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Estudios y políticas públicas Estudios y políticas públicas Macropaper Septiembre 2013 El desafío de volver a crecer MACROPAPER Septiembre 2013 • Chile 1 Estudios y políticas públicas Motivación Recientemente hemos visto que la velocidad de expansión de la economía se ha moderado. Más allá de los factores que explican esta parte del ciclo en particular, debemos volcar nuestra mirada hacia los determinantes de más largo plazo de la producción para así poder diseñar políticas que permitan retomar un ritmo de crecimiento elevado y sustentable a mediano plazo. Tanto los altos niveles de crecimiento del empleo como las significativas razones de inversión a PIB del último tiempo, nos sugieren que la contribución futura de estos factores productivos al crecimiento puede ser más bien acotada. En este contexto, la discusión sobre la productividad ha comenzado a surgir de forma recurrente en la agenda económica. Cuando hablamos de productividad, nos estamos refiriendo a la capacidad que se posee para mezclar factores productivos (capital y trabajo) con el objeto de generar valor agregado. En este contexto, una mejora de la productividad implica producir más con los mismos factores. Sin embargo, en la práctica, dado que dicha variable no es medible directamente, no puede aislarse de otros efectos que también determinan la producción (perturbaciones en el precio de combustibles, sequías, ley de los minerales, etc.). Este documento revisa los conceptos fundamentales sobre los determinantes de la productividad y, a partir de los estudios económicos más recientes, se realizan una serie de recomendaciones con miras a mejorar la capacidad productiva nacional. Las recomendaciones consisten, por un lado, en hacer coincidir mejor la oferta laboral con lo que las empresas realmente necesitan, especialmente en términos de calidad, lo que además de aumentar la productividad debiera permitir una reasignación más eficiente del factor trabajo entre los sectores económicos que lo requieran. Por otro lado, es indispensable generar una política energética para el mediano y largo plazo que disminuya los costos de producción, aumentando la competitividad a nivel internacional. MACROPAPER Septiembre 2013 • Chile Estudios y políticas públicas Productividad: la variable clave del desarrollo Actualmente existe un consenso generalizado de que el ciclo de alto crecimiento de la economía chilena habría llegado a su fin, y que difícilmente se repetirán cifras en torno al 6% a/a como las observadas en los últimos años. En efecto, el Comité del PIB Tendencial, entidad consultiva que asesora al gobierno en la elaboración del presupuesto, recientemente situó el producto potencial para este año en 4,9%, y en 4,7% para el año 2018. Esta misma entidad había proyectado un crecimiento potencial entre 2,6% y 4,9% para el período 2010-2012, sugiriendo que nos encontrábamos muy por arriba del potencial en lo más reciente. Gráfico1: Crecimiento efectivo del PIB y brecha de producto 1 (var. % a/a) 8,0% 6,0% 4,0% 2,0% 0,0% -2,0% 98 19 99 20 00 20 01 20 02 20 03 20 04 20 05 20 06 20 07 20 08 20 09 20 10 20 11 20 12 19 19 -6,0% 97 -4,0% Fuente: Banco Central, Dipres y Santander. No parece existir una solución fácil para aumentar el crecimiento. El desempleo se encuentra en mínimos históricos, por lo que elevar el crecimiento a través de un incremento en el trabajo no es posible sin reformas estructurales que aumenten de forma significativa la participación laboral. Por el lado de la inversión, el ciclo de acumulación de capital observado en los últimos años también habría llegado a su fin, por lo tanto, tampoco será el motor de crecimiento para los años venideros. De esta manera, para volver a ver tasas de crecimiento altas que sean sostenibles en el tiempo, la variable clave es la productividad. En este escenario, la discusión al respecto ha comenzado a aparecer en medios de prensa y artículos académicos. Destaca en particular un proyecto financiado por CORFO2 que pretende crear una medida de productividad oficial (agregada y por sectores) que sea estándar y oportuna, y como tal, pueda ser ocupada para monitorear su dinámica así como para analizar la efectividad de políticas públicas enfocadas a mejorar la competitividad de diversos sectores económicos. A este esfuerzo se suman otros estudios (Fuentes et al, 2013; McKinsey, 2013), todos destinados a determinar la evolución reciente de la productividad. Cabe destacar que utilizando metodologías distintas, todos ellos La brecha de producto se define como la diferencia entre el crecimiento efectivo y el crecimiento potencial estimado por el Comité del PIB Tendencial. 2 Magendzo y Villena (2013). 1 MACROPAPER Septiembre 2013 • Chile 1 llegan a la misma conclusión: el crecimiento de la productividad en Chile se ha estancado en los últimos años, y la única forma de retomar incrementos del PIB similares a aquellos de “la era dorada de Chile” es aumentarla sostenidamente. En palabras de Magendzo y Villena (2013): “En la medida que la rentabilidad del capital vaya cayendo (por mayor stock por trabajador y menor productividad marginal) y la contribución del número de trabajadores vaya cayendo (por factores demográficos), será imposible sostener en el futuro las tasas de crecimiento experimentadas hasta ahora. En otras palabras, el potencial de crecimiento de la economía continuará reduciéndose”. Dada la coyuntura económica existente, el momento de actuar es ahora, mientras aún nos encontramos en la parte positiva del ciclo (aunque con ingresos decrecientes provenientes del cobre, a pesar del alto precio actual). Las próximas elecciones presidenciales deberían favorecer la discusión y generación de propuestas que nos encaminen hacia una economía del conocimiento. Algunos conceptos sobre productividad La productividad total de factores (PTF), medida estándar de la productividad de un país corresponde a la fracción del crecimiento que no puede ser explicada por la intensidad de uso de los factores productivos tradicionales. En términos generales, la teoría económica neoclásica modela el crecimiento como una función del trabajo y el capital, así como de un parámetro de avance tecnológico llamado productividad total de factores: Y = PTF • f (K,L) De esta manera, una economía puede crecer por: una mayor acumulación de capital, aumento en la fuerza laboral o la eficiencia del factor trabajo, o un uso más eficiente de estos elementos, es decir, mayor productividad. En algunas economías –y en particular en algunos sectores económicos– la importancia relativa de los factores varía, e incluso se utilizan otros factores. La productividad, entonces, dependerá de la función de producción que se elija, siendo la más común la de tipo Cobb-Douglas: f (K,L) = K α • L 1-α donde α corresponde a la intensidad relativa de uso del capital respecto del trabajo, que en Chile se estima en torno a 0,4, de acuerdo a Vergara y Rivero (2006). Como la productividad no es una variable directamente observable, su cálculo es indirecto y consiste en el residuo de la siguiente regresión: In Y = α • ln K + (1 – α) • In L + e En palabras del economista Robert Solow, la productividad total de factores no es más que “la medida de nuestra ignorancia”, y como tal no es una medida perfecta, ya que puede estar 2 MACROPAPER Septiembre 2013 • Chile Estudios y políticas públicas capturando otros efectos, como son variaciones en la calidad del cobre extraído, sequías, etc. La productividad total de factores puede aumentar por varias razones: Movimiento de factores desde sectores menos productivos a sectores más productivos. Adopción de tecnologías más productivas. Aumento del valor agregado asociado a la innovación. Disminución de costos. Todas estas alternativas para mejorar la productividad son las que dan forma a las políticas de fomento a la competitividad e innovación, que van desde la generación de clusters productivos hasta disminuir los costos generados por la burocracia. La política que se determine dependerá de las razones que se identifiquen como las causas del estancamiento o caída de la productividad así como de las características propias de cada sector económico. En línea con lo expuesto anteriormente, la evidencia internacional sugiere que los países que han alcanzado el desarrollo necesariamente han debido aumentar su productividad de manera sostenida. En efecto, en promedio alrededor del 40% del crecimiento de las economías más desarrolladas se explica por aumentos en productividad total de factores, y esta relación es bastante estable en el tiempo. Tabla1: Aporte de la productividad al crecimiento (% crecimiento PIB) 1985-1990 1990-1995 1995-2000 2001-2007 Australia 10% 39% 46% 9% Bélgica 50% 81% 43% 38% -150% Canadá -18% 41% 33% 15% -22% Dinamarca 57% 78% 14% 24% Finlandia 73% -283% 57% 65% Francia 53% 92% 48% 50% 61% 79% 0% País Alemania 2007-2011 143% Irlanda 72% 78% 49% 37% -24% Italia 45% 92% 16% -27% 59% Japón 63% 50% 88% 69% -50% Corea del Sur 61% 50% 71% 72% 106% Holanda 33% 22% 30% 60% Nueva Zelanda 89% 23% 34% 18% 60% 20% Portugal -800% España 18% 87% -5% 0% 0% Suecia 12% 114% 46% 69% -350% Reino Unido 12% 81% 35% 50% 96% Estados Unidos 22% 28% 35% 56% 450% Promedio 41% 42% 42% 39% -42% Fuente: OCDE 2013. MACROPAPER Septiembre 2013 • Chile 3 La evidencia chilena Diversos estudios realizados sobre Chile –si bien utilizando información y metodologías variadas– tienden a coincidir en el periodo de fuerte y sostenido crecimiento de la PTF, desde mediados de los ochentas hasta fines de los noventa, para luego observarse un estancamiento. Magendzo y Villena (2013) plantean que existe consenso en que las razones que llevaron a la economía chilena a crecer a tasas promedio de 7,5% a/a durante buena parte de la década de los noventa se debe a los siguientes factores: i) Las reformas estructurales realizadas en la década de los 70s y 80s (privatizaciones, apertura económica, cambio en el rol del estado, crecimiento del mercado de capitales). ii) Las buenas políticas económicas seguidas posteriormente (fortalecimiento de las instituciones, mayor énfasis en competencia, aumento de la educación básica y terciaria, aumento sostenido de los beneficios sociales y de salud). iii)Escenarios externos favorables (elevado precio del cobre, sostenido crecimiento mundial). Gráfico 2: Crecimiento PTF según período (1991=100) 130 120 110 100 Magadenzo-Villena (2013) Ministerio de Hacienda Fuente: Magendzo y Villena (2013), Dipres y Santander. 4 MACROPAPER 20 12 20 09 20 06 20 03 20 00 97 19 94 19 19 91 90 Sin embargo, también hay coincidencia en que luego de la crisis asiática el crecimiento en la productividad se estancó, y que desde el año 2000, la PTF crece a la mitad de su ritmo de la década anterior. ¿Qué explicaría la caída en la PTF? Los estudios sobre Chile revelan que los sectores más intensivos en energía son los que han visto más disminuido el crecimiento en su productividad luego del fuerte incremento del precio de este insumo en la última década (Echavarría, Jervis y Soto, 2008, Blümel et al., 2010, Álvarez et al., 2008, Fuentes et al., 2013). Además, Schwellnus (2010) plantea los problemas regulatorios y de competencia que enfrenta el país, identificándolos como posibles trabas al aumento de la productividad. Por otro lado, Coeymans (1999) apunta a las perturbaciones internacionales como responsables de buena parte de las variaciones, en que situaciones de crisis externa están asociadas a pérdidas internas de PTF, mientras que Beyer y Vergara (2002) destacan el rol de la apertura comercial como contribuyente al crecimiento de la PTF. Adicionalmente, encuentran que mejoras en el nivel de educación y calidad de las instituciones tienen un impacto significativo. A pesar de la amplia literatura dedicada al estudio de la evolución de la productividad en Chile, la variedad de fuentes y la relativa precariedad de información han impedido realizar un diagnóstico preciso y concluyente respecto de las causas de la caída en la productividad en Chile en los últimos años. Al respecto, Magendzo y Villena (2013) resumen las principales hipótesis para la caída en la PTF encontradas en la literatura: Septiembre 2013 • Chile Estudios y políticas públicas Encarecimiento de la energía: según cálculos de Álvarez et al. (2008) este shock energético explicaría una caída de al menos 20% (hasta 60%) en el período 2000-2005. Crisis asiática: la primera mitad de la década del 2000 se caracterizó por una lenta recuperación del empleo y el crecimiento económico tras la crisis asiática y la desaceleración global. Caballero et al. (2005) estiman que la menor flexibilidad microeconómica implicó una pérdida de ganancia potencial en el crecimiento estructural de 0,3%. El boom del cobre y el tipo de cambio real: los ingresos adicionales provenientes de los commodities se gastan, en parte, en bienes no transables, lo que induce a una apreciación del tipo de cambio real, lo que hace a la industria menos competitiva en relación a sus competidores internacionales. Rendimientos marginales decrecientes de la PTF: en la medida que el país se desarrolla, se vuelve más difícil obtener ganancias de productividad. Inflexibilidad microeconómica y escasez de capital humano adecuado: si bien no existe evidencia para Chile, cabe señalar que los pobres resultados en las pruebas internacionales de habilidades en escolares (test PISA) dan cuenta de una mano de obra con reducidas capacidades, lo que hace más difícil dicha reasignación de recursos. Encarecimiento de costos logísticos: de acuerdo a Guasch y Kogan (2001), los costos logísticos en Chile, como porcentaje del valor del producto, son menores que en otros países MACROPAPER de Latinoamérica, pero el doble que en los países de la OCDE (18% versus 9%). Falta de competencia: esto afecta especialmente a los sectores de servicios donde el estudio identifica márgenes especialmente elevados en servicios financieros, servicios sanitarios, electricidad y concesiones de infraestructura. Lo anterior conlleva a un alto costo de servicios que, similar a los costos logísticos, perjudican la competitividad de las exportaciones chilenas. Por otro, lado el precio de la electricidad en Chile es sustancialmente mayor que en países comparables: al menos 30% mayor que en Australia, Tailandia, Taiwán, Nueva Zelandia, Noruega o Corea (OCDE). Escasez de capital social y poca inversión en I+D: Chile es un país donde se innova poco en las empresas, al tiempo que se detecta un alto grado de desconexión entre la oferta científica y tecnológica y la industria. Volatilidad del tipo de cambio: grandes fluctuaciones cambiarias, suelen estar ligadas con bajas en la productividad de largo plazo de los países, cuando estos no cuentan con un sistema financiero profundo y bien desarrollado. Sin embargo, en Chile este efecto sería acotado. Los resultados para Chile Siguiendo una metodología similar a la descrita anteriormente, Magendzo y Villena (2013) construyen series de PTF para la economía agregada, así como para los sectores económicos más relevantes del país: agropecuario-silvícola, pesca, minería, Septiembre 2013 • Chile 5 Gráfico 3: Evolución PTF economía agregada 130 120 110 09 20 07 20 05 20 03 20 20 99 19 97 19 95 19 93 19 91 90 01 100 19 industria manufacturera, electricidad, gas y agua (EGA), construcción, comercio, restaurantes y hoteles, transporte y telecomunicaciones y servicios financieros y empresariales. En todas las estimaciones se utiliza la especificación Cobb-Douglas antes descrita y la participación del trabajo y capital obtenidos por Vergara y Rivero (2006), asumiendo que es similar para todos los sectores. Los autores reportan que de todas formas los resultados no son muy sensibles a estos parámetros. Fuente: Magendzo y Villena (2013) y Santander. Tabla 2: Contribuciones al crecimiento de la PTF: economía agregada Crecimiento PIB Contribución PTF Contribución del capital existente Contribución del trabajo Contribución de la utilización del capital Contribución de la calidad del trabajo 1992-1998 7,5% 2,3% 2,8% 0,7% 0,9% 0,7% 1999 -0,7% -2,6% 3,7% -0,6% -1,1% 0,0% 2000-2008 4,3% 1,4% 1,9% 0,7% 0,0% 0,2% 2009 -1,6% -1,1% 2,4% -0,1% -3,4% 0,6% 1992-2011s1 5,0% 1,4% 2,3% 0,7% 0,2% 0,4% 2010-2011s1 6,2% 1,2% 1,8% 1,8% 0,7% 0,6% Fuente: Magendzo y Villena (2013) Al analizar los resultados a nivel agregado, comprobamos que efectivamente el crecimiento de la PTF ha disminuido su ritmo de expansión desde un promedio de 2,3% en la década de los noventa hasta ubicarse en 1,2% en 2011. Por su parte, la contribución del capital existente ha caído mientras que la participación del trabajo se mantiene en niveles 6 MACROPAPER estables. Esto hace poco factible que se pueda crecer de la mano de aumentos en la inversión o el trabajo. Analizando la contribución de la calidad del trabajo, vemos que su aporte es muy bajo, probablemente debido a la precaria formación escolar y a los bajos niveles de profesionalización de la mano de obra. Septiembre 2013 • Chile Estudios y políticas públicas Gráfico 4: Evolución PTF sectorial 130,0 130,0 110,0 110,0 90,0 90,0 70,0 70,0 50,0 50,0 Agricultura, caza y pesca Comercio Transporte y telecom. 19 91 19 92 19 93 19 94 19 95 19 96 19 97 19 98 19 99 20 00 20 01 20 02 20 03 20 04 20 05 20 06 20 07 20 08 20 09 20 10 150,0 19 91 19 92 19 93 19 94 19 95 19 96 19 97 19 98 19 99 20 00 20 01 20 02 20 03 20 04 20 05 20 06 20 07 20 08 20 09 20 10 150,0 Minería Industria EGA Construcción Fuente: Magendzo y Villena (2013) Al examinar los sectores, vemos que pocos se encuentran aumentando su productividad, solamente agricultura, caza y pesca y transporte y telecomunicaciones. Por otro lado, servicios financieros, construcción e industria han caído de manera suave pero sostenida, mientras que minería es por lejos el sector que más ha descendido en los últimos años 3. Considerando los resultados antes descritos, los autores advierten: “Para un país como Chile, que es un importante productor de bienes directamente vinculados a los recursos naturales, sería relevante contar con una estimación del stock de estos recursos. Esta medida debería ser incorporada a la función de producción junto con el stock de capital físico y humano y el stock de mano de obra. Al no contar con esta información se debe tener cuidado que parte de la evolución de la PTF se “confunde” con variaciones en el stock de recursos naturales. Por ejemplo, un menor stock de cobre para extraer lleva a que la producción de cobre caiga, aun utilizando el mismo capital y trabajo. Esto se captura como una caída en la PTF (una pérdida de eficiencia o esfuerzo), cuando en realidad es la caída de un factor productivo: cobre en bruto. Algo similar puede ocurrir con la pesca, el sector forestal y la agricultura en general, entre otros”. Por su parte, analizando la productividad del trabajo en Chile, un reciente estudio de McKinsey (2013) reporta que nueve de once sectores económicos habrían perdido productividad en los últimos años. Consistente con los resultados de Magendzo y Villena (2013), sólo servicios financieros y agricultura y pesca habrían incrementado su productividad desde 2009, mientras que minería habría bajado 37% desde la misma fecha, siendo el sector con la caída más significativa. Gráfico 5: Evolución productividad sectorial 2012 (2009=100) Fuente: El Mercurio 4 Ello sin contar la fuerte caída que experimentó EGA en 2007, luego de la crisis del gas argentino. Desde entonces, la tendencia se ha mantenido creciente. 4 01/09/2013, cuerpo B, p. 15. 3 MACROPAPER Septiembre 2013 • Chile 7 A nivel agregado, la productividad habría disminuido su participación en el crecimiento, desde 4,2% en la década de los noventa y 1,7% entre 2000 y 2009, para llegar a sólo 0,9% en el período 20092012. El estudio consigna que para mantener tasas de crecimiento alrededor del 4,6% de aquí a 2020 serían necesarios aumentos promedio de la productividad de 3,1%, lo que resulta a todas luces preocupante considerando la trayectoria seguida por esta en los últimos años. Gráfico 6: Contribución del trabajo y la productividad al crecimiento del PIB real en Chile (Promedio var. % a/a) 6,30% 5,70% 1,8% 0,5% 3,70 0,0% 1,1% 0,6% 1,7% -0,2% 1990-1999 2000-2009 0,0% 0,9% 1,0% 1,7% 4,2% 4,60% 4,60% 0,0% 0,6% 1,1% 2,6% 1. Caída de la ley del mineral. 2. Aumento en los costos de producción, en especial de la energía. En efecto, al analizar la evolución que han experimentado los costos de producción de CODELCO desde 2008, vemos que si bien la trayectoria del precio del cobre ha sido favorable, y actualmente el metal se transa a más del doble del precio de 2005 –y más de 4 veces el precio antes de iniciarse el superciclo de los commodities en 2003– los costos han aumentado también de manera sostenida. Ello se traduce en que actualmente el margen neto por tonelada de cobre producido se ubica en niveles similares a aquellos vistos en 2009, y alrededor de la mitad de lo observado durante buena parte del período 2006-2011. 3,7% 3,1% Gráfico 7: Evolución precio y costo producción de cobre CODELCO ($US/lb) 0,9% 2009-2012 2013-2020 Población 2021-2030 Desempleo Total Fuente: El Mercurio 5 4,5 Margen neto Precio Costo 4,0 3,5 3,0 2,5 Relación entre costos y la caída en PTF 2,0 1,5 1,0 0,5 0,0 Una explicación directa de la caída en la PTF en el último tiempo es el aumento en los costos de producción asociados a diversas actividades. Como se mencionó anteriormente, la minería es una de las industrias con mayor pérdida de productividad en los últimos años, y las principales explicaciones por el lado de los costos son dos: 5 01/09/2013, cuerpo B, p. 14. 8 MACROPAPER 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013(p) Fuente: Banco Central, CODELCO y Santander. Buena parte del alza de costos responde mayormente a variables exógenas y, por tanto, es de difícil solución. Por una parte, al aumentar el precio del cobre, yacimientos menos rentables (con costos medios mayores) entran en funcionamiento en la medida que tengan utilidades, lo que genera un aumento en el costo medio. Conforme el precio Septiembre 2013 • Chile Estudios y políticas públicas del cobre disminuye, vuelven a cerrar, bajando automáticamente el costo medio agregado. Por otro lado, la ley del cobre ha caído de manera sostenida desde 2007, para ubicarse en un nivel 20% menor al registrado ese año. Ello disminuye directamente la productividad de la minería ya que, a menos que se altere la utilización de los factores de trabajo y capital, se extrae menos mineral. Energía y productividad Gráfico 8: Ley promedio del cobre (%) 1,2 1,10 1,11 1,07 1,08 Fuentes et al. (2013) estiman un modelo de equilibrio general en que la función de producción incorpora la energía como insumo productivo, pero le agregan el factor energía para controlar el aumento en el precio de ella. El objetivo del trabajo es mostrar que cambios significativos en el precio de la energía eléctrica –más allá de los tradicionales efectos del precio del petróleo– afectan el ciclo económico. El tema eléctrico es de gran importancia, especialmente considerando las alzas en su costo desde 2007 en adelante, así como la futura escasez energética proyectada. De hecho, en la medida en que se debe producir energía en base a diésel, los costos marginales alcanzan niveles de hasta US$ 250/MWh. 1,08 0,99 1,0 0,92 0,9 0,89 0,84 0,86 0,8 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 Fuente: Cochilco y Santander. Gráfico 9: Productividad real vs. ley promedio del cobre (2003-2012) Gráfico 10: Costos marginales promedio SIC ($US/MWh) Fuente: Banco Central, Cochilco y Santander. 233 223 199,7 181 136,2 135,1 101,4 64,34 13 20 12 20 11 20 10 20 09 20 08 20 07 20 06 18,5 20 05 22,8 20 03 20 26,4 04 15,4 14 02 01 9,7 20 00 20 99 19 98 10,8 20 36,5 19 0,7 20 1,1 Finalmente, y asociado a los dos ítems anteriores, se encuentra el costo de la energía necesaria para producir el cobre. En efecto, la literatura menciona el aumento en el precio de la energía como un ítem de alto impacto en la caída de la productividad, y ello se vuelve aún más relevante considerando que a menor ley, mayor es la energía necesaria para extraer el mineral. Fuente: CDEC-SIC y Santander. MACROPAPER Septiembre 2013 • Chile 9 Los autores identifican que, previo a la crisis subprime, la economía mostró una marcada desaceleración, y que ello habría coincidido con importantes aumentos en el costo de la energía (crisis del gas con Argentina en 2004, aumento en el precio del petróleo y carbón, retraso en proyectos y años hidrológicamente secos). En este sentido, separan el efecto del petróleo y la energía eléctrica de los factores, trabajo y capital. La racionalidad de separar el petróleo de la energía eléctrica obedece a que la matriz energética chilena depende en buena parte de recursos hídricos y carbón, y menos de petróleo 6. Sin embargo, en los últimos años, debido a los retrasos en los proyectos de inversión comprometidos, se han internado más turbinas diésel para cubrir las puntas, lo que ha aumentado la importancia del petróleo en la matriz. Por otro lado, el crudo tiene relación directa con los costos de transporte, lo que para una economía exportadora como la chilena es de particular relevancia, especialmente considerando la lejanía física de nuestros principales socios comerciales (EE.UU., Europa y Asia). Así, resulta pertinente analizar ambos efectos por separado, para limpiar el impacto del costo de la energía en la productividad. 7 Una advertencia que hacen los autores es la exclusión del sector minero de la muestra, debido a la escasa disponibilidad de información. Así, los resultados obtenidos son una cota inferior al impacto del precio de la energía en el ciclo económico. Las elasticidades obtenidas del precio del petróleo y de la energía eléctrica para el crecimiento de corto y largo plazo se presentan a continuación: Tabla 3: Elasticidad del precio del petróleo con respecto al crecimiento de corto y largo plazo del PIB Petróleo Energía Corto Plazo -0,050 -0,017 Largo Plazo -0,145 -0,058 Fuente: Fuentes et al. (2013) y Santander. Estos resultados confirman que no sólo el precio del petróleo ha sido relevante en explicar la caída en la productividad, sino que el precio de la energía eléctrica como insumo básico también ha tenido un efecto, aunque en menor magnitud. Cabe destacar que el precio de la energía depende de muchas variables, desde el precio del carbón y gas natural, hasta las sequías y los retrasos en los proyectos eléctricos, lo que produce escasez y fuerza a la matriz a activar centrales generadoras con mayores costos marginales. Dado que las unidades generadoras de energía dependientes del gas natural poseían tecnologías duales (gas natural y diésel), luego de la crisis del gas argentino la participación del diésel en el SIC pasó de 2% en 2007 a 32% en 2008 (Blümel et al., 2009). 7 Los precios de la energía eléctrica consideran implícitamente el precio del petróleo, el carbón y gas natural. 6 10 MACROPAPER Septiembre 2013 • Chile Estudios y políticas públicas Conclusiones Con todo, ¿qué podemos concluir respecto de la caída en la productividad? Nuestra visión es que hay tres ejes que, pese a no ser novedosos, son fundamentales para lograr un aumento en la productividad y así asegurar un crecimiento sostenible en el tiempo: Educación Mercado laboral Política energética Gráfico 11: Resultados prueba PISA de ciencias 2009 Fuente: National Center for Education Statistics y Santander. Por el lado de la educación, identificamos como problema la deficiente educación en los niveles básico y medio, así como la carencia de técnicos calificados para los distintos sectores productivos. En efecto, mucho se ha avanzado en términos de cobertura escolar, pero la calidad de la educación sigue estancada (y de la mano de ello, la productividad). De hecho, la prueba PISA 2009 nos sitúa actualmente en el lugar 44 de 64, con un nivel similar a Turquía. MACROPAPER Lo anterior no es sólo una declaración de buenas intenciones. El informe Education at a Glance 2013 publicado por la OCDE, señala que el nivel educacional influye en los salarios percibidos. En promedio, los adultos entre 25 y 64 años con educación superior ganan 160% más que sus contrapartes sin educación. Más aún, el premio por educación es mayor al promedio OCDE (en 57%), y aquellos trabajadores sin educación secundaria ganan 34% menos que sus equivalentes con educación secundaria. Asumiendo que el salario es un proxy razonable de productividad, lo anterior sugiere que las empresas requieren mayor sofisticación de su mano de obra, requerimiento que el país no está siendo capaz de cumplir. De esta manera, en la medida en que no se produzcan cambios relevantes en la educación, esto seguirá provocando un detrimento en la productividad. En línea con lo anterior, el mercado laboral tampoco estaría siendo eficiente en asignar los recursos a aquellas áreas donde su productividad es mayor, en parte debido a que existe una mano de obra con reducidas capacidades (o en algunos casos poco verificables), dificultando su reasignación (Magendzo Septiembre 2013 • Chile 11 y Villena, 2013). En efecto, el desempleo en Chile es menos dependiente del nivel educacional que el promedio de la OCDE, y no aumenta con menores niveles de educación. El desempleo promedio (25-64 años) con educación superior es 5,4% contra 4,4% sin educación secundaria, mientras que los promedios de la OCDE son 4,8% y 12,6%, respectivamente. Gráfico 12: Desempleo versus años de educación (1990-2012) Desempleo promedio 0,12 0,11 y = 0,0011x + 0,08 0,1 0,09 0,08 0,07 0,06 0,05 Fuente: Dipres, INE y Santander. Finalmente, la necesidad de políticas energéticas claras y de largo plazo será cada vez más crítica en la medida en que los costos sigan aumentando, y con ello la productividad del país empeore. Al respecto, identificamos dos tipos de riesgos, que merecen distinto tratamiento: Riesgos controlables: La disponibilidad de energía de mediano y largo plazo es necesaria para que un mayor número de inversiones sean económicamente rentables, de bajo impacto medioambiental y sostenibles en el tiempo. El desafío, como siempre, es lograr el difícil equilibrio entre estas tres variables. Riesgos no-controlables: Alzas de precio de combustibles y sequías, entre otros, son variables no directamente gestionables por los gobiernos. 12 MACROPAPER Sin embargo, es posible estar preparados para enfrentarlas diversificando la matriz energética, tanto geográficamente, como en términos de tecnología de generación para evitar, en la medida de lo posible, tener que recurrir al petróleo, dado su impacto en los costos y el aumento en la dependencia del ciclo económico internacional que esto implica. Sin ir más lejos Agurto et al. (2013), comparando diversos escenarios, estima que el atraso actual en los proyectos de inversión representará para el país una pérdida del producción de 6% entre 2012 y 2019. Más aún, parte de estos desafíos se encuentran recogidos en el último ranking mundial de competitividad elaborado por el World Economic Forum, ranking en el que el país ha caído en el tiempo, desde el lugar 22 en 2004 al 34 en 2013, a pesar de mantenerse como el país más competitivo de la región. En este estudio se identifica la debilidad del sistema educacional chileno, que no provee a las empresas de las habilidades necesarias para aumentar su producción y capacidad innovadora, lo que unido a la baja inversión en innovación y menguadas competencias creativas, estarían poniendo en riesgo la transición hacia una economía basada en el conocimiento. De hecho, los factores más problemáticos para hacer negocios identificados en la encuesta son: regulaciones laborales restrictivas, fuerza de trabajo mal educada, burocracia gubernamental y capacidad de innovación insuficiente. Sin duda, los ejes planteados anteriormente requieren de definiciones políticas contundentes, y como tal, la oportunidad de discusión que este año eleccionario brinda es clave. Es de esperar que surjan iniciativas que eliminen las trabas mencionadas y posibiliten que Chile avance hacia el desarrollo de una manera sostenible en el tiempo. Septiembre 2013 • Chile Estudios y políticas públicas Referencias Agurto, R., Fuentes, F., García, C.J., Skokni, E. (2013). “Impacto Macroeconómico del Retraso en las Inversiones de Generación Eléctrica en Chile, ILADES Universidad Alberto Hurtado, Documento de Trabajo I-288. Álvarez, R., García, A. y García, P. (2008). “Shocks de energía y productividad en la industria manufacturera chilena”, Documento de trabajo Nº482, Banco Central de Chile. Beyer, H. y Vergara, R. (2002). “Productivity and Economic Growth: The Case of Chile” en N. Loayza y R. Soto (eds.), Economic Growth: Sources, Trends and Cycles, Banco Central de Chile. 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MACROPAPER Septiembre 2013 • Chile Estudios y políticas públicas Pablo Correa Gerente División Comunicaciones, Estudios y Políticas Públicas y Economista Jefe Felipe Bravo Subgerente de Estudios y Políticas Públicas Rodrigo MoserEconomista Álvaro GonzálezEconomista Este informe ha sido preparado sólo con el objeto de brindar información a los clientes de Banco Santander Chile. No es una solicitud ni una oferta para comprar o vender ninguna de las acciones o valores que en él se mencionan. Esta información ha sido obtenida de fuentes que hasta donde podemos estimar nos parecen confiables. Sin embargo, esto no garantiza que sea exacta ni completa. Las proyecciones y estimaciones que aquí se presentan han sido elaboradas por nuestro equipo de trabajo, apoyado en las mejores herramientas disponibles, lo que no asegura su cabal cumplimiento. Todas las opiniones y expresiones contenidas en este informe no serán necesariamente actualizadas y pueden ser modificadas sin previo aviso. El resultado de cualquier operación financiera, realizada con apoyo de la información que aquí se presenta, es de exclusiva responsabilidad de la persona que la realiza. MACROPAPER Septiembre 2013 • Chile www.santander.cl