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Desindustrialización y estancamiento económico en El Salvador. Luis René Cáceres Mayo 15, 2015. 1 Introducción. Por desindustrialización se entiende la caída de la participación del sector manufacturero en el PIB, o la reducción del porcentaje que el empleo en este sector ocupa dentro del empleo total. Este es un fenómeno que se ha observado en los países desarrollados desde los años setenta del siglo recién pasado, pero en la década subsiguiente se manifiesta en los países en vías de desarrollo, especialmente los de América Latina. En promedio para la región, el empleo en el sector manufacturero como porcentaje del empleo total cayó de 16.5 a 14.2 por ciento entre 1980 y 2003 (Palma, 2008), mientras que la caída de la participación en el producto ha sido más marcada, pasando de 28.1 a 16.7 por ciento entre 1960 y 2003 (Palma, 2008). Esta evolución difiere de la de los países de Asia del Este (sin incluir a China) en los cuales entre los mismos años la participación del sector manufacturero en el producto aumentó de 14 a 27.6 por ciento. De manera paralela a la reducción de la participación de la industria manufacturera, se observa en la región un aumento sostenido de la participación del sector servicios en el PIB. La desindustrialización en los países desarrollados ha sido interpretada como un resultado del proceso de desarrollo económico en sí, que da lugar a aumentos de la productividad de manera tal que la industria puede operar con decrecientes cantidades de mano de obra, a la vez que el desarrollo económico conduce al aumento de la demanda por servicios. En este sentido, Rowthorne (1994) ha estimado con datos de 1990 que en los países desarrollados la participación del empleo del sector manufacturero como porcentaje del empleo total empieza a caer cuando un país alcanza el ingreso per cápita de $12,000. Pero los países de América Latina han experimentado desindustrialización a valores más bajos de ingreso per cápita, antes de haber logrado establecer un parque industrial con altos niveles de tecnología y buenos empleos. Es decir, la región ha experimentado una desindustrialización prematura que implica un desarrollo truncado. La desindustrialización es motivo de preocupación en vista de la evidencia de que la industria manufacturera es el principal motor del crecimiento económico y de la 2 productividad, una posición que data de los trabajos de List1 (1837) y posteriormente postulada por Kaldor (1967), y que cuenta con evidencia empírica mostrada en diversos trabajos (Pieper, 2003; Wells y Thirlwall, 2003; Libanio, 2006). De hecho, la caída de la productividad en los países de América Latina desde mediados de los años ochenta coincide con sus experiencias de desindustrialización (Cáceres, 2015; Palma, 2010). Este sector es, además, la fuente de buenos empleos, de la adquisición de destrezas y de la generación y difusión de tecnología, y es el recibe las mayores erogaciones en investigación y desarrollo. Además, los bienes manufacturados tienen altas elasticidades ingreso y precio en el mercado internacional, lo que contribuye al dinamismo de las exportaciones. Hay que agregar que el crecimiento del sector manufacturero muestra correlaciones positivas con indicadores sociales como la esperanza de vida al nacer, tasa de alfabetismo, participación laboral y otros. De allí, la importancia de identificar las causas que determinan la desindustrialización y sus implicaciones. Este trabajo, busca puntualizar el origen de la desindustrialización en El Salvador, país donde este fenómeno ha sido acentuado, en términos de la caída de la participación de la industria manufacturera en el PIB, de 25 a 20 por ciento entre 2001 y 2013 (Gráfico 1)2. Paralelo a la desindustrialización la economía salvadoreña muestra una persistente tendencia al estancamiento desde 2002 hasta el presente, período en que la tasa promedio de crecimiento fue 1.92 por ciento. Así mismo, la participación del sector agropecuario en el PIB ha disminuido de 14.56 por ciento en 1990 a 10.84 por ciento en 2013. La contracción relativa de los sectores transables ha ocurrido en el contexto de intensos programas de reformas económicas que se llevaron a cabo principalmente en la década de los 90, y de la adopción del dólar como la moneda de curso legal en 2001. Otro importante elemento del marco macroeconómico de las tres últimas décadas radica en la cuantiosa cantidad de remesas que el país recibe, las cuales alcanzaron 16.34 por 1 List (1837) propugnó que: “industry is the mother and father of science, literature, the arts, enlightment, freedom, useful institutions, and national power and independence” citado por Ho (2006). 2 La participación del empleo en el sector manufacturero dentro del empleo total también muestra una tendencia declinante, pasando de 28.82 por ciento en 2003 a 21.75 por ciento en 2013, de acuerdo a datos de trabajadores cotizantes en el Instituto Salvadoreño del Seguro Social (2014). 3 ciento del producto en 2013 (Gráfico 2). Es irónico que no obstante los intentos de modernización económica y la abundante entrada de recursos externos, que ha atizado el consumo privado a porcentajes superiores a noventa por ciento del producto, el valor agregado generado por los bienes transables haya mermado su importancia dentro del PIB. En la siguiente sección, se presenta una reseña de la literatura más relevante sobre la desindustrialización; esto, seguido de un exámen de las posibles explicaciones de la desindustrialización en El Salvador. En una tercera sección, se postula que dada la creciente importación de bienes de consumo, que ha aumentado de manera desmedida como resultado de la rebaja significativa de los aranceles de importación, la producción nacional de bienes transables ha sido desplazada por las importaciones. Por tanto, se postula que la causa de la desindustrialización reside en las reformas de comercio exterior llevadas a cabo en los años noventa. En la siguiente sección se investiga, usando métodos de cointegración, la existencia de una relación entre el valor agregado de los sectores transables e indicadores de la reforma comercial. A continuación, se examinan las repercusiones de la desindustrialización sobre el mercado laboral. El trabajo concluye con una serie de consideraciones finales. Reseña de literatura seleccionada. Rowthorn y Ramaswamy (1998) analizaron el caso de 18 países desarrollados con datos anuales de 1963-1994 para discernir si la desindustrialización obedecía a causas internas a la economía del país en cuestión, o si resultaba de causas externas, específicamente de relaciones comerciales con otros países. Los resultados de la estimación de ecuaciones econométricas indicaron que las variables de carácter interno, como la mayor productividad del sector manufacturero con relación al sector de servicios, así como las caídas de la tasa de inversión y del precio de manufacturas, explicaban 80 por ciento de la caída del porcentaje del empleo en este sector con relación al empleo total, mayor que el 20 por ciento explicado por variables externas como la importación de bienes manufacturados de países en vías de desarrollo; encontraron además que el papel negativo de esta última variable se manifestaba a través de su impacto en aumentar la productividad del sector. Por tanto, los autores concluyeron que la desindustrialización obedecía a desenvolvimientos económicos internos propios de un país. Se debe señalar que el análisis empírico de Lawrence (1987) para Francia, Alemania y Suecia, con datos de 1973 y 1985, encontró que la desindustrialización era un resultado de variables internas del país, resultado que también encontró Dollar y Wolff (1993) para el caso de los EEUU. En un trabajo reciente, Lawrence 4 (2013) ha demostrado que en ese país la caída del empleo del sector manufacturero obedecía al aumento de la productividad, unido a una decreciente demanda por bienes industriales relativa a la demanda por servicios. Saeger (1997) ha señalado que en los países de la OECD la reducción de la participación del valor agregado de la industria manufacturera en el producto ha coincidido con el aumento del comercio de estos países con aquellos en vías de desarrollo. Este autor estimó ecuaciones panel de 23 países con datos quinquenales del período 1970 y 1990, cuyos resultados indicaron que la importación de bienes manufacturados desde países en vías de desarrollo ejercía impactos negativos en las participaciones del empleo y del valor agregado de este sector en el PIB, aún cuando las ecuaciones incluían variables de capital humano, productividad, ingreso per cápita y exportación de petróleo, este último para identificar la presencia del “mal holandés”. Hay que apuntar que el impacto negativo resultante de la importación de estos bienes manufacturados daba cuenta de entre 25 y 30 por ciento de la desindustrialización de los países de la OECD, mientras que la productividad y la exportación de petróleo constituían alrededor de 40 por ciento. Nickell, Redding y Swaffield (2008) estimaron ecuaciones para cada país de la OECD expresando la participación de los distintos sectores económicos en el PIB en función de la productividad total de los factores, nivel de educación, precios relativos entre sectores, e inversión, con resultados que indicaron que estas variables ejercían diferentes impactos por país. En todos los países, la mayor contribución a la desindustrialización se originaba en los precios relativos de los bienes manufacturados con relación a los precios de otros bienes, mientras que la productividad total de los factores y el capital humano la frenaban en la mayoría de los países. Otro resultado señalo que el cambio de la participación sectorial en el producto era más rápido en los países donde la legislación de protección del empleo era menos estricta. Con relación a Suecia, Lind (2011) mostró que la participación del empleo y valor agregado del sector manufacturero dentro del empleo total y del PIB iniciaron tendencias declinantes en 1950, para estabilizarse a inicios de los años setenta. Posteriormente, la productividad de este sector ha crecido de manera más rápida que la del sector servicios, dando por resultado una caída de la participación del empleo de este sector en el empleo total, así como un aumento de la participación de su valor agregado en el producto. Este es un caso en que el sector 5 manufacturero tiene precios más bajos que los del sector servicios, estimulando la demanda de manufacturas y en consecuencia dando lugar a una reindustrialización. También, con relación a la reindustrialización, se debe apuntar que Tregenna (2011) identificó 52 países donde la participación del sector manufacturero en el PIB había aumentado en el período 1985-2005, en la mayoría de los cuales esta participación había caído en la década recién anterior. Esta autora señala la importancia de que los países en vías de desarrollo logren establecer un proceso de reindustrialización, particularmente por medio de la eliminación de la liberalización comercial y la adopción de políticas industriales que contribuyan a evitar el desplazamiento de la industria nacional por las importaciones3. Palma (2005, 2008) propone que las explicaciones de la desindustrialización se pueden clasificar en varias categorías: la primera radica en la relación de U invertida entre el porcentaje del empleo del sector manufacturero en el empleo total con el ingreso per cápita, que obedece al movimiento de la mano de obra del sector manufacturero al sector de servicios en la medida en que las economías alcanzan mayor nivel de desarrollo. La segunda explicación descansa en la caída de la relación entre el empleo del sector manufacturero a medida de que aumenta el ingreso per cápita, como resultado del crecimiento de la productividad en este sector, de las actividades de “outsourcing”, y de la reducción de la elasticidad ingreso de la demanda de manufacturas. Una tercera explicación consiste en el cambio del nivel del ingreso per cápita al cual la desindustrialización irrumpe en la economía; este autor señala que en 1980, el ingreso per cápita en que la participación de las manufacturas en el producto empezaba a disminuir era US$21,000, el cual cayó a US$10,000 en 1990. Otra explicación se sustenta en la existencia del “mal holandés” en países que experimentan un auge en la exportación de bienes primarios. Los países que experimentaron una desindustrialización fueron aquellos que no tuvieron superávit en la cuenta comercial de manufacturas, a raíz de la introducción de la liberalización comercial. Entre estos países el autor identificó a Brasil, Uruguay, Argentina y Chile como países que habían experimentado severa desindustrialización después de la introducción de reformas económicas, lo que condujo a que experimentaran cuantiosos déficit en la balanza comercial de productos manufacturados, así como 3 Sobre las experiencias de desindustrialización y posterior reindustrialización en India y Japón, véase respectivamente Clinginsmith y Williamson (2005) y Tahara y Uemura (2013). 6 la contracción relativa del empleo en este sector y al lento crecimiento económico, fenómenos que el autor calificó de “uncreative destruction”. Dasgupta y Singh (2006) apuntan que dado que el sector manufacturero es el sector líder de la economía, la desindustrialización tendrá costos en términos de lento crecimiento económico, y que en ausencia del dinamismo de este sector la mano de obra del sector agrícola continuará en ese mismo sector, o entrará a actividades de baja productividad del sector subterráneo. Los autores usan datos del período 1990-2000 de 48 países para estimar ecuaciones representando la relación conocida como la primera ley de Kaldor, que establece una relación directa entre el crecimiento del valor agregado del sector manufacturero y el crecimiento del PIB. Sus resultados confirman la existencia de esta relación, que índicó que el crecimiento del sector manufacturero en un punto porcentual estaba asociado al crecimiento del PIB en 0.4 puntos. Los autores estimaron otra ecuación expresando la tasa de crecimiento económico en función de la tasa de crecimiento del sector manufacturero y del crecimiento del empleo en este sector, con resultados indicando que los coeficientes de estas dos variables eran significativos, positivo el primero y negativo el segundo. Los autores interpretaron los resultados como evidencia de que el sector manufacturero es de especial importancia para impulsar el crecimiento económico. Frenkel y Rapetti (2012) argumentan que las entradas de capital a la región desde los años noventa pueden conducir a la apreciación del tipo de cambio y por tanto a la contracción de los sectores de bienes transables, y así pueden socavar el crecimiento económico. Los autores presentaron datos mostrando los aumentos de los costos de la mano de obra en dólares de varios países de la región desde 20022003, que implicaba que los bienes transables habían experimentado problemas de rentabilidad y de pérdida de competitividad en ese período. Al analizar las causas de los incrementos de los costos unitarios de la mano de obra, encontraron que esta era, en primer lugar, la apreciación cambiaria a partir de 2002, el aumento de los salaries reales, y la pérdida de productividad. Los autores concluyeron que la apreciación cambiaria resultante de las entradas de capital, puede incidir de manera negativa en el desarrollo del valor agregado y del empleo del sector manufacturero, y por tanto, en el crecimiento económico. Brady, Gereffi y Kaya (2008) examinaron diversos canales relacionados con la ventaja comparativa, con el marco institucional, y con la teoría de la dependencia a través de los cuales los países de América Latina han experimentado 7 desindustrialización. Usaron datos quinquenales comprendidos en el período 19802006 de 20 países de la región para estimar ecuaciones con la variable dependendiente igual al porcentaje que el empleo en el sector manufacturero ocupa en el empleo total. En la estimación con variables relacionadas con la ventaja comparativa, solo los coeficientes de las tasas de inflación y de inversión fueron significativos y de signo positivo. Estas variables también mostraron coeficientes significativos y del mismo signo en estimaciones subsecuentes. En las ecuaciones con variables de tipo institucional el coeficiente de la variable cualitativa que representaba membresía en el Programa Centroamericano de Integración Económica fue significativo y positivo, indicando que pertenecer a este esquema de integración había sido un medio para combatir la desindustrialización; sin embargo, el coeficiente de la variable que representaba la membresía en el Mercosur resultó negativo. En esta estimación el gasto militar como porcentaje del producto mostro un coeficiente negativo. Los resultados con las variables de la teoría de la dependencia mostraron que la importación de bienes manufacturados tenía un impacto negativo, como también era el caso de la inversión extranjera como porcentaje del PIB, y de las exportaciones de minerales en bruto como porcentaje de las exportaciones totales, mientras que el coeficiente de las importaciones a los EEUU como porcentaje de las exportaciones totales mostró un coeficiente positivo. En Colombia, la participación del sector industrial en el producto ha disminuido de 25 por ciento en 1975 a 22 por ciento a mediados de los años ochenta, para caer a 12 por ciento en 2014. Clavijo, Vera y Fandinho (2014) analizan este proceso y han propuesto que una de sus causas radica en el aumento sustancial de las exportaciones de minerales y petróleo y la consecuente apreciación del tipo de cambio; postulan otra causa, la modernización económica, medida como el aumento del ingreso per cápita y de la participación del sector servicios dentro del PIB. Estimaron ecuaciones de cointegración para cada una de las hipótesis encontrando que el aumento de un punto porcentual de la exportación de minerales en las exportaciones totales daba lugar a la reducción de la participación de la industria manufacturera en el producto de 0.4 puntos porcentuales, mientras que la apreciación cambiaria en un punto porcentual resultaba en la caída de 0.12 puntos; este resultado apoyaba la hipótesis de que la desindustrialización era resultado de la apreciación cambiaria, en un contexto del “mal holandés”4. Los resultados con 4 Salama (2012) tambien ha argumentado, con datos de varios paises de la region, que la causa de la desindustrializacion radica en el “mal holandes”. 8 relación a la hipótesis de modernización económica indicaron que no existía un vector de integración entre las variables. De la reseña anterior, se desprende que la desindustrialización es un fenómeno prevaleciente en países de distintos niveles de desarrollo y que tiene consecuencias adversas en el crecimiento económico. No es posible identificar una causa única, su origen dependerá de cómo la apreciación cambiaria, el aumento de la productividad del sector manufacturero, la caída de la inversión, y la liberalización comercial, inciden en la capacidad productiva del país en cuestión. A continuación se analiza el caso de El Salvador. Datos. La fuente de datos utilizados en este trabajo es el World Development Indicators, del Banco Mundial, excepto la serie de tipo de cambio real que fue tomada de la Cepal. Como primer paso del análisis empírico se llevaron a cabo pruebas de raíces unitarias de todas las variables incluidas en el trabajo, mediante el cómputo de los estadísticos de ADF, que se muestran en el Anexo 1. En todos los casos, estos estadísticos indicaron que las variables no eran estacionarias al nivel de 1 por ciento, excepto las variables Sempfemale y Sempmale que no eran estacionarias al 5 por ciento, y Gdpgrowth, Ipri y Partfemenina que lo eran al nivel de 10 por ciento. Al efectuar estas pruebas a las primeras diferencias de las variables se comprobó que eran estacionarias, por lo que se deduce que todas las series son integradas de orden uno. El cuadro 1 presenta los valores promedio, las desviaciones estándar y las definiciones de las variables incluidas en este trabajo. Cuadro 1. Definición y valores anuales promedio y desviaciones estándar de las variables. Variable Valor promedio Desviación estándar -------------------------------------------------------------------------------------------------Agric, participación sector agropecuario en el PIB 12.53 2.38 Manu, participación sector manufacturero en el PIB 3.68 3.25 Agric+Manu, participación bienes transables en el PIB 3.63 3.25 Remy, monto de remesas como porcentaje del PIB 13.81 3.15 9 Gdpgrowth, tasa de crecimiento económico 3.16 2.29 RER, tipo de cambio real 107.21 13.10 Imports, importaciones totales porcentaje del PIB 39.33 5.58 Exports, exportaciones totales porcentaje del PIB 23.52 3.61 5.72 1.13 no duradero porcentaje del PIB 9.07 2.29 Ipri, tasa de inversión privada 12.97 1.11 Grosssavings, tasa de ahorro nacional 2.63 13.80 Serv, participación sector servicios en PIB 58.27 2.24 TB, balanza en la cuenta comercial 16.23 3.09 ExpCAy, exportaciones hacia Centroamérica, Porcentaje del PIB Importconsumondy, importation de bienes de consumo Sempfemale, tasa de auto empleo femenino 48.75 2.18 37.92 2.96 46.04 5.55 asalariado masculino 55.07 3.38 Parttimfemale, tasa participación femenina 47.66 2.13 Sempmale, tasa de auto empleo masculino Qualityempfemale, tasa de trabajo asalariado femenino Qualitysemp, tasa de trabajo Parttimmale, tasa participación masculina 82.46 1.54 Arancelpromedio, por ciento 8.66 3.58 Indicegeneral 0.57 0.07 ---------------------------------------------------------------------------------------------------10 Identificando las causas de la desindustrialización en El Salvador. La trayectoria de las participaciones de los valores agregados de los sectores manufacturero y agrícola en el PIB, en el período 1990-2013 en El Salvador se muestra en el Gráfico 1, donde se observa la tendencia declinante de estas variables, poniendo en evidencia el proceso de desindustrialización y de contracción relativa de los sectores de bienes transables. Gráfico 1. Participación en el PIB del valor agregado de los sectores manufacturero y agrícola. 45 40 35 30 25 20 15 10 5 90 92 94 96 98 MANU 00 02 AGRIC 04 06 08 10 12 MANU+AGRIC Papel de la apreciación cambiaria. Como un primer paso para explicar esta tendencia se examinará la existencia del fenómeno del “mal holandés” como resultado del “boom” de las remesas. Se aprecia en el Gráfico 2 que la variable Remy ha crecido de 7.63 por ciento del PIB en 1990 a 16.37 en 2013, con un valor máximo de 18.77 por ciento en 2006. Se puede esperar que este ingreso sustancial de recursos diera lugar a aumentos del índice de precios y por tanto a la apreciación del tipo de cambio, lo que implicaría que los bienes transables perderían competitividad, y así su participación en el producto declinaría. De hecho, varios autores han encontrado evidencia de que las 11 remesas conducen a la apreciación del tipo de cambio (Lartley, Mandelman y Acosta, 2008; Díaz González, 2009; Hassan y Holmes, 2013). Gráfico 2. Remesas como porcentaje del PIB. REMY 20 18 16 14 12 10 8 6 90 92 94 96 98 00 02 04 06 08 10 12 Un punto que hay que destacar es que previo a la dolarización de la economía en 2001, la relación entre el tipo de cambio real, RER, y las remesas como porcentaje del PIB, Remy, tenía una pendiente negativa (Gráfico 3), mientras que en el período posterior a 2001 está pendiente era positiva (Gráfico 4). 12 Gráfico 3. Remesas y tipo de cambio real, 1990-2000. 150 140 RER 130 120 110 100 90 7 8 9 10 11 12 13 14 REMY Gráfico 4. Remesas y tipo de cambio real, 2001-2013 106 104 RER 102 100 98 96 13 14 15 16 REMY 13 17 18 19 Es decir, antes de la dolarización las remesas tendían a revaluar el tipo de cambio, como era de esperar, mientras que después su papel se volvió devaluarlo. La participación del sector manufacturero en el PIB no muestra una relación clara con el RER en el primer período, pero en el segundo, Manu cae a medida de que RER se deprecia, este último resultado es contrario a lo que se esperaría en base al fenómeno del “mal holandés”. La explicación de este resultado radica en que la depreciación de la moneda salvadoreña (el dólar) obedece al hecho de que los países vecinos miembros del programa centroamericano de integración económica, con los cuales El Salvador tiene fuertes vínculos comerciales, tienden a tener tasas de inflación más altas que las de El Salvador después de 2001, dando lugar así, a aumentos de la competitividad salvadoreña en cuanto a sus relaciones comerciales bilaterales con estos países. Las exportaciones salvadoreñas al resto de Centroamérica como porcentaje de las exportaciones totales ocuparon alrededor de 20 por ciento en los años noventa, pero este porcentaje empezó a crecer en 2003 para alcanzar 32.28 por ciento en 2013, en lo cual influyen los elevados montos de remesas recibidos por los otros países centroamericanos. Sin embargo, la depreciación cambiaria no ha contribuido a detener el proceso de desindustrialización, el cual ha avanzado con mayor dinamismo después de la dolarización. Para verificar el papel de las remesas en el tipo de cambio real, se estimó una ecuación de cointegracion por el método de Fully Modified Least Squares, FMLS, en la cual RER se expresa como función de Remy y de una variable cualitativa, Cualid, que toma el valor de 1 en cada año después de la dolarización y de cero antes de esta medida, y que entra en la ecuación tanto para detectar cambios en el intercepto como en el coeficiente de Remy. Los resultados se muestran en el Cuadro 2, ecuación (1). Se puede observar que todos los coeficientes son significativos, pero el R cuadrado y estadístico de Durbin Watson son bajos. En el período previo a la dolarización, el coeficiente de Remy era negativo, indicando que el crecimiento de esta variable conducía a la revaluación cambiaria; en el segundo período Remy tenía un impacto positivo sobre el tipo de cambio real igual a 0.7617, (8.6710-7.9096), implicando que el impacto del aumento de Remy era la depreciación cambiaria, lo cual es contrario a lo esperado. 14 Otra ecuación se estimó por FMLS, expresando la participación del sector manufacturero en el PIB en función de Remy y Cualid, que se muestra en el cuadro 2, ecuación (2). Se puede observar que el coeficiente de RER no es significativo en el primer período, pero si es significativo y negativo en el segundo (-0.7144), indicando que la depresión cambiaria real estaba asociada con la desindustrialización, resultado que es contrario a la explicación de la desindustrialización basada en el “mal holandés”. Los resultados anteriores muestran que la explicación de la desindustrialización en El Salvador hay que buscarla en otras variables, y en medidas de política económica tomadas en el pasado. Cuadro 2. Remesas, tipo de cambio y desindustrialización. Ecuación Número (1) RER = 199.4563 – 110.5512Cualid – 7.9096Remy + 8.6713Remy*Cualid ( 4.88) (1.87) (2.01) (1.88) Rcuadrado = 0.34 DW = 0.56 (2) Manu = 2.0080 + 70.7726Cualid + 0.0030RER – 0.7144RER*Cualid (11.81) Rcuadrado = 0.76 (7.12) (0.17) (7.28) DW=1.55 -------------------------------------------------------------------------------------Papel de la liberalización comercial. En este contexto, se debe apuntar que El Salvador emprendió una serie de medidas de política económica comercial desde mediados de los años ochenta que conllevaron la eliminación de restricciones cuantitativas a las importaciones y especialmente la rebaja de los aranceles de importación. Según los datos de Lora (2012), la tarifa promedio a las importaciones era 22.68 por ciento en 1986, 15 cayendo a 12.92 en 1993 para llegar a 5.8 por ciento en 20095 (Gráfico 5), valor que era igual a la mitad de las tarifas prevalecientes en los países andinos y del Mercosur. Sin embargo, otras fuentes como el WDI del Banco Mundial han presentado valores de los aranceles de importación que son más bajos, de alrededor de 2 por ciento en los últimos años. En los años noventa, se llevaron a cabo otras medidas de liberalización económica en diversas áreas como la financiera, tributaria, laboral y de privatización. Lora (2012) ha computado un índice general de reformas estructurales para cada país de América Latina y el Caribe, que varía de cero a uno según se avanza en la profundidad de las mismas; para el caso de El Salvador este índice general se muestra en el Gráfico 6, en donde se puede observar la trayectoria de la implementación de las políticas de liberalización. Gráfico 5. Arancel de importación promedio. ARANCELPROMEDIO 16 14 12 10 8 6 4 1990 5 16 1992 1994 1996 1998 2000 2002 2004 2006 2008 La serie de datos preparada por Lora (2012) abarca el período 1985-2009. Gráfico 6. Índice general de reformas estructurales. INDICEGENERAL .68 .64 .60 .56 .52 .48 .44 .40 1990 1992 1994 1996 1998 2000 2002 2004 2006 2008 En el gráfico 7, se observa que la consecuencia más palpable de la caída de los aranceles ha sido el aumento de la importación de bienes de consumo no duradero como porcentaje del PIB, (Importconsumondy). Gráfico 7. Arancel promedio e importación de bienes de consumo no duradero como porcentaje del PIB. 14 IMPORTCONSUMONDY 13 12 11 10 9 8 7 6 5 4 6 8 10 12 ARANCELPROMEDIO 17 14 16 El aumento desmedido de la importación de bienes de consumo ha conducido a la contracción de la participación de bienes transables, (Manu+Agric), en el PIB, como se observa en el Gráfico 8. Gráfico 8. Importación de bienes de consumo no duradero y producción de bienes transables, ambos como porcentajes del PIB. 42 MANU+AGRIC 40 38 36 34 32 30 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 IMPORTCONSUMONDY Se puede inferir que la producción nacional ha sido desplazada por las importaciones de bienes de consumo, las cuales, lejos de impartir “eficiencia” a la producción nacional, como era el estribillo en boga en años pasados, condujeron a su contracción relativa, es decir a la desindustrialización y desagriculturización. Importaciones y desindustrialización. Para recalcar este punto se han estimado varias ecuaciones de cointegración con el método FMLS, expresando la variable Manu en términos de Importconsumondy y otras variables. Se puede observar en la ecuación (3) que las importaciones de bienes de consumo no duradero ejercen un impacto negativo sobre la producción de bienes transables, es decir, las importaciones desplazan la producción manufacturera nacional. Por su parte, las remesas ejercen un impacto positivo que, se puede esperar, ayuda a contrarrestar el papel negativo de Importconsumondy. Esta ecuación expresa 74 por ciento de la varianza de Manu. 18 En la ecuación (4) se ha incluido la tasa de inversión privada, Ipri, la cual muestra un coeficiente positivo y significativo, lo que implica que la inversión privada es un medio para sustentar la producción de bienes transables. Se puede observar que el coeficiente de Remy solo es significativo al nivel de 14 por ciento. Esta ecuación explica 81 porciento de la varianza de Manu. Las exportaciones de El Salvador a los otros países centroamericanos como porcentaje del PIB, ExpCAy, se incluyo como variable independiente en la ecuación (5). Esta variable muestra un coeficiente significativo y positivo, que hace ver que la integración regional centroamericana es un mecanismo para proteger a los países miembros de la desindustrialización así como para impulsar la industrialización. La explicación radica en que el comercio intracentroamericano está constituido en su mayor parte del intercambio de bienes manufacturados. De allí, la importancia de impulsar continuamente la integración centroamericana. Cuadro 3. Desindustrialización e importaciones de bienes de consumo no duradero como porcentajes del PIB. ---------------------------------------------------------------------------------------------------(3) Manu = 25.2115 + 1.178Cuali1 – 0.9200Importconsumondy (24.92) (2.13) (9.14) + 0.3731Remy (3.43) Rcuadrado = 0.77 DW = 1.28 (4) Manu = 21.0886 + 1.6427Cuali1 – 0.7611Importconsumondy (11.23) (3.34) (6.56) + 0.1884Remy + 0.3812Ipri (1.54) (2.57) Rcuadrado = 0.81 DW = 1.42 (5) Manu = 20.5967 + 2.0065Cuali1 – 1.2475Importconsumondy (11.91) (4.60) (6.76) + 0.2022Remy + 0.3993Ipri + 0.7543ExpCAy 19 (1.90) (3.05) (3.03) Rcuadrado = 0.84 DW = 1.68 ---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- Se puede observar que la inversión privada tiene un impacto positivo sobre la participación de la producción manufacturera en el PIB, lo que indica que la inversión puede ser un medio para combatir la desindustrialización; sin embargo, existe la complicación de que la variable Importconsumondy tiene una asociación negativa con la tasa de inversión privada, (Gráfico 9), es decir, la importación masiva de bienes de consumo desplaza a la inversión privada, ya que ante la prevalencia de productos importados hay poco espacio para las iniciativas de nueva producción nacional. Este es un resultado que se ha reportado en varios países6. 6 Tregenna (2011) encontró en una muestra de países en vías de desarrollo y desarrollados que la desindustrialización era acompañada de la caída de la inversión. Así mismo, Bennell (1998) ha presentado evidencia de que la inversión privada ha caído en los países de África del Sub Sahara después de la liberalización económica en los años ochenta. Este autor cita las conclusiones de un estudio de la IFC (1995) sobre la inversión privada en estos países: “The long awaited revival of the private sector following liberalization in Sub-Saharan Africa has not materialized. While there were signs of renewed dynamism in the informal and smallholder agricultural sectors, the response of the formal sector has been muted in most countries”. Noorbakhsh y Paloni (1999) presentan evidencia de desindustrialización en los países de África del Sub-Sahara en el contexto de programas de ajuste estructural. Otras evidencia de desindustrialización en África del Sub Sahara se encuentran en Jalilian y Weiss (2000). 20 Gráfico 9. Importación de bienes de consumo no duradero como porcentaje del PIB y tasa de inversión privada. 16 15 IPRI 14 13 12 11 10 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 IMPORTCONSUMONDY De esa manera, no solo ha ocurrido una desindustrialización y desagriculturación económica, pero además una descapitalización, ya que la apertura extrema de la economía inhibe la movilización de capital productivo adicional. De hecho, las tasas de inversión, privada y total, han sido desde mediados de los años noventa más bajas que las que prevalecieron en los años sesenta y setenta. Papel de la reducción del arancel externo. Dado que la medida que dio lugar al aumento de las importaciones de bienes de consumo fue la reducción del arancel externo (Gráfico 7) se estimó una ecuación de cointegración con datos de 1990-2009, expresando la producción relativa de bienes transables (Manu+Agric) en términos de valor promedio del arancel, con los resultados presentados en la ecuación (6) del cuadro 4. Se puede observar que el coeficiente del arancel promedio es significativo y tiene signo positivo, indicando que el incremento de la protección conduce a aumentar la producción nacional de bienes transables, de manera tal que si el arancel aumentara al promedio de América Latina de 12 por ciento, un aumento de 7 puntos porcentuales, la producción de bienes transables aumentaría en 2.8 puntos porcentuales. Esta medida contribuiría también a mejorar las cuentas externas 21 dado que las importaciones de bienes de consumo no duradero caen cuando aumenta el arancel, como se aprecia en el Gráfico 10: Gráfico 10. Arancel promedio e importación de bienes de consumo no duradero como porcentaje del PIB. 14 IMPORTCONSUMONDY 13 12 11 10 9 8 7 6 5 4 6 8 10 12 14 16 ARANCELPROMEDIO Lo anterior corrobora que la protección puede ser una valiosa medida de política económica. De hecho, se estimó una ecuación de cointegracion expresando la tasa de crecimiento económico anual, GDPgrowth, en términos de Manu y del arancel promedio, que se presenta en el Cuadro 4 como la ecuación (7). De la ecuación anterior se desprende que si el arancel aumentara en 7 puntos para estar al nivel del promedio latinoamericano, el crecimiento económico aumentaría en cerca de 2 puntos (7x0.283). Dado el persistente estancamiento que la economía ha mostrado por dos décadas, este es un resultado de especial importancia ante los intentos fallidos de dinamizar la economía. 22 Cuadro 4. Arancel externo y desindustrialización. --------------------------------------------------------------------------------(6) Manu + Agric = 33.4477 – 2.5392Cualid + 0.3974Arancelpromedio (97.78) (12.31) (12.21) R cuadrado = 0.92 DW = 2.90 (7) Gdpgrowth = -15.3940 – 1.3328Cualid + 0.7268Manu + (2.02) (1.54) (2.26) 0.2830Arancelpromedio (2.08) R cuadrado = 0.48 DW = 1.13 ---------------------------------------------------------------------------------------------------Papel del índice general de reformas. Se estimó una ecuación de cointegracion (ecuación (8) del Cuadro 5) para la producción de bienes transables como porcentaje del PIB en términos del índice general de reformas, que mide la cobertura e intensidad de reformas llevadas a cabo en El Salvador en el período 1990-2009. Los resultados indican que el avance en las reformas dio lugar a la caída de la participación de bienes manufacturados y agrícolas en el PIB, de manera tal que el aumento actual del índice general de reformas en 0.21 puntos porcentuales (de 0.43 en 1990 a 0.64 en 2009), está asociado con la pérdida de 6.35 puntos porcentuales, (30.2406x0.21), en la participación de los bienes transables en el PIB, cifra cercana al valor real de 6.68 puntos porcentuales correspondiente a la desindustrialización y desagriculturizacion entre 1990 y 2009 (39.55-32.87). Este índice también tiene relación negativa con la tasa de crecimiento económico, como se muestra en la ecuación (9) del Cuadro 5. Se puede observar que el aumento del índice general de reformas tiene un impacto negativo sobre el crecimiento económico, de tal manera que el “progreso” en esta área da cuenta de la pérdida de crecimiento económico de cerca de cuatro puntos porcentuales (0.21x18.77). En base a la ecuación (8) se llevó a cabo el calculó de la pérdida de crecimiento económico anual a raíz de las reformas, suponiendo que el índice 23 general de reformas hubiese permanecido en su valor de 1990 en todo el período. Esta pérdida se suma al valor real de crecimiento económico, Gdpgrowth, para obtener la serie de crecimiento económico bajo el supuesto de que no hubo reformas, CRECSINREF, que se muestran en el Gráfico 11. Gráfico 11. Tasas de crecimiento económico real e hipotético bajo el supuesto de que las reformas no se hubiesen llevado a cabo. 10 8 6 4 2 0 -2 -4 1990 1992 1994 1996 1998 2000 GDPGROWTH 2002 2004 2006 2008 CRECSINREF La diferencia entre las dos líneas del Gráfico 11 es el costo de las reformas. Esto se traduce en pérdidas de empleos, de capacidad productiva, de solvencia externa, de ingresos fiscales, y de la convivencia social que es impulsada por el dinamismo económico, pérdidas a cambio de la zozobra económica diaria, el subempleo y la economía subterránea, la sangre, el desierto, la pérdida de identidad, la vulgaridad, el irrespeto, los celulares, y el consuelo de estar “globalizados”. 24 Cuadro 5. Índice general de reformas y desindustrialización, desagriculturalización y crecimiento económico. -----------------------------------------------------------------------------------(8) Manu+Agric = 5.4286 – 0.8441Cualid – 30.2406Indicegeneral (26.57) (1.84) R cuadrado = 0.94 (8.0540) DW = 1.40 (9) Gdpgrowth = 3.8731 – 0.5036Cualid + 0.7762Manu -18.7672Indicegeneral (0.40) R cuadrado = 0.43 (0.40) (2.31) (1.84) DW = 1.13 -----------------------------------------------------------------------------------------Déficit en la cuenta comercial de la balanza de pagos. Otro fenómeno de especial importancia en las últimas tres décadas es el déficit en la cuenta comercial de la balanza de pagos, que ha crecido de 12.67 por ciento en 1990 para alcanzar 22.82 por ciento en 2008 y 19.41 por ciento en 2013. Este déficit, TB, tiene asociación muy estrecha con la contracción de la producción de bienes transables, Manu+Agric, como se puede observar en el Gráfico 12: 25 Gráfico 12. Participación de bienes transables en el PIB y déficit en cuenta comercial como porcentaje del PIB. 24 22 20 TB 18 16 14 12 10 32 33 34 35 36 37 38 39 40 41 MANU+AGRIC Una consecuencia del alto déficit comercial es la caída del ahorro nacional, como se muestra en el Gráfico 13. La explicación reside en el hecho de que a medida de que el déficit comercial aumenta, mayores montos de ahorro externo son requeridos para cubrir el déficit en cuenta corriente, lo que desplaza al ahorro nacional7 (Prasad, Rajan, and Subramanian, 2007). La caída del ahorro nacional conlleva la caída de la inversión privada y así del crecimiento económico. La falta de dinamismo de la inversión privada constituye otra fuente de estancamiento de la producción de bienes transables, lo que por su parte atiza el deterioro del déficit comercial, dando lugar a un proceso acumulativo de reducción del arancel a las importaciones de bienes de consumo, desindustrialización, deterioro de las cuentas externas, caídas del ahorro nacional y de la inversión, incremento de la desindustrialización, y así sucesivamente. 7 Prasad, Rajan, y Subramanian (2007) han presentado evidencia de que el ahorro externo tiene una relación negativa con el ahorro nacional, lo que apunta la importancia de reducer el déficit en cuenta comercial. 26 Gráfico 13. Déficit en cuenta comercial como porcentaje del PIB y tasa de ahorro nacional. 20 18 GROSSSAVINGS 16 14 12 10 8 6 10 12 14 16 18 20 22 24 TB El origen de este proceso perverso de desindustrialización y descapitalización, se puede atribuir al proceso de reformas; de hecho existe una relación estrecha entre el “avance” en el proceso de reforma y el aumento del déficit en la cuenta comercial, como se muestra en el Gráfico 14. Se debe hacer referencia a la evidencia presentada por Lawrence (2013) en el sentido que en países como Alemania, Italia y Japón, que tienen altos superávits en su cuentas comerciales de manufacturas, la desindustrialización, medida como el porcentaje de mano de obra empleada en el sector manufacturero dentro del empleo total, no es tan acentuada como en los otros países desarrollados. 27 Gráfico 14. Índice general de reformas y déficit en cuenta comercial como porcentaje del PIB. 24 22 20 TB 18 16 14 12 10 .40 .44 .48 .52 .56 .60 .64 .68 INDICEGENERAL Sector servicios y crecimiento económico. Se debe señalar que en la medida en que las reformas se implementaron, la caída de los sectores de bienes transables fue acompañada del aumento sostenido de la participación del sector de servicios en el PIB, el cual aumentó de 55.32 por ciento en 1990 a 62.20 por ciento en 2013. Como se puede observar en el Gráfico 15, el aumento de este sector ocurrió en estrecha asociación con la trayectoria de las reformas. 28 Gráfico 15. Índice general de reformas y participación del sector servicios en el producto. 62 61 60 SERV 59 58 57 56 55 54 .40 .44 .48 .52 .56 .60 .64 .68 INDICEGENERAL Esta evolución sincrónica representa un serio obstáculo al dinamismo económico, ya que el sector servicios tiene relación negativa con el crecimiento económico, como se observa en el Gráfico 16: 29 Gráfico 16. Participación del sector servicios y crecimiento económico. 8 GDPGROWTH 6 4 2 0 -2 -4 54 55 56 57 58 59 60 61 62 SERV Se estimó una ecuación de cointegracion expresando la tasa de crecimiento económico en términos de la inversión privada y de la participación del sector servicios en el PIB, con los resultados siguientes: Gdpgrowth = 22.3258 + 0.0948Cualid – 0.4980Serv + 0.7604IPRI. (1.57) (0.10) (2.18) (3.12) Rcuadrado = 0.59 DW = 1.43 Los resultados indican que el coeficiente de la variable Serv es negativo y significativo, de manera tal que el aumento de la participación de este sector en el producto en 1 punto porcentual conduciría a la caída del crecimiento del PIB en 0.50 puntos. El coeficiente de la tasa de inversión privada es positivo y significativo, pero esta variable ha caído de manera persistente desde mediados de los años noventa de manera que no se podría esperar que pueda contrarrestar el impacto negativo de Serv. La disyuntiva es que el sector de mayor dimensión en la economía ejerce un impacto negativo sobre el crecimiento económico, mientras que el sector que impulsa el crecimiento se va contrayendo. Esto hace prever la continuación del estancamiento económico en El Salvador, al menos se restituya la debida protección a la industria manufacturera y a la producción agrícola. 30 Deindustrialización y auto empleo. Con miras a analizar las repercusiones de la desindustrialización en El Salvador, a continuación se analizan sus impactos sobre el mercado laboral. En primer lugar, se analiza su impacto sobre la tasa de auto empleo, la cual se usa generalmente como una medida de la economía informal o subterránea (Loayza, 1997; Loayza y Rigolini, 2011). Un trabajo de Cáceres (2014), reportó que los principales determinantes del auto empleo en una muestra de seis países de América Latina eran la tasa de crecimiento económico y las remesas como porcentaje del PIB; en este trabajo se usan estas dos variables, además del cambio en la participación de la industria manufacturera en el Producto (D (Manu)), y de la variable cualitativa Cuali1, que representa la caída de PIB en 2009, como los determinantes del auto empleo en El Salvador. Los resultados de la estimación de una ecuación de cointegración con datos de 1993-2012, se muestran en el Cuadro 6. Se puede observar que el coeficiente de D (Manu) es negativo y significativo en el caso del auto empleo femenino, de manera que se puede inferir que la desindustrialización da lugar al aumento del auto empleo femenino, (el coeficiente de D (Manu) es negativo), es decir, contribuye al crecimiento de la economía informal. De hecho, varios estudios han presentado evidencia del aumento desmedido del auto y subempleo en los EEUU ante el cierre de empresas industriales (Belcher y DiBlasio, 1993). Se debe agregar que en una muestra de países desarrollados y en vías de desarrollo, Pietrobelli, Rabellotti y Aquilina (2004) encontraron que, en un país dado, a medida de que aumentaba su grado de industrialización, es decir Manu crecía, la tasa de auto empleo tendía a caer. En el mismo sentido, Acs, Audretsch y Evans (1992) han reportado que el auto empleo tendía a aumentar en una muestra de países desarrollados y en vías de desarrollo de manera paralela con la caída de la importancia del sector manufacturero en el PIB. El alto coeficiente de D (Manu) en la ecuación para el auto empleo femenino se puede asociar a la evidencia de que las mujeres son más susceptibles que los hombres a caer en empleo de baja calidad (Lichter y Landry, 1991). El coeficiente de D (Manu) correspondiente a la tasa de auto empleo masculino solo es significativo al nivel de 13 por ciento, de manera que se puede deducir que la desindustrialización tiene impactos principalmente sobre las mujeres. La tasa de crecimiento económico no ejerce ningún impacto sobre el auto empleo femenino ni masculino, resultados que se han encontrado en otros países de América Latina para el caso del auto empleo femenino (Cáceres, 2014), y que se 31 pueden interpretar como una manifestación de un proceso de crecimiento sin empleo, es decir, el proceso que ocurre cuando el crecimiento económico no genera nuevos puestos de trabajo que las y los auto empleados puedan ocupar. Las remesas muestran coeficientes significativos y negativos en ambos casos. Esto implica que las remesas ofrecen un “colchón” de liquidez que permite a mujeres y hombres salir del auto empleo. Esto es congruente con el resultado de un estudio de Cáceres (2014) de seis países latinoamericanos de que el aumento del salario real, que representa una inyección de liquidez similar a las remesas, reduce el auto empleo femenino y masculino. Cuadro 6. Determinantes de tasas de auto empleo. ----------------------------------------------------------------------------Variable dependiente: tasa de auto empleo: Variables Femenina Masculina ---------------------------------------------------------------------Independientes: Constante D(Manu) Gdpgrowth Remy Cuali1 50.7605 46.7916 (45.87) (22.41) -1.2847 -1.0675 (3.64) (1.60) -0.1067 0.0690 (0.98) (0.33) -0.1591 -0.6472 (2.44) (5.26) 7.0926 9.6257 (7.23) (5.20) -------------------------------------------------------------------------Rcuadrado 0.81 DW 1.91 32 0.77 1.84 ---------------------------------------------------------------------------Desindustrialización y empleo de calidad. Se analizó también el papel de la desindustrialización sobre la tasa de empleo de calidad, que según la definición del WDI del Banco Mundial es aquel empleo con salarios establecidos y con beneficios. Los resultados de estimación de ecuaciones de cointegración con datos de 1993-2012 se presentan en el Cuadro 7. Se puede observar que el coeficiente de D (Manu) es positivo en ambos casos, lo que indica que la industrialización ejerce impactos positivos sobre la generación de empleo de calidad, particularmente en el caso del empleo de calidad femenino. La tasa de crecimiento económico también mostró coeficientes positivos; es decir, el dinamismo económico contribuye al cambio de plazas de auto empleo, o de subempleo, a posiciones de calidad, y así mismo, da lugar a la apertura de plazas de buenos empleos8. Esto indica que el papel o impacto del dinamismo económico difiere según se trate de la economía formal (sobre el empleo de calidad), o de la economía subterránea (sobre el auto empleo), lo que denota la existencia de marcados laborales fragmentados. Se debe observar que en el caso del empleo de calidad femenino el coeficiente del crecimiento económico es de dimensión dos veces la del coeficiente de la tasa de empleo de calidad masculino (1.4903 y 0.6486), lo que indica que las mujeres son más susceptibles que los hombres a la trayectoria del ciclo económico. Las remesas muestran coeficientes positivos y significativos en ambos casos, apuntando que tienen tanto un papel en reducir la economía subterránea (Cuadro 6), así como en aumentar la economía oficial, la de buenos empleos (Cuadro 7). La variable Cuali1 es significativa en el caso del empleo de calidad femenino. 8 Lawrence (2013) ha senhalado que en los EEUU el empleo del sector industrial obedece en gran parte a la trayectoria de la economia, con un gran peso ocupado por recesiones economicas en la caida del empleo. 33 Cuadro 7. Determinantes de la tasa de empleo de calidad. ------------------------------------------------------------------Variable dependiente: tasa de empleo de calidad: Femenino Masculino Variables Independientes: ------------------------------------------------------------------------Constante D (Manu) GDPgrowth Remy Cuali1 22.7123 40.6296 (3.48) (12.16) 7.6244 4.0065 (3.66) (3.76) 1.4903 0.6486 (2.31) (1.97) 1.4243 0.9414 (3.70) (4.78) 11.6427 0.7752 (2.01) (0.26) ----------------------------------------------------------------------------Rcuadrado 0.31 0.44 DW 1.33 1.32 ---------------------------------------------------------------------------Desindustrialización y participación laboral. Se analizó también el papel de la desindustrialización y desagriculturización sobre la participación laboral femenina y masculina. Estudios recientes han puesto en evidencia que en los países de América Latina la participación femenina obedece al comportamiento del “trabajador adicional”, en el que las mujeres entran al mercado de trabajo en respuestas al desempleo del jefe de hogar, o a situaciones 34 adversas que inciden de manera negativa sobre la liquidez y bienestar del hogar (Cáceres 2013; Cáceres y Cáceres, 2015). Este es un fenómeno que ha sido detectado en los países en vías de desarrollo, pero que no está presente en los países desarrollados, en los cuales existen amplias redes de protección social, particularmente el seguro de desempleo. Una implicación adversa de este fenómeno en los países latinoamericanos es que puede obligar a uno o más hijas e hijos a tomar el lugar de la madre en el hogar en cuanto al cuidado de hijos, o en otras tareas del hogar, o puede eventualmente conducir a que las hijas e hijos tengan que abandonar la escuela si la madre no tiene éxito en encontrar empleo9, con repercusiones en la continuidad de la pobreza de una generación a otra (Cáceres, 2013). En este sentido, las vicisitudes económicas y sociales resultantes de la desindustrialización pueden conducir a que mujeres busquen un empleo con miras a proteger el hogar, y por tanto, es una situación en que la mujer se vuelve de hecho la “red de protección social”, en ausencia de otras medidas institucionales de protección. Por tanto, se puede esperar que existe una relación positiva entre desindustrialización (Manu decrece) y la participación laboral femenina. Esta es relación que se observa en el Gráfico 17, que muestra que la caída de Manu+Agric está asociada con el aumento de la participación femenina, es decir, mujeres entran a buscar trabajo ante el decrecimiento relativo de la producción de bienes transables. 9 En los EEUU, la deserción escolar ante la caída del ingreso familiar se pone en evidencia en el artículo del Washington Post del 18 de abril de 2015 (Report: About one-third of Dropouts go to Work”), que apunta que: “Teenagers drop out of high school for all sorts of reasons: lack of motivation, little support from parents, poor academic performance. But for some low income students, the decision to leave is purely economic. Many are going to work so they can make money to help their families. Using data from the 2008-2012 American Community Survey, researchers from the Urban Institute found that nearly a third of the 563,000 teenage dropouts left school to work. These 16 to 18 year-olds were disproportionately male and Hispanic, and ended their education either at the beginning of high school or nearing the end…On average, what these teenagers earned made up almost a quarter of the money their families needed to live. And that money kept 42 percent of households from falling below the poverty line. Given that wages are stagnant and many high-paying blue-collar jobs are disappearing, more low-income families may simply need more workers in their households to stay afloat, the study concluded” (página A11). 35 Gráfico 17. Producción relativa industrial y Agrícola y participación laboral femenina. 51 50 PARTTIMEFEMALE 49 48 47 46 45 44 43 30 32 34 36 38 40 42 MANU+AGRIC Un comportamiento contrario muestra la participación masculina, que implica que ante la contracción de la producción de bienes transables los hombres optan por alejarse del mercado laboral, dentro del marco del fenómeno del “trabajador desanimado” o “discouraged worker” (Borjas, 2008), como se aprecia en el grafico 18: 36 Gráfico 18. Producción relativa de bienes manufacturados y agrícolas y participación laboral masculina. 86 85 PARTTIMEMALE 84 83 82 81 80 79 30 32 34 36 38 40 42 MANU+AGRIC Ecuaciones de cointegración fueron estimadas para las tasas de participación laboral en términos de la participación de la producción de bienes manufacturados y agrícolas en el PIB, y los resultados se muestran en el Cuadro 8: Cuadro 8. Determinantes de la tasa de participación laboral. -------------------------------------------------------------------------------------------Variable dependiente: Tasa de participación laboral: Variables Femenina Masculina Independientes: ----------------------------------------------------------------------------------------------Constante 75.3795 (5.91) Cualid -1.0812 (0.70) Remy 37 0.2482 25.6640 64.2237 97.3921 (5.31) (9.58) 15.68) -0.2216 0.4655 -0.3860 (0.27) (2.74) (0.37) 0.2018 Manu+Agric (1.06) (1.65) - 0.8787 0.4655 (2.55) (2.74) Indicegeneral 36.3318 -24.5571 (4.17) (2.80) ---------------------------------------------------------------------------------------------------Rcuadrado 0.70 0.74 0.62 0.66 DW 1.10 1.63 0.72 0.81 ---------------------------------------------------------------------------------------------Se puede observar que estas ecuaciones explican setenta y sesenta y dos por ciento de la variabilidad de la participación femenina y masculina respectivamente, aunque en ambos casos los estadísticos DW son bajos. El coeficiente de Manu+Agric es negativo en el caso de la participación femenina, indicando que la desindustrialización y desagriculturalización dan lugar al aumento de la participación femenina, ya que más mujeres entran al mercado laboral para paliar el desajuste del bienestar del hogar ante la contracción de la producción industrial y/o agrícola, ejerciendo así las mujeres un papel de “bomberas”. El coeficiente de la variable Remy no es significativo, denotando que las remesas no compensan o contrarrestan la dislocación financiera del hogar ante la desindustrialización y desagriculturización. En el caso de la participación masculina, las remesas muestran un coeficiente positivo y significativo al nivel de 11 por ciento, indicando que esta inyección de liquidez contribuye a que los hombres aumenten su participación en el mercado laboral. El coeficiente de la variable (Manu+Agric) es positivo en el caso de la participación masculina, indicando que ante la desindustrialización y desagriculturalización, los hombres optan por salir del mercado laboral, “desanimados” por la contracción de los sectores industrial o agrícola, lo cual también puede obedecer a que los hombres cuentan con su propio sistema de “seguro de desempleo”, que descansa en el papel de “bombero” desempeñado por su esposa o compañera, o toman la decisión de emigrar. Se debe observar que el coeficiente de la variable Manu+Agric correspondiente a la participación femenina (-0.8787) es en términos absolutos casi el doble del coeficiente de esta variable en 38 el caso de la participación masculina (0.4655), es decir, las mujeres responden de manera más ágil ante el deterioro del bienestar del hogar (ante la desindustialización), fieles a su papel de buscar la solvencia del mismo, mientras que la respuesta de los hombres a entrar al mercado laboral ante las oportunidades resultantes de una eventual reindustrialización es lenta, ya que gozan de “rentas” que el contexto o “cultura” de género les otorga. De especial importancia es el papel de la variable Indicegeneral, cuyo coeficientes son positivos en el caso de la participación femenina y negativo en la masculina, indicando que el proceso de reformas dio lugar al aumento de la participación femenina, en respuesta al descalabro económico que este proceso ha generado, y al propósito de las mujeres de salvaguardar el hogar, lo que se puede relacionar al aumento del auto empleo femenino; el coeficiente de esta variable es negativo en el caso de la participación masculina, indicando que ante el desajuste provocado por las reformas, los hombres optaron por retirarse del mercado laboral, amparados por el auto empleo femenino. Se debe observar que el índice general de reformas (Indicegeneral) explica, por sí solo, 74 y 66 por ciento de la varianza de la participación laboral femnina y masculina respectivamente. Comercio intracentroamericano, auto empleo y empleo de calidad. Con el propósito de detectar el impacto del comercio intracentroamericano en el mercado laboral, se estimaron ecuaciones de cointegración incluyendo la variable ExpCAy, es decir, el agregado de las exportaciones salvadoreñas hacia los otros países centroamericanos como porcentaje del producto. En estas ecuaciones se identifica el papel de esta variable sobre las tasas de auto empleo y de empleo de calidad, femenina y masculina. Los resultados se muestran en el Cuadro 9. Se puede observar en estas ecuaciones que todas las variables incluidas en las estimaciones presentadas en los Cuadros 6 y 7 continúan siendo significantes y con los signos esperados. En las ecuaciones para las tasas de auto empleo femenina y masculina, la variable ExpCAy tiene coeficentes con signos positivos pero son insignificantes, lo que denota que el comercio intracentroamerico no incide en el auto empleo femenino o masculino, es decir, no agrava ni disminuye la problematica de la economia subterranea. De especial importancia son los resultados con relación al empleo de calidad, ya que la variable ExpCAy tiene coeficentes positivos y significativos, lo que permite deducir que la integración centroamericana ha contribuido a la generación de empleos femeninos y masculinos de calidad, un objetivo cuyo logro 39 ha sido elusivo en la región. Se puede observar que las corrientes comerciales hacia el resto de Centroamérica tienen mayor impacto en aumentar el empleo de calidad femenino que el masculino (los coeficientes son respectivamente 2.9190 versus 1.2879). Es decir, la integración regional, contrario a la apertura unilateral, conduce a la generación de buenos empleos, lo que es opuesto a los resultados de las medidas de “globalización”, y de “integración con la economía mundial”, que han dado lugar a la generación de empleos precarios. De allí, la importancia de apoyar el crecimiento de los intercambios comerciales intracentroamericanos, y en términos generales de apoyar el logro de etapas superiores de la integración. Cuadro 9. Auto empleo, empleo de calidad y exportaciones hacia Centroamérica -------------------------------------------------------------------------------------------------Variables dependientes: Auto empleo Femenino Masculino Variables dependientes: Empleo de calidad Femenino Masculino ---------------------------------------------------------------------------------------------------Variables independientes: Constante D(Manu) 50.1849 46.8954 21.0028 40.1305 (64.98) (30.68) 3.79) (13.35) -1.3139 -1.3549 5.2474 2.9566 (3.34) (2.02) (2.83) (2.94) 1.9383 0.8460 (3.45) (2.77) Gdpgrowth Remy Cuali1 ExpCAy 40 -0.2262 -0.8113 0.2068 0.3816 (2.57) (4.66) (0.44) (1.51) 7.6687 9.3378 11.8488 0.7942 (12.12) (7.85) (2.45) (0.30) 0.2105 0.3649 2.9190 1.2879 (1.33) (1.17) (2.83) (2.79) -----------------------------------------------------------------------------------------------Rcuadrado DW 0.80 1.74 0.78 1.70 0.48 2.11 0.53 1.94 -----------------------------------------------------------------------------------------------Desindustrialización y mercado laboral en otros países latinoamericanos. En un trabajo reciente, Cáceres (2015) uso datos de tipo panel del período 19932012 de seis países latinoamericanos (Costa Rica, Colombia, Ecuador, República Dominicana, Bolivia, y Jamaica) para analizar los determinantes de la productividad laboral en estos países. Un resultado de este trabajo fue que la desindustrialización ejercía un impacto negativo sobre la productividad. Usando la base de datos panel de ese estudio, se ha preparado el Gráfico 19 que permite apreciar, primero, el aumento del empleo de calidad femenino (salarywfemale) a medida de que la industrialización (Vamanu), medida como el porcentaje del valor agregado del sector manufacturero, aumenta, y segundo, la caída del auto empleo femenino, es decir, el empleo femenino de baja calidad, ante el aumento de la industrialización. 41 Gráfico 19. Aumento en empleo asalariado femenino y caída del auto empleo femenino a medida de que aumenta la industrialización. 90 80 SALARYWFEMALE 70 60 50 40 30 20 10 8 12 16 20 24 28 32 VAMANU 70 60 SEMFEMALE 50 40 30 20 10 8 12 16 20 VAMANU 42 24 28 32 Claúsulas de salvaguarda y libre comercio. Del análisis anterior, se desprende la importancia de reestablecer protección a la industria manufacturera nacional. En este sentido, hay que apuntar que la OMC reconoce el derecho de los países miembros de solicitar la introducción de medidas restrictivas a las importaciones en situaciones justificadas, básicamente que las importaciones ocasionan “injuria material” a la industria nacional. La introducción de estas medidas, como el aumento temporal de las tarifas arancelarias y las acciones restrictivas de antidumping, son eventos frecuentes en la práctica del comercio mundial. Una creciente literatura ha investigado las causas que dan lugar a la introducción de estas medidas. Un trabajo de Knetter y Prusa (2003) con datos del período 1980-1998 para Australia, Canadá, los EEUU y los países de la Unión Europea, encontró que la depreciación de la moneda del país exportador en una desviación estándar daba lugar a aumentos de casos de antipumding demandados por el país importador en 33 por ciento, mientras que la caída del PIB del país importador conducía a que este aumentara sus acciones de antidumping en 23 por ciento. Por su parte, Bown y Crowley (2013) estimaron ecuaciones para identificar las variables que daban lugar a la adopción de medidas proteccionistas por los EEUU, países de la Unión Europea, Korea, Canadá y Australia, en el período 1988-2010. Loa autores enfatizaron la explicación de las medidas proteccionistas durante la crisis global, como restricciones antidumping, salvaguardas y tarifas que se implementaron en ese período, las cuales fueron de consideración ya que encontraron que en 2010 en estos países alrededor de cinco por ciento de los bienes importados eran objeto de medidas proteccionistas temporales. Las variables determinantes de este comportamiento fueron: la apreciación del tipo de cambio bilateral del país importador que ejerció un gran impacto en la implementación de estas medidas en todos los países excepto Australia, con una magnitud tal que una apreciación de 4 por ciento en el tipo de cambio en el país importador daba lugar a aumentos de entre 60 y 90 por ciento de los bienes sujetos a protección. La caída de la tasa de crecimiento económico también motivó la construcción de barreras a las importaciones en todos los países excepto Canadá; a manera de ejemplo, la caída del crecimiento económico de Australia de 3.3 a 0.7 por ciento se asocia con un aumento de 40 por ciento en medidas de restricciones antidumping emprendidas por este país. También encontraron que el hecho de que el país del cual se 43 importaba experimentaba tendencias recesivas motivaba al país importador a introducir acciones proteccionistas. Hay que apuntar que Kee, Neagu y Nicita (2012) examinaron las políticas comerciales vigentes en 2009 de 131 países para detectar cambios introducidos a raíz de la crisis global. Estos autores encontraron que Rusia, Argentina, Bolivia, Ecuador, Malawi, Turquía y China habian recurrido al aumento de tarifas arancelarias, mientras que los países de la Unión Europea y los EEUU habían optado por la introducción de cargos de tipo antidumping. Dada la importancia de la balanza de pagos en determinar el crecimiento económico, las restricciones a las importaciones en tiempos de recesión económica, o de apreciación de la moneda, debe recibir atención como una válida medida de política comercial, sobre todo tomando en cuenta que son acciones sancionadas por la OMC, en cuyos reglamentos estas medidas han sido validadas como legítimos instrumentos para proteger la producción nacional y el empleo. De ahí la importancia de que El Salvador, por su cuenta o en conjunto con los países centroamericanos, estructuren posiciones conjuntas ante la OMC en tiempos de recesión económica, como los actuales, para introducir las medidas de protección, arancelarias o de otro tipo, que eviten mayor deterioro de la producción, del empleo y de la situación social. Esto es de especial importancia para El Salvador, dado la persistencia de su estancamiento económico. Conclusiones. Este trabajo ha presentado evidencia de que la desindustrialización ejerce impactos adversos sobre la economía salvadoreña en distintos sentidos, principalmente en términos de la caída de la tasa de crecimiento económico, el aumento de la economía subterránea y el deterioro de las cuentas externas y de la inversión. También la desindustrialización tiene repercusiones sobre el mercado laboral y, en este sentido, un resultado que hay que destacar es que la tasa de participación femenina aumenta ante la desindustrialización, mientras que la masculina disminuye, lo cual tiene implicaciones en relación al crecimiento económico, dada la evidencia de los países de la OECD de que si la participación femenina convergiera a la masculina en los próximos 20 años, la economía de los países de la OECD sería en 2030 de una dimensión 12 por ciento mayor (Thevenon, Ali, Adema y Salvi del Pero, 2012). . Hay que destacar que en conjunción con la desindustrialización ha ocurrido un aumento del sector servicios, el cual ejerce impactos negativos sobre el 44 crecimiento económico. La desindustrialización ha dado lugar a aumentos considerables en el déficit en la cuenta comercial, lo que tiene incidencia negativa en la inversión privada; de esa manera, ocurre un círculo vicioso en donde la desindustrialización inicial aumenta el déficit externo y por ende reduce la inversión privada, lo que por su parte agudiza la desindustrialización, creciendo así aún más el déficit en cuenta comercial, y así sucesivamente. La desindustrialización en otros países latinoamericanos no ha tenido repercusiones tan adversas en el crecimiento económico como las de El Salvador, en virtud del auge de los precios de productos primarios hasta fecha reciente, pero es posible que ante el deterioro de estos precios el papel negativo de la apertura se pueda sentir con mayor intensidad. La causa determinante de la desindustrialización en El Salvador es la extrema apertura de su economía llevada a cabo en los años noventa dentro del marco del “Consenso de Washington”, aunque también la evidencia empírica presentada en este trabajo apunta a repercusiones adversas derivadas del proceso amplio de reformas de ese período. Lo anterior señala la urgencia de reestablecer la protección a la industria manufacturera nacional. Hay que traer a cuenta el trabajo de Rodrik (1998) que demostró que no había nada “ineficiente” con relación a la sustitución de importaciones, ni que tampoco estaba “agotada” como se ventiló en todas las latitudes para justificar las reformas. La barrera para restablecer la protección solo es la inercia o la resignación ante la “globalización”, pero hay que tener presente la evidencia de que los países desarrollados recurren a medidas proteccionistas con una frecuencia10 tal que se deduce que no siguen los preceptos de “libre comercio” que para los países en vías de desarrollo representan sagrados “mandamientos”. Los estudios sobre la implementación de medidas restrictivas al comercio internacional por los países desarrollados son evidencia de que el “libre comercio” tiene carácter discrecional en estos países, es decir, que prevalece cuando las circunstancias macroeconómicas son favorables, pero se deja de lado cuando sus industrias pueden ser afectadas, por ejemplo por la apreciación de sus monedas. La implicación es que los países en vías de desarrollo y los centroamericanos en particular, deberían emular estas 10 El periodico The Washington Post del 26 de abril de 2015 reporto que desde 2008 los paises del G-20 agregaron 1,200 restricciones adicionales aplicables a las exportaciones e importaciones. 45 sabias prácticas de los países desarrollados y emprender medidas restrictivas a las importaciones cuando experimenten declinaciones en su crecimiento económico, o cuando su tipo de cambio se sobrevalue. Se debe señalar que en 2009, El Salvador experimentó una contracción económica de -3.2 por ciento, la más severa de los países de América Latina, y que por dos décadas ha experimentado lento crecimiento económico, lo que exige tomar medidas audaces. El argumento por la protección no debería limitarse a los daños que las importaciones ejercen sobre las industrias específicas, pero además, debe sustentarse por el hecho de que la baja tasa de crecimiento, o la contracción económica, conduce a atizar el desempleo, el subempleo y la violencia. Esto tiene especial importancia en la actualidad ya que la caída de los precios de los productos primarios ha dado lugar a tendencias recesivas que habrá que contrarrestar, lo que hace de ver que seguir el ejemplo de los países desarrollados en cuanto a protección es una ruta de mucho valor. Se debe traer a cuenta el punto de Tregenna (2013), en el sentido de que la desindustrialización tenderá a cambiar la estructura y carácter de la clase trabajadora, ya que sus números disminuyen en el sector manufacturero en el cual la organización de sindicatos de trabajadores no es tan compleja como en otros sectores, mientras que crecen en el sector servicios en el cual la organización es compleja. Esto implica la necesidad de apoyar la creación y crecimiento de organizaciones de trabajadores del sector servicios para mantener la capacidad de negociación laboral de amplios sectores de la población. Además, Tregenna (2013) ha señalado que la desindustrialización conduce a que la banca atienda con la más alta prioridad el financiamiento de corto plazo demandado por el sector servicios, lo que resalta la importancia de la banca nacional de desarrollo para atender a los sectores productivos en proyectos que requieran financiamiento de largo plazo. De manera paralela a la restitución de la protección, se encuentra la necesidad de aumentar la productividad del sector servicios; esto tiene grandes implicaciones en términos de género, en el sentido de que exige incrementar el valor agregado de amplios segmentos de la población femenina que laboran en el sector subterráneo de la economía. En este contexto, una medida de gran valor radica en la implementación de una red nacional de guarderías infantiles, con miras a que más mujeres puedan continuar sus estudios aún cuando tengan hijas o hijos, y así mismo, puedan postular a mejores opciones en el mercado laboral. Existe 46 evidencia del importante papel de las guarderías infantiles en el crecimiento y estabilidad económica (Tsounta, 2006), en incrementar la participación laboral femenina y la tasa de matrícula escolar de niñas (Lokshin, Glinskaya y García, 2000) y adolescentes11. Los resultados de este trabajo han presentado evidencia del papel importante ejercido por las corrientes comerciales destinadas a los otros países centroamericanos en combatir la desindustrialización en El Salvador. Además, el comercio intracentroamericano contribuye a la generación de empleos de calidad. Esto obliga a apoyar decididamente la integración centroamericana como medio para sustentar la industrialización, un tema que data de la obra de Prebisch (1950, 1951) cuando argumentaba sobre la necesidad de la integración latinoamericana como medio para lograr la industrialización, la exportación de bienes manufacturados, superar la restricción de balanza de pagos, y mejorar la tecnología y productividad. Otros autores, posteriormente a Prebisch, abogaron por la integración económica como instrumento de la industrialización (Balassa, 1961; Chow, 1967; Bhambri, 1962; Reynolds, 1968). En El Salvador, así como en los otros países centroamericanos, es necesario concebir la política económica como un medio para construir la Nación, como un instrumento de “nation building”, por lo cual debe tener prioridad la restitución del poder productivo que conduzca a la generación de buenos empleos, a la inversión, a las exportaciones, a la innovación y a la cohesión social. El término poder productivo lo uso List (1991) como punto de diferenciación entre su conceptualización de la Economía Política y la de los otros connotados economistas (Smith, etc.): “Political economy is not… that science which teaches only how values in exchange are produced by individuals, distributed among them, and consumed among them. Rather… over and above that, (it is) how the productive powers of a whole nation can be awakened, increased, and protected, and how on the other hand they are weakened, laid to sleep, or utterly destroyed. For it is by means of those national productive powers (that) the national resources 11 Es del caso citar el articulo del Washington Post del 3 de mayo de 2015, (The Peril of Teen Moms’ Homelessness”) que recalca que: “The urge to drop out for homeless adolescents mothers is particularly strong, experts said, and particularly perilous. Finding affordable, reliable child care is the biggest barrier to getting kids to come back to school after maternity leave” said Diana Bruce, the director of health and wellness at D.C. Public Schools. After a homeless student gives birth, the entire focus becomes to get them to graduation, which is essential, she said to breaking the cyce of poverty” (página C6). 47 can be utilized in the wisest and best manner so as to produce national existence, national independence, national prosperity, national strength, national culture, and a national future”12. Esos objetivos de independencia, prosperidad, cultura y futuro, elusivos en el contexto actual, deberían ser el objetivo principal de la política económica en El Salvador, que debe partir del establecimiento de protección a los sectores productivos y del impulso a la igualdad de oportunidades. Se debe señalar que El Salvador, junto con Nicaragua, Honduras y Guatemala ocupan los últimos lugares en América Latina en relación a la igualdad de oportunidades, es decir la igualdad de niñas y niños en tener acceso a servicios de educación, salud, electricidad, vivienda, saneamiento, agua potable, y a terminar a educación primaria en el período de seis años, independientemente de lugar de residencia y del ingreso de sus padres13. De allí que en lugar de seguir fielmente el discurso de las ultimas décadas de la “competitividad” y la “globalización”, que a todas luces no conduce a fomentar el poder productivo nacional, sino que a su destrucción, es urgente impulsar decididamente la globalización al interior del país, buscando la homogeneidad en niveles de desarrollo social a lo largo del territorio, es decir, una “apertura interna”, o una integración de la economía nacional, lo que daría lugar a aumentos sustanciales en la demanda agregada para sostener un proceso de reindustrialización, por supuesto siempre y cuando se haya eliminado la extrema apertura externa. 12 13 Esta cita de List se ha tomado de Ho (2005). Molinas et al (2011) llevaron a cabo el análisis de igualdad de oportunidades en los paises de America Latina en base a datos de 2008. 48 Anexo 1. Pruebas de raíces unitarias. Variable Estadístico ADF. -----------------------------------------Agric 1.8690 Manu 2.2036 Agric+Manu 1.9504 Remy 2.1962 Gdpgrowth 3.5353 RER 0.8678 ExpCAy 1.1324 Consumondy 1.9946 Ipri 3.3675 Grosssavings 4.9742 Serv 2.7143 TB 2.4187 Sempfemale 3.5919 Sempmale 4.3037 Qualitywfemale 3.8018 Qualitywmale 3.9313 Parttimefemale 3.1082 Parttimemale 1.2787 Arancelpromedio 1.4525 49 Indicegeneral 1.4558 Referencias. Acs, Z. J., D.B. Audretsch y D. S. Evans, “The Determinants of Variations in SelfEmployment Rates Across Countries and Over Time”, Discussion Paper, WissenschaftzentrumBerlin fur Sozialorschung, 1992. Balassa, Bela, The Theory of Economic Integration, Homewoood, Illinois, Irwin, 1961. Belcher, John R. y Frederick A. DiBlasio, “Economic Decline and Worker Participation”, The Journal of Applied Social Sciences”, vol. 17, no. 2, Verano 1993, pp. 207-219. 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