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de el diario El Comercio ‘Piñera: ´´FF.AA. Están preparas para defender soberanía y mar``’, de Jueves 10 de noviembre de 2001 En respuesta al artículo Importancia geopolítica del mar para Chile y necesidad de implementar una estrategia de respuesta peruana. Nino Contavalli Núñez del Arco. DNI: 08268207 Introducción. Desde su aparición en la superficie de la Tierra, el ser humano experimentó el peso impuesto por la geografía. Los pueblos que tuvieron la habilidad y oportunidad de adaptarse a las hostiles condiciones del medio ambiente circundante perduraron y prosperaron. En tanto, aquellas sociedades incapaces de reconocer la gravitación del hosco medio geográfico, sucumbieron en silencio y sin dejar rastros en las obscuras sombras del pasado. Algunos pensadores, a principios del siglo pasado, percibieron la influencia ejercida por la geografía en la vida de los Estados e iniciaron el estudio sistemático del tema. Bautizaron a esta disciplina como "Geopolítica". Actualmente, se le acepta como una herramienta para evaluar la influencia que ejerce el ámbito geográfico en la vida de las naciones y resulta útil para diseñar políticas eficientes, armónicas con la realidad del entorno natural. En el caso chileno, la perspectiva geopolítica nos resulta imprescindible para tomar conciencia de su condición geográfica, esencialmente marítima. Y, a partir de ello, empezar a entender cuáles son las motivaciones más profundas que impulsan a ese país a dominar el espacio marino, en cuanto proyección de su espacio vital. Al respecto, el escritor chileno Benjamin Subercaseaux (1906-1973) expresó: "Chile es una tierra de océanos, o sea, un país que por su estructura y su posición geográfica no tiene mejor objetivo, ni mejor riqueza, ni mejor destino – más aún – ni otra salvación que el mar. Para el mar nació; del mar se alimentaron sus aborígenes; por el mar se consolidó su conquista; en el mar se afianzó su independencia; del mar deberá extraer su sustento; sin el mar, no tiene sentido su comercio". Desde este punto de vista, el control del mar para Chile no sólo es un factor de seguridad nacional, sino que también está estrechamente unido al desarrollo de su economía e integración como país; define su identidad como país e impulsa su Proyecto Nacional. Igualmente, desde esta misma perspectiva geopolítica, cabe preguntarnos si el Perú puede darse el lujo de ignorar las reales motivaciones que Chile tiene en el desarrollo portuario peruano. O, si acaso, no es un buen momento para enfrentar el desafío del marketeado progreso chileno, resguardando nuestros intereses nacionales y limitando estratégicamente su influencia en el Mar de Grau. El teorema geopolítico que los peruanos deben tener siempre presente es que Chile ha visto al Perú, históricamente, como su enemigo natural. Y hacen muy mal los panegiristas del entendimiento y la cooperación vecinal en olvidar, soslayar o edulcorar este hecho. Ese teorema fluye fácilmente del análisis del comportamiento histórico de Chile con respecto al Perú y nos da la pauta de cómo es menester actuar, porque nunca es tarde, para que por fin podamos encarrilar las relaciones vecinales sobre un terreno común de mutuo respeto y ventajas recíprocas. Y es aquí cuando el Perú debe imaginar, concebir e implementar una política de respuesta y contención igualmente duradera, ambiciosa y agresiva en diferentes planos, sobre la base del principio rector que en los tratos con el usurpador es éste quien tiene que hacer las concesiones y no al revés. 1. Situación geográfica y condición marítima de Chile. “Al observar una carta de la cuenca del Pacífico, se advierte que, ante Chile, se extiende un enorme triángulo de agua enmarcado por pedazos de tierra esparcidos en tres continentes: América, Antártica y Oceanía. Son los pilares donde se afirma el Mar Presencial de Chile. Esta nación tricontinental, carece de suelos en comparación con la inmensa superficie de mar que encierra el gigantesco atolón. Aquí, aplicar la geopolítica - término que se relaciona con el ámbito terrestre - con el propósito de estudiar sus posibilidades y su proyección futura, es un evidente contrasentido. En consecuencia, para su caso singular corresponde analizar la influencia de los inmensos espacios acuáticos encuadrados por los vértices territoriales en el desarrollo del anómalo país. Es imprescindible recurrir a una ciencia que aún no se crea, cuyo nombre puede ser la "Talasopolítica" u "Océanopolítica". Esta debería evaluar el efecto ejercido por los mares en el devenir de un estado constituido mayoritariamente por agua.” (Contraalmirante ERI SOLÍS OYARZÚN. VISIÓN MARÍTIMA DE CHILE.). Chile es país marítimo y debido a su especial conformación geográfica, su extenso y estrecho litoral, que abarca casi un cuadrante de la cuenca del Pacífico, situado en el confín austral de la tierra, distante de las grandes masas continentales del hemisferio norte y lejano de los poderosos centros políticos y económicos del mundo, mantiene una lucha constante por ampliar su espacio vital, que lo obliga a salir de su presente marginalidad. “Esa particular disposición geográfica implica una dependencia marítima y también condiciona la distribución de sus recursos naturales y de su potencial de desarrollo y de crecimiento sustentable, constituyendo un elemento determinante del Poder Nacional.”. (GERMÁN GODDARD DUFEU. Vicealmirante. ROL DE CHILE Y DE LA ARMADA EN LA CUENCA DEL PACÍFICO.). En este sentido, la condición marítima de Chile se configura en un rasgo esencial de su identidad como Nación, de su destino y de su necesidad de perdurar. 2. Importancia de la vía marítima para el desarrollo económico de Chile. Por otra parte, el desarrollo económico de Chile depende, vitalmente, del exterior por la vía marítima. “En cuanto al comercio, el mar provee una vía de comunicación para el transporte rápido, seguro y eficiente de grandes volúmenes de carga. El rápido desarrollo de las naciones del otro borde de la cuenca del Pacífico, erigiéndose como atractivos mercados para los productos nacionales y de la región, permite visualizar a este océano como la vía de comunicaciones marítimas de mayor importancia, lo cual generará un alto grado de actividad, que se deberá aprovechar y controlar adecuadamente. En todo caso, nuestro comercio de exportaciones e importaciones no sólo se mueve en el ámbito de la Cuenca del Pacífico, sino que también abarca la costa este de Estados Unidos, Europa, Medio Oriente y todos los centros comerciales del mundo. Las estadísticas señalan que aproximadamente el 90% de nuestro comercio exterior fluye por mar. Nuestro principal producto de exportación (el cobre) y nuestro principal producto de importación (el petróleo) se transportan íntegramente por vía marítima. En consecuencia, su protección adquiere una especial importancia.” (LIBRO DE LA DEFENSA NACIONAL DE CHILE. pp.33 y 34.). La ubicación de Chile favorece su contacto comercial con las crecientes economías del Asia-Pacífico y le abre interesantes expectativas como paíspuerto, para vincular esos mercados con algunas regiones situadas en el corazón del subcontinente, pertenecientes a Bolivia, Brasil, Paraguay y Argentina. 3. Evolución histórica y control del mar para Chile. La historia de Chile ha consistido en la evolución de una nación cuyo destino estuvo atado, desde siempre, al mar. Basta repasar, brevemente, la evolución histórica de Chile, contada por los propios autores chilenos, para entender cuán relevante fue y es el mar para Chile y cómo dicho factor geográfico influenció de modo determinante en sus políticas de relación con el Perú y el resto de sus vecinos. “La fantasía del Lord Thomas Alexander Cochrane coincidiendo con un pensamiento geopolítico de Don Bernardo O'Higgins, que había presenciado en Inglaterra la importancia del factor naval en el predominio de aquella potencia, llegó a abrigar el proyecto de formar en el Pacífico un imperio marítimo chileno que, en cierto modo, se asemejase al británico. Sus planes eran la incorporación a Chile de la zona sur; Valdivia, que logró ganar, y Chiloé, cuya campaña no alcanzó a dirigir. Fuera del territorio chileno, su idea era la de conquistar las islas Filipinas, dominio español en el otro lado del océano y obtener bases navales en Callao y Guayaquil. La escuadra chilena, acabado el poder de España, impondría el orden comercial en todo el Pacífico, con un comercio liberal y abierto a todas las naciones ... El derecho de Chile para emprender este proyecto se basaba en que era el país que había creado la Escuadra Libertadora del Perú y logrando con ella suprimir toda la fuerza naval española en esta orilla del océano Pacífico. El interés chileno para lograrlo, fuera de la ganancia territorial de las Filipinas, tenía claros antecedentes económicos ... Pero Chile no estaba capacitado ni espiritual ni económicamente para semejantes ambiciones.”. ISIDORO VÁSQUEZ DE ACUÑA Y GARCÍA DEL POSTIGO. EL PROYECTO FRUSTRADO DE UNA TALASOCRACIA CHILENA. “O´Higgins, demostró su clara visión talasopolítica en una carta a un amigo británico en 1838: "Una simple mirada al mapa de Sudamérica basta para probar que Chile posee las llaves de esa vasta porción del Atlántico del Sur. Esto es, desde el paralelo 30 hasta el polo y también posee las llaves de todo el gran Pacífico, igual en tamaño a un tercio del globo, hasta tanto Nueva Zelanda y la tierra de Van Diemen pueden compartir con Chile este imperio". ERI SOLÍS OYARZÚN, Contraalmirante de la Armada chilena. VISIÓN MARÍTIMA DE CHILE. “Por último, el conflicto comercial con el Perú, ocurrido hacia 1832, hace a don Diego Portales mostrar toda su firmeza, no sólo en materias internacionales sino también en su propósito de avanzar en el control marítimo. Perú se negaba a recibir la mercadería chilena y si lo hacía era fuertemente gravada en el Callao, situación que estaba perjudicando significativamente a los comerciantes chilenos. Además, Perú había decidido gravar también con fuertes impuestos a toda mercadería que hubiese estado siquiera en tránsito en Valparaíso... Portales se daba cuenta que lo que Perú quería era obligar a los buques a transitar directo al Callao, en desmedro de los puertos chilenos. La tensión político comercial entre Perú y Chile se dilató por años ... Portales, enfrentado a decidir medidas ante la inconsistencia en que eran llevadas a cabo las conversaciones diplomáticas, manifestó lo siguiente: "o nos humillamos ante el Perú o los presionamos militarmente. Y, por cierto, no nos humillamos jamás". Portales encargó al Almirante Manuel Blanco Encalada que dirigiera la expedición al Perú, llevando al Ministro Plenipotenciario Mariano Egaña, para que, tras presionar con las armas, se lograra un rápido y conveniente arreglo diplomático. Las cartas que Portales hizo llegar al Almirante Blanco Encalada evidencian el sentido que el Ministro le atribuyó a la misión. En una de éstas, fechada el 10 de septiembre de 1836, le dice que el triunfo de sus armas significará "la segunda independencia de Chile", agregando que "la Confederación debe desaparecer porque de lo contrario ahogaría a Chile antes de muy poco" y termina con energía expresando:... "Adios, y por última vez, no se vengan ustedes sin gloria de algún género, porque con la batería de San Antonio mando a echar a pique la escuadra con Almirante y todo". ... Dirá Portales, en carta a Garfias, del 17 de abril de 1832, escrita desde Valparaíso, que "encuentro más necesario, en nuestra posición, un buque de guerra que un ejército. Por grande y bueno que éste (ejército) sea, podremos ser insultados impúnemente en nuestras costas y en nuestros puertos mismos por un acorazado de cuatro cañones...(si no tenemos qué oponerle). Por lo tanto, la verdadera libertad la tendrá Chile cuando realmente domine el mar. De otro modo, será presionado de una u otra manera, se pondrán condiciones al comercio marítimo, al tráfico, al abastecimiento, a la recalada de naves. La libertad marítima es equivalente pues a la segunda independencia nacional. Para conseguir lo anterior, Chile debe lograr una notable superioridad naval regional, no con el fin de ofender a sus vecinos, sino con vistas al dominio del mar que asegura la soberanía real de la nación".” (GERMÁN GODDARD DUFEU. Vicealmirante. PORTALES Y EL PENSAMIENTO MARÍTIMO). La Patria estuvo amenazada por la Confederación Perúboliviana (1836-1839), formada a base de intrigas por don Andrés de Santa Cruz. ... Portales presintió el peligro y, al igual que O`Higgins, advirtió el significado que tiene el mar para el país. La primera acción contra la Confederación fue capturar su flota mediante un audaz golpe. Una vez dueño del mar, el Ejército Restaurador fue transportado al Perú que, bajo el mando de Don Manuel Bulnes se cubrió de gloria en Yungay. Esta batalla trajo la disolución de la Confederación y el nacimiento del sentido nacional en el pueblo chileno. En 1866, Chile fue arrastrado a la guerra contra España por la pasión insensata de sus dirigentes políticos, poseídos por un americanismo exaltado... El país pagó un alto precio por la alocada aventura: nuestra floreciente marina mercante desapareció y soportó inerme el bombardeo de Valparaíso ... La Guerra del Pacífico se decidió en el mar y se resolvió en tierra enemiga ... El Perú perdió la mitad de su fuerza naval. En Angamos, con la captura del Huáscar, Chile consolidó el control del mar. Las sucesivas campañas alcanzaron el corazón del poder político y económico del adversario, provocando su derrota definitiva... En todas las guerras en que ha participado nuestro país, con excepción de la que tuvo con España, Chile logró hacerse dueño del mar y así llevar la guerra a territorio adversario, convirtiéndolo en el campo de las batallas hasta llegar al éxito final.”. ERI SOLÍS OYARZÚN, Contraalmirante de la Armada chilena. VISIÓN MARÍTIMA DE CHILE. 4. Política oceánica chilena. “La naturaleza evidentemente marítima de Chile responde a su condición geográfica insular, su patrimonio territorial tricontinental y su responsabilidad sobre un área marítima que abarca aproximadamente 30 mil millones de kilómetros cuadrados en el océano que concentra la mayor densidad demográfica del planeta. La Seguridad Nacional se sustenta en dos pilares fundamentales, la Defensa y el Desarrollo, y en Chile el mar está presente día a día en el devenir del desarrollo y bienestar de los habitantes de esta tierra. El mar como fuente de oportunidades, contribuye al desarrollo de la nación y constituye un aporte efectivo al bien común de la sociedad chilena. En consecuencia el accionar en el mar cobra un rol indispensable e irreemplazable ... El siglo XXI encuentra al país estructuralmente preparado para capitalizar las oportunidades que representa el privilegio de ser una Nación Oceánica, las mismas que tuviera el Padre de la Patria General Bernardo O'Higgins Riquelme. Sus gobernantes han definido una estrategia de desarrollo que obliga a la inserción de Chile en un mundo globalizado e interdependiente, en donde las naciones legitiman la defensa de sus Intereses Nacionales...”. (En www.armada.cl, página web de la Armada de Chile.). “...he venido sosteniendo durante estos años, la necesidad de una doctrina oceanopolítica fundada en la influencia y gravitación permanente que ejercen los espacios oceánicos en la formulación de las políticas nacionales, en todos los niveles de nuestra sociedad. Ello con el propósito de determinar, a la luz de sus principios, qué acciones son posibles de establecer, con el fin de integrar a lo que he llamado el "Territorio Oceánico Nacional" como la parte más importante del país en el próximo siglo XXI, para que sea un verdadero espacio de crecimiento y de desarrollo del Estado.”. (JORGE MARTÍNEZ BUSCH. Almirante Comandante en Jefe de la Armada chilena. POLITICA OCEANICA NACIONAL. SUGERENCIAS PARA UNA FORMULACION.) “En tiempos de paz, el Control del Mar tiene dos dimensiones. En el contexto de la Convención del Mar, el espacio marítimo tiene una jurisdicción hasta las 200 millas de la costa. En la segunda, el Control no está asociado a la soberanía, sino a la promoción y defensa de nuestros intereses en cualquier lugar. ... Para explicar nuestra acción, hemos divido los espacios marítimos. Uno, dentro del ámbito de jurisdicción que nos ofrece el Derecho Internacional Marítimo. El otro, en el ancho mar, donde quiera que sea necesario promover o proteger nuestros intereses.” (Almirante, MIGUEL A. VERGARA VILLALOBOS, Comandante en Jefe de la Armada chilena en la clausura del Seminario del Mes del Mar en Iquique.). La política oceánica (“oceanopolítica”) chilena, sustentada en su condición marítima y los antecedentes históricos antes reseñados, constituye un factor clave para la comprensión del expansionismo chileno. En este sentido, la estrategia marítima chilena de capturar el tráfico continental del sur responde a una estrategia competitiva nacional, no depende del interés circunstancial o particular de algunos capitales privados. Por tanto, estamos hablando de una política oceánica impulsada por el propio Estado como parte de una propuesta política de desarrollo nacional, que aspira a relacionar los mercados regionales y de ultramar, mediante un sistema que incorpora la habilitación de ciudades-puertos modernos, vías de comunicación eficientes y la necesaria intercomunicación con los corredores bioceánicos, desde la especial posición geográfica del país vecino. Bajo esta premisa geopolítica, cabe destacar que el Estado chileno se convierte en un ente regulador y responsable de articular la inserción de Chile en el proceso de globalización e interdependencia económica internacional. Pese a que el Estado chileno ya no tiene el ejercicio monopólico de la política internacional y que su poder relativo ha decrecido, es el único actor capaz de comprometer a los diversos agentes económicos tras algunos de sus objetivos esenciales, como sucede en el caso de la presente política oceánica. Comentarios finales: necesidad de adoptar una estrategia de respuesta peruana ante el desafío expansionista chileno. “Si el ayer es luz de hoy, debemos tener bien claro que la única manera de vivir en paz con nuestros vecinos es estar siempre en condiciones de derrotarlos en guerra, si pretenden violar los tratados que con tanto esfuerzo y generosidad -y a veces ingenuidad- nos legaron nuestros mayores, después de regar con su sangre los territorios recuperados o legítimamente conquistados”. (RAÚL HERMOSILLA HANNE. Historiador chileno. En Página Web www.despiertachile.cl). “Perú alienta la opción de transformarse en el Puerto de América del Sur hacia el Asia y Oceanía. Chile también lo pretende, particularmente con el proyecto del Mega Puerto de Mejillones, para despachar y recibir carga de Argentina, Brasil y Paraguay. ¿Quién lo va a lograr? De acuerdo a la Frase Rectora de esta exposición, el más ágil y, agregaría, aquel con mayor voluntad. ¡Ojalá seamos nosotros! (GERMÁN GODDARD DUFEU VICEALMIRANTE. ROL DE CHILE Y DE LA ARMADA EN LA CUENCA DEL PACÍFICO.). “... que la incursión del capital extranjero proveniente de estos países no garantizaría que nuestros puertos puedan desarrollarse en igualdad de condiciones considerando que dichos capitales responderían también a estrategias competitivas nacionales de su país de origen y de seguridad nacional”. (Dictamen de la Comisión de Transportes y Comunicaciones que postula el congresista Jacques Rodrich Ackerman, que propone un Proyecto de Ley que excluye por 40 años de los procesos de concesión de la infraestructura portuaria marítima nacional a las personas naturales o jurídicas provenientes de países limítrofes con el Perú.). No cabe duda que en Chile el mercado, los inversionistas y el resto de los agentes económicos en su accionar, no sólo no contradicen las políticas de Estado, sino que más bien lo refuerzan o fortalecen. En este punto, un ejemplo de ello, resulta el interés manifestado por el Grupo chileno Claro en los procesos de concesión de los terminales portuarios en el Perú y su alianza estratégica con grupos económicos nacionales como el Grupo Romero (ambos como socios en la concesión del Puerto de Arica). El interés del Grupo Claro, responde a la visión geopolítica de Chile. Al hacer participar al grupo Romero, el Grupo Claro no ve en los peruanos a una empresa de punta. No, simplemente los utiliza como testaferros, precisamente para capturar lo más sensible del litoral peruano, sus puertos, hasta que Chile pueda contar con uno o dos megapuertos insuperables. En este contexto, poner restricciones a los capitales vecinos, es un deber patriótico, que sólo la chatura y entreguismo de nuestra clase dirigente podría soslayar. Todos los países tienen excepciones en bienes y servicios y sectores en función, no solo de sensibilidades en algunos sectores productivos, sino también por razones de defensa y seguridad nacional. Al respecto, en desconocimiento de nuestra condición de país soberano y de razones de Estado superiores que garanticen la preservación de nuestra Nación, se alega la inconstitucionalidad de imponer restricciones al capital extranjero como aparece en el Proyecto de Ley propuesto por el congresista Jacques Rodrich Ackerman. Cuando todos sabemos que dicho texto constitucional fue auspiciado y aupado por un régimen civil dictatorial encarnado por el prófugo Fujimori, nos preguntamos entonces: qué legitimidad respalda a los defensores del precepto constitucional supuestamente violado, por encima de razones de Estado permanentes. En todo caso, si fuera requerida la modificación de la norma constitucional, que se proceda en consonancia y, mientras tanto, que se suspenda todo proceso de concesión o privatización en el sector portuario hasta que dicho punto quede establecido. Finalmente, consideramos que se debe implementar una estrategia de respuesta ante el expansionismo chileno, se debe evitar que se complete el control chileno sobre la economía nacional, y revertir el que ya existe en algunos sectores que vulneran la seguridad nacional, en especial en el ámbito marítimo. Quien no entienda, lo que antaño era ley geopolítica, que quien domine el mar, manda en el continente, seguirá extraviado y persistirá en la contumaz condición de perdedor eterno. Lima, 16 de mayo de 2005 NINO CONTAVALLI