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Desindustrialización y estancamiento económico en El Salvador.
Luis René Cáceres
Mayo 15, 2015.
1
Introducción.
Por desindustrialización se entiende la caída de la participación del sector
manufacturero en el PIB, o la reducción del porcentaje que el empleo en este sector
ocupa dentro del empleo total. Este es un fenómeno que se ha observado en los
países desarrollados desde los años setenta del siglo recién pasado, pero en la
década subsiguiente se manifiesta en los países en vías de desarrollo,
especialmente los de América Latina. En promedio para la región, el empleo en el
sector manufacturero como porcentaje del empleo total cayó de 16.5 a 14.2 por
ciento entre 1980 y 2003 (Palma, 2008), mientras que la caída de la participación
en el producto ha sido más marcada, pasando de 28.1 a 16.7 por ciento entre 1960
y 2003 (Palma, 2008). Esta evolución difiere de la de los países de Asia del Este
(sin incluir a China) en los cuales entre los mismos años la participación del sector
manufacturero en el producto aumentó de 14 a 27.6 por ciento.
De manera paralela a la reducción de la participación de la industria
manufacturera, se observa en la región un aumento sostenido de la participación
del sector servicios en el PIB.
La desindustrialización en los países desarrollados ha sido interpretada como un
resultado del proceso de desarrollo económico en sí, que da lugar a aumentos de la
productividad de manera tal que la industria puede operar con decrecientes
cantidades de mano de obra, a la vez que el desarrollo económico conduce al
aumento de la demanda por servicios. En este sentido, Rowthorne (1994) ha
estimado con datos de 1990 que en los países desarrollados la participación del
empleo del sector manufacturero como porcentaje del empleo total empieza a caer
cuando un país alcanza el ingreso per cápita de $12,000. Pero los países de
América Latina han experimentado desindustrialización a valores más bajos de
ingreso per cápita, antes de haber logrado establecer un parque industrial con altos
niveles de tecnología y buenos empleos. Es decir, la región ha experimentado una
desindustrialización prematura que implica un desarrollo truncado.
La desindustrialización es motivo de preocupación en vista de la evidencia de que
la industria manufacturera es el principal motor del crecimiento económico y de la
2
productividad, una posición que data de los trabajos de List1 (1837) y
posteriormente postulada por Kaldor (1967), y que cuenta con evidencia empírica
mostrada en diversos trabajos (Pieper, 2003; Wells y Thirlwall, 2003; Libanio,
2006). De hecho, la caída de la productividad en los países de América Latina
desde mediados de los años ochenta coincide con sus experiencias de
desindustrialización (Cáceres, 2015; Palma, 2010).
Este sector es, además, la fuente de buenos empleos, de la adquisición de destrezas
y de la generación y difusión de tecnología, y es el recibe las mayores erogaciones
en investigación y desarrollo. Además, los bienes manufacturados tienen altas
elasticidades ingreso y precio en el mercado internacional, lo que contribuye al
dinamismo de las exportaciones. Hay que agregar que el crecimiento del sector
manufacturero muestra correlaciones positivas con indicadores sociales como la
esperanza de vida al nacer, tasa de alfabetismo, participación laboral y otros. De
allí, la importancia de identificar las causas que determinan la desindustrialización
y sus implicaciones.
Este trabajo, busca puntualizar el origen de la desindustrialización en El Salvador,
país donde este fenómeno ha sido acentuado, en términos de la caída de la
participación de la industria manufacturera en el PIB, de 25 a 20 por ciento entre
2001 y 2013 (Gráfico 1)2. Paralelo a la desindustrialización la economía
salvadoreña muestra una persistente tendencia al estancamiento desde 2002 hasta
el presente, período en que la tasa promedio de crecimiento fue 1.92 por ciento.
Así mismo, la participación del sector agropecuario en el PIB ha disminuido de
14.56 por ciento en 1990 a 10.84 por ciento en 2013. La contracción relativa de los
sectores transables ha ocurrido en el contexto de intensos programas de reformas
económicas que se llevaron a cabo principalmente en la década de los 90, y de la
adopción del dólar como la moneda de curso legal en 2001. Otro importante
elemento del marco macroeconómico de las tres últimas décadas radica en la
cuantiosa cantidad de remesas que el país recibe, las cuales alcanzaron 16.34 por
1
List (1837) propugnó que: “industry is the mother and father of science,
literature, the arts, enlightment, freedom, useful institutions, and national power
and independence” citado por Ho (2006).
2
La participación del empleo en el sector manufacturero dentro del empleo total
también muestra una tendencia declinante, pasando de 28.82 por ciento en 2003 a
21.75 por ciento en 2013, de acuerdo a datos de trabajadores cotizantes en el
Instituto Salvadoreño del Seguro Social (2014).
3
ciento del producto en 2013 (Gráfico 2). Es irónico que no obstante los intentos de
modernización económica y la abundante entrada de recursos externos, que ha
atizado el consumo privado a porcentajes superiores a noventa por ciento del
producto, el valor agregado generado por los bienes transables haya mermado su
importancia dentro del PIB. En la siguiente sección, se presenta una reseña de la
literatura más relevante sobre la desindustrialización; esto, seguido de un exámen
de las posibles explicaciones de la desindustrialización en El Salvador. En una
tercera sección, se postula que dada la creciente importación de bienes de
consumo, que ha aumentado de manera desmedida como resultado de la rebaja
significativa de los aranceles de importación, la producción nacional de bienes
transables ha sido desplazada por las importaciones. Por tanto, se postula que la
causa de la desindustrialización reside en las reformas de comercio exterior
llevadas a cabo en los años noventa. En la siguiente sección se investiga, usando
métodos de cointegración, la existencia de una relación entre el valor agregado de
los sectores transables e indicadores de la reforma comercial. A continuación, se
examinan las repercusiones de la desindustrialización sobre el mercado laboral. El
trabajo concluye con una serie de consideraciones finales.
Reseña de literatura seleccionada.
Rowthorn y Ramaswamy (1998) analizaron el caso de 18 países desarrollados con
datos anuales de 1963-1994 para discernir si la desindustrialización obedecía a
causas internas a la economía del país en cuestión, o si resultaba de causas
externas, específicamente de relaciones comerciales con otros países. Los
resultados de la estimación de ecuaciones econométricas indicaron que las
variables de carácter interno, como la mayor productividad del sector
manufacturero con relación al sector de servicios, así como las caídas de la tasa de
inversión y del precio de manufacturas, explicaban 80 por ciento de la caída del
porcentaje del empleo en este sector con relación al empleo total, mayor que el 20
por ciento explicado por variables externas como la importación de bienes
manufacturados de países en vías de desarrollo; encontraron además que el papel
negativo de esta última variable se manifestaba a través de su impacto en aumentar
la productividad del sector. Por tanto, los autores concluyeron que la
desindustrialización obedecía a desenvolvimientos económicos internos propios de
un país. Se debe señalar que el análisis empírico de Lawrence (1987) para Francia,
Alemania y Suecia, con datos de 1973 y 1985, encontró que la desindustrialización
era un resultado de variables internas del país, resultado que también encontró
Dollar y Wolff (1993) para el caso de los EEUU. En un trabajo reciente, Lawrence
4
(2013) ha demostrado que en ese país la caída del empleo del sector manufacturero
obedecía al aumento de la productividad, unido a una decreciente demanda por
bienes industriales relativa a la demanda por servicios.
Saeger (1997) ha señalado que en los países de la OECD la reducción de la
participación del valor agregado de la industria manufacturera en el producto ha
coincidido con el aumento del comercio de estos países con aquellos en vías de
desarrollo. Este autor estimó ecuaciones panel de 23 países con datos quinquenales
del período 1970 y 1990, cuyos resultados indicaron que la importación de bienes
manufacturados desde países en vías de desarrollo ejercía impactos negativos en
las participaciones del empleo y del valor agregado de este sector en el PIB, aún
cuando las ecuaciones incluían variables de capital humano, productividad, ingreso
per cápita y exportación de petróleo, este último para identificar la presencia del
“mal holandés”. Hay que apuntar que el impacto negativo resultante de la
importación de estos bienes manufacturados daba cuenta de entre 25 y 30 por
ciento de la desindustrialización de los países de la OECD, mientras que la
productividad y la exportación de petróleo constituían alrededor de 40 por ciento.
Nickell, Redding y Swaffield (2008) estimaron ecuaciones para cada país de la
OECD expresando la participación de los distintos sectores económicos en el PIB
en función de la productividad total de los factores, nivel de educación, precios
relativos entre sectores, e inversión, con resultados que indicaron que estas
variables ejercían diferentes impactos por país. En todos los países, la mayor
contribución a la desindustrialización se originaba en los precios relativos de los
bienes manufacturados con relación a los precios de otros bienes, mientras que la
productividad total de los factores y el capital humano la frenaban en la mayoría de
los países. Otro resultado señalo que el cambio de la participación sectorial en el
producto era más rápido en los países donde la legislación de protección del
empleo era menos estricta.
Con relación a Suecia, Lind (2011) mostró que la participación del empleo y valor
agregado del sector manufacturero dentro del empleo total y del PIB iniciaron
tendencias declinantes en 1950, para estabilizarse a inicios de los años setenta.
Posteriormente, la productividad de este sector ha crecido de manera más rápida
que la del sector servicios, dando por resultado una caída de la participación del
empleo de este sector en el empleo total, así como un aumento de la participación
de su valor agregado en el producto. Este es un caso en que el sector
5
manufacturero tiene precios más bajos que los del sector servicios, estimulando la
demanda de manufacturas y en consecuencia dando lugar a una reindustrialización.
También, con relación a la reindustrialización, se debe apuntar que Tregenna
(2011) identificó 52 países donde la participación del sector manufacturero en el
PIB había aumentado en el período 1985-2005, en la mayoría de los cuales esta
participación había caído en la década recién anterior. Esta autora señala la
importancia de que los países en vías de desarrollo logren establecer un proceso de
reindustrialización, particularmente por medio de la eliminación de la
liberalización comercial y la adopción de políticas industriales que contribuyan a
evitar el desplazamiento de la industria nacional por las importaciones3.
Palma (2005, 2008) propone que las explicaciones de la desindustrialización se
pueden clasificar en varias categorías: la primera radica en la relación de U
invertida entre el porcentaje del empleo del sector manufacturero en el empleo
total con el ingreso per cápita, que obedece al movimiento de la mano de obra del
sector manufacturero al sector de servicios en la medida en que las economías
alcanzan mayor nivel de desarrollo. La segunda explicación descansa en la caída
de la relación entre el empleo del sector manufacturero a medida de que aumenta el
ingreso per cápita, como resultado del crecimiento de la productividad en este
sector, de las actividades de “outsourcing”, y de la reducción de la elasticidad
ingreso de la demanda de manufacturas. Una tercera explicación consiste en el
cambio del nivel del ingreso per cápita al cual la desindustrialización irrumpe en la
economía; este autor señala que en 1980, el ingreso per cápita en que la
participación de las manufacturas en el producto empezaba a disminuir era
US$21,000, el cual cayó a US$10,000 en 1990. Otra explicación se sustenta en la
existencia del “mal holandés” en países que experimentan un auge en la
exportación de bienes primarios. Los países que experimentaron una
desindustrialización fueron aquellos que no tuvieron superávit en la cuenta
comercial de manufacturas, a raíz de la introducción de la liberalización comercial.
Entre estos países el autor identificó a Brasil, Uruguay, Argentina y Chile como
países que habían experimentado severa desindustrialización después de la
introducción de reformas económicas, lo que condujo a que experimentaran
cuantiosos déficit en la balanza comercial de productos manufacturados, así como
3
Sobre las experiencias de desindustrialización y posterior reindustrialización en
India y Japón, véase respectivamente Clinginsmith y Williamson (2005) y Tahara
y Uemura (2013).
6
la contracción relativa del empleo en este sector y al lento crecimiento económico,
fenómenos que el autor calificó de “uncreative destruction”.
Dasgupta y Singh (2006) apuntan que dado que el sector manufacturero es el sector
líder de la economía, la desindustrialización tendrá costos en términos de lento
crecimiento económico, y que en ausencia del dinamismo de este sector la mano de
obra del sector agrícola continuará en ese mismo sector, o entrará a actividades de
baja productividad del sector subterráneo. Los autores usan datos del período
1990-2000 de 48 países para estimar ecuaciones representando la relación
conocida como la primera ley de Kaldor, que establece una relación directa entre el
crecimiento del valor agregado del sector manufacturero y el crecimiento del PIB.
Sus resultados confirman la existencia de esta relación, que índicó que el
crecimiento del sector manufacturero en un punto porcentual estaba asociado al
crecimiento del PIB en 0.4 puntos. Los autores estimaron otra ecuación expresando
la tasa de crecimiento económico en función de la tasa de crecimiento del sector
manufacturero y del crecimiento del empleo en este sector, con resultados
indicando que los coeficientes de estas dos variables eran significativos, positivo el
primero y negativo el segundo. Los autores interpretaron los resultados como
evidencia de que el sector manufacturero es de especial importancia para impulsar
el crecimiento económico.
Frenkel y Rapetti (2012) argumentan que las entradas de capital a la región desde
los años noventa pueden conducir a la apreciación del tipo de cambio y por tanto a
la contracción de los sectores de bienes transables, y así pueden socavar el
crecimiento económico. Los autores presentaron datos mostrando los aumentos de
los costos de la mano de obra en dólares de varios países de la región desde 20022003, que implicaba que los bienes transables habían experimentado problemas de
rentabilidad y de pérdida de competitividad en ese período. Al analizar las causas
de los incrementos de los costos unitarios de la mano de obra, encontraron que esta
era, en primer lugar, la apreciación cambiaria a partir de 2002, el aumento de los
salaries reales, y la pérdida de productividad. Los autores concluyeron que la
apreciación cambiaria resultante de las entradas de capital, puede incidir de manera
negativa en el desarrollo del valor agregado y del empleo del sector manufacturero,
y por tanto, en el crecimiento económico.
Brady, Gereffi y Kaya (2008) examinaron diversos canales relacionados con la
ventaja comparativa, con el marco institucional, y con la teoría de la dependencia a
través de los cuales los países de América Latina han experimentado
7
desindustrialización. Usaron datos quinquenales comprendidos en el período 19802006 de 20 países de la región para estimar ecuaciones con la variable
dependendiente igual al porcentaje que el empleo en el sector manufacturero ocupa
en el empleo total. En la estimación con variables relacionadas con la ventaja
comparativa, solo los coeficientes de las tasas de inflación y de inversión fueron
significativos y de signo positivo. Estas variables también mostraron coeficientes
significativos y del mismo signo en estimaciones subsecuentes. En las ecuaciones
con variables de tipo institucional el coeficiente de la variable cualitativa que
representaba membresía en el Programa Centroamericano de Integración
Económica fue significativo y positivo, indicando que pertenecer a este esquema
de integración había sido un medio para combatir la desindustrialización; sin
embargo, el coeficiente de la variable que representaba la membresía en el
Mercosur resultó negativo. En esta estimación el gasto militar como porcentaje del
producto mostro un coeficiente negativo. Los resultados con las variables de la
teoría de la dependencia mostraron que la importación de bienes manufacturados
tenía un impacto negativo, como también era el caso de la inversión extranjera
como porcentaje del PIB, y de las exportaciones de minerales en bruto como
porcentaje de las exportaciones totales, mientras que el coeficiente de las
importaciones a los EEUU como porcentaje de las exportaciones totales mostró un
coeficiente positivo.
En Colombia, la participación del sector industrial en el producto ha disminuido de
25 por ciento en 1975 a 22 por ciento a mediados de los años ochenta, para caer a
12 por ciento en 2014. Clavijo, Vera y Fandinho (2014) analizan este proceso y
han propuesto que una de sus causas radica en el aumento sustancial de las
exportaciones de minerales y petróleo y la consecuente apreciación del tipo de
cambio; postulan otra causa, la modernización económica, medida como el
aumento del ingreso per cápita y de la participación del sector servicios dentro del
PIB. Estimaron ecuaciones de cointegración para cada una de las hipótesis
encontrando que el aumento de un punto porcentual de la exportación de minerales
en las exportaciones totales daba lugar a la reducción de la participación de la
industria manufacturera en el producto de 0.4 puntos porcentuales, mientras que la
apreciación cambiaria en un punto porcentual resultaba en la caída de 0.12 puntos;
este resultado apoyaba la hipótesis de que la desindustrialización era resultado de
la apreciación cambiaria, en un contexto del “mal holandés”4. Los resultados con
4
Salama (2012) tambien ha argumentado, con datos de varios paises de la region,
que la causa de la desindustrializacion radica en el “mal holandes”.
8
relación a la hipótesis de modernización económica indicaron que no existía un
vector de integración entre las variables.
De la reseña anterior, se desprende que la desindustrialización es un fenómeno
prevaleciente en países de distintos niveles de desarrollo y que tiene consecuencias
adversas en el crecimiento económico. No es posible identificar una causa única,
su origen dependerá de cómo la apreciación cambiaria, el aumento de la
productividad del sector manufacturero, la caída de la inversión, y la liberalización
comercial, inciden en la capacidad productiva del país en cuestión. A continuación
se analiza el caso de El Salvador.
Datos.
La fuente de datos utilizados en este trabajo es el World Development Indicators,
del Banco Mundial, excepto la serie de tipo de cambio real que fue tomada de la
Cepal. Como primer paso del análisis empírico se llevaron a cabo pruebas de raíces
unitarias de todas las variables incluidas en el trabajo, mediante el cómputo de los
estadísticos de ADF, que se muestran en el Anexo 1. En todos los casos, estos
estadísticos indicaron que las variables no eran estacionarias al nivel de 1 por
ciento, excepto las variables Sempfemale y Sempmale que no eran estacionarias al
5 por ciento, y Gdpgrowth, Ipri y Partfemenina que lo eran al nivel de 10 por
ciento. Al efectuar estas pruebas a las primeras diferencias de las variables se
comprobó que eran estacionarias, por lo que se deduce que todas las series son
integradas de orden uno. El cuadro 1 presenta los valores promedio, las
desviaciones estándar y las definiciones de las variables incluidas en este trabajo.
Cuadro 1. Definición y valores anuales promedio y desviaciones estándar de las
variables.
Variable
Valor promedio
Desviación estándar
-------------------------------------------------------------------------------------------------Agric, participación sector agropecuario en el PIB
12.53
2.38
Manu, participación sector manufacturero en el PIB
3.68
3.25
Agric+Manu, participación bienes transables en el PIB
3.63
3.25
Remy, monto de remesas como porcentaje del PIB
13.81
3.15
9
Gdpgrowth, tasa de crecimiento económico
3.16
2.29
RER, tipo de cambio real
107.21
13.10
Imports, importaciones totales porcentaje del PIB
39.33
5.58
Exports, exportaciones totales porcentaje del PIB
23.52
3.61
5.72
1.13
no duradero porcentaje del PIB
9.07
2.29
Ipri, tasa de inversión privada
12.97
1.11
Grosssavings, tasa de ahorro nacional
2.63
13.80
Serv, participación sector servicios en PIB
58.27
2.24
TB, balanza en la cuenta comercial
16.23
3.09
ExpCAy, exportaciones hacia Centroamérica,
Porcentaje del PIB
Importconsumondy, importation de bienes de consumo
Sempfemale, tasa de auto
empleo femenino
48.75
2.18
37.92
2.96
46.04
5.55
asalariado masculino
55.07
3.38
Parttimfemale, tasa participación femenina
47.66
2.13
Sempmale, tasa de auto
empleo masculino
Qualityempfemale, tasa de trabajo
asalariado femenino
Qualitysemp, tasa de trabajo
Parttimmale, tasa participación masculina
82.46
1.54
Arancelpromedio, por ciento
8.66
3.58
Indicegeneral
0.57
0.07
---------------------------------------------------------------------------------------------------10
Identificando las causas de la desindustrialización en El Salvador.
La trayectoria de las participaciones de los valores agregados de los sectores
manufacturero y agrícola en el PIB, en el período 1990-2013 en El Salvador se
muestra en el Gráfico 1, donde se observa la tendencia declinante de estas
variables, poniendo en evidencia el proceso de desindustrialización y de
contracción relativa de los sectores de bienes transables.
Gráfico 1. Participación en el PIB del valor agregado de los sectores manufacturero
y agrícola.
45
40
35
30
25
20
15
10
5
90
92
94
96
98
MANU
00
02
AGRIC
04
06
08
10
12
MANU+AGRIC
Papel de la apreciación cambiaria.
Como un primer paso para explicar esta tendencia se examinará la existencia del
fenómeno del “mal holandés” como resultado del “boom” de las remesas. Se
aprecia en el Gráfico 2 que la variable Remy ha crecido de 7.63 por ciento del PIB
en 1990 a 16.37 en 2013, con un valor máximo de 18.77 por ciento en 2006. Se
puede esperar que este ingreso sustancial de recursos diera lugar a aumentos del
índice de precios y por tanto a la apreciación del tipo de cambio, lo que implicaría
que los bienes transables perderían competitividad, y así su participación en el
producto declinaría. De hecho, varios autores han encontrado evidencia de que las
11
remesas conducen a la apreciación del tipo de cambio (Lartley, Mandelman y
Acosta, 2008; Díaz González, 2009; Hassan y Holmes, 2013).
Gráfico 2. Remesas como porcentaje del PIB.
REMY
20
18
16
14
12
10
8
6
90
92
94
96
98
00
02
04
06
08
10
12
Un punto que hay que destacar es que previo a la dolarización de la economía en
2001, la relación entre el tipo de cambio real, RER, y las remesas como porcentaje
del PIB, Remy, tenía una pendiente negativa (Gráfico 3), mientras que en el
período posterior a 2001 está pendiente era positiva (Gráfico 4).
12
Gráfico 3. Remesas y tipo de cambio real, 1990-2000.
150
140
RER
130
120
110
100
90
7
8
9
10
11
12
13
14
REMY
Gráfico 4. Remesas y tipo de cambio real, 2001-2013
106
104
RER
102
100
98
96
13
14
15
16
REMY
13
17
18
19
Es decir, antes de la dolarización las remesas tendían a revaluar el tipo de cambio,
como era de esperar, mientras que después su papel se volvió devaluarlo.
La participación del sector manufacturero en el PIB no muestra una relación clara
con el RER en el primer período, pero en el segundo, Manu cae a medida de que
RER se deprecia, este último resultado es contrario a lo que se esperaría en base al
fenómeno del “mal holandés”.
La explicación de este resultado radica en que la depreciación de la moneda
salvadoreña (el dólar) obedece al hecho de que los países vecinos miembros del
programa centroamericano de integración económica, con los cuales El Salvador
tiene fuertes vínculos comerciales, tienden a tener tasas de inflación más altas que
las de El Salvador después de 2001, dando lugar así, a aumentos de la
competitividad salvadoreña en cuanto a sus relaciones comerciales bilaterales con
estos países. Las exportaciones salvadoreñas al resto de Centroamérica como
porcentaje de las exportaciones totales ocuparon alrededor de 20 por ciento en los
años noventa, pero este porcentaje empezó a crecer en 2003 para alcanzar 32.28
por ciento en 2013, en lo cual influyen los elevados montos de remesas recibidos
por los otros países centroamericanos.
Sin embargo, la depreciación cambiaria no ha contribuido a detener el proceso de
desindustrialización, el cual ha avanzado con mayor dinamismo después de la
dolarización.
Para verificar el papel de las remesas en el tipo de cambio real, se estimó una
ecuación de cointegracion por el método de Fully Modified Least Squares, FMLS,
en la cual RER se expresa como función de Remy y de una variable cualitativa,
Cualid, que toma el valor de 1 en cada año después de la dolarización y de cero
antes de esta medida, y que entra en la ecuación tanto para detectar cambios en el
intercepto como en el coeficiente de Remy. Los resultados se muestran en el
Cuadro 2, ecuación (1).
Se puede observar que todos los coeficientes son significativos, pero el R cuadrado
y estadístico de Durbin Watson son bajos. En el período previo a la dolarización, el
coeficiente de Remy era negativo, indicando que el crecimiento de esta variable
conducía a la revaluación cambiaria; en el segundo período Remy tenía un impacto
positivo sobre el tipo de cambio real igual a 0.7617, (8.6710-7.9096), implicando
que el impacto del aumento de Remy era la depreciación cambiaria, lo cual es
contrario a lo esperado.
14
Otra ecuación se estimó por FMLS, expresando la participación del sector
manufacturero en el PIB en función de Remy y Cualid, que se muestra en el cuadro
2, ecuación (2).
Se puede observar que el coeficiente de RER no es significativo en el primer
período, pero si es significativo y negativo en el segundo (-0.7144), indicando que
la depresión cambiaria real estaba asociada con la desindustrialización, resultado
que es contrario a la explicación de la desindustrialización basada en el “mal
holandés”.
Los resultados anteriores muestran que la explicación de la desindustrialización en
El Salvador hay que buscarla en otras variables, y en medidas de política
económica tomadas en el pasado.
Cuadro 2. Remesas, tipo de cambio y desindustrialización.
Ecuación
Número
(1) RER = 199.4563 – 110.5512Cualid – 7.9096Remy + 8.6713Remy*Cualid
( 4.88)
(1.87)
(2.01)
(1.88)
Rcuadrado = 0.34 DW = 0.56
(2) Manu = 2.0080 + 70.7726Cualid + 0.0030RER – 0.7144RER*Cualid
(11.81)
Rcuadrado = 0.76
(7.12)
(0.17)
(7.28)
DW=1.55
-------------------------------------------------------------------------------------Papel de la liberalización comercial.
En este contexto, se debe apuntar que El Salvador emprendió una serie de medidas
de política económica comercial desde mediados de los años ochenta que
conllevaron la eliminación de restricciones cuantitativas a las importaciones y
especialmente la rebaja de los aranceles de importación. Según los datos de Lora
(2012), la tarifa promedio a las importaciones era 22.68 por ciento en 1986,
15
cayendo a 12.92 en 1993 para llegar a 5.8 por ciento en 20095 (Gráfico 5), valor
que era igual a la mitad de las tarifas prevalecientes en los países andinos y del
Mercosur. Sin embargo, otras fuentes como el WDI del Banco Mundial han
presentado valores de los aranceles de importación que son más bajos, de alrededor
de 2 por ciento en los últimos años. En los años noventa, se llevaron a cabo otras
medidas de liberalización económica en diversas áreas como la financiera,
tributaria, laboral y de privatización. Lora (2012) ha computado un índice general
de reformas estructurales para cada país de América Latina y el Caribe, que varía
de cero a uno según se avanza en la profundidad de las mismas; para el caso de El
Salvador este índice general se muestra en el Gráfico 6, en donde se puede
observar la trayectoria de la implementación de las políticas de liberalización.
Gráfico 5. Arancel de importación promedio.
ARANCELPROMEDIO
16
14
12
10
8
6
4
1990
5
16
1992
1994
1996
1998
2000
2002
2004
2006
2008
La serie de datos preparada por Lora (2012) abarca el período 1985-2009.
Gráfico 6. Índice general de reformas estructurales.
INDICEGENERAL
.68
.64
.60
.56
.52
.48
.44
.40
1990
1992
1994
1996
1998
2000
2002
2004
2006
2008
En el gráfico 7, se observa que la consecuencia más palpable de la caída de los
aranceles ha sido el aumento de la importación de bienes de consumo no duradero
como porcentaje del PIB, (Importconsumondy).
Gráfico 7. Arancel promedio e importación de bienes de consumo no duradero
como porcentaje del PIB.
14
IMPORTCONSUMONDY
13
12
11
10
9
8
7
6
5
4
6
8
10
12
ARANCELPROMEDIO
17
14
16
El aumento desmedido de la importación de bienes de consumo ha conducido a la
contracción de la participación de bienes transables, (Manu+Agric), en el PIB,
como se observa en el Gráfico 8.
Gráfico 8. Importación de bienes de consumo no duradero y producción de bienes
transables, ambos como porcentajes del PIB.
42
MANU+AGRIC
40
38
36
34
32
30
5
6
7
8
9
10
11
12
13
14
IMPORTCONSUMONDY
Se puede inferir que la producción nacional ha sido desplazada por las
importaciones de bienes de consumo, las cuales, lejos de impartir “eficiencia” a la
producción nacional, como era el estribillo en boga en años pasados, condujeron a
su contracción relativa, es decir a la desindustrialización y desagriculturización.
Importaciones y desindustrialización.
Para recalcar este punto se han estimado varias ecuaciones de cointegración con el
método FMLS, expresando la variable Manu en términos de Importconsumondy y
otras variables. Se puede observar en la ecuación (3) que las importaciones de
bienes de consumo no duradero ejercen un impacto negativo sobre la producción
de bienes transables, es decir, las importaciones desplazan la producción
manufacturera nacional. Por su parte, las remesas ejercen un impacto positivo que,
se puede esperar, ayuda a contrarrestar el papel negativo de Importconsumondy.
Esta ecuación expresa 74 por ciento de la varianza de Manu.
18
En la ecuación (4) se ha incluido la tasa de inversión privada, Ipri, la cual muestra
un coeficiente positivo y significativo, lo que implica que la inversión privada es
un medio para sustentar la producción de bienes transables. Se puede observar que
el coeficiente de Remy solo es significativo al nivel de 14 por ciento. Esta ecuación
explica 81 porciento de la varianza de Manu. Las exportaciones de El Salvador a
los otros países centroamericanos como porcentaje del PIB, ExpCAy, se incluyo
como variable independiente en la ecuación (5). Esta variable muestra un
coeficiente significativo y positivo, que hace ver que la integración regional
centroamericana es un mecanismo para proteger a los países miembros de la
desindustrialización así como para impulsar la industrialización. La explicación
radica en que el comercio intracentroamericano está constituido en su mayor parte
del intercambio de bienes manufacturados. De allí, la importancia de impulsar
continuamente la integración centroamericana.
Cuadro 3. Desindustrialización e importaciones de bienes de consumo no duradero
como porcentajes del PIB.
---------------------------------------------------------------------------------------------------(3) Manu = 25.2115 + 1.178Cuali1 – 0.9200Importconsumondy
(24.92)
(2.13)
(9.14)
+ 0.3731Remy
(3.43)
Rcuadrado = 0.77 DW = 1.28
(4) Manu = 21.0886 + 1.6427Cuali1 – 0.7611Importconsumondy
(11.23)
(3.34)
(6.56)
+ 0.1884Remy + 0.3812Ipri
(1.54)
(2.57)
Rcuadrado = 0.81 DW = 1.42
(5) Manu = 20.5967 + 2.0065Cuali1 – 1.2475Importconsumondy
(11.91)
(4.60)
(6.76)
+ 0.2022Remy + 0.3993Ipri + 0.7543ExpCAy
19
(1.90)
(3.05)
(3.03)
Rcuadrado = 0.84 DW = 1.68
----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Se puede observar que la inversión privada tiene un impacto positivo sobre la
participación de la producción manufacturera en el PIB, lo que indica que la
inversión puede ser un medio para combatir la desindustrialización; sin embargo,
existe la complicación de que la variable Importconsumondy tiene una asociación
negativa con la tasa de inversión privada, (Gráfico 9), es decir, la importación
masiva de bienes de consumo desplaza a la inversión privada, ya que ante la
prevalencia de productos importados hay poco espacio para las iniciativas de nueva
producción nacional. Este es un resultado que se ha reportado en varios países6.
6
Tregenna (2011) encontró en una muestra de países en vías de desarrollo y
desarrollados que la desindustrialización era acompañada de la caída de la
inversión. Así mismo, Bennell (1998) ha presentado evidencia de que la inversión
privada ha caído en los países de África del Sub Sahara después de la
liberalización económica en los años ochenta. Este autor cita las conclusiones de
un estudio de la IFC (1995) sobre la inversión privada en estos países: “The long
awaited revival of the private sector following liberalization in Sub-Saharan Africa
has not materialized. While there were signs of renewed dynamism in the informal
and smallholder agricultural sectors, the response of the formal sector has been
muted in most countries”. Noorbakhsh y Paloni (1999) presentan evidencia de
desindustrialización en los países de África del Sub-Sahara en el contexto de
programas de ajuste estructural. Otras evidencia de desindustrialización en África
del Sub Sahara se encuentran en Jalilian y Weiss (2000).
20
Gráfico 9. Importación de bienes de consumo no duradero como porcentaje del
PIB y tasa de inversión privada.
16
15
IPRI
14
13
12
11
10
5
6
7
8
9
10
11
12
13
14
IMPORTCONSUMONDY
De esa manera, no solo ha ocurrido una desindustrialización y desagriculturación
económica, pero además una descapitalización, ya que la apertura extrema de la
economía inhibe la movilización de capital productivo adicional. De hecho, las
tasas de inversión, privada y total, han sido desde mediados de los años noventa
más bajas que las que prevalecieron en los años sesenta y setenta.
Papel de la reducción del arancel externo.
Dado que la medida que dio lugar al aumento de las importaciones de bienes de
consumo fue la reducción del arancel externo (Gráfico 7) se estimó una ecuación
de cointegración con datos de 1990-2009, expresando la producción relativa de
bienes transables (Manu+Agric) en términos de valor promedio del arancel, con los
resultados presentados en la ecuación (6) del cuadro 4.
Se puede observar que el coeficiente del arancel promedio es significativo y tiene
signo positivo, indicando que el incremento de la protección conduce a aumentar la
producción nacional de bienes transables, de manera tal que si el arancel aumentara
al promedio de América Latina de 12 por ciento, un aumento de 7 puntos
porcentuales, la producción de bienes transables aumentaría en 2.8 puntos
porcentuales. Esta medida contribuiría también a mejorar las cuentas externas
21
dado que las importaciones de bienes de consumo no duradero caen cuando
aumenta el arancel, como se aprecia en el Gráfico 10:
Gráfico 10. Arancel promedio e importación de bienes de consumo no duradero
como porcentaje del PIB.
14
IMPORTCONSUMONDY
13
12
11
10
9
8
7
6
5
4
6
8
10
12
14
16
ARANCELPROMEDIO
Lo anterior corrobora que la protección puede ser una valiosa medida de política
económica. De hecho, se estimó una ecuación de cointegracion expresando la tasa
de crecimiento económico anual, GDPgrowth, en términos de Manu y del arancel
promedio, que se presenta en el Cuadro 4 como la ecuación (7).
De la ecuación anterior se desprende que si el arancel aumentara en 7 puntos para
estar al nivel del promedio latinoamericano, el crecimiento económico aumentaría
en cerca de 2 puntos (7x0.283). Dado el persistente estancamiento que la economía
ha mostrado por dos décadas, este es un resultado de especial importancia ante los
intentos fallidos de dinamizar la economía.
22
Cuadro 4. Arancel externo y desindustrialización.
--------------------------------------------------------------------------------(6) Manu + Agric = 33.4477 – 2.5392Cualid + 0.3974Arancelpromedio
(97.78)
(12.31)
(12.21)
R cuadrado = 0.92 DW = 2.90
(7) Gdpgrowth = -15.3940 – 1.3328Cualid + 0.7268Manu +
(2.02)
(1.54)
(2.26)
0.2830Arancelpromedio
(2.08)
R cuadrado = 0.48
DW = 1.13
---------------------------------------------------------------------------------------------------Papel del índice general de reformas.
Se estimó una ecuación de cointegracion (ecuación (8) del Cuadro 5) para la
producción de bienes transables como porcentaje del PIB en términos del índice
general de reformas, que mide la cobertura e intensidad de reformas llevadas a
cabo en El Salvador en el período 1990-2009. Los resultados indican que el avance
en las reformas dio lugar a la caída de la participación de bienes manufacturados y
agrícolas en el PIB, de manera tal que el aumento actual del índice general de
reformas en 0.21 puntos porcentuales (de 0.43 en 1990 a 0.64 en 2009), está
asociado con la pérdida de 6.35 puntos porcentuales, (30.2406x0.21), en la
participación de los bienes transables en el PIB, cifra cercana al valor real de 6.68
puntos
porcentuales
correspondiente
a
la
desindustrialización
y
desagriculturizacion entre 1990 y 2009 (39.55-32.87).
Este índice también tiene relación negativa con la tasa de crecimiento económico,
como se muestra en la ecuación (9) del Cuadro 5. Se puede observar que el
aumento del índice general de reformas tiene un impacto negativo sobre el
crecimiento económico, de tal manera que el “progreso” en esta área da cuenta de
la pérdida de crecimiento económico de cerca de cuatro puntos porcentuales
(0.21x18.77). En base a la ecuación (8) se llevó a cabo el calculó de la pérdida de
crecimiento económico anual a raíz de las reformas, suponiendo que el índice
23
general de reformas hubiese permanecido en su valor de 1990 en todo el período.
Esta pérdida se suma al valor real de crecimiento económico, Gdpgrowth, para
obtener la serie de crecimiento económico bajo el supuesto de que no hubo
reformas, CRECSINREF, que se muestran en el Gráfico 11.
Gráfico 11. Tasas de crecimiento económico real e hipotético bajo el supuesto de
que las reformas no se hubiesen llevado a cabo.
10
8
6
4
2
0
-2
-4
1990
1992
1994
1996
1998
2000
GDPGROWTH
2002
2004
2006
2008
CRECSINREF
La diferencia entre las dos líneas del Gráfico 11 es el costo de las reformas. Esto se
traduce en pérdidas de empleos, de capacidad productiva, de solvencia externa, de
ingresos fiscales, y de la convivencia social que es impulsada por el dinamismo
económico, pérdidas a cambio de la zozobra económica diaria, el subempleo y la
economía subterránea, la sangre, el desierto, la pérdida de identidad, la vulgaridad,
el irrespeto, los celulares, y el consuelo de estar “globalizados”.
24
Cuadro 5. Índice general de reformas y desindustrialización, desagriculturalización
y crecimiento económico.
-----------------------------------------------------------------------------------(8) Manu+Agric = 5.4286 – 0.8441Cualid – 30.2406Indicegeneral
(26.57) (1.84)
R cuadrado = 0.94
(8.0540)
DW = 1.40
(9) Gdpgrowth = 3.8731 – 0.5036Cualid + 0.7762Manu -18.7672Indicegeneral
(0.40)
R cuadrado = 0.43
(0.40)
(2.31)
(1.84)
DW = 1.13
-----------------------------------------------------------------------------------------Déficit en la cuenta comercial de la balanza de pagos.
Otro fenómeno de especial importancia en las últimas tres décadas es el déficit en
la cuenta comercial de la balanza de pagos, que ha crecido de 12.67 por ciento en
1990 para alcanzar 22.82 por ciento en 2008 y 19.41 por ciento en 2013. Este
déficit, TB, tiene asociación muy estrecha con la contracción de la producción de
bienes transables, Manu+Agric, como se puede observar en el Gráfico 12:
25
Gráfico 12. Participación de bienes transables en el PIB y déficit en cuenta
comercial como porcentaje del PIB.
24
22
20
TB
18
16
14
12
10
32
33
34
35
36
37
38
39
40
41
MANU+AGRIC
Una consecuencia del alto déficit comercial es la caída del ahorro nacional, como
se muestra en el Gráfico 13. La explicación reside en el hecho de que a medida de
que el déficit comercial aumenta, mayores montos de ahorro externo son
requeridos para cubrir el déficit en cuenta corriente, lo que desplaza al ahorro
nacional7 (Prasad, Rajan, and Subramanian, 2007). La caída del ahorro nacional
conlleva la caída de la inversión privada y así del crecimiento económico. La falta
de dinamismo de la inversión privada constituye otra fuente de estancamiento de la
producción de bienes transables, lo que por su parte atiza el deterioro del déficit
comercial, dando lugar a un proceso acumulativo de reducción del arancel a las
importaciones de bienes de consumo, desindustrialización, deterioro de las cuentas
externas, caídas del ahorro nacional y de la inversión, incremento de la
desindustrialización, y así sucesivamente.
7
Prasad, Rajan, y Subramanian (2007) han presentado evidencia de que el ahorro
externo tiene una relación negativa con el ahorro nacional, lo que apunta la
importancia de reducer el déficit en cuenta comercial.
26
Gráfico 13. Déficit en cuenta comercial como porcentaje del PIB y tasa de ahorro
nacional.
20
18
GROSSSAVINGS
16
14
12
10
8
6
10
12
14
16
18
20
22
24
TB
El origen de este proceso perverso de desindustrialización y descapitalización, se
puede atribuir al proceso de reformas; de hecho existe una relación estrecha entre
el “avance” en el proceso de reforma y el aumento del déficit en la cuenta
comercial, como se muestra en el Gráfico 14. Se debe hacer referencia a la
evidencia presentada por Lawrence (2013) en el sentido que en países como
Alemania, Italia y Japón, que tienen altos superávits en su cuentas comerciales de
manufacturas, la desindustrialización, medida como el porcentaje de mano de obra
empleada en el sector manufacturero dentro del empleo total, no es tan acentuada
como en los otros países desarrollados.
27
Gráfico 14. Índice general de reformas y déficit en cuenta comercial como
porcentaje del PIB.
24
22
20
TB
18
16
14
12
10
.40
.44
.48
.52
.56
.60
.64
.68
INDICEGENERAL
Sector servicios y crecimiento económico.
Se debe señalar que en la medida en que las reformas se implementaron, la caída
de los sectores de bienes transables fue acompañada del aumento sostenido de la
participación del sector de servicios en el PIB, el cual aumentó de 55.32 por ciento
en 1990 a 62.20 por ciento en 2013. Como se puede observar en el Gráfico 15, el
aumento de este sector ocurrió en estrecha asociación con la trayectoria de las
reformas.
28
Gráfico 15. Índice general de reformas y participación del sector servicios en el
producto.
62
61
60
SERV
59
58
57
56
55
54
.40
.44
.48
.52
.56
.60
.64
.68
INDICEGENERAL
Esta evolución sincrónica representa un serio obstáculo al dinamismo económico,
ya que el sector servicios tiene relación negativa con el crecimiento económico,
como se observa en el Gráfico 16:
29
Gráfico 16. Participación del sector servicios y crecimiento económico.
8
GDPGROWTH
6
4
2
0
-2
-4
54
55
56
57
58
59
60
61
62
SERV
Se estimó una ecuación de cointegracion expresando la tasa de crecimiento
económico en términos de la inversión privada y de la participación del sector
servicios en el PIB, con los resultados siguientes:
Gdpgrowth = 22.3258 + 0.0948Cualid – 0.4980Serv + 0.7604IPRI.
(1.57)
(0.10)
(2.18)
(3.12)
Rcuadrado = 0.59
DW = 1.43
Los resultados indican que el coeficiente de la variable Serv es negativo y
significativo, de manera tal que el aumento de la participación de este sector en el
producto en 1 punto porcentual conduciría a la caída del crecimiento del PIB en
0.50 puntos. El coeficiente de la tasa de inversión privada es positivo y
significativo, pero esta variable ha caído de manera persistente desde mediados de
los años noventa de manera que no se podría esperar que pueda contrarrestar el
impacto negativo de Serv. La disyuntiva es que el sector de mayor dimensión en la
economía ejerce un impacto negativo sobre el crecimiento económico, mientras
que el sector que impulsa el crecimiento se va contrayendo. Esto hace prever la
continuación del estancamiento económico en El Salvador, al menos se restituya la
debida protección a la industria manufacturera y a la producción agrícola.
30
Deindustrialización y auto empleo.
Con miras a analizar las repercusiones de la desindustrialización en El Salvador, a
continuación se analizan sus impactos sobre el mercado laboral. En primer lugar,
se analiza su impacto sobre la tasa de auto empleo, la cual se usa generalmente
como una medida de la economía informal o subterránea (Loayza, 1997; Loayza y
Rigolini, 2011). Un trabajo de Cáceres (2014), reportó que los principales
determinantes del auto empleo en una muestra de seis países de América Latina
eran la tasa de crecimiento económico y las remesas como porcentaje del PIB; en
este trabajo se usan estas dos variables, además del cambio en la participación de la
industria manufacturera en el Producto (D (Manu)), y de la variable cualitativa
Cuali1, que representa la caída de PIB en 2009, como los determinantes del auto
empleo en El Salvador. Los resultados de la estimación de una ecuación de
cointegración con datos de 1993-2012, se muestran en el Cuadro 6.
Se puede observar que el coeficiente de D (Manu) es negativo y significativo en el
caso del auto empleo femenino, de manera que se puede inferir que la
desindustrialización da lugar al aumento del auto empleo femenino, (el coeficiente
de D (Manu) es negativo), es decir, contribuye al crecimiento de la economía
informal. De hecho, varios estudios han presentado evidencia del aumento
desmedido del auto y subempleo en los EEUU ante el cierre de empresas
industriales (Belcher y DiBlasio, 1993). Se debe agregar que en una muestra de
países desarrollados y en vías de desarrollo, Pietrobelli, Rabellotti y Aquilina
(2004) encontraron que, en un país dado, a medida de que aumentaba su grado de
industrialización, es decir Manu crecía, la tasa de auto empleo tendía a caer. En el
mismo sentido, Acs, Audretsch y Evans (1992) han reportado que el auto empleo
tendía a aumentar en una muestra de países desarrollados y en vías de desarrollo de
manera paralela con la caída de la importancia del sector manufacturero en el PIB.
El alto coeficiente de D (Manu) en la ecuación para el auto empleo femenino se
puede asociar a la evidencia de que las mujeres son más susceptibles que los
hombres a caer en empleo de baja calidad (Lichter y Landry, 1991).
El coeficiente de D (Manu) correspondiente a la tasa de auto empleo masculino
solo es significativo al nivel de 13 por ciento, de manera que se puede deducir que
la desindustrialización tiene impactos principalmente sobre las mujeres.
La tasa de crecimiento económico no ejerce ningún impacto sobre el auto empleo
femenino ni masculino, resultados que se han encontrado en otros países de
América Latina para el caso del auto empleo femenino (Cáceres, 2014), y que se
31
pueden interpretar como una manifestación de un proceso de crecimiento sin
empleo, es decir, el proceso que ocurre cuando el crecimiento económico no
genera nuevos puestos de trabajo que las y los auto empleados puedan ocupar.
Las remesas muestran coeficientes significativos y negativos en ambos casos. Esto
implica que las remesas ofrecen un “colchón” de liquidez que permite a mujeres y
hombres salir del auto empleo. Esto es congruente con el resultado de un estudio
de Cáceres (2014) de seis países latinoamericanos de que el aumento del salario
real, que representa una inyección de liquidez similar a las remesas, reduce el auto
empleo femenino y masculino.
Cuadro 6. Determinantes de tasas de auto empleo.
----------------------------------------------------------------------------Variable dependiente: tasa de auto empleo:
Variables
Femenina
Masculina
---------------------------------------------------------------------Independientes:
Constante
D(Manu)
Gdpgrowth
Remy
Cuali1
50.7605
46.7916
(45.87)
(22.41)
-1.2847
-1.0675
(3.64)
(1.60)
-0.1067
0.0690
(0.98)
(0.33)
-0.1591
-0.6472
(2.44)
(5.26)
7.0926
9.6257
(7.23)
(5.20)
-------------------------------------------------------------------------Rcuadrado
0.81
DW
1.91
32
0.77
1.84
---------------------------------------------------------------------------Desindustrialización y empleo de calidad.
Se analizó también el papel de la desindustrialización sobre la tasa de empleo de
calidad, que según la definición del WDI del Banco Mundial es aquel empleo con
salarios establecidos y con beneficios. Los resultados de estimación de ecuaciones
de cointegración con datos de 1993-2012 se presentan en el Cuadro 7. Se puede
observar que el coeficiente de D (Manu) es positivo en ambos casos, lo que indica
que la industrialización ejerce impactos positivos sobre la generación de empleo de
calidad, particularmente en el caso del empleo de calidad femenino. La tasa de
crecimiento económico también mostró coeficientes positivos; es decir, el
dinamismo económico contribuye al cambio de plazas de auto empleo, o de
subempleo, a posiciones de calidad, y así mismo, da lugar a la apertura de plazas
de buenos empleos8. Esto indica que el papel o impacto del dinamismo económico
difiere según se trate de la economía formal (sobre el empleo de calidad), o de la
economía subterránea (sobre el auto empleo), lo que denota la existencia de
marcados laborales fragmentados. Se debe observar que en el caso del empleo de
calidad femenino el coeficiente del crecimiento económico es de dimensión dos
veces la del coeficiente de la tasa de empleo de calidad masculino (1.4903 y
0.6486), lo que indica que las mujeres son más susceptibles que los hombres a la
trayectoria del ciclo económico.
Las remesas muestran coeficientes positivos y significativos en ambos casos,
apuntando que tienen tanto un papel en reducir la economía subterránea (Cuadro
6), así como en aumentar la economía oficial, la de buenos empleos (Cuadro 7). La
variable Cuali1 es significativa en el caso del empleo de calidad femenino.
8
Lawrence (2013) ha senhalado que en los EEUU el empleo del sector industrial
obedece en gran parte a la trayectoria de la economia, con un gran peso ocupado
por recesiones economicas en la caida del empleo.
33
Cuadro 7. Determinantes de la tasa de empleo de calidad.
------------------------------------------------------------------Variable dependiente: tasa de empleo de calidad:
Femenino
Masculino
Variables
Independientes:
------------------------------------------------------------------------Constante
D (Manu)
GDPgrowth
Remy
Cuali1
22.7123
40.6296
(3.48)
(12.16)
7.6244
4.0065
(3.66)
(3.76)
1.4903
0.6486
(2.31)
(1.97)
1.4243
0.9414
(3.70)
(4.78)
11.6427
0.7752
(2.01)
(0.26)
----------------------------------------------------------------------------Rcuadrado
0.31
0.44
DW
1.33
1.32
---------------------------------------------------------------------------Desindustrialización y participación laboral.
Se analizó también el papel de la desindustrialización y desagriculturización sobre
la participación laboral femenina y masculina. Estudios recientes han puesto en
evidencia que en los países de América Latina la participación femenina obedece
al comportamiento del “trabajador adicional”, en el que las mujeres entran al
mercado de trabajo en respuestas al desempleo del jefe de hogar, o a situaciones
34
adversas que inciden de manera negativa sobre la liquidez y bienestar del hogar
(Cáceres 2013; Cáceres y Cáceres, 2015). Este es un fenómeno que ha sido
detectado en los países en vías de desarrollo, pero que no está presente en los
países desarrollados, en los cuales existen amplias redes de protección social,
particularmente el seguro de desempleo. Una implicación adversa de este
fenómeno en los países latinoamericanos es que puede obligar a uno o más hijas e
hijos a tomar el lugar de la madre en el hogar en cuanto al cuidado de hijos, o en
otras tareas del hogar, o puede eventualmente conducir a que las hijas e hijos
tengan que abandonar la escuela si la madre no tiene éxito en encontrar empleo9,
con repercusiones en la continuidad de la pobreza de una generación a otra
(Cáceres, 2013). En este sentido, las vicisitudes económicas y sociales resultantes
de la desindustrialización pueden conducir a que mujeres busquen un empleo con
miras a proteger el hogar, y por tanto, es una situación en que la mujer se vuelve de
hecho la “red de protección social”, en ausencia de otras medidas institucionales de
protección. Por tanto, se puede esperar que existe una relación positiva entre
desindustrialización (Manu decrece) y la participación laboral femenina. Esta es
relación que se observa en el Gráfico 17, que muestra que la caída de Manu+Agric
está asociada con el aumento de la participación femenina, es decir, mujeres entran
a buscar trabajo ante el decrecimiento relativo de la producción de bienes
transables.
9
En los EEUU, la deserción escolar ante la caída del ingreso familiar se pone en
evidencia en el artículo del Washington Post del 18 de abril de 2015 (Report:
About one-third of Dropouts go to Work”), que apunta que: “Teenagers drop out of
high school for all sorts of reasons: lack of motivation, little support from parents,
poor academic performance. But for some low income students, the decision to
leave is purely economic. Many are going to work so they can make money to help
their families. Using data from the 2008-2012 American Community Survey,
researchers from the Urban Institute found that nearly a third of the 563,000
teenage dropouts left school to work. These 16 to 18 year-olds were
disproportionately male and Hispanic, and ended their education either at the
beginning of high school or nearing the end…On average, what these teenagers
earned made up almost a quarter of the money their families needed to live. And
that money kept 42 percent of households from falling below the poverty line.
Given that wages are stagnant and many high-paying blue-collar jobs are
disappearing, more low-income families may simply need more workers in their
households to stay afloat, the study concluded” (página A11).
35
Gráfico 17. Producción relativa industrial y Agrícola y participación laboral
femenina.
51
50
PARTTIMEFEMALE
49
48
47
46
45
44
43
30
32
34
36
38
40
42
MANU+AGRIC
Un comportamiento contrario muestra la participación masculina, que implica que
ante la contracción de la producción de bienes transables los hombres optan por
alejarse del mercado laboral, dentro del marco del fenómeno del “trabajador
desanimado” o “discouraged worker” (Borjas, 2008), como se aprecia en el grafico
18:
36
Gráfico 18. Producción relativa de bienes manufacturados y agrícolas y
participación laboral masculina.
86
85
PARTTIMEMALE
84
83
82
81
80
79
30
32
34
36
38
40
42
MANU+AGRIC
Ecuaciones de cointegración fueron estimadas para las tasas de participación
laboral en términos de la participación de la producción de bienes manufacturados
y agrícolas en el PIB, y los resultados se muestran en el Cuadro 8:
Cuadro 8. Determinantes de la tasa de participación laboral.
-------------------------------------------------------------------------------------------Variable dependiente: Tasa de participación laboral:
Variables
Femenina
Masculina
Independientes:
----------------------------------------------------------------------------------------------Constante
75.3795
(5.91)
Cualid
-1.0812
(0.70)
Remy
37
0.2482
25.6640
64.2237
97.3921
(5.31)
(9.58)
15.68)
-0.2216
0.4655
-0.3860
(0.27)
(2.74)
(0.37)
0.2018
Manu+Agric
(1.06)
(1.65)
- 0.8787
0.4655
(2.55)
(2.74)
Indicegeneral
36.3318
-24.5571
(4.17)
(2.80)
---------------------------------------------------------------------------------------------------Rcuadrado
0.70
0.74
0.62
0.66
DW
1.10
1.63
0.72
0.81
---------------------------------------------------------------------------------------------Se puede observar que estas ecuaciones explican setenta y sesenta y dos por ciento
de la variabilidad de la participación femenina y masculina respectivamente,
aunque en ambos casos los estadísticos DW son bajos. El coeficiente de
Manu+Agric es negativo en el caso de la participación femenina, indicando que la
desindustrialización y desagriculturalización dan lugar al aumento de la
participación femenina, ya que más mujeres entran al mercado laboral para paliar
el desajuste del bienestar del hogar ante la contracción de la producción industrial
y/o agrícola, ejerciendo así las mujeres un papel de “bomberas”. El coeficiente de
la variable Remy no es significativo, denotando que las remesas no compensan o
contrarrestan la dislocación financiera del hogar ante la desindustrialización y
desagriculturización.
En el caso de la participación masculina, las remesas muestran un coeficiente
positivo y significativo al nivel de 11 por ciento, indicando que esta inyección de
liquidez contribuye a que los hombres aumenten su participación en el mercado
laboral. El coeficiente de la variable (Manu+Agric) es positivo en el caso de la
participación masculina, indicando que ante la desindustrialización y
desagriculturalización, los hombres optan por salir del mercado laboral,
“desanimados” por la contracción de los sectores industrial o agrícola, lo cual
también puede obedecer a que los hombres cuentan con su propio sistema de
“seguro de desempleo”, que descansa en el papel de “bombero” desempeñado por
su esposa o compañera, o toman la decisión de emigrar. Se debe observar que el
coeficiente de la variable Manu+Agric correspondiente a la participación femenina
(-0.8787) es en términos absolutos casi el doble del coeficiente de esta variable en
38
el caso de la participación masculina (0.4655), es decir, las mujeres responden de
manera más ágil ante el deterioro del bienestar del hogar (ante la
desindustialización), fieles a su papel de buscar la solvencia del mismo, mientras
que la respuesta de los hombres a entrar al mercado laboral ante las oportunidades
resultantes de una eventual reindustrialización es lenta, ya que gozan de “rentas”
que
el
contexto
o
“cultura”
de
género
les
otorga.
De especial importancia es el papel de la variable Indicegeneral, cuyo coeficientes
son positivos en el caso de la participación femenina y negativo en la masculina,
indicando que el proceso de reformas dio lugar al aumento de la participación
femenina, en respuesta al descalabro económico que este proceso ha generado, y al
propósito de las mujeres de salvaguardar el hogar, lo que se puede relacionar al
aumento del auto empleo femenino; el coeficiente de esta variable es negativo en el
caso de la participación masculina, indicando que ante el desajuste provocado por
las reformas, los hombres optaron por retirarse del mercado laboral, amparados por
el auto empleo femenino. Se debe observar que el índice general de reformas
(Indicegeneral) explica, por sí solo, 74 y 66 por ciento de la varianza de la
participación laboral femnina y masculina respectivamente.
Comercio intracentroamericano, auto empleo y empleo de calidad.
Con el propósito de detectar el impacto del comercio intracentroamericano en el
mercado laboral, se estimaron ecuaciones de cointegración incluyendo la variable
ExpCAy, es decir, el agregado de las exportaciones salvadoreñas hacia los otros
países centroamericanos como porcentaje del producto. En estas ecuaciones se
identifica el papel de esta variable sobre las tasas de auto empleo y de empleo de
calidad, femenina y masculina. Los resultados se muestran en el Cuadro 9. Se
puede observar en estas ecuaciones que todas las variables incluidas en las
estimaciones presentadas en los Cuadros 6 y 7 continúan siendo significantes y con
los signos esperados.
En las ecuaciones para las tasas de auto empleo femenina y masculina, la variable
ExpCAy tiene coeficentes con signos positivos pero son insignificantes, lo que
denota que el comercio intracentroamerico no incide en el auto empleo femenino o
masculino, es decir, no agrava ni disminuye la problematica de la economia
subterranea. De especial importancia son los resultados con relación al empleo de
calidad, ya que la variable ExpCAy tiene coeficentes positivos y significativos, lo
que permite deducir que la integración centroamericana ha contribuido a la
generación de empleos femeninos y masculinos de calidad, un objetivo cuyo logro
39
ha sido elusivo en la región. Se puede observar que las corrientes comerciales
hacia el resto de Centroamérica tienen mayor impacto en aumentar el empleo de
calidad femenino que el masculino (los coeficientes son respectivamente 2.9190
versus 1.2879). Es decir, la integración regional, contrario a la apertura unilateral,
conduce a la generación de buenos empleos, lo que es opuesto a los resultados de
las medidas de “globalización”, y de “integración con la economía mundial”, que
han dado lugar a la generación de empleos precarios. De allí, la importancia de
apoyar el crecimiento de los intercambios comerciales intracentroamericanos, y en
términos generales de apoyar el logro de etapas superiores de la integración.
Cuadro 9. Auto empleo, empleo de calidad y exportaciones hacia Centroamérica
-------------------------------------------------------------------------------------------------Variables dependientes:
Auto empleo
Femenino Masculino
Variables dependientes:
Empleo de calidad
Femenino
Masculino
---------------------------------------------------------------------------------------------------Variables
independientes:
Constante
D(Manu)
50.1849
46.8954
21.0028
40.1305
(64.98)
(30.68)
3.79)
(13.35)
-1.3139
-1.3549
5.2474
2.9566
(3.34)
(2.02)
(2.83)
(2.94)
1.9383
0.8460
(3.45)
(2.77)
Gdpgrowth
Remy
Cuali1
ExpCAy
40
-0.2262
-0.8113
0.2068
0.3816
(2.57)
(4.66)
(0.44)
(1.51)
7.6687
9.3378
11.8488
0.7942
(12.12)
(7.85)
(2.45)
(0.30)
0.2105
0.3649
2.9190
1.2879
(1.33)
(1.17)
(2.83)
(2.79)
-----------------------------------------------------------------------------------------------Rcuadrado
DW
0.80
1.74
0.78
1.70
0.48
2.11
0.53
1.94
-----------------------------------------------------------------------------------------------Desindustrialización y mercado laboral en otros países latinoamericanos.
En un trabajo reciente, Cáceres (2015) uso datos de tipo panel del período 19932012 de seis países latinoamericanos (Costa Rica, Colombia, Ecuador, República
Dominicana, Bolivia, y Jamaica) para analizar los determinantes de la
productividad laboral en estos países. Un resultado de este trabajo fue que la
desindustrialización ejercía un impacto negativo sobre la productividad. Usando la
base de datos panel de ese estudio, se ha preparado el Gráfico 19 que permite
apreciar, primero, el aumento del empleo de calidad femenino (salarywfemale) a
medida de que la industrialización (Vamanu), medida como el porcentaje del valor
agregado del sector manufacturero, aumenta, y segundo, la caída del auto empleo
femenino, es decir, el empleo femenino de baja calidad, ante el aumento de la
industrialización.
41
Gráfico 19. Aumento en empleo asalariado femenino y caída del auto empleo
femenino a medida de que aumenta la industrialización.
90
80
SALARYWFEMALE
70
60
50
40
30
20
10
8
12
16
20
24
28
32
VAMANU
70
60
SEMFEMALE
50
40
30
20
10
8
12
16
20
VAMANU
42
24
28
32
Claúsulas de salvaguarda y libre comercio.
Del análisis anterior, se desprende la importancia de reestablecer protección a la
industria manufacturera nacional. En este sentido, hay que apuntar que la OMC
reconoce el derecho de los países miembros de solicitar la introducción de medidas
restrictivas a las importaciones en situaciones justificadas, básicamente que las
importaciones ocasionan “injuria material” a la industria nacional. La introducción
de estas medidas, como el aumento temporal de las tarifas arancelarias y las
acciones restrictivas de antidumping, son eventos frecuentes en la práctica del
comercio mundial. Una creciente literatura ha investigado las causas que dan lugar
a la introducción de estas medidas. Un trabajo de Knetter y Prusa (2003) con datos
del período 1980-1998 para Australia, Canadá, los EEUU y los países de la Unión
Europea, encontró que la depreciación de la moneda del país exportador en una
desviación estándar daba lugar a aumentos de casos de antipumding demandados
por el país importador en 33 por ciento, mientras que la caída del PIB del país
importador conducía a que este aumentara sus acciones de antidumping en 23 por
ciento.
Por su parte, Bown y Crowley (2013) estimaron ecuaciones para identificar las
variables que daban lugar a la adopción de medidas proteccionistas por los EEUU,
países de la Unión Europea, Korea, Canadá y Australia, en el período 1988-2010.
Loa autores enfatizaron la explicación de las medidas proteccionistas durante la
crisis global, como restricciones antidumping, salvaguardas y tarifas que se
implementaron en ese período, las cuales fueron de consideración ya que
encontraron que en 2010 en estos países alrededor de cinco por ciento de los bienes
importados eran objeto de medidas proteccionistas temporales. Las variables
determinantes de este comportamiento fueron: la apreciación del tipo de cambio
bilateral del país importador que ejerció un gran impacto en la implementación de
estas medidas en todos los países excepto Australia, con una magnitud tal que una
apreciación de 4 por ciento en el tipo de cambio en el país importador daba lugar a
aumentos de entre 60 y 90 por ciento de los bienes sujetos a protección. La caída
de la tasa de crecimiento económico también motivó la construcción de barreras a
las importaciones en todos los países excepto Canadá; a manera de ejemplo, la
caída del crecimiento económico de Australia de 3.3 a 0.7 por ciento se asocia con
un aumento de 40 por ciento en medidas de restricciones antidumping emprendidas
por este país. También encontraron que el hecho de que el país del cual se
43
importaba experimentaba tendencias recesivas motivaba al país importador a
introducir acciones proteccionistas.
Hay que apuntar que Kee, Neagu y Nicita (2012) examinaron las políticas
comerciales vigentes en 2009 de 131 países para detectar cambios introducidos a
raíz de la crisis global. Estos autores encontraron que Rusia, Argentina, Bolivia,
Ecuador, Malawi, Turquía y China habian recurrido al aumento de tarifas
arancelarias, mientras que los países de la Unión Europea y los EEUU habían
optado por la introducción de cargos de tipo antidumping.
Dada la importancia de la balanza de pagos en determinar el crecimiento
económico, las restricciones a las importaciones en tiempos de recesión
económica, o de apreciación de la moneda, debe recibir atención como una válida
medida de política comercial, sobre todo tomando en cuenta que son acciones
sancionadas por la OMC, en cuyos reglamentos estas medidas han sido validadas
como legítimos instrumentos para proteger la producción nacional y el empleo. De
ahí la importancia de que El Salvador, por su cuenta o en conjunto con los países
centroamericanos, estructuren posiciones conjuntas ante la OMC en tiempos de
recesión económica, como los actuales, para introducir las medidas de protección,
arancelarias o de otro tipo, que eviten mayor deterioro de la producción, del
empleo y de la situación social. Esto es de especial importancia para El Salvador,
dado la persistencia de su estancamiento económico.
Conclusiones.
Este trabajo ha presentado evidencia de que la desindustrialización ejerce impactos
adversos sobre la economía salvadoreña en distintos sentidos, principalmente en
términos de la caída de la tasa de crecimiento económico, el aumento de la
economía subterránea y el deterioro de las cuentas externas y de la inversión.
También la desindustrialización tiene repercusiones sobre el mercado laboral y, en
este sentido, un resultado que hay que destacar es que la tasa de participación
femenina aumenta ante la desindustrialización, mientras que la masculina
disminuye, lo cual tiene implicaciones en relación al crecimiento económico, dada
la evidencia de los países de la OECD de que si la participación femenina
convergiera a la masculina en los próximos 20 años, la economía de los países de
la OECD sería en 2030 de una dimensión 12 por ciento mayor (Thevenon, Ali,
Adema y Salvi del Pero, 2012). .
Hay que destacar que en conjunción con la desindustrialización ha ocurrido un
aumento del sector servicios, el cual ejerce impactos negativos sobre el
44
crecimiento económico. La desindustrialización ha dado lugar a aumentos
considerables en el déficit en la cuenta comercial, lo que tiene incidencia negativa
en la inversión privada; de esa manera, ocurre un círculo vicioso en donde la
desindustrialización inicial aumenta el déficit externo y por ende reduce la
inversión privada, lo que por su parte agudiza la desindustrialización, creciendo así
aún más el déficit en cuenta comercial, y así sucesivamente. La
desindustrialización en otros países latinoamericanos no ha tenido repercusiones
tan adversas en el crecimiento económico como las de El Salvador, en virtud del
auge de los precios de productos primarios hasta fecha reciente, pero es posible
que ante el deterioro de estos precios el papel negativo de la apertura se pueda
sentir con mayor intensidad.
La causa determinante de la desindustrialización en El Salvador es la extrema
apertura de su economía llevada a cabo en los años noventa dentro del marco del
“Consenso de Washington”, aunque también la evidencia empírica presentada en
este trabajo apunta a repercusiones adversas derivadas del proceso amplio de
reformas de ese período.
Lo anterior señala la urgencia de reestablecer la protección a la industria
manufacturera nacional. Hay que traer a cuenta el trabajo de Rodrik (1998) que
demostró que no había nada “ineficiente” con relación a la sustitución de
importaciones, ni que tampoco estaba “agotada” como se ventiló en todas las
latitudes para justificar las reformas.
La barrera para restablecer la protección solo es la inercia o la resignación ante la
“globalización”, pero hay que tener presente la evidencia de que los países
desarrollados recurren a medidas proteccionistas con una frecuencia10 tal que se
deduce que no siguen los preceptos de “libre comercio” que para los países en vías
de desarrollo representan sagrados “mandamientos”. Los estudios sobre la
implementación de medidas restrictivas al comercio internacional por los países
desarrollados son evidencia de que el “libre comercio” tiene carácter discrecional
en estos países, es decir, que prevalece cuando las circunstancias macroeconómicas
son favorables, pero se deja de lado cuando sus industrias pueden ser afectadas, por
ejemplo por la apreciación de sus monedas. La implicación es que los países en
vías de desarrollo y los centroamericanos en particular, deberían emular estas
10
El periodico The Washington Post del 26 de abril de 2015 reporto que desde
2008 los paises del G-20 agregaron 1,200 restricciones adicionales aplicables a las
exportaciones e importaciones.
45
sabias prácticas de los países desarrollados y emprender medidas restrictivas a las
importaciones cuando experimenten declinaciones en su crecimiento económico, o
cuando su tipo de cambio se sobrevalue.
Se debe señalar que en 2009, El Salvador experimentó una contracción económica
de -3.2 por ciento, la más severa de los países de América Latina, y que por dos
décadas ha experimentado lento crecimiento económico, lo que exige tomar
medidas audaces.
El argumento por la protección no debería limitarse a los daños que las
importaciones ejercen sobre las industrias específicas, pero además, debe
sustentarse por el hecho de que la baja tasa de crecimiento, o la contracción
económica, conduce a atizar el desempleo, el subempleo y la violencia. Esto tiene
especial importancia en la actualidad ya que la caída de los precios de los
productos primarios ha dado lugar a tendencias recesivas que habrá que
contrarrestar, lo que hace de ver que seguir el ejemplo de los países desarrollados
en cuanto a protección es una ruta de mucho valor.
Se debe traer a cuenta el punto de Tregenna (2013), en el sentido de que la
desindustrialización tenderá a cambiar la estructura y carácter de la clase
trabajadora, ya que sus números disminuyen en el sector manufacturero en el cual
la organización de sindicatos de trabajadores no es tan compleja como en otros
sectores, mientras que crecen en el sector servicios en el cual la organización es
compleja. Esto implica la necesidad de apoyar la creación y crecimiento de
organizaciones de trabajadores del sector servicios para mantener la capacidad de
negociación laboral de amplios sectores de la población. Además, Tregenna (2013)
ha señalado que la desindustrialización conduce a que la banca atienda con la más
alta prioridad el financiamiento de corto plazo demandado por el sector servicios,
lo que resalta la importancia de la banca nacional de desarrollo para atender a los
sectores productivos en proyectos que requieran financiamiento de largo plazo.
De manera paralela a la restitución de la protección, se encuentra la necesidad de
aumentar la productividad del sector servicios; esto tiene grandes implicaciones en
términos de género, en el sentido de que exige incrementar el valor agregado de
amplios segmentos de la población femenina que laboran en el sector subterráneo
de la economía. En este contexto, una medida de gran valor radica en la
implementación de una red nacional de guarderías infantiles, con miras a que más
mujeres puedan continuar sus estudios aún cuando tengan hijas o hijos, y así
mismo, puedan postular a mejores opciones en el mercado laboral. Existe
46
evidencia del importante papel de las guarderías infantiles en el crecimiento y
estabilidad económica (Tsounta, 2006), en incrementar la participación laboral
femenina y la tasa de matrícula escolar de niñas (Lokshin, Glinskaya y García,
2000) y adolescentes11.
Los resultados de este trabajo han presentado evidencia del papel importante
ejercido por las corrientes comerciales destinadas a los otros países
centroamericanos en combatir la desindustrialización en El Salvador. Además, el
comercio intracentroamericano contribuye a la generación de empleos de calidad.
Esto obliga a apoyar decididamente la integración centroamericana como medio
para sustentar la industrialización, un tema que data de la obra de Prebisch (1950,
1951) cuando argumentaba sobre la necesidad de la integración latinoamericana
como medio para lograr la industrialización, la exportación de bienes
manufacturados, superar la restricción de balanza de pagos, y mejorar la tecnología
y productividad. Otros autores, posteriormente a Prebisch, abogaron por la
integración económica como instrumento de la industrialización (Balassa, 1961;
Chow, 1967; Bhambri, 1962; Reynolds, 1968).
En El Salvador, así como en los otros países centroamericanos, es necesario
concebir la política económica como un medio para construir la Nación, como un
instrumento de “nation building”, por lo cual debe tener prioridad la restitución del
poder productivo que conduzca a la generación de buenos empleos, a la inversión,
a las exportaciones, a la innovación y a la cohesión social. El término poder
productivo lo uso List (1991) como punto de diferenciación entre su
conceptualización de la Economía Política y la de los otros connotados
economistas (Smith, etc.): “Political economy is not… that science which teaches
only how values in exchange are produced by individuals, distributed among them,
and consumed among them. Rather… over and above that, (it is) how the
productive powers of a whole nation can be awakened, increased, and protected,
and how on the other hand they are weakened, laid to sleep, or utterly destroyed.
For it is by means of those national productive powers (that) the national resources
11
Es del caso citar el articulo del Washington Post del 3 de mayo de 2015, (The
Peril of Teen Moms’ Homelessness”) que recalca que: “The urge to drop out for
homeless adolescents mothers is particularly strong, experts said, and particularly
perilous. Finding affordable, reliable child care is the biggest barrier to getting kids
to come back to school after maternity leave” said Diana Bruce, the director of
health and wellness at D.C. Public Schools. After a homeless student gives birth,
the entire focus becomes to get them to graduation, which is essential, she said to
breaking the cyce of poverty” (página C6).
47
can be utilized in the wisest and best manner so as to produce national existence,
national independence, national prosperity, national strength, national culture, and
a national future”12. Esos objetivos de independencia, prosperidad, cultura y futuro,
elusivos en el contexto actual, deberían ser el objetivo principal de la política
económica en El Salvador, que debe partir del establecimiento de protección a los
sectores productivos y del impulso a la igualdad de oportunidades.
Se debe señalar que El Salvador, junto con Nicaragua, Honduras y Guatemala
ocupan los últimos lugares en América Latina en relación a la igualdad de
oportunidades, es decir la igualdad de niñas y niños en tener acceso a servicios de
educación, salud, electricidad, vivienda, saneamiento, agua potable, y a terminar a
educación primaria en el período de seis años, independientemente de lugar de
residencia y del ingreso de sus padres13. De allí que en lugar de seguir fielmente el
discurso de las ultimas décadas de la “competitividad” y la “globalización”, que a
todas luces no conduce a fomentar el poder productivo nacional, sino que a su
destrucción, es urgente impulsar decididamente la globalización al interior del país,
buscando la homogeneidad en niveles de desarrollo social a lo largo del territorio,
es decir, una “apertura interna”, o una integración de la economía nacional, lo que
daría lugar a aumentos sustanciales en la demanda agregada para sostener un
proceso de reindustrialización, por supuesto siempre y cuando se haya eliminado la
extrema apertura externa.
12
13
Esta cita de List se ha tomado de Ho (2005).
Molinas et al (2011) llevaron a cabo el análisis de igualdad de oportunidades en
los paises de America Latina en base a datos de 2008.
48
Anexo 1.
Pruebas de raíces unitarias.
Variable
Estadístico ADF.
-----------------------------------------Agric
1.8690
Manu
2.2036
Agric+Manu
1.9504
Remy
2.1962
Gdpgrowth
3.5353
RER
0.8678
ExpCAy
1.1324
Consumondy
1.9946
Ipri
3.3675
Grosssavings
4.9742
Serv
2.7143
TB
2.4187
Sempfemale
3.5919
Sempmale
4.3037
Qualitywfemale 3.8018
Qualitywmale
3.9313
Parttimefemale
3.1082
Parttimemale
1.2787
Arancelpromedio 1.4525
49
Indicegeneral
1.4558
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