Download ¿es posible atender a la superproducción informativa actual?

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Transcript
42 CONOCER Zoom
Excusas
para no
pensar
los lectores preguntan
a eduardo punset
¿Es posible atender a
la superproducción
informativa actual?
E
l viejo reloj de arena
concentra los dos
bienes mas escasos y
valiosos de la economía
actual : la arena y el tiempo.
Escasea la arena. Dubai
importa toneladas de arena de
Australia para edificar, y a los
pescadores de las islas Maldivas
les sale más a cuenta bucear
para subir sacos de arena que
pescar. Saben que ese acopio
contribuye al hundimiento de sus
propias islas, pero la modesta
arena es, de repente, un recurso
muy valioso. La utilizamos para
construir autopistas, carreteras,
edificios y para fabricar cristales.
Las técnicas de construcción a
base de cemento y hormigón
engullen cada año más de 15.000
millones de toneladas de arena.
Escasea el tiempo. El tiempo
de atender. La 'economía de la
atención' –que trata de superar a
los viejos modelos de intercambio
de bienes materiales dando un
valor inesperado a la atención–
ha sido la primera en apuntar
las consecuencias de la falta de
tiempo disponible. La atención
es la facultad de atender o de
concentrar la mente en un único
objeto. Se da atención individual
a un niño, a un invitado. Pero
la atención requiere tiempo,
consideración y disponibilidad. Y
xlSemanal 31 de agosto de 2014
hasta ahora no se ha valorado.
¿De qué trata esta nueva
'economía de la atención'?
En tiempos remotos, la
economía trataba de administrar
los recursos domésticos; es
decir, de ahorrar recursos. Hoy,
la economía apuesta por la
sobredimensión, con afanes
de crecimiento permanente
y sin considerar que tanto los
recursos materiales como los
psíquicos pueden agotarse. Los
estudiosos de la 'economía de
la atención' consideran que el
reto clave para las empresas del
capitalismo digital consiste en
captar la atención del público.
Lo hacen aplicando las reglas
del neuromarketing; el punto
de mira de la nueva economía
es nuestro sistema neuronal. La
'economía de la atención' plantea
con agudeza las cuestiones
relacionadas con la capacidad de
atención; propone que se mida
nuestra disponibilidad mental y
que se le de un precio, ya que
solo dispondríamos de una media
de diez minutos diarios para
repartir y fijar nuestra atención
en algo que no sea el trabajo o
las tareas de la vida cotidiana.
La abundancia de información
y mensajes publicitarios –para
la cual escasea cada vez más
la atención– parece confirmar
la intuición inicial de los
precursores de la 'economía
de la atención': Alvin Toffler
(1970), Daniel Kahneman (1973),
marina cano
xxxxxx
"Los productores
de contenido
acabarán
pagando para
que el público
les dedique su
atención"
Michael H. Goldhaber (1996)
o Jonathan Crary (1999). Desde
los años setenta, todos ellos
intuyeron un cambio de nuestras
economías tradicionales hacia
una 'economía de la atención'.
Desde 2005, pensadores más
recientes como Georg Franck
hablan de 'capitalismo mental'.
Lo que escasea ya no es la
producción de información y
mensajes publicitarios, sino
su recepción. El valor se ha
desplazado. El de un libro
ilustrado de antaño –cuya
elaboración requería meses o
años– era mucho mayor que el
de los libros de bolsillo que las
imprentas modernas producen
casi instantáneamente en
grandísimas tiradas. Por esa
superproducción de información,
mañana serán los productores
de contenido –nos dicen los
expertos de la 'economía de la
atención'– los que que tendrán
que pagar al público si quieren
que este les dedique su escaso
y valioso tiempo de atención.
La sabiduría de la sociedad
industrial fue la producción en
masa. Quizá la nuestra sea el
saber relacionar la producción
con la recepción o la aceptación.
Esta es la singular aportación de
la 'economía de la atención'. A
la inversa de lo que se ha hecho
hasta ahora, esta economía no
valora la producción masiva de
bienes culturales y materiales;
valora nuestra disponibilidad
midiendo los limites de nuestra
atención. Si tratásemos la
atención humana como un
recurso valioso y finito, podríamos
empezar a transformar el
modelo económico actual.
Ya no deberíamos producir
bienes sin plantear cómo
los recibimos y la atención
que les podemos dedicar.
No se trata tanto de
pensar un nuevo marketing,
sino una manera nueva
de hacer negocio. n
Si quiere participar en la sección, envíe sus preguntas a
[email protected] o a XLSemanal. Excusas para no pensar.
Calle Juan Ignacio Luca de Tena, 7. 1.ª. 28027 Madrid.