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S. FERNÁNDEZ DE LIS y E. ONTIVEROS, Clm.economía. Num. 14, pp. 233-242 Cómo corregir la asimetría de las políticas monetarias y la pro-ciclicidad de la regulación financiera Santiago Fernández de Lis y Emilio Ontiveros Analistas Financieros Internacionales (AFI) Resumen La magnitud de la presente crisis financiera internacional sólo se explica por una confluencia de errores y excesos en diversos ámbitos, desde la amplia liquidez, los desequilibrios globales, el escaso control de los riesgos, la inadecuada regulación y supervisión financiera y, en algunos casos, el fraude. Uno de los aspectos más interesantes del debate sobre las causas de la crisis es en qué medida la política monetaria y la regulación financiera pudieron contribuir a amplificar el ciclo económico. Es importante distinguir entre ambas políticas, para después intentar abordar las conexiones entre ellas, siendo éste el propósito fundamental de este artículo. Palabras clave: crisis financiera, regulación financiera, política monetaria, asimetría. Clasificación JEL: G15, G21 How to deal with the asymmetries of monetary policy and the pro-ciclicity of financial regulation. Abstract The extent of the current financial crises can be only explained by a cluster of mistakes and excesses in a number of areas including the inappropriate liquidity, the global imbalances, the limited risk control, the inappropriate financial regulation and supervision and, in some cases, even the fraud. One of the most interesting aspects of the debate about the causes of the crises is to what extent the contribution of the monetary policy and the financial regulation could amplify the economic cycle. It is crucial to distinguish between both policies to, subsequently, try to deal with their connexion, and this is the main purpose or this article. Key words: financial crisis, financial regulation, monetary policy, asymmetry. JEL Classification: G15, G21 233 Artículo recibido en mayo 2009 y aceptado en junio 2009. S. FERNÁNDEZ DE LIS Y E. ONTIVEROS (2009): CÓMO CORREGIR LA ASIMETRÍA DE LAS POLÍTICAS MONETARIAS Y LA PRO-CICLICIDAD DE LA REGULACIÓN FINANCIERA La magnitud de la presente crisis financiera internacional sólo se explica por una confluencia de errores y excesos en diversos ámbitos, desde la amplia liquidez, los desequilibrios globales, el escaso control de los riesgos, la inadecuada regulación y supervisión financiera y, en algunos casos, el fraude. Uno de los aspectos más interesantes del debate sobre las causas de la crisis es en qué medida la política monetaria y la regulación financiera pudieron contribuir a amplificar el ciclo económico. Es importante distinguir entre ambas políticas, para después intentar abordar las conexiones entre ellas. Por lo que refiere a la política monetaria, el debate se ha centrado en la asimetría del denominado "enfoque de gestión del riesgo", sobre cuya base la Fed decidió –ante el derrumbe de los precios de las acciones del sector de alta tecnología, en los primeros años de esta década– “comprar un seguro” contra un evento potencialmente catastrófico, reduciendo las tasas de interés mucho más allá del nivel acorde con las expectativas medias de inflación y de crecimiento. La asimetría de esta política reside en el hecho de que la autoridad monetaria norteamericana no aumentó las tasas de interés para evitar que la burbuja se inflara en el período anterior, a pesar de que su Presidente denunció la “exuberancia irracional” de los mercados financieros en los años de sobrevaloración de las empresas tecnológicas. Otros bancos centrales siguieron en buena medida la política de la Reserva Federal, en un mundo de mercados financieros cada vez más sincronizados. 235 Clm.economía. Num. 14 El debate sobre la regulación financiera ha girado, por otro lado, en torno a la cuestión de si ésta ha tendido, en los últimos años, a amplificar la inestabilidad inherente al sector financiero (debida al conocido mecanismo del "acelerador financiero", descrito por ejemplo en Minsky, 1982), mediante mecanismos como la contabilidad a “valor razonable” y el aumento de la sensibilidad al riesgo de los requisitos de capital por las reformas ligadas a la introducción de Basilea II. Este tipo de regulaciones, en combinación con una innovación financiera acelerada, una excesiva confianza en la disciplina de mercado y una supervisión deficiente han exagerado el natural optimismo del sistema financiero en la fase alta del ciclo y su pesimismo en la fase baja. El gráfico 1 muestra el proceso de realimentación de la espiral bajista en la fase de crisis que, mutatis mutandis, funciona de manera análoga en la fase de auge. Según una cierta lectura de la crisis financiera, la confluencia de ambos errores explicaría en buena medida su virulencia. En efecto, la combinación de una política monetaria asimétrica y una regulación financiera pro-cíclica amplifica el ciclo, y este fenómeno se ve agravado por las políticas de préstamo de última instancia y los rescates bancarios durante la crisis. Gráfico 1 Propragación de la crisis. Precio activos Volatilidad mercados financieros Apetito por el riesgo Ventas activos Liquidez Desapalancamiento Liquidación de colateral 236 Fuente: elaboración propia. Margin calls S. FERNÁNDEZ DE LIS Y E. ONTIVEROS (2009): CÓMO CORREGIR LA ASIMETRÍA DE LAS POLÍTICAS MONETARIAS Y LA PRO-CICLICIDAD DE LA REGULACIÓN FINANCIERA Un corolario de lo anterior es que, en la medida en que la innovación financiera, el aumento de la competencia global y los cambios tecnológicos tienden a amplificar el mecanismo del acelerador financiero, la asimetría de las políticas monetarias y la pro-ciclicidad de la regulación financiera tienden también a aumentar, lo que multiplica el sesgo de unas políticas públicas que, en teoría, deberían aspirar -por el contrario- a amortiguar las oscilaciones cíclicas. Uno de los objetivos de algunas de las propuestas recientes de reforma de la arquitectura financiera internacional es, por tanto, introducir una mayor simetría y un carácter estabilizador en los mecanismos de formulación de políticas a lo largo del ciclo. Para la política monetaria esto implica la introducción explícita de la estabilidad financiera entre los parámetros de su función de reacción, no sólo en la recesión, sino también en los buenos tiempos. Para la regulación financiera, implica considerar, más allá del tradicional enfoque microprudencial (que se ocupa de las entidades individuales), el componente de riesgo sistémico, a través de políticas macroprudenciales, orientadas al sistema en su conjunto. En otras palabras, el riesgo sistémico no sólo importa en los momentos de crisis (cuando caen los precios de los activos y las instituciones financieras sufren pérdidas), sino también en la fase de auge, cuando los desequilibrios y desajustes se acumulan. La reforma de la arquitectura financiera internacional, por lo tanto, implicaría una cierta convergencia entre las políticas monetarias y financieras, con la incorporación de elementos micro a la primera y elementos macro a la segunda. En el caso de las políticas monetarias, este debate se relaciona estrechamente con el papel de los precios de los activos. Los argumentos a favor son bien conocidos (véase Cecchetti et al, 2000): las burbujas de los precios de los activos financieros amenazan la estabilidad financiera (y quizá también la estabilidad monetaria) e inducen una mala asignación de los recursos, por lo que es necesario un papel preventivo de la política monetaria. Según el punto de vista opuesto, las burbujas se identifican generalmente demasiado tarde y con un considerable grado de incertidumbre; en cualquier caso, el banco central no tiene los instrumentos adecuados para combatir estas burbujas, ya que la restricción monetaria necesaria para 237 Clm.economía. Num. 14 Gráfico 2 Tipos de interés de la reserva federal. 7 Tipo contrafactual de fondos federales Tipo real fondos federales 6 5 4 3 2 1 2006 2005 2004 2003 2002 2001 2000 0 Fuente: Taylor, John: Housing and monetary policy, 2007. desinflarlas sería tan intensa que tendría un efecto devastador sobre la economía antes de incidir sobre el precio de los activos. Esta es la línea de razonamiento de la estrategia de “limpiar después”, acuñada por Blinder y Reis (2005), que implica reaccionar sólo "a posteriori", una vez que la burbuja ha explotado. El gráfico 2 muestra cómo, según cálculos de Taylor (2007), la Fed reaccionó al estallido de la burbuja tecnológica entre los años 2001 y 2004 mediante una política monetaria sumamente expansiva que alimentó la burbuja inmobiliaria posterior. Para una reciente contribución al debate véase Assenmacher y Gerlach (2008). 238 En el caso de la regulación financiera, el debate es más prometedor. Algunas herramientas anti-cíclicas se han utilizado con relativo éxito, como por ejemplo las provisiones dinámicas en España (véase Fernández de Lis y García Herrero (2009) o los límites a la relación entre préstamo y valor en los créditos hipotecarios en varios países. Se han propuesto otros mecanismos, como graduar los requisitos de capital a lo largo del ciclo (véase FSB, 2009). La dificultad de este tipo de mecanismos estriba en conciliar el hecho de que el riesgo es inherentemente cíclico (y la regulación financiera debe reconocer esta realidad) con el uso de herramientas para suavizar su impacto sobre el sistema financiero y la economía real. S. FERNÁNDEZ DE LIS Y E. ONTIVEROS (2009): CÓMO CORREGIR LA ASIMETRÍA DE LAS POLÍTICAS MONETARIAS Y LA PRO-CICLICIDAD DE LA REGULACIÓN FINANCIERA Todas estas reformas deben acometerse sin dejar de reconocer la realidad de unos mercados financieros cada vez más globalizados, que exigen un elevado grado de coordinación internacional. En el ámbito de la regulación financiera, la armonización es más fácil que en el de la política monetaria, puesto que las normas se basan en estándares y mejores prácticas que las autoridades tienen incentivos para adoptar. Es cierto, no obstante, que la competencia de los centros off-shore fomenta la armonización a la baja y supone un obstáculo para la coordinación internacional; las recientes iniciativas del G-20, en su cumbre de Londres en abril de 2009, para introducir normas mínimas a este respecto son bienvenidas, aunque difíciles de aplicar. Por el contrario, en un mundo de tipos de cambio flotantes, las políticas monetarias están necesariamente orientadas a objetivos nacionales, sobre todo en los principales países, y los intentos de coordinación están destinados al fracaso, a menos que las necesidades internas sean coherentes entre sí. Por ello, las políticas monetarias de los principales países serán o no más simétricas según las decisiones individuales de un conjunto de bancos centrales independientes, cuya coordinación sólo se produce en situaciones extremas, como hemos visto en esta crisis. Aunque las posibilidades de una reforma de la arquitectura financiera internacional que tenga un impacto significativo sobre las políticas monetarias son limitadas, el papel de los EE.UU. es crucial, por la gran influencia de la Reserva Federal en el tono general de las políticas monetarias. Una cuestión conexa es si el refuerzo del carácter contra-cíclico y simétrico de las políticas (prudencial y monetaria) debe ser puramente discrecional o contener determinadas reglas y estabilizadores automáticos (de manera similar a como ocurre con las políticas fiscales). En la medida en que hay un problema de credibilidad en el compromiso de las autoridades (por ejemplo, en el caso de la simetría en la reacción de la política monetaria a los precios de los activos), los mecanismos automáticos serían superiores a la pura discreción. También aboga a favor de las reglas la necesidad de coordinación internacional. Si bien el segundo pilar de Basilea II permite utilizar una cierta discrecionalidad en la política de supervisión bancaria, que podría utilizarse de manera anti-cíclica, se deduce de lo anterior que sería preferible incorporar estas políticas al primer pilar (es decir, a las reglas del sistema), a través por 239 Clm.economía. Num. 14 de unos requisitos de capital que se ajusten al ciclo (más exigentes en la fase alta y menos en la fase baja, contrariamente a lo que ha ocurrido en los últimos años). Una propuesta concreta en este sentido puede encontrarse en Repullo, Saurina y Trucharte (2009). Los esfuerzos para dotar de más simetría y de un carácter estabilizador a la política monetaria y a la regulación financiera no son sustitutivos. Es necesario avanzar en estos dos ámbitos de manera paralela, ya que ni la política monetaria ni la regulación financiera parecen capaces por sí solas de alcanzar resultados satisfactorios: una política monetaria más simétrica no evita "per se" la tendencia a la inestabilidad financiera; y una regulación financiera estabilizadora a lo largo del ciclo no impide oscilaciones bruscas si la política monetaria sólo reacciona a los precios de los activos cuando éstos caen, mediante tipos de interés reales negativos que, por lo general, contribuyen a sembrar la próxima burbuja. Algunas conclusiones: 1. La necesidad de convergencia entre las políticas monetarias y financieras conducirá, en los próximos años, a que aquéllas incorporen elementos micro (estabilidad financiera) y éstas adopten un enfoque macro. Esta confluencia admite diferentes modelos, de manera respetuosa con el marco institucional adoptado en cada país. La crisis ha puesto de manifiesto la necesidad de una mayor independencia de la supervisión financiera y una mayor rendición de cuentas de las políticas monetarias, así como una coordinación más estrecha entre ambas, lo que será tanto más factible cuanto mayor sea su proximidad institucional. 240 2. Cómo diseñar de manera creíble los límites de las redes de seguridad del sistema financiero es uno de los problemas centrales de la nueva arquitectura financiera internacional. Los problemas de pro-ciclicidad y asimetría detectados exigen una mayor capacidad de reacción de las políticas monetarias y financieras en la fase de auge y, probablemente, una menor reacción en la fase recesiva. La actual presunción de que cualquier institución sistémica será rescatada, independientemente de su función, su regulación o su adscripción institucional no es sostenible, porque los recursos S. FERNÁNDEZ DE LIS Y E. ONTIVEROS (2009): CÓMO CORREGIR LA ASIMETRÍA DE LAS POLÍTICAS MONETARIAS Y LA PRO-CICLICIDAD DE LA REGULACIÓN FINANCIERA públicos que pueden soportar estas obligaciones contingentes son limitados. A la hora de trazar los límites de la política de protección del sector financiero, una distinción basada en el valor nominal fijo de los depósitos y su papel clave en el sistema de pagos sigue siendo razonable, pero las autoridades deben trabajar arduamente para restablecer su credibilidad. 3. Es importante evitar el arbitraje regulatorio y el desarrollo del sistema bancario de sombra. Es necesaria una regulación uniforme de los componentes básicos del sistema bancario (tanto entre instituciones como entre países), pero las instituciones que queden fuera (y estén sujetas a una regulación más laxa) deben estar claramente excluidas de cualquier expectativa de ayuda pública. 4. También es necesario restablecer el funcionamiento normal de la disciplina de mercado, sin caer, no obstante, en una excesiva confianza en su capacidad de imponer políticas saneadas y una adecuada asunción y distribución de los riesgos. Una mayor transparencia es imprescindible en este sentido. A pesar de algunos excesos en la contabilidad financiera, es importante tener en cuenta que el detonante de esta crisis tiene que ver con fallos básicos de la transparencia, como consecuencia de la opacidad de determinados instrumentos financieros. El carácter más anti-cíclico de las políticas financieras no debe conseguirse, por tanto, a expensas de una pérdida de transparencia adicional, sino al contrario, ser compatible con un reforzamiento de ésta, lo que exige una colaboración estrecha entre los reguladores financieros y bancos centrales, por una parte, y los responsables de fijar los estándares contables internacionales, por otra. 5. Es evidente, en fin, que ni la política monetaria ni la regulación financiera pueden evitar las crisis financieras periódicas. La aceptación de los ciclos y las crisis como algo inherente al funcionamiento de las economías de mercado es un saludable punto de partida para cualquier reflexión sobre la mejor formulación de las políticas, micro y macro. Pero es cierto, al mismo tiempo, que los acontecimientos recientes han puesto de relieve fallos muy básico en el 241 Clm.economía. Num. 14 proceso de formulación y ejecución de políticas, que están generando un sufrimiento innecesario y pérdidas de bienestar económico en la mayoría de los países, y particularmente en los sectores más vulnerables de la población. Para reducir el exceso de volatilidad de las variables reales y financieras, la política monetaria y la regulación financiera necesitan aproximarse: la política monetaria debe incorporar consideraciones de estabilidad financiera, lo que implica la introducción de la no linealidades, riesgos de cola (“tail risks”), asimetrías y elementos microeconómicos; las políticas prudenciales necesitan incorporar una dimensión macro o sistémica, que requiere políticas orientadas no sólo a mantener la solidez de las instituciones individuales, sino también la internalización de los fenómenos de contagio y las correlaciones que tienden a amplificar las crisis en el sector financiero. Y esto debe hacerse al tiempo que se refuerza la coordinación internacional de las políticas. Es un programa ambicioso, pero la alternativa es, probablemente, una amplificación adicional de las fluctuaciones cíclicas globales. Referencias. ASSENMACHER Y GERLACH, (2008): “Can monetary policy really be used to stabilise asset prices?” in www.VoxEU.org BLINDER Y REIS (2005): “Understanding the Greenspan Standard,” in The Greenspan Era: Lessons for the Future, Federal Reserve Bank of Kansas City symposium, Jackson Hole, Wyoming, August 25-27. CECCHETTI et al, (2000): “Asset Prices and Central Bank Policy”, Geneva Reports on the World Economy, vol. 2. Geneva: International Center for Monetary and Banking Studies; London: Centre for Economic Policy Research (CEPR). FERNÁNDEZ DE LIS, S. y GARCÍA HERRERO, A. (2009): “The Spanish approach: dynamic provisioning and other tools”, in Central Banking: Towards a new framework for financial stability. GOODHART, C.A.E. y PERSAUD, A. 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