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“El actual debate sobre la reforma tributaria argentina” Por José María Rinaldi Palabras clave: Debate, Reforma, Tributaria. Clasificación JEL: H 20. RESUMEN: La salida de la convertibilidad, abrupta y desordenada en lo institucional y económico, en condiciones de graves perturbaciones financieras, cambiarias y fiscales, se realizó por vía del control cambiario, modificaciones a la ley de convertibilidad y la Carta Orgánica del Banco Central para adaptarla a un nuevo sistema de moneda autónoma. Es en ese contexto que se comienza a definir la nueva política económica basada en el cambio de los precios relativos, poniendo énfasis en la devaluación, y por vía de ese ajuste la generación de nuevas formas de compensación de los balances básicos de la economía, el crecimiento y la remoción de las restricciones fiscales, externas. Todo ello, en un marco internacional donde las economías capitalistas de los países desarrollados están experimentando una fabulosa deconstrucción histórica de su filosofía económica basada en los estándares de bienestar y equidad, adoptando políticas económicas restrictivas sentadas, principalmente, en ajustes fiscales regresivos, contrastando severamente con la evolución de los denominados "países emergentes", que atraen inversores nacionales y extranjeros, detentan superávits gemelos, y experimentan un crecimiento sostenible de sus economías. En este panorama, Argentina ha experimentado suculentas tasas de crecimiento económicas que han repercutido en un fuerte crecimiento de indicadores fiscales como lo son la carga tributaria. Esto ha llevado a que tanto en ámbitos económicos, políticos y académicos, se está desarrollando un amplio debate en torno a la política tributaria argentina, identificándose claramente dos corrientes: la que sostiene que la reforma tributaria argentina se encuentra implícita en la política económica actual -el denominado “modelo”- y la que sostiene la necesidad y oportunidad propicia para realizar dicha reforma. En el presente trabajo, abordaremos el tema desde una visión dominantemente histórica, crítica y estadística. En esa perspectiva, son objetivos del presente trabajo: analizar las características de la política económica actual en el contexto de la crisis mundial, sus implicancias tributarias, la evolución histórica reciente (desde el 2003 hasta la actualidad) e identificar y sistematizar las posiciones encontradas en cuanto al debate sobre la reforma tributaria argentina. Para ello, identificaremos la base de la política económica argentina, desde la perspectiva del análisis de los tres balances básicos (monetario, externo y fiscal); analizaremos la inserción de la política tributaria mediante un detalle estadístico de la evolución reciente de la carga tributaria, su estructura y tendencia, como así también su comparación con la experiencia internacional. De esta manera, trataremos de identificar algunas de las líneas argumentales de las corrientes de pensamiento descriptas, a los fines de revisar la sustentabilidad en la eliminación o reinstalación de las restricciones fiscales del “modelo”. 1 Introducción: Recientemente, ha tomado una especial efervescencia el debate en torno al impuesto a las ganancias de las personas físicas en relación a los regímenes de retención, principalmente, de los empleados en relación de dependencia. Desde las tribunas de los oradores del día del trabajador, en adelante, y en distintos ámbitos de la política nacional del mes de junio del corriente año, se han hecho escuchar voces de alarma en torno a dicho esquema de tributación condenándolo con el mote de “impuesto al trabajo” y su necesidad de erradicarlo. Es desde esa visión que el presente trabajo pretende abordar el análisis del régimen tributario argentino desde la perspectiva del impuesto a la renta, particularmente en lo referido al de las personas físicas, a los fines de evaluar el debate que, desde lo discursivo, se ha planteado en torno a la necesidad de una reforma tributaria en el ámbito de dicho impuesto o si la misma se encuentra implícita en la política económica de la actualidad. Para ello realizaremos un detallado análisis de la política económica argentina de este siglo desde la perspectiva de sus ejes principales, para luego incorporar lo que se refiere a la política tributaria, y específicamente lo referido al impuesto a la renta, dentro de dicha política. Una vez ubicados en el mismo, haremos un análisis detallado en cuanto a la carga, estructura y evolución tributaria de nuestra política fiscal, con el objetivo de mostrar y argumentar las dos posiciones principales que sustentan la implícita reforma tributaria, o la necesidad de acciones puntuales en torno a la tributación de la renta de las personas físicas en el ámbito de la actual política económica argentina. Dicho análisis se hará siguiendo la experiencia internacional, principalmente en relación a la situación actual y tendencia en los países desarrollados en el contexto de la actual crisis mundial. La nueva política económica argentina del denominado “modelo”: Como sosteníamos en un trabajo anterior1: en dichos del FMI2, la convertibilidad había sido estratégicamente diseñada de tal manera, que la alternativa de abandonar la paridad fuera costosa y esos costos fueran aumentando con el correr del tiempo, a medida que la paridad fija determinó comportamientos que se reflejaron en los balances de las empresas y otros aspectos de la vida económica. Todas las políticas instrumentadas estrecharon la posibilidad de una salida ordenada. En un claro clima de sobreproducción de instrumentos, se profundizó el déficit fiscal con el objetivo de financiar el balance privado de divisas, como si el endeudamiento no tuviera techo alguno, manteniendo el tipo de cambio luego de oleadas de devaluaciones en el mundo y fuertes fugas de capitales. El esquema implosionó, mediante el control de cambio, el 3 de diciembre de 2001, cuando se anunció el corralito. Nuevamente, en dichos del FMI: para diciembre del 2001 era obvio que no podría evitarse una devaluación del peso y una reestructuración integral de la deuda que redujera su valor presente neto, y que ningún programa sería sostenible si las autoridades argentinas no estaban dispuestas a considerar estas opciones. Por su parte, el informe del Ministerio de Economía del ministro Lavagna3, en el 2002, plantea “la trampa” en la cual se había sumergido la economía: se cerraba y el costo de salida crecía exponencialmente. A la inestabilidad de la crisis, se sumó una impericia total para manejar su salida. De todas las alternativas que había se eligió la peor, salir en condiciones de aguda recesión e iliquidez, con el sistema bancario suspendido, indexación asimétrica de créditos y depósitos, y liberando y unificando la situación cambiaria. 2 De esta manera, el ajuste cambió el país arrasando con los indicadores sociales a niveles inéditos de desocupación, pobreza e indigencia, arrastrando a amplios sectores sociales y dejando a otra gran cantidad en “zona de riesgo”. La devaluación, que hizo estragos en los sectores medios con los manotazos a los plazos fijo y depósitos en dólares, la pesificación asimétrica y el denominado “corralón”, generaron graves perturbaciones financieras, cambiarias y fiscales. El cambio de los precios relativos, con base en un dólar a cuatro pesos, por sí solo iba a ajustar la economía, y este ajuste generaría nuevas formas de compensación de los balances básicos de la economía y el crecimiento. El impacto fue muy fuerte en la corriente real. La caída del nivel de actividad en el 2002 fue la mayor caída de la historia económica argentina. El PBI se derrumbó 10.9%, similar a 1914, y superior al de 1931 y 1932. El PBI real del primer trimestre del 2002 era igual al PBI de 10 años atrás. En términos oficiales el informe del Ministerio de Economía del 2002, antes mencionado, analiza esta situación y dice: el bajo traslado de la devaluación a los precios fue delineando una nueva estructura de precios relativos de bienes y servicios de los factores productivos, a diferencia de las devaluaciones de los años 80 que se trasladaban a los precios. Es decir, históricamente se producía una devaluación y marcaba el piso de la inflación, ahora se produjo exactamente a la inversa, la devaluación era el techo. A partir del segundo trimestre del 2002, y a pesar de los pronósticos tremendistas, la economía comenzó a comportarse de acuerdo al diagnóstico del gobierno, se interrumpió la caída e inició una paulatina recuperación. Estos hechos representaron el fin de un modelo de desarrollo articulado en el paradigma clásico, cuya base se encuentra anclada en la moneda y la adhesión al régimen internacional por sobre el resto de las formas institucionales, y un esquema de acumulación rentístico traccionado por la afluencia de capital externo atraído por las altas rentas generadas por los servicios financieros, la reprimarización de la economía y los servicios públicos privatizados. La transición hacia el actual modelo de desarrollo revierte la jerarquía de las formas institucionales, pasando a priorizar el rol del Estado y las relaciones salariales, para impulsar un régimen de acumulación industrial, extensivo y autoconcentrado. Rompiendo de esta manera las restricciones externas y fiscales, ya desterradas las restricciones institucionales, en dichos de Aldo Ferrer4 o las restricciones externas y sociales del denominado “péndulo argentino” de Marcelo Diamand5. En esta perspectiva el objetivo se orienta a recuperar la autonomía financiera, recomponer las condiciones de la oferta necesaria para el crecimiento, y recuperar las condiciones para la demanda por vía de la mejora en la equidad distributiva, tratando de atenuar los efectos inflacionarios. De esta manera el modelo, matriz estratégica o modelo competitivo productivo (MCP) ligado a una orientación neodesarrollista, se sienta en características muy precisas ligada a los objetivos o ejes principales que pasaremos a describir. El primer aspecto esta referido al sostenimiento de un dólar caro –el modelo también es denominado como “modelo de dólar alto”- y una gran renegociación de la deuda, que permita mejorar las condiciones de la oferta por vía de una mayor rentabilidad de los exportadores y las industrias de sustitución de importaciones. Podemos observar que la evolución del tipo de cambio real con EE.UU. y multilateral ha sido sostenidamente alto a partir del año 2002 y hasta la actualidad, hecho que contrasta con la evolución experimentada durante la convertibilidad de los ´90: 3 EVOLUCIÓN DEL TIPO DE CAMBIO REAL 3,000 2,500 2,000 1,500 1,000 0,500 EE.UU. 20 11 20 10 20 09 20 08 20 07 20 06 20 05 20 04 20 03 20 02 20 01 20 00 19 99 19 98 19 97 19 96 19 95 19 94 19 93 19 92 19 91 0,000 MULTILATERAL Fuente: Ministerio de Economía y Finanzas Públicas de la Nación. Simétricamente opuesto a lo ocurrido con la exportación, se encarecen las importaciones, produciendo su disminución, ello lleva a un proceso de sustitución de las mismas, generando el efecto global de la mejora en la rentabilidad de los sectores de bienes transables. De esta manera se reconstituyen las condiciones de la oferta para el incremento del producto y el empleo, a la vez que genera un balance comercial superavitario. Sumado a ello, se ha generado un fabuloso proceso de desendeudamiento (volveremos en detalle sobre este aspecto) que llevó a una mejora en los resultados de la cuenta corriente de la balanza de pagos: Re sulta dos en Cue nta Corriente 1992-2001 y 20022011. 80.000 60.000 E nm illonesdepesos 40.000 20.000 0 -20.000 1992-2001 2002-2011 -40.000 -60.000 -80.000 -100.000 Fuente: Ministerio de Economía y Finanzas Públicas de la Nación. Ello ha permitido la acumulación de reservas que, en un contexto de alta volatilidad y efervescencia en el pleno desarrollo de la crisis mundial, son de sustancial importancia en el crecimiento sin crisis de balance de pagos y sin restricciones externas, como sosteníamos supra. Esto significa que esta acumulación atenúa el “canal de contagio financiero” producido por la magnitud y el carácter impredecible de las consecuencias de la crisis mundial. El segundo aspecto o eje se orienta a: generar las condiciones para un mayor estímulo fiscal por la vía, ya mencionada, del desendeudamiento y la mayor 4 recaudación, y la expansión de la demanda agregada por vía del incremento del gasto público sin déficit fiscal. En lo que se refiere al proceso de desendeudameinto por vía de su reestructuración, el proceso se inició en el 2005, mediante una significativa quita del capital sobre los pasivos en default en las dos fases del canje, hecho severamente castigado por el poder financiero (hoy en extinción), que nos impidió el acceso al mercado de crédito internacional. Pero el superávit fiscal permitió la cancelación de los compromisos y la implementación de la estrategia de pagar deuda con una pequeña porción de las descriptas reservas del Banco Central. De esta manera se suprimió una cuenta de más de 9 mil millones de dólares con el FMI a fines de 2005. Por último, desde el año 2010, con la misma metodología, se agregó el pago de bonos en cartera de privados y se instrumentó la creación del “fondo del bicentenario” (7.509 millones de dólares) con el mismo objetivo, hasta llegar a la actual cancelación del BODEN 2012, resabio del denominado “corralón”. De esta manera, la deuda representa, al 31 de diciembre del 2011 (sin pago del BODEN 2012), el 41,8% del PBI, bastante menos que el 166,4% del 2002, que refleja la combinación de un fuerte crecimiento de la economía, con un intenso proceso de cancelación de deuda en ese período. Si bien se trata de un abultado pasivo que implica servicios para el frustrado Presupuesto 2011 de 9.095 millones de dólares (rigurosamente cumplido), muestra un panorama aliviado al analizar la composición de la deuda por acreedor al 31 de diciembre de 20116: la mitad está en poder de dependencias del sector público (el Banco Central, la Anses, el Banco Nación y el Fondo de Garantía de Sustentabilidad del régimen previsional), sólo un 32,3% (57.790 millones de dólares), apenas el 13,5% del PBI, está en manos de inversores privados en el mercado. La novedosa distribución de la deuda por acreedor representa un notable cambio estructural, normalmente “olvidado” en las evaluaciones de los pasivos públicos. De los compromisos anuales a cancelar, más de la mitad serán operaciones dentro del sector público, descomprimiendo las complicaciones y exigencias de tasas de interés más altas que las vigentes en plaza. Sin temor a abundar en el tema, el hecho inédito lo constituye, también, la disminución de las “auditorías” y capacidad de intervención del poder del mercado financiero y los organismos públicos internacionales ante la necesidad de fondos para refinanciar los pasivos. Mientras que durante la convertibilidad la deuda era impagable, actualmente es comparativamente menor que la de la gran mayoría de los países desarrollados e incluso que la de algunos países latinoamericanos, como Brasil. Ello ha valido el reconocimiento de la Secretaria de Estado de los EE.UU. Hillary Clinton. En esta perspectiva la evolución de la deuda queda representada de la siguiente manera: Fuente: Oficina Nacional de Crédito Público. Ministerio de Economía y Finanzas Públicas de la Nación. 5 Todo ello, sumado al mayor nivel de recaudación, objeto de detallado análisis posterior, permitió la liberación para gastos sociales y obra pública como se puede observar en la evolución del gasto público consolidado: Gasto Público Consolidado en % del PBI 45,00 40,00 % de PBI 35,00 30,00 25,00 20,00 19 91 19 92 19 93 19 94 19 95 19 96 19 97 19 98 19 99 20 00 20 01 20 02 20 03 20 04 20 05 20 06 20 07 20 08 20 09 15,00 Fuente: Dirección de Análisis de Gasto Público y Programas Sociales - Secretaría de Política Económica. Ministerio de Economía y Finanzas Públicas de la Nación. Lo que muestra una prudencia fiscal expansiva que redunda en un incremento de la demanda agregada que podemos observar en el crecimiento de sus componentes de consumo, inversión y exportaciones, a precios constantes del año 1993, que detallamos en el siguiente gráfico: Incremento de la Demanda Agregada 2003-2011 180,00 160,00 140,00 En % 120,00 100,00 80,00 60,00 40,00 20,00 - Consumo Inversión Exportaciones Fuente: Ministerio de Economía y Finanzas Públicas de la Nación. La combinación llevó a un marco de crecimiento económico inédito en la historia de la economía argentina. No existen antecedentes de un crecimiento económico del 95,34% desde el año 2002 hasta el 2011 a precios constantes de 1993. Adicionalmente, es desde el denominado modelo de sustitución de importaciones (ISI), en su etapa conocida como “ISI difícil” (1964-1974), en el que la economía de nuestro país interrumpe las periódicas tasas negativas de crecimiento del PBI (período del stop-go), que Argentina no tiene nueve años ininterrumpidos de crecimiento económico a tasas muy superiores a las del ISI, según el siguiente gráfico: 6 Tasas de crecimiento del PBI a precios de 1993. 10,00 9,18 9,03 8,84 9,00 9,16 8,65 8,47 8,87 8,00 6,76 7,00 % 6,00 5,00 4,00 3,00 2,00 0,85 1,00 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 Fuente: Ministerio de Economía y Finanzas Públicas de la Nación. No solamente existen grandes tasas de crecimiento económicas denominadas “asiáticas”, sino que el propio Fondo Monetario Internacional7 las considera sustentables en sus perspectivas económicas. Este organismo, no sólo pronostica que en el año 2016 el PBI de China superaría al de Estados Unidos, sino que también presenta una amplia proyección de Argentina, la que ocupa el tercer lugar y está en el rango 21º dentro del ámbito mundial. Desde lo metodológico, utiliza el PPA (Producto por Poder Adquisitivo) utilizado por el Banco Mundial, que elimina las distorsiones cambiarias y permite comparaciones homogéneas, y establece que nuestro PBI en 2010 habría llegado a u$s 642.4 miles de millones y en seis años más ascendería a u$s 910.3 miles de millones. Acompañando el proceso se observan mejoras en los niveles de la tasa de empleo con la siguiente evolución: Evolución de la tasa de empleo 44,0 42,0 40,0 % 38,0 36,0 34,0 32,0 20 11 20 10 20 09 20 08 20 07 20 06 20 05 20 04 20 03 20 02 20 01 20 00 19 99 19 98 19 97 19 96 19 95 19 94 19 93 19 92 19 91 30,0 Fuente: INDEC. Generando, de esta manera, un círculo virtuoso que por vía de las mejores expectativas retroalimenta el consumo, principalmente en bienes de consumo durable, volviendo a retroalimentar el resultado positivo del balance fiscal. 7 El tercer eje se refiere, a modo de resultado del proceso descripto, a la mejora del poder adquisitivo, haciendo necesario el control inflacionario por vía de la regulación de los precios de los productos básicos, e instrumentando un esquema de tipo de cambio múltiple mediante un esquema de devaluaciones compensadas, implementando retenciones al comercio exterior. Acompañando este aspecto, se realiza la reforma al sistema previsional, generando un mayor margen fiscal para el incremento del gasto social con fines de inclusión; se incrementa el haber mínimo jubilatorio, mediante una política de inclusión jubilatoria iniciada en mayo de 2003 con la ley 25.994 y la ley de movilidad jubilatoria, que pasa de $150 a $1.687 en 2011 el haber mínimo jubilatorio y establece el haber medio de la actualidad en $2.215; además de un crecimiento del salario mínimo vital y móvil que experimentó un incremento de once veces y media desde junio del 2003 hasta el año 2011. La tendencia, se ve claramente en la evolución positiva del salario real, el que experimenta el siguiente comportamiento: SALARIO REAL 310 Ind ice 1990 = 100 260 210 0 160 110 60 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 Fuente: CEPAL Como refuerzo al comportamiento mencionado, se da un crecimiento exponencial en la movilización de paritarias y negociaciones colectivas por empresas y actividades, las que se incrementaron de la siguiente manera: C antidad de negociaciones colectivas por empresas y actividad. 2500 2038 1864 2000 1500 1231 930 1000 1331 1027 568 500 150 208 198 2001 2002 2003 348 0 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 Fuente: Elaboración propia en base al Informe Trimestral de las Negociaciones Colectivas. Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la Nación. 8 Nuevamente se produce una retroalimentación en el esquema que, en el caso de este tercer eje, vuelve a incrementar el consumo, la demanda, la producción y el empleo. Así, se vuelve a articular la relación entre los tres ejes planteados. Con la presentación simplificada del esquema de la nueva política económica argentina o “modelo”, pasaremos a describir los aspectos que dejamos pendientes en el segundo eje referido a las condiciones para el estímulo fiscal, en lo que hace específicamente a la recaudación, a los fines de dirimir entre el posicionamiento de los que consideran que la reforma se encuentra implícita en el “modelo” que acabamos de describir, o bien es necesaria una modificación en el régimen tributario argentino, en especial en lo que hace al impuesto a la renta de las personas físicas. El carácter implícito al “modelo” de la reforma tributaria: Como se sostiene en el ambiente futbolístico: “equipo que gana no se cambia”. En una lectura rápida de la recaudación desde el año 2003 hasta el año 2011 nos encontramos con que la carga tributaria, su estructura y tendencia han sido muy positivas. Si observamos la evolución de la carga tributaria en función de la recaudación nacional neta, el incremento experimentado en el período mencionado fue del 46,4% y desde el año 2001 del 66%, en términos de porcentajes del PBI, según se puede observar en el CUADRO I del ANEXO ESTADÍSTICO. Gráficamente podemos ver claramente el crecimiento de la carga tributaria total (incluye aporte y contribuciones a la seguridad social) en el modo de la clasificación internacional de la presión tributaria: Evolución de la recaudación nacional neta. En % del PBI 35,00 30,00 25,00 22,74 23,26 2004 2005 2006 24,89 26,83 26,89 2008 2009 2010 28,72 19,62 17,30 % 20,00 22,32 26,35 16,51 15,00 10,00 5,00 0,00 2001 2002 2003 2007 2011 Fuente: Secretaría de Hacienda. Ministerio de Economía y Finanzas Públicas de la Nación. Si analizamos la evolución de la carga tributaria en forma nominal (ver CUADRO II del ANEXO ESTADÍSTICO), nos encontramos con que la recaudación nacional neta creció de 73.740 millones de pesos, que representaba en 2003, a la exponencial suma de 545.526 millones de pesos en el año 2011, es decir casi siete veces y media; si la comparación es con el año 2001 la diferencia es de doce veces. Tanto en términos de porcentajes del PBI como en valores absolutos, los resultados son contundentes. Es por eso que, y profundizando el análisis, vamos a analizar la composición de la estructura de la carga y su comportamiento en el período bajo análisis. 9 Si hacemos un análisis de la composición de la estructura tributaria para el año 2011, nos encontramos con que la mayor participación la detentan los impuestos sobre los consumos, seguidos por los impuestos a la seguridad social y luego los impuestos a la renta, según se puede observar en el CUADRO III y el siguiente gráfico: Estructura Tributaria para el año 2011. En % del total. Sobre el c omercio y las transacc iones internacionales 13% Otros 1% Sobre la renta, las utilidades y las gananc ias de capital 20% Internos sobre bienes y s ervicios 33% A portes y c ontribuciones a la Seguridad Soc ial 25% Sobre la propiedad 8% Fuente: Secretaría de Hacienda. Ministerio de Economía y Finanzas Públicas de la Nación. Es decir nos encontramos ante la buena noticia de que la recaudación del impuesto a la renta detenta el segundo lugar, si no consideramos los aportes y contribuciones a la seguridad social. Pero cuando observamos el comportamiento de la tendencia de la estructura tributaria en el período que va de los años 2003 a 2011, luego de la fuerte caída de los impuestos a la renta, a los consumos y los previsionales consecuencia de la profundidad de la crisis 2001-2002, podemos observar que todos los impuestos han perdido participación relativa salvo los impuestos a la seguridad social, elementos que podemos observar en el CUADRO III del ANEXO ESTADÍSTICO y el siguiente gráfico: % Evolución de la Estructura Tributaria En % del total. 50,0 45,0 40,0 35,0 30,0 25,0 20,0 15,0 10,0 5,0 0,0 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011(*) Sobre la renta, las utilidades y las gananc ias de capital Aportes y contribuciones a la Seguridad Social Sobre la propiedad Sobre el comercio y las transacciones internacionales Internos sobre bienes y servicios Fuente: Secretaría de Hacienda. Ministerio de Economía y Finanzas Públicas de la Nación. 10 La primera conclusión a la que arribamos es que las estadísticas correspondientes a la recaudación tributaria, comienzan a confirmar la hipótesis planteada en el tercer eje del análisis y su articulación con el segundo eje. El “modelo” se sustenta en el poder adquisitivo y el consumo, que retroalimentan los otros aspectos y llevan a resultados positivos del balance externo y fiscal, eliminando estas tradicionales restricciones. Realicemos el análisis prescindiendo de los aportes y contribuciones a la seguridad social, sobre los cuales hemos emitido nuestra primera conclusión. Podremos observar que, en segunda instancia, la mayor participación la detentan los impuestos al consumo, los que han perdido participación relativa en relación al abultado incremento de la carga tributaria, pero en valores absolutos se han incrementado seis veces y media en relación al año 2003, y más de ocho veces y media en relación al año 2001, representando el 45,8% de la recaudación sin aportes y contribuciones a la seguridad social en la actualidad. Ello implica que el régimen tributario argentino se perfila como fuertemente regresivo en virtud del “efecto precio” que tienen este tipo de tributos. Estas circunstancias se ven profundizadas por vía de un análisis detallado en los componentes por tipo de impuestos, especialmente en lo que se refiere al impuesto a la renta. Si analizamos minuciosamente la recaudación de dicho impuesto nos encontramos con que, para el año 2011, las personas físicas contribuyeron a su recaudación en un 30,5% mientras que el 69,5% restante proviene del aporte de las compañías, sociedades de capital o empresas. Ello es especialmente importante en cuanto a que el impuesto a la renta en cabeza de corporaciones es de fácil precálculo a los fines de su posterior traslación y “efecto precio”, mientras que el impuesto a la renta de las personas físicas es de muy difícil precálculo y posterior traslación en virtud del carácter personal, global y progresivo que tiene el mismo. De esta manera, podemos hacer un análisis de la situación actual del régimen tributario argentino en cuanto a su “efecto precio” sobre la economía en su conjunto. Para ello veamos el comportamiento de cada impuesto respecto a su carácter e intensidad en la posibilidad de ser trasladado y, en función de ello, tener “efecto precio” Concepto Impuestos Ganancias Empresas Personas Físicas Otros Internos Cigarrillos (adic.emerg.) Servicios Específicos Energía Electrica Automot, y gasoleros Combustibles (Liq y Gas) Otros IVA neto Bienes Personales Monotributo Aduaneros Importaciones Estadística Import. Exportaciones Resto Total 2011 Monto 110.118,0 70.717,0 35.436,1 3.965,0 30.848,7 8.620,1 1.822,7 616,5 23,7 18.131,5 3.480,7 154.236,9 5.891,9 2.983,0 69.337,6 14.677,5 304,9 54.163,4 39.614,0 413.030,2 Porcentaje 26,66 17,12 8,58 0,96 7,47 2,09 0,44 0,15 0,01 4,39 0,84 37,34 1,43 0,72 16,79 3,55 0,07 13,11 9,59 100,00 Efecto - Precio Fuerte Débil 17,12 8,58 0,96 7,47 37,34 1,43 0,72 3,55 0,07 13,11 9,59 76,83 23,12 11 Fuente: Dirección Nacional de Investigaciones y Análisis Fiscal. AFIP. Así, llegamos a una tercera conclusión: el 76,83% del régimen tributario argentino, sin tomar en cuenta los aportes y contribuciones a la seguridad social, tiene “efecto precio”, por lo que refuerza su carácter regresivo. Es decir, los que sostiene la posición por la cual la reforma tributaria está implícita en el modelo, se refieren a los resultados puramente cuantitativos por los cuales la carga tributaria ha tenido un incremento importante, principalmente por vía del incremento de los impuestos a la seguridad social los que, como mencionáramos más arriba, se han visto estimulados principalmente por los aspectos enunciados en el segundo eje (el desendeudamiento genera liberación fiscal para gastos sociales y obra pública, generando incremento en la demanda agregada que redunda en mayores tasas de crecimiento de la actividad económica y mejora en los niveles de empleo), pero esencialmente por los aspectos del tercer eje del análisis (reforma al sistema previsional y mejora en el poder adquisitivo del salario). Pero si realizamos un análisis minucioso del régimen tributario encontraremos, tal como sosteníamos en un trabajo anterior de estas Jornadas8, que es regresivo en cuanto a que la mayoría de sus impuestos tiene “efecto precio”; inflexible, ya que dicha circunstancia no es solucionable en el corto plazo; y vulnerable, debido a que cualquier alteración de la demanda agregada lo deja en situación de extrema peligrosidad y desfinanciamiento. La experiencia internacional: Previo al análisis de los que, ante el diagnóstico recién realizado, sostienen la necesidad de realizar una reforma tributaria basada principalmente en el impuesto a la renta de las personas físicas, veremos qué ocurre en la experiencia internacional en cuanto a las características analizadas sobre la carga tributaria, la estructura y su tendencia. A pesar de la profundidad, prolongación e incierto desenlace de la crisis mundial, hoy con epicentro en Europa, revisaremos el comportamiento de las variables bajo análisis en la órbita de los países de la OCDE y de América Latina, para luego realizar las comparaciones pertinentes. El primer aspecto que debemos destacar es que la carga tributaria argentina es muy inferior a la que experimentan los países de la OCDE, similar a la del promedio de América Latina e inferior a la de Brasil, como podemos ver en el siguiente cuadro: En % del PBI País Presión Tributaria Consolidada Canadá EE. UU. Europa OCDE América Latina Argentina Brasil 31,0 24,0 36,9 33,8 18,7 19,9 25,0 Fuente: Elaboración propia en base a datos de OCDE y CEPAL. Ello queda demostrado en la baja participación de sus ingresos corrientes respecto al resto de los países del mundo, especialmente los desarrollados, lo que se puede ver claramente en la participación del siguiente cuadro: 12 INGRESOS CORRIENTES Recursos / P.B.I. - 2010 Areas – Regiones Países Desarrollados Niveles de Recursos (En % del P.B.I) Entre 45 y 50 % Países y Grupos Entre 40 y 45 % Finlandia Austria Belgica Francia Italia Noruega Area Unión Europea Grupo O.E.C.D. Holanda Hungría Alemania Luxemburgo Nueva Zelanda Portugal Australia España Gran Bretaña Islandia Canadá Irlanda Polonia Bolivia Entre 35 y 40 % Entre 30 y 35 % Países de América Entre 30 y 35 % Entre 20 y 30 % Entre 10 y 20 % Suecia Dinamarca Argentina Brasil Chile Uruguay Nicaragua Ecuador Venezuela AMERICA LATINA Paraguay México Colombia Costa Rica El Salvador Honduras Panama Peru Fuente: elaboración propia en base a datos de OCDE y CEPAL. Pero el análisis desmenuzado en función de la composición de la estructura tributaria, nos muestra que, a diferencia de los países desarrollados, nuestro país recauda la mitad, en términos de porcentaje del producto bruto, en el impuesto a la renta y un punto inferir al promedio de América Latina; los impuestos a la propiedad son similares a los países desarrollados y superior a los de América Latina; los aportes 13 y contribuciones a la seguridad social son muy superiores a los de América Latina -recordar lo mencionado en los apartados supra- pero inferiores a los de los países desarrollados; y en lo que hace a los impuestos a los consumos detentamos niveles similares a los países de la OCDE y superior al de algunos países desarrollados, como Estados Unidos y Canadá, y al promedio de América Latina. Veamos el siguiente cuadro para el año 2010: Estructura de la Imposición Período 2010 En % sobre PBI País Impuesto sobre los ingresos Sociedades Personas Total Canadá EE. UU. Europa OCDE América Latina Argentina 3,3 2,7 2,8 3,5 3,3 Físicas s/ ingresos 10,8 14,1 8,0 10,7 8,8 11,6 8,7 12,2 6,1 1,7 5,0 Impuestos a la Propiedad 3,5 3,2 1,6 1,8 0,5 2,1 Seguridad Impuestos al Social consumo Bs. y Serv. 7,3 7,5 7,7 4,4 11,7 11,5 10,1 10,7 2,7 10,9 6,7 9,4 Fuente: Elaboración propia sobre datos de OCDE y CEPAL. De esta manera, podemos observar que Argentina tiene una relación de los impuestos sobre el ingreso de la mitad de los impuestos a los consumos, mientras que en los países de la OCDE es levemente superior y en algunos países como Estados Unidos y Canadá es del doble. Pero lo más llamativo resultan las estadísticas simétricamente opuestos a los que arrojan los países desarrollados, respecto a la discriminación entre lo que aportan a la recaudación del impuesto las personas físicas y las corporaciones: mientras que en los países de la OCDE sólo un tercio corresponde a las corporaciones, en nuestro país duplican la recaudación de las personas físicas. Veamos estas relaciones que surgen del cuadro anterior: País Canadá EE.UU. Europa OCDE Argentina Relaciones Ingreso / Sociedades / / Consumo / Pers. Físic. 1,9 0,3 2,4 0,3 1,0 0,3 1,1 0,4 0,5 2,0 Otra particularidad que muestra dicha composición es la que refiere a la discriminación de los impuestos a los consumos generales y específicos la OCDE recuda más del 50% en consumos específicos y América Latina el 14% a dichos impuesto. Por su parte, Argentina sólo un 7%. Todo ello implica un nuevo elemento de regresividad ya que la baja participación en impuesto que afectan a consumos suntuarios es de importancia. Desde la perspectiva de la evolución de la carga tributaria podemos observar una leve tendencia a la disminución para los países de la OCDE desde el año 2003, pero desde proporciones altas que duplican las de América Latina, cuyas causas seguramente se encontrará en los ajuste que se viene produciendo como consecuencia del desarrollo de la crisis mundial. Por su parte, América Latina ha experimentado un crecimiento a comienzos del presente siglo, pero luego se ameseta en niveles entre el 18% y el 19%, como podemos ver en el siguiente gráfico: 14 Evolución internacional de la carga tributaria 40 35 % d el P B I. 30 25 20 15 10 2003 2004 2005 2006 OCDE 2007 2008 2009 2010 América Latina Fuente: OCDE y CEPAL. Es decir que, en esta perspectiva, si bien los ratios favorecen el carácter implícito de la reforma tributaria, hay poco de qué alegrase en cuanto a la experiencia internacional y la sustentabilidad del esquema. Ello obliga a analizar el argumento que plantea la necesidad de incorporar cambios al régimen tributario argentino. La propuesta de reforma tributaria: El carácter regresivo, inflexible y vulnerable del régimen tributario argentino, puesto de manifiesto en el presente como en otros trabajos de estas Jornadas, sumado a la experiencia internacional, a pesar de verse inmersas en un clima de severos ajustes ortodoxos, nos marcan los lineamientos principales en la reorientación de la política tributaria. Ha quedado claro en el desarrollo del presente trabajo que las diferencias de la carga tributaria deben ser orientadas hacia la tributación del impuesto a la renta de las personas físicas. Es acá donde, los que sostienen la posición reformista, hacen hincapié en el necesario carácter progresivo de dicho impuesto, ya que el esquema de los regímenes de retenciones en la fuente que realiza nuestra legislación sobre los contribuyentes personales tanto autónomos como en relación de dependencia, el primero por vía de la Resolución General Nº 830 de AFIP y el segundo con la Resolución General Nº 2437 del mismo organismo, ambos poseen pirámides achatadas de progresividad y deducciones personales total y absolutamente desactualizadas. Ello ha llevado a que empleados con ingresos cercanos a los siete mil pesos y autónomos que cobran honorarios superiores a los mil doscientos pesos sean castigados con severos regímenes de retenciones del impuesto a las ganancias, mientras que sectores de altísimos ingresos, mediante la utilización de “ingeniería tributaria” o carencias en la legislación, pudieron eludir millonarios impuestos a las ganancias. En la misma línea, el régimen general del impuesto detenta, desde el año 2000, la misma pirámide achatada de siete tramos con una tasa marginal superior del 35% según el siguiente esquema: 15 ESCALA DEL IMPUESTO A LAS GANANCIAS, ART. 90 DE LA LEY Ganancia Neta Imponible Acumulada Pagarán Más de $ a$ $ Más el % Sobre el excedente de $ 0,00 10.000,00 0,00 9 0,00 10.000,00 20.000,00 900,00 14 10.000,00 20.000,00 30.000,00 2.300,00 19 20.000,00 30.000,00 60.000,00 4.200,00 23 30.000,00 60.000,00 90.000,00 11.100,00 27 60.000,00 90.000,00 120.000,00 19.200,00 31 90.000,00 120.000,00 en adelante 28.500,00 35 120.000,00 Nuevamente nos encontramos ante una diferencia con la experiencia internacional; los países de la orbita de la OCDE detentan en la actualidad tasas muy superiores al escaso 35% de nuestro impuesto a la renta de las personas físicas. En algunos casos son cercanos al 60%, en los casos de Bélgica, Canadá, Dinamarca; Finlandia, Holanda y Suecia son superiores al 50% a pesar de la disminución que viene experimentando desde la década de los ´80 en la que detentaban tasas superiores al 70%. Escalas del impuesto a la renta personal en los países de la OCDE Número de Tramos País Tipo Máximo Tipo Mínimo Tasa Marg. Sup. Pers. Tasa Marg. Sup. Pers. Tasa Marg. Sup. Pers. 1986 1990 1986 1990 1986 1990 1999 2002 2011 Australia Austria Bélgica Canadá Dinamarca Finlandia Francia Alemania Grecia Islandia Irlanda Italia Japón Holanda Luxemburgo Nueva Zelanda Noruega Portugal España Suecia Suiza Turquia Reino Unido 5,0 10,0 12,0 10,0 3,0 11,0 12,0 18,0 3,0 3,0 9,0 15,0 9,0 21,0 6,0 8,0 4,0 5,0 7,0 3,0 3,0 6,0 12,0 9,0 1,0 3,0 7,0 5,0 3,0 24,0 2,0 2,0 57,0 62,0 72,0 34,0 45,0 51,0 65,0 56,0 63,0 38,5 58,0 62,0 70,0 72,0 57,0 57,0 40,0 47,0 50,0 55,0 29,0 40,0 43,0 57,0 53,0 50,0 33,0 53,0 50,0 50,0 60,0 56,0 33,0 20,0 24,0 21,0 24,0 6,0 20,0 6,0 5,0 22,0 10,0 18,5 35,0 12,0 10,5 16,0 12,0 17,5 3,0 21,0 10,0 25,0 17,0 22,0 9,0 5,0 19,0 18,0 33,0 30,0 10,0 10,0 13,0 10,0 24,0 10,0 34,0 10,0 6,0 6,0 6,0 16,0 1,0 6,0 6,0 2,0 66,0 50,0 13,0 50,0 60,0 56,0 20,0 13,0 50,0 40,0 8,0 4,0 1,0 25,0 29,0 25,0 20,0 1,0 25,0 25,0 47,0 50,0 55,0 29,0 59,0 38,0 -53,0 45,0 -46,0 46,0 50,0 60,0 -33,0 -40,0 40,0 --40,0 40,0 48,5 42,9 47,2 46,4 54,4 51,8 40,0 51,2 33,6 44,0 42,0 41,4 47,2 52,0 30,4 39,0 47,5 35,6 48,0 34,0 55,5 40,6 40,0 46,5 50,0 53,4 46,4 52,2 55,6 49,2 47,5 45,0 46,2 48,0 45,6 50,0 52,0 41,3 33,0 40,0 50,0 43,0 56,6 41,7 35,7 50,0 Estados Unidos 14,0 2,0 50,0 28,0 11,0 15,0 40,0 45,2 41,9 Fuente: OCDE, "La fiscalidad en los países de la OCDE". Inf. S/ el Desarrollo mundial, Banco Mundial. 16 Queda en evidencia la necesidad de incorporar tramos con tasas marginales superiores que tengan la importancia que tiene en los países desarrollados. Otro elemento que contribuye a la regresividad de este impuesto indispensable para la progresividad del régimen tributario, lo constituye la desactualización de las deducciones personales, lo que lleva a que una persona física sólo pueda deducir en carácter de mínimos no imponibles y cargas de familia la siguiente evolución de algunas de ellas desde el año 2000: Concepto Ganancia no imponible Cónyuge Hijo 2000 a2005 4.020,00 2.400,00 1.200,00 2006 6.000,00 4.800,00 2.400,00 Años 2007 2008-2009 7.500,00 9.000,00 8.000,00 10.000,00 4.000,00 5.000,00 2010 2011 10.800,00 12.960,00 12.000,00 14.400,00 6.000,00 7.200,00 Obsérvese que desde los regresivos ajustes que intentaban salvar a la convertibilidad por vía de la austeridad fiscal, en los tristemente recordados ajustes denominados “la tablita de machinea” en honor a su autor, el Ministro de Economía José Luís Machinea, partían de ridículos importes como concepto de lo necesario para vivir, en el mínimo no imponible, o lo necesario para mantener un hijo o cónyuge, y luego no eran actualizados sino por pequeños “retoques” que se realizaron a partir del año 2006 hasta la actualidad y que siguen siendo subvaluados, ya que si consideramos la evolución de la cotización del dólar las deducciones deberían ser actualizadas en un 40% por su deterioro monetario, pero además deben ser sinceradas en función de la realidad económica de lo que representan dichas cargas para una persona. Dichas circunstancias ya han sido reconocidas implícitamente por la Administración al cuadruplicar los montos de evasión punibles para ser encuadrado dentro del marco de la ley penal tributaria, por vía de la ley Nº 26.735 promulgada el 27 de diciembre de 2011. Ello ha llevado a los reclamos de los sectores trabajadores que, como mencionáramos con anterioridad, han hecho notar su disconformidad mediante el reclamo de la eliminación de lo que han denominado el “impuesto al trabajo”, cuando en realidad se trata del impuesto a la renta de las personas físicas, instrumento indispensable de progresividad del sistema tributario. Ese fue el sentido por el cual fue creado por un neoliberal como Federico Pinedo, que originalmente se crea sobre las personas físicas y luego se extiende a las sociedades de capital. Ello es así ya que, como sostiene Salvador Treber9, “En todas las economías de base capitalista, la imposición a la renta neta de las personas físicas y las empresas constituye uno de los instrumentos más eficaces para disminuir en alguna medida la concentración de la riqueza; tendencia natural del sistema cuando se permite que operen en plenitud las denominadas “leyes del mercado”. Ello explica su existencia en los países del mundo capitalista (salvo en aquellos denominados “paraísos fiscales”) con el fin de evitar la polarización y concentración en la cúspide de la pirámide de la distribución del ingreso. Otro elemento que produce el efecto contrario a la progresividad innata en este tipo de impuesto, además de los destacados arriba, lo constituye las áreas de elusión que permite el mismo. Ellas se encuentran perfectamente identificables en la falta de gravabilidad de la renta de capital (nuestra legislación utiliza el criterio de la fuente para gravar la renta), las rentas financieras, los dividendos y un amplio espectro de exenciones que deberían ser revisadas. Con el panorama a la vista y la demostración de que el impuesto a la renta se ha constituido en un elemento de regresividad, contrariando su objetivo fundacional, por vía de: proporciones inversas a la experiencia internacional en la participación de la renta del las personas físicas respecto a las corporaciones, escala con 17 progresividad achatada, tasas marginales superiores, muy inferiores a las internacionales, deducciones personales desactualizadas e irreales, entre otros de los aspectos, ha dado como resultado, a pesar de las mejoras contundentes que se detallaron en el punto referido al carácter implícito al “modelo” de la reforma tributaria, una evolución negativa en la distribución del ingreso. Desde el año 1974 al año 2011 la diferencia entre el decil más rico de la población y el 10% más pobre pasó de ser de siete veces a 22 veces, como se puede observar en el ANEXO ESTADISTICO en el CUADRO IV, habiendo llegado a 28 veces y, según estimaciones del Banco Mundial, a 32 veces. De esta manera todos los deciles perdieron participación en la distribución del ingreso a favor del decil más rico y, en menor medida, en el que le sigue. Gráficamente lo podemos mostrar de la siguiente manera: Va ria ción de l Ingre so por De cile s 1974/2011 40,00 30,00 20,00 10,00 % -10,00 1º 2º 3º 4º 5º 6º 7º 8º 9º 10º -20,00 -30,00 -40,00 -50,00 -60,00 -70,00 Fuente: Elaborado en base a los datos del CUADRO IV del ANEXO ESTADÍSTICO. De esta manera, y con las observaciones mencionadas, los sectores que consideran la urgente necesidad de una reforma tributaria sustentan su posición reformista, destacando que no sólo la reforma se da en forma automática con los buenos resultados económicos experimentados, sino que es el momento oportuno para realizar las reformas. Conclusión: Las evidencias empíricas desarrolladas en los puntos anteriores, resultan un acopio de elementos de alarmas a considerar en la necesidad de darle profundidad y sustento al “modelo” de la política económica vigente en la actualidad, o lo que se ha dado en llamar como “sintonía fina”. No caben dudas de que la política tributaria es un instrumento fundamental en el diseño estratégico de la profundización del “modelo”, que en forma transversal interrelaciona los tres ejes destacados. Así, se constituye en un elemento básico de equidad distributiva que permitirá darle sustento al ritmo del consumo, para que de esta manera se convierta en un estímulo fiscal que libere fondos para el incremento del gasto público sin déficit y que, de esta combinación, continúe la expansión de la demanda agregada, colaborando en el eje externo por vía de las devaluaciones compensadas a modo de tipos de cambios múltiples que le den sustento al balance externo. Si la política económica continúa con los lineamientos estratégicos planteados, será fundamental acelerar el proceso redistributivo de la riqueza que profundiza el eje 18 de la mejora del poder adquisitivo, para que de esta manera alimente el círculo virtuoso de la tracción de la demanda agregada, y los resultados positivos del balance fiscal y externo con inflación controlada. Para ello es indispensable una oportuna reforma tributaria que recupere los instrumentos que le permitan gravar adecuadamente las cada vez más complejas expresiones de capacidad contributiva, principalmente en lo que se refiere al impuesto a la renta de las personas físicas. Destacamos lo referido a la oportunidad, ya que una reforma tributaria lleva tiempo en su diseño estratégico y definición, su posterior redacción, implementación y ajuste. Todo ello se realiza cuando los indicadores de recaudación son favorables, ya que cuando se deterioran aparecen las urgencias a modo de “parches” o “impuestos comodines”. Por último, la crisis mundial, cuyo final y la profundidad de sus consecuencias todavía son indefinidas, constituyen otro elemento de urgencia ya que en virtud de la gravedad y dimensión de sus consecuencias podría impactar en la política económica actual y su intento de blindaje. Bibliografía: 1. 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