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Haiman El Troudi LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) Y LOS DILEMAS DE LA TRANSICIÓN SOCIALISTA EN VENEZUELA © Haiman El Troudi, 2010 www.haiman.com.ve [email protected] Para esta edición © Centro de Estudios Políticos Económicos y Sociales (CEPES) y Monte Ávila Editores Caracas-Venezuela ISBN: 978-980-12-4177-5 Depósito Legal: lf2522010320389 Portada: Francisco Fernández Diagramación: Lydia Solymár Corrección de estilo: Anies Jardines Blanco Impresión: Beta Print C.A. Impreso: República Bolivariana de Venezuela A Sarah, pálpito de colmena henchida por los vientos de la imaginación infinita. El por venir aguarda… A Luis “El negro” Villafaña, por sus lecciones de humanidad, por su amistad, por el vibrante legado de su voz abierta a las calles por donde peregrinará la vida nueva. Este texto se ha enriquecido con la generosa y comprometida contribución de Víctor Ríos. LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela Índice temático INTRODUCCIÓN..................................................................................... 11 PARTE PRIMERA: LOS ANTECEDENTES DE LA TRANSICIÓN SOCIALISTA. BREVE REVISIÓN 19 1.Aclaratoria.................................................................................................... 19 2. Transición sin atajos: las lecciones del Capitalismo de Estado................. 21 3. Socialismo de Mercado: contexto y perspectivas del paradigma chino-vietnamita.............................................................................................. 24 4. La variante cubana: el socialismo planificado con apertura parcial al mercado interno.............................................................................................. 28 5. Reforma versus revolución: la socialdemocracia en su laberinto.............. 32 6. Venezuela: airear el balance de la revolución............................................. 39 7. Retrato parcial de la economía venezolana................................................ 44 PARTE SEGUNDA: LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) 66 1. Una política para la transición económica al socialismo bolivariano......... 66 2. Los dilemas de la Política Económica Bolivariana (PEB)........................... 70 3. Actualización del Proyecto Nacional Simón Bolívar................................... 77 4. La prioridad absoluta en la política social con arreglo al Desarrollo Humano Integral.............................................................................................. 79 5. Un nuevo modelo de propiedad y de relaciones sociales......................... 84 6. La precisión de los sectores económicos.................................................. 92 7. El carácter popular del nuevo sujeto.......................................................... 100 8. Superación de la dicotomía clásica Estado-Mercado. La participación productiva como arista de un triángulo virtuoso............................................ 106 9. Políticas diferenciadas según el tipo de propiedad, emprendimiento y sector económico........................................................................................... 110 10. El avasallamiento del rentismo................................................................. 123 11. Colapso medioambiental y desarrollismo. El ecosocialismo como imaginario societal.......................................................................................... 132 12. Economía y geopolítica internacional....................................................... 141 PARTE TERCERA: UN MAPA ESTRATÉGICO PARA LA TRANSICIÓN ECONÓMICA 151 1. Desarrollo de las fuerzas productivas armonizadas con relaciones socialistas de producción............................................................................... 151 2. Mercado democratizado, regulado y planificado con participación social............................................................................................................... 162 9 Haiman El Troudi 3. Planificación democrática de la economía................................................. 169 4. Subsunción de la macroeconomía en la esfera de la economía real......... 187 5. Desarrollo nacional endógeno en línea con la ordenación del territorio y el sistema de ciudades................................................................................ 198 6. Cambio de estructura económica.............................................................. 209 7. Un cálculo económico socialista para la revolución bolivariana................ 224 8. Control de los medios de producción verdaderamente estratégicos........ 232 9. Márgenes de ganancia socialmente aceptables y tributación progresiva. 243 10. Estado Socialista: rol económico y organización institucional................. 257 11. Actualización legislativa............................................................................ 278 12. Tejido Productivo Comunal....................................................................... 282 13. Organización del Sistema financiero y orientación del crédito................ 298 14. Estrategia científico-tecnológica............................................................... 322 15. Sistema de indicadores que trasciendan la noción monetarista............. 335 16. Relación capital – trabajo, seguridad social y sistema de remuneraciones.............................................................................................. 342 17. Comercio y consumo................................................................................ 367 EPÍLOGO.................................................................................................... 379 REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS CITADAS Y CONSULTADAS.................................................................................... 385 10 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela INTRODUCCIÓN El presente ensayo aspira a propiciar debates teóricos-programáticos. Ahonda en la problematización sobre la naturaleza del modelo emancipatorio por erigirse en Venezuela, sin fijar estereotipos. Como podrá apreciarse en las próximas líneas, existen dilemas por disipar en el plano económico a fin de enrumbar una genuina locomoción socialista con características propias. El lector podrá adentrarse en ellos, reflexionar respecto a la polémica de las visiones encontradas y tomar posición acerca de los cursos propositivos sugeridos. El objetivo del ensayo es alertar sobre los riesgos estructurales de seguir avanzando hacia una transición al socialismo, sin contar con una Política Económica Bolivariana asumida y desarrollada a instancias de un consenso activo, por lo menos entre los afectos al proyecto revolucionario. Desde otra perspectiva, los desafectos, los indiferentes, o quienes demandan mayor información respecto al planteamiento socialista venezolano, podrán encontrar en este texto algunas luces, al menos, de la polémica asociada a la implantación de un nuevo modo de producción liberador. De seguro sobrevendrán estigmas y apelativos diversos, sobretodo de quienes hacen uso infantil del izquierdismo y edulcoran la ortodoxia del recetario aprendido, tras la experiencia pretérita del socialismo científico en otras naciones. Pero a medida que el lector acucioso se adentre en la esencia del ensayo irá advirtiendo como el socialismo del siglo XXI no puede construirse con las armas melladas del dogma y el sectarismo de algunos de los que se dicen socialistas. “En todos estos terrenos hay que operar de forma no dogmática, actuando sin la visión de poseer la verdad absoluta, la respuesta definitiva. La construcción del socialismo es un inmenso laboratorio de experiencias nuevas todavía indefinidas. Se debe aprender de la práctica, en primer lugar de la práctica de las mismas masas. Por esa razón, debemos estar abiertos al diálogo y a la discusión fraternal en el seno de toda la izquierda, defendiendo con firmeza lo que son los principios de cada corriente, de cada organización”1. Existen escépticos que habiéndose alejado del socialismo, hoy observan con desdén las iniciativas y el interés de muchos pueblos por retomarlo. Desde los lugares comunes de la crítica que sólo amplifica errores y omisiones de las experiencias “socialistas” del pasado reciente, se preguntan: ¿Se habrá de volver al lugar donde se le abandonó, o a otro sitio? ¿Cuáles son los enfoques renovados y cuáles sus reivindicaciones? Tales interrogantes han sido abordadas por la revolución venezolana tras la activación de su fragua emancipatoria. 1 Ernest Mandel. “Para restaurar la credibilidad del Socialismo” 11 Haiman El Troudi El socialismo bolivariano del Siglo XXI preserva la voluntad libertaria de las experiencias precedentes, pero se plantea no repetir sus errores tras su asimilación y procesamiento. Como tal, intenta construirse a la luz de la enseñanza del pasado sin adoptar esquemas predefinidos. Un socialismo que ha preferido sintetizar la herencia cultural, societal, histórica, y política de sus raíces y fuentes originarias (el socialismo indoamericano, la resistencia cimarrona afroamericana, la teología de la liberación, el bolivarianismo y la gesta independentista de nuestros libertadores, el marxismo, el ecosocialismo, la perspectiva de género, la democracia de la calle, y la revisión crítica de los postulados del socialismo real) antes que cavilar sinuoso en la ya conocida incertidumbre de extrapolar disciplinas fundamentadas en visiones eurocéntricas o asiáticas de la organización de la sociedad. Se trata del Calibán de Fernández Retamar reinterpretado como nuestro símbolo, como emblema de la Latinoamérica multicultural, híbrida e insumisa frente a toda forma de colonización, edificadora de sus propios referentes y diversidad. No se sabe aún con certeza qué será el socialismo del siglo XXI, pero lo que sí puede saberse es lo que no ha de ser: ni capitalista de Estado, ni populista – paternalista, ni mesiánico, ni armamentista, ni unipartidista, ni totalitario, ni extrapolador de modelos foráneos, ni practicante de un excesivo centralismo “democrático”, ni auspiciante de la división entre dirigentes y dirigidos, ni dogmático, ni estrictamente productivista economicista en el sentido del abandono de la revolución cultural. Como puede apreciarse, el socialismo bolivariano, frente a concepciones anteriores, tiene el privilegio -a poco más de dos décadas del derribo del muro de Berlín y poco menos de la capitulación ideológica de quienes alucinaban con el fin de las ideologías y la historia- de haber acumulado la experiencia histórica de la explotación y la exclusión, y fundamentalmente de asumir la obligación de inventar, de alejarse de las soluciones sencillas y las lógicas lineales; se sabe emprendedor y flexible, por ello se alimenta de los enormes talleres de la creatividad popular. El socialismo en construcción reconoce de la tradición marxista un legado, pero desde una perspectiva crítica; por tanto, el socialista renovado ve en Marx, Engels, Lenin, Lukács, Bujarin, Gramsci, Rosa Luxemburgo, Mariátegui, el Che, Trotsky, Salvador de la Plaza, Orlando Araujo, Ludovico Silva, Núñez Tenorio,… una veta que lejos de agotarse multiplica sus riquezas. Retomar el marxismo no sectario aviva la espiral histórica que nos trae de vuelta al punto donde se abandonó, pero habiendo avanzado un peldaño más. Recomenzamos como quien añeja vinos para festejar la vida y sus enseñanzas. Estos esbozos iniciales, lejos de ser meros acomodos semánticos, adquieren una dimensión concreta en la agenda de trabajo para Venezuela, la cual centra su campo de actuación en la confianza plena en los ciudadanos organizados, conscientes y movilizados, antes que en estatutos 12 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela imperturbables interpretados por clérigos de la teoría política que, por lo común, siempre distorsionan o canonizan las fuentes originales, tal como nos lo enseñan los horrendos episodios de la era estalinista infelizmente justificados en la miope lectura del pensamiento socialista. Una vez más, como en casi todas las revoluciones, los pueblos no se sientan a esperar a los teóricos. En Venezuela se ha iniciado la marcha gramsciana de la filosofía de la praxis y en el molino del inventamos o erramos de Simón Rodríguez se vierten los granos de la entusiasta y protagónica vinculación directa de las comunidades en los temas públicos. Pocos años han transcurrido desde la proclama socialista en Porto Alegre en enero de 2005. Como bien se sabe y también lo sabe Hugo Chávez, no basta con decretar el signo socialista de la revolución para que tal aspiración se concrete. Hace falta la adopción de diversas medidas de gobierno y políticas públicas para echarle a andar; pero fundamentalmente, hace falta la disposición colectiva y la voluntad de la sociedad en su conjunto, reflejada en actuaciones, formas, conductas, hábitos de vida, relaciones sociales y en la reorientación de las fuerzas productivas. La Revolución Bolivariana ha cubierto ya una etapa de conquistas y realizaciones, que la legitiman como un proceso de liberación nacional a favor de las grandes mayorías del país. En el transcurso del período 19992009, se han elaborado distintos enfoques de desarrollo humano que han favorecido el objetivo supremo de enrumbar a la nación hacia metas de plena inclusión y erradicación de la pobreza. No todo está hecho, resta una amplia madeja de problemas sociales por resolver. Sin embargo por sí mismo, el caudal popular de la revolución nacionalista no superará el estrangulamiento de su fluir libertador mientras el trabajo siga siendo objetivado, no se concrete la emancipación de la clase trabajadora, y no se eche a tierra el imperante modo de producción capitalista. Los desafíos del próximo período histórico 2010-2019, deben sintetizar el impulso de la transformación económica, social, política y cultural de la sociedad venezolana hacia el socialismo bolivariano, visto y entendido en dos sentidos complementarios: el socialismo del buen gobierno, y el nuevo modo de producción socialista venezolano del siglo XXI. Estas ideas en general y sus realizaciones en particular constituyen las premisas materiales e ideológicas, algunas de las condiciones de partida, en las cuales se sustenta hoy la nueva etapa de consolidación de la revolución y el proceso de transición. La opción bolivariana no puede buscar atajos al socialismo. Si se fijase como meta para alcanzar la nueva sociedad una fecha demasiado cercana, la vía socialista puede derivar exclusivamente en cambio de dueño de los medios de producción, y ello por sí solo no es garantía para la realización societaria. Se requiere por tanto, un período de transición en el cual se funden los cimientos políticos, culturales y económicos de un nuevo bloque histórico, 13 Haiman El Troudi y aprender, desde un amplio sentido crítico, del legado civilizatorio vertido por los proyectos post-revolucionarios, de sus logros, omisiones, y fracasos. Sobre este respecto es preciso tener siempre presente el planteamiento de Fidel Castro “(…) entre los muchos errores que hemos cometido todos, el más importante error era creer que alguien sabía de socialismo o que alguien sabía de cómo se construye el socialismo”2 . El enfoque socialista tradicional y el nuevo proyecto histórico del siglo XXI comparten idénticas concepciones humanistas y societarias. No obstante, presentan diferencias en el orden instrumental e infraestructural. Si se hace una síntesis estructurada del nuevo modelo, se podrán apreciar los matices, en algunos casos sutiles tonos diferenciadores, en otros coincidentes y en los demás visiblemente diferentes. Así, se observa: En lo político; por ejemplo, al asumir la participación protagónica como factor promotor del poder popular, centrado en la ciudadanía, sujeto planificador, decisor, gestor y contralor de los asuntos públicos y no espectador pasivo de las funciones del politburó, y el Estado. En lo social; al procurar el desarrollo humano integral; el reconocimiento de los derechos originarios de los pueblos indígenas y las comunidades afrodescendientes; la abolición de cualquier forma de discriminación racial, género, minoría sexual, discapacidad. En lo territorial; con sus anclajes ecosocialistas y el rediseño de los nichos geoculturales donde mejor participe la gente. En lo económico; con la irrupción de un nuevo sujeto económico más allá del Estado y el mercado: las comunidades propietarias y administradoras de medios de producción; asimismo, el adoptar un régimen de propiedad mixta, pero con condiciones y reglas claras, el asumir nuevas relaciones sociales de producción, el entender la planificación desde una perspectiva democrática no totalitaria y finalmente, el fortalecimiento del Estado como instrumento para la redistribución de la riqueza nacional y el empoderamiento popular, entre otros rasgos distintivos del proyecto apenas en fase de cincelado. De Trotsky, Gramsci, el Che… se ha aprendido que en la construcción del socialismo, hay que empezar por lo concreto. Adaptado al presente, ello supone atender las necesidades básicas de la población; contrastar la gestión pública revolucionaria con los horrores de los gobiernos liberales, conservadores, socialdemócratas y neoliberales del pasado. En ese accionar, la gestión pública participativa va forjando la cultura del trabajo productivo como único asiento material para la realización humana y para la generación de riqueza social, redistribuida nuevamente en la cancelación de la deuda social acumulada. El capitalismo no está en riesgo de derrumbe final dada la configuración de la actual crisis global. Todavía, el umbral socialista se avizora en un horizonte distante, a pesar de los avances del multilateralismo, la 2 Ignacio Ramonet. “Cien horas con Fidel” 14 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela determinación y la gestión política de innumerables pueblos y gobiernos del mundo, sobre todo al sur del mapamundi. En todo caso, guarda sentido debatir sobre el proceso en marcha como nuevo intento de autodepuración del capitalismo, para desde allí identificar vías de actuación coordinadas tendentes a su superación. El neoliberalismo articuló un acuerdo de garantía del orden social y un sistema de garantía de la reproducción económica. En términos gramscianos, logró articular un bloque histórico que garantizó la cohesión de los grupos dominantes y, al tiempo, la confianza social. Se cohesionaba así, el ámbito de las ideas y de la conciencia, el poder del Estado y la acumulación económica. Sin embargo, fue en América Latina donde el esquema neoliberal empezó a hacer agua. El Presidente Chávez ha repetido mil veces cómo el neoliberalismo era cada vez más un “tigre de papel”. Tigre y, por tanto, con capacidad de hacer daño en su delirio, pero crecientemente carente de garras y dientes. Ciertamente, la actual crisis global del capitalismo no significa su fin inminente. No porque no se desee ni porque no haya otra alternativa, sino porque ya se ha demostrado que su capacidad de adaptación es enorme. Lo que sí se ha sepultado, parece, es la economía de casino, la mentira neoliberal, el magisterio de Milton Friedman, de los Chicago boys, de Wall Street, de las agencias de calificación de riesgo, del mercado no regulado, de los capitales golondrina, de todo ese fascismo financiero que ha condenado a tres cuartas partes de la población del mundo a la exclusión. La revolución debe ser entendida en términos de proceso. La movilización permanente se ha convertido en el axioma que anima la organización social y el avance político de la revolución. Es común observar entre los venezolanos y venezolanas afines al proceso de cambio, una disposición casi inagotable a través de la cual se canalizan respuestas a las amenazas del imperialismo y se contrarrestan las embestidas de la oposición local. Este hecho es sin lugar a dudas sumamente enriquecedor en términos de la oxigenación permanente del torrente revolucionario; por cuanto, sólo los hombres al hacer se transforman, como enseñanza de Marx y posteriormente el Che. Sin embargo, una cosa es asumir la postura trotskista de la revolución permanente bajo esos fines y otra diferir recurrentemente los debates cardinales, distraer la atención sólo en la coyuntura, en la táctica electoral, en la reacción política, y relegar el alcance de la direccionalidad estratégica encaminado a la transformación estructural, soslayándose dicho sea de paso, el balance, la crítica y la autocrítica. En esa perspectiva, ¿puede la revolución venezolana buscar atajos al socialismo? El proceso histórico y la configuración de la realidad nacional dibujan, por el contrario, un camino plagado por las inconmensurables dificultades generadas en la construcción de la nueva hegemonía 15 Haiman El Troudi emancipatoria. Para fijarlo en una sentencia: la vía venezolana opta por más Gramsci, y por menos dogmas. En la transición al socialismo es importante dar un paso cada vez y no saltarse etapas. Controlar un territorio e ir a la conquista de otro. Sólo así; un nuevo bloque histórico desplaza al viejo; sólo así, la dominancia de las iniciativas transformadoras de la V República se concretarán por sobre las viejas prácticas y culturas heredadas del Puntofijismo, se logrará preparar las condiciones para la superación del capitalismo. Esto no supone la imposibilidad e inconveniencia de tener varios frentes abiertos en simultáneo, sino la puesta en marcha por cada frente de acciones a las que se les permita cubrir su ciclo natural de crecimiento, maduración y consolidación. Este consejo es particularmente pertinente en los ámbitos de la construcción del poder popular, de la formación de la cultura y conciencia y del nuevo modo de producción. Los acontecimientos vividos al calor del proceso revolucionario venezolano han demostrado que no es posible forzar las situaciones históricamente determinadas por la especificidad de cada realidad particular. En 2007 se intentó una vía para acelerar la construcción socialista que fue percibida por amplios sectores populares como una huída hacia adelante. El balance de aquel revés electoral pone en evidencia la falta de madurez de las condiciones subjetivas y objetivas presentes hoy en Venezuela para acometer, buscando atajos, un proyecto de tales proporciones. Una hipótesis por demostrar nos indica que entre los afines de la revolución bolivariana existen más chavistas que socialistas. A partir de esa lectura se derivan dos conclusiones y una reflexión: 1) los tiempos del líder y de la revolución no coinciden siempre con los de las clases populares; 2) la visión de país y la propuesta societal de la revolución no está del todo clara ni homologada por las mayorías, menos aún completamente compartida, por ahora; 3) es fundamental interpretar y asumir el planteamiento de la construcción contra-hegemónica de un nuevo bloque histórico. El desplazamiento del bloque hegemónico dominante, expresado en términos de rentismo, consumismo, afán por el lucro individual, defensa de la propiedad privada de los medios de producción, etc., en el marco de una revolución democrática, demanda audacia e innovadores métodos de lucha. Por ello, hay que tomarse tiempo para pensar el país y para definir políticas públicas certeras. Es preferible hacer menos, pero hacerlo bien y llevarlo a su fin, a iniciar muchas actuaciones que luego se desagüen por la inercia de lo poco planificado. La revolución bolivariana no sólo debe seguir pariendo extraordinarias iniciativas, sino debe también criarlas. Dejar de mover el blanco. Si se promueven decisiones que después se desinflan, no se finalizan, motores que se apagan, etc., será difícil rebatir el argumento de que la revolución no experimenta, sino improvisa. 16 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela Otro aspecto determinante es la velocidad y el ritmo de la marcha. Cabría interrogarse si las mayorías sociales que respaldan el proceso y deben empoderarse para protagonizarlo activamente, no acusan en ocasiones la fatiga por el paso redoblado imprimido permanentemente al discurso revolucionario no acompañado de una práctica consecuente o, en otros casos, si todos comprenden lo que se está haciendo y por qué se está haciendo. El peligro de marchar sin referentes ni direccionalidad es el extravío, la merma del entusiasmo. Visto así, el abordaje de la transición al socialismo debe atender tanto el ámbito superestructural e histórico, como el plano material por medio del cual se ha de fundar el nuevo modo de producción. Toda transición al socialismo preserva por tiempo indeterminado, en diversos aspectos, el sello de la vieja sociedad. Por ello, la transición debe ser entendida como un proceso, no como un acto único concebido en el conciliábulo de los administradores de la revolución. No es el fin, sino el medio para edificar la nueva sociedad. El socialismo, hecho por socialistas, es concebido como el sentido común de la vida social en convivencia armoniosa, lograda cuando la misma sociedad asume la solidaridad como un acto reflejo, en el que nadie es desamparado, no se discrimina ni explota a los demás, y la filosofía y la metafísica del amor al prójimo invaden el sentimiento humano. Sería reduccionista conferirle a la teoría y al método marxista (soporte científico del socialismo), una distinción meramente economicista que la diferencia de su contrario, el capitalismo. Tal y como lo afirma Lukács, el marxismo debe ser analizado en su dimensión integral, en la supremacía del todo sobre las partes. Materialismo dialéctico, superestructura y base económica, componen en su compleja y profunda interrelación y fusión, mucho más que la suma de las partes fragmentadas del todo socialista. En el presente texto se hace énfasis en la base económica, como se ha dicho, pero conectada en ráfagas reiteradas al resto del todo. Hay quienes se dicen socialistas del siglo XXI y actúan como capitalistas del siglo XIX. Particularmente, la lumpen burguesía que nace del seno de la propia revolución. La herencia cultural cuarta Republicana es abono infértil para el ideal libertario. La materialización de la consigna, ¡digámonos socialistas, comportémonos como tal!, obliga en consecuencia a arar en los sobre poblados cementerios del capitalismo, y a depurar de verdad la militancia y al propio gobierno en sus variados niveles, modalidades y conexiones. Como se ha advertido, el lector tiene en sus manos un documento centrado en la base económica de la transición al socialismo, en ese campo se mueven las ideas y disquisiciones. Se ha ordenado un esquema basado en dilemas respecto a la economía política de la transición que demandan atención urgente. El qué hacer en torno a cada dilema forma parte de una agenda colectiva centrada en el diálogo de saberes y la democratización 17 Haiman El Troudi de la información. En todo caso, por cada dilema formulado se ha vaciado un compendio de interpretaciones y opiniones de diversos autores, y se han mirado de cerca los referentes históricos vinculados. Finalmente, se presentan algunas iniciativas con la intención de coadyuvar en la delimitación de las tesis sectoriales de la política. El autor espera con los brazos abiertos todos los juicios de la crítica científica, política y de la sabiduría popular, y con especial agrado los que sean sobrellevados en un clima de tolerancia y búsqueda de la verdad colectiva. La idea es auspiciar el diálogo nacional sobre temas fundamentales, aclarar el panorama, despejar interrogantes. Es urgente la homologación de las políticas para la transición y vital poner la política al mando de la acción estratégica. Con este ensayo se presenta una contribución para la definición de la Política Económica Bolivariana, pero se amerita más. Por ejemplo, las políticas educativas, del nuevo Estado, para la juventud, las territoriales, la del poder popular, etc. Hacer políticas transformadoras es desplegar velas de cara a un horizonte posible. Desde la posición de quienes no comparten el proyecto emancipador, sirva este material para visualizar el marco general de la propuesta socialista bolivariana en construcción. Guía inspiradora del estudio de la base programática auspiciada por las fuerzas revolucionarias, y a partir de allí, negar, compartir, complementar las ideas fuerza del pacto social económico que inexorablemente hay que construir. El material sirve para excitar la confrontación en el plano de las ideas concretas, vale decir, hechas políticas públicas. Trascender el claro oscuro del debate bizantino, del debate sin contenido, del debate no propositivo. Lo contrario conduce a avivar la confrontación de dos bloques históricos por otros medios. 18 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela PARTE PRIMERA: LOS ANTECEDENTES DE LA TRANSICIÓN SOCIALISTA. BREVE REVISIÓN “Ningún ejército es más poderoso que una idea a la que le ha llegado ya la hora.” Víctor Hugo 1. Aclaratoria En esta parte se aborda someramente el debate en torno a los modelos de transición socialistas precedentes, vigentes y en construcción, y se hace un balance-inventario de la marcha económica adelantada en las distintas etapas del proceso bolivariano. En la historia de las revoluciones sociales se conocen diversas experiencias practicadas a tenor de las interpretaciones de la aplicación del ideario marxista, todas propugnantes de una verdad socialista observada y argumentada. En un primer plano de aparición se encuentra el socialismo real, o socialismo de Estado, también conocido como socialismo centralmente planificado, desarrollado por la mayoría de los países del viejo campo socialista de la Europa Oriental. Con sus variantes y particularidades está la experiencia yugoslava y los “socialismos africanos”. Posteriormente, devino el socialismo de mercado, estructurado en China fundamentalmente y en Vietnam en menor grado. De otro lado, se ubica la socialdemocracia occidental. Más recientemente, el socialismo planificado con apertura parcial al mercado interno en Cuba. Y en plena fase de conceptualización, el socialismo del siglo XXI referenciado en Latinoamérica. Al conocer los diversos modos de producción socialistas, antes implementados, se posibilita una prospección integradora del modo socialista del siglo XXI, sobre todo si se conoce el empeño capitalista por neutralizar todo aquéllo que es producto del modelado histórico. Se persigue; por tanto, en las disquisiciones subsiguientes, identificar los matices de los acontecimientos históricos en cada segmento de los tránsitos precedentes. Conocer los acontecimientos pretéritos para así intervenir en el curso de la actualidad, máxime si ésta es oprobiosa e infausta. La humanidad es la meta, no es el punto de partida del proyecto emancipador. De allí, que sea pertinente preguntarse si en las experiencias revolucionarias del siglo XX, hubo un correlato apropiado del ideal socialista y de los procesos históricos. A decir de Atilio Borón “las ideas no tienen una historia propia independiente de las condiciones sociales que les dieron origen y las sostienen a lo largo del tiempo.”3 Sirva entonces la siguiente 3 Atilio Borón. “Por el necesario (y demorado) retorno al marxismo” 19 Haiman El Troudi indagación crítica para los fines del esclarecimiento y la contextualización, atributos necesarios para la formulación creadora. El lector también puede enontrar en este apartado dos segmentos de diagnóstico de la gestión bolivariana, sobre todo enfocados en lo atinente al ámbito económico. Por una parte, se revisan los logros y por otra se hace una valoración con sentido crítico de los principales indicadores de dicha gestión en la realidad observada. La historia es más sabia que cualquier teoría, que cualquier teórico. Se debe aprender de ella y del referente propio. La revolución es a la historia lo que la teoría revolucionaria a la praxis emancipatoria. Por ello, la revolución bolivariana posee existencia propia; Así, en la búsqueda de la identidad cultural y los vínculos libertarios nos corresponde revisar su estado del arte, y el estado de la realidad social que determina su fluir dialéctico. Por lo que no existe una historia neutral, ella se transfigura en verbo problematizador; ignorarla es excusa de quienes no piensan y se limitan a contemplar el claroscuro matiz de la mano del titiritero. 20 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela 2. Transición sin atajos: las lecciones del Capitalismo de Estado Como se conoce, el sistema de producción desarrollado en la extinta URSS fue el socialismo centralmente planificado por el Estado, el cual se fundamentaba en: … la producción organizada con el Estado como el empleador universal, dueño de todo el aparato de producción. Los trabajadores no son más dueños de los medios de producción que bajo el régimen capitalista occidental. Reciben sus salarios y son explotados por el Estado que es el único mamut capitalista. De modo que el nombre de capitalismo de Estado puede aplicarse exactamente con el mismo significado. La totalidad de la burocracia que manda y dirige, compuesta por los funcionarios, es la dueña real de la fábrica, o sea la clase poseedora. No separadamente, cada uno como una parte, sino juntos, colectivamente, son los poseedores del conjunto. Su función y tarea consistía en hacer lo que la burguesía hizo en Europa occidental y los Estados Unidos: desarrollar la industria y la productividad del trabajo. Tenían que transformar a Rusia convirtiéndola de un país primitivo y bárbaro de campesinos en un país moderno y civilizado de gran industria. Y antes de que transcurriera mucho tiempo, en una lucha de clases librada a menudo con crueldad entre los campesinos y los gobernantes, las grandes empresas agrarias controladas por el Estado reemplazaron a las pequeñas granjas atrasadas .4 La revolución soviética logró un enorme progreso industrial, científico y tecnológico, pero los trabajadores nunca llegaron a ser dueños de los medios de producción. Lo era el Estado regentado por su burocracia funcionarial, subordinada al politburó, y éste a la clase dirigente. El partido se hizo representante de los intereses de la población, cooptó la sociedad democrática y la participación ciudadana. Por decirlo de algún modo, la dictadura del partido comunista sustituyó a la “dictadura del proletariado”. Durante el período de la guerra fría, la tensión competitiva con las potencias imperialistas occidentales se convirtió en el programa de desarrollo, descuidando progresivamente el sostenimiento y la profundización de los logros sociales felizmente alcanzados. Para el combate al imperialismo se llegaron a emplear las mismas armas expansionistas, guerreristas y colonizadoras. En términos económicos, la relación con los países socialistas de la Confederación de Repúblicas, o fuera de ella, se fundaba en un internacionalismo paternal. En la esfera de la producción, el modelo económico de la Unión Soviética en poco adaptó los presupuestos condensados en la obra de Marx relacionados con: a) la modificación de las relaciones mercantiles fundadas en la Ley del Valor -dinero, precios, ganancia, salarios-; b) la superación de las relaciones sociales de producción basadas en la explotación del trabajo, la división social del trabajo, la enajenación, etc.; c) la evolución de la sociedad en términos de una convivencia centrada en la solidaridad y la satisfacción de necesidades sociales con arreglo al cambio de hábitos y costumbres pequeñoburguesas; d) la instauración de una revolución 4 Anton Pannekoek. “Los Consejos Obreros” 21 Haiman El Troudi permanente trascendente a la revolución por etapas (vía administrativa rápida al socialismo). Antes de la adopción de los planes quinquenales, la URSS siguió el camino indicado por Lenin en la Nueva Política Económica (NEP). La idea de expansión de las fuerzas productivas a instancias de la industrialización, la extensión del sistema cooperativo, y la autogestión empresarial obrera, fue diluida al tiempo que se fortaleció el Capitalismo de Estado con base en el régimen salarial, concebido inicialmente como transitorio, expandido incluso a las empresas agrícolas estatales. Con la muerte de Lenin, la cooperativización fue forzada en el campo5 para los pequeños productores solamente y no se desarrolló en la industria, ni en los servicios. Ello derivó en el aumento de la centralización de la propiedad y de las decisiones en el Estado. Finalmente, se deroga la NEP y se inicia la centralización y el control estatal. Sin desmeritar la significación histórica, heroica, referencial y simbólica de la revolución soviética, no se puede omitir la crítica frente a las desviaciones observadas, particularmente en cuanto a la adopción del reduccionista formato de Capitalismo de Estado, supresor de la revolución cultural y la constitución de un orden productivo basado en el trabajo no objetivado. Así los acontecimientos, el modelo de socialismo real implantado en el contexto de la URSS, no logró desterrar la lógica capitalista. “Como lo demostró el derrumbe del sistema del capital soviético, dado el poder del estado enormemente fortalecido en el país, era mucho más fácil fraguar una contrarrevolución política desde arriba que concebir de manera realista una revolución política desde abajo, como el correctivo de las contradicciones del orden establecido” .6 La dialéctica le confiere a la historia su atributo central de inagotable desarrollo de contradicciones sociales; la historia no puede entenderse de otra forma que no sea la explicación de los modos de producción, en el que la base económica y los factores de la superestructura influyen en el discurrir de la luchas de clase a lo largo de diversos y siempre vinculados acontecimientos de la humanidad. “No es la conciencia del hombre la que determina su ser sino, por el contrario, el ser social es lo que determina su conciencia” .7 Sobre el análisis de la experiencia de la Unión Soviética se vuelve recurrentemente a lo largo del presente documento. Por ahora, basta con mirar los pigmentos característicos de la experiencia en consideración, para 5 Entre otros Bujarin fue ejecutado por su oposición a la política de Stalin de colectivización agrícola forzada. 6 Itsvan Mészáros. “Más allá del Capital” 7 Marx, Carlos. “Contribución a la crítica de la economía política”. Prólogo. 22 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela poner en contexto el abordaje integrador que se propicia en las secciones venideras. En todo caso, tras haber visto con sentido crítico la experiencia de la URSS, el punto de interés a resaltar es la manera como se quiso implementar un enfoque instrumental, ejecutivo, a través del cual, se dispone un acortamiento a la transición al socialismo. El Estado soviético administró las etapas, los ritmos, los controles, las interpretaciones ideológicas políticas y económicas, sin comprender la dialéctica del proceso de cambios, menospreciando el peso de creatividad popular, imponiendo criterios inflexibles. En este tipo de transición, indefectiblemente se desarrollan junto a relaciones de carácter socialista, relaciones capitalistas a todos los niveles: económicos, políticas e incluso ideológicas; siendo estas categorías no residuos del pasado, sino formadas en las propias sociedades en transición. Por ello, ciertas sociedades, como la soviética, no tendieron hacia el socialismo, sino hacia el capitalismo, pues prevalecían las clases sociales y la plusvalía. El desenlace de la perestroika sin mayores resistencias, da cuenta en parte, de la escasamente arraigada tradición igualitaria de Rusia; también habla en contra, la velocidad con que se produjo la adaptación al capitalismo. Razón, tenían los marxistas críticos de la revolución rusa. Particularmente Gramsci y Castoriadis, al entender la transición como un proceso histórico determinado por el avance paulatino y sostenido de las fuerzas contrahegemónicas de la revolución socialista: la transición al socialismo no puede conducirse por caminos expresos, demanda un proceso de desenajenación gradual de los individuos. Las formas como se reproducen las estructuras materiales y sociales de producción durante el ciclo de transición, están determinadas por los modos de producción, de pensamiento, de acción personal o colectiva constituidos a instancia de la realización societaria. En dicho tránsito evolutivo no desaparecen de facto los viejos modos de producción que, por el contrario, han de coexistir durante un prolongado e inestimable tiempo con el nuevo modo en formación. Visto así, la transición se asemeja a un movimiento incesante vertido en múltiples direcciones. 23 Haiman El Troudi 3. Socialismo de Mercado: contexto y perspectivas del paradigma chino-vietnamita Bajo la teoría de que la planificación no es un monopolio del socialismo, así como tampoco la economía de mercado es un monopolio del capitalismo, el socialismo de mercado hace uso de ambos instrumentos para consolidar un modo de producción con características propias. Existen quienes valoran la interpretación del modo de producción socialista de mercado “como una variedad de capitalismo”8 . Los chinos y los vietnamitas9 opinan lo contrario. Asumen que se trata de un modelo socialista, pero a partir de las singularidades de sus respectivos países. Los alegatos en defensa de dicho modelo se concentran en: a) la conducción del proceso por un partido comunista; b) la proclama constitucional socialista; c) el sistema de propiedad mixto, con preponderancia de la propiedad pública (60%); d) la propiedad social sobre toda la tierra; e) la redistribución de la riqueza regido por el principio socialista a cada uno según su aporte, según su trabajo. f) el control y la regulación de la economía, aunque también funciona el mercado, ambas partes coexisten y se condicionan; g) la planificación estratégica y la propiedad de los sectores estratégicos en manos del Estado. La idea de transformar el sistema de planificación centralizada en una economía socialista de mercado fue propiciada por Deng Xiaoping a finales de la década del setenta. El criterio central adoptado por Xiaoping partió de la tesis: “La planificación y el mercado, nada tienen que ver con las diferencias entre el socialismo y el capitalismo. La nuestra es una economía mercantil donde prima la ley del valor.”10 Tal visión presupuso la modernización vertiginosa de la sociedad china tomando como criterio general avanzar hacia la descentralización de la economía utilizando el mercado y una apertura nacional al capital extranjero. Su idea central de avanzar hacia el socialismo se apoyaba en la articulación de las fuerzas del mercado, la privatización y la inversión extranjera directa dirigidas por el Partido Comunista. En el debate acerca de la relación del Plan y el Mercado predominaron diferentes puntos de vista. Por un lado, están quienes consideran que la economía planificada es el rasgo esencial del socialismo; y a pesar de que se requiera expandir las fuerzas productivas en la fase de transición 8 Bertell Ollman. “Market Socialism: the debate among Socialists” 9 La noción de socialismo de mercado de Viet Nam fue planteada por vez primera en la Conferencia Nacional Intermedia del Partido Comunista de Vietnam, en 1994. Sobre el socialismo de Mercado vietnamita no se abundará en el presente trabajo, dada la similitud de dicha experiencia con el modelo Chino. 10 Deng Xiaoping. PCCH. “China: Reforma o Apertura. Informes, documentos y discursos, política” 24 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela y por tanto se hace necesario desarrollar la producción de mercancías y el cambio, ello no necesariamente significa que el socialismo se equipare a la economía de mercado. De la otra parte, resaltan los argumentos en torno al carácter dual de la economía socialista, con rasgos presentes de la economía planificada y de mercado; lo cual condiciona la presencia de relaciones monetarias – mercantiles bajo circunstancias de planificación, pero con base en la producción y el intercambio; vale decir, con base al reconocimiento de la economía mercantil como rasgo esencial del socialismo. En ese contexto, la economía socialista se entiende como una modalidad de economía mercantil, regida por las leyes de la competencia y el dejar hacer al mercado.11 Desde ese punto de vista, la planificación operaba por medio del mercado, lo cual prefigura una sólida unidad entre los mecanismos planificados y los del mercado.12 De ese modo, se llegó a un arreglo epistémico, el modelo planificado fue aplicado a las empresas y obras en construcción necesarias para el conjunto de la sociedad; por tener importancia para la economía nacional y el nivel de vida de la población. De manera sintética, se pasa a mencionar los otros componentes del modelo de socialismo de mercado : • Reducción de la planificación centralizada de la economía, en el sentido de determinar la estructura general y la dirección de la actividad económica. • Mantenimiento del control central de las empresas del Estado, y privatización de las no estratégicas. • Creación de nuevas formas de organización empresarial (pequeñas empresas privadas, empresas colectivas de propiedad comunal o municipal). • Industrialización del país en todos los niveles y tamaños de la industria, pero con un importante fomento y apoyo a la pequeña empresa. • Apertura de la economía nacional china a la inversión extranjera y al comercio exterior, pero supeditada a política de regulación y control estatal. • Apertura de zonas especiales a la inversión extranjera. • Políticas de liberalización no abruptas a diferencia de lo que sucedió con la ex Unión Soviética y su periferia: liberalización más controlada y más limitada del comercio y de las finanzas. • Libre oscilación de precios para la mayoría de bienes agrícolas y 11 Una discusión sobre el tema puede verse en: Al Campbel. “Socialism Without Markets: Democratic Planned Socialism” 12 Para mayor profundidad de los tips enunciados ver: Hart-Landsberg y Burkett. “China y el socialismo. Reformas de mercado y lucha de clases” 25 Haiman El Troudi de consumo; el gobierno sólo fija precios de productos esenciales industriales: petróleo, acero, etc. • Economía de consumo planificado: las empresas estatales ya no reciben financiamiento público, ni entregan sus ingresos al Estado, se financian por cuenta propia, pagan impuestos y solicitan créditos a la banca estatal; reducción o eliminación de diversos gravámenes que ponen freno al consumo interno. • Incentivos materiales en términos de remuneración a trabajadores con mayor tasa productiva, y en general estímulo a la eficiencia en todas las empresas (privadas y públicas). • Incremento de la exportación a instancias del aumento de la productividad. • Desarrollo y reorientación de la agricultura como sector estratégico de la economía nacional, pero con base en un nuevo modo de producción y comercialización. • Coexistencia de empresas de propiedad estatal con otras de propiedad colectiva o privada. • Combate a la extorsión y otros delitos económicos, y el cobro puntual de las contribuciones públicas. • Descentralización de empresas del Estado. • Aumento de la autonomía de las administraciones locales y la autonomía de los gestores de empresas. A los estados y municipios se les deja quedarse con una mayor recaudación y se les da autonomía de inversión sobre todo de cara a las empresas municipales y comunales. • Población laboral sometida a inseguridad social. • Fuerza laboral barata, altamente productiva y sobreexplotada. • Represión estatal ante intentos de auto-organización de los trabajadores. • Degradación medioambiental. • Creciente incremento de grupos privilegiados y acentuación de la división de clases sociales. Tales particularidades fueron coronadas en la década del noventa, y en menos de veinte años, China alcanzó tasas colosales de desarrollo económico, pero a qué precio. Jiang Zemin durante la presentación del informe ante el XV Congreso Nacional del Partido Comunista de China en septiembre de 1997, sintetizaba con fineza argumental su concepción socialista: …Construir una economía socialista con peculiaridades chinas implica desarrollar una economía de mercado bajo el socialismo y emancipar y desarrollar constantemente las fuerzas productivas. Más específicamente, debemos mantener y mejorar el sistema económico básico en el que la propiedad pública socialista es predominante y en el que diferentes tipos de propiedad se desarrollan lado a lado; debemos mantener y mejorar la estructura de economía de mercado socialista, de modo que el mercado tenga un papel básico en la asignación de los recursos bajo el control macroeconómico estatal, debemos mantener y mejorar diferentes modos de distribución con la distribución según el trabajo en un lugar dominante, permitiendo que algunas personas y algunas 26 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela regiones prosperen primero para que luego puedan estimular y ayudar a otras a hacer lo mismo y lograr la prosperidad común paso a paso… Distinción especial tiene el componente del socialismo de mercado chino vinculado a las “áreas de globalización”, o Zonas Económicas Especiales (ZEE), creadas en función de conceder a la inversión extranjera zonas abiertamente capitalistas, donde la mayoría de las prerrogativas antes destacadas no son implementadas. En estas zonas costeras se aglutinó el desarrollo industrial apalancado por la inversión estatal, lo cual desencadenó en el advenimiento de China como la principal potencia manufacturera del mundo, en los sectores de producción de electrodomésticos y textiles, particularmente apoyado en los bajos costos de la mano de obra. Shanghái es el ejemplo más palpable. El Estado Chino con dos modelos de organización económica posee, más allá de las distorsiones e inequidades sociales y políticas descritas, una deuda histórica relacionada con el perfeccionamiento de las relaciones sociales de producción y los sistemas de distribución bajo el principio de distribución con arreglo al trabajo. En ese marco, el reto chino es hallar la prosperidad social y la reivindicación de la existencia humana subyugada por el trabajo objetivado. Y es que “El hombre es por sí mismo el fundamento de su producción material, y de toda otra clase de producción realizada por él. Todo aquello que afecta al hombre modifica más o menos profundamente sus funciones y actividades en cuanto creador de la riqueza material consistente en mercancías” 13. Las implicancias del socialismo de mercado más allá del enfoque económico conlleva a la introducción del tema esencial de la naturaleza de los seres humanos fundados en dicho modelo ¿Será ese hombre capaz de forjar el socialismo o el capitalismo?, ¿será posible crear la sociedad nueva a partir de las modulaciones e interpretaciones de una sociedad infinitamente subsumida en la lógica mercantil? Mandel en referencia a Marx establece que el socialismo es “una sociedad regida por los productores libremente asociados, en la que la producción mercantil (economía de mercado), las clases sociales, y el estado se han extinguido” 14. Desde esa interpretación el modelo chino no satisface tal postulado marxista, por lo que no debería ser catalogado como socialista, sino en tránsito al socialismo, ello hasta tanto la economía contenga aún “un sector regido por el dinero y el mercado”. 13 Carlos Marx. “Historia Crítica de la Teoría de la Plusvalía” 14 Ernest Mandel. “The Myth of Market Socialism” 27 Haiman El Troudi 4. La variante cubana: el socialismo planificado con apertura parcial al mercado interno La especificidad cubana ha dado cuenta de un modo propio de producción socialista. A decir de González Arencibia, el Socialismo Planificado con Apertura Parcial al Mercado Interno 15. Cuba, junto con China, Vietnam, Bielorrusia y Corea del Norte ha sido uno de los pocos países socialistas que ha traspasado el Rubicón del siglo XX, y asimilado con determinación el derrumbe de la URSS. China y Vietnam cobijados con el manto del Socialismo del Mercado, Bielorrusia y Corea muy cercanos al modelo del Socialismo Centralmente Planificado. El caso cubano es diferente. Se ha forjado un ejercicio económico sui géneris respecto a los otros referentes socialistas, particularmente modelado por la condición de asedio y bloqueo económico impuesto a la isla por el imperio norteamericano; pero también por las características particulares de aquella economía “tropical” a lo largo de su trayectoria prerevolucionaria y propiamente revolucionaria, imbuida más recientemente en el desafío de la era globalizadora. Por las valoraciones históricas, culturales, políticas y geográficas, el análisis de dicha experiencia es de suma importancia para la procura socialista bolivariana. El modelo cubano, precursor del socialismo científico latinoamericano ha atravesado diversos períodos económicos sobre los cuales existe suficiente literatura referencial16. En las próximas líneas se caracteriza el proceso actual, matizado por el Presidente Raúl Castro y venido de finales de los ochenta, a partir de la apertura parcial aplicada en la economía, sobre la base de la utilización de mecanismos de mercado a lo interno del país, acompañados de un reimpulso al conjunto de la planificación. El modelo está sembrado en el campo fértil de la innovación y la experimentación creadora, y ahora mismo rinde frutos y destila resultados tempranos. Se puede recordar como la revolución durante décadas practicó el enfoque de la planificación centralizada de la sociedad y la economía por parte del Estado, a tal punto que el Estado propietario de los medios de producción llegó a asumir roles de agricultor, productor manufacturero, banquero, etc. La condición de centralización macro- 15 Categoría desarrollada por Mario González Arencibia. “Estrategias alternativas frente a la globalización y al mercado” 16 Se puede agrupar en dos grandes bloques históricos, los cuales a su vez pueden ser sub-agrupados. 1959-1989: Inserción de Cuba en el sistema socialista internacional, con importantes índices de crecimiento económico, mejoría sustancial de la calidad de vida de la población, impulso al mercado interno, freno a la incidencia del mercado mundial. 1989 a la fecha: Crisis estructural tras el derrumbe del bloque soviético, y del CAME, búsqueda de nuevos operadores para el mercado interno e internacional, experimentación respecto al Socialismo Planificado con Apertura Parcial al Mercado Interno. 28 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela cefálica de la economía cubana en la actualidad está siendo revisada por la vanguardia revolucionaria. El ejemplo empleado por Raúl Castro acerca de la distribución de la leche, da cuenta de las distorsiones que se pueden derivar tras la incorrecta armonización de las variables, parámetros, sujetos y flujos de actividad presentes en la economía. Hoy día, Cuba debate su modelo socialista desde las concepciones sobre la propiedad social, papel del mercado en el socialismo, participación ciudadana en las decisiones y control de la política, construcción del consenso, etc. Por lo que cabe la pregunta: ¿Ha influido la cercanía con Venezuela y con China al respecto, para acelerar el proceso que se viene modulando en un denso fluir? Formalmente, el Gobierno Cubano no menciona ni asume públicamente el modelo de Socialismo Planificado con Apertura Parcial al Mercado Interno, pero existen suficientes indicios institucionales, funcionariales, discursivos, testimoniales, de políticas públicas, documentales, estadísticos, etc., que armonizan la esencia formal sistematizadas por González Arencibia. A continuación, las evidencias serán revisadas de forma somera: • El mercado funciona bajo la regulación estatal, pero proporciona aperturas parciales en determinados espacios internos. • La economía es conducida por la Planificación Estatal y busca corregir los desacoples estructurales no rectificados durante la CAME o COMECON (Consejo de Asistencia Económica Mutua), en el marco de la división internacional socialista del trabajo. • La interrelación del plan y el mercado se centra en el bienestar social con base a la distribución con justicia y equidad de los resultados del trabajo. • El plan establece y prioriza el alcance, las medidas, los momentos, y los ritmos de los flujos económicos en el mercado, de acuerdo con la coyuntura y la proyección estratégica. • Los controles estatales corrigen las distorsiones propias de los mecanismos de mercado. • La inversión extranjera participa sólo en cadenas productivas definidas por el Estado. • La política monetaria de competencia estatal reestructura la moneda local (el peso), y establece una regulación centralizada de la divisa de intercambios externos, sobre todo en su impacto en el mercado interno. • Adopción de una estructura económica heterogénea, basada en diferentes formas de propiedad: empresas públicas, empresas mixtas, asociaciones contractuales con capital extranjero, unidades básicas de producción cooperativas, cooperativas de producción agropecuaria, pequeños productores campesinos. 29 Haiman El Troudi • Legitimación de empresas capitalistas bajo regulación y control estatal. Tipos socioeconómicos diferenciados y consustanciados con la premisa de socializar los resultados y preservar la soberanía nacional. • Asociación mixta con privados internacionales en empresas capitalistas controladas por el Estado, tanto en los sectores productivos como en los servicios y comerciales. La presencia transnacional ha permitido “… incorporar conocimientos, y tecnología, han desempeñado un papel importante, en la rearticulación de la economía cubana en el contexto de la globalización, sirviendo como “muro” de contención del recrudecimiento del bloqueo norteamericano, a pesar, del carácter globalizante que imprime la ley Helms-Burton y de sus anteriores proyectos” 17. • Los diferentes tipos de propiedad cuentan con un particular esquema de funcionamiento, pero en atención a las directrices del plan y los controles estatales. • Esquema de autofinanciamiento descentralizado en diversas ramas de la economía: comprende la producción, gestión, y la administración económica. • Política de disminución del empleo público bajo el reemplazo por el emprendimiento privado centrado en las forma de propiedad antes enunciadas. • Diversificación del sistema financiero, orientado a su encajamiento con el contexto financiero internacional. • Políticas de reconversión industrial integral, asociadas para completar las cadenas productivas, la automatización de procesos, el impulso a la innovación tecnológica, y el aprovechamiento ambientalmente sustentable de los recursos. • La integración comercial con los países de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), bajo un esquema de cooperación y complementariedad de la actividad productiva. • Autonomía empresarial para los socios extranjeros, expresada en beneficios tales como la repatriación de utilidades, flexibilidad impositiva, delimitación de regímenes especiales para zonas turísticas, siempre que se garantice el criterio de priorizar la disposición de los bienes y servicios producidos en el mercado interno. Tras esa compilación, queda claro que “La idea del Estado cubano no es liberar las fuerzas del mercado en Cuba,18 -como es frecuente en muchos países subdesarrollados- sino su uso con fines sociales, con una planificación 17 Mario González Arencibia. Ibídem. 18 “Nosotros no podemos entregar nuestro desarrollo económico y social a las leyes ciegas del mercado. Las leyes ciegas del mercado no imperarán aquí, eso no quiere decir que no podemos aplicar algunas formas de mercado determinadas formas”. Fidel Castro Ruz. Clausura del V Congreso del PCC. Suplemento del periódico Granma, La Habana 1 de noviembre 1997 p.3., citado por Mario González Arencibia. Ibídem. 30 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela flexible y consensuada de manera democrática, de forma que ello permita corregir las distorsiones del mercado, evitando las tendencias entrópicas y estableciendo líneas generales para el desarrollo socio-económico en torno a la propiedad social sobre los medios de producción”19 El reenfoque del modelo cubano, como se ha dicho, está en pleno período de gestación; queda de parte de aquella sociedad heroica concretar su diseño del socialismo del siglo XXI, a partir de las nuevas condiciones nacionales e internacionales que les son inherentes a la nación caribeña. 19 Mario González Arencibia. Ibídem. 31 Haiman El Troudi 5. Reforma versus revolución: la socialdemocracia en su laberinto La socialdemocracia, basada en el sistema de reformas, ha cambiado convenientemente sus ropajes desde su aparición como corriente ideológica a principios del siglo XX. No existe por tanto, una identificación clara de dicho pensamiento que pueda referenciarse en la actualidad; mas bien existen diversas derivaciones que abarcan desde gobiernos nacionales hasta organizaciones políticas, agrupadas en una internacional socialista caracterizada por el eclecticismo, el oportunismo, y el confusionismo. Para dimensionar con mayor nitidez el sentido del reacomodo socialdemócrata a lo largo de su historia, se recuerda como en sus inicios, el argumento inspirador de su ideología se centraba en darle respuestas a los paradigmas y teorías marxistas, relacionadas con el Estado, las clases sociales, la revolución del proletariado, la abolición de la propiedad privada, el derrumbe del modo de producción capitalista, etc. Genéricamente a esta corriente se denomina como “Socialdemocracia de la Segunda Internacional”. En alusión al vibrante debate que marcó el deslinde del socialismo científico de la socialdemocracia. El socialismo científico encontró así dos gigantescos contrincantes, el liberalismo capitalista y el reformismo socialdemócrata. Particularmente, esta pugnacidad programática-ideológica se trasladó a la esfera de las políticas públicas, tras el advenimiento al poder de gobiernos socialdemócratas en un importante grupo de países europeos, la expansión de la influencia del capitalismo norteamericano, y el crecimiento de la órbita soviética en las federaciones que se aglutinarían en torno a la URSS. Siempre, la socialdemocracia ha pretendido mostrarse como la opción de equilibrio, de encuentro entre corrientes antagónicas: el capitalismo y el socialismo-comunismo. No obstante, en el terreno de batalla, las tres visiones se han confrontado mutuamente. Como se expone más adelante, la Socialdemocracia de la Segunda Internacional ha mutado, en dos formas diferenciadas, la Socialdemocracia del Estado de Bienestar, y la Socialdemocracia de la Tercera Vía. No obstante, las tres formas se han mantenido hasta la fecha. Para efectos de la presente revisión y análisis, se evalúan las características inherentes al modelo más próximo al socialismo, el cual incluso, es visto por algunos autores como una modalidad socialista. Se trata de la Socialdemocracia de la Segunda Internacional. No obstante, también se consideran los aportes del Estado de Bienestar logrado por las luchas obreras en la Europa de la Postguerra, y que después, tras la cruenta embestida neoliberal ha venido perdiendo terreno a ritmos insospechados. Pero antes, se analiza de forma esquemática cómo la socialdemocracia se ha transformado a través del tiempo en contestación a ciertos paradigmas 32 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela y en atención a distintas variables .20 La Socialdemocracia de la Segunda Internacional es la doctrina política que defiende una transición pacífica al socialismo -reformas graduales dentro del sistema capitalista de mercado-, empleando los medios políticos de las democracias liberales, a saber, el parlamentarismo. En términos económicos, tal teoría asume que la emancipación de la clase trabajadora puede lograrse dentro de la misma sociedad capitalista; en consecuencia aceptan el sistema de economía de mercado, pese a que también reconoce que en él subyacen marcadas privaciones en la asignación de recursos. Por lo tanto, promueve la intromisión de las instituciones del Estado Burgués prevaleciente a fin de propiciar equilibrios, y con ello asegurar una cierta “libertad económica”. Por tanto, en términos de su ortodoxia: • No intenta destruir o bien superar al capitalismo como modo de producción como vía para la instauración de la nueva sociedad socialista. 20 En socialdemocracia.org, con añadidos y arreglos del autor. 33 Haiman El Troudi • Matiza las diferencias entre clases antagónicas, y por consiguiente no fomenta la lucha entre éstas. • Se deslinda de la interpretación materialista de la historia. • No comulga con la dictadura del proletariado. • Emplea la vía parlamentaria como instancia democrática correctora de los excesos del capitalismo. • No aboga por la extinción del Estado Burgués, por el contrario, busca a través de él alcanzar niveles de bienestar humanamente aceptables. Para abundar en el análisis de la socialdemocracia, es necesario precisar con carácter previo algunos elementos históricos, políticos y económicos vinculantes, relacionados al liberalismo, al keynesianismo, y al socialismo real. Se debe tener presente que la socialdemocracia plantea advenir el socialismo mediante el empleo de otras estrategias, idearios y actores, y que al mismo tiempo se diluye en la democracia burguesa heredera del liberalismo; ahora veremos como el liberalismo progresivamente se aleja de sus proclamas anti-absolutistas y “evoluciona” hacia formas todavía más opresivas, el neoliberalismo. En dicho tránsito, la socialdemocracia también se adapta a los vaivenes capitalista, a tal punto que, el propio neoliberalismo antes de erigirse en contra del modelo keynesiano-liberalcapitalista, lo hace contra el Estado de Bienestar Socialdemócrata en aumento en Europa Occidental. El liberalismo es la filosofía política del capitalismo. Es una ideología que sirve a los intereses históricos de la burguesía. Se fue gestando conforme la burguesía iba avanzando como clase en ascenso enfrentada a la nobleza del Antiguo Régimen (las monarquías absolutas) durante los siglos XVII y XVIII. Como nació frente al poder absoluto de los monarcas y frente al régimen medieval de gremios que aún persistían, los valores que defendía el liberalismo, que eran los valores de la burguesía, tenían que ver con la libertad y con la defensa de la propiedad privada. Para defender la libertad, algo que estaba en peligro por el absolutismo de los reyes, desarrollaron la división de poderes. Montesquieu21 fue su más claro articulador. Poco a poco, la burguesía emergente fue haciéndose con el aparato del Estado y convirtiéndolo en una máquina eficaz para sus fines. Era un Estado mínimo encargado de garantizar la propiedad privada (policías y jueces), las grandes obras (que servían a los grandes negocios) y la defensa de las fronteras y las rutas marítimas (frente a los apetitos de otras burguesías). Pero en ese primer momento, todavía el peso de la iglesia y la defensa de la propia sociedad –que mantenía muchos lazos sociales- servían para 21 En su obra “El espíritu de las leyes” 34 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela que el capitalismo no desarrollara todas sus potencialidades hasta hacerse “salvaje”. Pero conforme la ley del capital crecía y crecía, su comportamiento era más de rapiña. La ley de la acumulación, que había sido brutal durante la colonización y expoliación de América, África y Asia, pasaría a ser igualmente brutal dentro de cada país, incluida Europa o Norteamérica. Es lo que se llamó “capitalismo salvaje”; es decir, un capitalismo sometido a sus propias reglas sin ningún tipo de freno social o político, y que, bien caracterizado en las novelas de Charles Dickens, tiene como rasgos jornadas interminables, trabajo infantil, accidentes laborales, enfermedades, fábricas inhumanas, desaparición de cualquier moralidad que frene las ganancias, represión estatal, analfabetismo, prostitución, enfermedad, etc. Durante la Revolución Francesa, la burguesía, como clase en ascenso, pidió el apoyo popular contra el absolutismo en nombre de la libertad, la igualdad y la fraternidad pero, una vez logrados, no quisieron que el pueblo participara de esos derechos de ciudadanía. Todo esto explica por qué Marx y Engels en el Manifiesto Comunista se refirieron al “papel revolucionario desempeñado por la burguesía en el transcurso de la historia”, en el primer capitalismo, de la misma manera que fueron claros en denunciar todos los problemas posteriores que trajo consigo. El capitalismo era bueno para acabar con el Antiguo Régimen y para desarrollar las fuerzas productivas, pero malo para casi todo lo demás, incluyendo el alto precio que se pagó para lograr sus objetivos. Por eso, el capitalismo fue quien generó su propio sepulturero: en lo material el fin de la propiedad privada, en lo ideológico el socialismo (que debía conseguir un reino de libertad, no como lo que ocurrió en la URSS) y como nuevo sujeto la clase obrera. El final del siglo XIX y los comienzos del siglo XX trajeron la participación del Estado en la economía, sobre todo a partir de que la clase obrera empezó a organizarse. La prensa obrera, que se empieza a generalizar a finales del siglo XIX, es esencial para esa organización. Como la presión popular era tan fuerte, la burguesía empezó a ceder. Además, a comienzos del siglo XX empiezan a entrar en las Asambleas diputados obreros (táctica socialdemócrata). Eso hace que el Estado, aunque seguía defendiendo los intereses capitalistas en última instancia, empezaba a poner en marcha tareas de redistribución de la renta. La negativa del liberalismo a un Estado interventor y racionalizador generó guerras inter-imperialistas (con abuso llamadas mundiales). La petición liberal de “nada Estado” generó, como en un péndulo, el “Estado total” del socialismo y la reacción capitalista de clases medias que fue el fascismo y el nacional-socialismo. Durante los años 30 y 40 del pasado siglo, hay todo un abanico teórico y práctico relativo a la intervención del Estado. Intervención del Estado es lo que hay detrás de la Primera y la Segunda Guerra Mundial, obligatoria 35 Haiman El Troudi para organizar el esfuerzo bélico. Intervención es el New Deal de Roosevelt y los son los primeros Institutos Nacionales de Industria (como el creado por Mussolini). También lo son los planes quinquenales de la URSS. El punto de inflexión teórico fue el libro de 1936 de John Maynard Keynes, Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero, donde formaliza la intervención del Estado en la economía, única manera, dice él mismo al final de la obra, de salvar al capitalismo (pese a que lo acusaron de socialista). Es frente a la intervención del Estado en la economía, frente al Estado social, donde surge el neoliberalismo, con la obra de Friedrich von Hayek Camino de servidumbre como máximo exponente. En conclusión, el liberalismo nace para enfrentarse al absolutismo, mientras el neoliberalismo nace para enfrentarse al Estado social. Las teorías de Keynes rompieron con la abstención del gobierno en la marcha de la economía, demostrando que la intervención pública era capaz de cambiar el ciclo económico. En momentos de ciclo bajo, el Estado animaba la economía estimulando la capacidad de compra, logrando crecimiento económico y, por tanto, creación de empleo (aunque también inflación). Cuando el ciclo era alto, reducía la inflación enfriando la economía, reduciendo el crecimiento, retirando dinero de la circulación y aumentando el desempleo. Eso significaba que era posible influir en la economía a través de los impuestos, el gasto público y la política monetaria. Ese Estado keynesiano, llamado en Europa, Estado social y en América Latina, Estado desarrollista, fue hegemónico en el ámbito occidental hasta 1973, donde el sistema se hundió al generarse al tiempo alta inflación y recesión (se inventó el neologismo “estanflación”). En Europa comenzó la etapa conservadora (Thatcher, Reagan, Kohl) y en América Latina se frenó el desarrollo, llegaron gobiernos neoliberales o, donde no era posible, dictaduras militares. Previo a la crisis de sobreproducción capitalista, los gobiernos europeos occidentales, asediados por la presión obrera y por la atracción ejercida por los derechos sociales alcanzados en los países del socialismo real, matizaron el Estado social keynesiano, al emplear los instrumentos de intervención estatal en la economía para abrir paso a la opción socialdemócrata del Estado de Bienestar. Con el Estado de Bienestar, la socialdemocracia terminó por deslindarse por completo del objetivo socialista. Fue el precio que aceptó pagar tras el pacto velado celebrado con el modelo liberal keynesiano, y con los Partidos Laboristas, cuya ideología guarda grandes concomitancias con las tesis socialdemócratas de la Segunda Internacional. Pues bien, los elementos constitutivos y las ideas-fuerza del Estado de Bienestar pueden sintetizarse como sigue: • Composición de una economía mixta. 36 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela • El Estado subvenciona la educación, la salud universal, el cuidado infantil, y la provisión de servicios sociales para toda la ciudadanía. • Se instaura un amplio Sistema de Seguridad Social, a fin de compensar las secuelas de la pobreza, la pérdida de ingresos a causa de enfermedad, desempleo o jubilación. • La regulación estatal asegura el derecho a la organización sindical de los trabajadores, la defensa y protección de los consumidores, y la libre competencia de mercado. • Más recientemente se inscribe en la línea de defensa del medioambiente. • Establecimiento de impuestos progresivos para financiar los gastos de la seguridad social y demás programas sociales del gobierno, tanto como sus propios gastos. El argumento frecuentemente empleado por las corrientes comunistas y socialistas en contra de la socialdemocracia viene dado por su abandono de la tesis de transformación de la sociedad capitalista por otra igualitaria. Suficientemente, ha quedado demostrado que la abrumadora mayoría de sociedades donde la socialdemocracia ha ejercido el gobierno, a la par de la aplicación de los programas de bienestar social, el capitalismo se expande por medio de monopolios, apropiación del trabajo ajeno, concentración de riqueza en minorías privilegiadas, e incremento de la brecha de desigualdad social. Por si esto fuera poco, la tendencia de los últimos años, previo inclusive a la presente crisis del capitalismo global, ha supuesto que el Estado de Bienestar se ha venido desmantelando sistemáticamente, con el apoyo cómplice de los gobiernos de derecha que ahora mismo suman mayoría en Europa, incluso en los países nórdicos. A la luz de los acontecimientos y las circunstancias económicas, políticas y sociales, se ha agotado el modelo formal del Estado del Bienestar (exponente máximo de la socialdemocracia). Ha sido derrotado por la propia semilla autodestructiva contenida en su seno. Dicha derrota no supone negación de los derechos laborales, sociales y económicos de las clases populares, sino la imposibilidad de coexistencia de dos concepciones antagónicas, inevitablemente llamadas a colisionar, a prevalecer la una sobre la otra. En el caso del socialismo, las mayorías del planeta se beneficiarían; con el capitalismo maquillado por la socialdemocracia revisionista, unos pocos seguirán oprimiendo a millones al tiempo que edulcoran su condición de vida: esclavos pero bien atendidos. Por otra parte, el Estado de Bienestar, circunscrito dentro de las propias fronteras nacionales de acuerdo con la especificidad de cada país, al ser concebido como sistema de derechos y beneficios ciudadanos, recibido por medio del servicio de la Administración Pública, quien a su vez se nutre del maná del mercado generador de riquezas, se enfrenta a dos circunstancias inexistentes al momento de su gestación, la globalización económica, y el 37 Haiman El Troudi creciente empuje social demandante de mayor participación en los asuntos públicos y en la producción de riquezas. El modelo de Estado de Bienestar en la socialdemocracia nórdicabáltica renunció a sacrificar el compromiso social al imperativo económico. Se asume el compromiso social a pesar del peso de éste en las cuentas de tesorería. Entender este hecho supone demarcar con fineza el umbral donde hacen frontera común la economía y los aspectos morales y sociales de la socialdemocracia en países como Suecia y Noruega. La palanca económica de aquellos países sostenía el sector de la economía prestador de servicios sociales bajo financiamiento del Estado. Así, la economía productiva en términos mercantiles-financieros, se convierte en captador de riqueza y, vía tributos, pagador de empleos del servicio social. A todas luces, este formato se volvió insostenible para las burguesías nacionales, sumidas en la lógica del capital y el individualismoegoísta del capitalismo. El costo cada vez incrementado volcado sobre aquel sector condiciona resistencias y por derivación burlas al control estatal y a las obligaciones fiscales. En una sociedad capitalista desacostumbrada a una praxis social fraterna, el bienestar para todos se vuelve “imposición” atentatoria de los intereses de clase, con lo cual se configura inexorablemente un escenario en el que los unos se vuelven contra los otros. 38 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela 6. Venezuela: airear el balance de la revolución La gestión económica bolivariana no es fruto de la improvisación. En los primeros diez años de Gobierno, se han dado importantes avances en pos de desmantelar la trama neoliberal heredada, y ello nos coloca en mejor posición frente a la presente crisis económica mundial en relación a muchos países que basan su economía en la lógica del capitalismo global. Basta recordar cómo se actuó frente a los planes por privatizar PDVSA. También cabe recordar la intervención estatal que se hizo en su momento para el rescate de los “créditos indexados” y el financiamiento de adquisición de vehículos denominado “cuota balón”. Así mismo, se acertó en tomar a tiempo la decisión de recolocar las reservas internacionales de Venezuela fuera de las instituciones financieras de los Estados Unidos. También se acertó en la recuperación del control de sectores estratégicos para la economía venezolana como la Compañía Anónima Nacional Teléfonos de Venezuela (CANTV), las cementeras, la Electricidad de Caracas, que hasta hace poco se cotizaban en la Bolsa de Nueva York; de no haberlas recuperado, se habrían encontrado a merced de la tormenta financiera. Otra decisión correcta que hoy es difícil que no sea reconocida ha sido la de exigir a los bancos la capitalización de las notas estructuradas que tenían. De un modo más general, las políticas de control bancario le han permitido a la revolución actuar a tiempo y de forma responsable. Se han regulado las tasas de interés para viviendas, la agricultura, las manufacturas, el turismo y las microempresas; y el control cambiario ha permitido no estar a merced de los especuladores y de las veleidades de los “capitales golondrinas”. También cabe resaltar la decisión de fijar el tope de las reservas internacionales en un nivel óptimo, que ha permitido contar con el Fondo para el Desarrollo Nacional (FONDEN) como instrumento de financiación de la inversión productiva. Se debe reconocer la importancia de tener un Banco Central dispuesto a alinearse con las políticas económicas públicas sin someterse a la lógica ciega de los mercados. Todas estas medidas han ido a la par de una apuesta por una política de crecimiento sostenido acompañada de amplios programas de inclusión social. Dicho sea de paso, estas medidas han ido acompañadas de un esfuerzo continuado por avanzar en articular una estrategia de alianzas multipolar. Los Fondos conjuntos establecidos con China, Rusia, Irán, Bielorrusia, son de gran ayuda para un financiamiento externo que contribuya al impulso de la producción nacional. En el ámbito latinoamericano y caribeño se ha apostado por reforzar las bases de una nueva arquitectura económica y financiera regional solidaria y al servicio de nuestros pueblos. El ALBA y Petrocaribe son ya expresiones con fuerza creciente de esta nueva unión económica y social 39 Haiman El Troudi en marcha. El Banco del Sur constituye también una pieza clave en esta nueva arquitectura financiera ¡Qué distinta sería nuestra posición ahora si lo hubiéramos concretado antes! Pero aún estamos a tiempo y ya están colocadas las bases sólidas para su definitivo y pronto despegue. El Proyecto Bolivariano ha dado siempre mucha importancia al papel clave del Estado. Con base a ello se han establecido controles y regulaciones en la economía que han permitido afrontar en mejores condiciones los embates de la actual crisis económica del capitalismo. Una crisis que tras estallar inicialmente en el sistema financiero internacional, ha llegado ya a la economía real de los países capitalistas más desarrollados, alcanzando día a día una dimensión planetaria de la que ningún área regional puede quedar exenta. Venezuela no ha tenido que desdecirse de sus políticas para afrontar la crisis económica desatada. Son otros los que ahora improvisan, los que se ven obligados a hacer lo contrario de lo que pregonaban, con un pragmatismo que contradice su discurso y su proyecto estratégico. Al analizar las características de la crisis económica en curso y reflexionar sobre las medidas a tomar en Venezuela para paliar en todo lo posible los efectos de la recesión mundial cuya duración es de incierta predicción, se ha de hacer desde una convicción: la crisis financiera y económica internacional hay que combatirla desde los valores y las propuestas socialistas, hay que combatirla con más socialismo, con mayor profundización del camino emprendido. Como dice Mészáros “…el patrón de medición de los logros socialistas es hasta qué grado las medidas y políticas adoptadas contribuyen activamente a la constitución y consolidación bien arraigada de un modo sustancialmente democrático (es decir, verdaderamente no jerárquico en su modo de operación en todas las esferas) de control social y autogestión general…” 22 El desarrollo socialista tiene el desafío de que el futuro se convierta en esperanza y se traduzca desde ahora en resultados en lo económico, social, político y cultural. Ello supone expandir las potencialidades de los sujetos económicos para lograr el pleno desarrollo de las capacidades humanas. Hoy en Venezuela se está en pleno desarrollo de la formulación y la implementación de estas premisas materiales y culturales. Y se hacen asumiendo el reto de diseñar y empezar a implementar una política económica y social bolivariana para sustentar esta nueva fase de consolidación de la Revolución Bolivariana: la de la transición socialista, la del tránsito hacia este socialismo nuevo, venezolano, democrático y bolivariano. 22 István Mészáros. Ibídem. 40 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela Ahora bien, continuando con la revisión de la gestión bolivariana, puede resultar interesante dar un vuelo rasante sobre la amplia llanura de logros preliminares y actuaciones emprendidas rumbo al socialismo. A tal fin, sirva el presente resumen no exhaustivo: 1. La participación protagónica, como factor promotor del poder popular, centrado en la ciudadanía, sujeto planificador, decisor, gestor y contralor de los asuntos públicos y no espectador pasivo de las funciones del Estado. Véanse23 los Consejos Comunales, los Presupuestos Participativos, los Consejos Locales de Planificación. 2. Los avances en materia de inclusión social. A instancia de las Misiones Sociales véanse los resultados en alfabetización, educación, sistema público de salud, alimentación, protección social, capacitación productiva y organización para el trabajo colectivo, etc. Revísese también los resultados en el cumplimiento anticipado de algunas de las Metas del Milenio fijadas por las Naciones Unidas, el incremento en la capacidad de ahorro y consumo de los estratos más bajos de la sociedad y el logro sublime de garantizar tres comidas por día a más del 92% de la población. Desde la llegada del Presidente Chávez al Gobierno en 199924, el pago de la deuda social se convirtió en una exigencia. Los logros sociales de la revolución forman parte del orgullo de todos los bolivarianos. La organización social y comunitaria, ese entramado que constituye la red que sostiene la Revolución Bolivariana, es la mejor vitrina de logros y esperanzas. 3. El inicio de la revolución agraria y el desarrollo rural integral, la guerra al latifundio y el otorgamiento de tierras a asociaciones de campesinos desde una perspectiva colectiva y no individual; a lo que se suman políticas de capacitación, acompañamiento técnico, financiamiento a bajo intereses… 4. El apuntalamiento (aún tímido) de un nuevo modelo productivo en el que se rompe con la explotación, la división técnica y la enajenación del trabajo. Véanse los ejercicios cogestionarios; las Empresas de Producción Social; la gestión de Empresas Recuperadas; la Corresponsabilidad Social Empresarial; la diversificación y masificación del trabajo cooperativo; el despliegue de un sistema micro financiero; la adopción de un modelo endógeno de desarrollo; la activación de una nueva estructura territorial; la redistribución de la riqueza nacional entre la mayorías… 23 Con defectos, pero cargados de un germen transformador irrefutable. 24 Lo que el pueblo decidió con su voto fue llevar a la Presidencia de la República un Nuevo Proyecto Histórico, basado en la atención prioritaria de las necesidades humanas de las grandes mayorías. 41 Haiman El Troudi 5. El reconocimiento de los derechos originarios de los pueblos indígenas y las comunidades afro-descendiente; la abolición de cualquier forma de discriminación racial, género, minoría sexual, discapacidad. 6. El impulso de un sistema multipolar y el freno al imperialismo. El carácter internacionalista y la determinación por la integración latinoamericana. Véase el ALBA, la Misión Milagro Internacional, el Banco del Sur, Telesur, Petrocaribe, la política “Petróleo para los pobres del mundo”, como signo inequívoco de la solidaridad desinteresada de dar a quien necesita sin esperar nada a cambio. 7. Los avances en la democratización de la información y la comunicación, ruptura de la hegemonía de los empresarios de medios de comunicación privados y la apertura a medios libres, comunitarios y alternativos que conciben la información como un bien público y no como una mercancía. 8. La reducción estructural de la tasa de desempleo. Cifra ésta contrastante con la significativa pérdida de empleo en las principales economías del mundo como consecuencia de la crisis económica mundial del capitalismo. Así mismo, la tendencia de incremento del empleo formal y descenso del empleo informal, en contraste con la situación existente antes de la revolución. 9. La política ininterrumpida de incremento salarial a lo largo del período revolucionario, alcanzando registros muy superiores a la media latinoamericana y en diversas ocasiones posicionándose en el primer lugar. 10. La ampliación considerable de la infraestructura agrícola asociada a sistemas de riego, y vialidad rural. 11. El fortalecimiento del Sistema Financiero Público venezolano, pese a la mala salud que estructuralmente goza el Banco Industrial de Venezuela. Se ha dado un salto importante en la diversidad, calidad, cobertura y cantidad de los créditos otorgados. 12. La política de inversión ha sido puntal para el proceso expansivo de las infraestructuras y el equipamiento. Se han acopiado recursos económicos y se han financiado un amplio número de iniciativas productivas. Resta la optimización de dicha inversión con prioridad en sectores de mayor empuje y arrastre, con arreglo a un de plan de inversión. Como puede apreciarse, el Proyecto Bolivariano ha dado siempre mucha importancia al papel clave del Estado en la construcción de un modelo económico, social y territorial equilibrado, incluyente, solidario tanto en el plano nacional como en el internacional. En los primeros años de revolución, mientras el neoliberalismo combatía la función reguladora del Estado en la economía como un cáncer a extirpar y fomentaba la privatización de servicios públicos esenciales, Venezuela desplegaba 42 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela desde el Gobierno políticas públicas de inclusión en educación, salud, atención social…, y establecía controles y regulaciones en la economía que han permitido afrontar en mejores condiciones la crisis que ahora estalló en el sistema financiero internacional y que ya se instaló en la economía real de los países capitalistas más desarrollados. 43 Haiman El Troudi 7. Retrato parcial de la economía venezolana 25 De manera general, no exhaustiva, se revisan seguidamente algunos indicadores económicos del país, sobre todo los relacionados con el direccionamiento de los propósitos socialistas. La selección de las variables consideradas no es neutra, apunta a componentes sustantivos donde se espera sean suscitados cambios en la estructura material presente, durante los primeros años de la transición. Se hace poca interpretación valorativa de la información presentada, se intenta en lo posible ofrecer el panorama concreto. Diagnóstico de aspectos macroeconómicos Una vez derrotado el sabotaje petrolero, Venezuela inició un proceso de crecimiento sostenido, generalizado, y significativo desde mediados del año 2003 al cierre del 2008. En 2009 la economía entra en recesión por segunda vez durante el gobierno bolivariano (pese a que la recesión del 2002-2003 obedeció a la estridencia política vinculada al golpe de Estado y el sabotaje petrolero). Las crisis cíclicas del capitalismo en consecuencia son recurrentes y seguirán siéndolo hasta tanto no se supere el modo de producción imperante. Es necesario propiciar el crecimiento armónico de la oferta y la demanda agregada. Por una parte, el déficit neto de oferta se ha compensado con el crecimiento de las importaciones, hasta el punto que éstas han crecido cerca de doscientos por ciento entre 2004 y 2008; por otra parte los excesos de demanda que no pueden ser satisfechas con importaciones tienden a propiciar aumento de los precios. No se ha calculado, por tanto no se conoce la magnitud relativamente suficiente de crecimiento sostenido del PIB a través de la cual se garantice la superación de los desequilibrios productivos y sociales. Se especula en torno a tasas fluctuantes entre 2 y 4 por ciento de crecimiento anual, pero no se ha trascendido la barrera empírica a instancias de un procedimiento científicamente valedero, que no atienda además a las condiciones imperantes de la economía monetarista, sino a las particularidades de las transformaciones estructurales adelantadas en los ámbitos sociales y productivos. 25 Las fuentes no citadas por restricciones gráficas corresponden al BCV y al INE. 44 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela Lo público y lo privado El dato de amplio interés para el análisis que nos ocupa está relacionado a la composición de la incidencia de cada sector en el crecimiento. En consecuencia, se ha de tener siempre presente que lo privado (67%) incide mucho más en el resultado final del PIB que lo público (33%), aunque se nota un incremento importante de lo público en los últimos años. El peso del sector de la economía popular-comunal es casi imperceptible. 45 Haiman El Troudi Del desempeño público se observa que aún cuando la inversión pública ha mantenido importantes incrementos en los últimos años, y ha aumentado su contribución en la Inversión Total, no ha sido suficiente para empujar el crecimiento global de la economía. El primer elemento a considerar en el desempeño privado es la manufactura. Esta actividad ha sufrido un descenso muy importante. Como se ve más adelante, este hecho tiene varias causales de orden estructural como por ejemplo la desinversión, la utilización de casi toda la capacidad instalada y la sustitución de producción por importación. En el 2007 se destinó el 23,8% de las divisas liquidadas a la importación de bienes de capital; en el 2008, un 19,3%. Ello evidencia la menor importancia que presenta la adquisición o reposición de maquinarias o equipos para empujar la producción nacional. En general, la tendencia de la inversión viene en descenso, medida en términos de la formación bruta de capital, tanto en el sector público como en el privado. Este aspecto se trata más adelante. Se observa la carencia de un plan de desarrollo por sectores económicos. Diagnóstico de la capacidad adquisitiva de los trabajadores La fuerza de trabajo ha visto mejorar su capacidad adquisitiva entre el período 2004 y 2007; especialmente los sectores de menores ingresos quienes se han beneficiado del incremento sucesivo del salario mínimo y han sido beneficiados por las transferencias directas en servicios gratuitos 46 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela de salud, educación y las misiones sociales. Al comparar el índice de remuneraciones al cierre de 2003 con el cierre de 2007 refleja una mejoría del salario promedio real de 18,33 por ciento y el salario mínimo refleja un incremento real. Como consecuencia de la política económica del gobierno bolivariano la distribución del ingreso ha mejorado de manera continua durante dicho período. En el año 1999 el coeficiente Gini se ubicaba en torno a 0,47 y al 2009 se ubicaba por debajo de 0,42 reflejando con ello una mejoría relativa del ingreso en los dos quintiles más pobres de la población en relación a los más ricos de la población. Sin embargo, la persistente espiral inflacionaria pone en peligro continuar avanzando en la dirección de mejorar la distribución del ingreso y el salario real de la clase trabajadora. Si persiste un crecimiento del Índice de Precios al Consumidor (IPC) superior al 20 por ciento, aunque el índice de remuneración mantenga un mismo ritmo de crecimiento, se producen efectos redistributivos que afectan de manera negativa a aquellos trabajadores con baja capacidad de negociación. Es conocido que cuando la inflación se incrementa quienes son afectados en mayor medida son aquéllos que no pueden transferir el mayor costo de los bienes y servicios a las remuneraciones que reciben. En ese sentido son perjudicados especialmente quienes están desempleados o poseen un empleo precario. 47 Haiman El Troudi Se observa la carencia de una política integral de superación de las distorsiones en la relación capital-trabajo. Diagnóstico del control de precios A partir de la decisión de establecer un control de cambio en febrero de 2003 se amplió de manera significativa el número de rubros sujetos a control de precios ya que se hacía imperioso evitar que quienes tienen acceso a las divisas para adquirir insumos, maquinarias y equipos o bienes de consumo final (importador) vendan los bienes y servicios a precios superiores al que reflejen los costos de producción. Durante los años 2003 al 2005 el índice de acatamiento del control de precios mostró niveles relativamente más bajos a los observados en los últimos años reflejando un excedente relativo sobre el precio controlado promedio de 20 por ciento. No obstante en ciertas coyunturas, como la observada a finales del 2007 y primer trimestre de 2008, el excedente relativo sobre el precio controlado alcanzó su nivel más alto ubicándose en 66 por ciento. Por otra parte, el desabastecimiento de rubros de la canasta básica reflejó un crecimiento en los índices de escasez de bienes y servicios, lo que propició que el consumidor aceptase pagar un precio sustancialmente superior al precio controlado. Durante los años 2007-2008 los precios de un conjunto de alimentos importados que se transan en los mercados internacionales como es el caso del maíz amarillo, trigo, leche en polvo completa, avena, aceite crudo de soya, azúcar cruda y azúcar refinada, torta de soya, han tenido 48 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela significativos incrementos de precios valorados en divisa estadounidense de manera que aunque sus precios deban mantenerse bajo control pueda reconocerse que dichos aumentos afectan el costo final de colocarlos en el mercado nacional. Por otra parte, el crecimiento de la demanda interna en muchos rubros hacen necesario compensar la falta de producción interna, aumentando las importaciones de productos que se comercializan a precios incluso inferiores a los del mercado local, por lo que mantener el control de precios es necesario para evitar que quien tenga una licencia de importación especule perjudicando el interés del pueblo. Es necesario revisar la estructura de costos de un conjunto de rubros que han permanecido sin ajustes en el precio controlado por un período superior a 12 meses y en algunos casos superior a 30 meses. Los controles de precios de cambios y de la asignación de divisas han tenido éxito relativo. Se han logrado avances y se viene poniendo coto a los especuladores y establecer mecanismos de ordenación de lo que hubiera sido un desastre, un caos, que habría imposibilitado los avances que acaban de citarse. En todo caso, deben mejorarse los mecanismos de supervisión, control y sanción. Está claro que esos controles, que han sido indispensables y han tenido un efecto positivo, han provocado –como todas las regulacionesalgunos efectos indeseados, como casos de corrupción o ineficiencias. Sin embargo, sin esos controles, sin el éxito que han conseguido, se hubiera estado en manos de los especuladores y de los acaparadores. Diagnóstico del sector agrícola El sector agrícola ha sido un sector ampliamente favorecido por la política financiera del ejecutivo nacional. No obstante, el crecimiento del sector ha sido lento a excepción de los siguientes rubros: maíz, arroz, arvejas, pepino, leche fluida, pimentón, lechuga, berenjena, los cuales han crecido en los últimos años. Por otra parte, la producción por habitante, ha disminuido al comparar el año 2008 con 1998, en los siguientes rubros: cacao, tomate, naranja, quinchoncho, cambur, patilla, ajonjolí, mango, sisal, plátano, maní, tabaco, algodón en rama. Aunque en términos absolutos la producción de cabeza de bovinos creció en el período 1998-2008, al considerar el crecimiento poblacional de 1,8 por ciento en promedio, permite observar que la producción por habitante se redujo en 0,4 por ciento en dicho período; de la misma manera, la producción por habitante de caprino en 5,2 por ciento. Por su parte, la producción por habitante de huevos de consumo se redujo en 0,4 por ciento y la de huevos fértiles en 3,4 por ciento. Aunque la cartera agrícola ha tenido un crecimiento significativo es 49 Haiman El Troudi conocido que parte de los recursos que aparecen registrados como créditos a dicha cartera tienden a desviar su uso a financiar otras actividades productivas y de consumo. Históricamente, este sector ha presentado deficiencias en sus canales de distribución, los cuales encarecen de manera significativa los precios al consumidor y dejan a los productores en una posición débil al momento de vender sus cosechas. Una limitante importante del potencial de crecimiento del sector agrícola es la deficiencia histórica que ha tenido la infraestructura social en el ámbito rural. Como es el caso de la insuficiente vialidad agrícola, los servicios de transporte y mecanización, e insuficiente inversión en sistemas de riego entre otros. En estos aspectos se han producido importantes avances, no obstante el desempeño observado es insuficiente. Existe muy poca producción en ambientes controlados, lo que hace depender la producción de factores estacionales. Pese al incremento del financiamiento, en términos de tendencia, existe poca correlación de éste con la producción, la cual crece a un ritmo mucho menor. Esta situación es todavía más marcada si se adiciona la inversión realizada en infraestructura agrícola. Como se verá en otras secciones, independientemente del esfuerzo público, traducido en financiamiento, inversión, y la participación agrícola propia, dado el actual esquema y política de vinculación de la población campesina y de los pequeños y medianos emprendimientos, será difícil revertir la cultura de agricultura de puertos imperante en el país desde el advenimiento del rentismo petrolero. Se observa la carencia de una política integral agrícola concatenada a la actividad agroindustrial, así como una limitada política forestal. Diagnóstico de la industria manufacturera y la distribución26 El producto interno manufacturero muestra señales de desaceleración sostenida en su ritmo de crecimiento, de obsolescencia y lenta modernización tecnológica. La capacidad utilizada de la actividad industrial es de 92,5 por ciento, en muchas actividades no existen señales de planes de inversión orientados a incrementar dicha capacidad. El aparato productivo no está orientado a sectores prioritarios, satisfactores de las necesidades básicas de la población. Se observa la falta de articulación en el tejido industrial de manera que sectores con alto potencial de crecimiento sirvan para apalancar el crecimiento de actividades conexas. Así mismo, Venezuela produce muy pocos bienes de capital, estos son importados fundamentalmente de los 26 Epígrafe enriquecido con elementos extraídos del papel de trabajo “Plan Industrial de Producción, Distribución y Satisfacción de las Necesidades” 50 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela Estados Unidos y Europa, de la misma manera los bienes de consumo intermedio son importados en gran medida. Desde la década de los años sesenta la industria nacional se orientó a la sustitución de importaciones. A la fecha no se han observado avances significativos; al contrario, se observa una tendencia de acentuación del predominio de las importaciones. Desde el punto de vista de la producción nacional, se registra una marcada dependencia, expresada en: a) el aparato productivo estatal se concentra fundamentalmente en la extracción de materias primas, b) existe una muy baja capacidad de producción nacional, c) existe concentración oligopólica de la producción, por cuanto más del 80% del total de la producción nacional la realizan 571 grandes empresas (12%), mientras que 4.254 pequeñas y medianas industrias sólo realizan el 20%27. Se evidencia desequilibrio entre el sector secundario y terciario. También existe una ocupación desequilibrada del territorio: para el año 2001, el 53,73% de la población estaba concentrada en 7 entidades federales: Aragua, Carabobo, Distrito Capital, Lara, Miranda, Vargas, Zulia, lo que refleja la reproducción del modelo de desarrollo de la economía de puertos. Prevalece un desarrollo industrial desigual, ratificado en el análisis de la concentración de la densidad industrial: Miranda, Aragua, Carabobo, Lara y Táchira representan los 5 estados con alta densidad industrial. El esquema de distribución está enmarcado en la disposición de la división internacional del trabajo impuesta a Venezuela, en tanto país exportador de materias primas y productos semi-elaborados; por tanto la red vial, la concentración de industrias, la distribución de mercancías y los centros de formación técnica y universitaria están concentrados en el eje norte costero, generando una alta densidad de población y concentración del poder adquisitivo que a su vez, en un círculo vicioso, fortalece el esquema de concentración de la industria y distribución hacia esta región. Existe un marcado predominio del sector privado en la red de distribución: aún cuando el Estado es propietario y tiene control administrativo de los mercados mayoristas, no posee el dominio sobre el resto de la red de distribución (supermercados mayoristas y minoristas, abastos, bodegas), el cual se encuentra en muchos casos en manos de grupos oligopólicos. También existe una concentración de la oferta de empleo: la ocupación territorial de las industrias, de los centros de formación técnica y universitaria, así como de las redes de distribución determinan una exclusión de amplios sectores de la población por razones geográficas. La migración de la población joven, económicamente activa y estudiantil, hacia la región norte costera fortalece el esquema de desarrollo industrial dependiente. 27 Datos al 2007. Encuesta industrial, INE. 51 Haiman El Troudi Adicionalmente, predomina el empleo de baja calificación: el 81% de la fuerza ocupada está constituido por personas con bajo nivel educativo (sin llegar al nivel medio y diversificado), lo cual implica un proceso productivo manufacturero básico, de operaciones repetitivas que requiere poca calificación del personal en contraste con un alto desempleo profesional en áreas como ingeniería y ciencias básicas donde el 63% realiza actividades distintas a su profesión. Esto demuestra una alta dependencia de la industria nacional y una exclusión de la población en la oferta de capacitación técnica y en las posibilidades de empleo para quienes culminan estudios en estas áreas. En relación al conocimiento se observa una tendencia creciente de fuga cerebros y conocimientos. Existe preeminencia del sector industrial extranjero en el registro de patentes de invención. Diagnóstico del sector construcción El sector construcción creció significativamente entre los años 2004 y 2006; durante los año 2007-2008 y 2009 su crecimiento se desaceleró de manera significativa y esta tendencia se mantiene. Sin embargo, el impulso del sector público (principal contratante de obras) puede en un tiempo perentorio revertir tal tendencia. Lo importante acá es la asimilación tardía de las enseñanzas de las críticas al desarrollismo, y el impulso poco planificado de las obras necesarias, atribuible a la falta de concreciones sobre el modelo de desarrollo territorial deseado. El año 2006 fue un período importante para la culminación de grandes obras, pero se observa poca sincronización en el inicio de nuevas obras. La conflictividad laboral y la actuación de mafias sindicales de la construcción han venido constituyendo un factor de perturbación particularmente significativo en los últimos años, sin que se observe una política congruente dirigida a erradicar tales distorsiones. Queda claro que tras la omisión de respuestas se configura un escenario de resignación pasiva y de adaptación cómplice a la cultura de la vacuna, la extorsión y la venta de cupos de trabajo. La producción corre el peligro de encontrar cuellos de botella por la limitada disponibilidad de algunos insumos. La venta de productos largos (alambrón, cabilla, etc.), y de agregados para la construcción (arena, piedra, asfalto, etc.) ha mermado su ritmo de crecimiento para satisfacer la demanda del sector, y las ventas de cemento han mantenido un nivel total estable con un incremento del consumo nacional compensado por una reducción de las exportaciones, no obstante dicho actividad posee capacidad instalada ociosa. 52 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela Diagnóstico de la inflación El proceso inflacionario en Venezuela se inició hace tres décadas, lo que sugiere que la solución al mismo tiene que ver con transformar la estructura productiva en una que permita un crecimiento sostenido del aparato productivo, especialmente de la agricultura, industria y sector servicios. En la coyuntura actual, se debe tener en cuenta el factor político ya que las fuerzas que adversan al gobierno han venido desarrollando una campaña propiciadora de escasez, creando un ambiente que estimula las compras nerviosas y los continuos aumentos de precios de bienes y servicios. Por otra parte, el contrabando de extracción no solamente ha propiciado desabastecimiento, también ha contribuido con el incremento de los precios. Se debe tener claro que la inflación en Venezuela no es un fenómeno estrictamente monetario (tesis del neoliberalismo) por lo que es necesario evitar una política que contraiga de manera excesiva la liquidez monetaria y el gasto público; se recuerda que esa fue la medicina aplicada por el paquete económico de Carlos Andrés Pérez (CAP), el cual propició una inflación de 81 por ciento en 1989 acompañado de una fuerte recesión. La inflación también se manifiesta como una pugna por la distribución del ingreso, la cual tiende a ser ganada por las oligarquías y las clases dominantes; se debe recordar que como consecuencia de la crisis financiera la inflación ascendió a 103 por ciento en 1996 haciendo que la población empobrecida pagara el costo de dicha crisis, mientras que banqueros responsables de la quiebra de los bancos se dieron a la fuga, sin pagar el daño que le hicieron a la sociedad venezolana. La estructura inflacionaria en Venezuela combina una fuente multicausal, y con base a dicho complejo proceso debe formularse una estrategia integral que tienda a someter las tensiones inflacionarias, yendo a la raíz del asunto. En tal sentido, se identifican las aristas del problema: a) baja producción nacional de bienes y servicios, b) aparato productivo con alta dependencia de insumos importados, c) desequilibrios y distorsiones en el diferencial cambiario, d) expectativas económicas y políticas, e) factores inerciales de alto arrastre y empuje de los hitos inflacionarios al resto de las cadenas de formación de precios, p.e., incremento salarial, escases puntual de productos, etc., f) política de gastos e inversiones públicas, g) componentes especulativos, h) incremento del ingreso familiar y de la capacidad de consumo, i) patrones consumistas presentes en el imaginario colectivo, j) rigidez en la política de controles de precios. En suma, se observa la carencia de una política integral antiinflacionaria. 53 Haiman El Troudi A manera de epílogo preliminar: El poder adquisitivo de la población crece y el desempleo disminuye. Se está creando un sector socialista de la economía – cuyo exponente, pero no único, son las Empresas de Producción Social (EPS), las Unidades de Producción Comunal, las Cooperativas, Las Empresas del Estado-. Los beneficios del petróleo nacional se están dedicando a la redistribución de la riqueza. Ahora, la revolución está lo suficientemente organizada y aposentada en una amplia base social como para dar un nuevo salto: a) seguir elevando el nivel de vida de las clases populares, b) fortalecer el sector socialista de la economía, incrementando la eficiencia con la que gestiona y devuelve a la sociedad, incrementados, los recursos que ésta pone en sus manos, c) atraer a Venezuela capital y tecnología para elevar la competitividad internacional de su producción, al tiempo que se rechaza el capital especulativo, d) crecer de una manera más equilibrada, no sólo -como ya se hace- desde un punto de vista social, sino favoreciendo la exportación no tradicional, y reduciendo las tensiones en los precios –especialmente los de los artículos más necesarios-. En el país con la gasolina más barata de América, las tensiones inflacionistas son las más graves. Y la inflación mata: se come las rentas más bajas y la competitividad internacional. En el país que recibe más dólares de Latinoamérica, la moneda cae respecto al dólar y existe un amplio cambio paralelo. El problema de los países de la región es el contrario: la revaluación actual de sus monedas frente al dólar disminuye su competitividad -cierto, pero más dramático, es que Venezuela no exporta significativamente, por lo que la competitividad no es un problema del momento-. Recuérdese que la conjunción de un tipo de cambio artificial junto al descontrol del gasto público –y la inflación subsiguiente- produjo, no hace mucho, el “corralito” argentino. El crecimiento, alto en términos absolutos, es muy insuficiente en el sector no petrolero; y en éste crecen básicamente los sectores no transables de la economía (comercio, sector financiero y comunicaciones), es decir, los bienes no comercializables internacionalmente (excepto, naturalmente, el petróleo). Los controles de precios y de divisas son indiscriminados y producen efectos negativos. Los propios informes ministeriales concluyen en que, demasiado a menudo, los precios fijados finalmente son menores que los internacionales de compra y que la dotación de divisas no discrimina los fines -lo que ocurre constantemente con las importaciones de alimentos-. Los organismos estatales o paraestatales que inyectan dinero a la economía son dispersos y poco coordinados. Las importaciones crecen casi el 40%, las exportaciones no petroleras son crecientemente irrelevantes. 54 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela La enorme extensión que se ha conseguido por la revolución de la superficie cultivable no se corresponde con un aumento significativo de la producción agraria, tampoco la inversión agrícola pública y el financiamiento agrícola (público y privado) guarda correspondencia con la evolución de la producción. Los precios de los alimentos son el motor de la inflación. El control de precios finales no tiene en cuenta los incrementos en los mercados internacionales y ello, junto con el retraso de los pagos por importación, provoca (entre otras causas) situaciones de desabastecimiento. No existe un sistema fiscal real, capaz de redistribuir por sí mismo la riqueza sin incremento de la masa monetaria. El gasto público real, agregado de todos los organismos que inyectan liquidez, puede estar superando el ritmo del 70%, lo cual no puede permanecer sin crear una paralización fiscal e inflacionista. Desde hace 70 años las devaluaciones han cerrado en Venezuela el “gap” fiscal; y próximamente pudiera volver a ser así, a pesar del empleo que -afortunadamente- se da al petróleo. No hay síntomas de que se esté creando un mercado interno desde abajo que supere el estrecho marco de la alimentación básica. El dinero que inyecta el Estado: a) tiene poco efecto multiplicador, b) el resultado de su aplicación a la economía social no posee métricas de rentabilización, también social, de recursos. Si el precio del petróleo se situara en torno a los 50 dólares (punto de equilibrio estimado de acuerdo con los modelos de simulación y de estimaciones), el sistema estaría en riesgo de quiebra, y la salud de la economía nacional se vería seriamente afectada. Existe una conciencia extendida sobre un alto grado de corrupción; y una realidad de que quien tiene dinero hace grandes negocios. La recesión del 2009 Una ecuación general del Producto Interno Bruto (PIB) nos permite analizar el comportamiento de las variables que lo componen. En ese sentido, para que se produzca crecimiento del PIB se requiere crecimiento del consumo, la inversión y las exportaciones, en tanto que disminución de importaciones. PIB = Consumo (público + privado) + Inversión (p+p) + Exportaciones (p+p) – Importaciones (p+p) El crecimiento menos acelerado del PIB durante el año 2008, y la recesión del 2009 obedeció a la disminución de todas las variables que participan en su determinación: el consumo, la inversión, la exportación (tanto privada como pública), y la importación. Lo presentado hasta ahora da luces del comportamiento de la economía 55 Haiman El Troudi real venezolana. En un contexto de crisis del capitalismo global, en la que el gasto público ve reducida su capacidad apalancadora y dinamizadora; por ello, es preciso delimitar acciones que permitan sostener los avances sociales y el crecimiento económico. El gobierno debe hacer lo suyo, no obstante el sector privado marca una tendencia de desarraigo productivo. Se recuerda que el 80% del empleo es privado, y que la participación de lo público en la participación del PIB, por ahora, es sólo el 30%. Véase a continuación, algunos factores explicativos de los indicadores presentados. Aumenta el deterioro de la capacidad productiva de la economía nacional Las limitaciones estructurales de la capacidad productiva han venido empeorando dado el carácter rentista de la economía nacional. En tal sentido, para 1977, la inversión se ubicó en 70,6% del PIB (pública 13,1% del PIB, privada 57,5% del PIB). Para el año 2007 se ubicó en el 33,8% como porcentaje del PIB (pública 11,5% del PIB, privada 22,3 % del PIB) y para el año 2008 alcanzó el 31,5% (pública 13,0% del PIB, privada 18,6 % del PIB). Con la revolución bolivariana se ha iniciado un leve repunte en la capacidad productiva, impulsada fundamentalmente por la inversión pública, la cual se viene recuperando desde el año 2005, cuando se ubicaba 56 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela en 11,4% hasta situarse en 13% durante el año 2008. Sin embargo, el sector privado ha asumido una suerte de “huelga de inversiones”, matizada por componentes tanto políticos como económicos. De la revisión ya no de la estructura de la participación, sino la tasa de crecimiento de la Formación Bruta de Capital (FBK) en los últimos años, se aprecia una significativa tendencia de desaceleración. El Acervo de Capital mantiene tasas de crecimiento bajas, lo cual debe afectar la producción para los años venideros, de mantenerse esta tendencia. Capacidad utilizada al tope La capacidad utilizada en la industria manufacturera privada ha venido en aumento. En tal sentido, para el primer trimestre de 2005 se ubicó en 85,6% y para el primer trimestre de 2008 en 91,6%. Este indicador muestra como la manufactura nacional ha llegado prácticamente a su techo productivo, dando lugar a un estancamiento desde hace varios trimestres. No se observan inversiones orientadas a la expansión de la capacidad instalada. 57 Haiman El Troudi Cuando la capacidad utilizada de las empresas toca techo se requiere ampliar la capacidad operativa de las ya existentes y crear nuevas. En nuestro país, estas dos vertientes no se vienen cumpliendo, tal como lo constatan las gráficas siguientes: Las limitaciones para expandir la producción interna quedan patentizadas, con la disminución de 6.424 empresas industriales entre 1999 y 2007. Ante este factor, se hace imprescindible, en pos del crecimiento, crear nuevos centros productivos tanto desde el sector público como del privado. FONDEN ha contribuido al incremento de la inversión pública, a partir del año 2005. Sin embargo, hay proyectos, especialmente los vinculados 58 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela a la actividad manufacturera no petrolera, que tienen recursos asignados y no han avanzado a un ritmo necesario. En todo caso, las iniciativas productivas del gobierno nacional son insuficientes dado el tamaño de nuestra economía. Los esfuerzos realizados por el gobierno nacional para fortalecer la actividad industrial manufacturera, tanto por la vía directa, como a través del financiamiento crediticio, aún no han dado los frutos esperados. Desinversión privada por expectativas negativas La desaceleración del PIB, durante el año 2008 y la recesión de 2009 en comparación con el período 2004-2007 están vinculadas con las expectativas económicas negativas, porque sectores del empresariado privado se sienten amenazados en sus intereses, lo que restringe su propensión a invertir. Esta aseveración se fundamenta en las encuestas de expectativas económicas que realiza el Banco Central de Venezuela (BCV) – Instituto Nacional de Estadísticas (INE). En tal sentido, la percepción producida por la política de nacionalizaciones iniciada durante el año 2007, aumentó los niveles de incertidumbre de empresarios privados. Existen expectativas distorsionadoras en relación con el tema de la política de nacionalizaciones. Es de hacer notar la reiterada manifestación de sectores empresariales sobre este tema, sobre todo pequeños empresarios. Pareciera que la matriz mediática en torno a las amenazas a la propiedad privada, desarrollada durante la campaña del referéndum 2007, no sólo surtió efectos negativos entonces, sino que sigue viva. Por ello, es necesario establecer reglas claras para el inversionista en cuanto al espacio productivo fijado para los distintos agentes económicos (privado nacional e internacional, público internacional, economía comunal y otras formas de economía social y para el sector público). De esta manera, cada quien puede saber a qué atenerse y se podrían mejorar los índices de natalidad y permanencia empresarial. 59 Haiman El Troudi Restricción acentuada de la liquidez monetaria Las políticas monetarias y financieras instrumentadas desde mediados de 2007 tuvieron efectos de contracción sobre la actividad económica. La tasa de crecimiento anualizada de la liquidez real se ubicó en mayo 2007 en 50,69% y comenzó a desacelerarse hasta situarse en marzo 2008 en -3,72%, lo cual disminuyó los fondos disponibles dirigidos a financiar la actividad privada. Esta tendencia se mantiene al presente. La tasa de variación anualizada de la liquidez real comenzó a descender en septiembre de 2007, y se hizo negativa desde mayo 2008 ocasionando efectos negativos en el crecimiento de la actividad económica presente. Esta circunstancia obliga a la revisión permanente del Fondo de Encaje Marginal de la Banca, pautado por el BCV; así como a coordinar las operaciones de inyección y absorción de la Tesorería Nacional y del BCV. Política financiera y monetaria Aún cuando la cartera de crédito, en términos nominales, pareciera mostrar un crecimiento sostenido, la tasa promedio intermensual se encuentra por debajo de la tasa promedio mensual de inflación, por lo cual se observa un estancamiento real del crédito. Aunado a la propensión de la 60 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela banca en todo el mundo a disminuir riesgos y en consecuencia, disminuir el otorgamiento de créditos. El financiamiento disponible (cartera de créditos), para los agentes económicos, durante el año 2008 en términos reales comenzó a presentar tasas de crecimiento descendentes a partir de abril de 2007, cuya tendencia se mantuvo decreciente, hasta presentar un crecimiento negativo en octubre de 2008, al ubicarse en (5,7), con respecto a octubre de 2007. Producto de las distorsiones presentes en el Sistema Financiero Nacional (Bancos, Casas de Valores, y Empresas Aseguradoras), como expresión del apetito voraz por el lucro, las emisiones de Títulos Públicos son costeadas con créditos cedidos por los agentes del propio sistema. Toca no ser tan optimistas ni ingenuos ante los incrementos puntuales en los registros del financiamiento bancario. Incluso las carteras de crédito obligatorias para los sectores, se han venido desacelerando desde enero de 2008, debido a la cautela con la cual la banca ha venido otorgando créditos en virtud de los aumentos de la morosidad promedio del sistema. 61 Haiman El Troudi En enero 2008 se remontó al 24%, en lo cual incidió las expectativas generadas por la Reconversión Monetaria. Con tal aumento se encareció el crédito dirigido a los sectores productivos, a tal punto que la tasa de interés para el sector industrial se ubicó en 25,6% en enero de 2008. Esto condujo a que el Directorio del Banco Central, por iniciativa del Ejecutivo Nacional, adecuara las tasas de interés para el sector manufacturero del 28% al 19%. Así mismo, se creó una gaveta obligatoria del 10% para el sector. Con esta medida y con el incremento de la tasa pasiva se logró disminuir el spread entre tasas del 13,47% en enero a 3,19% al 12 de diciembre de 2008 62 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela A pesar, de las políticas de regulación de las tasas de interés activas, las mismas mantuvieron un nivel superior al del año 2008, lo cual afectó igualmente la demanda de crédito para actividades productivas. Política automotriz A partir de enero de 2008, el Ejecutivo Nacional restringió las importaciones de vehículos con el fin de propiciar el ensamblaje nacional. El ensamblaje nacional cayó en los años siguientes en torno al 13% mientras que las ventas de vehículos importados lo hicieron en 60% aproximadamente. La política automotriz nacional debe orientarse decididamente a la eliminación de importaciones de vehículos, tal como sucedió durante 30 años hasta 1998. Ello favorecería la industria nacional manufacturera y ensambladora. En tanto esto no ocurra, lo ideal es priorizar la importación de vehículos relacionados con bienes de capital (vehículos de carga, camiones, autobuses, tractores, etc.) Calidad del crecimiento experimentado Si bien hemos registrado 21 trimestres consecutivos de crecimiento económico, cabe preguntarse, ¿cuáles sectores han apalancado tal 63 Haiman El Troudi crecimiento? La respuesta salta a la vista: el sector terciario (servicios bancarios y de aseguramiento, telecomunicaciones y comercio), los cuales explican el 42% del crecimiento del PIB, durante el año 2008. El crecimiento de calidad del PIB debe centrarse en actividades que generen empleo productivo y sean ahorradoras de divisas, esto es fundamentalmente, la construcción, la industria manufacturera y la agricultura. En ese sentido, se debe orientar la política de inversión pública y de incentivo a la producción privada hacia el desarrollo de los sectores transables de la economía. Con base en lo señalado con anterioridad, para estimular el crecimiento de la construcción se requiere orientar la inversión en torno a dicho sector y hacer uso eficiente de los recursos asignados. Es conveniente en esa línea supervisar la ejecución física de los recursos dotados a las obras de infraestructura, al tiempo de comprobar los costos asociados a la construcción. Del mismo modo se requiere reimpulsar programas de financiamiento a sectores productivos nacionalistas privados tipo Fábrica Adentro. Como se ha constatado, el camino de levantar por cuenta propia el aparato productivo nacional es muy complejo, si ello se asume exclusivamente desde el lado público. Programas como las 200 Fábricas Socialistas hay que reimpulsarlos con urgencia, pero ese esfuerzo por sí sólo no basta. La escala de las necesidades nacionales supera con creces los proyectos productivos del Estado previstos para el mediano plazo. La transición al socialismo tiene que delimitar cuál es el espacio que se debe asignar a los sectores privados, fijando reglas claras, ordenando la economía y regulando las distorsiones monopólicas. Se trata en definitiva de liberar las fuerzas productivas (como aconsejaba el viejo Lenin) en pos de asegurar acumulación de riquezas sociales para la satisfacción de las necesidades de la población, vía reparto justo e igualitario de dichas riquezas. Efectos en el crecimiento futuro De continuar con la “huelga de inversiones” del sector privado nacional y no aumentar la inversión en empresas públicas y Gran-nacionales, se corre el riesgo de que no se amplíe la capacidad productiva del país de bienes transables, con lo cual se pone en riesgo el crecimiento de la economía en el mediano plazo. La inversión pública es insuficiente, por ahora, para sostener la expansión de la economía y con ello la producción de bienes y servicios necesarios para la satisfacción de las necesidades de la población. Al no expandirse la economía en los sectores transables, aumentan las probabilidades de un deterioro en la Balanza Comercial, y con ello, se cierra el círculo de posibilidades de estimular actividades productivas 64 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela no petroleras que generen excedentes suficientes para la exportación de bienes no tradicionales. La desaceleración del ritmo de crecimiento de la economía tiene efectos negativos en la creación de nuevos puestos de trabajo compatibles con la oferta de empleo por parte de los hogares. Especialmente, cuando la economía se encuentra en niveles bajos de desempleo. La tasa de desocupación se ha ubicado por debajo de 7% durante los últimos tres años (2007, 2008, y 2009), con lo cual la economía venezolana se acerca al desempleo friccional (o a la “tasa natural del desempleo”). Sin embargo, este hecho se ve trastocado a causa de los desenlaces de la recesión venezolana en 2009. Al cierre del 2009 la tasa de desocupación se relativamente baja al compararla con otros países de la región e incluso del mundo desarrollado. 65 Haiman El Troudi PARTE SEGUNDA: LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) “Los hombres hacen su propia historia, pero no la hacen arbitrariamente, bajo circunstancias elegidas por ellos mismos, sino bajo circunstancias directamente dadas y heredadas del pasado.” Carlos Marx, El dieciocho brumario de Luis Bonaparte 1. Una política para la transición económica al socialismo bolivariano. “la historia de la humanidad es la de la transición de formas de organización social sin clases a las sociedades de clases”. Carlos Marx, Carta a J. Weydemeyer Marx, en franca crítica al programa socialdemócrata del partido obrero alemán mantenía el criterio de una fase de transición entre el capitalismo y el comunismo, a través de la cual el Estado en vías de extinción sería utilizado por el proletariado para imponer su proyecto transformador a la burguesía. “Entre la sociedad capitalista y la sociedad comunista media el período de la transformación revolucionaria de la primera en la segunda. A este período corresponde también un período político de transición, cuyo Estado no puede ser otro que la dictadura revolucionaria del proletariado”28 Tiempo atrás, junto a Engels, en el Manifiesto del Partido Comunista, ampliamente se habían referido a su explicación sobre la transición entendida como la sucesión de acontecimientos advenidos en tiempos de revolución, a través de los cuales se termina desplazando el modo de producción capitalista por otro profundamente liberador en que la clase trabajadora administra el poder. Fue Marx quien enfatizó sobre el hecho de que la transición sólo puede adquirir sentido en un marco teórico-práctico complejo del proceso histórico, el cual finaliza sólo en el momento en que se produce el cambio de dominación y se consolida el nuevo modo de producción. De hecho, el Estado, la organización del trabajo, la cultura y el imaginario popular, los medios de producción, las relaciones de convivencia social, etc., constituyen aspectos centrales sobre los cuales se plasma la estrategia de transformación societal y ello demanda laboriosidad de orfebres y determinación revolucionaria. Para estos fines; figuran por su trascendencia, el ideario de Marx tanto como de Engels de pensar la historia encaminada a descubrir las estructuras esenciales de la sociedad para, a través de sí, revelar sus unidades evolutivas. 28 Carlos Marx. “Crítica al Programa de Gotha” 66 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela De esta forma, la teoría de la transición al socialismo debe entenderse como un constructo multivariante, complejo, dotado de varias teorías tributarias, la teoría histórica de la transición, la teoría política, la teoría social, la sociológica, la cultural, la antropológica, y la teoría económica. Sobre esta última, como se ha dcho, se enfatiza en el presente texto. Desde hace varios años se están sentando las premisas del socialismo en Venezuela. Estas premisas son de variado signo. Por un lado, son históricas. En nuestro continente se pueden identificar características comunes que comparten la frustración de sus metas históricas de independencia, justicia social, desarrollo socioeconómico y democracia popular. Todavía al comenzar el Siglo XXI continuaban inalcanzadas las metas de una mayor independencia del capitalismo global y del imperialismo, una mayor igualdad social, un mayor desarrollo relativo o la superación de una concepción de democracia “restringida”, “limitada”, o “tutelada”. Pero las premisas para buscar el socialismo también son políticas. De hecho, si algo significa el esfuerzo colectivo de la Revolución Bolivariana es poner a “la política en el puesto de mando”. Esto conlleva a la necesidad de avanzar en el análisis de los diferentes “modelos de socialismo”, de la misma manera que deja abierta la discusión acerca de la estrategia o modelo de transición. Las premisas económicas reportan a su favor el nivel de desarrollo económico y social alcanzado, y el creciente pago de la deuda social. La Revolución Bolivariana es un proceso de “características propias”, siguiendo el legado de Mariátegui de construir un socialismo que no fuera “calco ni copia” de los foráneos. De hecho, la confrontación con el imperio en América Latina y el Caribe ha sido bien diferente a la que tuvo lugar en Europa. Si allí pudo denominarse “guerra fría”, aquí fue en realidad una guerra caliente que implicó golpes de Estado, invasiones, bloqueos, magnicidios y todo un abanico de tareas de desestabilización. Es precisamente ese carácter el que ha dotado también de contenido a la actual integración, articulada, además de la identidad común de la historia y de la identidad común sembrada por los libertadores, con esa condición de víctima común que le han infligido durante más de un siglo los EEUU. Sin embargo, una de las enseñanzas legadas por el socialismo del Siglo XX ha sido la certeza de que no existen modelos únicos que puedan ser repetidos en cada lugar. Ese error ha sido propio del pensamiento moderno (lineal y eurocéntrico) y alcanzó tanto al socialismo del Siglo XX como al capitalismo empeñado, a través de las recetas universales del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Banco Mundial (BM), en homogeneizar al mundo para circular mejor en su modelo de mercado mundial libre. Muy al contrario, corresponde a cada país definir su transición hacia modelos de plena inclusión. Sólo cada país sabe cuáles son los pasos convenientes para alcanzar sociedades más justas y libres, cuál la oportunidad de determinadas medidas o el acierto que debe suponer acumular fuerzas hasta que llegue un momento con mayores probabilidades 67 Haiman El Troudi de éxito. No se olvide que, como se observa, la reconstrucción de la hegemonía dependerá de las condiciones que en cada país tenga el sector público (especialmente el Estado y las instituciones de regulación social), de las garantías existentes para la reproducción económica, y también del éxito a la hora de alcanzar un nivel de conciencia compartida acerca del tipo de sociedad que se quiere y se busca. Del discurrir de los procesos históricos en Latinoamérica se ve cómo modelos que habían ordenado la emancipación en Europa o en Asia no iban a servir sin más en América Latina. La irrupción de la teología de la liberación a partir de la obra del peruano Gustavo Gutiérrez29 sirvió para entender que había un sujeto revolucionario que no se agotaba con la clase obrera. Es indudable que los trabajadores son los representantes de la contradicción principal - la que constituye la confrontación capital/trabajo -, algo evidente si se considera que bastaría con que parasen todos los trabajadores para que el capitalismo colapsara. Pero eso no significa que la subjetividad obrera, tal y como se ha construido durante el siglo pasado, sirva para representar a toda la población. Por eso, la Revolución Bolivariana prefiere hablar del pueblo organizado, consciente y movilizado como sujeto histórico y como el principal actor. Un pueblo partícipe de una identidad nueva que afecta a Venezuela, que vuela más allá, que sueña el fin de la explotación, pero también una sociedad emancipada de otras opresiones de raza, de género, de edad, geográficas, etc. Una de las tareas del socialismo bolivariano tiene que ver con la reconciliación del mundo del trabajo con todas las demás subjetividades propias de su historia y sus rasgos como pueblo. En todo caso, el socialismo bolivariano ni se ha materializado ni podrá decretarse de un día para otro, sin un proceso de transformación del modo de producción, distribución y consumo todavía dominante hoy en Venezuela, y sin cambios en la superestructura. …se observan algunos dilemas en cuanto a determinar teóricamente el tiempo que se requiere para pasar de una sociedad a otra: Mientras algunas corrientes, muy minoritarias por cierto, proponen una transición rápida del capitalismo al socialismo y a una economía totalmente centralizada, otras corrientes plantean la necesidad de un período de transición más o menos prolongado, caracterizado por la existencia de formas de producción complejas, donde se combinan modos y formas de producción variadas tales como las precapitalistas, capitalistas, y socialistas. El propósito de este período de transición sería el de reconstruir y reordenar la sociedad y su economía para poder avanzar hacia estadios superiores de producción y de vida donde dominen plenamente las relaciones social-socialistas30. Para avanzar y acelerar la construcción del modelo económico socialista bolivariano es necesario un cambio de estructura económica en la sociedad 29 Gustavo Gutiérrez. “Teología de la liberación-perspectivas” 30 Lapp M. Augusto N. “Razón y visiones del socialismo” 68 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela venezolana. Dicho cambio se produce como fruto de un proceso para el que se requiere una estrategia de largo alcance. En lo atinente a la transformación de la base material, el proceso revolucionario venezolano hacia el socialismo amerita concreciones de orden programáticas, vale decir, una Política Económica Bolivariana (PEB) en la cual se fije la estrategia y se decanten decisiones. La PEB rumbo al socialismo del Siglo XXI implica abrir un camino nuevo, un camino aún inexplorado para avanzar hacia una sociedad más justa, más libre, con mayores cotas de igualdad y de bienestar, de inclusión social y de prosperidad en el marco de una nueva concepción de las necesidades humanas que tenga en cuenta la sostenibilidad ecológica de nuestro modo de vida, de producción y de consumo. Mucho de lo que se ha venido haciendo tras una década de gestión de gobierno tiene rasgos socialistas, pero también se han acometido políticas y medidas diametralmente opuestas a la esencia básica del socialismo, por tanto se debe hacer un balance crítico. Para ello, es preciso que tanto el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) como el Gobierno Bolivariano aborden y den respuesta común a los dilemas que se deben enfrentar en este período de transición en el ámbito económico para la profundización socialista de su proceso revolucionario. 69 Haiman El Troudi 2.Los dilemas de la Política Económica Bolivariana (PEB) La Revolución Bolivariana, al iniciar su nuevo período definido por la aceleración de la transición al socialismo, parte de siete ejes estratégicos: 1. El político: consolidación de una democracia popular, participativa, protagónica, directa. 2. El social: satisfacción de necesidades más urgentes y básicas del pueblo como vía hacia el pleno Desarrollo Humano Integral. 3. El económico: construcción del modo de producción socialista bolivariano. 4. El territorial: desarrollo endógeno, ecosocialismo, nueva geografía administrativa, económica y social. 5. El internacional: aportes para la edificación de un nuevo orden internacional y regional, pluripolar, integrado, solidario, complementario. 6. El Estado: nueva institucionalidad promotora de la autogestión popular-comunal de los asuntos públicos. 7. El Cultural: nuevo ser humano, nuevas ética y estética, nuevo imaginario y paradigma societal. Para acelerar la construcción del modelo económico socialista bolivariano se hace necesario avanzar en la definición de la economía política para la transición. Economía política que, partiendo de la situación actual venezolana y de los retos planteados por la crisis capitalista mundial, responda a los grandes interrogantes y dilemas sobre las formas de propiedad, producción, distribución y consumo que han de caracterizar al socialismo bolivariano, y trace una estrategia para avanzar en la direccionalidad delineada en procura de sus objetivos trascendentes. Recuérdese que Marx no fundó sus aportes teóricos a partir de las condiciones materiales del capitalismo global que hoy se conoce; su método de la ascensión de lo simple a lo complejo, de lo abstracto a lo concreto se basó en la realidad histórica de su época, así como a la síntesis de corrientes intelectuales de aquel entonces, a saber: la economía política inglesa, la filosofía clásica alemana y el socialismo utópico francés. Corresponde a sus herederos, cifrar las fuerzas motrices de la dialéctica actual, y a partir de ella apuntalar las especificidades de su desafío sociohistórico. Desafío conectado con la revisión crítica de la economía política desde el propio discurso marxista, fundamentalmente en sus dos dimensiones primeras: la social y la histórica. La dimensión social vista como disciplina científica - así reclamada desde los tiempos de Smith y Ricardo-, tiene por objeto de estudio las relaciones sociales de producción, es decir la relación entre hombres y entre clases para la producción de su vida material; la dimensión histórica, aborda el estudio de tales relaciones sociales como 70 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela una fase transitoria en el devenir de la sociedad, en tanto la existencia en tal etapa de formas específicas de producción, distribución, circulación y consumo. A partir de tales referentes el socialismo del Siglo XXI ha de forjar sus propios conceptos de economía política, principalmente desde una visión crítica, es decir, la denuncia a la cosificación del concepto como tal, desprovisto de instrumentos analíticos para comprender la realidad concreta. Hasta tanto no se hayan clarificado los postulados axiomáticos del proceso de transición, sin pretender consumar recetarios ortodoxos, la acción emancipadora de los sujetos revolucionarios y particularmente de la vanguardia del proceso se encuentra signada de sinuosidades y el libre albedrío de quien interpreta a su manera el informe. Indefinición auspiciante tanto de la parálisis y la pérdida de oportunidad política, como de la exacerbación de contradicciones entre los agentes del cambio. Aún cuando no exista certeza académica ni un debate cerrado respecto del objeto de estudio de la economía política de la construcción del socialismo, se puede acordar de manera general que en todo caso, lo compone la adopción y desarrollo de nuevas relaciones sociales de producción a tenor de representaciones diversas de las relaciones de propiedad, de la organización del consumo para satisfacer necesidades humanas, y de las formas de la circulación y el cambio. Tales son los desafíos de la revolución bolivariana en tanto proceso abierto, en plena gestación: a la par encaminar cambios radicales en todos los órdenes, agenciar la correlación de fuerzas con los sectores contrarios, recomponer el imaginario mercantilizado de la herencia capitalista, ir saldando la deuda social acumulada, preparar las bases materiales para situar al trabajo liberador en el centro de la realización humana, en tanto palanca fundamental para el desarrollo. Se adiciona a lo anterior, la ausencia de una profundización suficiente sobre los referentes estratégicos necesarios, y las debilidades observadas en la formulación y ejecución de políticas para la acción direccionada de forma coherente, se llega a la conclusión de que el proceso venezolano corre riesgos de extravío y menoscabo de su congruencia histórica. Por ello, es pertinente comenzar a delinear los primeros trazos de la Política Económica Bolivariana para la transición al socialismo, para entonces buscar respuestas a las disyuntivas desagregadas de tales directrices. Al preparar el período de superación del modo de producción capitalista imperante en Venezuela durante décadas, se han de plantear abiertamente los dilemas que la revolución debe enfrentar y trascender para sentar las bases del desarrollo socialista del país: DILEMA 1. Renovación o reproducción socialista ¿Cuáles son los rasgos propios que van diseñando el carácter del socialismo venezolano? 71 Haiman El Troudi ¿Qué experiencias del socialismo histórico debe asumir y cuáles debe superar? ¿Qué estrategias va identificando la revolución bolivariana y diferenciándola de procesos anteriores de transición al socialismo? ¿Existe algún referente decimonónico o ensayo socialista precedente al cual apelar? DILEMA 2. Plan y mercado ¿Qué papel tendrán respectivamente, el Plan y el Mercado en el nuevo modelo económico de transición? ¿Cómo participan los sujetos económicos en la conformación del plan? ¿Cómo se evalúa y quién controla su ejecución? ¿Debe supeditarse la sociedad al mercado? ¿Cómo se visibiliza la mano invisible del mercado? DILEMA 3. Cuánto Estado, cuánto mercado, cuánta comunidad. Los sectores de la economía definidos por sus formas de propiedad y de organización económica -el sector público, el capitalista privado, el cooperativo, el social comunitario- plantean diferencias importantes tanto en sus grados de socialización como en su lugar en las estrategias de desarrollo ¿Cómo se reequilibrarán sus pesos relativos en la estructura de la propiedad, en la composición del Producto Interno Bruto y en la estrategia de acumulación? ¿Qué instrumentos políticos, económicos y culturales se utilizarán al efecto? DILEMA 4. Sistema tributario y margen de ganancia ¿Qué características ha de tener el nuevo sistema tributario socialista y con qué ritmo de implantación debe aplicarse? ¿Qué cotos deben fijarse a las ganancias? DILEMA 5. Economía, integración y globalización ¿Cuáles son los modos de integración económica regional de nuestro proyecto socialista? ¿Qué tipo relaciones de intercambio de equivalencias multilaterales y bilaterales se han de privilegiar? ¿Qué desafíos plantea el actual contexto internacional y cómo enfrentarlos; en particular, los derivados de la crisis económica capitalista global y de su impacto sobre el escenario de partida del nuevo período de la Revolución Bolivariana? DILEMA 6. Relación capital – trabajo ¿Qué política laboral asume el socialismo bolivariano? ¿Cómo se armoniza el sistema de remuneraciones con la seguridad social y la relación capital/trabajo? DILEMA 7. Clase trabajadora ¿Qué tipo de democracia sindical se desea auspiciar, cómo se asume la gestión obrera, la participación en los Consejos de Trabajadores y Trabajadoras? ¿Cuál es el papel de la clase trabajadora en la revolución socialista? 72 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela DILEMA 8. Diversificación productiva ¿Cómo se desarrollan las fuerzas productivas de toda la sociedad? ¿Cuáles deben ser los objetivos centrales de socialización en el nuevo período de la Revolución para consolidar el avance hacia una nueva estructura económica y social en Venezuela? ¿Pueden coexistir el rentismo y el socialismo? ¿Cuáles cadenas productivas con mayor integración deben desarrollarse aguas arriba y aguas abajo? ¿Cuáles eslabones de las cadenas productivas debe controlar el Estado? ¿En qué rubros se debe asegurar la soberanía, cuáles importar, con qué países trazarse estrategias mancomunadas de producción complementaria? DILEMA 9. Modelo de producción socialista bolivariano ¿Cómo se debe configurar el nuevo modelo de producción socialista bolivariano para que asegure el crecimiento, redistribuya la renta petrolera y no petrolera a favor de las grandes mayorías y eleve la eficiencia de la producción, la distribución y el consumo de los recursos, bienes y servicios? Y, ¿cuál debe ser su ritmo de implementación? DILEMA 10. El nuevo Estado ¿Cuál debe ser el papel del Estado Revolucionario Bolivariano en la estrategia de desarrollo económico y social del país? ¿Cuál es la estrategia de desarrollo institucional que acompaña al desarrollo socio económico de esta etapa, sobre todo en lo referente a la articulación del ordenamiento político con el económico? ¿Cuál es el arquetipo del nuevo servidor social? ¿Cómo se instaura el Estado autogestionario y comunal? DILEMA 11. Empresas públicas ¿Cómo debe desarrollarse la nueva red de empresas públicas socialistas? ¿Cuál ha de ser el modelo de gestión? ¿Cómo asegurar la eficiencia social y productiva? ¿Cómo se han de superar las relaciones sociales de producción capitalistas? DILEMA 12. Economía popular-comunal ¿De qué manera se expresa la participación productiva en los espacios comunales (intercambio de equivalencias locales, Bancos Comunales, propiedad y posesión de medios de producción, presupuestos participativos redistributivos y autogestionarios, etc.)? ¿Cómo desarrollar y articular el llamado sector social comunitario de la economía? ¿De qué manera se constituyen las redes de productores libres y asociados? DILEMA 13. Política social ¿Qué características y qué prioridad debe tener la política social de la Revolución Bolivariana como fuente de lucha contra la pobreza y contra la desigualdad social en relación con los objetivos de desarrollo económico del próximo periodo? ¿Cómo democratizar la renta y auspiciar el trabajo productivo sin reproducir clientelismo político ni paternalismo? 73 Haiman El Troudi DILEMA 14. Ciclo económico ¿Cuáles deben ser las prioridades de la política económica y social del país, en sus múltiples ejes productivo, distributivo y de consumo? ¿Cómo equilibrar el desarrollo de los sectores económicos sin privilegiar la especulación comercial, la gestión financiera, la actividad bursátil y mercantil frente a lo productivo? DILEMA 15. Organización del trabajo ¿Cómo se definen y establecen las relaciones de producción dentro de la revolución bolivariana? ¿Cómo se desarrolla la gestión democrática y participativa de la producción? ¿De qué forma se supera la división social del trabajo, el trabajo objetivado, y la enajenación? ¿Quién organiza y cómo se instituye la contabilidad socialista? DILEMA 16. Macroeconomía y economía real ¿Qué políticas monetarias, cambiarias y financieras se han de aplicar en pos de superar la lógica del capital? ¿Cómo se alinean tales políticas con el modelo productivo bolivariano? ¿Cómo se logra la unidad del tesoro? DILEMA 17. Ciencia, tecnología e innovación ¿Cómo incrementar la producción nacional de ciencia, tecnología e innovación hacia necesidades y potencialidades del país? ¿Cómo se apropia y democratiza el conocimiento? ¿Cómo estimular la generación de nuevos conocimientos? ¿Bajo qué estándares se acuerdan instrumentos multilaterales para asegurar transferencia tecnológica? DILEMA 18. Precio y consumo ¿Hacia dónde debe orientarse la política de precios, la política comercial y de distribución? ¿Cómo establecer pautas sociales para un consumo no alienado ni mercantilizado? ¿Puede producirse la distribución y circulación comercial de bienes y servicios sin que medien determinantes mercantiles? ¿Cómo se expresa la teoría del valor en el modelo socialista venezolano? DILEMA 19. Cálculo económico ¿Cómo se planifica la producción orientada a equilibrar la oferta y la demanda? ¿Cuál es la contribución del cálculo informático en la determinación de fórmulas donde se privilegie el intercambio equivalente? ¿Cómo se forman los precios y se determinan los costos de producción? DILEMA 20. Medios de producción ¿Deben nacionalizarse todos los medios de producción? ¿Cuáles son los sectores estratégicos de la economía que debe controlar el Estado? ¿Está planteada la asociación estratégica del Estado con privados, emprendimientos sociales y capitales internacionales públicos y privados? 74 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela DILEMA 21. Modelo de desarrollo ¿Cuál es el modelo de desarrollo del socialismo bolivariano? ¿Cómo se expresa el ecosocialismo? ¿Cómo se supera la fijación eurocéntrica y el desarrollismo? ¿Cómo se integra el territorio dentro de una dinámica productiva nacional? ¿Qué alianzas complementarias suscribir con otros países y qué planes conjuntos acometer en pos del desarrollo compartido? ¿Cuáles delimitaciones de ordenación territorial convienen para el fomento productivo? DILEMA 22. Actualización jurídica ¿Cómo asegurar una legislación socialista consustanciada con la realidad, y las expectativas ciudadanas? ¿Cómo se instrumentan las leyes y los reglamentos? ¿Cuál legislación debe producirse, cuál suprimirse, y cuál modificarse para apuntalar un modo socialista de producción con características venezolanas? DILEMA 23. Sistematización de experiencias ¿Quién se ocupa de documentar las experiencias de edificación socialista? ¿Cuáles formatos metodológicos emplear? ¿Cómo se fundamenta la emulación socialista, la reproducción y adaptación de las experiencias exitosas? ¿Cómo se estructuran y difunden las vitrinas exhibidoras de las prácticas reproducibles? DILEMA 24. Sistema financiero ¿Debe la banca en esta fase ser exclusivamente pública? ¿Cómo se orienta el crédito en pos del desarrollo productivo nacional? ¿Cómo se mejora la eficiencia en el uso del financiamiento público? ¿Cómo se asume el sistema de garantías? ¿Cómo lograr calidad y profundidad en el crédito? ¿Cuál es el tamaño óptimo de la banca? DILEMA 25. Indicadores socialistas ¿Qué tipo de indicadores incorporan la vocación social que no monetaria de la gestión pública socialista? ¿Cómo se miden los satisfactores intangibles de la nueva sociedad? ¿Cómo se construye un Sistema de Cuentas Nacionales que mida el desarrollo humano integral, sin sesgos de intereses gubernamentales, ni sustentado en un paradigma neoclásico, al cuantificar de forma preponderante las relaciones económicas típicas de mercado? Dilema 26. Nacionalización socialista ¿Nacionalización para apalancar el neodesarrollismo o nacionalización popular socialista?¿Nacionalización o expropiación? ¿Cuándo y por qué deben ser tomadas las fábricas, quién debe tomarlas, gestionarlas y administrarlas? Éstas y otras interrogantes conforman los principales dilemas que la Revolución Bolivariana debe plantearse y superar en su nuevo período histórico 2010-2019. Al abordarlos, se debe tener presente, más allá de la claridad teórica y de las estrategias que se formulen para alcanzar 75 Haiman El Troudi los objetivos, que los avances concretos por conseguir y su ritmo debe depender sobre todo de la correlación de fuerzas sociales y políticas que se establezca en cada momento y en cada fase del proceso, fruto de la voluntad y de la fuerza política que nuestro pueblo desarrolle. Ésta sin duda está relacionada con la capacidad y la eficacia del liderazgo político e ideológico que se sepa desplegar. Y la calidad de este liderazgo debe alimentarse mediante la interacción permanente, dialéctica, de la teoría y la praxis revolucionaria. Es por ello que se requiere con urgencia una elaboración teórica propia de la transición socialista, nacida al calor de la experiencia histórica acumulada y de la labor transformadora desplegada por las fuerzas revolucionarias. Al esbozar los dilemas de la Política Económica Bolivariana se intenta estructurar un esquema de trabajo a partir del cual se abordan las reflexiones en próximas secciones. 76 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela 3. Actualización del Proyecto Nacional Simón Bolívar La dialéctica del proceso bolivariano demanda permanentes ajustes tácticos y estratégicos, con arreglo a la cualificación del enfoque, y como consecuencia del discurrir de los acontecimientos socio-históricos. El Proyecto Nacional Simón Bolívar 2007-2013, en tanto que declaración de principios generales, constituyó un instrumento referencial de amplia utilidad enunciativa, pero en menor grado programática. El también denominado Primer Plan Socialista obedeció a una especificidad histórica concreta, y como tal recogió las disquisiciones de aquel entonces. El carácter socialista de la revolución bolivariana tiene poco tiempo de alumbrado; no fue sino en diciembre de 2006 cuando la mayoría de la población venezolana lo acoge tras el triunfo electoral de la opción socialista presentada por el entonces candidato a la reelección Hugo Chávez. Como tal, no es de extrañar que aquel documento al día de hoy no exprese toda la arquitectura conceptual del proyecto emancipador, aún cuando sigue vigente como guía macro, susceptible a constantes adecuaciones y actualizaciones. En este período se imponen premisas como la consolidación de las conquistas y realizaciones de los primeros años de Gobierno Revolucionario, la profundización de su orientación socialista, la experiencia acumulada de organización, protagonismo y participación popular, y la existencia de un gobierno y de un partido revolucionarios al servicio de las grandes mayorías venezolanas. También la voluntad firme de superar los errores y corregir las insuficiencias aún presentes para avanzar con mayor eficacia y decisión en la construcción de una sociedad equitativa, justa y solidaria. Para enfrentar los desafíos y tareas de este período histórico, en el ámbito económico y social se debe, como se ha indicado, partir del Proyecto Simón Bolívar, y plantear las estrategias necesarias para fijar el rumbo del proceso revolucionario hacia la construcción del modelo económico socialista bolivariano. Al profundizar en los contenidos del Primer Plan Socialista 2007-2013 se constata la conveniencia de realizar un alcance al mismo en la perspectiva del mediano y largo plazo. Y ello por varias razones que pueden sintetizarse en: • La necesidad de inscribir los planteamientos y directrices del Plan 2007-2013 en el marco de la visión estratégica de todo el Tercer Período de la Revolución Bolivariana que debe alcanzar hasta el 2019. • La comprobación de que ya se han alcanzado algunos de los objetivos formulados en varias directrices del Plan, y ello permite plantearse una ampliación de dichos objetivos, acompañada de nuevas estrategias y políticas relacionadas con estos. Un buen ejemplo de ello sería el relacionado con la directriz correspondiente a la nueva geopolítica 77 Haiman El Troudi internacional, sobre la que ya pueden formularse nuevos objetivos, estrategias y políticas. • La formulación, durante el tiempo transcurrido desde la presentación del Plan hasta la fecha de hoy, de nuevos enfoques y objetivos que tienen la relevancia suficiente como para ser incorporados al Plan sin demora. Es el caso de propuestas como las Comunas, la nueva geometría del poder, las Empresas de Propiedad Social y Comunal, el impulso del modelo de gestión socialista de las empresas públicas vinculado a la nueva institucionalidad pública socialista. • La conveniencia de reformular algunos enfoques y estrategias a la luz de las experiencias de la propia práctica social y política del periodo transcurrido desde su aprobación y de las reflexiones realizadas en aplicación de la revisión, rectificación y reimpulso de todos los ámbitos de la acción política del Gobierno Bolivariano. 78 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela 4. La prioridad absoluta en la política social con arreglo al Desarrollo Humano Integral Independientemente de los matices y directrices adoptados por la PEB, su fin último ha de estar consustanciado con el aseguramiento del bienestar a las mayorías nacionales. En línea con el ideal “nada humano nos es ajeno”. Ningún modelo socialista asegura su sedimentación en el imaginario ciudadano si no resuelve los problemas esenciales de la población. En esa vena, la labor substancial de los gobiernos socialistas del Siglo XXI constituye el restablecimiento de la “confianza y la credibilidad por el socialismo” en la percepción, emoción y conciencia de las multitudes como único vía de realización de la especie humana. El camino para la obtención de tal resultado parte del reconocimiento de las principales ansiedades de la muchedumbre popular, y en correspondencia acompañarle eficiente y eficazmente en la materialización de sus expectativas y solución de sus necesidades. Se ha dicho acompañamiento, no usurpación o sustitución de una función que le es inherente a la propia sociedad, en franca alusión a la contribución a la política de Marx citada por Mandel 31“… la liberación de los trabajadores no puede ser más que la obra de los trabajadores mismos. No puede ser obra de Estados, gobiernos, partidos, dirigentes supuestamente infalibles, o de expertos de cualquier tipo”. Poner la agenda social en primacía supone poner en manos de la multitud el instrumental apropiado para completar el ciclo de vida del poder popular: comprensión del entorno, priorización de problemas, planificación de la acción, formulación de presupuesto, toma de decisiones, gestión, control, evaluación y seguimiento. Con especial énfasis en la delegación y democratización del proceso de toma de decisiones. En la fase de asimilación del ideario socialista, mientras se vayan madurando las condiciones materiales e intangibles, la adhesión de las clases populares a la lucha por la revolución emancipadora se inscribe inicialmente en la formulación de manera llana de una agenda reivindicativa común. El principal desafío histórico de la revolución socialista, más allá de alcanzar y preservar el poder político, es el ejercicio eficiente de dicho poder en el sentido del logro de las metas más urgentes de la sociedad. Establecer la prioridad absoluta de la política social supone en consecuencia, fijar las prioridades del uso del excedente en la satisfacción de las necesidades básicas, la generación de capacidades societales y el cumplimiento de los derechos ciudadanos, expresados en una política 31 Ernest Mandel. “Para restaurar la credibilidad del Socialismo” 79 Haiman El Troudi social integral que garantice la calidad y reproducción de la vida, mediante la provisión de bienes públicos fundamentales: salud, educación, seguridad ciudadana, asistencia social, deporte, recreación, cultura y otros, basada en los principios de necesidad, universalidad, igualdad, calidad y gratuidad. En el período de la transición al socialismo, la provisión universal de bienes públicos y el libre acceso de todos los ciudadanos a los mismos constituyen el núcleo duro de la Revolución Bolivariana y el primero de sus rasgos socialistas. El desarrollo de un sistema de provisión de bienes públicos y prestaciones debe implicar la institucionalización, crecimiento y especialización del correspondiente sector estatal; la prioridad del gasto social en el Presupuesto de Estado; el desarrollo de la capacidad comunitaria de gestión de las correspondientes redes de servicios; y la participación organizada de la población en términos liberadores. La expansión de la política social debe dar lugar a un incremento de la demanda pública de bienes y servicios en apoyo a dicha política. Ello hace necesario prever el desarrollo de la producción de los correspondientes bienes y servicios en el sector socializado de la economía, así como su planificación integrada. La Política Social de la Revolución Bolivariana supone una estrategia específica en la lucha y superación de la pobreza, tanto estructural como situacional. La Política Económica Bolivariana para el período de la transición socialista supone dar prioridad total a la lucha acelerada contra la pobreza en tanto impedimento orgánico del desarrollo nacional. En todo caso, tal enunciación del desarrollo ha de centrarse en la especie humana y en el medio ambiente. Su rasgo preponderante reside en el logro de un mejor vivir para todos y todas. El capitalismo promueve la segregación social e impide el desarrollo integral del ser humano. La noción del desarrollo capitalista se basa en el crecimiento económico. El ascenso social de las personas se mide en base a su ingreso material; las naciones desarrolladas registran un elevado PIB per cápita, estabilizan sus variables macroeconómicas, se autoabastecen o poseen los medios para importar todo lo que requieren, su voracidad desarrollista condena al Medio Ambiente a una muerte progresiva… Esta concepción imposibilita la realización humana tanto a hombres como a mujeres, al confinar la satisfacción de las necesidades a un plano mercantil. En contraste, el desarrollo integral del ser humano supone dignidad; derecho al trabajo sin restricciones en tanto instrumento para la emancipación de la especie y como satisfactor de necesidades materiales básicas; ejercicio pleno del derecho al descanso, deleite del tiempo libre por medio de la recreación y la creatividad; despliegue de las potencialidades materiales, intelectuales, emocionales y espirituales. La Política Económica Bolivariana no niega la importancia del progreso 80 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela económico, siempre que vaya aparejado a un desarrollo integral de todos los seres humanos y a la preservación de la vida futura de la madre tierra. Desarrollo integral medido en dos planos, la satisfacción material de las necesidades y la realización existencial de la esencia humana. Un desafío para la PEB, vale decir, para quienes formulan la política, radica en la construcción de indicadores para la medición de los componentes intangibles del Desarrollo Humano Integral: medir la participación, la felicidad, el disfrute del tiempo libre, el ocio creador, la vida digna, etc. Del mismo modo, el sistema de indicadores de la PEB debe abrir líneas de investigación orientadas a la diversificación de las dimensiones reduccionistas de medición empleadas por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) para el Índice de Desarrollo Humano (IDH), basadas exclusivamente en el ingreso per cápita, la tasa de alfabetismo, la matrícula escolar, y la esperanza de vida al nacer. Algunas dimensiones a considerar pueden ser: los niveles de ocupación laboral, la posesión de medios básicos para la vida como vivienda y su equipamiento, el disfrute de servicios básicos, la movilidad ciudadana y el transporte público, el deleite de espacios recreacionales, el acceso oportuno a la alimentación de calidad, etc. Se ha dicho que la PEB se supedita a lo social, de allí que la planificación del desarrollo integral del ser humano abarque cuatro elementos fundamentales: el ambiental, el económico, el social, y la subjetividad humana; de manera que debe existir un perfecto equilibrio entre sus unidades constitutivas. Vale decir, lograr satisfacer las necesidades básicas de salud, educación, vestido y calzado, cultura, alimentación, trabajo, vivienda, justicia, arte, ocio creador, apresto ecológico, recreación, participación, organización, solidaridad, comunicación, autoestima, etc. sin menoscabo de las posibilidades de las generaciones por venir de tener acceso a lo mismo. La PEB realza el valor de la ciudadanía, por tanto asume el principio de desplegar mecanismos productivos y de compensación al servicio de seres humanos. La inversión más relevante para la PEB siempre ha de ser la obtención de seres humanos libres, dignos y realizados. Tal inversión presupone consumar algunos requerimientos, a saber: modificación de las organizaciones políticas y socio-productivas, profundización de las vetas democráticas participativas, impulso ético y educativo en la ciudadanía. En esta vena, los centros educativos han de modificar su rol como meros prestadores de servicios educativos, al asumir un abierto compromiso de soporte en el fomento de procesos de desarrollo humano y comunitario, incluida la organización de la base económica comunal. El diseño de las políticas sociales con cargo al soporte económico, no son asumidas en la PEB únicamente como ejercicio distribuidor de renta, sino como praxis social, proceso humano integral. Si bien los presupuestos 81 Haiman El Troudi públicos se encaminan a la mejora progresiva en la calidad de vida, también el trabajo particular y social de la ciudadanía coadyuva en la constitución de una nueva cultura productiva en la que se incluyan y armonicen propósitos políticos, éticos y económicos. Una nueva ética económica asociada a la nueva cultura política debe fundamentarse en valores socialistas contrapuestos a los dominantes en la economía capitalista. Donde el capitalismo dice competencia, el socialismo postula cooperación; donde uno reclama al mercado, el otro a la planificación; donde algunos promueven el crecimiento per se, otros el desarrollo endógeno y sustentable; donde el capitalismo impone la lógica de la ganancia privada, el socialismo se orienta a la satisfacción de las necesidades humanas, etc. La nueva cultura productiva socialista debe asentarse sobre cuatro pilares institucionales: el fortalecimiento del papel rector del Estado en la economía; los proyectos modelos de empresas públicas socialistas; la regulación y democratización del mercado puesto al servicio de la sociedad; y la creciente transferencia de la gestión económica a los colectivos que sean expresión del Poder Popular – grupos comunales organizados, cooperativas inspiradas en los principios socialistas…-. De tal suerte que la Política Económica Bolivariana debe convertirse en el instrumento para: a) Asegurar bienestar a las mayorías nacionales mediante objetivos sectorizados, por ejemplo: • Garantizar la inversión social: fortalecimiento de las Misiones; fiscalización del desempeño del gasto social; programa masivo de trabajo voluntario … • Mantener y optimizar el programa de subsidios: profundidad en lo agrícola; disminución del subsidio a la gasolina a cambio, por ejemplo, de nuevos subsidios a productos en Mercal… • Estimular el consumo necesario: asegurar el incremento salarial; política de financiamiento gratuito y créditos al consumo; emisión de Bono Público dirigido a trabajadores (Pagos deducibles del salario); hasta tanto no se produzcan en el país, masiva importación pública de electrodomésticos comercializados a bajos costos a través de la red pública comercial… • Generar conciencia en contra del despilfarro y estimular el ahorro energético, etc. b) Programar y ejecutar un plan de transferencia de competencias y recursos a las comunidades organizadas para poner en sus manos un creciente número de actividades generadoras de producción y empleo que actualmente se ejecutan, a través de contratistas particulares. c) Fortalecer las competencias del Estado sobre el conjunto de la 82 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela economía, tanto para regular el accionar del sector privado de acuerdo al interés social, como para promover el desarrollo y la eficiencia de los sectores público, privado y social comunitario de la economía. La gestión económica debe basarse siempre en la utilidad social, la eficiencia y la sustentabilidad. El carácter socialista del trabajo debe expresarse en la motivación, la voluntariedad, la disciplina laboral, la productividad, la satisfacción del trabajador y en el cumplimiento del deber social. Por otra parte, una nueva cultura ética tiene como tarea primordial la erradicación de todas las formas de corrupción, entendidas como incompatibles con una conciencia y una práctica socialista. 83 Haiman El Troudi 5. Un nuevo modelo de propiedad y de relaciones sociales Cierta “ortodoxia” revolucionaria emplea absolutismos dogmáticos para definir su modelo socialista. Su rasgo primordial lo representa la obcecación por entender como social todo tipo de propiedad pública sobre los medios de producción. Tal interpretación reduccionista equivale a desconocer las enseñanzas de la historia sobre ese respecto, particularmente la observación de las distorsiones derivadas del capitalismo de Estado y el totalitarismo usurpador de la participación ciudadana en los asuntos públicos. El socialismo es más que la suma de las pertenencias públicas, trasciende la propiedad social de los medios de producción. Existen otros factores determinantes y/o sustitutivos para la elaboración propia del formato socialista que cada país decida darse, al asumir relaciones de producción, distribución y consumo trascendentes al capitalismo y al capitalismo de Estado. Hasta tanto no se convalide al seno de la franja revolucionaria militante del proyecto bolivariano, el modelo socialista con características venezolanas del Siglo XXI, nadie debe ser calificado de revisionista, reformista, dogmático, conservadurista, etc., a menos que su actuación y argumentación convaliden un cierto retoque cosmético del capitalismo; en cuyo caso no podría ser considerado siquiera un revolucionario. Pese a que la política económica del Gobierno Bolivariano a la fecha se ha caracterizado por un eclecticismo pragmático (mezcla de monetarismo liberal, relaciones de producción del tipo capitalistas de Estado, aperturismos del tipo socialismo de mercado, y nueva experimentación económica vía participación productiva de las comunidades, etc.), existe quienes se obsesionan a la idea de presuponer constituido un modo de producción del tipo socialismo real. De allí que cualquier interpretación fuera de dicha realidad-estanco sea estigmatizada como contrarrevolucionaria o reformista. Quienes así piensan demandan la nacionalización inmediata de todos los medios de producción, comenzando por la banca, la industria y la tierra. A su entender, el socialismo debe ser así y sólo así, lo contrario es revisionismo. Pues bien, ignoran por completo tanto las características sui géneris como los problemas a los que se enfrenta hoy la revolución socialista: proyecto advenido por la vía electoral; vinculado a las reglas de una nueva democracia que busca superar el modelo democrático representativo burgués; con una correlación de fuerzas políticas nada desestimable; con un imaginario popular en su mayoría anclado en el fetichismo mercantil; con un modelo económico rentístico dependiente y una precaria cultura del trabajo productivo tras décadas de influjo paternalista-clientelar; con escasa, sino inexistente planificación económica; con condiciones de mercado abierto y vibrante; con serias limitaciones tecnológicas y de talento humano; con el germen de la corrupción enquistado en casi todos los ámbitos nacionales (público, privados y comunitarios); con agudas 84 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela indefiniciones programáticas respecto al socialismo por construir. Quienes propugnan la estatización generalizada olvidan los aprendizajes del “socialismo real”; pretenden implantar un modelo ajeno a la realidad venezolana; ignoran las especificidades históricas y asumen el cambio de régimen económico y cultural en términos administrativos; desconocen la teoría de la transición en la que un bloque contra-hegemónico desplaza a la hegemonía opresiva; no dimensionan las amenazas reales del imperialismo y el capitalismo global; no son capaces de asimilar que, por ejemplo, las alianzas estratégicas en la Faja Petrolífera del Orinoco con transnacionales privadas y públicas obedecen a una visión de geopolítica internacional en aras de complicar el escenario de pretensiones imperialistas; son ingenuos al creer que con el cambio de dueño, las empresas nacionalizadas liberarán el trabajo objetivado; creen que únicamente con la autogestión obrera32 se fundan automáticamente nuevas relaciones sociales de producción. El socialismo bolivariano, en sus trazos iniciales, implica un modo de producción fundado en relaciones sociales de producción liberadoras, una plataforma superestructural (orden jurídico, político e ideológico) signada por la solidaridad y la ética, un alto desarrollo científico técnico abocado a la democratización del saber, el desarrollo llevadero de las fuerzas productivas vigentes y la incorporación del emprendimiento popular, la asociatividad humana, su solidaridad, cooperación y complementación, la planificación participativa de la economía, el uso del mercado reglado como instrumento para el intercambio, el control de los medios de producción estratégicos, la delimitación social de los márgenes de ganancia, entre otras características que se van desgranando a lo largo de las secciones venideras. Si el objetivo central del socialismo bolivariano es el de satisfacer cada vez más las crecientes necesidades de la población, es de fundamental importancia en el período de transición expandir las fuerzas productivas de la sociedad para garantizar la base material necesaria de su sostenibilidad económica a largo plazo. Igualmente, generar y acumular riqueza fundada en el trabajo, y con tales excedentes hacer una distribución justa y equitativa a favor del Desarrollo Humano Integral. Si en el capitalismo las relaciones sociales se basan en la propiedad privada de los medios de producción y en la explotación del trabajador; la formación de los precios obedece a criterios más centrados en la oferta y la demanda que en el interés del colectivo y en las necesidades humanas; y los propietarios de los medios de producción se apropian de la totalidad del excedente. El socialismo se basa en la propiedad social de los medios 32 Sin desmeritar la importancia y la alta significación de tal mecanismo de organización del trabajo. 85 Haiman El Troudi de producción y circulación, en condiciones sociales justas y equitativas, para lo cual es necesario tener en cuenta los siguientes aspectos: a) Nuevas modalidades de propiedad o posesión de los medios de producción. Caso de la propiedad social mediante la que las comunidades organizadas pueden disponer de los medios y recursos para llevar adelante los procesos productivos que hagan sustentable su vida comunitaria y su subsistencia de largo plazo. Pero también la propiedad individual, colectiva, pública o mixta, puesta en función de lo social. b) Nuevas formas de división del trabajo. Todas las personas deben asumir el trabajo en condiciones de equidad, de seguridad y rumbo a la superación de la explotación. c) Compromiso con la eficiencia, la productividad y la calidad. El nivel de satisfacción de las necesidades sociales debe estar en función de la disponibilidad, calidad y acceso a los bienes y servicios públicos, de toda la población. Todo sistema emergente tiene que demostrar que los cambios producidos en las relaciones sociales y con la naturaleza, aseguran la satisfacción de esas necesidades humanas. d) Gestión democrática de los procesos económicos. Todos los trabajadores, individuales o colectivos, tienen igual derecho a participar y protagonizar en la planificación y mandato de los procesos inherentes a su actividad económica, particularmente mediante la autogestión, la cogestión, las comunidades de aprendizaje organizativo y demás formas que la inteligencia colectiva, la innovación y el aprendizaje organizacional puedan aportar. e) Conciencia ecológica. La utilización racional de los recursos medioambientales, el empleo de tecnologías no contaminantes… Como se aprecia, la Política Económica Bolivariana no ha de santificar cerradas ecuaciones relativas al régimen de propiedad. Parte de una definición más detallada a la plasmada en la Constitución Venezolana vigente (1999, enmendada en 2009), y se consustancia con el espíritu de la reforma constitucional planteado por el Presidente Chávez en 2007. Una representación más llana de concebir las diversas formas de propiedad equivaldría a: 1. Propiedad Pública, la cual se subdivide en: a) propiedad social indirecta (estatal, estadal y municipal); b) propiedad social directa (comunal, ciudadana); y c) posesión de una propiedad pública por parte de (una comunidad, colectivo ciudadano organizado o individualidad), para su usufructo por un tiempo determinado. 2. Propiedad privada, conformada por: a) la propiedad individual de las personas (naturales o jurídicas); b) colectiva (cooperativa, ONG, fondos mutuales); y c) autogestionaria (propiedad pública cedida a los trabajadores) 86 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela 3. Propiedad mixta, delimitada por: a) propiedad pública (en todas sus variantes) y propiedad privada nacional, b) propiedad pública (en todas sus variantes) y propiedad privada o pública extranjeras. La especificidad del proyecto socialista bolivariano ha aprendido de las experiencias históricas del campo socialista, tanto de sus aciertos, como errores y omisiones. Tiene frente a sí el descomunal compromiso de no sucumbir ante la lógica capitalista y levantar vuelo de entre los escombros de la lección aprendida. Sus instrumentos de política ameritan demostrar que las formas socialistas de satisfacción de necesidades superan con creces a las capitalistas. Tanto la PEB como las demás políticas de la revolución bolivariana proyectan el desbordamiento del capitalismo33 Desbordamiento a partir de una mayor eficiencia sobre la base de postulados de acción encaminadas a cubrir las necesidades sociales. El socialismo bolivariano del Siglo XXI, diferente del socialismo del siglo pasado, basado meramente en la prohibición de la propiedad privada y la producción particular de mercancías, debe ser capaz de satisfacer las necesidades populares conforme a sus deseos, impulsando nuevas relaciones de producción, asentadas en la primacía del interés general y la justicia social, y sobre la base de nuevas formas de propiedad que tendrán que convivir con las capitalistas, al menos mientras perdure la fase de transición, para demostrar finalmente su superioridad material y moral en el medio plazo. La causa bolivariana por la transformación social está determinada por su talante profundamente democrático y, por tanto, se mete en los espacios políticos y sociales por medio de elecciones y participación popular pacífica. Con la correlación de fuerzas existentes en Venezuela, bien la disidencia, o los millones que se han posicionado al margen de la revolución –y que en modo alguno, tal como lo caracterizó Fidel, son todos oligarcas- tienen derecho a encontrar también su espacio en la edificación del formato socialista venezolano. Ganar a esa importante porción de compatriotas al proyecto socialista supone abrir el debate respecto a los temas inherentes a la economía, el desarrollo social y la organización política de la sociedad futura. En suma, el socialismo renovado del Siglo XXI debe ser la resultante de un nuevo contrato social, debe ser lo que todos decidan que sea. No existe un recetario socialista por aplicar, por tanto se debe ir construyendo su teoría y praxis de manera colectiva e inclusiva, porque aún cuando subyazca la lucha de clases como telón de fondo, mientras la revolución bolivariana siga proclamándose pacífica, la búsqueda de consensos es un imperativo de primer orden. De tal forma que el modelo de desarrollo para la construcción plural del 33 Haiman El Troudi y Juan Carlos Monedero. “Empresas de producción social. Instrumento para el socialismo del siglo XXI.” 87 Haiman El Troudi socialismo debe orientarse a reequilibrar el peso en la estructura económica de las distintas formas de propiedad sobre los medios de producción y de los sectores, conformados por: empresas estatales (públicas y mixtas); empresas sociales (cooperativas y comunales); y empresas privadas, fortaleciendo de este modo la soberanía nacional, el poder popular, y el derecho democrático de todos los venezolanos y venezolanas al emprendimiento productivo en pos del desarrollo integral de la sociedad. Cuando la propiedad es monopolizada por el Estado, se corre el riesgo de reproducir la división social del trabajo o sustituir la explotación y enajenación del trabajo a manos de particulares por una nomenclatura funcionarial. Los trabajadores no son dueños de su trabajo, sino los funcionarios que controlan tanto la producción como el producto. Es decir, los trabajadores siguen percibiendo salario a cambio de su trabajo. Bajo la propiedad pública (social indirecta) de los medios de producción, los trabajadores siguen estando sujetos a una clase dominante y eventualmente deben ser explotados por ésta. Tal propiedad pública indefectiblemente se convierte en un programa de una clase media (administradora del poder político) propugnante de una forma modernizada y encubierta de capitalismo. La clase trabajadora en respuesta a tal circunstancia debe propugnar por la propiedad autogestionaria en manos de los productores como única vía para su liberación. No obstante, las enseñanzas de la autogestión y la cogestión yugoeslava son aleccionadoras34. Del mismo modo, si la revolución bolivariana ahora mismo se planteara el formato de nacionalización de todos los medios de producción, (producir desde lápices hasta satélites, hojillas hasta fertilizantes) no existe certeza alguna de que no se reproduzca la explotación de la masa trabajadora, amén que no se han madurado eficientemente las experiencias de planificación de la producción, no se dispone de un sistema de cálculo socialista que balancee producción y consumo, no se ha delimitado el modelo de gestión productiva al seno de las fábricas y empresas, no se cuenta con el personal suficiente, capacitado tecno-políticamente para poner al frente de los procesos gerenciales, no se controla el mercado (circulación de bienes y capitales), no se ha tejido un sólido bloque regional para el intercambio de complementariedades, no se cuenta con un plan de industrialización, tampoco se tiene un sistema de producción de ciencia y tecnología en línea con los requerimientos de inversión para la diversificación y el crecimiento, entre otras debilidades de orden estructural. Ponerse al día en los aspectos referidos supone un proceso de maduración (transición socialista). La impulsividad en este sentido es mala consejera. Sólo con el concurso de todos los sectores productivos 34 En referencia a Michael Lebowitz. “Siete preguntas difíciles: Problemas de la autogestión yugoslava” 88 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela nacionales (Estado, Comunidades organizadas, y Privados) se hallan las respuestas a los desafíos indicados. En tanto, discurre el tiempo histórico de la transición, en la esfera productiva pública, la revolución tiene por delante la labor de delimitar los formatos empresariales en el socialismo bolivariano: 1. Empresas de Producción Social (privadas); 2. Empresas de Propiedad Social (públicas); 3. Empresas de Producción Socialistas (públicas estatales y comunitarias); 4. Empresas Comunales (comunales); 5. Cooperativas (privadas, comunitarias); 6. Unidades de Producción (públicas, privadas, comunitarias), etc. Transversalmente cada modalidad empresarial ha de apuntalar relaciones de producción socialistas (con matices de diferenciación según cada caso); y una organización del trabajo que supere la lógica capitalista de la alienación y la división del trabajo, tanto como la explotación del hombre. Para ello se requiere la preparación de un baremo referencial. Un Equipo Político Técnico bajo la tutela de la Comisión Central de Planificación (CCP) pudiera ser designado para tal fin, al tiempo que acompañe los procesos de constitución de las Empresas de Propiedad y Producción Socialistas y la transición de las Empresas Públicas Capitalistas de Estado en Empresas Socialistas. Asimismo, la revolución en tránsito al socialismo debe ocuparse de la formación en valores socialistas y de la experticia técnica de la nueva oleada de gerentes y trabajadores de las diversas modalidades de empresas. Ocuparse de igual modo de la estandarización referencial (aplicación obligatoria) de los procedimientos de vinculación de las empresas con su entorno, atendiendo la dimensión social, política y económica de cada realidad particular. La construcción de una propuesta socialista supone la instauración de un nuevo modo de producción esencialmente socialista, a decir de Meszaros “la autogestión social coordinada”35 que supone la transformación de los patrones de comportamiento de los productores y de sus circunstancias, empleando para ello estrategias combinadas de gestión social y autogobiernos populares. 35 István Meszaros. “Más allá del capital” 89 Haiman El Troudi La sociedad socialista del futuro ha de doblegar los influjos heredados de la vieja sociedad; así, por ejemplo, ha de enfatizar en la producción en tanto intercambio de actividades determinado por las necesidades comunitarias y por los fines comunitarios, tal como lo refería Marx, vale decir, una sociedad donde no se intercambian mercancías sino actividades en función de las necesidades y los propósitos comunales. Si esa es una premisa validada por nuestro modelo socialista, entonces, independientemente del régimen de propiedad, hay que prefijar tal condicionante a las diversas modalidades empresariales. De vuelta a uno de los aspectos más sustantivos del nuevo modo de producción socialista, las relaciones sociales de producción, se observa que el modelo productivo ha de centrarse en dar respuesta primordial a la satisfacción de las necesidades humanas. Para ello se han de plantear la prioridad de dos objetivos: 1. La construcción y potenciación de capacidades individuales, grupales, comunitarias y societales, de productores y consumidores para que la creación de riqueza se oriente a satisfacer, de manera sustentable, las necesidades básicas de toda la población. 2. La actividad económica organizada de manera que asegure a la vez, el desarrollo de las fuerzas productivas y el máximo desarrollo humano. En el período de transición al socialismo, la Política Económica Bolivariana de cara a los objetivos arriba descritos ha de considerar: Socialización: la transición socialista debe orientarse a la superación de la dependencia del trabajo al capital, rasgo inherente a la formación capitalista, lo mismo que la mercantilización de la vida social, la división social clasista del trabajo, la enajenación de los productores, etc. Para ello se deben impulsar procesos de participación consciente de los individuos y de la sociedad en la producción y distribución de los bienes y servicios. Relaciones mercantiles: la construcción del socialismo bolivariano en el período de transición ha de basarse en una economía con mercado regulado. El gran desafío del gobierno bolivariano se encuentra en impulsar la democratización y el control del mercado, en su orientación hacia la superación de la contradicción capital-trabajo, de manera que sea el trabajo y no el capital quien organice y dirija el proceso productivo. Nuevo modelo productivo: el proceso de construcción del socialismo bolivariano parte de la realidad misma, de tal manera que la transformación de la economía venezolana se hace cargada de historia, saberes y distintos modos de producción. El socialismo del Siglo XXI no debe ser el resultado de un modelo teórico que se aplique a la realidad, sino fruto de un conjunto 90 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela de estrategias de transición hacia una nueva sociedad, en el cual lo determinante es el cambio de la realidad social en favor de las grandes mayorías. En tal sentido, algunas condiciones del nuevo modelo productivo son: la más amplia participación popular, directa e indirecta; y el pluralismo de las formas de propiedad y de gestión. 91 Haiman El Troudi 6. La precisión de los sectores económicos La Política Económica Bolivariana ha de asumir la creación heroica como eje articulador de su accionar. Desde la irrupción de las Misiones sociales36, el afán innovador ha estado presente en casi todos los órdenes de la gestión pública revolucionaria. Prácticamente todo está impregnado con la procura robinsoniana37 del inventar o errar. La fase actual (mixtura entre formas innovadores -bolivariana- de formulación y gestión de políticas públicas, Capitalismo de Estado, Socialismo de Mercado, y liberalismo económico heredado del metabolismo capitalista aún latente) está guiada por la fundamentación heterodoxa de concebir al modelo económico como la interrelación sinérgica entre tres actores (Estado, Mercado y Comunidad), superando la hidráulica del cuánto Estado o cuánto mercado. Un sujeto social productivo emerge de las bases comunales y es visibilizado tanto en el diseño de las políticas públicas, y en la legislación vigente, como en la participación activa en la toma de decisiones. Su praxis asociada a un ciclo de vida del poder comunal: organización, conciencia, diagnóstico, planificación, gestión y control, en pos de satisfacer sus necesidades reales. El Proyecto Nacional “Simón Bolívar” viabiliza la activación del triángulo virtuoso aludido y sienta las bases para la instauración de un modelo productivo socialista, centrado en la creación de riquezas a partir del trabajo para la satisfacción de las necesidades humanas. Tal Proyecto propende a proyectar una situación futura en la que se equilibre la participación de los tres actores fundamentales de la economía. En la actualidad la participación en la composición del PIB de cada sector es abiertamente desigual: Privados 65%, Público 31%, Economía Popular 4%. El sector privado aporta el 80% del empleo y subempleo. En la traza del Proyecto Nacional “Simón Bolívar” se inscribe la Política Económica Bolivariana, donde el Estado se reserva el control de las actividades productivas de valor estratégico para el desarrollo del país y el Desarrollo Humano Integral. En tal sentido, fija, entre otras, las siguientes estrategias y políticas: 1. Mejorar sustancialmente la distribución de la riqueza y el ingreso 2. Expandir la Economía Social cambiando el modelo de apropiación y distribución de excedentes 36 Programas sociales cuya característica fundamental es la participación protagónica del pueblo organizado en los asuntos públicos para encaminar soluciones a sus necesidades más sentidas. 37 Samuel Robinson se hacía llamar Simón Rodríguez, uno de los maestros de Simón Bolívar. Fue él quien acuñó la frase “inventamos o erramos”. 92 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela 3. Fortalecer los sectores nacionales de manufactura y otros servicios 4. Asegurar una participación eficiente del Estado en la economía 5. Consolidar el carácter endógeno de la economía Desde la perspectiva de una transición socialista, cada uno de estos sectores se ubica en una estrategia de desarrollo económico diferente, acorde al lugar previsto para cada uno en el nuevo proyecto de sociedad. Esta previsión supone políticas específicas que modifiquen las desproporciones existentes hoy con respecto a: participación en el PIB; participación en el empleo; participación en el capital social; número de empresas; etc. Empresas ComunalesPopulares Empresas de Propiedad Social-Estatal Empresas de Producción Social 93 Haiman El Troudi La participación de los distintos sectores en la estructura económica se debe modificar en el mediano y largo plazo, a través de la aplicación de un conjunto de políticas al efecto -determinación de actividades productivas, proceso inversionista, formas de organización, escala, potenciación de los sujetos económicos, viabilidad política, etc.-. En cada uno de esos sectores le corresponde a las entidades económicas o empresas públicas, sociales o privadas el desempeño de un rol particular en la transición socialista venezolana. Para ello, es necesario definir y proyectar en el mediano y largo plazo, el crecimiento relativo y absoluto de cada sector hasta alcanzar las proporciones requeridas, así como identificar los instrumentos que se deben utilizar para su promoción. Como se observa, la apuesta estratégica de la Política Económica Bolivariana intenta aproximarse a una participación equilibrada de todos los sectores económicos en el acontecer productivo y comercial. Un actor invisibilizado por la dinámica capitalista (la economía solidaria, comunal, popular) debe emerger del letargo impuesto. El fomento de su base económica está determinado, tanto por la organización del trabajo comunal y la motivación productiva comunitaria, como por el fomento proyectado desde el sector público y privado. Las distintas formas de propiedad sobre los medios de producción admitidos en la Carta Constitucional tanto como en la propuesta de reforma adelantada en 2007, dan lugar a los diversos sectores de la economía nacional, que tiene hoy distinto peso en la estructura económica venezolana, a saber: Sector Público Rasgos distintivos al día de hoy Rasgos distintivos proyectados 1.Regulado. Escasa planificación directiva; poca subordinación a las prioridades del Plan. 2.Basado en las formas de propiedad pública y mixta sobre los medios de producción y circulación; y en el trabajo asalariado. 3.Relaciones sociales de producción capitalistas. 4.Apropiación social directa y privada indirecta de la plusvalía. 1.Altamente regulado Objeto de planificación directiva; subordinado a las prioridades del Plan. 2.Basado en las formas de propiedad pública y mixta sobre los medios de producción y circulación; y en el trabajo asalariado. 3.Relaciones socialistas de producción. 4.Apropiación social de la plusvalía. 5.Pleno control de los me- 94 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela Capitalista 5.Comprende actividades económicas estratégicas, con grandes requerimientos de inversión, vinculadas al procesamiento de las materias primas básicas; y aquellas actividades dirigidas hacia el forta-lecimiento de las cadenas productivas de alta integración aguas abajo. 6.Articula a entidades del sector público, del socialcomunal y del privado, mediante la mutua demanda de bienes y servicios. 7.Gestión dirigida por funcionarias públicos. 8.Participación coyuntural en la atención de los problemas del entorno. 9.Su principal producto es el bienestar social. 10.Nacen a partir de un plan de inversiones sectoriales. dios estratégicos; asociaciones mixtas en determinadas actividades. 6.Articula a entidades del sector público, del socialcomunal y del privado, mediante la mutua demanda de bienes y servicios. 7.Sus entidades pueden estar gestionadas por Administraciones designadas al efecto, por Consejos Cooperativos, o por instancias coges-tionarias. 8.Participan activa y regularmente en el mejoramiento de las condiciones de las comunidades. 9.Su principal producto es el Desarrollo Humano Integral. 10.Nacen para suplir una necesidad social en correspondencia con el plan de desarrollo integral. 1.Baja regulación y planificación indicativa. 2.Basado en la propiedad privada sobre los medios de producción y circulación; y en el trabajo asalariado. 3.Relaciones sociales de producción capitalistas. 4.Apropiación privada de la plusvalía; orientación al lucro particular. 5.Comprende principalmente las actividades financieras, manufactureras, de comercio y de servicios. 1.Regulado y objeto en buna parte de la planificación indicativa. 2.Basado en la propiedad privada sobre los medios de producción y circulación con condiciones y regulación de la ganancia; admite formas de cogestión obrera; amplia vinculación con su entorno. 3.Relaciones socialistas de producción. 4.Apropiación colectiva de la plusvalía, con arreglo al reconocimiento del 95 Haiman El Troudi 6.Alta dependencia de la renta nacional; escasa diferenciación interna acorde a la magnitud del capital, la escala de explotación, la actividad, etc., no se distinguen claramente subsectores. 7.Escasa articulación a las entidades capitalistas de este sector con el sector público. 8.Sus entidades son gestionadas por sus propietarios o administradores designados. 9.Poca vinculación con el entorno. 10.Su principal producto viene determinado por las leyes de la oferta y la demanda. 11.Nacen en pos de la ganancia. 12.Su compromiso social se materializa vía impositiva; desarrollan acciones de responsabilidad social. 96 trabajo ajeno y a favor de la satisfacción de las necesidades sociales. 5.Comprende las actividades financieras, manufactureras, de comercio y de servicios, integradas a una cadena de valor controlada por el Estado. 6.Diversificación económica con base a la soberanía productiva; alta diferenciación interna acorde a la magnitud del capital, la escala de explotación, la actividad..., etc., lo que permite distinguir subsectores. 7.Articula a las entidades capitalistas de este sector con el sector público. 8.Administración designada por los propietarios; en ciertos casos cogestión. 9.Participan activa y regularmente en el mejoramiento de las condiciones de las comunidades. 10.Sus productos se orientan al bienestar social. 11.Nacen para suplir una necesidad social; la ganancia está asegurada por el equilibrio del mercado condicionado por el plan. 12.Materializan su compromiso social en obras concretas, a través de la llamada OFERTA SOCIAL (aporte social a la comunidad aparte de la producción principal). LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela 1.Moderadamente regulado y con poca planificación indicativa. 2.Basado en la propiedad colectiva sobre los medios de producción y circulación; y en el trabajo cooperado. 3.Relaciones sociales de producción capitalistas. 4.Apropiación colectiva de la plusvalía (aunque se constatan distorsiones). 5.Comprende relativamente actividades de comercio y de servicios. 6.Baja diferenciación interna acorde a la magnitud del capital, la escala de exploCooperativo tación, la actividad, etc. lo que también permite distinguir subsectores. 7.Escasa articulación de las entidades cooperativas de este sector con el sector público. 8.Sus entidades son auto gestionadas por sus miembros y administradas por un consejo cooperativo (se observan distorsiones). 9.Poca vinculación con el entorno. 10.Su principal producto viene determinado por las leyes de la oferta y la demanda. 11.Nacen para atender una necesidad colectiva y en pos de la rentabilidad financiera y el beneficio social. 11.No están obligadas a entregar aportes específicos a 97 1.Regulado y objeto en parte de planificación indicativa. 2.Basado en la propiedad colectiva sobre los medios de producción y circulación; y en el trabajo cooperado. 3.Relaciones socialistas de producción. 4.Apropiación colectiva de la plusvalía. 5.Comprende principalmente las actividades manufactureras, de comercio y de servicios. 6.Baja diferenciación interna acorde a la magnitud del capital, la escala de explotación, la actividad, etc. lo que también permite distinguir subsectores. 7.Articula a las entidades cooperativas de este sector con el sector público. 8.Sus entidades son auto gestionadas por sus miembros y administradas por un consejo cooperativo. 9.Participan activa y regularmente en el mejoramiento de las condiciones de las comunidades. 10.Su principal producto es el bienestar social. 11.Nacen para suplir una necesidad social en correspondencia con el plan de desarrollo. 12.Materializan su compromiso social por medio de articulación Haiman El Troudi la comunidad. comunal; ponen su estructura al servicio de la comunidad. 1.Moderado acompañamiento público; baja planificación indicativa. 2.Productores mercantiles simples de bienes y servicios. Gestores de obras requeridas por la comunidad. 3.Propiedad estatal de los medios de producción y de circulación; en ciertos casos propiedad delegada en cooperativas comunitarias (se observan distorsiones). 4.Relaciones sociales de producción pre-socialistas 5.Apropiación colectiva de los productores delegados por la comunidad. Social6.Comprende principalmencomunitario te actividades financieras de base, de infraestructura local y servicios de demanda comunitaria. 7.Diferenciación por sus formas de asociación voluntaria y de cooperación. 8.Articula a las entidades de la comunidad y con la población. 9.Sus entidades son auto gestionadas por los trabajadores asociados. 10.Están comprometidas socialmente con su entorno inmediato. 11.Su principal producto es la conquista de reivindicaciones comunales. 1.Acompañamiento no tutelaje del protagonismo popular; sujeto a regulación y planificación indicativa; cooperación del sector privado; nacen de la identificación popular de las necesidades inmediatas. 2.Productores simples de bienes esenciales; gestión de servicios públicos locales. 3.Propiedad comunal, en ciertos casos posesión comunal, colectiva o asociativa, sobre los medios de producción y de circulación. 4.Relaciones socialistas de producción. 5.Apropiación colectiva de los productores y comunitaria de la población. 6.Comprende principalmente actividades de producción, financieras de base, y de servicios de demanda comunitaria. 7.Diferenciación por sus formas de asociación voluntaria y de cooperación. 8.Articula a las entidades de la comunidad y con la población. 9.Sus entidades son auto gestionadas por los trabajadores asociados. 10.Están comprometidas 98 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela 12.Nacen a partir de una productiva y socialmente necesidad puntual de la co- con su entorno inmediato. munidad. 11.Su principal producto es el bienestar social. 12.Nacen para suplir una necesidad social en correspondencia con el plan de desarrollo. A tenor de lo expuesto, todos los sectores de la economía se constituyen objeto de aplicación de nuevas relaciones sociales de producción, hacia la sustitución de las relaciones de producción capitalistas, referidas a la adopción de nuevos patrones de organización del trabajo, lo cual demanda orientación pública y evaluación permanente del comportamiento de las empresas públicas, las privadas, comunitarias y cooperativas (sobre esto volveremos en próximas secciones). 99 Haiman El Troudi 7. El carácter popular del nuevo sujeto El tiempo de la revolución bolivariana, surgida contra el capitalismo neoliberal e imperial, se ha abierto al Siglo XXI. Y ello ha traído consigo la época de la sublevación de sujetos antaño enajenados. Son diversas las expresiones de rebeldía que, de a poco, vienen dando lugar a una nueva cultura que reivindica la esencia humana: la reconstrucción del sujeto social. El sujeto social es aquel que logra asociar su experiencia real (vivencia concreta), su conciencia histórica (acumulado referencial) y su pensamiento crítico (conocimiento liberador) a su praxis emancipadora. “La sublevación del ente enajenado es, desde su inicio, vida social. El pensamiento crítico que deberá acompañarlo no podrá, en consecuencia, nunca, perder su carácter viviente y social”38. El capitalismo deforma a los sujetos y de una parte los convierte en mercancías: les aísla, individualiza y enajena, objetiva al trabajo. De la otra, les convierte en “hombre económico”: sujeto ejecutante, no pensante; individuo propietario insaciable de sus intereses. Esta “organización” de la sociedad capitalista se funda en la denominada ética de los intereses materiales, y configura a la postre una lógica autodestructiva, en tanto las instituciones que sirven de amparo a la propiedad individualizada, son inexorablemente negadas por el resto de la sociedad privada de su derechos en pos del aseguramiento de sus necesidades fisiológicas-existenciales. El ciclo de la lucha de clases se filtra por entre las fisuras de la legalidad burguesa y el pensamiento moderno; por su parte el capitalismo mantiene su pulsión reproductora. La PEB debe ir sustituyendo al sujeto enajenado por un sujeto social a partir de las convivencias socializantes de las comunidades locales (entorno vital), las cuales invierten una buena parte de su esfuerzo colectivo en la recuperación o construcción de su identidad cultural territorial, así como en el desarrollo de su propia visión del mundo, a partir de su bagaje cotidiano, de su patrimonio y de sus satisfacciones, de sus esparcimientos y de sus actividades laborales. Pero, para que la metamorfosis del sujeto enajenado se produzca, la PEB debe dotar al ser humano de herramientas fácticas orientadas hacia la transformación de su entorno inmediato y al “bien común” del que nos habla Hinkelammert Cuando hoy hablamos de la vuelta del sujeto reprimido y aplastado, hablamos del ser humano como sujeto de esta racionalidad, que se enfrenta a la irracionalidad de lo racionalizado. En esta perspectiva, la liberación llega a ser la recuperación del ser 38 Salazar, Gabriel. “Transformación del sujeto social revolucionario: desbandes y emergencias” 100 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela humano como sujeto. Lo hace al enfrentar la acción según intereses calculados con el hecho, que hay un conjunto, en el cual esta acción parcial tiene que ser integrada en forma constante… El llamado a ser sujeto se revela en el curso de un proceso. Por eso el ser sujeto no es un a priori del proceso, sino resulta como su a posteriori… En este sentido, el ser humano es parte del sistema en cuanto actor o individuo calculante. En cuanto sujeto está enfrentado al sistema, lo trasciende. Esta respuesta es el bien común. Es propuesta o alternativa, que surge a partir del sujeto. Interpela al sistema, para transformarlo 39. Esa acción cultural, con sus propios mecanismos de producción y reproducción de conocimiento, permite que el sujeto social asuma una posición frente al mundo, ya no como sujeto subordinado, sino como sujeto social autónomo, capaz de establecer sus propios códigos y símbolos de comprensión del mundo para lograr así asumirlo de otra manera, sin intermediarios, sino a través de relaciones directas entre él y los demás, y de todos con el entorno. Sobre este aspecto escribió Marx: Toda emancipación es la ‘reducción’ del mundo humano, del mundo de las relaciones sociales, al ‘hombre mismo’…sólo cuando el individuo real recobra dentro de sí al ciudadano abstracto y se convierte, como hombre individual, en ‘ser genérico’, en su trabajo individual y en sus relaciones individuales; sólo cuando el hombre ha sabido reconocer y organizar sus ‘forces propres’ como fuerzas ‘sociales’ y cuando, por tanto, no desgaja ya de sí mismo la fuerza social bajo la forma de fuerza ‘política’, podemos decir que se lleva a cabo la emancipación humana40. La revolución bolivariana en vías hacia el socialismo del Siglo XXI propugna la emancipación humana, para lo cual se ha de reconstruir un sujeto social capaz de fundir contenidos dialécticos sobre la cuestión de la existencia: (1) en la posibilidad histórica de un sujeto social que viva en condiciones existenciales óptimas; (2) en el hecho histórico de haber perdido (ante la dominación del capitalismo mundial) esas condiciones existenciales óptimas, con alienación grave de su naturaleza humana esencial, y (3) en el imperativo humano de crear las condiciones sociales, culturales e históricas necesarias para subvertir la alienación y recuperar el control y la integración de la naturaleza humana esencial. En este contexto, es sin duda fundamental que la revolución bolivariana alineada bajo el paraguas de la PEB se plantee no sólo la cuestión de la propiedad privada y la socialización de los medios de producción, sino, sobre todo, la recuperación del sujeto social o “genérico” (como prefería llamarlo Marx) del hombre mismo, superando todo rasgo individualista y egoísta. Esta tarea será realizable si y sólo si las comunidades organizadas 39 Franz J. Hinkelammert. “El sujeto y la ley. El retorno del sujeto reprimido” 40 Carlos Marx. “La cuestión judía” 101 Haiman El Troudi toman partido y elevan su conciencia social. Sobre esta base, la transición económica socialista en Venezuela tiene su mayor recurso y fuerza en la construcción de un nuevo sujeto popular, más consciente, organizado y combativo. A él le corresponde ser el principal actor en la creación de una nueva sociedad de ciudadanos más libres e iguales, solidarios y participativos. Para ello, es fundamental conectar la elaboración e implementación de una Política Económica Bolivariana rumbo al socialismo con la consolidación del Poder Popular mediante el fortalecimiento de los Consejos Comunales, la creación de las Comunas Socialistas, y la constitución de su arquitectura productiva. Para la PEB, profundizar las formas de participación popular implica mayor protagonismo y capacidad decisiva en la medida de lo posible del pueblo organizado, consciente y movilizado, en todos los procesos medulares de la economía. Los defensores de las tesis liberales también desarrollan la categoría sujeto social, en este caso brindando mayor esmero al trasfondo valorativo del precepto capitalista y a la disposición de un marco de valores que abonen en la seguridad y permanencia de dicho orden. Su concepción del nuevo sujeto social propaga la generalidad individualizadora del ser social, centrada en la perspectiva expuesta por Hayek ...debe dejarse a cada individuo dentro de límites definidos, seguir sus propios valores y preferencias antes que los de otro cualquiera, que el sistema de fines de individuo debe ser supremo dentro de estas esferas y no estar sujeto al dictado de los demás. El reconocimiento del individuo como juez supremo de sus fines, la creencia en que, en lo posible, sus propios fines deben gobernar sus acciones, es lo que constituye la esencia de la posición individualista41. El carácter popular del nuevo sujeto exalta sin arreglos soterrados la esencia social del ser humano, la vocación trascendente de la convivencia como vínculo instintivo-racional en pos de la supervivencia de la toda especie. Sentido común que ha procurado, desde los inicios de la historia humana, la unidad de lo diverso. Unificación de fuerzas como salvoconducto para la prolongación de la existencia. La propuesta socialista hoy renovada, como crítica derivada de la actitud filosófica, reivindica la perspectiva anti-positivista y el particularismo anti-totalizador. Vale decir, frente al monopolio del saber, la castración del debate, la intolerancia a la disidencia, y la conculcación democrática de la población, confronta el ejercicio pleno de la democracia directa. A diferencia de los socialismos del Siglo XX, la democracia reside en un nuevo sujeto social colectivo que emerge de las propias dinámicas históricas del ámbito donde se determina su especificidad: comunidades 41 Friedrich Hayek: “Camino de servidumbre” 102 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela organizadas, trabajadores, campesinos, mujeres, ecologistas, teología de la liberación, estudiantes, etc.; no en una cúpula corrupta y burocratizada que se abroga el control político de la sociedad bajo modalidades de intermediación, representación o “dictadura del proletariado”. La democracia de la calle, la democracia participativa y protagónica, la democracia socialista del Siglo XXI, se asume como el sistema donde los ciudadanos participan directamente en el proceso de toma de decisiones; sin menoscabo de ejercicios combinados de democracia directa con representatividad. La democracia revolucionaria es el instrumento, a través del cual el pueblo se organiza en pos de un estadio de realización superior: el socialismo. En la mayoría de los casos, en tantos como sean posibles, la Política Económica Bolivariana ha de implementar dispositivos de acción y participación directa de la ciudadanía: delimitación de presupuestos locales, municipales, estadales y nacionales; administración de entidades crediticias tales como las unidades administrativas comunales; diagnósticos comunitarios; formulación de proyectos, programas y planes; ejecución de obras; delimitación y administración de actividades productivas, etc. Del mismo modo, la PEB, guía de navegación económica para el socialismo, entiende la democracia económica en términos del poder popular, como la participación del sujeto social popular en los asuntos que tradicionalmente le eran ajenos: la gestión productiva liberadora. De allí que interrogarse si es necesaria una “burguesía nacional bolivariana” equivaldría a asignarle a la clase burguesa la exclusiva capacidad empresarial para conducir el proceso de industrialización y las demás actividades productivas. Esto pudo ser cierto para la Revolución Industrial europea, pero no lo ha sido en Latinoamérica. En Venezuela no se le puede atribuir a la burguesía existente el papel impulsor de las fuerzas productivas, por cuanto ha sido una burguesía parasitaria y dependiente, cuyo auge ha estado históricamente vinculado a la renta petrolera y a los mecanismos instrumentados para apropiársela, así como a su dependencia del capital transnacional. No se trataría por tanto, de apelar a la conformación de una nueva clase social burguesa “nacional-bolivariana”, sino de determinar cuáles son las competencias históricas de ésta que la Revolución requiere buscar o crear en el seno de su base social, en lugar de favorecer la reproducción de una clase social burguesa dominante. No obstante, una Política Económica Bolivariana podría explorar entre el empresariado pequeño o mediano, quiénes poseen las competencias exigidas por los planes de desarrollo económico y evaluar la posibilidad de establecer ciertas alianzas, sobre la base de su cooperación en proyectos específicos desde unas reglas claras y, en su caso, en colaboración con el sector público y con el sector social comunitario. Como se ha dicho anteriormente, en la transición rumbo al socialismo 103 Haiman El Troudi bolivariano del Siglo XXI todos los sujetos económicos participan en el desarrollo de las fuerzas productivas. A cada cual se le ha de delimitar su ámbito de actuación, el alcance y la cobertura del mismo. Todos deben saber su papel y reconocer la orientación de la política sectorial trazada por el Plan de Desarrollo Nacional, y se espera que actúen en consecuencia. El Estado debe constituirse en el garante del cumplimiento de tales fines, y particularmente auspiciante del desarrollo de la economía social-comunal. Un marco referencial que permita identificar algunos instrumentos de política en aras de que cada uno de esos sectores (entidades económicas o empresas públicas, sociales o privadas) reconozca el desempeño de su papel particular en la transición, sería el siguiente: Equiparación de sectores En relación con la temática abordada, cabe un cuerpo de interrogantes finales respecto a la delimitación del sujeto histórico de la revolución: ¿Es la clase trabajadora venezolana el sujeto histórico de la revolución?, ¿podemos pensar una revolución socialista sin la participación de los trabajadores y las trabajadoras? 104 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela En el Siglo XXI, la revolución en fragua del socialismo es un hecho de masas, en tanto práctica de voluntad colectiva de poder antagónico al bloque histórico hegemónico (dominante). En consecuencia, las heterogéneas expresiones del bloque contra-hegemónico (poder obrero y popular) han de levantarse sobre la base de sus referentes autónomos (sindicatos, consejos de trabajadores, centros estudiantiles, consejos comunales, movimientos feministas, etc.), y desde allí tejer las redes organizativas sinérgicas y autoreferenciadas de la clase popular. Esta dinámica posibilita el avance en la direccionalidad estratégica delimitada, al coadyuvar en la coordinación y la unidad de las organizaciones fragmentadas y dispersas. Pasan los diversos colectivos (trabajadores, comunidad organizada, estudiantes, campesinos, mujeres, LGTB, afro-descendientes, indígenas, personas con discapacidad, etc.) a ser un conjunto armónico, y dejan de ser mero auditorio, “masa de maniobra”, para ser sujeto histórico de la hechura revolucionaria. 105 Haiman El Troudi 8. Superación de la dicotomía clásica Estado-Mercado. La participación productiva como arista de un triángulo virtuoso Recuérdese el viejo debate: 1) Argumento liberal burgués: “tanto mercado como sea posible, tanto Estado como sea necesario”, refinada doctrina auspiciante del cuanto más mercado mejor. 2) Argumento de la transición al “socialismo real”: “¡Extender el poder del Estado, reducir al mercado!”, consigna auspiciante del Estado regulador, dirigente, distributivo, desburocratizado. De un lado o del otro, detractores y defensores han pretendido sostener y/o reeditar un debate amplificado desde las declaratorias de muerte, al insistir que la antinomia Estado vs Mercado es insalvable. Tal disyuntiva ha permeado las interpretaciones sobre la economía y en casi todas las latitudes invade los umbrales de la política. Este hecho fue denominador común de la contradicción de clases en el siglo pasado y se proyecta a este tiempo. La disyuntiva se ha enardecido producto de los aparentes fracasos de ambas concepciones en oposición. Las disquisiciones de las prácticas del ejercicio estatistas o pro mercado propendieron a simplificar las contradicciones sustantivas en el interés de declarar la supremacía del uno sobre el otro. Tal circunstancia ha imposibilitado la elaboración, sino obtención de mecanismos complementarios a ambas concepciones. Los relatos históricos descritos por cada lado adjudicándose triunfos en la aplicación de su ecuación han propiciado interpretaciones sesgadas, y en consecuencia, poco valor científico en el cotejo. La experiencia latinoamericana ofrece un movimiento oscilante entre políticas proteccionistas y neoliberales. En la Venezuela de la cuarta República el reflejo de ello se desprende del análisis de las relaciones coyunturales entre el gobierno de turno y el empresariado nacional. El primero, sometido a las determinaciones de los organismos del capitalismo global y el segundo, (altamente politizado), en busca del amparo paternal rentístico estatal. La coyuntura actual latinoamericana ha cambiado. Podría decirse que se ha desamarrado la camisa de fuerza personificada por el Consenso de Washington y sus variopintas maneras de introducir reformas a los mercados. Corrientes progresistas, anti neoliberales, han irrumpido con vigor en la esfera del control político de la mayoría de los países latinoamericanos y caribeños. El estatismo con diversos matices ha reaparecido en mayor o menor grado de acuerdo con las características y posibilidades de cada nación. No se trata de un retorno puro y lineal. Un rasgo particular en casi todos los casos es la búsqueda de nuevos mecanismos de equilibrio, examinando formas diversas y más beneficiosas de intervención del Estado en función de 106 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela apalancar un mejor funcionamiento del merca¬do. Entendiendo al mercado no como agente ordenador de la economía, sino como instrumento puesto al servicio de las personas y del plan de desarrollo nacional. La PEB ha de resolver el dilema en cuestión, y fijar posición clara. Habrá de caracterizar la participación del Estado en la economía y delimitar los mecanismos para enmendar las insuficiencias del mer¬cado, democratizando su metabolismo, regulando su funcionamiento, y moralizando su papel auxiliar en la esfera de la circulación y el cambio. Estas ideas se profundizan en secciones posteriores. Lo cierto es que ni el Estado ni el mercado son infalibles y perpetuos, erigiéndose al final de la conflagración uno por encimo del otro como opción única; lo único perdurable en el tiempo son sus instituciones. De tal suerte que el Estado ha de puntualizar un acumulado de disposiciones y reglamentaciones ordenadoras de su actuación interventora. Su sostenimiento y el desarrollo nacional dependen en grado sumo de la eficacia de las instituciones económicas y políticas que disponga. Al respecto, Pradhan fija tres componentes institucionales básicos para optimizar las ca¬pacidades del Estado, a saber: 1) Limitaciones y normas (…); 2) Voz y participación para las empresas y la sociedad civil en las actividades del Estado; y 3) presiones competitivas a través de la competencia en la selección del personal que se desempeñará en cargos públicos y un régimen de ascensos para formar una burocracia profesional y motivada42. El desarrollo de la capacidad institucional estatal no es indicativo de su tamaño, ni su control sobre medios estratégicos de producción, ni al valor de tales activos, sino a la estabilidad de sus cimientos institucionales y la calidad de su conglomerado funcionarial. Por su parte, el desarrollo de la capacidad institucional del mercado está asociado con la democratización plena de la información entre todos los agentes económicos, sociales y políticos. Lo anterior sólo es posible si se produce un adecuado acoplamiento científico-técnico del Estado al mejorar el funcionamiento discriminador y oprobioso del mercado por vía del cálculo económico socialista. La oscilación pendular de los argumentos a favor o en contra, de uno u otro extremo (Estado – Mercado), advenido el siglo XXI, carece de validez. De un tiempo para acá, (tras el desplome neoliberal y la derrota del consenso de Washington) se ha producido un reacomodo táctico, particularmente en países de Latinoamérica con gobiernos progresistas43, a favor de un rol activo de los gobiernos en la dirección del desarrollo nacional. No 42 Sanjay Pradhan. “Improving the State’s Institutional Capabili¬ty” 43 Incluso las políticas keynesianas adoptadas como respuesta a la crisis económica mundial por parte del presidente Obama, son blanco de ataque de la derecha radical norteamericana, al asociarlas con medidas de corte socialista. 107 Haiman El Troudi obstante, prevalecen los señalamientos en lo relativo a la efectividad de las actividades del Estado, lo que traslada el debate al plano de la eficiencia y efectividad del Estado. Situado el contexto, la revisión de la tendencia actual reporta cambios sustanciales en el andamiaje institucional político, social y económico, encauzado al establecimiento de diseños de mutua reciprocidad no sólo entre los dos extremos dicotómicos, sino entre éstos y el conjunto de la sociedad históricamente marginada por ambas partes: los sectores sociales-comunales como sujeto económico. Es preciso renunciar (en el caso de los socialistas bolivarianos) a la arrogancia de creerse los únicos, en la historia humana, capaces de instituir un régimen estatista perfecto. Del mismo modo, deben deslastrarse (los liberales, moderados o capitalistas) del dogma secular del mercado como espacio insustituible para el equilibrio de la oferta y la demanda. Sobre ese común punto de partida sería posible estremecer las raíces al árbol del progreso nacional, impactado por la acción acompasada de todos los sectores intervinientes en la esfera económica. Las comunidades organizadas, conscientes y movilizadas en tanto sujeto histórico de la revolución, participante protagónico, poder constituyente del nuevo orden, rompen la bipolaridad imperante entre el Estado y el mercado, y se incorporan como tercera arista en una suerte de triángulo virtuoso. La PEB, cual espiral ascendente, succiona lo sustantivo y reivindicable de la bipolar diatriba, convirtiendo el claroscuro en un triángulo virtuoso (Estado, Mercado, Comunidad). Para promover tal intencionalidad hay que reformular el papel del Estado y de las comunidades organizadas como delegados del interés público. Se ha analizado la experiencia tanto del socialismo real como de la socialdemocracia y se ha concluido en la necesidad de poner fin a los Estados ultra estatistas-centralistas para superar las distorsiones totalitarias, clientelares, burocráticas y de corrupción. Lo propio se ha dicho del neoliberalismo privatizador, ineficiente y amplificador de la exclusión y la explotación. Trascender el dilema Estado contra mercado sólo es posible mediante la implementación de políticas públicas contra hegemónicas, en la que el Estado asume un rol de interventor-asegurador de que las necesidades sociales materiales e inmateriales (incluida la cultura, la información, el esparcimiento, la ciencia y la innovación) no se sometan al provecho mercantil. Esta visión compartida del desarrollo integral, Estado-mercado-comunal, es predominantemente política y, en suma, soporte de la razón económica. Una comunidad organizada, consciente y movilizada es el motor propulsor de los derechos ciudadanos, condición sine qua non de la democracia. Sólo la organización de la base social empuja la transformación del Estado, y la supresión del clientelismo político por un sistema de provisión y 108 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela aseguramiento de derechos. La Política Económica Bolivariana reivindica la asimilación de que existen capacidades públicas, capacidades privadas y capacidades populares, y que además es posible desarrollar concordancias, complementariedades y beneficio mutuo entre estos sectores, y en provecho de las mayorías. La PEB reconoce que el Estado no cuenta con capacidades ilimitadas, y por tanto no tiene necesariamente que hacerlo todo; además existen áreas donde la comunidad organizada o el emprendimiento privado lo hace mejor. Y por tanto, la asociación público-privada-comunal es viable. Siendo así, es una asignatura pendiente de la revolución bolivariana profundizar las formas de participación popular. Participación protagónica del pueblo soberano en todos los procesos medulares -políticos, económicos y sociales- para la maduración socialista. El Poder Popular Local como base política de esa participación, los Consejos Comunales su marco organizacional, las Comunas su concreción gubernamental, y el emprendimiento popular la realización trascendente del trabajo liberador. A manera de conclusión, se exponen las opiniones de Chávez sobre el tema abordado en el presente epígrafe: la democratización de la economía es uno de los lineamientos fundamentales del proyecto de gobierno… nosotros no negamos el mercado, sería como negar el sol, lo que sí nos negamos es a la tesis neoliberal, de que el mercado debe imponer sus reglas y que el Estado no debe tener ninguna actividad en lo económico… Esa es, precisamente, la trampa del neoliberalismo, la del Consenso de Washington, que los Estados nos reduzcamos a nuestra mínima expresión, para que las leyes del mercado se impongan y lograr los grandes designios de la especie humana… el Estado debe participar de manera activa en la economía y eso es lo que estamos haciendo hoy, para darle forma en una alianza entre el Estado, el sector privado productivo y un elemento que va más allá del Estado y el mercado, que es fundamental y que es la comunidad, con la participación comunitaria en el proceso económico44. 44 Hugo Chávez, abril 2005, durante el acto de entrega de certificados de compromiso a los representantes de cooperativas y PYMES, que participaron en la V Rueda de Negocios del Estado venezolano. 109 Haiman El Troudi 9. Políticas diferenciadas según el tipo de propiedad, emprendimiento y sector económico Como parte del proceso de reequilibrio del papel de los sujetos económicos rumbo al socialismo bolivariano, la Política Económica Bolivariana debe proyectar el peso relativo que alcancen las distintas formas de propiedad y organización empresarial en los distintos sectores de la economía nacional, como resultado del proceso de socialización de la economía. Una aproximación del tipo de propiedad y empresa por sector de la economía podría ser: 110 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela La situación actual engloba relaciones sociales de producción basadas en la explotación y enajenación del trabajo asalariado. En la proyección futura se aspira a superar tal distorsión; el formato empresarial capitalista asume patrones de gestión y compromiso social acoplados al modelo socialista bolivariano (cambian su concepción de empresas capitalistas por el formato de Empresas de Producción Social). La lógica capitalista imperante en el entramado empresarial venezolano cambia sus resortes paradigmáticos del lucro, lo privado es un componente más de una nueva arquitectura estructural centrada en la satisfacción de las necesidades tangibles e intangibles y en la realización humana. El desarrollo económico y social de estas diferentes esferas o conjuntos empresariales supone políticas diferenciadas para cada uno de ellos. La Política Económica Bolivariana debe tener en cuenta: A. El papel de las empresas públicas como locomotoras de la economía política del país. Para ello se deberán desempeñar como: el centro de los nuevos polos o proyectos de desarrollo territorial; la cabeza de cadenas productivas con alto contenido integrador; y el ente articulador de los demás sectores. Corresponde a Petróleos de Venezuela Sociedad Anónima (PDVSA) el papel de vanguardia en esta estrategia. B. Las diferencias de capital y escala entre las empresas capitalistas, que pueden ser clasificadas en grandes, medianas y pequeñas empresas. Las pequeñas y medianas empresa del sector deben ser objeto de una política diferenciada orientada a su articulación con el sector público y social comunal. El fomento de la economía productiva debe tomar en cuenta la experiencia acumulada por los pequeños productores agrícolas e industriales. En este sentido, se debe considerar la posible vinculación de pequeños y medianos empresarios a los proyectos de desarrollo nacional y territorial, considerándolos potenciales aliados del proyecto socialista bolivariano. C. La definición, promoción y organización de las empresas comunales como el sector emergente de la nueva economía socialista y base del desarrollo local y territorial. D. La clasificación de las cooperativas con base a la organización del trabajo y al cumplimiento de sus fines sociales. Ello supondrá un tratamiento diferenciado por parte del Estado. Por otra parte, cada uno de estos sistemas empresariales planteará retos y problemas específicos, tales como: • La articulación de las empresas en cadenas productivas o redes de intercambio. • El modelo de organización empresarial predominante, definiendo el carácter de la empresa, así como de las unidades subordinadas que la 111 Haiman El Troudi integran. • El nivel de subordinación de las empresas: nacional, regional, estadal, municipal o comunal. La ratificación o revocación de las actuales adscripciones de empresas. • Los objetivos y mecanismos de socialización de la gestión. El desarrollo económico y social, así como el institucional, se deben orientar a la realización de estos objetivos de socialización, teniendo en cuenta, entre otros: los derechos económicos y sociales, el tipo de propiedad y de gestión, la apropiación del excedente, la participación de los productores directos y la integración en cadenas productivas y en redes de intercambio socialistas. La aspiración de convertir a Venezuela en una potencia sólo puede materializarse en la medida en que se logre un consenso activo en la población, y se focalicen las fuerzas productivas de todos los sectores económicos en dicho objetivo. Hacerse potencia desarrollada con enérgica vocación social amerita identificar los trenes productivos a impulsar prioritariamente. Cadenas de valor con alta integración de procesos correctamente alineados con el modelo de desarrollo asumido. Un listado preliminar de dichas cadenas vendría dado por: 1. construcción de viviendas, 2. metalmecánica, partes y piezas, y en general producción de bienes de capital aguas abajo de la industria siderúrgica y del aluminio, 3. agroindustria para el provecho humano y animal, 4. industria automotriz y ferroviaria para carga y transporte, 5. petroquímica, e industria de los fertilizantes, 6. industria naval y portuaria, 7. generación eléctrica, a partir de petróleos extra pesados. El Estado es el principal auspiciante de la transición al socialismo. Sobre la base de la caracterización de la realidad presente, el Gobierno Revolucionario debiera diseñar e implementar nuevas políticas públicas dirigidas al contexto empresarial, tales como: 1. Plan especial y permanente de formación tecnopolítica de trabajadores, gerentes y funcionariado público. 2. Participación de los trabajadores en la gestión. 3. Reestructuración de la jornada laboral. 4. Vinculación con el entorno organizado (Consejos Comunales, Comunas, Núcleos de Desarrollo Endógeno (NUDES), etcétera). 5. Contabilidad auditable por la contraloría social de trabajadores. 6. Contraloría pública que garantice la rentabilidad social de las empresas. 112 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela 7. Desde el sector público, contratación de servicios y adquisición de insumos preferentemente y siempre que sea posible a EPS y cooperativas nacionales. 8. Política de compras de insumos nacionales, aún cuando ello suponga mayores costos, acompañándolo de exigencias de incremento de la productividad social. 9. Destino de un considerable porcentaje de las ganancias a la investigación y al desarrollo, así como a mejorar la calidad de vida de los trabajadores y del entorno inmediato de la empresa. 10. Desarrollo de programas de responsabilidad social. 11. Democracia directa en la organización interna del trabajo (revocabilidad del mandato, rendición de cuentas, rotación de funciones…) 12. Orientación de la producción en función de la satisfacción de necesidades, no para alimentar voracidades consumistas. 13. Fomento de redes de distribución y comercio justo. Ahora bien, sin olvidar que el proyecto socialista responde a la lógica económica de la satisfacción de necesidades y el Desarrollo Humano Integral, existen interrogantes que deben ser consideradas en el período de transición ¿Cómo deben funcionar las empresas del Estado en la transición? ¿Qué se espera de las empresas capitalistas? ¿Qué tipo de políticas debe el gobierno implementar para estimular la generación de empleos en la producción privada de empresarios y cooperativistas? ¿Cómo se enfrenta el problema de la productividad y el de los incentivos en un modelo socialista? La manera de incorporar nuevas políticas socialistas varía según el sector de la economía y su correspondiente modalidad empresarial. En el caso de las empresas estatales, estas políticas se introducen por medio de orientaciones desde arriba; indicación de metas a alcanzar según condiciones específicas. A las empresas populares y comunales a través de programas de acompañamiento, asistencia y financiamiento. En el caso de las empresas privadas capitalistas y las cooperativas, que, por su lógica, maximizan respectivamente a las ganancias o a los ingresos por trabajador, se introducen estas políticas por medio de una mezcla de incentivos y sanciones. Para apalancar las políticas descritas y promover cambios en las relaciones de producción en todos los casos citados, se amerita adelantar acciones generales y específicas. Empresas estatales: auspicio de experiencias piloto de cogestión sin que ello suponga necesariamente participación accionaria de los trabajadores; fomento de los Consejos de Trabajadores; articulación con las comunidades a fin de determinar y superar necesidades; mejora de la administración y derrota del burocratismo. 113 Haiman El Troudi A la fecha, la mayoría de las empresas del Estado venezolano se rigen por patrones mercantiles, tanto en sus mecanismos de producción, como de distribución y de consumo. Su lógica se centra en la ganancia individual (pública) y no en la ganancia social. Sus relaciones sociales de producción se basan en estructuras fordistas-tayloristas; la contabilidad y los procesos administrativos siguen enclavados en la lógica de la rentabilidad productivista sin saldos sociales; la producción no se planifica en función de la satisfacción de necesidades humanas; la vinculación con el entorno es casi nula; la articulación entre ellas o con los otros sectores de la economía es de poca profundidad. Bajo el esquema de la división del trabajo se reproducen prácticas autoritarias y se atesoran privilegios para las jerarquías. En el marco de la PEB, las empresas estatales se ocuparían del aprovechamiento de los recursos estratégicos de la nación en pos del aseguramiento de la redistribución equitativa de los excedentes, con énfasis en mejoras populares y disminución de la desigualdad, indicadores claros que afirman el avance real del proyecto socialista. En este sentido, debe darse una delimitación clara del inventario de recursos estratégicos que el Estado se reservará, a fin de despejar expectativas respecto a la propiedad en determinados sectores de la economía. Tema que se tratará en otra sección. Es indudable que el Estado, por su importancia, y también por sus debilidades históricas, sigue formando parte tanto del problema como de la solución. La debilidad de la clase empresarial venezolana, incapaz de invertir (por el contrario, estimulada por la idea de rápida generación de riqueza, comúnmente asociada a actividades como la especulación financiera, importaciones, ventas al Estado, contrataciones de obras públicas, etcétera), no siempre es cubierta con un Estado poco acostumbrado a salirse de su papel de gestor de la riqueza petrolera. La desinversión se convierte así en un problema. La razón capitalista inhibe los emprendimientos particulares en áreas poco lucrativas y de elevado riesgo; desde las lecturas liberales, comúnmente se deja en manos del Estado tal tipo de operaciones. Para el Socialismo del Siglo XXI, la eficiencia se mira con lentes propios, por ello, es absolutamente necesario que el Estado invierta en áreas poco atractivas (visto con fines de lucro) pero también lo hagan comunidades y comunas a las cuales se les ha transferido la propiedad de determinados medios de producción. Así mismo, los privados podrían participar de este tipo de tareas como parte de sus políticas de corresponsabilidad social. Empresas privadas: los privados se pueden o no adherir a la modalidad socialista en sus relaciones de producción y en su lógica de acumulación a riesgo de quedar proscritos por la inminente realidad social y política del país en transformación. Es papel del Estado en tiempos de transición hacer uso racional y eficiente de su capacidad instalada, bien para incentivar inversión 114 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela particular, como para romper estructuras monopólicas y oligopólicas. Si en el mercado prima la competencia, en el Estado socialista debiera primar la eficiencia social. Hasta la fecha, el sector privado se ha beneficiado con el uso de incentivos públicos a propios y extraños, sin que medie criterio alguno de selección. Empresas visiblemente opuestas no sólo al gobierno, sino al sistema de transformaciones nacionales, han resultado favorecidas directa o indirectamente por exoneraciones arancelarias, créditos blandos, exoneración de impuestos, compra de sus bienes o contratación de sus servicios por parte del Estado, suministro de divisas al tipo de cambio oficial, financiamiento de maquinaria, capital de trabajo, equipos y materias primas, etcétera. Tal arsenal de incentivos deben ser empleados para ordenar la participación del sector privado. Aquellos empresarios dispuestos a asumir la agenda socialista deben cumplir con una serie de compromisos para acceder a los estímulos estatales. Quienes se nieguen quedan relegados a su actividad mercantil y reciben del Estado un trato conforme a la legalidad vigente (no necesariamente afable y cordial, ni mucho menos preferencial). Para el caso del sector privado, las empresas capitalistas deben de reformatearse en (EPS) Empresas de Producción Social45. Esto es, la actividad privada contribuye corresponsablemente con la Soberanía Productiva Nacional, cumple con un conjunto de prerrequisitos dispuestos por el Estado, y en esa medida puede acceder a incentivos que éste ofrece, al tiempo que se adapta al formato de nueva organización socioeconómica enunciada por el socialismo bolivariano. Si bien las EPS son dueñas de ciertos y determinados medios no estratégicos de producción, se comportan bajo una lógica solidaria, ganando lo razonable y colaborando con el Estado y las comunidades en la instauración de una sociedad justa, inclusiva e igualitaria. No son empresas cuyo único fin es la acumulación desmedida, tienen conciencia social, organizan su actividad corporativa en función de los requerimientos de las mayorías. En las delimitaciones de la Política Económica Bolivariana, deben perfilarse los rasgos característicos que toda empresa capitalista privada debe ir incorporando progresivamente, los nuevos atributos funcionales 45 En 2005 el presidente Chávez formuló la propuesta de las Empresas de Producción Social “EPS”. Posteriormente el término fue matizado en dos vertientes diferentes: Empresas de Propiedad Social “EPS-2” y Empresas de Producción Socialista “EPS-3”. En franca alusión a los emprendimientos estatales y comunales. Las Empresas de Producción Social originarias, a decir del autor, son el instrumento empresarial por excelencia a adoptar por los privados para su inserción al proyecto socialista. 115 Haiman El Troudi y organizativos en razón de su reformateo o conversión a Empresas de Producción Social (EPS). Una aproximación a los rasgos característicos de esta modalidad empresarial pudieran esquematizarse como sigue, según lo expuesto por El Troudi y Monedero 1. Responsabilidad Social Empresarial: los empresarios disponen obras sociales en beneficio de la comunidad; 2. vinculación con los problemas del entorno: coadyuvan a la organización social y en la búsqueda de soluciones, articulación con los Consejos Comunales, etcétera; 3. producen para satisfacer necesidades sociales no para vender por vender e incrementar sus ganancias: no estimulan el consumismo de productos innecesarios o suntuosos, se concentran en la manufactura de los artículos fundamentales para el sustento humano; 4. distribución de los excedentes entre los propietarios de las empresas, sus trabajadores y la sociedad: no se enriquecen a expensas de la explotación del trabajo ajeno, sino que comparten los márgenes de ganancia; 5. disminución de los beneficios particulares y aumento de los beneficios sociales: ganan lo suficiente y reducen los costos de las mercancías al mínimo, en beneficio de la población; 6. tejen relaciones de Comercio Justo: rompen las cadenas y las roscas de la distribución y la especulación, al intercambiar mercancías con la menor intermediación posible; 7. se incorporan en los planes de formación de los trabajadores y trabajadoras: ayudan en la elevación de su cultura y conciencia; 8. fomentan relaciones de democracia directa a lo interno de los centros laborales: elección de representantes y administradores, rendición de cuentas, contralorías de trabajadores, revocabilidad de mandatos; 9. lo que producen se rige por los principios del valor de uso de la mercancía: no se produce por el valor comercial de determinados productos, amén de que la rentabilidad empresarial no riñe con la calidad, producción con cifras azules; 10. da una remuneración digna y regular a sus trabajadores: a cada cual según sus necesidades y trabajo; 11. destinan la producción entre quienes más la necesitan: se incorporan desinteresadamente en Planes de Protección Social para quienes están en condiciones de extrema exclusión y miseria; 12. tienen un compromiso ecológico con el medioambiente y con las generaciones futuras; 13. se articulan con los Planes Gubernamentales de Desarrollo tales como los Núcleos de Desarrollo Endógeno, los Presupuestos Participativos, los Gabinetes Móviles…; 14. fomentan y/o tutelan nuevas empresas, cooperativas o asociaciones productivas sin ánimo de lucro y sin que medien intereses; 15. asumen nuevos protocolos de atención al público: trato digno a los trabajadores, clientes y en general a todas las personas, superación de las prácticas burocráticas clientelares y el mal trato al que nos mal acostumbró la Cuarta República46. Los órganos de la administración pública, responsables de la relación del Estado con las empresas capitalistas, han de diseñar un sistema de seguimiento, verificación y control para garantizar el cumplimiento de tales compromisos. La inobservancia de tales prerrogativas comporta una indisposición en los emprendedores privados por incorporarse voluntariamente en el circuito de las transformaciones nacionales. No 46 Haiman El Troudi, Juan Carlos Monedero. Ibídem. 116 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela obstante, como se ha insistido, quien no esté interesado en reformatearse no debe aspirar a obtener incentivos públicos, y en ese sentido tienen que someterse a la opinión pública nacional, cada vez más consciente y movilizada en función de construir la propuesta socialista. Pero, ¿qué razones pueden motivar a un “próspero empresario” de la economía capitalista para migrar a una forma socialista tipo EPS? Se pueden afirmar que existen tres argumentos: i. Por una convicción racional de que la inclusión social construye sociedades más armónicas que, en última instancia, hacen la vida más placentera. ii. Por ideología (que asuma la igualdad como una exigencia ligada a la dignidad humana) o por convicciones religiosas (si todos somos hijos de Dios, ¿por qué vidas tan extremadas?) iii. Por presión popular. Por otra parte, y como determinación de política pública, la PEB ha de poner trabas al capital internacional no productivo al tiempo que se incentive el capital productivo nacional. Así mismo, dentro de las políticas de tratamiento que el Estado ha de adelantar con los privados, se debiera prestar especial atención a dos sectores en particular, cuya dinámica especulativa ameritan un urgente control gubernamental, a saber, la banca y el comercio importador. En relación a la banca, la orientación central en tiempos de transición se circunscribe a las ideas de: a) fortalecer la banca estatal, b) maximizar la intermediación crediticia; en cuanto a comercio importador: a) como apuesta estratégica la sustitución de importaciones, b) establecimiento de presupuesto de divisas y un sistema de precios referenciales internacionales. Sobre la banca y el comercio se trata detalladamente más adelante. La somera revisión del escenario empresarial venezolano hace visibles al menos tres grandes conjuntos, 1) por una parte aquéllos que se niegan a cualquier tipo de cambio y dificultan el rumbo de las transformaciones nacionales poniendo obstáculos en el camino, 2) están también quienes, sin tener esa mala voluntad, necesitan más datos que les permitan tomar una decisión racional en la nueva dirección, 3) quienes ya están dispuestos a caminar en la perspectiva socialista. En el contexto del régimen de propiedad mixto planteado en la idea bolivariana para el socialista del Siglo XXI, la PEB ha de delimitar las pautas de actuación esperadas de cada uno de los actores intervinientes en el desempeño productivo nacional: Estado, Comunidades Organizadas y Emprendimientos Privados. Cada cual ha de poseer por así decirlo, más allá de su compromiso social y del cumplimiento de las regulaciones vigentes, la cartilla contentiva de las reglas del juego que le corresponde asumir. 117 Haiman El Troudi Cooperativas: las cooperativas, nacidas dentro del capitalismo, en tanto formas de organización caracterizada por la propiedad privada colectiva, son el sistema de trabajo llamado a sustituir el régimen de trabajo asalariado del propio capitalismo. Estas modalidades de “autogestión administrativa” por su estructura y funcionamiento, pueden trabajar bajo cualquier sistema económico, político y social. No obstante no hay lugar a dudas en cuanto a que constituyen un avance en relación a la propiedad privada individual. Como se sabe, su constitución nace a partir de la unión de un colectivo para satisfacer necesidades individuales, comunitarias o ambas. Particularmente, pueden ser de gran utilidad para el desarrollo de actividades productivas de pequeño calado y para la prestación de servicios. De un tiempo para a acá, existen dos fuertes tendencias en las grandes corporaciones y holding industriales capitalistas por: a) emplear el cooperativismo sin control de la propiedad y del excedente por éstos (tercerización); b) estimular un mayor compromiso de los trabajadores mediante formas de organización “superiores” de producción, mediante la participación masiva de pequeños accionistas47, como vía segura para la reproducción y metamorfosis del capital. Con la PEB se impone tratar de concordar una mezcla de incentivos y sanciones a las cooperativas al igual que lo dispuesto con las empresas privadas. Del mismo modo, se deben subsanar distorsiones observadas en la estructuración y funcionamiento de tales asociaciones. Subsanar el hecho de la proliferación de cooperativas sin que medie en paralelo una cultura cooperativista tanto entre los integrantes de las mismas como por parte de la sociedad, lo cual trajo como consecuencia el que se distorsionara dicho espíritu asociativo, registrándose muchos casos de flexibilización laboral, externalización de procesos, maquila y explotación del trabajo ajeno. Revertir la tendencia a través de la cual, los integrantes de las cooperativas prefieren renunciar a su condición de emprendedores a cambio de un salario. Claro está que tal actitud surge como consecuencia de la reproducción de las condiciones de explotación a las que son objeto por parte de las instituciones y empresas del Estado, o de sí mismos. Otras distorsiones observadas y algunos cursos de solución posibles dentro del mundo cooperativo son: a) Cooperativas que tienen dueños y contratan trabajadores a cambio de un pago, sin beneficios, utilidades, seguridad social, etcétera, reproductoras de las condiciones de explotación de las empresas puramente capitalistas. 47 Véanse p.e., los casos de la IBM y Protinal. 118 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela b) Funcionarios públicos que favorecen determinadas cooperativas constituidas vía tráfico de influencias con amigos y familiares. c) Pequeños y medianos empresarios que cambian su denominación mercantil por cooperativas para acceder a los incentivos del Estado, pero reproduciendo dentro de su “cooperativa” relaciones de producción idénticas a las que realizaba con su empresa capitalista. d) Falsas cooperativas, o cooperativas de maletín que tras beneficiarse de una contratación pública la revenden. e) Cooperativas que una vez favorecidas por créditos o bienes muebles o inmuebles, reparten entre sus integrantes tales activos. f) Cooperativas en su mayoría conformadas por trabajadores no calificados. g) Servicios susceptibles de transferir a cooperativas prestados por empresas privadas, que obtienen ganancias extraordinarias de los contratos de obras, suministros y servicios que le prestan al Estado. Estos contratos generalmente están sobre-preciados, lo cual favorece el cohecho y genera resistencia de los empleados públicos contra el proceso de transferencia. Las obras públicas son una importante fuente de empleo no calificado, generalmente local, de modo que su transferencia a cooperativas contribuiría a la redistribución descentralizada del ingreso. La figura específica de Cooperativas de Mano de Obra ha sido estudiada a fondo por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), como herramienta para la generación de empleo no calificado. Se asegura por ejemplo que el mantenimiento de 50 km de vialidad genera 10 empleos fijos, siendo éste un empleo local. Toda cooperativa debe tener una sección de ahorro y crédito y cada asociado debe ahorrar el diez por ciento de sus ingresos, lo cual aliviaría la carga de los entes crediticios populares (Banco del Pueblo, Banco de la Mujer, Fondemi). Los contratos con cooperativas deben mantener las mismas condiciones que se les brinda a las empresas privadas, a fin de que puedan capitalizarse, equiparse y financiar la capacitación de sus asociados, así como disponer de los recursos para contratar profesionales y técnicos, para las actividades que lo requieren, subordinados al órgano administrativo de la cooperativa. De hecho, los contratos contemplan los montos tabulados para la contratación de tales servicios profesionales. Con base a la situación anteriormente descrita, se podrían implementar las siguientes medidas: a) Impulso de una fuerte campaña de constitución de una cultura cooperativista arraigada en la tradición socialista. b) Implementación de un sistema de contraloría social de las 119 Haiman El Troudi comunidades, dirigido a las cooperativas que residan en el ámbito de competencia de los Consejos Comunales, todo ello en coordinación con la SUNACOOP. c) Depuración a fondo del Registro Nacional de Cooperativas. d) Reglamentación del artículo 184 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (CRBV) (1999), a fin de hacer efectiva la descentralización y transferencia de servicios estadales y municipales, a las comunidades y grupos vecinales organizados, mediante la realización, por parte de las gobernaciones y alcaldías, de un inventario de las actividades susceptibles de descentralizar y transferir, así como un cronograma que establezca las actividades, las etapas y los plazos del proceso de transferencia. e) Desarrollo del mismo proceso de descentralización y transferencia en los órganos y entes de la administración pública central. f) Establecimiento de una tutela a las cooperativas sujetas de la descentralización y transferencia, por un período prudencial (1 a 3 años), durante el cual se les proporcionará asistencia técnica, administrativa, contable, gerencial y organizativa, a fin de garantizar su capacitación para asumir con autonomía el control de sus actividades. g) Establecimiento de un Servicio Automatizado Nacional, con oficinas estadales y municipales, que preste los servicios de contabilidad, auditoría y asesoría administrativa a las cooperativas, a precios regulados, para facilitar el orden contable y administrativo de las cooperativas y tener a disposición de la Superintendencia Nacional de Cooperativas la información consolidada, para ahorrarle a las cooperativas los costos de presentación trimestral y anual de cuentas. h) Establecimiento de un servicio nacional de impresión de libros de contabilidad y de actas, talonarios de comprobantes de pago y recibo y demás, papelería a utilizar por las cooperativas, a fin de abaratar y uniformizar los formatos. i) Creación de las cuentas bancarias cooperativas en bancos del Estado, exentas de cobro de comisiones, a fin de centralizar los depósitos y demás operaciones y así avanzar hacia la creación del sistema financiero cooperativo. Empresas comunales-populares No existen definiciones categóricas en la PEB referidas al sector de la economía popular-comunal. En grado sumo, la resultante del apalancamiento de este segmento guarda relación con los aciertos en la experimentación creadora y la innovación. A la fecha existe un importante número de experiencias en curso vinculadas con la gestión del estatuto productivo comunal; repasemos algunos sus componentes medulares, y describamos otros potenciales 120 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela cursos de actuación: Se ha puesto énfasis en el acompañamiento, no en el tutelaje, del protagonismo popular; la asistencia pública se asume en términos de favorecer la participación activa de la comunidad en la toma de decisiones de inversión que le son inherentes. En ese sentido se requiere desarrollar un amplio programa de transferencias de competencias locales a las comunidades organizadas con énfasis en gestión de servicios públicos. También, transferir en posesión y/o en propiedad a las comunidades organizadas diversos medios de producción y de servicio (ejemplo Estaciones de servicio, fábricas recuperadas del abandono, etc.), bajo la figura de la asociación mixta con el Estado. Así mismo, continuar institucionalizando el apoyo a la base económica popular y ensancharlo a través de la cooperación del ámbito privado: constitución de un Fondo ampliado de Promoción para la Economía Popular, con aportes públicos, privados y comunitarios; creación del Banco mixto Micro-financiero Nacional; creación de Entidades Financieras Comunales, de un Banco de Proyectos Comunales, de una Oficina de Asistencia Técnica a los emprendimientos populares, y una Oficina de Aseguramiento y Reaseguramiento. Mantener el estímulo constante a la organización de consejos comunales, asambleas de ciudadanos y otras formas de participación comunitaria en los asuntos públicos. En tal dirección, diseñar mecanismos de enlace entre los ciudadanos y la Administración Pública Central, Estadal y Municipal, y las demás expresiones del gobierno local, en aras a generar espacios de cogestión administrativa, y promover el control social sobre el ejercicio de las políticas públicas. Fomentar el emprendimiento y el asociacionismo en la economía comunal, estimulando el protagonismo de las cooperativas, cajas de ahorro, empresas familiares, microempresas y otras formas de asociación comunitaria para el trabajo, el ahorro y el consumo, bajo el régimen de propiedad comunal sustentada en la iniciativa popular. Del mismo modo, promover intercambios equivalentes locales donde la base del cálculo económico lo permita. Ampliar el financiamiento público-privado orientado a la satisfacción de necesidades de las comunidades (énfasis en créditos cedidos con acompañamiento técnico y aseguramiento financiero). Bien pudiera legislarse a fin de obligar y regular el micro-financiamiento a empresas comunitarias, cooperativas, microempresas, etc., también para fijar gavetas obligatorias, orientar el financiamiento, obligar la asistencia técnica y regular tasas de interés. Innovar y experimentar en las formas de asociación para el emprendimiento productivo local tales como: unidades de producción social, unidades de propiedad social, cogestión y autogestión comunal de empresas, etc. Así mismo, promover la integración vertical y horizontal de las cadenas de 121 Haiman El Troudi valor desde los medios de producción hasta las comunidades, y de las comunidades entre éstas (tipo rizomas productivos-comunales: redes de emprendedores libres asociados, etc.) Evitar la tercerización de los emprendimientos populares por las instituciones y empresas públicas y privadas. Las compras del Estado deben estimular la economía popular, dando prioridad a las compras de bienes servicios que estas ofrecen, e incentivando la producción de aquéllos que sólo ofrecen los privados. Mantener el énfasis en la capacitación técnica y política: cultura cooperativista, cultura empresarial-social antes de formar y financiar cooperativas y emprendimientos populares… también enseñar oficios, contabilidad socialista, de acuerdo al mapa de necesidades elaborado por todos los sectores productivos. Estimular el trabajo voluntario de los funcionarios públicos, comunidades y trabajadores del sector privado. En ese marco, constituir sistemas de estímulos tangibles e intangibles a las comunidades con mayor grado de organización, mística de trabajo, resultados eficientes, etc. Normar las prácticas de corresponsabilidad empresarial participativa, enlazadas con las prioridades comunitarias identificadas en los diagnósticos comunales participativos. Del mismo modo, normar la gestión de las obras a cargo de las unidades de producción comunal, la rendición pública de cuenta y la contraloría social en todo el ciclo de vida del proyecto. Organizar la filosofía de la praxis comunal, esto es, documentación y sistematización de las experiencias de base para la posterior emulación socialista. Promover los presupuestos participativos autogestionarios distribuidores del excedente del trabajo comunitario, y los presupuestos participativos co-gestionarios distribuidores de la renta nacional48. 48 Las experiencias de presupuesto participativo dan cuenta de la organización popular para la toma de decisiones respecto al destino de recursos económicos entregados por algún nivel de gobierno (nacional, estadal, municipal). En el presupuesto participativo autogestionario, la comunidad decide el destino de los excedentes obtenidos de la actividad productiva de la empresa comunal. 122 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela 10. El avasallamiento del rentismo “Los venezolanos nos hemos acostumbrado a pedir, y a pedir, pero no a producir” Rosa González, militante de base del PSUV. Chapellín, Caracas, 2009. Independientemente de las determinantes históricas o la concepción particular dado al socialismo, es imperativo enfrentarse gradual y contrahegemónicamente al individualismo mezquino engendrado por el influjo del dinero y la irracionalidad mercantil. Es ilusorio aguardar la evolución moral de la sociedad en su conjunto (comunidades, Estado, y privados), sin la disminución tajante de las economías dependientes del libre mercado y del peso del dinero en la estructura social. El socialismo no es una teoría para la escasez, ni pretende serlo, por el contrario defiende la premisa de la distribución equilibrada de la abundancia. Existen suficientes recursos materiales en el planeta para sostener la evolución de la especie, bastaría la confiscación y democratización del 80% de la riqueza mundial en manos del 5% de la población humana para alcanzar el precitado objetivo. En el extremo opuesto se ubica la metafísica del capital basada en la defensa de la insuficiencia. A su entender, “no existe tanto para enriquecer a todos”, los inventarios de recursos disponibles y potenciales son suficientes únicamente para garantizar la riqueza a una minoría privilegiada y dispendiosa. Los procesos de acumulación originaria de casi todas las experiencias de constitución socialista a lo largo de Siglo XX se supeditaron a la expropiación de la fortuna de monopolistas (zares, terratenientes, industriales, iglesias, etc.). Al no contar con la fortaleza económica, aquellos incipientes Estados socialistas se procuraron de ese modo los recursos para atender el drama social de sus respectivas sociedades. Pero, ¿es acaso posible hacer convivir el Socialismo del Siglo XXI con una economía basada en la exportación del petróleo? La respuesta es estridentemente afirmativa. De hecho, tal condición particular de abundantes recursos hidrocarburíferos venezolanos le brinda un ribete sui géneris a la revolución. La riqueza petrolera y gasífera lejos de ser obstáculo para el tránsito hacia el socialismo, lo cataliza ¿Acaso no disponemos de mayores recursos para el apalancamiento productivo nacional y la lucha contra la miseria? ¿Qué hizo la también petrolera ex URSS es sus años de auge? ¡Redistribuir la riqueza!, lo propio debe hacerse en el caso venezolano. De tal manera que el desafío es vencer la cultura tutelar-paternalista, clientelar, asistencialista y populista heredada del consenso puntofijista. El desafío es deslastrar la lógica capitalista alimentada durante la época de las vacas gordas y la Venezuela Saudita, aquélla que todo lo compraba con el petro-dinero. 123 Haiman El Troudi El proceso de acumulación originaria en Venezuela en el sentido antes descrito es sui generis; el Estado goza de ingentes recursos proporcionados por la renta petrolera49. Como se sabe, la renta es una categoría precapitalista, en consecuencia, de acuerdo a una interpretación dogmática y lineal del marxismo, se tendrá que superar tal encuadre rentístico, para desarrollar las fuerzas productivas capitalistas y abrir paso posteriormente al socialismo… No asumir tal interpretación supone una interrogante, ¿puede existir un socialismo rentista? Difícil, si no se atienden aspectos cardinales del entramado sociológico de un país radiado durante décadas por el clientelismo: 1) canalizar parte de la renta hacia la cancelación de la deuda social sin exacerbar el paternalismo, ni conculcar las vetas participativas del pueblo en revolución, 2) emplear la otra parte de la renta para la industrialización nacional, y 3) fomentar un modelo productivo alternativo basado en la cultura del trabajo. Sobre este elemento fundamental para la superación del rentismo, se hacen referencias en todo el documento y se profundiza en la sección (relación capital-trabajo). Se trata de la administración ética, política y económica de la renta. Pero la herencia rentista proyectada continúa a la fecha empleando la riqueza petrolera como distorsionante de la composición social y la economía productiva del país. En su transición al socialismo, Venezuela recoloca la lucha de clases en el plano de la apropiación del la renta petrolera, no en la obtención de la plusvalía producida por el trabajo objetivado. La burguesía nacional ensaya diversos modos de infiltración del Estado (financiamiento de campañas, presión parlamentaria, chantaje mediático, testaferros, complicidades corruptas, promoción de tecnócratas en altos puestos de gobierno, etc.) para hacerse de una porción de la renta, en tanto “negocio” más lucrativo y de rápida locomoción. El proyecto burgués es la retoma del poder para continuar el festín. Los efectos de una economía rentista petrolera son apreciables: enriquecimiento de una minoría, desarraigo de la producción agrícola e industrial, subsecuentemente, tasa de cambio anclada a las volatilidades del mercado internacional del crudo, en épocas de abundancia, importaciones baratas, seguridad alimentaria de puerto; distribución de pequeñas porciones de renta entre la población y reforzamiento de la cultura de la 49 En el período de la revolución bolivariana hizo falta ordenar el negocio petrolero; para ello se cristalizó una suerte de “segunda nacionalización petrolera”. Participación mayoritaria del Estado en todos los negocios, cobro de impuestos, incremento del canon de regalías, etc. 124 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela dependencia paternal, apertrechamiento de la cultura de la corrupción, por derivación, ensanchamiento de la brecha entre pobres y ricos, y aunque resulte paradójico, amplificación de la pobreza en un país con semejante riqueza. Desde la aparición y explotación del petróleo, el ingreso de dicha renta ha superado con creces la capacidad de producción nacional, tanto como sus capacidades gerenciales. La revolución bolivariana debe reorientar el rol del Estado burgués heredado en el sentido de no seguir reproduciendo la secuencia descrita. Rechazar toda práctica sustitutiva, paternalista, verticalista. La PEB debe ser reflejo de la concepción marxista, a través de la cual se sitúa a los trabajadores en el papel protagónico de su liberación; la mediación del Estado, los partidos y el gobierno se han de centrar en el fortalecimiento de dicha obra. Preocupa a estas alturas que la inmensa mayoría de la población venezolana, simpatizante o no del proceso bolivariano, siga reproduciendo los hábitos clientelares y de dependencia estatal para su realización material, el “ponme donde haya”… de la cultura popular clientelar. La revolución debe encontrar fórmulas para dejar de lado todo rastro de comportamiento populista, ubicando la actuación del nuevo Estado socialista como acompañante de los procesos sociales. Ni el paternalismo, ni el asistencialismo pueden ser la única respuesta que se le dé a la deuda social acumulada. Una cosa es redistribuir la riqueza nacional y otra es hacerlo por vía populista, otorgando recursos sin planificación, ni orientación estratégica, ni obtención de saldos organizativos de la comunidad, apuntando a la corresponsabilidad social para la resolución de necesidades de la población. Por cierto, que las misiones sociales son un buen instrumento de corresponsabilidad y de subsanamiento de deuda social. pero no son suficientes para corregir las profundas distorsiones heredadas. No pueden entenderse los rasgos de la transición bolivariana al socialismo sin partir de la condición rentista de la economía venezolana. Pese a que el sector público sólo participa en torno al 30% del PIB, la lógica petrolera ha impregnado toda la economía del país. Esto implica la inexistencia de una burguesía nacional –por el contrario, existe una burguesía rentista-. Sólo el 12% de la fuerza laboral está afiliada a los sindicatos, al tiempo que aún queda mucho para poder afirmarse que la fuerza sindical bolivariana camina de la mano y fortalece el avance revolucionario. De la misma manera, y como bien se demostró en los sucesos del 11 y 12 de abril, existe en Venezuela un sindicalismo vertical ligado al antiguo aparato estatal y a los sectores económicos rentistas. Igualmente, se aprecia todavía una alta informalidad laboral, escasa cultura de cualificación permanente, fuertes lagunas en los ámbitos de salud e higiene en el trabajo, y alargamiento artificial de la jornada laboral que supone el desplazamiento desde el lugar de residencia al lugar de trabajo. 125 Haiman El Troudi Esta condición rentista de Venezuela tiene virtudes y vicios, potencialidades y riesgos. Por un lado, permite solventar problemas de acumulación originaria que existen en otros países. Por otro, la falta de vinculación entre el mundo tradicional del trabajo y la riqueza del país, así como la creación de un imaginario colectivo de “país rico”, debilita el asociacionismo, la conciencia de clase y las posiciones socialistas (que a veces se confunden con un consumismo colectivizado). Los manejos distributivos de la renta pública como de los excedentes del trabajo comunal son de especial interés para la PEB, puesto que es de suma importancia poder propiciar mejoras en la planificación del excedente y la distribución del ingreso. Para corregir la disparidad en la distribución del ingreso se hace necesario lograr un sector público cuyo tamaño se aproxime a niveles cercanos al 50 por ciento del PIB. También es necesario que el Gobierno Revolucionario tenga control de los recursos naturales, que son base de ingresos de rentas a las finanzas públicas y al mismo tiempo mantenga una Política Social que incremente la distribución de bienes públicos entre las grandes mayorías del país. Al mismo tiempo, el Estado revolucionario, mediante sus actividades presupuestadas, demanda bienes y servicios tanto nacionales como importados. Ese “pedido estatal” le permitiría impulsar una política de desarrollo de las formas de gestión no capitalista; ejemplo de ello puede ser el ámbito de las pólizas de seguro médico. La Política Económica Bolivariana debe utilizar esa demanda cautiva o “pedido estatal” para impulsar el desarrollo de entidades socialistas –empresas y entidades de servicios públicos- que la satisfagan. Esta revolución debe incidir en la variación de la cultura de los venezolanos, una ética económica socialista. Se debe pasar de un Estado paternalista a un Estado corresponsable. No todo lo puede hacer el Estado, el potencial creador de la gente se adormece en el facilismo de esperar a que sean los gobernantes quienes resuelvan los problemas de las comunidades. En el plano productivo es obvio que ningún país logra desarrollarse únicamente con la acción del Estado en solitario. Se precisa el apalancamiento tanto de empresarios, comunidades organizadas, además de los agentes de gobierno. Para ello se requiere impulsar una campaña de educación masiva en torno a la constitución de actitudes corresponsables. El desarrollo nacional centrado en el desarrollo humano parte de la acción compartida entre gobierno y sociedad. Se pueden explorar formas de corresponsabilidad social ciudadana a través de la constitución de brigadas de voluntariado desplegados, en pos del trabajo social de base (apoyo a las casas de alimentación, conformación de casas de abrigo, realización de censo de necesidades, etcétera.) 126 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela Otra manera de exaltar la corresponsabilidad es a través de los Fondos de Ahorro y Crédito Popular. La idea es simple, por cada bolívar que cada ciudadano aporte en el fondo, hasta un máximo de un 5% de su ingreso real, el Estado aporta otro Bolívar. Los recursos obtenidos pueden ser administrados por los entes financieros comunitarios y destinados a obras de inversión local como a proyectos productivos. Aunque se ha generado un consenso activo en torno a la idea de “sembrar el petróleo”50, al día de hoy no se ha podido realizar tal aspiración histórica, bien por falta de voluntad política, por la indiferencia empresarial privada, por ineficiencia pública, por ausencia de planes, por el poco grado de cohesión nacional alrededor del ideal… La renta petrolera permitió a los gobiernos puntofijistas ensayar formatos a la usanza del Estado de Bienestar socialdemócrata europeo, pero con las características inherentes a la economía nacional. Al día de hoy, prevalecen secuelas de aquellas prácticas gubernamentales. Como se ha referido, en Suecia un sector productivo de la economía financia vía tributación fiscal la prestación de servicios sociales, generador de una elevada fuente de empleos. En Venezuela, la tesorería nacional vía ingresos petroleros asume tales costos. Tanto la limitada política social de la cuarta República como la extendida distribución de la renta en una pródiga madeja de misiones sociales fueron y son posibles gracias al ingreso petrolero. En el caso del Estado de Bienestar socialdemócrata, la insostenibilidad del modelo (imponer a los sectores productivos la carga de financiar la economía de los servicios sociales) condicionó el giro hacia la derecha y en algunos caso, hacia la extrema derecha que han dado aquellas sociedades. Ahora bien, Venezuela en su tránsito socialista ha de adoptar correctivos en pos de trascender el modelo del seudo-Estado de Bienestar heredado. Los correctivos pueden ser adoptados a partir de la implementación de tres iniciativas, en línea con los tres aspectos cardinales antes descritos. Una asociada a un agregado de disposiciones económicas y educativas que ampliasen el acceso social a participar en el ámbito de la economía productiva. Otra, basada en la apertura de múltiples formas participativas, descentralizadas y experimentales de asociaciones entre el Estado, la iniciativa privada y la base económica comunal. Esta modalidad de asociacionismo se enfocaría en innovar nuevas maneras productivas y de servicio (incorpora agregados tecnológicos y de organización de trabajo y divulga prácticas de competencia y complementación cooperativa). La última iniciativa contenida en la “energía societal”, esto es, transformar la economía de los servicios sociales (misiones, servicios públicos, protección social, etc.) en participación corresponsable; toda la sociedad 50 Empleo de la renta petrolera para la diversificación económica del país. 127 Haiman El Troudi interviene, no es atribución exclusiva del funcionariado, de las ONGs, o de grupos sociales remunerados en torno a tal actividad. Toda la sociedad participa concurrentemente en la producción de bienes y servicios y en la organización práctica de la solidaridad social, sea mediante estímulos voluntarios, o a través de un sistema de prestación social obligatoria. Las propuestas han de desplegarse fruto de la mixtura de tres espacios de actuación social y política: la democracia participativa, la democracia representativa, y el ámbito de la vida asociativa. En definitiva, se trata de la Planificación del excedente. Vale decir, la creación y destino del excedente es la base de la transformación material de una sociedad capitalista a una sociedad socialista. Ello requiere tomar decisiones que jerarquicen las prioridades en la asignación y uso de los recursos. La renta petrolera debe ser la base de la transformación social y de la transformación productiva. El excedente petrolero y el excedente privado captado por vía impositiva deben financiar el desarrollo de una nueva política social que abarque la salud, la educación, la seguridad social y otros. Las decisiones de gran importancia en la conformación de una estructura económica que transita al socialismo deben ser el resultado de la planificación del uso de dicho excedente; ello implica la definición de un conjunto de prioridades basadas en los criterios y principios del modelo económico socialista que se quiere construir. Para ello, la Política Económica Bolivariana debe priorizar las inversiones en proyectos que cuenten con las siguientes características: i. Proyectos que puedan lograr su autonomía financiera en el menor tiempo posible. ii. Proyectos que posean los más elevados impactos sociales. iii. Proyectos que propicien la creación de empresas públicas o de capital mixto. iv. Proyectos que propicien el desarrollo de las nuevas formas cooperativas y asociativas con valores socialistas. v. Proyectos que sean capaces de apalancar la presencia de inversiones privadas con elevado impacto en la creación de puestos de trabajo. El uso del excedente no puede estar sujeto al comportamiento casuístico de los precios del petróleo. Por ello, es necesario el diseño de una política tributaria que evite la dependencia excesiva de los precios del petróleo, contando con un ingreso fiscal no petrolero que reduzca su impacto. Así, la volatilidad del ingreso petrolero puede contrarrestarse con un fondo de ahorros creado en los períodos de bonanza para ser utilizado en los períodos de menor ingreso. La labor articuladora en lo interno del gobierno bolivariano no ha logrado producir sinergias entre el archipiélago de islas inconexas de la 128 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela Administración Pública. Cada coto despliega sus estrategias de acuerdo con la interpretación que le da a las líneas generales del liderazgo central. Por poner dos ejemplos: a) de cara al Mercado Común del Sur (MERCOSUR) no existe un plan de industrialización que integre el potencial nacional. Cada organismo asociado a dicho tema acomete políticas y lineamientos particulares; b) la gama de requisitos exigidos a las EPS para contratar con el gobierno o para solicitar financiamiento público varía de acuerdo con el ente de que se trate, evidenciándose interpretaciones antagónicas acerca de la noción de EPS. Serían muchos los ejemplos de este tipo, todos atribuibles, fundamentalmente, a la falta de coordinación institucional, pero también social y política. Claro está que en tanto diseño innovador y tras la multiplicidad de iniciativas creadoras desatadas, es normal extraviar el camino de cuando en cuando. Para comprender la dimensión de la compleja red que se ha venido entrelazando asociada con la constitución de un Nuevo Modelo Productivo, se enumeran algunas de las “partes y piezas” del todo en gestación: Desplegadas con vigor: a) Expansión del modelo de desarrollo endógeno (ejes, polos y núcleos de desarrollo) b) Activación de la economía social (Núcleos de Desarrollo Endógeno, pueblos socialistas, etcétera) c) Recuperación de tierras ociosas, eliminación del latifundio d) Proliferación del Cooperativismo e) Aparición de las Empresas de Producción Social f) Financiamiento público a empresas, y Pymes g) Microcréditos y créditos a microempresarios h) Decretos de aseguramiento de suministro de materia prima al sector transformador nacional i) Alianzas estratégicas con naciones aliadas (Plantas de procesamiento de alimentos, de manufactura de productos, etcétera) j) Transferencia tecnológica de las empresas inversoras extranjeras k) Recuperación de parques industriales l) Soberanía energética (recuperación y expansión de la industria petrolera, desarrollo petroquímico, gasífero, ahorro energético, etcétera) m) Organización de la clase trabajadora clasista n) Vuelvan Caras, hoy Che Guevara, (Educación y capacitación para el empleo productivo, financiamiento productivo, asistencia y acompañamiento técnico, equipos y maquinarias, etcétera) o) Búsqueda de rentabilidad productiva de las empresas básicas del Estado p) Incremento de la recaudación fiscal por vía de la disminución de la 129 Haiman El Troudi evasión de las grandes empresas, también del cobro del IVA q) Planes de compras del Estado (ruedas de negocio) r) Responsabilidad social empresarial s) Incremento del índice de desarrollo humano t) Fortalecimiento de las redes de intercambio de cooperación mutua en el ámbito internacional Entre las desplegadas con bajo desempeño se encuentran: aseguramiento de la soberanía alimentaria (planes de siembra, cría de animales, procesamiento de alimentos, etcétera); expansión de la inversión privada; maduración de las experiencias de autogestión y cogestión, y las experiencias con empresas recuperadas; la construcción de viviendas; la generación de empleos productivos y dignos; la sustitución de importaciones y la reactivación industrial; el cambio del modelo capitalista en empresas públicas y privadas; el quiebre de privilegios a empresas capitalistas desafectas al proceso bolivariano tales como exoneraciones fiscales, financiamiento público, compras del Estado, políticas cambiarias, etc.; el manejo de la deuda interna y externa; la puesta en funcionamiento del Banco del Sur; la lucha contra la corrupción; la integración de redes productivas, de comercio y distribución; la consolidación de los sectores potenciales de cada región en las áreas de metalúrgica, forestal y agroindustria; el control del gasto público para lograr su máxima eficacia y óptima ejecución; la descentralización de los servicios financieros, mediante la creación de oficinas municipales y regionales interconectadas; la capacitación y desarrollo en innovación tecnológica; la recuperación de ejidos y baldíos, mediante un política de catastro y ordenación territorial; la mejora de la eficiencia en la ejecución de la inversión pública; la mejora en el desempeño gubernamental en cuanto a la atención pública, eficiencia, ética, etc.; la carencia de políticas para el aprovechamiento racional de otras riquezas no observadas o relativizadas de la especificidad venezolana, tales como el fondo genético y de biodiversidad. A pesar de la complejidad y diversidad de nodos integrantes de la red antes enumerada, no se justifica la ausencia de un plan integral que posibilite la armonización de las partes del todo. Por ello, se requiere una Política Económica Bolivariana para la transformación productiva. La fragua del Nuevo Modelo Productivo Nacional, precisa la búsqueda de una visión compartida, la cual sea producto de un puntual diseño elaborado de forma colectiva, recogiendo las voces de la opinión pública nacional, las observaciones técnicas, y las políticas de los agentes de gobierno. Como se ve, el tema de la superación de la cultura rentista rumbo al socialismo es complejo. Sería interesante sondear con franqueza la posición de la vanguardia del proceso respecto a este tema. Es muy probable que en un alto grado prevalezca la influencia de la razón teórica acunada por 130 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela algunas corrientes de la izquierda que han creído que el socialismo es la resolución a los problemas sociales a partir de la obra benevolente del Estado, en una repartición más justiciera de la renta nacional administrada por éste. Este juicio reduce la solución de los nudos substanciales de la economía, a la noción del justo reparto del ingreso nacional, sobre la base de la buena voluntad y la probidad de los administradores, la masa proletaria y dirección política del proyecto revolucionario. Olvidando aspectos sustantivos en el plano estructural como el trabajo, la relaciones sociales de producción, la circulación, y el orden superestructural dispuesto por las costumbres, la ética, la organización del Estado, la correlación de fuerzas políticas, la cultura. En todo caso, teniendo presente que, en palabras de Mészáros “predicar la necesidad —y la justeza ética— de una elevada disciplina del trabajo, como trató de hacerlo Lukács, evade (en el mejor de los casos) la cuestión de quién está realmente al mando de las determinaciones productivas y distributivas del proceso del trabajo posrevolucionario”51. 51 István Mészáros. Ibídem. 131 Haiman El Troudi 11. Colapso medioambiental y desarrollismo. El ecosocialismo como imaginario societal Desde las formas originarias de organización humana al modo de producción capitalismo, han existido diversos enfoques, modalidades y debates acerca de la significación del territorio como factor unificador de la sociedad. Del modelo de sociedad autocentrada: la producción entendida para la satisfacción de necesidades con prevalencia del principio de reciprocidad, y de intercambios regulares; al modo de producción capitalista en el que la coerción y violencia estructural implícita rompe el legado simbólico de producción para el bienestar colectivo. Se suscita la concentración en las ciudades expresándose una suerte de oposición entre el campo y la ciudad. Para el ciudadano, el territorio local deja de ser un espacio de identidad geo-sociocultural, al romperse la unidad hombre-biósfera. Según El Troudi y Bonilla “La noción de animal superior y no de animal diferente generó la necesidad artificial de subyugar la naturaleza”52. El auge capitalista fordista-taylorista sentó las bases materiales para la producción en masa basado en el auge del consumo inducido y cosificado. La expansión del capitalismo impactó el orden mundial. Las variaciones del desarrollo dieron origen a un “selecto grupo” de países del primer mundo y una gruesa capa de naciones pertenecientes al tercer mundo. La división internacional del trabajo ordenó la especialización de cada cual. El centro desarrollado explota los recursos y riquezas de su periferia, en detrimento del medio ambiental. A la postre mana la globalización económica, el imperialismo y la mundialización cultural. El “capitalismo triunfante” instaura el paradigma del desarrollo económico apoyado en el aprovechamiento ilimitado del medio ambiente. El aclamado “Milenio del Desarrollo” ha sido una adaptación minimalista de la noción de progreso. Pero como sabemos, el crecimiento económico no resuelve los problemas esenciales del hombre, por el contario, cada vez son más las necesidades sociales y las presiones ecológicas desencadenadas por la voracidad expansionista del capital: la explotación del hombre por el hombre, ahora reforzada por la explotación del hombre sobre la naturaleza. El modelo de desarrollo capitalista convencional, caracterizado por ser un voraz consumidor de energía fósil, amplificador de desperdicios e impactos ambientales negativos, riñe con las visiones de sostenibilidad del 52 Haiman El Troudi, Luis Bonilla. “Sistema Nacional de Planificación Participativa” 132 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela desarrollo con énfasis en el ser humano. Los mismos El Troudi y Bonilla exponen que Mientras autores como Goldsmith centran su esfuerzo en el cuestionamiento de la propia idea de desarrollo, el movimiento antiglobalización se esfuerza por modos de transición hacia otra realidad distinta a la actual. A partir del movimiento antiglobalización (2001) la sostenibilidad se asocia a la localidad como centro de relocalización económica. Relocalización que se funda en la valoración de una nueva forma de producción autogestionaria que promueve muchos de los valores y prácticas avasalladas por el capitalismo y el imperio. Eso sí, actualizadas, contextualizadas y produciendo el necesario recentramiento de la armonía entre el hombre y la naturaleza53. La Política Económica Bolivariana en contraste a la teoría de la dependencia centro-periferia y a la lógica depredadora capitalista; pone el acento en la constitución de un modelo socioeconómico endógeno, productivo, humanista y autogestionario. La transición a un nuevo modelo de desarrollo socialista tiene como referente el desarrollo endógeno, buscando potenciar las capacidades internas del país y sus regiones, para fortalecer a la sociedad y su economía desde adentro hacia afuera, subordinando a dichos objetivos, las determinaciones de la macroeconomía. En lo concerniente a la soberanía productiva, el fortaleciendo de la autonomía nacional en los países del Sur se traduce en triunfo de algunas batallas al neoliberalismo y al capitalismo global. Para la PEB, el modelo de desarrollo endógeno toma distancia del desarrollismo. Ello supone superar el flirteo residual que caracteriza determinadas acciones gubernamentales encaminadas a reeditar la experiencia del “desarrollismo nacionalista” al estilo Pérez Jiménez, Perón, Caamaño, Lázaro Cárdenas, etc. El desarrollismo entendido como corriente teórica traspasa los límites del industrialismo. Entre sus características fundamentales se observan: ampliación del mercado para los grupos “modernizantes” del capital monopolista. Vale decir, obtención desmedida de bienes materiales a través de la explotación del trabajo y la naturaleza, y el señoreo del consumo excesivo bajo estímulos del mercado; supuesta superación del atraso y la dependencia supeditada a la edificación de infraestructuras a imagen y semejanza de los patrones arquitectónicos del norte; crecimiento urbano acelerado (megalópolis); favorecimiento a la penetración del capital extranjero y sus socios locales; industrialización establecida en la expansión de la producción de bienes de capital demandados por las burguesías nacionales, y producción industrial de bienes de consumo masivo determinados por los dictámenes del mercado; producción dependiente 53 Ibídem. 133 Haiman El Troudi de la tecnología extranjera; “modernización” impuesta por la vía autoritaria, sin vocación social ni ecológica. El desarrollismo capitalista patrocina el progreso como escalón imprescindible para ascender a la modernidad. Este formato de supuesto desarrollo, enunciado en términos del crecimiento del Producto Interno Bruto per cápita, no ha conseguido, ni conseguirá, honrar sus promesas, habida cuenta que los objetivos estratégicos de desarrollo han derivado en paraísos artificiales amplificadores de la exclusión y los desequilibrios. En consecuencia, la PEB ha de reexaminar las características inherentes al desarrollo venezolano, clarificando las oposiciones entre desarrollo y crecimiento. Del mismo modo, ha de salirse al paso a las pretensiones del reimpulsar las nuevas corrientes desarrollistas. Por otra parte, la opción Neodesarrollista, en tanto heterodoxia económica latinoamericana, no desconoce la inequidad capitalista, la plusvalía, etc.; es una reacción de las clases económicas dominantes que toman distancia del neoliberalismo, tras la sistemática envestida sobrellevada… Nuevos grupos empresariales privados nacionales y regionales se han afianzado en el crecimiento económico de los últimos años y se han planteado hacer negocios autónomos: Techint, Odebrecht, Polar, Univisión, Carlos Slim, entre otros grupos transnacionales latinoamericanos54… El neodesarrollismo no significa mejoramiento de las condiciones de vida de las mayorías, significa reforzamiento de la burguesía local que no necesariamente se interesa en el crecimiento y desarrollo nacional y el bienestar colectivo. De allí que el dilema de la nacionalización para el Socialismo del Siglo XXI se expresa en direccionar los recursos públicos para estimular los sectores económicos privados nacionales ó nacionalización popular a instancias de favorecer a las mayorías. Con base a tal dicotomía ¿Cómo se avanza entonces en Latinoamérica hacia el socialismo sorteando las amenazas del neoliberalismo y del neodesarrollismo? La respuesta viene dada por la capacidad endógena de desarrollo de los países dependientes. En ese sentido, Venezuela precisa preguntarse cuál va a ser el Modelo de Desarrollo que debe adoptar la Revolución Bolivariana para alcanzar al socialismo con características venezolanas. El punto de partida sugiere aplicar los indicativos de la teoría sobre el desarrollo endógeno, donde se logre crear un sector empresarial nacional orientado a la producción y la eficiencia social; el Estado organiza la plataforma del desarrollo desde adentro, moviliza los recursos internos eficientemente, corrige bajo regulación los desequilibrios del mercado, incentiva la ampliación de la productividad y suscita el avance tecnológico. 54 Naciones Unidas señala que de las 100 empresas transnacionales de los países en desarrollo que invierten en el extranjero, al menos 12 provienen de América Latina. 134 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela Lo anterior comulga con la línea discursiva del modelo de desarrollo desde dentro plasmado por Sunkel, a partir de su conocida estrategia industrial…“empieza estableciendo las industrias que se consideran los pilares imprescindibles para crear lo que hoy llamaríamos un núcleo básico de desarrollo endógeno para la industrialización, acumulación; la generación y divulgación del progreso técnico y el incremento en la productividad”55. Este enfoque fue claramente aplicado por la mayoría de los países del sureste asiático poseedor de amplios holding industriales y un empresariado productivo56, a partir del modelo de Sunkel, “… la desagregación de la actividad económica en dos sectores: el sector que produce bienes de capital y el que produce bienes de consumo”57. A diferencia de aquella experiencia, Venezuela cuenta con pocos sectores empresariales nacionalistas, abocados al ámbito productivo del trabajo como generador de riquezas. Para de la Plaza: la penetración imperialista, al conllevar consigo la succión de la riqueza producida y su exportación al exterior, impidió la acumulación de esa riqueza en el país, en forma de capital; desfiguró nuestro desarrollo económico convirtiéndonos en apéndice de la economía imperialista, en colonia disfrazada. De allí que cuando se habla de industrias básicas, de industrialización, tengamos que hacernos esta pregunta, ¿en beneficio de quién? y, por tanto, para que la industrialización se realice en beneficio de Venezuela, tengamos que plantear en acción concomitante, sincronizada, la destrucción de la estructura atrasada…58 La burguesía nacional es resultado de tal organización histórica. La inversión generadora de riqueza estuvo asociada a la explotación petrolera en manos de transnacionales, luego por parte del Estado. Los sectores económicos privados han medrado a la sombra de dicho proceso rentista en consecuencia, la virtud para el desarrollo nacional, al parecer, es distinta al neodesarrollismo latinoamericano y al productivismo asiático. Su característica primordial se centra en el desarrollo desde adentro. El desarrollo endógeno venezolano posee ribetes particulares: la construcción del socialismo. La transición rumbo al socialismo está indefectiblemente signada por la combinación de rasgos del Capitalismo de Estado, Socialismo de Mercado, Liberalismo Económico, y Nuevos Procesos Autorreferenciales basados en la participación productiva de las mayorías. El desarrollo endógeno es sin dudas un enfoque conveniente para la revolución venezolana. Sin embargo, el matiz adoptado para este 55 Osvaldo Sunkel. “El desarrollo desde adentro: un enfoque Neoestructuralista para la América Latina” 56 Aún cuando depredador del medio ambiente y maquilador del trabajo semiesclavizado. 57 Osvaldo Sunkel, Pedro Paz. “El subdesarrollo latinoamericano y la teoría del desarrollo” 58 Salvador de la Plaza. “Desarrollo económico e industrias básicas” 135 Haiman El Troudi caso ha de tener connotaciones heterodoxas que le diferencian de otros ensayos históricos. La PEB tiene consecuentemente que construir su propia concepción de desarrollo endógeno. El punto de partida lo constituye un estudio histórico organizado en cuatro vertientes: 1) balance crítico del socialismo real, 2) balance del aprendizaje de las experiencias latinoamericanas (en especial, revolución mexicana 1910, boliviana 1952, cubana 1959 y sandinista 1978 y experiencia chilena de Allende 1970-73), 3) lectura interpretativa de nuestra especificidad nacional, 4) revisión crítica de la historia contemporánea de la revolución bolivariana (comprende el recorrido cronológico de la planificación en Venezuela, las críticas al desarrollismo “Cepalino”, a los planes de la nación, y al propio Proyecto Nacional Simón Bolívar). El nuevo modelo de desarrollo endógeno venezolano plasmado en la PEB ha de garantizar una huella humana en la biosfera que no comprometa el futuro. Dicho modelo demanda una nueva estructura político territorial distinta a la existente, donde el centro de acción sea el área de influencia de las comunas, constituidas a partir del reconocimiento de un mapa societario local: potenciamiento de identidades culturales, económicas e históricas. Desarrollo Endógeno basado en las comunidades y el protagonismo popular, entendido como la utilización de los recursos aprovechables localmente y la territorialización de la acción económica, sin que ello entrañe algún tipo de autarquía o encapsulamiento nacional desvinculado de la economía mundial. Según El Troudi y Fernández La imagen-objetivo corresponde a un desarrollo basado en el trabajo calificado y generador de valor agregado y autonomía territorial; a un desarrollo económico territorialmente equilibrado y policéntrico, estructurado en forma de red; todo ello gracias a la proactividad y espíritu cooperativo y de innovación de entidades locales, empresas, sindicatos, gremios profesionales, sistemas de formación y capacitación, la nueva institucionalidad, etc. Corona la imagen-objetivo el desarrollo y consolidación de un sistema integrado de pequeñas metrópolis y ciudades intermedias (sin megalópolis)59. En esa vena, la Política Económica Bolivariana ha de exaltar el gran activo que constituye el territorio en su conjunto. Los mismos autores proponen: El territorio es la síntesis de los movimientos profundos y superficiales de la sociedad, conjugando tradición y dinámica presente para conformar una realidad relacional específica, es el lugar donde se materializa un instante del desarrollo de toda sociedad. Desde la perspectiva de la nueva política regional, la planificación debe actuar como un catalizador de la toma de conciencia general acerca del valor intrínseco de la dimensión territorial, en tanto que base del desarrollo endógeno, lo que implica, entre otras cosas, oponerse decididamente a que el territorio venezolano se fusione con el mercado global, como lo postulan los que defienden a ultranza la globalización60. 59 Haiman El Troudi, Fausto Fernández. Coordinadores. “Venezuela Potencia” 60 Ibídem. 136 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela La experimentación socialista ha dado importantes aportes en la procura de un modelo propio: Consejos Comunales, Comunas, conformación de redes productivas locales, Núcleos de Desarrollo Endógeno, Distritos Productivos, Saraos, etc. No obstante, al carecer de referentes estratégicos y políticos indicativos, y al no articularse las actividades asociadas en términos de economía de escala la acción productiva ha tendido, y desafortunadamente aún tiende, a diluirse en voluntarismo revolucionario. En todo caso, el punto de partida ha sido el indicado: repensar el territorio como nicho del protagonismo popular en lo social, político y productivo. El socialismo necesita reconstruir las fronteras en donde la política puede expresarse al alcance de la mano de las mayorías. Si se apuesta por procesos locales de planificación que alimenten a un sistema nacional de planificación participativa, entonces se debe repensar el territorio, redefinir estados, municipios y parroquias. Crear nuevos espacios, fusionar otros, achicar algunos, etcétera. No puede existir el socialismo de las grandes ciudades. Es una antinomia. Por eso también hay que zonificar ciudades como Caracas para posibilitar que las personas puedan asumir su responsabilidad local, y por agregación, comunal, parroquial, municipal, regional, nacional, y mundial. Los históricos desequilibrios territoriales signan la actividad productiva venezolana. La producción nacional se concentra en las cinco ciudades que albergan las tres cuartas partes de la población; las demás regiones o están despobladas o carecen de las condiciones necesarias para el aprovechamiento de sus recursos y potencialidades, cuando no se registra la ausencia del Estado. La ambivalencia entre grandes centros poblados con servicios colapsados y amplios territorios desaprovechados y carentes de servicios e infraestructura, dan cuenta de la necesario revisión de la disposición territorial del país y de los planes de inversión productiva. El escenario óptimo se traduce en el desarrollo armónico y proporcional de todo el país. A la luz de las especificidades geográficas, culturales, productivas y sociales que determinan el aprovechamiento pleno de los recursos y potencialidades de cada zona, se ordenaría el territorio a partir de unidades productivas base o Poligonales productivas geo-socioculturales. Cada comuna constituye en esencia una poligonal. Este aspecto se desarrolla en la sección correspondiente al tejido productivo comunal. La PEB debe en consecuencia delimitar en el contexto de la geografía nacional el número de estas poligonales. El sentido concreto de los municipios depende de su vocación productiva, dada por el número de parroquias que posea. Del mismo modo se han de analizar los estados. El período de transición hacia este nuevo modelo de desarrollo socialista tendrá como referente el desarrollo endógeno, buscando potenciar las capacidades internas del país y sus regiones, para fortalecer a la sociedad y 137 Haiman El Troudi su economía desde adentro hacia afuera, subordinando a dichos objetivos las políticas macroeconómicas. Del mismo modo, acentuar el modelo socioeconómico endógeno, productivo, humanista y autogestionario supone reequilibrar el peso en la estructura económica de las distintas formas de propiedad sobre los medios de producción y de los sectores, conformados por: las empresas estatales, “públicas” y “mixtas”; las empresas “sociales”, cooperativas y comunales, y las empresas privadas. Para acelerar el proceso de transición, la PEB ha de auspiciar desde el Estado -gran distribuidor de la renta- la inversión en los sectores no petroleros de la economía, al tiempo que ha de promover el ir debilitando las conductas económicas centradas en la búsqueda de privilegios y expeditivos beneficios; las prácticas de favorecer a ciertos proveedores no comprometidos con el interés colectivo; de otorgar créditos preferenciales a redes empresariales históricamente parasitarias; de la colocación de depósitos y títulos públicos o bonos en bancas privadas; de desregulaciones sectoriales, etc. La debilidad de las instituciones políticas y económicas ha favorecido que los Gobiernos distribuyan la renta petrolera de tal modo, que se cree una poderosa red de actividades improductivas. Esta situación ha servido para que el Estado haya transferido históricamente y de diversas formas, ingentes cantidades de recursos al sector privado, nacional e internacional, sin las correspondientes contraprestaciones productivas y sociales para beneficio de la población y de la soberanía económica del país. La perspectiva socialista de esta Revolución Bolivariana en el período de transición implica que el uso de esa renta debe centrarse en profundizar en: • La inversión social: abarca la inversión en educación, alimentación, salud y vivienda, así como el acceso a la cultura; con el fin de romper, mediante la provisión de bienes públicos, con los patrones históricos de inequidad y promover una movilidad social ascendente que apunte a la construcción de una estructura social más incluyente. • La inversión productiva: incluye la inversión para el fortalecimiento de la capacidad productiva de los sectores primarios e industrial de nuestra economía, así como la expansión del sector de servicios en actividades como el turismo, transporte y otros. • La inversión para la profundización de la industria petrolera: no sólo para expandir su potencial como proveedora de fuentes de energía, sino también para desarrollar la utilidad no energética del petróleo; para lo cual es fundamental invertir en la investigación y desarrollo que genere innovación tecnológica para esa industria. • La inversión extranjera: siempre condicionada a los intereses del país y de sus estrategias de desarrollo; y en general, manteniéndose asociada a la inversión pública como capital mixto. • La inversión energética y ambiental: referida al fortalecimiento y 138 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela sostenibilidad creciente de largo plazo de la energía eléctrica, los sistemas ambientales y los recursos naturales, con especial énfasis en el agua. Inversión ambiental soportada en el pensamiento ecosocialista que auspicia una sociedad mundial en armonía ecológica con la naturaleza, lo cual es impensable bajo las condiciones de la voracidad capitalista. La crisis medioambiental y la mengua social mundial están íntimamente interrelacionadas; ambas expresiones disímiles de una idéntica fuerza estructural: el capitalismo global. La primera, originada por la premisa desarrollista de la industrialización enfocada en la amplificación del consumo, sin atender a la capacidad de la biósfera de asimilar y aguantar su irracional sobreexplotación. La segunda, consecuencia directa del afán productivista: el crecimiento de la tasa de ganancia y la valorización del capital en desmedro del la vida humana. El capitalismo global no está sinceramente interesado en resolver los problemas medioambientales “Kioto y Copenhague dan fe de ello”. No puede solventar la crisis ecológica, por cuanto hacerlo requiere poner límites a la tasa de ganancia. Su idea de pretender fijar arreglos políticos a la crisis ecológica es por lo demás absurda: quien contamina paga; comprar permisos de contaminación… La solución estructural apunta en la dirección de la reorganización de la sociedad mundial: la realización humana sin mediaciones consumistas, ni manipulaciones fetichistas de la mercancía; nuevo modo de producción fundado en la satisfacción de necesidades reales de la población mundial; cuidado de la naturaleza como imperativo para la sobrevivencia humana y su continuidad como especie, planificando las políticas de desarrollo en atención a los ciclos naturales largos; economía moral en el entendido de que la política económica se fundamente sobre razones sociales nomonetaristas; etc. La PEB en tanto ecosocialista ha de deslastrarse del maniqueísmo fabulador de quienes defienden el cálculo económico del “precio de mercado” como contabilizador del daño ecológico, por cuanto reconoce que ésta es una variable inconmensurable desde el punto de vista monetario. El sentido medioambiental correcto se asienta en estrictas regulaciones; por ejemplo, la eliminación de todos los gases causantes del efecto invernadero, la obligatoriedad de fijar cronogramas de sustitución del uso del automóvil por sistemas poco contaminantes de transporte público, o la inversión en tecnologías ambientalmente sustentables para el procesamiento del petróleo que apunten hacia un cambio real del patrón energético auspiciante del uso de gasolinas y diesel… En suma, el modelo de desarrollo endógeno con características propias apuesta por la opción ecosocialista. Desarrollo con énfasis en los estilos y características propias de la vida local-comunal. Concepción que promueve la organización de la sociedad en función del uso racional de sus respectivos 139 Haiman El Troudi ecosistemas, valorizando el acogimiento y uso de tecnologías adecuadas, el esfuerzo colectivo y la recuperación de los valores tradicionales, y la autodeterminación comunitaria. Los procesos que se congelan involucionan, los que se radicalizan avanzan. El salto radical al socialismo es un creciente proceso de control de la producción por parte de la población y en la toma de decisiones económicas. La revolución bolivariana corre el peligro de perder la ofensiva emancipatoria, si opta por esquematizar el diseño socialista sin contenidos y sin acicates reales, al no consustanciar la teoría con la filosofía de la praxis auspiciada desde la participación popular. 140 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela 12. Economía y geopolítica internacional Lenin afirmó: Mientras subsistan diferencias nacionales y estatales entre los pueblos y los países -y estas diferencias subsistirán incluso mucho después de la instauración universal de la dictadura del proletariado-, la unidad de la táctica internacional del movimiento obrero comunista de todos los países no exigirá la supresión de la variedad, ni la supresión de las particularidades nacionales…, sino una aplicación tal de los principios fundamentales del comunismo… que modifique acertadamente estos principios en sus detalles, que los adapte, que los aplique acertadamente a las particularidades nacionales y nacional-estatales. Investigar, estudiar, descubrir, adivinar, captar lo que hay de particular y de específico, desde el punto de vista nacional, en la manera en que cada país aborda concretamente la solución del problema internacional común61. Se evidencia la posición de Lenin respecto a la construcción socialista en cada país; para él no existen recetas universales para la instauración del socialismo-comunismo sino principios fundamentales adaptables de acuerdo a cada realidad nacional. Por tanto, la constitución del Socialismo de Siglo XXI se presenta como una idea regional y no sólo nacional, pero bajo un detallado apego a las particularidades propias de cada Estado-nación. El eslabón que conecta la regionalización del Socialismo del Siglo XXI es la Alianza Bolivariana para América Latina y el Caribe “ALBA”. Con el ALBA prevalece la referencia: el socialismo en un solo país es imposible. Ello lo ha tenido presente la revolución bolivariana y por tanto, ha sido una constante en su formulación estratégica. En el primer Plan Nacional de Desarrollo 2001-2007, lo internacional constituía un vértice de los cinco equilibrios para el desarrollo; además de lo político, económico, lo social y lo territorial. En el Proyecto Nacional Simón Bolívar 2007-2013 la Nueva Geopolítica Internacional se convierte en una de las siete directrices rumbo al socialismo. Como desagregado de políticas y estrategia, esta directriz contempla: A. Mantener relaciones soberanas ante el bloque hegemónico mundial ejecutando políticas para estimular relaciones económicas autodeterminadas, defender la soberanía nacional y promover internacionalmente la protección de los derechos humanos y el ambiente. B. Desarrollar la integración con países de América Latina y El Caribe, al favorecer alianzas para el crecimiento económico social y equilibrado, impulsar selectivamente la Alternativa Bolivariana para América, como alternativa al Área de Libre Comercio de las Américas, y reforzar la integración social, cultural y ambiental. 61 V.I. Lenin. “La enfermedad infantil del “izquierdismo” en el comunismo” 141 Haiman El Troudi C. Desarrollar la integración con países de América Latina y El Caribe, cumpliendo con las políticas de favorecer alianzas para el crecimiento económico social y equilibrado. D. Favorecer relaciones solidarias con otros países en desarrollo, al fortalecer relaciones con grupos de países en desarrollo y el intercambio Sur – Sur, Promover relaciones solidarias entre los pueblos, y promover relaciones solidarias entre los pueblos. E. Avanzar en la transformación de los sistemas multilaterales de cooperación e integración, mundial, regional y local, con el propósito de avanzar en una acción decidida por la transformación de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), junto con diversos movimientos internacionales que propugnen esta iniciativa, y formar el recurso humano necesario para la atención de las áreas de interés geoestratégico. F. Construir la institucionalidad de un nuevo orden de integración financiera y el establecimiento del comercio justo, al impulsar nuevos esquemas de cooperación económica y financiera para el apalancamiento del desarrollo integral y el establecimiento del comercio justo. G. Profundizar el intercambio cultural y la independencia científica y tecnológica, al Formar los recursos humanos que requieren nuestros países para alcanzar su desarrollo e independencia económica, Desarrollar una plataforma de investigación y conocimiento para el soporte técnico de las iniciativas de transformación en el marco de la nueva geopolítica mundial. Ahora bien, fijado el marco general, en lo adelante se presenta los aspectos económico inherentes a la dinámica de integración, con énfasis en los procesos regionales y bilaterales. La expansión geográfica y la evolución cualitativa del socialismo por todo el continente pasa, necesariamente, por una alquimia de formatos económicos de complementación, planificación compartida, comercio justo, intercambios equivalentes, cooperación e integración. El asiento económico constituye el pilar de apoyo de la alternativa política supranacional de nuestras naciones. Para que el mensaje de la voluntad política sea continental y se concrete, es necesario, por tanto, dirigirlo a: 1. el empleo compartido de los recursos, trasvasando las limitaciones de los Estados nacionales, lo cual posibilitaría el desarrollo del dinero mundial propuesto por Marx, eventualmente basado en una bolsa de monedas regionales ancladas en reservas probadas de recursos naturales (oro, petróleo, cobre, diamante, etc.), 2. la incorporación de programas y proyectos de índole regional dentro de los planes de desarrollo nacional, como avance preliminar a un esquema de planificación regional conjunta, (el ideal humano debe apuntar en la 142 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela dirección de conformar un sistema de planificación planetario que exalte la vida plena y digna de todas las especies del planeta) a partir del cual, constituir estructuras económicas que se compartan y complementen, trascendentes del formato de las empresas transnacionales y los capitales golondrinos, 3. la implementación de zonas comunes de inversión, comercio de intercambio libre compensado, y políticas arancelarias de mutuo beneficio. En tal sentido, la conformación de un área común regional del libre tránsito, migración y trabajo, 4. el intercambio de equivalencias entre los países, tanto por parte de los Estados como de los demás sectores económicos de cada país, y el desarrollo de cadenas productivas interregionales, aprovechando las ventajas comparativas de cada nación, con énfasis en bienes y servicios de mayor integración, 5. la constitución de una instancia de coordinación de los Bancos Centrales del ALBA y progresivamente del resto de los países de la región, y en la mismo tenor, la creación de un Sistema de Banca Pública Integrado, a cargo del financiamiento de proyectos de desarrollos nacionales, principalmente en el sector público, tales como el Banco del Sur, el Banco Agroalimentario. Así mismo, institución de mecanismos concertados de prohibición de funcionamiento regional de gigantes financieros incapaces de manejar los riesgos potenciales, 6. el establecimiento de un orden agrícola regional a fin de asegurar la derrota del hambre y la soberanía alimentaria latinoamericana-caribeña; de la misma forma, la Creación de un Fondo Regional Especial de Crisis, alimentado en cada país por un gravamen excepcional del patrimonio y la renta, y de un impuesto adicional de 1% sobre las ganancias de las firmas financieras. Una parte de ese fondo debe servir para compensar los efectos de las crisis alimentarias y el aumento de las materias primas, 7. la cooperación binacional en cuanto al intercambio de experiencia exitosas, nuevos formatos de organización del trabajo, y la capacitación del talento humano; así mismo, la cooperación en el manejo compartido de tecnologías, el diálogo de saberes para la generación de una masa crítica de ciencia y tecnología entre los comprensiones ancestrales y lo sobresaliente de los avances occidentales, para el desarrollo de líneas de investigación complementarias, la generación de medicamentos genéricos de uso y distribución masiva, etc., 8. la construcción de una matriz energética común, y una matriz ambiental compartida; el desarrollo de Infraestructuras para la integración con mínimo impacto sobre la biósfera, lo cual requiere la conformación de una nueva arquitectura financiera regional para el financiamiento de tales proyectos civiles, 9. el despliegue de altos contenidos de justicia social a la integración, 143 Haiman El Troudi lo cual supone la recuperación del control público sobre los recursos naturales de la región y sobre los grandes medios de producción, y en la medida de lo posible, del crédito y de la comercialización. Convenio de cancelación de la privatización de los sistemas de seguridad y protección social, así como de los servicios básicos, tales como energía, agua, transporte, e incluso renacionalizar lo que ha sido privatizado bajo el neoliberalismo, 10. el favorecimiento de transformaciones institucionales a lo interno de cada país pero también en los espacios de integración económica, a fin de fomentar las redes regionales de producción como factores de desarrollo, y la gestión de proyectos compartidos para la integración cultural, informativa, educativa y comunicacional, 11. la concordancia impositiva, a decir de una tasa o impuesto a todo tipo de transferencia financiera, incluyendo las transacciones en divisas, a fin de reducir la especulación, disminuir la voracidad de los mercados y reducir la tendencia a privilegiar el corto plazo, estimulando al mismo tiempo el comercio y un consumo equitativo y sustentable, 12. la introducción coordinada de gravámenes progresivos al ingreso del capital. En ese sentido, adopción de acuerdos en la implementación de políticas económicas que permita una distribución equitativa del ingreso nacional y del trabajo, y adopción de un sistema regional de monitoreo del flujo de capitales, el establecimiento de controles de los márgenes de ganancia, y el apalancamiento de programas de financiamiento de la economía popular, y las Pymes, 13. la promoción coordinada de la condonación de las deudas del Sur, la eliminación del FMI y el BM, el control de los movimientos de capitales, la erradicación del secreto bancario y de los paraísos fiscales, 14. La creación de una o varias Agencia Públicas Regionales que financien los inventarios de sobreproducciones básicas, con vista a convertirlas en reservas destinadas a la lucha contra el hambre, la pobreza y las emergencias naturales. Estas reservas constituirán grandes inventarios regionales sacados del mercado y convertidos en ayuda pública, 15. En la línea anterior, creación de una Agencia Pública Regional a cargo de proyectos de colonización planificada de la frontera agrícola de países de la región; una Agencia Pública Regional de lucha contra el hambre, la cual mediante Fondos de Emergencia, Bancos de Fomento y Servicios Técnicos, apoyen los Proyectos nacionales de “Hambre Cero”; y del mismo modo, conformación de Agencias Públicas Regionales o Subregionales de: lucha contra el SIDA, lucha contra el analfabetismo y en apoyo a la educación primaria, para la formación y desarrollo de la enseñanza universitaria y especializada, para la producción editorial y distribución de libros de textos y revistas especializadas, para la producción y distribución de la obra cinematográfica de la región, para la protección del patrimonio cultural, tangible e intangible de los países 144 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela de la región o subregiones, incluido el derecho de los creadores, para la detección, salvaguarda y recuperación de los cataclismos naturales, para el estudio y elaboración de proyectos cooperados en la lucha contra el cambio climático, y para la protección del medio ambiente y protección de la biodiversidad. Como se observa, casi toda la base axiomática antes enumerada supone un recorrido de medio y largo plazo, por ello es impostergable activar su movimiento de inmediato. En tanto, el formato socialista latinoamericano caribeño tiene una cita más urgente en lo inmediato relacionada con el mundo del trabajo bajo el capitalismo aún imperante en los respectivos períodos de transición. La estrategia presenta diversos componentes como diversos son los frentes de actuación. En lo atinente al combate al imperialismo en todas sus manifestaciones, la estrategia del multilateralismo ha venido asentándose, tanto en el imaginario universal, como en la propia práctica cotidiana. Hágase énfasis en algunos de los axiomas en consideración. Por ejemplo, el precitado reconocimiento de la teoría del valor con base en el intercambio equivalente entre naciones. Aún cuando es compleja la instauración de un sistema global de trueque, incluso en el orden de las economías nacionales62, sin embargo las experiencias adelantadas por Venezuela bilateralmente con otras naciones, de intercambio de bienes y productos, a cambio de petróleo, prefiguran un ensayo asertivo en dicha dirección. (Vacas uruguayas, o equipos médicos argentinos, soja boliviana, o servicios de médicos cubanos, a cambio de petróleo). En cuanto a los planes conjuntos de desarrollo, o la planificación compartida regional o binacionalmente, vale la pena revisar la iniciativa brasileña-venezolana de activación de un Centro Binacional de Desarrollo (Fernández, Pacheco y El Troudi, 2008)63 en un punto de su frontera común (específicamente en la población de Santa Elena de Uairén, al sur de Venezuela). El Centro Binacional debe convertirse en la plataforma de lanzamiento de un nuevo modelo de desarrollo para la Región Amazónica, cuyo “efecto demostración” permita proyectarlo a escala de ambas naciones e inclusive internacionalmente. Así pues, la actividad del Centro Binacional debe contribuir a prefigurar un sistema multilateral de cooperación e integración que sirva de marco al proceso de desarrollo de toda la Región Amazónica. Se trata de abordar el desarrollo de Amazonía rompiendo el paradigma 62 No obstante, es posible que el trueque y la circulación de moneda local se pueda instaurar en pequeños espacios, por ejemplo en nuevas ciudades federales socialistas, en NUDES, entre cooperativas y EPS, en comunas, etcétera, tal como parte de la experiencia Argentina lo ha demostrado. 63 Véase Fausto Fernández, Raúl Pacheco, Haiman El Troudi. “Desarrollo amazónico e integración fronteriza brasileño-venezolana” 145 Haiman El Troudi que ha prevalecido hasta el presente, basado en una lógica extractiva y de producción primaria y/o maquinizada, y proyectar el modelo que se logre generar a partir de la actividad del Centro Binacional como modo alternativo de producción y de gestión de la Amazonía en su conjunto. A más largo plazo, el objetivo sería lograr que el modelo de desarrollo aplicado en la Amazonía se convierta en un nuevo paradigma, que informe tanto el proceso de desarrollo nacional a largo plazo de ambos países como el de la región en su conjunto. Esta experiencia de integración binacional estaría circunscrita a un perímetro territorial acordado entre las autoridades competentes de cada país. Se estima sin embargo que el ámbito de acción del Centro Binacional debería extenderse a toda la franja noreste de Brasil y sur de Venezuela. Su objetivo general está asociado a la intención de planificar, de manera conjunta entre los dos países, la ordenación del territorio y el desarrollo socioeconómico en el perímetro territorial demarcado como ámbito de acción del Centro Binacional, con vistas a sentar las bases de un nuevo modelo de desarrollo, endógeno, sustentable e incluyente en ese territorio, que se proyecte al conjunto de la cuenca amazónica. Del mismo modo, gestionar y coordinar la ejecución de proyectos productivos basados en la cooperación y la complementariedad, desarrollar la infraestructura de transporte, vialidad, telecomunicaciones, energía y servicios públicos entre los dos países, así como promover la cooperación transfronteriza a nivel público y privado. Por otra lado, se persigue la conformación de una red de centros de enseñanza e investigación, de empresas y de organizaciones nacionales e internacionales, cuya acción sea susceptible de contribuir al desarrollo sostenible de la Amazonía; incorporar a las comunidades organizadas y particularmente a las poblaciones indígenas en la planificación y gestión del Centro Binacional, y finalmente dinamizar la actividad educativa, social y cultural en su área de influencia. La planificación del desarrollo territorial corresponde la actividad medular del Centro Binacional. Parte de la definición de los usos primordiales y prioritarios a que deben destinarse las áreas del territorio involucrado, de acuerdo con sus potencialidades económicas, condiciones específicas con énfasis en el aspecto sociocultural y capacidades ecológicas; la indicación de áreas de patrimonio cultural, histórico, arqueológico, y con potencial escénico y turístico; la definición del esquema de integración territorial: sistema de ciudades, regiones, espacios funcionales, y ejes de integración y desarrollo territorial; la localización de las principales actividades económicas y de servicios; la definición de la normativa para el uso, aprovechamiento y conservación de los recursos hídricos y de la biodiversidad en general. Hasta una época reciente, los países latinoamericanos estaban conectados según un patrón radial con los grandes centros capitalistas, 146 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela manteniendo pocas relaciones entre sí. Ello contribuyó a deprimir aún más las zonas fronterizas. Las doctrinas de seguridad y defensa nacionales hicieron el resto. La Política Económica Bolivariana, en ese sentido, advierte la necesidad de globalizar la hegemonía de la solidaridad en respuesta al postulado de hegemonía económica, territorial, política y cultural impuesta por el capitalismo en su fase neoliberal y globalizadora. La proyección geopolítica de Venezuela debe avanzar sostenidamente en la consecución de sus objetivos de reequilibrio del sistema internacional y a favor de un mundo multipolar. La contribución inmediata en la creación de un mundo multipolar orbita en torno a la integración soberana de los países del ALBA, Unasur y Petrocaribe. La unión latinoamericana y caribeña, así como la diversificación de las relaciones internacionales, serán prioridades reforzadas de la política exterior, propiciando que el país prosiga un importante desempeño y posicionamiento estratégico, en el escenario internacional. Mal pudiera asumirse al ALBA y ulteriormente a la UNASUR como la reimplantación del Consejo de Asistencia Económica Mutua, “COMECON”, entretejido por la extinta Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas a mediados del Siglo XX, como instrumento de facilitación del comercio, y la asistencia financiera y tecnológica. Las bondades de los recursos económicos de Venezuela jamás han de ser empleados como instancia neo-imperialista socialista. Esta máxima se ha mantenido a pesar del apoyo solidario dado por la revolución bolivariana a Repúblicas hermanas con mayores dificultades y menores posibilidades que Venezuela. La máxima internacionalista “todos los recursos del planeta le pertenecen a la humanidad” se ha venido practicando con meridiana nitidez, pese, inclusive, a la crisis económica del capitalismo global. Crisis suscitada a consecuencia de la imposición de un pensamiento único globalizado por cuenta del capitalismo extendido y del régimen de acumulación basado en la financiarización. La doctrina basada en la sistemática práctica de desregulación financiera, la prevalencia de políticas económicas monetaristas y de flotación cambiaria fuera de la esfera de la economía real, la embestida contra los sindicatos, la maquila como dinámica para la gestión abierta de deslocalización industrial, la proliferación y el amparo supra-estatal de paraísos fiscales, la apertura indiscriminada de la cuenta de capitales y la desgravación arancelaria generalizada, constituyen los principalísimos aditivos del formulario implementado. Pero, la coyuntura de crisis no tomó por sorpresa a la gran mayoría de los países latinoamericanos regentados por gobiernos progresistas. De tal suerte que existen condiciones fácticas para la implementación de una Nueva Arquitectura Financiera Regional como herramienta del cambio, y el aprovechamiento de la oportunidad histórica derivada de la actual crisis 147 Haiman El Troudi económica mundial. La correlación de fuerzas internacional muestra dos vertientes fundamentales, a saber, de un lado el capitalismo observa un cambio de su esencia interna. Sus capacidades reales, en los planos económico, político e ideológico, de absorber las reformas son menores; de otro, el peso político que podrían tener las iniciativas progresistas de diversos signos, tanto en el centro como en la periferia, se orientan mayoritariamente hacia un horizonte incipientemente post-capitalista. La concreción de tal alternativa progresista se constituye desde la salvaguardia de la capacidad de los pueblos de decidir. Las fuerzas sociales en el Sur ameritan, por tanto, instauración plural de una soberanía alternativa, no necesariamente apoyada en la idea tradicional del Estado-nación, sino en el reforzamiento de identidades supranacionales, continentales y regionales, como pilares constituyentes de un mundo más democrático y multipolar. Hasta el presente, la supremacía del dólar64 y la dependencia del señoreaje imperial han organizado los agentes determinantes de la autoridad de una oligarquía especulativa internacional. En contraposición a ello, se fundamenta la irrupción de una nueva soberanía de los pueblos, la cual, en el contexto de la actual crisis, pasa por la conformación de una Nueva Arquitectura Financiera que desde las regiones redefina las capacidades de decisión en el planeta de manera desconcentrada y democrática, al tiempo que sea capaz de promover políticas contra-cíclicas para el sur, como palanca propulsora de una alternativa de desarrollo. Esta Nueva Arquitectura Financiera demanda como medida urgente por una parte, una Banca de Desarrollo de Nuevo Tipo (apoyo a la economía comunal, la producción de alimentos y medicamentos, etc.), y un reformateo de los Bancos Centrales (medios de pago alternativos, moneda regional, conformación de Fondos de Estabilización y Desarrollo, etc.). Desde todo punto de vista, el nuevo formato financiero busca su anclaje en la producción material de bienes y servicios. Pero las respuestas de las izquierdas y derechas mundiales a la crisis global han sido variadas, pueden agruparse a manera de síntesis en cuatro grandes apartados: (1) La salida neoliberal, basada en la reducción del sector productivo del Gobierno a través de privatizaciones, la desregulación laboral que incrementara la tasa de ganancia empresarial, y la liberalización aduanera que permitiera crear un gran mercado mundial al servicio de las transnacionales. (2) el modelo neocorporativo, propio de países como 64 En cuanto al dólar como referencia obligada para los intercambios comerciales y como moneda de reserva, se sabe que ambos factores han tenido un peso decisivo en haber otorgado hasta ahora a los Estados Unidos una posición hegemónica en el ámbito militar y geopolítico, que no se corresponde con su situación económica crecientemente agravada por el tamaño de su deuda y su imposibilidad de respaldarla. 148 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela Alemania, que si bien pusieron en marcha procesos de cuestionamiento del Estado social, abrieron procesos de concertación social y de negociación para suavizar los efectos, al tiempo que el Estado se convertía en un socio empresarial y protegía sectores clave de la economía; (3) el modelo neoestatista, que podría entenderse como un capitalismo de Estado, que incluye la protección del núcleo económico del país pero que también establece criterios de eficiencia en el sector público; (4) y el llamado neo-comunitarista (que coincide con lo que estamos desarrollando en Venezuela) y que apuesta por una vía contraria al neoliberalismo, empodera a la población y fomenta la libre asociación de trabajadores, crea propiedad social, apuesta por el valor de uso, cree en el comercio equitativo y sienta las bases para un sistema fiscal justo (donde se pague en virtud a la riqueza que se posee)65. En este escenario, el conflicto con los EEUU es inevitable, pero ya no puede ser bélico. Sólo desde la más estricta demencia y desesperación podría ocurrírsele a los grupos de interés y control político norteamericano poner en marcha una invasión al país. Sin embargo, y como ya se ha visto, no hay que descartar otro tipo de desestabilizaciones en países de la región que logren romper este nuevo rumbo. De ahí que los avances alcanzados en la integración regional sean el mejor escudo contra cualquier arremetida del imperialismo herido. Es ahora cuando se ve con nitidez la lúcida tarea internacional del Presidente Chávez, así como el esfuerzo generoso que ha conducido a la creación de la UNASUR, a la reformulación de la OEA, y, por supuesto, los acuerdos y principios de intercambio sobre el que descansa el ALBA. El proyecto de integración auspiciado por la PEB apoya una unión latinoamericana caribeña superior al modelo europeo (política por etapas), dominado por el gran capital, con la ilusoria esperanza de darle más tarde un contenido socialmente emancipador. Asimismo la integración bolivariana debe ir acompañada de una desvinculación parcial del mercado capitalista mundial. Esto permite ampliar considerablemente el mercado interior y favorecerá el desarrollo de los productores locales bajo diferentes formas de propiedad. Por descontado, ello implica el desarrollo, p.e., de una política de soberanía alimentaria. Los países miembros del grupo bolivariano también deberían retirarse de instituciones tales como el Banco Mundial, el FMI y la OMC, promoviendo al mismo tiempo la creación de nuevas instancias mundiales democráticas y respetuosas de los derechos humanos indivisibles. De igual manera, la PEB ha de propiciar entre los países del sur la conformación de un Nuevo Orden Económico Internacional basado una propuesta de la ONU (1974)66 65 Bob Jessop. “El futuro del Estado capitalista” 66 Resolución 3.201 de las Naciones Unidas, mayo 1974. 149 Haiman El Troudi “en la equidad, la igualdad soberana, la interdependencia, el interés común y la cooperación entre todos los estados cualesquiera que sean sus sistemas económicos y sociales, que corrija las desigualdades y repare las injusticias entre los países desarrollados y los países en desarrollo, y asegure a las generaciones presentes y futuras, la paz, la justicia y un desarrollo económico y social que se acelere a ritmo sostenido”. Este ha de convertirse en el punto de partida para la refundación de las Naciones Unidas. En este Nuevo Orden, los pueblos del Sur, de África, Asia y América Latina, hemos de tender la mano a los pueblos del Norte para avanzar juntos hacia una humanidad justa y libre en un planeta habitable y en Paz. 150 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela PARTE TERCERA: UN MAPA ESTRATÉGICO PARA LA TRANSICIÓN ECONÓMICA “Sólo es definible lo que no tiene historia”67 Nietzsche (1887) 1.Desarrollo de las fuerzas productivas armonizadas con relaciones socialistas de producción En tanto medio de trabajo, y expresión de la relación existente entre el ser humano y los objetos, las fuerzas productivas representan la fuente concreta de creación de bienes materiales necesarios para la subsistencia; por ende, y como escribió Marx (1875) “cada generación posterior se encuentra en posesión de las fuerzas productivas adquiridas de la generación precedente, que le sirven de materia prima para la nueva producción”68. Cada nueva sociedad nace inexcusablemente de una sociedad precedente. Por tratarse de un organismo-sistema viviente, se produce una trasmisión genética, lo cual condiciona una estructuración inicial de la nueva sociedad a partir de rasgos constitutivos de la antigua, tales rasgos imperceptibles en un elevado número de casos. La huella genética económica, social, cultural y política eventualmente cambia de base de asiento y gradualmente prefigura el nuevo arquetipo societal. Así, el proceso de edificación de la sociedad socialista ha de reconocer sus insuficiencias iniciales y precisa subsecuentemente enfocar su carga histórica en la superación de las imperfecciones heredadas. La teoría marxista se fundamenta en el impulso material de las fuerzas productivas como fuerza motriz del ascenso histórico, en el sentido de la mejora del bienestar de la humanidad. La revolución socialista debe hacer posible la socialización de los medios para la producción de la riqueza una vez éstos se hayan desarrollado, por cuanto el desarrollo de las fuerzas productivas implica la evolución de la clase trabajadora y de toda la sociedad, y el progreso de los medios técnicos para el despliegue de las capacidades productivas del ser humano. La superación del modo de producción capitalista en su transición a otro socialista no se resuelve subjetivamente, se fundamenta en las necesidades de la propia producción. Si bien la superestructura, la voluntad emancipadora, la ideología y la conciencia de la clase popular son componentes indispensables para la realización socialista y posee un efecto trascendente sobre la producción, en última instancia, el desarrollo de la 67 Nietzsche, Friedrich. “La genealogía de la moral” 68 Carlos Marx. “Carta a Wilhelm Bracke”, 5 de mayo de 1875. 151 Haiman El Troudi producción es lo determinante. El socialismo no se construye únicamente desde la retórica, la declaratoria de intenciones, o la conciencia del deber social. El socialismo está llamado a satisfacer las necesidades materiales e inmateriales de la sociedad a partir del trabajo socialmente necesario, del trabajo emancipado. Venezuela, país subdesarrollado, dependiente económicamente de la renta petrolera, sin producción de bienes y servicios necesarios para la satisfacción de sus necesidades propias, impregnado de la resaca paternalista-rentista-clientelar, acostumbrado en grado sumo a la ganancia fácil, rápida y con el mínimo esfuerzo, ¿podrá hacerse socialista bajo estas condiciones? Vale decir, ¿podrá forjar la nueva sociedad en términos de una familia humana, donde la emancipación de todos es condición suprema para la liberación de cada cual? ¡Sí!, pero una condición indispensable para alcanzar tal aspiración supone el desarrollo de las fuerzas productivas. El aumento suficiente de la producción y productividad, la internalización de la cultura del trabajo, y el refinamiento de una equitativa distribución de los excedentes. Lo anterior, sin mayores dificultades recibe la aprobación de la masa crítica de las diversas corrientes socialistas, y en parte, también por algunos sectores de la burguesía productiva. Por un lado, prevalece el interés por propiciar los axiomas marxistas, por el otro, el fomento productivo como base material de desarrollo. Al respecto, se retoman las conclusiones de Marx respecto a la comprensión de las relaciones jurídicas y las formas de Estado, establecidas en las condiciones materiales de vida: …en la producción social de su vida los hombres establecen determinadas relaciones necesarias e independientes de su voluntad, relaciones de producción que corresponden a una fase determinada de desarrollo de sus fuerzas productivas materiales. El conjunto de estas relaciones de producción forma la estructura económica de la sociedad, la base real sobre la que se levanta la superestructura jurídica y política y a la que corresponden determinadas formas de conciencia social. El modo de producción de la vida material condiciona el proceso de la vida social política y espiritual en general… Al llegar a una fase determinada de desarrollo las fuerzas productivas materiales de la sociedad entran en contradicción con las relaciones de producción existentes o, lo que no es más que la expresión jurídica de esto, con las relaciones de propiedad dentro de las cuales se han desenvuelto hasta allí. De formas de desarrollo de las fuerzas productivas, estas relaciones se convierten en trabas suyas, y se abre así una época de revolución social... Ninguna formación social desaparece antes de que se desarrollen todas las fuerzas productivas que caben dentro de ella, y jamás aparecen nuevas y más elevadas relaciones de producción antes de que las condiciones materiales para su existencia hayan madurado dentro de la propia sociedad antigua… Las relaciones burguesas de producción son la última forma antagónica del proceso social de producción; antagónica, no en el sentido de un antagonismo individual, sino de un antagonismo que proviene de las condiciones sociales de vida de los individuos. Pero las fuerzas productivas que se desarrollan en la sociedad burguesa brindan, al mismo tiempo, las condiciones materiales para la solución de este antagonismo. Con esta formación social se cierra, por lo tanto, la prehistoria de la sociedad humana69. 69 Carlos Marx. “Prólogo a la crítica de la Economía Política” 152 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela El legado marxista recuerda que ninguna sociedad trasciende hasta tanto no han sido agotadas todas las posibilidades inherentes en ella. Vale decir, el advenimiento del socialismo sólo es posible si se alcanza un estadio en que las fuerzas productivas ya no pueden desarrollarse, en términos absolutos, bajo el capitalismo. El modo de producción capitalista, una vez desarrolladas formidablemente las fuerzas productivas de la sociedad, se convierte en un obstáculo ingente para el progreso social. Se generan contradicciones objetivas entre el trabajo y el capital, entre la producción social y la apropiación privada, la proletarización creciente por causa de la extensión de las relaciones asalariadas. Al ampliarse las relaciones capitalistas y su proceso de acumulación, se da origen a condiciones objetivas, políticas y sociales, para la revolución socialista. Bajo el socialismo, las contradicciones emanadas entre las fuerzas productivas en vehemente crecimiento y ciertos resabios de las relaciones de producción basadas en la lógica capitalista de la objetivación del trabajo, se superan creando nuevas relaciones socialistas de producción, con lo cual se asegura el desarrollo incesante y planificado de las fuerzas productivas en interés de toda la sociedad. Marx (1957) expresa esta idea de un modo particular: Lo que distingue a las épocas económicas unas de otras no es lo que se hace, sino el cómo se hace, con qué instrumentos de trabajo se hace. Los instrumentas de trabajo no son solamente el barómetro indicador del desarrollo de la fuerza de trabajo del hombre, sino también el exponente de las condiciones sociales en que se trabaja70. La Política Económica Bolivariana en la presente época de transición del capitalismo al socialismo, ha de fijar las directrices en aras de resolver el conflicto entre las fuerzas productivas y las relaciones capitalistas de producción, para con ello liberar las vigorosas expresiones de la relación existente entre el ser humano y los objetos, utilizadas en bien de toda la sociedad. La PEB en síntesis reafirma la necesidad de Desarrollar las Fuerzas Productivas (DFP) para la plena producción de los bienes esenciales para la vida, y por tanto, para el logro material de la satisfacción de las necesidades humanas. Para la excitación del ciclo contradictorio del modo de producción capitalista, entrado en crisis de valorización producto de la evolución de las fuerzas productivas al máximo de su capacidad reproductiva, y para la ulterior planificación de la actividad económica, en pos de asegurar la socialización de los medios de producción y la tasa de ganancia. Pero por sí solo, el desarrollo de las fuerzas productivas, a decir de Guevara (1979) y de un significativo número de autores, no determinan de 70 Carlos Marx. “Trabajo asalariado y capital” 153 Haiman El Troudi manera directa, mecánica y cuantitativa, la naturaleza y transformación de las relaciones de producción. Ciertamente, en su debate con Bettelheim, el Che describía: deducir… una correlación mecánica entre la evolución de las fuerzas productivas en el período de transición y las formas sucesivas de relaciones de producción, que permanecen cualitativamente indiferenciadas, ya que el camarada Bettelheim de todas maneras pretende que no haya diferentes modos de producción y diferentes estructuras económicas que se suceden en la marcha del capitalismo hacia el socialismo, una vez derribado el capitalismo…71 En efecto, el economicismo positivista ha impelido a una corriente revolucionaria ennoblecer las fuerzas productivas como el componente cardinal de la nueva infraestructura socialista, obviando el hecho de que tal categoría ha sido auspiciada en parte por el propio pensamiento heterodoxo y neoclásico de la teoría capitalista, por cuanto, por sí solas, las fuerzas productivas de la sociedad antigua capitalista reproducen relaciones sociales de producción centradas en la explotación, la enajenación y la división social del trabajo. La PEB ha de auspiciar la producción cultural y política en igual cuantía que el desarrollo de la infraestructura económica. Ha de trascender la concepción estática de las relaciones sociales de producción, ancladas en los formatos heredados del entramado capitalista. Ha de articular las dinámicas entre las relaciones sociales pasadas y presentes, y representar a las fuerzas productivas sólo como expresión de estas. Las fuerzas productivas, por ende no se asumen neutras, sino como expresión de las relaciones capitalistas que las generó en un momento dado. Para que cada cual reciba de acuerdo con su contribución y sus necesidades, es preciso desgajar la pútrida envoltura capitalista y erradicar sus relaciones sociales de producción. El legado marxista aporta claras pistas en torno a la caracterización del régimen de explotación del hombre a instancias del modo de producción capitalista: enajenación del trabajo, mercantilización del mundo y por ende del trabajo asalariado, disgregación de la masa trabajadora de los medios de producción tanto como del trabajador individual de su sustento material, división social del trabajo. La traza estratégica de superación del trabajo como subordinado a los imperativos materiales del capital delimita con claridad meridiana lo imperioso de desarrollar nuevas relaciones de producción, como derivación indefectible de la revolución socialista. Desde esa posición, la agenda contentiva de nociones generalistas para la actuación transformadora está a la orden del día: a) supresión de la naturaleza mercantil extendida en todos los ámbitos de la configuración social; 71 Ernesto (Che) Guevara. “El socialismo y el hombre nuevo” 154 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela b) control de determinados medios de producción vía posesión ó propiedad directa por parte de los nuevos sujetos sociales de la revolución; c) gestión directa o cogestionada de la producción a manos de los propios trabajadores, y revocabilidad de los mandatos de los equipos gerenciales; d) regulación de las funciones del dinero y donde sea posible sustitución de los valores de cambio por valores de uso; e) planificación participativa de la producción en línea con las directrices del plan nacional, en pos de la satisfacción de necesidades sociales, y vinculación efectiva con la comunidad; f) presupuestos participativos fabriles para la toma de decisiones de inversión, fomento productivo, compensación salarial, proyectos sociales, etc.; g) rendición de cuentas, ejercicio de la contraloría social proletaria, y contabilidad abierta y auditable; h) reducción de la jornada laboral y diversificación de los medios, instrumentos y fines de la recreación y el ocio; i) democratización del saber, y democratización participativa del trabajo concreto y el trabajo abstracto orientado a la formación y capacitación profesional permanente en múltiples habilidades, la rotación de funciones, el ascenso horizontal y vertical, entre otras modalidades de superación del trabajo manual y el intelectual; j) unidad en la diversidad entre las diversas corrientes de pensamiento; k) auspicio de la cultura del debate como medida de comunicación transparente y convivencia laboral fraterna, y auspicio también del trabajo en equipo y el trabajo voluntario como referencia activa a la praxis transformadora; l) labor social cooperativa no competitiva en la distribución y consumo de la producción; m) freno a la burocratización laboral vía simplificación de trámites y delegación de funciones, y erradicación de la burocratismo sindical y el reivindicativismo como fin en sí mismo, y como mecanismo reproductor de la voracidad capitalista pequeñoburguesa. Las nuevas relaciones de producción socialistas del Siglo XXI han de imponer el principio de la democracia directa en todas las esferas empresariales. De cara a la implementación de los postulados constitucionales es preciso ser consecuentes con las nociones de participación protagónica de los sujetos sociales, en todos los ámbitos de la gestión pública y privada. Como se sabe, la democracia participativa combina protagonismo con representatividad, sólo que la delegación se asume en términos funcionales, al fijárseles pautas y límites a los representantes. 155 Haiman El Troudi En la búsqueda de equilibrio y reciprocidad entre representación y protagonismo popular, se cuenta con los siguientes instrumentos: i. Debe existir un reglamento de remoción de autoridades, de revocación del mandato y control político de las autoridades (el que actúe de espaldas a las mayorías se va) ii. Debe haber elección directa de autoridades (elección por la base de los cargos) iii. Debe existir un sistema de rotación de autoridades, responsables y vocerías (nadie se atornilla en las posiciones de poder) iv. Debe entenderse la delegación como funcional (se manda obedeciendo) v. Debe existir un estatuto para la democracia del saber (la información es patrimonio del colectivo) vi. Debe funcionar la rendición de cuentas (no existen cajas negras, todo es transparente y auditable) vii. Debe haber debate permanente (se estimula la cultura del debate sin censuras ni temas tabúes; existe además tolerancia con las opiniones divergentes y el respeto de todas las ideas). Claro está, estas consideraciones pueden ser aplicables en mayor o menor grado, en su totalidad o parcialmente, de acuerdo con contextos y especificidades de cada ámbito empresarial y fabril. Adicionalmente, en el marco de la democracia directa, se vinculan aspectos relacionados con la planificación participativa, la toma de decisiones en manos de quienes están al frente de la actividad, la gestión colectiva y el control social de todos los procesos. La gerencia participativa, incluso en el capitalismo, ha demostrado mejor desempeño que la centralizada y autoritaria. Los planes de las empresas comunales han de someterse a la consideración de las asambleas de ciudadanos, propietarios todos de los medios de producción. La participación de los trabajadores en la gestión administrativa de las empresas representa una fuente de estímulo moral. La motivación puede también venir dada por el involucramiento de la masa laboral en los procesos de toma de decisiones respecto a la distribución de los ingresos y la organización de la producción. Con el advenimiento del socialismo real y la socialización de los medios de producción bajo la plena y total administración a manos del Estado, se cambió de dueño, pero no se cambiaron las relaciones de producción inherentes al sistema capitalista, a saber, el patrón taylorista y fordista de la razón productiva. Aquella experiencia histórica dejó claro que no basta asegurarse el control social de los medios de producción si ello no está acompañado de nuevas relaciones de producción. En la transición al socialismo bolivariano, el régimen de propiedad debe 156 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela ser diverso, y bajo la hegemonía de la propiedad social, pero más allá de las delimitaciones de las relaciones de propiedad, es imperativo avanzar en la superación de las formas de producción basadas en la subsunción de los trabajadores en el seno de la producción bajo el capital. Bajo estas condiciones, la manufactura interna de cada centro productivo se determina por la afirmación consciente de la interdependencia objetiva entre los productores. El vínculo entre sus disímiles trabajos se apoya en su propio plan y expresa su propia voluntad; de esta forma lo afirma Marx (1981) “el lazo de unión entre sus funciones individuales y su unidad como cuerpo productivo [ya no] se encuentra fuera de ellos”72. En la antigua Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) se nacionalizó la propiedad privada sobre los medios de producción, entre otras razones por cuanto un grueso grupo de “empresarios” se dedicó a sabotear el programa de transformación económica-social. Ya Lenin con la Nueva Política Económica (NEP) había delimitado el espacio -muy amplio por lo demás- en el que los privados intervendrían en la actividad económica. El propio Stalin era partícipe de la participación privada, fue la fuerza de las circunstancias históricas indicadas quienes le determinaron a erradicar de tajo aquella actividad. La bandera roja a 5 estrellas de la China comunista representa a los obreros, campesinos, burguesía nacional, intelectuales, y el Partido Comunista Chino. En el contexto de la Tercera Internacional, Mao estableció la táctica del “frente popular” en oposición a la noción de “clase contra clase” a fin de intensificar la unión, ya no sólo con los campesinos, sino también con la burguesía nacional para la lucha contra el fascismo japonés. Esta unión ha prevalecido hasta el presente. La burguesía nacional se ha alineado a los postulados del modelo socialista con características chinas. El pleno desarrollo de la sociedad socialista, no se sustenta en la propiedad, sino en los nuevos medios materiales de producción y en la organización del trabajo emancipado. La conciencia de clase suscita bajo esta nueva composición laboral, la interdependencia de los trabajadores en el seno de la producción y en sus relaciones como ciudadanos autogobernados consagrados a servir a la clase y la sociedad es su conjunto. Tal situación expresa la dialéctica de sí mismos y del cambio permanente de sus circunstancias; la toma de conciencia se fortifica a medida que se constatan las carencias de la sociedad alienada a la propiedad en sus variadas modalidades, se desprende en consecuencia, la acción transformadora del carácter de la producción alineada a las necesidades humanas, surge la nueva sociedad de productores libreas asociados. La PEB ha de mostrar el sendero indicativo de lucha contra la enajenación del trabajo, cambiando los puntos de vista y paradigmas técnicos, 72 Carlos Marx. “El capital” 157 Haiman El Troudi asumiendo la gestión reestructurada de las empresas públicas, otorgando nuevo sentido a las diversas disciplinas del conocimiento, a la planificación, al control, y la administración. Ello pasa por la superación de la subsunción del trabajo en el capital, y el parcelamiento de las responsabilidades y tareas; la trascendencia del trabajo rutinario y poco creativo impuesto por la diferenciación entre la actividad manual e intelectual; el mejoramiento humanizado y digno de las condiciones laborales, de la seguridad y la higiene; la erradicación de todo tipo de alienación: respecto al salario y la actividad productiva, respecto al producto elaborado o al servicio prestado, respecto a sus compañeros de trabajo, y respecto a su propio potencial humano. La conciencia social es el punto de partida para la liberación de los trabajadores y trabajadoras al saberse sujetos sociales promotores de su propia emancipación. La alienación es uno de los mecanismos con que los capitalistas logran mantener aletargados e ignorantes de su condición de explotados a la masa laboral, lo expresó oportunamente Marx (2004) …el trabajo es externo al trabajador, es decir, no pertenece a su ser; en que en su trabajo, el trabajador no se afirma, sino que se niega; no se siente feliz, sino desgraciado; no desarrolla una libre energía física y espiritual, sino que mortifica su cuerpo y arruina su espíritu. Por eso el trabajador sólo se siente en sí fuera del trabajo, y en el trabajo fuera de sí. Está en lo suyo cuando no trabaja y cuando trabaja no está en lo suyo. Su trabajo no es, así, voluntario, sino forzado, trabajo forzado. Por eso no es la satisfacción de una necesidad, sino solamente un medio para satisfacer las necesidades fuera del trabajo…73 En torno al desarrollo de las fuerzas productivas, se ha suscitado una polémica entre las teorías de la Economía Planificada y Socialismo de Mercado. De este debate devienen argumentos y contraargumentos útiles para el proceso constitutivo de la especificidad socialista bolivariana. En la extinta URSS y en el campo socialista de los países de Europa del Este, se procuraron varios atajos al socialismo, como se ha dicho, por cuanto fue instaurada un modelo Capitalista de Estado y por haber brincado la fase de desarrollo completo de las fuerzas productivas y establecer directamente una economía planificada sobre las bases de lo que aún era, en alto grado, una economía natural. Aquella economía planificada fundada de esa forma ahogó el desarrollo posterior de las fuerzas productivas. No pudo ser mantenida en el largo plazo y por tanto se volcó a una economía de mercado. Lo que ocurrió tras el derribo del Muro de Berlín es una muestra fehaciente de que la economía planificada no logra encaminarse meramente por decreto o deseo subjetivo de la vanguardia política. La enseñanza del materialismo histórico de Marx ilustra sobre el desarrollo de la formación económica de toda sociedad, entendido como 73 Carlos Marx. “Manuscritos Económicos y filosóficos”. 158 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela un proceso de sucesivos reemplazos, desde la economía natural precapitalista a una economía capitalista mercantil y luego, a una economía socialista planificada. Lo anterior indica un tránsito sinuoso en el que a través del desarrollo completo de la economía natural, puede establecerse el desarrollo pleno de las fuerzas productivas, para ulteriormente, y sólo a través del referido desarrollo y del surgimiento de sus contradicciones inmanentes puede implantarse la economía planificada. Esta lección ha sido aprendida por la vanguardia dirigente de los países socialistas de mercado. La economía de mercado en estos países se ha desarrollado sobradamente y tiende a convertirse en una traba para el desarrollo ulterior de las fuerzas productivas. En el contexto presente, los problemas que estos países afrontan74, difícilmente podrán remediarse prorrogando la economía de mercado, sino sustituyéndola por la planificación. Al parecer los socialistas de mercado apuntan en esa dirección, al tiempo que han acelerado el énfasis en la atención de las asimetrías sociales, y la exclusión. Con base en las rutas trazadas por las experiencias socialistas analizadas, se pudiera esquematizar el flujo seguido en cada caso, y contrastarse con la visión propuesta en el marco de la PEB para Venezuela: URSS: Economía pre-capitalista-> Economía Planificada -> Desarrollo de las Fuerzas Productivas -> Bienestar Humano China: Economía de mercado -> Desarrollo de las Fuerzas Productivas -> Economía Planificada -> Bienestar Humano Venezuela: Economía rentista (pre-capitalista) -> Mercado democratizado y regulado -> Desarrollo de las Fuerzas Productivas (con relaciones sociales de producción socialista y fomento del triángulo virtuoso de los tres sectores de la economía) -> Economía Planificada (democrática y participativamente) -> Desarrollo Humano Integral Algunos de los componentes del formato venezolano (regulación y democratización del mercado y planificación socialista democráticaparticipativa) y (el triángulo virtuoso) se desarrollan en secciones posteriores, los otros aspectos ya han sido tratados en discernimientos anteriores. 74 Precarización del trabajo, pasivos ambientales, crisis de valorización del capital, industrialización desenfrenada, bloqueo competitivo entre empresas, planificación indicativa productivista. 159 Haiman El Troudi En todo caso, en lo atinente al proyecto socialista venezolano, ya ha sido clarificado suficientemente que la reflexión marxista no se circunscribe meramente a la idea de que “ninguna formación social desaparece antes de que se desarrollen todas las fuerzas productivas que caben dentro de ella”. Ello se volvería un reduccionismo, si no se antepone un proceso de planificación de tal desarrollo, en el que se documenten las diversas evoluciones y se controle el flujo de las determinaciones del mercado. El programa de transición al socialismo debe también incluir un análisis del estancamiento del desarrollo de las fuerzas productivas dentro de la dinámica económica capitalista imperante, una vez se hayan desarrollado los medios de producción. En pos de asegurar la obtención de los bienes y servicios necesarios para la subsistencia y el desarrollo humano integral, la disyuntiva a resolver es si ese desarrollo incorpora a todos los emprendimientos o resulta monopolio exclusivo del Estado ¿Puede un Estado por si solo producir lo necesario para satisfacer las demandas nacionales? Otro aspecto a considerar es el referido al desarrollo de las fuerzas productivas teniendo en cuenta los límites del planeta. Independientemente que los avances de la técnica y el conocimiento sobre la naturaleza se incrementen permanentemente, ello no puede constituir una excusa para justificar la obtención de bienes y servicios irrespetando el equilibrio ecológico en la naturaleza. En el plano propositivo, la Política Económica Bolivariana para la transformación productiva supone: 1. Concretar y gestionar un plan de Industrialización Nacional: creación de Nuevas Empresas Públicas a la luz de revisar cartera de proyectos, y estimulo a la utilización del capital privado internamente. 2. Centralización del presupuesto de las empresas públicas socialistas. 3. Plan por rubros para avanzar en la soberanía nacional en la producción de bienes esenciales de la canasta básica. (Por cada bien o producto organizar una agenda al decisor en la que se especifique cuáles eslabones de la cadena productiva se reserva el Estado (inversión pública), a qué sectores y para qué proyectos otorga financiamiento, y cuáles actividades se dejan a la actividad privada y comunal. Este aspecto se retoma más adelante. 4. Priorizar la inversión pública: política de gastos programados y no dispendiosos. Selección de proyectos de inversión bajo planificación (Uso y cumplimiento del Plan de Inversiones Públicas, sujeto a revisión y actualización permanente) 5. Manejo de expectativas en los distintos sectores de la economía nacional. Delimitación de las áreas de interés estratégico susceptibles a nacionalizaciones. Acatamiento de los componentes jurídico-político asociados al tema de las expropiaciones. 160 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela 6. Política de incentivos a la producción y la inversión privada y comunal. (Fiscales, crediticios, asociaciones estratégicas, etc.) Especial énfasis en las PYMES. 7. Delimitación de las actividades económicas donde se considere útil la inversión privada en este periodo. Construcción del plan de inversiones entre todos los sectores de la economía nacional. Política de diálogo con las bases empresariales de sectores productivos con propensión nacionalista para la búsqueda de soluciones a problemáticas concretas. 8. Política audaz de intercambio permanente ante los gremios y empresarios con vocación socialista. Fijación de metas institucionales y productivas esperadas, delimitación de políticas de acción coordinada, plan de vocería colectiva ante el país. 9. Tratamiento claro y adecuado de la conflictividad sindical. Combate al radicalismo y a la voracidad capitalista en las convenciones colectivas, trabajo político a lo interno del PSUV de cara a mitigar la alta conflictividad entre las corrientes sindicales que se proclaman chavistas. 10. Delimitación y puesta en práctica de nuevas relaciones de producción con espíritu socialista a lo interno de las empresas públicas, privadas y comunales. 11. Diferenciación de la política de incentivos por tipo de inversión (reimpulso de Fábrica Adentro para apoyar la expansión de capacidades instaladas, y retomar la iniciativa del Fondo de Fomento Productivo para la creación de nuevas empresas, con asociaciones mixtas incluidas) 12. Debilitar al capitalismo nacional apátrida, lo cual supone dejar de favorecer a sectores capitalistas extranjeros, beneficiados por las compras del Estado en el exterior, o la entrega en concesión vía asociación mixta con el Estado de determinadas actividades. En línea con la experiencia soviética y china, se trata de neutralizar a los agentes económicos dedicados a franco-tirotear los planes nacionales de desarrollo. Se requiere una clara identificación de los grupos económicos sobe los cuales actuar. a. Nacionalización de los bancos y casas de valores dedicados a la especulación cambiaria. b. Nacionalización de las casas de cambio en tanto exista control cambiario. c. Inteligencia financiera a las empresas importadoras de maletín. d. Mayores controles en el otorgamiento de licencias de importación. e. Saneamiento de mafias mineras, incluye componentes de la FANB y creación de Casas Públicas o Bolsas de Oro y Diamante en pueblos mineros. f. Inteligencia financiera a las empresas contratistas constructoras de maletín y a financiadoras de planes sediciosos. 161 Haiman El Troudi 2. Mercado democratizado, regulado y planificado con participación social La ortodoxia socialista se erige sobre la economía planificada como modelo económico donde el Estado determina los intercambios de bienes o servicios. Bajo su criterio, el control estatal sobre cualquier intercambio comercial garantiza la distribución de la riqueza de forma equitativa, por cuanto en el mercado capitalista las empresas y las personas no cesan en su intención de acumular riqueza y poder. Esta concepción ha sido la más extendida en el campo socialista desde los utópicos a las experiencias científicas del bloque soviético; sin embargo, existe una interpretación heterodoxa en ascenso que busca compatibilizar la planificación económica y el mercado. En todo caso, el maximalismo se ha apoderado del precitado debate. Los juicios respecto de la concordancia entre plan y mercado en el bastimento socialista son asincrónicos; de una parte se ubica la ortodoxia aferrada al plan centralizado y a la negación del mercado; en extremos opuesto la opción neoliberal y su proclama de auto-regulación del libre mercado sin interferencia estatal. En la bisectriz de tales posiciones se ubica la heterodoxia socialista auspiciante de la composición entre regulación planificada y mercado. La Política Económica Bolivariana no es ajena a tales discernimientos. A juicio del autor la opción del Socialismo Venezolano del Siglo XXI ha de estar signada por un modelo combinado adaptado a las particularidades del proceso emancipador. Así, el plan fija pautas de control sobre el mercado, pero dicho plan se construye con participación popular, y simultáneamente el mercado es democratizado. Sobre estas variantes adaptativas de la concepción heterodoxa a la realidad venezolana se hilvana el discurso de las próximas líneas. Es importante tener presente que el mercado, a decir de las enseñanzas del materialismo histórico, es el lugar socioeconómico de disposición, reparto, comercialización y asignación de recursos finitos. Los modos de producción socialista le asignan un peso específico en la conformación del ciclo económico: propiedad-producción-distribución-consumosatisfacción de necesidades, pero de forma alguna constituye el centro neurálgico. Una economía con mercado, es distinta a una economía de mercado. Para la PEB, la reflexión socialista de la relación entre el plan y el mercado reconoce que el mercado tiene un papel fundamental en la distribución de recursos. Se trata en consecuencia, de delimitar la epistemología del “mercado en el socialismo del Siglo XXI”, no de incorporarse a las disquisiciones sobre el “socialismo de mercado”. Tal concepto, el de mercado en el socialismo, trata de unir bloques estáticamente inconciliables a medida que comience 162 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela a modificarse la compleja y combinada dinámica de la economía pública, la economía autogestionaria, la economía de las empresas privadas de producción social, la economía de los emprendimientos popularescomunales, la economía del movimiento cooperativo, todas subsumidas en la complementariedad y competitividad en arreglo al intercambio y asignación de recursos finitos destinados a la satisfacción de necesidades. La viabilidad de la empresa socialista no se da en términos de rentabilidad, sino de eficiencia socioeconómica. Lenin (1986) interpretó (en su contexto) las condicionantes a considerar en la anexión del mercado en la economía socialista. La médula de su reflexión orbitó en torno a la noción del control. “… un Estado proletario, sin variar su esencia puede admitir la libertad de comercio y el desarrollo de relaciones capitalistas de producción, sólo hasta ciertos límites, y únicamente a condición de una regulación por parte del Estado (vigilancia, control, determinación de formas, orden)”75. Básicamente, la propuesta para la transición al socialismo formulada por Lenin no niega la eventualidad de servirse de los instrumentos del mercado, sujetas a regulaciones y controles por parte del Estado. Para ello advierte en torno a la importancia de la conciencia de los sujetos sociales de la revolución, preparados técnica, política, ideológica y organizadamente para asumir los desafíos intrínsecos: …se trata no de terminar con la vieja estructura económica y social, el comercio, la pequeña empresa, el capitalismo, sino de reanimar el comercio, la pequeña empresa, el capitalismo; dominándolos con precaución y en forma gradual someterlos a la regulación estatal. … aún cuando se efectúe con todo éxito tal regulación, subsiste indiscutiblemente el antagonismo de los intereses de clase entre el trabajo y el capital 76. Desde su punto de vista, el mercado forma una extensión de la función de planificación. Por tanto, la regulación planificada en la PEB en la fase de transición puede ser caracterizada de dos formas: 1) planificación y regulación directa e indirecta sobre las actividades de las empresas públicas, y de propiedad comunal, vale decir, sobre los prototipos predominantemente socialistas de la economía, y 2) regulación indirecta sobre las empresas privadas de producción social, las cooperativas, y el resto de organizaciones de la economía en vías al socialismo. La planificación y regulación directa se entiende como la fijación de metas de producción, tipos, estándares de calidad, etc.; des-mercantilización 75 V.I Lenin. “Obras Escogidas: La importancia del oro ahora y después de la victoria total del socialismo” 76 V.I. Lenin. “Obras escogidas: Acerca del papel y las tareas de los sindicatos en las condiciones de la nueva política económica” 163 Haiman El Troudi de los bienes y servicios producidos vía distribución gratuita, subsidiada o a bajos costos, intercambios equivalentes donde sea posible; cálculo económico orientado para la justa determinación de precios y márgenes de ganancia; promoción del valor de uso a través de la disposición de relaciones de intercambio basada en índices materiales; fomento de redes de productores libres asociados. Mientras que la regulación indirecta se entiende como el estudio colegiado de las estructuras de costos y la fijación de márgenes de ganancia socialmente aceptados como base para la fijación flexible de precios máximos de venta y precios sugeridos; incentivos positivos y según sea el caso, incentivos negativos a los agentes económicos vía medidas fiscales, financieras, cambiarias y monetarias. Para ambas características de utilización y sometimiento del mercado, el rol de organización social es fundamental. La regulación planificada expresa los lazos económicos de distribución creados, bajo fundamentaciones científicas, entre productores y la sociedad, a fin de equilibrar las proporciones que originen una masa de riquezas en cantidad y calidad, de tal modo que sean satisfechas las necesidades crecientes personales y productivas de la sociedad. La edificación de ese tipo de mercado exige la democratización del poder adquisitivo de las mayorías populares, por lo tanto, la redistribución justa y proporcional de la renta y la riqueza nacional entre la ciudadanía. Del mismo modo, durante el período de transición, amerita el acompañamiento no tutelado del Estado para la promoción, organización y financiamiento de una base económica productiva comunal, tanto como la conformación de una institucionalidad pública participativa abocada al control social del mercado. Se trata de vigorizar los instrumentos disponibles, o en su defecto crear nuevos, a fin de que la sociedad conozca los alcances de sus deberes y derechos. Conformar una cultura ciudadana beligerante, contestataria, corresponsable para la democratización del mercado, y en suma, para la profundización de la democracia directa. El Estado, por su parte, asume la rectoría en lo atinente a la nivelación de los derechos y posibilidades de todos los agentes económicos. Ello sólo es posible si se abarcan dos vertientes: la concertación social basada en el bienestar del colectivo, y la reconstitución de las instituciones llamada a redefinir el mercado en el socialismo del siglo XXI. La política industrial dentro de la PEB debe enfocarse en las pequeñas y medianas empresas (públicas, mixtas, privadas, cooperativas o comunales), por cuanto representan el sector más dinámico, generador de empleo, distribuidor de la riqueza, y con mejores características para ir adoptando nuevas relaciones socialistas de producción. El Estado está llamado a organizar dicho modelo industrial en coordinación estratégica entre los 164 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela diversos actores institucionales, productivos, laborales y empresariales, atendiendo al modelo de desarrollo endógeno, y trabajado de forma participativa, pluralista, desconcentrada, incorporando a todos los niveles de gobierno y las redes empresariales. Para que la democratización del mercado sea efectiva se han de establecer instituciones que promuevan una rica activación popular, y una movilización política entre la ciudadanía. Por ello, la PEB requiere suscitar prácticas de concurrencia cooperativa entre los diversos emprendimientos productivos. Así, todos los sectores y actores económicos productivos pueden auxiliarse, complementarse, y al mismo tiempo competir, encadenando los eslabones aguas arriba y aguas abajo en la producción de los diversos bienes y servicios, esto es, generando economías de escala tendentes, primordialmente, a favorecer a la población, antes que al beneficio individual. Así, la cuestión del mercado para el Socialismo del Siglo XXI se apoya en nuevas reglas, nuevas instituciones, nuevos métodos de cálculo económico y de distribución social, visibilidad protagónica de nuevos sujetos productivos, nuevos patrones éticos, nuevas relaciones intersectoriales, etc. y no limitarse a responder a la interrogante reduccionista del, ¿más o menos mercado? La actuación del Estado por el lado de la oferta ha de orientarse en dirección del fomento productivo, con arreglo a las determinaciones expuestas y la constitución de extensas redes de fondos y de unidades de soporte y capacitación (tipo INCES), para apoyar a los emprendedores emergentes; del lado de la demanda, la intervención supone democratización de la información a las redes de consumidores, políticas de subsidio dirigidas a la protección de los sectores sociales más vulnerables, llegando incluso a otorgar un ingreso directo universal de ciudadanía. La democratización del mercado halla su regla en el fortalecimiento de las capacidades y de las oportunidades productivas, tanto en la organización y defensa de los consumidores. El fomento productivo ha de asociarse, por su parte a políticas económicas e industriales combinadas, pero también a la capacitación de los individuos para la producción y para el mercado, lo cual supone acceso al crédito, a las tecnologías y al conocimiento. Cada productor cooperante de los demás, encuentra nichos para su diversificación productiva en la medida en que transfiere experiencias y encadena ramas productivas, en la medida en que presta servicios y asume ejercicios de aprendizaje colectivo. Se trata de prácticas de experimentación participativas autoreferenciadas por el Estado, las comunidades y los privados, las cuales habrían de documentarse para su posterior difusión. Por otra parte, hacer eficiente socialmente al mercado supone la socialización oportuna de la información. En ese sentido, la PEB debe coadyuvar sistemáticamente en la conformación de instituciones 165 Haiman El Troudi sociales de comercialización directa, procurando acercar a productores y consumidores. De igual forma, promover el cambio en determinados patrones de consumo, sobre la base de la generación de conciencia del consumo necesario. Visto así, el mercado bajo el auspicio de la planificación estatal y la corresponsabilidad ciudadana teje redes de comercio solidario. Comercio que pone frente a frente a consumidores y productores y elimina en lo posible cadenas intermedias. Sobre este tema, se pueden citar las distorsiones de los precios al menor de los productos agrícolas. Un productor del campo, digamos merideño, vende su papa (p.e.) en 10 Bs. por guacal a un camionero que lo trasporta al mercado, digamos de Coche, para vender el mismo guacal en 100Bs. Devine77, citado por Harnecker y Piñeiro, sugiere al respecto el modelo de la “Coordinación Negociada”: en grado sumo, la distribución de recursos se produce como resultado de convenios entre productores y consumidores, además de otros sectores interesados (el Estado p.e.), en un marco de las decisiones generales respecto las prioridades económicas, todo ello realizado democráticamente tanto en el ámbito nacional como en el internacional. En ese mismo curso discursivo se ha vertido la noción aportada por Hahnel (2005) de la planificación participativa78, donde la institucionalidad ascendente de los Consejos de Productores y Consumidores planifican tanto la producción como el consumo, bajo una lógica de cálculo equilibrado fundamentada en el ganar – ganar. La PEB debe auspiciar las constituciones de canales de interlocución que posibiliten la toma de decisiones colectivas de la sociedad sobre cómo deben ser producidos, distribuidos y vendidos los bienes y servicios. Decisiones consensuadas, a tal punto, que se consigue compatibilizar los intereses particulares con los del conjunto social. En este orden de ideas, la esencia de una auténtica economía participativa debe ser capaz de compatibilizar tres componentes: la solidaridad, el bienestar común, tanto de productores como consumidores, y la efectividad. La Economía Participativa o Parecon79, por sus siglas en inglés, posee dos instituciones características: 1) Consejos de Productores y de Consumidores autogestionados en su toma de decisiones, efectuados en términos de democracia directa en varios niveles; y 2) Complejos Balanceados de Tareas, que posibilitan la superación de la separación entre el trabajo manual y el intelectual (Albert, 2005). Adicionalmente, es importante convenir en que un sistema de planificación democrática del mercado no planifica las cantidades a producir 77 Pat Devine. “Planificación y democracia económica”, resumido por Marta Harnecker y Camila Piñeiro. 78 Robin Hahnel. “Economic Justice and Democracy: From Competition to Cooperation” 79 Michael Albert. “Parecon” 166 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela de todos los productos, sino sólo de aquéllos considerados estratégicos. Del mismo modo, no implica formatos empresariales estandarizados, por el contrario, admite todos los tipos de emprendimiento productivo, a la luz de los parámetros considerados en secciones precedentes. La experiencia yugoslava demostró cómo el control autónomo de los medios de producción a manos de los trabajadores, sin la mediación de un plan de producción centralizado conduce a la competencia entre empresas “socialistas”, potenciándose el espíritu del beneficio corporativo y desdibujándose el sentido social de la producción ¿Qué hicieron los trabajadores-propietarios yugoslavos cuando sus mercancías no lograban venderse en el mercado socialista? La respuesta ya fue dada por la historia tras el lamentable descalabro de aquella bien ponderada experiencia socialista. Eventualmente, el mercado del socialismo puede excluir de la libre circulación algunos productos considerados estratégicos para el consumo y para la exportación. La comercialización o distribución de tales productos estarían bajo el monopolio de la administración pública. Tanto más pertinente esta medida si dichos productos provienen de la importación. En los ámbitos comunales se pueden crear espacios de comercialización, organizada, supervisada y controlada por el propio gobierno comunal o las instancias de gestión comunitarias. Son instituciones del poder popular que funcionan bajo las premisas de la autogestión económica y financiera. En esta red de establecimientos se practica el libre juego de la oferta y la demanda, sobre la base de precios acordados libremente entre vendedoresproductores y compradores-consumidores. La espontaneidad reguladora popular debe ser quien imponga la racionalidad colectiva, manada de la negociación participativa y del propósito supremo del bienestar social. En la misma línea propositiva, dos iniciativas concurrentes a las anteriores la constituyen, a) Estímulo al Consumo no alienado, a través de sostenidas campañas de concientización, y b) Programa para profesionales y técnicos dispuestos a convertirse en nuevos emprendedores. En suma, el Socialismo del Siglo XXI debe ser visto en términos de proceso: interpreta la dialéctica de las contradicciones, no impone estereotipos. Su ideal: establecer nuevas relaciones de convivencia humana basadas en la igualdad, la justicia social y la solidaridad, instaurando para ello un nuevo modo de producción, distribución y consumo. Concretar ese ideal supone un largo recorrido, por los teóricos conocido como la transición. La transición al socialismo puede durar muchos años, quizá sea una fragua generacional. El reto en transición está en mediar consensos. Recuérdese que la revolución bolivariana aspira a conducirse por los derroteros de la paz, y transformar a Venezuela en paz supone diálogo de saberes y respeto a la pluralidad de pensamientos ¿Qué sucedería en el país si se decidiese abruptamente estatizar o nacionalizar todas las empresas privadas y el comercio? 167 Haiman El Troudi Ello no ha de estar planteado en la Política Económica Bolivariana. Rumbo al socialismo puede, sin dificultad alguna, desarrollarse la iniciativa privada siempre que acepte las nuevas reglas del juego y reconozcan que el socialismo es nuestra realidad renovada. La empresa privada tiene inexorablemente que sumergirse en las aguas de las transformaciones nacionales, en su nomenclatura y en su convicción; han de hacerse comunes términos como beneficios colectivos, responsabilidad social, planificación y participación. Los sectores empresariales que persistan en la línea capitalista ortodoxa de la máxima ganancia, más temprano que tarde han de adaptarse voluntaria y conscientemente o estarán destinados a su desaparición como agentes económicos. Ojalá el espíritu obcecado de algunos no les ubique en el terreno de la desestabilización política y económica. Ello puede darle argumentos a la línea ortodoxa socialista que clama por su nacionalización sin compensaciones. 168 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela 3. Planificación democrática de la economía La planificación es inherente al socialismo, como el libre mercado al capitalismo. En la sección precedente se ha considerado la superación de esa dualidad sobre la base de la planificación del mercado. En el presente epígrafe se reflexiona respecto al tipo de planificación a ser desplegada en el contexto de transición al Socialismo del Siglo XXI con características venezolanas. La experiencia de la ex-URSS, y en grado sumo, un amplio grupo de modos socialistas del siglo XX, estuvo signada por el carácter centralizado de la planificación. Los factores y medios de producción yacían bajo el control del Estado como único agente económico, los planes centrales plurianuales detallaban las cantidades, y la disposición de la producción, la forma de organización y los métodos del trabajo, la fijación de salarios y precios, la priorización sectorial, la inversión, etc. La fuerte regulación de la economía centralizada, en el bloque de países socialistas de la Europa del Este, permitió una rápida acumulación y lucha contra la pobreza, pero no consiguió prolijamente dotar a la población de una base material productiva que le permitiese coadyuvar al Estado en la generación de mayor riqueza social, con lo cual se habría podido sortear las asimetrías microeconómicas generadas por los desequilibrios macroeconómicos de la política estatal. Los planes quinquenales recibieron el apelativo de planes agregados, por cuanto la práctica totalitaria no conseguía ejecutar un plan para cada uno de los más de 12 millones de bienes y servicios que origina, en promedio, una sociedad industrial. En el interior de las fábricas la dinámica productiva se basaba en la desmotivante práctica de la orden y la subordinación. Además, de incorporar procedimientos fordistas – tayloristas en sus relaciones sociales de producción, no existían instancias democráticas en la que los sindicatos o los soviets eventualmente pudieran verter denuncias o desarrollar esquemas de contraloría obrera-popular. Los planes agregados se convertían en meros instrumentos para el cumplimiento de las disposiciones generales del plan, dejando a potestad de los administradores (designados por el politburó del partido) el cumplimiento a como diera lugar de metas discrecionales, lo que degeneraba en baja productividad, intencional en mucho casos, por cuanto, por citar un ejemplo, era habitual solicitar más materias primas que las requeridas para la producción y con ello alimentar los circuitos del mercado negro y claro está, las arcas particulares de gerentes corruptos. Otro agravante, derivado de la planificación central agregada, lo constituyó la ausencia de un efectivo sistema de cálculo económico que permitiera que los ingresos efectivos de las fábricas lograsen costear los costos fijos y variables. El Estado debía socorrer a menudo a un gran número de unidades productivas para el pago de nómina. El desabastecimiento de productos básicos era usual y el deseo de compra (socialmente necesaria) 169 Haiman El Troudi de la población no era satisfecho pese a la disponibilidad de dinero corriente y ahorros. Ni los socialismos del pasado ni las variantes del capitalismo han creído en la gente como sujetos participantes en el diseño de políticas públicas. En ambos extremos, la masa se disponía expectante mientras por un lado el Estado decidía prácticamente todos los asuntos de interés público, y por otro, el mercado arrebataba la renta del trabajo a los explotados. Suficientemente se conocen las críticas a las iniquidades del libre juego de la oferta y la demanda del mercado capitalista, tanto más de los errores, fracasos y desviaciones de la planificación centralizada de las experiencias de “capitalismo de Estado”. Sobre esta última, los argumentos esenciales de la crítica se encuentran en: a) el enfoque de planificación socialista se apoyó en una concepción desarrollista, b) se planificó una economía de capitalismo de Estado, no una auténtica economía socialista, c) el politburó determinaba las necesidades del Estado, el Estado las del pueblo, a quien poca veces se le consultaba apenas acerca de su visión del desarrollo y los cursos de satisfacción de las necesidades de todos y todas, d) el Estado era dueño de la verdad, sus políticas eran la única e incuestionable línea correcta, se instituyó una visión monolítica del mundo distante del mundo real, e) sólo los mandos estatales, el funcionariado y sus técnicos ocupaban los puestos públicos y tomaban las decisiones, f) a la postre, la conculcación de los derechos democráticos del pueblo y la intolerancia al disenso derivaron en desmotivación, apatía y pérdida de identidad de la multitud en los asuntos públicos, g) se impuso la división social del trabajo, los intelectuales planificaban el futuro, los trabajadores y las comunidades construían un porvenir incierto y ajeno a su especificidad e identidad, h) los apelativos al dogmatismo metodológico de las “probadas” técnicas de planificación, dieron lugar a la reproducción en serie y a escala de planes homologados en situaciones, ámbitos y contextos diferentes, i) existía temor a la innovación, la cual podía ser vista como traición o desacato a la línea oficial y falta de disciplina, j) era absurdo pretender planificar todo el comportamiento social y menos las infinitas variables de la dinámica económico-productiva (planificar y controlar la producción de alfileres, hasta cohetes espaciales). Sin menoscabo del hecho planificador del legado socialista, el reto para el Socialismo del Siglo XXI se centra en la combinación creativa entre 170 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela el protagonismo popular y la experticia técnica. La primera, incorpora a la muchedumbre organizada, consciente y movilizada en el diseño de planes locales y; la segunda, alude a la experticias científico – técnicas de académicos, teóricos y especialistas del funcionariado público. Este enfoque no parte de cero, apela a los referentes y acumulados sembrados en la acción revolucionaria de la Venezuela bolivariana. Además es consistente con el rasgo más esencial del proceso de cambios, la participación del pueblo. Salvo la República de Corea del Norte, y en menor medida Bielorrusia, ningún país bajo régimen socialista venido del siglo pasado, mantiene un esquema de planificación centralizada. Cuba ha adoptado un conjunto de reformas y adaptaciones del modelo de economía centralizada, como concesiones turísticas, producción agrícola privada o cooperativizada, etc., China ensaya un equilibrio entre el plan y el mercado. El proyecto bolivariano aún no ha adoptado un formato propio de planificación de la economía. En todo caso no existen condiciones para asumir un esquema centralizado, por cuanto el Estado no monopoliza la actividad económica del país. Lo que sí queda claro es que el modelo bolivariano no ha de erigirse innovando sobre los viejos pilares del totalitarismo y la planificación burocrática-normativa. El carácter creativo de la experimentación bolivariana descansa en los principios de concurrencia popular en la gestión pública: la participación ciudadana, la corresponsabilidad, el control social y la cooperación. La muchedumbre consciente, organizada, y movilizada en uso de su soberanía asume el servicio público, a instancias del diagnóstico comunal, el diseño, la ejecución y evaluación de políticas a fin de favorecer la elevación de su calidad de vida. La experiencia de construir el socialismo de arriba hacia abajo ha fracasado, pero ello no supone que el Estado debe abandonar su rol de articulador y cohesionador social. Se deben combinar ejercicios populares de planificación de base con prácticas centralizadas de direccionalidad estratégica. Un desafío de tal enunciación lo supone la falta de experiencia comunal de autogobierno, pero también, la falta de cultura de planificación imperante en los estratos gubernamentales. En el modelo de la planificación socialista participativa, los propietarios sociales han de tomar el mando de las decisiones sobre los asuntos públicos de su interés. Se impone un proceso de concientización y de educación en torno a los componentes de la planificación renovada. Desde todo punto de vista, la revolución ha dejado a la deriva los noveles intentos de la planificación de base. Los Consejos Locales de Planificación Pública (CLPP) florecieron con la misma velocidad con que se marchitaron. La falta de acompañamiento político facilitó la cooptación de tales espacios a los intereses residuales de Alcaldes y “líderes” populares y partidistas. Las ideas fundacionales de los CLPP estaban muy adelantadas para la 171 Haiman El Troudi época. La iniciativa era fantástica, su implementación estuvo marcada por signos clientelares, sus resultados no fueron los deseados. En ese caso se reiteró una vez más la práctica del “parir y no criar” bolivariano. La legislación asociada no fue gradualmente adaptada a la realidad concreta, el órgano público responsable de brindar acompañamiento tecno-político incumplió su atribución, la articulación horizontal y vertical de los CLPP no se produjo, los Consejos Estadales de Coordinación de Políticas Públicas no se conformaron, y menos aún, integraron en su seno a los CLPP. Un brillante parto creativo no recibe los cuidados primigenios y se sentencia a morir de mengua. La revolución se ha vuelto especialista en parir brillantes iniciativas que, tras su efímera efervescencia se van quedando orilladas, víctimas de la inconstancia, la falta de sistematización y documentación metodológica, la carencia de planes de implementación y seguimiento; mártires de la equívoca noción de quienes pretenden imponer esquemas socialistas sin dejar márgenes para la asimilación y la maduración. La revolución bolivariana precisa preservar su alta capacidad de convocatoria, el ensayo y error de la experimentación socialista no debe confundirse con la improvisación, la carencia de método, y el voluntarismo incondicional. Son habituales las estampidas humanas excitadas por los anuncios de políticas públicas que involucran actuación protagónica de la ciudadanía ¿En cuántos casos se ha iniciado un ambicioso proyecto dejado a la deriva? Se ha dicho que la revolución socialista del Siglo XXI no ha de apelar a atajos para su concreción. El proceso histórico socialista amerita canales de navegación, a través de los cuales transitar en el fermento contrahegemónico de ir conquistando pequeñas victorias y nuevos territorios en la super e infraestructura. Quienes optan por los acortamientos, por lo general, no ponderan los riesgos de mover el blanco regularmente. Convocar a la conformación de cooperativas; NUDES para luego desalentarlos; lanzamiento de un motor de concientización masivo en valores ciudadanos (Moral y Luces) para luego desalentarlo; Empresas de Producción Social para luego desalentarlas; Comisión Central de Planificación para luego desalentarla; CLPP, Círculos Bolivarianos, Unidades de Batallas Electorales y Sociales (UBEs), Saraos, Fundos Zamoranos, Zonas Económicas Especiales de Desarrollo (ZEDES), Distritos Productivos, etc., para luego desalentarlos, equivale a pedirle a un francotirador que impacte en un blanco contradictorio, pues tras haber estimado la velocidad del viento, regulado su respiración, alistado su ángulo de tiro y mentalizado el objetivo, intempestivamente le mueven el blanco de posición. La planificación del Socialismo del Siglo XXI se centra en la orientación estratégica del Estado y cree en la gente como actor participante del proceso, pero amerita un episteme colectivo, una hoja de ruta llana y 172 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela método gubernamental. La planificación democrática bolivariana ha de anclarse en una renovada y fortalecida Cultura de la Planificación. Es común observar vectores viciados en el ejercicio de planificación en todos los órdenes de la vida nacional. Por ejemplo. La práctica “copia y pega”: metas copiadas de planes anteriores y reiteradas en la formulación del Plan Operativo Anual correspondiente a un nuevo ejercicio fiscal. Se podría verter un sin número de ejemplos asociados, no obstante es evidente la falta de sensibilidad generalizada respecto a la importancia de la planificación en el socialismo. La cultura de planificación internalizada en el imaginario colectivo es una asignatura pendiente por la revolución. Al respecto, sólo la praxis posibilita tal aprendizaje, pero se requiere voluntad política y disciplina. La planificación no es labor de especialistas, sino un hecho social. En todo caso, se ha dicho que el Estado debe dar la pauta de orientación estratégica para el desarrollo nacional. No obstante, el desarrollo nacional no puede ser planificado con vista al cerro el Ávila (Guaraira Repano) y de espaldas al país. Ello se hizo durante la cuarta república puntofijista y se continúa haciendo en la V República bolivariana. La planificación del desarrollo nacional que deja ausente al pueblo da como resultados planes, programas y proyectos inviables y descontextualizados. Es inconsistente desarrollar la democracia participativa sin que se auspicien mecanismos para la planificación, también participativa. No puede dejarse sólo en manos de especialistas la responsabilidad de diseñar los planes de desarrollo de las comunidades, entre otras razones por cuanto se estaría apelando a delimitaciones teóricas sin conexión con la realidad concreta y porque se estaría negando la sapiencia popular del reconocimiento de su entorno. El Socialismo del Siglo XXI que quiere abrirle paso al poder popular debe centrar su acción en el poder local. Es inconsistente desarrollar la democracia participativa, sin que se auspicien mecanismos también participativos de la planificación. La arquitectura del poder de base, o de los poderes locales, sólo se cristaliza desde las comunidades. Poder del cual debe manar el flujo de políticas que corresponda al gobierno nacional: sistematizar y sintetizar. El modelo se fundamenta en la inversión de la concepción tradicional de la planificación concentrada a manos de “expertos”, esto es, se invierte el orden centralista y se sustituye por instancias de participación desde la base de los actores sociales en el diseño de los planes de desarrollo. Partiendo de lo local, en orden ascendente se alimentan los planes municipales, estadales, regionales y finalmente los grandes planes de la nación. Este recorrido es complejo, pero mucho más legítimo y viable. El Estado debe dar la pauta de orientación estratégica para el desarrollo nacional sin frustrar las iniciativas de los actores sociales, ni imponer autoritaria y arbitrariamente criterios de actuación. 173 Haiman El Troudi El desafío, articular ambos extremos en torno a un Sistema Nacional de Planificación Participativa, que combine la imprescindible orientación, control y rectoría del Estado y su visión holística, con la activación popular en la planificación local. Ambos, aportes complementarios y auspiciantes de una nueva manera de asumir el nuevo hecho planificador. Existen quienes entienden la planificación participativa como el ejercicio de recolección de propuestas y/o consultas de iniciativas a la base, por parte de los agentes gubernamentales. Esta práctica es una variante solapada de la planificación normativa, acostumbrada a imponer el formato de metas, acciones y sanciones, bajo el predominio de lo tecnocrático; esto es, convirtiendo el hecho planificador en una tecnología que orienta las formas de intervención social. El Sistema Nacional de Planificación Participativa (SNPP) constituye la síntesis teórica, operativa y de gestión pública estratégica para el develamiento del Estado, la desmitificación de los procesos de planeación como conocimiento de estricto manejo de versados, la democratización de la información contenida en las “cajas negras” de la planificación y el desarrollo de la democracia participativa y protagónica en materia de desarrollo. Animar la participación para el ejercicio de la democracia directa es el referente axiológico del SNPP. Participación que se inscribe en la construcción de la nueva República, el ecodesarrollo nacional sustentable y la generación de la institucionalidad fundada y referenciada desde las localidades. En un modelo socialista renovado, la planificación es tarea de todos: el gobierno delimita la direccionalidad estratégica, pone en marcha programas estructurantes, da seguimiento, armoniza el crecimiento equilibrado, diseña e implementa políticas públicas, etc., en tanto, las comunidades definen la vocación de sus localidades, auspician el ordenamiento territorial a instancias de la geografía radical, gestionan proyectos vía Consejos Comunales, elaboran sus planes locales de desarrollo de forma consensuada a través de los Consejos Locales de Planificación Pública y hacen contraloría social. El modelo combina lo particular con lo general. En orden ascendente se van ensamblando planes locales con los municipales, éstos con los estadales, éstos con los regionales y finalmente estos últimos con los grandes planes de la Nación. Teniendo presente que todos estos planes atienden a la visión de país y al rumbo estratégico delimitado por el Estado Nacional. El punto de partida de este diseño encuentra su asiento en las premisas del Diagnóstico y el Presupuesto Participativo. El Consejo Federal de Gobierno “CFG”, los Consejos Estadales de Coordinación de Políticas Públicas “CECPP”, los Consejos Locales de Planificación Pública “CLPP” y los Consejos Comunales “CC” disponen 174 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela el flujo en cascada que da asiento a lo que se podría denominar el “Sistema de Planificación Participativa”. A la fecha no se ha implementado política alguna en torno a la articulación de este sistema ordenado por la Constitución de 1999. En consecuencia, se requiere: a) instalar el referido sistema, activar y articular el CFG, los CECPP y los CLPP, b) vincular a los Consejos Comunales con el mismo, convirtiéndolo en base de la pirámide, c) fortalecer y darle mayor operacionalidad a la Comisión Central de Planificación, d) adelantar iniciativas de diálogo territorial para planes regionales, estadales y municipales (planes que convoquen la participación de todos los sectores). Visto desde un enfoque integral, la Venezuela Bolivariana ha propiciado las condiciones necesarias para repensar y reinventar la planificación socialista, para deconstruir y reconstruirla. El punto de partida fue la Agenda Alternativa Bolivariana, en la cual se trazan las primeras líneas de plan para el desarrollo nacional y se afianza la reivindicación del Estado Nacional desde una perspectiva soberana e independiente. Con la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999) se delimita el andamiaje institucional para acometer el plan nacional, a saber: rediseño del Estado (nacimiento de los poderes moral y electoral); corresponsabilidad, articulación pública para el hecho planificador (Consejo Federal de Gobierno, Consejo Estadal de Coordinación de Políticas 175 Haiman El Troudi Públicas, Consejo Local de Planificación Pública). En la línea de la acción central, los 10 objetivos del mapa estratégico de la Nueva Etapa, las 7 directrices del Proyecto Simón Bolívar, y los 5 motores constituyentes rumbo al socialismo, amén de los planes plurianuales, sectoriales y operativos, delimitan el curso a través del cual, la obra revolucionaria ha orientado su visión de país. Con la recuperación de la industria petrolera se pone en evidencia el potencial que implica el control real de medios de producción estratégicas en manos del Estado. Así mismo, se desmitifica el argumento de ineficiencia estatal en la administración de bienes y servicios. Con las misiones se expresa el empuje creativo y la capacidad resolutiva del pueblo; y con las políticas de micro financiamiento se da inicio a la promoción de iniciativas productivas de la población asociada colectivamente. Con los primeros proyectos comunitarios financiados por el ejecutivo y gestionados por la propia gente, con los gabinetes móviles y con las diversas iniciativas de presupuesto participativo, se inspira la activación de los Consejos Comunales. Entre otros, los elementos enunciados disponen el mapa situacional Venezolano en lo relativo a la planificación del desarrollo nacional, centrado en el desarrollo integral del ser humano. El desafío, articularlos en torno a un Sistema Nacional de Planificación Participativa, el cual combine la imprescindible orientación, control y rectoría del Estado a instancias de su visión holística, con la activación popular en la planificación local. Ambos, aportes complementarios y auspiciantes de una nueva manera de asumir el nuevo hecho planificador socialista. En el espíritu de la modificación constitucional bien pudiera proponerse la reformulación del Consejo Federal de Gobierno, a fin de lograr mayores niveles de integración con la Comisión Central de Planificación; tal cambio eventualmente demanda reforma constitucional, la cual podría aprovecharse para la inclusión del Sistema Nacional de Planificación Participativo. De forma esquematizada, la mezcla de los niveles de la planificación implica tres ámbitos: 1. Planificación Centralizada (PC): agrupa al Gobierno central, las gobernaciones y alcaldías y se expresa en: • Planes de desarrollo • Planes sectoriales • Planes de encadenamiento industrial • Planes por rubros 2. Planificación Intermedia Agregada (PIA): (sinergia Estado, órganos y entes descentralizados, poderes regionales y locales, trabajadores, 176 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela comunidad), por vía de los CECPP, los CLPP, y las Comunas, su expresión viene dada por: • Planes de producción y expansión fabril • Planes de desarrollo del entorno • Nuevas tecnologías populares • Presupuestos participativos bajo el financiamiento público (PP redistribuidor de la renta nacional) 3. Planificación Local de Base (PLB): asocia a los Consejos Comunales, los Consejos de trabajadores, vendría dada por: • Presupuesto participativo distribuidor de renta pública • Presupuesto participativo autogestionario • Plan comunal El flujo representativo de las dinámicas de planificación inter-niveles se asume en términos de la interacción dinámica entre todos los ámbitos. Así, el Plan Local de Base encuentra vínculos de articulación tanto con los Planes Intermedios Agregados, como con los Planes Centrales y éstos con el resto del conjunto. Se pone en contacto la dermis popular con la gubernamental. Son múltiples los campos de aplicación de flujo contenido en el Sistema Nacional de Planificación Participativa: la asignación de recursos públicos desde los Órganos del Ejecutivos, priorizados por la localidad vía presupuestos participativos distributivos de la renta (PC-PLB; PIA-PLB); la articulación o encadenamiento de una dinámica productiva comunal con los circuitos de transformación, distribución y circulación de las instancias gubernamentales estadales, regionales y/o nacionales; el ejercicio coordinado en la prestación de ciertos servicios públicos transferidos a las comunidades; la constitución de confederaciones de productores y consumidores a fin de establecer acuerdos de producción armonizados con cuotas de consumo socialmente necesario; etc. Nótese que en los ejemplos empleados, el plan no es impuesto sobre las comunidades, ni sobre los administradores de las unidades de 177 Haiman El Troudi producción local, ni sobre las empresas y consumidores, lo que permite propiciar una suerte de identidad con un plan que no le es ajeno a sus ejecutantes, en tanto en cuanto el plan ha sido formulado por los propios factores involucrados. En todo caso, la planificación participativa tiene sentido si el hecho planificado se centra en la eficiencia socialista (productividad y satisfacción de necesidades sociales); si los sujetos planificadores atienden con la corresponsabilidad social sin trasladar costos artificiales de la producción o el servicio a la población atendida. La instancia que ha de fungir de paraguas para todos los ejercicios de planificación es la Comisión Central de Planificación (CCP), mediante el establecimiento de políticas y directrices universales. En tal sentido, se amerita darle un reimpulso a la CCP, a partir de la revisión crítica de su funcionamiento a la fecha: a) La Comisión ha de definir objetivos estratégicos orientados al logro de las metas fijadas en la propuesta nacional contenida en el Plan Económico y Social de la Nación. b) Los temas revisados han de ser considerados y atendidos de acuerdo con un orden temático o a una priorización previa; evitando caer en una dinámica contingente-coyuntural-inmediatista de acción, más propia de un gabinete económico o territorial. La CCP está llamada a orientar, impulsar y garantizar un nuevo modelo integrado de planificación que combine la centralización y la participación, que tenga, contenga y armonice al mismo tiempo al sector público, al social-solidario y al privado. La planificación centralizada propia del llamado “socialismo real” superó a la llamada planificación indicativa llevada a cabo en algunos países bajo el capitalismo. Pero no superó en lo esencial el dominio del capital sobre el trabajo. Y adoleció casi por completo de un carácter participativo. La CCP constituye el basamento instrumental para asegurar el correcto fluir del Sistema Nacional de Planificación Participativo. En la actualidad práctica venezolana se carece de una planificación central hacia las empresas públicas existentes, que tienen un elevado grado de autonomía y en bastantes casos se comportan como empresas que no han trascendido la lógica capitalista. Y subsiste un elevado grado de descoordinación entre las actuaciones impulsadas por el Gobierno de la Nación y las de otros niveles del sector público. Esto se ve acentuado si se enfoca en la actuación de otros sectores, como el social cooperativo y el privado. Por ello, la principal rectificación en cuanto a los objetivos propuestos para la actividad de la Comisión Central de Planificación consiste en alinear a los distintos actores mediante el establecimiento de unos Planes 178 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela de Trabajo que permitan estimular, organizar y ordenar la actuación de todos los sectores decisivos que intervienen en la vida social y económica nacional en una visión de conjunto orientada hacia el tránsito al Socialismo del Siglo XXI. En la formulación y despliegue de los Planes correspondientes a cada uno de los sectores se deben tener en cuenta las características de cada uno de ellos de modo que se han de fijar: a) lineamientos de obligatorio cumplimiento para el sector público en su conjunto. Los planes sectoriales deben ser sometidos a la CCP para su aprobación. b) lineamientos al sector de la economía social y solidaria prevista y ejecutada en alianza con éste. c) lineamientos acordados con el sector privado, incorporando al sector en grados distintos según su afinidad con el proyecto de nación establecido. Con todo ello se trata de estructurar un conjunto de acciones que contribuyan a la obtención de resultados a corto plazo que respondan a las necesidades más sentidas por los ciudadanos y, a la vez, estén conectadas e inscritas en una visión estratégica que permita generar procesos fortalecedores de la perspectiva y la práctica de una transición hacia el Socialismo del Siglo XXI. El funcionamiento de la CCP no debe limitarse a vehicular proyectos de inversión. La CCP debe tener una función orientadora, definidora –junto a los propios actores- de las líneas de actuación político-institucionales en cada sector. Facilitando, además, la creación de los espacios y condiciones para los diálogos sectoriales que se consideren convenientes para el diseño y ejecución de los Planes de Acción. Por ello su funcionamiento debe: • Estimular la reflexión sobre el papel de cada uno de los actores con respecto al Plan de Desarrollo de la Nación. • Velar por el cumplimiento de las directrices estratégicas de la transición socialista. • Conseguir que el Plan de cada sector se inscriba y oriente a la adopción de medidas enmarcadas en la perspectiva del proyecto socialista. • Hacer cumplir el Plan acordado con los actores, instruyendo a realizar las modificaciones necesarias en el transcurso de su ejecución. Para el logro de estos objetivos en su trabajo, el funcionamiento de la CCP ha de regirse por pautas predefinidas, tales como: i. La CCP debe solicitar la información pertinente sobre el asunto a tratar, en relación con la pauta estratégica delimitada, a los diversos entes y 179 Haiman El Troudi actores responsables de su presentación y posterior ejecución. ii. Los equipos responsables de la presentación de cada uno de los temas a abordar por la CCP presentan un informe previo para la consideración de todos los integrantes de la Comisión. iii. La CCP fija las pautas metodológicas para abordar cada asunto: metas a cubrir, problemas detectados, soluciones recomendadas… iv. La CCP debe considerar la conveniencia de formar Comisiones ad hoc con la responsabilidad de la ejecución de las propuestas de acción acordadas. v. Tras este proceso, se realizan las reuniones con el Presidente y la CCP para evaluar las exposiciones planteadas en los informes iniciales. vi. Una vez establecidas las líneas de acción a ejecutar la CCP establece los mecanismos para el seguimiento y la medición de los impactos de las acciones acordadas. vii. Para ello, la CCP se debe conectar con el Sistema de Seguimiento de la Administración Pública Nacional que ha de liderar la Vicepresidencia Ejecutiva de la República, a los efectos de evaluar permanentemente el desempeño de los distintos Planes en el curso del año. La CCP debe convertirse en el ámbito de reflexión e intercambio con los distintos actores institucionales, sociales y privados sobre el papel que le corresponde desempeñar a cada uno en el proyecto de transición al socialismo. Tras definir el rol de cada actor socio-productivo, cada cual debe preparar su correspondiente Plan Estratégico. Concomitantemente, la CCP fija la agenda temática para la acción en el corto, medio y largo plazo. Como muestra, se pudieran ir abordando los siguientes tópicos: a. Regionalización. Creación e impulso de una nueva geometría regional. b. Distritos productivos. Valoración de las propuestas de constitución e identificación de los entes responsables. c. Conformación de nuevas fábricas socialistas. Priorización de proyectos y cronograma de ejecución. d. Comunas Socialistas. Validación del Plan de experimentaciones piloto. e. Consejos Comunales. Constitución de base económica local. f. Seguimiento a las Misiones Sociales. g. Proyectos, medidas y cronograma para avanzar hacia la Soberanía alimentaria. Plan de Abastecimiento y soberanía alimentaria: importaciones y subsidios; Centro de Balance; Empresa Importadora Nacional; reservas estratégicas; Redes de Comercio Justo. h. Revisión de los Planes de Inversión y del papel de la Banca en la financiación de los proyectos. 180 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela i. Evaluación y priorización de los Proyectos Estructurantes. j. Políticas y medidas para avanzar hacia una industrialización que fortalezca un tejido productivo endógeno. k. Propuestas de lineamientos para avanzar en la transformación del Estado rumbo al Nuevo Estado Socialista. l. La contribución de los distintos actores a la Soberanía y Defensa Nacional. m. Medidas para el logro de transformaciones en la ética y la eficiencia de la Administración Pública Nacional. n. Evaluación de los retos en el ámbito geopolítico internacional. o. Propuestas y cronograma para avanzar en el cumplimiento de las Metas de la Revolución, las cuales con creces trascienden los extremos fijados por Naciones Unidas para el milenio. p. Investigación y tecnologías para el Nuevo Modelo Productivo. En síntesis, la CCP ha de convertirse en el instrumento de aseguramiento del rumbo estratégico de la transición socialista. Cualquier desvío supondría el soslayo de las políticas y directrices emanadas del programa diseñado para la transición (El Primer Plan Socialista ó Proyecto Nacional Simón Bolívar). Al momento en que estas notas se escriben, ya han transcurrido 11 años de revolución situándose en su fase de transición al socialismo. El nuevo período venidero tiene como premisas la consolidación de las conquistas y realizaciones de estos años de Gobierno Revolucionario, la profundización de su orientación socialista, la experiencia acumulada de organización, protagonismo y participación popular, y la existencia de un gobierno y de un partido revolucionarios al servicio de las grandes mayorías venezolanas. También, la voluntad firme de superar los errores y corregir las insuficiencias aún presentes para avanzar con mayor eficacia y decisión en la construcción del socialismo bolivariano. La CCP ha de partir del Proyecto Simón Bolívar para afrontar los desafíos y tareas de la siguiente década que se inicia, en el ámbito económico y social; en consecuencia, se debe verificar que tal instrumento de orientación estratégica esté en sintonía con los postulados societales y con los planteamientos colectivos en pos de orientar el rumbo del proceso revolucionario hacia la construcción del modelo económico socialista bolivariano. Ahora bien, tanto el Sistema Nacional de Planificación Participativo, como la Comisión Central de Planificación, como el Proyecto Nacional Simón Bolívar, en tanto aprestos de la Política Económica Bolivariana, son útiles, sólo si son puestos al servicio de la democratización del saber y de la información. Si trascienden la ritualidad en el cumplimiento de los formalismos indicativos-normativos y se abren al dominio público y por agregación, se convierten en nichos del poder popular. Poder 181 Haiman El Troudi popular emponderado desde los referentes de un Estado fuerte, más por su capacidad de aglutinar voluntades sociales en pos de la causa emancipadora, que por la administración de la violencia institucional. De tal manera que, el manejo de la información de forma oportuna por parte de todos los agentes de planificación supone un eje trasversal en la búsqueda de la soberanía productiva nacional. Todos (Estado, productores, consumidores) han de saber qué bienes son socialmente necesarios producir, tanto en especificaciones de calidad y precio, como de cantidad. Rumbo al Socialismo del Siglo XXI se precisa organizar un sistema comunal-estatal-privado de producción, distribución y consumo, basado en un intercambio en función de las necesidades. La reorientación del intercambio de mercancías a un intercambio basado en las necesidades o propósitos comunitarios es lo que permite el desarrollo de la genuina planificación democrática, no de una planificación impuesta desde arriba, sino de la autogestión reorganizada desde la propia sociedad. Por emanación subsecuente se precisa construir un vigoroso “Sistema de información para la producción, la distribución y el consumo”. Sistema que eventualmente debe manejar todas las variables que intervienen en materia productiva. Desde esta perspectiva, se debe instruir a los órganos correspondientes para elaborar tal instrumento de planificación; para la compilación de las necesidades básicas de cada comunidad se pueden constituir brigadas de voluntarios por cada Consejo Comunal. Una vez levantado el inventario, se debe ensamblar el mapa de los requerimientos nacionales; esto es, estructurar un estudio que correlacione hábitos de consumo nacional, importaciones y reales necesidades sociales de la población. La planificación sin información es un ejercicio improductivo. Los sistemas de información estadística se hacen relevantes al ser útiles. Su utilidad viene dada cuando son un instrumento de planificación y de gestión de políticas públicas. Todo decisor requiere información estadística e indicadores, para disponer cursos de acción. Los sistemas de información tienen una razón tecno-política. En Venezuela existe poca cultura estadística. Son pocos los entes públicos, las organizaciones de base comunitaria, y las empresas que operan guiados por la estructuración prospectiva, la evaluación de tendencias y la estimación estocástica. Es común la reincidencia de errores como resultado del pragmatismo y el empirismo. Las estadísticas facilitan la comprensión de los fenómenos sociales y económicos, apoyan la toma de decisiones y posibilitan la formulación de planes y políticas. No obstante, las prácticas de los agentes revolucionarios poco se interesan en registrar los acontecimientos y ejercicios sociales, menos se preocupan por sistematizar las experiencias exitosas, los fracasos y omisiones a fin de provocar análisis y aprendizajes. 182 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela Lo anterior, configura un cuadro de riesgo, toda vez que eventualmente los indicadores dejen de producirse, y por tanto pierdan vigencia y sentido de la oportunidad. Por ello, la PEB requiere reforzar los compromisos éticos de quienes sean delegados en la tarea de documentar, registrar, sistematizar la información y producir indicadores. Se necesita ordenar el caos para planificar el Nuevo Modelo Productivo. Para ello la PEB precisa diferenciar actuaciones en dos niveles de tarea: 1) medidas urgentes de escasa complejidad y gran carencia; 2) medidas estructurales de gran complejidad e implementables a mediano plazo. Las primeras, son territorio esencial de las comunidades y de su propio análisis de necesidades. Es lo que tradicionalmente debiera haber cubierto el presupuesto participativo, si estuviera implementado en todo el país. Las segundas, requieren planificación y cualificación, así como la aplicación de la participación en espacios que implican estructuras especializadas. Para todo esto, la información es obligatoria. Sumidos en múltiples fallas de coordinación horizontal y comunicación, las instituciones del Estado intercambian poco entre ellas, menos con los demás sujetos productivos. En este tópico se incluyen insumos, la socialización de la información y la planificación de forma articulada. Como consecuencia, el máximo decisor debe hacer un esfuerzo mayor de síntesis e integración y, al mismo tiempo, pierde un valioso tiempo en solicitar reportes e informes que debieran producirse de manera regular. Otra consecuencia de tal desconexión se asocia a la redundancia de funciones, al solapamiento de procesos y la pérdida de tiempo. En cuanto a la información contable sobre producción es poca la data disponible ¿Cuánto se produce por rubros?, ¿quién, de qué manera y dónde se produce?, ¿cuánto se consume?, ¿cuáles son los hábitos de consumo del venezolano promedio?, ¿qué se producía y se ha dejado de producir, por qué?, ¿cómo y quiénes distribuyen y comercializan las mercancías?, ¿cuánto cuesta producir cada rubro?, ¿qué estamos en capacidad de producir?, ¿qué importamos, desde cuándo, quiénes lo consumen, quiénes importan?, ¿cuáles son las necesidades sociales reales de la población venezolana?, etcétera, etcétera. Venezuela no puede lograr su soberanía productiva, si no ordena su contabilidad nacional, si no cuenta con un sistema de información veraz y actualizado que le permita al Estado, en coordinación con el conjunto de la sociedad, planificar, gestionar y controlar la producción. Sin contabilidad nacional, no puede existir planificación nacional. Por ende, la planificación nacional caracterizada por la Política Económica Bolivariana ha de contener: • Un plan de desarrollo industrial que permita alcanzar el listado de empresas que deben constituirse o fortalecerse, dónde instalarse, qué alianzas estratégicas amarrar con gobiernos amigos, qué tipo de 183 Haiman El Troudi tecnología usar, lo que implicará alcanzar también el listado de proyectos de inversión por municipio, elaborados tanto por los gobiernos locales y regionales, como por las comunidades, los privados y por los ministerios y sus entes adscritos. • El inventario territorializado de recursos y potencialidades locales; ¿con qué comunidades organizadas se cuenta; qué mano de obra calificada se encuentra ociosa, dónde está y qué sabe hacer, qué infraestructura existe y está disponible en las comunidades (abastos, talleres, panificadoras…)?, etc. • El inventario de empresarios privados dispuestos a integrarse a un plan nacional de soberanía productiva; el listado de aquellos empresarios que han recibido apoyo estatal; el listado de las empresas que son susceptibles de reorientar sus renglones de producción (en aras de satisfacción de necesidades); el listado de empresas por recuperar; el listado de las empresas que pueden capacitar para el trabajo en una porción del tiempo destinado a la actividad productiva. • El diagnóstico real de la situación productiva de las empresas estatales disponibles, silos, parques industriales, NUDES, etc. • Un modelo de análisis, implementación y evaluación que pueda sustituir la información que otorga el mercado respecto de las necesidades y capacidades productivas, de manera que la planificación no se convierta en un manantial de ineficiencias y errores. Los Centros de balance sectorial representan la síntesis de acopio y disposición de la información. Por tanto, por cada sector productivo ha de constituirse un Centro especializado. Estos centros deben a su vez interactuar horizontalmente mediante ejercicios de coordinación y articulación interinstitucionales. Con toda esta información recopilada, organizada, sistematizada y analizada se ha de producir un Plan Nacional de Producción (PNP), el cual parte de las comunidades, el sector empresarial privado, y de los lineamientos centralizados de acción que los diversos actores institucionales han de implementar. Plan de producción que integra los diversos planes sectoriales y el propio Plan de Inversiones Públicas (PIP). El PIP80 orienta el esfuerzo estatal, en cuanto a optimizar el uso de los recursos públicos en pos del Desarrollo Nacional para el período correspondiente; armonizar los cronogramas de inversiones sectoriales, plasmando en un único tablero de decisiones, la disposición articulada y sincronizada de todos los proyectos nacionales, que respondan con el direccionamiento estratégico del desarrollo planificado. El PIP ha de estimar los ingresos nacionales y requerimientos de endeudamiento para atender 80 Raúl Pacheco, Haiman El Troudi. “Plan de Inversiones Públicas 2009-2019” 184 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela la inversión propuesta. Lo anterior, permite mantener la visión integral de las inversiones en todo momento rompiendo la lógica sectorial que ha predominado en la solicitud de recursos por cuenta de los Órganos y Entes de la Administración Pública Nacional. (Pacheco y El Troudi, 2009). Los proyectos no incluidos en la programación de inversiones han de conformar el Banco de Proyectos, de tal manera que este Banco sea tributario del Fondo de pre inversión que a los efectos del PIP debe constituirse. Toda la configuración presentada conforma un Tablero de Inversiones que permite trabajar sobre los elementos esenciales para la toma de decisiones en la asignación de recursos a propósitos públicos. Por su parte, el PNP ha de ser elaborado en labor conjunta entre los ministerios involucrados con la actividad productiva nacional, las gobernaciones, las alcaldías y los emprendimientos productivos privados y comunales. La CCP debiera ser la instancia responsable de su evaluación y seguimiento. Para tal fin, se debiera conformar un equipo técnico - ejecutivo que administre el sistema de información y permanentemente monitoree avances, detecte fallas del plan, al tiempo que mantenga enterado a las instancias decisoras. El PNP debe de fijar metas delimitadas en espacio y tiempo en función del logro del objetivo nacional de auto sostenimiento productivo. Dicho cronograma debe sincronizarse con el Plan de Desarrollo Nacional, los demás planes sectoriales, las proyecciones de recaudación fiscal petrolera y no petrolera, con los planes Científicos Tecnológicos, así como los Planes de Inversión Públicos y Privados. Desde el punto de vista espacial, la delimitaciones de regiones productivas (granero, galpón, Zulia, centro y andes) constituyen el trazo grueso, a través del cual se tiene una idea global para la inversión por vía de proyectos estructurantes que viabilizan los planes y programas de desarrollo endógeno articulados sobre ejes, polos y núcleos. Sin embargo, el Plan Nacional Productivo amerita mayor nivel de detalle. Si bien la acción productiva debe centrarse en torno a NUDES, asociadas en polos distribuidos a lo largo de ejes, no debe despreciarse el potencial cautivo presente en los municipios. Dada la complejidad del PNP, se ha de segmentar un plan por cada rubro. El Plan por Rubros, concita un enfoque directo, integrador, que brinda una visión holística al decisor. Sobre este enfoque se abundará en otras secciones. En el municipio el diseño de proyectos posibilita una escala de fácil comprensión. En esencia es sobre su territorio donde se concretan las políticas públicas; en el municipio la gente se involucra y compromete en cuanto visualiza en la práctica las ideas. Por ello, es recomendable plantearse un esquema de “Producción local por metas”, o metas de producción estratificadas por municipios y estados, en el ideal de que pueda hacer seguimientos concretos y locales 185 Haiman El Troudi a los avances y/o demoras. Las metas por municipios y estados facilitan el control de los planes nacionales. La idea es fijar metas claras tanto a las comunidades, como a empresarios y organismos públicos de cada localidad, una vez validado su plan productivo, a fin de que se active un dispositivo de estímulo, autoestima colectiva y sana competencia entre quienes desean llegar de primeros en el logro de las metas. A tal fin, se pudiera otorgar incentivos a aquellos municipios cuyos resultados denoten un ejemplar rendimiento. El PNP posibilita la constitución de una visión compartida en cuanto a la noción de país que se desea forjar. En consecuencia, el ordenamiento del tablero de juego nacional facilita la comprensión del papel que cada cual debe interpretar, en pos del apalancamiento productivo del país. Cada ministerio, cada ente adscrito, cada empresa del Estado, cada empresa particular, EPS, Comuna Productiva, y cooperativa sabe qué rol debe desempeñar a la luz de las metas establecidas. Nada más positivo para identificación de las personas con un sentido de pertenencia. Nada más valioso que hacerle saber a cada quien cuál es el grano de arena que le corresponde aportar en aras del desarrollo nacional. El territorio condensa la acción del plan y sus actores. Si se pasa de un extremo al otro, vale decir, si se desata una nutrida gama de planes en contraste a la parálisis planificadora, se corre el riego de saturar la capacidad asimilativa de los sujetos del cambio. El plan no ha de auspiciar una función ritual, ni declaratorias de buenas intenciones. El curso de la planificación contiene el control y la evaluación de la ejecución; esto es, la mensuración de los impactos alineados con los fines trazados. Por tanto, la planificación supone un proceso flexible, potable y comprensible para todos y todas. En aras de tal flexibilización y simplificación, el PNP, basado en los planes por rubros, subsume los aspectos relativos al ordenamiento territorial, al equilibrio regional y al desarrollo urbano local81. Según Fernández (2009): A fin de acelerar el desarrollo endógeno y garantizar la equidad territorial, se propone la creación de “Regiones programa”, que pueden eventualmente no coincidir con la división político-territorial en vigor, y para la cuales se formularían planes especiales, negociados y concertados con todos los involucrados, en cuyo financiamiento y ejecución participarían los cuatro niveles de gobierno, incluyendo los Consejos Comunales. El horizonte temporal de tales planes sería como mínimo de 6 años y su ejecución estaría garantizada mediante Contratos Intergubernamentales. La coordinación de la formulación, ejecución, seguimiento y evaluación de los Contratos Intergubernamentales estaría a cargo de las nuevas Autoridades Regionales82. 81 Al respecto, Fausto Fernández, propone eliminar las figuras del Plan Nacional de Desarrollo Regional y del Plan de Ordenación del Territorio, reemplazándolas por un Plan Nacional de Desarrollo Territorial (PNDT), que correspondería a una espacialización del Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social (Plan Simón Bolívar). Notas manuscritas. 2009 82 Ibídem. 186 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela 4.Subsunción de la macroeconomía en la esfera de la economía real Se ha visto como la planificación económica en el interior de la revolución bolivariana ha sido una suerte de guía referencial con poca capacidad de influencia y condicionamiento del marco de las decisiones de política adoptadas. La planificación se ha desligado de su talante integrador, de su mirada de largo aliento, de su función de pensar el país en términos de proceso histórico-material, y ha sido convertida en argamasa del pragmatismo economicista, grava para el corto y medio plazo de determinantes y programas macroeconómicos. Tras 11 años, la revolución económica venezolana (afianzada en una extendida y masificada redistribución de la renta petrolera, con preeminencia en la atención de la agenda social, y atravesada por constantes sobresaltos e inestabilidades impuestas por la sinopsis política), se ha centrado en el manejo de categorías macroeconómicas, ancladas insustancialmente a políticas productivas poco efectivas y coherentes. En estos años, se han presenciado los estertores del liberalismo en lo económico tras la atención casi exclusiva de las determinantes supraestructurales de la economía: así el acento se ha puesto en la demanda agregada, en la inflación, la inversión bruta total, los niveles de reservas internacionales, la balanza de pagos, las tasas de interés, el consumo privado, el régimen de administración de divisas, el tipo de cambio, el régimen de precios administrados, el Producto Interno Bruto, las políticas impositivas, el presupuesto público, los déficits o superávits fiscales, la tasa de retorno petrolera, etc. Vale decir, los ámbitos cambiarios, monetarios y fiscales de la economía han prefigurado el epicentro de atención de la política pública, en tanto, el sustento productivo ha sido campo infecundo tras políticas diversas, contradictorias, y ambivalentes, aún cuando bien intencionadas. Cuando se ha atendido el ámbito productivo, se ha hecho desde una perspectiva exclusivamente reguladora, con amplios prejuicios a los emprendimientos privados, o bajo esquemas de Capitalismo de Estado. Se ha llegado a creer que la producción se decreta, y se han dispuesto tímidas campañas de producción estatal de bienes (básicos, intermedios y elaborados) con bajo rendimiento a la fecha. Aparentemente, en los últimos años se ha impuesto la tesis de una especie de desarrollo de las fuerzas productivas a partir del monopolio estatal de los medios de producción. Pese a que el Proyecto Simón Bolívar procura un crecimiento equilibrado y equiparable de tres sectores de la economía, los hechos apuntan en otra dirección. No se ha partido de la caracterización real de la economía rentista nacional, en la que el Estado aporta cerca del 20% del empleo y 30% del PIB; donde existe poca cultura productiva particularmente en los sectores 187 Haiman El Troudi cooperativos y los emprendimientos comunales; importantes atrasos tecnológicos; desinversión y huelga de capitales; desindustrialización y alta dependencia importadora; dependencia del ingresos de divisas por vía exclusiva de la producción petrolera; incapacidad pública de desarrollar al país por cuenta propia; entre otras consideraciones. Ha hecho falta más realismo fáctico en lo económico, y menos sobreestimación del tablero de mando macroeconómico83. No se controla la inflación o se generan empleos estables graduando únicamente los flujos monetarios desde la Tesorería Nacional o el Banco Central; no se asegura una intermediación crediticia de calidad graduando exclusivamente las tasas de interés o los topes de las gavetas obligatorias; etc. Se podría apelar a un sin fin de ejemplos y caracterización de situaciones, no obstante, lo importante es dejar en claro que para la PEB, el uso de las teclas macroeconómicas debe entenderse como un componente complementario de la economía, no el centro gravitacional de todo el hecho económico. Lo fundamental es atender a la economía productiva, tal como ha sido plasmado por Marx en su contribución a la crítica de la economía política: la evolución histórica de una sociedad descansa en las leyes que rigen el funcionamiento de su base económica. Esto es, la producción de bienes y servicios socialmente necesarios para la satisfacción de las demandas fisiológicas y emocionales de la humanidad. Pero la promoción de la economía real amerita: 1. Consenso productivo concertado entre los sujetos económicos del triángulo virtuoso (Estado, privados, comunidad). 2. Reglas fijadas con claridad: áreas económicas donde cada sujeto económico puede intervenir. Cada sujeto sabe cuál papel desempeña en el entramado productivo nacional. 3. Corrección de la demanda laboral y las causas de la conflictividad. 4. Estímulo a la producción y la productividad vía diversificación económica. 5. Planificación democrática de la economía. 6. Innovación tecnológica. 7. Talento humano, etc. 8. Y además, ajustes macroeconómicos. Se ha dicho que sobre la economía real descansa la sociedad, puesto que sólo en ella se produce tasa de ganancia. Véase a continuación cómo la desconexión entre el ámbito productivo y el macroeconómico-financiero 83 Sin desmeritar la importancia del control macroeconómico por parte del Estado. 188 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela condiciona ciclos de crisis económicas en el capitalismo, y en los períodos de transición de éste al socialismo. En efecto, la plusvalía no retornada al circuito productivo-explotador del trabajo asalariado, sino multiplicada exponencialmente por medio de circuitos especulativos del mercado financiero, provoca una escisión entre la economía real (gravitando en torno al estancamiento) y la esfera de la economía financiera. Sin plusvalía real, a largo plazo, no hay ciclo especulativo sostenible. De allí, que detrás una burbuja especulativa, exista una nueva, reciclándose en consecuencia nuevas crisis económicas. Las crisis son campo fértil para las mutaciones capitalistas. Así que en el contexto de la crisis global del capitalismo, es imperioso el fomento del tejido productivo. Una de las lecciones aprendidas de la trama de la crisis actual del capitalismo global ha sido dimensionar las consecuencias de la aplicación de economías basadas en circuitos financieros, asegurados por el dumping comercial, social y medioambiental, que a la postre debilitaron los nichos industriales de los países industrializados. Lo que se origina en la esfera de las finanzas se reubica en breve en el ámbito de la economía real, con lo cual se retroalimenta la devastación financiera y con ello se aceleran los giros de la espiral de crisis centrifugando a su paso millones de empleos y miles de industrias. Tiempo atrás, Lenin (1961) advertió tal tendencia, al asumir que el desarrollo del capitalismo habría de llegar a un punto tal que, … aunque la producción mercantil sigue “reinando” como antes y es considerada la base de toda la economía, en realidad se halla ya quebrantada, y las ganancias principales van a parar a los genios de las maquinaciones financieras. Estas maquinaciones y estos chanchullos tienen su asiento en la socialización de la producción; pero el inmenso progreso de la humanidad, que ha llegado a esa socialización, beneficia a los especuladores84. Producto de la crisis de sobreproducción capitalista, a comienzos de los setenta, disminuyó la capacidad de crear ganancias a través de la economía real. El capitalismo experimentó todas las salidas posibles, pero el proceso de expansión del capital financiero fue prioritariamente privilegiado, particularmente soportado por el auge de las tecnologías de comunicación e información, a través de las cuales se dio paso a la globalización de los nichos de mercado especulativos. La PEB ha de tomar en cuenta todas las variantes y negaciones internas del capitalismo para lograr establecer sus relaciones orgánicas, y a partir de allí apreciar sus facetas e implicaciones. Después de toda recesión deviene una recuperación económica, aunque sea fluctuante, poco profunda, y de relativa duración. A la superproducción en los sectores clave de la economía 84 V. I. Lenin. “El Imperialismo, fase superior del capitalismo”. 189 Haiman El Troudi de escala, a la sobreproducción de mercancías y la sobre-acumulación, le sigue una caída de la tasa media de ganancia, desocupación en rápido ascenso, merma del salario, hundimiento del sistema bancario, subconsumo, acrecimiento de las tendencias especulativas e inflacionistas, etc. Por sí solos, la observancia acuciosa de los efectos macroeconómicos no explica las crisis cíclicas del capitalismo. La experiencia neoliberal ha dejado claro que la capacidad de gestión macroeconómica no fue capaz de procurar un eficiente mecanismo de sustitución de importaciones en términos de la sostenibilidad del mercado exterior, y el fortalecimiento de la balanza de pagos. El Consenso de Washington que prometía un panorama de mercados financieros globalizados proveedores de recursos para la periferia, por el contrario, suscitó una punzante lesión a las economías nacionales y la ampliación de las fronteras de exclusión social. Pese a los favorables precios de las materias primas en los años precedentes a la reciente crisis, las distintas formas de regulación macroeconómicas usadas en Latinoamérica no beneficiaron la industrialización, la diversificación económica y la soberanía de nuestros países. La inconsistencia del diseño económico se vio reforzada por decisiones tales como el apego a las disposiciones de la Organización Mundial del Comercio; la no utilización de las reservas internacionales como instrumento de respaldo regional, al ser depositadas en los circuitos financieros transnacionales; el anclaje de las operaciones de comercio e intercambio regional en divisas extranjeras; la gestión de instrumentos asociados a la devaluación de la moneda. El panorama derivado de la proyección macroeconómica influenciado por las tendencias neoclásicas, devino en el reforzamiento de la división internacional del trabajo. Por ahora, América Latina sigue sometida a la relación centro – periferia, y al rol de exportador de commodities. En el marco de la PEB, lo macroeconómico se subsume en la esfera de la economía real, y procura la sostenibilidad del desarrollo basado en la orientación de las políticas monetarias, fiscales y cambiarias en pos de garantizar la estabilidad económica, a través de un nivel adecuado de los agregados monetarios, la relocalización del tejido productivo a una escala avalada por el respeto a los derechos sociales y medioambientales, el financiamiento oportuno al plan de desarrollo nacional y de inversiones a mediano y largo plazo, así como el fortalecimiento de la moneda nacional dentro un esquema de administración de divisas, en la perspectiva de una nueva arquitectura financiera regional y mundial. Para la PEB prima la producción sobre la mercantilización del mundo humano, el trabajo sobre la financiarización de la economía. La financiarización limita el comportamiento económico productivo real y desestabiliza la dinámica macroeconómica a expensas de burbujas especulativas no administrables por la propia política macroeconómica, 190 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela por cuanto el capital financiero es el eje de la apropiación de la tasa de ganancia, más que un factor de su generación. En tanto que la producción es la plataforma para la reproducción del valor, al contener como factor determinante a la fuerza de trabajo. Por cuanto la financiarización se traduce en la colocación de capitales en las soluciones económicas más rentables y sólidas, disminuyendo los ciclos de inversión, ordenación y desarrollo de mercados embrionarios, poco rentables o arriesgados (bastaría observar la conducta del mercado permuta de divisas en el país para evidenciar este comportamiento), se constituye en una palanca para la especulación tras el aprovechamiento de vacíos legales y los desequilibrios de los sistemas de regulación financiera. Así las cosas, sólo a través de la producción se concretan el desarrollo económico y social de la nación. La égida capitalista propugnó la noción del desarrollo supeditada a un sistema jerárquico proclive al acceso a la modernidad. Desarrollo expresado en términos de crecimiento del Producto Interno Bruto per cápita. Tras años de retórica desarrollista se ha acrecentado la estela de desigualdades y desequilibrios. El modelo de desarrollo propuesto ha de asegurar un justificado y atenuado impacto humano en el medio ambiente, al punto de no comprometer el proyecto societal de las futuras generaciones. Ello supone diseñar nuevos patrones de consumo universal que frenen el derroche extendido de recursos en pos del crecimiento económico. Para partir por el comienzo, todo fomento de la economía real debe apoyarse en la delimitación primera de un modelo de desarrollo, la caracterización de la ordenación del territorio con arreglo a la protección de la biósfera, la enunciación de la política económica, la formulación de los planes de producción sectorial y del plan de inversiones, seguido del estímulo de las fuerzas productivas y a la postre, la alineación de las políticas sectoriales con las orientaciones macroeconómicas. En la experiencia bolivariana se ha desatendido tal curso de actuación, por cuanto el modelo endógeno de desarrollo adoptado no se expresa en términos de políticas y de asimilación social; hemos reprobado en materia de ordenación territorial; no se ha delineado y consensuado una política económica que resuelva los dilemas inherentes al modo de producción socialista con características venezolanas; el plan de inversiones elaborado en 2008 no ha sido marco referencial de la gestión pública y los incompletos y escasos planes sectoriales no se articulan entre sí; las fuerzas productivas preeminentemente duermen la resaca rentística y; la macroeconomía ha sido el eje medular sobre el cual se han pivoteado ajustes, en la mayoría de los casos, sin coordinación con los lineamientos de políticas productivas y comerciales. Sobre el modelo de desarrollo, la ordenación territorial y el sistema de ciudades se profundiza en el siguiente segmento. A continuación se 191 Haiman El Troudi presentan, a modo de ejemplo y sin pretensiones exhaustivas, algunas ideas relacionadas con la compatibilización de las variables macroeconómicas con la economía productiva. 1. Establecimiento de un nivel óptimo de endeudamiento para promover la producción No existe estrategia inter-temporal de ampliación del “espacio fiscal” en Venezuela, lo cual se ha traducido en incremento del gasto público sin una estrategia de endeudamiento a mediano y largo plazo. Al respecto, la PEB ha de fijar un nivel endeudamiento interanual, atado a los incrementos de la recaudación no petrolera con el objetivo de sostener un nivel de gasto público óptimo. Sobre esta base, se ha de evaluar flexiblemente el incremento de recompra de deuda externa con dos objetivos estratégicos: absorción de liquidez para aminorar las presiones inflacionarias (cuando aplique) y ganancia de espacio futuro de colocaciones externas, en un escenario petrolero menos favorable. La PEB ha de auspiciar la constitución de planes especiales de endeudamiento para la inversión productiva, no para el gasto corriente. Vía incremento programado del endeudamiento público interno, la gestión de financiamiento para proyectos estructurantes ante organismos multilaterales (CAF, BID, FIDA, etc.), y la gestión de líneas de crédito a Empresas Públicas, a través de la banca nacional o internacional según el caso 2. Activación del Fondo de Ahorro Estratégico (FAES) Frente a las amenazas de las crisis cíclicas del capitalismo, y ante la dependencia nacional del ingreso de divisas por vía de la venta petrolera sujeta a la volatilidad de los precios internacionales, la PEB ha de prever un Fondo de Ahorro Estratégico, el cual, a diferencia del Fondo de Desarrollo Nacional (FONDEN) diseñado para el apalancamiento de la inversión pública, sería concebido como portafolio de reserva para el aseguramiento de la continuidad de las políticas sociales en épocas de bajos ingresos fiscales. Para ello bien podría ahorrarse en el FAES el 20% de los ingresos fiscales que se generen por un precio del barril que supere los 50 dólares. 3. Estímulo y orientación del financiamiento productivo El financiamiento público se ha caracterizado por actuar como taquilla receptora de solicitudes de créditos para proyectos de diversa índole, desarticulados entre sí, y sin apego a los lineamientos de políticas sectoriales. En ese sentido, la PEB ha de orientar el financiamiento público, lo cual supone el otorgamiento de créditos a una cartera de proyectos 192 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela previamente delimitada y que guarden relación con los planes de producción por rubros. El financiamiento privado ha de obligarse a dar cumplimiento de las carteras dirigidas, pero en línea con los planes de desarrollo sectoriales. Del mismo modo, se ha de estimular y exigir incremento del crédito privado en cantidad y calidad, sobre la base de balancear la intermediación crediticia con las inversiones financieras. La PEB en ese orden de ideas ha de estimular la constitución de los Fondos Mixtos (Público – Privado) para el financiamiento productivo, fortalecer el sistema micro-financiero, prestar asistencia técnica, dar seguimiento, al tiempo que auspicie el reimpulso de las Sociedades de Garantía a través de su capitalización. 4. Implementar un programa de regulación macroeconómica alineado con las políticas de fomento productivo La política monetaria debe servir de instrumento para fortalecer prácticas de consumo responsable con énfasis en la obtención de mercancías socialmente necesarias, al respecto, la adecuación de Tasas de Interés ha de fortalecer la capacidad de ahorro y desestimular el consumismo; del mismo modo, la política monetaria debe propender a coadyuvar en la producción a bajos costos por medio de créditos asequibles, y al mantenimiento de niveles de liquidez equilibrados. La Tesorería Nacional y el BCV deben armonizar sus políticas de inyección y absorción monetaria. Se ha de implementar un sistema de precios que actúe como patrón regulador de la ganancia socialmente aceptada. La política cambiaria debe ordenarse en dirección de la política comercial. Las importaciones deben obedecer a una estrategia productiva nacional, privilegiando la selectividad de bienes de capital, e insumos; por el lado social el orden de prioridades plasmado en alimentos y medicamentos. El presupuesto de divisas debe basarse en parte en los comportamientos históricos de demanda de divisas de los sectores importadores, tanto como en la propia capacidad de absorción de determinados productos por la economía nacional (televisores requeridos por el consumo nacional, harina de trigo, etc.). Las casas de cambio deben ser nacionalizadas en tanto exista control cambiario. El Estado debe asumir el monopolio de la importación de determinados productos, particularmente alimenticios. La política fiscal debe apuntalarse con base en un esquema tributario progresivo, que trascienda la lógica capitalista de impuestos indirectos, vale decir, los que más tienen más deben aportar. La PEB ha de fomentar la cultura tributaria y organizar incentivos fiscales a nuevas inversiones. El gasto público debe ordenarse y programarse con base al tamaño proyectado del sector en términos del PIB. El establecimiento de sistema de incentivos negativos y positivos a los emprendimientos productivos 193 Haiman El Troudi ha de fundamentarse en las variables asociadas al financiamiento, las exoneraciones y exenciones fiscales, y los cánones arancelarios. La PEB ha de atender con especial énfasis la constitución de una fuerte y estable unidad del tesoro: PDVSA no debe intervenir en el ámbito monetario ni cambiario; los depósitos públicos deben reposar en la banca pública; las asignaciones presupuestarias para obras e incluso para gasto corriente no deben ser remuneradas; la banca pública no debe intervenir en inversiones financieras; se debe gravar la renta financiera para promover la producción y la economía real, por ejemplo cobro de impuesto a los títulos de valor. Debe implementarse un mecanismo de centralización de pagos de todos los órganos y entes de la Administración Pública Nacional a través de la Tesorería Nacional, establecer una diferenciación clara entre ordenador del pago del pagador. Las aduanas deben ser agilizadas y particularmente saneadas. El Servicio Nacional Integrado de Administración Aduanera y Tributaria (SENIAT) debe convertirse en el agente único recaudador de impuestos municipales, estadales y nacionales. La PEB ha de fomentar en definitiva una política fiscal que impliquen sostenibilidad fiscal, anticiclicidad del gasto, fondo de estabilización macroeconómica y control de la volatilidad del gasto. 5. ¿Control de cambios versus régimen de flotación por bandas flexibles con tasa Tobin? Es preciso concitar un serio debate (desarraigado de las sinuosidades políticas) respecto al sistema cambiario que necesita Venezuela en el marco de la transición socialista. Dos posiciones antagónicas en fricción vierten sus alegatos desde los prismas de afectos o desafectos al proceso revolucionario. En cada lado se escuchan pronunciamientos a favor o en contra del régimen del control cambiario o la liberalización del tipo de cambio. El control cambiario es una medida forzada por los desenlaces de los sobresaltos políticos. Sin él, las reservas internacionales del país estarían seriamente amenazadas producto de los movimientos de capital al exterior. Desde el boom petrolero de la década de los setenta, en Venezuela se reproducen tasas de ganancia extraordinarias y en breve tiempo, a partir de entonces, la tasa de ganancia busca refugio “seguro”, lejos de las tensiones sociales y políticas que han imperado en el país desde la mitad del siglo pasado; comienza a configurarse una tendencia de fuga de capitales, la cual se remonta a la actualidad. Sin especificar detalles, se debe reconocer que existe un cuadro de desconfianza entre los revolucionarios y la porción de la población que no acompaña los postulados del cambio. Particularmente, la clase media (una buena parte de ella formada por derivación de las políticas económicassociales del gobierno bolivariano) se desenvuelve en un ambiente plagado 194 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela de incertidumbres, dicha clase media incluso migra sus ahorros al extranjero por el canal paralelo especulativo; las campañas más mediáticas y las interpretaciones interesadas y descontextualizadas de grupos económicos contribuyen en la configuración de dicho clima. En los últimos cinco años continuos, luego de la superación del golpe de Estado y el sabotaje de la industria petrolera, se ha presenciado un crecimiento sostenido y significativo atribuible fundamentalmente al vigor del sector terciario de la economía. Crecimiento poco productivo y de alto contenido especulativo, si se correlacionan los índices de precios y tasas, con las curvas de crecimiento comercial, financiero y asegurador. El sector manufacturero y el primario se han supeditado a mantener un flujo constante, con poca inversión y por ende poca expansión. El anclaje del tipo de cambio oficial y las tensiones del cambio permuta han desestimulado y mermado la oferta nacional, la importación de productos terminados hace otro tanto. Por otra parte, los circuitos paralelos del dólar han encontrado altas provisiones de oxígenos insuflado por la política de emisiones públicas. No hay lugar a dudas que tras de tal inconsistencia existen intereses corruptos de algunos operadores públicos y privados. Agentes emisores, casas de bolsa, banca pública y privada, etc. En el festín cambiario han participado unas quinientas personas (naturales y jurídicas), quinientas contra veintiocho millones. En economía, los cambios súbitos de sistema fomentan la aparición temporal de monopolios; ello ocurre mientras el resto de los proveedores se acopla a la nueva situación para aumentar su oferta, y esto crea precios altos. Tal ha sido el fenómeno suscitado por el control cambiario. De allí 195 Haiman El Troudi que el recuerdo del “Chino de RECADI” bulle, con razón, en los imaginarios ciudadanos. Flexibilización del control de cambio, cambio dual, importaciones selectivas, devaluación… son opciones que están a la orden del día en el portafolio de la adaptabilidad de la medida. Lo cierto es que mientras no exista un panorama productivo claro, mientras no cese la huelga de inversiones, no exista confianza en las políticas económicas implementadas por el Ejecutivo Nacional, mientras no se desarrollen las fuerzas productivas, no se revalorice el ahorro en Bolívares, mientras los pequeños y medianos emprendimientos no retomen el sentido de pertenencia nacional, no existirán condiciones para levantar el control cambiario. En el contexto actual de crisis capitalista, y con base al amarre de la economía nacional a la divisa norteamericana, sería una maniobra poco provechosa la devaluación del Bolívar. No sólo por sus efectos sobre los precios, o por la motivación de estimular la oferta interna, sino por los riesgos asociados a la configuración de una nueva burbuja, ahora en torno al Dólar. Si hipotéticamente se devaluara hoy la moneda venezolana, y en una semana el Gobierno Norteamericano también devaluara el Dólar (directa o indirectamente), entonces se estaría devaluando por partida doble. De esta manera, no existe otra salida que afrontar los desafíos de consensuar una Política Económica Bolivariana entre todos los agentes económicos y la sociedad en su conjunto. El Gobierno Bolivariano no puede por cuenta propia (así tome control de todas las empresas privadas) convertir a Venezuela en potencia de mediano o gran tenor. Necesario es el concurso de todos y todas, particularmente apoyado en una nueva cultura del trabajo y en las capacidades productivas de las comunidades organizadas, y de los pequeños y medianos propietarios. Quienes defienden85 el empleo de la “tasa Tobin” contra los movimientos de capitales especulativos son partidarios de cambiar el régimen de control de cambios por un sistema de bandas de flotación limpia, con fuerte impuesto de Tobin en las bandas, y pequeño dentro de las bandas. A su parecer, el impuesto en las bandas debe ser de un 100%, para hacer el régimen robusto a shocks políticos. El impuesto dentro de las bandas debe ser muy pequeño, de alrededor de 1 a 0,5%. La fórmula establece que la separación entre la cota superior e inferior de las bandas deben ser de alrededor de un 7,5% por encima y por debajo de la flotación central. Deben ser calculadas sobre la base de un promedio móvil de unos 45 días previos. Desde su punto de vista, ello valida las fuerzas del mercado que reflejan las fuerzas reales de la economía (dentro de la banda), por un lado, y no permite cambios súbitos en la flotación. Además, 85 Al respecto ver aportes de Felipe Pérez “Acerca del modelo venezolano de desarrollo ´Creciendo desde abajo´, y la Economía Social”, y Bruno Jetin. “La Tasa Tobin. Un arma para detener la expoliación financiera”. 196 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela establece un sistema dinámico que toma en cuenta el plazo inmediato, y unos dos meses atrás, que es un horizonte apropiado para una variable financiera altamente adaptable y flexible, como lo es la tasa de cambio. En alrededor de un año, cuando el sistema se estabilice, puede considerarse ampliarse la longitud de la cola a unos 65 a 70 días. Las bandas iniciales deberían establecerse sobre la base del comportamiento teórico de la tasa central de equilibrio que ha de ser calculada con una metodología sólida. Al momento de la aplicación de la medida, debe considerarse un período de transición con fuerte inyección de reservas a fin de eliminar las distorsiones de precio por compras nerviosas de dólares, desabastecimiento forzado, represamiento artificial de importaciones. Las ofertas deben hacerse diariamente, en subastas, de manera eficiente y evitando la monopolización de los compradores de divisas. La medida debe ser completamente transparente, para no generar información asimétrica en el mercado de divisas Un impuesto de Tobin se aplica a las transacciones financieras solamente. No se aplica a las importaciones de bienes y servicios no financieros. Anunciar el target de tipo de cambio a un valor XX Bs por dólar, debe traer consigo una baja inmediata del tipo de cambio del mercado paralelo, por razones de las denominadas “operaciones forward”: la gente anticipa este precio menor, y no sigue comprando a precios altos. Quienes tienen dólares, tratan de venderlos cuanto antes, para no perder valor. Los dos efectos impulsan la baja del tipo de cambio. Sobre todo si el anuncio del conjunto de medidas es creíble, y nuestro cálculo de tipo de cambio es creíble por los economistas. Con ello se eliminarían los mecanismos perversos, como el de importar bienes a tipo de cambio controlado para exportar al tipo de cambio libre; importar a tipo de cambio controlado grandes cantidades de bienes, para luego vender a precios caros al mayorista, que a su vez vende a precios caros, incluso al equivalente a tipo de cambio más caro. Control endógeno de la fuga de capitales y de la entrada súbita de capitales, garantizado por el sistema de bandas protegido por un nivel óptimo de reservas que incluyan la provisión para controlar las fugas súbitas, por un lado, y por el fuerte impuesto de Tobin las bandas, por otro. Adicionalmente, la política fiscal de sostenibilidad, de control de la volatilidad externa, de sinceración de las fuerzas productivas internas, y de estímulo a la inversión productiva interna, se deben establecer las bases para fortalecer el Bolívar y evitar la fuga especulativa. El debate está servido, faltan los argumentantes y contraargumentantes. 197 Haiman El Troudi 5. Desarrollo nacional endógeno en línea con la ordenación del territorio y el sistema de ciudades Para compatibilizar la macroeconomía como la economía real, como se ha dicho, se requiere partir por temas poco atendidos y debatidos por la revolución: el modelo de desarrollo y su implementación, la ordenación territorial y el modelo de ciudad del socialismo. Hágase un rápido repaso a cada uno de estos temas, en el ánimo de concitar debate y reflexión. 1. Sobre el modelo de desarrollo endógeno. Hemos dicho que no ensaya la revolución bolivariana los preceptos del viejo formulario desarrollista, pero existen evidencias contradictorias en ese sentido. A la fecha los patrones de consumo siguen intactos, han surgido extremos consumistas alarmantes (p.e., Venezuela es el primer país de cambio per cápita de celulares al año); mucha de la inversión en infraestructuras reproduce el esquema de profundización de las megalópolis; etc. La constitución de un modelo de desarrollo concebido de forma democrática y soberana requiere generar sucesiones productivas integradoras de la actividad agrícola con la industrial; acrecentar la capacidad adquisitiva de la población local orientada hacia la satisfacción de necesidades socialmente necesarias; democratizar los procesos de toma de decisiones y favorecer la generación de ingresos propios de la ciudadanía; ampliar la obtención local de alimentos; optimizar la prestación de servicios públicos esenciales; etc. Se trata de reducir la dependencia de insumos y bienes finales provenientes del exterior para generar un mercado interno, activando así una dinámica propia orientada al desarrollo endógeno. La enunciación del modelo de desarrollo venezolano pasa por propiciar mayor igualdad, justicia y solidaridad en la sociedad y entre la sociedad. Asimismo demanda la formulación de un esquema de acceso a niveles científicos tecnológicos apropiados y en suma a un vigoroso estado de bienestar. Ello supone poner límites al crecimiento, claro está, sin aplazar los derechos de los excluidos, por cuanto el patrón de prosperidad económica equivale al Desarrollo Humano Integral. Según El Troudi y Fernández (2009): El Desarrollo Endógeno se podría definir muy sintéticamente como la explotación de los recursos disponibles localmente y la territorialización de la actividad económica, sin que ello connote ningún tipo de autarquía o de aislamiento de cara a la economía mundial. La imagen-objetivo corresponde a un desarrollo basado en el trabajo calificado y generador de valor agregado y autonomía territorial; a un desarrollo económico territorialmente equilibrado y policéntrico, estructurado en forma de red; todo ello gracias a la proactividad y espíritu cooperativo y de innovación de entidades locales, empresas, sindicatos, gremios profesionales, sistemas de formación y 198 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela capacitación, la nueva institucionalidad, etc. Corona la imagen-objetivo el desarrollo y consolidación de un sistema integrado de pequeñas metrópolis y ciudades intermedias (sin megalópolis)86. 2. Sobre la ordenación del territorio. A la fecha, el Estado no ha desarrollado “una política de ordenación territorial atendiendo a las realidades ecológicas, geográficas, poblacionales, sociales, culturales, económicas, de acuerdo con las premisas del desarrollo sustentable”, acorde a lo dispuesto en el artículo 128 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999). Está aún en vigor el Plan de Ordenación del Territorio formulado durante el segundo gobierno de Rafael Caldera. Las competencias en esta materia están divididas entre los Ministerios de Planificación y Ambiente. Existen instancias estadales que discrecionalmente agencian permisologías en atención a criterios estrictamente ambientales. El sistema dispuesto no permite que la gestión territorial responda consecuentemente a una efectiva estrategia de desarrollo nacional. La PEB precisa pensar el territorio como el espacio de convergencia de las políticas públicas socialistas, en donde la unidad de mando se ejerce, cada sujeto conoce el papel que le corresponde, y la acción de todas las partes se coordina bajo el paraguas del plan común. Ello requiere cambios políticos e institucionales como condición necesaria para el impulso coherente de los postulados del desarrollo endógeno en el territorio. El territorio es la suma de la actuación sustancial y cotidiana de la sociedad, es la madeja de interrelación económica, social, política y cultural. El potente activo que encarna el territorio en su conjunto se sintetiza en la materialización del desarrollo de toda sociedad. El tratamiento del territorio precisa unificar el bagaje de tradiciones, hábitos y costumbres con la especificidad presente, a fin de condescender un entorno relacional concreto. Por ello, se requiere superar el estatismo heredado al calor de la división político territorial. Innovar en los modos de organizar el territorio supone liberar las vetas imaginativas. Al respeto, se ha debatido sin resultados varias iniciativas, sobre las cuales no ha habido decisión firme: Una nueva regionalización nacional, fundamentada en las potencialidades y funcionalidades del territorio en pro de una mejor organización del espacio nacional, y en atención a la nueva geometría de poder. Para la definición de las regiones, se ha de reparar en los siguientes criterios: 1) características socio-culturales, históricas y económicas, 2) componentes físico naturales: relieve, suelos, vegetación e hidrografía, 86 Haiman El Troudi, Fausto Fernández. Ibídem. 199 Haiman El Troudi 3) Potencialidades de desarrollo, 4) Condiciones de accesibilidad, 5) reingeniería de los límites municipales, y 6) Políticas nacionales. Como incitación para el debate, y en atención a un escrupuloso estudio87 realizado por Aguillón, Pacheco y El Troudi (2008), se ha propuesto la reorganización regional como sigue: 1. Amazonas 2. Andes 3. Capital 4. Central 5. Centro – Occidental 6. Delta 7. Faja del Orinoco 8. Guayana 9. Llanos Occidentales 10. Llanos Centrales 11. Llanos del Sur 12. Marítima Occidental 13. Marítima Oriental 14. Oriental 15. Nor-Occidental 16. Esequibo (Zona en Reclamación). 87 Estudio y propuesta elaborado por Carlos Aguillón, Raúl Pacheco y Haiman El Troudi, en el documento “Reimpulso a las Corporaciones de Desarrollo” 200 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela Constitución de Distritos Productivos como espacios geográficos estratégicamente definidos conforme a sus características históricas, socio-económicas, culturales y a sus potencialidades productivas, donde se focalizan esfuerzos institucionales, económicos, políticos y sociales, dirigidos a garantizar su desarrollo integral y sustentable. Designación de Autoridades Regionales con base en la Ley Orgánica de la Administración Pública, con competencia para: 1. Diseñar, coordinar y ejecutar bajo los lineamientos de la Comisión Central de Planificación en su ámbito de competencia. 2. Hacer seguimiento en todas sus etapas a todos los planes, programas y proyectos de la Administración Pública Nacional, en la región que le corresponda. 3. Ejercer el control funcional y operacional sobre los órganos y entes de la Administración Pública Nacional con competencia en la región correspondiente, a los efectos de coordinar la ejecución y el seguimiento de las políticas públicas orientadas al desarrollo de la región. 4. Coordinar la acción de los órganos y entes de la Administración Pública central, descentralizada y otras formas de organización comunal, para la ejecución de políticas, planes y proyectos de ordenación y desarrollo del territorio en la región. 5. Velar por la compatibilidad y coherencia de los planes nacionales con los planes regionales, estadales, locales y comunales. 6. Dar seguimiento al Plan Regional de Ordenación y Desarrollo del Territorio, así como las actividades de importancia nacional definidas por el Ejecutivo Nacional. 7. Ejercer la representación de la Comisión Regional de Ordenación y Desarrollo del Territorio. 8. Gestionar y establecer un sistema de información geográfica de la región (SIG). 9. Proponer ante la máxima autoridad del órgano o ente correspondiente, el nombramiento y remoción de las funcionarias y funcionarios del Ejecutivo Nacional, en la respectiva región. 10. Coordinar con las autoridades competentes de la región, el diseño de medidas para prevenir y enfrentar situaciones de emergencia y catástrofe 11. Intermediar en las relaciones de los distritos productivos, órganos integrados y demás entes bajo su adscripción, con las distintas instituciones del Poder Público Estadal y Municipal, salvo aquellas actuaciones que por su naturaleza y otras consideraciones procedentes deban ser realizadas ordinariamente ante la autoridad estadal o municipal. 12. Realizar el seguimiento y control estadístico de las actividades y 201 Haiman El Troudi proyectos ejecutados en la región. Equilibrar y articular el territorio en el sentido de superar el modelo territorial actual basado en la concreción espacial de un patrón de relaciones dependiente y rentista que originó una concentración de la población hacia las zonas de manejo de poder que no provenía de un tejido productivo nacional, sino de la renta88 (Pacheco y El Troudi, 2008). Actualmente, las actividades en el territorio se organizan a través del sistema de ciudades. La articulación de dichas actividades con el territorio se realiza a través de las infraestructuras. Entre las características principales de la configuración territorial presente tenemos: las migraciones guardaban relación con la localización de centros de poder y con los centros de extracción primaria: en primer término la Capital de la República, en segundo término ciudades del interior del país ligada a la extracción (incluida Ciudad Guayana). Un rol complementario lo jugaron los principales puertos (Maracaibo, Puerto Cabello, La Guaira, Guanta) dada la naturaleza importadora de nuestra economía, reforzaron a las ciudades a las que servían, y apoyaron a centros emergentes para la industria del ensamblaje como sucedió con Valencia. Las actividades productivas se encuentran desconectadas entre sí, al igual que el territorio. Inexistencia de redes en los ámbitos estratégicos: transporte, alimentos, medicinas, energías primarias, etc. El transporte 88 Estudio y recomendaciones formuladas por Raúl Pacheco y Haiman El Troudi, en el documento “Apurinoco” 202 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela presenta un predominio casi total del vehículo automotor y posee un patrón radial partiendo de la Capital y de enlaces hacia los puertos de importación (para carga general); las industrias estratégicas funcionan como enclaves; y la dinámica productiva-territorial orientó un patrón basado en un entramado de relaciones funcionales sub-regionales. La visión a futuro proyecta el equilibrio y la articulación territorial vendría representada por el siguiente mapa. Formulación de un plan de desarrollo territorial, que comprendería tanto la ordenación territorial-ambiental como la estrategia de desarrollo económico-social acordada para el país89 (Fernández, Pacheco y El Troudi, 2008). El plan en cuestión incluiría: a. Estudio del medio físico: paisaje natural, clasificación de suelos, riquezas naturales, meteorología, espacios acuáticos. b. Definición de los usos primordiales y prioritarios a que deben destinarse las áreas del territorio involucrado, de acuerdo con sus potencialidades económicas, condiciones específicas con énfasis en el aspecto sociocultural y capacidades ecológicas. 89 En el documento “Desarrollo amazónico e integración fronteriza brasileñovenezolana”, preparado por Fausto Fernández, Raúl Pacheco y Haiman El Troudi. 203 Haiman El Troudi c. Indicación de áreas de patrimonio cultural, histórico, arqueológico, y con potencial escénico y turístico. d. Análisis de la problemática espacial y dimensionamiento del potencial de desarrollo territorial. e. Definición de los objetivos de desarrollo territorial. f. Definición de las prioridades territoriales de inversión pública de las políticas sectoriales. g. Definición del esquema de integración territorial: sistema de ciudades, regiones, espacios funcionales, y ejes de integración y desarrollo territorial. h. Indicación de las zonas prioritarias de desarrollo económico y social. i. Lineamientos generales del proceso de urbanización y del sistema de centros poblados. j. Localización de las principales actividades económicas y de servicios k. Política de incentivos que coadyuve a la ejecución de los planes de ordenación y desarrollo del territorio. l. Localización de las áreas para grandes obras de infraestructura, relativas a energía, hidrocarburos y petroquímica, transporte terrestre, marítimo, lacustre, fluvial y aéreo; comunicaciones y aprovechamiento de las aguas, saneamiento de grandes áreas, corredores de servicio y minería. m. Indicación de los espacios que constituyan el hábitat y las tierras de los pueblos y comunidades indígenas, demarcados según la ley de la materia. n. Definición de la normativa para el uso, aprovechamiento y conservación de los recursos hídricos y de la biodiversidad en general. o. Señalamiento de las áreas sujetas a riesgos asociados a fenómenos naturales, tecnológicos, así como los mecanismos adecuados para disminuir su vulnerabilidad y salvaguardar la vida y seguridad de la población. p. Definición de las áreas que deban ser objeto de Planes Especiales. q. Definición de las áreas en las cuales se deban establecer limitaciones derivadas de las exigencias de seguridad y defensa, y la armonización de los usos del espacio con los planes que a tal efecto se establezcan. r. Estimación del costo global de implementación del Plan de Desarrollo Territorial formulado y definición de las fuentes de financiamiento (Plan de Inversiones). s. Metodología de seguimiento y evaluación del Plan. 3. Sobre el ordenamiento de las ciudades90, según (Bernardo, Fernández, y El Troudi, 2009). 90 En el documento “Ciudad socialista” preparado por José Luis Bernardo, Nirvant Fernández, y Haiman El Troudi. 204 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela Venezuela ha heredado un modelo de concentración territorial con una periferia estancada y un centro dinámico en crecimiento, con marcadas incompatibilidades entre sí. Las migraciones que históricamente han acaecido hacia el centro del país, la localización de la mayoría de las actividades industriales en el centro y la desigual distribución del ingreso pesan de manera determinante sobre nuestras ciudades, sin contar con los pasivos ambientales creados. Venezuela pasó de tener un 49,9% de población urbana en 1950, a 71,6% en 1970 y 86,9% en 2000, estimándose que alcance 91,9% en 2030. Como en otras regiones del mundo este crecimiento urbano tiende a concentrarse en pocas ciudades que adoptan la forma de metrópolis, convergiendo la concentración poblacional y la dispersión de la ocupación territorial, en lo que se ha dado por llamar “ciudad difusa” o “ciudad dispersa”, con el caso muy preponderante en Venezuela de Caracas, cuyo crecimiento y expansión tiende a conformar una región metropolitana, con importantes relaciones de interdependencia sobre su área de influencia. Como nota complementaria, Venezuela es el segundo país del subcontinente – Uruguay por encima – y uno de los 12 países más urbanizados del mundo con 87% de sus habitantes viviendo en áreas urbanas. La característica de la ciudad venezolana es fruto de la imposición de un modelo capitalista dependiente. Esto es, se ha “adoptado” el modelo urbano difuso norteamericano o anglosajón, estructurado en islas conectadas por autopistas. La estructura y morfología urbana inherente a ese modelo consiste en zonas donde se localizan servicios especializados, zonas residenciales exclusivas para los sectores medios y altos, grandes centros de esparcimiento y consumo, “barrios” en las zonas de alto riesgo, cuyo común denominador es una dinámica de ordenación territorial dominada por el capital, que cada vez con mayor fluidez determina la declinación de unas áreas y el ascenso de otras. Ciertamente, la ciudad venezolana actual, como hecho histórico, expresa y reproduce en su seno los fenómenos de exclusión social, relaciones de dominación, lucha de clases y lógica de acumulación propios del capitalismo periférico dependiente. Esta situación se manifiesta de distintas formas: i. Las ciudades venezolanas se expanden de forma indiscriminada y anárquica. Los límites de las ciudades se van propagando frente a la ausencia de ordenamiento y planificación urbanística, bajo la mirada indiferente, y en algunos casos, complaciente de las autoridades locales reguladoras del espacio urbano. Esta expansión indiscriminada y anárquica se da bajo el influjo de dos tendencias opuestas, la primera es la de las invasiones urbanas u “ocupaciones ilegales”, producto del déficit de tierras urbanas habilitadas dentro del perímetro de la ciudad para la realización de nuevos 205 Haiman El Troudi desarrollos urbanísticos que respondan a las necesidades de crecimiento poblacional, especialmente de los sectores pobres91. La segunda, es la de los desarrollos inmobiliarios que se realizan al margen de toda regulación, y que encuentran en la falta de ordenación pública, el ambiente propicio para la realización de proyectos altamente rentables, sin tomar en cuenta los requerimientos de servicios para recibir y atender la nueva demanda de población, afectando la disponibilidad de agua, electricidad, vías, transporte, etc., y acentuando los déficits ya existentes y el caos reinante en las principales ciudades del país. El crecimiento anárquico eleva los costos de dotación, incrementa los déficits de servicios urbanos, genera la ocupación desordenada del espacio, y acentúa la pérdida de suelos de alto potencial agrícola. Toda esta anarquía en el crecimiento urbano es favorable a los intereses de los sectores que se lucran indiscriminadamente del negocio inmobiliario, en un contexto propicio a la corrupción. Igualmente, reproduce y amplía la segregación social y espacial. ii. El sistema de ciudades en Venezuela expresa las más notables inequidades sociales y territoriales Más allá del ámbito limitado de las ciudades, estas integran un sistema de interrelaciones que expresa, en el ámbito territorial nacional, desequilibrios y asimetrías. Este sistema contiene un número limitado de grandes aglomeraciones que constituyen áreas metropolitanas como son los casos de Maracaibo, Barquisimeto, Valencia, Maracay, Puerto La CruzBarcelona y Puerto Ordaz-San Félix, y el caso de Caracas que tiende a constituir una Región Metropolitana. En todas estas urbes se concentra la mayor parte de la población del país, los principales servicios de escala regional o nacional, las principales inversiones públicas y privadas, el poder político, los mejores beneficios inmobiliarios y las mejores condiciones de vida. En contraste, existe una gran cantidad de pequeñas ciudades o pueblos, donde los niveles generales de vida de la población son inferiores, presentan mayores déficits de servicios, la población tiende a emigrar, etc. Estos desequilibrios y asimetrías tienen orígenes históricos en la inserción dependiente de Venezuela en el sistema capitalista mundial, pero se sintetizan en la alta concentración y dependencia del sistema de ciudades en torno a pocos polos, en especial Caracas, bajo un modelo de ocupación que tiende a agudizar la concentración y las asimetrías sociales y territoriales. Entre los casos extremos que se ha señalado, se encuentra un conjunto amplio e interesante de ciudades intermedias que pudiesen ser objeto 91 En muchos casos tal déficit obedece a la concentración en pocas manos de terrenos ociosos dentro de los límites de la ciudad. 206 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela de ordenamiento y fortalecimiento con miras a constituir un sistema interconectado, capaz de atraer población y ofrecer mejores condiciones de vida, lejos de la aglomeración y convulsión característica de las grandes urbes. En este contexto, el concepto de ciudad que prima es el de la ciudad concentrada, articulada y autosustentable, lo cual se logra a partir de propuestas de densificación en las ciudades existentes incorporadas en los planes de reordenamiento urbanístico, tratando de optimizar las poligonales urbanas actuales (no incrementarlas), apoyándose en la primacía del transporte público masivo (sistemas ligeros de superficie y electrificados), fortaleciendo prioritariamente a los centros poblados localizados en los Ejes de Desarrollo y en los Corredores de Desconcentración. Para tal propósito se han de fijar lineamientos para un urbanismo socialista asociados a: Una rigurosa planificación urbana. Vale decir, la ciudad debe convertirse en el centro de convergencia de diferentes intereses y grupos sociales que puedan vivir de una forma armoniosa y concertada, en consecuencia se precisa frenar el caos en las ciudades, las invasiones sin planificación y propósitos. Promover el desarrollo urbano hacia la ciudad compacta; lo cual se traduce en concebir el espacio en función de las necesidades de sus habitantes, concebir la ciudad con zonas residenciales claramente definidas, con servicios fácilmente accesibles a pie, con una economía diversificada, evitar grandes desplazamientos para llegar al lugar de trabajo, y con las economías de aglomeración coadyuvar al incremento de la articulación social. Asumir la ciudad socialista como continua. Esto es, una ciudad que no descuartiza el territorio, sin hiatos o vacíos inertes; donde se privilegien los espacios públicos para la relación humana y comunitaria, se rescaten las áreas de circulación y encuentro de los ciudadanos, se promueva el tránsito seguro de los ciudadanos por las calles y avenidas, y se favorezca el libre tránsito de los ciudadanos por aceras y avenidas evitando la “expropiación” del espacio urbano. Favorecer los medios de transporte, colectivos y eficientes, donde se pueda convertir a los centros poblados en lugares en los cuales la marcha humana sea agradable y saludable, sin ruidos molestos y contaminación. La ciudad socialista preserva el medio ambiente: evitando las emisiones tóxicas de la industria y los automóviles, tratando las aguas residuales para evitar la contaminación de los cuerpos de agua; manteniendo y creando parques y sitios de recreación naturales, disminuyendo la contaminación sónica y favoreciendo la industria del reciclaje. La ciudad socialista da impulso al desarrollo tecnológico. Propende a un alto aprovechamiento tecnológico cónsono con la superación material y espiritual de los ciudadanos. 207 Haiman El Troudi Del mismo modo, se privilegia el desarrollo de redes policéntricas, las cuales se traducen en la estrecha relación existente entre cada población y el resto del territorio; así las ciudades y centros poblados conforman redes basadas en la cooperación y complementación funcional. En ese sentido, se trata de estructurar las ciudades con base a una configuración de tipo polinuclear. Este modelo permite utilizar las potencialidades de desarrollo de las ciudades y simultáneamente servir como centros de servicio. En la red policéntrica las funciones de cada ciudad se deben complementar de forma de actuar conjuntamente como una ciudad de mayor jerarquía para evitar fortalecer algunas ciudades en detrimento de otras. 208 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela 6. Cambio de estructura económica Si el énfasis de la Política Económica Bolivariana se centra en la esfera de la economía real, proveedor insustituible de satisfactores fisiológicos de las sociedades, debe en consecuencia estructurarse un renovado modelo productivo sobre el cual apoyar las bases materiales del bienestar y la felicidad social. Tal disposición estructural supone, en grado sumo, la liberación de las fuerzas productivas armonizadas con audaces formas de organización del trabajo, concomitantemente, como apuntara Marx (1980), “el conjunto de tales relaciones de producción constituye la estructura económica de la sociedad, la base real, sobre la cual se eleva la superestructura jurídica y política”92. Un punto de inflexión ha de producirse en el ámbito de la estructura económica venezolana. Quiebre en línea con la configuración de la histórica nacional, armonizado con los dos períodos antecesores, los orígenes agrícolas y el modelo basado en la producción y exportación petrolera. Este nuevo contexto ha de suponer un salto evolutivo, caracterizado por la conformación de un período en el que se consolida el carácter multiproductor de la economía venezolana. El desarrollo petrolero diversifica sus vetas de valor agregado; comienza a consolidarse una sólido sector industrial y manufacturero; la inversión extranjera se involucra con el desarrollo nacional en términos de asociaciones estratégicas para el mutuo beneficio; la apropiación social del conocimiento estimula la innovación científica tecnológica; la agricultura y la minería empujan las palancas del encadenamiento productivo; la soberanía alimentaria asegura la satisfacción de las necesidades nacionales; el talento humano se capacita permanentemente y posee conciencia social de su compromiso frente al colectivo, en diversos órdenes de la economía real se generan excedentes exportables destinados al comercio internacional por una parte, y al intercambio equivalente, y complementario con otras naciones del mundo, por la otra. La visión objetivo arriba referida se inscribe en una visión socialista en tanto en cuanto: a) Sean redistribuidos entre las mayorías nacionales el plus valor generado tanto por el trabajo de los venezolanos y venezolanas como de las rentas públicas sobrevenidas de las riquezas naturales, b) se privilegie el Desarrollo Humano Integral de toda la ciudadanía al desarrollismo copiado del modelo de vida de los países del norte, 92 Carlos Marx. “Contribución a la crítica de la economía política” 209 Haiman El Troudi c) se provea de un ingreso básico universal a toda la población, seguridad social de calidad, retiro digno a los adultos mayores, trabajo, educación, salud y recreación durante toda la vida, etc., d) se haga uso racional de los recursos de la biosfera a favor de la calidad de vida de las generaciones futuras, e) se haya equilibrado la participación del emprendimiento público, privado y social-popular en los diversos sectores de la actividad económica que integran bienes y servicios transables en la economía venezolana. El socialismo bolivariano no puede concretarse en el corto plazo, vale decir, sin que antes medie un proceso de transformación del modo de producción, distribución y consumo imperante en Venezuela, sin un decidido impulso de nuevos modos de propiedad social y comunal en tanto base hegemónica, y sin la clarificación del lugar y el papel de la propiedad privada en el proceso de transición. Así mismo, es fundamental asegurar la educación, formación y capacitación permanente de la población, especialmente de los trabajadores, puesto que el cambio de la estructura económica durante la transición al socialismo, con empresas aún funcionando bajo patrones de producción enajenantes y explotadores, debe suponer en el mediano plazo que los puestos de trabajo empiecen cada vez más a depender de una alta cualificación y del nivel de educación. Se produciría por tanto un “Gap” de productividad entre trabajadores cualificados y trabajadores poco cualificados. Rivalidad caracterizada por Marx como alienación de un trabajador respecto a los demás trabajadores. Para El Troudi y Monedero (2007): El capitalismo no admite la solidaridad y cooperación en la sociedad y menos aún entre compañeros de una empresa privada. El trabajador sumido en su individualismo y rutina padece una profunda sensación de soledad. Así mismo y por extensión, la lógica capitalista propicia rivalidades entre trabajadores en función de estimular mayor eficiencia y efectividad en el trabajo. Aquellos a los que les rinda más el tiempo y su trabajo serán los más agraciados por los jefes, generándose de esta forma discordia entre compañeros. Se trata de un sistema que exalta el espíritu de competencia en contraposición a relaciones de cooperación entre iguales93. Es posible asociar la evolución vertiginosa de las condiciones sociales de un país (importantes transformaciones en la prestación de salud, educción, ingreso familiar, inclusión…) con el paso de una sociedad dependiente de las importaciones a una de producción diversificada. Tal nexo supeditado a la condición de que la evolución social trae consigo cambios de valores, actitudinales, y paradigmáticos, con prevalencia a la superación social no 93 Haiman El Troudi, Juan Carlos Monedero. Ibídem. 210 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela individualizada. Claro está que los cambios tecnológicos y demográficos son factores intervinientes de alto tenor en la diversificación económica, pero el torbellino del cambio social es el condicionante superlativo para el progreso nacional. Los cambios de la estructura económica comportan un reordenamiento de la estructura poblacional, por lo cual se deben evaluar las indefectibles implicaciones suscitadas en diversos órdenes de la vida nacional. En el campo social, se pueden suscitar consecuencias tanto respecto de la composición de clases (aumento del proletariado industrial y consolidación de una burguesía industrial) como geográficas y sectoriales, como el deterioro de los ámbitos campesinos-rurales frente al avasallante empuje de los avances industriales, o la concentración urbana. El emergente tejido industrial, eventualmente debe pujar por asaltar los ámbitos del poder económico y político. La PEB debe asegurar que esta nueva clase burguesa industrial, venida a más como resultado de su transvase del sector agrícola al comercial, se anote en el formato de las EPS, de lo contrario, se estarían alimentando las condiciones favorables de reflotamiento a un futuro capitalismo neo-desarrollista. En el campo de la ecología, se pueden apreciar varios signos en que el proceso industrial afectaría el equilibrio medioambiental. La PEB a instancia de las estrategias de ordenación territorial-ambiental ha de intervenir en las etapas del proceso de industrialización. En la fase de extracción de materias primas renovables y no renovables, poner límites a la explotación por cuanto una sobreexplotación de los recursos facturará consecuencia asociadas al aumento de plagas, cambios micro-climáticos, erosión, gases invernaderos, etc. Paralelamente, deben cumplirse las regulaciones dirigidas a la protección de los trabajadores de la industria extractiva de materias primas y las condiciones de seguridad industrial. Durante la fase de transformación las políticas de preservación se ha de mitigar la afectación de la población aledaña tanto como de la biosfera, en cuanto al control de las emisiones y disposición de los residuos y desechos industriales. En la fase de la distribución ha de privilegiarse el uso de medios de transporte con bajo impacto ambiental y de menores costos, por ejemplo el uso de la navegación fluvial, lacustre y marítima, o el uso de ferrocarriles. Otro componente a considerar en el cambio de la estructura económica guarda relación con la necesidad de propugnar una Nueva Cultura Productiva. No pueden entenderse los rasgos de la transición bolivariana al socialismo sin partir de la condición rentista de la economía venezolana. Pese a que el sector público, sólo participa en torno del 30% del PIB, la lógica petrolera ha impregnado toda la economía del país. Esto implica la inexistencia de una burguesía nacional –por el contrario, existe una burguesía rentista-. Sólo el 12% de la fuerza laboral está afiliada a los sindicatos, al tiempo que 211 Haiman El Troudi la fuerza sindical bolivariana no ha logrado cohesionarse alrededor de un programa unitario. De la misma manera, y como bien se demostró en los sucesos del 11 y 12 de abril, existe en Venezuela un sindicalismo vertical ligado al antiguo aparato estatal y a los sectores económicos rentistas. Igualmente, se ve todavía una alta informalidad laboral, escasa cultura de cualificación permanente, fuertes lagunas en los ámbitos de salud e higiene en el trabajo, o el silencio cómplice ante el alargamiento artificial de la jornada laboral que supone el desplazamiento desde el lugar de residencia al lugar de trabajo. La condición rentista de Venezuela tiene virtudes y vicios, potencialidades y riesgos. Por un lado, permite solventar problemas de acumulación originaria que existen en otros países. Por otro, la falta de vinculación entre el mundo tradicional del trabajo y la riqueza del país, así como la creación de un imaginario colectivo de “país rico”, debilita el asociacionismo, la conciencia de clase y las posiciones socialistas (que a veces se confunden con un consumismo colectivizado). Todos estos aspectos, hacen del modelo económico socialista bolivariano, un proceso de construcción permanente. Algunos de los elementos, sobre los que tiene que pivotar este modelo en transición, pueden ser vertidos en los centros de debate y círculos de investigación, los dilemas desatendidos terminan grabándose en el alto relieve de la losa que guarda los restos de las revoluciones fallidas. Una vez más se reiteran los dilemas económicos vinculados al cambio de estructura económica: por una parte, la socialización de la propiedad y la apropiación por parte de la clase trabajadora de los medios de producción; relaciones de producción que trasciendan el capitalismo de Estado (y que se logran no a través de la nacionalización de las fuerzas productivas, sino a través de su socialización). Esto lleva directamente a la discusión acerca de las formas de propiedad (social directa, social indirecta, comunitaria, mixta, privada) y los diferentes derechos y deberes que incorpora cada una de ellas. Nótese que se dice “derechos y deberes”, desde la óptica de que las formas de propiedad que tienen origen público, deben mantener algún tipo de control que garantice el uso correcto de un bien que originariamente, pertenece a la nación (piénsese, p.e., en formas de usufructo en vez de en formas de propiedad). Se ha visto más de una ocasión en que la entrega de propiedad pública a trabajadores, lejos de generar conciencia socialista, ha generado egoísmo de nuevos propietarios. El Socialismo del Siglo XXI debe trascender esa limitación propia de lo que usualmente se califica como conducta pequeña-burgués. Ahora bien, habiéndose completado el importante trayecto del recorrido inicial revolucionario vinculado a la distribución de la renta obtenida de la apropiación pública de la tasa de ganancia petrolera, así como el impulso inicial dado a la activación de la participación y el protagonismo popular en los asuntos públicos; a la vez que se ha trabajado en la creación de la 212 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela infraestructura necesaria en obras hidráulicas, viales y otras construcciones con el propósito de crear la base y las condiciones para llevar a cabo el proceso de industrialización, la tarea central de los planes de desarrollo y fomento de la economía nacional, a partir del próximo período de transición socialista; ha de ser la industrialización del país, a instancias de un Plan Nacional de Producción. La ocupación cardinal de la industrialización en esta etapa, en la perspectiva de la PEB ha de: 1. Formar una base de datos nacional de proyectos industriales, a partir de la demanda agregada nacional y las ventajas comparativas. Los proyectos de fábricas nuevas no pueden organizarse de espaldas al país bien por los agentes gubernamentales, las empresas privadas o las corporaciones transnacionales. 2. Dotar de la infraestructura básica productiva, en términos de dotación eléctrica, redes férreas y carreteras, sistemas de riego e hidráulicos, acueductos, puertos, aeropuertos, entre otros. El sector privado y las comunidades organizadas deben coadyuvar en tales propósitos, bien mediante aportes de trabajo voluntario o cofinanciamiento económico. 3. Promover el desarrollo de la investigación científica, el uso de las tecnologías y la apropiación social del conocimiento. El esfuerzo estatal por obtener transferencia tecnológica a cuenta de la solidaridad internacional, debe ser acompañado por el aporte privado en cuanto a la democratización del conocimiento encapsulado en patentes industriales, o en la intensificación de la labor investigativa en aras del beneficio social. 4. Impulsar la industria de materiales de la construcción, y de la propia actividad constructiva. Tanto el sector privado como el comunitario en menor proporción han gestionado las grandes, medianas y pequeñas obras de infraestructura. El Estado debe ser propietario de los medios de producción constructivos (cemento, yeso, cal, concreto, grava, canteras, acero, agregados, etc.), no debe volverse constructor, sino facilitador de la autoconstrucción de viviendas por parte de las comunidades y estricto asegurador de los estándares de calidad en las obras. 5. Generar desarrollos industriales y agroindustriales con alto componente integrar, priorizando en rubros que integran el mayor número de procesos, sectores y actividades: industria básica de fertilizantes, industrias abastecedoras de la producción agrícola (envases, piensos, alambres de púas, medicinas veterinarias, arados, equipos y piezas), industria de navegación (puertos, barcos, acero naval), etc. 6. Empleo productivo de las tierras subutilizadas y ociosas. La erradicación total del latifundio debe aparejarse con la superación de relaciones pre-capitalistas de producción en el campo. La 213 Haiman El Troudi productividad apuntalada con la mecanización, la especialización de las técnicas de cultivo y la capacitación. De nada vale repartir tierras a cooperativas si éstas no están consustanciadas con el trabajo. La PEB ha de promover la pequeña y media actividad del productor agrícola privado (de las familias de agricultores) puesto que en ellos descansa un amplio bagaje productivo y la tradición de la cultura del campo. La participación del Estado en la agricultura debe reducirse a controlar los eslabones medulares de las cadenas productivas (genética, fertilizantes, alambrones, alimentos balanceados, etc.), no así la siembra y la cría. Basta mirar la experiencia del campo socialista en ese sentido para aprender las lecciones de la historia. La tierra recuperada al latifundio, así como toda la tierra pública no debe privatizarse, sino cederse para el usufructo bien a cooperativas, empresas comunales, o pequeños y medianos productores del campo con vocación y tradición agrícola. 7. Fundar nuevos sistemas de contabilidad y estadística. El manejo de inventarios, el balance y equilibrio entre la oferta (producción nacional, bienes importados) y la demanda en relación con la seguridad y soberanía que satisface de necesidades nacionales, demanda sistemas de cuentas complejos y dinámicos. 8. Orientación de la inversión, el crédito, el presupuesto y la investigación científica tecnológica. Todos los esfuerzos focalizados en el cumplimiento de los planes productivos. El país todo debe caminar disciplinadamente al ritmo y en la dirección acordada. 9. Prevalencia del desarrollo social y los intereses colectivos por sobre los intereses sectoriales y empresariales. Las interrelaciones necesarias en la economía no deben afectar negativamente la satisfacción de necesidades sociales. 10. Cohesión productiva en torno al plan. Integralidad en la planificación del desarrollo económico y social como base de auspicio del proceso de industrialización. La sincronía de la actuación es vital: no puede pensarse en instalar una nueva fábrica en una determinada población, por ejemplo al sur del país bajo la pretensión de desconcentración territorial, si antes no se asegura la prestación eléctrica, o no se verifican los impactos laborales en la zona, o no se dota de infraestructura social básica para asentar la fuerza de trabajo. Retomando el tema de la importancia de la priorización de la diversificación, valga la reflexión de Guevara (1964), quien reflexiona en tono autocrítico sobre una de las causalidades de los errores cometidos en los intentos de diversificación económica en Cuba “…en la interpretación que dimos al término diversificación, en lugar de llevar el proceso en términos relativos, se llevó en grado absoluto”94, lo cual hace clara mención 94 Ernesto (Che) Guevara. “Cuba, su economía, su comercio exterior, su significación en el mundo actual” 214 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela a la dispersión de los recursos escasos, insuficientes para poder abarcar la múltiple gama de actividades desplegadas. Plan por Rubros En este punto reside la importancia del orientar la política industrial con base a un Plan por Rubros, el cual permita clarificar la interrogante ¿En cuáles rubros priorizar para evitar extravíos en un mar de aspiraciones con pocos medios de navegación? Con el Plan por Rubros se pretende identificar los principales procesos y agentes productivos que intervienen en cada uno de los eslabones de las cadenas productivas seleccionadas, con el objeto de fomentar líneas de políticas y proyectos concretos para su desarrollo sólido y sostenido. El punto de partida se ubica en la selección priorizada de bienes esenciales de la cesta alimentaria. Seguidamente, se debe analizar la problemática y potencialidades asociadas a los productos prioritarios y elaborar una agenda al decisor, a ser sometida a consideración de las instancias que correspondan para su aprobación y ejecución. Los criterios para la selección de rubros guardan relación con: a) productos de consumo final con alto peso en el consumo familiar, o materias primas e insumos utilizados en su elaboración, b) alta dependencia de importaciones de materias primas u otros insumos, que tienen alta incidencia en la estructura de costos de producción, y c) alta concentración económica en alguna de las fases del proceso de producción o de comercialización. De forma detallada, el Plan por Rubros persigue: I. Identificar los factores y cuellos de botellas, en cada proceso y eslabón de la cadena productiva. II. Identificar las externalidades negativas que limitan la mejora de la eficiencia productiva del sector. III. Identificar los procesos o eslabones de la cadena productiva donde, por razones estratégicas o de seguridad, se requiere la participación del Estado. IV. Evaluar la formación de precios de los bienes en toda la cadena productiva, identificando el valor agregado de cada uno de los eslabones, al igual que los factores que componen la estructura de costo de producción. V. Elaborar la agenda de decisiones respectivas, donde se establezcan las acciones de políticas públicas en materia de asistencia técnica, financiamiento, capacitación, investigación y desarrollo, entre otras. VI. Establecer los planes de seguimiento y de evaluación de impacto a las líneas de acciones establecidas en la agenda del decisor. 215 Haiman El Troudi La hoja de ruta para la preparación del plan viene dada por el siguiente esquema: 1. Determinación de rubros priorizados, como se ha dicho, a partir de la determinación de la canasta de bienes alimenticios de mayor consumo e impacto nutricional. 2. Por cada rubro se elabora el diagrama-esquema de la cadena productiva. 3. Levantamiento del diagnóstico nacional de cada producto en cuanto a la producción, procesamiento, distribución y comercialización. Incluye insumos y financiamiento. Dicho diagnóstico del rubro especifica (problemas observados, nudos críticos, indicadores, limitaciones propias de ese sector, y también el efecto que las limitaciones de otras cadenas productivas o de servicios. También incluye Estructuras de costos de producción en cada eslabón de la cadena productiva de los rubros seleccionados y el inventario de los proyectos que ejecutan los diferentes organismos del Estado en los sectores en estudio). 4. Formulación de los planes nacionales específicos por productos (contiene metas de producción, zonificaciones, eslabones estratégicos reservados al Estado, mapa de eslabones de la cadena destinados a privados y a la economía popular). 5. Agenda al decisor (contiene plan de inversiones públicas, orientación del financiamiento público, orientación de la investigación (pública y privada), programas de estímulo a productores privados y lineamientos de financiamiento a la banca privada, gerentes responsables del proyecto, procesos donde los sectores de la economía social y empresarios privados pueden intervenir. En dichos casos se delimita cuáles actividades se amerita financiamiento público ó privado y en cuáles incentivar la inversión privada. El espíritu de esta iniciativa apunta a concentrar esfuerzos en toda la cadena productiva de forma coordinada y planificada, a fin de garantizar la plena producción. Por otra parte, el impulso del cambio de estructura económica está supeditado a la diversificación de las exportaciones no petroleras, lo cual amerita una robusta política de promoción de PYMES, el incremento de la productividad de las empresas básicas, y de la actividad agrícolaagroindustrial pública y privada; del mismo modo se requiere propiciar acuerdos entre el sector público y aquellos sectores del capital privado que se muestren dispuestos para la producción nacional de bienes esenciales, pudiéndose incluir asociaciones estratégicas y encadenamientos productivos concertados. Se trata de lograr el incremento de la producción y de la productividad en todos los ámbitos con el concurso de todos los sectores económicos. 216 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela El impulso a la producción no petrolera es visto por la PEB como una oportunidad para promover el nuevo modelo de producción socialista. Esta situación abre espacios para la construcción del socialismo productivo comunal. El bajo grado de industrialización de la economía venezolana amerita el concurso del potencial humano disponible, para ello bien pudiera seleccionarse las ramas industriales y cadenas productivas con mayor potencial de crecimiento, tanto para la sustitución selectiva de importaciones, como en actividades con potencial exportador. A partir de allí implantar programas de modernización tecnológica, a través de financiamiento y exoneraciones fiscales, y el establecimiento de condiciones para la creación de empresas universitarias que incorporen las capacidades de investigación y desarrollo de dichas casas de estudio. Se requiere concentrar el fuego de artillería de inversión pública en la culminación de Proyectos de Infraestructura Estratégicos. Los proyectos del FONDEN, el Fondo Chino, y de los demás mecanismo de inversión deben ser abiertos a la contraloría social, como mecanismo de presión que posibilite el avance de la diversidad de proyectos con baja o nula ejecución física y financiera. Como se sabe desde hace décadas, el modelo dependiente permite la vulnerabilidad. Hecho recientemente constatado por la crisis del capitalismo global, particularmente por la afectación de los precios de los commodities y de los productos semi-elaborados y subsecuentemente el agravamiento de la situación de insolvencia de las empresas básicas de Guayana. Esta situación se explica por el modelo de desarrollo impuesto a Venezuela en el marco de la división internacional del trabajo de la economía capitalista mundial. Venezuela aún mantiene un modelo extractivo, las empresas básicas tienen prioritariamente vocación exportadora de materias primas y, en menor grado, productos intermedios y finales. Por si fuera poco, las empresas venezolanas (incluso las privadas) arrastran el problema de la obsolescencia tecnológica y consumen cuantiosos recursos energéticos. Hasta tanto no se alcance a expandir el monumental potencial de producción de las empresas básicas, como soporte de la industrialización y transformación productiva del país, a instancias del fortalecimiento de los ciclos productivos, aguas debajo de las cadenas del hierro, la bauxita, el petróleo, etc. y la agregación de valor a la manufactura, envolviendo la imprescindible innovación tecnológica, no es posible apalancar la diversificación y la independencia económica. Por tal consideración, la PEB ha de dibujarse el objetivo indeclinable de la utilización plena de la producción de las empresas básicas para aprovisionar la demanda nacional y disponer de un volumen para la manufactura de bienes finales destinado al mercado mundial de exportaciones. Aprovechar el potencial del mercado interno supone el desarrollo de las 217 Haiman El Troudi industrias de Guayana bajo un formato socialista emancipador, dirigiendo todos los esfuerzos a la obtención de bienes elaborados, equipamientos, por medio de la integración con otros sectores de la economía: partes y piezas para la industria, autopartes para vehículos, bienes de capital, metalmecánica, soporte industrial petrolero, edificación de viviendas, industria naval, militar, ferroviaria, petroquímica, equipamiento agropecuario y agroindustrial… Todo lo precedente pasa por la actualización tecnológica de las empresas básicas. Adaptación tecnológica cimentada en la apropiación del desarrollo e innovación tecnológica, para que éstas aumenten sus capacidades, pero al mismo tiempo sean menos consumidoras de energía y menos contaminantes. En el futuro próximo se debe abandonar la idea de la extracción de minerales ad infinitum, y apostar por el reciclaje especialmente del aluminio, con lo cual se realizaría un cuantioso ahorro energético y se disminuiría el impacto ambiental. La viabilidad de la gestión de las empresas de Guayana supone un costo político laboral alto: la sinceración de la nómina industrial. El país es consciente de que el clientelismo político y la presión sindical llevaron hasta niveles insostenibles la capacidad de absorción obrera dentro de las industrias básicas. Esta reflexión se formula sin desconocer las resistencias corporativas que, disfrazadas de justificaciones ideológicas pseudorrevolucionarias, pueden presentarse desde algunos sectores sindicales. Pero, debe ser parte del debate nacional. Si prima el deseo colectivo de desarrollar al país y de brindarle la mayor suma de felicidad posible a toda la población, no se puede justificar el sacrificio de tal propósito amparándose en los derechos laborales de unos miles de trabajadores a los que habrá que buscar una alternativa justa. Existen suficientes espacios de recolocación laboral; aguas debajo de las cadenas de valor que se vayan constituyendo, en empresas concomitantes, en el campo del emprendimiento comunal, del cooperativismo, etc. siempre que ello, claro está, no suponga externalización ni terciarización del trabajo. La región de Guayana debe convertirse definitivamente en un Polo de Desarrollo, dejando atrás su papel extractivista. Polo de Desarrollo entendido como el espacio-plan donde la intervención planificada del Estado mediante políticas públicas en una zona determinada, promueve la utilización del agregado de ventajas comparativas a partir de la noción de irradiación económica95 (Perroux, 1950), esto es, las derivaciones aguas arriba y aguas abajo originadas tras el potenciamiento de trenes industriales, a fin de que los beneficios del Polo sean retroalimentados en su propio entorno y de esta manera forjar un crecimiento articulado96, lo 95 François Perroux, “Les espaces économiques” 96 Ibídem. 218 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela cual a la postre no debe permitir que el Polo fuere convertido en enclave generador de tasas de ganancia de otros países. Otro aspecto que debe ser abordado en el tratamiento estratégico de la diversificación económica está relacionado con el incremento de las capacidades nacionales de fabricación de bienes de capital. Vera (S.F.) afirma: …un buen indicador para medir el desarrollo tecnológico de un país es su capacidad para producir bienes de capital. Ello tiene que ver con el hecho que éstos contienen buena parte del patrimonio tecnológico de la humanidad, así como de la experticia y conocimientos que se van desarrollando en los centros de investigación y desarrollo; y por otra parte, son los instrumentos (maquinarias y equipos) para la producción de la totalidad de bienes intermedios y de consumo97. De tal manera que, en el caso de los países dependientes y subdesarrollados los bienes de capital determinan de manera preponderante la erogación de divisas. En el caso venezolano, los bienes de capital están en el rango mayor dentro de la matriz de las importaciones. Si a ello se le suma el hecho de que por un lado, se incrementa el proceso de inversiones proyectado por el gobierno nacional para la industria petrolera, petroquímica, comunicaciones, etc., y eventualmente se reactiva el aparato productivo privado, ello debe demandar en los próximos años muchos más bienes de capital y consecuentemente mayor erogación de divisas. La PEB ha de estimular la proliferación de pequeñas y medianas empresas fabricantes de bienes de capital en sintonía con las demandas del plan de industrialización nacional. Manufacturar partes y repuestos, “fábricas de fábricas”, es clave para darle vigoroso impulso a la ampliación de las capacidades instaladas. Las asociaciones estratégicas con gobiernos aliados, las transferencias tecnológicas que se vayan adquiriendo, el fomento del talento humano abocado a la investigación y la innovación científico-tecnológica, la reingeniería y la ingeniería reversa que se logre producir, entre otros componentes, son banderas prioritarias para la revolución industrial. Al respecto, tal como ha sido comentado, no existen antecedentes en Venezuela vinculados a la elaboración de un Plan de Producción Nacional pensado como herramienta capaz de evolucionar el viejo aparato industrial, promover la generación de nuevas industrias y al mismo tiempo integrar los sectores productivos con la organización económica popular-comunal. Se trata de un Plan Industrial concebido para la inclusión socio-productiva de la población, al incorporarla al mundo del trabajo y a la impostergable satisfacción de sus necesidades básicas. 97 Antonio Vera. “Metodología de desagregación modular de proyectos industriales” 219 Haiman El Troudi La revolución industrial bolivariana, en el marco de la PEB se inscribe en el lineamiento de privilegiar las necesidades del pueblo y no las del capital; el nuevo sistema de producción y distribución ha de promover y generar nuevos patrones de conducta basados en valores y determinantes culturales socialistas desapegados de la lógica mercantil; se trata de una revolución construida con la participación económica del pueblo organizado; el núcleo fundamental del plan debe estar en la generación y el dominio del conocimiento como elemento clave para alcanzar la soberanía tecnológica y la independencia productiva; los sujetos y sectores económicos del triángulo virtuoso han de asumir la eficiencia y la productividad como patrones productivos maximizadores de la ganancia social. La revolución industrial bolivariana ha de contribuir a la conformación de un nuevo modelo de ocupación geopolítica y geo-productiva del territorio nacional, esto es, ocupación equilibrada y democrática del territorio, con acento en el emplazamiento del sector transformador en el Eje NorteLlanero propiciando intercambios interregionales para dinamizar el Eje. El Eje Norte-Llanero sirve de bisagra a los ejes Apurinoco y Norte-Costero. Los distintos subespacios que componen los Ejes Apurinoco y NorteLlanero poseen vocaciones productivas diferenciadas y complementarias. De esta manera se hace posible realizar intercambios a lo largo de éstos ejes apoyándose en la red multimodal de transporte propuesta (red ferroviaria, fluvial y terrestre). En una primera aproximación se visualiza el Eje subdividido en tres sectores98, según Pacheco y El Troudi (2008): En el sector oriental han de predominar las actividades vinculadas a la minería (hierro/acero, hidrocarburos) e industrias básicas. En el sector occidental han de predominar las actividades agrícolas y agroindustriales. En el sector central han de predominar las actividades de transformación de insumos provenientes de oriente y occidente, así como todo el tren productivo del aluminio. Otra actividad a destacar es la Refinación en Santa Rita que debería proveer combustible a todo el Eje. La visualización de la organización del Eje se da a partir de los espacios funcionales, utilizándolos como unidad de análisis. Los espacios funcionales constituyen sub regiones que se articulan a través, de un centro urbano dominante y que a la vez contienen otras ciudades. El centro 98 Estudio y recomendaciones formuladas por Raúl Pacheco y Haiman El Troudi, en el documento “Apurinoco”. 220 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela funcional es concentrador de actividades básicas y de servicio que ejercen su influencia sobre un espacio geo-económico que atiende. Por otra parte, la revolución industrial bolivariana ha de favorecer la estrategia de integración regional, a través de la adopción de planes de desarrollo binacionales o subregionales. Para la complementariedad económica regional y mundial se han de orientar nuestras fortalezas productivas en pro del desarrollo integral de los pueblos de América Latina y de los otros pueblos del mundo que comparten, junto a sus gobiernos, modelos de integración económica, política y cultural, basados en la solidaridad, la complementariedad, el respeto y apoyo mutuo y la autodeterminación. Finalmente, a manera de síntesis, el plan industrial bolivariano ha de asegurar: 1) La constitución de nuevas empresas estatales de producción socialista que aseguren el dominio público de un conjunto de bienes de carácter estratégico para la industria y para la satisfacción de necesidades básicas del pueblo. 2) La creación de empresas de propiedad y producción social asociadas al ámbito comunal. 221 Haiman El Troudi 3) La recuperación con participación activa de los trabajadores de las empresas abandonadas. 4) Un acuerdo marco de corresponsabilidad con los emprendimientos privados y comunitarios para la Transformación Industrial. 5) La conversión de las Empresas Capitalistas Privadas en Empresas de Producción Social. 6) La creación de empresas mixtas en asociación con otros países; y la creación de Empresas Gran-nacionales en el marco del ALBA. 7) La formación de un cuerpo profesional requeridos por el plan industrial. 8) La creación de un Centro de Balance Industrial y Comercial. 9) La adecuación institucional de los Ministerios encargados el hecho productivo; la fundación de Centro Nacional de Ingeniería Industrial basados en los postulados del socialismo; el combate el dumping mediante la constitución del Instituto de Defensa a la Producción; y la reforma del Código de Comercio, de las leyes de Impuesto a los Activos Empresariales Improductivos, la de Sustitución de Importaciones, del Sistema Venezolano para la Calidad, de Derecho de Autor, de Economía Social y Desarrollo Endógeno, del Servicio Público Industrial, entre otras. 10) La orientación del crédito público, y el aseguramiento de los suministros para la industria. 11) La garantía de la formación de precios en el mercado interno en función de maximizar la capacidad adquisitiva del salario y racionalizar los márgenes de ganancias. 12) La gestación de una nueva cultura de consumo necesario. 13) El desarrollo de planes para el mejoramiento del material genético y de establecimiento de nuevos manejos tecnológicos para el incremento de la productividad. 14) La elaboración de un inventario nacional de las caracterizaciones y potencialidades de uso de las tierras a grande, mediana y pequeña escala; el aumento del parque de maquinarias y equipos agrícolas; el establecimiento de un sistema de seguro y reaseguro agrícola. 15) La priorización de la producción con base en una política de sustitución de importaciones proclive a suplir el déficit presente en el país. Al respecto se muestran a continuación el cuadro del comportamiento en las redes prioritarias (Encuesta Industrial Cuantitativa, 2004). 222 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela 223 Haiman El Troudi 7. Un cálculo económico socialista para la revolución bolivariana En las sociedades de libre mercado, los precios se modifican continuamente por la acción propia de los agentes económicos imbuidos en la espiral competitiva, en un indetenible afán de descubrir y propiciar repetitivas oportunidades para la apropiación de excedentes. La ley de la oferta y la demanda se muestra como ordenadora de la disposición de mercancías al alcance de quienes cuentan con los medios materiales para su adquisición. No obstante, pese a que la teoría económica clásica hace ver que la demanda y la oferta se adaptan recíprocamente para determinar los precios, lo usual es que los compradores se adecuan tanto a la variedad de bienes y servicios producidos por las empresas como a los precios que ellas asignan. Visto así, la formación de precios no es un resultado espontáneo sobrevenido del equilibrio entre la oferta y la demanda, si no una expresión antidemocrática viabilizada por los oferentes de acuerdo con el poder ejercido sobre el mercado mediante cartelizaciones, disposición monopólica y oligopólica, control político, manejo publicitario, o alta demanda cautiva. En el mercado capitalista, la demanda personifica exclusivamente la capacidad de consumo para quienes el ingreso individual o su capacidad de endeudamiento brinden posibilidades materiales para ello. Las necesidades de consumo individual no están alineadas socialmente con las capacidades de consumo de la población. Esto es, la maximización de la tasa de ganancia de los oferentes guía la dinámica de mercado, no así la satisfacción de las necesidades reales de consumo de la población. Esa premisa hace inviable un equilibrio estático entre oferta y demanda, por tanto no existe neutralidad alguna, o condiciones de “asepsia armónica”, sino movimientos invisiblemente interesados de la mano del mercado. Se pudiera hacer énfasis en un análisis más profundo sobre este particular, sin embargo, lo que se busca es repasar someramente algunos elementos que contradicen los argumentos de la neutralidad del libre mercado. A título enunciativo revísese el influjo de la publicidad y la propaganda, el diseño de obsolescencias programadas, la exacerbación del fetiche consumista, la oferta de productos con consideraciones éticas, de salud o medioambientales... Si el mercado no es concebido como espacio donde se propicia la satisfacción de necesidades sociales, la competencia siempre será su paradigma de enunciación. En tanto, los oferentes centran su atención en la acumulación de ganancias para su sobrevivencia, la vía más sencilla para lograrlo siempre es la razón competitiva, la disminución de costos vía externalización, en detrimento del salario de los trabajadores y de las condiciones de trabajo. Otro factor de afectación también viene dado en términos de la degradación de la biósfera. La estrategia de reducir precios 224 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela vía incremento de la producción y en sacrificio de la calidad, sino es bien llevada a la postre termina afectando a los propias masas consumidoras. Del lado liberal, el capitalismo ha ambicionado remediar estos fallos del mercado instaurando regulaciones tales como la fijación de estándares de calidad y cuidados medioambientales, o bien a través de la aplicación de políticas impositivas, de subsidios o financiamiento. Por el lado del “socialismo real”, basado en la propiedad social de los medios de producción, la planificación centralizada fijaba cuotas de producción y control de precios. Por el lado del socialismo de mercado, basado en un sistema mixto de libre mercado y planificación centralizada parcial, el control de precios es aplicado flexiblemente a algunos productos; en dependencia de la tendencia y/o la coyuntura se regulan o se excluyen de la regulación de precios determinados productos. Como se ha dicho y como se repasará más adelante, la planificación centralizada no rindió los frutos deseados, entre otras razones, por cuanto el cálculo económico no fue implementado dado su complejidad. Independientemente de quien sea, el propietario o administrador de las empresas (capitalistas, representantes del Estado, o trabajadores en el caso de empresas auto-gestionadas), la lógica de su motivación les lleva a tratar de evadir cualquier regulación o compromiso social que disminuya sus ganancias. En la experiencia yugoslava del control obrero sobre la propiedad y producción, tal como explicita Guezennec99 (1961), los consejos obreros eran responsables de fijar la cuota de producción, el Estado al no contar con el control total de los medios de producción vio reducida su capacidad de gestión del plan centralizado; como expresión de la solidaridad obrera no se concebía el paro a ningún integrante de las fábricas, inclusive en momentos de merma de las ventas. Surgió la competencia entre fábricas por el control de los nichos de mercado, y esa competencia representó un factor determinante que a la postre distorsionaría el espíritu socialista, al entronizarse la lucha entre empresas pobres y empresas ricas, las primeras a merced de los créditos bancarios, y las segundas, explotando a los trabajadores provenientes de las regiones de Macedonia. La planificación centralizada fue desplazada por la competencia entre empresas auto-gestionadas por los trabajadores. Se produjo un desequilibrio territorial producto de la localización de las fábricas que el Estado no pudo compensar vía presupuestaria, entre otras razones por cuanto su capacidad recaudadora fue disminuida; ello derivó en el debilitamiento de la unidad federal yugoslava, las regiones se volvieron las unas contra las otras, a la postre, el factor étnico coronó el desenlace hoy conocido. Según análisis 99 Georges Guezennec. “La Yougoslavie autogestionnaire” 225 Haiman El Troudi de Lebowitz (2005): Pero Yugoslavia también demostró que el interés personal dentro de una empresa individual no es suficiente. Demostró que la solidaridad dentro de una empresa puede no significar solidaridad con la sociedad y que la incapacidad de resolver problemas en esa relación puede poner límites reales al desarrollo de la gestión obrera. El interés individual dominaba hasta las conexiones que intentaron crear entre los obreros de distintas empresas, entre obreros de varios sectores, entre productores y comunidades. Lo que hacía falta era la solidaridad dentro de la sociedad entera100. Como se aprecia, las consideraciones del mercado trascienden en complejidad las nociones “elementales” de la oferta y la demanda. El tema de los precios, en tanto expresión fáctica del mercado, en tanto síntesis de relaciones económicas-productivas-mercantiles, está entrelazada en una madeja enmarañada de caracterizaciones y operaciones financieras que ameritan rigurosos cálculos matemáticos. La respuesta capitalista está ligada al desarrollado de métodos matemáticos para el manejo de inventarios en función de optimizar ganancias, o para prestar apoyo al proceso de toma de decisiones de producción y marketing. La respuesta del socialista real se fundamentó en la regulación de la oferta a instancias de un plan centralizado de producción, delimitador de los niveles óptimos de producción, y la fijación de precios, para atender los fines sociales de la demanda necesaria. En la economía de mercado, China emplazada hacia el socialismo, tanto las empresas privadas como las públicas del ámbito productivo, comercial y financiero recurren a los métodos matemáticos capitalistas copiados de Occidente o hechos autónomamente. Se ha configurado un escenario propicio para que la ideología capitalista (acumulación de ganancias) invada los límites del compromiso socialistas entre los administradores y economistas. Conscientes de ese riesgo tendencial, China creó la Academia del Marxismo en 2006, dedicada al estudio de la economía y del cálculo económico para el Siglo XXI. La Política Económica Bolivariana ha de orientar sus esfuerzos en la materialización de un cálculo económico con características venezolanas, tomando como referentes históricos la experiencia del campo socialista del Siglo XX independientemente de que no haya resuelto los elementos centrales inherentes a la formación de precios, y el modelo de traza experimental chino con su dilatada experiencia, no obstante no existan caracterizaciones concluyentes a la fecha. Independientemente de su origen, la experiencia socialista precedente ofrece evidencias incontrovertibles de que la base del cálculo económico se apoya en la información. Como se ha señalado, en toda economía, en 100 Michael Lebowitz. “Siete preguntas difíciles: Problemas de la autogestión yugoslava” 226 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela cualquier economía, la obtención de la información se dificulta debido a la complejidad de la estructura de formación del valor de las mercancías; tanto mayor el desafío en la etapa de transición al socialismo, donde se combinan corrientes económicas plurales entradas en contradicción. Es menester entonces, hilar tramas de levantamiento, documentación, sistematización, y organización de datos en todos los ámbitos y órdenes de la dinámica económica nacional. Si la información está disponible, es fiable, oportuna y además es socializada, entonces es posible el cálculo económico socialista. Precisamente ese es el desafío de la PEB: organizar sistemas de información plurales y democráticos; idear métodos de cuantificación; disponer centro de balances por renglones; formar unidades de costos y precios… Como lo indica la óptica liberal de Mises (1961), son los propios agentes económicos los que en ejercicio de su función empresarial (bien sea como productores o como consumidores), modifican los precios de manera continua queriendo aprovecharse de los escenarios creados por ellos mismos dentro del mercado, y sin que se observe ninguna tendencia a un pseudo-equilibrio surgido por el cruce de unas ilusorias curvas de oferta y demanda. Este mismo autor expone que si los medios de producción son propiedad del Estado, no se puede efectuar cálculo económico por cuanto se impide el libre ejercicio de la función empresarial. Igualmente, Huerta de Soto101 (1952) lo ratifica, afirmando que: es un conocimiento que se crea “ex nihilo de la nada”, esto es, es imposible que el Estado englobe, de manera omnipotente y omnipresente, una información, un conocimiento que no se ha creado. Básicamente, aduce que es imposible el desarrollo de la economía, ya que la ausencia de empresarios y de cálculo económico, hace que el Estado se mueva a tientas y a ciegas a la hora de planificar la economía, pues con la desaparición del mercado desaparece también el mecanismo de los precios monetarios, que es el que podría guiar a una “asignación óptima” de los recursos. El argumento liberal alega que bajo la égida del control social de todos los medios de producción y la planificación centralizada, el Estado por cuenta propia no puede hacerse con una información que no existe, que no se ha creado: las mercancías no producidas, los factores originadores y propagadores de la inflación, la demanda potencial insatisfecha, la existencia de materias prima e insumos, las condiciones laborales, etc. Las mercancías están todas interrelacionadas, figura esto que el Órgano Central de Planificación mal podría dejarse regir por la escasez o demasía de las mercancías particularmente consideradas, al contrario, tendría que estar al tanto y intervenir en las circunstancias de escasez o abundancia de 101 Jesús Huerta de Soto. “Socialismo, Cálculo Económico y Función Empresarial” 227 Haiman El Troudi todos los bienes y servicios considerados en su conjunto e interconectados entre sí, lo cual imposibilita el empleo de manera aislada y particular para cada bien y servicio. Éste es el argumento central de los detractores del cálculo económico de tipo socialista… pero, el socialismo bolivariano no plantea la supresión de la propiedad privada sobre todos los medios de producción, por el contrario la democratiza al incorporar nuevos propietarios (las comunas) dentro del triángulo virtuoso, a través del cual trascender la dicotomía Estado.-Mercado. En efecto, tres actores intervienen productivamente en la economía, por tanto, éstos son corresponsables de la captura y suministro de la información necesaria para el cálculo económico y con él, la planificación económica de la sociedad. Por cierto, una planificación de tipo participativa, democrática, dialógica, maximizadora de la relación sujeto-sujeto, a través de la cual se supera la función contemplativa de la sociedad en la formulación de políticas públicas. La PEB hurga en el pasado para buscar interrogantes, no respuestas, de allí que la lección está asimilada: la propiedad de los medios de producción por parte del Estado per se no garantiza la obtención de la información requerida para el cálculo económico. La ineficacia, la corrupción, la escasa cultura recolectora de datos, la poca conciencia e insensibilidad del recolector, el burocratismo, las fallas en la supervisión (individual o colectiva), etc. configuran parte del caudal dispuesto a contracorriente de la pretensión Estatal. En un contexto de organización social con diversas modalidades de propiedad, los emprendimientos privados y comunales deben articularse al Estado en el rizoma centrípeto del acopio de la información. Es cierto que el cálculo económico en una sociedad de tipo socialista es muy complejo, particularmente por tratarse de un trámite regido por fenómenos humanos. A diferencia del comportamiento relativamente sistemático de la naturaleza, el comportamiento del ser humano en tanto que aleatorio puede llegar a ser imprevisible. No obstante, como bien lo prefigura la teoría del caos, un fractal se armoniza a medida que se complejiza; dicho de otro modo, a medida que se introducen múltiples datos, un teorema mana, se auto-referencia. Se trata de entender el orden de la sociedad, no como eslabones secuenciales, sino como nodosvectores interconectados en múltiples combinaciones. El cálculo económico del Siglo XXI no requiere papel y grafito. Los avances computacionales permiten resolver complejos algoritmos y procesar gigantescos sistemas de información. Las tecnologías de la información facilitan el intercambio de información. Las redes de los movimientos sociales posibilitan la emulación de experiencias exitosas. El cálculo económico en el marco de la PEB ha de orientarse en la justa determinación de precios y márgenes de ganancia socialmente aceptada, no ha de ser vista como elemental base para el intercambio equivalente. 228 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela Aún cuando está por verse si es posible formular complejos algoritmos computacionales procesados por supercomputadoras para obtener ponderaciones de trabajos equivalentes por cada mercancía, y a partir de allí armar patrones de intercambio y trueque. En sí misma la idea no es descartable, no obstante, el tiempo histórico presente nos obliga a diseñar un modo de producción, distribución y consumo socialista basado en los medios disponible y una acotada especificidad social y material. Una vez más se reitera la posición concordante, por ahora con la validez del trueque en mercados reducidos, artesanales, de bajo calado, con mercancías finitas y escasas. Así también, la validez probada del trueque en los intercambios entre Estados nacionales. De vuelta a la idea anterior, el cálculo económico del socialismo bolivariano en su fase de transición ha de pensarse como herramienta democrática para la determinación de costos y precios. En una perspectiva de largo plazo, circunstancialmente el formato socialista bolivariano podría adentrarse en intentos más desarrollados que busquen respuestas trascendentales, respecto del cálculo económico para todas las variables que intervienen en la economía, más allá de la formación de precios. En aquel contexto deben existir condiciones ya maduradas de experiencia económica en el caso venezolano; para involucrarse en el debate sobre la búsqueda de equilibrios estáticos versus equilibrios dinámicos. En efecto, se ha de recorrer un largo camino antes de implicarse con alguna de las corrientes que intentan llevar la teoría de la planificación central más allá del argumento del equilibrio estático. Véase la rama de la economía socialista moderna conocida como planometría, la cual intenta implementar medios matemáticos interesados en alcanzar que los precios se aproximen a sus valores de equilibrio. Véase también la rama conocida como la macroplanificación, la cual procura explorar los medios reservados a regular y mejorar el canon de crecimiento general de la economía e influir en las políticas macroeconómicas para orientar la producción a favor del crecimiento; ésta concepción se contrasta a las corrientes que promueven la eficiencia microeconómica estática. Para afrontar el desafío de organizar un método de cálculo económico para la determinación de precios, la PEB puede emplear como referentes, mas no como punto de partida, los aportes de Schumpeter, Barone, Mandelbaum, Mayer, Lange y Taylor, entre otros. Vale decir, bien pueden reivindicarse los aporte del modelo sobre la base de los “precios paramétricos” empleado por los socialistas de mercado, los métodos de “prueba y error”, “solución de ecuaciones”, y “la solución competitiva”, etc., pero reconociendo que la “teoría económica” ha de ser considerada como un análisis diferenciado de las concepciones del equilibrio estrictamente estático. En suma, la PEB para la transición socialista no ha de plantear la sustitución de los precios de los bienes y servicios por relaciones de 229 Haiman El Troudi intercambio equivalente (trueque), ni la regulación inflexible de precios; tampoco se asume al Estado como propietario de todos los medios de producción, ni éste concentra toda la función planificadora; tampoco asume exclusivamente y por cuenta propia la recolección y organización de la información necesaria para la formación de precios, ni realiza el cálculo económico de espaldas a la sociedad en su conjunto. En todos estos procesos interviene el emprendimiento privado y comunal. Claro está, la razón última de este descomunal esfuerzo se fija en el beneficio social antepuesto al individual, en la supremacía del trabajo sobre el capital, y en el privilegio (en tanto sea posible) del valor de uso sobre el valor de cambio. La regulación de precios sintetiza un cálculo económico elaborado colectivamente; la fijación de precios no se asume estática, por el contrario se revisa flexiblemente al alza o a la baja. La introducción de estructura de costos dependientes de los precios internacionales (productos intermedios importados) está sujeta a un esquema de precios referenciales internacionales, no a la especulación. Una política de adecuación de precios flexible, con base en un cálculo matemático, amerita una revisión al menos semestral. La experiencia soviética muestra como el Estado fijaba precios en el marco del Plan Quinquenal, sobre la base del promedio entre el comportamiento de los precios del último quinquenio y la evolución internacional de éstos. Así, los precios resultantes asumían una permanencia establecida anticipadamente de cinco años, salvo condiciones coyunturales excepcionales que condicionasen alguna rectificación en la aplicación del plan. Los resultados de la distorsión de la economía son obvios, por cuanto no se atiende a una situación de precios cambiantes por la acción de los agentes económicos nacionales e internacionales. En el caso de una economía mixta como la venezolana, rumbo al socialismo, la capacidad de control del Estado es todavía inferior a la de las experiencias del socialismo real. Durante el 2008 se corrigió el rezago de precios que se mantenía desde la puesta en práctica de la actual política de control de precios (precios congelados hasta por cuatro años), lo cual si bien tuvo efecto en los registros puntuales de los índices de inflación, contribuyó a mejorar los niveles de producción y combatir el desabastecimiento. Por tal razón, la conformación de una Unidad de Precios y Costos es un imperativo del Gobierno Bolivariano. Unidad encargada de la evaluación permanente de las estructuras de costos, en coordinación con los Centros de Balances Sectoriales102, a fin de proponer oportunamente las adecuaciones 102 Centro de Balance de Alimentos, Industrial y Comercial, Energético, de Construcción, entre otros. Los Centros de Balance han de ser las unidades públicas encargadas de levantar la información sectorial necesaria para el cálculo matemático de los equilibrios respectivos, en labor coordinada con los demás sectores de la economía. 230 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela necesarias de precios a que haya lugar. Al respecto, y en concordancia con las estimaciones de costos y precios (Unidad de Costos y Precios), se han de adecuar los precios empleando para ello una fórmula matemática obtenida de un modelo de simulación elaborado para tal fin. Claro está, tal cálculo matemático no puede efectuarse atendiendo únicamente a variables de orden macroeconómica (IPC, tipo de cambio, etc.)… también se han de incorporar condicionantes de la política de precios tales como el margen de ganancia socialmente aceptable; la proporcionalidad entre productor, mayorista, detallista y consumidor; la planificación de la producción nacional en correspondencia con las importaciones alineada con la satisfacción de la demanda socialmente necesaria; el comportamiento de referencial de los precios internacionales, etc. Como contribución final, se presentan a continuación una serie de iniciativas complementarias, relacionadas al tema de la movilización nacional en pos de alcanzar un esquema de precios que coadyuve en la disminución de la brecha social en términos de ingresos: • Establecimiento de Precio Sugerido de Venta al Público para el resto de los productos de primera necesidad que no estén sujetos al control de precios. • Movilizar a la población organizada contra la inflación, para ello piénsese en la conformación de comités de consumidores– productores anti especulación, y en la constitución de Brigadas de Apoyo al INDEPABIS (PSUV-Madres del Barrio, Reserva, Consejos Comunales, etc.) • Establecimiento de la Unidad de Precios y Costos, y de un Sistema de precios referenciales internacionales (asegurar que lo importado sea vendido en el país con base a su patrón de costo). • Diseño de espacios masivos de divulgación de los orígenes de la inflación, sus efectos propagadores y los intereses de clase subyacentes. (Cartilla popular explicando de manera sencilla los conceptos centrales de la inflación y las formas de combatirla; programa educativo en TV; campaña comunicacional oficial y a través de medios alternativos, etc.) 231 Haiman El Troudi 8. Control de los medios de producción verdaderamente estratégicos En secciones anteriores se hecho una caracterización de los sectores económicos, se ha delimitado el tipo de propiedad y empresa por dichos sectores de la economía, y se ha referido la necesidad de adoptar políticas diferenciadas según el tipo de propiedad y empresa. Ahora, se desea poner en tierra, de forma concreta, la identificación de los medios de producción considerados estratégicos y por tanto reservados al monopolio estatal. Tal delimitación permitiría ordenar el mapa de inversiones y de participación económica de los privados, y de la economía social. Constituiría una fuente de confianza, estabilidad y generación de expectativas positivas para los emprendimientos individuales, colectivos, asociativos y comunales. En tanto reglas claras que darían cuenta de una estructura jurídica con garantías, reconociendo a todos los sujetos productivos como sujetos de derecho supeditados al interés nacional. La PEB, en tanto instrumento de planeación de la transición socialista está llamada a despejar el horizonte en pos del desarrollo de las fuerzas productivas, y ello supone, como se ha afirmado, la celebración de un consenso socio-productivo activo, que abra las compuertas de la diversificación económica. En aquellos ámbitos donde el Estado no interviene directamente a través de la propiedad pública, deben existir andamiajes regulatorios, fiscales, y de supervisión capaces de asegurar el cumplimento de los objetivos socioeconómicos trazados en el plan de desarrollo económico y social de la nación. Además, se deben realizar actividades de alto contenido estratégico que por su naturaleza, admitan participación de otros sectores económicos, vía asociaciones mixtas con el Estado. La transferencia tecnológica, el know how o conocimiento del negocio, y la experiencia de integración de cadenas, etc., constituyen algunos ejemplos justificadores de dichas asociaciones. En todo caso, la mayoría accionaria quedaría reservada al Estado. La nacionalización de determinados medios de producción debe demostrar su efectividad expresada en la eficiente satisfacción de necesidades, el control real de la actividad productiva, la emancipación del trabajo objetivado, y el manejo de la gestión con cifras azules. El dilema sobre la socialización de los medios de producción está suficientemente clarificado al interior de los postulados de la revolución bolivariana, y tal fundamentación no ha sido copiada del formato totalitario. En la ex Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, el Estado fue el regente exclusivo en el manejo y la distribución del trabajo colectivo, lo cual supuso agrupar y ordenar las energías comunales, en tanto que la burocracia estatal fungió como clase privilegiada. Asimismo, aquel Estado practicó la entera estatización de los instrumentos de producción, incluso en pequeñas 232 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela actividades de menudeo microeconómico. Se quiso, sin éxitos, organizar la planificación centralizada en todas las cadenas y sectores de la economía, pero dado la complejidad de aquel entramado, la planificación integral sólo fue aplicada en donde se verificaba una concentración geográfica de la población laboral, esto es, exclusivamente en los centros del poder político103 (Wittfogel, 1966). En contraste, la revolución bolivariana por órgano de la PEB ha de fomentar la combinación de diferentes formas de organización productiva a fin de desarrollar las diferentes ramas de la economía nacional. La diversificación del capital, en actividades productivas que se organizan en pequeña escala, puede propiciar la conformación de estructuras productivas más democratizadas. En el período de transición no es posible presuponer que todas las empresas públicas dejen de operar en condiciones de Capitalismo de Estado. En suma, la PEB ha de propiciar el desmontaje de las estructuras monopólicas y oligopólicas, a través de la combinación de tres instrumentos: nacionalizaciones, regulaciones y creación de redes alternas de propiedad social. El control de determinados medios de producción a manos del Estado más allá de las valederas razones y determinantes de auspicio del desarrollo nacional, ha de interpretarse primordialmente bajo los parámetros del bienestar colectivo y no mercantil. Esto implica que en épocas de crisis, los déficit son absorbidos y balanceados por las propias empresas públicas, y salvo en condiciones de excepcionalidad invocar a la inyección de capital estatal, a fin de garantizar el empleo de sus trabajadores. En contraste, el comportamiento de las empresas privadas durante las situaciones de crisis destruye puestos de trabajo a objeto de preservar su tasa de ganancia, la lógica capitalista les impide la absorción de pérdidas, aún cuando por años hayan disfrutado de ganancias espléndidas. El colmo de esta situación se corona con la invocación de la quiebra para rehuir de las obligaciones con sus acreedores y trabajadores. Ahora bien, de vuelta al ámbito de la propiedad social de los medios de producción, se requiere realizar una selección quirúrgica de los sectores y actividades que el Estado debe tener bajo su mando. Lo contrario supondría diluir fuerzas y capacidad fuego. El Estado no posee la experticia, ni los cuadros gerenciales, ni la plataforma institucional de control, ni los recursos financieros, ni el know how, ni la experiencia, ni los recursos tecnológicos, para intervenir en todos los frentes productivos. Si se toma conciencia de lo anterior, el desafío es seleccionar con tino las áreas productivas donde involucrar la gestión pública, a fin de minimizar el encausamiento de esfuerzos y recursos vitales en trayectos poco relevantes. 103 Karl Wittfogel. “Despotismo Oriental. Estudio comparativo del poder totalitario” 233 Haiman El Troudi Si se elabora un plan por rubros104, p.e., de la cadena del pollo, no tiene sentido el control público de los mataderos, los centros de crianza, el transporte, la producción de todos los insumos, y la comercialización. Tales eslabones pueden perfectamente ser atendidos por emprendimientos privados, cooperativos y comunales bajo claras pautas gubernamentales y una estricta regulación. El Estado ha de controlar los eslabones medulares de la genética (abuelas y bisabuelas) y la producción de alimentos balanceados. Con tal control, se estaría “tomando el sartén por el mango” y el Estado aseguraría la gobernanza de toda la cadena. Si se considera otros rubros, p.e., el caso de la cadena cerealera y granos, los eslabones medulares a ser controlados por el Estado bajo propiedad social pública estarían relacionados con la producción y distribución de fertilizantes y semillas, al manejo de todos los silos del país, la provisión y mantenimiento del equipamiento agrícola (sistemas de riego, vialidad, etc.), y la administración de las políticas de aseguramiento de precios justos. En casi todos los demás eslabones de la cadena agrícola y agroindustrial pueden participar las otras modalidades de emprendimientos por tipo de propiedad. La matriz de requerimientos directos de producción industrial por industria permite describir la estructura de la economía en términos estáticos y representar cuál actividad económica emplea la producción de otra actividad económica. El análisis de dicha matriz ha de ser el punto de partida sobre el cual identificar las actividades en las que el Estado debe asegurar control. En esa vena, se revisan los tipos de sectores de la economía105 y los tipos de encadenamientos presentes en la Matriz de Insumo Producto106, a fin de poder formarse una idea en cuanto a las dinámicas sustantivas de la economía, donde el Estado amerita participar. Sectores Económicos: I. Sectores estratégicos107: presentan baja demanda de insumos y su producción está dirigida predominantemente al consumo intermedio de otros sectores. 104 En el 2008 el Ministerio de Planificación y Desarrollo organizó el mencionado plan, como parte de formulación de los planes específicos para todos y cada uno de los rubros de la canasta alimentaria venezolana. 105 Banco Central de Venezuela, 2009. 106 Ibídem. 107 No debe confundirse sectores estratégicos con medios de producción estratégicos. Tales medios de producción pueden pertenecer a cualquiera de las categorías definidas por el BCV, en dependencia al interés particular que se tenga. 234 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela II. Sectores impulsores: presentan alto consumo intermedio y su producción está dirigida predominantemente al consumo final. Pueden afectar en mayor cuantía al crecimiento global de la economía, debido a que tienen alta posibilidad de inducir otras actividades. III. Sectores independientes: presentan baja demanda de insumos, y su producción está dirigida predominantemente a la demanda final. IV. Sectores claves: demandan y ofrecen grandes cantidades de insumos intermedios. Son parte importante del flujo de toda la economía. Encadenamientos productivos: A. Encadenamiento hacia atrás: actividades que generan la elaboración de insumos para su utilización, es decir, inducen al desarrollo de otras actividades productoras de insumos. B. Encadenamiento hacia delante: actividades que responden a la tipificación de productos intermedios o finales, es decir, por un lado requieren de insumos y a la vez pueden ser insumos intermedios de otras actividades o productos finales. Si se revisa la participación del sector público y privado en la distribución de valor de la producción (BCV, 2009), se observan las debilidades no sólo de la economía nacional, sino de la participación pública en dicha economía. Sumado a tal cuadro desfavorable, nótese la ausencia del aporte comunal. 235 Haiman El Troudi El debate, sobre cuál debe ser el acotamiento de los medios de producción estratégicos, debe propiciarse. La razón primera por la cual empresarios capitalistas de otros países han accedido a ingentes contratos públicos en Venezuela, con la venia del Gobierno Nacional es la no intromisión de éstos en los asuntos políticos internos. En línea contraria se ubica una alta porción de empresarios nacionales, financistas de campañas de desestabilización política, auspiciantes de algunos de los intentos de magnicidio contra el Presidente Chávez, partícipes del golpe de Estado de 2002, colaboradores de campañas mediáticas incitadoras del odio, disociaciones sicóticas, etc. Si buena parte del emprendimiento privado venezolano, en una alta proporción dependiente de la renta petrolera, se dedica a la política, resulta difícil demarcar los límites diferenciadores que eviten el pago de “justos por pecadores” ¿Cómo pedirle al Gobierno Revolucionario que no asuma una actitud defensiva y de contraataque, si se disponen francotiradores a lo largo de toda la línea frontal del lado empresarial? Por otra parte, está la resistencia obstruccionista de algunos empresarios privados que desacatan disposiciones de ley, bien animados por fines interesados relacionados con la dinámica del negocio y el incremento de su tasa de ganancia, o por motivaciones políticas. Se conocen suficientemente, las operaciones propiciadoras de desabastecimiento de alimentos, adelantadas por particulares durante los meses inmediatamente anteriores y posteriores al referéndum nacional para la reforma constitucional en el año 2007: ocultamiento de mercancías, ventas desplazadas a supermercados enclavados en zonas de clase media, desvío de barcos con alimentos hacia otros países, etc. También existen empresarios capitalistas que ignoran intencionalmente la realidad de cambio empujada por las mayorías nacionales. Pese a que como nunca, la clase burguesa del país ha obtenido ganancias económicas y ha logrado importantes niveles de prosperidad, se observan mayoritariamente actitudes proclives a la maximización del metabolismo del capital: • véase p.e., el caso del agente económico receptor de divisas preferenciales, importador de ciertos bienes, vendiendo sus mercancías a precios muy por encima, inclusive, del valor nominal de la tasa permuta del dólar negociado en el mercado paralelo; • véase el caso del empresario privado, o la cooperativa beneficiada del subsidio público y el financiamiento agrícola, que venden su cosecha a monopolios agroindustriales muy por encima del precio acordado con los entes públicos correspondientes; • véase el caso de un grueso número de bancos privados al agotar toda su cartera de créditos obligatorios exclusivamente a clientes oliogopólicos tradicionales, los cuales, a su vez, se dedican a financiar 236 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela cosechas (vía maquinarias, fertilizantes, insumos, semilla, etc.) a tasas de interés superior a las fijadas por el BCV y de obligatorio cumplimiento bancario; • véase el caso de la especulación registrada en los últimos años en la venta de vehículos nuevos y usados; • véase el caso de las agencias especializadas en organizar viajes chárter con turistas ficticios a fin de aprovecharse de la asignación de divisas para viajeros; etc., etc., etc. Al respecto, el presidente Chávez ha insistido en reiterados espacios públicos que la propiedad privada puede ser objeto de supresión cuando atente contra los intereses de la comunidad para la cual desempeña labores. En concordancia con la CRBV (1999), se demanda a la propiedad privada estar sujeta al interés social; es decir, ha de ponerse al servicio del pueblo. Otra opción de nacionalización directa, en este caso, a instancias de la declaratoria previa de utilidad pública, es la relacionada a la recuperación de empresas abandonadas. En tanto la revolución goce de la aceptación mayoritariamente del pueblo venezolano, en el marco del ordenamiento democrático, afectos y desafectos a la causa bolivariana están obligados a someterse a la voluntad popular. Quien se resista a ello, debe ser más temprano que tarde sometido por la ley, por la acción popular (vía presión sindical, boicot de compras, etc.), o por alguna acción gubernamental ajustada a derecho (ocupación temporal, expropiación, etc.) Mientras la escena descrita permanezca inalterada, seremos testigos de procesos de nacionalización de empresas privadas, aún cuando por sentido común algunos medios de producción no sean propiamente reconocidos como estratégicos. O se acata el mandato popular de renovar la patria bajo un patrón de beneficio colectivo sobre el particular, o se profundizan las contradicciones de clase con las consecuencias, que ello implica en términos de inestabilidad política. Se trata de una acción biunívoca, por un lado la política opositora se deja a los partidos políticos y a la organización social de la denominada sociedad civil, y por el otro el Gobierno Bolivariano delimita la discrecionalidad del proceso de nacionalizaciones. Del lado de las corrientes revolucionarias se demanda un debate de altura sobre este respecto, todas las visiones sobre el sentido del la propiedad social en el socialismo deben ser respetadas y defendidas por sus patrocinantes, pero en definitiva hay que concretar un registro validado por la mayoría en el que se delimite cuáles son los medios de producción cuyo carácter estratégico imponga el control social sobre su propiedad. Desde la perspectiva autoral, se ofrece un listado aproximado (no exhaustivo) de sectores y actividades estratégicos que a su juicio han de ser asumidos bajo el monopolio estatal. En todo caso, pese al desagrado o las simpatías que el listado pueda concitar, valga la sistematización como 237 Haiman El Troudi papel de trabajo que posibilite un debate ordenado sobre el tema. Listados de medios de producción y actividades estratégicas: 1) El suelo, el subsuelo, el reino animal y vegetal constituyen el patrimonio inalienable del pueblo que habita en el territorio venezolano 2) Las manifestaciones culturales e históricas que constituyan patrimonio nacional 3) Todas las reservas de activos esenciales (el agua, el aire, la reservas de biodiversidad, los bosques, selvas, páramos naturales, playas y costas) 4) El sistema cósmico 5) Los fondos de seguridad y otros fondos (de reserva, de inversión, de compensación macroeconómica, etc.) 6) Los recursos presupuestales; el Banco Central y otros bancos públicos 7) Las reservas internacionales, y otras reservas y fondos de ahorro nacional 8) Las instituciones de educación popular, y de educación universitaria de importancia para la nación 9) Toda la cadena de energía. Toda la actividad petrolera, gasífera, petroquímica (con algunas modalidades de asociaciones estratégicas para asegurar transferencia tecnológica, supeditadas siempre a la amplia mayoría accionaria del Estado) 10) Toda la cadena de extracción minera (hierro, bauxita, caolín, carbón, níquel, oro, piedras preciosas, etc.). Incluye todos los minerales de alto contenido radioactivo 11) El cemento, la cal, el yeso, canteras, saques de arena y demás materiales y agregados para las infraestructuras, y la actividad extractiva de los minerales no metálicos 12) Toda la industria del acero y aluminio primario 13) Los eslabones medulares de las cadenas agroindustriales (determinación basada en los planes por rubros, p.e., en la cadena del pollo, el Alimento Balanceado para Animales y la genética) 14) Las industrias intermedias fabricantes de materias primas fundamentales para el sector transformador (el plan por rubro determinará los eslabones estratégicos dentro de las cadenas productivas) 15) Productos metálicos para uso estructural, excepto maquinarias y equipos 16) La fabricación de papel y productos de papel 17) La fabricación de plásticos en formas primarias 18) La fabricación de productos farmacéuticos esenciales (con modalidades de asociaciones estratégicas) 19) La fabricación de productos de limpieza y aseo personal 238 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela indispensables para el consumo humano (con modalidades de asociaciones estratégicas) 20) La fabricación de sustancias y productos químicos básicas (con modalidades de asociaciones estratégicas) 21) La fabricaciones de abonos y fertilizantes 22) La fabricación de vehículos automotores para la agricultura, transporte de carga y pasajeros (con modalidades de asociaciones estratégicas) 23) Trenes, metros, puertos, aeropuertos y vías terrestres 24) La tierra ociosa 25) El espectro radioeléctrico 26) La telefonía fija 27) El comercio importador de alimentos esenciales 28) Las casas de cambio 29) El aseguramiento social universal 30) Las cuencas hidrográficas, la captación, depuración y distribución de agua; y la disposición de aguas residuales y el saneamiento 31) La elaboración de alimentos preparados para animales de cría con fines agroindustriales… En aquellos casos donde se produzca abandono de empresas no estratégicas, el Estado en coordinación con los trabajadores debe asumir el control bajo formatos cogestionarios. El ideal es transferir en propiedad o posesión de los activos a los trabajadores y la comunidad, en determinados episodios, a particulares, siempre que medie un claro compromiso de producción para la satisfacción de necesidades sociales y la participación de los trabajadores en la gestión. El emprendimiento privado debe atender a los intereses sociales. Si bien el control de medios de producción no estratégicos en manos del capital privado es aceptado en el esquema socialista del Siglo XXI, ello no supone reproducción del formato explotador, alienante y discriminatorio del cual se valen las empresas capitalistas convencionales para exacerbar su tasa de ganancia. Nuevos formatos de emprendimiento privado, mixto y asociativo han de emerger de la experimentación bolivariana. En secciones anteriores: “políticas diferenciadas según el tipo de propiedad, empresa y sector económico”, extraída del libro Empresas de Producción Social (EPS)108, se presentaron los rasgos distintivos de ese nuevo formato empresarial. En suma, en donde no exista control del Estado sobre los medios de producción, no ha de existir estructuras monopólicas ni oligopólicas, ha de producirse un claro mecanismo de democratización, con regulaciones eficientes y formatos emergentes de organización del trabajo en los nichos de emprendimiento no estatal. 108 Haiman El Troudi, Juan Carlos Monedero. Ibídem. 239 Haiman El Troudi Es preciso conectar la socialización de los medios de producción estratégicos con el comercio y la manufactura; esto es, alinear el régimen de propiedad con la política productiva, la política comercial y la cambiaria. Sobre este tema volveremos más adelante. Como puede notarse del listado ofrecido, la producción agrícola no forma parte del conglomerado estratégico donde el Estado pasa a tomar control. No se trata de un descuido u omisión involuntaria, sino de una interpretación de la experiencia histórica. Salvo, en parte, la experiencia polaca, ningún país socialista en el siglo pasado ni en lo que va del presente siglo, exhibe un saldo favorable de Estado agricultor. El Estado soviético abandonó el campo décadas antes de su disolución, Cuba hace un poco menos de dos décadas, China ha dado un recorrido plagado de sinuosidades al respecto, pero recientemente liberó la producción agrícola a manos del campesinado. La PEB ha de reivindicar la propiedad de la tierra por parte del Estado, no la propiedad sobre la producción ni sobre los medios de producción agrícolas. No obstante, desde el 2008, el Gobierno Bolivariano inició un ambicioso programa de siembra y producción pecuaria bajo control del Estado. Se han destinado aproximadamente para tal propósito unas 146.000 hectáreas para la producción vegetal y 350.000 hectáreas para la cría animal. Se confía como una decisión correcta, en la liberación de las fuerzas productivas de los campesinos, pequeños y medianos productores, quienes de antemano poseen vocación agrícola y una cultura agropecuaria. Es posible volver a la época de autosuficiencia alimentaria nacional. Durante décadas, productores del campo venezolano proporcionaron oportuna y suficientemente los requerimientos de alimentación y sustento, en casi todos los casos, sin apoyo gubernamental. Ahora están dadas las condiciones para que la revolución socialista estimule la organización de los productores libres asociados, y para que el Estado revolucionario intervenga determinantemente en áreas medulares de la agricultura: Rol del Estado en la agricultura: 1. Afectación del latifundio 2.Propietario de la tierra 3. Ordenación del territorio (vocación agrícola, preservación de suelos, política medioambiental, manejo de los ciclos del agua, manejo de bosques, sistemas de pesca, etc.) 4. Entrega en posesión para su usufructo de las tierras recuperadas a pequeños y medianos productores; a cooperativas en la medida que adopten una auténtica cultura cooperativa y sean formadas para las labores agrícolas; comunas organizada en torno al hecho productivo, sin importar que no estén establecidas en la propia localidad donde 240 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela reciben la posesión de la tierra 5. Entrega de crédito a largo plazo y bajos intereses, subsidios y aseguramiento público de la cosechas y el rebaño 6. Política de precios agrícolas estables, que garanticen beneficios para el productor, con subsidio público en caso de los precios del mercado estén por debajo del valor de venta acordado previamente 7. Constitución de una Reserva Nacional de Alimentos 8. Aseguramiento del desarrollo agrario (sistemas de riego, vialidad agrícola, etc.) 9. Prestación de servicios agrícolas públicos (mecanizado, agrotiendas, asistencia técnica) 10. Política de regulaciones (transporte, comercio al mayor, mercados, precios de insumos agrícolas, etc.) 11. Control de la producción de alimentos balanceados para animales (ABA) 12. Apuntalamiento de un poderoso y soberano Banco de Semillas Nacionales 13. Genética, investigaciones (con participación mixta de privados nacionales y extranjeros, así como de emprendimientos comunales) 14. Constitución de un Centro de Balance de Producción Agrícola (qué, cuánto, dónde, quienes producen y para quienes se produce) 15. Monopolio de la importación de alimentos esenciales. Cada vez son más los economistas venezolanos que bajo el reconocimiento subjetivo que la teoría económica es incompetente para juzgar al modo de producción capitalista en contraposición al sistema socialista, recurren a argumentos éticos y psicológicos, tales como acusar de burócratas a los funcionarios públicos, o carentes de incentivos para cumplir su servicio ante la desmotivación de trabajar en un área que no le promete inmensas ganancias individuales. Esta nota, permite realizar una reflexión final sobre la eficiencia socialista. El capitalismo se muestra como eficiente, de allí que justifica a través del neoliberalismo la “necesaria” privatización de las empresas del Estado. Dicho mito se ha generalizado, por ello se pretende medir la eficiencia de todas las gestiones (pública, comunitaria, privada, etc.) a partir de ese rasero. No es lo mismo la eficiencia para el socialismo que para el capitalismo, en términos de la gestión de las empresas. Para el capitalismo la eficiencia se traduce en alta productividad (cifras azules) y maximización de ganancias, esto es, mayor apropiación del excedente del trabajo ajeno. En contraste, para el socialismo, la eficiencia se guía por la productividad (cifras azules) en aras de satisfacer las necesidades reales de la población. Por eso, hay que cambiar de lentes para evaluar la eficiencia en las empresas socialista. 241 Haiman El Troudi Hay empresas, como los ferrocarriles, que no tienen y difícilmente pueden generar beneficios de capital. Cumplen una tarea social y si ese cometido lo cumplen en términos de satisfacer las necesidades de sus usuarios, entonces son empresas eficientes. Con este aspecto conviene ser cuidadosos. El mercado capitalista identifica con enorme claridad las empresas que no son rentables desde sus criterios de maximización del beneficio. Las empresas del socialismo tienen que complejizar ese análisis, pues hay costos y retornos que el capitalismo nunca mide y que tienen que ver con la vida digna. Por ejemplo, la medición de la eficiencia en términos ambientales (cifras verdes) o desde una perspectiva de género (cifras violetas) o con base al nivel de participación popular asociada (cifras naranja), etcétera. Este mismo razonamiento es extensible a las empresas públicas y comunitarias y a las empresas privadas. Las empresas públicas soportan las cargas de otros objetivos económicos y políticos, como crear empleo o las políticas sociales, además de favorecer la creación de capital fijo, buscan beneficio general. En la dimensión del Socialismo del Siglo XXI las empresas deben ser eficientes desde el punto de vista social y creadoras, principalmente, de valores de uso. Sin embargo necesitan indicadores que les permitan saber si están operando con principios económicos. La eficiencia no sería medida por la ganancia, sino por el impulso dado a la potenciación de la productividad del entorno. De manera que no necesariamente habría excedente del ejercicio o si lo hubiera se destinaría a promover otras actividades. Incluso, algunas empresas deberían liquidarse paulatinamente, porque no son sostenibles ambientalmente o porque no son redireccionables a que satisfagan necesidades sociales (por ejemplo, las de producción de artículos de lujo). Entonces, se programaría su eutanasia, para que los restos aprovechables permitan financiar la empresa sustituta. Aquí, las pérdidas estarían justificadas por la conversión, de modo que no serían realmente pérdidas. Por ejemplo, convertir una fábrica de tanques de guerra en fábrica de tractores agrícolas. El compromiso con la eficiencia de las empresas de propiedad social forma parte de su protocolo de funcionamiento. De la misma manera, cualquier debilitamiento de la conciencia socialista dentro de las empresas públicas, algo nada difícil en la fase actual de transición, pone en peligro la existencia de esas empresas como palancas para la emancipación colectiva. Esto no significa que las empresas públicas entren en círculos no virtuosos y se acostumbren a producir con pérdidas. Hace falta una estricta contabilidad social que castigue la ineficiencia. 242 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela 9. Márgenes de ganancia socialmente aceptables y tributación progresiva La revisión de la literatura económica de períodos pasados invoca planteamientos asociados a tasas relativamente sensatas de ganancias del capital oscilantes entre el (3 y 10) %. Al día de hoy, la media internacional capitalista propende a demandar un canon no menor al (25-30) %. Aún cuando no exista, que se sepa, un estudio riguroso acerca del promedio de dicha tasa a escala venezolana, se conocen extremos que sobrepasan con creces el 200%. Con toda seguridad, el menor análisis empírico debe coincidir en que la tasa de ganancia en Venezuela es groseramente superior a la ya elevada tasa promedio de ganancia internacional. Esta característica encuentra justificación en la concepción rentística de la economía nacional. Ingentes recursos monetarios ingresados al Tesoro Nacional, sin mayor esfuerzo asociado (exportación de crudos y productos semi-elaborados de la cadena de valor del petróleo, del hierro y el aluminio), supuso un mecanismo de distribución social de la renta, pero también de apropiación por parte de sectores vinculados a los gobiernos de turno y a la burguesía parasitaria. La sostenida época de abundancia afianzó la cultura de la dependencia y la condición pre-capitalista de la organización económica del país. Hacer fortuna con un mínimo trabajo y de la forma más expedita posible era común entre quienes vinculaban su negocio, directa o indirectamente, bien al Estado que a la propia industria petrolera. Al existir altos ingresos, se podía pagar al precio que fuera las mercancías nacionales o importadas. De esta manera, la “solvencia generalizada” fue caldo de cultivo para la adaptación consumista: el Estado compraba, la ciudadanía consumía bajo el influjo fetichista de la mercancía y el mito del patrón de consumo occidental, la competencia empresarial se repartía los amplios espacios de un mercado en conformación y rápida expansión, los costos se trasladaban a los consumidores, la regulación estatal era casi inexistente, no existían razones entre el empresariado para no incorporarse al circuito de altos precios y ganancias desproporcionadas. ¿Cuál ha de ser el nivel normal de ganancia requerido por el capital para garantizar su actividad productiva y sus inversiones? Desde la perspectiva socialista la respuesta viene dada por la posibilidad real de asegurar la reproducción de la vida humana, hecho entendido en la organización ciudadana tendente a suplir los requerimientos materiales, a través de la producción socialmente necesaria y el intercambio utilitario de bienes y servicios. Desde la lógica capitalista, la respuesta se ubica en el propio metabolismo del capital, esto es, desde la formas de la rentabilidad descomunal del valor de cambio. Valdría la pena revisar la configuración actual de la referida situación heredada: ¿Hasta qué punto no continúa la tendencia de sobrefacturación 243 Haiman El Troudi de los productos importados?, ¿se ha erradicado el sobreprecio en las contrataciones públicas?, ¿PDVSA no mantiene el mismo esquema de lograr sus metas sin miramiento de costos?, ¿quién no ha comparado precios entre un mismo bien ofrecido en un establecimiento dentro del país, con la oferta del mismo producto en un portal Web, y no se ha percatado del sobreprecio, p.e., de hasta 400%?, ¿cuál es la tasa de interés mensual, o tasa de usura de los prestamistas? Sobran los ejemplos, y la indolencia, la desidia, la indiferencia tanto social como gubernamental, escasean las acciones transformadoras. Sólo a través del desarrollo de las fuerzas productivas y con el advenimiento de un modo de producción socialista se supera la cultura rentista y se materializa la tesis pos-capitalista, relacionada con la producción de valores de uso, de satisfactores en la perspectiva de la continuación de la vida humana y planetaria. Sin embargo, el incremento de la producción y de la productividad del trabajo, traducida en la multiplicación de mercancías, empleando tiempos de trabajo similares, no puede concebirse como explotación del trabajo (apropiación del plusvalor) o del consumo de la población (confiscación de ingresos por vía de los mecanismos del valor de cambio), tal como lo dispone la ley de la caída de la tasa de ganancia con el aumento de la productividad del trabajo y de la composición orgánica del capital. En los inicios de la era industrial del modo de producción capitalista, el dueño de un medio de producción presuponía el uso balanceado de la fuerza de trabajo y de la mercancía producida, en una relación uno a uno (1 por 1). Con el incremento de la tecnificación productiva, la proporción perdió su centro de gravedad, una fuerza de trabajo se traducía ahora en muchas mercancías (1 por n). Dada la circunstancia de mantenimiento del margen de ganancia respecto al valor de la mercancía vendida, la ganancia se eleva tantas veces como el número de bienes incorporados tras la tecnificación; en todo caso, para ello sería necesario asegurar el mercado de compradores. En el mundo industrializado del mercado global de la modernidad, los empresarios capitalistas se conforman con una “tasa de ganancia” menor a la descrita en la ecuación anterior (1 por n), a tal punto que las tendencias socialdemócratas, intentan humanizar el capitalismo vía aumento de la remuneración de los trabajadores, sobre la base del incremento de la plusvalía, adoptando al mismo tiempo políticas de disminución de precios de venta de bienes y servicios. En contracorriente la disposición socialista plantea la supremacía del trabajo vivo sobre el trabajo objetivado, muerto; el aumento de la producción y la productividad para la satisfacción de necesidades de los excluidos, a precios justos, el mejoramiento de las condiciones laborales, y la reducción de la jornada de trabajo. Un empresario sumido en la racionalidad capitalista, habituado a 244 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela manejarse en un esquema de “mayores ganancias con el menor esfuerzo” no encuentra atractivo este planteamiento. A tenor de la realidad revolucionaria se tiene que reenfocar su esquema de acumulación, orientado a rehacer su prototipo individualista-mercantilista y fundar el paradigma de la ganancia social, de la vida digna para todos y todas. Por vía del perfil macroeconómico o por medio de medidas de orden microeconómico pueden ser regulados los flujos del dinero en el mercado. En el primer caso, a través de impuestos progresivos sobre la renta empresarial, vale decir, quien más beneficios consigue en el mercado, más sufraga al Presupuesto Nacional. En el caso de la microeconomía, la regulación se establece mediante la ley del margen de ganancia en las cadenas de precios. De esta forma, si el canon de ganancia posee un tope socialmente establecido, eventualmente ello comprime las secuelas del desequilibrio competitivo en el mercado. Como se ha dicho, el mercado no es entelequia autonómica capaz de funcionar como perfecto regulador de la economía en menoscabo de las capacidades de la intervención estatal. Sobre la hidráulica de este dilema ya se ha reflexionado. En el caso de la regulación del margen de ganancia empresarial, se presencia una situación donde el mercado puede funcionar como instrumento al servicio social, y esto se logra por acción de dos tributarios: 1) en la medida en que se disponga de información suficiente para establecer pautas de equilibrio entre el costo de producción y el precio de venta de las mercancías, más allá de las expectativas especulativas de los dueños de los medios de producción y; 2) sobre la base de las capacidades de elevación de la productividad. En el corto y medio plazo las ganancias propenden a expresar la correspondencia (costo social de producción - valor de uso del producto) y no la relación mercantilista (precio de mercado - beneficio). En Venezuela, la productividad es la excepción dentro del conglomerado empresarial, no la regla. Desde las aciagas sombras de las décadas neoliberales y aún entrada la fase revolucionaria, se experimenta un desmontaje tendencial de la trama industrial. La mayoría de las empresas que se han mantenido, lo han hecho minimizando la inversión, y los saldos al día de hoy se expresan en una marcada obsolescencia tecnológica del parque industrial. Obsolescencia que se traduce en ineficiencia, alta demanda energética, y poca competitividad frente a los mercados internacionales. Aunque las tarifas de energía sean significativamente bajas en Venezuela, dada la oportunidad de trasladar la improductividad a los costos de producción en perjuicio de los consumidores y el medioambiente, la precaria fiscalización estatal y casi inexistente aplicación de sanciones, no existe motivación alguna para la reconversión industrial. De cara a ello, la PEB ha de formular directrices inevitablemente compulsivas, dirigidas a obligar la modernización tecnológica tanto para reducir pasivos ecológicos, 245 Haiman El Troudi como para disminuir costos de producción y subsecuentemente reducir precios finales de mercancías, tanto para adecuar la base productiva a los planes de diversificación económica. Del mismo modo, como la PEB ha de combatir las prácticas monopolistas, también tiene que regular la arbitrariedad de los márgenes de ganancia, en tanto, instrumentos empresariales para la extorsión a los consumidores y mecanismo de conquista de posiciones dominantes en el mercado. La regulación de los flujos de dinero en el mercado en la perspectiva socialista evoca la creación de relaciones de equidad social. La microeconomía distribuye los beneficios del trabajo, la macroeconomía redistribuye la renta bajo la tutela estatal. En ese sentido, el gravamen progresivo del patrimonio empresarial guarda íntima relación con los beneficios que en el mercado obtienen las empresas, y se interpreta como la contribución al patrimonio económico común objeto de redistribución social. En dirección contraria, la arquitectura del Estado burgués certifica y reproduce el acaparamiento excluyente del capital. Para tal fin se analiza la estrategia capitalista de la “diversidad de las mercancías” y el “precio de la novedad”. Variadas presentaciones de un mismo producto invaden anaqueles, vitrinas, mostradores… detrás de cada nueva presentación se promete un novedad tecnológica incorporada, tras la cual se asocia un valor superior al de productos similares. El oferente del nuevo producto se aprovecha de la gracia estacional competitiva y obtiene un margen de ganancia a merced de su criterio y de la elasticidad de la demanda. Un ejemplo bastante difundido en los últimos tiempos es el del arroz saborizado y parbolizado. Ciertos productores interesados en burlar la regulación del precio del arroz blanco de consumo, agregaban un supuesto valor a dicho arroz blanco, normalmente con bajos costos asociados, incrementando el precio del “nuevo producto” no regulado en proporciones exorbitantes. De la observación de la propia dinámica capitalista se puede apreciar cómo los mismos dueños de medios de producción son a su vez víctimas de los abusivos márgenes de ganancia con que los intermediarios mercadean sus bienes o servicios, en tales circunstancias conforman un coro de voces exigiendo regulación estatal de los márgenes de ganancia para la comercialización. Véase el caso de los productores de verduras de la región andina (un caso de estudio cualquiera). Quienes han vertido sus fuerzas productivas y asumido los riesgos climatológicos, obtienen bajos precios por sus productos, en tanto, en los mercados (p.e., el Mercado de Coche en Caracas) incrementan los precio de venta al por menor por lo menos al doble del precio cedido al productor. Este tipo de relaciones mercantiles son inconfundibles manifestaciones de las cadenas de precios capitalistas, e infelizmente abarcan todos los ámbitos de la economía. 246 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela La mencionada relación marxista de la “apetencia y la oferta” se figura en una tasa de ganancia determinada de acuerdo con los costos de producción tanto a la finalidad social de la mercancía. Para ello, en la fase de transición al socialismo, la PEB ha de fijar márgenes de ganancia diferenciados por utilidad social y tipo de producto. No se pueden fijar raseros inapelables. No es lo mismo producir alimentos a producir carteras, lápices a motores diesel. Existen claras particularidades relacionadas con el servicio social y el uso del producto, tanto como con la rapidez y la masificación de la tasa de ganancia. La vía propositiva de la PEB en cuanto a la fijación de topes a la ganancia se puede complementar mediante las siguientes anotaciones: 1. Compatibilizar el margen de ganancia de los productores, mayoristas y comerciantes 2. Fijación de precios con base a un estudio concertado de estructura de costos 3. Regulación de precios con base a un criterio flexible, que atienda las especificidades coyunturales y estructurales de la economía 4. Para la determinación de precios de bienes importados (bienes de capital, productos finales o insumos intermedios), se ha de constituir un Sistema de Precios Referenciales de Importación (aspecto retomado más adelante) 5. El Presupuesto de Divisas debe de constituir el instrumento de planificación de importaciones (aspecto retomado más adelante) 6. El plan Nacional de Balance de Importaciones y Producción Nacional para el aseguramiento de la satisfacción de los requerimientos nacionales, ha de ser el instrumento de equilibrio de mercado, proveedor de información para la toma de decisiones relacionadas con la disposición mesurada de bienes en el mercado, evitándose la sobreproducción y sobresaturación de la oferta 7. Capítulo aparte corresponde la determinación del margen de ganancia a las actividades financieras Para la realización del estudio concertado de las estructura de costos la PEB ha de administrar la gestión de una Unidad de Costos y Precios. En 2008 fue coordinado un esfuerzo desde el Ministerio de Planificación y Desarrollo respecto al establecimiento de dicha unidad, la cual se encargaría de la evaluación y el establecimiento de las estructuras de costos inicialmente de los productos de la canasta básica, lo cual serviría de base para la administración efectiva de la política de control de precios. El programa, infortunadamente se ha detenido, pero hasta entonces se logró avanzar en el análisis de las estructuras de los productos alimenticios. El sistema interinstitucional ha de actualizar los principales componentes 247 Haiman El Troudi que conforman la estructura de costos de los bienes y servicios de la economía real del país, a fin de identificar la formación de los precios de los mismos en todos los eslabones de la cadena productiva. La metodología empleada para la elaboración de las estructuras de costos de producción y comercialización se basó en: i. La formación del precio del producto a partir del primer eslabón de la cadena productiva. ii. Fueron considerados sólo los agentes económicos que agregan valor al producto en cualquiera de las fases de la cadena productiva. iii. En los casos de requerimiento de materias primas u otros insumos importados para la producción del bien o servicio, se contempló la formación del precio de los mismos hasta su desaduanamiento. iv. La identificación de los subproductos de las materias primas e insumos utilizados en cada fase de la cadena y la identificación de valores de venta de los mismos. v. La identificación de valores, categorías o parámetros referenciales utilizados en cada partida presupuestaria o componente de la estructura de costos. vi. La estimación de la estructura de costos por nivel de la cadena, regionales y por tamaño de establecimiento. Diferentes naturalezas y efectos de diferentes intensidades. La tabla abajo presentada ofrece un ejemplo del flujo sintético de la formación del precio en el mercado a partir de los eslabones de la cadena productiva. 248 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela Para todos los casos (importador, productor primario, industrial, mayorista y minorista) se discriminan costos asociados, a partir de esta matriz combinada se posibilita la asignación de topes a las ganancias. Como se aprecia, la coordinación interinstitucional-empresarial-social es indispensable para completar la información demandada por el sistema. El diseño de una base computacional de cómputo dinámico facilitaría el proceso. Otra medida redistributiva imprescindible en período de la transición revolucionaria radica en la formulación de una Política Tributaria Progresiva que permita incrementar los ingresos fiscales no petroleros, estableciendo impuestos que pechen la renta (ISRL) e impuestos sobre la riqueza con progresividad de las tasas, según el nivel de ingresos del contribuyente. En la actualidad, el aporte fiscal no petrolero se aproxima al 13 % del PIB, un bajo nivel de carga impositiva si se le compara con otros países de la región latinoamericana; ello implica que hay espacios para incrementar dicho aporte hasta niveles cercanos al 20-30 % del PIB para lo cual se requiere la consiguiente reforma tributaria. Avanzar hacia un Sistema Tributario más justo y eficiente en Venezuela supone, desde el punto de vista de política económica y social, dos retos coligados: 1. Elevar en el corto y mediano plazo la recaudación no petrolera, de 13 puntos del Producto Interno Bruto (PIB) registrada en el año 2008, a los mejores estándares de la región (20 puntos del PIB) y del mundo (30 puntos del PIB). (CEPAL, 1998). 249 Haiman El Troudi 2. Lograr el incremento en la recaudación, a través de un sistema tributario que priorice la equidad. Para contribuir al logro de estos objetivos, la PEB ha de organizar la revisión del Impuesto Sobre la Renta (ISLR) a las personas naturales y jurídicas, ordenar la profundización de la reestructuración del ente recaudador (SENIAT), introducir progresividad en los impuestos indirectos como el Impuesto al valor Agregado (IVA), y relacionar la recaudación del ISLR a las personas naturales y el incremento estimado en la recaudación producto del ajuste en la progresividad del IVA, a programas en inversión en capital humano (Educación, Salud, Créditos Hipotecarios) y capital social (comunas). Un sistema tributario socialista ha de basarse en los impuestos directos, en el caso venezolano el ISLR. Al término de la década del noventa, la CEPAL con base en los resultados de un estudio sobre los sistemas tributarios latinoamericanos puso al desnudo la primacía de los impuestos indirectos sobre los directos en Latinoamérica. Los impuestos directos sólo sumaban el 25% de la recaudación en 1996. En contraposición en los países de la OCDE109 el 65% de la recaudación proviene de los impuestos directos. La tendencia a una menor recaudación en materia de impuestos directos guarda relación con: a) la disminución de la tasa de Impuestos Sobre la Renta para personas naturales, b) el aumento del nivel de exención (medido 109 Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico. 250 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela como múltiplo del PIB per cápita), lo cual deja por fuera una gran cantidad de contribuyentes, y c) la reducción de las tasas del Impuesto Sobre la Renta para las personas jurídicas. En Venezuela, la recaudación por concepto de ISLR110 sigue siendo muy baja. Si bien es cierto que se nota una mejora desde el año 2006, la recaudación de este impuesto en términos del PIB sólo alcanzó 3.2%, representando apenas un 25% de la recaudación no petrolera. En el siguiente Cuadro se presenta la evolución del ISLR en términos del PIB111. 110 Datos tomados de: Ministerio de Planificación y Desarrollo. “Análisis del Sistema Tributario venezolano”. 2008, y Shome, “La Tributación en América Latina: Tendencias Estructurales e Impacto en la Administración”. 1999. 111 Fuente: Ministerio de Economía y Finanzas. 2009. 251 Haiman El Troudi Algunos cursos de actuación propositivos en la perspectiva del nuevo esquema tributario con arreglo a la progresividad, pueden ser abordados por la PEB: En materia de ISLR a las personas naturales bien se pudiese simplificar el pago del impuesto, estableciendo que las personas sujetas al impuesto sólo puedan descontar un desgravamen único de ochocientas (800) Unidades Tributarias (UT) anuales, fijando por ejemplo las siguientes tasas: En materia de ISLR a las personas jurídicas, se habría de establecer una sobre tasa a las ganancias extraordinarias de la banca (elevar a 50% el ISLR para las ganancias que superen el umbral del 15% de rentabilidad sobre el patrimonio); se ha de eliminar la exención a la banca del beneficio de no reconocimiento de los ingresos por bonos del tesoro como renta gravable. El sistema financiero venezolano se caracteriza por elevadas tasas de rentabilidad, producto de una estructura oligopólica que le permite abusar de su posición de dominio. La Unidad Neta sobre el Patrimonio de la banca venezolana supera el 30%, mientras la utilidad neta patrimonial promedio en Latinoamérica ronda cerca del 10% aproximadamente (FELABAN, 2002). Cuando se analizan los datos extraídos del análisis de los estados financieros de la banca venezolana de acuerdo con la información reciente publicada por la Superintendencia de Bancos (SUDEBAN), se aprecia el bajo nivel de ISLR que efectivamente están pagando los bancos, lo cual amerita una exhaustiva regulación y revisión del SENIAT y SUDEBAN a instancias de claros principios tributarios delimitados por la PEB. Para incrementar los aportes de la Banca al Fisco se requiere una modificación del Código Orgánico Tributario basada en la implementación de un esquema impositivo progresivo que grave de modo efectivo las altas capacidades contributivas de Bancos y Loterías. El aporte al Fisco Nacional por parte de la Banca Privada, representa solamente el 14.7% de su ganancia bruta, muy por debajo de la máxima alícuota fijada por Ley en 35%. Entre otras razones, ello se debe a la 252 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela exoneración del pago de impuestos sobre las ganancias que poseen los títulos valores, lo cual incentiva la inversión de la banca en dichos instrumentos, en lugar de la realización de actividades de intermediación. Como referencia comparativa se debe tener en cuenta que países como Brasil, China, Perú, etc. cobran tasas (relativamente moderadas) a la ganancia sobre títulos, logrando minimizar el posible desestímulo de los compradores de sus papeles. La actualización del esquema de exoneraciones y exenciones supone una evaluación de las exoneraciones otorgadas a fin de eliminar aquéllas que ya cumplieron su cometido o no se ajustan a las necesidades actuales de las políticas económicas y sociales del Gobierno, ni a las previsiones económicas para los años venideros. Existen 26 decretos vigentes de exoneraciones y 61 solicitudes en tránsito. El sacrificio fiscal para 2008 en materia de exenciones se estima en aproximadamente 3.3 millardos de dólares, y las exoneraciones, sólo en el caso de los impuestos aduaneros alcanzan el monto de 3.6 millardos dólares. Tanto las exenciones como las exoneraciones incluyen importación de alimentos; la resultante de la revisión de la política ha de tomar en consideración la no afectación de los productos de primera necesidad. La PEB ha de privilegiar una política de exoneraciones y no de exenciones por cuanto, por un lado las exenciones son otorgadas por el legislador, en muchos casos por razones políticas o por presiones de los sectores beneficiados, la exención estratifica el sistema tributario, pues no se puede modificar la ley con facilidad y, en muchos casos, el beneficio es otorgado indefinidamente, lo cual no se justifica cuando el sector beneficiado ya se ha recuperado, y en un escenario de no control revolucionario de la Asamblea Nacional, las exenciones pueden ir en contrasentido de la política oficial y afectar negativamente las decisión económica del Ejecutivo Nacional. En cambio, las exoneraciones son otorgadas por el Ejecutivo Nacional, permiten al gobierno hacer del tributo un instrumento ágil y efectivo de política económica y social, privilegiando la actuación oportuna. La tendencia mundial es a otorgar los beneficios tributarios por decreto y no por ley. Además de los argumentos y cursos propósitos descritos, la PEB ha de encaminar en materia tributaria otras acciones tendentes a crear un sistema tributario socialista, las cuales se pasan a enunciar: 1.Disminuir gradualmente la tributación indirecta que afecta a los sectores populares y especialmente a la población en situación de pobreza. El objetivo de largo plazo es impuesto indirecto cero o muy bajo, diferenciado por bien y servicio. Correlativamente, incrementar la tributación directa para gravar efectivamente al capital, la renta y al patrimonio. 253 Haiman El Troudi 2. Gravar la rentabilidad de las inversiones especulativas, y los intereses de los títulos de valor. 3. Establecer un control efectivo y directo de las multinacionales que funcionan en el país (precios de transferencia, repatriación de dividendos, pago de intereses, y regalías). En ese sentido, revisión permanente de los Convenios internacionales suscritos para Evitar la Doble Tributación, y suscripción de convenios de intercambio de información con las administraciones tributarias de otros países asociados. 4. Lograr una Administración Tributaria altamente eficiente, saneada y modernizada. A tal efecto, establecer un único centro de información y estadísticas tributarias que auspicie la coordinación y armonización tributaria. 5. Reformar el Código Orgánico Tributario112, la Ley de Impuesto Sobre la Renta (establecer el sistema cedular), la Ley de Impuesto al Valor Agregado (disminución de alícuotas), y la Ley Orgánica de Aduanas: hacia su codificación. Del mismo modo, crear la Ley de Impuesto al Patrimonio113, la Ley de Impuesto selectivo al consumo, la Ley de Impuesto sobre la legitimación de actos públicos, la Ley de Impuesto al Comercio Electrónico, la Ley de Impuesto al valor agregado especulativo, la Ley del Impuestos a las loterías, y la Ley de Coordinación y Armonización Tributaria. 6. Crear un Taquilla Única de Aduanas para lograr la agilización de los procedimientos administrativos relacionados con la nacionalización de las importaciones. A objeto de agilizar las importaciones, bien puede establecerse el mecanismo internacional de control aduanero en destino, ello para agilizar las importaciones de materias primas y bienes de primera necesidad. De esta manera se evitan pérdidas de tiempo y de mercancías (esto enfrenta efectivamente el robo de mercancías en las aduanas). Esta autorización debe ser otorgada únicamente para ciertas empresas y sectores previamente definidos y evaluados por su sensibilidad y carácter estratégico. Del mismo modo se ha de modernizar y equipar a los puertos. Los puertos venezolanos están en un estado de gran retardo en cuanto a infraestructura y equipamiento, por lo que constituyen actualmente un obstáculo al comercio internacional y al 112 El Código Orgánico Tributario vigente es permisivo. La defraudación y su sanción son establecidas de modo tal que se hace prácticamente imposible la sanción penal por este delito. Además, el esquema procesal no está actualizado de conformidad con el nuevo ordenamiento constitucional venezolano. 113 Por cuanto existe inequidad en el pago de tributos. No existe un mecanismo legal que permita que las personas jurídicas tributen un monto mínimo (base) de ISLR. Del mismo modo, los sectores sociales de mayores ingresos no cancelan impuestos anuales por los activos personales que poseen. 254 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela avance logrado en las aduanas. 7. Designar como contribuyentes especiales a profesionales de alto nivel, públicos y privados, con grandes ingresos de más de Bs. 690.000 al año, que no pagan el ISLR (p.e., Magistrados, gerentes de bancos y multinacionales, profesionales de libre ejercicio, registradores y notarios, etc.), para que puedan ser objeto de fiscalización permanente y no evadan el pago de impuestos. 8. Fiscalización y aplicación de la tributación nacional a la explotación minera. 9. Recuperación de los derechos o deudas pendientes, por parte de los importadores, ya que las cifras de deudas pendientes por el pago de impuestos atrasados, tributarios y aduaneros, son significativas. 10. Fiscalización y exigencia del aporte tributario de las Empresas del Estado: IVA e ISLR por dividendos. Normalmente las empresas del Estado no declaran ganancias para no pagar los impuestos. A grandes rasgos, el mensaje general de la PEB en materia tributaria se traduce en señalar que no se requieren más impuestos en Venezuela, pero es imperativo actualizar y recaudar efectivamente los existentes. Vale decir, eliminar la evasión tributaria en este país. Los nuevos principios tributarios contenidos en la PEB han de incentivar la producción nacional. Incentivos asociados al suministro de materias primas, arancelarios para la supresión de la competición desleal, compras públicas, formación y capacitación técnica y la innovación, exoneraciones, créditos, asistencia técnica, y para de asignación de divisas. La evolución de la política fiscal venezolana da cuentas de un incremento de los ingresos. El sector petrolero ha realizado ajustes y ha creado nuevos impuestos que fortalecen los aportes de esta industria al fisco nacional (aumento de la tasa de regalía de las empresas mixtas del 1% al 30%, impuesto de la extracción, y la Ley de Contribución Especial de Precios Extraordinarios del Mercado Internacional de Hidrocarburos). Por su parte, en el sector no petrolero, se han eliminado o se ha disminuido la tasa impositiva de algunos impuestos (eliminación al Impuesto al Débito Bancario, eliminación del Impuesto a las Transacciones. Por otro lado, el impuesto sobre la renta y otros impuestos han crecido respecto al PIB durante los últimos años. 255 Haiman El Troudi En materia del Impuesto al Valor Agregado, durante la década de los noventa se produjo una tendencia creciente en el valor de su tasa en los países de la región, tal como lo impuso el esquema neoliberal. Desde el inicio del Gobierno Bolivariano, Venezuela revirtió esta tendencia y ha ido reduciendo la tasa gradualmente, salvo en determinadas coyunturas. El IVA Venezolano es el más bajo de toda Latinoamérica, y esta tendencia de disminución programada debe mantenerse, hasta tocar por lo menos una cota inferior al 5%, pese a los argumentos monetaristas de quienes consideran al IVA exclusivamente desde su efecto inflacionario. Ciertamente, la disminución de la alícuota del IVA no ha disipado las tensiones inflacionarias tal como los técnicos y expertos en macroeconomía suponían. Este comportamiento era de esperarse por cuanto la composición inflacionaria en Venezuela no se centra únicamente en la gradualidad monetaria (véanse también la baja producción nacional de bienes, las expectativas económicas-políticas, la voracidad especulativa, la inercia tendencial, entre otros factores causales y propagadores). Si bien la inflación debe dominarse a favor de las clases populares, no debe ser, en todo caso, el objetivo buscado con la Política Tributaria Progresiva de reducción radical del IVA. 256 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela 10. Estado Socialista: rol económico y organización institucional Se vive un momento decisivo para la historia de la humanidad y Venezuela no se aparta de esta situación. Un momento con dos caras: una, la del deterioro creciente de una civilización capitalista caduca, presidida por una lógica económica egoísta al servicio de los poderosos y una cultura basada en el despilfarro y el consumismo, que ha puesto a la humanidad y al planeta al borde del abismo. Otra, la del nacimiento de una nueva civilización socialista, basada en una lógica que pone el desarrollo económico al servicio de las mayorías sociales, con arraigo en valores culturales de solidaridad, cooperación y armonía entre los seres humanos entre sí y con la naturaleza. La Venezuela Bolivariana está hoy a la vanguardia del alumbramiento de este nuevo mundo. El proceso revolucionario se encuentra hoy ante un gran reto: dotarse de instrumentos apropiados para consolidar los logros obtenidos hasta el momento actual y avanzar en la creación de la nueva institucionalidad aseguradora de la continuidad socialista. Una nueva institucionalidad basada en el impuso de la ética y la formación de un nuevo concepto de servicio público. La vida social sólo se funda en la confianza y la reciprocidad. Todas las religiones del mundo comparten la regla de oro “no hagas a los demás lo que no quieres que te hagan a ti”. Dicha regla es el principio de la supervivencia en grupo de los animales sociales. Lo contrario es el egoísmo, la lucha de todos contra todos. En el capitalismo, el ser humano recupera aquella frase del romano Plauto que popularizaría Hobbes en el Leviatán: homo homini lupus, el hombre es un lobo para el hombre. En el espacio de lo colectivo, en la sociedad y en la legitimación de las instituciones del Estado, es donde se representan los intereses del conjunto. Pero también se sabe que a partir de las enseñanzas de Marx (1965) que “el poder estatal moderno no es sino la Junta que administra los intereses comunes del conjunto de la clase burguesa”114. La burguesía, en cuyas manos estaba el Estado, lo justificaba con argumentos universales pero lo usaba para sus propios fines. Marx había sido un seguidor de las doctrinas de Hegel, y para Hegel el Estado era la representación de “la máxima eticidad”, el lugar donde se solventaban los problemas egoístas que tenían lugar en la esfera enfrentada, lo que él llamaba la “sociedad civil”. La sociedad civil era el espacio del interés privado, el lugar de la confrontación de intereses, donde funcionaba el mercado y se guiaba por el egoísmo. En la usurpación del Estado por la burguesía, ese lugar de representación de los intereses de todos, se convertía en el espacio de defensa de los 114 Carlos Marx, Federico Engels. “Manifiesto del Partido Comunista” 257 Haiman El Troudi intereses de la burguesía como clase. Los privilegios de los propietarios eran defendidos por los policías, los jueces, los militares, la iglesia, la escuela, cada uno en su ámbito reproduciendo ese privilegio y presentando los intereses de las minorías como los intereses de todo el país. Lenin115 (2006), contrario a la interpretación de Bernstein y Kautsky para quienes la revolución encarnaba implícitamente el “desplazamiento de fuerzas” al interior del aparato del Estado, por lo que bastaba controlar el poder del Estado burgués para su uso en beneficio de la causa del proletariado, defendían la tesis de Marx según la cual era imperativo la destrucción del Estado existente como “excrecencia parasitaria” de la sociedad. De ese modo, concluye que el Estado es la consecuencia del acontecimiento revolucionario, es el producto de la sociedad en un estadio determinado de su desarrollo. Esta interpretación comporta extraordinarios desafíos tanto de orden material como superestructural. Mészáros cita a Lenin quien junto a otros hablaban de la ineludible necesidad de … demoler el Estado burgués” como la tarea inmediata de la dictadura del proletariado “… La dificultad radica, sin embargo, en que la conquista del poder del Estado está muy lejos de equipararse con el control de la reproducción metabólica social. En verdad es posible demoler el Estado burgués mediante la conquista del poder político, al menos en grado significativo. Sin embargo, es casi imposible “demoler” la dependencia estructural del capital heredada por el trabajo. Porque esa dependencia está materialmente asegurada por la división estructural jerárquica del trabajo establecida. Puede ser alterada para mejorar, tan sólo mediante la reestructuración radical de la totalidad de los procesos reproductivos sociales, es decir, mediante la progresiva reconstrucción del edificio heredado en su totalidad116. Fue Gramsci, un gran renovador del marxismo, quien entendió con claridad, mucho antes que Mészáros claro está, que el Estado también se había metido dentro de la sociedad civil y la construía a su antojo. Ese Estado trabajaba para unos pocos, pero presentaba su tarea como algo beneficioso para el conjunto. Así, los libros de texto, la formación, el ingreso en la universidad, el control de lo que se publicaba, el derecho de asociación y de voto, la defensa de la propiedad privada, la tarea de policías y jueces, todo se controlaba y, al tiempo, se presentaba como que ese control y esa orientación se hacía para el bien del país. El avance socialista, desplegado en los años de la post-guerra, suscitó una reacción liberal-keynesiana por parte de la institucionalidad burguesa. Las concesiones y el reconocimiento de las reivindicaciones a la clase obrera intentaron frenar las aspiraciones igualitarias y justicieras, y en buena medida lo consiguió. Logrado el objetivo, con el tiempo se 115 Lenin, V.I. “El Estado y la revolución” 116 István Mészáros. Ibídem. 258 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela fueron constituyendo las bases del desmantelamiento gradual del Estado benefactor y el intervencionismo del Estado en la economía. En los años 70, el capitalismo entró en una de sus regulares crisis: crisis del modelo financiero y monetario de Bretton Woods, fuertes presiones populares exigiendo subidas salariales, la apertura de las economías... La respuesta entonces dada por el sistema fue la globalización neoliberal. Los Estados nacionales se habían convertido en corsés para la valorización del capital. De ahí, que los Estados abandonaran su condición de Estados sociales y recuperaran su condición de juntas de administración de los intereses del capital transnacional financiero y de las multinacionales. El Estado nacional se veía desbordado por una estatalidad supranacional. Se lanzó una idea falsa que golpeó muy fuerte a los Estados de América Latina, que se debilitaban antes de haberse consolidado: había que recortar el Estado, pasar a un “Estado mínimo”. Así, se introdujeron en la Administración criterios empresariales. Se empezó a hablar de cliente en vez de ciudadano; se puso a competir entre ellas a las instancias de la Administración (a hospitales, universidades, medios de transporte) como si fueran empresas, de manera que empezaron a reducir gastos y a empeorar el servicio, se privatizaron muchas empresas y servicios públicos. Sin embargo, como es natural en toda negación dialéctica, la fuerza de los acontecimientos (en este caso, el contexto de crisis global), se ocupó de restituir en parte el papel decisor del Estado en la economía. Se ha puesto en evidencia el talante de un neoliberalismo fallido tanto en la periferia como en el interior de los países “puramente capitalistas”. En la presente trama, el Norte desarrollado ha revivido viejos episodios de contracción de los mercados internos, y por ende la imposibilidad de sostener su industriosa acumulación afirmada en el aparato productivo. La función estatal del manejo macroeconómico y de las políticas de desarrollo retoma su carácter fundamental, en contracorriente al recetario impuesto. Como se sabe, la doctrina neoliberal, sobre todo en los países del Sur, propiciaba el desmantelamiento sistemático de la capacidad decisora del Estado en la política económica. El bloque de países desarrollados organizaron disposiciones bajo diferentes ensayos de regulación, todos fracasados desde las perspectivas domésticas; el proceso de globalización hizo el resto, implicado en este régimen de acumulación post-fordista, o bien mediante la financiarización de la economía. En todo caso, la intervención de aquellos Estados en la economía siempre ha mantenido un doble discurso y un doble proceder: alta dosis neoliberal para los países subdesarrollados, y políticas neoliberales ambivalentes dentro de sus fronteras. En menor o mayor grado, la economía de los países ricos y desarrollados siempre ha dependido de las administraciones gubernamentales, sustentada a través de métodos directos como indirectos. En definitiva, el Estado Burgués sigue siendo una herramienta irreemplazable a favor del capital. 259 Haiman El Troudi Los astronómicos dividendos de las empresas transnacionales capitalistas, en la era global se originan producto del trabajo coordinado con los gobierno del Norte: acceso a comercios internacionales, a materias primas, control de los medios de transporte, o bien la disuasión políticamilitar... El complejo militar industrial norteamericano y los gastos en defensa guardan una correlación estrecha con la tasa de crecimiento económico doméstico en los Estados Unidos de Norteamérica. El presupuesto en gastos militares de aquel país constituye una gestión de subsidio encubierto a las empresas privadas. En el mismo tenor, revísese la historia de la lucha por el control de los mercados, categorizada como asunto de interés nacional. Las agencias de inteligencia nacionales están misionadas para contrarrestar el afán de intereses foráneos de acceder a informaciones comerciales, industriales y de investigación, catalogados como estratégicos, mientras en paralelo adelantan labores de espionaje industrial en otras latitudes. Otros ámbitos de intervención de los gobiernos del norte en la economía, a favor de los intereses corporativos de su burguesía nacional, se muestran en: el financiamiento de las investigaciones científico—técnicas por parte del Estado; la protección de las patentes bajo el amparo de la propiedad intelectual; la captura de cerebros fugados de los países subdesarrollados vía políticas inmigratorias; los subsidios a la agricultura; el empleo del poderío militar a favor del aseguramiento de materias primas; etc. 260 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela El Estado burgués ha sido un instrumento político por excelencia. El neoliberalismo, pese a su retórica anti-estatista, utilizó al Estado para garantizar la tasa de beneficio del capital, en especial del capital financiero. En el nuevo sistema económico venezolano, le corresponden al Estado, sin duda, funciones reguladoras. El mito del mercado auto-regulado está roto, cayendo los escombros encima de todo el mundo. Pero el Estado no sólo regula, sino que también aplica políticas activas. Son precisamente esas políticas públicas donde Venezuela ha demostrado una gran versatilidad, a través de las misiones (políticas públicas participadas popularmente). Para Bensaid (2006): …no se trata de decretar abstractamente la extinción del Estado, sino de ponerlo concretamente bajo el control autogestionado en vistas a generalizarse, iniciando una transformación social y cultural a través de la cual la colectividad asociada pueda reapropiarse concretamente del ejercicio de las funciones administrativas y políticas117. En el marco de la Política Económica Bolivariana, el nuevo Estado Socialista ha de ser el gran regulador económico, así como el gran planificador. Ha de interactuar con aquella propiedad privada que tenga compromisos nacionales, y va a sentar las bases para que las diferentes formas de economía social vayan tomando un espacio preponderante. No debe ser un Estado paternal que ahogue la iniciativa popular ni caiga en comportamientos dirigistas que no escuchen las orientaciones de las clases populares, sino de un Estado maternal que organice, planifique, cuide, pero que deja crecer. En ese sentido, nos convoca la interpretación que Lenin dio a la economía y al Estado socialista: el reconocimiento del carácter de clase del Estado. De donde el Estado Socialista Bolivariano pueda asumirse como Estado Comunal, ámbito de apropiación popular de la función pública, de protagonismo activo y corresponsable, pero también esfera del autogobierno comunitario. La convicción de que el Estado (proletario) Comunal debe ser por su esencia diferente del capitalista, supone indefectiblemente la demolición de la maquinaria estatal burguesa heredada, y la constitución del nuevo entramado institucional, lo cual es una tarea prioritaria, sujeta a la participación de las clases populares. Y es que las clases populares y trabajadoras requieren del Estado para conseguir la superación de la sujeción del capital y sus agentes, y para materializar la obra socialista. En consecuencia, se precisa el diseño de un plan de transición, y altas dosis de voluntad política para desanudar las madejas de intereses velados de quienes por desconocimiento o por conveniencia, preservan intactos los soportes formales del estatus quo. 117 Bensaid, Daniel. “Clases, plebes, multitudes” 261 Haiman El Troudi Pero las iniciativas políticas y aportes de Lenin, o las visiones de la filosofía hegeliana, las bases dialécticas de Marx, y más recientemente la perspectiva contra-hegemónica gramsciana, respecto a la problemática del Estado en el capitalismo y de la transición al socialismo, fueron interpretadas y confiscadas por una supuesta ortodoxia marxista, en buena parte de las experiencias socialistas del siglo pasado. El aporte sobre las formas de señorío y sometimiento que podían solapar las instituciones complejas del Estado, fueron gradualmente adecuadas a los intereses de los politburó de los partidos comunistas y socialistas. Una suerte de ilustración marxista ungía a los intelectuales y al funcionariado estatal, autoproclamados representantes de los intereses populares. Se diluyó progresivamente la concepción del Estado entendido como la resultante de la división de la sociedad en clases antagónicas, fundada sobre instituciones y leyes bajo las cuales los individuos de la clase dominante hacen valer sus intereses comunes. El Estado burgués, bajo el mando del capitalista o los socialistas, debe subsistir mientras exista la división de la sociedad en clases. Pero, si dentro de la propia clase popular, asida del poder estatal, se entronizan modos y prácticas sustitutivas del protagonismo de la sociedad en los asuntos públicos, el Estado se vuelve contra sus propios “regentes”. Una nueva clase emerge de la ebullición social y de la cultura burguesa reproducida y se hace dueña de las posiciones de poder y de las decisiones. El cuadro se ve agravado si la “clase vanguardia-revolucionaria” se asume autosuficiente y centraliza bajo su mando todas las determinaciones de la acción emancipadora. Cuando todo se quiere hacer desde arriba, el Estado se convierte en agente tutelar y no motor coadyuvante del desarrollo organizativo, político, cultural y económico de la clase popular. Progresivamente, se reeditan los sucesos acontecidos bajo la sombra del socialismo en el Siglo XX: el desalojo de los Soviets en la URSS, el desmontaje de las Comunas Populares en China. La revolución bolivariana exhibe importantes avances en cuanto a logros sociales, maduración política de la sociedad (conciencia social, participación ciudadana, etc.), y extraordinario progreso en términos del internacionalismo antiimperialista, solidario e integrador; pero la transición socialista demanda atención integral al complejo entramado de variables intervinientes en el proceso societal, a saber: delimitación de una estrategia económica clara, construcción de un instrumento político, y construcción del Estado Socialista. La debilidad de la revolución bolivariana referida a la ausencia de avances significativos en la edificación de un solvente Estado Socialista, se expresa en las siguientes dimensiones: i. Los problemas de ineficiencia pública. ii. La carencia de sistemas exitosos de control y regulación del mercado 262 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela capitalista. iii. La propagación de la estructura clientelar, rentista y paternal del Estado heredado. iv. La precaria planificación económica, institucional, territorial y social. v. La prevalencia de cultura funcionarial sin vocación de servicio, adquirida de la tradición pública precedente. vi. Las limitaciones en la creación de la nueva institucionalidad derivada de las experiencias sociales exitosas. vii. La limitada participación social y protagónica de la ciudadanía en la gestión pública. viii. El marginal esfuerzo en la formación de una nueva generación de servidores públicos centrados en actitudes éticas, solidarias, inclusivas y fraternas. ix. La insolvencia en la constitución del sistema de personal que reivindique la seguridad social y enaltezca la condición de los servidores de la Administración Pública. x. El escaso establecimiento de una nueva relación entre Estado y Sociedad. El socialismo debe ser expresión de “buen gobierno”, por ello el diseño del Estado dentro de la PEB ha de superar la noción, a través de la cual se agiganta y retoca el Estado como instrumento de dominación de clase, y en contraposición se promueve una reconciliación de éste con la Sociedad. Lo contrario conduce indefectiblemente a la transferencia del poder a la “clase vanguardia-revolucionaria”, en tanto nuevo estrato dominante emergente. La reconciliación del Estado con la Sociedad demanda una transformación penetrante que cree un nuevo Estado accesible, fuerte y empoderador. Estado regente pero aliado, desprovisto de sesgos autoritarios y socialmente legitimado. Para ello, se requiere la presencia activa de la institucionalidad estatal en todos los espacios donde la dinámica social lo permita. El servicio público ha de entenderse como facilitación de los procesos ciudadanos sobre el propio terreno, acompañamiento en la solución de los problemas sociales. Tal como lo ha demostrado la evidencia suscitada tanto en los países desarrollados del norte capitalista, como en países socialistas, tan sólo la gestión gubernamental bañada de participación asegura la dotación de servicios públicos a la población. En el caso venezolano, la función prestacional de los servicios públicos, si bien se ha visto incrementada y mejorada a instancias del Gobierno Bolivariano, no se ha logrado, por ahora, alcanzar estándares internacionales en cuanto a cobertura territorial y poblacional. Las fallas en estos servicios al día de hoy, son reflejo de la gigantesca deuda acumulada, a la desinversión e insensibilidad de los gobiernos neoliberales de la Cuarta República, tanto como del metabolismo capitalista estatal aún latente. 263 Haiman El Troudi Tan sólo un Estado fuerte, y responsable posibilita la integración social y la materialización de un Proyecto Nacional. El “Socialismo del mal gobierno” no asegura servicios públicos de calidad, vigoriza la segmentación social, y en definitiva torna inviable la activación de consensos sociales, imprescindibles para la forja del nuevo mundo humano. Estado fuerte no totalitario; fuerte en capacidades productivas propias, y en control de las variables determinantes de la economía. Estado accesible por medio del desmontaje del estructuras reproductoras del burocratismo. Estado empoderador en tanto Estado Comunal. Un Estado empoderador posibilita el control de la vida social reasumido por las clases populares, bajo la guía estratégica del Estado y en labor coordinada con éste y los demás sujetos sociales-productivos. La Comuna Socialista Bolivariana representa sin dudas una de las salidas históricas a la práctica del campo socialista en el siglo pasado respecto al “estatismo tecno-burocrático de los expertos”. Vale decir, superar la reduccionista determinación del Estado proletario gestionado desde arriba por el partido revolucionario único, la idea de que el Estado deba tributar desde arriba el socialismo a las masas, y la interpretación de la relación de la población con el Estado como una relación de exterioridad, en cuanto el Estado es el único poseedor-detentor del poder transformador. La experiencia socialista ha aleccionado en cuanto a que no se construye el socialismo únicamente tomando control del Estado por parte de los revolucionarios. El cambio en las relaciones de fuerza es apenas una parte del proceso emancipador, dicho cambio en el poder del Estado no es suficiente para trasformar las bases materiales del aparato estatal, reproductor del sistema de opresión heredado. La PEB ha de asumir el Estado Comunal, el Estado participativo donde la función pública descansa en la corresponsabilidad del protagonismo popular. El Estado para la tradición socialista es custodio de los intereses sociales, y administrador de la Renta Pública y el Tesoro Nacional. Para el Socialismo Bolivariano el Estado es una suerte de entelequia política dada a sí misma por la propia sociedad organizada, consciente y movilizada, a fin de asegurar la armonía entre la multiplicidad de intereses parciales y la equidad del desarrollo humano integral. Con la fibra insustituible que fructifica del poder popular, el Estado abona la economía del conjunto y salvaguarda la soberanía nacional. Kant entendía al Estado como la coalición de personas dispuesta a convivir bajo cánones de ley y coacciones universales. Sobre esa tesis se han apilado diversas proyecciones, p.e., la concepción del Estado como un ciudadano común, en tanto ensanchamiento del sistema de libertades que posee una sociedad. Desde luego, el Estado contemporáneo, surcado de intereses y concepciones, trasciende el formato idealista plasmado por Kant, sobre todo cuando alude su función económica, independientemente del modo de producción adoptado por una determinada sociedad. 264 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela Para la PEB, la “Función Económica del Estado Socialista” se expresa en la metamorfosis de la economía capitalista en economía socialista, con base en la realización de la producción social; la orientación planificada de la economía sin apelativos al principio leninista del centralismo democrático; la construcción de la base material y técnica durante el período de transición al socialismo; al control sobre la medida del trabajo, sobre la medida del consumo, y la orientación del movimiento de la masa fundamental de mercancías; en la formación de una nueva conducta laboral basada en la vocación social del trabajo; en la orientación del desarrollo de la ciencia, la tecnología y la técnica. Para la revolución bolivariana la actividad económica del Estado trasciende la ecuación ortodoxa de la concentración en sus manos de todos los medios de producción. En el período de transición del capitalismo al socialismo, el Estado socialista crea la palanca fundamental para el establecimiento de nuevas relaciones de producción, dirige el proceso de industrialización del país y la socialización de la agricultura, a instancias de la asociación de los pequeños y medianos productores libres asociados, propietarios o usufructuantes de la tierra y de determinados medios de producción agrícola-campesina. Así mismo, ejerce el monopolio estatal de las operaciones del comercio exterior fundamentales para la soberanía nacional; organiza la colaboración complementaria y la ayuda mutua con otros países en pos de la edificación de un mundo pluripolar solidario; establece el sistema de finanzas y la circulación monetaria en el país, instituye el sistema de salarios y el modo de afianzarlos en proporción con el principio de la distribución con arreglo al trabajo. La “Función Económica del Estado Socialista” apoyada sobre bases rigurosamente científicas, si bien se asume bajo la dirección de la vanguardia revolucionaria gubernamental y el partido, en tanto instrumento político y fuerza dirigente y orientadora de la sociedad y la revolución, a medida que van madurando la condiciones materiales y la conciencia de la clase popular, se van incorporando las fuerzas y movimientos sociales, así como a las amplias masas populares-comunales. Se pone de manifiesto el proceso de evolución progresiva de la organización estatal socialista pura, en gestión estatal-comunal compartida. Así mismo, el nuevo Estado Bolivariano ha de ser capaz de mediar entre los actores sociales, regular todas las actividades, ordenar la convivencia y administrar el sector público de la economía, crear el dinero, establecer políticas impositivas, sociales y medio ambientales; asumir la responsabilidad compartida por el bien común. Lenin enfatiza118 que los grandes medios de producción han de estar 118 V.I. Lenin. “La Alianza de la clase obrera con el campesinado” 265 Haiman El Troudi en poder del Estado y el poder del Estado en manos del proletariado119. El curso de la revolución bolivariana en ese sentido ha iniciado un recorrido, resta avanzar en tres perspectivas estratégicas: 1) Verdadera socialización de tales medios de producción estratégico, lo cual supone trascender la mera nacionalización y avanzar en el establecimiento de relaciones de producción trascendentes de la lógica capitalista. 2) Creación de nuevos medios de producción estratégicos con alto contenido integrador. 3) Involucramiento de los trabajadores y el entorno comunal en la gestión pública, y en el control y contabilidad de las Empresas de Propiedad Social. Ha quedado suficientemente aclarado por la historia, que el socialismo no necesariamente se forma sobre la infraestructura industrial y cuando la clase obrera es mayoritaria. Ni en la extinta URSS ni en China Comunista existió en sus albores un proletariado mayoritario, al contrario, era franca minoría frente a la mayoritaria clase campesina. En aquellas circunstancias, tanto el partido bolchevique, como el Partido Comunista Chino regentaron la transición socialista guiados por el predominio de la propiedad pública sobre los medios de producción. La acumulación originaria tuvo que fundarse sobre la apropiación de la riqueza privada (las propiedades zaristas-imperiales, la riqueza de la iglesia, las tierras feudales, la precaria industria manufacturera…) La experiencias socialistas posteriores (Yugoslavia, Polonia, Cuba, etc.) carentes de recursos materiales sobre los cuales iniciar el proceso de distribución de la riqueza nacional a favor de atender las demandas sociales, al igual que en las circunstancias China-Soviética, apelaron a la nacionalización de empresas y la confiscación de bienes privados. En Venezuela prima una realidad sui géneris, los problemas y desafíos iniciales de la acumulación originaria están relativamente resueltos por vía de la riqueza petrolera. El país se caracteriza por una condición rentista que la coloca en un escalafón –se puede decir- pre-capitalista. La revolución no ha sido abanderada por la clase obrera. La diversificación económica pasa por desarrollar las fuerzas productivas, y para ello se necesita la participación de todos los agentes económicos, por medio de la utilización de variantes del Capitalismo de Estado para promover Empresas de Propiedad y Producción Social y formar Empresas Mixtas, fundadas en nuevas relaciones socialistas de producción. 119 En el caso de la revolución bolivariana, el sujeto histórico es ampliado más allá de los límites del proletariado industrial o el campesinado, abarcando diversas fuerzas sociales (mujeres, afrodescendientes, indígenas, comunidades organizadas, estudiantes, etc. 266 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela El papel del Estado venezolano en la economía ha resultado afectado por las tendencias neoliberales de las últimas décadas del Siglo XX. Éstas no hicieron, sino profundizar el proceso de apropiación y transferencia de la renta petrolera desde el Tesoro Público al sector privado. Este proceso configuró el fenómeno de la corrupción administrativa y de la colusión entre empleados públicos y poder económico, a favor de privatizar sistemáticamente la renta petrolera. Revertir esa condición pasa por el rediseño del Estado y su reconfiguración como una herramienta revolucionaria para la transición al socialismo. Una nueva cultura política asociada a una nueva cultura productiva debe incluir una nueva concepción del papel del Estado y del servidor público, acorde con el modelo de desarrollo socialista del país. En esa nueva cultura política, el Estado conserva y asume su papel de rector en la economía, tomando en cuenta las necesidades de las grandes mayorías, las grandes transformaciones sociales y la creación de un nuevo sujeto económico social comunitario. Por su parte, el Gobierno Bolivariano como agente económico amerita una participación eficiente para la edificación de nueva estructura económica venezolana. En tal sentido, la intervención pública focalizada en sus tres vertientes: 1) política de inversiones públicas (social, productiva y equipamiento en infraestructura), 2) financiamiento de la producción nacional (créditos públicos, exenciones y otros incentivos, control cambiario, producción estatal, etc.), y 3) gasto corriente (salarios, compras del Estado, etc.), demanda una estrategia integral asociada al plan del Estado para la diversificación económica nacional. En los frentes de batalla económica, en el medio y largo plazo, se pretende consolidar la gestación del Gobierno Endógeno, basado en un estatuto del Estado Comunal. Para ello, se requiere la activación de la participación protagónica del pueblo en la formulación, gestión y control social de los nuevos sistemas de producción, distribución y satisfacción de necesidades desde sus propios espacios de vida comunal, así como la excitación de las capacidades comunales para el desarrollo industrial en función de las necesidades y potencialidades de cada región. Del mismo modo se precisa transferir progresivamente capacidades y competencias de gestión del Estado a las redes comunales de producción social, distribución equitativa y comercialización justa. En el período histórico de la transición es fundamental realzar el cultivo de la nueva ética socialista, a través de los valores de la templanza y la frugalidad en la conducta de las autoridades y servidores públicos. Todos los revolucionarios, en función pública, deben ser ejemplo de conducta racional y solidaria. Ello debe ir acompañado de una política de gasto público orientada por la austeridad y por el mejoramiento sustantivo de la eficiencia y calidad del gasto y de la gestión de la Administración Pública. De igual forma, el sector privado debe administrar una política de gasto también guiada por el principio de la austeridad y frugalidad. 267 Haiman El Troudi Una buena praxis estatal, en línea con lo anterior y a manera de ejemplo, está relacionada con el finiquito de las autonomías descentralizadas (Institutos Autónomos, Fundaciones, y otros órganos y entes de la Administración Pública Central) en el manejo de fondos públicos. Controlar el flujo de ingresos y egresos vía centralización de todos los pagos del Estado, a través de la Oficina Nacional del Tesoro permitiría avanzar en el fortalecimiento de la Unidad del Tesoro. Lo anterior demanda una organización institucional del Estado Socialista para los temas económicos. Se hace preciso alinear la política económica en todas las instancias del poder público. Las instituciones gubernamentales ameritan una visión compartida, tanto como una estructura organizacional acorde con los objetivos delimitados por la PEB. No pueden obrar por cuenta propia los órganos responsables de atender el sector real de la economía, sin que su accionar se compatibilice con la gestión macroeconómica, o la financiera, la fiscal, la monetaria. Para avanzar en la construcción del Estado Socialista Bolivariano es necesario contar con un plan que atienda los ejes estructurantes de la transición. El proyecto de Plan de Renovación del Estado actual por otro socialista, si bien ha sido formulado a la fecha no se ha implementado120. En las líneas subsecuentes se revisan los elementos centrales de dicha propuesta. Como punto de partida, se afirma que la renovación del Estado no responde a la idea de una reforma del Estado como un “continuo histórico”, alimentado de una suerte de evolución programada, por cuanto, los intentos de reforma de la Administración Pública llevadas a cabo a finales de los años 80, en conjunción con los programas de ajuste estructural y de liberalización económica y financiera no se orientaron en la perspectiva de la revolución medular del ordenamiento estatal venezolano. Los principales ejes de gravitación de lo que en su momento se llamó la “Reforma del Estado” fueron la descentralización, el redimensionamiento de los dispositivos gubernamentales de administración y gestión económica y financiera, la reforma educativa y judicial, con una orientación parcial, fragmentaria y sesgada, toda vez que el plan subyacente era abiertamente neoliberal, consistente en reducir el tamaño del sector público, privatizar empresas estatales; en fin, reducir la política gubernamental de intervención en las decisiones económicas del mercado, bajo la premisa implícita de que el sector público era ineficiente por naturaleza. No es de extrañar entonces que los sistemas de personal del sector público no formaran parte de la agenda de la reforma, quedando por 120 Proyecto de Plan de Desarrollo Institucional. Ministerio de Planificación y Desarrollo. Bajo la Coordinación de Pedro Olveira, Roberto Mirabal y Haiman El Troudi. 2008. 268 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela ende, rezagados y desactualizados respecto de los avances teóricoprácticos que en esta materia habían venido operándose en el mundo. Entretanto, las restricciones presupuestarias y la consiguiente reducción de remuneraciones ocasionaron un éxodo masivo de personal calificado. En Venezuela, a partir del proceso Constituyente de 1999, se produjeron modificaciones sustantivas en nuestro ordenamiento jurídico nacional que promueven la racionalización y optimización de la organización y funcionamiento del Estado y, en particular, de la Administración Pública, ampliando la capacidad de la Presidenta o Presidente de la República en la organización de aparato organizacional, sobre el cual se realizan y ejecutan las políticas públicas. El legado dejado por 40 años de puntofijismo no fue precisamente una administración pública coherentemente estructurada y disciplinada, sino un insostenible y caótico ensamblaje organizacional y funcional, sin identidad y cultura propia, profundamente divorciado de una realidad social que se hacía cada vez más compleja y cambiante. Rumbo al socialismo, el Estado heredado demanda transformaciones estructurales que posibiliten la gestión eficiente y eficaz de las políticas públicas bolivarianas. Este postulado exige un instrumento coordinador, capaz de erradicar definitivamente el viejo modelo de Administración Pública capitalista y clientelar del aparato burocrático, en pos de un novedoso, efectivo, eficiente y transparente modelo de gestión dirigido a la satisfacción de las necesidades sociales. El ideal que anima el desarrollo de la nueva institucionalidad socialista es darle coherencia a la actuación estatal durante la transición. Un Estado participado por la ciudadanía organizada, estratega, fuerte, transparente, capaz, democrático, anticipador, mediador y animador de los cambios sociales. Un Estado atento y receptivo frente a la sociedad que tiene la responsabilidad de dirigir. La construcción de una nueva institucionalidad pública supone, sin duda, una ruptura con la lógica de su anterior modelo organizativo, logrando refundar la República bajo los lineamientos de la nueva ética socialista, la suprema felicidad social, la democracia protagónica revolucionaria, el modelo productivo socialista y la nueva geopolítica nacional, como elementos fundamentales y finalidad indiscutible de la acción pública. En consecuencia, se delimitan siete Ejes Estratégicos sobre los cuales apuntalar la acción transformadora: 1. Adecuación de la organización y funcionamiento de la Administración Pública Nacional, a las metas y objetivos definidos en el “Proyecto Nacional Simón Bolívar, Primer Plan Socialista”. 2. La planificación centralizada como principio garante de la uniformidad y correcta direccionalidad de las políticas públicas definidas por el Ejecutivo Nacional. 269 Haiman El Troudi 3. Mejora permanente de los procesos administrativos, enfocada en una gestión pública eficaz, eficiente y transparente. 4. Participación social y protagónica de las ciudadanas y los ciudadanos en la gestión pública. 5. Una nueva generación de funcionarias y funcionarios públicos centrados en actitudes éticas, solidarias, inclusivas y fraternas, como instrumentos del cambio social e institucional del nuevo proyecto socialista bolivariano. 6. Implementación del Gobierno Electrónico como herramienta de mejora de la gestión pública al servicio de las personas. 7. Desarrollo de los beneficios socioeconómicos y el sistema de seguridad social de la Administración Pública Nacional. A continuación se desglosa cada uno de los objetivos y líneas estratégicas inmersas en cada uno de los ejes antes mencionados. 1.Adecuación de la organización y funcionamiento de la Administración Pública Nacional, a las metas y objetivos definidos en el “Proyecto Nacional Simón Bolívar” Objetivo: Adecuar las estructuras organizativas y competencias de la Administración Pública Nacional a una nueva institucionalidad dirigida al servicio de las personas, fundamentada en la planificación centralizada y en un nuevo modelo de gestión pública racional, coherente, eficaz, eficiente y transparente, en perfecta sujeción al marco jurídico de la Administración Pública Nacional y a los valores y principios del socialismo bolivariano del Siglo XXI. Líneas estratégicas: 1.1 Diseño y adecuación de la estructura y competencias de la Administración Pública Nacional que promuevan su máxima optimización en el funcionamiento. 1.2 Revisión y adecuación permanente de la delimitación y determinación de competencias de los diferentes órganos y entes, a los cambios ocurridos con ocasión de los Decretos con Rango, Valor y Fuerza de Ley dictados a través de la Ley Habilitante y, a las instrucciones emanadas del ciudadano Presidente de la República Bolivariana de Venezuela. 1.3 Dotación a la Administración Pública Nacional de un marco estratégico referencial en materia de desarrollo institucional y de un modelo organizativo que facilite la transición hacia el ordenamiento político, económico, social y territorial que plantea el Proyecto Nacional Simón Bolívar. 1.4 Construcción de las bases que permitan la materialización de los 270 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela procesos de desconcentración funcional y territorial de los órganos de la Administración Pública Nacional acordes con el desarrollo territorial desconcentrado que prevé el Proyecto Nacional Simón Bolívar. 1.5 Diseño e instrumentación de la organización de las Autoridades Regionales en el territorio nacional, como sujetos indispensables del funcionamiento de la Administración Pública y la efectiva ejecución de los programas, planes y proyectos aprobados conforme a la planificación centralizada. 1.6 Establecimiento del modelo organizativo, funcional y de gestión de los sistemas de empresas de Producción Social y de Propiedad Social, en correspondencia con el Modelo Productivo Socialista. 1.7 Procura de sinergia, articulación y armonización de la acción pública, que permita un mejor desempeño del talento humano y una mejor utilización de los recursos públicos. 1.8 Diseño e impulso de las juntas sectoriales como herramientas fundamentales de la acción pública central, conforme a la planificación centralizada. 1.9 Armonización de las estructuras organizativas de los órganos y entes de la Administración Pública con criterios de flexibilidad y horizontalidad, evitando la excesiva departamentalización estructural. 1.10 Generación de espacios de coordinación permanente en la Administración Pública Nacional, a través de la activación de redes a nivel operativo, poniendo en práctica el mapa de relaciones interorgánicas e intraorgánicas bajo el enfoque de la planificación centralizada. 1.11 Impulso, orientación y cooperación al establecimiento de un adecuado sistema de control interno en los órganos y entes de la Administración Pública Nacional. 1.12 Preservación y disposición de la documentación pública de manera útil, confiable y oportuna, de forma tal que sea recuperable para el uso del Estado, en servicio de las personas y como fuente de historia, cumpliendo función probatoria, supletoria, verificadora, técnica y testimonial. 1.13 Establecimiento de un sistema de seguimiento y evaluación de las líneas estratégicas, programas, planes y proyectos relacionados con el presente eje estratégico. 2. La planificación centralizada como principio garante de la uniformidad y correcta direccionalidad de las políticas públicas definidas por el ejecutivo nacional Objetivo: Adecuar la actuación de los órganos y entes de la Administración Pública Nacional, a los principios y normas que rigen la planificación centralizada, bajo la coordinación, supervisión y control de la Comisión Central de Planificación, garantizando la recepción y precisa ejecución de 271 Haiman El Troudi los lineamientos estratégicos, políticas, planes y proyectos, aprobados por la Presidencia de la República Bolivariana de Venezuela. Líneas estratégicas 2.1 Incorporación y garantía, a través de los distintos órganos y entes de la Administración Pública de la planificación centralizada, como herramienta obligatoria garante de la uniformidad y correcta direccionalidad de las políticas públicas definidas por el máximo nivel del Ejecutivo Nacional. 2.2 Adecuación del funcionamiento de los órganos y entes de la Administración Pública Nacional a los lineamientos estratégicos, políticas y planes a cargo de la Comisión Central de Planificación, lo que comprende los ámbitos político, social, económico, político-territorial, seguridad y defensa, científico tecnológico, cultural, educativo, internacional y los demás que fije la Presidencia de la República. 2.3 Garantía de armonización, adecuación y alineación de los programas, planes y proyectos de la Administración Pública Nacional con el Plan de Desarrollo Económico y Social de la Nación, y las instrucciones definidas por el máximo nivel del Ejecutivo Nacional. 2.4 Establecimiento de sistemas para la evaluación y seguimiento de los lineamientos estratégicos, políticas y planes, atendiendo a lo dispuesto en el Plan de Desarrollo Económico y Social de la Nación. 2.5 Garantía de implementación de esquemas y metodologías de planificación estratégica, participativa y corresponsable. 2.6 Vínculo y adecuación de los órganos y entes de la Administración Pública Nacional, a un modelo de planificación centralizada capaz de garantizar la satisfacción de las necesidades espirituales y materiales de la sociedad, logrando la suprema felicidad social, sólo alcanzable, a través del modelo socialista. 2.7 Facilitación en los órganos y entes de la Administración Pública Nacional de las funciones de control y coordinación de la Comisión Central de Planificación. 2.8 Armonización y coordinación de la acción pública, para la mejor utilización de los recursos y la mejor efectividad de una gestión de resultados. 2.9 Establecimiento de un sistema de seguimiento y evaluación de las líneas estratégicas, programas, planes y proyectos relacionados con el presente eje estratégico. 3. Mejora permanente de los procesos administrativos, enfocada en una gestión pública eficaz, eficiente y transparente Objetivo: Adecuar los procesos de la Administración Pública Nacional, 272 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela garantizando su cercanía a las personas, asegurando la simplificación, desburocratización, automatización e información de los trámites administrativos, así como una gestión pública para resultados basada en respuestas oportunas y de calidad frente a las solicitudes de los ciudadanos. Líneas estratégicas 3.1 Fortalecimiento de los órganos y entes de la Administración Pública Nacional para la optimización de una gestión pública por resultados. 3.2 Implementación de una metodología para la evaluación de las capacidades institucionales de los órganos y entes de la Administración Pública Nacional. 3.3 Desconcentración de los procesos decisorios, de ejecución y de mera formalización, en la búsqueda de optimizar la coordinación y control de las políticas públicas. 3.4 Implementación de los compromisos de gestión como mecanismo de evaluación del desempeño institucional y rendición de cuentas. 3.5 Simplificación de los trámites administrativos. 3.6 Implementación de herramientas automatizadas que le permitan a la Administración Pública Nacional mantener el registro y actualización de los trámites administrativos. 3.7 Institucionalización de los Comités de Simplificación de Trámites Administrativos. 3.8 Fortalecimiento de los conocimientos de los Consejos Comunales y otras formas de organización social en materia de simplificación de trámites administrativos. 3.9 Evaluación permanente de la creación, organización y funcionamiento de las ventanillas únicas públicas para la tramitación, pago, o gestión de actividades diversas por parte de la ciudadanía. 4.Participación social y protagónica de las ciudadanas y ciudadanos en la gestión pública Objetivo: Profundizar el protagonismo popular en la nueva institucionalidad, garantizando la participación vinculante de las personas y su corresponsabilidad en el ejercicio de la gestión pública, que permita la rendición de cuentas, la democratización del acceso a la información de la Administración Pública Nacional, la planificación participativa y la consecuente satisfacción de las necesidades de la población. Líneas estratégicas 4.1 Vinculación de los diagnósticos realizados por los Consejos 273 Haiman El Troudi Comunales, Comunas y demás organizaciones sociales a la elaboración de los planes, programas y proyectos de los órganos y entes de la Administración Pública Nacional. 4.2 Fortalecimiento de los conocimientos y vinculación de las tareas de las funcionarias y funcionarios públicos sobre los mecanismos y espacios de participación popular, a los fines de impulsar el reconocimiento y la colaboración de los derechos de las ciudadanas y ciudadanos. 4.3 Promoción y facilitación a los integrantes de los Consejos Comunales, Comunas y demás formas de organización social, del conocimiento sobre las técnicas generales para el efectivo ejercicio de la participación en los órganos y entes de la Administración Pública. 4.4 Impulso en los órganos y entes de la Administración Pública Nacional de la elaboración de los presupuestos participativos, a los fines de orientar los programas, proyectos y acciones a la satisfacción de las necesidades de las comunidades. 4.5 Garantía de consistencia y fortalecimiento de las Oficinas de Atención al Ciudadano, como instancias canalizadoras de los derechos de las personas, ante los órganos y entes de la Administración Pública Nacional, propiciando la participación popular y la contraloría social en la gestión pública. 4.6 Implantación transversal en los órganos y entes de la Administración Pública Nacional de un sistema integral e integrado de información sobre Consejos Comunales, Comunas y demás formas de organización social. 4.7 Establecimiento de un sistema de seguimiento y evaluación de las líneas estratégicas, programas, planes y proyectos relacionados con el presente eje estratégico. 5. Una nueva generación de funcionarias y funcionarios públicos centrados en actitudes éticas, solidarias, inclusivas y fraternas, como instrumentos del cambio social e institucional del nuevo proyecto socialista bolivariano Objetivo: Formar la nueva generación de servidores públicos de la Administración Pública Nacional, que más que un altar de valores, exhiban en sus condiciones de vida una conducta honesta, eficiente, fraternal y basada en la ética socialista, con compromiso nacional y plenamente abocados al servicio público, como agentes sociales de la administración y del poder político para la ordenación y transformación de la sociedad. Líneas estratégicas 5.1 Implantación de políticas y sistemas de concursos a la carrera funcionarial que permitan captar un talento humano comprometido 274 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela con el Estado, probos, con valores, méritos, vocación de servicios y conocimientos necesarios para el ejercicio de la función. 5.2 Impulso y diseño de programas y planes de formación y capacitación de las funcionarias y funcionarios públicos, orientados al desarrollo ético, social y técnico para consolidar un nuevo sujeto abocado al servicio público socialista. 5.3 Formación de los servidores públicos para el empleo de las fórmulas de cortesía en la debida atención a las usuarias y usuarios. 5.4 Establecimiento de un sistema de evaluación del desempeño para identificar las debilidades y potencialidades de los evaluados, procurando estimular el ánimo de superación, el espíritu de servicio y la identificación con los ideales propios del servicio público, donde el mérito, la dedicación y la lealtad institucional trasciendan a una simple recompensa material. 5.5 Fortalecimiento de los conocimientos y vincular las tareas de las funcionarias y los funcionarios públicos sobre los mecanismos y espacios de participación popular, a los fines de impulsar el reconocimiento y la colaboración de los derechos de las ciudadanas y ciudadanos. 5.6 Formación de los gerentes y trabajadores de las empresas socialistas en la gestión pública, para lograr verdaderos agentes del cambio social y consolidar el modelo productivo socialista. 5.7 Establecimiento de un sistema de seguimiento y evaluación de las líneas estratégicas, programas, planes y proyectos relacionados con el presente eje estratégico. 6. Implementación del Gobierno Electrónico como herramienta de mejora de la gestión pública al servicio de las personas Objetivo: Materializar el ejercicio del derecho que tienen las personas a relacionarse electrónicamente con la Administración Pública Nacional y acceder a la información y los servicios ofrecidos por ésta, coadyuvando a elevar la eficacia, eficiencia y transparencia de la gestión pública, facilitando la participación y la confianza de las personas en una sociedad de información, salud y conocimiento. Líneas estratégicas 6.1 Fomento en el uso de los medios electrónicos de la Administración Pública Nacional, de acuerdo con el ordenamiento legal vigente y la planificación centralizada. 6.2 Establecimiento de políticas comunes de gobierno electrónico para todos los órganos y entes de la Administración Pública. 6.3 Fortalecimiento de las áreas relacionadas con las tecnologías de información en los órganos y entes de la Administración Pública Nacional, 275 Haiman El Troudi a fin de contar con unidades capaces de responder a las exigencias de un gobierno electrónico. 6.4 Propicio de mecanismos alternativos para aquellas comunidades o personas que no tienen acceso a las tecnologías de la información. 6.5 Verificación e implementación en los órganos y entes de la Administración Pública, de la aplicabilidad de las herramientas tecnológicas del Estado en el desarrollo de los procesos que les correspondan. 6.6 Definición de patrones comunes de interacción electrónica intragobierno. 6.7 Aprovechamiento de la tecnología de la información y comunicación como herramientas para agilizar los procesos, trámites y procedimientos en la Administración Pública Nacional. 6.8 Uniformidad electrónica de la información sobre los órganos y entes de la Administración Pública Nacional. 6.9 Incentivo a la investigación y el desarrollo de Software Libre Nacional en los órganos y entes de la Administración Pública Nacional, como política estratégica que garantice la soberanía tecnológica. 6.10 Uso del Gobierno Electrónico como herramienta que permita mejorar la participación de las comunidades en todos los procesos de la Administración. 7. Desarrollo de los beneficios socioeconómicos y el sistema de seguridad social de la administración pública nacional Objetivo: Adecuar las estructuras, procesos y herramientas institucionales que garantizan la estabilidad en los beneficios socioeconómicos y la seguridad social de la población, permitiendo transitar hacia la realización colectiva y la satisfacción de las necesidades fundamentales de mujeres y hombres nuevos, dentro de un Estado Socialista que procura la mayor suma de seguridad, salud y felicidad posible para todos sus habitantes. Líneas estratégicas 7.1 Garantía de un sistema de remuneración en la Administración Pública Nacional, basado en la igualdad y la justicia social, que refleje el principio fundamental de “igual salario por igual trabajo”. 7.2 Establecimiento de las bases y la planificación para la transición a un sistema de seguridad social, regido por los principios de gratuidad, universalidad, integralidad, equidad, interacción social y solidaridad. 7.3 Normalización en la Administración Pública Nacional de los beneficios y garantías derivadas de las relaciones de empleo público. 7.4 Planificación y aseguramiento del oportuno y eficaz cumplimiento de las obligaciones derivadas de los derechos de los empleados públicos 276 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela en la búsqueda de la suprema felicidad social. 7.5 Promoción de la creación de espacios institucionales para el disfrute y aprovechamiento del tiempo libre para los empleados de la Administración Pública Nacional. 7.6Establecimiento de un sistema de seguimiento y evaluación de las líneas estratégicas, programas, planes y proyectos relacionados con el presente eje estratégico. 277 Haiman El Troudi 11. Actualización legislativa La evidencia histórica pone de manifiesto como los grupos de interés sobrevenidos al poder público celebran permanentes cambios de legislación a la hechura de su beneficio, antes que a la interpretación de los variables sentimientos y aspiraciones nacionales acerca de la justicia social. Sin embargo, la justicia y la injusticia, en tanto interpretación derivada de la conciencia humana, no comporta exigencia de neutralidad en materia política o social, y mucho menos prescindencia de la ética, razón de ser del derecho. Así, la convivencia social reglamentada ha de volverse apelativo, sin limitaciones de ningún tipo, para la producción de lo necesario y digno para el mantenimiento de la vida en atención a una mirada de onda larga (civilizatoria), y bajo disposiciones colectivas; no para provechos particulares, sino para el bienestar común duradero. Si cambian las condiciones de vida, si el modo de producción evoluciona muy probablemente varíen las relaciones sociales de producción y convivencia entre las personas, y junto con ellas cambie el sentimiento de éstas acerca de lo que es justo e injusto, por lo que tendría que verse alterada nuevamente la estructura jurídica. Al asumir el socialismo como enunciado directo y auténtico del anhelo social, es menester inscribir tal movimiento societal dentro de los límites del derecho público. Aún cuando establecer cambios legales y consecuentemente políticos, p.e., del derecho a la propiedad, es relativamente sencillo si se le coteja con la compleja y prolongada labor de sustituir el modo en que el capital controla la disposición reproductiva de las relaciones sociales de convivencia y producción, no debe asumirse dicha tarea como mero procedimiento administrativo, delegado a operadores políticos y juristas divorciados del debate ideológico-estructural-instrumental en el que se decanta el proceso de cambios. En el marco de una revolución advenida por vía electoral, la confección jurídica del modelo socialista con características venezolanas facilita la realización, por “procedimientos aparentemente pacíficos”121, de las transformaciones imprescindibles. El derecho es en consecuencia, un componente estructurante del proyecto de evolución social. Visto así, el socialismo se asume como vía contractual triunfante contra la lógica estatutaria, vale decir, el dictamen del derecho calculado a favor de las mayorías y reflexionado democráticamente, en reemplazo del derecho acordado por élites e impuesto al resto de la sociedad. 121 Aún cuando el proceso bolivariano está claramente signado por una alta conflictividad social y violencia burguesa. Véanse el Golpe de Estado, la desestabilización política, los intentos de magnicidio, los planes de desabastecimiento, la presencia paramilitar, etc. 278 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela Más allá del reformismo estatutario, el derecho contractual socialista se expresa mediante una pulsión estratégica, trasciende el ámbito de la táctica. Los súbitos cambios políticos sin participación popular acarrean a la larga, tras la imposición de nuevos sedimentos legales, pérdida de base popular de apoyo. En cambio, si el pueblo se involucra y compromete directamente con la activación del poder constituyente, y al mismo tiempo asume el poder del voto, el nuevo marco legal se legitima política y socialmente. Con el propósito de que dichas leyes en su beneficio social se cumplan, se produce una activación ciudadana en pos de la aplicación de manera corresponsable de dicho marco legal; la participación activa se traduce en la formación y el ejercicio de la autoridad formal y popular, y en el propio acatamiento y ejercicio de los deberes y derechos ciudadanos. La vía bolivariana, bajo el mandato de las mayorías, ha venido procurando concretar jurídicamente el proyecto socialista, valiéndose del propio derecho para transformar el derecho en asiento del nuevo sistema de convivencia social armoniosa. No obstante, se han producido conmociones intensas, perturbadoras de la vida nacional, producto de la resistencia de los grupos políticos y económicos interesados en preservar su estatus quo. Los decibeles de la estridencia opositora siempre estarán presentes, y ello debe ser recordado permanentemente por las fuerzas progresistas como apelativo de unidad. Ahora bien, la legislación debe ser un ejercicio dinámico, sumido en la filosofía de la praxis, fruto del debate plural, expresión de la experimentación social. Menos elaboración teórica de conjurados. No se trata tan solo de propiciar debates en el colectivo nacional, auspiciar consultas a los directamente afectados, sino también de convertir el ejercicio legislativo en instrumento del aprender haciendo, y de investigación acción participativa. Se coincide con Sánchez Viamonte (1957) cuando afirma “La democracia hay que defenderla con el socialismo”122 y ello supone enmarcar un debate en el campo jurídico-político en torno a la problemática de las transformaciones del derecho público. La producción legislativa socialista ha de asumir un pensamiento relativista de la verdad, ello se traduce a decir del mismo autor, en distinguir “la verdad práctica y relativa, la verdad aprendida y no revelada”, lo cual supone colocar los asuntos políticos en el plano histórico y relativista. Esto es, excitar la dimensión ética del materialismo histórico. Todo nuevo derecho es producto de la lucha de clases, por tanto, las condiciones esenciales que sirven de bastimento para el nuevo pacto social involucran indefectiblemente condiciones materiales y económicas. Ante el conflicto entre interés particular e interés social, el empuje revolucionario 122 Sánchez Viamonte. “Democracia y socialismo” 279 Haiman El Troudi debe dar cuenta de los derechos adquiridos si éstos son injustos, y por proyección, darle finiquito a sus obligaciones derivadas, siempre que éstas no se correspondan con los intereses de la sociedad. Por extensión, los límites del ordenamiento público se hallan en la gestión de la justicia económica, sobre todo cuando se trata de intentos de perpetuación de “derechos patrimoniales” adquiridos injustamente. Para la PEB, los derechos de las clases populares se reivindican por medio de la justicia en la medida en que los intereses colectivos priman sobre los particulares. Para ello, se deben revestir sin demoras las formas jurídicas proclives a la justicia social, redistributiva y de igualdad, en correspondencia a las transformaciones en el orden económico. Para lograrlo, no basta la legislación meramente reglamentaria, procedimental, detallista y pragmática. La verdadera transformación jurídica en tanto expresión legítima de la conciencia de clase, de la ética y la cultura, se expresa en una batería de leyes alineadas con el proyecto socialista. Los espacios legislativos deben ser el término de la política, y la política instrumento de materialización del consenso social. Como consecuencia directa de la revolución, la sociedad venezolana se ha politizado en la medida en que ha hecho suyo el debate transformador (a favor o en contra), pero en todo caso, la acción trascedente debe volcarse a la formulación de proyectos perdurables construidos a partir de la sistematización de la experiencia social, y de la interacción fluida del pueblo organizado con los actores institucionales (parlamentarios y funcionariado público). El derecho es enunciado directo de la existencia del Estado, pero la justicia social es posible únicamente bajo el manto del Estado Socialista. La existencia de una sociedad justa con hombres y mujeres libres e iguales está supeditada a la erradicación de la explotación violenta de la fuerza pública y del dominio de la fuerza económica. Por tanto, los derechos del hombre y del ciudadano constituyen el punto de partida democrático de la futura transformación socialista123 (Sánchez Viamonte, 1957). La función revolucionaria en la transición al socialismo ha de apoyarse trasversalmente en la tarea de moralizar a los hombres, y fundar las instituciones para el cambio. Lo primero ámbito del abordaje superestructural, lo segundo diseño instrumental de la política y el derecho. De las experiencias legislativas del campo socialista del Siglo XX se puede hacer una aproximación al balance de las partes integrantes del derecho civil socialista. En principio no existió una norma generalizada a través de la cual aquellos países estandarizaran su andamiaje jurídico. Diversos matices diferenciaron el campo de los derechos reales, al de las obligaciones, el derecho sucesorio, el derecho de autor, el internacional privado, etc. 123 Ibídem. 280 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela La ciencia jurídica socialista de los derechos reales no reconocía la existencia de relaciones jurídicas entre las personas y los objetos, tan sólo las relaciones jurídicas entre los individuos, sobre la base del establecimiento de obligaciones convencionales y delictuosas. En los códigos civiles socialistas de los Estados del este europeo no existió un derecho mercantil como tal, las disposiciones dictadas en este dominio eran desarrolladas en leyes especiales, o bien en textos relativos de derecho económico. El derecho socialista bolivariano, a partir de la crítica al derecho del socialismo real, ha de superar la trama material de las raíces históricas del derecho burgués heredado, para ello amerita establecer el marco regulatorio a partir del cual se han de fundamentar las relaciones de producciones que trasciendan la división social del trabajo, la enajenación y la explotación. La legislación bolivariana debe activar una vigorosa agenda parlamentaria que aborde temas centrales para el avance de la transición socialista, y para la resolución de dilemas económicos-sociales. Tal abordaje supone ordenar prioritariamente los contenidos de interés alineados con la formulación estatal y en pleno reconocimiento de la experimentación social: Actualización legal del régimen socialista de tributación progresiva, incluyendo las ganancias extraordinarias; del régimen laboral, la organización del trabajo, de la jornada laboral, y las relaciones sociales de producción; del sistema financiero no especulativo, activador de la economía real, con límites a la movilidad del capital financiero, y a la producción de dinero como mercancía bancaria; del sistema de seguridad social, el retiro digno, y de aseguramiento del ingreso básico universal a toda la ciudadanía; de la regulación democratizada del mercado, el código de comercio digno, la planificación democrática, el cálculo económico socialista, la fijación de topes a la ganancia, y la regulación de los fondos privados de inversión y jubilación; de la ordenación territorial, y el sistema de ciudades; de la participación productiva comunal, las modalidades de presupuestos participativos; de la unidad del tesoro, con límites al endeudamiento público; de los derechos de patentes; sobre la propiedad y posesión de los medios de producción, alcance de la propiedad comunal. La alta dinámica legislativa, al seno de una revolución, está plenamente justificada, por cuanto se ajusta el marco de derecho que privilegia lo social y crea las bases para la transformación de la sociedad. De allí que sea preciso fomentar procesos legislativos ágiles, que no improvisen leyes y reglamentos sobre la base de ejercicios auto conjurados de expertos. Más allá de la producción legal, se precisa obrar consistentemente en la transformación material de las áreas implicadas, y velar por el acatamiento y cumplimiento de los instrumentos de derecho que vayan emergiendo de la nueva trama civilizatoria. 281 Haiman El Troudi 12. Tejido Productivo Comunal “El Socialismo tiene que anidar en las Comunas” Hugo Chávez, 2009 El socialismo bolivariano necesita repensar los ámbitos donde la política (la polis) se expresa en términos de fuerzas participativas, productivas y de construcción contra-hegemónica. Lo comunal es el espacio donde la realidad social está llamada a alcanzar su acción plena, abrir los cauces de la auténtica democracia participativa y protagónica. Lo comunal es el espacio del poder ciudadano para el ejercicio del mandato popular, sus límites geográficos trascienden los perímetros de la historia oficial de las municipalidades y los estados. Lugar de encuentro ciudadano, comunitario y gubernamental para la promoción de una economía alternativa de arraigo y construcción popular. Espacio de fusión de lo público y lo privado desde donde se desarrollan e interactúan las redes sociales y los movimientos autónomos de base. Si, como se ha dicho, los procesos locales de planificación han de alimentar al Sistema Nacional de Planificación Participativa, entonces, la reingeniería territorial es una demanda inaplazable de la revolución. Los históricos desequilibrios territoriales signan la actividad productiva venezolana. La producción nacional se concentra en un puñado de ciudades que albergan las tres cuartas partes de la población; las demás regiones o están despobladas o carecen de las condiciones necesarias para el aprovechamiento de sus recursos y potencialidades. La ambivalencia entre grandes centros poblados con servicios colapsados y amplios territorios desaprovechados con precaria infraestructura, da cuenta de la necesaria revisión de la disposición territorial del país y de los planes de inversión productiva. El escenario óptimo se traduce en el desarrollo armónico y proporcional de todo el país. A la luz de las especificidades geográficas, culturales, productivas y sociales que determinan el aprovechamiento pleno de los recursos y potencialidades de cada zona, se ordenaría el territorio a partir de unidades productivas de base o poligonales productivas geo-socioculturales. La Política Económica Bolivariana precisa redimensionar el ámbito geohumano del país basado en las poligonales productivas. En consecuencia cada parroquia ha de contener un determinado número de éstas, definidas a instancias de la particularidad específica de cada localidad. Los municipios deben tener sentido concreto en razón de su vocación productiva, dada por el número de parroquias que posea. Del mismo modo se impone producir el análisis de viabilidad y reingeniería de los estados. Las poligonales productivas geo-socioculturales son los espacios de unidad e identidad cultural, histórica, social, territorial, productiva, étnica, ecológica, lingüística y de acumulado de experiencias, a partir de los cuales 282 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela se construyen los colectivos locales. Generan procesos de unidad en la diversidad ciudadana que coadyuva en la inclusión de sus habitantes en fines productivos. Sobre la base del reconocimiento y constitución de las poligonales se deben conformar la Comunas. De esto modo, el todo comunal es más que la agregación mecánicaestática de los Consejos Comunales124. Un ámbito de competencias públicas (Junta Parroquial, Alcaldía, Gobernación) y un espacio territorial dado125 (parroquia, municipio, Estado) puede contar con varias poligonales. Las poligonales cobran especial importancia para la gobernabilidad, pues permiten establecer criterios de diferenciación para la aplicación de políticas públicas. De hecho, existen diversos espacios de identidad sociocultural que no distinguen las fronteras delimitadas a través de la división político territorial. Son los lugares de vinculación histórica, de intercambio fluido de bienes, de identificación cultural, de apego por tradiciones afines, etc., espacios donde las personas se identifican y distinguen como su lugar común, donde prevalece una suerte de arraigo e impera una vocación claramente definida y construida desde lo colectivo. La valoración de lo local como los espacios de desenvolvimiento social y su importancia como referente primario, desde donde los actores sociales concretos deciden su propio destino, constituye la premisa para la comprensión de nuevas formas de planificación. Planificar desde los referentes locales permite reconocer, en el sentido de esta manera de gobernar, un modelo abierto, verdaderamente participativo y genuinamente construido desde la base. A partir de estas consideraciones, surge el concepto de constituir Comunas delimitadas geográficamente, pero culturalmente asociadas alrededor de hechos de identidad, y socialmente articuladas por expresiones concretas de intercambio y convivencia. Así; lo local, como lugar de la gente, trasciende a la elemental noción de territorialidad que impone una comunidad geopolítica. Lo local se entiende (desde esta percepción) como la especificidad en que la gente se identifica, como tal. El concepto de lo local implica en términos holísticos, una idea fuerza construida por la propia gente, trazada, dinamizada por la propia gente. Se trata de un concepto que se expande y se recoge, que se dibuja en el natural y cotidiano desempeño de la comunidad. 124 Un Consejo Comunal es una instancia de participación, articulación e integración entre las diversas organizaciones comunitarias, grupos sociales, los ciudadanos y ciudadanas, que permiten al pueblo organizado ejercer directamente la gestión de políticas públicas y proyectos, orientados a responder a las necesidades y aspiraciones de la comunidad en la construcción de una sociedad de equidad y justicia social. Cada Consejo Comunal involucra una zonificación que agrupe la convivencia de hasta un máximo de 400 familias. 125 Los que resulten del proceso de reingeniería de la tradicional división política territorial en división geopolítica productiva, histórica, cultural, etc. 283 Haiman El Troudi Las poligonales productivas geo-socioculturales, o Poligonales Comunales representan entonces el espacio ideal desde donde se diseñan en colectivo, de manera protagónica y participativamente, los planes, programas y proyectos de desarrollo local. Cada poligonal posee de este modo un enfoque propio con estilos de desarrollo diferentes para cada región, en base al uso de los recursos naturales y su identidad sociocultural, los cuales se concatenan con otras poligonales, generando espacios de encuentro, de consenso para delimitar el norte del desarrollo nacional. Es permisible identificar en el oleaje actual de evolución participativa una fresca propensión de ampliación democrática. Sin embargo, la participación popular no debe ser óbice para hacer más eficiente la acción del Estado, frente a la idea neoliberal de devolución para que los ciudadanos solucionen sus propios apremios. El formato bolivariano promueve la acción participativa corresponsable de la ciudadanía, en un marco de fortalecimiento de la acción estatal. La apropiación del ideario democrático, por parte de los sectores más conservadores de la sociedad nacional, de la burocracia y las nomenclaturas del aparato público, relocaliza la veta protagónica del pueblo organizado mediante intervenciones maniqueas y por mampuesto asume la democracia del voto como camino de legitimación de las decisiones del poder central, estadal, o municipal. Son los mismos protocolos o intereses defendidos, por quienes tradicionalmente manejan los hilos del poder, sin compromiso revolucionario. Muchos de los procesos de toma de decisiones a manos del pueblo son ejercidos mediante mecanismos de elección de segundo grado, habiéndose seleccionado desde arriba las opciones sobre las cuales el ciudadano elige. De esta forma, se pretende promover una especie de cultura burocrática -y ciudadana- que interprete de manera unificada, voto con participación. Resulta evidente que la mera participación colectiva es insuficiente para construir una nueva hegemonía que avance hacia la construcción de poderes locales y una nueva forma de Estado y relaciones de gobierno. Realización contra-hegemónica que promueva la reestructuración del Estado y la gobernabilidad, y a la postre edifique el Estado Comunal. Estado Comunal donde el hacer organizacional permanente y transversal de los ciudadanos en todos los asuntos de Estado colmen los espacios de lo público. La PEB ha de superar las posiciones extremas sobre las cuales se crean límites territoriales para los escenarios de participación, expresados en instancias de encuentro ciudadanos-Estado delimitadas a las Comunas, parroquias y los municipios. Más allá del voto para escoger una de las opciones formuladas por terceros, el protagonismo ciudadano ha de expresarse en la elaboración de los Planes de Desarrollo Local, Municipal, Estadal, Nacional, y Sectorial. De esta forma, se trasciende la anacrónica concepción que distingue solamente al funcionariado adscrito 284 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela a dependencias nacionales como el único capaz de ver la totalidad de la nación. Tal caracterización distingue al ciudadano común como eunuco, para comprender y actuar en una visión integral de su realidad. Pese a que el protagonismo popular expresa una auténtica garantía de legitimidad, es difícil, dado el precario estado de conciencia y organización actual, que los poderes locales por sí solos, logren configurar ese nuevo modelo de Estado Comunal. El tránsito hacia la constitución de los poderes locales es parte de lo que se ha denominado “proceso popular constituyente” permanente, el cual demanda la generación de una nueva cultura política que haga viable la construcción de una nueva hegemonía. La PEB ha de liberar el torrente creativo y emprendedor del poder popular, auspiciando la relocalización de las fuentes de poder fáctico hacia los campos del protagonismo productivo. Ello supone alentar los poderes locales para romper los hilos hegemónicos del Estado tradicional y multiplicar los espacios constituyentes del poder local. Se trata de profundizar el empuje hacia la formación de Autogobiernos Comunales, y redes sociales y productivas, entretejidas con las expresiones reivindicativas, movilizadoras, culturales y societales. A ciencia cierta, se trata de una dinámica plagada de amenazas y sobresaltos, en un campo de batallas libradas dentro y fuera del país, pero en todo caso, si se desaprovecha la oportunidad histórica de radicalizar el proceso constitutivo contra-hegemónico, se corre el costosísimo riesgo de desperdiciar esta única, formidable y favorable coyuntura revolucionaria. La Política Económica Bolivariana en el marco de sus objetivos sociales de erradicar la pobreza ha de darle poder a los pobres, y ello se traduce en el ámbito de la infraestructura en mayor poder económico. La participación económica de la base popular es un proceso de empoderamiento de denso fluido. En el plano político y social los Consejos Comunales han sido la palanca de impulso del protagonismo popular. En la perspectiva económica, el gobierno bolivariano ha propiciado diversas modalidades de gestión de recursos a la propia comunidad, que van desde el presupuesto participativo, la gestión de obras civiles, prestación de servicios, hasta la constitución de entes financieros comunales. En ese sentido, las Comunas, en aras de constituir espacios autoreferenciados por las propias comunidades (con su propio gobierno comunal, sistema de intercambio equivalente donde sea posible, autogestión y cogestión de algunos servicios públicos, circuito de producción comunitario de bienes y servicios, etc.), es una modalidad de protagonismo y corresponsabilidad ciudadana en plena fase de experimentación. El ideal es avanzar hacia la modalidad de Comunas Populares chinas, en el sentido de garantizar protección social e incluso empleo de por vida a los comuneros. En el marco de la PEB, el Gobierno Nacional ha de continuar sosteniendo la asignación económica a las comunidades, en un amplio sentido 285 Haiman El Troudi distributivo de la renta nacional, pero en la perspectiva de forjar la cultura del trabajo y las condiciones materiales para el emprendimiento productivo comunal. Tal es el caso de la experiencia incipiente de Comuna en plena fase de maduración en la comunidad de Urachiche, del estado de Yarucuy. Allí, la acción estatal ha beneficiado con el otorgamiento de recursos financieros, tierras, capacitación, maquinaria agrícola, servicios sociales por medio de las misiones, entre otros, a las comunidades campesinas organizadas en torno al hecho político-social y productivo. Del mismo modo han recibido de manos del Estado diversos medios de producción (titularidad de tierras recuperadas del latifundio, planta procesadora de maíz, y silo de granos y semillas cedidos en posesión para el usufructo). Aquella experiencia da cuenta de la constitución de una Comuna, lograda por las propias comunidades organizadas con el acompañamiento del Estado. En Urachiche, se ha constituido una red de Empresas de Producción o bien de Propiedad Social (EPS), Unidades de Producción o bien de Propiedad Comunal126 (UPC), cooperativas; y se avanza en la redistribución de los excedentes entre la propia comunidad, a través de nuevas inversiones decididas por medio de Presupuestos Participativos Autogestionarios; el trabajo es administrado por los propios trabajadores, y se avanza en la adopción de relaciones de producción liberadoras; se cuenta con una moneda local y se fructifica un mecanismo de trueque local. El Presupuesto Participativo Autogestionario es una variante venezolana del Presupuesto Participativo Distribuidor de Renta Pública popularizado en Porto Alegre (Brasil). El matiz diferenciador de la modalidad bolivariana se centra en el origen de los recursos materiales a ser socializado por medio de la decisión y voluntad popular. Mientras los fondos utilizados por el Presupuesto Participativo Tradicional provienen del Tesoro Nacional, Estadal o Municipal, los fondos de la particularidad autogestionaria son fruto del trabajo comunal. En el caso de Urachiche, la Renta Nacional fue transformada en actividad productiva generadora de renta o utilidad socialcomunal, la cual es invertida de acuerdo con la decisión popular. Por otra parte, las EPS comunales son concebidas para la agregación de valor en la dimensión horizontal y vertical en toda su actividad productiva. Para ello, integra ramilletes de pequeñas UPC. p.e., la EPS Proforca (empresa pública maderera), ha creado un sin número de aserraderos 126 Las Unidades Productivas Comunitarias (independientemente del régimen de propiedad que asuman) son un tipo particular de Empresas de Producción o bien de Propiedad Social dedicadas a la producción de bienes que satisfacen necesidades humanas fundamentales de los integrantes de las comunidades, de forma solidaria, transparente y corresponsable. En esas unidades se practica una coordinación voluntaria de las actividades distributivas, se ejerce una toma de decisiones de forma sustantivamente democrática y se desarrollan a plenitud las energías y aptitudes creadoras del pueblo. 286 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela (UPC) en el entorno inmediato de su zona de influencia (siembra de pinos de Uberito, al sureste de Venezuela); a su vez, cada aserradero ha creado un grupo de carpinterías y mueblerías (cooperativas) que fabrican muebles y otros productos de la madera, fundamentalmente para abastecer a los habitantes de su entorno. Como la materia prima se distribuye a precios muy bajos o se entrega sin costo alguno, las mercancías producidas se donan o venden a bajos costos. El empleo es ocupado por los propios integrantes de las comunidades organizadas en torno a la EPS y las UPC. Queda claro que la rentabilidad social se soporta en los excedentes de Proforca, por cuanto el volumen de producción de ésta tolera el peso de la financiación de parte de los costos de las UPS aguas abajo. Las Unidades Productivas Comunitarias son EPS urgentes, espontáneas, que nacen de la identificación popular de las necesidades inmediatas, que crean empleo y llegan con una rapidez, que no tiene el aparato del Estado, a lugares a donde no le interesa llegar al mercado. Como puede apreciarse, un nuevo sujeto social productivo emerge de las bases comunales y es visibilizado tanto en el diseño de las políticas públicas bolivarianas, y en la legislación vigente, como en la participación activa en la toma de decisiones. Su praxis está asociada a un ciclo de vida del poder comunal: organización, conciencia, diagnóstico, planificación, gestión y control, en pos de satisfacer sus necesidades reales. En este sentido, la perspectiva de la PEB de cara a la economía popularsolidaria, y al lecho comunal, ha de postular enunciados desde la acción gubernamental encaminados a: 1. Acompañamiento a. Brindar un acompañamiento estatal no tutelado al protagonismo popular. En tal sentido, animar sin interferencias la conformación de movimientos sociales (productivos) autónomos. b. Fomentar la organización de Consejos Comunales, Asambleas de Ciudadanos, Autogobiernos Comunales, Comités sectoriales, y otras formas de participación comunitaria en los asuntos públicos. c. Hacer énfasis en la capacitación técnica (oficios dedicados, contabilidad socialista, relaciones socialistas de producción, etc.) y en la gestación de la cultura del trabajo (cultura cooperativista, cultura empresarial-social, etc.) previa a la conformación y financiamiento del aluvión de cooperativas y emprendimientos populares. d. Trascender el asistencialismo público por medio de la participación activa de la comunidad en las decisiones de inversión para el mejoramiento de sus condiciones de vida. e. Establecer políticas para el fomento de la economía comunal, estimulando el protagonismo de las cooperativas, cajas de ahorro, empresas familiares, microempresas y otras formas de asociación comunitaria para el trabajo, el ahorro y el consumo bajo el régimen de 287 Haiman El Troudi propiedad colectiva sustentada en la iniciativa popular. 2. Apalancamiento a. Fomentar las capacidades de innovación tecnológica popular y la apropiación social del conocimiento. b. Constituir un Tejido Productivo Comunal, mediante la conformación, p.e., de centros populares de producción de zapatos y ropa, orfebrería, procesamiento de desechos sólidos, inyección de plástico, etc.) c. Establecer Programas de Constructores Populares (edificación de casas vía autoconstrucción) y Programas Comercio equitativo Comunal (Mini mercales de verduras y hortalizas en barrios bajo control comunitario) 3. Transferencias a. Desarrollar un agresivo Programa de Transferencia de Competencias y Servicios a las Comunidades (empresas comunales y cooperativas para el asfaltado de barrios, para la gestión de servicios públicos, para la recolección y disposición de los desechos sólidos, el mantenimiento de espacios públicos, alumbrado eléctrico de barrios, etc.) b. Transferir, en posesión y/o en propiedad a las comunidades organizadas, diversos medios de producción y de servicio (p.e., Estaciones de Servicio expendedoras de combustibles, fábricas, sistemas de transporte, etc.). El ideal es que el medio de producción esté ubicado en la propia zona de residencia de la comunidad; la figura de la asociación mixta con el Estado puede emplearse de acuerdo con la especificidad de cada caso. c. En zonas urbanas o densamente urbanas (barriadas, cerros, etc.), ceder en propiedad o posesión medios de producción ubicados en zonas extra-comunidad. p.e., un lote de tierra desafectada al latifundio, o una flota pesquera con un centro de procesamiento de pescado, transferidos a una barriada caraqueña. La producción eventualmente, puede ser destinada al consumo de la comunidad, al intercambio con otras comunidades o a la comercialización vía mercados de alimentos populares y estatales; la gestión productiva a cargo de los propios miembros de la comunidad trasladados por determinados períodos al centro productivo. 4. Economía de equivalencias a. Activar intercambios equivalentes locales donde la base del cálculo económico socialista lo permita. b. Promover el establecimiento de mercados y monedas locales. c. Constituir rizomas productivos: Redes de Emprendedores Libres Asociados. d. Estimular el trabajo voluntario de los funcionarios públicos, 288 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela comunidades y trabajadores. Constitución de un sistema de estímulos tangibles e intangibles. 5. Financiamiento a. Emplear el financiamiento público orientado a la satisfacción de necesidades de las comunidades (énfasis en créditos cedidos con acompañamiento técnico y aseguramiento financiero) b. Regular el micro-financiamiento por parte de todo el Sistema Financiero Nacional a empresas comunitarias, cooperativas, microempresas, etc. Fijación de gavetas obligatorias, orientación del financiamiento, asistencia técnica y regulación de tasas de interés. 6. Sistematización a. Concebir una tradición de filosofía de la praxis que posibilite y asegure la documentación y sistematización de las experiencias de base para la posterior emulación socialista. 7. Institucionalidad a. Conformar la institucionalidad pública de apoyo y acompañamiento a la base económica comunal: constitución de un Fondo de Promoción para la economía popular-comunal, con aportes públicos, privados y comunitarios; creación del Banco Micro-financiero Nacional; creación de Entidades Financieras Comunales, de un Banco de Proyectos Comunales, de una Oficina de Asistencia Técnica a los emprendimientos populares, y una Oficina de Aseguramiento y Reaseguramiento. 8. Corresponsabilidad a. Diseñar e instrumentar mecanismos de enlace entre los ciudadanos y la Administración Pública, con los Estados y los Municipios, y las demás expresiones del gobierno local, a fin de generar espacios de cogestión administrativa, y promover el control social de las políticas públicas y del servicio funcionarial. b. Innovar y experimentar en las formas de asociación para el emprendimiento productivo local (Unidades de producción social, unidades de propiedad social, cogestión, autogestión obrera, etc.) 9. Regulación y control a. Obligar a los agentes económicos privados a desarrollar programas coordinados de Corresponsabilidad Social Empresarial; delimitación de normas y mapa de posible actuación ordenados por el Estado y la Comunidad. b. Establecer Compras del Estado orientadas a estimular la economía popular, dando prioridad a las compras de bienes y servicios que éstas ofrecen, e incentivando la producción de aquéllos que sólo ofrecen los 289 Haiman El Troudi privados. c. Evitar la tercerización de los emprendimientos populares por las instituciones y empresas públicas y privadas. Por su parte, el papel del pueblo organizado para promover el cambio de estructura económica en el marco de la PEB se asocia a las siguientes tareas: 1.Realizar el diagnóstico comunal de necesidades, capacidades y potencialidades para el desarrollo de la producción industrial, la distribución y satisfacción de las necesidades. 2. Elaborar el plan comunal e intercomunal de producción industrial, distribución y satisfacción de las necesidades. 3. Elaborar el presupuesto comunal e intercomunal para la ejecución del plan. 4. Formar Empresas y Unidades de Propiedad y Producción Social según el plan comunal e intercomunal. 5. Ejecutar proyectos comunales de producción, distribución e intercambio a partir de los conocimientos y valores propios de la comunidad. 6. Ejercer la Contraloría Comunal en el proceso de producción industrial, de distribución y aseguramiento de satisfacción de las necesidades. 7. Supervisar, y evaluar la gestión productiva, de distribución e intercambio entre la propia comunidad. 8. Desarrollar programas de formación, investigación y comunicación para fortalecer la gestión comunal en la producción, distribución, administración y contabilidad socialista. 9. Diseñar y operar las modalidades de intercambio de bienes “intraredes” y “entre-redes” con miras a optimizar la complementariedad entre las comunidades. 10. Impulsar cambios de los patrones de consumo y en las conductas respecto a la cultura del consumismo capitalista. 11. Organizar las redes de productores libres asociados en los ámbitos comunitarios y comunales. Teniéndose claro el rol estatal y comunal, en cuanto a la promoción de la base económica comunal, es menester, para la constitución exitosa de poligonales comunales, que la PEB implemente un plan integral en el que se involucren las variables sociales, políticas, económicas, culturales, ambientales, de seguridad integral, y territoriales que le son inherentes. Para lograrlo se presenta la sistematización-caracterización de la Comuna127. 127 Ana Elisa Osorio, Marta Harnecker, Atenea Jiménez Lemon, Raúl Pacheco y Haiman El Troudi. “Sobre la Comuna”. 290 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela La Comuna en su conjunto es entendida como un modelo comunitario de organización y ejercicio del poder popular llevado a cabo en las poligonales productivas geo-socioculturales resultantes de la agregación de Consejos Comunales, y de la tradición histórica, vivencial, etc., donde se desarrollan relaciones sociales, económicas y políticas basadas en valores socialistas, a partir de la satisfacción de todas las necesidades humanas y el pleno ejercicio de los deberes y derechos individuales y colectivos (Osorio, Harnecker, Jiménez, Pacheco y El Troudi, 2008). Su propósito está inscrito en la construcción de referencias concretas de Autogestión Comunal, sustentables y expandibles en cada territorio previamente seleccionado y reproducibles (emulables) en otros territorios, en temas relevantes, capaces de generar entusiasmo, conocimientos, credibilidad e interés por el Modo de Producción y Gestión Socialista. Los ámbitos de actuación comunal apuntan en cinco vertientes: 1) arquitectura social (articulación con las políticas inclusivas estatales); 2) infraestructura física territorial (equipamiento necesario para un hábitat digno); 3) estructura económica (base económica productiva de las comunidades); 4) plataforma política (constitución y ejercicio del Autogobierno Comunal); y 5) superestructura cultural (forja del hombre nuevo, de la ética socialista y las relaciones sociales de convivencia). La visión objetivo de la Comuna en lo social está asociada a la garantía de una plena inclusión social de todos los ciudadanos y ciudadanas de la comunidad, a través de una política social de derechos universales, con la participación de la fuerza creativa del pueblo en la producción de la riqueza, superando las condiciones de exclusión, y procurando una calidad de vida digna para todos. En ese sentido: a. Las comunidades garantizan la protección social de sus habitantes. b. Se han satisfecho todas las necesidades sociales de la población y se ha elevado la calidad de vida. c. Las misiones sociales funcionan articuladas entre sí y se gestionan con la participación protagónica del pueblo organizado. d. Se ha garantizado la protección social integral de la población más vulnerable o en máxima exclusión. e. No existen personas en situación de exclusión y vulnerabilidad social. f. Los espacios de uso público han sido recuperados para el disfrute colectivo y la convivencia. La visión objetivo de la Comuna en lo territorial está asociada a la generación de condiciones de vida dignas y bienestar para todos los ciudadanos de la comunidad, a través de la creación de las infraestructuras necesarias para la transformación del hábitat, vivienda y servicios requeridos 291 Haiman El Troudi por todos sus habitantes, en armonía con el ambiente. En ese sentido: a. La comuna, a través de la gestión de su gobierno y en coordinación con los entes locales, regionales y nacionales, ha resuelto sus deficiencias en los servicios públicos: agua, aseo urbano, electricidad, recolección de aguas servidas, vialidad, gas, telefonía. b. Se ha organizado la ocupación territorial considerando las variables de riesgo, soberanía, sustentabilidad y bienestar social. c. La comuna ha delimitado su espacio territorial de acuerdo con su historia, geografía y organización social. Del mismo modo, ha implementado un proyecto de vivienda y hábitat participativo que conlleva al bienestar colectivo. d. De manera participativa y corresponsable se han rescatado los espacios públicos para la comunidad: plazas, paseos, canchas deportivas, etc. e. Se ha conformado un nuevo ordenamiento territorial, mediante la construcción colectiva y democrática. En ese sentido, la comunidad es efectivamente un territorio a escala humana que permite el desarrollo humano y social de manera integral a todos y todas sus habitantes, sin ningún tipo de exclusión. f. Se han realizado todas las infraestructuras necesarias para el equipamiento urbano comunal, en armonía con el ambiente, y la disposición de los desechos sólidos se hace conforme a prácticas de aprovechamiento medioambiental. g. La comunidad tiene conciencia conservacionista e impulsa proyectos de reforestación, agricultura orgánica, ornato público, gestión integral de los desechos domésticos, ahorro energético, entre otros. Existen brigadas conservacionistas y medioambientalistas, y se ha promovido la protección ambiental, la conciencia y la práctica conservacionista del entorno en la cotidianidad comunal, en la escuela y en el trabajo, con una visión que incluye al ser humano. De igual forma, el uso racional de la energía, el agua y los recursos naturales se ha asumido en toda su dimensión como un hábito de vida. La visión objetivo de la Comuna en lo económico está asociada al desarrollo de estructuras socio-productivas comunales, sustentables, eficientes y diversificadas, que potencien el desarrollo territorial, garanticen y promuevan el bienestar social y económico de la población, además, sujeta a las prioridades e intereses estratégicos locales y a los objetivos nacionales de desarrollo que permitan la adopción de un nuevo estilo de vida y de consumo dentro de la comunidad o comuna. En ese sentido: a. Las comunidades gestionan directamente medios de producción y distribución (bien a través de propiedad cedida por el Estado, o posesión 292 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela comunal para su usufructo). b. La producción se organiza, principalmente, a partir de cooperativas y unidades productivas con origen en la base comunitaria. Con base en ello, algunos servicios son administrados por las comunidades y éstas ejercen las competencias locales. c. Los grupos de proyectos articulados, generados a partir de las necesidades socio-productivas identificadas por las propias comunidades, conforman Núcleos de Desarrollo Endógeno. d. Los excedentes financieros son administrados por la comunidad, a través de su entidad financiera Comunal en función de las prioridades establecidas en el presupuesto participativo autogestionario. e. Las comunidades son responsables de la satisfacción de las necesidades nutricionales de sus pobladores mediante la administración de las redes de distribución de alimentos (Mercal u otras) y la gestión de las instituciones para la atención a la población más vulnerable o en estado de abandono (comedores populares y casas de alimentación). f. Las Comunas también gestionan proyectos productivos fuera de su ámbito territorial. g. La autogestión se apoya en la planificación participativa. h. Se intercambian bienes, servicios y saberes, a través de una economía local de equivalencias. i. Existen, en funcionamiento, centros de estudio político y capacitación laboral. j. Se ejerce permanentemente la Contraloría Social de la inversión de los recursos, para el desarrollo del Plan Comunal realizado desde el enfoque de la vigilancia revolucionaria. k. Han entrado en vigor y funcionamiento actividades para el ejercicio de la ocupación productiva: cultivos organopónicos, mesas productivas, invernaderos; plantas procesadoras de desechos sólidos; plantas de confites; bloqueras comunales; brigadas comunales de construcción; red de transporte para la distribución de los alimentos, productos y materiales de primera necesidad, etc. La visión objetivo de la Comuna en lo político está asociada a la construcción y consolidación de los Gobiernos Comunales en particular, y a la articulación nacional de dichos gobiernos con otras comunas y ciudades comunales, a fin de transformar el Estado tradicional en un Estado Comunal desde abajo, sobe la base del fortalecimiento de las organizaciones sociales en el ejercicio del Poder Popular. Del mismo modo, se pretende organizar en las comunidades contingentes de hombres y mujeres para la defensa territorial y la defensa de la Soberanía Nacional. En este sentido: a. Los Consejos Comunales están consolidados, así como los Consejos del Poder Popular: trabajadores y trabajadoras, mujeres, estudiantes, 293 Haiman El Troudi campesinos y campesinas, etc., conformados de acuerdo con la realidad de cada territorio. En ese sentido, los Consejos de Gobierno Comunal están organizados y conformados por: voceros o voceras de cada Consejo Comunal, vocero o vocera de la contraloría social, vocero o vocera de la “entidad financiera comunal”, vocero o vocera del comité de ética, representante del Consejo Local de Planificación Pública (CLLP), representante gobierno municipal. b. Existe por cada comuna un equipo de planificación comunal que coordina el desarrollo del ciclo comunal: diagnóstico, planificación, presupuesto participativo, toma de decisiones, ejecución de proyectos y contraloría. c. Se ha fortalecido y profundizado la democracia y las comunas ejercen el poder sobre las competencias transferidas. d. Las acciones de los entes nacionales en el territorio comunal son coordinadas por las comunidades e interinstitucionalmente, a través de la Unidad Ejecutora y de los “Consejos de Gobierno Comunal”. Se han constituido las Casas del Poder Comunal, lugar de encuentro y activación popular de cada comuna, y se ha logrado la articulación nacional de proyectos y experiencias de gobiernos comunales. e. Se han conformado los Comités de Ética Socialista constituidos para desarrollar los valores humanísticos y socialistas, entre los habitantes de la mancomunidad comunal y que lucha contra el flagelo de la corrupción dentro de su territorio. f. La seguridad ciudadana es un problema de todos y todas y se asume con responsabilidad, en coordinación con las autoridades civiles, policiales y militares. g. Los comités y otros grupos de trabajo de los Consejos Comunales están organizados y son espacios vivos de participación popular (Comités de Tierras Urbanas (CTU), Comités de Salud, de ambiente, educación, deportes, cultura, mesas técnicas de agua, y otros). h. La Contraloría Social es la forma de ejercer el control sobre la gestión de los proyectos comunitarios por parte de la comunidad y de los proyectos ejecutados por los otros niveles de gobierno (Municipal, Regional y Nacional). i. Las comunidades cuentan con al menos un medio de difusión comunitario (radio, periódico, televisión comunitaria) y cuentan con acceso a Internet. j. La organización comunal está articulada con los Consejos Locales de Planificación Pública (CLPP) fortaleciéndolos y participando activamente, en la formulación del presupuesto municipal. k. Las comunidades evalúan socialmente la efectividad de las misiones en su territorio e impulsan y controlan aquéllas que consideran prioritarias. l. Se han organizado, en las comunidades, contingentes de hombres y 294 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela mujeres para la defensa territorial y la defensa de la soberanía Nacional. Para ello, se ha organizado la Guardia Territorial y la Policía Comunal, y se ha desarrollado la inteligencia comunitaria articulada con los organismos de seguridad del Estado. Del mismo modo, se han constituido redes de apoyo voluntario para la protección civil de la población, ante desastres naturales y no naturales. m. Se ha combatido el ocio alienante, generando ocupación útil y productiva, promoviendo actividades culturales, recreativas y deportivas. La visión objetivo de la Comuna en lo cultural está asociada al fortalecimiento de las organizaciones socioculturales y socioproductivas de la comunidad, a través de la formación permanente que garantice la defensa de la identidad nacional y local, de lo propio y de las tradiciones y festividades populares, así como los conocimientos técnicos, potenciando la comunicación libre y alternativa y generando la instalación y uso de las emisoras, televisoras comunitarias y medios impresos. En este sentido: a. Los y las líderes de las comunidades, voceros y voceras cuentan con un importante desarrollo de su autoestima que favorece el compromiso para el ejercicio del poder local. b. Se ha definido, con la participación de las comunidades, un código de ética socialista que orienta la acción de los autogobiernos comunales. c. Se ejerce el trabajo voluntario y las prácticas cargadas de valores socialistas. d. Están en plena actuación grupos y activadores culturales. e. Se ha rescatado el proyecto histórico de los ancestros indígenas y las memorias de las comunidades. f. Se han creado espacios para la comunicación popular, libre y alternativa. g. Los espacios Moral y Luces son referentes de debate y activadores contra los flagelos de la sociedad. h. Se ha promovido una nueva cultura del trabajo productivo, emprendedor y creativo. i. Se ha garantizado el resguardo y preservación de los recursos patrimoniales, históricos y naturales como un principio de la soberanía y del proyecto socialista. Como nota final, la PEB ha de propiciar la práctica institucionalizada del Presupuesto Participativo, a instancias de los Gobierno Locales, los Consejos Comunales, las Comunas, y los CLPP reimpulsados. Se trataría de establecer la meta de formulación popular año a año de los presupuestos municipales a ejecutarse en el ejercicio fiscal siguiente. No hay que olvidar que se trata del método más eficaz que se conoce para conjuntar la tarea 295 Haiman El Troudi de supervisión estatal con la corresponsabilidad ciudadana, en un ejercicio que obliga a trabajar sobre la solidaridad y la empatía como bases del socialismo. Ceñidos a un cronograma de acción y bajo la tutela estatal, los equipos promotores del Presupuesto Participativo de las Alcaldías, en labor conjunta con los Consejos Comunales, y el CLPP, se abocarían al logro del siguiente plan de trabajo, (El Troudi, Harnecker y Bonilla, 2005): Enero: • Conformación del Equipo del Presupuesto Participativo en las alcaldías bajo el acompañamiento del Ministerio de Comunas. • Zonificación para el presupuesto participativo en cada municipio. • Animación comunitaria para la preparación de los diagnósticos participativos. Febrero - marzo: • Inicio del proceso de diagnóstico participativo a nivel de los Consejos Comunales y Comunas. • Reuniones de arranque para priorizar temáticas y obras. Mayo – junio: • Primera plenaria del presupuesto participativo: Rendición de cuentas del alcalde sobre la ejecución de las obras acordadas con el presupuesto anterior. Información acerca del presupuesto del año en curso. Elección o ratificación de los voceros para la priorización del diagnóstico participativo. • Curso de preparación de los voceros. • Visita a las obras jerarquizadas de los voceros acompañados por personal técnico de la alcaldía. • Reuniones de voceros con direcciones de la alcaldía para afinar propuesta común. Julio: • Segunda plenaria del presupuesto participativo. La alcaldía presenta sus rubros de gastos y un estimado por zonas de los recursos disponibles en el próximo año. Los voceros informan de las temáticas y de las obras priorizadas, y de los resultados de su intercambio con los órganos técnicos de la alcaldía. • Elección de los consejeros del presupuesto participativo. • Curso de preparación de los consejeros. • Recorrido de los consejeros por la ciudad. Agosto: • Instalación del Consejo del Presupuesto Participativo. • Sesiones del Consejo del Presupuesto Participativo. • Articulación del Consejo del Presupuesto Participativo con el CLPP. • Identificación de problemas comunes a varias zonas… Septiembre: 296 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela • Entrega de la propuesta presupuestaria al CLPP. • El CLPP compatibiliza los proyectos del presupuesto participativo con el plan rector del municipio. • Identificación de EPS, UPC, y cooperativas de gestión de obras comunitaria por parte del Consejo del Presupuesto Participativo. Octubre - Noviembre: • Entrega de la matriz compatibilizada a la junta financiera y elaboración del plan de inversiones del municipio. • Revisión del presupuesto por la Cámara Municipal. • Análisis por parte del Consejo del Presupuesto Participativo de la matriz presupuestaria entregada por la Junta Financiera. Elaboración de la propuesta presupuestaria. • Gestión de proyectos ante el Fondo Intergubernamental para la Descentralización (FIDES) y la Ley de Asignaciones Económicas Especiales (LAEE). • Gestión de proyectos ante instancias regionales y nacionales. Diciembre: • Aprobación del presupuesto por la Cámara Municipal con la participación de una delegación de los consejeros del presupuesto participativo. Año siguiente: • Selección pública de contratistas (EPS, cooperativas y empresas privadas). • Ejecución de obras. • Comités de contraloría social da seguimiento a las obras. • Reinicio del cronograma del Presupuesto Participativo… 297 Haiman El Troudi 13. Organización del Sistema financiero y orientación del crédito Como se ha indicado, el crecimiento del sector terciario de la economía nacional ha sido el principal tributante de los altos y sostenidos registros del PIB en los años recientes. Tan solo, el sistema financiero aportó en 2007 el 32% a la composición del producto. Si tal volumen de transacción no se tradujo en créditos productivos de calidad y en estímulo al ahorro nacional, se estaría en presencia de una política de redistribución fallida, por cuanto, el sector financiero (banca, aseguradoras, casas de bolsa y de cambio, etc.) se hizo, mediante mecanismos indirectos, de una inmensa masa monetaria de origen rentístico petrolero. Apropiación indirecta de la renta, semejante a la celebrada por los agentes económicos, cuya acción comercial especulativa capta recursos distribuidos a la sociedad por la acción social de la revolución, vía incremento desproporcionado de precios. Instar a la banca privada a impulsar desarrollo económico junto al Gobierno es una supina ingenuidad. No es a través del exhorto, sino de la coacción forzosa y la severa supervisión como la banca privada “eventualmente” pueda prestar servicio a los intereses nacionales. La intermediación crediticia de la banca puede verse como una función que no desaparece necesariamente, durante la construcción del socialismo, en tanto instrumento para el desarrollo de las fuerzas productivas. No obstante, si las manifestaciones de usura típicamente capitalistas no son estrictamente reguladas, como diría Marx (1981) … el sistema bancario sustrae la distribución del capital de manos de los capitalistas privados y los usureros como un negocio especifico, como una función social. Pero, al mismo tiempo, los bancos y el crédito se convierten así en el medio más poderoso para impulsar la producción capitalista a salirse de sus propios límites y en uno de los vehículos más eficaces de la crisis y la especulación128. Sin embargo, el desarrollo de las fuerzas productivas no constituye en sí el sustrato orgánico del tránsito al socialismo. Existen otros factores determinantes asociados a la planificación, las relaciones sociales de producción, el control estatal de los medios de producción estratégicos, la base del cálculo económico de la órbita de la circulación y el comercio… de allí que la función bancaria si bien tributa en la liberación de tales fuerzas productivas, y por derivación en la diversificación de la economía y la generación de empleo, no es por tanto, el ápice de la revolución socialista. Sobre este aspecto Marx (1981) indica: … no cabe la menor duda de que el sistema de crédito actuará como un poderoso 128 Carlos Marx. “El Capital” 298 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela resorte en la época de transición del régimen capitalista de producción al régimen de producción del trabajo asociado, pero solamente como un elemento en relación con otras grandes conmociones orgánicas del mismo régimen de producción129. En el mismo texto, Marx sentenció que en la medida que “los medios de producción dejen de convertirse en capital”, y por consiguiente la abolición de la propiedad privada se concrete, el régimen de crédito privado, en tanto forma del régimen capitalista de producción, dejaría de existir. Desde tal concepción, el argumento estatista de la banca privada, y de la supresión de la función del crédito privado cobra pleno sentido. No obstante, las condiciones de la revolución bolivariana, al menos durante la transición al socialismo explicitan un régimen mixto de propiedad, lo cual configura un escenario distinto al concebido por Marx. La compleja trama de relaciones inmanente al referido régimen demanda un metabolismo imbricado en las características de la especificidad venezolana. De allí, que buena parte de la producción y el emprendimiento privado y comunitario requieran del crédito (bien público o privado) para su diversificación y desarrollo. Por cuanto, el cobro de intereses es un componente subyacente al seno de la gestión bancaria, ésta debe perdurar mientras perdure el régimen capitalista de producción, ya que el “capital a interés” es la base del sistema de crédito, y en teoría, el crédito es la base del sistema bancario. Según Marx (1981): Es en el capital a interés donde la relación del capital cobra su forma más externa y más fetichista. Aquí nos encontramos con D-D, dinero que engendra dinero, valor que se valoriza a sí mismo, sin el proceso intermedio entre ambos extremos. En el capital comercial D-M-D, existe, por lo menos, la forma general del movimiento capitalista, aunque solo se mantenga dentro de la órbita de la circulación, razón por la cual la ganancia aparece aquí como simple ganancia de enajenación; no obstante, como producto de una relación social y no como producto exclusivo de un objeto material 130. El capital, convertido en fetiche, está condenado por la lógica capitalista a nutrir la fuente especulativa. Peor aún, si el capital especulativo financiero desata sus amarras de la órbita de la economía productiva. Como se sabe, los circuitos metabólicos de las crisis cíclicas del capitalismo fundamentalmente, giran sobre el eje de gestión de los sistemas financieros. Por tal motivo, el marco regulatorio-sancionatorio de la transición socialista bolivariana debe tomar control de las operaciones financieras que involucren reciclajes especulativos, fuga de divisas, ganancias astronómicas, evasión fiscal, etc. Por otro lado, … teniendo en cuenta que técnicamente el interés no es un elemento de costo de las 129 Ibídem. 130 Ibídem. 299 Haiman El Troudi empresas, sino una deducción del plustrabajo del obrero para la sociedad, que debía constituir un ingreso del presupuesto nacional, ¿no es éste en realidad el que está financiando los gastos de operaciones del aparato bancario en forma sustancial?131 Si los recursos empleados por la banca para el financiamiento económico de la producción proviniesen de la capitalización de sus propietarios, y siempre que dichos fondos no procedan de legitimaciones engañosas, el imaginario socialista se interroga con razón, respecto de la acumulación originaria de tales fondos privados, suscitados de la explotación del trabajo asalariado, entrado posteriormente al circuito de las mercancías, y la generación de capital a partir del “capital a interés”. La realidad venezolana es lapidaria en cuanto a que todo el Sistema Financiero Nacional se ha capitalizado, bien por la vía de la apropiación indirecta de la renta nacional, como de la apropiación de la plusvalía del trabajo ajeno, tanto como de la especulación, como de la financiarización de la economía. Las emisiones de Títulos Públicos de valor, en los postreros años, han contribuido en grado sumo, con este último aspecto. En tanto, la dependencia de la economía nacional esté atada a la actividad petrolera, y el presupuesto público, junto a las políticas monetarias del BCV, en coordinación de las acciones de la Tesorería Nacional; determinen el ritmo de la dinámica económica nacional, el Estado tiene en su poder los hilos a través de los cuales asegurar el cumplimiento de las regulaciones bancarias. Tanto los depósitos públicos, como las operaciones monetarias de inyección y absorción estatales, así como el poder de captación de la banca pública, la administración del control cambiario, las emisiones de deuda, la regulación de las tasas de interés y del servicio bancario pueden, en conjunto, forzar a la banca en general a alinearse a los planes de desarrollo económico y social de la nación. La capacidad sancionatoria del Estado durante la transición al socialismo, sobre las desviaciones de la banca privada, en el marco de la PEB, debe aplicarse sin miramientos, ni titubeos. Existen pues, suficientes elementos de control, regulación y coacción que pueden ser implementados, para permitir el funcionamiento de la banca privada, al menos durante los años de transición. Caso contrario, si dicha banca no se acopla al formato pre-socialista de la transición, debe ser íntegramente nacionalizada. Al respecto, otro factor a tener en consideración, vinculado al mantenimiento de la actividad bancaria privada, es la correlación de fuerzas del país y el estado de derecho plasmado en la Constitución Bolivariana. En Chile, bajo el mandato de Allende, el gobierno socialista apostó por 131 Ernesto (Che) Guevara. “La banca, el crédito, y el socialismo”. (Polémica con Marcelo Fernández, presidente del Banco Nacional para la época) 300 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela reformas legales que propiciasen el control en manos del Estado de toda la banca nacional y extranjera. Sobre la base de las limitaciones propias del ejercicio democrático de la transición pacífica al socialismo, el mecanismo empleado fue la adquisición accionaria de la banca privada, llegando el Estado, poco antes del aciago Golpe Militar, a controlar cerca del 90% de la cartera crediticia de aquel país. Tanto similar la vía bolivariana. De allí, que el mecanismo de expropiación ha derivado en compra nacionalizadora de activos, o bien en intervención forzosa y expropiación de activos a las instituciones inmersas en incumplimiento del marco regulatorio. El formato tradicional de interpretación cosificada del pensamiento socialista diría en ese sentido, que cuando la sociedad socialista avance no debería haber bancos privados, no obstante la revolución bolivariana se ubica incipientemente en una etapa de transición sobre la que se ha avanzado muy poco, y aún se requiere la maduración de las condiciones objetivas para adoptar una posición definitiva. Aspirar que el sistema financiero privado continúe manteniendo una posición hegemónica en la economía, independientemente de los cambios económicos – sociales sobrevenidos de la profundización socialista, equivale a la consolidación de un cambio imperfecto, furtivo reacomodo capitalista. Se tiene una posición coincidente con la interpretación indicada, no obstante, tal sentencia resulta ámbito exclusivo del desenlace histórico de la transición socialista bolivariana. Sólo la dialéctica de este proceso puede determinar la composición de las fuerzas sociales, económicas y políticas de las mayorías nacionales acordadas sobre el dilema de la existencia o no de la banca privada entrado en vigor el socialismo. En tanto, la transición demanda reglas y controles aplicados a la función bancaria. La banca privada al igual que las empresas privadas está condenada a reformatearse, y como tal, adoptar políticas y prácticas determinadas por la orientación socialista de la economía. Pero, antes de avanzar en la delimitación de los cursos de acción estratégicos – operacionales de la PEB en la perspectiva reguladora del Sistema Financiero Nacional, se expone el estado del arte de la banca pública y privada, tomando en cuenta sus principales indicadores para tal fecha132. Los datos sobre la situación económica-financiera del sistema bancario venezolano se presentan tomando las estadísticas del Ministerio de Economía y Finanzas y Sudeban (2009). 132 Datos de pocas semanas antes de la intervención de un grupo de Bancos Privados. 301 Haiman El Troudi Activo total de la banca. Diciembre 2009. Coeficiente de intermediación en operaciones activas. Diciembre 2009. Concentración de la cartera de créditos bruta según destino del crédito. Diciembre 2009. Carteras dirigidas. Diciembre 2009. 302 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela Captaciones del público. Diciembre 2009. Profundidad del crédito en términos del PIB. Comparación de variables de la Banca Pública y Privada. 303 Haiman El Troudi Conclusiones preliminares La relación proporcional entre la banca pública y la privada refleja un 80 – 20 a favor de la última. En consecuencia, el peso del sector público en el sistema financiero nacional es relativamente pequeño, aún con la reciente creación del Banco Bicentenario, y su capacidad de incidencia en el acompañamiento-reforzamiento del desarrollo de las fuerzas productivas por sí sola no expresa una realidad objetiva; Máxime si a este hecho se le suma el aporte público a la composición del PIB en torno al 30%, y su capacidad empleadora cercana al 20%. Los activos de la banca nacional (pública y privada), casi proporcionalmente se destinan a la financiarización (inversiones en títulos de valores), y al otorgamiento de créditos. No obstante, la intermediación financiera en la Banca Privada se presenta principalmente a través de las colocaciones crediticias (63,08%), caso contrario en la Banca Pública la cual destina la mayor parte de sus recursos a las inversiones en títulos valores (47,42%). La calidad del crédito es precaria, tal como se observa en los registros de participación del sistema público y privado en los diferentes rubros crediticios. En el sector privado las carteras de los sectores no productivos (comercial, consumo, vehículos) concentran el (62,29%) del total. Por su parte, en el sector público dichas carteras concentran el (54,70%). Esto es inaudito. El cumplimiento de la cartera de créditos obligatoria no se verifica. Especial alarma se observa en la gaveta manufacturera. Las captaciones del público evidencian una clara tendencia de desestímulo del ahorro interno, y la propensión al manejo líquido (cuentas corrientes) de la masa monetaria por parte de los depositantes. En tiempos de crecimiento económico, lo natural sería observar una correlación entre el crecimiento industrial y comercial con los altos volúmenes de depósitos en cuentas de ahorro. Sin embargo, la marcada desaceleración de la inversión industrial ponen al descubierto la predisposición a migrar de lo productivo al comercio importador o al negocio con papeles. El peso de las captaciones del sector público en el Sistema Financiero Nacional representa el (21,71%), comparativamente bajo, en relación al aporte del sector privado y el ahorrista particular. La profundidad del crédito da idea de la importancia que tiene el sistema bancario en un país, por cuanto se refiere al número de bienes y servicios producidos provienen del financiamiento bancario. Nótese que Venezuela está entre los últimos del ranking latinoamericano. A pesar que La banca pública es una fuente más estable de crédito que la banca privada, con préstamos más, se observa que la profundidad del crédito privado es mucho más importante que el público. De los cinco primeros bancos del sistema financiero, cuatro de los 304 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela cuales son de capital privado concentran el 80% de las operaciones y más del 50% tanto de las captaciones como de las carteras de créditos totales, de esta última el 76% está destinado a créditos comerciales y consumo, lo cual en poco contribuye al desarrollo productivo nacional. Si se revisan por separado los sectores bancarios, a objeto de la formación de una idea de las particularidades venezolanas, se puede reflexionar sobre la situación observada, establecer cursos estratégicos para el diseño de la política bancaria, y presentar algunas recomendaciones de carácter operacional-funcional. El Sistema Financiero Público (SFP) El SFP venezolano ha dado un salto importante en cuanto a la diversidad, calidad, cobertura y cantidad de créditos en los últimos 10 años. Una estimación general presenta un incremento de más de un millón seiscientos mil % en créditos liquidados. La cantidad de beneficiarios de este sistema se ha incrementado exponencialmente, multiplicando casi por 10 el número de beneficiarios del Sistema. La cobertura geográfica de las agencias abarca casi la totalidad del país. El sistema cuenta con 5 banco públicos de primer piso, 4 bancos de desarrollo (segundo piso), 23 instituciones de garantías, 1 hipotecaria, 3 microfinancieras, 1 de inversiones temporales, y 4 instituciones financieras no bancarias. Sin mencionar el impulso que se le ha venido dando a los Bancos Comunales, los cuales ya han refleja una importante gestión crediticia a escala local. Otro avance importante del SFP lo constituye el otorgamiento de créditos bajo condiciones preferenciales. En algunos casos, con tasas 70% por debajo de las tasas de los bancos comerciales, amén de los plazos y períodos muertos y de gracia. Sin embargo, existen algunos aspectos que evidentemente hay que mejorar. Uno de ellos es la morosidad característica que presentan las instituciones financieras del Estado. La manifestación de bajos niveles de intermediación. Además se observa un elevado e injustificado financiamiento a actividades no productivas, en especial, las comerciales. Los recursos deben estar orientados a las áreas o proyectos con mayor impacto social y económico. La banca privada debe acompañar al gobierno en la tarea de fortalecer y ampliar los mecanismos de financiamiento alternativo orientados en la construcción de un sistema financiero no especulativo, que financie el desarrollo de las actividades productivas reales del país. De forma esquemática, los principales problemas observados al SFP en general se pueden resumir en los siguientes puntos: i. Bajo nivel de vinculación de las políticas de financiamiento sectorial y 305 Haiman El Troudi geográfica para el Desarrollo y las políticas crediticias de los entes. ii. Baja o nula vinculación de los entes e instituciones financieras con los distintos niveles de Gobierno (Nacional, Regional y Municipal). iii. Muy bajo nivel de captaciones del público. iv. Muy baja participación en la cartera de crédito del Sistema Financiero Nacional. v. Bajo número de agencias en contraste con el total de agencias del Sistema Financiero Nacional. vi. Baja vinculación tecnológica y manejo individual de Bases de Datos. vii. Ausencia de medición de impacto de la actividad bancaria en cuanto al: Índice de Desarrollo Humano (IDH), Índice de Necesidades Básicas y Satisfechas (INBI), Índice de Inequidad (II) entre otros indicadores. viii. Un alto porcentaje del total de los créditos, está destinado a créditos comerciales y de consumo. ix. Solapamiento funcional de las instituciones. x. Problemas de alta morosidad e ineficiencia en la aplicación de los recursos. xi. Problemas éticos en las instituciones. xii. No existe unidad de criterios, políticas y condiciones entre las instituciones que integran el SFP. xiii. Poco o nulo impacto del financiamiento en los sectores productivos. xiv. Inexistencia de una estructura sólida de acompañamiento al beneficiario de un crédito productivo separada del financiamiento. xv. Altos niveles burocráticos que distraen recursos a actividades no medulares de las instituciones. xvi. Bajo nivel de control de las instituciones y falta de seguimiento de los créditos. La banca estatal exhibe poca capacidad para constituirse en referente económico, e incidir en el direccionamiento del Sistema Financiero Nacional. Los indicadores antes descritos ponen en evidencian esta problemática. En este contexto, la PEB ha de desarrollar una estrategia coherente a fin de definir la función y los objetivos de la Banca Pública. A la luz del diagnóstico observado, se hace imperativo definir una política bancaria pública coadyuvante de la diversificación económica en el período de transición al socialismo. El punto de partida se focaliza en la reingeniería profunda de la institución bancaria estatal. En ese sentido, se impone la inapelable labor de reorganización administrativa, previa a la implantación de un nuevo Sistema Financiero Nacional con características bolivarianas, eventualmente supresor de la banca privada. En ese sentido, la labor primera consiste en, según Guevara: …lograr que la tarea administrativa, de control y dirección, se vaya convirtiendo en 306 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela algo cada vez más simple y los esfuerzos de los organismos se concentren en la planificación y desarrollo tecnológico. Cuando todos los índices estén establecidos y los métodos y hábitos de control estén instaurados, con el avance de la planificación en todos los sectores de la economía, esta labor será mecánica y no presentará problemas serios133. El esquema que ofrece el escenario más favorable, para los intereses nacionales, se basa en la consolidación de un único Banco Nacional Público, el cual con el patrimonio apuntalado, se ubicaría como la primera institución financiera del país. En este propósito es recomendable garantizar el saneamiento del sistema, para lo cual habría de promover la liquidación de algunas instituciones con problemas estructurales. A continuación, se habría de adoptar un plan agresivo de expansión a fin de lograr la mayor cobertura nacional posible. El ideal, instalar por lo menos una agencia bancaria en cada parroquia (esta suposición no incluye las macro parroquias, donde debería existir un mayor número de agencias). La siguiente fase estaría referida a la expansión internacional del Banco Nacional, prioritariamente, a los países del ALBA y África. Con ello, se lograría una mayor cobertura nacional de la banca pública, la diversificación de la Cartera de Crédito orientando el financiamiento hacia los sectores productivos prioritarios, la disminución de las tasas activas de interés promedio, el incentivo a la inversión productiva, la disminución de los tiempos de respuesta del otorgamiento de crédito, el incremento de la eficiencia de los recursos públicos en cuanto a concentración y direccionamiento. Entre los objetivos desagregados, el Banco Nacional Público aspiraría: 1. Atraer ahorros de los agentes económicos a tasas reales positivas. A la par de cobrar tasas de interés bajas a los inversionistas privados, públicos comunitarios, por cuanto el espíritu bancario del Estado no se basa en el afán del lucro ni en la usura. Deben, pues, ofrecerse servicios atractivos a los ahorristas e inversionistas, no sujetos a subsidios en el caso de los privados. 2. Permitir a los ahorristas tener una tasa de ahorro real positiva, y a la vez permitir a los inversionistas tener acceso al crédito a tasas moderadas. En un formato de reducción del spread entre tasas activas y pasivas, se pueden tener tasas de ganancia positiva y mantener una gestión eficiente como empresa pública. Claro está, la eficiencia medida, no sólo en término de rendimientos esperados, sino en función de la satisfacción de las necesidades sociales. 3. Competir exitosamente con la banca privada, para disminuir 133 Ernesto (Che) Guevara. “Nuestra Industria” 307 Haiman El Troudi sustancialmente la ineficiencia que viene de la cartelización, y se manifiesta en altísimas tasas de ganancia, y de altos costo de intermediación para los ahorristas y los inversionistas del país. 4. Aumentar sustancialmente la multiplicación de dinero secundario, basado en el crédito para aumentar la inversión real en el país. Se estima que potencialmente, puede crearse una alta masa monetaria no inflacionaria soportada en créditos productivos. Lo cual aumentaría la rentabilidad de la inversión en el país, e incrementaría significativamente la actividad productiva, represada por la actividad monopólica de una banca privada ineficiente que posee una de las tasas de ganancias más elevadas del mundo, sin reportar servicios adecuados a la colectividad y sin sensibilidad social de ningún tipo. 5. Poner el dinero público a promover actividades productivas internas no especulativas. 6. Contribuir a frenar la fuga de capitales generando oportunidades de ahorro rentable a los agentes superavitarios, a fin de erradicar la propensión a ahorrar en divisa extranjera. 7. Permitir a los entes del Estado tener mecanismos de intermediación para su sistema de pagos, sin tener que sufragar altas tasas de servicios financieros a la banca privada. 8. Permitir a los entes del Estado tener mecanismos que posibiliten la obtención de intereses por el manejo eficiente de sus recursos financieros temporalmente ociosos. 9. Permitir al gobierno tener un mecanismo de obtención de crédito, a tasas moderadas, para financiar su deuda interna de corto, mediano y largo plazo, sin tener que depender para eso de la banca privada cartelizada, a altísimos costos de financiamiento. 10. Reducir a tasas mínimas la morosidad y la cesación de pagos de créditos agrícolas y de Pymes, actualmente originados por el descontrolado mecanismo de otorgamiento de créditos y recolección de pagos. 11. Promover el desarrollo económico y financiero del país mediante el financiamiento a sectores estratégicos, el apoyo al microcrédito, el financiamiento de proyectos socialmente rentables (pero financieramente no rentables), incrementando los préstamos durante recesiones, y coadyuvando en la reducción del ciclo del crédito. 12. Superar la competencia entre bancos públicos y apuntalar la coordinación del todo en un único sentido estratégico. Del mismo modo, a tenor de la PEB se impone el reimpulso y fortalecimiento del Sistema Nacional de Garantía Recíprocas a instancias de la revisión de su marco legal para hacerlo más accesible a los solicitantes y así estimular el crédito productivo. Este Sistema está conformado por el Fondo Nacional y 24 Sociedades de Garantías. El afianzamiento de la 308 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela cartera de crédito es de baja calidad y dirigido fundamentalmente a servicios no productivos. En su mayoría ya han agotado su capacidad de otorgar garantías. Se precisa determinar si se requiere capitalización y/o fusiones de algunas Sociedades para elevar su capacidad de gestión. Con ello, se podrá superar cualquier efecto de desaceleración en la entrega de créditos, por cuanto las fianzas y el reafianzamiento son instrumentos financieros que soportan la actividad productiva de los sectores cooperativos, micros, pequeña y mediana empresa. Así también, el Estado regulador del sistema financiero ha de garantizar los depósitos de los ahorristas. El Fondo de Garantía de Depósitos y Protección Bancaria (FOGADE) ha de ser auditado y evaluado a los fines de garantizar que la misma pueda actuar oportuna y efectivamente en un eventual escenario de crisis parcial o profunda del Sistema Financiero Nacional. En ese contexto, se ha de preparar anticipadamente un plan de actuación, con los componentes administrativos y legales conducentes a fin de proteger a los ahorristas y castigar a los responsables. FOGADE ante un escenario crítico del sector bancario, cuenta en este momento con una posición de garantía de los depósitos bancarios que abarca tan solo un 10.33% de cobertura sobre lo establecido en el marco legal. En la misma vena regulatoria, la SUDEBAN amerita ser fortalecida y a tenor del progreso socialista, ha de convertirse en el órgano de la Administración Pública que concentre la supervisión de bancos, casas de bolsa, al tiempo que controle el Sistema Nacional de Garantías. El Banco Central y la Tesorería Nacional La idea apuntada por Marx sobre la función de contabilidad social de los banco, ha de estar plasmada en el espíritu de la PEB a escala presente, en la actuación del Banco Central; por su parte el factor de contabilidad y control ha de estar recogido bajo el monopolio de la hacienda pública concentrada en el Ministerio de Economía y Finanzas. En ese sentido, la función del Banco Central no autónomo, con vocación socialista sería: 1) manejo de la política monetaria nacional 2) ajustes y compensación de pagos del país 3) concesión de créditos a muy bajos intereses o intereses nulos, con plazos adecuados 4) administración del fondo de financiamiento a las inversiones públicas 5) administración cambiaria (divisas y operaciones internacionales) 6) entidad organizadora del ahorro de la población 7) control económico del sistema bancario nacional. 309 Haiman El Troudi El Sistema Financiero Privado El atajo ortodoxo de quienes asimilan la cimentación socialista como decreto de realización dogmática, se basa en la sentencia siguiente: la realización del socialismo y el subsecuente cambio de la estructura económica capitalista pasa por la expropiación de los medios de producción, de la banca, los latifundios y los monopolios industriales. No puede haber planificación democrática sin la abolición del Estado burgués y su sustitución por un Estado obrero. Desde ese punto de vista, el Sistema Financiero Nacional habría de estar conformado íntegramente por el Estado, y la vía empleada para la nacionalización de la banca privada sería la expropiación forzosa, pagadera en plazos leoninos y en especies. Ciertamente, los bancos privados en el libre mercado capitalista potencian el ciclo de la explotación humana a escala nacional, y fomentan el dominio imperial a escala internacional. Lenín afirmó: El imperialismo es el capital en la fase de desarrollo en que ha tomado cuerpo la dominación de los monopolios y del capital financiero, ha adquirido señalada importancia la explotación de los capitales, ha empezado el reparto del mundo por los trust internacionales y ha terminado el reparto de toda la tierra por los países capitalistas más importantes134. El germen de la usura, no la vocación altruista, nutre la razón financiera de los banqueros, y es que de acuerdo con Marx: … desde el momento mismo de nacer, los grandes bancos adornados con títulos nacionales, no fueron nunca más que sociedades de especuladores privados que cooperaban con los gobiernos y que, gracias a los privilegios que éstos les otorgaban, estaban en condiciones de otorgarles dinero. Por eso, la acumulación de la deuda pública no tiene barómetro más infalible que el alza progresiva de las acciones de estos bancos…135 No obstante, la configuración heterodoxa de la revolución bolivariana ha establecido un camino alterno y sinuoso para el tránsito rumbo al socialismo: la ocupación gradual de los espacios políticos, económicos y sociales, por parte de la praxis contra-hegemónica de las mayorías populares organizadas, culturalmente desarrolladas, y protagónicamente movilizadas. De ese modo, conquista tras conquista, avance tras avance, espacio ganado tras espacio ganado, el poder popular termina cooptando el ámbito estatal, la sociedad internaliza la razón socialista sin imposiciones ni decretos, la hegemonía capitalista retrocede ante el avance progresivo y sostenido del bloque histórico socialista, los medios materiales para la 134 V. I. Lenin. “El Imperialismo, fase superior del capitalismo” 135 Carlos Marx. Ibídem. 310 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela reproducción de la vida en convivencia y en condiciones de igualdad y justicia social se subordinan al empuje societal de las grandes mayorías. Es por esa vía, valga la reiteración, como la construcción contrahegemónica, no el atajo desplegado por el denominado socialismo real, como se puede construir el socialismo bolivariano. Y esa construcción, en tanto proceso histórico, amerita una prolongada carga cultural acoplada a una hechura material; la inversión de las capacidades creadoras del pueblo debe moldear la sociedad del futuro, y esa molienda demora los años, las décadas, los siglos que tenga que demorase. Se necesitaron varios cientos de años para que la revolución burguesa trasegara la sociedad feudal. La transición del capitalismo al socialismo no es distinta, en tanto apuesta generacional. Es necesario, en estos años primeros de transición, ofrecer un fuerte empuje, un impulso gigantesco que asegure el desplazamiento por varias décadas. En ese sentido, la clarificación estratégica es determinante, tanto como la formación para el socialismo hoy de las generaciones futuras. La preparación del terreno material también es un contenido urgente, pero mucho más complejo. Si la revolución bolivariana hubiese tomado el poder por las armas, quizás las transformaciones serían mucho más radicales que las que pueden acometerse en la actualidad, no se tuvieran miramientos a la correlación de fuerza, y la relación Estado-Sociedad se supeditaría a una disciplina de mando-subordinación. Pero, esa no fue la vía escogida por los venezolanos y venezolanas, de tal manera que les corresponde ser audaces y creativos; ir forjando un proyecto con las características propias del tiempo histórico y sus especificidades. De la experiencia socialista anterior se deben buscar las interrogantes, no las respuestas sobre las cuales moldear el proyecto emancipatorio bolivariano. La trama material, es compleja y demanda comprender como comprendió Marx que “los bancos crean en escala social la forma, y nada más que la forma, de la contabilidad general y la distribución general de los medios de producción”136; es decir, cooperan con el apalancamiento del aparato productivo, siempre que no se dejen al garete. La banca privada ha de cumplir un claro papel de intermediación financiera en función de la producción nacional. El Estado ha de asegurar el cumplimiento de las normas regentes del sector financiero, a fin de cercar las aspiraciones lucrativas de la banca por vía de reciclajes de operaciones financieras sin sustentación en la esfera de la economía real. El crédito agrícola, p.e., ha de diversificarse. La banca debe asumir riesgos, prestar a una cartera de clientes plural, evitando el ciclo crediticio discrecional de préstamo a los mismos de siempre. Evitar también la intermediación del crédito, vale decir, empresas gestoras, empresas 136 Carlos Marx. Ibídem. 311 Haiman El Troudi favorecidas por créditos bancarios volteados a pequeños y medianos productores con tasas mayores. Ampliar los lapsos de cancelación de los créditos. Movida por el viento o la corriente del afán del lucro, la fuga real de divisas no se va a resolver en tanto el Sistema Financiero Privado obre a conveniencia, bajo la sombra cómplice o la ingenuidad supina del funcionariado público. El circuito permuta de divisas ha fortalecido su capacidad de incidencia en la fijación de precios vía especulación cambiaria y comercial, en parte alimentada por la provisión de títulos de la República capitalizables en divisa e incorporados al mercado interno. La huella dejada por los agentes económicos es fácilmente rastreable, y auditable. Un puñado de intereses carterizados han puesto en vilo a la sociedad toda y a la política cambiaria y monetaria del Estado. Quizás, una mayor voluntad política solvente de tajo, la situación planteada. Se estima que 100 millardos de dólares han salido del país en los últimos siete años. Bancos privados acometiendo planes financieros diseñados por sus casas matrices en el extranjero; propietarios de Bancos con conexiones directas o indirectas con Casas de Bolsa; Bancos estructuradores de títulos públicos, haciendo reingeniería financiera con instituciones en paraísos fiscales, etc. No más de cincuenta son los nombres de banqueros y conexos sobre quienes el rigor de la regulación debe ejercer su autoridad, independientemente que la red de vínculos desemboque en las puertas de altos o medios funcionarios públicos. La PEB ha de desmantelar las relaciones banca-casas de valorescasas de cambio. De hecho, en un esquema de administración de divisas han de nacionalizarse las casas de cambio. No hay espacio de duda, la transición al Socialismo Venezolano del Siglo XXI demanda una profunda reconfiguración del mercado de capitales. Casas de valores: participación directa del Estado en las operaciones; evaluación de requisitos y de los procesos, mediante la fijación de reglas claras para la supervisión efectiva por parte del regulador; condiciones de garantías para los clientes; compensación y Liquidación. Bolsas de valores: participación del Estado y la Sociedad para la revisión de los procesos, y para la apertura de la misma al control de la manipulación de los precios transados en Bolsa; establecimiento público de mecanismos de control de operaciones y fijación de precios; desarrollo de Núcleos de gestión económicas; fijación de condiciones para la conformación de Bolsas Regionales y para la Contribución Social obligatoria. Sociedades de corretaje: apertura a la Participación Social; incorporación de nuevos capitales; fijación de términos de garantías a minoritarios; eliminación de la Fianza ante la Bolsa como garantía de cumplimiento; 312 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela delimitación de exigencias de cumplimiento y de autorización rigurosos y criterios de sanción claros. Fondos Mutuales y Entidades de Inversión Colectiva: incorporación de Cooperativas y empresas comunales; ajustes patrimoniales propios y con apoyo estatal; flexibilización de los mecanismos para su constitución; dispositivos de regulación e inversión; y estímulo para la constitución de nuevos mercados y productos. Sociedades administradoras: participación social; ajustes patrimoniales; reestructuración de los requerimientos de Autorización. Casas de bolsa agrícola: desarrollo y profundización con participación de los pequeños y medianos productores; fomento y desarrollo dentro de la política agroalimentaria; regulación clara y mecanismos de control y fiscalización, en ese sentido, fijación de normativas para la autorización y cumplimiento de información en cuanto a los criterios y recaudos para la autorización; gestión dirigida al desarrollo de Núcleos Endógenos en zonas productivas (Cooperativas de Productores Libres Asociados). Por otra parte, la política de la revolución hacia la banca privada ha sido muy permisiva, y si se quiere, pusilánime. Nunca antes, la banca puramente capitalista venezolana, había obtenido niveles de rentabilidad tan elevados como en los últimos años. A pesar de las regulaciones a las tasas de interés y al cobro de comisiones por la prestación del servicio bancario, la banca privada ha obtenido importantes ganancias en los años de la Revolución (desproporcionada), fortaleciendo su gestión a través de la capitalización de sus utilidades, tal como lo muestra la evolución de rentabilidad sobre el Patrimonio Promedio de la Banca (SUDEBAN, 2008). 313 Haiman El Troudi Hay que recordar, que el sector bancario tiene privilegios fiscales importantes. Para el mes de noviembre del año 2008 la Banca pagó por concepto de ISLR el 7.98% de su ganancia bruta y para el primer semestre del mismo año ese ratio alcanzó 14.69%. En Venezuela, al menos en teoría, las más grandes empresas pagan una alícuota de 35% de sus ganancias. Todas estas razones permiten inferir, que la Banca ha sido un sector beneficiado de las políticas del Estado y como tal deberían alinearse con los postulados del plan Socialista. Sin embargo, igual que el Sistema Financiero Público, la banca privada comporta unos destinos crediticios que difieren de dicho plan, consignando en gran medida los recursos de todos los venezolanos y venezolanas a actividades de consumo y comercio, las cuales no están comprometidas con el desarrollo del país. ¿En cuál aporte social se ha traducido el crecimiento patrimonial observado en la gráfica anterior? ¿En créditos productivos?, existen claras evidencias de que el negocio bancario privado no está dispuesto a arriesgar ni un milímetro de su patrimonio en beneficio de los intereses nacionales: 1) la gran mayoría de su dinámica crediticia está “carterizada”. Las mismas empresas manufactureras, los mismos productores primarios, la misma agroindustria, los mismos agentes comerciales, son los que reciben año a año los créditos privados. Las oportunidades dadas a agentes económicos emergentes, pequeños y medianos, se supeditan a condiciones leoninas. 2) No sólo existe poca diversificación y profundidad en los créditos privados, sino que su calidad es muy baja, y de esto es corresponsable la precaria capacidad reguladora y sancionatoria del Gobierno Central 3) Dedican más del 30% de sus activos a las inversiones en títulos, alimentando la financiarización de la economía, en perjuicio del aparato productivo nacional. 4) El 20% de sus activos destinados a la disponibilidad permanentemente entra en el circuito de la especulación del préstamo interbancario (overnight), aprovechándose bien de los estructurales o coyunturales ciclos de baja liquidez. Las cifras que ponen en evidencia la propensión de la banca privada a no asumir riesgos, se pueden apreciar, entre otras, en la política de asignación de créditos a las carteras dirigidas: p.e., de la cartera dirigida al sector agrícola, el 2% de las personas que se beneficiaron de estos créditos (208 personas), les fue otorgado hasta noviembre del año 2008 el 55.57% de los créditos (8.9 Millardos de Bs F). Lo más grave es que en estos 208 beneficiarios se encuentran grandes corporaciones transnacionales y nacionales que siempre han recibido financiamiento en los años anteriores. Se presenta otra interrogante ¿Por qué razón la banca privada en 2001, 2002, 2003 no se sumó abiertamente al paro patronal, y al sabotaje petrolero? Para no desaprovechar los tiempos de abundancia, como no los han desaprovechado ¿Y cuando se restrinja, como debe restringirse, dicha tasa de ganancia, permanecerán dóciles y “neutrales”, o se incorporarán 314 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela sin más ambigüedades al plan contra-revolucionario? Dentro de las recomendaciones formuladas, para la constitución de un régimen tributario genuinamente socialista, se planteó el cobro de impuestos a los intereses generados a los Títulos de Valor. Si tales instrumentos de deuda pública de por sí representan un compromiso que afecta el futuro de la Tesorería Pública, al tiempo que son empleados (por medio de sofisticadas y complejas arquitectura financiera) para la especulación en el mercado cambiario permuta, y si se conoce o se tiene la fuerte percepción de que detrás de ello, está el Sistema Financiero Nacional, entonces no hay excusas para la exoneración del pago de impuestos sobre las ganancias que poseen dichos títulos valores. Anticipándonos a los argumentos de quienes sostienen que tal medida tiene como consecuencia el desestimulo a los compradores de deuda, y perjudicaría los rendimientos de la misma, bastaría con recordar que esta modalidad es adoptada por diversos países, tanto progresistas, como de derecha. El Estado venezolano coloca importantes cantidades de recursos en la banca privada y pública. En promedio, más del 60% del dinero del Estado está colocado en la Banca Privada de Primer Piso. Sobre la base de tal significativo instrumento de poder, en cumplimiento de criterios de regulación escritos, y en el marco de la PEB se debe forzar a la banca privada a extender el crédito, p.e., ampliando el rango de las gavetas obligatorias, particularmente la manufacturera, agrícola e hipotecaria; exigir la diversificación de los beneficiarios de los créditos, a fin de romper las roscas en el otorgamiento; fijar vía BCV plazos de cancelación de créditos mayores, sobre la base del cumplimiento de ciclos productivos, antes que la base de cálculo de maximización remunerativa; forzar la conformación de unidades de asistencia técnica a ser brindada a los clientes por parte de la banca, sin que ello suponga costos adicionales; trazar cuotas máximas de inversión, lo cual ha de ser cumplido rigurosamente, so pena de las máximas sanciones. Los depósitos públicos, en caso del incumplimiento de tales disposiciones de política, podrían ser incorporados a un Sistema Centralizado de Pagos (Tesorería única), de toda la Administración Pública Nacional, y extendida a los demás poderes y niveles de gobierno local y estadal. Todos los entes y órganos públicos deben girar contra dicha tesorería, los recursos de la Tesorería estarían depositados en el BCV sin remuneraciones, o con bajísimas tasas. El BCV emplea mecanismos de compensación remunerados con el Sistema Financiero Nacional, a fin de materializar los pagos ordenados por la Tesorería. Se pondría a disposición del país toda la infraestructura bancaria nacional, y se tendría mayor control de los impactos monetarios derivados de la gestión del gasto público. Se trata en definitiva, de la construcción de la banca socialista con características venezolanas, lo cual pasa por la adecuación del Sistema Bancario a la direccionalidad estratégica de la Política Económica 315 Haiman El Troudi Bolivariana, en el período de transición. La banca privada en ese sentido debe ser objeto de modificaciones sustantivas, en cuanto a la prestación del servicio, como en la configuración del número de entidades necesarias para el apoyo del fomento productivo nacional. Tamaño óptimo de la banca El manual establece, como se ha mencionado antes, en el contexto de la experiencia Socialista del Siglo XX, para el caso de la banca, la nacionalización de todo el tejido financiero. De allí, que existan muy pocas referencias bibliográficas de corte socialista sobre las cuales, se pueda abordar con rigurosidad el tema de fijar un tamaño óptimo a la banca. De tal suerte que se toman como soporte los métodos académicos de la economía clásica, cuya neutralidad política no debe ser objeto de revisión en el presente análisis. En todo caso, la selección metodológica se fundamenta en el criterio definido por el tamaño y desarrollo de la economía real a la cual apalanca el tamaño del sistema bancario. El tamaño óptimo del Sistema Bancario Nacional depende de factores económicos (valores, índices, etc.) y extraeconómicos (geográficos, normativos, tipología, etc.), de allí que, para algunos autores, el tamaño del sistema bancario depende de las variables que se utilicen para medirlo. En este caso se basan en la relaciones del activo/PIB, crédito/PIB, y captaciones/ PIB. Como premisa se considera que la estructura bancaria es óptima, en tamaño y funcionalidad económica y social, cuando se maximiza la eficiencia de proveer servicios financieros, sujeta a la solvencia y sanidad de los bancos y del sistema; en función del cumplimiento de las estrategias de desarrollo sectorial, y de cobertura de necesidades sociales, y del sistema de beneficios para el sistema y para la sociedad, provenientes de las economías de escala y la disminución de la concentración bancaria. En el marco de la PEB, el tamaño del sector bancario ha de ser modificado por la mayor intervención pública, y las decisiones de regulación y supervisión del Estado, no por la oficiosidad de la banca privada. En este contexto, la política de regulación estatal debe incentivar, y/o programar las fusiones bancarias, y establecer barreras para la entrada de nuevas instituciones, a fin de procurar mayor probabilidad de eficiencia en la actividad de las instituciones que funcionen en el sector. Véase la variable de concentración en el sector bancario para aproximarnos a la determinación de un tamaño óptimo. De las cincuenta y nueve (54) Instituciones Financieras que integran el Sistema Bancario Nacional en noviembre de 2009, cinco (5) concentran el 44,80% del total activo y los demás restantes instituciones se disputan el restante 55,20%. La institución con mayor participación concentra el 11,22% de los activos del sistema; existe un grupo de instituciones 316 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela con reducida participación de mercado (menos de 1%) y bajo nivel de eficiencia. La razón por la cual se ha producido tal concentración bancaria en Venezuela, obedece al hecho de que grupos bancarios poderosos han hecho uso de algunas de las innovaciones tecnológicas del sector, lo cual les ha garantizado la preferencia de grandes masas de ahorristas, en contraste con el rezago de los demás bancos medianos y pequeños. Por otra parte, motivado a la existencia de un marco jurídico débil, la no existencia de productos sustitutivos y el empleo de los grandes grupos privados de las economías de escala. Parece existir campo para mejorar la eficiencia bancaria, tanto en expansión del crédito como en ampliación de la clientela atendida, siempre y cuando los bancos fortalezcan su patrimonio. Para lograr una situación de máxima eficiencia bancaria es necesaria una estrategia global de multipolíticas (fiscal, monetaria, financiera, comercial de incentivo integral a los exportadores y a sectores como el turismo) que permita aumentar la participación bancaria en el financiamiento de sectores productivos. El equilibrio deseado es tener mayor nivel de actividad productiva que demande financiamiento bancario, lo que debe incidir en un sector bancario, tal vez no más grande, pero si más eficiente y robusto patrimonial y financieramente, lo que es positivo para toda la sociedad. La participación del Estado puede ser tan buena o tan mala como la realizada por la gestión privada, por lo que su valoración depende de la combinación satisfactoria de los resultados sociales y financieros obtenidos. De vuelta en el análisis de la concentración en el sector bancario nacional como base de cálculo para identificar el tamaño óptimo de la banca, se pasa a revisar la metodología empleada por el BCV (2008): índice de Herfindahl, índice de Gini, entropía de Theil, participación de los 5, 10 y 20 principales bancos. En estos métodos, la variable clave de cálculo es el activo. Indicadores de concentración 317 Haiman El Troudi Tomando como referente el método de los cinco primeros extendidos, tras cálculos y análisis, se aprecia que de 54 bancos existentes, en diciembre 2009, tan sólo en los 20 principales se concentra 86,66% del total de los ingresos y operaciones de todo el sistema. Tras políticas de fusiones promovidas por el BCV-Ejecutivo nacional, se debería en consecuencia disminuir a ese número la cantidad de instituciones bancarias en el país. No obstante, un criterio conservador establecería una banda entre 20 y 40 banco, el número óptimo de sistema bancario nacional. Resultaría muy interesante revisar a fondo y presentar ante la opinión pública el tipo de actividad que fundamentalmente desempeñan los bancos privados pequeños (incluidos los de desarrollo o micro-financieros). Sobre todo revisar lo referido a las inversiones en títulos públicos y la conexión de éstos bancos con otras instituciones financieras en determinados paraísos fiscales. Planificación del crédito Otro aspecto determinante, a ser incorporado en el diseño de la Banca Socialista en la perspectiva de la PEB, es la Planificación del Crédito. No basta con reconocer la importancia del crédito bancario durante el período de la construcción socialista, y dejar a la libre fluctuación del mercado el empleo discrecional del mismo. La Planificación del Crédito es un vector crucial para el aseguramiento de la calidad, oportunidad y efectividad crediticia. De allí, que la PEB ha de delimitar con nitidez los mecanismos públicos institucionales que aseguren una adecuada orientación del crédito público y privado. A fin de lograr el mejoramiento de la eficiencia, en el uso del financiamiento, es imprescindible situar dicho financiamiento público y privado de acuerdo con las prioridades sectoriales. La banca nacional actúa simplemente como taquilla receptora de demanda de créditos determinada por el mercado. Se debe dar prioridad a los sectores productivos de alto impacto multiplicador en la economía real, tales como agricultura, manufactura, transporte, industrias ligeras y construcción. Vale decir, sólo deben ser otorgados créditos a proyectos definidos por el Ejecutivo Nacional, a instancias de los Planes por Rubro. El emprendimiento privado que desee invertir en actividades no esenciales definidas por el plan de soberanía productiva del país, que lo haga con músculo propio. En un régimen de planificación económica-presupuestal, con los controles funcionando adecuadamente, la banca, menos el mercado, tiene por qué participar y menos tener control discrecional en la decisión del crédito. La falta de coordinación entre las diversas instituciones que conforman el sistema bancario, ha dispersado la acción del gobierno, en tanto rector de 318 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela la política económica, e impedido que el financiamiento público y privado cumpla a cabalidad su rol de motor del desarrollo productivo nacional. Esto no ha tenido por qué ser de otro modo, si se verifica la inexistencia de al menos líneas generales que organicen el crédito por sectores, y dentro de éstos, por eslabones, en atención a criterios geográficos, sociales, institucionales y de mercado. El crédito sectorial (agrícola, manufacturero, turístico e hipotecario) ha venido desacelerándose tanto en la banca privada como en la pública, lo cual comporta efectos adversos en la actividad económica. En los últimos años, la profundidad financiera (Créditos/PIB) ha disminuido a menos de 18%, después de avanzar de manera importante en el año 2007 hasta 21,4%, no reflejándose el impacto del financiamiento en el crecimiento del sector industrial. El crecimiento del PIB total ha estado influido en los últimos años por el sector terciario, el cual ha encontrado un importante aliado en la actividad de intermediación financiera orientada a créditos comerciales, hipotecarios y tarjetas de créditos. Esta distorsión debe llegar a su fin y no repetirse nunca más. Si el crecimiento económico total se ve disminuido producto de la baja tasa de ganancia de la actividad comercial, no hay razones para entrar en pánico. Los créditos deben ser orientados prioritariamente y en mayor proporción a los sectores primarios y secundarios de la economía, en estricto apego a planes de producción por rubros. 319 Haiman El Troudi Bajo el dictamen de la PEB, toda la banca no aguarda la demanda crediticia del mercado, para procesarla y eventualmente canalizarla o rechazarla. Ha de existir un listado de proyectos, elaborado por el Ejecutivo Nacional, y ofrecidos por la banca a los sectores productivos y comerciales, los cuales deben ser susceptibles de ser financiados. Los emprendimientos privados, cooperativos y comunales han de solicitar recursos para la inversión en actividades necesarias para su encadenamiento con otros eslabones de la producción, la distribución y la comercialización, de acuerdo con los planes de desarrollo nacional, y sectoriales. En un esquema en el que todos los agentes económicos del país están alineados a la producción programada por los planes sectoriales y más abajo, por los planes por rubros, el mercado estaría garantizado, y en consecuencia el pago del compromiso crediticio. Es obvio, que otras iniciativas privadas, tales como nuevos proyectos con pertinencia social, ampliación de la capacidad productiva, capital de trabajo, inversiones en actualización tecnológica, inversiones para la reconversión industrial en pos de la elevación de la productividad y aminoramiento del pasivo ambiental, etc., pueden también ser beneficiados por la política de orientación del crédito, aún no estén incorporados en el listado de la oferta crediticia que la banca administra. Desde luego, la planificación del crédito supone una base de cálculo económico con criterios sociales, empleada para la determinación de las tasas de interés. Así mismo, la fijación de parámetros coadyuvantes en el mejoramiento de la capacidad del otorgamiento de crédito de la banca. En cuanto a la determinación de las tasas de interés, el BCV en coordinación con el Ejecutivo Nacional habrá de delimitar los objetivos de la política de acuerdo con la coyuntura y en atención a la perspectiva estratégica de la PEB. En todo caso, siempre serán de interés para la construcción del socialismo criterios tales como: 1. Desestímulo al consumo suntuoso. 2. Estímulo al ahorro, al mejorar la remuneración de los pequeños y medianos ahorristas. 3. Estímulo a los sectores productivos claves que puedan impactar positivamente la oferta de bienes y servicios nacionales. 4. Disminución del diferencial entre las tasas activas y pasivas (spread). Esto es, disminución de la ganancia especulativa de la banca. Finalmente, tras la delimitación de la política bancaria, el establecimiento de las reglas del juego, en el sentido de la conformación de la Banca Socialista, el apretar de tuercas al Sistema Financiero Nacional no va a erradicar la ambición capitalista, y eventualmente el metabolismo del capitalismo financiero debe exigir mantener a como dé lugar sus altísimas tasas de ganancia, lo cual sólo sería posible, en el contexto de la fortísima regulación estatal, mediante finanzas ilegales, el blanqueo y legitimación 320 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela de capitales provenientes del narcotráfico, la guerra, la trata de blancas, la mafia, evasión fiscal, fuga de capitales, corrupción, extorsión y otros. Por ello, la PEB ha de promover el activismo internacional en aras de: a) desarrollar capacidades investigativas más eficientes y comprometidas verdaderamente con el combate a los delitos financieros internacionales; b) eliminar los paraísos fiscales; c) crear sistemas penales internacionales especializados en el delito financiero y fiscal; d) documentar y dar seguimiento a la contabilidad de las transnacionales; e) abrir los sistemas contables valorizados mediante la cotización en la bolsa, en busca de detener la actividad de legitimación de los dineros ilegales; f) diseñar e implementar un sistema robusto de facturación mundial, que procure detener la falsificación implícita en mecanismos de sobre y subfacturación, y la transferencia de utilidades entre filiales para evadir impuestos. 321 Haiman El Troudi 14. Estrategia científico-tecnológica En su contexto histórico, la frase marxista “el secreto es el espíritu de la burguesía”, se anticipó a una premisa fundamental de la productividad y la rentabilidad empresarial capitalista conocida hoy como “costo de oportunidad”. El empresario burgués, de aquel entonces, obsesionado por el afán de controlar nuevos mercados, emplearía todos los medios disponibles para sostener su expansión mercantil. Así, la automatización industrial se ponía al servicio de los intereses corporativos de la burguesía, y no a favor de la satisfacción social-material. Eran los inicios de la inteligencia y el espionaje industrial. Era relativamente sencillo copiar formatos industriales de un país y adaptarlos en otro para el empresario con capacidad de desplazamiento por Europa occidental. Si nadie más estaba enterado de la innovación, si el secreto era bien guardado, constituir un monopolio era cuestión de “uso eficiente137” de la operación productiva. Habermas re-emplea la frase, pero dentro de los límites de su denominada racionalidad comunicativa: la información presupone una relación de dominación, de allí que el ejercicio de la participación en la democracia requiere la independencia de las clases populares de los monopolios del saber, la comunicación y la información. Visto de ese modo, el conocimiento es poder, empleado bien para la sujeción social o para la emancipación humana. La socialización del conocimiento entonces se vuelve el referente axiológico de los humildes, los explotados y excluidos. Con la revolución industrial, el conocimiento dejó de servir a los fines del colectivo; su consagración como patrimonio de la humanidad ha sido diferida, entre tanto, sirve de instrumento para la opresión. Del costo de oportunidad económica a la dominación cultural, de la dominación cultural, al control político de la sociedad y la supremacía imperial, tal ha sido el recorrido de la razón mercantilizada del saber humano. El secreto en Marx ha “evolucionado” en derechos de patente y de propiedad intelectual, las patentes en derechos de soberanía y señoreaje. El conocimiento científico y la apropiación tecnológica son las palancas fundamentales de sostenimiento y fortalecimiento de los países desarrollados, y puede ser también picaporte de independencia de los pueblos del sur. El manejo de la ciencia y las tecnologías es un componente adicional que los pueblos deben incorporar a su proceso liberador. Para ello, se deben soslayar complejos y prejuicios, desmitificar la ciencia y la tecnología como manejo exclusivo de los poderosos. Forjar una cultura propia de apropiación del conocimiento, y poner bajo sospecha los determinismos, de quienes apuestan por adoptar usos tecnológicos modelados por el patrón de la división internacional del trabajo. 137 Eficiencia capitalista entendida como sobreexplotación del trabajo. 322 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela Un ejemplo de Paravisini lo ilustra mejor. Francia es potencia energética mundial138 sin poseer en su subsuelo recursos naturales para ello. El factor tecnológico le ha proporcionado tal posición de liderazgo. La política energética adoptada “por ahora” por la revolución bolivariana, aspira a convertirnos en potencia sectorial sobre la base, no de la incorporación de tecnologías orientadas a cambiar la matriz energética nacional, sino mediante la certificación y gestión de altos volúmenes de combustibles fósiles. Por si sólo, poseer abundante petróleo y gas no necesariamente va a convertir en potencia al país. Explotar y procesar el petróleo pesado de la faja del Orinoco mediante mejoradores de refinación, si bien reporta mejores rendimientos económicos, a la larga sólo fortalece la condición de Venezuela como país exportador, ahora no sólo de crudos, sino también de refinados. Si parte de los recursos petrolíferos de la faja se emplean para la generación eléctrica, mediante la tecnología de la orimulsión139, no vendiendo el petróleo pesado a otros países para que ellos generen electricidad a partir de la orimulsión, sino instalando plantas generadoras en aquellos países (bien en asociación mixta o por inversión propia) que suministrarían electricidad. En ese sentido, el petróleo de la faja no se vendería únicamente como insumo para la locomoción energética, ni como carbón, sino sería convertido en energía producía por la propia nación. Así, el negocio petrolero se diversifica en tanto ejercicio energético, al pasar a generar y exportar kilovatios, dentro y fuera del país, sobre la base del aprovechamiento de un recurso abundante. La tecnología de la orimulsión como combustible para generación eléctrica está disponible. Sobre la base de convenios estratégicos con la República Popular China bien se pudiera incursionar en el mercado mundial. Se trataría de un patrón tecnológico que rompe el paradigma energético implantado por los países industrializados, lo cual debe suponer resistencias internas y externas, pero la soberanía energética nacional bien merece afrontar el debate sobre el uso de dicha tecnología sin descontextualización del alcance de la misma, ni satanizaciones, ni posiciones maniqueas. El tema analizado a manera de ejemplo, permite situar el alcance estratégico de la utilización de la ciencia y la tecnología bien para fines velados (monopolio del mercado comercial de las transnacionales petroleras), o para fines de alto impacto social (control propio de la generación eléctrica a bajos costos). Desde esta reflexión, se puede comprender con mayor dimensión, la utilidad de la ciencia y la tecnología como proceso liberador, el cual atiende al menos tres vertientes: 1) la generación del nuevo conocimiento, 2) la apropiación social del conocimiento, y 3) la formación 138 En referencia a las reflexiones de David Paravisini. 139 En referencia a las reflexiones de José Luis Pacheco, y Fernando Travieso. 323 Haiman El Troudi en capacidades y experticias tecnológicas de los sujetos productivos. En seguida se describen por separado cada una de estas aristas. La generación del conocimiento Lenin advertía que la edificación socialista era inviable, “sin la gran técnica capitalista basada en los últimos descubrimientos de la ciencia moderna”140, y sin el poder del proletariado. Su metafórica frase “poder soviético más electrificación” sintetiza grosso modo tal biunívoca relación. La experiencia del campo socialista fue muy rica en cuanto a la rápida expansión del desarrollo industrial apoyado en tecnologías de común denominador, reproducidas en serie en el radio de influencia de la URSS. En las décadas tempranas del siglo pasado el desarrollo tecnológico no comportaba barreras para la industrialización, a tal punto que se pusieron en marcha políticas de desarrollo de las fuerzas productivas separadas, inclusive de la producción mundial, lo cual contribuyó irremediablemente al aislamiento y a la reproducción de prácticas ineficientes en el ciclo económico de lo productivo-tecnológico dentro del ámbito del Consejo de Ayuda Económica Mutua “COMECON”. Con el despliegue globalizador, la falta de coordinación de las políticas nacionales al interior del COMECON fue óbice del crecimiento de la inversión en proyectos de modernización coartándose así, la progresión sostenida de la economía y el bienestar social de aquel bloque de naciones; las cuales, arrastradas por el ritmo de la competencia con los Estados Unidos de Norteamérica, eran cada vez más dependientes de la provisión de nuevas tecnologías y de nuevos proyectos. El desenlace ya es por todos conocidos. La globalización impuso cambios colosales en los procesos de producción de todos los aspectos de la vida económica. Aguilar evidenció que “El modelo científico-tecnológico mundial actual establece una distribución del esfuerzo intelectual-financiero según las necesidades del sistema dominante, cuya base es el modelo ‘consumista’ y de ‘moda tecnológica’.”141 En consecuencia, los países ex socialistas no lograron acceder a un potencial innovador prometido por la globalización, y por el contrario ha desaparecido progresivamente el signo creador de la cultura científica-tecnológica, lograda durante la gestión socialista. Para el capitalismo, la ciencia y la tecnología es un medio más de sostenimiento de la tasa de beneficios. El desarrollo de la producción internacionalizada y la introducción de tecnologías basadas en la informática, el control de procesos, la automatización, la robótica, la 140 V.I. Lenin. “El Estado y la revolución” 141 José Aguilar. “Modo Científico Para Mérida” 324 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela electrónica, etc., ha incrementado vertiginosamente la producción mercantil en las últimas décadas, y con ello, el capital encuentra vías para seguir apropiando plusvalía, al minimizar costos mediante la introducción de nuevos procedimientos de producción basados en el deterioro humano y ambiental. En este sentido, nace la categoría “economía del conocimiento”142, vale decir, el conocimiento utilizado como factor amplificador de la tasa de ganancia capitalista. Se trata de una especie de Capitalismo Cognitivo que expresa el metarelato de un régimen de acumulación basado en la apropiación y el monopolio del conocimiento por parte de los agentes económicos transnacionales. El capitalismo lo mercantiliza todo, incluso la actividad creativa. En la presente época, la humanidad vive una historia formidable de experiencia creadora en expansión. Los usos de la técnica y las máquinas se optimizan constantemente mediante los descubrimientos e inventos de la ciencia, pero tal colosal aumento de la productividad del trabajo, no se ha traducido en mejoría de las condiciones de vida de la masa trabajadora. Por el contrario, el conocimiento ha sido convertido en un activo económico de primer orden para la locomoción productiva. Eventualmente, dicha locomoción se va a traducir en sobreproducción, y de la sobreproducción se da origen a una nueva crisis cíclica capitalista, la crisis debe evolucionar en recesión, y en definitiva dicha espiral va a terminar arrastrando a su paso, las ya deterioradas condiciones de vida de los pobres. La denominada Revolución Científico-Tecnológica de hoy está generalizada pero restringida: quien posee los medios puede desarrollar nuevos conocimientos, y el acceso a dicho conocimiento es al mismo tiempo limitado. La competitividad es el sello característico de la globalización económica matizada ahora por la invención tecno-científica. Véanse los casos de la obsolescencia programada, el monopolio de las marcas, el manejo ventajoso del mercado de los productos exclusivos, como claras manifestaciones del proceso de mercantilización del conocimiento. La tendencia actual de las grandes corporaciones, en el marco de la globalización es incorporar la investigación en los costos integrada dentro de las cadenas productivas. Pero, el incremento de los costos de producción no constituye una barrera para la valorización del capital. Las estructuras de costo reconocen una extraordinaria oportunidad en la invención tecnocientífica; en tanto no se haya generado tal innovación, la investigación en curso se computa como activo intangible. El valor del conocimiento es un factor adicionado al precio de las mercancías; un componente altamente rentable, en tanto, el precio de venta del nuevo producto (objetivación del 142 Blondeau O., Whiteford N., Vercellone C., Kyrou A., Corsani A., Rullani., Moulier Y., Lazzarato M. “Capitalismo cognitivo, propiedad intelectual, y creación colectiva” 325 Haiman El Troudi activo intangible) supera con creces el capital invertido en la investigación. En torno a este aspecto existen innumerables ejemplos, pero el más desproporcionado lo representa la industria farmacéutica. La investigación científica entendida como la dinámica de concepción de nuevos conocimientos, demostrables y universales, vertidos en la realidad objetiva, se ha convertido en un coto prácticamente reservado de los países desarrollados. Al analizar el comportamiento de la inversión en Investigación y Desarrollo (I+D) en términos del PIB, o la comparación per cápita de investigadores, descubrimientos, publicaciones, etc. de los países subdesarrollados se pone al descubierto su posición desventajosa. El señoreaje, y la neo-colonización de los países de la periferia guarda una relación directamente proporcional al grado de dependencia tecnológica de éstos con el norte desarrollado, confinados a cumplir un rol de proveedores de materias primas, o compradores de tecnologías atrasadas y altamente ineficientes. De esta manera, la dominación de los países periféricos por medio del uso de la fuerza, o la manipulación política, se ve desplazada por el monopolio de la razón científico-tecnológica. La ciencia ha heredado, por así decirlo, las capacidades ofensivas del arcabuz, y el napalm, y a la fecha, prefigura el motor dinamizador de las guerras de cuarta generación: vértice del control de la inteligencia, la información y el conocimiento. La ciencia y la tecnología constituyen la materialización del acopio histórico de las capacidades cognitivas del colectivo humano y la manifestación del trabajo vivo, enlazados en forma de conocimiento aprovechable, bien para provecho de la sociedad o su perjuicio. Para la lógica del capital, la ciencia es vista como negocio, factor propagador del desarrollo económico de las transnacionales y los países ricos, dotados de una superioridad atesorada tras la expoliación histórica de los países periféricos. Alcanzar tamaño grado de desarrollo es prácticamente un imposible, si los pueblos del sur asumen el desafío desde iniciativas fragmentadas e independientes. Sólo la integración de los procesos productivos, la implementación de planes conjuntos de investigación y formación de investigadores, la socialización de las innovaciones, una estrategia común de bloqueo del monopolio de las patentes, el aprovechamiento compartido de las potencialidades, y la democratización-apropiación del conocimiento, puede dar cuenta de la condición de desventaja sistémica a la que condena la lógica del capitalismo cognitivo. Levantar una agenda solidaria compartida entre países aliados, supone trascender los esquemas dadivosos de la transferencia tecnológica con condiciones practicadas por el capitalismo global. Según Mészáros: … “transferencias de tecnología” impuestas como una cuestión de rutina a los países “subdesarrollados” involucrados, sobre la monstruosa base de su dependencia estructural dentro del marco del sistema del capital global. Sin importar en qué medida 326 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela ello pudiera estar disfrazado por la ideología dominante, también en este respecto el sistema hacía valer (y continúa haciendo valer) su poder como totalidad independiente y estructurada jerárquicamente, haciendo burla sangrienta de toda creencia en hallar una salida de la calle ciega de la dependencia estructural, gracias a los buenos oficios de la “modernización del Tercer Mundo” y una generosa “transferencia de tecnología” 143. Se trata de un proceso integrador fundado en nuevas relaciones socialistas de producción adelantadas entre naciones solidarias. La investigación científica-tecnológica desde la perspectiva liberadora, cuantificada en términos de felicidad y bienestar social, asume una dinámica compleja que distorsiona la noción mercantil del capitalismo cognitivo, se arroga la gestión del conocimiento como proceso que, en palabras de Lage “…prioriza la cooperación (e integración) entre sus instituciones, y no la competencia (…) En la economía del conocimiento la cooperación es más eficiente que la competencia”144. La PEB ha de ser auspiciante de la prerrogativa según la cual, el conocimiento es ámbito de dominio de la propiedad social. Las innovaciones tecnológicas y los avances científicos, susceptibles del beneficio colectivo, han de convertirse en patrimonio de la nación, y más allá, de la humanidad toda. El Estado debe garantizar las condiciones idóneas para el fomento de la investigación en todos los campos, pero en correspondencia con las prioridades plasmadas en el plan de desarrollo económico social de la nación, y bajo estricta coordinación y alineación con las políticas sectoriales. Alinear la investigación con los requerimientos nacionales supone fijar objetivos nobles para la cobertura de las necesidades insatisfechas de la población. De allí, que la investigación privada para fines mercantiles, tipo obsolescencia programada o estímulo al consumismo de productos ligeramente modificados para fines comerciales, debe ser rigurosamente regulada y desestimulada. No deben por tanto ser nacionalizadas todas las patentes; el sector privado, y los emprendimientos populares han de poder investigar libremente sobre innovaciones que contribuyan al mejoramiento de la eficiencia productiva, la minimización de costos de producción, y los pasivos ambientales. Aquel conocimiento privado producido en términos del beneficio colectivo ha de ser adquirido por el Estado bajo un esquema de precio justo, y el reconocimiento social extendido, utilizado como estímulo moral. Otros criterios estratégicos de la PEB, en relación con la ciencia y la tecnología, han de estar enmarcados en la perspectiva de la apropiación del conocimiento científico y tecnológico para propiciar la inclusión social 143 István Mészáros. Ibídem. 144 Agustín Lage Dávila. “La economía del conocimiento y el socialismo: Reflexiones a partir de la experiencia de la Biotecnología Cubana” 327 Haiman El Troudi (sobre este aspecto se enfatiza posteriormente), la independencia científicotecnológica para contribuir con la seguridad y soberanía de la nación, y el desarrollo de las capacidades científico-técnicas e institucionales para garantizar el manejo soberano de los recursos naturales. La PEB está llamada a no infravalorar la importancia de la tecnología y de los incrementos de productividad, empero ello no supone la instauración de un culto a los hallazgos y aplicaciones de la tecnología y la ciencia. Como se ha indicado, son las relaciones socialistas de producción y de convivencia las que determinan en grado sumo el progreso social y económico de las naciones. Suficientemente la experiencia del socialismo científico nos ha ilustrado al respecto. Primordialmente fue la solidaridad y la cooperación interna y entre naciones, y la autogestión y la cogestión de los centros de producción altamente tecnificados, los elementos centrales que impulsaron el vertiginoso proceso de industrialización y la superación de la pobreza en aquellos países. Para Campos: Es claro que mientras mayor sea el nivel de desarrollo científico-técnico del capitalismo, más aceleradamente se puede avanzar a las relaciones socialistas de producción, pero esto no niega que a partir de niveles inferiores de desarrollo capitalista, se pueda progresar en la sociedad socialista -entendida esta no como un reino de consumo o distribución, sino como una sociedad de “cooperativistas cultos”, más equitativa, humana, solidaria, democrática y justa- que a la larga va a ser mucho más productiva, eficiente, más justamente repartida, popularmente apoyada y multidesarrollada que las actuales capitalistas de alto desarrollo, pero de más altos contrastes en todos los órdenes145. El capitalismo privatiza el conocimiento bajo la forma de “propiedad intelectual”, y los “sistemas de patente” mediante la modalidad de derecho monopólico de comercialización. En décadas recientes, estos dos pilares han condicionado el deslizamiento de la inversión y el financiamiento de toda la investigación hacia el sector privado. La Organización Mundial del Comercio (OMC) a instancias de las grandes potencias, ha sido la institución encargada de fomentar sistemáticamente la política de resguardo de la propiedad intelectual y la apropiación privada de los conocimientos. Por lo que tal configuración universal atenta contra el patrimonio futuro de la especie, se ha de encauzar el potencial cognitivo del ser humano, y de la sociedad en tanto organismo funcional, en la perspectiva de reorientar la práctica de la ciencia y la tecnología, subordinada a los fines emancipatorios de las clases populares. El presente ofrece un balance negativo para quienes cobijan esperanzas de desarrollo bajo el amparo del avance científico; desconocen el carácter de clase de la ciencia puesta al servicio de la reproducción del capital, su parcialidad, su no neutralidad. 145 Pedro Campos Santos. “La forma genérica de la producción socialista es la Autogestión Empresarial Obrera” 328 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela La subordinación de la ciencia a la sociedad, en ese contexto, sólo es realizable si son superadas las condiciones estructurales del capitalismo. Sólo la planificación socialista puede dar uso racional a los recursos materiales y a los talentos humanos encaminados a la gestión coherente y socialmente aceptable de la ciencia y la tecnología. Y es que el socialismo amerita forjar su propia racionalidad científicotecnológica, contrastada con la aparente neutralidad de la ciencia y la tecnología propugnada por los capitalistas. Mészáros expone: Se podría argumentar con mayor justificación la relativa neutralidad del instrumento de trabajo estrictamente aislado: un martillo, una sierra manual o un chip de memoria en particular (…) En ese sentido, los límites de la neutralidad instrumental con respecto a los instrumentos de trabajo particulares se deciden por su adaptabilidad (o no) para convertirse en partes constitutivas de un sistema general coherente. ¡¿Cuánto más habrá que estar consciente de tales determinaciones y restricciones en el caso de la fábrica capitalista?! Porque esta última no es un instrumento aislado sino un poderoso sistema (un auténtico “microcosmo”) operado exitosamente sobre la base del “despotismo del lugar de Trabajo” (su estructura de mando jerárquica interna) en su conexión orgánica con la “tiranía del mercado” que vincula e integra las unidades productivas particulares dentro del “macrocosmo” totalizante del marco regulador capitalista146. La estrategia de transición socialista en el marco de la PEB ha de desgarrar la tendencia de acceso social masificado de la tecnología capitalista, derrochador de recursos y creador de fetiches materiales. El afán consumista acelera la “productividad” del capital, y va ganándole terreno a la constitución de un ambiente favorable para la realización humana. La pesquisa de la verdad, por parte de la ciencia y los científicos, ha sido invocada por Weber para plantear la necesidad de un científico o intelectual con neutralidad valorativa frente a la realidad que estudia. En contraposición revísese la idea de Gramsci quien propugnaba un intelectual orgánico147, y más recientemente Wallerstein, quien recuerda “que la tarea de recolección de datos y la interpretación de su significado debería llevarse a cabo sin prestar atención a si los resultados confirman o no los valores del investigador, de la comunidad o del Estado”148. Se vuelve a Gramsci para junto a él afirmar que: …lo que interesa a la ciencia no es tanto la objetividad de lo real cuanto el hombre que elabora sus métodos de investigación, que rectifica continuamente sus instrumentos materiales reforzadores de los órganos de los sentidos y sus instrumentos lógicos (incluida la matemática) de discriminación y averiguación, o sea, la cultura, o sea, la concepción del mundo, o sea, la relación entre el hombre y la realidad por la mediación de la tecnología. Buscar la realidad fuera de los hombres, entendiendo esto en sentido 146 István Mészáros. Ibidem. 147 Antonio Gramsci. “Los intelectuales y la organización de la cultura” 148 Immanuel Wallerstein. “Un mundo incierto” 329 Haiman El Troudi religioso o metafísico, resulta ser, también en la ciencia, una mera paradoja. ¿Qué significaría, sin el hombre, la realidad del universo? Toda la ciencia está vinculada a las necesidades, a la vida, a la actividad del hombre. Sin la actividad del hombre, creadora de todos los valores, incluidos los científicos, ¿qué sería la “objetividad”? Un caos, o sea, nada, el vacío, si así puede decirse, porque realmente si se imagina que no existe el hombre, no se puede imaginar ni la lengua ni el pensamiento. Para la filosofía de la práctica el ser no puede separarse del pensamiento, el hombre de la naturaleza, la actividad de la materia, el sujeto del objeto; si se practica esa separación se cae en una de tantas formas de religión o en la abstracción sin sentido149. Si a ello se le adicionan las capacidades autonómicas y evolutivas de la tecnología dejada a merced de los dictados de la ganancia inherente del capital, la consecuencia no sería otra que la coronación de los objetivos por ella misma formulados, sin miramientos a las implicaciones sobre la sobreproducción de mercancías, la pertinencia social de tales bienes, su congruencia ambiental, y el impacto sobre el trabajo vivo. En este caso, la revalorización del capital sobrevenido de la apropiación privada de los medios de producción, encuentra nuevas vías de reproducción, afincada en la tecnología entendida como industria productiva. Por ello, Mészáros muestra como: … lejos de la proyectada abundancia asegurada tecnológicamente, el futuro no puede prometer ahora —en el caso de que no se llegue a romper cualitativamente con las prácticas reproductivas dominantes, y entre ellas con las prácticas de ciencia y tecnología prevalecientes — más que la dominación permanente sobre la humanidad de una forma u otra de escasez. Sin recordarnos constantemente a nosotros mismos esta verdad desconcertante no podemos ni siquiera iniciar la difícil tarea de elaborar una agenda socialista en sintonía con las necesidades de nuestra propia situación histórica150. La PEB ha de dirigir la gestión científica tecnológica del país, a sabiendas de que sólo el socialismo es el único modo de producción capaz de organizar la economía fundamentada en el conocimiento, por medio de relaciones sociales de producción armonizadas con la convivencia solidaria. Por ello, se debe constituir una Corporación Pública de Generación de Ciencia y Tecnología. Tal institución se encargaría de la orientación de la inversión y el financiamiento en I+D; construiría redes de cooperación entre las empresas públicas y privadas, universidades, y nichos del conocimiento; coordinaría las interacciones entre la ciencia y la economía referida a la integración de la investigación científica con la producción de bienes y servicios; gestionaría las políticas de formación de talento humano, su inserción en el mercado 149 Antonio Gramsci. “El materialismo histórico y la filosofía de Benedetto Croce” 150 István Mészáros. Ibídem. 330 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela de trabajo, y la inhibición de la emigración de profesionales y técnicos; fomentar la producción de ciencia y tecnología al servicio de la satisfacción de necesidades humanas. La apropiación social del conocimiento El juicio académico de la comunidad científica sigue, por mucho, imbuida en la lógica del ghetto. En Venezuela, la cultura científica está signada por una visión limitada, preeminentemente recargada del tradicional modelo de déficit cognitivo, abdicada al proceso dependiente de transferencia de conocimiento. La limitada actividad investigativa del país no se corresponde con las aspiraciones de desarrollo integral agendado por la revolución bolivariana. Salvo los esfuerzos, todavía limitados en avances, de la gestión pública bolivariana por promover la activación científico– tecnológica, a la fecha las instituciones universitarias siguen girando en torno al mismo ombligo sobre el cual se ha basado su producción investigativa, y en el campo privado dicha actividad es prácticamente inexistente. Promover una cultura de la ciencia, socialmente apropiable y concretamente asequible a la ciudadanía es un desafío adicional de la Política Económica Bolivariana. El Estado de la transición socialista ha de fortalecer la actividad científica y tecnológica a fin de animar la intervención de la sociedad, y la corresponsabilidad institucional y social en pos de vigorizar una cultura científica nacional. Para ello, la PEB ha de respaldar aquellos programas de investigación que integren el ámbito científicotecnológico y la organización social, por medio de la apropiación del conocimiento. La Apropiación Social del Conocimiento (ASC), o Apropiación Social de la Ciencia y la Tecnología incorpora la participación ciudadana en el contexto de gestión de los proyectos científicos y tecnológicos, tanto en la fase de producción real del conocimiento como en la aplicación. La participación social desde este enfoque, trasciende la esfera de la reivindicación social, el protagonismo político y la producción económica local, adentrándose en los límites de la creación de conocimiento científico técnico, punto de apoyo para la maduración de la conciencia societaria. Desde ese ángulo de aproximación, la conformación de una epistemología popular se traduce en compresión superior del entorno, de sus condicionantes culturales, materiales, y científicas. La participación como mecanismo integrador del individuo a la sociedad, posibilita, en el ámbito de la ciencia y la tecnología, el desarrollo cooperativo del conocimiento, la redistribución del conocimiento. La ASC supone la democratización de la información y el acceso de los sectores tradicionalmente excluidos del conocimiento y el progreso técnico, de tal manera que a través del uso de dicha información y conocimiento 331 Haiman El Troudi disponible, y de la socialización del saber se animan procesos de experimentación y aprendizaje diversos. Tan solo las acciones de soberanía viabilizan la pertinencia social en ciencia y tecnología, al despedazar la presuntuosa hegemonía elitista y egoísta de una fracción de la comunidad científica venezolana, adormecida en los vaivenes del saber universitario. Tan solo la ASC es capaz de erradicar el secreto burgués. Como afirma El Troudi y Bonilla (2004) “En consecuencia opone al secreto de las relaciones el método asambleario y las formas de divulgación de información y conocimiento desde la gente”151. Pero, tal apropiación demanda una metodología y una ruta de actuación capaz de darle viabilidad política. Por ello, Aguilar y Terán (2009) afirman: Para hablar de “Apropiación” necesitamos sustraerlo de la mera connotación de “Transferencia”, para incluir otras tres formas de obtención del conocimiento: la invención, la copia y el desarrollo. Además, todo proceso de apropiación de conocimiento debe estar impregnado de tres momentos, a saber: a) Saber Usar el conocimiento: consiste en la actitud sobre el uso -pertinente y contextualizado localmente- del conocimiento objeto de apropiación. b) Saber Hacer el conocimiento: son las actitudes, valores, lineamientos y pautas que promueven el desarrollo y la CTI autóctonas. c) Saber develar el contexto histórico del conocimiento: son las actitudes para conocer sus códigos sociales de diseño, para qué modelo social fue hecho, los valores sociales inmersos en él, los posibles impactos sociales que se generan con su uso, etc.152 La agenda del saber usar, hacer, y develar, supone la activación de referentes axiomáticos plasmados a tenor de la PEB. Seguidamente algunas líneas generatrices: a) Desarrollo de un Plan Integral para la Apropiación Social del Conocimiento. b) Articulación de los planes económicos y sociales de la nación con las políticas en ciencia y tecnología. c) Fomento de espacios de aprendizaje colectivos. d) Entrelazamiento rizomático de las iniciativas de innovación productiva con los emprendimientos económicos comunales. e) Establecimiento de una política de facilitación de condiciones para la creación, la libre circulación, y uso del conocimiento. f) Promoción de cultura científica-tecnológica crítica, que supere la lógica mercantil – individualista de la ciencia, puesta al servicio de las transformaciones societarias, y garante de la preservación medioambiental. 151 Haiman El Troudi, Luis Bonilla. “Inteligencia Social y Sala Situacional” 152 Jose Aguilar y Oswaldo Terán. “Ciencia y Tecnología liberada y liberadora, para una potencia mediana.”, en “Venezuela Potencia”. Haiman El Troudi, Fausto Fernández. Coordinadores. 332 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela g) Estímulo a la producción de conocimientos en línea con las expectativas y necesidades del colectivo. h) Promoción de la investigación privada y social-comunal. i) Auspicio de programas de investigación en el marco de la integración Científico-Tecnológica del Sur. j) Estímulo al conocimiento como resultado de prácticas sociales. La educación en el conocimiento La apropiación privada del conocimiento es un mecanismo indirecto de captura de renta nacional distribuida. Los Estados destinan cuantiosos presupuestos en la educación universitaria para que sus egresados pasen a engrosar las nóminas de corporaciones privadas regentes del negocio del conocimiento, revertido a la sociedad en forma de mercancías. Del mismo modo, la fuga de cerebros es otro dispositivo de captura indirecta de renta pública, pero en este caso, por parte de terceros países o empresas transnacionales. En efecto, la emigración selectiva de profesionales, científicos, y técnicos ha sido durante años un esquema ampliamente utilizado por el norte desarrollado, basado en el embargo a la inversión educativa; en términos de generación de conocimientos, a las naciones periféricas. Habermas (1989) describe como Marx asoció a la ciencia el “modelo de la producción”153, asumiéndola como actividad económica. Desde ese punto de vista, se integran conocimiento y fuerzas productivas, obviándose, de acuerdo con la interpretación habermasiana, el interés liberador inmanente a la ciencia. Se trata de la relación biunívoca autonomía – emancipación, o intercambio comunicativo sin control ni coerción política. La ciencia forma entonces parte del elenco protagónico en los procesos emancipatorios. Sin embargo no cualquier ciencia, como se ha visto, ni la ciencia como fin en sí misma, postrada en los recintos monásticos del saber. La revolución tecnológica ha cambiado la estructura productiva de la sociedad moderna. El tránsito de la sociedad industrial a la sociedad del conocimiento ha supuesto una readaptación de las condiciones del trabajo, tanto como el acceso mismo al conocimiento. Las relaciones sociales de producción demandan cambios impensables por la masa laboral socialista de hace apenas un par de décadas atrás. La cualificación, cada vez más especializada de contingentes profesionales comprometidos con el proyecto societario de la liberación del trabajo objetivado, demanda un abordaje programado por las determinaciones estratégicas del Estado socialista. 153 Júrger Habermas. “El discurso filosófico de la modernidad” 333 Haiman El Troudi La ampliación del universo laboral basada en la incorporación de trabajadores del conocimiento, portadores de un alto valor agregado al proceso productivo, pone en riesgo cualquier proyecto revolucionario, si la masa laboral no está presta a asumir un papel liberador, poniendo al servicio de la acción transformadora los alcances de la ciencia y tecnología disponibles. Cualquier estrategia de desarrollo necesita la formación acelerada de talentos humanos, capacitados técnicamente e idóneos social y políticamente. Ello supone: a) Una estrategia demográfica. b) Una política migratoria interna e internacional. c) Formular una política de colonización de los territorios despoblados del país. d) Redefinir los perfiles ocupacionales. e) Crear una estructura de capacitación profesional complementaria del sistema regular de enseñanza y compensatoria del déficit de formación técnica y profesional. f) Adecuar el sistema regular de enseñanza a las demandas de la estrategia de desarrollo. g) Estimular la innovación sobre todo en pequeñas y medianas empresas. h) Crear indicadores que evalúen el avance en innovación vía incorporación de nuevos profesionales vinculados a la investigación. La inversión (pública y privada) destinada a las personas y al conocimiento afirma el bienestar de las sociedades. La planificación de la investigación y el desarrollo en ciencia y tecnología, y la adquisición de capacidad tecnológica mediante la acumulación de conocimiento y talento humano, a la par de la apropiación social del conocimiento, motorizan el cambio del paradigma burgués bajo el cual el progreso social depende de las capacidades individuales y del emprendimiento particular guiado por la competencia. La planificación en ciencia y tecnología supone cubrir todos los ámbitos de dicho quehacer a escala nacional ¿De qué le ha servido al país financiar estudios no aplicables?, la mayor parte de ellos archivados, particularmente útiles para el ascenso académico o el reconocimiento del autor. Por ello, los Programa de Promoción al Investigador (PPI) demandan una reorientación radical que asegure prioritariamente líneas de investigación integradas a la planificación nacional, con pertinencia social. Se trata de erradicar el sesgo ideológico de los PPI, en tanto auspiciantes de una cultura científica egoísta y fragmentada, inspirada en la competición entre investigadores. 334 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela 15. Sistema de indicadores que trasciendan la noción monetarista154. La transición socialista requiere organizar un sistema de indicadores que exprese bien el avance o la involución del contexto venezolana a tenor de la especificidad propia, y el empuje del proyecto transformador en marcha. No andar a tientas y ofrecer seguimiento a la mejoría de la calidad de vida de la población, es una tarea aparentemente sencilla, si la base de análisis adopta las variables universales asociadas: Índice de Desarrollo Humano (IDH), Coeficiente de Desigualdad, Producto Interno Bruto per cápita, y otros. Pero, tales indicadores omiten las singularidades de cada país, y sobre un rasero común comparan el desarrollo de las naciones, sin miramientos al modelo de organización social encarnada en cada realidad. Dichos índices se muestran como “neutrales”, y no matizan diferencias entre modos de producción. Vale decir, el capitalismo y el socialismo son equiparables desde el punto de vista del crecimiento económico. Se trata de una trampa histórica – metodológica tendida al socialismo real y proyectada en el presente desde los laboratorios de intereses de las Naciones Unidas. Si el crecimiento económico se expresase en términos del formato de eficiencia socialista (productividad + satisfacción de necesidades sociales), y no en la convención capitalista (productividad + maximización de la ganancia particular), entonces tendría sentido convalidar la convención de la ONU. Si al IDH, más allá de sus componentes educativos, de salud, y de ingreso, se le asocia un mayor número de variables materiales (acceso a la ciencia y la tecnología; vivienda; alimentación; disminución de la pobreza medida por el acceso a bienes; tasa de desempleo y calidad del empleo; acceso a la seguridad social, pensiones y jubilaciones dignas y universales; acceso pleno a los servicios básicos (agua potable y servida, electricidad, telefonía, gas, calefacción, disposición de desechos, etc.), tal enfoque de medición sería pertinente a escala planearía, a la luz de un proyecto humano de desarrollo social y económico integral. El otro indicador “legitimado” por el concierto de las naciones es el PIB. La ONU insiste en que sólo por medio del cálculo de este indicador basado en el Sistema de Cuentas Nacionales, se puede comparar la evolución del crecimiento económico de las naciones. La metodología de las Cuentas Nacionales fue preparada por el Banco Mundial, y adoptada por los Bancos Centrales o los Institutos de Estadísticas de casi todo el mundo. 154 Epígrafe apoyado en el documento de Orángel Rivas, Julio Pérez, y Haiman El Troudi. “Producto Interno Bruto Alternativo” 335 Haiman El Troudi A decir del BM-ONU, si no existiese un patrón metodológico idéntico a escala mundial, se elaborarían mediciones amañadas, de acuerdo con la conveniencia de los Gobiernos Nacionales. PIB como traje a la medida para quienes les interese mostrar resultados favorables. Si bien tal enfoque es correcto, no es menos cierto que la metodología empleada no se corresponde con el sentido humano y ambiental que demandan las amplias mayorías humildes del mundo. Por ello, se impone una reforma al enfoque capitalista del acopio de las cuentas nacionales. La PEB debe promover el acogimiento de un Sistema de Cuentas Nacionales (SCN) que expresen la realidad venezolana más allá de los patrones de registro neoclásicos del FMI y el Banco Mundial, esto es, de la macroeconomía neoliberal. Si fuera posible, promover en los foros internacionales la reforma del PIB. Si fuera necesario, asumir metodologías alternativas empleadas por los países de signo progresista. En tanto, avanzar en un diseño propio, aún cuando no sea referenciado internacionalmente. Un Sistema de Indicadores del Socialismo Bolivariano que expresen toda la dinámica social en curso, empleado como instrumento de verificación de la evolución del proyecto transformador, en términos sociales, ambientales, culturales, económicos y políticos. El Sistema de Cuentas Nacionales es la base del cálculo del PIB con características capitalistas. Dicha metodología actualmente es aplicada por el país para el registro sistemático de la contabilidad social, la cual se compone de un grupo de cuentas macroeconómicas, balances y cuadros basados en un conjunto de conceptos, definiciones, clasificaciones y reglas contables acordados internacionalmente. Bajo esta metodología no es posible registrar los avances en materia social que ha venido impulsando el Gobierno Bolivariano, ya que considera a valor de costo de los factores, el gasto efectuado por los establecimientos gubernamentales y Misiones Sociales en salud, educación y subsidios alimentarios, por lo cual se subestima el Producto Interno Bruto (PIB). Hay que hacer resaltar que la Inversión Social como porcentaje del PIB se ha duplicado en los primeros diez años de revolución, pasando de un 12.8% en 1998 a 22% en el 2009, y este factor es relativizado en los cómputos del SCN. El Sistema de Cuentas Nacionales (SCN) está sustentado en un paradigma neoclásico, al cuantificar de forma preponderante las relaciones económicas típicas de mercado, esto es, las relaciones de intercambio comercial. El Estado, para el paradigma neoclásico, es un mero administrador de la justicia para garantizar los derechos de propiedad. La intervención del Estado, como garante de derechos sociales y agente del desarrollo de los mecanismos institucionales (sindicatos, contratación colectiva), se considera que producen desequilibrios en el mercado. Adicionalmente, el SCN no considera como relaciones económicas 336 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela relevantes, a aquellas propias de la solidaridad (donaciones, reciprocidad, cooperación) y trabajo voluntario. En tal sentido, las Cuentas Nacionales no toman en cuenta todo el Valor Agregado (Producto Interno Bruto) generado por los Servicios de salud, educación, capacitación para el trabajo, y alimentación prestados por el Estado, ni el producto que resulta de la solidaridad como trabajo voluntario y de los servicios privados no lucrativos. En el Producto Interno Bruto, estimado para Venezuela por el BCV, no está incorporado el componente de “Excedente Bruto de Explotación”, ni la “Depreciación”, para el caso de la actividad económica productiva de servicios del Gobierno General y servicios privados no lucrativos. Si un centro de salud privado presta servicios de radiologías, toda consulta paga genera una factura con la cual se registra el incremento o no de dicha actividad de servicio en un ejercicio fiscal determinado. Si aumenta el número de pacientes, aumenta la actividad económica, en consecuencia aumenta su incidencia en el PIB. Si se cobrase en Barrio Adentro y se midiesen los servicios gratuitos suministrados por el Estado, entonces se incrementaría el PIB, sólo que por ser un “gasto social”, la lógica monetaristas no lo computa. Los orígenes de esta sistematización y registro se remontan al Siglo XVII, fecha a partir de la cual se pueden distinguir tres etapas bien diferenciadas a saber: Período Preclásico (S XVII-XVIII). Basado en el pensamiento Mercantilista en el que la riqueza se vincula a las posesiones de oro y otros metales preciosos. William Petty (1623-1687), considerado el precursor de la Contabilidad Social, incorpora a la visión mercantilista la perspectiva basada en el trabajo; esto es, sólo lo producido como consecuencia del trabajo físico genera riqueza. Más adelante, se introduce un concepto ampliado de producto, que añade algunos servicios (públicos y privados) en la contabilidad nacional. Período Clásico (S XVIII-XIX). Adam Smith (1723-1790) en su obra Riqueza de las Naciones adopta la distinción entre trabajo productivo e improductivo, relacionando el primero con la producción de bienes materiales: agricultura, manufactura, comercio y el transporte de bienes materiales en tanto que el trabajo improductivo lo asocia al carácter redistributivo que no añade ingreso, relativo al empleo de personal gubernamental en actividades civiles y militares, así como profesionales, servicio doméstico y otros empleos en el servicio personal. Por su parte, Karl Marx (1818-1883) se apoya en la visión smithiana del trabajo productivo, e introduce la teoría del valor y por ende del ingreso. En ella distingue la producción de mercancías que se dirigen al consumo del que se dirige para obtener medios de producción (inversión) y de allí, que se excluya el valor de reposición de este capital fijo (depreciación). Además, introduce el concepto de capital fijo o constante y capital circulante 337 Haiman El Troudi (materia prima o consumo intermedio). El capital variable lo relaciona con la inversión en fuerza de trabajo y así la plusvalía va a ser la diferencia entre el valor de la producción de mercancías y su gasto total. Período Moderno (S XIX-XX) . Se continúa la vertiente de la escuela liberal smithiana con Alfred Marshall (1842-1924), Walras (1834-1910), Pareto (1848-1923) y Keynes (1883-1946), quienes comparten el criterio ampliado de producción. Con dicha metodología se dio operatividad y concreción a los modelos contables de los países capitalistas interesados más en su crecimiento que en su desarrollo. Período Actual (S XX-XXI). Las Naciones Unidas y el Fondo Monetario Internacional centralizan la labor de investigación sobre los cálculos macroeconómicos basados en la metodología del período moderno. En Venezuela, las primeras estimaciones las hizo el Banco Central de Venezuela al preparar las cifras oficiales de ingreso en 1949, referidas a la serie 19361949. En el campo socialista no se adoptó la metodología de Naciones Unidas. Al contrario, adoptaron un sistema propio basado en un enfoque más restringido, al excluir los servicios personales directos, el trabajo de la burocracia estatal (educación, salud, seguridad social, vivienda) y los márgenes de ganancia del comercio especulativo de revendedores. Durante el período de la Guerra Fría prevalecieron dos sistemas de cómputo del PIB: el Sistema de Producto Material (SPM) para los países socialistas y el Sistema de Cuentas Nacionales (SCN) para los capitalistas. Esta dualidad metodológica sobrevivió hasta la caída del campo socialista y la reforma de mercado en China y Vietnam. En 2002, el gobierno cubano criticó la metodología del SCN y el PIB con los argumentos siguientes: (1) el PIB es un indicador diseñado para economías de mercado incapaz de reflejar los logros sociales, distribución del ingreso y bienestar social de un país; (2) las economías neoliberales utilizan el PIB ignorando esas variables y tratan de imponerlo como un criterio estándar para medir el desarrollo, aunque el PIB puede crecer a pesar de deterioro socioeconómico, ambiental y condiciones de aumentada pobreza; (3) y esas deficiencias colocan a Cuba en una posición desigual, porque el PIB subestima el desempeño cubano en comparación con otros países, en vista a la alta proporción de servicios gratuitos y consumo subsidiado. Cuba decidió un cambio metodológico. En el año 2003 se dieron dos tasas de crecimiento del PIB: 2.6% basado en el método convencional y 3.8% basado en el método diseñado por Cuba, añadiendo el valor de los servicios gratuitos y subsidios a precios. Adicionalmente al contexto repasado, existen otras mediciones no incorporadas en el SCN. Desde hace décadas, se ha discutido la posibilidad de incorporar las Cuentas Ambientales, los Servicios Voluntarios Gratuitos, como por ejemplo, el trabajo de las “Amas de Casa”, 338 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela soportado constitucionalmente (CRBV, 1999: Art. 88) y recientemente, el trabajo voluntario así como la medición de algunos “bienes económicos” que pueden generar “males económicos” como p.e., el desarrollo de la industria armamentista. Las consecuencias de no llevar a cabo las modificaciones e incorporaciones metodológicas en el SCN pueden ser enumeradas como sigue: i. Sub estimación del PIB de los países comprometidos con la causa social de los pueblos, a raíz de la no incorporación de los Servicios Sociales Gratuitos y Subsidios. ii. Sobre estimación del PIB por parte de los países altamente contaminantes, cuyas externalidades negativas afectan a otros países debido al abuso de recursos naturales que se pueden usar libremente como el aire, suelos y el agua. Es así que EEUU es el país más contaminante del mundo con emisiones de gases de invernadero de cerca del 25% del total mundial y sin embargo, es uno de los países con más alto PIB per cápita del mundo. iii. La sobre estimación del PIB debido a la incorporación de los gastos en defensa sin tomar en consideración los daños causados por los conflictos militares. Nuevamente, en EEUU el gasto e inversión pública dirigido a Defensa (el llamado “complejo militar industrial”) creció 7.3%, en el segundo trimestre del 2008, (sin contar con el valor agregado de las empresas de dicho complejo contabilizadas fuera del gasto público). En pocas palabras, se contabiliza la ganancia de la empresa que vende el misil, pero la prótesis de pierna donada por el Estado para un “veterano” de guerra se contabilizaría al coste de producción. De persistir la visión neoliberal y armada de la contabilidad social van a existir incentivos contables para seguir generando confrontaciones militares, contaminación y privatizaciones de los servicios públicos a menos que se promuevan métodos alternativos a los actualmente existentes. Estas consecuencias y su causalidad han sido expuestas recientemente por el estudio de Stiglitz (2009) sobre el PIB, quien ha concluido también recientemente que el PIB “sólo compensan a los gobiernos que aumentan la producción material, y no el bienestar”, por cuanto los instrumentos tradicionales de su medición no toman en cuenta la degradación del medio ambiente, ni la desaparición de los recursos naturales, ni el progreso social de las naciones. La PEB ha de contar con un Sistema de Cuentas Nacionales Socialistas que tomen en consideración los aspectos señalados. Dicha exploración comprendería las siguientes actividades: 1) Profundización del trabajo preliminar ya iniciado por Cuba. 2) Diseño de una metodología (en fase experimental), a través de la 339 Haiman El Troudi cual se estime el Costo de los Servicios Sociales y Subsidios Públicos, (por ejemplo diagnósticos médicos asistenciales prestados en Barrio Adentro, ahorro familiar por concepto de subsidio a la gasolina y por el Plan de Alimentación Escolar, entre otros). La idea es expedir, sólo para fines contables, una “Factura Social”. 3) Establecer contactos subregionales con países aliados de Venezuela para crear una comisión de estudios sobre cómo medir el bienestar social a instancias de la ampliación de las variables en consideración por las cuentas nacionales, y así realizar los primeros propuestas sobre la posibilidad de diseñar las Cuentas Nacionales Emergentes a los fines de su “comparabilidad” internacional. 4) Desarrollar Cuentas Satélites a ser añadidas al SCN. El SCN presenta limitaciones respecto a la información, que puede contenerse concisamente en su marco central. Por medio de las Cuentas Satélite se cubre la necesidad de ensanchar la capacidad analítica de la contabilidad nacional a determinadas áreas de interés social de una manera flexible y sin sobrecargar o distorsionar el sistema central del SCN. La información adicional proporcionada por las cuentas satélites es de uso práctico, y posibilita la interrelación sectorial de componentes sociales introducidos en el marco conceptual de las cuentas nacionales. En 2008, el Ministerio de Planificación inició un programa de construcción de un Sistema de Matrices, y la ampliación de la contabilidad económica y social del SCN, dada la importancia de reconocer todas las variables intervinientes en el cálculo del PIB, tanto su valor total nacional como su distribución entre grupos socioeconómicos de hogares, categorías de personas ocupadas, incluidos uno o más índices relativos a aspectos distributivos. Las ampliaciones de contabilidad económica y social permiten alcanzar una visión más universal sobre las condiciones del Desarrollo Humano apoyado en un enfoque de sistemas. Al adjuntar datos dispersos sobre información monetaria y no monetaria, el sistema de matrices viabiliza tanto la edificación de modelos donde sean reutilizadas variables no monetarias como variables monetarias, y la evaluación del impacto de las políticas públicas gubernamentales, como las percepciones microeconómicas, y los influjos externos vertidos sobre las variables no monetarias. El Estado del Arte del programa adelantado en 2008 apuntaba a la agregación de cuentas satélites al Marco Central del Sistema de Cuentas Nacionales administrado por el BCV. La nueva matriz de Contabilidad Social pasaría a ampliarse con: i. Consumo final por grupos de hogares remunerado por el Estado y las instituciones sin fines de lucro que sirven a los hogares. ii. Indicadores ecológicos y medioambientales. 340 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela iii. Composición de la población por grupos de hogares (fuerza de trabajo potencial), la capacidad productiva por industria y la posesión de activos y pasivos por subsectores. iv. Indicadores socioeconómicos no monetarios (esperanza de vida, la mortalidad infantil, la alfabetización de adultos, el consumo de nutrientes, el acceso a los servicios públicos de salud y enseñanza) y la situación con respecto a la vivienda por grupos de hogares. v. Descomposición de las variaciones de los valores en variaciones de volúmenes y precios; para los productos y diversas categorías de servicios de mano de obra y a la formación de capital fijo por industria. vi. Cuentas Satélites del Mercado Laboral, Salud, Turismo, Petróleo, Energía, Educación, Economía Social, Solidaria y Popular. 341 Haiman El Troudi 16. Relación capital – trabajo, seguridad social y sistema de remuneraciones “El trabajo es, entre los factores de creación de riqueza, el decisivo” Salvador de la Plaza La subsunción del trabajo al capital Tal como expuso el viejo Marx (1985), el proceso de valorización encuentra en la explotación del trabajo ajeno la vía donde se reproduce la subsunción formal del trabajo en el capital. Al conjugar agregaciones de trabajo –y por ende suma de plusvalías- en dinámicas estructuradas de producción, el metabolismo capitalista transforma el dinero con el fin de obtener de éste más dinero. Desarrollo de riqueza material a expensas de la persona humana. Así, “El capitalista vela además para que el trabajo alcance el grado normal de calidad e intensidad, y prolonga lo más posible el proceso laboral a efectos de que se acreciente la plusvalía producida por el mismo”155. Tal dependencia coercitiva, orientada a la obtención de mayor plustrabajo vía alargamiento de la jornada laboral, no es la única modalidad de apoderamiento de la plusvalía por parte del modo de producción capitalista. Como se ha visto, la incorporación de nuevas tecnologías o el incremento de la productividad laboral mediante estímulos materiales de diversa índole, constituyen otros mecanismos de expropiación de tales excedentes. 155 Carlos Marx. “Capítulo VI. Inédito” 342 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela Como se sabe, la obtención de la plusvalía relativa está aparejada a la ecuación: valor es igual al tiempo de trabajo socialmente necesario que se ha objetivado en el producto. Tal desarrollo de la fuerza productiva del trabajo objetivado constituye la fuerza productiva del capital, no así la fuerza productiva del trabajo, menos la del trabajador particular ni la de los asalariados agrupados en torno a la dinámica productiva. Cuanto más se amplía el caudal de inversión de capital utilizado por el capitalista, tanto mayor el número de trabajadores a ocupar, y con ello, al menos teóricamente, mayor la plusvalía absoluta o bien relativa apropiada. Básicamente, el trabajador independiente subordina cualquier diversificación de sus capacidades y habilidades laborales a fin de beneficiarse con un salario mejor. Tales superioridades en capacidades se enuncian en escalas salariales diferenciadas y por ende, costos de producción mayores. Pero, la producción capitalista es un fin en sí mismo, su finalidad inmediata no es la satisfacción de necesidades sociales (incluidos los beneficios de la clase trabajadora), sino el propósito de incremento de la tasa de ganancia. En el centro de la espiral ascendente de la lógica capitalista siempre se sitúa la noción de productividad contenida en el aprovechamiento al máximo posible del trabajo impago. Marx (1985) estaba en lo cierto cuando escribió: El resultado material de la producción capitalista, amén del desarrollo de las fuerzas productivas sociales del trabajo, está constituido por el aumento de la masa de la producción y el acrecentamiento y diversificación de las esferas productivas y de sus ramificaciones; sólo después de esto se desarrolla correspondientemente el valor de cambio de los productos: la esfera donde operan o se realizan como valor de cambio 156. Si el proceso del trabajo se objetiva en mercancías para el uso o el intercambio, el trabajo es considerado productivo, en tanto aquel trabajo genere una cuota parte del volumen total de mercancías expresado en trabajo impago, esto es, mercancía que nada cuesta al capitalista. La estructura capitalista de producción, por tanto, no se basa exclusivamente en la generación de mercancías; es un agujero negro que fagocita trabajo impago, al convertir a los medios de producción en aspiradoras del tiempo de trabajo materializado y no pagado. La relación capital trabajo El énfasis económico para mantener e incrementar la tasa de ganancia capitalista de la modernidad pos-neoliberal, se sitúa tanto más en la plusvalía relativa que en la absoluta (salvando los aberrantes casos del neo-esclavismo de la industria maquiladora asiática, africana y latinoamericana). 156 Carlos Marx, ibídem. 343 Haiman El Troudi Tanto las variaciones de los usos y modalidades en los métodos del trabajo, como el campo de las innovaciones tecnológicas, la diversificación de la relaciones sociales, políticas y económicas en el ámbito de la producción y circulación del capital, configuran en suma las palancas con que se agencia la plusvalía relativa. De modo alguno, la caída de la renta agregada capitalista, es subproducto de la presión vertical practicada por el trabajo sobre el capital. Independientemente del período histórico en que se desenvuelva y de sus recurrentes ciclos de crisis, el modo de producción capitalista propaga distintas ecuaciones en pos de mantener la tasa de ganancia. Así, de pináculos a precipicios; de aumento de la productividad aparejada con mejoras salariales a caída de los salarios reales como acto reflejo a la crisis de sobreproducción condicionante del estancamiento de la productividad, y en consecuencia, ampliación de inventarios y de capacidades ociosas, desinversión, etc. La naturaleza de la economía capitalista es la valorización del capital y el crecimiento mercantil; vale decir, la expansión permanente (dialéctica reproductiva de capital gestor de nuevo capital); toda pausa deriva en colapso y en crisis. La justificación de ello subyace en el propio metabolismo del capital, en tanto ganancia acumulada continuamente dinamizadora de nuevos emprendimientos en función de seguir incrementando la tasa de ganancia, de modo que la masa del capitalismo y la masa de las mercancías aumentan en rápidas proporciones por lo que la búsqueda de nuevos mercados se vuelve imperativa. De allí, que la salida a la actual crisis económica mundial, dentro del propio capitalismo, inexorablemente va a suponer un aumento de la tasa de plusvalía relativa, lo que se traduce en acentuación del grado de usufructo del trabajo impago, flexibilidad laboral, contracción del salario por debajo de su verdadero y justo valor. La capitulación del trabajo al capital continúa reproduciendo el poder del capital en su contra, al mantenerse la objetivización del trabajo impago, ensanchándose así el señorío de la riqueza alienada sobre la sociedad. Como añadido, la reforma del proceso de trabajo se sirve de innovadoras formas de organización del proceso productivo o prestador de servicios, tales como la calificación laboral, motivación enajenante al trabajo, competencia entre compañeros de jornada, disposición de las reservas de productividad obrera, etc. La derrota del desempleo, sinónimo del aumento de la masa trabajadora, sin acompañamiento de un cambio de conciencia y compromiso social, supone, aún cuando la clase vocee las consignas socialistas, declive del empuje transformador. En transición, bajo estrictos cánones de control florece el capitalismo sólo en el sentido del desarrollo de las fuerzas productivas. El ciclo de maduración societal no se ha completado y por tanto, gobiernan relaciones de producción, enajenantes y explotadoras, la 344 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela masa laboral continúa su período de conformación de la clase. La expansión de las fuerzas productivas posibilita un abundante trabajo, el sector sindical va a hacer valer sus reivindicaciones salariales, pero la clase capitalista va también en ascenso económico, a menos que se le imputen controles a la ganancia, eventualmente incrementando su confianza y ésta se proyecta al resto de la sociedad bajo formas de nacionalismo. Estarían dadas las condiciones para el establecimiento de una nueva burguesía desarrollista. Así, se enuncia el dilema de si la sociedad y la clase obrera van a estar alguna vez maduras para la revolución socialista, abrigados bajo el manto de la prosperidad. El imaginario capitalista prevaleciente condiciona una suerte de acto reflejo social: un logro, una conquista, el pago de una deuda a la sociedad, activa el deseo (justo y digno) de alcanzar otra aspiración. Así, peldaño a peldaño, el ascenso social trae consigo la propia negación de clase. La prosperidad social, no acompañada de conciencia de clase, puede revertir el escenario de la lucha revolucionaria, y demandar espacios en el marco del individualismo mezquino capitalista. Una vez más, la superestructura y la infraestructura coronan el péndulo armonioso de la hechura socialista. Cambio de modo de producción y cambio de patrones de convivencia humana. La propia lógica del capitalismo le hace inviable como proyecto redentor de la humanidad. Quienes creen que, el capitalismo puede mantener su tasa de “prosperidad” inalterada y con ello irradiar bienestar pleno, olvidan la fatalidad del ciclo de crisis de valorización del capital, y su intrínseca naturaleza mezquina basada en la competencia entre los miembros de la especie. La forma capitalista de desarrollo económico, a través de la valorización del capital y la acumulación privada, apuntalan la reproducción del dominio de lo mercantil en tanto relación social cosificada. Este proceso axiomático, fundado en el desplazamiento del trabajo vivo y el aumento de la productividad social del trabajo, involucra la desvalorización del valor mismo, conteniendo en sí elementos de crisis. Precisamente en la oscilación ascendente – descendente de la razón capitalista, la naturaleza guerrera de los hombres, a decir de Clausewitz, se pone de manifiesto. En momentos recesivos y de inestabilidad económica, la respuesta del trabajador fragmentado y enajenado es la sumisión y el acatamiento silencioso de la represión. No obstante, la historia de la humanidad ostenta innumerables ejemplos de afloramiento de espíritu de rebeldía, cuando en épocas de crisis y riesgo social la subordinación abre paso al coraje. Se forja la vocación colaboracionista y la camaradería. Sólo entonces la clase trabajadora emprende marcha firme hacia su maduración. Pannekoek (1976) lo demuestra de la siguiente manera: Cuando la lucha se vuelve más amplia y encarnizada, y se agranda para transformarse en una lucha por el dominio sobre el trabajo y la sociedad, del cual dependen la vida y 345 Haiman El Troudi el futuro, la solidaridad debe transformarse en una unidad indisoluble que lo abarque todo. El nuevo sentimiento comunitario, al extenderse sobre toda la clase trabajadora, suprime el viejo egoísmo del mundo capitalista157. El reconocimiento comunitario – societario es el combustible disparador del progreso de la revolución. Reconocimiento expresado en términos de solidaridad y nueva ética ciudadana. El socialismo es solidaridad vuelta acto reflejo en la comunidad. Pero la revolución socialista juega en un solo extremo del tablero, y la correlación de fuerzas no va a estar a favor de las clases populares, sólo por su condición de clase mayoritaria. La cualificación de la lucha demanda la configuración de la nueva humanidad, basada en un nuevo sistema de trabajo. Al aplicar su plena fuerza a la liberación de la clase, el ser individualista venido del patrón capitalista, se debe desplegar íntegramente en la prosecución de fines personales subordinados a los colectivos. El mismo autor refiere sobre este punto: El sentimiento comunitario y la organización no bastan para derrotar al capitalismo. El dominio espiritual de la burguesía, al mantener sometida a la clase trabajadora, tiene la misma importancia que su poder físico. La ignorancia es un impedimento para la libertad. Los viejos pensamientos y tradiciones presionan fuertemente los cerebros, aunque éstos estén ya tocados por las nuevas ideas. Entonces los fines se ven en su forma más limitada, se aceptan consignas rimbombantes sin ningún espíritu crítico, la ilusión de un éxito fácil y las medidas tibias y las falsas promesas orientan hacia un camino errado. Así queda en evidencia la importancia que tiene para los trabajadores el poder intelectual. El conocimiento y la perspicacia constituyen un factor esencial en el surgimiento de la clase obrera158. La interrogante que se desprende de la sentencia anterior es la siguiente: ¿Cómo logra la clase trabajadora el conocimiento necesario para emprender su emancipación? La PEB, en su fluido dialéctico debe intentar promover el análisis de la sociedad, las formas como se expresa la voracidad del capital, su voluntad de mando y su necesidad de valorización sistemática, a fin de propiciar la superación del establecido modo capitalista de regulación social. Y es que en el contexto social, de cualquier sociedad subordinada a la explotación de una clase trabajadora por otra dirigente, se produce una continua lucha acerca de la división del producto total del trabajo, eso es, acerca del grado de explotación. Las crisis cíclicas del capitalismo, entonces, no marcan en sí el principio del fin de dicho modo de producción, sino el asentamiento de su metabolismo autopoiético. Por ello, Negri (2001) expone: La destrucción de capital, la desvalorización del trabajo vivo, la reconstrucción de términos ‘más justos’ (para el capital) de explotación: esto es para el capital la crisis, éste es el precio que está dispuesto a pagar para renovar su dominio, su potencia subjetiva159. 157 Anton Pannekoek. “Los Consejos Obreros” 158 Ibídem 159 Antonio Negri. “Marx más allá de Marx”. 346 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela Un ejemplo de ello se advierte con las tendencias de flexibilización laboral. El mecanismo de manipulación del trabajo por parte del capital opera bajo la libre fluctuación de la oferta y la demanda, la cual establece la distribución del trabajo y su salario, sin restricciones para crear o destruir plazas de empleo. Las consecuencias directas de tal práctica son la eliminación de la protección del trabajador, y la precarización del empleo. Las empresas capitalistas, aferradas al afán del lucro, propenden en la actualidad a readecuar su plataforma productiva en sintonía con los avances en innovación tecnológica. El trabajo objetivado busca ser maximizado al desplazar las reivindicaciones históricas de los trabajadores, logradas dentro del propio capitalismo tras la adopción del Estado de Bienestar160. Gracias a la ciencia y la tecnología, la productividad capitalista ensancha sus dominios. La flexibilización laboral aporta otro tanto, la manipulación del consumo, el marketing, la mercancía vuelta fetiche, el resto. En este marco, en el nuevo medio de socialización del consumo, se acrecienta el poder de supeditación del trabajo al capital, el carácter fetichista del consumo asume nuevas formas cada vez más privadas. De tal manera que se refuerza progresivamente la contradicción económica fundamental del sistema capitalista (Lebowitz, 2005)161. Los cambios tecnológicos introducidos en las empresas no conducen al fin del trabajo productivo, al contrario fomentan nuevas escalas productivas que rebasan los valores de uso a que estaban subordinados, como subproducto se va creando una clase trabajadora menos unida, con una composición técnica diversificada, y sujeta al poder real del capital. La relación capital - trabajo da origen al ejército industrial de reserva denominado de esta forma por Marx. El capital amplía su margen de acción respecto a sus necesidades de acumulación independientemente de la fuerza de trabajo excedentario-disponible, incluidas las personas con discapacidades para ejercer el trabajo. El crecimiento económico para el capitalismo concentrador de riqueza en pocas manos, taxativamente no es expresión de bienestar social. Y es que coincidiendo con Marx (1981) “… el incremento absoluto del capital está vinculado al decrecimiento absoluto de su parte constitutiva variable o de la fuerza de trabajo absorbida por la misma…”162. Entonces, mientras más rica sea una sociedad basada en clases sociales, más amplio va a ser su ejército industrial de reserva. Vale decir, que en dependencia de la salud económica del mercado, dicho ejército reserva se debe propagar o constreñirse al ser absorbida 160 Respuesta sistémica occidental a la acechanza expansionista del socialismo, particularmente en Europa. 161 Michael Lebowitz. “Más allá de El Capital. La economía política de la clase obrera en Marx” 162 Marx, Carlos. “El Capital” 347 Haiman El Troudi o despedida fuerza de trabajo de la clase trabajadora valorizada por el capital. En la transición al socialismo, el desarrollo económico de la sociedad no necesariamente debe gozar de buena salud si el bienestar solamente se expresa en aminoramiento del empleo friccional o advenimiento de condiciones de pleno empleo. Claro está, el hecho constituye un importantísimo avance social, pero en tanto en cuanto las condiciones del trabajo sigan siendo objetivadas, y las relaciones sociales de producción mantengan su patrón sojuzgador, se presenta en un pináculo expansivo de la reproducción capitalista del capital. El espejismo duraría poco, o relativamente mucho, pero en todo caso no sería perdurable, por cuanto, una vez más, el ejército industrial de reserva se emplea por el metabolismo capitalista en provecho de su valorización. La economía socialista no puede medirse exclusivamente a partir de la tasa de desocupación. Otras determinantes intervienen como ha sido presentado por la presente compilación. En todo caso, enfocados nuevamente en el empleo, se precisa apuntalar la cualidad del mismo, aún a expensas de la desocupación temporal de un segmento de la Población Económicamente Activa. En el socialismo, el Estado garantiza condiciones de vida digna para las personas en paro, al tiempo que se les fomenta la cultura del trabajo productivo, y se les va creando condiciones objetivas para su inserción laboral. Aún más, en la transición al socialismo, el pleno empleo no expresado en nuevos esquemas de organización del trabajo, es emulación de la razón post-fordista, por cuanto Marx (1981) expresa “…una sobrepoblación obrera es el producto necesario de la acumulación o del desarrollo de la riqueza sobre una base capitalista, esta sobrepoblación se convierte, a su vez, en palanca de la acumulación capitalista, e incluso en condición de existencia del modo capitalista de producción”163. Sólo el control coordinado sobre la producción por parte del Estado y los trabajadores, la superación de la fragmentación y la especialización de las distintas labores, es el basamento necesario para constitución de trabajo vivo. Los escenarios del trabajo del Siglo XXI han venido variando en relación con períodos anteriores. Véase el avance del empleo en el sector servicios, la estructuración jerárquica de los trabajadores de acuerdo con el formato tecnológico incorporado al proceso productivo, las nuevas profesiones altamente complejizadas, los servicios comunales, el subsidio a ramas de la producción poco competitiva, etc. Ello demanda un reenfoque paradigmático, según el cual el trabajo deja de ser apreciado con relación al control de los medios de producción. El Estado propietario, o los trabajadores propietarios son una expresión mucho más desarrollada al capitalismo, pero en sí misma no engendra 163 Ibídem. 348 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela condiciones únicas, suficientes y auto reproductoras para el auge socialista. Al respecto basta hojear a través del retrovisor de la historia de los proyectos socialistas pretéritos. Sobre este respecto se analizan las contribuciones de Lanz (2005): … En la memoria histórica de la clase obrera y del movimiento revolucionario mundial, existen abundantes testimonios de los debates y divisiones que se han polarizado sobre interpretaciones teóricas y evaluaciones de las experiencias cooperativistas, de control obrero, de cogestión y autogestión en diversos países. Tales polémicas pueden ser ubicadas desde la época de la Comuna de Paris, pasando por la experiencia de los Soviets en la URSS, la autogestión en Yugoeslavia, la cogestión en Alemania y en otros países. En tal proceso han estado involucradas diversas tendencias políticoideológicas, desde los comunistas utópicos, pasando por los anarquistas, trotskistas, stalinistas y socialdemócratas. De todo ese proceso debemos aprender y sistematizar sus aportes, para no repetir errores164. Y Mészáros (2001): En la medida en que las funciones vitales de control del metabolismo social no sean efectivamente asumidas y autónomamente ejercidas por los productores asociados, sino dejadas bajo la autoridad de un personal de control por separado (es decir, el nuevo tipo de personificación del capital) la autoderrota del propio trabajo sigue reproduciendo el poder del capital en contra suya, materialmente manteniendo y extendiendo así el dominio de la riqueza alienada sobre la sociedad165. Como se ha apuntado, el modelo productivo bolivariano busca armonizar los agregados aportados por el Estado, los trabajadores, las comunidades organizadas y el emprendimiento privado, este último regulado por el conjunto. Todos sectores contribuyentes en la generación y sostenimiento del empleo. En Venezuela, el 80% de los nuevos emprendimientos (cooperativos, medianos y micro empresariales, más recientemente comunitarios), cierran operaciones antes de completar los tres primeros años de vida. Las facilidades crediticias y las condiciones flexibles proporcionadas por los entes financieros del Estado han aliviado parte del drama, pero no ha influido significativamente en la inversión de la tendencia. En el caso público, la inyección de recursos estatales a sus empresas soportan las turbulencias de los años iniciales. Sobre el estatismo (en el caso soviético) y la autogestión (en el caso yugoeslavo) ya se ha hecho referencia, por lo que se va a analizar lo atinente a la cogestión obrera genuinamente socialista, trascendente a los retoques cosméticos reformistas de la socialdemocracia, validadora del status quo preexistente. La cogestión reformista no se inscribe en el cambio de estructura de dominación, expresada en la propiedad del ámbito fabril y las 164 Carlos Lanz. “La cogestión como cambio en las relaciones de producción” 165 István Mészáros. Ibídem. 349 Haiman El Troudi relaciones sociales de producción. La cogestión genuinamente socialista de la transición venezolana, ha de cambiar el hecho productivo impregnado de rasgos dependientes de la valorización del capital. Los trabajadores cogestionan la dinámica fabril de propiedad pública, privada o comunal, bajo el dictamen de la planificación centralizada y democrática. El control obrero puede llegar incluso a copar todos los compartimientos gerenciales, y ejerce el reparto de los excedentes entre los propietarios (pudiendo en parte ser ellos mismos), el entorno, y los trabajadores. Dicho reparto, administrado por fondos creados en función de asegurar seguridad social de todos sus trabajadores, y la responsabilidad social y ambiental. Según Proyecto 92 (1986) Existen quienes asocian erróneamente cogestión con autonomía e independencia de clase obrera. “La autonomía de clase es la negación del burocratismo estalinistasocialdemócrata, (…) la liberación de la clase obrera debe ser obra de ella misma (…) En su propia lucha las masas se organizan de manera autónoma en la medida en que adquieren conciencia de sus intereses y objetivos clasistas, siendo clave en tal sentido la reconstrucción de la memoria colectiva, como desarrollo de la conciencia de clase, como punto clave del rearme ideológico166. La autonomía y la independencia de la clase trabajadora auspician la capitulación de los formatos paternalistas en la realización teórica, la derrota del monólogo de la información, y la transferencia mecánica del conocimiento. Pero, ello no supone un ejercicio de “transformación del mundo si tomar el poder”. El Estado revolucionario, y las comunidades organizadas a la que los propios trabajadores pertenecen, no constituyen un mundo aparte, ajeno a la acción productiva de la clase trabajadora, alienada al control autonómico de la fábrica. La Cogestión socialista reivindica la articulación de todos los agentes económicos intervinientes en el hecho productivo, en la perspectiva de la creación de valores de uso. La seguridad social Se ha dicho que el capitalismo europeo de la postguerra quiso contrarrestar el ascenso del comunismo, y la creciente influencia de la Unión Soviética tras su expansión territorial. El Estado de Bienestar europeo sobrevenido también por las luchas del movimiento obrero, contemplaba programas de seguridad social, pensiones de jubilación, seguros de paro o desempleo, pago de vacaciones, etc. Aquellas reformas sin duda mejorarían la situación de los trabajadores. Estas reivindicaciones obreras fueron posible dado el crecimiento económico sobrevenido de la reconstrucción europea y la efervescencia productivista de la época. Pero, tras la crisis de sobreproducción fordista, la economía capitalista hizo aguas en la década de los setenta, entrando 166 Proyecto 92 (Corriente histórico - social) “¿Cuál autonomía?” 350 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela también en crisis el Estado de Bienestar. Desde entonces, no ha habido ninguna mejora sustancial en salud, educación, protección social, empleo, etc., la égida neoliberal ha propiciado una política des-regulatoria de las conquistas de la clase trabajadora, latente aún en la época presente, y agudizada tras el estallido de la nueva crisis sistémica del capitalismo global. La mercantilización de la economía ha permeado incluso el ámbito prestacional de seguridad social. El metabolismo del capital no sólo ha obtenido significativas tasas de ganancia procedentes de recursos productivos, financieros, y propiamente de la explotación de la fuerza de trabajo ajeno, sino también, ha puesto a su favor fondos privados originarios de los aportes para la vejez o la salud al descontar una fracción del salario a los trabajadores durante su “ciclo útil” productivo. Se trata de un esquema tramposo de privatización del sistema de pensiones aplicado en casi todos los países capitalistas del centro y la periferia, incluso en países donde gobiernan partidos, o coaliciones de partidos y movimientos sociales de izquierda. El refinamiento del capitalismo cubre con su manto todas las rendijas por donde se filtra la esperanza de la clase. En este caso, se apropia del ahorro obrero, utiliza el salario diferido de los trabajadores para su uso como fuente de financiamiento. La seguridad social, los servicios de paro forzoso, el sistema de pensiones y jubilaciones, concedidos a la clase obrera después de la segundad mitad del siglo pasado, se ha mercantilizado a tal punto que se ha retornado aquella “inversión” social en términos de transferencia de plusvalía a favor del gran capital monopolista. En Venezuela debe ser fácil reconocer un ejemplo de tal modalidad de mercantilización de dichos fondos: la empresa Protinal, de origen estadounidense, con sede en el país fue constituida con fondos de retiro de cientos de miles de trabajadores. El afán del lucro capitalista, siempre en búsqueda de maximizar ganancias, trasvasa flujos económicos generados de la actividad productiva a la esfera de la financiarización económica. En consecuencia, la naturaleza de los fondos de pensión, o de seguridad social, etc., se modifica cuando pasan a ser componentes del capital financiero, cotizando en la bolsa los ahorros de por vida de los trabajadores. Como se sabe, el nuevo régimen de acumulación capitalista, financiarizado y globalizado, organizado sobre la base de diferentes modos de regulación neoliberal, solventa para una porción del capital el problema de la rentabilidad, pero no logra re-apuntalar la productividad del trabajo. Con la financiarización económica, el capitalismo tomó represalias, en una suerte de venganza histórica contra el modelo keynesiano-fordistaliberal, al postergar las inversiones de arreglo socialdemócrata (Estado de Bienestar), lo cual se tradujo en ciclos expansivos y contractivos del capital, organizando la conocida curva de Phillips. Tales ciclos de crisis de a poco pusieron límites a la relación entre capital y trabajo sobreviviente de 351 Haiman El Troudi la carga neoliberal, sobre todo en los países del norte europeo. El proceso histórico venezolano, fiel a la herencia libertaria de sus precursores, ha de garantizar el cumplimiento del ideario bolivariano “El sistema de gobierno más perfecto es aquel que produce mayor suma de felicidad posible, mayor suma de seguridad social y mayor suma de estabilidad política”167. Así se ha plasmado en la CRBV (1999), y debe concretarse en la adopción de un Estado Benefactor Maximalista, que sobrepase las desviaciones de la socialdemocracia europea. La prosperidad y la felicidad ciudadana, en este caso material, suponen una importante inversión social por parte del sector público. Si el modelo bolivariano se apoya en el reparto de rentas petroleras para soportar tal volumen económico comprometido, cualquier esquema de seguridad social y beneficios para los trabajadores va a ser inviable, a menos que se apuntale en el trabajo productivo de toda la nación. Los excedentes privados, la renta estatal, los justos aportes de los trabajadores, la conformación de un sistema de servicios públicos universales de calidad y máxima cobertura, todo ello administrado por un fondo social cogestionado por el Estado y los trabajadores, constituye la ecuación funcional idónea a ser implantada por la Política Económica Bolivariana. El ejercicio privado y regulado de la medicina durante la transición al socialismo ha de ser poco “rentable” para las empresas y profesionales de la ciencia médica, en la medida que el Sistema Público Nacional de Salud alcance estándares de eficiencia. El aseguramiento privado (personas y bienes) también debe reducir al mínimo su actividad tras el avance del proyecto socialista. Desde el Estado se ha de conformar, como se ha dicho, un Ente Público Asegurador que atienda los requerimientos del sector. Las pólizas de cobertura médica (HCM) ofrecidas por las empresas aseguradoras privadas a los segmentos de la población que lo demanden pueden mantener sus operaciones, al igual que las clínicas privadas, sólo que a costos regulados. El Estado Benefactor Maximalista ha de controlar la mayoría y regular al resto de las instituciones proveedoras de servicios de bienestar poblacional, con el objeto de proteger a la clase trabajadora en cualquier vicisitud, garantizando un nivel de vida digno, independientemente de sus aportes a la comunidad. Tal modelo ha de abarcar inclusive, a los trabajadores y trabajadoras por cuenta propia. Sistema de remuneraciones El salario En el capitalismo, el empleador de fuerza de trabajo (privado o público) necesariamente debe disponer de recursos económicos para cancelar la 167 Simón Bolívar. Discurso pronunciado ante el Congreso de Angostura el 15 de febrero de 1819. 352 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela prestación de la faena. Así, el salario no es la porción que le corresponde al trabajador por concepto de la mercancía por él producida, sino un fragmento de otras mercancías ya existentes, de las que el empleador se hizo previamente. El ciclo reproductivo de la tasa de ganancia privada se sostiene, a través de la reposición del salario cancelado, mediante la fijación de precios de venta del bien o el servicio formado, en atención a los costos de producción, la depreciación de las maquinarias y equipos, la inversión tecnológica, y la fijación del margen de ganancia. Bajo esta noción, el salario no es sino el precio de la fuerza de trabajo convertida en mercancía, como expuso Marx (1957) “El salario no es la parte del obrero en la mercancía por él producida. El salario es la parte de la mercancía ya existente, con la que el capitalista compra una determinada cantidad de fuerza de trabajo productiva”168. Ello condiciona el tratamiento del salario como cualquier otra mercancía, regido por las leyes de determinación de precios en el mercado puramente capitalista. En dicho mercado, impera un sistema de bandas mínimas y máximas para la asignación salarial. El nivel mínimo determinado por el aseguramiento de la reproducción de la fuerza de trabajo sin miramientos al nivel de vida del trabajador; el máximo determinado por el punto de equilibrio en el que la tasa de ganancia no descienda en términos del plusvalor apropiado, y el chantaje de evitar la quiebra empresarial o el desestímulo expresado en desinversión. El salario se halla determinado especialmente por su relación con la ganancia. Las relaciones mutuas de la ganancia y el incremento o la disminución del salario siguen un comportamiento inversamente proporcional. Vale decir, la porción apropiable de capital en forma de ganancia, crece en la misma proporción en que se reduce el salario, y viceversa. El trabajo real enuncia el precio del trabajo en correlación con el precio de las demás mercancías, esto es, la cuantía de mercancías que puede comprar con este dinero remunerado; en contrario, el trabajo nominal o relativo imputa el segmento del nuevo valor establecido por el trabajo. Y es que el incremento monetario del precio remunerado por el trabajo, es un salario relativo, no necesariamente coincidente, en la mayoría de los casos, con el salario real. El incremento salarial debe estar aparejado con el costo de la vida, para que el salario percibido sea efectivamente real. En un escenario de deflación, al disminuir todos los bienes y servicios disponibles en el mercado, digamos en un 10 por ciento, aún en el escenario de disminución del salario en 5 por ciento, el salario percibido seguiría siendo relativo, aún pudiendo comprar más mercancías, si se le compara con la ganancia recabada por el empleador capitalista. El capitalista en este escenario hipotético, paga un porcentaje menor al trabajador que va a tener que producir la misma cantidad de productos, 168 Carlos Marx. “Trabajo asalariado y capital” 353 Haiman El Troudi tal como lo hacía antes de la disminución general de precios y salarios. La distribución de la riqueza social entre el empleador y el trabajador, entre el capital y el trabajo es ahora todavía más desigual que antes. En Venezuela, en las últimas décadas se ha producido un escenario contrario al referido en el ejemplo anterior. La inflación se ha vuelto un lugar común en la población, y expresa un mecanismo capitalista de reapropiación de la renta. En la Cuarta República, los grupos de poder económico participaban del reparto de la renta nacional de manera directa. Tras la política de redistribución de la riqueza entre las mayorías nacionales impulsada por la revolución bolivariana, dichos factores de la burguesía diseñan mecanismos, a través de los cuales buscan quedarse con la mayor porción de la plusvalía, ahora arrebatándosela a la población. Esta lógica se expresa mediante el cobro de altas tasas de interés y la elevación de los precios de bienes y servicios, entre otras. Pese a las políticas de reducción de la brecha entre el dólar regulado y el precio del dólar permuta, los precios no bajan, ni bajarán sustancialmente por cuanto “las pérdidas” de quienes adquirieron divisas paralelas para especular son trasladadas a los precios, es decir, se las cargan a la población. Así mismo, dentro de los componentes no estructurales de la inflación se encuentra el mecanismo perverso, a través del cual el sector privado busca contrarrestar el efecto de la inamovilidad laboral, y el incremento sostenido de los salarios básicos dictados por el Ejecutivo Nacional, en lugar de aumentar la capacidad de producción. En todo caso, una política coherente promovida por la revolución, y que ha de instituirse en el marco de la PEB no ha de sacrificar empleo e impulso a la producción por lograr una determinada meta de reducción drástica de la inflación. Bajar la inflación a costa de recortar el poder adquisitivo de los salarios, de ir disminuyendo la participación de los ingresos de los trabajadores en la distribución de la renta es parte del pasado capitalista superado. La política salarial de la transición socialista debe ser delineada por la PEB. Aspectos relacionados con la promoción del empleo, la calidad del empleo, la promoción de la humanización del trabajo, la reducción de la jornada laboral, erradicar la desvalorización del salario por medio de la sustitución del salario mínimo por un Salario Social Justo, son algunas de los presupuestos por desarrollar. El Salario Social Justo ha de combinar dos componentes sustanciales: cubrir las necesidades básicas del trabajador y su núcleo familiar, y establecer una relación equitativa entre la justa distribución del salario y los ingresos que perciben las empresas empleadoras. El primer componente desarrollado sobre la base un cálculo económico que considera la variedad de segmentos poblacionales. El segundo, vinculado al establecimiento de una obligación a las empresas a repartir sus utilidades entre los trabajadores 354 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela en un porcentaje a estimar de acuerdo con las especificidades sectoriales y empresariales. Correa (2009) afirmó, “Si no hacemos cambios revolucionarios en la política salarial, tampoco lograremos resolver el problema de inequidad”. La repartición de las utilidades generadas en todas las empresas entre los trabajadores de la misma, incluyendo las transnacionales, es una medida que reafirma la dignidad del trabajo productivo. Ninguna empresa puede considerarse rentable y declarar utilidades hasta que todos sus trabajadores no hayan ganado un Salario Social Justo (salario base más utilidad distribuida). El salario base ha de fijarse en función de garantizar poder adquisitivo a los trabajadores, ello medido a partir del porcentaje de variación de Índices de Precios al Consumidor. El porcentaje de distribución de las ganancias puede ser variable, de acuerdo a la actividad y el desempeño productivo. Las empresas con baja productividad han de ser auditadas por los trabajadores y los entes de regulación público a fin de diseñar un plan de reconversión que asegure beneficios, siempre que éstos no existan, sin desmedro de aquellos casos en que la utilidad esté direccionada a la satisfacción de necesidades sociales, como es el caso de las empresas públicas. La utilidad empresarial obtenida de la explotación laboral es inadmisible en cualquier modo de producción socialista. No se puede mal interpretar el funcionamiento del emprendimiento privado en el proyecto socialista, suponiendo que la corresponsabilidad social es la cuota parte asignada, su único requisito. No puede haber empresas privadas con utilidades millonarias con trabajadores sub-pagados. Ninguna empresa pueda declarar utilidades hasta que todos sus trabajadores hayan percibido el Salario Social Justo. Enajenación del trabajo Pero, como quiera que el proceso de trabajo en función de la valorización se convierte en trabajo alienado, sólo en la producción del mundo concreto el ser humano se afirma íntegramente como un ser genérico. Por derivación, el objeto del trabajo es la objetivación de la vida genérica del ser humano, contemplándose a sí mismo en medio de su creación. A decir de Marx (2004), “el salario es una consecuencia inmediata del trabajo enajenado y el trabajo enajenado es la causa inmediata de la propiedad privada. Al desaparecer un término debe también, por esto, desaparecer el otro”169. No obstante, la experiencia del campo socialista del siglo pasado demostró suficientemente que el axioma no se cumple 169 Carlos Marx. “Manuscritos Económico-Filosóficos 355 Haiman El Troudi en todos los casos. Tras la nacionalización de la propiedad privada, la propiedad de los medios de producción fue nacionalizada, pero bajo la administración del denominado “Estado Socialista Soviético”. El nuevo propietario, sin embargo reprodujo las relaciones sociales de producción capitalista, incluida la enajenación del trabajo. El planteamiento de Marx en torno al trabajo no es la igualdad, sino su análisis de la explotación. Ciertamente, la igualdad material de los seres humanos no supone la supresión de la explotación. Las lecciones históricas hoy le permiten al socialismo del Siglo XXI afirmar que el igualitarismo no es el objetivo superior del socialismo, lo son la equidad y la justicia distributiva. La explotación del hombre no se erradica mediante la utopía igualitarista de las posiciones extremas. Ya se ha dicho, y ahora se enfatiza: no se puede construir el socialismo del Siglo XXI con las “armas melladas” de la vieja “ortodoxia” dogmática socialista. Sobre este respecto se deben analizar las decisiones en materia de flexibilización de los topes salariales adelantada recientemente en Cuba por el Presidente Raúl Castro. Aquellas medidas se inscriben en la línea interpretativa de Sen (1995)170, quien considera que un ingreso igual eventualmente puede comportar mucha desigualdad respecto a la capacidad de los trabajadores de llevar a cabo una función que valore. Una variable (igualdad) administrada en términos taxativos puede distorsionar otra variable (motivación). Y es que según Marx (2004) “Incluso la igualdad de salarios, como pide Proudhon no hace más que transformar la relación del trabajador actual con su trabajo en la relación de todos los hombres con el trabajo. La sociedad es comprendida entonces como capitalista abstracto”171. La enajenación del trabajo supone que el trabajo es externo al trabajador; es decir, no le pertenece; por tanto el trabajador no se afirma, sino se niega; se siente infeliz. La motivación del trabajador es nula. Vive para trabajar, y su trabajo no se traduce en beneficio para sí y la sociedad. El desestímulo le arrincona a un cuadro de desmoralización y desánimo, por tanto sólo se siente en sí fuera del trabajo, y en el trabajo fuera de sí. Es justicia histórica reconocer que el trabajo, bajo el modo de producción capitalista, le pertenece a otro, y en consecuencia la enajenación comporta signos de explotación en su esencia. En esa dirección, el trabajo en el socialismo es visto no como un componente indeterminado de producción; es ante todo trabajo vivo, veta precursora de la creación de nuevo valor. Independientemente del propietario del medio de producción, existen al menos cuatro tipos de enajenación según Monedero y El Troudi (2007): 1) alienación respecto al salario y la actividad productiva; 2) alienación respecto al producto elaborado o el servicio prestado; 3) alienación respecto a sus 170 Amartya Sen. “Nuevo examen de la desigualdad” 171 Carlos Marx. Ibídem. 356 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela compañeros de trabajo; 4) alienación respecto al propio potencial humano 172. Tan sólo la conciencia de clase y la realización humana operan eficientemente contra la enajenación del trabajo. Tan sólo la fuerza viva del trabajo genera valor y produce bienestar social. Para Marx (2004): El producto del trabajo es el trabajo que se ha fijado en un objeto, que se ha hecho cosa; el producto es la objetivación del trabajo. La realización del trabajo es su objetivación. Esta realización del trabajo aparece en el estadio de la Economía Política como desrealización del trabajador, la objetivación como pérdida del objeto y servidumbre a él, la apropiación como extrañamiento, como enajenación173. El rol de la clase obrera en las relaciones de producción socialista De la experiencia del campo socialista en el Siglo XX se sabe que una vía para ir superando al Capitalismo de Estado es la activa vinculación de la clase obrera en la gestión de las Empresas de Propiedad Social. Tal actuación comprende el desarrollo de nuevas relaciones sociales de producción que superan la división del trabajo, la enajenación del trabajador, las cajas negras de la administración, y la relación sujeto – objeto entre ésta y los trabajadores. Cinco aristas pueden conformar la dinámica de emprendimiento de nuevas relaciones de producción que atiendan los errores históricos de las experiencias precedentes: Reinvindicaciones dignas 172 Haiman El Troudi, Juan Carlos Monedero. Ibídem. 173 Carlos Marx. Ibídem. 357 Haiman El Troudi 1. Elevación de la conciencia revolucionaria: la fábrica no es un espacio concebido únicamente para la procura y realización personal, sino el nicho de aportación de cada trabajador en aras de la realización societaria. 2. Incremento de la producción y la productividad: lo cual no supone explotación del trabajo, sino conciencia del deber social, eficiencia y calidad en la gestión en atención a los fines sociales. 3. Defensa de las reivindicaciones laborales: a cada quien según su trabajo, sin que ello se torne un fin en sí mismo, a instancias de una suerte de rapacería y voracidad mercantilista. 4. Participación en todos los ámbitos: tanto en lo interno de la fábrica vía gestión y cogestión obrera, como con el entorno, a través de los planes de responsabilidad social, y de coadyuvantes en la superación de las inequidades sociales imperantes. 5. Satisfacción de necesidades sociales: los trabajadores saben que a mayor producción mayores beneficios para la sociedad, con ello retribuyen a la sociedad lo dado por ésta. Del legado marxista se reconoce que la riqueza proviene del trabajo, al transformar la naturaleza, y proporcionar valor a los objetos. Uno de los retos del presente es alcanzar una sociedad socialista que efectivamente elimine la explotación del trabajo, y cree la forma más justa de remunerarlo. Las aproximaciones socialistas que concurrieron en el “socialismo real”, redistribuyeron con relativa eficiencia la riqueza, pese a las distorsiones observadas de apropiación de parte de dicha riqueza entre los altos cargos del Estado. Se podría establecer una analogía temprana entre la revolución bolivariana y aquellas experiencias, sólo que la redistribución en este caso es de la renta, que no de riqueza creada por el trabajo productivo. ¿Es posible fijar tasas remunerativas apegadas al desafío teórico propuesto del valor de uso en Marx? Los adelantos algorítmicos del cálculo informático pueden ofrecer un coro de voces optimistas. Eventualmente se puede llegar a una aproximación cada vez más efectiva del cálculo de las remuneraciones según el trabajo, y superar inclusive el ciclópeo reto de valorizar el trabajo intelectual, el conocimiento, la innovación tecnológica, etc. Es éste uno de los retos de la clase obrera. Enunciar la Economía Política del Socialismo del Siglo XXI en términos concretos, a la luz de la caracterización de la época como una histórica en gestación que demanda concreciones teórico-prácticas que alteren el orden fáctico de la explotación del trabajo. Para ello, la clase trabajadora en fragua revolucionaria amerita responderse a sí misma las interrogantes inherentes a la clarificación de su papel en la construcción del socialismo: 358 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela 1. ¿Cuál es el balance de la actuación de los trabajadores de cara al proceso bolivariano? 2. ¿Cuál debe ser la apuesta programática de la organización de la clase en cuanto a los derechos laborales, sociales y políticos de los trabajadores? 3. ¿Cómo habrá de llevarse la relación con el partido de la revolución? 4. ¿Cómo se debe instrumentar la democracia directa obrera dentro de las estructuras gremiales? 5. ¿De qué manera se articulan los Consejos de Trabajadores y los Sindicatos dentro de las fábricas? 6. ¿Cuál debe ser la actuación de la organización de los trabajadores para instaurar redes productivas y de intercambio? 7. ¿Cómo se instrumenta la planificación productiva desde la gestión compartida de los trabajadores, con el Estado y la comunidad? 8. ¿Cuál debe ser el papel de los trabajadores en la conducción del Estado revolucionario? 9. ¿Cuáles deben ser los aportes de los trabajadores en la consolidación del Poder Popular? 10. ¿Cómo debe darse forma a la participación y al protagonismo de la clase trabajadora en relación con el entorno laboral? 11. ¿Cómo elevar la conciencia de la clase trabajadora? 12. ¿Cuál es el tipo de organización sindical que necesita el modelo democrático socialista? 13. ¿Cómo estructurar la participación colectiva de los trabajadores a través de su representación sindical? 14. ¿Qué tratamiento debe dársele a las contradicciones dentro del movimiento sindical bolivariano? 15. ¿Cuál debe ser el modelo democrático a asumir en las fábricas y empresas que garantice 1) un proceso plural de toma de decisiones, 2) elección de los puestos de mando por la base, 3) rendición de cuentas de los voceros delegados en roles gerenciales, 4) revocabilidad del mandato y las decisiones, 5) la rotación en los cargos, y 6) la contraloría obrera? 16. ¿Cuál debe ser la contribución de los trabajadores en la plano internacionalista del proceso bolivariano? 17. ¿Cuáles deben ser los rasgos característicos del internacionalismo obrero bolivariano? 18. ¿Cuál debe ser el papel de los trabajadores en la protección del medio ambiente, en la lucha por la paz, por la igualdad de géneros? 19. ¿Cuál debe ser el papel de los trabajadores en la apuesta por un Desarrollo Humano Integral? 20. ¿Cómo hacer uso apropiado del ocio, del tiempo libre y la recreación? 21. ¿Cómo evitar que la reducción de la jornada laboral no atente 359 Haiman El Troudi contra la cultura del trabajo productivo reimpulsado sobre la base de la superación del rentismo-paternalismo? Las respuestas deben ser expresión de un debate reflexivo de las corrientes obrero-sindicales afectas al proceso bolivariano. La preparación de las tesis programáticas de la clase obrera bolivariana es un imperativo que requiere ser abordado sin vacilación ni demoras. En dichas tesis debe darse cabida a todas las corrientes del pensamiento revolucionario, existentes al seno del proyecto bolivariano, y debe combatirse las prácticas divisionistas de las tendencias grupalistas. La derrota del sectarismo174 y el dogmatismo175, de las tendencias, pasa por elevar a un plano ideológico los desencuentros personales o grupales. El imperialismo celebra el hostil tratamiento de nuestras vanas diferencias y la inacción genuinamente revolucionaria de la clase trabajadora, abocada a la supresión de la explotación del trabajo objetivado. Trabajo voluntario La PEB debe animar la cultura del debate, el trabajo voluntario, el estudio y la lectura permanente al seno del movimiento de los trabajadores a fin de superar la noción de que las masas de trabajadores dedican buena parte de su tiempo libre en el “disfrute” de pueriles goces, sin percatarse de los inconmensurables desafíos derivados de los problemas sociales, en los que se juega su propia existencia y la de su descendencia. La superación del rentismo, la producción de los bienes y servicios esenciales para la población, demanda como hemos visto, una nueva cultura del trabajo productivo. De la velocidad con que se vaya solventando la deuda social acumulada va a depender la permanencia del proyecto revolucionario en los años iniciales de gestación de la conciencia de clases. 174 Ser sectario es anteponer los intereses parciales de la secta a los intereses generales del proyecto por el que se lucha. El sectario busca imponer su verdad por cualquier medio, por ello limita las adhesiones y conduce a fracturas en la unidad. Véase Haiman El Troudi, Marta Harnecker, Luis Bonilla, “Herramientas para la participación”. 175 Ser dogmático significa razonar con recetas prefabricadas frente a los procesos sociales y políticos, sin analizar la situación real del país que se quiere transformar. El dogma se asume como una verdad absoluta, convertida en ley inalterable y declarada como cierta e incuestionable por quienes le siguen. Algunos dogmáticos suelen criticar a la revolución bolivariana porque no ha importado y adoptado las medidas que otras revoluciones asumieron. (régimen de partido único, persecución a la disidencia, etcétera). Dichos detractores no comprenden que nuestra revolución intenta construir un camino propio ni reproduce recetas, lo cual no implica que no se extrapolen experiencias exitosas de otras latitudes. Ibídem. 360 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela Para una población que apenas se inicia en la asimilación del proyecto histórico socialista, se han de atender dos vertientes: la edificación gradual y contra-hegemónica del modo de producción socialista, y como fase urgente, el socialismo del buen gobierno. El socialismo del buen gobierno es una tarea apremiante puesto que la contrastación de las formas de gobierno (capitalista-socialista) es permanentemente examinada por las clases populares, en pleno ciclo de maduración ideológica y liberación superestructural. Si el gobierno revolucionario no va anotándose logros, si no se resuelven los problemas, si no demuestra que su gestión se centra en el ser humano y no en la mercantilización del mundo, si no se invoca la demagogia; sino la verdad al hablar con claridad de la limitaciones que ponen trabas al buen desempeño, si no se concretan la eficiencia y la ética como valores cardinales de la gestión, etc. El desencanto en un importante segmento de las clases populares se puede hacer presente, y se iniciaría un reflujo de las fuerzas transformadoras. Sin embargo, el socialismo del buen gobierno no es responsabilidad exclusiva de los segmentos funcionariales que ejercen el servicio público. Tiene responsabilidades la clase trabajadora en la aportación de refuerzos. Por un lado, coadyuvando en la formación de la conciencia de clase, por otro, en el incremento de la producción y la productividad, y finalmente en la activación del trabajo voluntario. Si se parte del reconocimiento de que las condiciones materiales capitalistas heredadas por la revolución son la plataforma de despegue para la conformación de las nuevas condiciones materiales socialista; no pueden entonces desestimarse los aspectos inherentes de la organización del trabajo como diapasón orgánico para la constitución del nuevo modo de producción. Tal organización del trabajo debe influir en la revitalización del estado de ánimo de la clase trabajadora. Producir riqueza para la sociedad es un paradigma desconocido para el trabajador enajenado al trabajo asalariado. De allí, que los estímulos morales para la elevación de la producción y la productividad con fines sociales deben constituir un factor crucial. Véanse los ejemplos del minero ruso “Stajanov” al superar todas las marcas de producción. La doctrina estajanovista logró incrementar la productividad laboral incentivando a los trabajadores. En ese ejemplo se aprecia la posibilidad material de motorizar enormes jornadas de creación de riqueza en forma de trabajo voluntario. Considérese también el enfoque chino, el cual, a diferencia de la praxis de la Unión Soviética, promotora del socialismo con la generalización de las formas de propiedad socialista sobre los bienes de producción, incorporó adicionalmente el cambio de la motivación del individuo, estimulado por el fin de servir al pueblo, tras superar las motivaciones materiales e individualista de su actuación productiva. 361 Haiman El Troudi El principio socialista de distribución “de cada uno según su capacidad, a cada uno según su trabajo” recoge el espíritu de convivencia social basada en la solidaridad y el trabajo liberador. Si tal principio se proyecta en el plano de la concreción a partir de la combinación de estímulos materiales y morales, bien se ha de incitar el entusiasmo socialista y el empuje creador de la clase trabajadora en el trabajo. Sindicatos y Consejos de trabajadores. Un proyecto propio para la clase trabajadora El Socialismo Bolivariano del Siglo XXI cree en las capacidades de control y regulación del Estado, tanto como en la expresión societaria del nuevo sujeto social imbuido en los asuntos públicos. En consecuencia, no se reivindica estatista per se, ni asume monolíticamente los postulados del consejismo auto-referenciado, tanto menos el burocratismo sindical. En el caso de Venezuela, se plantean los dilemas de la clase trabajadora respecto al papel que le corresponde asumir en el proceso de transición al socialismo, tanto en el propósito de la lucha emancipatoria de la sociedad, cuanto en la superación de las relaciones de dominación laboral en las que la clase es sumida. No basta con asumir el reduccionismo de nacionalización de todos los medios de producción y con ello aguardar a que el socialismo brote cual maná redentor. El desenvolvimiento de la causa trabajadora va a ser diferente, en aquellos espacios donde la propiedad de los medios de producción repose en el Estado, el privado, o el agenciado por la economía social y popular. El propósito emancipador va a ser idéntico, pero los matices de gestión y producción diferenciados. Los trabajadores bajo el capitalismo, y en el propio período de tránsito al socialismo, deben proyectar dos modalidades de lucha contra el capital. Superar la explotación y organizar sus fuerzas emancipadoras en pos de conquistar un papel protagónico en la edificación de la nueva sociedad, lo cual supone el derrocamiento del capitalismo y la instauración de sistema de producción socialista. Para esa tarea es fundamental la Organización Sindical y la conformación de los Consejos de Trabajadores. La acción sindical orientado al combate contra la explotación, y tras de sí, la mejoría de las condiciones laborales y de vida de los trabajadores. Los sindicatos ejercen con legitimidad y amplio sentido democrático la representación de los intereses obreros. Se ha dicho que la acción sindical ordena la lucha contra la explotación laboral; no se puede entonces asumir el poder de la organización sindical para normalizar las relaciones de producción capitalistas. Se trata; en definitiva, de la reafirmación de clase en sí, pero no para sí, lo cual supone lucha contra el desclasamiento de la dirigencia obrera, contra la burocratización 362 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela sindical, la adopción de la plataforma de reivindicación laboral como base programática de la clase, y la reproducción de sectarismos. En la transición al socialismo van a coexistir dos tipos de sindicalismo: el sindicalismo revolucionario, y el sindicalismo capitalista, reproductor de la lógica capitalista. El sindicalismo capitalista no pide solidaridad a los trabajadores, en tanto excelsa virtud proletaria, sino disciplina y obediencia a las decisiones de la clase sindical. El “negocio sindical” es administrado por su burocracia; adoptan los principios de la democracia formal burguesa; se constituyen en el aparato, a través del cual el capital monopolista impone sus condiciones a toda la clase trabajadora. El socialismo bolivariano debe estimular a la clase trabajadora a ejercer la democracia participativa fabril y sindical. Delegar las decisiones de la clase equivale a resignarse a la miseria y la opresión. Son los trabajadores íntegramente responsables de su lucha, y el éxito o fracaso depende de ellos mismos. El Consejo de trabajadores es un instrumento político diferente al sindicato, pero no excluyente. Es una instancia proletaria concebida para la gestión socialista de la fábrica, por tanto se ocupa de encaminar y organizar la producción por parte de los propios trabajadores a instancias de la libre cooperación, sin descartar la coparticipación gerencial del Estado e incluso las propias comunidades organizadas en torno al hecho productivo. Pannekoek (1976) es ampliamente explícito al analizar: … aun suponiendo que el sindicalismo esté plenamente desarrollado y controle toda la industria, esto no significa que se ha abolido la explotación, que se ha reprimido al capitalismo. Lo que se ha reprimido es la arbitrariedad del capitalista individual; lo que se ha abolido son los peores abusos de la explotación. Y esto interesa además a los grupos capitalistas -para protegerlos de una competencia desleal- y al capitalismo en general. Mediante el poder de los sindicatos se normaliza el capitalismo; se establece universalmente una cierta norma de explotación. Una norma de salarios, que satisfaga las exigencias vitales más modestas, de modo que los trabajadores no se vean empujados una y otra vez a rebelarse por hambre, es cosa necesaria para que la producción no se interrumpa. Una norma de horas de trabajo que no sea totalmente agotadora de la vitalidad de la clase trabajadora -aunque la reducción de horario se neutraliza en gran medida por la aceleración del ritmo y el esfuerzo más intenso-, es cosa necesaria para el capitalismo mismo, para preservar en condiciones de uso a una clase trabajadora como base de la explotación futura. Fue la clase trabajadora la que mediante su lucha contra la mezquina avidez del capitalista tuvo que establecer las condiciones del capitalismo normal176. El Consejo Obrero es una forma de organización, durante el período de transición, en la cual la clase trabajadora lucha por el predominio de nuevas relaciones de producción, por la destrucción del capitalismo anidado, y por la organización de la producción social. 176 Anton Pannekoek. Ibídem. 363 Haiman El Troudi Los consejeros no asumen roles políticos-administrativos, no son el gobierno de la fábrica. Son voceros que sirven de correa trasmisora para el intercambio de opiniones, intenciones, y voluntad del conjunto de los trabajadores. Son los órganos del intercambio y la discusión social. Asimismo, su práctica es diferente a la de los legisladores. Asumen la vocería, no la representación de la masa laboral. No se reproduce el esquema de elector-representante, y desaparece el predominio de la división entre trabajo manual y trabajo intelectual. Todos los trabajos se involucran activamente en la organización social del trabajo. La producción es la causa común. La “dictadura del proletariado” se expresa en el seno de la fábrica como democracia laboral apuntalada por los consejistas, radicalmente contraria a la democracia formal burguesa. Quienes trabajan son dueños de su trabajo y asumen tareas en la planificación de la producción. La tarea de la formación de la conciencia de clase de la masa trabajadora es compartida entre el Sindicato y el Consejo de Trabajadores. En el caso de los Consejos, el estudio se encamina hacia la comprensión del hecho productivo y la relación de éste con el contexto social circundante. Los Consejos de Trabajadores no se constituyen en gobierno de la fábrica, sino como órgano co-gestor de la producción. El mismo Pannekoek (1976) los define: Los Consejos Obreros son la forma de organización durante el período de transición en el cual la clase trabajadora está luchando por el predominio, está destruyendo al capitalismo y organizando la producción social. Para conocer su verdadero carácter será conveniente compararlos con las formas existentes de organización y gobierno, tal como están fijadas por la costumbre y resultan evidentes por sí mismas en la mente del pueblo177. La acción directa, la toma del control de las fábricas, las huelgas políticas en Pannekoek si bien no son desestimables en el contexto de la realidad venezolana, ameritan una adopción histórica en el marco de la especificidad de la revolución bolivariana. Para la PEB, un axioma básico es la toma, a manos de los trabajadores y el Estado, vía declaratoria de utilidad pública, de toda fábrica abandonada por los propietarios capitalistas. En el caso de las fábricas bajo el dominio privado, la acción directa sugerida por Pannekoek no se ajustaría al Estado de Derecho consagrado por la propia Constitución Bolivariana. En tales espacios, la acción sindical, y la conformación de Consejos Obreros han de garantizar el avance en la superación de la explotación del trabajo y la adopción de relaciones socialistas de producción. Recuérdese que la transición socialista demanda a los todos los emprendimientos un reformateo de su gestión capitalista en Empresas de Propiedad Social (empresas públicas y comunales), y Empresas de Producción Social 177 Ibídem. 364 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela (empresas privadas y cooperativas). Los formatos EPS´s contemplan la coparticipación obrera en la gestión. La ocupación de una fábrica por parte del Consejo de Trabajadores no es desestimada, en cuanto se justifique tal actuación. (Los propietarios se niegan a asumir el formato EPS). En tales circunstancias, la ocupación se asume como un mecanismo político de demanda por democratizar la contabilidad y la base del cálculo salarial, por la participación obrera en la gestión, por la delimitación del margen de ganancia socialmente aceptable de la empresa, por garantizar la educación y formación en habilidades múltiples, por la rotación de tareas, etc. en fin por encaminar la fórmula particular de desarrollar nuevas relaciones sociales de producción. En todo caso, tal ocupación de la fábrica por los trabajadores no equivale necesariamente a su expropiación. Se entiende como una cesación transitoria de la disposición de la propiedad, por parte del capitalista. Tras la resolución del conflicto y el avance de la nueva organización del trabajo, aquel va a seguir siendo dueño y propietario del medio de producción, adaptado ahora a las demandas del avance socialista. Así, este mismo autor plantea: El principal problema, que constituye la base de todo el resto, es la producción misma. Su organización tiene dos aspectos: el establecimiento de reglas y normas generales, y el trabajo práctico mismo. Deben establecerse normas y reglas generales para las relaciones mutuas en el trabajo, para los derechos y obligaciones. Bajo el capitalismo, la norma consiste en la orden del dueño, del director. Bajo el capitalismo de Estado consiste en la orden más poderosa del Líder, del gobierno central. Pero en la nueva sociedad todos los productores serán libres e iguales178. El movimiento de los trabajadores en revolución, a la fecha no se ha puesto a la vanguardia del proceso emancipatorio bolivariano. Ha sido protagonista de extraordinarias jornadas de defensa del proyecto histórico venezolano, bastaría tan solo recordar la defensa y recuperación de la industria petrolera durante el sabotaje del 2002-2003. No obstante, poco se ha profundizado en la composición del nuevo modelo de producción socialista con características propias. Se ha dicho que el bloque histórico que propugna el socialismo en Venezuela encierra un sujeto colectivo. La clase obrera está contenida en dicho bloque, pero no se ha puesto al frente, como debería hacer. En esa dirección, la agenda de la clase debe trascender los estertores y fricciones de las corrientes sindicales, y abanderar los temas inherentes a la emancipación del trabajo objetivado: la relación entre el capital y el trabajo, la seguridad social, el sistema de remuneraciones, la autonomía, la autogestión y cogestión, las nuevas relaciones sociales de producción, el trabajo voluntario, la lucha sindical y la organización de los Consejos de los 178 Ibídem. 365 Haiman El Troudi Trabajadores, entre otros aspectos considerados en el presente análisis. Pero, el marco propositivo de la organización y fortalecimiento de la clase trabajadora no concluye allí. Existen otros aspectos sustantivos que demandan clarificación teórica, método, y praxis liberadora. A manera de titulares se esbozan a continuación, sin pretensiones de enunciación exhaustiva. 1. Conformación del Centro de Investigaciones Laborales …la perspectiva estratégica de reconstrucción de la memoria colectiva de la clase obrera y de su rearme ideológico, es decir, hacer de la historia y de las luchas pasadas, un marco para el aprendizaje, sacando enseñanzas y lecciones de dichos combates, igualmente se plantea impulsar la Subjetividad del Trabajo como conciencia de clase autónoma que se construye históricamente como conciencia opuesta, contraria, enfrentada al capital, que desde el ángulo de la producción material hasta la esfera ideológico-cultural pone en discusión la dominación. Por ello esta subjetividad forma parte del proceso de constitución de los trabajadores como clase, implicando tanto la conciencia de su situación actual como sus propuestas de emancipación: abolición de la explotación del trabajo, de la opresión política y del dominio cultural. Proyecto 92, 1986). 2. Constitución de centros de formación tecno-política de los trabajadores. 3. Lucha por el establecimiento de un sistema de “empleo de por vida”. 366 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela 17. Comercio y consumo El ciclo económico de la producción (básica y transformación), distribución, comercialización (cambio - intercambio) y consumo, se entiende como una totalidad indisoluble, orientada al aseguramiento de la vida material. Los sectores primarios y secundarios aportan mayor trabajo asociado, la esfera del cambio y el consumo comportan un menor peso específico en la ecuación global, no obstante, al ampliarse este segmento, la producción se extiende y se diversifica proporcionalmente, y en suma se mantiene el equilibrio. Lo anterior supone un estrecho vínculo de dependencia. La producción se concibe para atender la demanda natural de bienes y servicios de la sociedad, el consumo es en síntesis su destinatario. La forma como se produce (relaciones de producción), y la propiedad de los medios de producción estipulan el paradigma distributivo tanto como el logro societal de satisfacción de necesidades humanas. Si en el tránsito producción-consumo median intereses contrapuestos a la noción de cooperación humana y sobrevivencia colectiva, la producción con fines sociales se impregna de sesgos lucrativos particulares y con ello, el vínculo comercial crea distorsiones en la esfera de la circulación del volumen de productos sociales creados. El comercio mercantilizado es una fuente extendida de apropiación del excedente. Si se lograse superar la explotación del trabajo en la fase productiva y se permitiese que en el ámbito del mercado se imponga la especulación y la usura, predominaría la división social del trabajo entre comerciantes y productores. En este caso, la producción se torna mercantil, pierde su esencia social, tal como inicialmente fue concebida; el valor de uso degenera en valor de cambio; los bienes sociales se tornan mercancía base, para la obtención de plusvalía. Vale decir, el carácter social del trabajo entra en contradicción con la usurpación privada de sus resultados. Las variables cantidad de bienes socialmente requeridos, calidad, precios bajos, heterogeneidad mínima necesaria, constituyen aristas medulares de la planificación democrática de la producción socialista. Son mitigadores de la apropiación capitalista del trabajo extendido a la esfera de la circulación y el consumo. La productividad en el trabajo no entendida como maquila o esclavismo del ser humano, tributa argumentos fundamentales que redundan en la cantidad y los precios; la tecnología contribuye con la calidad y diversidad. En consecuencia, tal como ha sido resaltado en epígrafes precedentes, el Socialismo del Siglo XXI encuentra en la productividad y la innovación científico-tecnológica, tanto como en la planificación participativa desafíos orgánicos. La inteligencia colectiva del Estado, la economía popular-comunal y de los sectores productivos privados, conjugan el andamiaje para el renovado 367 Haiman El Troudi cálculo económica socialista, auspiciante del conocimiento fáctico de la demanda social sobre la cual se determina el equilibrio entre la producción y el consumo. Equilibrio que además, ha de atender al flujo de evolución de los ingresos sociales, y de la productividad, por cuenta de una también renovada “ley de distribución con arreglo al trabajo”. Vale decir, la distribución de la producción en tres vertientes: una parte de acuerdo con el trabajo, otra a fondos de compensación social, y la tercera a la libre circulación. En lo atinente a la determinación de precios, también se ha dicho que el renovado cálculo económico socialista ha de regular democrática y flexiblemente al mercado, fijando topes a la ganancia y elevadas cargas impositivas a quienes por alguna razón exacerban riqueza producto de su actividad de cambio. Como quiera que la fijación severa y unilateral de precios crea distorsiones en la economía, se asume un esquema de regulación de precios a tenor de un cálculo elaborado colectivamente. La experiencia del campo socialista en el Siglo XX demostró cómo el trabajo objetivado se transforma en mercancía, por tanto los intentos por promover intercambio de valores de uso degradó en compra venta de mercancías; el comercio se tornó en un instrumento para la circulación mercantil, y las leyes del mercado transfiguraron en marcador de la racionalidad productiva. De allí que de lo que se trata es de asumir sin prejuicios el renovado principio socialista atribuible Correa (2009) “…es el pueblo quien debe mandar, no el mercado. El mercado debe ser un buen siervo y no el amo”. El mercado regulado no debe ser el problema, sino parte de la solución del nuevo modo de producción del Socialismo del Siglo XXI, el cual logre superar la lógica de mercantilización del mundo humano. En Venezuela, la especulación comercial, en tanto agente propagador de la inflación179, se convierte en un mecanismo de apropiación indirecta de los excedentes del trabajo asalariado como de la renta nacional. En la medida en que la distribución de la renta se socializa eficientemente, al no corregir la perturbación de las tensiones inflacionarias por vía de la especulación, la porción de beneficios materiales transferidos a la población inexorablemente van a ser imbuidos por los tentáculos del consumismo inducido y las mercancías encarecidas. De allí, que la supervisión social-estatal del comercio al mayor y al menudeo supone una tarea primordial en la agenda organizativa y de movilización socialista. El intercambio directo entre consumidores y productores contribuye en el combate contra los monopolios y oligopolios de la distribución y el comercio. 179 De los demás componentes estructurales y propagadores de la inflación se hace mención en el documento “Retrato parcial de la economía venezolana”. Ministerio del Poder Popular para la Planificación y Desarrollo, 2008. 368 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela El comercio socialista debe orientar el consumo necesario con criterios de eficiencia y calidad, en franca oposición al consumismo irracionalartificial, inducido por agencias de marketing; el marketing debe ser un instrumento para la gestión del ciclo económico, en tanto en cuanto aporte información respecto a las necesidades sociales y viabilice formas de satisfacerlas; debe armonizar la oferta y la demanda al punto de evitar los residuales ciclos de crisis capitalistas (en este caso, originada de las caídas en las ventas); debe asegurar la inclusión social, al tiempo que reporta beneficios económicos a los agentes comerciales previamente fijados por un acuerdo societario; debe estimular el aparato productivo, al sostener un apropiado nivel de demanda agregada interna; debe contribuir por medio de la circulación de mercancías al ajuste monetario. En cuanto a la anquilosada noción de la estandarización del mundo humano vía fijación de raseros al consumo, a través de la producción de bienes uniformizados, estereotipados, carentes de pluralidad de formas y colores, etc. se erige la concepción renovada de la posibilidad de elección dentro del comercio socialista. El estímulo no inducido, sino derivado de la heterogeneidad de preferencias individuales constituye un atributo insoluble entre el consumidor y el objeto. El sujeto social de la modernidad está acostumbrado a transitar entre las redes simbólicas de la publicidad y el mercadeo. Marx (1980) al respecto apuntaba: En la producción el sujeto se objetiva; en el consumo, el objeto se subjetiva; en la distribución, la sociedad bajo la forma de disposiciones generales decisivas, se encarga de la mediación entre la producción y el consumo; en el cambio, esta mediación se realiza por el individuo determinado fortuitamente180. Claro está, en la época histórica de Marx, no existían las infinitas herramientas semiológicas empleadas por los aparatos más mediáticos. De allí que los servicios comerciales están entrelazados con una especie de proyección de la producción y la distribución, a través de la dimensión signos-significados, ordenada por el propietario del medio de producción y preconcebida para la inoculación de “deseos materiales insatisfechos” en la masa de consumidores dentro del capitalismo. De diversas disciplinas científicas (filosofía, antropología, sociología, los análisis del discurso y las teorías de la comunicación) se recogen los resultados de las investigaciones y usos de los SIR (simulacros, imaginarios y representaciones) y su impacto en el comportamiento de las sociedades contemporáneas. Su particular interés radica en conocer los modos en que se articulan las culturas y sobre las nuevas formas en que se producen signos y la forma en que éstos operan para producir significados (semiosis). Los SIR se generan tanto en los grandes medios masivos de difusión, 180 Carlos Marx. “Contribución a la crítica de la economía política” 369 Haiman El Troudi información y comunicación a la par que se establecen en los microprocesos de la vida cotidiana, en sus distintos niveles, y se dinamizan sin cesar gracias a sus variados actores; la experiencia de comprar, por ejemplo, o los satisfactores creados por el comercio: disposición del producto, imagen, forma, como complementos del valor del bien o el servicio. El Socialismo del Siglo XXI amerita clasificar y comprender estos procesos, donde el imaginario se presenta no como una irrealidad, ficticia o falsa, sino como el componente esencial de la realidad, capaz no sólo de configurar los distintos modos en que se ve, siente y percibe la realidad material, sino también capaz de definir la manera como se construye, al mismo tiempo, la vida cotidiana y la historia social. Los imaginarios sociales son influenciables (activación de signos – asimilación de significantes). En dependencia de su utilización, tanto los signos como sus significantes logran imponer arquetipos estéticos y dependencia inducida. De allí que el Socialismo del Siglo XXI precisa responder a las interrogantes: ¿Cuál es la estética bolivariana? ¿Qué señas particulares se desea fijar en el imaginario de las multitudes? La actividad comercial para el Socialismo del Siglo XXI no se interpreta como el monopolio estatal de las organizaciones comerciales. En todo caso, las instituciones públicas dedicadas al comercio han de fungir como marcador estandarizado de precios referenciales, sobre la base de una correcta determinación de precios de acuerdo con las estructuras de costos y los márgenes de ganancia socialmente validados. Ello no supone precios únicos de productos, sino banda de flotación que en ningún caso puede ser trasgredida con excusa a leves variaciones en la composición o presentación de los productos. Como se sabe y se reafirma, el comercio y el consumo cierran el ciclo económico; el comercio entendido como intermediación entre la producción y el consumo necesario encaminado a la satisfacción de necesidades. Pero, ¿puede producirse la distribución y el intercambio sin que medien determinantes mercantiles?, esto es, donde prevalezca el trabajo como canon socialmente ponderable ¿Es factible suponer el mercadeo de productos en el socialismo?, sin que ello suponga manipulación fetichista. El ideal del proyecto socialista es lograr la unidad solidaria entre los integrantes de la sociedad, lo cual supone trascender la idea del mercado como ente organizador de la oferta y la demanda con base en el patrón del valor de las mercancías. Por el contrario, el intercambio de mercancías implica compradores y vendedores integrados a partir del intercambio de actividades. Denominándose este mecanismo, Comercio Equitativo. El Comercio Equitativo busca reglamentar la ganancia excesiva, la especulación, las distorsiones que favorecen el monopolio económico y de la propiedad, la concentración sobre patentes industriales, la subjetivación de la mercancía, etc. No puede ser posible instaurar un Comercio Equitativo sin disciplinar a 370 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela los capitales financieros y especulativos, sin estimular capitales nacionales con lógica productiva nacionalista, sin fortalecer la complementariedad y la integración de las cadenas productivas entre las industrias nacionales, particularmente de las PYMES, y sin asumir y ejercer el control pleno y soberano sobre los recursos naturales y los medios de producción estratégicos. En un Comercio Equitativo, no crematístico, se promueven relaciones comerciales respetuosas entre productores y consumidores, se conforma un tejido económico solidario, se crean nuevas formas de relación social basadas en la cooperación. En lo posible, y en función de alcanzar máximos niveles de cooperación, se debe avanzar hacia la constitución de mecanismos de comercio directo entre productores y consumidores. Pero, como quiera que en la gran mayoría de los casos, la actividad comercial es desarrollada por intermediarios (mayoristas y minoristas), se ha de democratizar en extremo la información relacionada con la formación de precios y márgenes socialmente aceptables de ganancia, y se ha de sancionar severamente el incumplimiento de las pautas regulatorias estatales. Los intermediarios, en buena medida calificados como especuladores y/o oportunistas, deben reivindicar el sentido social del comercio. Ello supone adecuar sus ingresos al canon asignado por el sistema económico, a partir de la formación de la cuota media de ganancia como forma transmutada de la plusvalía. En el horizonte de la transición socialista, el comercio minorista de mercancías, puede adoptar formas estatales, cooperativas, comunales, mixtas y privadas. Dicho sistema de circulación debe estar sometido a una mezcla de relaciones sociales de producción. Sólo hasta tanto no se asiente el proyecto socialista esta circunstancia predominará, debido a que la estructura de la producción social imperante es quien determina el modo de circulación de lo producido. En el tránsito al socialismo va a prevalecer el intermediario privado, pero la intermediación debe actuar como un sistema integral sin exclusiones inicuas. Las herramientas económicas, fiscales, comerciales, y financieras, deben ponerse al servicio de la regulación social y estatal del intercambio. En áreas de significativo valor estratégico, como p.e., el comercio de alimentos, la acción estatal debe asegurar la salvaguarda de los intereses de las clases populares. El Estado ha de asumir el monopolio de la importación de alimentos esenciales181, y sus cadenas de distribución y comercialización, deben operar sin intermediaciones mercantiles. Los 181 Mientras prevalezca la dependencia importadora. Claro está, el objetivo intransigente de la nación se ha de circunscribir a la plena soberanía alimentaria. 371 Haiman El Troudi precios de venta al público de los alimentos de la red gubernamental y comunal deben absorber los costos asociados, salvo en casos donde por su naturaleza estratégica, se requiera aplicar subsidios. Los sectores vulnerables de la sociedad han de recibir un trato diferencial, tendente a su protección social integral. El principio comercial debe ser común para todos los bienes y/o servicios que brinde el Estado: venta al costo y eventualmente una muy pequeña ganancia. Este principio aplica inclusive para el expendio de combustible, ya que todo subsidio injustificado al extremo (como es el caso de la gasolina), en las circunstancias estructurales de dependencia rentística, aviva la llama de la cultura improductiva, y con ello, el retraso en el avance emancipador. La PEB en la fase de transición al socialismo ha de organizar una arquitectura comercial mixta, donde converjan al menos dos variantes de circulación y cambio. a. Un canal centralizado de comercialización en el que la contratación de la producción, el acopio, la fijación de precios y la distribución, sean resueltos desde el nivel central del gobierno a través de la gestión de una Corporación Estatal de Distribución y Cambio, que agrupe empresas públicas dedicadas al mayoreo. b. Varios canales de comercialización privados y comunales, bajo regulación social-estatal del margen de ganancia, planificación de destino aseguradora de suplir todo el tejido territorial-poblacional, basado primordialmente en el vínculo entre productores – mayoristas – consumidores. En el espíritu de la activación del encuentro entre productores y consumidores se observa la tendencia a restringir la participación de los intermediarios privados. En cuanto a la esfera de los intercambios internacionales, la PEB ha de plasmar su centralidad argumental en el auspicio al comercio como herramienta de desarrollo, orientado hacia el cumplimiento de los objetivos de desarrollo económico-social de la nación y, prioritariamente a subyugar la pobreza. De allí, que la promoción del libre mercado mundial, membrado en torno a la agenda de la Organización Mundial del Comercio marcha en contravía con el proyecto económico bolivariano. Se cita, p.e., el pedido de los países desarrollados de más mercados para sus productos agrícolas, basado en las absurdas condiciones de la OMC que veladamente pretenden perpetuar en acuerdos internacionales el patrón de desequilibrio comercial en la economía internacional. Tal equilibrio puede eventualmente lograse si se estableciese un subsidio universal a la agricultura. Se precisa en consecuencia, flexibilizar, o bien adoptar nuevas fórmulas 372 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela para los países en desarrollo a fin de facilitar su participación plena en un mercado global orientado a la complementariedad y la cooperación. Otro aspecto crucial es la diferenciación entre comercio y servicios públicos. Los servicios públicos deben ser reconocidos como derechos de todos los humanos. Más que patrocinar un Derecho Humano sumergido en una concepción individualista, se trata de auspiciar los Derechos de la Humanidad, como canon de superación del Derecho Burgués, que sobrepone al hombre, al individuo por encima de la humanidad. Se lograría de esta manera poner diques de contención al interés de la OMC, basado en la pretensión capitalista de privatizar los servicios públicos, considerados como vana mercancía transable. Sin disimulo, la geopolítica pluripolar auspiciada por los países antiimperialistas ha de propugnar la reconfiguración radical, sino la eliminación de la OMC. La nueva Institución Mundial del Comercio Equitativo estimularía el intercambio entre los bloques regionales emergentes (BRIC, Mercosur, sur-sur, África-Latinoamérica, etc.); centraría su fundamento programático en el desarrollo económico y social de las naciones a partir de procesos de intercambio complementarios, y en el caso de las naciones pobres, ayudas dirigidas efectivas; fijaría estándares sociales, y medioambientales; restringiría el comercio de bienes producidos sobre la base de la explotación del trabajo en todas sus manifestaciones (particularmente el infantil); en definitiva, velaría porque la actividad comercial sea genuinamente beneficiosa para todos los ciudadanos del mundo. Ahora bien, de vuelta al ámbito nacional, la PEB ha de reconocer la importancia que tiene asegurar el equilibrio sistémico entre todos los sectores de la economía y particularmente entre los componentes del ciclo económico. Por tal motivo, se analizan algunas líneas del esbozo de cursos propósitos de acción tendentes a fomentar un sistema de distribución y cambio cónsono con los presupuestos anteriormente desarrollados. a) Adecuación de la política arancelaria conforme a los requerimientos de desarrollo nacional. Aranceles más elevados para productos terminados que pueden ser elaborados en el país, y menores aranceles para materias primas, bienes de capital e insumos. Un ejemplo: que no resulte más económico importar celulares hechos en el exterior que ensamblarlos en el país, debido a la desincronización de los aranceles para partes y componentes, y los del bien importado. b) Fomento de una política de control de precios flexible acorde con la realidad productiva, la cual debe ser evaluada trimestralmente, en consonancia con las estructuras de costos. Se precisa regular los precios de venta al público de los bienes y servicios de primera necesidad mediante tres modalidades de precios: a) Precios Máximos de Venta 373 Haiman El Troudi al Público controlados por el Ejecutivo Nacional, b) Precio Sugerido de Venta al Público para el resto de los productos de primera necesidad que no estén sujetos a control de precios, y c) Precios referenciales de importación, el cual corrija el comportamiento tramposo de precios de materias primas e insumos importados que no se corresponden con sus precios en el país de origen. c) Fortalecimiento institucional-popular del rol fiscalizador del Estado. Crear un poderoso órgano gubernamental de seguimiento al sistema de regulaciones, a la par, formalizar una estructura social de fiscalización popular contra la especulación (Madres del Barrio, Consejos Comunales, Reserva, etc.) que dé acompañamiento ciudadano al cumplimiento de las políticas de precios. La evasión de la política de control de precios de los productos sujetos a control de precios debe ser duramente sancionada, en aras de proyectar un efecto inhibidor. d) Institucionalización del plan Nacional de Balance de Importaciones y Producción Nacional para el aseguramiento de la satisfacción de los requerimientos nacionales, el cual ha de ser un instrumento de equilibrio de mercado, proveedor de información para la toma de decisiones relacionadas con la disposición mesurada de bienes en el mercado, evitándose la sobreproducción y sobresaturación de la oferta. e) Creación de la Corporación Pública de Distribución. Lo cual no supone el monopolio del sector, sino el empleo de un instrumento centralizado que canalice las operaciones logísticas de transporte de toda la red pública de mercados de alimentos, la dotación y distribución de insumos y productos elaborados por las empresas del Estado, y la fijación de precios referenciales al resto del sector. f) Plan de regulación de Mercados Municipales (mayoristas y menoristas). Recuperación de los mercados municipales como espacios para la comercialización de productos alimenticios (vía administración centralizada u descentralizada según sea conveniente). Se ha de dar cabida a las comunidades organizadas y a los propios productores, a fin de propiciar la venta directa de productos agrícolas disminuyendo la intermediación comercial. g) Regulación de los insumos agrícolas tales como semillas, alimentos balanceados, agroquímicos, medicamentos veterinarios, alambrones, etc. h) Definición de una política comercial para el mercado interno que corrija los desequilibrios de mercado que imperan en la economía nacional 374 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela (concentración económica, poder de mercado, alta intermediación comercial, obsolescencia de marcos legales en materia comercial). i) Tal como ya se ha planteado; creación de una Unidad de Costos y Precios la cual consolide un sistema único, en línea, de información de costos de producción y del comportamiento de las principales variables que inciden en el comportamiento de los precios en el mercado nacional, que facilite en tiempo real adoptar las políticas públicas pertinentes. j) Implementación de una política coherente de Compras del Estado. Toda compra pública debe hacerse a productores nacionales, en especial a las PYMES, verdaderas cooperativas, y empresas comunales. La política de financiamiento público y privado debe orientarse también a la atención de la demanda pública por parte de estos agentes económicos, con especial énfasis en la sustitución de importaciones. En caso de importaciones, la Empresa Importadora Pública Nacional ha de encargarse exclusivamente de atender los requerimientos estatales. k) Alineación de las políticas industriales (sectoriales) con las políticas cambiarias, monetarias y comerciales (arancelarias). En ese sentido, los permisos de importación de productos terminados que se otorguen a la industria, deben estar condicionados a un programa de sustitución gradual por producción nacional de los mismos. Las exenciones y exoneraciones de materias primas e insumos, sólo han de ser otorgadas para la producción y posterior colocación en el mercado nacional de productos de primera necesidad; y el otorgamiento de permisos de importación debe centrarse en función a la actividad de la empresa importadora (materias primas e insumos para la industria y productos terminados para establecimientos comerciales). l) Control y fiscalización de los Precios de Transferencia en todas las empresas multinacionales con sucursales en el país, ya que éstas normalmente incurren en sobrefacturación para expatriar las divisas preferenciales, ó en subfacturación para evadir impuestos. Los precios de transferencia constituyen la modalidad actual de evasión tributaria internacional, por lo que es necesario verificar precios en el mercado internacional vs. precios de los bienes importados. m) Establecimiento de un Presupuesto de Divisas, el cual administre el otorgamiento de divisas, en especial las dirigidas al sector privado, en función de las necesidades reales de importación de bienes y servicios para garantizar, por un lado, el desarrollo de la producción nacional y, por la otro, el abastecimiento de los productos de mayor consumo por la población, en especial los pertenecientes a la canasta básica. Dicho 375 Haiman El Troudi presupuesto ha de atender a dos enfoques: 1) por sectores económicos y, a lo interno, bajo el criterio de Sistema Productivo Integrado (horizontal y verticalmente), para identificar las materias primas e insumos requeridos donde no exista producción nacional o donde la misma no es suficiente para atender la demanda interna; 2) producción nacional insuficiente para atender los requerimientos nacionales de productos finales pertenecientes a la cesta básica. Inicialmente se han de asignar las divisas a nivel de código arancelario, en función al Proyecto de Presupuesto de Divisas elaborado por las instituciones públicas rectoras de cada sector económico. En una fase superior, el presupuesto debe hacerse con base en la planificación del consumo necesario nacional (p.e., importaciones selectivas las cuales delimiten el número de televisores que deben importarse por año, o motocicletas, etc.). En esa línea de trabajo, se ha de mejorar y sanear el procedimiento administrativo para la emisión de los “Certificados de No Producción” como medio para canalizar la asignación de divisas a los agentes económicos correspondientes, en función de la naturaleza del bien a importar (insumos para la industria y productos terminados para el comercio), con el objeto de: evitar el desvío de la actividad industrial hacia la comercial; intermediaciones comerciales innecesarias; y tener mejor conocimiento del uso y destino de los productos importados. Finalmente, se ha de minimizar el criterio de “tradición importadora” al momento de distribuir el cupo de mercancía a importarse, con el objeto de disminuir las concentraciones económicas; al tiempo que se ha de establecer un monitoreo permanente de lo realmente importado para evitar problemas de abastecimiento de los productos identificados como esenciales. Venezuela posee una estructura de consumo característica de una sociedad rentista; dicha estructura se ha modificado históricamente en relación al comportamiento de los precios de petróleo. Una sociedad que se propone transitar al socialismo debe superar este patrón de consumo en todos los sectores sociales y propiciar el ahorro. Por ello, en el período de transición la Política Económica Bolivariana debe plantearse la necesidad de reestructurar el consumo para: frenar el despilfarro ajustando el gasto de recursos financieros y materiales a lo estrictamente necesario; limitar la propaganda comercial, y promover nuevos hábitos y patrones de consumo necesario; incentivar el ahorro familiar. Finalmente, cobra sentido propiciar una reflexión respecto a las reservas internacionales vinculadas al denominador superávit o déficit global de la Balanza de Pagos. Las políticas de ahorro nacional deben corresponderse con el proyecto de desarrollo. Ahorrar para tan sólo cubrir importaciones ha sido una interpretación tramposa de sectores neoconservadores. 376 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela El ahorro debe guardar relación también con la inversión endógena y el fomento productivo empresarial encaminado a la sustitución gradual de importaciones. No son fortuitos los argumentos contradictorios de quienes “defienden” la diversificación económica y claman por limitar el uso de las reservas de divisas del país para fines comerciales. La base material del modo de producción socialista es la generación de riqueza provenida del trabajo emancipado, y la distribución equitativa de la misma para la satisfacción de las necesidades sociales. La riqueza venezolana ha procedido y procede del rentismo petrolero, y dicha condición ha sido cantera para la apropiación y el aprovechamiento de minorías privilegiadas, interesadas en mantener su estatus quo. Las políticas de creación de fondos de reserva adicionales para la inversión del Gobierno Bolivariano han sido acertadas por cuanto rompen aquella “tradición” reduccionista. La renta debe ser puesta al servicio de la generación de una cultura del trabajo productivo generador de nueva riqueza. Como se sabe, la Balanza de Pagos se clasifica en dos conjuntos de cuentas: la cuenta corriente y la financiera. La cuenta corriente (ingresos y pagos del país) referida al comercio de bienes y servicios, renta y las transferencias corrientes, vale decir: comercio de bienes expresado en exportaciones e importaciones de mercancías; ingresos y egresos con el exterior por transporte, seguros, viajes, comunicaciones, regalías, derechos de licencias; ingresos y pagos al exterior por los rendimientos obtenidos de los activos y pasivos externos; y remesas de trabajadores, donaciones y aportes corrientes a organismos internacionales. La cuenta financiera (transacciones de activos y pasivos) registra en términos netos, las operaciones con activos y pasivos financieros externos: acciones y otras participaciones de capital, títulos de deuda, préstamos, créditos comerciales, moneda y depósitos, entre otros. Ambas cuentas expresan o bien saldos positivos o negativos, y en suma, un saldo global superavitario es resultado de las operaciones corrientes y financieras que en conjunto proporcionan recursos excedentarios, lo que incrementa las reservas internacionales del país. Dentro de los principios fundamentales de la teoría económica se establece la concordancia de las cuentas externas, y en este caso, la suma de los flujos netos de la cuenta financiera y las variaciones de las reservas internacionales “deben ser” iguales al resultado de la cuenta corriente. La anterior disquisición permite revelar una de las orientaciones clásicas de la política económica liberal: la pérdida de la posibilidad real de un país de transferir activos, debido a la indisponibilidad de reservas de divisas o la imposibilidad de obtener préstamos, obliga a la aplicación de un ajuste estructural de la economía, vale decir, forzar un equilibrio de la cuenta corriente a expensas de la tragedia social, del agravamiento de las 377 Haiman El Troudi condiciones de vida de la ciudadanía. La historia reciente del país recuerda el aciago episodio del Caracazo, sobrevenido de un programa de ajuste de este tenor, aplicado a finales de la década de los noventa, del pasado siglo. Este cuadro ha sido revertido gracias a la conciencia y al compromiso de la revolución bolivariana, ¿pero por cuánto tiempo? La dependencia petrolera crea debilidades, los efectos rentísticos en la cultura del trabajo, tanto más. Eventualmente, la volatilidad de los precios del crudo y el adormecimiento de las fuerzas productivas pueden desembocar en el embudo de la bancarrota de la economía, en detrimento de la acción social y política de liberación. 378 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela EPÍLOGO Construir el Socialismo en Venezuela es una aspiración posible, tanto como imperiosa. No obstante, se precisan mayores esfuerzos en la elaboración y gestión de una agenda programática para la transición, sin descuido del acontecer geopolítico y la tramitación oficiosa de la acción gubernamental. Las sinuosidades y el diferimiento de la actuación programática en cualquier revolución se pueden interpretar como extravío ideológico, o como indefinición gatopardiana. Tal postergación en el diseño y aplicación de una política económica de corte estratégico puede inexorablemente arrastrar al país por los sórdidos caminos de la recomposición capitalista; puede inclusive conducir a las clases populares a un escenario de máximo reflujo y pérdida de la subjetividad revolucionaria, sin que se hayan proyectado avances profundos en la constitución de un nuevo modo de producción socialista. Por lo tanto, la trascendencia del mero plano declarativo, retórico, elíptico, y generalista respecto de lo que debe ser el socialismo, o el cultivo de experiencias prácticas bien orientadas, pero desconectadas de un plan global coherente para la transición socialista, es un imperativo crucial. Demostrar que dicha organización social es la auténtica vía para la salvación del planeta, el desarrollo humano integral y la liberación del trabajo objetivado, pasa por reconstituir la credibilidad de un proyecto que ha de ser permanentemente relegitimado e internalizado por las grandes mayorías, capaz de movilizar a la multitud, y de alimentar imaginarios societales. De allí la importancia de clarificar la propuesta de manera llana. Las venezolanas y los venezolanos tienen el derecho a conocer los alcances de la promesa Socialista del Siglo XXI, concretamente saber de buena tinta el qué hacer, los porqués, y los cómos, para desde allí liberar las fuerzas motrices de la vida ciudadana. Una delimitación mayor y más concreta del marco propositivo socialista va a alimentar sin duda el arsenal ofensivo de la contrarrevolución, asida de tácticas de manipulación, mentira y chantaje, pero enriquecerá aún más las fuerzas revolucionarias. En los casos en que no se tenga claridad respecto al curso de actuación idónea, ha de reconocerse públicamente sin temor a la crítica o a las demostraciones de falibilidad, y ha de convocarse al poder creador de la masa en movimiento. El debate sin cortapisas, y sin edulcoraciones, es el cañón más potente para el rearme ideológico del pueblo protagónico. ¿Cuál será la posición venezolana o cuál corriente apoyar en el plano internacional si la piedra en bruto no ha sido esculpida? Que se sepa, poco se ha debatido respecto al modelo socialista bolivariano (en las calles, en las academias, dentro y fuera del gobierno y del partido), a lo que se suma la ausencia de métodos y programas de 379 Haiman El Troudi discusión, y una carente sistematización de las conclusiones preliminares y los enfoques resultantes de la batalla de ideas. Tal precariedad de debate, aunada a directrices frecuentemente cambiantes por parte de las instancias decisoras, han alimentado interpretaciones de todo signo y colorido sobre lo que es o será el andamiaje socialista bolivariano. En medio de tal confusión se sacralizan en simultáneo posiciones que pretenden ser ortodoxas y visos reformistas, se cuelan además, intereses particulares y desviaciones pequeño burguesas, y se anquilosan burocracias usurpadoras del poder popular. Sin una hoja de navegación precisa las decisiones tienden a diferir las prioridades, se empaña el parabrisas del proyecto de país, el liderazgo merma, las ideas no fluyen, y la locomoción ofensiva se paraliza. Más allá de interpretaciones fatalistas, y pese a todo lo dicho, la Venezuela insurgente está a tiempo y en capacidad de concretar su modelaje societario alternativo, pero ello pasa por varias premisas: En primer lugar, y por obvio que parezca, diferenciar el modo de producción Socialista Bolivariano del Siglo XXI por construir, del período de transición que le antecede, el cual por lo demás puede durar décadas, y está signado de matices eclécticos en lo político y lo socioeconómico. Ha de convivir el modo de producción capitalista con modalidades emergentes de la nueva sociedad, se han de adoptar formatos de experiencias socialistas y socialdemócratas de otras latitudes, de tiempo actual o de épocas pasadas, la propiedad social ha de ir copando los medios de producción estratégicos, han de prevalecer relaciones sociales de convivencia y de producción basadas en la mercantilización del mundo humano y del trabajo, al tiempo que han de madurar la nueva organización solidaria y emancipadora, etc., etc. Como se sabe, el socialismo no se declara ni cae del cielo, pero tampoco debe ser coto exclusivo de definiciones acordadas al seno del los politburós. El socialismo, como ha quedado plasmado a lo largo de este ensayo, se ha de ir posicionando en los espacios cotidianos, emergiendo cual manto envolvente que se precipita sobre el fuego y lo extingue. Para ello, los aspectos a considerar son el ritmo y la velocidad con que se avanza en procura del objetivo, bien por medio de atajos (nacionalizaciones y/o expropiaciones generalizadas, propiedad estatal, etc.), o por procesos con distintas fases (del desarrollo capitalista al advenimiento pleno del socialismo, etc.), por medio de la autogestión, o a través de un proceso contra-hegemónico. Construir una verdadera hegemonía liberadora, trascendente del control puramente político e institucional de los resortes del poder, supone copar y desmantelar los espacios, donde se reproduce la dominación de las multitudes, y hacerlo además, mediante la acción estratégica. El Socialismo del Siglo XXI en tanto hechura contra-hegemónica demanda potencia democrática, y pensamiento estratégico, confrontación de 380 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela ideas e intereses, control territorial y político, emancipación semiológica, relocalización del sentido común de la vida en convivencia basada en prácticas participativas. Taxativamente, es posible la nueva sociedad socialista si y sólo si el poder popular ocupa en definitiva el centro de la acción revolucionaria, si se edifica un nuevo Estado Autogestionario y Comunal, si se cualifica la conciencia ciudadana, si se establecen con precisión los objetivos, y se definen con concreción las políticas y el modo de evaluarlas. Son éstos los vasos comunicantes que han de trenzar las políticas públicas. El texto trabajado ha procurado conjugar la visión teórica-programática de la transición (la economía política de la transición), con la acción concreta por desarrollar a instancias del gobierno popular y las tecnologías gubernamentales. Ha presentado la estantería de temas urgentes por revisar y sobre los cuales se demandan acuerdos en cuanto a los cursos de acciones pertinentes; pero el tratamiento temático se ha hecho desde la consciencia de que no existen compartimientos estancos, sino interconectados trasversalmente por medio de los hilos que unen el papel del poder político-popular, la transformación del Estado, y el abordaje de medidas de corte estratégicas y tácticas. Otra conclusión marcada en alto relieve se asocia a la necesidad de formular sin demoras, Políticas Públicas Revolucionarias concentradas en el abordaje de la transición, y ello atendiendo a un conjunto de necesidades, a saber: necesidad de emplear el método científico como paradigma enunciativo, y la necesidad de hacer uso real de la planificación de manera participativa. A la que adicionalmente se suman: necesidad de pensar bien las decisiones antes de tomarlas, y sostener dichas decisiones, institucionalizarlas, criar lo parido. Necesidad de la educación general de la población, la formación de la conciencia política-ideológica de la ciudadanía, la cualificación técnica de los trabajadores y trabajadoras, la preparación vocacional-tecnopolítica de los servidores y servidoras públicos, y de los mandos políticosinstitucionales. Necesidad de definir los roles de cada uno de los sujetos históricos intervinientes en el tránsito socialista, de enlazar el complejo accionar de las tareas compartimentadas por la pluralidad de los agentes del cambio, y permitir a cada cual desarrollar su política, bajo el paraguas común de los acuerdos construidos colectivamente. En esa dirección, surge también la necesidad de delimitar el papel de la dirigencia política, de los partidos del proceso, y de los intelectuales. Crear espacios para el debate sin censura y mecanismos transparentes para la crítica. No es posible que a poco más de una década del gobierno revolucionario ya existan intelectuales que desde su valentía y compromiso decidan “pelear su última derrota”, conscientes de que serán arrasados 381 Haiman El Troudi por la intolerancia y el infantilismo izquierdista castrador del diálogo de saberes, del pensamiento crítico, de la cultura del debate y de la creación heroica de los pueblos. Necesidad de agrupar fuerzas en torno al líder, de reconocer y asumir su liderazgo, al mismo tiempo que el líder se conecta con los mandatos populares, sus imaginarios y preocupaciones políticas, abre el espacio de consulta y participación de las decisiones a los movimientos sociales, partidos políticos, sectores académicos e intelectuales, etc. Necesidad de hacer un balance crítico de los referentes socialistas pretéritos y los actuales, sin ánimo de juzgar la actuación de los otros, sino en la idea de aprender de la historia. Vale decir, necesidad de no copiar modelos mecánicamente, de tropezar con pie propio, en todo caso, la mirada crítica a los otros proyectos de emancipación debe darse a partir de los matices y variantes de sus rasgos políticos, sociales, económicos, históricos, y jurídicos. No se ha cerrado el capítulo de revisión crítica de los proyectos socialistas de los Siglos XIX y XX. Se dijo por los días de la proclama socialista de la Revolución Bolivariana que era necesario antes de dar definiciones absolutas respecto al Socialismo del Siglo XXI, revisar cuáles aspectos no debían ser rasgos distintivos de éste, tras el aprendizaje histórico acumulado. Habrá experiencias y circunstancias del pasado que irremediablemente se repetirán, tal es el caso de una cierta dosis de Capitalismo de Estado, pero muchos otros errores u omisiones podrán evitarse si se mira a través del retrovisor de lo sucedido a las experiencias hermanas. De todas estas experiencias históricas el proceso bolivariano se enriquece. Negar el aporte invaluable del bloque soviético, del socialismo europeo, del modo de producción chino, de la órbita cubana, o de todos los proyectos nacionalistas y antiimperialistas templados en las diversas latitudes, desdibujaría la alianza estratégica que ahora mismo celebran los pueblos insumisos del mundo emergente. La antípoda de la tesis capitalista de ajuste estructural de la economía en la cima de sus cíclicas y orgánicas crisis, se centra en la aplicación de los presupuestos estructurales de una economía política socialista. Los aportes acá vertidos en torno a la sistematización y caracterización de los temas económicos de interés para la transición, aspiran suscitar una batalla de ideas en el marco del respeto y la tolerancia, entre todos los sectores de la sociedad, pero particularmente al seno de las fuerzas revolucionarias. Los dilemas de la economía política de la transición deben ser debatidos sin demoras, y aún más, debe con audacia constituirse en epicentro de la praxis bolivariana. En este trabajo se han volcado algunos puntos de vista, Con el anhelo de que sean enriquecidos, cuestionados, o avalados, pero en todo caso reflexionados. A manera de recapitulación se retoman algunas de las ideas-fuerza tratadas en las páginas anteriores: Planificación democrática-participativa de la económica nacional y 382 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela Planificación Regional para el desarrollo compartido; organización de la tríada Estado-Comunidad-Mercado; delimitación del nuevo modelo de propiedad; precisión del alcance y la participación de los sectores económicos; fijación de una coherente Política Fiscal; establecimiento de un programa de tributación progresiva y de márgenes de ganancias socialmente aceptados; intercambio equivalente entre naciones, establecimiento de un Salario Social Justo; fomento a las Relaciones Socialistas de Producción; adecuación de los Sindicatos y constitución de los Consejos de Trabajadores para la producción socialista; regulación y democratización del mercado; inversión y financiamiento público y privado para la producción nacional subordinado al respectivo Plan por Rubros; orientación del crédito, la formación técnica y la investigación; listado de medios de producción estratégicos bajo control social-estatal; cultura del trabajo frente a la distribución asistencialista de la renta; priorización en la satisfacción de las necesidades sociales; fijación del tamaño óptimo del Sistema Financiero Nacional; constitución de la base económica comunal; delimitación del modelo de gestión socialista de las empresas públicas; subsunción de las regulaciones macroeconómicas a la economía real; establecimiento de la Unidad del Tesoro; constitución de una Unidad de Costos y Precios; alineación del Modelo de Desarrollo con la planificación territorial; adopción de prácticas ecológicas consistentes y patrones de generación y consumo energético ambientalmente responsables; fijación de una base de cálculo económico socialista propia; sistematización y emulación de las experiencias populares e institucionales de innovación socialista; implementación de Sistemas de Indicadores Alternativos a lo lógica monetarista; actualización del Proyecto Simón Bolívar transformado en un verdadero Plan para la Transición; diversificación económica a partir del despliegue de las fuerzas productivas; estatuto del Estado Comunal Autogestionario; arreglos y actualización jurídica; el conocimiento como ámbito de dominio de la propiedad social; formación de un comercio equitativo… Son éstos, entre otros, los focos de atención primeros de la Política Económica Bolivariana. Sobre ellos es menester avanzar despacio pero con firmeza porque el deseo de liberación venezolana tiene prisa. Se equivocan quienes gimen preceptos doctrinales, a través de los cuales pontificar lo nuevo con las aguas estancadas del rancio sacerdocio. El socialismo es una respuesta histórica, y como tal, convoca la inteligencia colectiva de los que militan en la renovación y la transformación revolucionaria. Quizás porque todos somos en alguna medida prisioneros de las tradiciones y los procesos culturales, la vieja utopía no termina de asolear sus alas, y por ello siga demorado el vuelo de la muchedumbre hacia la felicidad perdurable. O la revolución bolivariana delinea en el horizonte sus tesis programáticas, funda su propia teoría y praxis socialista, con arreglo al proceso histórico 383 Haiman El Troudi natural de desarrollo de la formación económico-social, o la producción capitalista se ha de aclimatar plena y permanentemente entre nosotros. En ese caso, los viejos hielos de la cordillera andina que vio pasar la caminata insigne de los descalzados libertadores, olvidarían nuestros nombres, nuestra breve historia, y seguirían aguardando el latido vital de la emancipación humana. Por mi parte, tengo la firme convicción de que está en nuestras manos adoptar la actitud adecuada y las políticas necesarias para que el proyecto participativo y liberador de transformación socialista de la sociedad venezolana del que es portador la revolución bolivariana se profundice y consolide incorporando esperanzas y energías renovadas de nuestro pueblo. Estamos a tiempo de hacerlo. Tal es el sentido de la presentación de estas reflexiones y propuestas para contribuir al despliegue teórico y político-práctico de una Política Económica Bolivariana para la transición al socialismo en Venezuela. 384 LA POLÍTICA ECONÓMICA BOLIVARIANA (PEB) y los dilemas de la transición socialista en venezuela REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS CITADAS Y CONSULTADAS Aguilar, J. (2008). Modo científico para Mérida. En Reflexiones desde CENDITEL. Mérida: Centro Nacional de Desarrollo e Investigación en Tecnologías Libres. Aguillón, C., Pacheco, R. y El Troudi, H. (2008). Reimpulso a las Corporaciones de Desarrollo. Caracas: Ministerio del Poder Popular para la Planificación y el Desarrollo. Albert, M. (2005). Parecon, vida después del capitalismo. Madrid: Editorial Akal. Amin, S. (1999). Capitalismo y Sistema Mundo. La Habana: Ediciones Caribe Soy. Amin, S. (1978). La desconexión. Buenos Aires: I.E.P.A.LA. Anderson, P. (1994). Los desafíos para una alternativa socialista, en El Rodaballo. 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