Download Maquetación 1 - Economía Digital

Document related concepts

Compromiso por Galicia wikipedia , lookup

Alternativa Galega de Esquerda wikipedia , lookup

Inzar wikipedia , lookup

Caminaba un hombre wikipedia , lookup

Espazo Socialista Galego wikipedia , lookup

Transcript
Galicia en clave económica
Más de treinta autores analizan los retos de la economía gallega y aportan sus propuestas frente a la crisis
Galicia en clave económica
Más de treinta autores analizan los retos de la economía
gallega y aportan sus propuestas frente a la crisis
Edita
Economía Digital
Patrocina
Deputación de Lugo
Colabora
El Progreso
Coordinación
Julián Rodríguez
Equipo de redacción
Cristina Díaz Pardo
Rubén Rodríguez
Luis Collazo
Fotografías de interior y portada
© Xurxo Lobato
Diseño gráfico
Xosé Díaz / Imago Mundi
Depósito Legal: C 731-2015
Índice
9
INTRODUCCIÓN
10
PRESENTACIONES
11
13
15
As claves para o futuro. José Ramón Gómez Besteiro
Una contribución al debate. Juan García
Lecciones para una crisis. Julián Rodríguez
17
CAPÍTULOS Y AUTORES
88
20
1 En bUsCA DE Un moDELo
La marca de un país. Fernando González Laxe
El capital empresarial. Emilio Pérez Nieto
Eixos para unha estratexia económica. Marcelino Fernández Mallo
7 EL FUtUro DEL montE GALLEGo
La evolución del monte. Emilio Santos Vilariño
La madera es la materia prima del futuro. Ana Oróns
o valor do asociacionismo. Manuel Galdo
98
8 EL vino y sUs DEsAFÍos
Unha nova xeración. José Manuel Rodríguez González
A diferenciación como reto. Xoán Cannas
32
42
50
64
74
2 EL nUEvo mAPA bAnCArio En GALiCiA
Un sector en transformación. Jesús Méndez Álvarez-Cedrón
El valor de una entidad propia. Antonio Grandío Dopico
A trampa das preferentes e subordinadas. Xoán Antón Pérez-Lema
3 EL FUtUro DE LA AGroALimEntACión
reindustrializar Galicia. Francisco Sineiro
Un sector na procura de estabilidade. Higinio Mougán
A nova tradición. Eladio Rigueira
4 Los sECtorEs PúbLiCo y PrivADo AntE LA Crisis
Fragilidad social. Antonio Izquierdo Escribano
El valor de lo público. Xaquín Álvarez Corbacho
Un largo camino por recorrer. Jorge González Gurriarán
5 LA EnCrUCijADA DEL DEsEmPLEo
o mercado laboral galego: crise económica e declive demográfico. Alberto Meixide
La falacia de la rigidez y la flexibilidad laboral. Manuel Lago
La emigración invisible.Federico Martín Palmero
6 Crisis DEmoGráFiCA, LA Crisis siLEnCiosA
Propostas para atallar un problema urxente. Justo Beramendi
A nova sociedade galega. Carlos Ferrás Sexto
La clave está en los proyectos vitales de las mujeres. Xosé Gabriel Vázquez Fernández
106
9 EL motor DEL tUrismo y EL PAtrimonio
Convivir co turista sen matar o patrimonio. Miguel Pazos Otón
Una nueva estrategia para la marca “Galicia”. Javier Goyanes
Financiación alternativa. Vicente Martín Egaña
114
10 nUEvA visión DEL CAmPo
La leche ante un mercado global. José Luis Antuña
reinventar o rural. Daniel López Muñoz
A produción ecolóxica. Javier García Lozano
124
11 CAmPo y montAñA: PUEstA En vALor DEL PAisAjE
A interacción humana coa paisaxe. Juan Marcos Pérez Gulín
o valor histórico e social da paisaxe. Isabel Aguirre de Urcola
130
12 LA horA DE LA AGriCULtUrA ECoLóGiCA
A importancia da certificación. José Antonio Fernández Álvarez
La fase de la industrialización. José Luis Olmedo Nadal
El producto ecológico como producto ferial. Patricia Ibarra Lloves
140
13 bALAnCE DE siEtE Años DE Crisis
A lenta e desigual recuperación. Santiago Lago Peñas
A tormenta perfecta. Xoaquín Fernández Leiceaga
Un plan para Galicia. Fernando González Laxe
introducción
L
a celebración durante dos años del ambicioso ciclo de debates Galicia en
clave económica, que se celebró en Lugo para extenderse más tarde a toda
la provincia, tiene su continuidad en este proyecto editorial, que es la recopilación de las intervenciones de más de treinta autores, especialistas en sus
respectivos ámbitos de análisis.
Galicia en clave económica da título a esta obra, que supone un compendio
de las intervenciones de los expertos en el ciclo de debates. Es el resultado de
trece sesiones, celebradas entre junio de 2013 y diciembre de 2014, que abordaron los retos más importantes de la economía gallega, tanto desde el punto
de vista macroeconómico (modelo productivo, desempleo, demografía, sectores público y privado), como sectorial (finanzas, agroalimentación, madera,
turismo, paisaje y agricultura ecológica, entre otros).
Esta obra, a modo coral, gana todavía más relevancia si nos detenemos
en quienes la firman, los propios autores, ya que son primeras espadas del
análisis económico, sociológico e histórico de Galicia. Catedráticos, empresarios, agentes sociales, responsables patronales... Un elenco difícil de reunir.
Galicia en clave económica, editada por Economía Digital Galicia, está patrocinada por la Deputación de Lugo, y como todo el ciclo de debates, cuenta
con la colaboración del Grupo El Progreso. Esta obra supone, sobre todo, el
colofón a un ambicioso proyecto divulgativo con muy pocos precedentes en
el campo del análisis y la difusión de la economía en la Galicia de nuestros días.
As claves para o futuro
José Ramón Gómez Besteiro
Presentaciones
G
alicia comeza 2015 con serias dúbidas sobre a consistencia do seu crecemento. Os datos de evolución do Produto Interior Bruto indícannos que crecemos a un ritmo tres veces inferior á medida española e o noso sector
industrial afronta unha severa focha. Este escenario abre moitas incógnitas sobre a fortaleza dunha recuperación
económica que non acaba de chegar ás familias e ao cidadán, con taxas de paro inadmisibles. Os primeiros indicios
sobre un cambio de ciclo aínda non son substanciais para poder afirmar con rotundidade que superamos a gran recesión. E, o que é peor, parece que a saída da crise será lenta e prolongada no tempo. Un dato serve para ilustrar
esta afirmación: a taxa de paro non baixará do 21% en España antes de 2019, segundo as previsións da Organización
Internacional do Traballo (OIT).
Se algo nos ensinou a crise é que non debemos repetir os excesos e erros do pasado, cun modelo que se sustentou
na especulación, en sectores que tiñan os pes de barro, como a construción ou as finanzas mal entendidas, moi afastados dun modelo de crecemento sostido que aportase solidez. E se algo nos deixa a crise, ademais de paro, desigualdade, precariedade laboral e coberturas sociais en mínimos, son algunhas leccións que debemos aprender.
Algúns destes ensinos, os máis substanciais, están contidos na obra que ten o lector nas súas mans. Galicia en clave
económica emerxe como unha síntese plural, a través das análises de máis de trinta autores, todos eles de recoñecido
prestixio, que contribúen de xeito capital a interpretar a crise e a situación da economía galega, en particular, e a española e europea, en xeral.
Galicia en clave económica resulta así un libro de alcance, de lectura obrigada, resultado dos máis de dous anos
de debates, relatorios e charlas que se celebraron en Lugo e na súa provincia, froito do empeño da Deputación de
Lugo e Economía Digital, coa colaboración do diario El Progreso. Os encontros, celebrados tanto en Lugo como nos
principais núcleos da provincia (Viveiro, Chantada, Vilalba, A Fonsagrada, Monforte e Ribadeo, entre outros) tiveron
unha gran acollida e, como consecuencia diso, nada mellor que este colofón, en forma de libro, un compendio de
interpretacións e análises que nos axudan a entender a realidade galega moito mellor.
Os principais retos, ameazas, oportunidades e debilidades da economía galega son analizados con detalle na
publicación. Nada alleos á provincia de Lugo e as inquedanzas dos seus habitantes, sectores básicos como o lácteo
e agroalimentario, a madeira, o viño ou o turismo ocupan varios capítulos, nos que participaron analistas que presentan as súas exposicións dende ópticas complementarias. Problemas perentorios como a demografía, ou ámbitos
como a posta en valor da paisaxe, tamén son tratados con detalle na obra. O esforzo de Economía Digital, co apoio
da Deputación de Lugo, vese dabondo recompensado nunha publicación que é xa referencia da análise económica
de Galicia e que servirá, sen dúbida, para tomar boa nota dos ensinos dunha crise sen precedentes.
josé ramón Gómez besteiro
Presidente da Deputación de Lugo
Una contribución al debate
Juan García
E
stimados lectores,
Este libro que está usted ojeando es el fruto de dos años de trabajo intenso y de un compromiso firme, que nacen
del convencimiento de que es a partir de la confrontación inteligente de los datos y las ideas cuando surgen las mejores propuestas para que un país y sus habitantes generen riqueza y avancen hacia un futuro mejor.
Dos años de trabajo intenso pues desde que en 2013 Economía Digital de Galicia y la Deputación de Lugo, con el
apoyo del diario El Progreso, acordaron la organización del ciclo de debates que se recoge en este volumen se ha
trabajado sin tregua para reunir a casi cuarenta de los mejores ponentes sobre la economía gallega, confrontar sus
opiniones y llevar esos puntos de vista, a veces complementarios, a veces contrarios, a diversas ciudades de la extensa
geografía lucense.
El resultado, compilado, está en sus manos y usted lo juzgará. Mejor aún, lo usará para según sus propias ideas
y conocimiento del país aplicarlo a su cotidianeidad. Si todas estas horas de análisis y debate le aportan a usted alguna clave o quizás algún enfoque nuevo sobre los problemas que arrastra Galicia y sus posibles soluciones, objetivo
cumplido.
Y compromiso. Economía Digital de Galicia nace en la primera mitad de 2012. Nuestro propósito, en teoría como
el de cualquier otro medio de comunicación, era y es hacer la mejor información posible desde nuestra innegociable
independencia sobre el mundo de la economía y las empresas; la información necesaria, aquella que descubre realidades nuevas a nuestros potenciales lectores y que es relevante; la información que aporta valor.
Pero también, como players del circuito de la información, ED ha tenido siempre la voluntad de que esa realidad,
que a través del trabajo de nuestros periodistas y colaboradores se pone sobre el tapete, sirva después para ser tratada, triturada y convertida en nuevas actuaciones sociales. Informar para saber, para huir de los caminos trillados
que no llevan a ninguna parte o a lugares demasiado comunes y desbrozar nuevos senderos que conduzcan, o al
menos lo intenten, a escenarios donde la compleja y cambiante realidad que nos ha tocado vivir pueda ser abordada
con otros ojos.
Ése es el valor que le damos al debate y por eso un medio de comunicación que hace de la influencia su razón de
ser, como no podría ser de otra manera, no puede limitar su aportación al volcado de información, por muy buena
que ésta sea, sino que debe implicarse en el debate social, reuniendo a expertos contrastados y a otros que quizás
no lo sean tanto, ni una condición ni la otra, pero que se muestren dispuestos a aportar miradas, prismas de análisis,
originales y, por qué no, atrevidos.
Si ustedes repasan la lista de nuestros conferenciantes verán reflejado lo que les acabo de decir. Y en los temas
desarrollados encontrarán nuestra voluntad de, todavía siendo un medio joven en esta comunidad, participar sin
ninguna limitación en ese debate necesario sobre la realidad económica gallega, su evolución y aquellos vectores
que posiblemente la harán más competitiva y útil a sus habitantes. Ése fue nuestro empeño y nuestra ilusión ahora
es que les sea útil y lo disfruten.
juan García
Director general de Economía Digital
Lecciones de una crisis
Julián Rodríguez
U
na palabra antes vale más que dos después. Ahora que las luces comienzan a abrirse paso entre las sombras, y
los primeros indicios de recuperación están ahí, conviene resituar todo lo que ha representado la crisis económica para Galicia. Por una razón: de nada sirve mirar hacia adelante si no fijamos también la vista atrás, en los últimos
años, para intentar aprender y extraer conclusiones. Galicia, con sus rasgos diferenciales sobre la economía española,
tiene ante sí grandes retos. Tantos como amenazas. De que sepamos aprovechar las oportunidades y superar las
debilidades dependerá nuestro futuro como sociedad y como país.
Galicia en clave económica nace como una herramienta útil para el lector, sin mayores pretensiones que las de
aportar ideas y propuestas de la mano de lo más granado del entorno académico, patronal, sindical y social de la
comunidad gallega. Prácticamente cuarenta autores que aportan sus perspectivas, siempre plurales, a modo de análisis coral de una realidad poliédrica, siempre compleja, para cuyo estudio y divulgación se requiere de ideas claras
y un conocimiento riguroso del entorno. Las finanzas, la demografía, la agroalimentación, el turismo, el sector forestal, el vino, la agricultura ecológica, el paisaje y, en definitiva, el modelo económico al que debe aspirar Galicia se
dan cita en esta obra a través de casi cuarenta firmas más que autorizadas.
Poca bibliografía hay sobre estos años de crisis, más allá de trabajos académicos que es preciso poner en valor.
Muchos de sus autores se encuentran en las páginas que el lector tiene a continuación. Y todo ello es fruto desinteresado de la participación de todos esos analistas en el ciclo de debates celebrado durante los dos últimos años en
Lugo y su provincia, promovido por la Deputación de Lugo y Economía Digital, en colaboración con el diario El Progreso. La sensibilidad demostrada por la Deputación de Lugo y su presidente con respecto a esta iniciativa es digna
de reconocimiento. También lo es el apoyo constante de El Progreso.
Con esta aportación, la edición gallega de Economía Digital contribuye a fijar la realidad social y económica de
Galicia en estos últimos años, y da continuidad a una serie de libros publicados por el Grupo Economía Digital. No
solo los autores que figuran en estas páginas han aportado sus ideas y esfuerzo. Los periodistas Rubén Rodríguez,
Cristina Díaz Pardo y Luis Collazo, que conforman la pequeña familia de Economía Digital Galicia, han sido determinantes para que esta obra vea la luz. Es de justicia reconocer su labor. También la de Xurxo Lobato, que con sus fotografías ilustra este libro y ayuda a entender Galicia a través de la imagen. Con la publicación de Galicia en clave
económica, Economía Digital demuestra además que un medio nacido en el entorno online puede afrontar con garantías de éxito iniciativas propias del papel, como es esta obra, que contribuye, quizá de forma determinante, a situar la Galicia económica de los últimos años.
julián rodríguez
Periodista económico y delegado en Galicia de Economía Digital
Capítulos y autores
©Xurxo Lobato
La marca de un país
Fernando González Laxe
1
En busca de un modelo
Fernando González Laxe
Emilio Pérez Nieto
Marcelino Fernández Mallo
P
ara analizar el modelo económico de Galicia tenemos que abordar un primer concepto que debemos tener claro y
sobre el que incidiré a continuación: la competitividad. Las regiones compiten entre sí, al igual que lo hacen las empresas. Es decir, solemos ver la competencia exclusivamente en el mundo empresarial; pero, también, hay otro tipo de rivalidad. Las regiones, los territorios, las ciudades, al competir entre sí, están sometidas a una tensión, y de ahí que resulte
necesario saber si podemos medir nuestra eficiencia y evaluar si somos competitivos.
Primero intentaré hacer una radiografía de si somos o no eficientes y competitivos, para luego centrarme en cuáles
son las bases sobre las que asentar un modelo productivo. Todo ello relacionado con la idea de la existencia de una imagen
de marca de un país, de una comunidad autónoma o de una ciudad, que la diferencie del resto de las regiones, de los territorios, ciudades y países.
Si uno quiere hacer la radiografía de Galicia se enfrenta con un primer problema, que es el demográfico. En Galicia
nace menos gente de la que muere y el peso de Galicia con respecto a España es cada vez menor. También la población es
la más envejecida de todo el país, a lo que hay que asociar la existencia de un despoblamiento importante de las zonas rurales y una dinámica de concentración demográfica en la zona costera junto a un fuerte envejecimiento general. Esto significa que, además de los males endémicos de Galicia, como es el envejecimiento, hay una gran movilidad interna, del
entorno rural a la costa, lo que redunda en un problema en sí mismo, si bien es todavía más preocupante la movilidad externa que afecta a todas la edades. Quiere esto decir que, en este momento, los jóvenes gallegos se están marchando, y
muchos de ellos son los más preparados de su promoción.
No solo el problema demográfico es grave por la baja natalidad, por el propio envejecimiento y por la despoblación
del rural, sino que en estos momentos, de los 35.000 licenciados que salen cada año en Galicia procedentes de las tres universidades gallegas, en torno a 3.000 se van fuera de la comunidad. Este es un porcentaje altísimo. Dicho de otra forma:
un país como el nuestro no puede estar financiando con sus mejores gentes a otro país o territorio. Estamos prescindiendo
de nuestra mayor capacidad potencial, que en este caso es la cualificación profesional.
El segundo gran problema de Galicia es el del crecimiento económico. Se presume por parte de la Administración gallega de que crecemos por encima de la media española, que en estos momentos arroja niveles decrecientes. No importa
tanto el cuánto se crece, porque lo verdaderamente relevante en este momento es si alcanzamos un nivel de crecimiento
para generar empleo. Crecer por crecer no tiene sentido. Lo que sí lo tiene es crecer para crear empleo. Si el Ministerio de
Hacienda nos dice que ya este año vamos a evolucionar a una tasa del 0% o algo más, la respuesta es que hasta que no
crezcamos al 2% no generamos empleo. ¿Es cierto que convergemos con la media española? Sí, pero durante los últimos
25 años solamente hemos ganado dos puestos. ¿Es cierto que convergemos con la media europea? Sí, pero todavía estamos a ocho puntos de lo que es la media comunitaria. En suma, aún nos queda un buen trecho para situarnos en el grupo
de las territorios más dinámicos.
mercado de trabajo
El tercer problema que se vislumbra, en la actualidad, es el mercado de trabajo. Hasta estos momentos, la tasa de actividad,
es decir, el grupo de personas que está en edad de trabajar, es menor en Galicia que en España, mientras que la tasa de
paro se está acomodando a la media española. De modo que la conjunción de tres problemas, como son el paro juvenil, el
paro de larga duración y el desempleo femenino, se están dando al mismo tiempo en Galicia. Y todo porque Galicia no
está creciendo en las tasas que debiera, para poder generar puestos de trabajo.
Otro de los problemas es el derivado de los salarios, tanto desde la perspectiva del coste laboral como desde el coste
salarial. Los costes, ya sean laborales o salariales, son menores que en España. Basar el crecimiento económico de Galicia
Galicia en clave económica
21
en unos salarios más bajos no nos lleva a ninguna parte. ¿Por qué? Porque, es cierto que nunca vamos a poder competir
con los bajos salarios de Bangladesh, Vietnam, Indonesia, China o India, o de otro país en desarrollo. Por ahí no se puede
apostar. Además, se consolida la mala perspectiva de que el diferencial va creciendo en relación a los que se cobra en
Galicia frente al resto de España.
Un nuevo problema tiene la economía de Galicia: la productividad. Esto es, aquel ratio que mide la eficiencia. Aquí es
evidente que la comunidad gallega está alejada de la media española, sin paliativos, de modo que somos menos eficientes
y, por lo tanto, vamos a tener un problema de competitividad exterior, porque nos resulta más complejo poder contrarrestar
a otros rivales que ofrecen los mismos productos, pero a menor precio, por una cuestión de productividad y eficiencia.
De todos modos, en el panorama actual de Galicia también hay al menos dos aspectos positivos. El primero, que hay
una mejora ostensible de la distribución de la renta, esencialmente entre los años 1980 y 2007; pues pasa de ser la comunidad autónoma número 17, a convertirse ahora en la cuarta del ranking nacional. El segundo, es que también hemos mejorado mucho en el aspecto de la inversión pública per cápita, ya que en este momento estamos por encima de la media
española. Dicho de otra forma, el Estado se ha volcado más en los últimos años hacia las necesidades y las inversiones gallegas.
tamaño empresarial
Un nuevo problema preocupante guarda relación con la dimensión empresarial gallega: el tamaño es reducido. El 60% de
las empresas no posee asalariados, y sólo 194 empresas tienen más de 250 trabajadores. Es decir, el grupo de empresas
con más de 250 empleados representa el 0,1% del total del mapa empresarial de Galicia. Cualquiera puede ver que el tamaño, en general, tiene bastante que ver con la eficiencia final, porque las inversiones, por ejemplo en alta tecnología, no
serán las mismas e incluso no serán posibles, ni siquiera proporcionalmente, tanto en empresas con un solo trabajador
como en las empresas con una plantilla de 100 empleados.
Aquí debemos relacionar este rasgo con una característica sobre el comercio exterior. Se dice que nuestras exportaciones son mayores que nuestras importaciones; por tanto, somos un país que mira hacia fuera. Pero las empresas que
exportan regularmente, las que lo hacen cada año, son sólo 2.000 en toda Galicia. Están concentradas mayoritariamente
en la provincia de Pontevedra, con más de 1.200; seguida de A Coruña, con cerca de 600; y Lugo, con cerca de 150 empresas
que exportan con regularidad. Por tanto, tenemos una gran capacidad exportadora, pero excesivamente limitada a unos
sectores determinados.
Otro rasgo que nos define muy bien se refiere a la apuesta por las inversiones en I+D+i. La respuesta a esta cuestión es
a medias. Es decir, lo que invertimos en estas dotaciones es más bajo que la media española. Antes, el ratio gasto I+D+i/PIB
representaba la mitad del promedio español, que, a su vez, eran la mitad de las de la UE. Por su parte, el ratio europeo significaba la mitad de Estados Unidos. Galicia, por tanto, dispone de pocos investigadores, de pocas patentes y destaca por
la escasez de laboratorios de I+D+i en el campo empresarial.
Galicia, pese a todo lo anterior, tiene ciertas especializaciones productivas singulares. Fundamentalmente está centrada
en sectores en los cuales es muy difícil aumentar nuestra productividad y generar valor añadido. Esencialmente, en el
tema del comercio, donde es muy difícil marcar una pauta para poder destacar de cara al futuro. Y finalmente, desde el
punto de vista de la contribución del sector de las sociedades mercantiles públicas, debe decirse que las empresas públicas
que operan en Galicia han respondido, por lo general, a unas líneas políticas más que a unas directrices puramente empresariales.
Así que, si esta es la radiografía de Galicia, ¿sobre qué podemos sostener un modelo económico? El modelo económico
de un país, que debe competir contra otros países y territorios en eficiencia y competitividad, tiene que estar sustentado
en una imagen de marca. Hoy, si uno dice que tiene un producto alemán, inmediatamente lo asociamos con eficacia; si
decimos que es un producto japonés, consideramos que es un producto miniaturizado y a un coste más bajo; si hablamos
de un producto americano, decimos que es innovador; y si hablamos de un producto chino, decimos que procede de los
nuevos productores emergentes.
Si decimos que se trata de un producto gallego, ¿qué nos sugiere? De esto vamos a tratar a continuación. Hace unos
25 años habíamos desarrollado campañas para promocionar el producto gallego sobre la base de la imagen de un país. La
moda había sido la más espectacular de todas las promociones, pero también fue la joyería y el mueble. Desde luego hay
que decir que en algunas se acertó y en otras se falló, pero se estaba acuñando un concepto nuevo.
22
Galicia en clave económica
Atractividad
Desde mi punto de vista, la imagen de marca que debe alcanzar una institución tiene que ver con la atractividad, o dicho
en términos más vulgares, con la seducción. A esto contribuyen el clima empresarial, la facilidad de los trámites administrativos, los incentivos, los estímulos, las ayudas, la disponibilidad de personal cualificado y los niveles de enseñanza. Si
queremos captar a alguien para que se instale en Galicia, tenemos que ser seductores.
La segunda condición es la reputación, esto es, la imagen del país, los activos, la historia empresarial, los ejemplos actuales y las victorias empresariales, nos sirven de embajadores para el resto del mundo. Es decir, debemos presentarnos
al resto del mundo y debemos presumir de ejemplos exitosos que sirvan de estímulo a los propios y de garantía a los ajenos.
Un país debe poder demostrar que es capaz refrendar que su reputación es intachable.
Un pésimo ejemplo es cuando el país está lleno de gente protestando ante una entidad financiera reclamando que le
devuelvan aquello que le han quitado porque le han engañado. En ese momento, su reputación cae por los suelos. Me refiero a los que han sido engañados con la venta de participaciones de preferentes. La imagen de país está por los suelos,
porque lo que debía haber hecho la institución que tutela las cajas de ahorro es obligar a que se devuelvan esos recursos,
esos ahorros que han quedado ahí depositados. Esa es una realidad incontestable.
Las condiciones de posicionamiento, por otra parte, también son relevantes. Debemos afrontar cómo superamos nuestro encuadramiento geográfico, cómo aprovechamos las posibilidades logísticas abriendo nuevos nichos de mercado. Galicia queda lejos del centro económico europeo, es cierto; y está lejos de ese pentágono que une Londres, Hamburgo,
Múnich, Milán y París, donde se agrupa más del 40% de toda la riqueza de la UE. Estamos lejos de esa área económica,
pero estamos próximos a las grandes rutas marítimas mundiales. Por aquí pasan todos los tráficos marítimos entre el norte
de Europa y el sur, hacia África y Sudamérica, y también los que llegan desde Asia, que por el Mediterráneo van hacia el
norte de Europa. En el futuro también pasarán los nuevos tráficos marítimos procedentes del ampliado Canal de Panamá
y también los que se generarán cuando se abra el Polo Ártico. No se debe olvidar que el 80% del tráfico mundial de mercancías se hace por vía marítima. Y en España, ese porcentaje es todavía mayor. Tenemos, por tanto, que aprovechar esas
ventajas comparativas en nuestro beneficio.
Finalmente, la imagen de marca funciona a través de las condiciones de suma positiva, es decir, que está fundamentada
en las sinergias, tanto sociales como territoriales; en la coordinación público-privada; en el consenso; y en los acuerdos.
Todo aquello que contribuya a que haya consenso, acuerdos y colaboración público-privada, explotando las sinergias y
evitando las duplicidades, será siempre positivo.
Galicia en clave económica
23
El capital empresarial
Emilio Pérez Nieto
P
ara saber si somos diferentes o no al resto de nuestros competidores y en qué podemos mejorar, debemos analizar
en detalle cuáles son los factores que nos distinguen del resto del mundo, y reorientar los mecanismos y estructuras
que nos permitan contemplar una proyección exterior de la economía de Galicia en condiciones favorables. Dicho de otro
modo, debemos analizar cómo ordenaremos todos nuestros aspectos positivos para que, cuando la economía se recupere,
podamos estar en condiciones de elevar nuestra competitividad y posicionarnos en las nuevas tendencias de esa economía
global que está por llegar.
Es evidente, y ya se ha dicho en otras ocasiones, que en Galicia no podemos competir con los salarios de las economías
emergentes como Bangladesh o Kuala Lumpur, donde los sueldos son de un euro la hora, mientras que en Galicia están
por encima de los 20 euros la hora. Tampoco es posible competir en los niveles de inversión de capital, porque la maquinaria
y el utillaje puede comprarse en cualquier sitio y a base de talonario. Creo, por tanto, que la única diferencia ventajosa llegado a este punto sería competir a través de la innovación y la investigación.
A Galicia le hace falta especializarse productivamente en sectores tradicionales porque tenemos poca innovación
en los sectores históricos de la economía. Tenemos poco peso del capital empresarial, a pesar del marcado crecimiento
en las últimas décadas. Es cierto que, por el contrario, se registra un avance en la eficacia productiva y que también tenemos buenos niveles de capital humano, pero que, por desgracia, por el momento no está integrado en el sistema
productivo actual. Tenemos un déficit en determinadas infraestructuras y recursos aplicados a veces de manera poco
lógica para la creación de las ya existentes, y, además, deberíamos contemplar nuestro futuro hacia un dinamismo rearmando aquello de lo que ya tenemos y disponemos. Debemos reforzar nuestra base actual, en el sentido de que el
comercio, que es nuestra principal actividad económica, no está acorde con parámetros de desarrollo adecuados, lo
que está limitando la posibilidad del desarrollo propio y del conjunto de la economía.
Capitalización empresarial
Desde la empresa familiar gallega venimos reclamando desde mucho tiempo una mejor capitalización de las empresas.
Creemos firmemente que deben recuperarse determinados incentivos fiscales, lo mismo que disminuir la carga fiscal que
soportan las empresas. Por poner un ejemplo, de las 27 subidas de impuestos que España en el último año, un total de 13
las soporta la empresa.
También deben mejorarse los tipos de contrato laboral, es decir, no tener 50 modelos y usar sólo cinco; es preciso avanzar en mejorar la carga que suponen los pagos indirectos de impuestos por la vía de la contribución a la Seguridad Social;
no se puede quedar atrás la idea de mejorar la conciliación de la empresa con la vida familiar, repartiendo las jornadas en
función de si las empresas trabajan y no en función de unos horarios rígidos; también es necesario reducir cuanto antes
las duplicidades administrativas, racionalizando, simplificando y acortando ostensiblemente los trámites, así como modernizar los canales para la tramitación de la documentación en general. En definitiva, tratar de adecuar nuestra dimensión
empresarial y equipararla a la media europea.
También es preciso invertir en la imagen de marca del país, que no es de Galicia contra el mundo, sino de España en el
mundo, y no sólo de Galicia. De modo que si España tiene una buena imagen de marca, Galicia también la tendrá. Cuando
hablamos de seducción al resto del mundo, tenemos que comprender que somos un pequeño país del sur de Europa,
donde es difícil localizarnos, porque el centro de gravedad ha cambiado, pasando de ser Europa a ser Asia. Galicia y España
están en la periferia de Europa y del mundo en este momento, y, por tanto, necesitan crear una imagen de marca en general, pero más centrada hacia la imagen y la marca de país en su conjunto, que, lamentablemente, se ha deteriorado.
Es necesario, finalmente, prepararse para exportar, pero no es necesario un gran tamaño para hacerlo. Es absolutamente imprescindible que nos volquemos en los autónomos, ya que gran cantidad del empleo en Galicia se genera a través
de ellos y son los que sustentan a gran parte de la pequeña y mediana empresa.
reorganización territorial
Debemos abordar una reorganización territorial y en consideración a cada zona concreta. El eje Ourense-Lugo no es el
mismo que A Coruña-Santiago-Vigo, ni tampoco la cornisa atlántica es la Galicia del interior. Ofrecemos la sensación de
que la Galicia interior ha quedado abandonada respecto al conjunto gallego, especialmente algunas zonas de la provincia
de Lugo.
Por el contrario, concretamente en Ourense tenemos la oportunidad de conectar con Vigo de forma rápida por autovía
y por medio del AVE en el futuro, pero, por ejemplo, Lugo se está quedando un poco más atrás en relación al resto de Galicia, de igual modo que, desde el punto de vista industrial, le está pasando a Ferrol. Es necesario, por tanto, para evitar
este aislamiento y poder reindustrializar Galicia, mejorar el aprovechamiento de los recursos europeos que impulsan las
nuevas tecnologías, como la microelectrónica o la biotecnología, para su implantación y aplicación en el sistema productivo
de Galicia.
Se debe en este modelo potenciar la base de producción agraria de Galicia, con políticas de concentración parcelaria
y de aprovechamiento forestal, de igual modo que políticas de recursos naturales y directrices activas de articulación del
territorio, como, por ejemplo, las referidas al eje Lugo-Ourense-Ferrol frente al eje A Coruña-Tui. Es preciso de igual modo,
proceder al refuerzo de las explotaciones agroganaderas, y, en general, buscar la fórmula para potenciar las pequeñas y
medianas empresas, que son generalmente empresas familiares con un crecimiento y desarrollo muy enraizado en nuestra
tierra. Son empresas que no se deslocalizan y no se internacionalizan porque para ello necesitan una determinada dimensión. Esta dimensión puede venir de la mano de políticas de apoyo y de concentración.
24
Galicia en clave económica
Galicia en clave económica
25
Eixos para unha estratexia económica
final da cadea de valor, a penalización do comercio tradicional e de proximidade a prol dos centros e superficies comerciais
implica a caída dunha vantaxe competitiva dos nosos produtos fronte a artigos foráneos no mercado local, mentres que
nos mercados exteriores tampouco fomos quen de artellar unha estrutura potente de comercialización.
Marcelino Fernández Mallo
Galicia versus País vasco
P
or empezar polo principio, definiriamos o modelo económico como o xeito de organizarse a actividade económica
dentro dunha unidade territorial. Xa que logo, haberemos falar cando menos da intervención da administración pública
na economía, dos factores capital, terra e traballo, da distribución sectorial da produción, das cadeas de valor ata o produto
final, dos atributos de competitividade e por fin sobre os modos de chegar ós mercados. Atendendo a estes elementos,
podemos afirmar que o modelo económico de Galicia se caracteriza por ser, obviamente, un modelo capitalista, con intervención reactiva da administración pública que actúa máis sobre feitos e operacións, e con criterios dubidosos, que a
partir dunha política económica e industrial definida. A asignación de fondos públicos presenta así mesmo unha notable
falta de eficiencia económica, primando en demasiadas ocasións proxectos de cuestionado potencial para a creación de
riqueza colectiva.
Trátase dun modelo que abandona ou mesmo castiga o factor terra, cunha alta proporción de superficie erma ou inzada
do especies alóctonas de rendemento rápido e contrarias á biodiversidade e á paisaxe. Igualmente penaliza o litoral así
como ríos e rías ata índices insostibles xa sexa por medio de edificacións, plantas industriais, granxas acuícolas ou minicentrais eléctricas, en xeral ademais con escasa capacidade de xeración de emprego.
Respecto ao factor capital, non soubemos xestionar o sector financeiro propio que acabamos de perder. Por outra
banda, os principais capitais privados tenden a preferir o investimento noutros territorios mentres que Galicia amosa unha
reducida e volátil capacidade de captación de investimento exterior. Sobre o factor traballo, e neste sentido a cousa é máis
opinable, coido que temos unha clase directiva con carencias frecuentes, e uns recursos humanos con alta formación desaproveitada. Respecto ó factor custo, os salarios medios en Galicia sitúanse no tramo baixo dentro da economía española,
que á súa vez resulta un dos países máis baratos entre os seus socios próximos.
Sobre a estrutura económica, neste apartado debemos subliñar o peso excesivo que ostentaba a construción sobre o
PIB, arredor dun 15%, e que non sabemos como imos compensar unha vez estoupou a burbulla inmobiliaria. Igualmente,
coa excepción das enerxías alternativas e o agroalimentario, amosamos unha escasa presenza relativa en sectores cun
maior potencial de desenvolvemento nas vindeiras décadas, nomeadamente tecnoloxías de aforro enerxético e medioambientais, tecnoloxías da comunicación, biotecnoloxía, servizos persoais ó cidadán, novos materiais ou alimentación e produtos ecolóxicos.
Respecto á estrutura empresarial, o tamaño medio das nosas empresas é extremadamente reducido en termos comparados. As microempresas en España (menos de 10 empregados) supoñen o 95,2% do seu tecido produtivo, por un 92,1%
da UE. Pois ben, dentro de España, Galicia presenta un ratio de microempresas tan so inferior a Asturias, Castela-León e
Estremadura. Por outra banda, en proporción de empresas con máis de 200 empregados, Galicia unicamente está por riba
das dúas Castelas, La Rioja e Estremadura de novo.
Xusto é salientar dentro da estrutura produtiva o peso das Cooperativas en Galicia, que dalgún xeito vén compensar o
claro exceso de microexplotacións. Algunhas desas cooperativas esténdense ó longo das distintas etapas dunha cadea de
valor co cal se consegue non so unha maior produtividade senón tamén un valor engadido superior. Poderiamos citar
exemplos en distintos sectores coma Coren, Feiraco ou Condes de Albarei.
Sobre os atributos de competitividade do noso modelo económico, non son doados de identificar. Malia dispor Galicia
de elementos sobre os que basear unha oferta diferenciada, o seu uso non está xeralizado como para constituír unha proposta integral. Son elementos como a imaxe de salubridade e benestar, a paisaxe mesmo tan maltratada, a produtividade
e calidade do produto de terras, rías e mar, unha especialización exitosa nalgúns sectores, unha cultura e idioma propios
e, finalmente, a positiva identificación con determinados fenómenos coma a moda galega ou o turismo rural.
Sen embargo, a nosa economía amosa unha serie de contra-atributos de competitividade tanto ou máis relevantes.
Velaí os minúsculos índices de innovación, o cativo valor engadido dos nosos produtos, a baixa produtividade do noso tecido empresarial e as evidentes carencias na distribución, por amentar soamente os máis evidentes. Precisamente na fase
26
Galicia en clave económica
Definido ata aquí o modelo económico actual de Galicia, cómpre agora contrastar os seus resultados. Para iso, en economía
debemos usar variables e referencias. De nada serve apelar ós números se non os confrontamos con entidades comparativas. Eu propoño utilizar o País Vasco como benchmarking dadas as similitudes co noso país: ámbolos dous pertencentes
ao Estado español, os dous na cornixa cantábrica, peso tradicional do agro e a pesca, tamaño similar e reconversións industriais en ámbalas economías cando a entrada na CEE.
O primeiro que chama a atención é que malia Galicia presentar un 27% de poboación máis ca Euskadi, o PIB vasco é
un 16% superior ó galego, o que implica que o PIB per cápita é un 49% maior. Esta enorme e transcendental diferenza so
pode explicarse a partir do modelo económico de ámbolos dous territorios. Analizando os mercados de destino da produción, obsérvase que mentres que o consumo interior é similar, a produción de Euskadi acada un 20% de maior penetración
nos mercados internacionais e, sobre todo, un 70% máis no mercado español (24.551 millóns de euros vs 14.451 millóns).
Aínda que en cifras notablemente inferiores ás do País Vasco, unha boa nova para Galicia sería que con datos de 2011,
o saldo comercial tanto respecto a España como ao mundo é positivo, inda que se tornaría negativo deducindo as exportacións de PSA-Peugeot-Citroën e do grupo Inditex. Velaí outra debilidade do modelo económico galego: esa dependencia
dos sectores do automóbil e a confección. E así, mentres que a cota sobre o total exportador dos dous maiores sectores
en España é do 24,8%, elévase ata o 43,3% en Galicia.
Continuemos coa comparación das economías galega e vasca. En Euskadi o paro é do 15% fronte ó 21% de Galicia,
aínda que en Galicia temos unha taxa de ocupación inferior á do País Vasco, 55% contra 57% (60% en España). Ítem máis:
os galegos emigramos nunha proporción superior á dos vascos, o que en boa lóxica habería “aliviar” as nosas cifras de desemprego. Mentres que a emigración interior amosa números proporcionais nas dúas comunidades autónomas, as diferenzas dispáranse cando miramos a emigración exterior. Así, en 2011 segundo o INE, 5.285 persoas con nacionalidade
española marcharon de Galicia cara ó estranxeiro, un fenómeno que nada máis se deu 2.282 veces no País Vasco. Este
conxunto de cifras vén a significar, simplificando, que a economía vasca é capaz de dar traballo ós seus cidadáns mentres
Galicia segue a precisar o recurso da emigración.
Atendendo á estrutura empresarial, detectamos outros elementos dignos de salientar. Así, un terzo das 25 compañías
españolas máis innovadoras son vascas. No top 1000 de empresas europeas por volume investidor en I+D, figuran cinco
empresas vascas; galegas, so unha, Pescanova. É importante a capacidade do modelo económico vasco para reter os seus
buques insignia, como pode ser o caso de Iberdrola, outro factor clave do desenvolvemento. E así podiamos continuar a
senda da comparación: o sector forestal vasco desenvólvese sen sufrir o andazo do eucalipto; a industria recibe enerxía
sen a necesidade de inzar os ríos de minicentrais; o esforzo urbanístico en torno ó Guggenheim parte dun concepto e un
obxectivo de rendemento evidente; a cultura vasca recibe o apoio institucional e social converténdose nun factor de diferenciación da súa oferta, etcétera.
Habemos preguntarnos onde están os porqués desta tan desfavorable comparación para Galicia. En primeiro lugar,
coido que en boa parte hai unha diferenza significativa de actitude, de protección e promoción dos elementos endóxenos,
eses factores propios que no País Vasco son defendidos e potenciados e que en Galicia normalmente infravaloramos e
mesmo cedemos moitas veces a cambio de nada. Mais hai tamén argumentos netamente económicos, claro está.
os factores determinantes
Unha clave radica no tamaño. Está contrastado de xeito empírico o efecto do tamaño sobre a produtividade e a innovación
(nun momento veremos porque menciono esas dúas variables precisamente). Así, mentres as empresas entre 20 e 50 traballadores amosan un valor engadido per cápita lixeiramente por riba dos 40.000 euros, as empresas de máis de 250 traballadores
duplican esa contía. ¿Cantas empresas galegas teñen máis de 250 traballadores? Nove. ¿Cantas hai no País Vasco? Vinte e
catro. Seica o primeiro elemento a corrixir no modelo da economía galega sexa a dimensión, movemento que así mesmo haberiamos aplicar á nosa organización territorial a cal está a lastrar a capacidade de xeración de proxectos económicos.
Galicia en clave económica
27
¿Que outros factores débense salientar ademais do tamaño das empresas? Eu propoño tirar proveito de estudos contrastados, en concreto do máis importante traballo sobre a competitividade das nacións que se teña feito. Propoño coller
o modelo de Michael Porter e aplicalo á economía galega para vermos o que sae (como saben, Porter conduciu durante
catro anos un estudo en dez países e cen sectores no cal participaron máis de 30 investigadores, ao cabo do cal determinaron as bases para a competitividade das economías nacionais. É unha perspectiva cando menos a ter en conta).
Para Porter, a prosperidade das nacións créase, non se herda. Non procede das condicións naturais dos países, tampouco dos tipos de xuro ou de cambio como defendía a teoría clásica, senón da capacidade dos sectores de actividade
para innovar e progresar de modo continuo. As dúas variables clave segundo a investigación de Porter son produtividade
e innovación. Mais convén analizalas para non obtermos conclusións precipitadas.
Cando se fala de produtividade non habemos entender simplemente custos. A produtividade é unha relación entre o
valor engadido e a unidade de gasto. Que o custo non adoita ser a clave do modelo resulta unha evidencia doada de obter
da realidade empírica. ¿Cales son as dez economías con maior capacidade de penetración nos mercados exteriores? China,
Estados Unidos, Alemaña, Xapón, Holanda, Francia, Corea do Sur, Italia, Bélxica e Reino Unido. Agás China, países con
custos laborais moi superiores ó galego. Contrastando a relación entre custo laboral por hora e o desemprego en Europa,
volvemos comprobar o aparente paradoxo: os países cos maiores custos presentan a taxa de paro máis baixa e viceversa.
Os custos por suposto son importantes mais, alén das conxunturas máis ou menos favorables, a clave sostible dos modelos económicos de prosperidade encóntrase principalmente no numerador do cociente, na capacidade de xerar valor
engadido e transmitilo ó mercado. E iso porque a función da economía é conseguir o maior benestar dos seus cidadáns.
Tentar rebaixar o denominador a través da diminución dos salarios produce unha perda da calidade de vida, e iso vai en
contra da propia esencia da economía.
Velaí a importancia crítica da innovación entendida como proceso xeralizado e continuo. ¿Como se entende a política
de innovación en Galicia? Basicamente a través de programas de apoio temporais a partir duns criterios determinados:
cumpres os criterios, presentas un expediente dentro dunhas datas e recibes unha subvención ou un préstamo en condicións vantaxosas. E isto ano tras ano. Porter fala doutro tipo de estratexia, a de crear o ambiente na economía que favoreza
a orientación cara ao futuro e as tendencias, ao dinamismo interno e ao desafío competitivo constante. Entende a innovación como un novo produto, un novo proceso –máis barato e eficiente–, un novo segmento ou nicho de mercado, unha
mellora do servizo, unha nova capacidade, unha nova forma de facer marketing, unha nova tecnoloxía, un xiro na xestión… É dicir, como unha práctica de xeral implantación. E máis como unha filosofía de acumulación, de cambios permanentes, antes que en termos dun avance espectacular puntual. Digamos: innovación como pauta común e cotiá de
dirección. Ese vén sendo o factor crítico para a competitividade das economías.
o diamante de Porter
¿Como conseguir esas condicións que estimulen a innovación e o aumento da produtividade de xeito continuo? Porter
identifica catro conceptos que conforman o seu diamante da competitividade:
O primeiro é o aproveitamento dos factores endóxenos, como se crean vantaxes a partir dos elementos internos, e
pon como exemplo Holanda, líder mundial no sector das flores non so pola dispoñibilidade de solo e clima axeitado senón
principalmente por contar con varias entidades especializadas no cultivo eficiente e diversificado, no envasado e empaquetado coas máximas garantías e na distribución a calquera punto do planeta.
Galicia conta cunhas condicións edáficas privilexiadas e cun alto rendemento das súas terras e das súas rías. A demanda
mundial de produto agroalimentario excede a oferta e amosa unha forte tendencia ao crecemento. Galicia ten que recuperar canto antes a súa especialización agrogandeira e desenvolver as capacidades necesarias para actuar ao longo da
cadea de valor alimentaria e constituírse en potencia mundial en produtos nos cales existe esa potencialidade.
O segundo elemento do diamante de Porter é o grao de sofisticación da demanda. Un mercado máis esixente obriga
a un maior grao de dinamismo e innovación. Con algunhas excepcións, o nivel de esixencia do consumidor galego, minorista
ou industrial, está lonxe dos mercados máis avanzados. Velaí a necesidade de ampliar o marco de referencia, tal como fixo
o País Vasco. A empresa galega non pode contentarse con atender o mercado interior pois esa actitude sería a súa condena.
Máis tarde ou máis cedo chegará competencia de mercados próximos máis avanzados e recurtará as vendas locais. Os
mercados exteriores –o español e mailo internacional–, han ser o destino natural do produto galego. Desta maneira, tamén
estará defendendo a súa posición no mercado interior.
O terceiro elemento de competitividade vén sendo a estrutura e estratexia das empresas. Habemos retomar aquí o
28
Galicia en clave económica
comentado sobre a dimensión das empresas galegas. Resulta fundamental promover o aumento de tamaño das unidades
produtivas de Galicia, idealmente a través do seu propio crecemento natural. Pero con seguridade tamén será preciso promover joint ventures, operacións de integración vertical, consorcios de exportación; e facilitar fusións, retomar os clusters,
por suposto potenciar os movementos cooperativos… Moitas son as fórmulas dispoñibles para adoptar en cada sector ou
cadea de produción. Mais sempre mantendo un alto nivel de competencia sectorial pois a rivalidade interna contribúe
igualmente á mellora da produtividade e á innovación segundo o modelo de Porter.
A calidade dos provedores resulta ser o último elemento identificado. E neste punto volvemos evocar a conveniencia
de deseñar a política industrial a partir dun esquema de cadea de valor e non de sectores estancos. O fluxo de información,
de ideas e propostas, os proxectos conxuntos entre as empresas operantes nas distintas fases da cadea de valor, representan outro factor crítico de competitividade. O conflito permanente entre produtores e industria no sector lácteo revélase
un exemplo nítido desta problemática que está a condicionar, negativamente neste caso, o crecemento da actividade en
Galicia.
Quedan moitas cuestións por recoller (infraestruturas, formación, emprendemento, enerxía…) pero o tempo é limitado.
Rematarei cun dato final, de síntese: o PIB galego representaba en 1940, un 7% do total español, en 1960 era un 6% e na
actualidade se sitúa no 5%. O caso de poboación é aínda máis extremo: en 1940 Galicia representaba o 10% da poboación
española, un 8% en 1975 e na actualidade se sitúa no 6%. O modelo actual non funciona, condúcenos aceleradamente
cara á insignificancia. Quizais o elemento clave que precisa a economía de Galicia sexa ambición e coraxe para cambiar o
seu modelo.
En busca de un modelo
Ponentes:
Fernando González Laxe
Catedrático de Economía Aplicada de la Universidade da Coruña
Emilio Pérez nieto
Presidente de la Asociación Gallega de la Empresa Familiar
marcelino Fernández mallo
Consultor y socio director de Sphenia
Fecha: junio de 2013
Lugar de celebración: Lugo
©Xurxo Lobato
Un sector en transformación
Jesús Méndez Álvarez-Cedrón
El nuevo mapa bancario
en Galicia
2
José Méndez Álvarez-Cedrón
Antonio Grandío Dopico
Xoán Antón Pérez-Lema
D
ebemos retrotraernos un poco en el tiempo y abordar cuáles son los orígenes de la actual crisis financiera. Todo esto
arranca en el verano del año 2007, cuando comienzan a surgir dudas sobra la expansión del crédito hipotecario en
Estados Unidos, a través de las conocidas hipotecas subprime a los ninja. Por medio de la ingeniería financiera, los riesgos
se traspasaron a prácticamente todas las entidades del país y de muchos otros países que tenían liquidez. La desconfianza
entre bancos creció al máximo. Y sin confianza, los mercados interbancarios quedaron bloqueados, lo que equivalía a cortar
la sangre que fluye entre los bancos para conciliar las posiciones acreedores y deudoras. En el verano del año 2007 hubo
unas provisiones de liquidez masivas, desconocidas hasta la fecha, por parte de los bancos centrales.
Los primeros bancos que empezaron a tener problemas fueron los norteamericanos, y a continuación los europeos.
Como la posición de los bancos españoles era, en general, más sólida, se tardó más tiempo en sufrir los efectos de la crisis,
que se fue paliando, en un principio, con los ahorros, por así decirlo, para evitar un agravamiento de la situación. En este
marco internacional y nacional, con problemas en los sectores financieros de las principales economías del mundo, la mayoría de los países, como Alemania u Holanda, reaccionaron con mayor rapidez que España, aprobando y ejecutando planes de recapitalización de sus entidades con mucha más celeridad. Así ocurrió, por ejemplo, con el Royal Bank of Scotland,
que empezó a devolver las ayudas en el momento en que España estaba comenzando a darlas. De modo que son tres,
cuatro o cinco años de ventaja entre una y otra medida comparativamente hablando, un tiempo que en estos asuntos es
esencial.
Las diferentes reformas de los Gobiernos españoles, tanto del PSOE como del PP, intentaron recuperar la credibilidad
en el sector financiero español a base, fundamentalmente, de dos vías: la primera, incrementando los requisitos de solvencia, esto es, la relación entre los fondos propios y los fondos de terceros. Se incrementaba la exigencia de fondos
propios en relación a los riesgos asumidos hasta situarse en el 9%. La segunda, endureciendo sensiblemente las partidas
que formaban parte del numerador.
De esta forma, a medida que se endurecieron los requisitos de capital, hubo entidades que no fueron capaces de cumplir
los nuevos requisitos, y de ahí vino la primera oleada de inyecciones del FROB (Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria). En el ámbito gallego en concreto, a la fusión de las dos caixas se les otorgaron 1.192 millones de euros en una suscripción de participaciones preferentes, necesariamente convertibles, que cumplían en teoría con la nueva regulación.
Al mismo tiempo que se elevaron los requisitos de solvencia, empezaron a detectarse problemas graves en relación a la
burbuja inmobiliaria, originada por un exceso de promoción inmobiliaria y de construcción, que derivó en muchas suspensiones de pagos de empresas. Con el mismo objetivo de dar confianza a los mercados internacionales sobre las entidades financieras españolas, muy relacionadas con la prima de riesgo del bono soberano, se aprobaron dos decretos, los llamados
De Guindos I y De Guindos II, que establecieron unas dotaciones muy fuertes para todos los riesgos que tuviesen algo que ver
con el sector inmobiliario.
Pérdidas masivas
Provocado por lo anterior, durante el año 2012, la mayoría de las entidades financieras de España, en torno al 95%, presentaron pérdidas, algo que no había ocurrido en la historia. Caixa Rural no las presentó porque teníamos una buena cantidad de provisiones genéricas. Pero ni siquiera BBVA o Santander, en sus cuentas en España, pudieron sostener ese aluvión
de dotaciones.
Finalmente, se estableció la obligatoriedad de traspasar los activos al llamado banco malo, o Sareb, y más recientemente se solicitó el rescate a la UE, con un valor de hasta 100.000 millones, para enjugar las pérdidas, resituar los niveles
de solvencia y evitar un rescate más amplio. En el documento del rescate se establecieron nada menos que 33 condicio-
Galicia en clave económica
33
nantes. Uno de los cuales es que los tenedores de productos híbridos, es decir, los tenedores de participaciones preferentes
y deuda subordinada debían participar en el rescate de estas entidades.
Esto ha producido una gran concentración del sector, de modo que, incluso en el seno de las cajas rurales, donde había
más de 70 entidades, se ha pasado a 42. Otro efecto es que ha bajado el crédito disponible como consecuencia de la elevación de estos niveles de solvencia, porque no somos capaces, salvo contadas excepciones, de generar recursos propios.
Es más, el sector está metido en general en un proceso de desapalancamiento, que se ve claramente en que la canalización
de crédito se ha reducido en unos 6.000 millones de euros en un solo trimestre, pero cuyos índices se han reducido en términos generales del sector en los últimos 24 trimestres.
De este modo quedarán en España, debido a un fuerte proceso de concentración que no ha acabado, entre seis u ocho
entidades muy grandes. Y a su lado, complementariamente las entidades de nicho, como la nuestra, vinculadas esencialmente al territorio. En este sentido, siempre decimos que más allá de Pedrafita no se nos ha perdido nada. Estos son,
según creemos, los tipos de entidades que van a quedar.
La más pequeña de Europa
Hay dos ejemplos de cajas de ahorro que han conseguido mantener su estatus como al principio, que son la de Onteniente
y la de Pollensa. Esta última, que está en el norte de Mallorca, tiene un cartel en su puerta, escrito en varios idiomas como
consecuencia de que es una zona turística, en el que dice “La caja de ahorros más pequeña de Europa”. A veces lo pequeño
es bonito también, por no hablar del enorme conocimiento del mercado que supone, lo que facilita ser más eficiente en el
control de los riesgos.
En forma de capital se han desembolsado en todos estos procesos, unos 62.000 millones de euros, pero esto quizá no
haya acabado. Se han recuperado unos 970 millones, producto de la devolución de La Caixa tras la compra de Banca Cívica.
Además de esto, se han comprado inmuebles a las entidades financieras, a través de la Sareb, por valor de otros 20.000
millones de euros. Es mucho dinero, desde luego, pero hay un dato objetivo que hay que reflejar: en otros países se ha
gastado mucho más en la recapitalización de la banca, como en Alemania, Holanda, Reino Unido o Islandia.
En Galicia, antes de que pasase todo esto, teníamos cinco entidades, o seis, si contamos las dos caixas antes de que se
fusionasen. Al margen de estas dos entidades, figura el Banco Pastor, fusionado con el Popular por medio de una ampliación
de capital que tiene el reconocimiento del sector; el Banco Gallego, que era una filial de Novagalicia Banco y fue adjudicado
al Banco Sabadell con una dote de 245 millones de euros; y el Banco Etcheverría, cuya parte en manos de Caixa Galicia fue
vendida en su momento a una entidad venezolana, mientras que el resto, por medio de una ampliación de capital, hizo
que la mayoría del banco acabase en manos del mismo grupo. Finalmente, está la Caixa Rural Galega, una modesta entidad
de Lugo con 50 años de historia, y desde la que, de momento, seguimos funcionando.
Siempre nos preguntan cuál es nuestro secreto. Nuestro secreto no existe, en realidad. Se trata de ser prudente, de
no meterse en líos de los que no puedas salir, porque en un negocio como el nuestro se gana dinero a base de medir y
asumir riesgos. Tenemos una base cooperativa compuesta por 15.000 socios que tienen dinero prestado a la Caixa, con un
mínimo exigible de 60 euros. Nosotros pensamos que la mejor manera de hacer banca es hacerla lo más localmente posible,
y trabajamos para ello en coordinación con otras 43 cajas rurales de España, de forma que incluso el sistema informático
y la compañía de seguros son iguales para todas, y asumimos los riesgos de forma coordinada. Además no tenemos un
espíritu basado únicamente en ganar más y más dinero. De hecho, de cada 100 euros que ganamos, 90 van destinados a
reservas y el resto para actividades de promoción, colaboración y patrocinio.
El valor de una entidad propia
Antonio Grandío Dopico
E
l sistema financiero es tan importante que un pueblo sin sistema financiero no tiene futuro. Que un banco o una caja
tengan su sede en Galicia significa generar empleo y riqueza. Pero, para abordar las finanzas de nuestro país, evitaremos mencionar los excesos del pasado porque, sin duda, es preferible hablar de futuro. Sin embargo, hay que señalar que
se han producido numerosos excesos por parte de alguna entidad de crédito gallega, algo reflejado en un extenso informe
de más de 400 páginas que tuve el privilegio de coordinar, en el que se explica cómo se lo habían preparado y cocinado algunos gestores de las cajas gallegas, para fines no siempre idóneos desde el punto de vista de la administración y gestión
del riesgo. Ese informe no es el fruto de una investigación por mi parte, sino el resultado de los datos que fuimos obteniendo
de los registros mercantiles y de la propiedad y otras personas que nos fueron proveyendo de documentación al efecto.
Lo hicieron por ese sentido de país que tenían y porque les dolía lo que estaba ocurriendo. No se juzga aquí a nadie, porque
ahí está para eso el Parlamento gallego, que es quien nos representa, con una comisión de investigación sobre este asunto.
Pero quedan muchas preguntas sin respuesta.
Para avanzar y centrar el debate, digamos que no se trata, por tanto, de resumir la cuestión a que nos dé igual quién
nos financie, mientras nos financie. Lo importante es, desde luego y sin duda alguna, la financiación en términos objetivos,
pero esta financiación guarda mucha relación con los centros de decisión que están detrás de la canalización de esos recursos. De modo que la proximidad es fundamental, pero Galicia debe aspirar, como complemento esencial, a tener empresas de mayor dimensión, porque de otra manera no va a generar puestos de trabajo para sus jóvenes, un problema que
está ahí y que, por el contrario, está pasando casi inadvertido por parte de los responsables de los poderes públicos.
Por lo tanto, tener sedes de entidades financieras en Galicia significa generar empleo y generar riqueza. Tuvo su sede
en Galicia el Banco Pastor y hoy ya no la tiene. Tuve el honor de trabajar durante muchos años con la más fiel albacea testamentaria que dio Galicia en el siglo pasado, que fue la condesa de Fenosa. Por los análisis de la situación actual, se comprueba que el Pastor sigue financiando a los grupos con los que tenían relación en Galicia, un aspecto que es muy
destacable. Era importante, por otro lado, que creciese el Banco Etcheverría, perteneciente a una familia emblemática de
Betanzos, que no tenía capacidad de generar un banco grande, pero que debido a la presencia de los venezolano-gallegos
ya dispone de recursos para financiar a otra escala nuevos proyectos.
Es fundamental tener entidades financieras en Galicia por diferentes razones porque, de no tenerlas se notará, entre
otras cosas, una pérdida de riqueza, que se traslada por ejemplo rápidamente a una cierta desertización comercial en las
calles, derivada, a su vez, de una caída de ventas del 40% o el 50% como consecuencia de la pérdida masiva de puestos de
trabajo.
Patrimonio financiero
Galicia necesita entidades que financien, porque hay empresas que demandan esa financiación. Y necesita hacer crecer a
las mejores empresas implantadas en Galicia, porque hay muchas y muy buenas en el conjunto del tejido empresarial gallego. De lo que se trata realmente es de que los empresarios gallegos cooperen entre sí para localizar en Galicia, pero
también en el exterior si se puede, nuevas empresas, aun teniendo siempre presente, lógicamente, que los centros de decisión y de inteligencia, así como la base del talento de las actuales y las nuevas empresas, estén en Galicia. Por lo tanto,
frente a algunas voces que sostienen que estamos yendo probablemente a un proceso de deslocalización empresarial
como consecuencia de la pérdida de patrimonio financiero propio, no creo que estemos inmersos en un proceso en el que
la pérdida de entidades gallegas conlleve directamente la deslocalización de empresas productivas.
Por el contrario, la mayoría de las grandes entidades financieras españolas está deseando, en términos generales, ampliar su mercado y su presencia en Galicia. Siempre les ha ido bien en Galicia a estas entidades españolas, como al BBVA
34
Galicia en clave económica
Galicia en clave económica
35
o La Caixa. Siempre han hecho buenos y rentables negocios con el conjunto del país, y, en concreto, con los gallegos. En
Galicia hay un nivel de ahorro muy bueno, en el entorno de los 50.000 millones de euros, si bien hay autonomías que nos
superan en estos parámetros. Lo que sí hay en Galicia es mucha seriedad y mucha menos morosidad que en otras autonomías.
El momento presente de esta crisis económica y financiera tiene realmente un problema relacionado con el pasado.
Hay poco crédito y es muy caro. En Galicia faltan aproximadamente unos 20.000 millones de euros. Y si falta esa cantidad,
tiene necesariamente que haber empresas tensionadas. Hay muchos grupos empresariales gallegos afectados porque no
se les ofrece financiación ni a un precio ni a un plazo adecuados. Sin embargo, sí se canaliza el crédito sin problemas a algunas grandes empresas, en detrimento de las pymes, que son las que necesitan dinero fresco para sobrevivir y progresar.
Hay muchos elementos de la economía y del sistema financiero que siguen sin explicarse con claridad. Por ejemplo,
qué es el llamado “banco malo”. De momento, es un sitio donde los fondos de inversión extranjeros ven posibilidades
como se deduce del informe realizado por Morgan Stanley que lleva por título !Viva España!, y de las compras efectuadas
de activos comerciales por un valor inferior al de adquisición en su día.
modelo de país
¿Por qué es tan importante un sistema financiero propio en Galicia? Porque representa una parte del futuro que podemos
tener como gallegos gracias a la existencia de estas entidades con sede en Galicia. Y puede ejemplificarse todo esto en el
esfuerzo que está desarrollando José María Castellano, intentando reflotar el proyecto de Novagalicia Banco, con el objetivo de evitar que se vayan al paro centenares de trabajadores y el consiguiente impacto en sus familias. No tiene ningún
interés en estar ahí sólo por ganar dinero, sino que cuenta con un proyecto para evitar la exclusión financiera del país y de
colectivos importantes. De modo que no es un interés personal el que conduce su gestión sino que alberga una idea para
Galicia.
El proyecto de un sistema financiero solvente en Galicia puede hacerse, claro está, de muchas maneras. Pero el hecho
de que en la comunidad gallega no haya capital suficiente para hacerlo, o al menos no haya disponible para proyectos de
esta naturaleza, no significa que no pueda hacerse por la vía de los fondos. Galicia se merece tener una entidad propia.
No lo digo yo, sino todo el arco parlamentario gallego. Si un Gobierno que gobierna en Galicia no consigue esto, asume un
riesgo claro, que es la exclusión política, y eso llevará a perder decenas de miles de votos y a no seguir gobernando.
A trampa das preferentes e subordinadas
Xoán Antón Pérez-Lema
P
ara entender a crise das preferentes hai que distinguir dúas etapas: a primeira delas, durante as emisións feitas entre
2003 e 2005, nas que as entidades quixeron duplicar o seu balance en tres anos a toda costa, vinculando o incremento
a ficcións urbanísticas conformardas por solares e promocións situadas en diferentes lugares de España. Na segunda
etapa, a que supón verdadeiramente o nacemento do problema, comercialízanse estes produtos en dúas emisións distintas
de preferentes e débeda subordinada, en marzo e en outubro de 2009, entre a ampla base de clientes das caixas.
No caso de Caixa Galicia, malia que o seu antigo director xeral negárao en sede parlamentaria, houbo presións evidentes entre os directores das oficinas para que se vendesen as preferentes e subordinadas. Ata o punto de que un alto
directivo da caixa transmitíalle aos traballadores que quen non vendera eses produtos, probablemente non tería futuro
na entidade.
Fíxose unha comercialización masiva a minoristas de produtos defectuosos e híbridos vinculados a renda fixa e variable.
A participación preferente converteu finalmente ao seu posuidor nunha sorte de socio da entidade. Dun xeito perverso
neste caso, xa que estamos a falar de familias e de pequenos aforradores. Como perversa foi tamén a maneira de mudar
aquel pasivo nunha especie de activo, que leva aos accionistas ao derradeiro chanzo á hora de cobrar en caso de liquidación
da entidade. Pero, como nas caixas non hai accionistas, estes preferentistas converteríanse finalmente nos derradeiros
en cobrar; e os posuidores de subordinadas, nos penultimos.
Neste proceso atopámonos a minoristas que tiñan depósitos e aforros, quere dicir que son aforradores conservadores
que queren garantir a recuperación do capital depositado, transformados en quase socios da entidade.
Produce moita vergoña ler as emisións feitas, con números irreais. Dous anos despois, a entidade foi valorada nuns
180 millóns de euros, quedando en evidencia que aquela operación foi unha falsidade. Ainda peor, porque o que había era
una trampa de liquidez. Dicíase aos clientes que poderían recuperar os cartos sen problema en dez ou quince días.
Nós temos coñecemento dun caso no que, un mes antes do que se producise a intervención de Novagalicia Banco por
parte do FROB e dous meses antes de que se pechase o mercado secundario onde cotizaban estes productos, o banco
vendeu a un cliente 50.000 euros de preferentes do 2005 de Caixa Galicia. Estaban entón ao 0,6% sobre o euríbor. Quén
compra nesas condicións se non é enganado?
Polo tanto, houbo, e hai, milleiros de afectados dunha práctica perversa que afectou á base de clientes de Caixa Galicia
e Caixanova, entidades que até daquela facían banca minorista, cando o señor Méndez e algunhas outras persoas que
tiña ao lado –algunha da outra caixa do sur, pero en menor medida– se esquceron desta vocación e foron de aventuras inmobiiarias a outros territorios. Chegamos, polo tanto, a unha primera conclusión: o aforro galego foi destinado a financiar
o saneamento bancario.
milleiros de afectados
Hai que lembrar que, segundo o memorándum asinado entre España e a UE para a concesión dos créditos do rescate bancario e malia que os preferentistas foron persoas enganadas, eles tamén tiñan que pagar parte da festa. Está claro que
durante a xestión de Castellano en Novavalicia fíxose un traballo directo, sen intermediación de Bruxelas e con moi pouca
colaboración por parte do comisario de Competencia, que conseguiu abrir a vía arbitral.
Pero a actitude de Europa e dos sucesivos Gobernos, nomeadamente o de Mariano Rajoy, frearon este proceso. A inequívoca mensaxe que se quixo enviar desde España a Europa era que exclusivamente os españois ían pagar o rescate.
A solución arbitral veu moi apoiada polo Goberno da Xunta, pero, dende logo, foi un apoio oportunista nun momento
electoral. Si que era verdade, con todo, que, non sendo a arbtitraxe competencia da Xunta, Galicia amosou que se
podían reinterpretar as competencias do autogoberno en termos positivos.
36
Galicia en clave económica
Galicia en clave económica
37
En número, dos máis de 38.000 casos, hai máis de 25.000 exactamente iguais que non foron admitidos á arbitraxe, en
moitos casos polo importe, o que é pouco menos ca unha aldraxe. Hai que recoñecerlle á arbitraxe os problemas que resolveu, por moito que dende o punto de vista moral, sexa unha solución perversa.
Que solucións quedan agora? Queda a posibilidade xudicial da demanda individual e da demanda colectiva. Tamén se
abre unha nova posibilidade dunha conciliación prexudicial ante os xulgados de Primeira Instancia (*). Novagalicia ten de
tratar de resparar o que fixeron as preferentes e as subordinadas na súa reputación, se non será imposible a captación de
novos clientes. E por iso abreuse esta nova vía.
Demanda colectiva
No caso da demanda colectiva, hai moitos xuristas que cren que non é posible interpoñela porque estamos a falar de vicios
de consentimento, ou existencia dun erro. Entenden logo que vai depender de cada caso e que cada un pode ter unha solución ou interpretación distinta. É verdade que esta teoría poder ter parte de razón e mesmo eu a suscribía antes de entrar
a fondo no asunto.
Pero sabendo que hai máis de 38.000 laudos arbitrais resoltos e ningún é desfavorable, está claro que hai unha comercialización masiva defectuosa. A cuestión non é de xubilados ou de persoas maiores, senón que se trata da venda masiva
destes productos inapropiados a uns clientes minoristas.
Finalmente, quero determe en dúas cuestións igualmente importantes. A primeira, que temos a certeza de que o saneamento do sistema financeiro español se pagou e vai seguir sendo pagado polo aforro galego.
E, en segundo lugar, que a pesar de que xa desapareceran as caixas de aforros galegas como entidades sociais, e a
pesar de que novagalicia banco fora un banco privado, importa ter un banco galego, porque a súa xestión cara a sectores especiais da economía galega será sempre moito mellor atendida e comprendida que na planta 70 dunha torre
financeira fóra de Galicia.
El nuevo mapa bancario en Galicia
Ponentes:
jesús méndez álvarez-Cedrón
Director general de Caixa Rural Galega
Antonio Grandío Dopico
Catedrático de la Escuela de Estudios Empresariales de la Universidade
da Coruña
Xoán Antón Pérez Lema
Secretario Xeral da Asociación de Consumidores e Usuarios (Acouga)
Fecha: septiembre de 2013
Lugar de celebración: Lugo
(*) NOTA DO AUTOR: Esta posibilidade prexudicial, suxerida naquelas datas (setembro 2013) polo vicepresidente da Xunta, Alfonso Rueda, foi
rexeitada axiña por NCG Banco, quizais en virtude dos termos do “memorandum ofunderstanding”, aprobado pola UIE, que lle impedía pagar
se non era a medio de sentenza, lñaudo arbotral ou transacción en sede de procedemento xudicial, nomeadamente intensa no outono do 2013
e na primavera do 2014.
38
Galicia en clave económica
©Xurxo Lobato
reindustrializar Galicia
Francisco Sineiro
3
El futuro de la agroalimentación
Francisco Sineiro
Higinio Mougán
Eladio Rigueira
F
alar do futuro da agroalimentación en Galicia significa, en primeiro termo, enfocar o tema non como unha actividade
puramente agraria e rural. A alimentación na nosa sociedade actual provén dunha serie de traballos conectados, que
empezan na mesma produción agraria, que máis que se encargar do produto final é unha produción de materias primas
sobre as que se elaboran unha diversidade ampla de alimentos por parte da industria alimentaria. De nada serviría todo
este complexo industrial se non tiveramos uns establecementos de distribución para que os consumidores poidan comprar
os produtos.
Hoxe en día, temos que analizar o sistema alimentario dende un punto de vista global. Xa non temos as fronteiras de
protección da Unión Europea. Os nosos mercados, incluido o do leite, irán variando en función de como se mova o mercado
internacional.
Nunha situación de globalización crecente é onde a alimentación é un dos grandes retos de futuro. Dentro duns 30
anos a poboación do mundo aumentará un 35%. Estímase que para facer fronte ao reto alimentario a produción tería que
subir arredor dun 70%, a metade para cubrir o propio aumento de poboación, e a outra metade porque os países de economía emerxente queren mellorar a súa dieta alimentaria.
Desta maneira, parece que estamos sometidos a períodos tobogáns, producidos polas forzas do mercado, e con etapas
como a de 2007 ou 2008, onde os prezos foron elevados, ou etapas de malos prezos como o ano pasado. Xa que logo, falamos dunha etapa cambiante e moi volátil, e, sobre todo, moi mala para o gobernantes que presumen pensando que os
prezos oscilan pola súa xestión. Como sabemos, os prezos baixan e soben principalmente polo propio mercado.
O conxunto da produción agraria e da industria e distribución alimentaria é responsábel de un de cada dez euros que
xeran valor en Galicia. Representa o 13% do emprego e un nivel de exportación a outras partes de España equivalente ao
20% do total.
A importancia deste sector supera a do sector do automóbil en termos de produción, cun 10% fronte ao 7% do automóbil, e cunha aportación ao emprego do 13%, en comparación co 7% do sector do automóbil. O que ocorre é que a industria automovilística é parte fundamental da exportación, mentres que a agroalimentación é, en boa medida, para o
mercado interno e para cubrir as nosas necesidades. Abonda con estes datos para constatar que estamos perante un sector
clave da nosa economía.
Non se trata dunha actividade encravada no medio rural ou unha industria desapegada do resto da economía. O cidadán
que vexa nos problemas do sector da alimentación unha cuestión exclusiva do campo, afastada da vida urbana, está máis
que trabucado. Salvo algunhas empresas que están radicadas no rural, por esixencia da propia produción, a meirande parte
están instaladas en polígonos industriais das zonas urbanas.
Afondando no asunto, hai que destacar que parte dos recursos que teñen os habitantes do medio rural gástanos precisamente nas zonas urbanas, e, polo tanto, o sector agroalimentario ten un peso estratéxico para o conxunto de Galicia.
Cada euro adicional que, por exemplo, nace no sector lácteo, xera un valor de 1,5 euros na industria que, ademais, provoca
que haxa dous euros de actividades en forma de servizos veterinarios, maquinaria ou transporte.
Estamos nunha situación na que, malia os avances das dúas últimas décadas, hai claroscuros. Lográronse avances na
produción de leite, por exemplo, pero non temos máis que un papel marxinal na industria alimentaria; houbo avances no
sector do viño, en boa medida impulsado pola actividade das adegas e a apertura de mercados, pero persisten outros problemas, como unha produción moito máis limitada da que poderiamos ter para cubrir o nos propio mercado na producción
de hortalizas e froitas.
Un dos problemas máis importantes segue a ser a baixa utilización actual da terra, que é o verdaderio talón de Aquiles
de Galicia. No anos 60, dúas de cada tres hectáreas de Galicia empregábanse para o cultivo e, simultáneamente, para o
gando, algunhas de modo intensivo e outras extensivo, aproveitando o monte. Hoxe a superficie que está cultivada e soamente un 30% de Galicia. Non só estamos a malgastar recursos deixando a ermo o que podería producir. Tamén é un
Galicia en clave económica
43
gasto extra porque os terreos abandonados son vulnerables aos lumes forestais e, polo tanto, requiren medidas de protección.
Malia contar con maiorías absolutas e tempo abondo para facelo, os sucesivos gobernos de Manuel Fraga non souberon
abordar este problema, incluso miraron cara outro lado, dilapidando moitos cartos dos fondos comunitarios.
Outro dos grandes retos que ten Galicia, pero tamén España e mesmo Europa é o da reindustrialización, como contrapeso ao elevado envellecemento da poboación. A industria é clave para o futuro do continente porque xera actividades
consistentes, transforma materias primas e é a gran actividade innovadora. As industrias son, en definitiva, as que nos
permiten conectar as zonas rurais coas urbanas e, polo tanto, tamén cos mercados.
As estratexias de futuro deberan ter as súas bases na cooperación, a innovación, as políticas alimentarias integradas
entre produción e industria e a sustentabilidade. Vexamos cada unha delas.
A cooperación é un modo de sumar forzas para negociar a venda dos produtos ou chegar a industrializalos e situarse
nunha mellor posición no mercado. Un exemplo, unha das grandes empresas europeas cooperativas da industria láctea
é Arla Foods, que naceu da integración de cooperativas suecas e danesas. Agora mesmo recollen leite en Gran Bretaña e
ofrecen a posibilidade aos gandeiros británicos de traballar con eles e integrarse na cooperativa.
A innovación no é unha investigación básica, senón que é a aplicación dos coñecementos existentes para lograr melloras
na produción. Unha innovación pode ser xerar un novo produto ou sinxelamente un envase novo adaptado aos clientes.
O concepto de política alimentaria integrada é fundamental. Non se pode ter un plan de produción que non teña unha
finalidade de mercado e onde se contemplen as actividades a desenvolver na fase de produción e na industria.
Finalmente, a sustentabilidade, debe abordarse dende o punto de vista económico e dende o social e territorial. Temos
que manter actividades que poidan pervivir no tempo, actividades que sexan viables e rendibles, e que poidan transmitirse
a novas xeracións dende un uso racional do territorio.
44
Galicia en clave económica
Un sector na procura de estabilidade
Higinio Mougán
N
o sector lácteo vénse discutindo dende hai tempo de qué maneira se poden establecer ferramentas para evitar esta
montaña rusa de volatilidade de prezos na que estamos inmersos como consecuencia da desaparición do sistema
de cotas lácteas, que moitas veces nos leva, sobre todo cando caen os prezos, á desaparición de moitas explotacións. O
que está claro é que nos aventuramos de cara a un sector lácteo volátil, xusto ao contrario do que a Unión Europea estaba
tratando de lograr coa reforma da PAC (Política Agraria Común). É dicir, que se fixo claramente, e ben, o diagnóstico da situación, pero non se resolveu nin se prevé resolver, como ás veces pasa na UE.
Dende a PAC, son tres as propostas que se fan para o sector lácteo. A única ferramenta de xestión que vai quedar no
sector lácteo será o chamado paquete lácteo. Polo tanto, desaparece o sistema de cotas; o único que quedará será o sistema
de contratos, as organizacións de produtores e as organizacións interprofesionais. O sistema complétase coa posibilidade
de crear un observatorio lácteo a nivel comunitario, onde se poderá acudir cando haxa problemas de aplicación ou de interpretación, e para tratar de facer algún diagnóstico de como se está a desenvolver o mercado en cada momento. Este
escenario, que temos aínda que interiorizar, é claramente insuficiente para xestionar os problemas na cadea de valor. Teremos que ver se efectivamente funciona, aínda que somos bastante escépticos.
A pesar destes problemas, que son os verdadeiramente importantes para o sector, a clase política non se acaba de
centrar neste tema. O debate, en xeral, da reforma da PAC era, e é, se temos un pouco máis de axuda ou un pouco menos.
As axudas, na PAC, sendo moi xenerosos, poden representar en torno a un 20% dos ingresos totais que ten unha explotación. Temos, polo tanto, o 80% dos ingresos, que son os que debemos e podemos regulamentar axeitadamente, fóra do
foco do debate. A clave, logo, non son tanto as axudas que chegan dende Bruxelas, senón como Bruxelas estrutura e organiza o sector do que depende o 80% dos ingresos dos gandeiros.
Se analizamos polo miúdo a situación, e aínda que neste momento os prezos están máis altos que hai uns anos, o
sector non vai tan ben como podería parecer. Por exemplo, os contratos que nos proporciona a UE como ferramenta, non
acaban de funcionar. Hai contratos de recollida con vixencia de soamente tres meses, algo xa considerado extraordinario
na regulación legal, o que dificulta a xestión das explotacións; tamén hai produtores que se senten cómodos reformulando
contratos cada 15 días pero isto non suporá máis que inestabilidade para o sector, polo que consideramos que os contratos
deberían levarse, polo menos, a un ano de vixencia.
En relación coas primas de produción, que se están situando en 50 euros por tonelada cando antes estaban en 30 euros,
suporán un problema en etapas de baixos prezos. Previsiblemente, provocarán desigualdades moi difíciles de xestionar.
Percibimos tamén como están aumentando novos compradores intermediarios, o que dificulta o contacto directo
entre o sector produtor e a propia industria. Mesmo vemos con preocupación como os prezos nos puntos de venda, sobre
todo para o leite de marca de distribución, están estabilizados, subindo pouco, co risco de que, en calquera momento,
entre leite de importación.
Hai, dende logo, unha boa estrutura e situación de prezos neste momento, pero temos que poñer orde e fixar unha
perspectiva de futuro neste sector. En ningún momento podemos estar tranquilos nin satisfeitos porque todo o que non
fagamos agora suporá problemas e dificultades para o futuro.
A maneira de abordar a organización dos sector ten que ver con que a suba de prezos se asente sobre valores sólidos
e con perspectivas a longo prazo. Para alcanzar esta meta, os contratos deben formalizarse cunha vixencia de, polo menos,
un ano; se non, estaremos condenados á inestabilidade permanente nun sector esencial para toda a economía galega e
para o mundo rural en particular.
Galicia en clave económica
45
A nova tradición
Eladio Rigueira
C
asa Macán naceu no ano 1985, facendo queixo de Ulloa. No ano 2004, un ano moi importante para nós, empezamos
a traballar con Mercadona, e xa no 2006 comezamos a fabricar queixo tetilla con denominación de orixe. Foi no 2007
cando marcamos o verdadeiro punto de inflexión. Aquel ano realizamos a ampliación das instalacións e a automatización
da planta. Tamén recibimos un premio de Alimentos de España, o que supuxo a consolidación dese despegue dos anos
anteriores, que coincidiu coa incorporación de técnicas moi novidosas de fabricación ao noso modelo produtivo.
Xa en 2011 seguimos aos grandes líderes europeos no sector e empezamos a fabricar as cremas para untar, e ao ano
seguinte empezamos a exportar volumes máis importantes cara Venezuela, onde xa exportabamos, pero cantidades máis
pequenas. En 2013 xa temos 55 empregados, compramos 21 millóns de litros, todos en Galicia, facturamos preto de 8 millóns de euros, pechamos cun ebitda de algo máis de 630.000 euros e cun beneficio neto de 360.000 euros.
A innovación para nós é esencial para tratar de incorporar novos envases, para chegar de xeitos distintos á poboación
e para satisfacer as tendencias do consumo actual con novos produtos. Pero o fundamental para a empresa é manter a
tradición, mesmo dentro da innovación, e o vínculo aos produtos que nos deron un nome e a oportunidade de estar presentes no mercado. O compromiso é fundamental nos nosos valores, debemos camiñar cara adiante máis sen esquecer
as nosas orixes.
Como a nosa empresa está dentro do sector lácteo galego, gustaríame destacar as súas macromagnitudes. No ano
2013 había en torno a 11.000 explotacións activas, un 65% menos en relación a unha década antes, pero cun 20% máis de
produción. Non existen en Galicia industrias fortes que xeren valor engadido ao leite, e as que hai non teñen capacidade.
Con capital galego, só Leite Río e Feiraco, mentres que o resto teñen capital estranxeiro e non soamente español. É preciso
sinalar que España importa queixo por valor de 900 millóns de euros, unha auténtica barbaridade se o comparamos cos
200 millones de euros que vendemos.
Respecto á internacionalización das empresas lácteas e a situación a nivel europeo, grupos como Lactalis están presentes en 150 países, Bongrain en 120, Friesland-Campina en 100 e Arla en 30 países. As tres últimas teñen base cooperativa.
Na produción mundial de queixo, Estados Unidos fabrica 4 millóns de toneladas; Alemaña, dous millóns; Francia, 1,8 millóns; Italia, un millón; Países Baixos, 600.000 toneladas, e España, 300.000 toneladas. A tarta que nos toca a nós é, polo
tanto, moi pequena.
Dentro do gran sector lácteo europeo, o reparto das exportacións deixa a España cuns 200 millóns de euros; Francia,
2.000 millóns; Alemaña, 1.800; Países Baixos, 1.200; Italia, 1.000 e Dinamarca, 800 millóns de euros.
Tocante ás compras, o consumo anual per cápita en Grecia é de 37 quilos; segue Francia, con 23; Malta, con 22,5; Alemaña, 20; Austria, 18, e España, con 8 quilos.
España, logo, ten un mercado e unha produción moi limitada en relación ao resto de Europa. Teño a seguridade de
que poderiamos crecer en produción porque temos a materia prima, os coñecementos e a experiencia para facelo.
46
Galicia en clave económica
El futuro de la agroalimentación
Ponentes:
Francisco sineiro
Profesor de Economía y Política Agraria en la Escuela Politécnica
Superior de Lugo
higinio mougán
Director gerente de la Asociación Galega de Cooperativas
Agroalimentarias
Eladio rigueira
Director general de Lácteos Casa Macán
Fecha: noviembre de 2013
Lugar de celebración: Lugo
©Xurxo Lobato
Fragilidad social
Antonio Izquierdo Escribano
Los sectores público y privado
ante la crisis
4
Antonio Izquierdo Escribano
Xaquín Álvarez Corbacho
Jorge González Gurriarán
Cuando se hace constitutivo en una persona, en una época, en un pueblo,
cierto error de las preferencias y llega a serle habitual anteponer lo inferior
a lo superior subvirtiendo los rangos objetivos de los valores, se trata de una
perversión, de una enfermedad estimativa.
(José Ortega y Gasset, Sobre el tema de nuestro tiempo)
C
omerciamos con el aire que respiramos y se desestima lo que no se puede comprar. Estamos viviendo una enfermedad
de valores que ha separado la vida de la cultura. Digámoslo en forma breve y por el camino más corto, el capitalismo
ha viajado de la economía a la sociedad y se la ha apropiado. Ha comprado las relaciones entre los hombres pervirtiendo
la intimidad. El origen estuvo en una economía de mercado pero el hecho es que ahora vivimos en una sociedad de mercado. El capital se ha adueñado del estado y se ha impuesto a la sociedad. El símbolo se ha impuesto a la vida y la herramienta ha transformado la subjetividad. Así de redondo lo expresó Margaret Thacher: “La economía es el método; el
objetivo es cambiar el alma”. (Sunday Times, 7 mayo de 1988).
Y, ¿por qué debe preocuparnos vivir en una sociedad de mercado? Donde la economía acapara la vida social y esquilma
la vida natural. Fundamentalmente, porque en esta “sociedad” al aumentar la desigualdad, y, por tanto, la inseguridad, disminuye la libertad y la natural felicidad. Y porque una sociedad incivil, lo que impulsa es la corrupción. La felicidad ha saltado
del ámbito humano a la artificial esfera del consumo. Y la libertad no ha llegado a ser un hábito, pero sí que, de un modo apresurado, se ha convertido en una mercancía. No todo está perdido, sin embargo, porque aún quedan familias y comunidades,
asociaciones de valores que dan identidad común. Es cierto que la familia, como las comunidades están en trance de troceamiento, de fragmentación, de alejamiento y aislamiento pero perviven en su vínculos primarios, a través de la distancia y la
comunicación virtual. Los lazos humanos, aquellos que forjan las relaciones sociales no están, del todo, cortados.
Los españoles, -si existiera esta categoría agregada que esconde las diferencias- según datos del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), percibimos que la mayoría de la gente sólo mira por sí misma, que son muy pocos los que procuran
ayudar a los demás. Desde este punto de vista, en España estamos prácticamente enfangados en una “sociedad” de mercado que no sabe ver los bienes comunes. Vivimos, por lo que hace a nuestras actitudes, en una antisociedad individualista
que no repara en que las generaciones son el curso de la vida y que vivimos gracias a una constante transmisión de patrimonio colectivo.
Por fortuna para la sociología nuestra cultura nos ha educado para desvincular los hechos de las contestaciones. Es
decir, separamos lo que decimos de lo que sentimos y de lo que hacemos. Y vivimos en los hechos aunque creamos hacerlo
en las respuestas. Y crecemos en lo que sentimos aunque nos engañemos con lo que decimos. Dicho con otras palabras,
el pensamiento es una vida falsa cuando se disocia de la existencia. Y los vericuetos del pensamiento admiten una respuesta
y la contraria.
En otras palabras, la cultura se compone de respuestas acomodadas. Constestaciones camaleónicas que cambian de
tenor, tono y textura según dicten los convencionalismos. La moda, el tiempo y las circunstancias. La cultura farisaica es
lo que pensamos que hay que pensar, lo que nos conviene responder, lo que se espera de nosotros de puertas afuera. La
ciencia social sabe que los sondeos es un modo de mostrarse, que no siempre coincide con el modo de vida y de comportamiento.
Por eso aunque, como acabamos de ver, el grueso de la gente sólo mira por sus intereses para la mayoría de españoles,
en torno al 84%, lo público tiene “bastante o mucha importancia”. Resulta contradictorio con lo anterior, pero sólo en primera
instancia. Porque lo público no es lo que pertenece a todos, sino lo que el Estado nos suministra. Se confunde lo que son
bienes de uso para el común de las personas con los usos que son administrados por los servicios públicos. El alumno que
Galicia en clave económica
51
no ha pagado la matricula universitaria no puede asistir a clase en la universidad pública y el inmigrante que ha perdido su
trabajo y con el su permiso de residencia no tiene cabida en la sanidad pública. Así pues, lo público es una apropiación colectiva de bienes y servicios pero no una puesta en común de esos bienes y servicios. De modo que sigue siendo cierto que
la mayoría mira sólo por sí misma y prioritariamente atiende a sus intereses.
La tercera cuestión importante es el prestigio de lo privado y de lo público a lo largo de la actual recesión económica.
El resultado es devastador para el alma colectiva y gozoso para el tintineo de las bolsas. El prestigio, el valor, de lo privado
ha salido ganando en esta crisis, es decir, que los bancos (con lo que ha caído) tienen incluso mejor imagen que el Gobierno,
que los partidos políticos o que el Parlamento. El grado de confianza en las instituciones es, en general, ninguna o poca,
según las encuestas del CIS, y esto incluye al Gobierno, al Parlamento y a los partidos políticos. Por el contrario, las instituciones que mejor imagen tiene son la Policía y la Guardia Civil.
Dicho de otra forma, las instancias democráticas o colectivas como el Parlamento o el Gobierno, que son las que nos
representan, han resultado más dañadas en el curso de esta gran recesión económica, política y social que los aparatos
que imponen el orden estatal. La libertad se ha transformado en un reducto concedido. La imagen de los bancos está, sin
duda, dañada, pero la cultura de la imagen se halla separada del comportamiento diario, de la vida cotidiana que se acerca
al cajero automático y, se interrelaciona con él, se comunica…¡hasta le habla! El bien común, la sociedad no ha reaccionado
ante la vida bancarizada si no que se ha limitado a separar la “marca” de la realidad inmediata.
¿Dónde se puede recortar el gasto en el caso de que estemos en medio de una gran recesión? Justo en la parte contraria
a donde está recortando el Gobierno, porque los ciudadanos dicen que no hay que recortar en pensiones, ni en prestaciones
por desempleo, ni en sanidad, ni enseñanza, pero sí en defensa y en obras públicas. Y se está reduciendo el gasto, precisamente, en educación, en sanidad y en pensiones, justo en contra de lo que quiere mayoritariamente la población. He
ahí una primera barrera de resitencia a la sociedad de mercado. En las pensiones late la solidaridad intergeneracional, en
las prestaciones por desempleo la solidaridad social, en la sanidad y la enseñanza la comunidad de vida y de valores.
Esto quiere decir que las políticas y su traducción legislativa no responden a la voluntad general. No sólo se promulga
una ley sin saber qué piensa el promedio de los españoles, sino que tampoco se sabe qué piensan los españoles segmentadamente. De hecho, se hizo una ley de inmigración sin saber si había inmigrantes en España. Y se ha enmendado una
ley universitaria sin hechar la cuenta de los resultados cosechados. Se echa de menos, por tanto, un debate sobre los
valores que estaríamos dispuestos a no necesitar y los que son imprescindibles para los ciudadanos, los que ellos consideran
esenciales.
de familias y su dinámica una sucesión de generaciones. Queda un modelo intermedio que nos estamos saltando y que ya
es difícil que vayamos hacia a él, aun siendo el más equilibrado y equitativo. No se trata de una sociedad de mercado, sino
de comunidades que organizan la equidad. Ese modelo de bienestar es justo el que estamos pasando de largo, de modo
que brincamos directamente de una sociedad de familias a una salvaje sociedad de mercado. Es como si en lugar de progresar en nuestras capacidades asociativas las estuviéramos destruyendo para llegar al máximo aislamiento individual. A
la soledad social.
Las tres patas del régimen de bienestar son, mercado, Estado y familia. Y ahora, en España, tenemos un mercado que
genera poco empleo, un empleo que genera poca riqueza, un Estado de bienestar cada vez más delgado y una familia vapuleada. Porque en este momento, sin duda, somos muy frágiles y socialmente muy agresivos. Hay alternativas. Pensemos
que cada medida sobre el empleo debe tender a asociar a más gente, que cada política pública ha de procurar un uso más
común y que cada forma familiar ha de tejer vínculos con el porvenir de las generaciones.
Garantizar el futuro
Estamos en una sociedad postindustrial en la que es muy difícil la creación de empleo, por lo que una de los asuntos que
debe centrar el debate es la igualdad. Hay dos opciones: o queremos ser menos desiguales y tener más empleo o queremos
tener menos empleo y ser más desiguales. Las dos cosas ahora mismo son casi imposibles si no se emprenden acciones
que implicarían, prácticamente, una revolución, una opción de fondo cual es la de levantar una economía para la vida de
las gentes y no para la cultura del consumo y de la ostentación.
¿Cuáles son los dos elementos que aconsejaría a las jóvenes generaciones venideras? Pues, en palabras de Gosta Esping-Andersen, lo primero sería una familia sólida y cohesionada en el sentido de que prescindan de la inestabilidad, en la
medida de lo posible. La entrada de dos salarios será fundamental en los hogares para contrarrestar la desigualdad y poder
mantenerse en caso de que uno de los ingresos se pierda.
La otra clave es la formación, porque la demografía, en la tendencia actual al envejecimiento en España y en Galicia,
es difícil que se modifique sustancialmente. En este momento tenemos dos modelos, que son la formación profesional de
calidad y la educación universitaria. La derivada de Bolonia intenta preparar a los alumnos para los mercados pero desconoce cuáles son precisamente esos mercados. La educación universitaria ha sido diseñada, como nos recordó Ortega y
Gasset, para enseñar a mandar, para construir una pirámide de valores y para que se cualifique el ejercicio de los profesionales liberales. Por eso hay que enseñar teoría, que no se aprende en las empresas, donde se instruye, que no es poco, en
el trabajo, en la ocupación, en la especialización. Cuanta mejor formación teórica tengamos, más flexibilidad tendremos
para que la gente que se queda sin trabajo, pueda engancharse a otro empleo. La mejor formación de hoy es enseñar para
la movilidad.
En este momento tenemos una sociedad de mercado a la que nos dirigimos muy rápidamente, procedente de una sociedad de familias, en la que los empleos se consiguen por medio de los familiares, y en la que la población es una suma
52
Galicia en clave económica
Galicia en clave económica
53
El valor de lo público
Xaquín Álvarez Corbacho
cipios democráticos. Y esa responsabilidad le corresponde al Estado, donde la escuela pública y el municipio ofrecen aportaciones decisivas. Naturalmente, también se cuenta con las ayudas que ofrece la familia, los otros niveles educativos, los
partidos políticos, los sindicatos o las organizaciones cívicas.
Por eso las sociedades democráticas organizadas son fuertes en cultura, conocimiento y felicidad. Trabajar juntos por
mejorar la calidad de la democracia, ofrece casi siempre resultados que satisfacen a todos.
Déficit democrático
D
esde el punto de vista económico, nuestras sociedades están conformadas por dos espacios diferentes que interaccionan entre sí. Uno es el espacio privado donde se llevan a cabo negocios y actividad económica, produciendo bienes
y servicios que después se intercambian de forma voluntaria mediante un sistema de precios. Eso es el mercado. Y, por
otro lado, está el sector público o espacio común. El mercado funciona maximizando beneficios y utilidades, concentrando
a su vez a personas, rentas, patrimonio, inversiones, empresas y capital humano. Esta situación genera disfunciones y desequilibrios relevantes que debe corregir el sector público. Por ejemplo, nuestro Eixo Atlántico ofrece desequilibrios económicos, demográficos, territoriales e institucionales evidentes que debe corregir la política. El sector público o espacio
común también oferta bienes y servicios, redistribuye rentas, estabiliza la economía e incentiva su crecimiento. El espacio
común defiende a su vez las relaciones sociales básicas que las personas tienen entre sí y con la naturaleza para producir
su propia vida. Estas relaciones de producción son importantes para entender la economía.
Pero la política tiene contradicciones con la economía. Estamos ante una convivencia que no siempre es pacífica. El
núcleo del conflicto es el reparto del excedente. Las empresas compran inputs (materias primas, productos semielaborados,
servicios diversos, etcétera) que incorpora a su actividad productiva para generar outputs con valor añadido superior.
La diferencia entre ventas y compras es el excedente que se distribuye como beneficio empresarial, salarios e impuestos. Y este reparto provoca conflictos y explica en gran medida como se estructura la sociedad. Porque las partes implicadas
se organizan (en sindicatos y asociaciones de empresarios), aparecen paradigmas distintos para explicar la economía,
nacen los partidos políticos para representar a unos y a otros y aparecen medios de comunicación que bendicen y condenan
los intereses en juego. O sea, en la distribución del excedente aparece la organización social y los conflictos que correspondan entre lo público y lo privado. Son conflictos que afloran intereses y tienen capacidad para explicar la historia reciente de los países (tensiones sociales, huelgas, crisis e incluso guerras).
Por eso insistimos que los déficit en educación democrática es una debilidad de nuestra organización social. La crisis económica, política e institucional que padecemos en la actualidad, permite visualizar deterioros y entender mejor el modelo
social que se pretende construir. La desregulación de las relaciones laborales, la desfiscalización y el fraude tributario, el
deterioro de la política, así como las asfixias de los mercados financieros, explican gran parte del sufrimiento. El desempleo,
la pobreza y la desigualdad son cada vez más duros y más visibles.
Porque el pensamiento neoliberal desprecia al sector público. Considera que solo las empresas y el mercado ofrecen
resultados eficientes, útiles y racionales, frente a la solidaridad, la justicia y la fuerza de lo común que garantiza el sector
público. Naturalmente, la doctrina neoliberal no habla de las ineficiencias públicas cuando menciona a los aparatos represivos del Estado, ni está interesada en analizar la rentabilidad social de las subvenciones recibidas, ni menos aún de los
rescates que benefician a bancos y empresas relevantes.
“Desfiscalizar” el sector público es eliminar el impuesto que grava el patrimonio, reducir el impuesto de sucesiones y
donaciones, destrozar el impuesto de sociedades, crear sicavs o familiarizarse con el paraíso fiscal. Y es que la evasión, la
elusión y el fraude tributario, alcanza ya cifras insoportables, que repercuten y dañan a los ciudadanos votantes y contribuyentes de forma significativa.
La economía sumergida de España se estima en más de 240.000 millones de euros anuales (casi una cuarta parte del
PIB), lo que supone un fraude tributario próximo a los 90.000 de euros anuales. Con esos recursos no habría recortes presupuestarios, ni aumentos impositivos, ni deuda pública adicional. Pero ese dinero suele volver después al Estado, vía
deuda pública, para financiar insuficiencias y déficits. La jugada es perfecta para el especulador y desastrosa para la economía. Estamos ante una gran mentira, llena de abusos excesivos, que golpea sobre todo a las rentas del trabajo.
Defensa colectiva
O sea, estamos ante una distribución económica pactada, pero frágil, que se ampara en normas constitucionales. Fruto
de esos pactos económicos y políticos nace el Estado Social o Estado del Bienestar, con un sistema impositivo sólido que
afectaba a todas las rentas, patrimonios y consumo de empresarios y trabajadores. Y eso fue aceptado en principio por
los agentes mencionados, hasta su ruptura que da origen y explica la situación actual.
O sea, los conflictos aparecen cuando se quiebran los pactos que sostenían al Estado del Bienestar. Esos pactos que
nacieron después de la Segunda Guerra Mundial, generaban un modelo social donde la fiscalidad y el gasto social son factores decisivos. Su quiebra interesada comienza con el descrédito mediático de sindicaros y de la socialdemocracia, a
través de un discurso neoliberal agresivo que ataca el intervencionismo público por tierra, mar y aire. Una situación, iniciada
en los años setenta del siglo pasado, que todavía continúa provocando la desregulación laboral, el empobrecimiento de
la población, una desigualdad económica sin límites, la desfiscalización y el fraude tributario, así como abundante sufrimiento para la gran mayoría de la población.
Había por tanto un desarrollo del espacio común que defendía la estabilidad y el crecimiento de la economía mediante
políticas diversas que incentivan el beneficio empresarial, así como el gasto social, mediante impuestos fundamentados
en la capacidad económica de los contribuyentes. Era la política redistributiva del Estado Social. Con ese dinero se pagaba
después la sanidad, la educación, las políticas de vivienda, los servicios sociales y la cultura, sin olvidar las prestaciones
económicas (pensiones, desempleo ayudas a la pobreza, etcétera). Y por eso en el espacio común los conceptos de eficacia
y eficiencia ocupaban una situación subordinada a la redistribución y a la justicia impositiva.
Pero la convivencia democrática exige a los ciudadanos derechos y deberes, educación y responsabilidad, disciplina y
justicia. Porque las sociedades democráticas necesitan, para su reproducción, de ciudadanos educados en valores y prin54
Galicia en clave económica
Galicia en clave económica
55
Un largo camino por recorrer
Jorge González Gurriarán
L
a crisis en España es múltiple (crisis de economía virtual y de modelo económico, crisis financiera, crisis político-institucional…) y, en ese marco, lo más significativo y dramático es el nivel de paro, de paro juvenil en particular, y la falta
de un crecimiento económico que permita corregirlo. Las causas son muchas, pero, en todo caso, es evidente la falta de
visión estratégica por parte de los políticos a los que hemos “encargado” la gestión de la cosa pública y, además, las dificultades del sistema financiero, el funcionamiento de las organizaciones sindicales y patronales y la evolución de algunas
actividades empresariales. También es preocupante la crisis de valores de la sociedad en general, particularmente la falta
de suficiente valoración de la formación, o la ausencia de rigor en el planteamiento del emprendimiento real, del trabajo
productivo y de la inversión y el consumo equilibrados y responsables.
La situación ha sido de una constante improvisación y con palpable falta de visión estratégica anticipativa, con actuaciones reactivas, no proactivas… No hubo un hilo conductor, un plan en constante actualización basado en las expectativas
de un entorno muy dinámico. Todo ello repercutió en una total y absoluta falta de credibilidad e incertidumbres ante la
evidencia de que nuestra economía está dirigida desde el exterior por nuestros más relevantes acreedores. En fin, ausencia
de dirección estratégica a pesar del “Manifiesto de los 100”, de la reflexión de expertos divulgada a través del documento
de “SOS a la Corona” y de las opiniones de analistas de todos los ámbitos.
Las medidas adoptadas han comenzado con el fondo de rescate de entidades financieras, la creación del FROB y una
nueva normativa sobre los órganos rectores de las cajas. Son las medidas que han inmovilizado más recursos. Se continuó
con la eliminación de la deducción indiscriminada de 400 euros en el IRPF, la eliminación también indiscriminada del cheque bebé, la reducción generalizada de los sueldos de los funcionarios, la congelación de pensiones y la reducción de estímulos para la compra de vivienda. El incremento del IVA, del Impuesto sobre Rendimientos del Capital Mobiliario y del
IRPF se complementó con la subida de los impuestos especiales, la tímida reforma fiscal sobre las “sicavs” y un trato muy
tolerante con la afloración de cuentas en Suiza, así como la reducción drástica de inversiones públicas después del “Plan
E”, la hipotética privatización de Aena en un 49% (y concesiones de los de Madrid y Barcelona) y la privatización de las
Apuestas y Loterías del Estado en un 30%. En cuanto al Impuesto de Sociedades, llegó una tímida reducción al 25% para
empresas con beneficios hasta 300.000 euros. La eliminación de los 426 euros a los parados que agotan el desempleo, y
la subvención de 400 euros durante un máximo de seis meses, para los que realicen cursos de formación, tampoco ha repercutido en la reducción del paro.
La reducción del plazo para la creación empresas a 24 horas, el incremento de orientadores de empleo e impulso de
agencias privadas de colocación fueron medidas descoordinadas que evidenciaron el fracaso de los estímulos para facilitar
el empleo y el emprendimiento. Las medidas del Acuerdo Social y Económico para el Crecimiento, el Empleo y la Garantía
de las Pensiones y las nuevas reformas estructurales del sistema financiero (exigiendo la adopción para antes de septiembre
de unos ratios de capital básico superiores a lo previsto en Basilea III para 2019, con especial repercusión en las cajas de
ahorros), fueron iniciativas para el ajuste de la edad de jubilación, por un lado, y un aparente golpe de tuerca al sistema financiero, para reducir la falta de credibilidad en nuestro país, por otro.
Las últimas medidas antes del verano 2011 trataron de promover el consenso entre sindicatos y patronal para facilitar
la reducción de la economía sumergida e introducir nuevos planteamientos en la negociación colectiva, pero sin resultados
sobre el crecimiento de la actividad. Las medidas de setiembre de 2011 reincidieron en la improvisación con una especial
precipitación “para no caer en el abismo”. Por un lado, la reforma de la Constitución (Artículo 135) respecto al equilibrio
presupuestario, adecuando el déficit y la deuda a los límites de la Unión Monetaria, y remitiendo a una próxima Ley Orgánica que fijará un déficit presupuestario estructural anual del conjunto de las Administraciones públicas del 0,4% del PIB
en el 2020, que ya condiciona las emisiones actuales de deuda pública. Esto se hizo, como todos sabemos, por necesidad
y urgencia ante la situación y expectativas sobre la credibilidad de España. Por otro lado, tenemos las modificaciones de
la normativa sobre contratos temporales, en los que se suprime el límite de los dos años para el “encadenamiento de su-
56
Galicia en clave económica
cesivos contratos”, y de la normativa sobre el contrato en prácticas, que pueden realizarse hasta los 30 años. Resulta evidente que ambas medidas suponen un incremento de la precarización del empleo, especialmente en los más jóvenes, en
un contexto de fracaso de la reducción del paro juvenil.
Todas las medidas han favorecido la contracción del consumo y, en consecuencia, se estableció un creciente “circulo
vicioso infernal” lleno de incertidumbres, que crea la sensación de que todo es inútil si no se recupera pronto la actividad
económica y cierto nivel de empleo. En fin, sobre este escenario continuaron las malas expectativas para el desarrollo empresarial y, consecuentemente, para la mejora del mercado laboral.
El papel del Gobierno
No cabe duda de que el Gobierno acometió varias iniciativas con celeridad: medidas de estabilidad presupuestaria en todas
las Administraciones, complementadas con ayudas para el pago a proveedores y una moratoria de diez años para la devolución de los anticipos indebidos. Entre otros planteamientos, también llegaron las limitaciones de déficit para los presupuestos de las comunidades autónomas y los municipios, con el consenso del marco regulatorio para las medidas
complementarias para reducir el déficit. Pero aún no se han tomado medidas claras de replanteamiento y racionalización
del sistema territorial e institucional.
Con un PIB menor que al comienzo de la crisis, la expectativa para 2014 es de un decrecimiento entre el 0,5 y el 1%. El
paro se sitúa en un 26%, con una expectativa de estabilidad en ese desequilibrio y con una tímida tendencia a una ligera
reducción. Algunas previsiones anteriores planteaban la creación de aproximadamente dos millones de empleos hasta el
2020. ¿Tendremos más de cuatro millones de parados en ese año? El déficit público en el 2004 no llegaba al límite establecido por la UE del 3% del PIB y alcanzamos el 11% en el 2009, que se redujo al 9% en 2010 y volvió a un 9,4% en 2011;
todo ello, frente al compromiso del 6%. El objetivo para 2014 es el 5,6%, después de sucesivas ampliaciones de los plazos
por parte de la UE.
La deuda pública pasó de un 35% del PIB hace menos de siete años a más del 90% en la actualidad, con una previsión
de prácticamente el 100% del PIB en el 2014. Una buena parte está financiada en el mercado exterior. La refinanciación
de la deuda no amortizada y la financiación de la nueva supuso un tipo de interés creciente como consecuencia de una
prima de riesgo que llegó a cerca de 650 puntos, aunque en la actualidad, gracias a las medidas del Banco Central Europeo
y la mejora de la credibilidad de España, se ha estabilizado entre los 230 y los 240 puntos. Se prevé que la deuda vuelva al
60% PIB en el 2020. La deuda privada supera el 200% del PIB y su financiación y refinanciación también depende del mercado externo, especialmente del “pulmón” del BCE a las entidades financieras españolas. Y todo ello, con un tipo de interés
del 1% que no repercute en poder “descongelar” la financiación de las entidades a empresas y familias.
El sistema financiero se fue reestructurando muy lentamente hasta llegar a “otra reforma contrarreloj” que supuso el
rescate por parte de la UE, con la nacionalización Bankia, Catalunya Caixa, Banco de Valencia, Novagalicia Banco... Se ha
utilizado un préstamo de 42.000 millones de euros de la UE que supone el control de la “troika” (Banco Central Europeo,
Unión Europea y Fondo Monetario Internacional) hasta finalizar su devolución en 15 años. Además, toda la sociedad, a
través del Estado, hemos realizado préstamos que, con lo anterior, superan los 60.000 millones de euros, y hemos avalado
prácticamente por un importe de 100.000 millones de euros. Un total de 160.000 millones de euros que están condicionados por el sistema financiero. Toda esta situación, con absoluta indisponibilidad de créditos, intensifica la debilidad del
sistema productivo, que no consigue compensar con nuevos modelos el vacío que dejó la construcción inmobiliaria.
Hemos estado y aún permanecemos en un círculo vicioso cada vez más dramático: incremento de déficit público, de
deuda pública, de necesidades de financiación pública, incremento de los intereses exigidos y, por tanto, de los gastos financieros. Todo ello ha llevado a una reducción de los gastos públicos corrientes y de la inversión, y al incremento de los
ingresos vía impuestos, tasas y precios públicos. La falta de liquidez en el sistema conlleva una reducción de la demanda,
de la inversión y del empleo, lo que a su vez origina un incremento del subsidio al desempleo y demás gastos asociados
que, junto con el ya citado incremento del “servicio” de la deuda pública, el “coste” de las pensiones no contributivas y de
las contributivas, hace muy difícil una reducción sensible del déficit público.
Como los impuestos son aproximadamente un tercio del PIB, una caída de un punto del PIB reduce la recaudación sensiblemente. Además, la caída del PIB tiene efectos también en el gasto social, como el subsidio al desempleo y demás
ayudas. Según los expertos, un ajuste de 10.000 millones de euros supone en realidad una reducción del déficit de solo
6.000 millones, al descontar las repercusiones negativas en la recaudación de impuestos y en el propio gasto.
Galicia en clave económica
57
¿hay soluciones?
Aún hay mucho que “tocar” a nivel interno. Pongamos como ejemplo algunas ideas que ya resultan reiterativas: despedir
a todos los “nombrados a dedo” para puestos públicos innecesarios; reconsiderar y reducir el número de parlamentarios
de las autonomías y del Parlamento del Estado, eliminar o redefinir las funciones del Senado y de las diputaciones y reducir
en un 60% los ayuntamientos, con sus correspondientes alcaldes y concejales. Otras opciones pasan por cerrar las televisiones y emisoras de radio públicas que no se autofinancien y todas las empresas y demás “chiringuitos públicos” que no
reporten beneficios o utilidad demostrada; reconducir y ajustar sensiblemente la financiación de los partidos políticos,
sindicatos y CEOE; eliminar las subvenciones que no sean totalmente indispensables y perseguir con mucho más rigor la
corrupción.
En este apartado también se encuentra la eliminación de los tribunales de cuentas, defensores del pueblo, tribunales
superiores de justicia, consejos sociales… También se debe abordar la conveniencia de la eliminación de los gastos de coches oficiales y tarjetas de crédito relacionados con todo lo anterior, así como todas las deducciones fiscales y compatibilidades con otras retribuciones, a los políticos y altos cargos. Entre las soluciones propuestas destacan dedicar a fines
útiles la mitad de los aeropuertos, edificios e instalaciones mastodónticas de cultura, deportes y asimilados, incluso cerrar
algunas universidades, y “meter en cintura” de verdad a los clubes y deportistas de élite que tienen impuestos superreducidos y arrastran unas deudas enormes con Hacienda y la Seguridad Social.
En todo caso, es indispensable perseguir de verdad la economía sumergida y el fraude fiscal, con especial atención a
las grandes rentas personales y empresariales y, por otra parte, habría que exigir a las entidades financieras un funcionamiento mucho más transparente que el actual, con la devolución de todos los sueldos, bonus y planes de pensiones inadecuados. La sociedad apoyaría la intervención rigurosa de los tribunales en todos los casos de corrupción y en los asuntos
con dolo o negligencia que propiciaron la economía virtual y especulativa sin creación de ningún valor, poniendo a la propia
sociedad contra las cuerdas.
Eso, además de ejemplarizante, sí que sería eficiencia y reducción del déficit: se podrían alcanzar de forma creciente
entre unos 30.000 y 90.000 millones de euros al año, que suponen desde casi un 3% del PIB hasta cerca del 9%. Es decir,
superávit en lugar de déficit, reducción de la deuda pública muy por debajo del límite, reducción de los intereses y de la financiación de ese endeudamiento, disponibilidad de inversiones productivas y estímulos a los emprendedores y trabajadores de verdad, creación de empleo, incremento de la demanda interna y de la posición competitiva para exportar... Todo
ello, sin abandonar los necesarios ajustes prudentes para volver a una cultura de consumo e inversión responsables y mantener unos servicios acordes con lo que realmente podemos permitirnos.
Además, es indispensable el replanteamiento responsable de una verdadera gobernanza de la UE, con la pretensión
de acometer la totalidad de los planteamientos necesarios para una verdadera unión monetaria a un ritmo adecuado,
cambios estructurales que no se hicieron cuando se creó el euro, pero que con la simultaneidad de las crisis y su persistencia
en el tiempo producen una creciente debilidad de nuestra moneda y una pérdida de competitividad de la UE en el mercado
global.
Sería necesario un gran pacto transformando el BCE, que tiene que servir para mucho más que solo contener la inflación: tiene que ser posible la emisión de eurobonos que abaraten el coste de la deuda para todos los países miembros,
con todas las cautelas y controles necesarios, pero que permita sobrevivir a una Unión Monetaria real con una posición
competitiva clara. En tanto se pudiese llegar a ese planteamiento, tiene que ser factible una actuación más directa del
BCE y del mecanismo de estabilidad en el apoyo del sistema financiero europeo.
La UE tiene que ser la unión de los ciudadanos, de los pueblos, de los países… La unión para poder crecer y sobrevivir
en un mercado global muy complejo y competitivo. Desde luego, la actual desunión, con sucesivas depresiones y recesiones, transforma a la UE en una “pieza muy fácil” para ser sometida por unos “poderes fácticos” que son insaciables.
desarrollo de competencias relacionadas con la innovación (creatividad, estrategia, trabajo en equipo) y la internacionalización (idiomas, estudios de mercado). Galicia debe potenciar la formación profesional reglada, logrando adecuar constantemente la oferta de profesionales, técnicos cualificados y especialistas, a las necesidades de las empresas. Es necesario
un impulso generalizado de la innovación como estrategia competitiva, incrementando la inversión privada en I+D+I y
proporcionar mayor apoyo por parte de las administraciones y entidades financieras a los proyectos de innovación.
También debemos mirar hacia una mejora de la cultura de dirección estratégica, calidad total y modernización de las
estructuras organizativas, así como el desarrollo de estrategias de diferenciación y segmentación de mercados, especialmente basadas en la innovación e internacionalización del sistema empresarial, potenciando los acuerdos de cooperación.
A su vez, fomentar del desarrollo de servicios específicos de apoyo a la internacionalización de las empresas, de forma
que se acelere la apertura del sistema a los mercados exteriores, se desarrollen ofertas conjuntas de productos y servicios
complementarios, y se promocione la imagen de Galicia para una mayor presencia de las empresas en el ámbito exterior
y para la captación de inversiones productivas.
Es necesario un fuerte impulso a la diversificación del sistema productivo de Galicia para acelerar la configuración de
una estructura equilibrada, alejándose del riesgo de excesiva concentración en pocas cadenas de actividades empresariales.
Para ello es preciso avanzar más intensamente en la detección de nichos de actividades no cubiertas y que son demandadas
por el mercado global, con especial atención al aprovechamiento de los recursos endógenos de mayor potencialidad y el
desarrollo de productos y servicios de elevado valor añadido, sin abandonar la viabilidad sostenible de las actuales cadenas
empresariales de mayor presencia.
A título de ejemplo, se enumeran a continuación algunas de esas actividades, cuyo desarrollo permitiría aprovechar la
actual situación para hacer cambios de favorable repercusión en la viabilidad futura de nuestro sistema empresarial:
1.- Incremento del desarrollo de productos de cuarta y quinta gama en la industria agroalimentaria, así como productos
funcionales y ecológicos. Complementariamente, es preciso reflexionar sobre el retorno de mano de obra al rural
gallego. Sería una forma de reducir la presión del paro en zonas urbanas y la costa y, al mismo tiempo, de intentar
la recuperación de buena parte de tierras y edificaciones del interior de Galicia, con posibles repercusiones en la
producción agroganadera y silvícola de calidad, y en el turismo.
2.- Potenciar y consolidar una industria de bienes de equipo, maquinaria e instalaciones altamente especializadas y
competitivas, que sirva de apoyo transversal a las empresas del sistema actual y reduzca la tradicional dependencia
exterior que condiciona la competitividad del sistema.
3.- Desarrollo de la electrónica y automatismos y otros componentes, así como sistemas de valor añadido para la automoción, el naval y otras actividades de síntesis y de metal-mecánica.
4.- Fabricación integrada de equipos para la producción de energías renovables (eólica, fotovoltaica, maremotriz) y
desarrollo de software en las nuevas tecnologías aplicables al comercio, turismo, logística, transporte y otros servicios.
5.- Desarrollo de ingenierías y oficinas técnicas de diseño básico y consultorías y asesorías de alto valor añadido, así
como otros servicios intangibles de apoyo a la actividad empresarial basados en la intensificación del capital intelectual.
6.- Desarrollo de nuevos materiales y componentes para la construcción civil avanzada, de aplicación en obras públicas,
edificación especializada y rehabilitación, así como de la carpintería y mobiliario de alto diseño y sistemas constructivos integrados a partir de la madera.
Galicia frente a la crisis
La clave está en el desarrollo del capital humano, con especial atención a la demografía, a la innovación y modernización
del sistema productivo y la internacionalización de las empresas. Hay que activar medidas para el desarrollo demográfico
y la reducción del envejecimiento poblacional. También debe haber una apuesta decidida por una mayor formación de
los cuadros y mandos intermedios de las empresas, adaptando las titulaciones universitarias, los posgrados y la formación
continua a las necesidades de las diversas cadenas de actividades empresariales. Cabe una mayor y especial atención al
58
Galicia en clave económica
7.- Impulso de la industria de complementos, dentro del textil-confección-moda, y potenciación de la industria auxiliar
y de servicios para el audiovisual.
8.- Desarrollo de actividades de tratamiento de residuos especiales y otros servicios de medioambiente de alto valor
añadido. Y fomento del turismo de calidad y turismo de salud, así como la potenciación de la hostelería y restauración innovadoras y el impulso de las actividades culturales y de ocio asociadas al turismo.
Galicia en clave económica
59
En fin, se trataría de potenciar el desarrollo de las actividades de valor añadido y alta especialización relacionadas con
los servicios vinculados con la asistencia a nuevos emprendimientos, con la formación, con la salud y los servicios sociales,
así como con las artes plásticas y escénicas, el ocio y el deporte.
Atención aparte merece la optimización y mejora de los condicionantes de infraestructuras y equipamientos para el
desarrollo del sistema empresarial. Por ejemplo, la cooperación institucional para una acción coordinada de todas las administraciones públicas, generando un liderazgo compartido y leal, para incrementar la imagen e influencia de Galicia en
los centros de decisión a nivel estatal e internacional.
Es necesario un impulso decidido en los procesos de creación de suelo empresarial, con accesibilidad adecuada y precios
competitivos, así como modernos servicios, especialmente en lo relativo a telecomunicaciones y tratamiento de residuos,
entre otros. La potenciación de centros de logística y transporte, favoreciendo la intermodalidad, es imprescindible, así
como la mejora y modernización de la gestión de infraestructuras portuarias, que optimice la utilización de las mismas
para el comercio exterior y el turismo.
Debemos abordar una apuesta decidida de las infraestructuras y equipamientos ferroviarios para viajeros, con el cumplimiento de los plazos del AVE con la Meseta y el Eje Atlántico. Especial atención merece la adecuación de las infraestructuras ferroviarias para el crecimiento del transporte de mercancías, intentando reducir la sobresaturación de camiones
en las carreteras, colaborar en la conservación medioambiental y propiciar una reducción de costes de logística y de transporte.
También es clave la mejora de las infraestructuras, equipamientos y gestión de los aeropuertos de Galicia, Santiago,
Vigo y A Coruña, para su optimización y complementariedad, basadas en un tratamiento sinérgico de total coordinación
del sistema aeroportuario de la comunidad. Otro ámbito de actuación es la mejora de la gestión de los recursos energéticos
e hídricos, que garantice el abastecimiento futuro a la población y a las empresas, y a su vez cumpla con el desarrollo sostenible. Otro eje es la aceleración de la ordenación territorial y el urbanismo para mejorar los espacios para vivir y producir,
fomentando sensiblemente la movilidad interior y la accesibilidad, y favoreciendo un mayor equilibrio territorial para optimizar los recursos endógenos de Galicia. Y, dentro de este ámbito, especial atención merece la coordinación de los planes
generales de los municipios de Galicia, con una localización adecuada de los parques empresariales y de los sistemas de
logística y transporte.
Los sectores público y privado ante la crisis
Ponentes:
Antonio izquierdo Escribano
Catedrático de Socioloxía en la Universidade da Coruña
Xaquín álvarez Corbacho
Catedrático de Economía Aplicada en la Universidade da Coruña
jorge González Gurriarán
Catedrático de Organización de Empresas en la Universidade de Vigo
Fecha: noviembre de 2014
Lugar de celebración: Lugo
60
Galicia en clave económica
©Xurxo Lobato
o mercado laboral galego: crise económica
e declive demográfico
Alberto Meixide
5
La encrucijada del desempleo
Alberto Meixide
Manuel Lago
Federico Martín Palmero
A
crise económica iniciada no ano 2008 tivo un impacto moi forte no mercado laboral, tanto en Galicia como no conxunto do Estado. A intensidade e duración da mesma, non só provocou unha intensa destrución de emprego e unha
forte subida do paro, senón que afectou a outros ámbitos do mercado de traballo. Non é o noso obxectivo abordar a
análise de todas estas implicacións na nosa exposición; centrarémonos naqueles aspectos que diferenciaron a evolución
do mercado laboral galego en relación coa do conxunto do Estado, facendo especial fincapé na relación particular que
existe na nosa comunidade autónoma entre a dinámica demográfica e a do mercado de traballo.
A evolución do paro sintetiza perfectamente a intensidade da crise iniciada no ano 2008. Nese ano a taxa de desemprego
en Galicia era do 8,5%, mentres que no 2013 acadaba o 22%. Dito doutro xeito, pasouse de 112.000 parados a 284.000, de
maneira que se incrementou o desemprego nun 150%. En España o aumento do paro foi un pouco menor, pero sufriu tamén
unha forte subida neste período (120%) ata acadar unha taxa de 26,1%. Polo tanto, a economía galega tiña no 2013 unha
taxa de desemprego 4 puntos inferior á media estatal, diferencial que se mantén con algunhas flutuacións ao longo dos
últimos anos. Lonxe de representar unha maior capacidade de xeración de emprego, este diferencial expresa en boa medida
a gravidade do declive demográfico que sofre Galicia. Así, no ano 2013 a nosa taxa de actividade era case 6 puntos inferior á
media española e a taxa de emprego 2 puntos, diferenza que reflicte ademais o menor dinamismo do noso mercado laboral.
Se analizamos o que aconteceu nos grandes sectores económicos, aínda que se aprecian algunhas diferenzas, en liñas
xerais a crise afectou dun xeito similar a ámbalas dúas economías, o que pon de manifesto a progresiva homoxeneización
das súas estruturas produtivas. Neste sentido, o impacto sectorial da crise presenta menos especificidades en Galicia que
noutras anteriores (a crise dos anos setenta ou a de comezos dos noventa), cando as disparidades sectoriais (especialmente as relativas ao sector primario) eran moito máis acusadas.
Como é ben sabido, entre os sectores máis castigados, o da construción foi o que tivo un axuste máis intenso. En España
destruíuse máis da metade do emprego, e, en Galicia, exactamente a metade do mesmo. Tamén destruíu esta crise preto
do 30% do emprego industrial, nun volume semellante tanto en España como en Galicia. Este é un dato especialmente preocupante que veu acompañado polo peche dun elevado número de empresas, incluíndo algunhas firmas emblemáticas da
nosa economía. Tamén no sector primario houbo un axuste forte, cun 25% de caída do emprego, fronte ao 10% de España.
Finalmente, é preciso destacar que o sector servizos é o que menos sofre en termos relativos nesta crise dende o punto de
vista do emprego. En todo caso, o forte peso do mesmo no emprego total (o sector servizos absorbía no 2013 o 70% da ocupación total en Galicia) implica que a perda de postos de traballo en termos absolutos foi moi elevada.
Na análise por sexos, o reparto da destrución de emprego é case igual en España que en Galicia, cun descenso moito
máis forte no caso dos homes fronte ás mulleres, que vén explicado en boa medida porque o caída máis intensa da ocupación se xerou no sector da construción cun emprego maioritariamente masculino, así como en ramas industriais cun
peso dos homes moi superior ao das mulleres.
Axuste no sector público
Hai, con todo, un dato diferencial importante entre Galicia e o resto de España. O axuste do sector público en Galicia en
termos de emprego duplicou nestes anos a media española. A caída do emprego público en España foi do 5,3% mentres
que en Galicia foi do 11,4%. O axuste vén da man das administracións públicas en xeral, pero ten especial relevancia no
eido da sanidade e da educación. Estas diferenzas non se produciron no sector privado.
Mais alá do comportamento das taxas de paro agregado que xa comentamos, as distintas dimensións do mesmo requiren dun breve comentario. Por unha banda, as fortes diferenzas existentes entre as taxas de paro dos homes e das mulleres que perduraron até principios da década dos 2000 diminuíron sensiblemente nos anos da crise debido en boa medida
ao proceso moito mais intenso de destrución de emprego masculino xa comentado.
Galicia en clave económica
65
Por outra banda, a evolución do desemprego afectou con forza a todos os tramos de idade, pero temos que salientar o
acontecido nos extremos da distribución. No ano 2008 a taxa de desemprego xuvenil en Galicia era do 21%, acadando no
2013 un 49,9% (en España pasouse do 24% ao 55%). Esta taxa de paro xuvenil sitúanos na cabeza da UE xunto con Grecia,
con moi graves consecuencias en termos económicos e sociais que son ben coñecidas. Noutro extremo, o colectivo de desempregados de máis de 55 anos en Galicia, que no 2008 só representaba o 1,4% do total, acadou o 16% en 2013. En España,
aínda que non con tanta intensidade, aconteceu algo semellante e, en xeral, esta tendencia vese reforzada a partir da Reforma
laboral de 2012. Este importante crecemento do desemprego aínda é mais intenso cando ampliamos o tramo ata os maiores
de 45 anos. Xa que as posibilidades de reincorporación ao mercado laboral se reducen sensiblemente nos tramos de idade
avanzada, o forte crecemento do desemprego destes traballadores suxire que nos próximos anos un colectivo importante
de desempregados pode sufrir un problema de discriminación e de exclusión do mercado laboral por razóns de idade.
Paro de longa duración
Outra das consecuencias que está a ter a crise económica é o agravamento do fenómeno do paro de longa duración. As
cifras son claras: no inicio da crise tiñamos 13.000 traballadores que levaban entre un e dous anos buscando emprego, e
no 2013 pasamos a 60.000. E tíñamos 12.000 traballadores que levaban máis de dous anos buscando un emprego, e no
2013 a cifra xa estaba en 97.000. Polo tanto, o paro de longa duración incrementouse a uns ritmos fortísimos. Obviamente,
non é un fenómeno exclusivo de Galicia, xa que acontece igual no conxunto do Estado e, a través do efecto desánimo que
provoca así como da depreciación do capital humano destes traballadores, pode dar pé a un fenómeno de paro crónico
para un colectivo con dificultades crecentes de reemprego.
Neste contexto, a fractura social que provoca o esgotamento da cobertura por desemprego está comezando a medrar
de xeito importante. Cae, loxicamente, o gasto do Estado neste apartado, que mesmo podería inducir a unha lectura positiva a quen interese, pero o certo é que un colectivo maior e de máis idade está esgotando as prestacións e subsidios por
desemprego. Na mesma liña, o número de fogares que teñen todos os seus membros en paro está crecendo de forma exponencial nos últimos anos. Mentres que no 2009, en Galicia, o número de fogares onde non traballaba ningún membro
era de 45.000, no 2013 xa é de 90.000
Paro e declive demográfico
Finalmente, quixera facer referencia á influencia que a dinámica demográfica está tendo no comportamento do mercado
laboral galego. E a mellor forma de ilustralo e poñer o exemplo desta provincia. No ano 2013, Lugo sitúase entre o grupo
das seis provincias españolas cunha menor taxa de paro. Comparte esa posición con Baleares, dúas provincias do País
Vasco e dúas de Cataluña. Estas cinco provincias sitúanse no segmento das que gozan dunha maior renda per cápita e
teñen niveles de actividade económica relativamente elevados. Este non é o caso, obviamente, da provincia de Lugo. O
feito de “gozar” dunha das taxas de paro máis baixas de España non ten que ver cun maior dinamismo económico senón
cunha demografía moi adversa que incorpora cada ano a un número reducido de persoas ao mercado laboral. Ademais,
no proceso de destrución de emprego, un número importante de traballadores de idade avanzada abandonan o mercado
de traballo vía xubilacións, o que non repercute na taxa de paro. Polo tanto, a presión que sobre esta taxa exercen tanto a
incorporación dos novos ao mercado laboral como a perda de postos de traballo, é moito menor que noutras zonas de
Galicia ou de España. E isto acontece tamén cando analizamos a evolución do desemprego nos municipios galegos. En
liñas xerais observamos maiores taxas de paro nos municipios da franxa litoral do Atlántico que presentan un maior tecido
industrial e un maior dinamismo demográfico, en comparación coas dúas provincias do interior. Polo tanto, na comparación do desemprego entre Galicia e España (ou entre os municipios galegos) non deberiamos interpretar soamente as diferenzas observadas en clave económica, senón tamén en clave demográfica. De non facelo así estariamos obviando un
dos problemas estruturais máis graves aos que se enfronta a sociedade galega.
Finalmente, a crise actual está contribuíndo ao agravamento do declive demográfico, na medida en que as escasas
expectativas de emprego propician a saída de traballadores, sobre todo dos máis novos, como amosa o saldo migratorio,
claramente negativo, repartíndose os fluxos migratorios entre o estranxeiro e o resto do Estado a partes iguais. As consecuencias destes fluxos de man de obra, cunha proporción elevada de traballadores cualificados é un motivo de forte preocupación que está a suscitar intensos debates sobre as perspectivas dun mercado laboral que está perdendo unha parte
importante do seus activos máis e mellor educados.
66
Galicia en clave económica
La falacia de la rigidez y la flexibilidad laboral
Manuel Lago
P
ara abordar el problema del desempleo, lo primero que tenemos que hacer es reconocer los datos objetivos y asumir
el problema. España es, sencillamente, el país que tiene el peor dato de empleo y de desempleo de todo el mundo.
No hay ningún otro país desarrollado que tenga un problema como el español, con seis millones de parados y una tasa del
26%, algo que es claramente incompatible con una vida en democracia y con una estructura social sólida. Estas tasas de
paro sólo las ha sufrido la sociedad europea en los períodos de preguerra. La Alemania nazi, por ejemplo, nació con una
tasa de paro que estaba por debajo del 26%.
A pesar de los datos económicos y a pesar de las opiniones de los economistas, ni los Gobiernos, ni la patronal, ni
Angela Merkel, quieren reconocer el problema. Atribuyen la terrible situación al gasto público o a los desequilibrios externos. España, sin embargo, debe reconocerlo y enfrentarse con él directamente, para poder cambiar la orientación de la
política económica, continuar hacia adelante como pueblo y dar prosperidad a las generaciones futuras.
Tenemos seis millones de parados porque en los últimos años se han destruido cuatro millones de empleos. Algunas
voces dicen que no hay seis millones de parados, que es una cifra falsa, porque con esa cifra, según afirman, estaríamos
en una situación distinta. Pero lo cierto es que hay cuatro millones de parados más que al principio de la crisis. Y una parte
mayoritaria de los que analizan los porqués de esta situación en España, que experimenta un nivel de caída en la actividad
similar al que tuvieron Alemania o Francia, sostienen que esta tragedia está relacionada con la rigidez del mercado de trabajo y con que las empresas no pueden contratar porque hay una dificultad para la flexibilización interna en las relaciones
laborales.
Esa lectura ideológica acerca de los problemas del empleo, que tiene que ver con el funcionamiento del mercado de
trabajo en sí mismo, ha provocado que desde el año 1984 se hayan introducido cambios basados en la precariedad. Ya se
han producido desde entonces 52 reformas laborales, de ellas cuatro de gran calado y las otras complementarias, de tal
manera que no hay ningún otro sector de la economía española que se haya reformado más que el mercado laboral, una
y otra vez, siempre en una línea de la flexibilidad, que muchos llamamos precariedad.
Tenemos en España, sin duda, un problema de especialización productiva. De los cuatro millones de empleos que han
desaparecido, dos millones se han perdido en la construcción. Y a quienes teorizan a favor de la flexibilidad y de bajar los
salarios de los trabajadores les pregunto si los dos millones y medio de empleos de la construcción se hubiesen salvado
bajando los salarios de los trabajadores. Pues no, porque es un problema de especialización productiva.
Exceso de flexibilidad
Muy al contrario, el exceso de flexibilidad laboral en España no forma parte de la solución sino del problema. Prueba de
ello, es que el número de contratos de trabajo registrados en España en los últimos diez años en las oficinas públicas del
SEPE, el antiguo INEM, fue de 172,2 millones, en un país en el que trabajamos 16 millones de asalariados, de los que tienen
contratos temporales tres o cuatro millones de personas. De modo que el que defienda que tenemos un problema de flexibilidad laboral para poder llegar a más contratos anuales, tendría que explicar esa cifra tan abultada, que no se corresponde con un país con rigidez laboral.
Además, en el SEPE se registran durante todo el año alrededor de nueve millones de altas y de bajas, con casos muy
relevantes como los que se producen en el Sergas, con trabajadores que trabajan sólo los fines de semana y se dan de alta
y de baja dos veces por semana, acumulando así entorno a unos 120 contratos al año. Este es un flujo de contratación que,
por sí mismo, destruye por completo la falsa idea de la falta de flexibilidad en el mercado de trabajo español.
Me gustaría detenerme en otro dato, este más difícil de entender. Cada mes se dan de alta aproximadamente 1,5 millones de trabajadores y se dan de baja 1,47 millones. De modo que, según las estadísticas oficiales, el primer lunes de un
Galicia en clave económica
67
mes cualquiera las empresas y los autónomos dieron de alta a 278.000 personas, y ese mismo día dieron de baja a 176.000.
Este es el mercado de trabajo que tenemos en España, algo absurdo, irracional y sobre el que es muy difícil sustentar una
estructura económica sólida.
En España están registradas, por otro lado, cerca de 3,1 millones de empresas. Y siendo un país donde están inscritos
cerca de 16 millones de trabajadores, no parece que ambas cifras sean conciliables. El 92% de esas empresas no tienen
ningún trabajador o como mucho hasta cinco trabajadores. Y sólo el 0,3% tiene más de 100 asalariados. Este es, en gran
parte el problema, con una estructura empresarial basada en la microempresas, instaladas en sectores con bajo valor añadido y poco competitivos, que lastran un país que tiene pocas empresas capaces de generar valor añadido o innovación.
El golpe a la demanda interna
El flujo de nacimiento y muerte de empresas en España indica que se han constituido, en la mayoría de los casos por autónomos, 332.000 empresas en un año, pero que se han cerrado casi 400.000. Desde 2008 hasta la actualidad, es decir,
en plena crisis económica, se han inscrito 2 millones de empresas en España, pero han muerto 2,2 millones, bajando, por
lo tanto, el número total de empresas activas.
Ante esta tragedia, la única solución factible que se vislumbra es el crecimiento. Un crecimiento real, no el del que
habla el Gobierno, del 2% o el 3% anual para poder crear empleo. Una economía capitalista puede crecer de verdad sobre
la demanda interna, sobre el consumo de las familias y de las empresas, y sobre las inversiones de ambas.
Es necesario, por tanto, cambiar la política salarial, porque lo que está hundiendo la economía española no es sólo la
decisión de la austeridad a ultranza de las cuentas públicas, sino la reducción de los salarios de las personas y de las prestaciones sociales. Nueve de cada diez personas en España tienen sus ingresos vinculados al salario o a las prestaciones sociales. Sólo el 2% es rentista.
Así las cosas, sólo con un incremento salarial sostenido e importante a lo largo del tiempo, y sólo con un aumento de
las pensiones y su poder adquisitivo, es posible creer. Por el contrario, con esta política de austeridad es imposible. Lejos
de ayudarnos a salir, cavan más el pozo de la recesión económica. La forma de escapar de la crisis no es vivir peor, sino
vivir mejor, y eso marca un camino de esperanza.
La emigración invisible
Federico Martín Palmero
P
ara comenzar, intentaremos despejar cuál es el problema actual de la emigración gallega, las consecuencias que tiene
y lo que representa como resultado de una deficiencia estructural. Está estadísticamente demostrado que las mayores
oleadas de emigración gallega al resto de España no se producen en tiempos de crisis, sino al contrario, de modo que se
rompe el mito de que se emigra más en tiempos de crisis económica. Se emigra cuando justamente más se crece, ya que
se trata de una deficiencia estructural dentro de la estructura laboral del propio país, que expulsa la mano de obra hacia
otros lugares de trabajo. Y, sobre todo, la más preparada.
A partir de las hipótesis que manejamos vamos a tratar de explicar este fenómeno. La primera de las variables es la
edad. Cuanto más joven es una persona resulta mayor la posibilidad de que emigre, porque estima que alcanzará una diferencia salarial mucho mayor en otros lugares que en Galicia. También cuando acaba su largo período de formación tiene
más movilidad, por la ilusionante idea original de tener su primer trabajo en otros lugares, y los costes de traslado son menores, obviamente, porque no cuenta con familia en ese momento.
Lo que, en definitiva, quiere el futuro trabajador es recuperar cuanto antes esa inversión que ha hecho en su formación.
Respecto a la cuestión de la distancia espacial necesaria para encontrar o mantener un empleo, esta es, por sí misma, un
elemento que se mide de forma distinta a como se medía antes, porque se hace en tiempo, de modo que en la actualidad
no es tan determinante el kilometraje, sino el tiempo que lleva hacer el desplazamiento.
También empieza a influir en la salida del país hacia otros destinos, próximos o lejanos, la llamada percepción de la
tasa de nepotismo, que no quiere decir necesariamente que lo haya o no, pero sí que se percibe, al menos. La percepción
de que se entra en los sitios por “enchufe” hace que el demandante de empleo emigre buscando un mercado más amplio,
tratando de evitar esa percepción de que en un mercado más reducido, en el que está en ese momento, no va a encontrar
empleo.
El coste salarial de las comunidades autónomas es altamente variable en España. En Galicia, representa el 85% sobre
la base de la media española. Y la evolución anual nos dice que cada vez somos más baratos. Por encima de la media están
Madrid, Navarra, País Vasco y Cataluña, y el resto de comunidades autónomas está en la misma media española o por debajo. De aquí extraemos que si las remuneraciones están entre las más bajas de España, las pensiones también serán de
las más bajas del país. Así, en el 2008 las pensiones estaban en el 85% de la media española, y en la actualidad ese sitúan
en el 82%. Además, para ver de qué territorios determinados se van los trabajadores, es preciso saber también el porcentaje
de contratos indefinidos que hay sobre el total de la contratación. Como apunte al margen, a la hora de encontrar trabajo,
debemos decir que el INEM, ahora SEPE, sería mejor cerrarlo, porque prácticamente nadie encuentra trabajo a través de
sus servicios. Mientras que por familiares, amigos u otros contactos, o a través de anuncios de prensa, es más fácil la tarea
de localizar un empleo.
Economía terciarizada
Analicemos ahora otros aspectos. La estructura de la población activa también ha generado grandes cambios en los últimos años. En 2007, el 25% de la población activa de España estaba ocupada en el sector industrial, en tanto que un 11%
lo estaba en el sector de la construcción. Mientras tanto, Galicia tenía un 14,43% de la población activa en la industria,
ocupando uno de los puestos más bajo de toda la UE, y un 12,5% en la construcción, con un sector servicios que daba
empleo al 64% de la población activa. Si el sector servicios estuviese integrado por servicios avanzados, como tienen,
por ejemplo, Suecia o Luxemburgo, donde las economías están claramente terciarizadas, la situación en Galicia y en España sería distinta.
Desde 1995 al 2008 se perdieron 111.000 empleos en la agricultura, también en el sector de la energía se destruyeron en
torno a un millar, mientras que, por el contrario, en la industria aumentaron en 40.000 y en la construcción en cerca de 49.000
empleos. Mientras, en los servicios se crearon 298.000 puestos de trabajo, siendo, por tanto, el gran creador de empleo.
68
Galicia en clave económica
Galicia en clave económica
69
Dentro del sector servicios se crearon empleos en el subsector del comercio, con 56.000 empleos, otros 37.000 en hostelería y 11.000 en los transportes. En actividades financieras fueron 4.000, y en inmobiliarias, 53.000 puestos de trabajo,
que, como es obvio, han ido desapareciendo. En dicho período, en la administración pública, educación y sanidad fueron
30.000 puestos de trabajo; en servicios personales, otros 18.000 empleos, y en personal doméstico unos 35.000. Servicios
tradicionales ligados a la construcción, el turismo y empresas derivadas.
Cuando explicamos a nuestros alumnos en qué consiste la función de producción, decimos que se debe a las variables
de trabajo, capital y recursos naturales. Recursos naturales podría desglosarse, por ejemplo, a su vez, en energía y suelo
empresarial. Tenemos, hoy por hoy, mucho suelo empresarial que no cubren las empresas, que está libre en toda Galicia y
que en este momento prácticamente se regala. Hay más de 7,7 millones de metros cuadrados libres, es decir, la extensión
de 778 campos de fútbol. Son muchos metros cuadrados que nadie quiere, porque no hay empresas para ello. Sin ir muy
lejos, en el polígono de Morás, cerca de Arteixo, con 1,5 millones de metros cuadrados de superficie, no hay ni una empresa.
Las consecuencias
Entre las consecuencias de todo esto debemos señalar, en primer lugar, la llamada emigración invisible o la tercera emigración
de Galicia. La primera emigración gallega fue la transoceánica, muy estudiada ya, y producto de la miseria y de la crisis de la
agricultura. La segunda emigración fue en los años 60, hacia Europa, con componentes distintos. Como diferencia, no fue
mayoritariamente en barco como fue la primera. Lo hizo por carretera. Y los emigrantes ya tenían una cierta cualificación.
La tercera, por tanto, es la actual gran oleada de emigración. Pero no es hacia Europa, sino que es una movilidad interregional. Así, salieron de Galicia más de 315.000 personas y entraron 186.000 personas del resto de España. Si analizamos
estas últimas cifras y sus destinos, vemos que se fueron directamente hacia sectores productivos de servicios con escasa
cualificación, como empleados del hogar, hostelería y restauración.
Analicemos ahora el grupo de los que se van fuera de Galicia. En torno al 31% eran mujeres, y más de un 68% eran
hombres. Pero son todos muy jóvenes, con un 61% con menos de 29 años. Y si se sigue hacia el segmento de los trabajadores de 45 a 54 años, ya hay muy pocos que salgan fuera de Galicia. La mayoría se han ido a Madrid, a Canarias, a Castilla
y León y a Cataluña.
Por nivel de estudios, de las 315.000 personas que se han ido, el 10% tenía formación profesional; el 16%, estudios de
bachillerato, y 39.000 eran universitarios, lo que representa más de un 12% de la población que ha emigrado. Así, lo peor
de todo es perder el capital humano más formado. Cataluña, Madrid y País Vasco absorben prácticamente toda la mano
de obra mejor formada de los gallegos. El 60,86% son mujeres menores de 29 años.
De modo que, resumiendo, el colectivo emigrante es muy joven; segundo, el 60% de los que salen de Galicia es para
trabajos cualificados; tercero, las comunidades de destino tienen unos salarios medios más altos o tiene mejores indicadores de estabilidad laboral. En Galicia los salarios son muy inferiores a la media española y las condiciones de contratación
son más precarias que en otras comunidades autónomas capaces de atraer a estos licenciados universitarios.
mil millones de euros
Calculando lo que significa la mano de obra cualificada que se va al exterior, diremos que salieron 39.500 gallegos más, de
los cuales otros 9.000 eran licenciados. Evaluando que cada licenciado cuesta, de media, en formación en torno a 5.000
euros al año, por cinco años de duración media de la carrera, restando incluso otros gastos, son cerca de 25.000 euros al
año que cuesta formar a un licenciado. Multiplicados por 50.000 licenciados, en capital humano salen en torno a más de
1.000 millones de euros, que se han ido a trabajar a otras comunidades autónomas.
Esto es una auténtica fuga de cerebros. Pero me preocupa más el problema demográfico, porque la gente que se va,
no vuelve. Incluso está resentida con su comunidad. Estoy seguro de que a la mayoría de la gente le gustaría trabajar en
su tierra, como principio, y la gente que se tiene que ir acaba resintiéndose frente esa economía que la expulsa.
Finalmente, me gustaría aportar unas claves a modo de conclusiones. Existe un modelo de comportamiento de la emigración invisible, totalmente de manual como hemos visto, producto de una economía desarrollada pero no avanzada.
Hay unas políticas económicas que no fomentan el empleo de calidad y apuestan por los sectores tradicionales, con lo que
se produce el efecto de la expulsión de los más preparados. Se genera, además, un efecto indirecto y muy negativo, a
medio plazo, sobre la demografía de Galicia. Por lo tanto, existe una imperiosa necesidad de cambios estructurales a largo
plazo, puesto que con las políticas actuales el modelo es irreversible.
70
Galicia en clave económica
La encrucijada del desempleo
Ponentes:
Alberto meixide
Catedrático de Fundamentos de Análisis Económico de la Universidade
de Santiago
manuel Lago
Responsable del gabinete económico de Comisiones Obreras en Galicia
Federico martín Palmero
Doctor en Ciencias Económicas y profesor de en la Facultade de
Socioloxía da Universidade da Coruña
Fecha: diciembre de 2013
Lugar de celebración: Lugo
©Xurxo Lobato
Propostas para atallar un problema urxente
Justo Beramendi
Crisis demográfica, la crisis
silenciosa
6
Justo Beramendi
Carlos Ferrás Sexto
Xosé Gabriel Vázquez Fernández
A
nte todo quero manifestar o meu agradecemento porque se me invitase a este acto, malia non ser eu demógrafo,
senón historiador, ou mellor, un simple cidadán relativamente informado. O devalo demográfico, que afecta a toda
Europa pero moi especialmente a Galicia, é un dos problemas máis graves das nosas sociedades de cara ao futuro próximo,
pero a maioría da xente non o percibe así e amosa unha relativa indiferenza que dificulta aínda máis a súa solución. Consciente da necesidade de concienciar á cidadanía neste asunto, o Museo do Pobo Galego sumouse a outras iniciativas no
mesmo sentido organizando unha serie de foros nas principais cidades do país que esperemos sirvan para algo.
Non vou dar aquí unha manchea de datos, que son cousa dos expertos que me acompañan na mesa. Abóndame con
este: cunha taxa de natalidade de menos dun fillo por parella en idade de procrear, cando a de reprodución simple está en
2,1, e un saldo migratorio escasamente positivo antes da crise e agora negativo, Galicia leva tempo en crecementos vexetativo e real negativos e en niveis de avellentamento da proboación xa alarmantes, que en poucos anos serán simplemente
insostíbeis dende todos os puntos de vista. De seguir as cousas así, as consecuencias disto son obvias: non haberá activos
abondo para manter aos non activos (nenos e vellos); e as pensións (cada vez máis), a asistencia sanitaria (cada vez máis
cara) e en xeral os servizos sociais serán inviables. E a contracción inevitable da actividade económica desanimará aínda
máis a natalidade, nun círculo vicioso (no que xa estamos) que acelerará a dinámica negativa.
Como chegamos aquí? Até o século XIX os baixos niveis de produtividade e o illamento relativo das poboacións propios
das economías anteriores á industrialización fixeron que predominase en toda Europa o chamado réxime demográfico
antigo, caracterizado por taxas moi altas tanto de natalidade como de mortalidade xeral e de mortalidade infantil e unha
esperanza de vida baixa. En épocas de bonanza agraria, o saldo vexetativo era positivo, pero a poboación aumentaba a
máis ritmo que a produción de alimentos, co que antes ou despois chegábase á escaseza de alimentos. Chegados a este
desequilibrio, calquera mala colleita provocaba unha “hambruna” que, acompañada de andacios propiciados pola malnutrición, desembocaba nunha mortandade extraordinaria que restablecía o equilibrio poboación-produción. A modernización económica, o salto cualitativo nos medios de transporte por mar e terra e os avances médicos entre finais do século
XIX e principios do XX produciron o tránsito ao réxime demográfico moderno cunha mortalidade baixa, unha natalidade
en descenso pero aínda alta e unha esperanza de vida en ascenso continuo. O resultado foron crecementos vexetativos
considerables, mesmo en países con forte emigración.
Na segunda metade do século XX, sobre todo no último cuarto, ten lugar un segundo cambio que trae un novo réxime
ao que podemos chamar posmoderno: natalidade e mortalidade moi baixas, esperanza de vida moi alta e rápido envellecemento das poboacións. O crecemento vexetativo tende a cero ou a valores negativos, co que o crecemento real depende
case por completo do saldo migratorio.
Creo que a explicación deste segundo tránsito é multicausal e que a natureza dos cambios sociais e ideolóxicos que
implicou a modernización destruiu a dependencia case exclusiva que a demografía tiña respecto das estruturas e conxunturas económicas nas épocas históricas anteriores. Daquela, agás nos aristócratas, había unha correlación directa economía-demografía: con bonanza, máis fillos; coas fames (que adoitaban derivar en pestes antes ou despois), menos. Hoxe
parece darse o paradoxo de que, no longo prazo, a correlación está invertida, sen prexuizo da incidencia conxuntural das
crises: a máis desenvolvemento económico e calidade de vida, menor crecemento vexetativo. Intentemos ver por que.
Na miña opinión son varios os principais factores estruturais que conflúen na inhibición da natalidade:
• Un incremento enorme do “capital” inicial para a formación da familia e dos custos mínimos de mantemento dos
que se consideran estándares mínimos de calidade de vida esixibles para pais e fillos en todos os parámetros: vivenda,
equipamento doméstico, vestuario, coche, educación, ocio, etc. Particular importancia ten nisto o paso da vivenda
case exclusivamente en aluguer (nas cidades) á vivenda moi maioritariamente en propiedade que se dá en España
dende os anos sesenta promovido pola ditadura de Franco.
Galicia en clave económica
75
• Como corolario do anterior, un cambio drástico nas consecuencias económicas e vitais da procreación para a unidade
familiar. Os fillos pasaron de ser un investimento que contribuía á economía da familia dende moi cedo a convertérense nunha pesada hipoteca económica para a maior parte da vida.
• A incorporación masiva das mulleres ao mundo do traballo non se acompaña con cambios suficientemente rápidos
e completos na mentalidade dos empresarios, nas políticas públicas, nos equipamentos de apoio á crianza e nos
roles de xénero na vida doméstica. Este desfase converte a maternidade nun sacrificio heroico e nun atranco, moitas
veces insuperable, para que as mulleres poidan desenvolver normalmente a súa carreira profesional.
• A secularización das culturas dominantes fixo que para a maioría a sociedade a procreación deixase de ser unha obriga
relixiosa e un imperativo social.
Estes factores, en canto son estruturais, inhiben a natalidade tanto se o momento económico é bo como se é malo.
Por suposto á súa acción engádense, en momentos de crise, outros de tipo conxuntural que poden amplificar esa inhibición.
Concretamente podemos sinalar algúns que agora dificultan ou impiden formar unha familia e ter fillos na propia terra: o
paro xuvenil prolongado e o traballo precario e mal pago; a vivenda económicamente inaccesible para a gran maioría; e a
emigración dos mozos.
Como se pode reverter esta deriva? Sen ánimo de exercer de mago que quita da chistera a solución a un problema endiañadamente difícil de resolver, atrévome a suxerir algunhas medidas que, se cadra, axudarían a alivialo. Condición necesaria, aínda que non suficiente, é cambiar a actual modalidade de capitalismo para retornar a taxas de paro reducidas,
salarios suficientes, traballo estable e vivendas accesibles. En segundo lugar, incentivos económicos suficientes (e non de
broma como agora) á natalidade e penalización fiscal progresiva á non procreación por baixo de dous fillos ás persoas
aptas física e económicamente, por canto, podendo, non contribúen porque non queren á creación dos sostedores futuros
dun Estado asistencial do que elas se van beneficiar igualmente cando cesen a súa vida activa. En terceiro lugar, unha nova
normativa que disuada ás empresas de calquera práctica discriminatoria contra as mulleres en razón da súa maternidade
real ou potencial. En cuarto lugar, equipamentos e medidas que permitan conciliar o traballo coa maternidade/paternidade:
gardarías suficientes, flexibilidade de horarios, etc. En quinto lugar, campañas intensivas nos medios de comunicación
para avanzar máis rápido no cambio de valores dos homes no que atinxe á súa obriga de asumir por igual as cargas domésticas. E por último, accións de todo tipo para concienciar á poboación de que o inverno demográfico non é ningunha
broma e que, de non cambiar a tendencia, o futuro, non xa dos seus netos, senón dos seus fillos vai ser moi negro.
Algúns, que non queren recoñecer a gravidade deste problema, quítano do medio dicindo: “Cando sexa necesario, xa
virán os inmigrantes que se necesiten”. Deixando de lado que fialo todo a unha posibilidade que pode darse ou non (en
Galicia non se dá) non parece moi sensato ante algo de tanta importancia, cómpre advertir que unha inmigración proporcionalmente tan masiva como a que sería precisa provocará con total seguridade problemas adicionais non pequenos de
natureza política, social, cultural e nacional. E non temos máis que ollar a determinados países europeos para comprobalo.
A nova sociedade galega
Carlos Ferrás Sexto
A
miña intervención vai xirar arredor do que comporta a crise demográfica respecto dos cambios e transformacións
económicas, políticas, territorias, sociais e culturais coñecidas polo país nas últimas décadas. O seu contido reflicte
as conclusións que fun acadando a través da miña participación nos foros de debate e estudo no proxecto europeo
SYMBIOS, que está financiado polo Fondo Social Europeo da Unión Europea e a Xunta de Galicia.
Eu considero que en Galicia debemos traballar por crear e manter atractivas condicións de vida para a poboación como
única vía para afrontar solucións diante da escasa fecundidade, do avellentamento, da emigración dos mozos e do escaso
atractivo para atrer novos habitanes. Todo parece indicar que imos precisar servizos e produtos adaptados ás necesidades
das persoas maiores, o que pode ser unha oportunidade de novos empregos e actividades empresariais. Imos necesitar
innovacións en educación, formación permanente e mercado laboral. Requirimos aprender a vivir máis anos e a planificar
o noso futuro colectivo. Os galegos e galegas temos que desenvolver os servizos sociais e de saúde adaptados a unha sociedade cada vez máis urbana e máis concentrada en vilas, cabeceiras de bisbarra e espazos periurbanos; e tamén temos
que tomar conciencia por vivir de forma máis independente empregando as tecnoloxías.
En relación con esta afirmación teremos que afrontar a planificación social, económica, demográfica e de calquera
tipo asumindo que a crise demográfica en realidade reflicte un proceso de cambio e transformación. Galicia xa non obedece
a un patrón de sociedade rural, atrasada e agraria, pois a urbanización, o desenvolvemento económico e a desagrarización
foron dominantes nos últimos 30 anos e diante dos devanditos cambios e transformacións requírense innovacións en todos
os eidos. Propoño algunhas:
1. Concibir Galicia como un país urbano singular, que precisa unha ordenación e xerarquización dos seus miles de asentamentos históricos espallados na súa xeografía. Tomar conciencia de que non todas as aldeas, lugares, parroquias,
casais, pobos e entidades singulares e colectivas de poboación galegas poden ter futuro cando a agricultura de
subsistencia e das feiras e mercados locais xa non existe. Temos máis de 30.000 entidades de poboación dispersas,
que obedecen a un pasado rural tradicional de foros, curas, frades e fidalgos que xa non existe; así como tamén
temos unha complexa Administración territorial composta por 314 municipios, 4 deputacións provinciais, o goberno
autónomo da Xunta de Galicia, 53 comarcas, 3.800 parroquias amais doutras entidades diversas, como áreas metropolitanas, rexións urbanas, mancomunidades de municipios, etc., que requiren ser reducidas, organizadas e xerarquizadas.
2. Planificar a suburbanización, evitando o desparramamento espontáneo da edificación e asentamento da poboación
nas periferias das cidades e vilas. Previndo as necesidades de servizos públicos, de transporte de proximidade, e
evitando competencias e especulacións urbanísticas entre concellos limítrofes. Ademais na dita planificación suburbana, as políticas demográficas deberán ser conscientes de que nestes lugares se concentran as familias xóvenes, a máis alta fecundidade e natalidade e o menor avellentamento de Galicia.
3. Debemos aproveitar as potencialidades dos capitais humanos e sociais dos emigrantes galegos. Tecendo redes de
colaboración e facilitando as mobilidades e contactos de empresarios, de xente nova, de intelectuais, de estudantes,
etc., en todos os sentidos. Podemos pensar que son varios millóns os descendentes de galegos residentes no exterior, a maioría en grandes cidades españolas, europeas e americanas. Isto pode ser unha porta aberta á diversidade nas mentalidades, á innovación e á creatividade. Non esquezamos que eses descendentes de galegos son
potencialmente consumidores dos nosos produtos. Os irlandeses sábeno moi ben e foron capaces de vender a súa
música, os seus alimentos, a súa cultura, paisaxe e os atractivos do seu país aos 40 millóns de descendentes de
emigrantes irlandeses que hai nos Estados Unidos.
76
Galicia en clave económica
Galicia en clave económica
77
4. Definir concretamente cales son as actividades básicas para o desenvolvemento económico de Galicia nun Plan Estratéxico definido de «abaixo cara arriba», no que a sociedade civil sexa protagonista coas súa participación activa.
Refírome aos movementos de base veciñal que poidan mobilizarse a prol do futuro da súa comunidade e dos seus
fillos. Requírese cambiar as vellas formas de facer política no país de «arriba cara abaixo» e buscar novas formas
de comunicación e participación, para o cal hoxe en día temos as tecnoloxías da comunicación e da información e
a fluidez das comunidades virtuais e redes sociais. Dito Plan Estratéxico para o Desenvolvemento de Galicia deberá
estar en harmonía coas indicacións da Unión Europea e a súa Estratexia 2020 de procurar territorios inclusivos no
social, intelixentes no tecnolóxico e sostibles no económico e ambiental, e deberá ser o documento marco que determine todas as demais figuras de planificación, ordenación e planeamento territorial, como poden ser as Directrices de Ordenación do Territorio, os Plans Xerais de Ordenación Municipal e calquera Plan económico sectorial
relativo ao turismo, industria, telecomunicaicóns ou calquera outro. Os galegos e galegas temos que respostar preguntas do tipo: de que queremos vivir?, que queremos ser?, que podemos producir?, para quen?, onde?, de que
forma?, onde están os mercados para os nosos produtos?, quenes son os nosos competidores?, con que recursos
contamos? Dito Plan Estratéxico de Desenvolvemento Económico deberá contar con avaliadores externos alleos
á burocracia e ao sistema e partidos políticos propios, que observen o cumplimento dos obxectivos e a execución
dos orzamentos compremetidos.
5. Establecer conexións entre as empresas galegas, especialmente as pequenas, e o sistema educativo, en especial no
nivel universitario e de formación profesional. Planificar a oferta de titulacións en función das necesidades das empresas así como a conexión entre a formación teórica e a formación práctica. Tamén será preciso establecer conexións coherentes entre todo isto e o Plan Estratéxico para o Desenvolvemento de Galicia, onde se definan as
actividades básicas da nosa economía. Temos que cualificar aos nosos xóvenes segundo unha estratexia de desenvolvemento económico coherente, sendo conscentes de que a tradicional saída laboral de oposicións, funcionariado
e emprego público xa non é posible.
dade, ao igual cá lingua, a música, o folcklore ou a paisaxe. O minifundio tradicional da parcelación da propiedade
da terra permitíu alimentar a centos de miles de campesiños galegos durante séculos, quenes tiñan no seu anaco
de terra o sustento familiar propio e tamén o dos señores de pazos, casas fortes, igrexas e mosteiros, aos cales pagaban rendas e foros. Agora mesmo requirimos reinventar o dito minifundio en positivo, pois ábrense grandes posibilidades económicas en relación coa agricultura familiar, coa pesca e marisqueo artesanal e coa comercialización
de produtos ecolóxicos nos mercados europeos. As economías familiares do minifundio galego son moi diversas e
na costa foron quen de cultivar a terra e tamén o mar. A horta familiar galega e o policultivo tradicional, rico en diversas legumes, verduras, froitas, carnes, queixos ou viños, poden converter o minifundio e a agricultura familiar
nun modelo de desenvolvemento sostible fronte ao latifundio e á agricultura industrial.
9. Procurar, cultural e politicamente, a igualdade de xénero frente ao «quen manda na casa», a conciliación da vida laborar e familiar e os valores igualitarios de homes e mulleres; para isto teremos que racionalizar os horarios de traballo segundo os estándares europeos de xornadas continuas. As longas xornadas laborais de «sol a sol», propias
dunha sociedade rural tradicional, deixan de ter sentido nunha sociedade como a galega actual, na que os seus
membros traballan maioritariamente nos servizos e na industria. As mulleres galegas foron incorporadas ao mercado de traballo nas tres últimas décadas e agora cómpre establecer medidas de protección e valorización social
da maternidade. A protección social da infancia, o acceso a servizos de garderías en centros de traballo e estudo
ou as prestacións económicas de axudas públicas ou reducción de impostos ás familias con fillos en idade escolar
deben formar parte das políticas demográficas. Criar fillos en Galicia non pode ser visto como unha pesada carga,
que debe soportar unha muller obrigada a renunciar ao progreso profesional.
Estas, ao meu modesto xuízo, son as ideas que poderían abrir o debate que a sociedade galega ten pendente de afrontar
respecto do seu futuro.
6. Concibir a eurorrexión de Galicia e do Norte de Portugal como un mercado e non como unha institución política.
Debe ser unha oportunidade para buscar mercados complementarios e oportunidades de negocio para as empresas
e para os cidadáns, tendo en conta que conxuntamente case que acadan os 7 millóns de habitantes e dispoñen
dunha densa rede de cidades, infraestruturas e equipamentos. Debemos respostar á pregunta: Que beneficios
pode obter o cidadán galego se colabora cos cidadáns do Norte de portugal? Debemos superar o discurso sentimental a prol dun discurso máis funcional e moderno. As redes colaborativas deberían extenderse a todos os sectores económicos e á sociedade civil pois non pode quedar nun mero ente de colaboración e boa vontade política
entre alcaldes, presidentes de cámaras municipais, concelleiros, vereadores, concellerios ou reitores universitarios
que se reunen periodicamente para administrar os recusos alleos que lles chegan da Unión Europea. Debemos preguntarnos: e se Europa non pon os cartos non existe a Eurorrexión?
7. Potenciar a autoxestión dos intereses colectivos dos cidadáns a nivel das parroquias como entidades con identidade
propia, poñendo en valor a función histórica que tiveron para administrar os servizos de interés comunitario, como
a axuda mutua nas labores agrícolas, os seguros agrarios, a limpeza do monte, o coidado dos cemiterios, a organización de festas ou as competicións deportivas. Nas cidades temos a lei de propiedade horizontal, que regula os
espazos de uso común en bloques de pisos e urbanizacións de casas unifamiliares, pero non así no medio rural. No
caso das parroquias rurais inglesas, que son similares ás galegas, por ser entidades colectivas de poboación conformadas por varios asentamentos disperos, o Estado tenas recoñecidas como unidades administratativas e se encargan da xestión dos servizos comúns e de favorecer a comunicación e a cultura local. Elixen cada catro anos ao
seu «alcalde parroquial», que non ten remuneración económica, e as ditas entidades parroquiais deben ser consultadas polo municipio antes de aprobar calquera actuación urbanística no seu ámbito territorial. No caso galego,
resulta moi importante potenciar o interese local polo ben común e a identificación cultural e colectiva a nivel da
parroquia. Debemos recuparar e potenciar todo aquilo que ten de positivo a cultura tradicional de Galicia, pero
adaptándoa á nova realidade urbana.
8. Potenciar social e politicamente debates críticos e diverxentes sobre conceptos denostados e tabú da nosa cultura,
como pode ser caso do «minifundio», que non debemos de esquecer forma parte da nosa propia história e identi78
Galicia en clave económica
Galicia en clave económica
79
La clave está en los proyectos vitales de las
mujeres
Xosé Gabriel Vázquez Fernández
E
stamos acostumbrados a reconocer como principales problemas o preocupaciones sociales asuntos como el paro, la
corrupción, la economía o la vivienda. No hace falta más que recordar los barómetros que periódicamente publica el
CIS o Sondaxe para tener la constatación de tal orden de prioridades para el conjunto de la sociedad a la que pertenecemos.
En cambio, resulta anodino encontrar entre esos problemas la cuestión demográfica.
Está claro que la inmediatez o urgencia de las preocupaciones juega un papel fundamental a la hora de establecer el
orden de prioridades de los ciudadanos. También es cierto que estos barómetros suelen preguntar por aquello que afecta
al conjunto de la población en momentos circunstanciales determinados, del presente y más o menos inmediatos; y no se
les pregunta por lo más grave o peor que le puede ocurrir a nuestra sociedad, entre otras razones porque el tono apocalíptico que podrían tomar estas cuestiones no vienen al caso ni es lo que tiene el común en la cabeza.
Tendríamos que recurrir a una escala o magnitud de gravedad más elaborada para poder medir y obtener la información
ajustada sobre lo que más puede afectarnos a lo largo de nuestras vidas, así como a las generaciones con las que nos comprometemos. En este sentido, es cuando afirmo que la despoblación, o desertización poblacional como se denomina ahora,
resulta un problema más importante que el paro. Una afirmación que ya hice en otro foro organizado por la Deputación
de Lugo, llamado Lugo Reacciona. Si bien de aquella ya era arriesgada tal afirmación, los pocos años transcurridos entre
aquel foro y este que ahora desarrollamos vienen a avalar cada vez más esta otra prioridad, quizá más desapercibida pero
puede que más aciaga para todos nosotros.
Haciendo un poco más de memoria, en la presentación del Atlas Socioeconómico de Galicia, en su edición del año
2009, el catedrático de la Universidad Autónoma de Madrid, José Vicens, hacía unos cálculos sobre las tendencias demográficas gallegas a unos 60 años vista, señalando que, de seguir las que se están produciendo, en ese lapso la población
activa ocupada no podría soportar el peso económico y de sostenibilidad del resto de la población dependiente. Debo señalar que fue a partir de aquellos trabajos cuando, al menos en lo conocido públicamente, empezaron a publicarse otros
datos al respecto del problema demográfico, es decir, la demografía cobraba relevancia en los enfoques estadísticos y por
parte de organismos oficiales.
Después fueron los medios de comunicación los que también prestaron más atención a esta cuestión. De hecho, de
un tiempo a esta parte no puede decirse que no tengamos datos e información sobre nuestras tasas de fecundidad, de reemplazo, de decrecimiento vegetativo y otros síntomas preocupantes sobre ese futuro no tan lejano de nuestra sociedad
gallega actual. Es más, en base a foros como estos y datos cada vez más puntuales, así como por la crisis económica y
social, resulta que aquel pronóstico a 60 años se ha acortado, ya que la tasa de dependencia, la de fecundidad y la del decrecimiento vegetativo hacen que la insostenibilidad poblacional, y por tanto social, de nuestra comunidad pueda producirse en unas cuantas décadas. Por último, en esta pequeña historia, todavía más recientemente se han incorporado los
gobiernos, pasando a la agenda política la cuestión demográfica; si bien es justo reconocer que la Deputación de Lugo ha
sido pionera en este sentido, como así demuestra su continuada línea de tratamiento de esta lacra social, tanto en este
foro de debate, como en el programa Lugo Reacciona ya mencionado o con el trabajo sobre desertización poblacional de
la provincia que se está llevando a cabo, bajo su impulso a la investigación y a la difusión del problema.
El capital humano
Independientemente del panorama que nos puedan describir las estadísticas, ello me vale para llamar la atención sobre
una lacra social que, por lo que se puede comprobar, sigue pasando desapercibida en Galicia, como si fuera una seña más
de nuestra identidad social. Me refiero al poco valor que se le concede al capital humano. Primero tratándolo como un so-
80
Galicia en clave económica
brante en las hordas migratorias que desangraron a nuestra comunidad durante prácticamente todo el siglo XX, como si
una hemorragia en nuestro cuerpo social no fuese lo suficientemente grave para atajarla a toda costa (quizá por eso se
dice que más puñaladas da el hambre). La cuestión es que, de aquella por exceso de población y ahora por defecto, estamos
incurriendo en el mismo error al dejarnos debilitar socialmente. Porque debilidad es perder (seguir perdiendo) elementos
y conjuntos de nuestra población, siendo el caso de Lugo paradigmático a escala provincial.
Al menos en principio, parece problemático que en un futuro no muy lejano no haya gente suficiente para trabajar, ni
para sostener las pensiones, ni la sanidad, ni la economía. Por eso digo que resulta más grave que no haya gente que haya
gente en paro (dicho de un modo más gráfico, podríamos plantearnos si es más importante el perro o la rabia, ya que sin
gente el paro tampoco existe).
Tampoco quiero evitar el debate que últimamente se plantea al respecto de si es conveniente o no sostener unos índices
de reemplazo, a través de la natalidad, cuando, entre otras cuestiones, asistimos a una sobrepoblación del planeta. También
cabría plantearse si la tendencia actual es la lógica y natural del desarrollismo, por lo que a lo mejor estaríamos asistiendo
a un proceso normal y natural y, desde este punto de vista, cualquier intervención sería contraproducente. Dicho en tono
interrogante: ¿es necesario reproducirnos a la escala que nos indican actualmente los estudios y conocimientos actuales?
¿no resultaría más lógica una redistribución de la población actual, dando mayor protagonismo a las adopciones y otras
medidas en este sentido?
No es este el lugar para debatir o tratar asuntos como esos. Por desgracia, tenemos que ceñirnos a lo que vamos sabiendo sobre comportamientos e implicaciones demográficas. Pero lo que sí sabemos es que la demografía está interrelacionada con todo lo que afecta a una sociedad, desde su economía hasta su salud o identidad. Por eso me atrevo a pintar
ese panorama negro y hacer la comparación con el paro. Y ello sin traer a colación la retahíla de datos y estadísticas en las
que se viene insistiendo últimamente, como es tener la tasa de fecundidad más baja de la Unión Europea, o incluso de lugares abandonados.
Es cierto que el fenómeno de la urbanización también ha concentrado población en Galicia, produciendo con ello en
parte ese paisaje desolador de la otrora Galicia dispersa y que todavía ostenta la marca de tener más núcleos de población
que el resto de España. Pero también es cierto que dicho fenómeno de éxodo a las ciudades no se tradujo en ningún boom
demográfico, como se produjo en otras urbes, con Madrid o Barcelona como máximos exponentes. Es decir, en Lugo, y
en Galicia en general, no ha funcionado la urbanización de la población como motor de desarrollo demográfico (algunas
de estas causas, así como un análisis más pormenorizado de ello se ofreció en el foro de Lugo Reacciona, concretamente
en la intervención de Francisco Sineiro, actualmente profesor de Economía de la Universidade de Santiago y conselleiro
de Agricultura en el Gobierno autonómico de Fernando González Laxe).
En mi exposición solo voy a remitirme a dos datos para basar mi perspectiva, así como las afirmaciones y el panorama
que describo. Uno de esos datos es la ya referida tasa de dependencia, que nos está indicando que el actual peso que soportan nuestros trabajadores activos supone ya que dos personas dependen de cada trabajador/a, no estando muy lejos
de seguir a este paso de que sean tres y, por tanto, desde puntos de vista económico y social, sea insostenible y/o se produzca un colapso sistémico (falta de recursos, caída del consumo, quiebra del sistema de pensiones, etcétera).
El otro dato que traigo a colación se refiere a los jóvenes que se están marchando y que muy probablemente desarrollarán sus vidas en otros lugares. Indudablemente, me estoy refiriendo a la crisis que, por si no fuese suficientemente grave
el devenir demográfico gallego de por sí, se ha sumado a dicha gravedad de la peor forma posible. Si a la alarmante tasa
de dependencia le sumamos que la cohorte de edad más fecunda (básicamente desde el punto de vista biológico) también
mengua -y no de una forma natural, sino debido a las circunstancias sociales-, entonces el panorama que se nos avecina,
sobre todo en provincias como la de Lugo, resulta claramente alarmante. Al menos para sostener el Estado de Bienestar
actual. Y ya se sabe en materia de política social que cuanto menos bienestar mayor es la conflictividad.
Sin lugar a dudas, el tema es muy complejo y, por supuesto, no hay fórmulas mágicas. Tampoco está en manos de gobiernos o de las personas en edad de procrear, como señaló en su día un afamado político gallego. De ahí que políticas
pronatalistas, como el famoso cheque bebé, además de recordarnos tiempos pasados, se están mostrando inefectivas a
la hora de paliar el declive demográfico en nuestro territorio. Incluso algunos dirigentes se suman a la alternativa de que
sean los flujos de inmigrantes los que nos solucionen el problema, alternativa que siempre encuentra la contestación del
caso francés cuando recurrió a sus excolonias (sobre todo Argel) para nutrirse de mano de obra, algo que con el tiempo, y
sobre todo debido a la desestructuración social producida, se ha traducido en graves problemas, como han sido las guerras
urbanas por todo el territorio francés, con las icónicas quemas de coches. Con la alusión a este ejemplo no quiero decir
que población extranjera sea sinónimo de problemas, sino que debe ser considera en y por sí misma y no como instrumento
para resolver un problema social propio de nuestra sociedad, como es el caso.
Galicia en clave económica
81
Proyectos de vida
El problema demográfico es un problema de todos y nos afecta tanto a nivel individual como social. Está claro que está
calando la preocupación a escala global, pero hace falta también una pedagogía a escala personal para coger al toro por
los cuernos de una manera definitiva y efectiva. Especialistas, medios y autoridades ya están arrimando el hombro, con
mayor o menor convencimiento y/o entusiasmo, de ahí que la concienciación ciudadana sea un paso muy importante y
necesario para poder afrontar con éxito el callejón sin salida al que parece abocarse nuestra sociedad.
En mis recientes trabajos sobre la cuestión, bajo el interés de la Deputación de Lugo, he podido llegar a la conclusión
de que si el problema demográfico depende de algo es de la actual falta de proyectos de vida en las edades más cruciales
para este asunto. Si analizamos (bajo este prisma reduccionista) el devenir demográfico histórico, no en base a las conocidos datos o pirámides de población sino en dicha clave de proyectos vitales imperantes en cada época, fácilmente podemos comprobar que no hace mucho -antes de ayer como se suele decir- lo que imperaba como life motive entre el
colectivo femenino era casarse y tener hijos, mientras que el masculino podía tipificarse con el de tener un trabajo estable
y formar una familia. Un poco más atrás, la descendencia suponía una cuestión de supervivencia, tanto por su aportación
como mano de obra a la economía familiar, como por las tasas de mortalidad infantil imperantes por la falta de los avances
médicos y en salud actuales. Bajo esta clave podemos remontarnos a tiempos pasados y, por supuesto, aplicarlo a los actuales. Y así es como nos encontramos que los proyectos vitales imperantes entre la población fértil lucense y gallega de
este siglo XXI se pueden también tipificar con el trabajo, independencia y desarrollo personal para el caso de las mujeres
y el problema de encontrar trabajo, tener independencia económica y disfrutar el momento para el caso de los varones.
Si nos damos cuenta, en primer lugar, en estos proyectos vitales masculino y femenino de la actualidad ya no hay, como
en los casos de generaciones precedentes, algo en común referente a tener hijos o formar una familia, al menos en el
primer orden de motivaciones vitales.
Así pues, bajo este enfoque, el problema demográfico sería fundamentalmente una cuestión de proyectos de vida que
incluyan hijos o conceptos como el de familia, al menos como algo prioritario. Y los proyectos vitales empiezan en las propias personas, jugando el entorno un papel fundamental. Mientras, en dicho entorno cuenta mucho lo que hagan las autoridades, gobiernos, instituciones y demás poderes fácticos que dirigen y determinan en mayor medida las
configuraciones sociales con las que nos venimos dotando desde que somos especie. Con este enfoque, también quiero
señalar, o me sirve para indicar, la implicación y papel que cada quien y cada cual tiene que desarrollar en el escenario demográfico, resultando así acertada mi visión de que es tanto una cuestión personal como social y que hace falta mucha
concienciación ciudadana.
Por ejemplo, siguiendo este planteamiento, está claro que ni el problema demográfico está sobre todo en manos de
las autoridades ni gobiernos -dándole así indirectamente la razón a Fraga-, ni las políticas actuales están apuntando a la
diana adecuada. Al menos así se desprende o puede deducirse de los diferentes enfoques, planteamientos, medidas, normas y demás acciones emprendidas hasta ahora por parte del sector público. En mi caso, no conozco programas o iniciativas oficiales que tengan como objetivo la creación de las condiciones necesarias para poder desarrollar proyectos de vida
que incluyan la natalidad. Así explicitado, al menos no sé de propuesta o medida alguna. De hecho, difícilmente se puede
poner algo en práctica cuando ni siquiera conocemos la forma de fomentar proyectos de vida, algo anodino cuando menos
a nivel de gestión pública. Y si no es competencia del Estado, tampoco lo es del mercado, o de la clase trabajadora, o del
capital o, incluso, de los propios ciudadanos. Los proyectos vitales, en cada lugar y en cada época, son resultado de todos,
conformados entre todos los actores, partes y entornos con los que se viene desarrollando nuestro devenir, tanto a nivel
social como individual.
Aplicando mi hipótesis al momento actual, ¿cómo van a tener hijos las parejas de hoy en día si todavía no saben
cómo resolver o se resolverán sus propias vidas? Las incertidumbres, unidas a los valores y estilos de vida, regidos por
vivir el momento, no están dejando espacio o cabida para planteamientos procreativos. Se trata, pues, de hacer espacio
o hueco a ese proyecto. Y si bien hasta hace poco el tener un trabajo o un sustento podía dejar lugar o llevaba casi implícita la posibilidad de tener hijos, hoy en día ni tan siquiera la seguridad laboral o de manutención garantiza tal implicación. Los muchos veces llamados estilos de vida hedonistas, basados en el disfrute personal, han sido señalados -por
ejemplo, por instituciones religiosas- como los causantes de la baja fecundidad imperante en los países desarrollados,
lo que puede parecer evidente, aunque esa no sea la lectura adecuada. Lo que ha ocurrido, básicamente, es que en ese
fenómeno, también conocido como individualismo, las sociedades han despertado también al desarrollo personal, cambiando entre otras muchas cosas la mentalidad de sacrificio -tan arraigada por las religiones- y de compromiso, tan solícito por las autoridades y poderes fácticos, por otros objetivos de carácter más personal, como la autorrealización, la
82
Galicia en clave económica
autoestima, los sentimientos, la singularidad, etcétera. Y encima, las mujeres tienen que cubrir a la vez una brecha histórica a mayores.
nuevos planteamientos
Por tanto, por mucho que se empeñen las políticas públicas en bajar las tasas de paro, aunque siga siendo básico para cualquier proyecto de vida, ahora no valdrá o no tendrá el mismo valor que antes a la hora de estimular o influir en el crecimiento
poblacional. Hoy en día se requieren otros aspectos a tener en cuenta a la hora de conformar proyectos vitales y, por tanto,
situaciones en las que se propicie tener hijos. Hacen falta nuevos planteamientos vitales. Hay que conformar, entre todos,
proyectos de vida en los que entre o encaje el tener hijos. Y eso no es tarea fácil y requiere un principio o base sólida para
abordarla, como la que aquí se propone.
Es más, me atrevo a decir que la clave de todo esto está en los proyectos vitales de las mujeres, más que en los de los
hombres. Y no por el mero hecho biológico de ser ellas las que traen niños al mundo. Me estoy refiriendo a los ajustes
vitales que requiere un proyecto masculino y femenino. En el caso de los hombres sería más fácil lograr que incluyese tener
descendencia, ya que básicamente la preocupación se centra -se sigue centrando- en tener la seguridad económica para
afrontar tener familia en condiciones. Mientras que en el caso de las mujeres, debido a sus tardías incorporación e igualdad
sociales, ahora tiene que dedicar buena parte de su tiempo y esfuerzo a ponerse al día, sin que la descendencia encaje en
ello, sino más bien todo lo contrario, se considera un lastre.
Así pues, afirmo que la clave está en la construcción social de proyectos vitales femeninos en los que encaje, se acepte,
plantee y/o valore la tenencia de vástagos como parte fundamental de dicho proyecto vital imperante femenino. Las mujeres están haciendo un gran sacrificio al anteponer su papel y presencia en la sociedad a su propia naturaleza, que postergan o a la que renuncian en pos de esos otros objetivos o ideales, lícitos e irrenunciables. Por lo que la clave estará en
cómo se compagina, compatibiliza, asume o incluye la maternidad en ese desarrollo que están experimentando las poblaciones femeninas de los países en los que la fecundidad está en claro retroceso.
No se sabe mucho sobre la construcción de proyectos vitales, tanto a escala personal como social. Sin embargo, habelos
hailos, y los hubo a lo largo de nuestra historia. Como otras muchas cuestiones de nuestro desarrollo se han ido conformando con el tiempo las relaciones sociales y las interrelaciones con el entorno. Ahora podemos ser conscientes de la
construcción de dichos proyectos y, además de comprenderlos, muy posiblemente podamos aprender a intervenir en ellos
y desarrollarlos. Está claro que el hoy o presente está dominado por la falta de expectativas y por las incertidumbres en
muchos de los órdenes sociales que conforman nuestra existencia actual, sobre todo y precisamente en las cohortes etéreas
fértiles; resultando necesario construir proyectos vitales -condiciones para ello- que permitan la vida digna y con futuro a
las generaciones actuales. Siendo también evidente que las mujeres son las que requieren mayor atención y protagonismo
a la hora de abordar planteamientos y medidas que posibiliten esos proyectos vitales viables, en los que seguramente entrará la posibilidad de tener hijos.
Las políticas demográficas
Otros análisis que pueden ayudar a corroborar mi hipótesis de construir proyectos vitales adecuados, sobre todo para
el caso de las mujeres, pueden ser, por un lado, la no salida de la crisis demográfica en la que estamos inmersos y, por
otro, algunas pruebas efectivas que van en la dirección indicada. Así, en primer lugar, tenemos que las políticas demográficas actuales, además de tímidas, no están consiguiendo atajar el problema. Tampoco apuntan en la dirección adecuada, como he dicho antes, tal y como puede evidenciar su posible carácter más masculino que femenino, es decir,
justo lo contrario que debiera ser. Así, tenemos que los incentivos fiscales, las reducciones por familia numerosa, los
cheques bebé o incluso las políticas de empleo vienen a incidir más en la parcela (proyectos vitales) de los hombres, ya
que las medidas economicistas imperantes suelen referenciarse al papel del hombre en la familia. Mientras, para las
mujeres apenas encontramos medidas, limitándose a una pequeña parcela de la conciliación familia/trabajo y a los permisos por maternidad.
En cambio, tanto a nivel de España como de Galicia, todavía asistimos al temor de las mujeres de quedarse embarazadas por si ello supone la pérdida de su puesto de trabajo, es decir, que el sistema social y el mercado en concreto castiga
(sigue castigando) la condición femenina, cuando debía ser todo lo contrario y tendríamos que estar aplicando discriminaciones positivas para esta parte de la población en muchos órdenes de cosas.
Galicia en clave económica
83
En segundo lugar, a las pruebas me remito. Y aquí es cuando hay que aludir al ejemplo de los países nórdicos, donde la
mujer sí es más centro de atención. Como por ejemplo, con el paradigmático permiso de cuatro años por baja maternal y
la seguridad de conservar el puesto de trabajo. Solamente esto supone un abismo entre nuestros planteamientos demográficos actuales y los de esos países escandinavos.
Pero además de señalar la dirección es mejor probar la puntería o acierto de las acciones, y por eso no solo me conformo
con indicar el ejemplo nórdico para abordar el problema demográfico en Lugo o Galicia. También sugiero que la vieja reivindicación de las amas de casa para ser tenidas en cuenta laboral y socialmente redundaría en esa dirección. Dirección
que no es más que hacer asequible la posibilidad de tener hijos, por lo menos en lugar de hacerlo difícil como está ocurriendo en la actualidad. Las mujeres deberían encontrar todo el apoyo en esta tarea, primordial para nuestra existencia.
Siendo la conciliación familiar otra pieza básica dentro de este plan o tratamiento.
Cada vez es más frecuente encontrar hogares con los papeles cambiados, en relación a lo hasta ahora conocido, siendo
la mujer la que aporta los ingresos y el hombre el que tiene que hacerse cargo de la casa. Sin embargo, ese cambio ha ido
en contra de la natalidad, cuando el modelo más tradicional de hombre trabajando y mujer en casa resulta más positivo
para la reproducción. Este análisis parcializado podría servir a los grupos conservadores para reivindicar los roles ortodoxos
de hombres y mujeres en nuestra sociedad, lo que no dejaría ser otra cortedad de perspectiva. Lo que la situación y pruebas
como las descritas están pidiendo es una conciliación familiar efectiva, independientemente de los papeles de unos y otras,
que por lo que se puede comprobar son perfectamente intercambiables. Sin embargo, para dar una idea, las medidas actuales en España o Galicia para dicha conciliación familiar vienen a ser algo así de trascendentes y efectivas como los 300
euros del cheque bebé para el conjunto de la economía familiar.
Así pues, mi diagnóstico y receta es que hay mucho por hacer para que las mujeres lucenses y las gallegas puedan
tener proyectos de vida en los que tener hijos sea promovido desde todos los ámbitos, tanto a nivel individual como
social.
Crisis demográfica, la crisis silenciosa
Ponentes:
justo beramendi
Catedrático de Historia Contemporánea de la Universidade de Santiago
Carlos Ferrás sexto
Doctor europeo en Geografía e Historia
Xosé Gabriel vázquez Fernández
Doctor en Sociología y profesor de la Universidade da Coruña
Fecha: abril 2014
Lugar de celebración: Lugo
84
Galicia en clave económica
©Xurxo Lobato
La evolución del monte
Emilio Santos Vilariño
7
El futuro del monte gallego
Emilio Santos Vilariño
Ana Oróns
Manuel Galdo
V
oy a intentar situar el debate desde un punto de vista objetivo, prescindiendo de una visión o interpretación política,
en un intento de explicar que este es el único camino, o el mejor camino, para realizar una explotación racional del
monte gallego. La optimización y la solución de los problemas del sector forestal pasan por una visión objetiva, desligándose de todo componente extraño a una visión industrial, medioambiental y laboral. ¿Cómo lograrlo? Con varias medidas
concretas interrelacionadas unas con otras y con la cooperación sostenida de los distintos agentes y actores del sector forestal de Galicia, junto con el empuje de los poderes públicos.
Galicia tiene una superficie forestal de 2 millones de hectáreas. El 70% es productivo y el resto es no productivo. Por
comparación con otras potencias forestales mundiales, Finlandia dispone de un uso no productivo que ronda el 12%, frente
al 30% gallego; en Austria es del 14%, y en Estados Unidos, es del 16%. Galicia, por tanto, tiene un potencial que no está
siendo utilizado.
La estructura de la propiedad es muy mejorable. La propiedad media tiene una superficie de entre 1,8 y 2 hectáreas,
divididas, a su vez, en seis o siete parcelas. Menos de 0,3 hectáreas por parcela. Esto es totalmente improductivo, antieconómico e inexplotable. Yo mismo estoy afectado por este problema de pequeñas superficies. Tengo una propiedad conjunta con una superficie de aproximadamente seis hectáreas y no puedo explotar más que la mitad de su espacio útil.
La fórmula actual, compuesta por el pequeño tamaño medio de las fincas en Galicia, el envejecimiento de la población
que trabaja en el monte y la escasa aportación de empleo nuevo y consolidado, no ofrece por el momento resultados más
que discretos desde una perspectiva económica. Sin embargo, creemos que es posible una explotación de mucha mayor
envergadura que la actual.
La estructura de la propiedad debe ser revisada de forma urgente. Poco se ha hecho en este sentido, y con resultados
sólo relativamente significativos en los casos en los que se ha intentado. Este asunto no es nuevo, puesto que en la Inglaterra de la mitad del siglo XIX ya se presentó una situación similar a la actual en Galicia y fue resuelto de la siguiente forma:
a aquellos propietarios de fincas que vivían en la ciudad y descuidaban sus propiedades, se les imponía un impuesto del
25% de la propiedad; el que la tuviese cuidada, estaba exento del gravamen.
El sector forestal de Galicia aportó en el año 2011 el 2,9% del PIB gallego. Estas cifras, creo yo, pueden duplicarse fácilmente, si se pone en práctica y se materializa el decálogo de medidas para fortalecer el monte gallego (expuesto en el
informe ¿Cómo mejorar el aprovechamiento forestal de Galicia?, elaborado por la Asociación de Becarios de la Fundación
Barrié y Bolton Consulting Group), llegando así a aportar con estos nuevos modelos de desarrollo cerca de 20.000 puestos
de trabajo más a los actuales, y duplicar las cifras del PIB que se registran en este momento. Sigo convencido de que el
sector forestal, por suerte, tiene un potencial aún inexplorado.
La crisis económica se ha notado y el sector forestal no se ha librado de ella, como ha ocurrido en la mayoría de los
segmentos económicos y empresariales del país. Se ha pasado de 2.400 millones de euros anuales de facturación en los
años 2006 y 2007, a los 1.700 millones de euros del año 2011, con unos registros estimados y esperados similares para los
años 2012 y 2013. Parece que, al menos, ya se ha tocado fondo, pero ha sido a costa de un descenso muy significativo. Por
subsectores, el de tableros y pasta -en menor medida los rematantes y los aserraderos- ha sufrido el mayor recorte en su
cifra de negocio, ya que de los 1.000 millones de euros facturados en 2005 se ha descendido a los 596 millones en los años
2011 y 2012.
i+D forestal
También me gustaría en esta intervención poner de manifiesto los pobres ratios dedicados a la investigación y al desarrollo
por la industria forestal. Los programas de investigación, que el sector sabe que son siempre muy costosos y lentos en re-
Galicia en clave económica
89
sultados, deben tener unos plazos de evolución de al menos 10 o 20 años, cuando no 30. Y, para que tengan éxito y den
sus frutos, deben implicarse de forma consensuada las universidades, la industria y los poderes públicos, los propietarios
y los institutos de investigación. Hasta el momento, este círculo investigador no ha sido cerrado de forma clara, con la
pérdida de esfuerzos que la desunión supone.
Como aportaciones resolutivas, creo que es necesario crear en el ámbito gallego un consejo forestal, dando voz a los
propietarios, a las universidades y a los institutos de investigación, retomando, las bases del Plan Forestal 1992–2032 que
se consensuó entre todo el sector en los años noventa y que fue aprobado por unanimidad en el Parlamento de Galicia,
pero que nunca se tomo en serio. Debemos retomar sus bases y ponernos a trabajar en la misma dirección, compartiendo
y aplicando los conocimientos de estas investigaciones.
Por otro lado, un país que quiere ser una potencia forestal no puede estar constantemente dudando de la necesidad o
no de mantener y potenciar fábricas como la de Ence, poniendo en tela de juicio si dentro de unos años se va a tener que
desmantelar o si no puede continuar.
incendios
No me gustaría terminar mi intervención sin abordar mínimamente el problema de los incendios forestales. Hilando los
dos temas anteriores, esto es, la propiedad y el cuidado de las masas forestales por sus propietarios, y la investigación, el
problema de los incendios estaría resuelto automáticamente. El monte que se cultiva, se valora y se cuida, no arde. Los
datos dicen que los incendios se concentran en el 60% de los casos en el 10% de las parroquias. Y el 60% de los incendios
no afecta a masas forestales. Su resolución precisa de un cambio de enfoque, que hasta la fecha ningún gobierno ha querido
asumir.
Finalmente, quisiera volver a las medidas de las que hablé al principio de mi exposición. En primer lugar, es necesario
fomentar la cooperación local, entre los propios propietarios, compartiendo maquinaria y trabajos de limpieza para el sostenimiento del monte. Además, deberían impulsarse nuevos usos de bosques susceptibles de explotación, y fomentarse
la transparencia en la comercialización, como ocurre en el País Vasco y en Francia, por poner dos ejemplos.
También sería preciso impulsar la demanda de nuevos productos madereros y disminuir las barreras administrativas.
Tenemos en este momento demasiada burocracia y no tiene ningún sentido que sea así. Se debe a que España no adaptó
la legislación comunitaria a su sector forestal.
La madera es la materia prima del futuro
Ana Oróns
M
e gustaría empezar mi intervención con una contextualización del sector en el mercado internacional, porque ahí
es donde acaban gran parte de los productos con origen en Galicia. El 2013 se caracterizó por ser un año de incertidumbres, de grandes retos y de leve recuperación del sector en términos generales en el ámbito internacional. Además,
ha supuesto la aparición de nuevos productores y nuevos consumidores, lo que abre, en términos generales, nuevos nichos
de mercado si somos capaces de aprovechar estas oportunidades.
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), en el año 2030 Europa tendrá
un déficit de madera de unos 300 millones de metros cúbicos, cada año. La sociedad está cada vez más concienciada con
el uso de materiales sostenibles y medioambientalmente respetuosos como la madera. A esta tendencia hay que unirle el
compromiso de la Unión Europea de promover políticas de una Green Economy (economía verde).
Un bien escaso
El informe de la FAO, vaticina que la tendencia previsible entre la oferta y la demanda cambiaría a partir del año 2015. Sin
embargo, ya estamos viendo como esta variación en el equilibrio de la oferta y la demanda se ha adelantado en, al menos,
un año.
Esto es consecuencia de que en el escenario han irrumpido nuevos agentes consumidores de madera y sus usos inciden
en el mercado al margen de los actores habituales, como son los de carpintería y ebanistería, segunda transformación,
aserraderos, tablero-pasta y rematantes, incluidos todos en Confemadera. En 2014, en algunos países europeos, la madera
ya se ha declarado como un bien escaso.
El cambio del punto de equilibrio, como consecuencia de la entrada de nuevos consumidores de madera, se ha producido, precisamente, porque la madera se ha convertido en la principal fuente de energía renovable, lo que la ha convertido
en un bien escaso a la vez que muy demandado. Además, ha irrumpido con fuerza la llamada bioeconomía, basada en
nuevos productos con mayor valor añadido que incluyen grandes porcentajes de madera sustitutiva en su fabricación para
sectores muy diversos como la medicina, la automoción o el textil, entre otros.
Y en este escenario también aparecen nuevas demandas de la madera como materia prima, nuevos productos generados a partir de la propia industria tradicional, como son las maderas contralaminadas o modificadas, fruto del esfuerzo
en investigación en innovación de las empresas.
sector estratégico para Galicia
En este entorno de incertidumbres, y con unas nuevas reglas de comercio internacional, es donde tiene que competir el
sector forestal gallego. Tiene que competir, además, superando los males endémicos del monte gallego (minifundismo,
envejecimiento laboral, maquinaria obsoleta, desocupación y plagas), ya citados por los ponentes.
La industria de la madera y el mueble de Galicia es un sector estratégico para la economía gallega. En 2013, en torno
a 70.000 propietarios gallegos pudieron ingresar directamente cerca de 280 millones de euros, lo que supuso en torno a
un 29% más que en años anteriores. La producción total en el mismo ejercicio fue de 7,8 millones de metros cúbicos, una
cifra muy similar a la de los años procedentes.
Esto quiere decir que el monte es el gran banco de los gallegos, aliándose con ellos para superar la actual crisis económica. La industria de la madera ha facturado en torno a 1.688 millones de euros en el año 2013, lo que representó una leve
subida respecto a años anteriores, y un indicio de que el sector ha tocado fondo e inicia su recuperación.
90
Galicia en clave económica
Galicia en clave económica
91
Pero queda un largo recorrido para consolidar la recuperación, a pesar de sus importantes macromagnitudes socioeconómicas. El sector forestal representa el 12,4% del empleo industrial y el 10% del valor añadido industrial. Se generan
en este momento 20.000 puestos de trabajo directos y otros 50.000 indirectos. No lo decimos sólo nosotros, porque el
Instituto Galego de Estatística lo sitúa por delante de la pesca extractiva o del sector de las conservas. En 52 concellos, el
sector representa el 30% de la industria asentadas en esos entornos rurales. Además, en 6 concellos del interior supone
más del 50% del empleo total.
El sector forestal contribuye a vertebrar ampliamente la Galicia rural y la Galicia del litoral. De 18 puertos gallegos, en
11 de ellos, la madera es la materia prima estratégica en los tráficos. Como colofón sobre esto, las exportaciones de madera
y sus productos alcanzaron en 2013 la cifra de 769,9 millones de euros, convirtiendo a Galicia en la Comunidad Autónoma
con mayor volumen de exportaciones en el ámbito nacional.
Me gustaría referirme ahora a los elementos del futuro inmediato. Éste pasa por tener fácil acceso a la materia prima,
para que la explotación sea eficiente y rentable. Galicia tiene unas condiciones inmejorables para la producción de madera
en cuanto a climatología y composición del terreno, pero sin medidas eficientes para su explotación, no habrá industria.
De modo que es preciso incentivar el negocio del monte, fomentando la agrupación de los propietarios, para gestionar
su venta con precios aceptables. También es preciso continuar con la certificación forestal, porque los mercados internacionales son implacables y ya sólo consumen madera certificada y los que no cumplan con este requisito estarán condenados a ser expulsados de ellos como proveedores.
ordenar el marco normativo
También es necesario reclamar de las autoridades administrativas, orden y limpieza en el sector desde un punto de vista
legal. Concurren cerca de una veintena de legislaciones y ordenanzas municipales, con tiempos de respuesta distintos.
Me refiero a, por ejemplo, los silencios administrativos, a las numerosas normas que a veces son contradictorias entre
ellas y que dificultan enormemente una gestión ágil y rentable en el monte.
Y, finalmente, se requiere competir en igualdad de condiciones, en términos de transporte de la materia prima o semielaborada. Así, mientras que todos los países europeos han asumido la excepcionalidad de la regulación europea, que
permite que se transporten hasta 60 toneladas de madera en rollo, España se ha quedado al margen. De modo que si un
camión cargado con 60 toneladas procedente de Portugal llega a la frontera española, tiene obligatoriamente que descargar peso para no incumplir la ley. Y al llegar a los Pirineos, puede volver a cargar. Las reglas de juego, por tanto, no son
iguales para todos, y, en este caso, en detrimento del sector español.
Para terminar, me gustaría hacer una reflexión sobre el estudio del sector forestal auspiciado por la Fundación Barrié,
en el que Confemadera Galicia ha participado. En este informe, en el que participaron representantes de todos los agentes
del sector forestal, se estimaba una inversión necesario de 485 millones de euros para revitalizar la actividad industrial.
Esto supondría elevar a Galicia a la categoría de potencia forestal de primer orden, al facturar 2.700 millones de euros
anuales, aumentando también en 21.000 los puestos de trabajo directos que genera el sector en este momento.
92
Galicia en clave económica
o valor do asociacionismo
Manuel Galdo
A
actividade forestal en Galicia, en xeral, e na Mariña lucense en particular, pasou por varias etapas de escasa produción
e rendibilidade antes da metade do século anterior. O monte era daquela unha actividade complementaria do agro
e da gandaría. A partires da decada dos anos setenta, prodúcese o abandono progresivo da explotación familiar agrícola
e gandeira, e comeza unha plantación masiva do monte galego nas décadas posteriores. Hoxe, Galicia corta anual e sostiblemente 8 millons de metros cúbicos de madeira, sendo o volume de corta na Mariña de 1 millón de metros cúbicos,
aproximadamente un 12% do total de Galicia.
A pregunta agora é como queremos que sexa o futuro do monte, e para atopar resposatas cómpre saber como é na
actualidade.
Nos últimos anos da década dos noventa e primeiros anos deste século prodúcese unha forte caída nos prezos das
vendas de madeira e redúcese notablemente a rendibilidade das explotacións. Foi a causa do nacemento do asociacionismo
forestal, créanse asociacions de propietarios primeiro en Ferrolterra e Ortegal e esténdense moi rápido por toda a Mariña.
Unha destas asociacións de propietarios e Promavi, que deu os seus primeiros pasos na primavera do ano 2005.
Este asociacionismo dos propietarios elimina ou diminúe a situación de desequilibrio no sector, entre unha parte empresarial fortemente organizada e asociada e uns propietarios totalmente desunidos. Mentres os compradores actuaban
de común acordo dende hai moitos anos, os propietarios facíano dun xeito individual. O desequilibrio materializábase nos
baixos prezos que impoñían as empresas aos propietarios. As negociacións centrábanse, ata o nacemento das asociacións,
na pericia individual do vendedor e na urxencia de madeira do comprador. Este contexto provocou un abandono do monte,
ao entender os propietarios que non era rendible ou ben que era moi difícil de obter rendibilidade. Finalmente e como
consecuencia de todo o anterior, desleixo e falta de interese ante a pouca rendibilidade, o número de incendios forestais
aumentou.
O asociacionismo dos proietarios marca a fronteira entre a maneira de traballar o monte dun xeito tradicional, e o momento actual, que nos presenta unha actividade mais moderna e industrializada, na que os propietarios poden explotar
os seus recursos dun xeito máis racional e rendible, o que permitiu aumentar o volume das cortas anuais, cunha importante
recuperación dos prezos, que pode estimarse en máis dun 50%.
O volume actual de negocio na Mariña ronda os 40 millóns de euros anuais en primeira venda para os propietarios,
ademais de ser una fonte importante de emprego para as empresas de corta en transporte de madeira. A optimización
dos recursos provocou un maior coidado dos montes, minimizando os risco de incendios e derivando nunha maior produtividade.
Non pode afirmarse que todo sexan luces na situación do sector forestal en Galicia, tamén hai sombras que impiden o
despegue definitivo do monte galego.
O minifundio pódese considerar o problema fundamental do monte. Un propietario medio pode ter dez ou doce hectáreas, sendo a extensión media das parcelas de 2500 metros cadrados. Con esta tipoloxia das explotacións forestais é
practicamente imposible acadar maiores cotas de produtividade. Temos que engadir á problemática do minifundio, a situación das vías de saca. Estamos a sacar madeira dos montes por camiños do século dezanove con maquinaria do século
actual.
Outro problema importante son as pragas que afectan as plantacions de eucalipto globulos, a especie mais rendible e
mais valorada no mercado. Sen unha implicación directa e decidida da Administración galega, que actúe conxuntamente
cos propietarios forestais, non se acadará a eliminación ou minimización dos efectos destas pragas.
Nos ultimos días o sector está a padecer outro problema que non agardabamos, a baixada dos prezos por parte das
principais empresas compradoras de eucalipto de España e tamén de Portugal. Esta baixada de aproximadamente un 12%
no prezo da madeira, sen razón que a xustifique pois a pasta de papel mantense estable nos mercados, fai caer en picado
a rendibilidade do sector e pode eliminar os importantes avances destes últimos anos.
Galicia en clave económica
93
El futuro del monte gallego
Ponentes:
Emilio santos vilariño
Fundación Barrié
Ana oróns
Secretaria general de la patronal Confemadera
manuel Galdo Dopico
Presidente de la Asociación de Productores de Viveiro
Fecha: abril de 2014
Lugar de celebración: Viveiro
©Xurxo Lobato
Unha nova xeración
José Manuel Rodríguez González
8
El vino y sus desafíos
José Manuel Rodríguez González
Xoán Cannas
A
denominación de orixe Ribeira Sacra naceu no ano 1990. Ten a súa orixe nunhas feiras que se celebraban nas tres comarcas vitivinícolas do sur de Lugo e no norte de Ourense, concretamente, en Quiroga, Amandi e Chantada. As actividades naceran dunha iniciativa dun grupo de amigos de Amandi que pretendían, en orixe, recuperar a feira de Sober,
dedicada por enteiro ao gando. Leváronse as primeiras barricas de viño para darlle ao público un produto da terra. O gando
non se vendeu moito, pero o viño tivo un enorme éxito que plantou a semente para novas edicións. Ao ano seguinte fíxose
unha feira en Chantada e, un ano despois, en Quiroga.
Pasaron uns dez anos e xa non abondaba con vender o viño nas feiras ou na comarca, por onde xa circulaban miles de
botellas. Había que vendelo fóra. O viño tiña que viaxar e chegar aos restaurantes. Daquela nace a idea de impulsar unha
denominación de orixe dun viño da terra. O proxecto, que agromou en dúas provincias e nun importante número de concellos de Lugo e de Ourense, foi medrando e facendo que a Ribeira Sacra empezase a ser moi coñecida.
Xurdiu nese momento a necesidade de chamar dalgunha maneira a esa nova denominación de orixe. Houbo diferentes
plantexamentos e ideas sobre o tema, e finalmente fíxose unha votación para determinar o nome definitivo. Pasado o
tempo, a escolla parece que foi un acerto. Empezamos con 300.000 quilos e agora xa estamos producindo cinco millóns
grazas, en parte, a unha importante proxección nos mercados internacionais. Este desenvolvemento axudou dunha maneira incríbel a impulsar a zona como destino turístico.
Sempre dicimos no sector que a Ribeira Sacra é, lóxicamente, moito máis que un viño. O viño é unha sorte de interlocutor. Unha botella de viño enriba da mesa está a falar dun territorio. E pode falar ben ou mal. Por sorte, no caso da Ribeira
Sacra, fálase ben do viño e do espazo natural onde se produce.
situados no mapa
O viño está declarado pola UE como un alimento, pero a súa desaparición poucos problemas crearía á alimentación mundial. Porén, é un dos produtos dos que máis se escribe, se fala e se opina. Deste xeito, convértese nun embaixador único
para vender un territorio. Un xaponés ou un norteamericano, aos que lles guste o viño, naturalmente, poden descoñecer
onde está España, pero saben situar no mapa á Ribeira Sacra. Polo tanto, esa dimensión que ten o viño é distinta a que
ten outro produto e hai que aproveitala.
Por diferentes motivos, ao longo do tempo, décadas atrás, as diferentes estruturas administrativas tomaron as súas
decisións de costas ao campo. As principais economías do mundo teñen o seu campo traballado, como é o caso de Francia,
Alemaña, Reino Unido ou Estados Unidos, porque mentres o mundo sexa mundo teremos que garantir unha necesidad
básica: comer. A evolución do territorio e a evolución da sociedade van parellas neste caso. Un espazo traballado aporta
outro valor engadido. É atractivo para o turismo, por moito que as veces se pense o contrario, que o turismo modifica por
si mesmo o territorio.
Temos neste momento 2.600 hectáreas de superficie de cultivo, segundo o censo da Xunta, que están en mans de
12.000 propietarios. O anómalo é que no consello están asociados 3.000 viticultores, e dese número, hai uns 1.000 que
non venden uvas. Ese milleiro de produtores teñen un representante no Consello Regulador porque se sinten partícipes
dunha maneira de facer as cousas. E os outros miles de propietarios, que non forman parte da entidade, tamén son parte
dunha maneira de facer, xa que axudan a manter a paisaxe.
Neste momento afrontamos retos importantes. O principal é o avellentamento dos nosos propietarios, pero tamén
que a media das nosas explotacións escasamente pasa dos 1.000 metros cadrados e a dunha parcela está nos 700 metros.
Para quen pense que é unha difícil situación para a rendibilidade dos productores, hai que dicirlle que, polo momento, funciona e é rendible.
Galicia en clave económica
99
Sobre este debate do tamaño das parcelas é particularmente interesante o modo de ver o negocio en Francia. Eles
non falan nunca de cantos metros tes, nin cantos quilos recolles, nin canta extensión tes ou cantos litros recolles. Eles falan
de canto produce un metro cadrado de viña ou canto produce unha botella de viño. Esa é a única cuestión, porque podes
ter unha produción de miles ou millóns de botellas e ter unha industria con perdas, ou ter unha produción de 2.000 botellas
e ter uns ingresos moi importantes. A cuestión é facer rendible o traballo. O importante da extensión é que sexa doada de
traballar, ou se, pola contra, dificulta o seu aproveitamento.
rendibilidade
A Ribeira Sacra está mantendo a súa rendibilidade nos últimos anos. Entramos nos supermercados e nos hipermercados
cuns prezos que compiten con outras variedades de moito prestixio, tanto de Galicia como do conxunto de España. Non
esquezamos que Galicia é un mercado incríbel porque consumimos uns 25 millóns de botellas de viño ao ano con denominación de orixe, malia que só producimos en torno a 8 millóns. A Rioxa vende ela soa preto de 15 millóns de botellas.
Temos un produto que gusta á maioría da xente. Un estudo de Nielsen sostén que a nosa marca ten a máxima fidelidade
do mercado. Explican que de cada dez persoas que beben un Ribeira Sacra, nove ségueno a consumir. Non hai ningunha
denominación de orixe que supere esta marca.
Que pasará no futuro? Pois parece claro que o maior problema será o avellentamento da poboación. As grandes bodegas están plantando as súas propias vides para ter, polo menos, un aprovisionamento propio no futuro do 30%. É unha
maneira de protexerse contra o que pode derivar nun problema de produción polo abandono dos cultivos.
Eu estou convencido de que no futuro moita xente de fóra virá traballar aquí, se logramos manter a rendibilidade. O
avellentamento da poboación non ten hoxe unha solución nin un movemento de cidadáns cara a comarca que o mitigue.
Debemos empezar a preparar á xente nova para coidar esta riqueza e que se encargue da Ribeira Sacra unha nova xeración
de galegos. Temos moitas posiblidades de seguir sendo un bo sector para a economía e a sociedade galega.
A diferenciación como reto
Xoán Cannas
S
e falamos de emprender, o dicionario da RAE define o termo como acometer unha obra, un negocio ou un empeño,
especialmente se comporta dificultade ou perigo. Se falamos de innovar, o mesmo dicionario di que é alterar ou mudar
algo introducindo novidades. Pero que novidades? Este é o pequeno quid da cuestión. A miúdo innovamos dende unha
perspectiva equivocada ou simplemente copiamos. E copiar non está mal, pero, se o fas, é mellor que copies a quen o fai
ben. Hai un certo desenfoque en como innovamos e ten relación co que está a pasar na Ribeira Sacra.
A estatística di que o 94% dos proxectos que se comenzan nunca se levan a cabo. Apuntémolo dato, pois Galicia, zona
cunha grande carga poética, ten que loitar moito máis do que está loitando por acadar os seus soños. Esta sociedade
galega necesita ter o proxecto da Denominación de Orixe Ribeira Sacra, necesita poñer en valor as súas cualidades para
saír adiante.
Os dous grandes retos neste momento son o coñecemento e a comunicación, pero non referidos á Ribeira Sacra, senón
ao conxunto de toda Galicia. Estamos a falar neste momento dunhas 500 adegas operativas sen incluir todo o sector e o
negocio engadido que comporta a súa actividade. Estas 500 adegas supoñen, por norma xeral, o futuro das comarcas onde
están situadas. Teñen responsabilidades tan importantes como a fixación de poboación no espazo no que se asentan, o
desenvolvemento sostible das zonas rurais, a conservación do medio ambiente ou o impulso do ecoturismo. Pero moi
poucas, tendo en conta o seu potencial, se atreven a realizar todo isto.
Existe unha proxección de Galicia no exterior que a vincula a produtos de calidade que están ligados a un territorio.
Ese territorio é específico e irreproducibe. Xa que logo, temos de entrada un valor diferencial. Ademais, está arraigado
nunha cultura e nunha historia milenaria, e, no caso do viño, nun patrimonio xenético autóctono de extrema calidade e
variedade coñecido en todo o mundo. Todo o que digo non sorprende, pero é sempre destacable, nun momento no que
todo o sector está camiñando cara certa uniformización. Porén, os viños galegos teñen unha singularidade que os afasta
dese proceso.
Galicia representa, en termos vitivinícolas, un enorme potencial de progreso. Acontece que o avance está moitas veces
nas nosas mans, pero tamén nas dos políticos. A clase política ten ás veces un poder tan ilimitado sobre o territorio que
goberna, que moito do que se fai finalmente depende das súas decisións, en xeral complexas e que afectan de forma
directa ao desenvolvemento de moitas comarcas.
A promoción
Voume deter no sector enoturístico que, certamente, ofrece unha oportunidade de negocio case que ilimitada. Un exemplo,
non hai ningunha empresa especializada en comunicación vitivinícola, nin tampouco de márketing, e soamente unha de
deseño de etiquetas. Vaille de marabilla, lóxicamente. Moitas empresas galegas teñen que contratar estes servizos a empresas de fóra.
Hai un gran traballo de comunicación por facer para singularizar os viños galegos. Non estamos explotando as enormes
posibilidades que teñen as nosas denominacións de orixe, nin tratando de enviar unha mensaxe clara e única en relación
aos viños que se producen en Galicia. Cando asistimos a feiras en moitos países de Europa ou de Estados Unidos, vemos
que a representación española e a galega chegan divididas, como se ir por libre premitise obter unha maior rendibilidade.
O que supón é gastar máis recursos económicos nun tempo no que se necesita racionalizar custos.
É momento para ir xuntos como país, para que o turista chegue a Galicia e se mova por diferentes zonas ao longo da
súa estancia. Se unha cousa ten Galicia é que dispón de moitos espazos de interés sen necesidade de percorrer grandes
distancias.
100
Galicia en clave económica
Galicia en clave económica
101
¿Que é a calidade en termos vitivinícolas? A calidade ten que cumprir catro parámetros. O primeiro é o equilibrio. Os
viños teñen que ser ricos e redondos. O segundo é a profundidade, porque teñen que transmitir a idea do chan do que
proveñen. Teñen que ter intensidade e sabor. E, finalmente, teñen que ter complexidade. Estes son os parámetros acuñados
internacionalmente.
Posicionarnos no mercado
Cómo entende o cliente a calidade dun viño? Primero, cunha gran materia prima, porque se non temos iso para comezar,
é imposible facer nada. É indispensable para competir con outros viños de alta calidade e facelo, non polos prezos menores
nos comercios, senón con viños de prezo medio ou alto. Estamos condenados a facer viños de calidade, singulares e diferentes, lonxe dos prezos baixos que están a impoñer algunhas denominacións de orixe.
É fundamental que os parámetros iniciais dos que falabamos, de calidade e de singularidade, teñan unha correspondencia final á hora de presentar o viño, de ofrecelo aos clientes. Como o conseguimos? Pois cunha formación de alta calidade, ao nivel dos mellores do mundo, porque os nosos produtores ben o merecen. Os retos están todos na formación.
Para rematar, o cliente ten que captar os valores que nós queremos transmitirlle como zona produtora de viño, de maneira
que a base da fidelización do cliente sexa a base da cultura vitivinícola.
Confiar en nós
Estamos a piques de que nos concedan o título de Patrimonio Histórico da Humanidade. No 2001 concedéronllo á zona
do Douro, en Portugal, onde se está vivir un boom enoturístico. Máis non se debe soamente ao título. Dispoñen dun aeroporto internacional cos mellores estándares e moi explotado e teñen unha historia centenaria na denominación de orixe,
con 250 anos criando viños de calidade. Aquí traballamos dende hai 30 anos, polo que nos levan uns 220 anos de vantaxe.
Pero temos que traballar nesa mesma dirección porque os nosos recursos son moi bos. Temos que facer que vaia calando
esa mensaxe cultural na sociedade, co obxectivo de lograr unha economía sostible e un ben de país.
Para comunicar é fundamental a confianza, ou a autoestima, ou mesmo a fe. Esta confianza vén determinada pola
experiencia, que nos permite movernos con comodidade e axilidade nos mercados. Pois ben, malia producir viño dende
a época dos romanos, temos pouca experiencia en termos de calidade. O viño, até hai ben pouco, era un produto de autoconsumo, igual que as patacas e verduras ou calquera outro produto agrario. O salto cara a calidade é un salto moi recente, de 20 anos ou menos. Con que podemos corrixir a falla de experiencia? Con formación. É a clave dunha sociedade
de futuro.
102
Galicia en clave económica
El vino y sus desafíos
Ponentes:
josé manuel rodríguez González
Presidente de la Denominación de Orixe Ribeira Sacra
Xoán Cannas
Director del Instituto Galego do Viño
Fecha: mayo de 2014
Lugar de celebración: Monforte
©Xurxo Lobato
Convivir co turista sen matar o patrimonio
Miguel Pazos Otón
El motor del turismo
y el patrimonio
9
Miguel Pazos Otón
Javier Goyanes
Vicente Martín Egaña
S
e consideramos a cidade de Benidorm como destino turístico de masas, vén inmediatamente á cabeza a idea dunha
urbe totalmente saturada e non apetecible para gozar do tempo libre e do ocio. En gran medida iso é certo, pero
tamén hai autores que comezan a considerar Benidorm dunha maneira positiva. Danlle unha volta ao argumentario e
consideran que é unha cidade que concentra absolutamente todo o impacto, evitando o problema nas áreas próximas.
Isto é preferible, segundo estes autores, a estender o impacto por todo o litoral, colonizando a fachada marítima en
troques de estar polarizado totalmente nunha soa urbe. Por non falar da defensa que fan da eficiencia dende un punto de
vista do aforro económico, ao concentrar tódolos servizos públicos nunha mesma cidade.
A idea de fondo é, precisamente, xerar o debate de se é preferible este modelo de concentración, de compactación
nunha cidade especializada, ou se é preferible estender a actividade turística de baixa densidade por diferentes núcleos
co risco de castigar ou mesmo arrasar por completo máis espazos naturais. Dende o punto de vista do turismo, o
importante é que veñan visitantes todo o ano, e que unha vez rematado o período de sol e praia, exista unha ocupación
polo chamado turismo senior.
Sen adoptar unha posición maximalista e para non afirmar se unha cosa é boa ou é mala de seu, gustaríame destacar
que, se ben Benidorm pode considerarse horrible, hai unha serie de indicadores que sinalan que é un dos destinos máis
sostibles en España. Dende logo é un tema para o debate.
Máis preto de aquí, na praia das Catedrais, qué é unha indudable xoia natural de primer orde, somos conscientes dos
problemas que se están xerando no areal. A praia foise consolidando como un espazo turístico de gran prestixio
provocando, co paso do tempo, o paradoxo do turista: quere ir a espazos singulares, máis, cando chega, o espazo está
saturado e a súa experiencia turística queda desvirtuada. Non acontence soamente aquí. É doado poñer outros exemplos
e o mellor deles sería a cidade de Venecia. O novidoso é que este fenómeno está a ocorrer agora en Galicia.
regulación
Para regular a masificación temos que dosificar o fluxo de turistas que acceden ás zonas destinadas ao uso turístico. Hai
unha serie de técnicas para regular estes fluxos, algunhas moi complexas e outras máis sinxelas, como poñer un límite de
acceso aos vehículos privados.
Noutros espazos, coma nos parques naturais –faise en distintos países europeos pero é valido tamén para, por
exemplo, As Fragas do Eume– hai un centro de visitantes onde se acolle aos turistas que chegan e onde se deixan os coches
e os autobuses para despois camiñar un quilómetro ou dous para visitar o recurso natural. De maneira que non se prohíbe
a visita ao recurso, pero existe un filtro que modula o acceso. Sendo o turismo un sector da economía o suficientemente
importante, é necesario que haxa intervencións e plans de control para evitar matar a galiña dos ovos de ouro. Non se
trata de prohibir, senón de regular, que é moito máis difícil e que nunca remata.
En Galicia temos un patrimonio riquísimo e moi variado, un patrimonio milenario. Dito doutro xeito, temos un exceso
de recursos que non sabemos poñer en valor. O turismo é un gran devorador de todo tipo de recursos. Tódalas actividades
que se fagan deben inscribirse nun ámbito de sustentabilidade e provocar a reflexión da cidadanía para medir até onde se
pode chegar e cal é a responsabilidade de cada un nos usos dos espazos naturais.
A clave é a calidade. Pasa en tódolos sectores, pero no turismo máis. O máis importante é que os turistas que veñan,
volten. Trátase de organizar e de valorizar o patrimonio natural, que é do que Galicia pode presumir en calquera lugar do
mundo. Falta, polo tanto, seleccionar ao turista, diversificar, xestionar fluxos e non prohibir, pero si regular.
Galicia en clave económica
107
Una nueva estrategia para la marca ‘Galicia’
Financiación alternativa
Javier Goyanes
Vicente Martín Egaña
G
C
alicia, a pesar de ser una potencia turística en términos relativos, parece que no acaba de definir con claridad qué
modelo de turismo tiene o quiere. Hacemos un poco de todo pero no hacemos nada bien. Para desarrollar un modelo
concreto, tenemos que saber cuáles son las cualidades de cada una de las zonas que queremos exhibir y cuáles son los
intereses y los gustos de los potenciales turistas.
En este momento hay una hiperfragmentación de destinos, de modo que es muy difícil que, una vez que se ha llegado
a un punto turístico concreto, se pueda enganchar al turista para que prolongue sus vacaciones en la misma zona. Sin
embargo, este es uno de los objetivos del turismo de calidad, tratar de que la promoción turística sea un todo, de manera
que una zona genere para el turista la suficiente atracción para que venga y permanezca tiempo.
Dicho de otro modo, si lo que pretendemos es que el turista venga a ver exclusivamente la Torre de Hércules o la
Catedral de Santiago, de algún modo estamos dilapidando recursos, porque esa individualización no tiene recorrido y
cuesta mucho dinero.
El objetivo entonces es desfragmentar la promoción turística, porque Galicia no es tan grande a nivel internacional
como para que las promociones individuales, por cada destino concreto, resulten efectivas. En cambio, si tomamos Galicia
como destino único, sí que merece la pena la promoción en los mercados internacionales.
Debemos madurar la idea de que es necesario empezar a trabajar de otra forma. Necesitamos, por ejemplo, dar una
solución a los aeropuertos y a la línea del AVE. Ninguno de los aeródromos gallegos tiene conexión con el tren de alta
velocidad. ¿Cómo es posible que no se hayan conectado ambos modos de transporte? ¿No es mejor un aeropuerto con 60
destinos directos, los que realmente funcionan, que tres con 20 destinos en conjunto?
El tipo de turismo al que puede aspirar Galicia debe enfocarse en la captación de visitantes que tengan interés por la
cultura, un recurso en el que somos extraordinariamente fuertes. Este tipo de turismo, de alta calidad y alto poder
adquisitivo, es de los que más aportan al sector en general y es, además, uno de los menos agresivos desde el punto de
vista medioambiental. Para ello, es importantísimo detener el deterioro que, a causa de una construcción desordenada y
una ordenación del territorio penosa, ha provocado que la Galicia que lega esta generación no sea mejor que la que recibió.
En la segunda mitad del siglo XX y lo que va del XXI nuestra competitividad en términos de territorio, paisaje, cultura
y patrimonio ha caído de forma notabilísima. Nos cuesta aprender que el objetivo no es destrozar una villa marinera
dejando que reine el caos urbanístico, y después “embellecerla” con un paseo marítimo. Eso no será nunca lo que un turista
venga a buscar a Galicia.
Las claves de futuro pasan, entonces, por presentar a los turistas un recurso que ya está amortizado, que es propio,
que es singular y que es una imagen fiel de lo que representa Galicia en el mundo.
omo la actividad de nuestra empresa consiste en aproximar pymes a los mercados financieros, comenzaré por
proponer un ejercicio para ligar ambas cosas por medio de un juego ficticio. Consiste en suponer que Pazos de Galicia
decide crecer, porque es una organización exitosa, con un producto de calidad, con una buena marca, con un buen
funcionamiento y posicionamiento, es decir, una idea muy potente.
Así, si los socios deciden que su empresa crezca, ¿cómo podrían utilizar los medios de financiación alternativa y, en
paralelo, mejorar su imagen de empresa?
Resulta imprescindible empezar por exponer qué es el mercado alternativo español, el MAB, que proporciona financiación
a las pequeñas empresas de forma diferenciada con respecto a la tradicional Bolsa de valores. El mercado alternativo es un
sitio donde se juntan empresas que, de un lado, quieren dinero, y, de otro, inversores que tienen capital. A través de ciertos
mecanismos, ese dinero de los inversores acaba en las empresas que demandan fondos. Digamos que el MAB es una Bolsa
pequeña, para pymes, donde hay bancos colocadores y bancos agentes que procuran que los fondos del inversor lleguen a
su destino.
Para llevar a cabo la ficción que propongo, hemos hecho una cuenta de resultados falsa sólo a efectos didácticos,
teniendo en cuenta los 21 pazos de Pazos de Galicia y creando una serie de productos, como la hostelería para residentes,
las habitaciones para los no residentes y eventos. Hemos hecho una previsión de facturación, impuestos y beneficios
después de impuestos. Y hemos anunciado medidas para maximizar beneficios, con una gestión centralizada y
profesionalizada mediante una central de compras.
Para contextualizar la situación, el sector turístico europeo tiene en este momento unas valoraciones económicas
elevadas, de modo que el mercado entiende que la recuperación de la inversión en un negocio turístico tiene un índice de
retorno muy rápido en relación a otros sectores. Esto está ocurriendo porque se supone que estamos saliendo de la crisis,
porque los americanos quieren entrar en Europa y por otras muchas circunstancias.
De modo que si observamos la relación entre precio y beneficio, es decir, cuántos años han de pasar para que pueda
recuperar mi inversión a lo largo del tiempo, Pazos de Galicia, con esta cuenta de resultados ficticia que hemos hecho,
valdría en torno a unos 24 millones de euros, aplicando ya una prima de descuento de seis millones de euros por no ser
una empresa del tamaño de Meliá o NH, que tienen unas valoraciones grandes.
¿Cómo se organizaría esto? Pues como una sociedad anónima, lo cual en principio es muy difícil, porque los socios de
Pazos tendrían que ceder su negocio y convertirse en accionistas de una sociedad resultante, sin, por supuesto, alterar la
propiedad inmobiliaria de cada uno de los propietarios, y se crearía una marca común. Entre las ventajas para la sociedad
resultante, habría acceso a una financiación más barata, puesto que sería una central para poder negociar con entidades,
habría una imagen de marca más compacta y habría liquidez para los propietarios al ser un activo cotizado.
A nivel de sector, Pazos de Galicia prodría acceder a distribuidores cualificados de manera más sencilla que
posicionándose de manera independiente, mejoraría las capacidades de negociación y de compra, habría un
posicionamiento de marca, como Paradores o Pousadas de Portugal y se patrimonializaría un activo que es un intangible,
la marca que es hoy por hoy Pazos de Galicia.
nuevos canales
En este momento, hay una serie de mercados y de mecanismos que van apareciendo, los cuales permiten la financiación
de las empresas, y, a buen seguro, por los que se canalizarán las oportunidades de futuro. En España tenemos un mercado
de financiación bancaria que llega al 93%, mientras que pocas empresas asumen financiación por medio de emisión de
bonos en mercados internacionales, salvo las grandes compañías, como Telefónica, Santander o BBVA.
108
Galicia en clave económica
Galicia en clave económica
109
En países de nuestro entorno, como Francia, por ejemplo, y siempre hablando de pymes, sólo el 60% es financiación
bancaria; en Italia, el 20% es financiación no bancaria y en el Reino Unido, alcanza el 40%. De modo que tenemos que
acostumbrarnos desde el punto de vista de las pymes, aunque el MAB está dirigido a empresas de cierta envergadura, a
hablar de una financiación alternativa al margen de los canales habituales, como el modelo sajón de los business angel o
los family offices de los grandes patrimonios.
El mercado financiero es, en este momento, cambiante, y va a ser así en el futuro. Es decir, tenemos que desterrar la
idea de que los bancos van a proporcionar dinero como lo hacían antes, porque ahora la situación tiene otra perspectiva.
No pensemos que los bancos y cajas van a prestar dinero como antes, porque hay que tener claro de una vez por todas
que ese modelo se ha terminado. Pero como las empresas siguen teniendo ideas y quieren en muchos casos crecer y
expandirse, hay que buscar otras formas de financiación, que ya están inventadas en otros países como Gran Bretaña o
Francia.
El motor del turismo y el patrimonio
Ponentes:
miguel Pazos otón
Director del Centro de Estudios Turísticos de Galicia
javier Goyanes
Presidente de Pazos de Galicia
vicente martín Egaña
Economista y director general de Finanzas Corporativas
Fecha: junio de 2014
Lugar de celebración: Ribadeo
110
Galicia en clave económica
©Xurxo Lobato
La leche ante un mercado global
José Luis Antuña
10
nueva visión del campo
José Luis Antuña
Daniel López Muñoz
Javier García Lozano
E
l sector lácteo gallego ha sufrido una importante transformación en el tránsito entre los siglos XX y XXI. En Galicia
entre 1995 y 2012 las explotaciones han evolucionado de 62.000 a 11.6000, una disminución del 81%, mientras la
producción láctea se incrementó de 2.100 a 2.500 millones de litros. Esto significa el paso de una producción familiar a
una profesionalización, que ha multiplicado la productividad y la eficiencia, el rendimiento medio de las explotaciones
creció en niveles del 537%, sextuplicando los volúmenes anteriores. La producción media en la comunidad gallega estaba
en el año 2011 en los 215.000 litros, cuando en 1995 eran solamente 33.000 litros.
En Galicia hay tres grandes zonas de producción de leche: el entorno de Mazaricos-Santa Comba, donde está la planta
de Feiraco, la gran comarca del Deza y el entorno de A Terra Chá. En estas zonas se produce cerca del 75% de toda la leche
de Galicia, de modo que esta es la localización perfecta para abordar el estado actual del sector. Pues bien, la evolución
del sector lácteo gallego no es igual pero sí similar al conjunto de la UE, que arroja un saldo medio de desaparición del 50%
de las explotaciones entre 1995 y 2012. Dinamarca ha registrado un índice cercano al 80%, España lo supera levemente y
Portugal se sitúa en el umbral del 90%.
En Galicia se sitúa el 54% de las explotaciones de España. Sin embargo, el número de productores que superan el
umbral de los 200.000 litros de cuota anuales apenas se eleva sobre el 30% del total. No es, sin duda, la mejor de las
posiciones respecto a otras grandes zonas productoras de Europa. Pero lo realmente preocupante es que disponemos del
35% de las explotaciones con menos de 75.000 litros de cuota. Este volumen difícilmente garantiza una rentabilidad para
las familias, por lo que están obligadas a evolucionar o a desaparecer.
Esto tiene influencia en la estructura de los precios, que contempla una prima por volumen, de modo que este se ve
afectado al no llegar esas explotaciones a los escalados de los volúmenes prefijados, por ejemplo, a los 200.000 kilos
anuales citados antes. En esos casos, puede comprobarse por medio del Observatorio de la Leche que los precios en Galicia
y en el resto de España son similares.
En España disponemos de una explotación media de 250.000 kilos, y en Galicia los valores, como se apuntó antes, son
de 215.000 kilos. Es decir, no son especialmente pequeñas. Las italianas son similares en tamaño, mientras que las francesa
y alemanas, ligeramente mayores. Por lo tanto, si excluimos Dinamarca, el Reino Unido y los Países Bajos, nuestras
explotaciones tienen un tamaño medio mucho mayor que en Austria o Polonia, por citar algunos países. Y disponemos de
algunas explotaciones que por tamaño y eficiencia son las más competitivas de Europa.
Ampliemos todavía más el foco. Respecto a la competitividad en la Unión Europea en relación a los grandes productores
de leche del mundo, tiene especial interés el mecanismo que aplica la UE para intervenir cuando los precios caen por debajo
de unos umbrales determinados. Hasta el año 2004, estaba situado en 28,20 euros, que era el precio de intervención que
tenía la Comisión Europea. Cuando la leche se situaba por debajo de ese precio, entraba automáticamente la intervención,
se retiraba leche y mantequilla del mercado, manteniendo así los precios. Tras los diferentes cambios de la PAC, y sobre
todo a partir del año 2006, ese precio de intervención bajó a 21,60, que es el que tenemos actualmente. No me consta que
haya ningún productor de la UE que sea capaz de producir a 21,60 euros.
La volatilidad en los precios
Después del año 2006 se produce una etapa de enorme volatilidad, con crecimientos en el año 2007 y caídas en el 2009,
hasta la posición de mediados de 2013, que se salda con un precio de 37 céntimos el litro, algo que se ha venido
manteniendo a lo largo de los últimos tiempos con pequeñas diferencias. Cuando el precio de la leche cayó a unos 25
céntimos en Europa en el año 2009, en el resto del mundo la leche cayó a entornos de 19 y de 15 céntimos. De modo que
a partir del año 2008 en adelante, los precios de la leche en el mundo y en Europa se van aproximando paulatinamente,
Galicia en clave económica
115
con ligeras variables claro está, pero desde luego muy alejados de las diferencias de 15 céntimos por litro de leche del
año 2000.
En medio de esa etapa de profunda crisis de los precios, la UE puso en marcha un grupo de expertos de alto nivel, con
el objetivo de dar transparencia y equilibrio a la cadena de valor. Las conclusiones llegaron a finales del año 2012 con el
llamado paquete lácteo. Esta herramienta nos dio una nueva capacidad de gestión, supuso la puesta en marcha en España
del contrato obligatorio, si bien en otros países no lo es, permitió las organizaciones de productores y se fortaleció la
representatividad sectorial.
Estas tres herramientas, en su conjunto, son positivas para el sector, pero usándolas de forma coordinada. Si no nos
organizamos a la hora de negociar, nuestra capacidad es escasa, y si no tenemos contratos estables a largo plazo, indexados
a la evolución de determinados parámetros, decidirá siempre el comprador el precio que pone.
Los consumidores instruidos sobre el binomio alimentación-salud esperan innovaciones que les aporten calidad de
vida. La economía social ha demostrado ser un modelo de éxito, de modo que es imprescindible que sea un contrapunto
a cualquier otro desarrollo empresarial. No podemos pensar que la realidad se va a adaptar a lo que somos, sino que
debemos actuar de forma determinante para alcanzar una posición digna que sea garantía de futuro.
En ese futuro estamos convencidos que Galicia seguirá siendo un productor lácteo de referencia. Si acompañamos la
producción con un desarrollo industrial y de la innovación acorde con las demandas del mercado, el PIB lácteo crecerá y
se mantendrá un modelo productivo que será garantía de supervivencia y de prestigio en la vida rural gallega.
La Política Agraria Común
Ahora afrontamos el nuevo cambio de la PAC, que hace una modificación de los derechos históricos hacia derechos de
base territorial, además de que desaparecen las cuotas lácteas y se puede producir hasta donde seamos capaces. Es una
oportunidad, pues España es un país deficitario en la producción de leche. Importa un tercio del consumo lácteo. Pero que
permita aumentar la producción no quiere decir que no existan riesgos, pues los productores más eficientes o con costes
más bajos podrían colocar sus excedentes en nuestro mercado.
La PAC es un elemento equilibrador, se destinaba histórica y fundamentalmente a la intervención de los mercados. Se
trataba de proporcionar ayudas a la exportación y de intervenir y almacenar producto cuando había excedentes de
producción. A partir del año 2006, la situación cambió, puesto que las ayudas de la PAC las cobra directamente el productor,
pero están desacopladas de la producción. Esto finalizó en el año 2014. Esa mochila láctea de la PAC histórica estará ligada
ahora a la base territorial que uno tenga, se destinará además a una ayuda que será directa y el resto a fondos de desarrollo
rural. La PAC ha pasado de 20.000 millones en la UE-12 a los 60.000 de las UE-28.
El precio de la leche tiene una gran importancia, no cabe duda, pero sobre su evolución Competencia no permite más
actuaciones que las de la eficiencia. Es, pues, más relevante la estructura de costes de una explotación, debemos actuar
sobre los márgenes. En 2009 la leche estaba a 20 céntimos el litro, con un coste de alimentación en algún caso superior a
ese precio. Pero en el año 2012, pagando un precio superior al ganadero en Europa, volvemos a encontrarnos con unos
costes de alimentación más altos. Si hacemos un ratio entre el coste de alimentación y el precio de la leche, vemos que el
precio de concentrado estaba por encima. Es entonces cuando se produce la catástrofe, ya que es imposible producir
leche con rentabilidad.
El modelo de EE UU
Hay otros modelos diferentes al sistema europeo. En Estados Unidos, por ejemplo, los ganaderos trabajan con una garantía
de rentas, y su modelo está ligado fundamentalmente a los márgenes y los costes de alimentación. Debe tenerse esto en
cuenta. Este es el problema de fondo y no tanto que la leche suba o baje de precio. Se trata de cuánto nos cuesta producir
cada litro de leche.
Por poner unos ejemplos, producir cada litro de leche en Australia costaba 0,30 dólares, pero más barata estaba en
Argentina o Chile, con 0,20 dólares; algo más cara en Estados Unidos o Brasil, con 0,40 dólares, y en la UE incluso más,
con 0,50 dólares. Es decir, supone unos costes de producción que son prácticamente el doble de los de Argentina o Chile.
Estos cambios se producen también en países como China, un gran consumidor y demandante de proteína láctea. En 2007
producir un litro en China costaba en torno a 200 euros por cada 100 litros. En el año 2014 cuesta 500 euros.
Futuro
Por último, quisiera hacer unas reflexiones sobre el futuro. Primero, que cualquier estrategia empresarial tiene que ser
global. Podemos hablar de la economía y la producción de leche en Galicia y que la demanda mundial continúa creciendo.
Y en ese entorno tenemos que competir tomando decisiones estructurales. Mientras vamos a pasos de tortuga, la
distribución y los consumidores se mueven a pasos de gigante, seguimos siendo el eslabón más débil.
116
Galicia en clave económica
Galicia en clave económica
117
reinventar o rural
Daniel López Muñoz
G
alicia é o produto histórico dun asentamento poboacional moi disperso. Temos máis de 30.000 entidades singulares
de poboación de desigual tamaño. Hai un esforzo histórico, épico incluso, do pobo galego para avanzar nunha
aventura colectiva humanizando o territorio que non era, dende o punto de vista orográfico, nada doado. Así a todo,
fómonos adaptando a ese espazo cunha notable intelixencia colectiva.
O proceso de adaptación continúa nestes momentos. Os datos reflicten que, en termos xerais, hai unha ocupación
agraria que se mantén, como tamén se mantén no aspecto pesqueiro, na construción ou nos servizos. Nos núcleos máis
eminentemente labregos mantense unha actividade agraria primordial, pero arredor desta actividade principal hai outra
composta por persoas que non teñen como dedicación esencial o agro. Por exemplo, os campos relacionados cos servizos
ou da construción, ou aquelas persoas que traballan fóra do núcleo pero teñen alí a súa residencia rural, o que é o xerme
dunha nova sociedade rural.
Un dos grandes desafíos cara o futuro, que non é un problema exclusivamente galego senón de orde europeo, é a
cuestión demográfica. A evolución do saldo vexetativo, é dicir, a diferenza entre a xente que morre e a xente que nace, foi
negativo durante os últimos anos. Morre máis xente da que nace. Esto maquillouse durante os anos do boom económico
por medio de fluxos inmigratorios. Os estranxeiros foron tapando o descosido do noso problema demográfico.
A partir do 2008, esta inmigración xa non cumpre esta función e empezan a reverterse as cifras. Hai un descenso de
poboación en xeral, e no caso de Galicia, a situación aínda é peor. Pero se no conxunto de Galicia perdemos poboación, hai
que dicir que, curiosamente, nas zonas urbanas, máis ou menos se mantén, grazas á drenaxe acelerada das zonas rurais.
Respecto aos niveis de fecundidade, podemos dicir que no caso de Galicia, xa incluso dentro duns niveis enormemente
baixos en toda Europa, ocupa unha das posición máis baixas da táboa de rexións comunitarias, liderando, con Asturias, os
datos de baixa fecundidade. Se observamos a comparación respecto ao avellentamento da poboación en relación a España,
Galicia ten un cuarto da poboación maior de 65 anos.
Temos un problema grave de viabilidade e o reto de repensar cal é o futuro para as nosas áreas rurais, e se, polo tanto,
cambiamos ou non a nosa mirada e estratexia. É unha decisión que temos que tomar como país, porque é un problema da
cidadanía en xeral, pero que inclúe aos políticos, aos poderes públicos e a tódalas persoas de maneira individual. O que se
comproba é que os concellos que gañan poboación son os situados no Eixo Atlántico, determinadas capitais de comarca
ou de provincia e tamén zonas que son núcleos dinamizadores.
Hai unha serie de cuestións fundamentais á hora de definir o problema. Destaca a fecundidade e a percepción de
oportunidades vitais. Pero tamén é relevante o potencial inutilizado nestas propias áreas, que poderían sustentar novas
ruralidades para desterrar a idea xenérica de que hai tan poucas oportunidades no rural. Debemos indagar sobre o
efecto do fenómeno inmigratorio, coas súas potencialidades e límites. É preciso promocionar a habitabilidade no rural,
aplicando medidas de sustentabilidade e de vertebración territorial, de xeito que o cidadán perciba que compensa vivir
no medio rural.
Tamén habería que falar da resistencia das pequenas explotacións, porque hai outras posibilidades de rendas ao marxe
do tamaño industrial das explotacións. E, definitivamente, temos que ter en conta, e botar fóra, a idea de que ser de aldea
é unha maldición, porque funciona coma un gran prexuizo colectivo. Habería que empezar a autoconvencerse de que os
paraísos non están nos arrabaldes das grandes cidades, porque alí se concentran, xustamente, moitos dos problemas de
vivenda ou de emprego.
Hai un problema europeo de fecundidade que non é exclusivamente galego. Fálase incluso dunha xeración perdida
en Europa, acentuada pola crise económica. A idade media está xa nalgúns territorios por enriba dos 35 anos — unha
tendencia que agudiza, lóxicamente, o problema biolóxico do segundo fillo— e hai unha permanencia máis longa no
fogar parental. Tamén está a chamada xeración ni-ni, que nin estuda nin traballa, que chega a un 20% nalgúns países
como España ou Italia.
o potencial ocioso
A segunda clave ten que ver coa capacidade de utilización do potencial ocioso. Resúmese en que coas medidas axeitadas,
nun período de 10 ou 15 anos, Galicia ten un enorme potencial para se converter nunca área produtora de alimentos de
calidade. Galicia xa está identificada en España e en Europa como unha zona que produce bos alimentos. Esa marca, que
aínda ten moito camiño para se perfeccionar, sería unha base magnífica para o emprendemento no rural. Porén, para
logralo, hai que ter unha estratexia dende os poderes públicos e valentía para aplicar as medidas.
Se adoptamos unha visión macro, dende arriba e non soamente local, resulta realmente difícil poñer cancelas ao
campo. Cando falamos de inmigración estamos dicindo que hai zonas en Europa. como a galega, que durante séculos foi
quen de alimentar a unha determinada masa de poboación, e que, de súpeto quedan baldeiras, improdutivas e sen unha
utilidade clara. Evidentemente será difícil, pero é máis difícil non concibir que se esas áreas non se empregan en aras da
produtividade, pode vir alguén de fóra a traballar nelas. A situación actual é ao tempo un problema e unha oportunidade.
Respecto a habitabilidade, é fundamental unha estratexia integral dos poderes públicos, e mesmo do arco
parlamentario, para xestionar o territorio. Non podemos pensar en colocar un centro de día en cada parroquia, por
exemplo, pero si nos servizos que debe ter cada zona. Todos os cidadáns deben ter a posiblidade, con independencia do
lugar onde vivan, dun beneficio colectivo, en moitos casos, sinxelamente, porque queren continuar vivindo onde están.
A exclusión territorial
É necesario falar, xa que logo, dun fenómeno chamado exclusión territorial. Define o que acontece na Galicia rural neste
momento. Normalmente, o concepto do que se fala é o da exclusión social, que, como sabemos, é referido a grupos de
xente que, por determinadas circunstancias, non teñen acceso á participación ou ao benestar. Pois ben, hai unha barreira
concreta respecto ao acceso a esas posibilidades de benestar en igualdade de condicións –nos estándares que entedemos
hoxe en día– que afecta a determinadas zonas de Galicia, que quedan excluidas polo feito de estar nunha localización
concreta.
No fenómeno anterior, falamos dunha espiral, porque cada vez que avanzamos nunha dirección afondamos na ferida.
A percepción por parte da poboación máis nova de que hai cada vez menos posibilidades de emprego e de actividade
económica nesas zonas rurais concretas, deriva en que a xente de menor idade, fundamentalmente as mulleres, emigren,
e, polo tanto, os servizos desas zonas deixan, dende o punto de vista das administracións, de ser rendibles pola ausencia
de poboación. Como hai menos servizos, naturalmente aumenta a percepción de que hai menos oportunidades vitais, e,
de novo, afondando no círculo, volta a impulsar a saída de xente moza desas zonas.
118
Galicia en clave económica
Galicia en clave económica
119
A produción ecolóxica
javier García Lozano
A
agricultura ecolóxica é unha alternativa productiva que comeza a estar desenvolvida na nosa comunidade e que xera
emprego e riqueza. A superficie que temos inscrita neste momento é de 15.670 hectáreas, gran parte dela, preto de
7.000, están na provincia de Lugo.
Ourense é a segunda provincia en superficie, con preto de 6.000 hectáreas, mentres que A Coruña e Pontevedra
rexistran, respectivamente, arredor de 1.600 e 1.100 hectáreas cada unha. O crecemento en superficie ao longo do último
ano foi de 428 hectáreas, un 2,81% máis sobre o ano anterior.
Por tipo de cultivos, Galicia é unha comunidade eminentemente gandeira. Polo tanto, gran parte da produción da
superficie inscrita ten un destino para pradarías e pastos temporais. Hai datos relevantes neste sentido, como que Galicia
ten preto do 65% da produción láctea ecolóxica certificada na península ibérica.
Non se pode ocultar que temos un problema importante en cultivos hortícolas, porque, probablemente, os produtores
non acaban de dar o paso final malia que existe unha demanda por parte dos consumidores destes produtos. Parécenos
detectar aquí un pequeno nicho de mercado, nestas producións que por agora, e maioritariamente, veñen de fóra ante a
pouca presenza de produto autóctono.
No Consello realizamos moitos controis en puntos de venda de comercio minorista e decatámonos que hai moitos
produtos que veñen dunha importante cooperativa de Navarra, mentres que poderían perfectamente cultivarse e
producirse aquí en niveis industriais. É claro que hai outras zonas de España onde a agricultura ecolóxica está máis avanzada
que en Galicia. En Andalucía, por exemplo, hai máis de un millón de hectáreas adicadas a este tipo de cultivos, fronte,
como dixen, as 15.000 galegas.
ámbito comunitario
A vantaxe que ten a certificación ecolóxica é que é a mesma para tódolos países da UE. O selo que outorga o Consello
Regulador é válido para os distintos territorios, o que permite que algunhas producións das que Galicia é excedentaria, se
poidan exportar ao exterior sen maior problema.
O consumidor, segundo os nosos datos, está disposto a pagar entre un 15% e un 17% máis por un producto ecolóxico.
Hai algunhas producións, é verdade, que custan máis que ese plus que está disposto a pagar o cliente, pero tamén hai
produtos que custan prácticamente o mesmo que a produción convencional.
Outra vantaxe do sector ecolóxico é que aínda, polo de agora, é un mercado incipiente e non existe moita competencia
entre os operadores. Hai máis demanda que oferta e as marxes son máis elevadas que na agricultura convencional. Esta
situación é probable que cambie no futuro, porque é posible que a oferta e a demanda se equiparen.
O verdadeiramente relevante non é só a consideración económica para os produtores e os consumidores, senón que
os alimentos ecolóxicos preservan especialmente a vida rural. Para que sexa rendible unha explotación hai que situala
obrigatoriamente en zonas menos poboadas, lonxe dos núcleos urbanos, fixando, polo tanto, a poboación no rural. Isto
pasa principalmente na produción leiteira e tamén nas colmeas, por poñer dous exemplos.
Dos operadores inscritos no Consello Regulador, 523 traballan no ámbito da produción animal e vexetal e o resto son
empresas elaboradoras. Non hai límites para acceder ao certificado de agricultura ecolóxica no tocante ao tamaño. Se alguén
nos pide certificar unha parcela de 100 metros cadrados, temos a obriga de facelo. É igual que sexa máis grande ou máis pequena.
Por subsectores, certíficanse producións por valor de 360.000 euros no eido dos aceites; por recolleita de castañas,
suma case 1,6 millóns, cun crecemento do 84%, aínda que é moi variable; en carnes e derivados, certifícanse 3,6 millóns
de euros. Dende o ano 2010, podemos certificar algúns productos do mar, como algas, pero principalmente conservas,
que pasaron de 2,4 millóns a 3,56 millóns de euros, un crecemento do 49%. Os productos que máis certifica o Consello
Regulador son de lonxe o leite e os seus derivados, cun valor de certificación de máis de 9,4 millóns de euros, aínda que
no último ano houbo unha variación á baixa.
120
Galicia en clave económica
nueva visión del campo
Ponentes:
josé Luis Antuña
Director general de Feiraco
Daniel López muñoz
Proyecto transfronterizo Symbios
javier García Lozano
Secretario del Consello Regulador de Agricultura Ecolóxica de Galicia
Fecha: septiembre de 2014
Lugar de celebración: Vilalba
©Xurxo Lobato
A interacción humana coa paisaxe
Juan Marcos Pérez Gulín
Campo y montaña:
puesta en valor del paisaje
11
Juan Marcos Pérez Gulín
Isabel Aguirre de Urcola
A
rqueixal é un lugar recomendable para calquera que ande na procura de espazos nos que a interacción humana coa
paisaxe non é soamente respectuosa. Os procesos dos que nace esta marabillosa paisaxe no corazón da comarca da
Ulloa, están na base dunha moi dinámica actividade socioeconómica.
Nunha das actividades que alí se realizan tiven oportunidade de escoitar a Xoan Carlos Carreira, Catedrático de Enxeñería Agraria da USC, resumir nunha frase moitas das limitacións das que adoecemos como galegas e galegos. Dixo que
“o problema do minifundismo galego”, sempre tan empregado como unha nota característica para definir Galicia, “é que
non inventamos as máquinas axeitadas, senón que destrozamos o noso territorio para adaptalo ás máquinas que inventaron outros”.
Dende o momento en que se pensou que era preciso traer desenvolvemento a Galicia, crendo que o que tiñamos non
era suficiente, comezamos a perder a perspectiva da nosa propia identidade. Ese desenvolvemento que importamos permitiunos producir máis, pero isto non está necesariamente ligado ao progreso e moito menos ligado aos nosos usos e
costumes que historicamente foron configurados e configurando a paisaxe galega.
Para poder pensar no futuro, é preciso comezar por interesarse, coñecer, e analizar os procesos e as decisións que nos
levaron a ter o territorio e a paisaxe da que hoxe aínda gozamos. Este punto de partida axudaranos a nos recoñecer nunha
identidade propia que, nun mundo cada vez máis globalizado, ofrécenos un aspecto diferenciador que pode derivar nuha
ferramenta da competitividade económica.
Por exemplo, a recuperación das razas autóctonas na gandeiría, non ten que ver cunha idea de priorizar unhas razas
sobre outras soamente polo mero feito de seren galegas. Apostar por razas autóctonas significa traballar con animais que
están adaptados ás condicións do país e polo tanto que facilitan o traballo ao non requirir coidados e atencións debidos á
aclimatación, nos casos que se chegue a producir.
Ou tamén está a historia desa rapaza que respectando os principios e métodos da cesteiría tradicional actualizou ese
oficio. Hoxe, desde esta mesma provincia de Lugo e asentada na Reserva da Biosfera Terras do Miño, Idoia Cuesta crea
para Loewe unha colección de bolsos que leva o nome de Galicia, e que son confeccionados en parte por un grupo de
artesás e artesáns lucenses, feito que nunca será suficientemente destacado.
A paisaxe vai máis aló do concepto estético-turístico que de primeiras nos asalta a imaxinación. Coñecer os elementos
estratéxicos e os procesos que configuraron a paisaxe da que gozamos no día de hoxe, son os puntos básicos para un desenvolvemento baseado nos valores endóxenos de Galicia. Unha estratexia baseada na vocacionalidade dos nosos recursos e
que outorgue valor de xeito racional aos elementos e respectuoso coa funcionalidade dos sistemas ecolóxicos, non só acadaría
unha pauta estable de progreso, senón que reforzaría a nosa competitividade sobre a base “do noso”, da nosa identidade.
O que quero dicir con estes exemplos é que somos quen debemos buscar a nosa nova perspectiva, enfiando medio,
paisaxe e coñecemento. Somos nós, tomando consciencia da capacidade que temos de mudar o noso medio, responsables
da situación actual e tamén de tomar as decisións axeitadas para reorientala.
Para isto é preciso interiorizar a relevancia que os nosos actos cotiás teñen sobre a paisaxe. Por exemplo, pensar como
chega a auga as vivendas. Para que chegue ao noso lavabo en algures existe un embalse que nos abastece. Ou o feito de
que a electricidade non se transmita a grandes distancias sen fíos, que conleva que dende unha toma de corrente calquera
temos un cable continuo que chega ás centrais produtoras de enerxía eléctrica de Galicia. Calcular os quilómetros de cable
que hai entre lámpadas e centrais é case que inimaxinable e moitos deses cables viaxan polo territorio provocando unha
afectación grande co seu impacto na nosa paisaxe.
É tempo para un debate aberto sobre a paisaxe. Un concepto que, entendido como percepción ofrece moitas posibilidades para a interpretación. Podemos interpretar a paisaxe en sentido negativo ou en sentido positivo, e posiblemente
non nos poñamos dacordo nesa valoración. Pero o que non podemos negar e que temos moita capacidade para modificala.
Velaquí a nosa responsabilidade para o futuro.
Galicia en clave económica
125
o valor histórico e social da paisaxe
Isabel Aguirre de Urcola
50.000 empregos, máis que Inditex. Ao tempo, somos deficitarios en hortalizas, e temos que importar, por exemplo, pementos ou cebolas que ben seguro poderían producirse aquí.
No 2013 desapareceron en Galicia 1.740 explotacións agrarias, 140 aulas de ensinanza, sobre todo no rural, e hai 1.500
vilas baleiras. Son datos que obrigan a unha reflexión. Coas posibilidades que temos, coa riqueza do noso territorio, non
podemos perder máis oportunidades.
Que debemos facer?
1. Fomentar nas comunidades o recoñecemento e valor das súas paisaxes
C
ando vou a reunións internacionais de escolas de paisaxe, porque son membro do comité europeo, son a única española presente. É unha mostra do pouco interese que suscitou ata agora a paisaxe en España e en Galicia. Porén, a riqueza do territorio galego é importantísima, e malia que a máis coñecida sexa a costeira, a Galicia interior é unha xoia,
particularmente a provincia de Lugo.
A paisaxe é un feito cultural. Na Grecia clásica, a palabra paisaxe non existía. É un concepto cultural moi recente, que
comeza polos pintores de finais do século XVII e principios do XVIII. Son eles quen perciben que a natureza ten un valor
plástico, un valor formal e un valor estético. Foi entón cando comezamos a falar de paisaxe.
Fíxase un punto de inflexión cando Petrarca describe a emoción que lle produce a visión do monte da Provenza italiana.
A literatura comeza a falar do que é o sentir, a emoción, a estética e a consideración da beleza na natureza. O sentido da
beleza que nós coñecemos coma paisaxe débese a que estamos inmersos nela, todos vivimos nunha paisaxe. Non é soamente a paisaxe natural, senón tamén a urbana.
Onde se soporta a paisaxe? Do mesmo xeito que a tela para o pintor, o territorio é o soporte dese concepto cultural.
Pero o territorio é moi variado, un espazo non é igual a outro, depende do clima, da hidroloxía, do solo. Está condicionada
absolutamente por estes elementos que nós non podemos transformar.
Porén, cando falamos dunha paisaxe natural, poucas veces é verdadeiramente natural. É moi probable que xa tivera
intervencións de todo tipo. Ao atravesar un territorio xa se ve que está modificado, que tivo un principio, pero que xa non
está nese estadío, porque se produciron movementos.
Cando se fala de intervir ou non nun territorio, sempre poño como exemplo a Ribeira Sacra. As ladeiras do canón do
Sil, que hoxe aspiran a Patrimonio da Humanidade, tempo atrás foron fragas. Imaxinemos a intervención que supuxo arrasar con eses bosques, construir os muros e plantar vides.
Actualmente, as intervencións teñen máis que ver coas infraestructuras, coas autoestradas e co AVE. Son intervencións
na paisaxe que en ocasións son necesarias, pero que, en definitiva, están transformando o noso territorio. As paisaxes da
industria, das bateas nas rías ou das parcelas do rural non están feitas para que sexan estéticamente bonitas, pero son fermosas, malia que a súa función sexa soamente empresarial ou de delimitación de propiedades. Coas torres dos muiños
eólicos nos montes pasa o mesmo, están a transformar a paisaxe para levar enerxía aos fogares. Queda demostrado logo,
que o conxunto das nosas actividades modifican o territorio.
Se cadra, a máis importante de todas sexa a edificación. É un dos maiores cambios que a humanidade aplicou ao territorio. Hai exemplos notables. O arquipélago de Venecia é unha marabilla construida sobre o lodo da baía. Levantouse
cravando troncos de madeira sobre o bulleiro ata conformar unha plataforma para despois construir enriba. A Igrexa da
Salute ten na súa base un millón de troncos de madeira cravados na lama. A intervención no territorio pode chegar a estes
extremo.
Existen outras paisaxes que non son nin naturais nin provocadas pola intervención no territorio. Son as paisaxes da
memoria, as que recordan momentos vividos, a saudade doutro tempo. Todos temos unha paisaxe da nosa infancia, de
cando casamos, de cando fomos felices ou sufrimos.
A paisaxe, logo, é o resultado do que fixemos, do que fomos e de como nos comportamos. A calidade da paisaxe depende da racionalidade, do uso axeitado do territorio, pero... como podemos saber que é racional? A resposta está na educación dos cidadáns e, lóxicamente, a racionalidade tamén debe estar presente nas leis, de maneira que den resposta aos
cambios que se producen na sociedade.
A educación e as leis deben ter como premisa o respecto pola natureza. Respectar o que existe, o que temos nas nosas
mans, de xeito que a evolución sempre sexa sostible, é o garante de que poidamos transmitir o que temos aos nosos decendentes, se é posible, mellorado.
Galicia está identificada en Europa con alimentos de calidade. Algo moi positivo. A agricultura crea en Galicia preto de
126
Galicia en clave económica
2. Promocionar o gozo e a valoración sostíbel da paisaxe para promover o turismo
3. Promover a formación de recursos humanos capaces de transmitir ao viaxante o Genius Loci de cada lugar, considerando as infraestruturas, os servizos e a oferta de cada zona
4. Dirixir recursos económicos e investimentos á xestión sostíbel da paisaxe, considerando programas de desenvolvemento, innovación, turismo e mercado territorial
5. Ampliar a oferta de servizos e produtos, para os habitantes e os visitantes, poñendo especial atención ás particularidades paisaxísticas
6. Establecer, resaltar e promocionar os atributos territoriais significativos, singulares, atractivos, auténticos e diferenciadores doutros territorios
7. Impulsar a realización e difusión de eventos que inciten á valoración de paisaxes locais.
Campo y montaña: puesta en valor del paisaje
Ponentes:
juan marcos Pérez Gulín
Fundación Galicia Sustentable
isabel Aguirre de Urcola
Escola Galega da Paisaxe. Fundación Juana de Vega
Fecha: noviembre de 2014
Lugar de celebración: A Fonsagrada
©Xurxo Lobato
A importancia da certificación
José Antonio Fernández Álvarez
La hora de la agricultura
ecológica
12
José Antonio Fernández Álvarez
José Luis Olmedo Nadal
Patricia Ibarra Lloves
Q
uixera determe en clarificar qué é a agricultura ecolóxica dende o punto de vista da certificación. Abrangue dende
unha semente que ten que estar certificada en orixe, con tódalas súas transformacións ou modicacións posteriores,
ata que chega ao consumidor final. De xeito que a certificación é o garante de que está perfecta e permanentemente vixiada, dende o principio ao final.
A certificación ecolóxica, como se sabe, nace duns regulamentos europeos. Quere dicir que en España non temos a
potestade para determinar ou regular sobre este tipo de produtos, e polo tanto, non nos queda outra nin temos máis función que cumprir estritamente os regulamentos europeos. Existe, iso si, a posibilidade legal de delegar en administracións
inferiores ás do Estado a concesión da certificación ecolóxica. Este é o caso de Dinamarca e de España, que delega nas autonomías a certificación. Pola contra, o modelo elixido pola meirande parte dos países é facelo a través de órganos e empresas privadas, prescindindo das administracións públicas.
En España optouse por delegar nas diferentes comunidades autónomas, e elas, a súa vez, optaron por exercer esta competencia de xeitos diferentes. Por exemplo, nas comunidades de Castela-A Mancha e Andalucía a certificación ecolóxica está
xestionada por empresas privadas. As outras 15 comunidades escolleron facelo por medio da administración pública, ben de
maneira directa ou ben por medio dun consello regulador, que é o que outorga a certificación no caso de Galicia.
Porén, este consello regulador está directamente tutelado pola Consellería de Medio Rural, que é quen supervisa as
nosas actuacións e ten poder para ratificar ou revocar, e mesmo podería retirarnos a competencia para conceder certificacións se non cumprimos rigorosamente a normativa.
A distinción entre certificación privada ou pública é, na miña opinión, especialmente relevante. Se tódalas certificacións
fosen privadas, moitos dos pequenos produtores que están certificados polo modelo público non poderían, a día de hoxe,
estar validados, xa que terían de pagar máis. Nas certificacións públicas, pola contra, repercutimos sobre as grandes empresas o maior custo. Deste xeito, as pequenas sociedades están menos castigadas económicamente. Os consellos reguladores son entidades sen ánimo de lucro, e, polo tanto, o que se pretende é acabar o ano sen perder cartos. Se logramos
beneficio, destínase a mellorar as contas do ano seguinte, a ter maior capacidade operativa.
Cada vez máis produtos certificados
Xa que logo, o modelo en España está composto por un sistema formado por entidades privadas e entidades públicas, dependendo da escolla de cada comunidade autónoma. No caso concreto de Galicia, como dixen antes, faise a través do
Consello Regulador de Agricultura Ecolóxica, e, malia que o sistema está, lóxicamente, suxeito a cambios no seu regulamento, polo momento, ninguén ten a idea de abrir o modelo ás certificacións privadas.
No Consello Regulador recibimos queixas dos produtores pola normativa aplicable e polos atrancos que provoca, pero
o certo é que temos a obriga de axustarnos ao regulamento europeo e estamos sometidos aos mesmos controis que verifican que aplicamos a normativa.
Neste momento, Galicia alcanzou os 700 operadores con certificado ecolóxico e o número vai en aumento. As empresas
confían na certificación como opción de futuro para a exportación porque a acreditación ten valor comunitario, é homologable en tódolos países da UE. Non podemos dicir que o proceso non sexa esixente, pero os resultados ben o merecen.
Entre as funcións concretas e básicas asignadas ao consello regulador están tamén as de administración e promoción.
Neste último caso, contamos con axudas da propia Consellería de Medio Rural para participar en feiras, aínda que o consello
ten que cofinanciar a participación en calquera evento. Os últimos anos non foron precisamente moi bos para estas actividades promocionais no exterior, e, polo tanto, acudimos soamente a algunhas feiras españolas e, en menor medida, a
certames internacionais.
Galicia en clave económica
131
Malia as restricións orzamentarias, tamén facemos xornadas ou demostracións en centros escolares e asinamos convenios con importantes sectores vinculados á nosa actividade principal, como pode ser, o da restauración.
La fase de la industrialización
Evitar abusos
José Luis Olmedo Nadal
O Consello, por outra banda, mira por que non se abuse da propia agricultura ecolóxica. As palabras ecolóxica, bioecolóxica
e org, abreviatura de orgánica, están protexidas no seu uso comercial. As empresas eluden esta protección xenérica buscando novos termpos, empregan as palabras natural ou outras semellantes porque, precisamente, non están protexidas.
Por mor dos regulamentos europeos, o Consello Regulador ten a obriga de facer unha visita anual a tódolos operadores
certificados. Amais, temos que facer polo menos entre un 5% e un 10% de visitas aleatorias e sen previo aviso para comprobar que se cumpren as normas. Calquera incidencia grave pode provocar a suspensión da certificación.
Estamos seguros de que continuará a posta en valor dos beneficios da agricultura ecolóxica e dos produtos ecolóxicos
na saúde. Posiblemente, será necesario un novo esforzo de promoción para corrixir a desconfianza que xeran nos consumidores os prezos, lixeiramente máis altos no caso dos produtos certificados. Evidentemente, son produtos de maior calidade e con maior valor engadido. Sen esquecer que a agricultura ecolóxica contribúe ao coidado do propio medio natural,
do espazo no que se cultivan os produtos ecolóxicos.
132
Galicia en clave económica
C
entraré esta exposición, en primer lugar, en mostrar un claro ejemplo de cuál es la apuesta de la compañía para la que
trabajo, perteneciente a la Corporación Hijos de Rivera, por la agricultura ecológica. El proyecto estrella que hemos
desarrollado desde hace unos años fue bautizado con el nombre de Maeloc, y sobre él profundizaré en términos de su
contenido y sus antecedentes.
El proyecto Maeloc surgió, en primer lugar, ayudado por la existencia de una amplia cantidad de materia prima, en
forma de árboles frutales alrededor de los pastos, lo que nos permitió abordar la idea de su explotación a nivel industrial
a partir de la existencia de variedades de manzanas adecuadas para la producción de sidra ecológica. Que Galicia es una
potencia en producción de manzana sidrera, lo dice claramente el dato de que se obtienen 85.000 toneladas al año de materia prima apta para la producción de sidra, lo que supone el doble de la comunidad que inmediatamente le sigue en el
ránking.
Cuando empezamos con este proyecto, no podíamos olvidar los problemas en el sector frutícola de Galicia, que enviaron al olvido varios proyectos anteriores al nuestro. En 1990 se funda Sidrería Gallega, pasando a formar parte de la corporación de empresas de Hijos de Rivera en el año 1999.
A día de hoy, hay muchos más productores en sistema convencional que en ecológico, pero en términos de tonelaje,
la empresa ha pasado paulatinamente de producir con un 60% de manzana convencional y un 40% de ecológicas en los
años anteriores a 2010, a un 50% de cada una de las dos producciones durante los años 2011 y 2012. En 2014 se ha dado
sustancialmente la vuelta a la balanza, con un uso del 66% de la manzanas ecológicas en la producción de sidra.
Esto es reflejo de la política que la empresa está estimulando desde hace años, y lo hace sin ningún género de dudas
para que continúe y aumente la producción de manzana ecológica en Galicia. Estamos dando a conocer a los productores
que vamos a continuar por ese camino, hasta el punto de que nos gustaría ser la primera sidrería en España en cuanto a
uso de manzanas ecológicas.
Ese es el objetivo ideal para la empresa, difícil de realizar sin duda, puesto que hay muchos productores que no están dispuestos a certificarse en producción ecológica, pero lo estamos intentando con toda la convicción posible. Además, las ventas
nos animan a continuar por este camino, puesto que observamos que en el conjunto de las sidras que fabricamos, se observa
una tendencia de ventas cada vez mayor en las sidras ecológicas. Razón de más para proseguir en esa misma dirección.
Pero el proyecto Maeloc iba mucho más allá. Pretendía ver la situación real del mercado de la manzana sidrera en Galicia, sus tendencias y altibajos. Empezamos con datos muy escasos sobre la producción, las variedades cultivadas en
Galicia o el potencial de crecimiento que podía tener. Al encontrarnos que no existían prácticamente datos oficiales sobre
la actividad, decidimos hacerlos por nuestra cuenta.
No quisimos que el proyecto se limitase al apartado industrial, en que los productores entregan a la empresa y ahí se
acaba la relación. Nos propusimos poner en marcha una fórmula de conocimiento mutuo. La empresa iría a las explotaciones y los propietarios vendrían a ver cómo hacemos la sidra con las manzanas que ellos nos proveen.
La industria, no sólo nuestra empresa, necesita para su propia supervivencia promover de forma constante y regular
los niveles de aprovisionamiento de la materia prima a lo largo del tiempo. Y que esa matera prima sea de calidad. Garantizar el abastecimiento implica también tratar de manera científica todos los aspectos del cultivo, cómo podar los árboles,
por ejemplo. Es lo que intentamos hacer al mantener un vínculo que fortalezca las relaciones entre proveedores e industria.
De esta relación deriva, en última instancia, la capacidad de producir nuevas variedades de sidra a lo largo del tiempo, a
medida que vamos conociendo con mayor profundidad todos sus elementos.
Por tanto, en el punto central del proyecto Maeloc están los productores de manzana. A estos se suman el Centro de
Experimentación de Guísamo, el Consello Regulador da Agricultura Ecolóxica de Galicia, la Consellería de Medio Rural y la
Universidade de Santiago. Cada uno de estos actores son expertos en su campo, intervienen cada uno en una parte del
proyecto, lo que ha permitido abordar el proyecto con una sólida base de conocimiento.
Galicia en clave económica
133
Como actividades complementarias, estamos tratando de terminar en estos momentos un atlas de la situación y la
producción de los manzanos productivos existentes en Galicia. Destinamos parte de nuestros recursos y tiempo al establecimiento de las sinergias entre los productores y la industria, que hacemos habitualmente con las charlas y las visitas
guiadas a la empresa.
En la promoción de la producción de manzana en Galicia, hemos empezado por lo básico. Establecimos cinco campos
de ensayo dónde se probarán diez variedades de manzana. El objetivo es conocer qué podemos obtener con los modelos
de producción que estamos aplicando, y qué matices de sabores y aromas podemos lograr de cada variedad.
En la sidrería Customdrinks, de la Corporación Hijos de Rivera, (como pasó a denominarse en 2011 la Sidrería Gallega),
se fabrican en este momento un total 77 referencias distintas, tanto de sidra como de bebidas que tengan mayoritariamente elementos de manzana. Podemos producir vinos, refrescos o productos destilados. De las ocho variedades de sidra
que fabricamos, tres de ellas son ecológicas, que son la natural, la extra y la dulce.
El proceso de producción de la sidra no es complejo en sí mismo, pero sí se necesita un largo período de tiempo. Primero, lavamos las manzanas de forma intensiva y luego se trituran en pequeños pedazos de tres o cuatro centímetros. A
continuación se les extrae el zumo en las prensas y se deja fermentar durante cinco o seis meses, dependiendo de la climatología. Finalmente, la sidra elaborada pasa al envasado en cualquiera de los tres formatos que tenemos, como son
latas, barriles y botellas.
El producto ecológico como producto ferial
Patricia Ibarra Lloves
P
or lo menos una vez en la vida vas a necesitar un médico, un abogado o un arquitecto, pero todos los días, al menos
tres veces, vas a necesitar un agricultor, algo que no ocurre en ninguna otra área profesional. Esto nos da una idea de
la extraordinaria importancia que tiene el sector primario, pese a que muchos de los valores del campo y de la enorme
aportación que realiza a la actividad humana y al conjunto de la sociedad en general, se desconocen. Es necesario, por
tanto, felicitar a todos los agricultores y ganaderos, porque, realmente, dignifican el trabajo.
Me llama la atención la imagen que proyecta el trabajador del campo hacia la sociedad. Quizá algunos los vean como
un sector de tercera edad y de escasos recursos, es un estereotipo que debemos dejar atrás porque no se corresponde con
la realidad del campo gallego.
El sector agrícola y ganadero está formado por profesionales, personas suficientemente formadas y con competencias
en redes sociales, muchas de ellas han puesto en marcha iniciativas emprendedoras que poco tienen que ver con la imagen
negativa del agricultor que pervive en algunos círculos.
Como muestra de ello, podemos hablar del proyecto Hortoglobal. No es una empresa, no es una asociación, ni tampoco
una institución. Es un grupo de personas que viene del mundo académico y empresarial, que prestan su tiempo para impulsar
iniciativas en el mundo rural. Estas personas que aportan su tiempo y sus conocimientos actúan como un centro coordinador
para desarrollar proyectos, colaborando con los organismos competentes para llevarlos a cabo. Sus bases son:
• Formación
• Producción
• Comercialización
• Investigación
Formación
Se detectó la carencia de un centro de formación agraria de referencia en el sur de Galicia. En el Pazo de Vista Real, en la
comarca de O Salnés, está cerca de germinar ese espacio de formación, que seguirá el modelo de las escuelas familiares
agrarias y estará bajo la tutela de la Mancomunidade de O Salnés.
Producción
Apoyan las nuevas iniciativas de producción buscando vías de financiación, colaborando con las entidades pertinentes.
Comercialización
Los expertos de Hortoglobal analizan la producción gallega con el objetivo de encontrar nuevos nichos de mercado. Hablamos, indistintamente, de comercialización internacional y de comercio de proximidad.
En cuanto a la primera, el objetivo es desarrollar un modelo de colaboración que permita compartir información y experiencias. En definitiva, generar un conocimiento del que puedan beneficiarse los profesionales de los mercados, tanto
en iniciativas trasladables como en oportunidades de negocio. En el comercio de proximidad, Hortoglobal toma como referencia el proyecto transfronterizo Anatole, que es el modelo a seguir.
134
Galicia en clave económica
Galicia en clave económica
135
Un aspecto clave en la venta de proximidad son las ferias. La feria Ecological Galicia se celebra en Cambados de jueves
a domingo en la segunda semana de agosto, con una duración de cuatro días, 42 casetas al aire libre en el Paseo de la Calzada. Cuenta exclusivamente con productos certificados. Más que una feria, los organizadores consideramos que se ha
convertido en un punto de encuentro de los profesionales del sector.
El producto ecológico, calidad contra precio
El principal problema que nos encontramos de cara al consumidor final es que en la conciencia de la mayoría, el producto
ecológico sigue asociándose a algo caro, en lugar de asociarse a un producto de mayor calidad. Es un fenómeno singular
que no se produce ni en Estados Unidos, ni en Alemania, ni en el Reino Unido, donde un producto “orgánico” (ecológico)
es entendido como un producto elaborado con ausencia de químicos y de forma responsable con los animales y el medio
ambiente. Se entiende, por lo tanto, que debe tener un mayor precio.
Aunque hay estudios en contra, ya está demostrado científicamente que un producto ecológico tiene más antioxidantes
y sobre todo, menos contaminantes. Es un producto más saludable y con un mayor valor añadido, para nuestra salud y el
medio ambiente. Entonces, ¿por qué en España, no se percibe así?
Pensamos que es un problema de concienciación y de información. Y para concienciar e informar, consideramos que
debemos acercar este tipo de productos al consumidor final, los ciudadanos, que los vean, los prueben y conozcan a los
productores para que ellos mismos les expliquen su forma de trabajar.
Nuestras redes sociales, nuestra página web, son herramientas pensadas, precisamente, para crear comunidad. El corporativismo se deja a un lado y son espacios que sirven para promocionar todo lo relativo a la producción ecológica. Creemos que esa cultura de solidaridad y de equipo es el camino a seguir y muchos productores se sienten atraídos por la
comunidad que se ha generado en Ecological Galicia.
La hora de la agricultura ecológica
Ponentes:
josé Antonio Fernández álvarez
Presidente del Consello Regulador de Agricultura Ecolóxica de Galicia
josé Luis olmedo nadal
Gestor de proyectos de I+D+i en Hijos de Rivera Inversiones Corporativas
Patricia ibarra Lloves
Ecological Galicia
investigación
Hortoglobal, en esa búsqueda constante de la innovación y de las sinergias con otros campos, también está en conversaciones con el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y con agricultores y productores para buscar nuevas
variedades hortícolas, recuperando variedades de productos tradicionales.
136
Galicia en clave económica
Fecha: noviembre de 2014
Lugar de celebración: Chantada
©Xurxo Lobato
A lenta e desigual recuperación
Santiago Lago Peñas
13
balance de siete años de crisis
Santiago Lago Peñas
Xoaquín Fernández Leiceaga
Fernando González Laxe
E
n España e en Galicia vivimos un longo período de expansión económica, pero, chegado certo momento, aquel esplendor
derivou en desequilibrios de gravidade. Estes desequilibrios foron accionados pola desfeita do sector financeiro internacional, que tivo a súa orixe en Estados Unidos. De súpeto, a crise financeira internacional fixo agromar tódolos problemas
que xa tiñamos antes, que hoxe coñecemos máis a fondo e que, certamente, aínda estamos a vivir. A solución pasou ata
agora por unha serie de procesos de adelgazamento, polo xeral moi dolorosos e duros para o conxunto da cidadanía.
O tamaño do endebedamento privado ou a diminución da actividade construtora e inmobiliaria amosan algo da magnitude do problema. Entre os anos 2004 e 2007 o número de licenzas de construción situouse por riba das 3.000 ao mes,
con picos de case 6.000. Agora estanse a tramitar arredor de 100. Detrás daquel enorme número de construcións non
había unha dinámica demográfica como para reclamar a necesidade real de tantas edificacións.
É un exemplo deses datos económicos mal encamiñados que, de súpeto, tivemos que corrixir, ou nos obrigaron a corrixir dende fóra. Por exemplo, no caso do déficit exterior, que a ninguén preocupaba en exceso malia que importabamos
moito máis do exportabamos. Non parecía, anos atrás, que, dentro dunha economía globalizada e no berce da Unión Europea fose un problema grave. O financiamento continuaba, polo tanto, non era motivo de preocupación.
Porén, tivemos que empezar a corrixir magnitudes importantes nun contexto de crise económica moi dura e, neste
proceso, sufrimos un importante incremento da taxa de desemprego e unha redución nas rendas das familias, acompañada
do engorde da débeda pública. O sector público tivo que atender parte das débedas producidas polos excesos do sector
privado, en concreto da banca, e, por outra banda, o sistema fiscal, dopado conxunturalmente polos ingresos do sector
inmobiliario, pero moi lonxe de ser forte, foi incapaz de achegar recursos abondo para conter o déficit, que non se reduciu
malia os enormes recortes.
Os procesos de adelgazamento dos últimos sete anos proceden, por conseguinte, dos grandes desequilibrios xerados
antes, pero tamén se producen porque na propia conxuntura de crise o sector exterior non axudou nada. Se en Galicia e
en España chegamos a ter esta crise nunha contorna dinámca, cun crecemento, por exemplo, do 3%, sería moitísimo máis
doado saír dela. Pero as cousas son como son. Ademais, as crises anteriores foron máis curtas no tempo e, polo tanto, non
tan graves nin devastadoras como a actual. Nos anos noventa do século pasado, a crise foi moito máis curta; no 1992 a situación era de recesión, pero xa no 1995 estabamos na senda da recuperación. Na actual crise, caemos tantos anos seguidos que para voltar ás sensacións subxectivas de antes da crise, e se a situación non cambia para peor, terán que pasar
polo menos outros cuatro ou cinco anos.
Tamén cabe salientar o incremento da desigualdade de ingresos como consecuencia da crise non ten parangón no
conxunto da Unión Europea. Soamente Letonia ten unha distribución da renda máis desigual que España. A explicación
inmediata está no paro e no esgotamento dos subsidios de desemprego, pero tamén nos importantes datos de precarización que se están a producir no mercado laboral, principalmente na xente máis nova, que se atopa cunhas condicións
salariais duras, que antes eran impensables e que parecían xa totalmente superadas.
A situación actual amosou que a crise na Unión Europea é unha crise asimétrica. Cada país afronta a situación como
pode e non como un todo, como un conxunto de países, porque non hai as mesmas medidas legais para todos. Algo que
non pasa, por exemplo, en Estados Unidos, onde o Goberno federal trata de manter o equilibrio e adoptar medidas para
o conxunto da sociedade.
De xeito complementario, hai que ter presente que un escenario interconectado xera máis volatilidade e incerteza.
Unha crise con orixe en Rusia pode impactar na Unión Europea con enorme rapidez, primeiro na Bolsa ou na prima de
risco, pero a continuación na economía e na sociedade. Danos unha idea do efémero de calquera situación económica que
poida considerarse estable.
No caso de Galicia, vemos con preocupación o problema demográfico porque nos fai particularmente vulnerables, especialmente, nun escenario de tensión territorial en España. É verdade que hai territorios que teñen niveis de desenvol-
Galicia en clave económica
141
vemento máis baixos que Galicia porque se mellorou moito nos últimos anos. Máis tamén é certo que temos unha das estruturas demográficas menos favorables para a sostenibilidade dos servizos públicos autonómicos e das máis dependentes
do conxunto do Estado. O avellentamento da poboación provoca maiores gastos sanitarios e en servizos sociais, que son
superiores aos do resto de comunidades.
Xa que logo, Galicia pode saír moi prexudicada polos novos movementos de tensión territorial se acabarn por afectar
aos fluxos de nivelación entre comunidades. Un escenario no que cada autonomía mira polo seu, esquecendo o principio
de solidariedade, presenta un enorme risco para o territorio galego.
Entre as estratexias a curto e medio prazo para Galicia en relación aos poderes públicos, pódese constatar que a Xunta
está a facelo ben en termos xerais á hora de controlar ó déficit. Pero cecáis estamos pagando un prezo moi elevado. Nestes
momentos somos os últimos de España en crecemento económico. E a causa inmediata é a atonía dos investimentos empresariais e o consumo das familias. Certo que en Galicia non somos particularmente gastadores, pero a Xunta pode e
debe xirar a súa estratexia para axudar a mudar as espectativas máis favorables ao gasto e o investimento.
142
Galicia en clave económica
A tormenta perfecta
Xoaquín Fernández Leiceaga
P
or introducir unha perspectiva relativamente nova sobre o debate da crise, podemos dicir que a súa gravidade débese
a que en España se conxugaron tódolos elementos para producir unha tormenta perfecta. Un dos debates iniciais
sobre a crise era se procedía de fóra ou de dentro. A realidade demostrou que viña dos dous lados, conxuntamente. Como
resultado, en España temos unha crise de maior intensidade, máis fonda e máis longa que noutros países, como, por exemplo, os países do norte de Europa.
Por que é unha tormenta perfecta? En poucas liñas, porque o sector financeiro nacional resultou extremadamente
afectado pola crise do sector financeiro internacional e o impacto foi amplificado pola situación da Unión Europea.
É certo que temos unha moeda común, pero non dispoñemos dos mecanismos necesarios para acompañar a moeda.
Non temos un Goberno europeo que sexa quen de exercer unha actividade global para favorecer a solidariedade automática a prol dos grupos e sectores, sociedades ou países, que máis padecen a crise. Naturalmente, prodúcese unha asimetría
entre os territorios tanto na profundidade da crise como na maneira de saír dela. Aínda hoxe, os estados e o Goberno da
Unión Europea non saben como construír un futuro conxunto para tódolos países da eurozona.
A situación do euro amplificou os efectos da crise xerada polo sistema financiero internacional, pero é certo que actuou
sobre un sistema financiero español moi fráxil, como a propia crise demostrou. Esta debilidade ten dúas razóns, a primeira,
porque se prestaron cartos con escasos criterios técnicos para a construción de vivendas que non tiñan o valor real que
deberían ter. E a segunda, porque a continuidade do fluxo do crédito era moi dependente do sector exterior.
Xa que logo, foi necesaria unha reestruturación a fondo do sistema financeiro, singularmente das caixas de aforros,
pero de case todo o sector bancario, producindo un racionamiento do crédito cando máis se precisaba que fluira. Sen financiación, a saúde das empresas empeorou e complicou de maneira moi intensa a economía de moitas familias, entrampadas na espiral do crédito cando se atoparon nas peores condicións económicas.
A crise no ámbito real empeza na construción, para trasladarse logo a moitos outros sectores. A construción é un sector
final que recibe impulsos de moitas outras áreas da economía. Cando seca a demanda, acaba afectando a tódolos sectores cos
que está vinculada, como a arquitectura, os mobles, a decoración ou o cemento, por citar só algún dos exemplos coñecidos.
A consecuencia deste escenario é que moita xente perde o emprego, colapsa a demanda interior de consumo e colapsa
a demanda de investimentos, que era un dos elementos máis dinámicos da economía. Temos, polo tanto, un parón do
conxunto da demanda interna, porque o sector público tamén viu reducida substancialmente a súa recadación. Falamos,
logo, dunha crise do sector financeiro e unha crise da economía real, que pon en evidencia, ademais, a debilidade do noso
sistema produtivo.
O único elemento verdadeiramente potente desta crise é o sector exportador porque continuou funcionando bastante
ben. Está sendo o único elemento permanentemente positivo, que nos permite ter a esperanza de que a situación vai comezar por fin unha tendencia positiva nun prazo relativamente curto.
A terceira crise que interactúa coas outras dúas para producir a tormenta perfecta é a do sector público. Algúns relatos
consideran que esta crise vén de dentro, polo gasto excesivo das administracións públicas. Pero en realidade deriva das
anteriores. Nace porque caen os ingresos públicos procedentes do sector inmobiliario, da renda e do consumo. Por conseguinte, dispárase a débeda pública e acaba xerando un problema de prima de risco –ao quedar evidenciadas as debilidades na construción institucional en Europa–.
Como vemos, a crise pon de manifesto tódalas debilidades da nosa economía, do noso modelo financeiro, do noso
modelo produtivo e do noso sector público, que, durante os anos de bonanza, non fixo os deberes, considerando, pola
contra, que os investimentos eran un luxo, como trofeos que podían exhibirse na area electoral pero que non estaban destinados a cubrir necesidades das empresas ou dos cidadáns.
Ante esta situación, empeza a debuxarse unha política económica a partir do ano 2011 na dirección oposta a que se
viña facendo. A política promovida pola dereita, centrada en reducir os custes empresariais (singularmente salariais) e a
Galicia en clave económica
143
reducir as cargas do sector público por medio do axuste do gasto. Baséase na crenza de que seremos capaces de solventar
a crise a través da compresión dos salarios e o fomento do sector exportador, facendo que nun mercado como o europeo
se poida colocar a prezos competitivos unha parte das producións. Pero tamén é certo que nesa relación entre salarios e
produtividade é posible actuar sobre os dous elementos e non soamente sobre un. Non só é factible reducir os salarios,
senón que se pode actuar sobre a produtividade.
Polo tanto, temos dúas estratexias. Unha estratexia que nos leva a longo prazo a ser como Turquía, e outra, tamén no
longo prazo, que nos leva máis preto de Suecia. A dereita considera que só a primera opción é posible. E que no caso dos
desequilibrios públicos é prioritario actuar sobre os gastos, renunciando á posibilidade de actuar decididamente sobre a
estrutura e o nivel dos ingresos.
Xa que logo, a crise, no seu último chanzo, pon de manifesto a debilidade do Estado. Non somos capaces de recadar
o que debéramos, e estamos substancialmente por debaixo doutros países da UE.
Desde posicións de esquerdas tamén se escoitan teorías cun aire de keynesianismo inxenuo de corte nacional, como
se puideramos xerar débeda sen ningún límite e sen ter en conta os intereses e accións dos nosos socios da Unión Europea.
Queirámolo ou non, estamos, non só nun mundo globalizado, senón tamén nunha Europa que funciona como un único
mercado.
Miterrand, a principios dos anos 80 do século pasado, xa descubriu que unha política económica moi desaxustada da
dos teus veciños tiña o problema de xerar impulsos nas outras economías pero facer que as cargas as asuma a propia. Iso
tamén acontecería en España se nos afastamos moito da política dos nosos socios comunitarios. Polo tanto, son posíbeis
saídas diferentes pero compre coordinalas a escala europea.
Esa saída diferente tería que equilibrar os custes sociais: non se pode cargar todo no lombo dos máis débiles. A reforma
fiscal debe permitir obter os recursos para soster un Estado do benestar sólido e orientado á mellora da produtividade
social, non como o que temos agora. Isto é posible, e, en gran parte, depende de nós.
A Galicia foille ben, en termos xerais, desde a chegada da democracia. Acadamos unha aceptable renda por habitante,
aproximándonos moito a media española. Temos un nivel de benestar moito mellor que hai 25 anos, a pesar do retroceso
que experimentou como consecuencia da crise. Pero tamén é certo que eses factores que facilitaron o crecemento xa desapareceron.
O transvase sectorial de traballadores do sector primario cara outros sectores permitiu elevar substancialmente a rendibilidade media da economía e as rendas medias dos individuos. Pero xa non é posible máis axuste no emprego agrario.
Temos 70.000 empregados na agricultura, aproximadamente un 5% da nosa forza de traballo global.
Tamén converxemos en capital humano, porque temos un nivel de formación similar ao da media española. Tampouco
por aquí imos ter un diferencial que nos permita seguir aproximándonos a economía española. Estes elementos, que no
pasado foron tan útiles para favorecer a modernización, xa non están. Polo tanto, a partir de agora imos ter que facelo
mellor que o resto para seguir progresando a un ritmo superior ó español.
Para conseguilo é necesario estudar cales son os elementos que permiten que a modernización continúe. E hai que facelo, ademais, nun momento en que a Administración autonómica vai ter fortes presións sobre o gasto, derivadas do envellecemento da poboación. Neste contexto, a Xunta vai ter dificultades para seguir mantendo o seu nivel de ingresos,
xusto cando máis os imos necesitar.
A Administración autonómica terá que mudar as claves do seu proxecto, e pasar dunha sorte de clientelismo fácil, regado con recursos que veñen do exterior, a un proxecto centrado nos problemas da oferta, que será a chave dun futuro
próspero.
O certo é que non todo son complicacións. Temos sectores ben modernizados, como o de produción láctea, que fixo
un enorme esforzo nos últimos anos, aínda que persisten certos problemas coa transformación e as relacións coa gran
distribución. Temos un sector do viño con gran capacidade exportadora; temos un sector de conservas de peixe que está
sabendo facer ben as cousas; tamén un sector da construción e do automóbil que traballan moi ben. Temos pezas abondo
e moi boas. Quédanos ensamblalas e darlles sentido nun proxecto de país.
144
Galicia en clave económica
Un plan para Galicia
Fernando González Laxe
A
actual crise económica non é a primeira que vivimos, pero ten como singularidade que se densevolveu nunha doble
V. Até o de agora, as magnitudes das crises caían e remontaban. Neste caso, a crise fainos caer e despois ascender,
para máis tarde caer de novo. Como colofón á traxectoria destes sete anos, agora parece ser que estamos na véspera
dunha recuperación.
Hai que apuntar necesariamente que ao longo da historia, as recuperacións económicas de Galicia foron máis lentas
que en España. Cústanos, por dicilo así, coller o ritmo moito máis que a economía española, e malia que agromen datos
de recuperación no conxunto de España, en Galicia, polos antecedentes históricos, o rexurdimento chegará máis tarde ou
irá máis a modo. Os impactos económicos negativos das crises tamén aterran máis en territorio galego. Se a crise se percibe
no conxunto da sociedade española, na comunidade galega pode tardar un trimestre ou dous en percibirse.
Galicia ten hoxe unha menor resistencia ante a crise. Antes tiñamos colchóns, formas de organización interna do país,
un concepto de familia no sentido económico. Se a recuperación volta e iniciamos unha etapa de mellora económica, evidenciaranse as diverxencias nas magnitudes de crecemento e de progreso social entre Galicia e España. Hai cada vez máis
distancia entre as dúas, que se explica de xeito ben doado: España medra e Galicia non. Hai unha maior cantidade de condicionamentos externos que nos fan cada vez máis vulnerables.
Quero determe en tres aspectos que para min son importantes. Hoxe estamos nun mundo que un grupo de científicos
chama VUCA, un acrónimo inglés. Quere dicir que somos extraordinariamente vulnerables, que estamos nun mundo cunha
grande incerteza, e que é, ao mesmo tempo, complexo e ambiguo. Pola mala interpretación destas claves, os gobernos
non puideron gañar as súas apostas de desenvolvemento, xa foran de tipo político, económico ou militar.
Se temos unha sociedade moi vulnerable, a resposta é unha sociedade con visión de futuro. Se temos unha sociedade
chea de incerteza, a resposta será a certeza. Se temos unha sociedade complexa, a resposta será claridade. Se temos unha
sociedade ambigua, a resposta será concreción. Todo o que non sexa unha visión a longo prazo, con certeza, con claridade
e con concreción, difícilmente resolverá os problemas da crise.
As dificultades da economía galega teñen no factor demográfico o feito máis relevante de todos. Hoxe somos case
2,7 millóns de habitantes, un número semellante ao que había nos anos 60 do século pasado. A poboación de máis de 65
anos supón o 23% da total. A esperanza de vida neste momento é de 82,8 anos. É dicir, a sociedade está avellentada e
está envellecendo. Os poderes públicos deberían dar resposta canto antes ao problema. Para que haxa nacementos temos
que ampliar as posibilidades de conciliación da vida familiar e laboral. É clave e non se está a facer.
Por último, non pode esquecerse que hai unha acumulación improdutiva do capital. Se investimos en algo que soamente é especulativo e non é produtivo estamos perdendo o tempo. En Galicia non aproveitamos os investimentos en
época de bonanza económica, xa foran privados ou públicos. A especialización económica e territorial non supuxo un
cambio do modelo produtivo. Existe, pola contra, unha perda do tecido industrial que derivou nunha clara fase de desindustrialización de Galicia. O sector primario segue sendo o soporte do crecemento de Galicia, e non podemos pedirlle máis
aos agricultores, aos pescadores ou aos produtores forestais, por poñer tres exemplos, porque abondo teñen sufrido xa
polo proceso de desvalorización dos seus propios produtos.
Galicia soamente poderá medrar se logra un crecemento superior ao de España. E para converxer coa media española,
debemos ter maiores índices de produtividade. É preciso ser máis eficientes, con maior capacidade de capital tecnolóxico,
maior preparación do persoal e mellor orientación estratéxica no mercado. Dende 2009 a 2013, desapareceron preto de
12.000 empresas en Galicia. A crise afectou moito á industria manufactureira e a enerxética, e tamén á construción, o comercio e a hostelería. Para que haxa un bo sector exportador ten que existir unha unidade produtiva competitiva. E para
ter unha unidade produtiva competitiva temos que ter un plan de desenvolvemento ou de actuación, algún mecanismo
(orientación, dispositivo, normativa, incentivo, ..) que nos permita cubrir as lagoas que teñamos.
A tradicional capacidade de resistencia da economía galega estase a esgotar e o único xeito que temos de recuperala
Galicia en clave económica
145
é poder saír ao exterior e posicionarmonos en novos mercados. Hai futuro, claro que si, facendo reformas, pero non polo
camiño que percorremos ata agora. Parte dese futuro está nas mans dos políticos, que en moitos casos non se atreven a
plantexar reformas responsables e na boa dirección. Sen elas, difícilmente a sociedade galega poderá apostar por un plan
de reactivación industrial porque ninguén asumirá a necesaria responsabilidade dun proxecto común para Galicia e para
os galegos.
balance de siete años de crisis
Ponentes:
santiago Lago Peñas
Catedrático y director del Foro Económico de Galicia
Xoaquín Fernández Leiceaga
Director del Instituto Universitario de Estudos e Desenvolvemento
de Galicia
Fernando González Laxe
Catedrático de Economía Aplicada de la Universidade da Coruña
Fecha: diciembre de 2014
Lugar de celebración: Lugo
146
Galicia en clave económica