE CORTO
PLAZO
151
A partir de ambos corolarios podemos concluir finalmente que, para un cierto “equilibrio externo” dado, existe_ ceteris paribus, una relación inversa entre nivel de producción y salarios reales, que describimos
a través de la curva BB en la Figura 2.
De este modo, en el caso del modelo en desequilibrio con restricción externa. si bien el desempleo se encuentra originado por una escasez de demanda efectiva, la necesidad de resguardar el equilibrio externo puede llevar a que un aumento en la demanda agregada, la que de
por sí deteriora la cuenta corriente, deba venir acampanado por una devaluación compensatoria, la que a su vez estaría asociada a una reducción en los salarios reales.
Dicha reducción en los salarios reales tendría, probablemente, como, ya argumentamos antes, un efecto contractivo de la demanda
agregada. al considerar su impacto sobre el consumo y la inversión.
Sin embargo, en el caso de una economía abierta es necesario, a su vez,
considerar el posible impacto expansiv-o de la devaluaciõn sobre la demanda efectiva como consecuencia del mejoramiento en el saldo de la
balanza comercial”,
así como los efectos contraccionarios que pueden
provenir del déficit inicial en la balanza comercial, de los cambios distributivos entre sector privado y gobierno o entre nacionales y capitalistas extranjeros, así como por la reducción de los saldos monetarios
reales y el encarecimiento del servicio de la deuda externara.
Supondremos, para efectos de nuestra exposición, que dominan las
fuerzas contractivas de la devaluación. En dicho caso, y al ser dominante la restricción externa, para incrementar el empleo, junto con aumentar el tipo de cambio real, lo que ceteris paribus se traduciria en una reducción en los salarios reales, se haría necesaria una política expansiva
de demanda agregada, por ejemplo, vía el uso de política fiscal o monetaria.
El conflicto entre salarios reales y empleo aquí descrito puede
ser atenuado y hasta superado a través de diversas vfas. En primer lugar,
cabría mencionar la posibilidad de incrementos en la productividad,
particularmente en el sector de los bienes transables. De igual modo políticas que reducen los márgenes de ganancias, las tasas de interés, los
impuestos o las tarifas públicas, permiten compatibilizar el crecimiento
en los salarios reales con la mejoría en la competitividad externa requerida para aumentar el nivel de empleo. (Cortázar, Foxley y Tokman,
1984). Por último, las que hemos denominado “políticas comerciales”
($ en la ecuación (3) ) también atenuarían el conflicto entre salarios
fícación económica de SUEvariaciones
en el corto plazo. Cuando, por ejemplo, como resultado de incrementos
en los niveles de incertidumbre
se producen cambios en los márgenes,
estos últimos resultan, en general, dtfícdmente
predecibles (ladresif,
1984; Modiano, 1984;
Frenkel, 1984). Esto no significa que las variables de demanda no tengan un papel en la
explicación
del nivel de precios. sólo que ellas no actuarían en forma sistemática a través
de variaciones en los márgenes de ganancia, sino que vía variaciones en los costos primarios.
Las variaciones en la productividad,
por su parte, pueden atenuar los conflictos aqui descritos
”
Cuando
”
Estos aspectos son analizados
men.
sc cumple la condición
de MarshaU-Lerna
en los trabajos
de Arellano
y Solimano
en este mismo volu-
252
RENECORTAZAR
reales y empleo descrito más arriba. (Schydlowsky,
1982; Marfan,
1986). De allí que podamos observar en la práctica, y para una restricción externa dada, incrementos simultáneos en el empleo y los salarios
reales.
Desgraciadamente, ni las llamadas “políticas comerciales” ni aquellas orientadas a incrementar simultáneamente la competitividad externa y los salarios reales han sido analizadas con suficiente atencion en la
literatura. De allí que en un recuento de ésta no le dediquemos un
espacio concordante con la importancia que estas políticas podrían alcanzar. Mencionamos el vacío por la relevancia que tiene, así como para
destacar la necesidad de un mayor esfuerzo de investigación en esta
área.
En síntesis, en este caso, y a diferencia de lo que ocurre con el enfoque de economfa cerrada, el instrumental keynesiano requiere para
ser aplicado de una holgura en las cuentas externas, la que en muchos
casos exige. a su vez; un deterioro en los salarios reales.
Mientras la receta de polftica orientada a aumentar el nivel de empleo en situaciones de equilibrio en el mercado de bienes consistía fundamentalmente en una reducción en el costo de la mano de obra, y la
del enfoque keynesiano de economía cerrada en un aumento de la demanda efectiva, la hipótesis keynesiana de economía abierta con restricción externa requiere en muchos casos” de un paquete de políticas
que incluya simultáneamente ambas medidas.
Esto último puede ser ilustrado en terminos de la Figura 2. Partamos de una situación de desempleo keynesiano con equilibrio externo,
representada por el punto A, situación que se encuentra también identificada por el punto A en la Figura 1. El avance hacia una situación de
pleno empleo exige, en este caso, el traslado en la dirección A’, el que
requiere, ceteris puribus, tanto de una cafda en los salarios reales como
de un incremento en la demanda efectiva (posibilitada por el desplazamiento de 1 1 a 1’ 1’). Al incrementarse la demanda agregada se produce
también un desplazamiento de DL DL hacia la derecha en la Figura 1.
Este enfoque keynesiano de economía abierta con restricción externa permite visualizar el deterioro potencial de la situación salarial y
de empleo, inducida por los aumentos en las tasas de interés internacionales, la reducción en los flujos netos de capitales hacia America Latina,
la reducción en la tasa de crecimiento del resto del mundo y el deterioro promedio de los términos de intercambio latinoamericanos. Todos
estos efectos contraproducentes, que se conjugan durante la primera mitad de la década de los ochenta, se traducen en una reducción en la
capacidad de importar de dichos países y, por lo tanto, en un desplazamiento de la recta BB en la Figura 2, hacia la izquierda. Si la economía
se encontraba en un punto como A, es posible compensar el desplazamiento de BB a través de políticas recesivas que incrementan el desempleo (se pasa de A a A”); a través de reducciones en 10s salarios reales
que incrementan la competitividad
(se pasa de A a Al”); o vía una coml9 En todos aquellos casos en que no se producen variaciones en otras política?
exterior, en los márgenes de ganancias, o cn las condiciones de productividad.
de comercio
EMPLEO
Y REMUNERACIONES:
MODELOS
ALTERNATIVOS
DE CORTO
PLAZO
253
binación de ambo?‘. En la práctica, la necesidad de satisfacer la “restricción externa” obligó a los países de América Latina a realizar fuertes
devaluaciones y a disminuir el nivel de demanda efectiva, medidas que
en general se reflejaron en una caída en los salarios reales y un incremento en la tasa de desocupación (CEPAL, 1985).
A lo largo de esta última subsección hemos supuesto que es posible
inducir mejoramientos en el saldo de la balanza comercial a través de
devaluaciones reale?
Sin embargo, existe una larga tradición intelectual en América Latina, al menos desde la década de los cincuenta, que
postula una inelasticidad del saldo de la cuenta corriente respecto del
tipo de cambio real. Se supone que los países en desarrollo tienen una
proporción alta de sus importaciones que son no competitivas y necesarias para la producción, a la vez que sus exportaciones son inelásticas
respecto del tipo de cambio real (Chenery-, 198 1; Bacha, 1984)“.
Dicha situación, captada por los Llamados modelos de “dos brechas”, podría ser descrita, en un modelo de corto plazo, a través del tramo vertical de la recta BB en la Figura 2. En este caso, si bien reducir el
desempleo requiere de una expansión en la demanda efectiva, y ésta, a
su vez, se encuentra limitada por la necesidad de satisfacer la “restricción externa”, no se da como en el caso precedente un conflicto entre
reactivación productiva y tipo de cambio real y, por lo tanto, ceteris
@bus, entre variaciones en la tasa de desempleo y evolución de los
salarios reales.
Los modelos de dos brechas tienen su origen en los planteamientos
“estructuralistas”,
y tal como ocurre con las interpretaciones de dicha
corriente de pensamiento respecto del fenómeno inflacionario, radican
el origen y las soluciones de los desequilibrios de corto plazo en las características estructurales de la economía, así como en los rasgos más
centrales del proceso de desarrollo. De allí que postulen un pesimismo
radical respecto de la eficacia relativa de las políticas de corto plazo
para superar dichas dificultades.
En las subsecciones precedentes hemos hecho referencia a los enfoques de equilibrio y desequilibrio de economía cerrada y abierta, los
que en una determinada coyuntura histórica se pueden convertir en
perspectivas complementarias, y no necesariamente alternativas. tanto
en el diagnóstico como en el diseño de políticas encaminadas a reducir
la desocupación.
Para ilustrar esta última afirmación consideremos un país que se
encuentra en un punto como A en las Figuras 1 y 2. El enfoque adecuado para caracterizar los orígenes del desempleo observado podría ser
un modelo en desequilibrio para una economía abierta con restricción
externa. Para reducir la desocupación se requeriría expandir la demanda
efectiva, lo cual, a su vez, podría exigir una devaluación real con la consiguiente caída en las remuneraciones reales. Al desplazarse la economía
Za Hacemos los supuestos
constantes.
”
”
Las que, ceterir paribus,
Ver artículo de Arellano
habituales
en el sentido
de que las demás variables
producirían
caídas en los salanos realea.
en este mismo volumen.
permanecen
254
RENE
CORTAZAR
desde A hacia A’ en la Figura 2, la demanda por mano de obra Dr Dr,
en la Figura 1, se desplazaría también hacia la derecha, reduciéndose el
desempleo.
El encarecimiento de los insumos importados (TN) como consecuencia de la devaluación real, por su parte, al desplazar la curva de producto marginal de la mano de obra hacia la izquierda, puede transformar parte del desempleo en uno de origen neoclásicon. En ese caso los
salarios reales podrían tornarse excesivos como para garantizar la plena
ocupación de la mano de obra. Las políticas de empleo deberían basarse
parcialmente, entonces, en un enfoque de equilibrio de economía abierta.
Adicionalmente,
a partir de un cierto punto el saldo de la cuenta
corriente se puede tornar muy inelástico a variaciones en el tipo de cambio real. Es el caso descrito por los modelos de “dos brechas”, que hemos caracterizado a traves del tramo vertical de la recta BB en la Figura 2.
En caso de que el nivel de producto de pleno empleo (YPE) se encuentre a la derecha de dicho tramo vertical, como sucede en la Figura 2, políticas devaluatorias acompafiadas por políticas monetarias y fiscales expansivas serían incapaces de asegurar la plena ocupación de la
mano de obra.
Por último, los diferentes modelos no solo pueden resultar complementarios para analizar las distintas situaciones por las que transita una
economía a lo largo del tiempo, o las diferentes causas de una determinada situación global, sino también para analizar la realidad por la que
atraviesan diferentes segmentos de la estructura econ6mica (Keynes,
1936). Es asf como, por ejemplo, un modelo de equilibrio de economía
abierta puede resultar el más adecuado para el análisis de un sector exportador sin restricción de ventas en la economía mundial, a la vez que
un modelo en desequilibrio de economía cerrada podría resultar más
apropiado para caracterizar a un sector de no transables muy aislado de
las relaciones de comercio exterior%.
C.
LOS TRABAJADORES
INDEPENDIENTES
Y EL SUBEMPLEO
Las hipótesis sobre los determinantes del empleo a que hemos hecho mención anteriormente están referidas al trabajo asalariado. Con
escasísimas excepciones (Lindbeck y Snower, 1985) ello es lo que
ocurre con prácticamente todas las revisiones de la literatura desarrollada en el Norte. Y es natural que ello suceda si consideramos que los
trabajadores independientes representan, en dichos países, en general,
a menos de un 10% de la fuerza de trabajo. En los países en desarrollo.
en cambio, y en América Latina en particular. es común que los trabal3 El que esto ocuna va a depender de la magnitud relativa del desplazamiento
hacia la izquierda de la CUIK+ de producto marginal de la mano de obra, en relación con la caída en los
salarios reales inducida po~ la devaluación real.
24 Un modelo global del mercado
tre estos diferentes segmentos.
del trabajo
requiere
describir,
además, las interrelacioncs
en-
EMPLEO
Y REMUNERACIONES:
MODELOS
ALTERNATIVOS
DE CORTO
PLAZO
255
jadores por cuenta propia abarquen a más de un tercio de la población
ocupada.
En América Latina los estudios de PREALC/OIT han reunido un
gran cúmulo de evidencia empírica respecto de este sector, el que ha sido estudiado con referencia al denominado sector informal urbano
(PREALC, 1978).
Los trabajadores independientes constituyen, en gran proporción,
parte de la “economía subterránea” de las economías latinoamericanas.
Entre otros aspectos, sus remuneraciones y producción escapan al
cómputo de las estadísticas recogidas por las instituciones gubernamentales, a la vez que, y desde otro ángulo, su presencia social frecuentemente no alcanza la fuerza requerida como para pesar en el proceso per
lítico.
Sm embargo, el análisis de su comportamiento debiera ser, sin duda, una pieza clave de cualquier descripción del comportamiento de los
mercados laborales.
La especificidad de esta categoría ocupacional lleva inevitablemente a la necesidad de desarrollar modelos del mercado del trabajo que
contemplen al menos dos sectores.
Sus remuneraciones se determinan por condiciones que son de otra
índoie que aquellas referidas al trabajo asalariado. Es muy común que
se suponga, por ejemplo, que los trabajadores independientes comparten entre sí el producto medio neto del sector (Fields, 1975; Stiglitz,
1976; Cortázar, 1983), lo que lleva a que sus remuneraciones sean perfectamente flexibles a lo largo del ciclo económico, y que no se produzcan excesos de oferta de mano de obra persistentes en dicho sector
(Figueiredo eta/., 1985; Cortázar, 1983).
Lo antedicho nos lleva, naturalmente, a preguntarnos respecto de
las interrelaciones, al interior del mercado laboral, entre los asalariados
y los trabajadores independientes.
Un modo de ilustrar el problema es a través del diagrama simpliticado de la Figura 3. Distinguimos entre los trabajadores asalariados y
aquellos independientes, con empleo y salarios (LA _ w* /P) y (Ll, w’/p),
respectivamente.
Supongamos que para un salario real (w* /P)o se ocupa L$ de mano de obra asalariadal‘;. Si el exceso de oferta de mano de obra asalariada O’L$, se convierte en la oferta de trabajo para el sector independiente, sector en el que suponemos remuneraciones flexibles, los ingresos en este último caerían hasta el punto B’, al tiempo que las estadísticas laborales registrarían pleno empleo de la mano de obra. De allí que
para explicar la presencia de desempleo involuntario debamos suponer
cierta inflexibilidad
a la baja en las remuneraciones del sector independiente, o que parte del exceso de oferta de mano de obra asalariada no
busca empleo como trabajadores por cuenta propia.
”
La demanda por trabajo
DADApuede
L L
ser de origen keynesiano
o neoclásica.
‘256
RENT CORTAZAR
Figura 3:
En general, los modelos han desarrollado el segundo de estos argumentos, haciendo referencia, por ejemplo, a aspectos de carácter sociológico que hacen que muchos trabajadores prefieran permanecer desempleados antes que aceptar ocupaciones con status muy discordantes
con el de la ocupación originaria (Cortázar, 1983; Cortázar, Foxley y
Tokman, 1984).
Por otra parte, hay quienes han cnfdtizado la presencia de retornos
crecientes, ya sea al trabajo o al capital, los que harían poco rentable el
trabajo independiente
en muchos sectores (Lindbeck y Snower_
19s5)26-*7, De más esta senalar que se trata de explicaciones que resultan complementarias entre sí.
En todo caso, la presencia de un importante sector dc trabajadores independientes, cuya incidencia relativa varía a lo largo del ciclo
económico. plantea serias limitaciones al uso de la tasa de desempleo
como una medición del exceso de oferta de mano de obra correspondiente al sector asalariado, así como respecto del uso de los salarios pro26 Esta necesidad de crear empresas dc un tamaño mínimo, junto con las dificultades
organizacmnales asociadas a la constitución
de nuevas unidades productivas
con esas caracterírticas y lar dificultadea
financieras que surgen de la esistenaa de racmnamlento
crediticio en
los mercados de capltalcî, harían que en la práctica muchos desocupados tengan que descartar la alternativa
de constitución de nuevas empresa, en el ECC~DIproductivo
al que pertenecen, como un modo de combatir la desocupación. De hecho, SCobserva que los incrementos en el número de trabajadores
independientes
durante las recesiones tienden a concentrarse en sectores productivos
donde las economías de escala son de menor slgniflcación
(especialmente algunas actividade\ dc comercio y servicios).
27 Algunos estudlos motivados en la rcalidad de los paíscs desarrollados
han seguido la huella
de las teorías dc ‘.búsqueda de trabajo”. interpretando
la desocupación como un insrrumento para buscar empleo en el rector asalariado (Mc Donald y Solos, 1983). Sin embargo. no
nos parece que sea este un enfoque particularmente
relevante para la mterprctación
del
desempleo en América Latina.
EMPLEO
Y REMUNERACIONES:
MODELOS
ALTERKATIVOS
DE CORTO
PLAZO
257
medios como indicador de las remuneraciones de los trabajadores en general.
El tipo de desagregación propuesta tiene un carácter complementario y se entrecruza con las que se refieren a la segmentación de sectores
al interior de la categoría ocupacional de los asalariados (Doeringuer y
Piore, 1971; Mc Donald y Solow, 1985: PREALC, 1978; Solimano,
1985). Por ejemplo, es frecuente que se modele el proceso de formación
de las remuneraciones de los asalariados en el llamado sector informal
urbano bajo los supuestos de flexibilidad salarial con que aquí hemos
caracterizado al segmento de trabajadores independientes (PREALC,
1978).
Esta necesidad de desagregación a nivel de los mercados laborales
se suma a la que mencionamos a propósito de los mercados de bienes,
de modo de captar el impacto sobre el empleo total de variaciones en la
importancia relativa de sectores con diferente intensidad de uso de la
mano de obra; y a la que propusimos a nivel de los agentes económicos,
de modo de reconocer las diferencias en las funciones objetivo y restricciones de las empresas del sector privado y del Estado en cuanto empleador.
2.
SALARIOS:
ENFOQUES ALTERNATIVOS
En la sección precedente nos referimos a algunos enfoques altemativos para interpretar los orígenes del desempleo y examinar la validez
de políticas tendientes a reducir la desocupación. En cada caso analizamos el signo probable de las variaciones en los salarios reales requeridas
para validar dichas políticas de empleo, aunque no se descartaron otras
formas de ajuste que si bien son potencialmente importantes, no han sido suficientemente desarrolladas en la literatura.
En esta segunda sección indagaremos sobre los enfoques alternativos de determinación de los salarios y, a partir de estos, respecto de los
instrumentos de política para inducir cambios en la evolución de las
remuneraciones reales.
Tal como dividimos los enfoques sobre los determinantes del empleo entre los que suponen una situación de equilibrio y aquellos que
postulan la presencia de desequilibrios persistentes en los mercados de
bienes, en esta sección organizaremos los enfoques relativos a los salarios entre aquellos que suponen equilibrio en el mercado del trabajo y
10s que plantean la presencia de desequilibrios persistentes en ésteZB
x3 Como
se desprende
de los planteamientos
que desarrollarno%
en esta sección, le asignamos
a
los conceptos
de equilibrio
y desequilibrio
en el mercado
laboral
un sentido
meramente
descriptivo
del proceso
de formación
salarial.
Estamos
lejos de pensar que las fuerzas económicas e institucionales
que impiden
el eqwlibrio
del mercado
del trabajo
deben ser consideradas como “imperfecaones”
que alejan a la economía
de una suerte de óptimo,
con el que
tantas veces se identifica
a la situación
de equilibrio.
Muy por el contrario,
varios de los enfoques que explican
los desequilibrios
en los mercados
laboralea
apuntan
a causas sociológicas institucionales
o políticas,
que son, a su vez, xspuestas
a la necesidad
de incrementar
la
productividad,
estabilizar
las relaciones
sociales o garantizar
la estabihdad
política
de esos
países.
258
RCNE CORTAZAR
Pero antes de describir los diferentes enfoques parece conveniente
distinguir varios segmentos del mercado laboral, los que se encuentran
sujetos a esquemas de relaciones industriales de muy distinta naturaleza.
En esta sección argumentaremos que los modelos más apropiados
para interpretar la evolución en las remuneraciones no sólo variarán a lo
largo del tiempo, según cuales sean los escenarios macroeconómicos o
sociopolíticos que prevalezcan, sino que también diferirán entre los
diferentes segmentos del mercado laboral.
Consideremos los siguientes cinco sectores: trabajadores sindicahzados del sector privado; trabajadores del sector privado no sindicalizados pero que perciben salarios que son significativamente superiores
a las remuneraciones mínimas legales: trabajadores del sector público;
trabajadores del sector privado que reciben una remuneración en torno
al salario mínimo, y trabajadores del sector informal, entre los que incluimos a los por cuenta propia y a quienes perciben salarios inferiores
a los mínimos legales.
Cada uno de los tres primeros sectores representa, en América
Latina; entre un 10~ y un 20% de la fuerza de trabajo, mientras que
tanto los trabajadores que perciben remuneraciones en tomo a un salario minimo así como aquellos del llamado sector informal abarcan
alrededor de un 30% de la población económicamente activa (PREALC.
1980, 1982).
A
MEKCADO
LABORAL
JiN 1 QUILIBRIO
Dentro de los enfoques que plantean que las remuneraciones son
del mercado laboral distinguiremos.
determinadas por el “equilibrio”
entre los planteamientos de los “nuevos clásicos”, los modelos que describen la realidad de los trabajadores independientes y los casos de
“participación laboral en los ingresos”.
1)
Los nuevos clásicos
Recogen de los planteamientos prekeynesianos la hipótesis de que
la flexibilidad en los salarios reales asegura el equilibrio en el mercado
del trabajo (punto E en la Figura 1). Asignan, sin embargo. un papel
a la incertidumbre e información imperfecta, las que harían que pudieran diferir las expectativas de la realidad respecto de algunos precios
claves, tales como el salario real (Friedman. 1968), la tasa de interés
real (Lucas y Rapping, 1970) o los salarios relativos (Alchiam. 1970).
Estos errores en las expectativas podrían, a su vez, hacer diferir la tasa
de desocupación observada de la denominada “tasa natural” de desempleo, la que es definida como aquella tasa de equilibrio que prevalecería cuando las expectativas respecto de los precios y salarios coinciden
con los valores efectivos de éstos.
Cuando a esta formulación se le agrega un proceso de formación
de expectativas de tipo “racional”, en el sentido de que las variables esperadas constituyen estimadores insesgados o consistentes de las variables
efectivas, las desviaciones de la tasa de desempleo respecto de la “na-
l-MPLEO
Y KFMIXERACIONES
MODELOS
ALTERNATIVOS
DE CORTO
PL.4LO
259
tui-al” pasan a tener un carácter esencialmente asistemático y transitorio29-30-31
Resulta sorprendente la presencia tan significativa que ha tenido
este enfoque en el debate económico latinoamericano
reciente si
consideramos que. como se observa con nitidez en las estadísticas de
los diversos países (ver Apéndice). tanto el nivel como la persistencia
del desempleo sugieren que no se trata de un fenómeno transitorio, a la
vez que su evolución desmiente en forma patente que las desviaciones
respecto de la tasa “natural”
puedan ser descritas como errores sistemáticos. del tipo de los mencionados mas arriba3’. Es por ello que no
nos detendremos en el análisis detallado de estas hipótesis. las que han
sido discutidas exhaustivamente en la literatura noratlántica durante
toda la última década (Gordon. 1976; Lindbeck y Snower, 1985).
2)
Trabajadores
ingresos
independientes
1’ esquemas
de participaciún
en los
Si bien la hipótesis de que las remuneraciones son determinadas
por las condiciones de equilibrio en los mercados laborales parece
particularmente
contradictoria
con la evidencia empírica relevante
para el conjunto del mercado del trabajo, ella sí resulta coherente,
como ya indicamos antes, con lo que ocurre en el segmento de los trabajadores independientes del mercado laboral, que representa a cerca
de un tercio de la fuerza de trabajo de América Latina.
En este último caso, las remuneraciones no son mas que el reflejo
de ingreso medio neto asociado al total de ventas del sector. De allí
que las políticas tendientes a mejorar los ingresos del segmento de trabajadores independientes deban orientarse ya sea a aumentar las ventas
de éste o a reducir los costos de producción, de modo de incrementar
29 Respecto
VOlU”lt?“.
de este tema ver lo\ artículos
de Ramos, Zahler,
Marfá”
y Meller, en este mismo
jo Los enfoques de contratos de trabalo mtroduicron
a e\tc anáhsia las relaciones bilaterales
entre em&doreî
y trabajadora,
la\-qur. inclu;e” acuerdo\ que so” condicionala
a la s~twción macroeconómvza
futura. Se basan, en general, c” tres cupuestos respecto del mercado
del trabajo: que los trabajadores so” rná, ave~vx al riesgo que las firmas, tiene” menoï äcCCEO a los mercados financi¿ro~
y so” mmbvder
enrre firn~as (Roen,
1985: Lindbeck y
Snowcr. 1985). De allí que los contratos de Trabajo incorporen
un “eguro”
en cuanto a la
estabilidad de los ingreros. Por ello el desempleo ex-ante es, c” crta perspectiva, ‘\olu”tario“, aunque ex-post pueda tomar un carácter dc “mvoluntar~o”
bste tipo de twríaa no
pueden explicar el desempleo de origen cíclico (Stightz, 1984a).
Ha aido habitual que 105 uítlcos dc c\tc enfoque ataque” iimultáneamentc
cl wpusto
de
flexibilidad
de precms y la htpóte% de expectativac racionales, cuando bastaría con modlticar el primero para que cambie” loc principales resultados del modelo.
bn part~culdr
aquel
que dice relación co” la condxión de equihbrio del mercado laboral. Destacamos eae hecho
debido a que en ciertas clrcunstanciaa puede resultar de utdldad el rctcner el supuesto de
expectativas racionalc\. Aunque SC trata en muchos
casos de una dexrlpclón
alramcnrc
nverosímil del procew de formación
de expectativas, rewlra, si” cmbargo. wperior
a la que
se constituye, habitualmente,
c” la hlpótesls alternativa,
cual e\ el planteamiento
dc expcctatxx adaptativas.
Esta hipótesis podría resultar de utdidad panaeupljcar por qué subciure u” desempleo
“friccianal” aun en circunstancia5 en que todo pareciera indaar plena utihzaclón de loî TCCUTSOS
productwor.
2.50
RENE CORTAZAR
el valor agregado disponible para los trabajadores. Naturalmente que los
intentos por aumentar la producción del sector informal requieren ser
acampanados por políticas orientadas a incrementar la demanda por los
bienes y servicios producidos en dicho sector. También contribuyen a
incrementar los ingresos de los trabajadores independientes las disminuciones en el número de personas que buscan empleo en dicha categoría
ocupacional. Eso ocurre cuando se produce, por ejemplo, una expansión importante en el empleo asalariado. Una revisión de las políticas enfocadas hacia el sector informal se encuentra en PREALC
(1978, 1978a)33.
Pero los modelos de mercados de trabajo en equilibrio no sólo
resultan de utilidad para analizar lo que sucede con las remuneraciones
en el sector informal sino que también en empresas o actividades en
que prevalecen otros esquemas o fórmulas de compensación al trabajo,
como las que se dan. por ejemplo, en el caso de los trabajadores “a
trato” o en el de los “medieros” en el sector agrícola.
Para ilustrar este punto consideremos una economía cerrada que
se encuentra en equilibrio en el mercado de bienes, empleando una
cantidad de mano de obra inferior a la de pleno empleo. La Figura 1
sugiere, por ejemplo, que estaríamos en presencia de remuneraciones
por sobre las de “equilibrio”34.
Si el mecanismo de compensación al
trabajo es el salario convencional, éste coincide con el costo marginal
de contratar mano de obra y con la productividad marginal del trabajo, con lo cual las empresas estarían indiferentes. a dicho salario,
entre contratar o no a un trabajador adicional. Supongamos que se
modifica el mecanismo de compensación al trabajo reemplazándolo
por una fórmula que asocia directamente
fa remuneración del trabajador al nivel de producción o ventas de la empresa, de modo tal que los
trabajadores ya contratados reciban inicialmente la misma remuneración que bajo el esquema de salarios tijos. En concreto, supongamos
que se fija una remuneración “a trato”, enteramente variable. En este
caso, si bien el salario real coincide con la productividad marginal de
la mano de obra, ambos resultan, sin embargo, superiores al costo marginal de contratación para la empresa. El costo de contratar un trabajador adicional equivale a su remuneración, la que suponemos es micialmente igual a su productividad marginal, menos la reducción en los
ingresos de los que ya estaban ocupados, por el hecho de que con la
contratación del nuevo trabajador disminuye el producto medio total
de la mano de obra en la empresa3’.
33 Estos modelos de equilibrio
en el mercado laboral también puedenresultar de utilidad, como indicamos más amiba, para el segmento de trabajadores asalariados de las empresas pequeíias y desprotegidas que han sido agrupadas bajo la denominación
de sector informal
(PREALC,
1970.
M En esta secaón supondremos,
por simphcidad, que las varuxiones
en los salarios reales no
afectan la producwidad
neta de la mano de obra. Es decir, no consideramos la hipótesis
de los salarios de eficiencia.
35 Suponemos que, para el rango xlevante,
dueto medio.
el producto
marginal
del trabajo
es inferior
al prc-
EMPLEOYREMUNERACIONES:MODELOSALTERNATIVOSDECORTOPLAZO
261
Para una fórmula de trabajo “a trato” dada, y cuando existe equilibrio en el mercado de bienes36, las empresas siempre desearán aumentar el número de personas contratadas, reduciendo de este modo
el exceso de oferta en el mercado laboral, ya que con elfo incrementaran sus utilidades totales.
Existe una amplia gama de esquemas alternativos de compensación a la mano de obra, que significan una participación laboral en los
ingresos, es decir, que ligan las remuneraciones de los trabajadores a
los resultados económicos de las empresas en que estos laboran. Todos
ellos en tanto hacen que. ceteris paribus, la remuneración media varie
en forma inversa al nivel de empleo total, crean una brecha entre la
productividad marginal del trabajo y el costo marginal de emplear un
trabajador adiciona137. Y, cuando existe equilibrio en el mercado de
bienes, mantienen de ese modo un incentivo permanente para que las
empresas aumenten su nivel de ocupación.
Si bien este mecanismo de ajuste del mercado del trabajo difiere
en muchos sentidos del que se observa en los modelos prekeynesianos o
en los de los nuevos clásicos (Weitzman, 1984)3”, coincide con ellos en
cuanto a que las empresas tienden en forma automática a absorber los
excesos de oferta de mano de obra vía reducciones en las remuneraciones reales.
Frente a la gran variabilidad en los niveles de empleo durante los
ciclos económicos hay quienes han propuesto la modificación de los
esquemas de compensación a la mano de obra, de modo tal de incorporar una parte de ingreso variable, en función de las ventas o utilidades
de las empresas”
Nuevamente, la también a este respecto exitosa
experiencia japonesa, ha sido senalada como un ejemplo de las virtudes
de una reforma de esta naturaleza (Weitzman, 1984).
8.
MERCADOLABORALENDESEQUILIBRIO
Los modelos con mercados del trabajo en desequilibrio más utilizados en la literatura del Norte se basan ya sea en la presencia de organizaciones sindicales y subsidios de desempleo como en el enfoque de
los salarios de eficiencia.
36 Ver Sección 1.
37 Esta afirmación
podría
sarrollamos más abajo.
ser cuestionada
por las teorías de los salarios de eficiencia,
que de-
38 hntre otros aspectos no requiere crear la situación de “mestabilidad
en el empleo”, para los
trabajadores ocupados que está implícita en el mecanismo de ajuste de los modelos prekeynesianos así como en los de los nuevos clásicos.
”
Como se desprende del análisis de la Sección 1, estas variaciones en los salarios reales pw
drían contribuir
a estabilizar el empleo en determinadas
situaciones, en particular en aquellas en que prevalece un equilibrio
en el mercado de bienes o cuando existe una restriccih
externa dominante.
Por otra parte, la idea de un ingreso variable al trabalo supone que es posible modificar los
salarios relativos entre empresas, planteamiento
que resulta necesario condicionar
a partir
de la perspectiva keynesiana-institucional
que desarrollamos más abajo.
2.52
1)
RENE CORTAZAR
Sindicatos
sianos
y subsidios de desempleo: los argumentos
prekeyne-
Un primer grupo de modelos que suponen la presencia de desequilibrios persistentes en el mercado del trabajo analiza la determinación
del nivel de las remuneraciones reales corno el resultado de un proceso
de negociación en el que tiene incidencia tanto el poder sindical como
el nivel de los subsidios de desempleo. De acuerdo con los prekeynesianos, ambos elementos se conjugarían en la fijación de salarios reales
por sobre los de equilibrio, con el impacto consiguiente sobre la tasa de
desocupación (Casson, 1984; Mc Donald y Solow, 198.5).
En el caso de los mercados laborales de América Latina recordemos que sólo entre un 10% y 200~ de la fuerza de trabajo se encuentra
sindicalizada. y que aunque estas negociaciones afectaran indirectamente a los trabajadores del sector privado no sindicalizados pero que
perciben salarios que son significativamente superiores a las remuneraciones mínimas legales, ellas, de ninguna manera, afectarían a mucho
mas de un tercio de la fuerza de trabajo. También debiera señalarse que
tanto la cobertura como el nivel de los subsidios de desempleo son extremadamente bajos, en comparación con lo que ocurre en los países
desarrollados.
En todo caso, si bien el grupo afectado por el proceso de negociación colectiva es minoritario, al estar concentrado en los sectores más
modernos de la economía, puede tener, de hecho, una gran incidencia
sobre la competitividad de los sectores exportadores o sustituidores de
importaciones, así como sobre las empresas más dinámicas en terminos
de inversión y progreso tecnológico.
De acuerdo con este enfoque, las variaciones en la tasa de afiliación sindical o en el marco institucional y sociopolítico al interior del
cual se desarrollan los procesos de negociación colectiva, debieran
afectar la evolución de las remuneraciones reales y, por lo tanto. los
parámetros de las ecuaciones de salarios que habitualmente se estiman.
De allí que no debiera sorprendernos encontrar una cierta inestabilidad en dichos parámetros, al analizar diferentes períodos históricos
caracterizados por marcos institucionales
y sociopoliticos
diversos.
A este punto nos referiremos en detalle en la Sección 3.
2)
Salarios de eficienciaa
En esencia, las teorías de los salarios de eficiencia plantean que la
productividad neta de los trabajadores es una función de las remuneraciones que estos perciben. Menores remuneraciones podrían reducir la
productividad más que proporcionalmente,
aumentando de este modo
los costos netos de la mano de obra. Si este fuera el caso, las empresas
evitarían reducir los salarios, aun frente a excesos de oferta en el mercado laboral. De allí que el equilibrio competitivo sería consistente con
la mantención de desequilibrios persistentes en el mercado del trabajo.
4o lrna excelente
síntesis de esto5 enfoque\
ce encuentra
en Stlplitz (1984)
EMPLEO
Y REMUNERACIONES,
14ODELOS
ALTITRNATIVOS
DE CORTO
PLAZO
263
Este enfoque explicaría, a su vez, la existencia de diferenciales salariales entre sectores y empresas, para trabajadores con las mismas características personales.
Hay varias hipótesis alternativas que pueden servir de base al enfoque de salarios de eficiencia. Tal vez el primero de los modelos de
este tipo fue el diseñado para países muy pobres. en el que se argumentaba que los salarios podían afectar la productividad vía su impacto
en las condiciones nutricionales de los trabajadores (Leibenstein, 1957;
Stiglitz, 1976a). Este modelo podría ser tal vez de utilidad en el estudio
de los segmentos más pobres del mercado laboral, especialmente en
aquellos paises de menor desarrollo.
Una segunda hipótesis se basa en el impacto económico de la rotación de la mano de obra. la que induciría costos para el empleador,
especialmente en los sectores en los cuales tienen importancia el entrenamiento en la firma así como los costos de contratación y despido
(Stiglitz, 1974, 1976, 1984; Lindbeck y Snower, 1985). A menor salario mayor rotación de la mano de obra con el consiguiente costo para
el empleador y reducción en la productividad neta de los trabajadores.
Una tercera hipótesis surge a partir del supuesto de información
imperfecta, tanto respecto de las características de los trabajadores
como en relación a la acción de éstos en el proceso productivo. Un
aumento en los salarios contribuirá a mejorar la calidad media de 10s
postulantes a los empleos, así como a desincentivar el deterioro en 10s
niveles de eficiencia laboral (Stiglitz, 1984; Yellen, 1984).
Por último, y más allá de los problemas habituales de información imperfecta, existen diversos mecanismos a traves de los cuales los
trabajadores pueden afectar su productividad sin que los mecanismos
de control del empleador lo puedan evitar. Pueden graduar el esfuerzo
y la creatividad desplegada en el trabajo, la disposición a facilitar el
proceso de entrenamiento en el empleo o simplemente involucrarse en
variados mecanismos disruptivos del proceso productivo (Doeringuer
y Piore, 1971; Hicks, 1974). Existirían dificultades prácticas insalvables para medir estos diversos aspectos, así como dificultades sociológicas y legales para que el empleador pueda controlarlos o sancionarlos al margen de la voluntad de los trabajadores involucrados. Respecto
de este último punto, han resurgido en la literatura una serie de teorias
sociológicas para explicar el impacto de los salarios sobre la productividad así como las dificultades inherentes a los mecanismos de control
laboral (Akerlof,
1984: Weitzman, 1984). La productividad
laboral
sería el resultado no sólo de las relaciones tecnológicas de producción
sino que tambien de las relaciones sociales que prevalezcan en la empresa.
Valdría la pena destacar que estas tres últimas hipótesis, asf como
aquellas referidas a las organizaciones sindicales, tienden a tener una
mayor validez en los segmentos mas modernos del mercado laboral.
Son precisamente en las empresas más modernas y de tecnología más
sofisticada en las que resulta mas difícil monitorear la productividad;
en las que tiene mas importancia el entrenamiento en el trabajo; en
las que existe mayor protección del empleo y, por tanto, costos mas
264
RENE
CORTAZAR
altos para despedir; y en las que se observan tasas de sindicalización
mas elevadas,
Desde otro ángulo, las teorías de los salarios de eficiencia resultan muy complementarias con algunos planteamientos de los estructuralistas latinoamericanos
y, en particular,
con aquellos referidos
al tema de la heterogeneidad estructural (Pinto, 1970; Foxley y Mufioz,
1976). La hipótesis de la heterogeneidad estructural destaca la coexistencia en el aparato productivo de tecnologías que corresponden a
épocas históricas muy diferentes y a muy distintas intensidades de
capital. Dicha heterogeneidad tecnológica estaría estrechamente asociada a la heterogeneidad en los mercados del trabajo y en la estructura de salarios. Las hipótesis de los salarios de eficiencia permiten explicar los diferenciales salariales sin recurrir a supuestos respecto de segmentaciones en la oferta de trabajo o de falta de movilidad ocupacional. Bastaría que frente a un cambio en los salarios variara mas la productividad media en los sectores más modernos e intensivos en capital
que en los tradicionales, para que pudieran darse diferenciales salariales permanentes entre segmentos, para trabajadores de iguales caracteristicas personales.
Finalmente, estas teorías de los salarios de eficiencia, con excepción de la primera4’, pueden explicar la rigidez a la baja en las remuneraciones nominales o reales, según cuáles sean las variables objetivos
perseguidas por los trabajadores.
3)
Modelo keynesiano-institucional
Este modelo puede ser visto como un desarrollo del anterior. Si
los trabajadores pueden afectar su productividad o incrementar el costo de la mano de obra vía una mayor rotación laboral, cabe preguntarse
respecto de la función objetivo que orienta su comportamiento.
Tanto el planteamiento de Keynes (1936) como los de los institucionalistas norteamericanos (Dunlop, 1944; Ross, 1948) y los segmentacionistas (Piore, 1978) enfatizan la importancia que cobran en
las demandas laborales la estructura de salarios relativos asf como las
condiciones de estabilidad en el empleo.
La importancia que los trabajadores otorgan a los salarios relativos fue la base de la argumentación de Keynes para explicar la mayor
resistencia que opondrian los trabajadores cuando una disminución
en los salarios reales se da via una caída en los salarios nominales,
y no a traves de un incremento en el nivel de precios (Keynes, 1936;
Trevithick,
1976). Si en la economía existe un sistema de negociación
salarial descentralizado, la reducción de los salarios nominale?
en una
fuma normalmente no sólo afecta a sus salarios reales sino que a su vez
deteriora dichas remuneraciones en relación a las de los trabajadores
de otras empresas. En cambio cuando la variación en los salarios reales
4’
La que está necesariamente
42 0 de su tasa de variación
referida
cuando
a los salarios
nos referimos
reales.
a una economía
inflacionaria.
EMPLEO
Y REMUNERACIONES:
MODELOS
ALTERNATIVOS
DE CORTO
PLAZO
265
se produce a través de cambios en el nivel de precios, la estructura de
salarios relativos permanece inalterada.
Este interés de los asalariados por su bienestar relativo ha sido
modelado a traves del concepto de “funciones de utilidad interdependientes” (Thurow, 1975). y en el caso de enfoques más sociológicos
utilizando la noción de “deprivación relativa”. Los trabajadores, así
como en general los consumidores, evaluarían sus condiciones de vida
contrastándolas con las de algún “grupo de referencia”, ya sea del mismo sector o región, o de empresas con un nivel tecnológico y de productividad similar. Ello otorgaría una cierta interdependencia al proceso
de formación de los salarios de determinadas empresas o grupos de trabajadores, dando origen a lo que se ha denominado los “contornos
de salarios”. Al interior de cada uno de dichos “contornos” los salarios
relativos tenderían a perder flexibilidad, pudiendo variar con mayor
facilidad aquellos que pertenecen a “contornos”
salariales distintosa
La estructura de salarios relativos al constituir, a su vez, un mecanismo bastante practico de control de la eficacia de las directivas sindicales por parte de sus bases, cobra también por este motivo una gran
importancia en los procesos de negociación colectiva.
La constatación del ímeres de los trabajadores por su situación
relativa tiene una serie de implicancias para el diseño de polltica eco
nómica. Por ejemplo, de allí derivamos la asimetría en la resistencia a
una disminución en los salarios reales cuando esta se da vía reducciones
en los salarios nominales en comparación a la que se induce cuando las
remuneraciones caen vía un aumento en el nivel de precios. También
resultaría pertinente distinguir entre la reacción laboral inducida por
la oposición de una empresa a un aumento en los salarios nominales
por sobre los del “contorno de salarios” al que pertenece, la que sería
muy inferior a la que se suscitarla si se intenta evitar ese mismo aumento en las remuneraciones, cuando éste sólo busca recuperar una
posicibn relativa que ha resultado deteriorada (Piore, 1978). Por este
motivo la política salarial no debiera ignorar el impacto que la secuencia de negociaciones colectivas pudiera tener sobre los resultados finales de éstas44. Por último, la importancia de los salarios relativos en
los objetivos laborales es uno de los nexos a través de los cuales se produce una interdependencia entre los procesos de determinación salarial de los diversos segmentos del mercado laboral descritos más arriba.
En particular, las políticas de remuneraciones del sector público no sólo
afectarían a los trabajadores legalmente considerados en ellas, sino que
también a otros segmentos del mercado laboral influidos indirectamente
como consecuencia de los límites a la flexibilidad en las remuneraciones
relativas, inducidos por la presencia de los llamados “contornos de salarios”. De igual modo existiría un cierto nexo entre las remuneracio-
43 De acuerdo
con esta hipótesis,
el mercado
laboral,
especialmente
en los segmentos
asociados
a los sectores más modernos
de la economia,
estaría conformado
por una serie de “contornos de salarios”,
algunos
muy interconectados
y otros relativamente
independientes
entre
sí.
44 De negociar
primero
las organizaciones
sindicales
más poderosas
del “contorno
de salarios”,
elIo tendería
a reflejarse
en un mayor
aumento
salarial promedio.
266
RENE
CORTAZAR
nes de los trabajadores del sector privado sindicalizado y los no organizados.
Esta interrelación entre las remuneraciones de los diversos segmentos del mercado laboral es de una naturaleza diferente, aunque
complementaria, a la postulada por el enfoque neoclásico, el que enfatiza las variaciones en la escasez relativa de la mano de obra inducida
por la variación en los salarios relativo?‘.
Por último, la importancia que los trabajadores otorgan a las condiciones de estabilidad en el empleo explicaría su oposición a dejar
operar los mecanismos prekeynesianos o neoclásicos de ajuste del mercado laboral, pudiendo, en cambio, respaldar “mecanismos de participación en los ingresos”, como los descritos más arriba, que permiten
incrementar la flexibilidad salarial no sólo sin aumentar sino que, al
contrario, reduciendo las probabilidades de despido.
Los modelos de mercados laborales en desequilibrio enunciados
pueden contribuir a explicar la presencia en América Latina de situaciones de desempleo alto y persistente, así como los resultados de las
estimaciones econométricas de ecuaciones de salarios, que resultan
fuertemente concluyentes en cuanto a que las tasas de desempleo no
serían un determinante económicamente significativo46 de la evolución
1984; Corbo, 1982; Figueiredo et al..
de los salariosq7 (Mediano,
198%.
41
Salarios mtnimos y poltticas de reajuste
Como senalábamos al inicio de esta sección, alrededor de la mitad
de la fuerza de trabajo de América Latina está conformada por empleados públicos o asalariados que son afectados directamente por los salarios mfnimos4*, Las remuneraciones de estos dos segmentos del
mercado laboral se encuentran estrechamente condicionadas por las
políticas públicas.
De allí que las políticas oficiales sean uno de los principales determinantes del nivel de remuneraciones de corto plazo en estos paíse?.
45 Este mecanismo neoclásico de interrelaclón
entre los mercados
nuestra sección referida a los trabaJadore\
independientes.
4b Algunos estudios detectan coeficientes
pación en la ecuación de salarios, pero
que éstos no son sigmficativos
desde
mans, 1985). Ver cl articulo de Foxley
laborales
cstadísticamente
significativos
para la tasa de desocuen Ia mayor parte de los casos es sólo para contirma~
el punto de vista económico (Mediano,
1984; Coeyy Vial en este mismo volumen.
4’ Para más evidencia empírica referida a América Latina WI el artículo de
este mismo volumen. Debiéramos condicionar
estas afirmaclones
por las
tasa de daocupación
como medida del exceso de oferta de mano de obra
cxirte una p~eacncia significativa
dc trabajadora
por cuenta propia, a la
referencw más arriba.
48 Dentro de esta categoría consideramos
rios mínimos (PRF,ALC, 1980).
ya fue descrito en
a los asalariados
que peraben
I,oxley y V1a1 en
limitaciones de la
asalariada cuando
que hemos hecho
entre uno y dos sala-
49 Las políticas de remuneracmnes,
tal como el resto de las políticas públicas (fiscal. moneta11% cambiarla. etc.), se encuentran
condicionadas
a su vez por un conjunto de restricciones económicas. sociales y polítIcas que enmarcan el “espacio de maniobra”
posible para la
acción del Estado.
Más aún, en muchas circunstancias ias políticas de remuneraciones oficiales han cobrado una importancia que sobrepasa al 50s de la
fuerza de trabajo habitualmente afectada por ellas. Ha sido el caso, por
ejemplo, de Argentina y Chile. en la segunda mitad de la decada de los
setenta. Tanto las variaciones en las remuneraciones del sector público
como las del sector privado fueron fijadas directa y coercitivamente por
el Estado a través de disposiciones legales.
Es así como diversos estudios econométricos recientes en América Latina han enfatizado el papel de las políticas de reajustes en la
evolución de los salarios nominales. En algunos casos se trata de políticas de remuneraciones que sólo afectan a los salarios mínimos (UthoffPollack, 1984). mientras que en varios de los países se comprobó que
en la dinámica de corto plazo de los salarios medios totales fue determinante la imposición de los reajustes periódicamente decretados por
el gobierno (Frenkel, 1984; Cortázar. 1983; Chahad-Luque, 1983).
La constatación del rol central de las políticas de remuneraciones
en la evolución de estas últimas tiene una serie de implicancias respecto de los estudios sobre el mercado laboral.
En primer lugar. encontramos en ellas una explicación coherente
para la rigidez a la baja en los salarios y la utilización de modelos en
desequilibrio para caracterizar el ajuste en dicho mercado.
En segundo lugar. las políticas de reajustes. así como las cláusulas
de indexación en general, se encuentran en la mayor parte de los casos referidas a determinados indicadores estadísticos, en particular al
Indice de Precios al Consumidor (IPC)“. Esto nos debiera llevar a reconocer la importancia decisiva que puede tomar el modo concreto en
que se comporta dicho índice. Son conocidos los debates a este respecto en Brasil. En el caso de Chile, la manipulación sistemática del IPC
tuvo una gran incidencia sobre las remuneraciones, el tipo de cambio
nominal y. por lo tanto, sobre la desaceleración en la tasa de inflación
efectiva (Cortázar. 1983)‘l
En tercer lugar, la experiencia en América Latina confirma que las
políticas de reajustes son, frecuentemente, orientadas por metas que
sobrepasan los estrechos límites de los objetivos de corto plazo, para
incorporar otros aspectos económicos, sociales y políticos relevantes.
Lo cual. a su vez. plantea la necesidad de desarrollar, en su interpretación, enfoques más amplios, del tipo de economía política, que sean
capaces de reconocer los nexos que existen entre la evolución de las
variables económicas y los acontecimientos sociales y políticos en los
que se encuentran insertos, o a los que pueden condicionar.
5o Un área de mucha importancia
práctica, pero a la cual se ha hecho poca referencia en la IIteratura, eh la referida al unpacta macroeconámxo
de políticas de reajustes diferenciados,
wgún nivel wlariol.
”
Por otra parte, algunos estudios, como cl de Calmfors y Vmtti (19821, han analizado el impacto sobre la balanza comercial. el empleo y la estabilidad de precios, del indexar los salarios nommales a indica de precios dlfeerenteî al IPC. como, por ejemplo, los preciou de los
biena tran\ablc\ (cn cl cuso del modelo tscandinavo).
268
5)
RENE CORTAZAR
iSalario
real 0 nominal?
En las pAginas precedentes, al referimos a los diferentes modelos
que suponen una situaci6n de desequilibrio en el mercado del trabajo,
hemos ido variando de perspectiva, y en algunas partes mantenido una
cierta ambigüedad respecto de si se trata de la fijación de los salarios
reales o nominales. Es así como mientras las vertientes prekeynesianas
y neoclásicas tienden a enfatizar la fijación de salarios reales, los enfoques de inspiración keynesiana, sin desconocer el interés de los trabajadores en el nivel de éstos, habitualmente describen un proceso de fijación de salarios nominales. Los contratos laborales tanto del sector
público como privado estarían especificados en términos nominaless*.
Esta distinción tiene implicancias de importancia desde el punto
de vista de las recomendaciones de política. A modo de ilustracibn supongamos un modelo de economfa cerrada con equilibrio en el mercado
de bienes, de modo tal que la demanda por mano de obra coincida con
la curva de productividad marginals’, La pendiente de la oferta agregada diferid según si son los salarios nominales o reales los que se encuentran fijos en el corto plazo. Para salarios reales constantes se genera un determinado nivel de producción (Figura 1 y ecuación (1))
independientemente de cual sea el nivel de precios. La oferta agregada
vertical queda representada por la curva OA, en la Figura 4. El único
modo de disminuir el desempleo e incrementar el nivel de producción
es reduciendo directamente los salarios reales. Cuando los salarios nominales están fijos, en cambio, la oferta agregada corresponde a la
curva OA en la Figura 4. En este caso el multiplicador del gasto deja
de ser nulo, y aumentos no anticipados en la demanda agregada (DA),
en tanto suben el nivel de precios, inducen una caída en los salarios
reales, la que, finalmente, produce una reactivación en el nivel de producto y empleos4.
Desde el punto de vista empírico, cabria señalar que los estudios
econométricos en. America Latina enfatizan la importancia de la “inflación pasada” (Pr., ) en la explicación de la inflación salarial del período presente (Wt) (Frenkel, 1984; Cortázar, 1983). Ello le daría
una cierta rigidez a los salarios nominales, o más bien a su tasa de variación, al interior de cada periodo”.
Hay quienes han visto en este resultado la presencia de “expectativas adaptativas” en la predicción de la inflación futura. Sm embargo,
52 Al hablar de salarios nominales incluimos la posibilidad
de que los contratos tengan cláusulas de reajustabilidad,
las que al estar habitualmente
referidas a la inflación de períodos pasados y tener una periodicidad
predeterminada,
no pueden asegurar la estabilidad de las remuneraciones reales.
53 El desempleo
sería de origen neoclásico.
54 A este punto nos refenmos en la Sección 1 al discutir los modelos de equilibrio de economía
cerrada. Un fenómeno análogo OCUIIB con cualquier otra política que haga subir el nivel de
preciosen relación a los salarios nominales. De acuerdo con algunos de los modelos ya
descritos, aumentos anticipados en el nivel de precios también podrían reducir los salarios
reales.
55 El “piso”
keynesiano
quedaría
de este modo reformulado
en términos
dinámicos.
EMPLEO
Y REMUNERACIONES:
MODELOS
ALTERNATIVOS
DE CORTO
PLAZO
269
Figura 4
0-41
DA
/
P
se ha empezado, últimamente, a reconocer que se trata mas bien del
reflejo de un hecho institucional
fundamental, cual es el surgimiento
de la práctica de la indexación, la que requiere necesariamente ser definida respecto de la “inflación pasada’lS6. La indexación sería, a su
vez, una respuesta racional frente a la presencia de altos costos de información y negociación, en escenarios de inflaciones variables y
cíclicas.
Desarrollar las negociaciones colectivas sobre la base de la “inflación esperada” plantea incurrir en costos de información (respecto
de las variables relevantes y sus interrelaciones) y en costos de negociación (dado que las disputas respecto de la inflación esperada crearían
necesariamente una fuente de conflicto potencial adicional entre las
partes) que mas que compensarfan las ventajas de la potencial mayor
precisión en la estimación de la tasa de inflación.
Por otra parte. el principio de la reajustabilidad del 100% de la
“inflación pasada”, como una fórmula que es considerada “equitativa”,
está, sin duda, presente en un gran número de países en América Latina (Frenkel, 1984; Cortazar, 1983), de modo que respetarlo se ha
convertido en un instrumento que contribuye a estabilizar las relaciones sociales, frente a la realidad de una inflación persistente.
56 Las implicancias dc política serían diferentes en este segundo caso, si se acepta el hecho de
que las instituciones tienen una mayor “viscosidad”
0 “inercia”
que las expectativas, y no se
ajustan en forma inmediata a variaciones en estas últimas.
270
RENE CORTAZAR
Respecto de las políticas de remuneraciones del sector público,
si bien estas también especifican reajustes nominales, habitualmente,
en base a una cierta regla y periodicidad prefijadas, ellas no son enteramente exógenas y pueden, por tanto, ir modificándose según lo que vaya ocurriendo con el nivel de precios. De allí que dependerá de cuáles
sean las “reglas de política” seguidas por el sector público. si son los
salarios nominales o los reales los que deberán ser considerados como
la variable predeterminadas7, En todo caso. pareciera que, al menos en
el corto plazo, las políticas de reajuste no se adaptan con entera flexibilidad a las variaciones en la tasa de inflación, debido a lo cual los salarios reales muestran un grado significativo de variabilidad, y políticas
que modifican el nivel de precios se tornan en instrumentos eficaces
para afectarlos.
En un plazo más largo, en cambio, en la medida en que los trabajadores del sector privado o público intentan recuperar las caídas en
el nivel de salarios reales deseado, ya sea vía un acortamiento de los
períodos entre reajustes o a través de incrementos salariales por sobre
el 100% de la “inflación pasada”, la mantención de un menor nivel de
remuneraciones exige una aceleración en la tasa de inflación. Proceso
en algunos aspectos análogo al que fue descrito en otro contexto. por
las tesis “aceleracionistas”
de la Curva de Phillips (Gordon, 1976).
A diferencia de estas últimas. sin embargo. las hipótesis que plantean
la existencia de mercados laborales ue en el largo plazo pueden permanecer en desequilibrio, como las 8 escritas en este trabalo. no suponen que la detención de dicho proceso de aceleración inflacionaria signifique la vuelta al mismo salario real que prevalecía antes de que éste
se iniciara. De hecho, frente a variaciones en las tasas de inflación, las
políticas de reajustes del sector público no sólo pueden. en teoría,
cambiar la meta en cuanto al salario real deseado, sino que es. además, muy común que ello ocurra en la práctica5’. De un modo análogo, las hipótesis keynesiano-institucionales,
con su énfasis en los salarios relativos, son consistentes con la existencia de más de una alternativa de solución respecto del nivel de salarios reales de mediano plazo.
3.
INESTABILIDAD DE LOS MODELOS DE EMPLEO Y SALARIOS:
A MODO DE CONCLUSION
En la primera sección de este trabajo hemos enfatizado que los
determinantes del nivel de empleo varían al cambiar el contexto macro-
57 A este reqxcto cabría señalar que se ha detectado que cuando se quiebra el carácter cíclico de la inflación, produaéndose tendencia\ fuertemente ascendentes o descendentes en el
ritmo de crccmknto de los pwxx, los períodos entre reajuîtes tienden d rariar en forma
mversa con la tasa de inflación, dc modo tal de atenuar la inestabilidad cn los ~larms rcâIcs.
58 Rewlta frecuente que en período7 dc fucrtes aceleraciones inflacmnarias 10, tmbiernos ertén dispuestos a cargar con las dificultades, tanto económicas como polítxa, asociadas â
una caída en las rcmuneraciunes realeî. con tal dc no mducir prtxonss inflacionaria? adicionales. Es el caso, por qemplo, de la Umdad Popular en Chile (Bltar, 1959).
EMPLEO
Y REMUNERACIONES:
MODFLOS
ALTERNATIVOS
DE CORTO
PLAZO
271
económico vigente. Así, en los modelos con equilibrio en el mercado
de bienes, existiría. por ejemplo, una relación inversa entre los salarios
reales y el empleo, la que se transformaría en una asociación directa en
el caso de los modelos en desequilibrio de economía cerrada; para convertirse, a través de mecanismos de transmisión y parámetros de diferente naturaleza que los neoclásicos, nuevamente en una relación inversa
en el caso del modelo keynesiano de economía abierta con restricción
externa.
En distintos momentos del tiempo las economías se pueden encontrar en estos diversos contextos macroeconómicos, por lo cual la
validez de cada uno de dichos enfoques resulta condicional a la situación concreta que se está analizando. Las categorías para clasificar a
los modelos macroeconómicos mencionados son, por lo tanto, las de
“útil-inútil”,
mas que las de “verdadero-falso”.
De lo anterior se concluye, a la vez, que los parámetros de las
ecuaciones de empleo, al ser condicionadas por el contexto macroeconómico en que son estimadas, serán necesariamente inestables a lo
largo del tiempo. De modo tal que. por ejemplo, es muy probable que
las ecuaciones de empleo estimadas en América Latina en la década previa a la crisis de 1982, las que, en general, tienden a validar la hipótesis
keynesiana de economía cerrada (Figueiredo et al,, 1985). resulten
inapropiadas para describir la realidad de los últimos años, la que es,
probablemente, mejor analizada a través de la utilización de modelos
cuyas raíces se encuentran en enfoques keynesianos de economía abierta con restricción externaS9.
Del mismo modo, al hacer el recuento de las diversas hipótesis respecto de la formación de salarios, enfatizábamos la variabilidad en la
validez relativa de las diversas teorías, en diferentes circunstancias históricas, y para distintos segmentos del mercado laboral.
Esto podría sorprender a quienes desconfían de las hipótesis institucionalistas y creen, como Lipsey. que resulta posible encontrar “patrones de comportamiento (económico) increíblemente estables para...
períodos muy largos de tiempo” y que hay que trabajar en el estudio
de la formación de salarios bajo la “hipótesis original de que los cambios institucionales no tienen efecto en las relaciones (económicas)”
(Lipsey, 1962).
La orientación de los trabajos econometricos, “a-la-Lipsey”,
fue
criticada por Lucas. quien argumentó que “dado que la estructura de
un modelo econométrico consiste en reglas de decisión óptimas de los
agentes, y dado que las reglas de decisión óptimas varían en forma sistemática con los cambios en la estructura de las series relevantes para el
decisor, se sigue que cualquier cambio en las políticas alterará sistemáticamente la estructura de los modelos econométricos” (Lucas, 1976).
Los cambios de política afectarían a las variables endógenas tanto al
modificar las variables predeterminadas como los parámetros de comportamiento de los agentes económicos.
Por ejemplo, si un gobierno elabora reglas de políticas que mantienen a la economía en torno al pleno empleo de sus recursos, es proba59 Ver Sccc1ón
1
272
RENE CORTAZAR
ble que los salarios reaccionen frente a una disminución en el nivel de
actividad en forma diferente a que si las reglas de política son tales que
la economía experimenta profundas recesiones y expansiones a lo largo del ciclo.
La hipótesis de Lucas nos sugiere, como una primera conclusión,
que es probable que se dé una mayor inestabilidad en las relaciones
econometricas y, en particular, en aquellas referidas al mercado laboral, en los países de América Latina, en comparación con los países
desarrollados, dado que habitualmente
se observa una mayor inestabilidad en las políticas económicas de los primeros.
Sin modificar la presentación formal de la hipótesis de Lucas, sería
posible extender su línea de argumentación, para incorporar la discusión de las secciones precedentes, incluyendo, en primer lugar, dentro
del concepto de políticas, tanto a las políticas en su definición más
estrecha, como al marco macroeconómico. Distinguiendo, por ejemplo,
las situaciones de equilibrio o desequilibrio de los diversos mercados
así como considerando el grado tanto de apertura como de restricción
externa. De igual modo y por la importancia que cobra tanto en los
procesos de negociación colectiva al interior del sector privado como
en la formación de los salarios directa o indirectamente influidos por
las políticas públicas, resulta necesario extender el concepto de “políticas” de modo tal de considerar como parte de éstas a las variaciones
en el marco institucional y sociopolítico60.
En el lenguaje utilizado por Ragnar Frish en su disertación al recibir el Premio Nobel de Economía en 19706r, postulamos que el mercado del trabajo en America Latina, y en particular el proceso de formación de salarios, debe ser caracterizado como un “institutionally
sensitive core”. en el sentido de que las ecuaciones relevantes, así como los
límites de las variables, son sensibles a los cambios en las instituciones
y aspectos sociopolíticos.
Grandes variaciones en el marco institucional y sociopolítico son
aparantemente también mas comunes en los países de America Latina
que en países desarrollados. En los primeros la varianza del marco institucional y sociopolítico en relación con la varianza de los fenómenos
propiamente económicos es probablemente mucho mayor que en el
caso de los países desarrollados. 0, utilizando las categorías de Tinbergen (1955, 1956), la varianza relativa de las reformas con respecto
a las políticas cuantitativas es mucho mayor en los países de América
Latina que en los países desarrollados. De allí que si se desconocen
estos aspectos se hace, por ejemplo, muy difícil la explicación de los
cambios en los salarios, en especial cuando se suceden cambios en los
regímenes políticos o variaciones de importancia en las alianzas de gobierno. Y son, justamente, los cambios que se generan al variar los regímenes o gobiernos. los que normalmente resultan de mayor importancia en la explicación de la varianza total de los salarios.
60 Se sigue, corno plantea Lucas, que los cambios en el marco macroeconómico,
soclopolítico
pueden alterar la ~S~IUCIUI~ de la ecuación a estimar.
61 Frisch (1981).
institucional
o
EMPLEO
Y REMUNERACIONES:
MODELOS
ALTERNATIVOS
DE CORTO
PLAZO
273
Es frecuente que basta con que ocurra un cambio de gobierno para
que los economistas tengan que replantearse las teorías con las cuales
interpretar la realidad al interior del mercado laboral. Con el cambio de
gobierno es común que se produzcan modificaciones en la estructura de
regulación del mercado de trabajo. Se pone a veces en duda la actividad
o aun la existencia de los sindicatos, se generan fuertes variaciones en las
normas que rigen la negociación colectiva, o se modifican las sanciones
a quienes desarticulan el proceso productivo (que pueden ir desde pequenas sanciones en sistemas democráticos hasta drásticas medidas en
regímenes autoritarios).
Resulta, naturalmente.
muy difícil incorporar estos fenómenos
dentro del marco de la teoría económica convencional. ;,Cómo predecir. a partir de la teoría económica convencional, lo que ocurrirá con los
salarios al pasar de un sistema económico socializante y democrático a
uno autoritario y de tipo capitalista liberal? Preguntas como éstas no
son formuladas en el contexto de la macroeconomía anglosajona y no
cabe duda de que su instrumental teórico habitual no resulta apropiado para responderlas.
El estudio de los determinantes de los salarios en los países en desarrollo requiere, por ello. normalmente, de dos aproximaciones teóricas complementarias. Por una parte, de un análisis de la lógica que está
detrás del diseño de las politicas públicas, así como de los cambios
estructurales que se dan en el marco institucional y sociopolítico, y
que necesariamente requiere de un enfoque del tipo de economía
política. Pero, por otra parte, se requiere de un análisis con más énfasis
en lo más estrechamente económico, al estudiar la evolución de los
salarios al interior de cada conjunto de reglas de políticas, instituciones
0 marco sociopolítico en particular.
Por último, la inestabilidad en los parámetros, o en la validez relativa de las diferentes hipótesis, tanto respecto de los determinantes del
empleo como de los salarios, punto sobre el cual hemos insistido a lo
largo de todo el trabajo, tiene una enorme importancia desde la perspectiva de la actitud que corresponde asumir en relación con las diferentes teorías así como respecto de la investigación empírica. En esta circunstancia resulta absurdo, además de peligroso, el adherir en forma dogmAtica a un determinado enfoque macroeconómico. Por su parte. desde el punto de vista empírico. dicha inestabilidad se traduce, como ha
destacado Solow (198.5), en la ausencia de series de tiempo largas bajo
condiciones “estacionarias”.
Y en esa situación resulta muy difícil
discriminar entre alternativas. “Bajo estas circunstancias. argumenta
Solow, con un poquito de astucia y persistencia se puede obtener cualquier resultado que se desee. Yo creo que es por eso que tan pocos
econometristas se ven forzados por los hechos a abandonar sus más
sólidas preconcepciones”.
APENDICE
DESEMPLEO Y SALARIOS EN AMERICA
LATINA
Cuadro 1.- América Latina y el Caribe: desempleo urbano
(tasa porcentual promedio anual)
PAIS
1975
Argentina
Bolivia
BI&
Colombia
C. Rica
Chile
Honduras
México
Nkaraglla
Panamá
P%IgUZt~
Perú
UWFY
Venezuela
Fuente:
1976
ll,0
15,o
-
7,2
66
8,3
CEPAL
1977
1978
1979
25
4.9
10,6
5,4
16.3
3,3
7,9
9,0
5,1
13,P
13.3
7,6
634
8.9
5:3
13,4
6,8
8,3
69
S,l
9.0
6,l
8.4
12,7
6.8
5,4
9,4
11,s
5.5
9,6
4,1
10,4
10.1
5.1
ll,6
$9
11.2
8.3
5.8
3,3
4,s
638
%O
5,s
1980
2.6
1,5
1,2
9.7
6;0
ll,7
8,8
4,5
18,3
9,a
4,l
10,P
1,4
6.6
1981
4.7
9,7
7,P
8.2
9:l
kP,O
9,0
4,2
15,8
ll,8
2,2
10,4
6,7
6.8
1982
5.3
9,4
6,3
9.3
919
20,o
9,2
4,l
19.9
10,3
5,6
10,6
ll,9
7.8
I983
4.6
12,l
6,7
11.8
816
19,0
9,s
6,7
15,2
ll,4
8,4
13,9
15,5
10.5
1984
4.6
12,6
7,1
13.5
6,6
18,5
10,7
6,0
16,3
ll,1
7,4
16,4
14,0
12.9
1985
6x3
5,3
14.1
6:7
17,0
ll,7
5,O
ll,5
13,l
13.3
(1985)
Cuadro 2% America Latina y el Caribe: evolución de los salarios reales promedios
PAIS
1975
1974
1977
197X
1979
1980
1981
lndice anual promedio
Argentina
Brasil
Colombn
C. Rica
Chile
MéXiCO
Perú
UIUgKiY
119,6
so,9
86,5
70,2
69,5
98,s
119,9
136,s
Fuente- CEPAL
c’ estimado
(1985)
SO,5 79,3
28,7
89,l
aa,5
83,5
79,6
87,0
70,5
79,6
107,4 109,l
130,O 108.7
128,s 113,2
77,P 89,5
93,P 95,1
93,2
99,3
94,7
99,2
84.7
91.8
106,2 104,5
94,9
88,P
109.1 100.3
100,o
100,O
100.0
100,O
100.0
100,O
100,O
100.0
89,4
108,5
101.4
SB,3
109,l
103,O
98.2
107,5
1982
1983
1984
1985~
1980= l OO
80,l
121,6
105,2
70,s
108,7
107,5
100,4
107.2
103,6
112.7
110,4
72,5
97,1
76,2
83,6
85.0
131,5 114,3
105,l 113.1
118.7 114,O
84,7 92.2
97.4
93.0
71.7 73,l
70.8
59,7
77.3
88.0
EMPLEO
Y KEMUNFKACIONFS:
,,ODELOS
REFERENCIAS
ALTERNATIVOS
DE: COKTO
PLAZO
275
BIBLIOGRAFICAS
AKERLOF,
GA (1984). “Gift exchangc and efficiency wage theory: four views”, Ameritan
Economic Review, May.
~“sts, preces and IZS”UIC~ unemployment”,
en Phelps
ALCHIAN,
k (19701, “lnformation
et al
BACHA, E. (1984). “Growth
with limlted supplics of foragn exchange: a reappñsal of the
Stnrchue nnd
Two Gap Model”, en M. Syrqum: L. Taylor y L Weîtphal, &onomic
Performance.
Academic Press.
BARRO, R y H GROSSMAN
(19711, “A general dxequilihrium
model of income and employment”,
Americnn Econonnc Revieu. marzo.
BITAR, S. (1979), Trans&r~.
soci~lrsmo v democracia, México, Siglo XXI.
BRIJNO, M. y J. SACHS (1985). Econom~cr of Worldwide Sraaf7unon, Cambridw
Harvard
University Prers.
CALMFOR$
L. y S.S. VIOTTI
(1982). “Wage indexation, the Scandinavian model and macroOxford Economic Papers. Vol. 34. N” 3.
economic stabilitv in the “oen economv”.
CASSON, M. (1984). Echnonzics if Unemplo~menr,.Camúridge:
MIT @ras.
CEPAL (19851, “Balance preliminar de la economía latinoamericana
durante 1985”, Documento Informatiw.
dxiembre.
CHAHAD, J.P. y C.A. Luque (19841, “Relatorio
Final. proyecto ECIEL”, FlPf. Sao Paulo
CHENERY,
H. (1961). “Comparative
advantage and development
policy”, Ameritan Economic
Review, Vd. 5 1.
COLYMANS,
J.E. (1985), “Non-agrvxltural
wages”, Congreso Anual de Economistas, mhneo.
CORBO, V. (1982). “lnflac~ón
en una economía ablerta: ei cas” de Chile”, Cuadernos de Economia N” 56, Unwersidad Católica dc Chile.
CORTAZAR,
R. (1983), “Wages in the short-run: Chde 19641981”,
~Lóras Técnicas N” 56,
CIEPLAN, abril (Tcsls doctorado MIT).
CORTAZAR,
R.; k FOXLEY
y V. TOKMAN
(1984), Legados del monetarömo.
Argentina,v
LWe, Buenos Aires, Ediciones Solar S.A.
CUDDINGTON,
J.; P.O. JOHANSSON
y K.G. LOFGREN
(19841, Disequilibrium
Macroecono~
mtcs in Opera Economier, Oxford: Basil Blackwell.
DOERINGUER,
P. y M. PIORE (1971), Inrernol Labor Markets nnd Manpowr
Analwis. Lcxmgton, D.C.: Heath and Company.
DORNBUSCH,
R y S. FISCHER (1978). Mocroeconomics.
McCraw-Hdl,
New York.
DORNBUSCH.
R (19x0). Oxn Economv .~lucroeconomics.
New York. Baaic Books
DUNLOP, J. (i944j,
U’& d&erminntion’under
trade unions. \ew York: McMillan Co.
l+lELDS, G.S. (1975), “Rural urban mlgratlon,
urban unemployment
and underemployment
and job-scarch actwlty in LDC’s, Journol o.fDevelopmenr
.F?onomxs. Val. No 2, junio.
FIGUEIREDO.
J.: R. FRENKEL:
P. MELLER 1’ G. ROZENWURCEL
(19851. &mo/eo \‘saln~
rios en Am&ica Lotina, Serie Documento;
fClLL N” 5.
FOXLEY,
k y 0. MUÑOZ (19761, “Polít~ws de empleo en economías heterogéneas”.
&fu
da CIEPLAN N” 1, diciembre.
FRENKEL,
R. (19841, “Salanos industriales
e inflaaón.
El período
1976.82”.
Desarrollo
Económico,
Val. 24, N” 95, “ctubrc-nowxnbre.
FRIEDMAN,
hL (19681, “Tbe role of monetary policy”, Ameriran Fconomrc Rev~ew. 68.
I’RISCH, R (1970). “From utopian thcory- to practica1 apphcations: the case of econometrica”
Amrrican Gconomic Rwiew, diciembre 1981.
GORDOS,
R. (1976), “Rccent developments
in the theory of inflatlon and unemployment”,
Jourd
of Monetwy Economics. abril.
HICKS, J. (19741, The crisis m Keynesion Economics, Oxford: Basd Blackaell.
JADRESIC,
L (1985), “Formación
de precios agregado? en Clulc”, Colección Esrudas CIE
PLAN f 4, junio.
KEYNES, J.M. (1936), The General Theory of Employment,
Inreresr nnd ,If”ney,
London,
hlacMlllan.
LFIBENSTEIN,
J. (1957), ~conomic Rackrtvrdnrss
and Economic Growth, New York: Wiley.
LINDBECK,
k y D. SNOWER (1985), “Explanatlons
of unemployment”.
Oxford Resiew
o.fEconomic
Policy. Val. 1, N” 2.
LIPSEY, R.G. (19621, “CA” there be a uûlid theary of wage\?, en McCormick, B.J. y E. Owen
Smith, The Lohour Marker. Peneum Books 1968.
LUCAS, R y L.A. RAPPING
(1970’). ” Real wages, employment
and mtlation”,
en Phelp\
et cl/
RENE CORTAZAR
276
LUCAS,
R. (1976), “Econometric
pohcy evaluarioil:
A critxque”. en Bnmner, K. y k Meltza, The Phrllips Curce ond Labor Markerr, Amsterdam: North Holland.
MALCOMSON,
J. (1981), “Cnemployment
and the efliciency
wage hypothesl\“,
77x Economic Journal, Val. 91. No 264, December.
MALINVAUD,
t.. (1977), The rheory ofunemplo?ment
reconsidered
MARFAN,
M. (1986), “Two css~ys on tiscal policy for rhe chilean economy”, Terx de doctorado, Yale Umverslty.
Mc COMBIE, J. (1986), “Why cottmg real waees rvil! not necesv.arily reduce unemployment”,
.loumnl ofPorr-Kevnesron
Economics. Val. VIII. Xo 2. Wintcr 1985.86.
Mc DONALD,
í. y R. SõLOW (1985). “Wages and employment
in a regmented labor market”,
Qunrfedy Journal of.&onomics.
Val. C. No 4, november.
MELLER,
P. y A. SOLIMANO
(1985). “Reactivación
interna ante una sevem restricción externa’ análisis de distintas políticas económicas”.
Colección Esrudros CIEPLAN
16,
junio.
MODIANO,
E. (1984). “Salarios, precios c cambio: os mult~plicadorea
dos choque? “urna
economia mdesada”,
Textos porn Discussao U o 70, Departamento
dc Economía, Cniverudad Católica de Río de Janciro.
OKL’N, A. (1981), Pricer nnd Quantitirs, Washmgton: The Brookmgs Instltution.
PHELPS, 1:. et ni. (1979), .+l~croeconomrc Eóuj?darion uf Employrnenr
nn<l In,%~~on Theory,
NC\.. York: Norton.
PINTO, A. (1970), “Naturaleza
e vnphcacioncs
dc la heterogeneidad
estructural en América
latma”,
El Trimestre Económico No 145.
PIORE, hL (1978), “Unemployment
and inflation:
A” alternative
ww”,
Challetw.
Vol. 21,
h-0 2, May-June.
PREALC (1978). Sector informal, fincronamrento
y politicas, Sdntlago, OIT.
-~---(19:8a), Employwnt
in Lntin Amencn, New York, Praeger Publisheru.
~~~~~
(1980). “Asalanado~
de bajos mgresoî y Falarios mínimos en América Latina”, Inwst&ciona
sobre Empieo No 18. Santiago, PRLALC.
.-~~.
(1982), Mrrcndo del trabajo en crfras. 1950-1980.
Santiago.
~- -(1983). “Los programa\
especiales de empleo. algunas lecciones de la experiencia”,
Documento de Tmboio No 225. abril.
Vol.
contract?: a survey”, .Journal of Economic Lirwarure,
ROSEN, S. (1985), “Implicit
XXIII.
September.
ROSS. k (19481. Tmde Union U’ape Policy. Berkelev: Universlty of California Press.
SCHYDLOWSKY,
D. (1982), “.&rnat&e
approaches to short-term
economic management
in developing countries”,
en T. Killick (ed.), Adhrstment ond Financmg in the Developm,y World. IMF.
SOLIMANO,
k (1985), “Enfoques
alternatwoï
sobre el mercado del trabajo. un examen de
los modelos neoclásicos, keynesiano&
neomarxxta
y de \egmmenta&n”.
PREALC,
mimeo,
mmo.
AER Pupers and Proceedinfl,
May.
SOLOW, R. (1985), “Economlc
history and economicï”,
STlGI.ITZ.
1. (19741. “i\lternatwe
theories of waee determination
and unemployment
in
LDC’s. th‘e la& tornover model”. Qunrrerl~~ J&unal of Economics. Mw.
~~ (1976), “The %tructure of labor marketa and shadow prica~ in LDC’\“, World
Bank. “nmeo.
~~(1976a). “The efficiency
wage hypothesis. surplus labor and the distrlbution
of mcome m LDC’s”, Oxlord ~conomr
Papers, Vo1 28, No 2
Ameritan
Economic Rwiew,
~~ ~~~-(1984). “Price rigidlticr
and market \trucIure”,
May.
- .~ (1984a), “Theowx
of wage rlgidity”,
.\‘t?VBEKW’ork~ngPapers No 1442, September.
TAYLOR,
L (19X3), Strncturalisr
Mucroeconom~cs, Ucw York, Baslc Books.
THUROW. L. (1975), Cenernrin~ Inequalif~~. New York, Basic Books.
TINBERGEN,
1. (1955), On fhP Theory o~h’conorn~c f’oixy, Amsterdam: North Holland.
~-~ (1956), bconornic
Polic~: fi;nclples
and Design, Amsterdam:
North Holland.
TREVITHICK,
hl.A. (1976). “Moncy wage inilexlbihty
and the Keyncwm labor supply functmn”, Economic Journa/. June.
de salario? y preaou en Costa Rxa, 1976.
UTHOFF,
A. y M. POLLAK
(1984). “Dinámica
83”, n-lonografla sohw rrnpleo So 5 1, Santiago: PREALC.
WEITZMAN,
M. (1984). Thr Sliare Econonru, Cambridge: Harvard Universlty Precs
YFLLEN,
J. (1984). “Effuency
WI~E models of unzmployment”,
Amencan Econom~c Revren’
Val. 74, N” 2, mayo.