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Transcript
Palabras del Excmo. Sr. Mr. Giles Paxman
Embajador de Su Majestad la Reina del Reino Unido
Almuerzo de Navidad – 15 de diciembre de 2009-12-18
PUNTOS CLAVE:
1. No somos malos europeos
2. No estamos arruinados
3. Nuestra recuperación económica será sostenible
Bienvenida
Es un placer para mí dirigirme a vosotros en esta ocasión festiva.
Tal como mencioné cuando tuve el privilegio de presentar el Ministro británico de
Cultura, Medios y Deportes, Ben Bradshaw, a los participantes en el Foro HispanoBritánico sobre “Creatividad e Innovación en la Cultura”, estoy convencido de que
organizaciones como el Foro Hispano-Británico contribuyen de forma decisiva al
desarrollo de sólidas y amistosas relaciones entre nuestros dos países.
Hay un límite a lo que pueden hacer las embajadas y los diplomáticos. El trabajo
del Foro Hispano-Británico, ya sea a través de becas, conferencias o eventos como
éste, resalta y celebra la profundidad y la amplitud de los intereses, la historia, la
cultura y las tradiciones comunes que han contribuido a la grandeza de nuestros dos
países y nos ayudan a perpetuar esos vínculos en el futuro.
Amigos y amigas, hace más de 20 años, cuando España acababa de incorporarse a
la OTAN y a la Unión Europea, tuve la responsabilidad de dirigir el equipo que
llevaba los asuntos de España en el Ministerio de Asuntos Exteriores británico. Me
acuerdo de mi primera visita a Madrid y de estar sentado frente al entonces
Embajador, Lord Nicholas Gordon Lennox, mientras me explicaba los entresijos de
nuestras relaciones bilaterales. Ni en sueños me hubiera imaginado que un día
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seguiría los pasos del legendario Nicky y que estaría al frente de la Embajada más
nueva y más alta de Europa.
Lo que más me impresiona, al regresar a España después de todos estos años, es
el crecimiento de nuestras relaciones económicas y comerciales. Ahora más de 700
[setecientas] empresas británicas están presentes en España. El Reino Unido
exporta productos por valor de dieciséis mil millones de libras cada año a España.
Más de 500 [quinientas] empresas españolas operan ahora en el Reino Unido. En
2008 [dos mil ocho] España exportó bienes y servicios valorados en veintiún mil
millones de libras al Reino Unido. Y el Reino Unido envió 16 millones de turistas a
España.
Naturalmente, hay muchas razones por esta rápida expansión. Pero en buena parte
se debe al trabajo que realizan la red de UKTI en España y nuestro co-anfitrión hoy,
la Cámara de Comercio Británica en Madrid. Les agradezco y aplaudo sus
esfuerzos tan exitosos al servicio de ambos países.
Me han dicho que es costumbre que el Embajador Británico aproveche ocasiones
como ésta para hablar del excelente estado de las relaciones entre el Reino Unido y
España. Reconozco que cuando me hablan de costumbres, muchas veces siento
un fuerte deseo de hacer otra cosa.
Así que hoy quiero utilizar el poco tiempo disponible para tratar de disipar dos mitos
sobre mi país.
Como algunos de vosotros sabréis - y como ha mencionado Felipe de la Morena he pasado la mayor parte de mi carrera diplomática en Europa. He sido destinado a
Bruselas (dos veces), a Roma y a París, además de ocuparme de los Asuntos
Europeos en Londres, y puedo afirmar con orgullo que soy un europeo convencido.
Reconozco, sin embargo, que hasta cierto punto me ha sorprendido el grado de
escepticismo transmitido por la prensa española acerca del papel del Reino Unido
en Europa.
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Es cierto que mi país no ha ingresado en el euro. Y es cierto que no formamos parte
del espacio Schengen. También me temo que es cierto que tenemos pocas
probabilidades de ganar un premio por nuestra retórica europea de alto vuelo. No
creo, sin embargo, que sea cierto que somos fundamentalmente malos europeos. Al
contrario, creo que el Reino Unido ha traído, y todavía trae, al menos tanto a la
Unión Europea como la mayoría de los demás miembros. Permitidme que os dé
algunos ejemplos.
En primer lugar, aunque pueda sonar un poco prosaico, es no obstante innegable
que la base de la Unión Europea es el mercado común. Y esto debe ser un motivo
de orgullo. Un mercado único entre 27 países es un logro fantástico. Es lo que
hace que la Unión sea fuerte - y es lo que hace que se nos escuche en todo el
mundo.
Y creo que el Reino Unido ha hecho por lo menos tanto como cualquier otro país
para que el mercado único sea una realidad. No sólo hablando y empujando, sino
actuando y dando ejemplo. Cuando enciendo el hervidor de agua para hacer una
taza de té en mi piso en Londres, la electricidad es suministrada por una empresa
francesa y el agua por una empresa alemana. La empresa que limpia mi calle es
francesa y mi teléfono móvil se conecta a una red de propiedad española. Y si
quiero venir a Madrid, viajo en una línea de metro operada por una empresa
española a un aeropuerto también de propiedad española. ¿Con todo esto, os
parece que somos antieuropeos?
Oigo a los críticos decir que eso es todo lo que el Reino Unido siempre quiso para
Europa: un mercado único. No es así. Pensad en el nacimiento, hace diez años, de
la llamada "Estrategia de Lisboa", que va a ser revisada por la Presidencia
Española. Entonces, como ahora, el Reino Unido y España fueron tal vez los dos
países que más presionaron a favor de una visión europea coherente para impulsar
la economía de Europa, para crear empleos y para ayudarnos a competir en el
mundo globalizado del siglo veintiuno. ¿No es esto lo que más desean los
ciudadanos europeos de la Unión Europea?
Y en ese mundo globalizado, el Reino Unido pone todo el peso de su diplomacia
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mundial al servicio de la Unión Europea. Si tenéis alguna duda acerca de nuestro
compromiso, nuestras esperanzas y nuestras aspiraciones para Europa como actor
global, os recomiendo que leáis el discurso que dio David Miliband el mes pasado
en el que estableció una visión clara, y prioridades y objetivos claros para la
diplomacia europea.
Además, en el Reino Unido, creemos que la diplomacia europea, el “soft power”,
tiene que ser apoyada por, y cito, "la capacidad de acción militar autónoma,
respaldada por una fuerza militar creíble". Estas palabras están tomadas del
acuerdo anglo-francés de Saint Malo de 1998 el cual creó la base para la seguridad
europea y la defensa común. Desde entonces, el Reino Unido ha sido uno de los
principales arquitectos de esta política, y uno de los principales participantes en sus
operaciones. Así que no es una coincidencia que la sede de la operación más
reciente de este tipo, la Operación Atlanta para frenar la piratería en la costa somalí,
se encuentre en Northwood, justo al norte de Londres.
Puede que no se nos dé muy bien cantar las alabanzas de la Unión Europea. Y no
nos abstenemos de levantar la voz cuando pensamos que Europa está interfiriendo
indebidamente en asuntos que se gestionan mejor en los distintos Estados
Miembros. Negociamos duramente para asegurar que podamos aplicar e implantar
las obligaciones que aceptamos en Bruselas a nivel nacional. Tal vez con esto no
ganamos amigos.
Pero tenemos una expresión: “The Englishman’s word is his bond” (La palabra del
inglés es su obligación). Por eso siempre hemos estado en el lugar adecuado en
cuanto a la clasificación de la Comisión de los países contra los que se han abierto
procedimientos de infracción. Y por eso, en el último año para el que se dispone de
cifras, fuimos el único país con más infracciones desestimadas que declaradas.
Y hablando del cumplimiento de nuestras obligaciones comunitarias, el Reino Unido
es uno de los pocos países europeos que cumplirá sus objetivos de reducción de
emisiones de carbono de la UE. A medida que la cumbre de Copenhague se acerca
a su conclusión, vale la pena mencionar que el Reino Unido ha hecho más que la
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mayoría para centrar la atención de la Unión Europea en el reto del cambio climático
y para situar a la Unión en la vanguardia de la lucha contra esta grave amenaza al
bienestar de futuras generaciones.
Muchos de vosotros sois empresarios. Os fijáis en el resultado final. Habéis oído
hablar de los descuentos y los cheques británicos. Tal vez algunos pensáis que
queremos pagar poco por estar en Europa. Pues permitidme que os diga cuál es el
país que, año tras año, ha contribuido en mayor medida en términos netos al
presupuesto de la UE y continúa haciéndolo. Bueno, en realidad, es Alemania, pero
el Reino Unido (a pesar de nuestros descuentos) es el número dos.
Así que quizá no seamos los europeos más elocuentes, pero vamos a seguir
cumpliendo el papel que creemos que los demás Estados Miembros quieren y
esperan de nosotros: llamando la atención sobre las prioridades, realidades y
consecuencias prácticas de las acciones de la UE. No creo que esto signifique que
seamos malos europeos. Más bien, creo que somos europeos pragmáticos - ¡y que
si no existiéramos, Europa tendría que inventarnos!
La otra falsa concepción que quiero que me ayudéis a disipar es que la situación
económica ha dejado al Reino Unido arruinado.
El mundo ha experimentado una crisis económica sin precedentes en el último año.
El Reino Unido se ha visto profundamente afectado. Pero los fundamentos de
nuestra economía siguen siendo sólidos. Todos esos años de reestructuración,
reforma y modernización nos ayudarán a salir con rapidez y firmeza de la recesión.
La City de Londres todavía tiene la mayor concentración de experiencia financiera y
empresarial del mundo. Todavía somos la sexta mayor economía de fabricación del
mundo. El Reino Unido sigue siendo el lugar más fácil para establecer y administrar
un negocio en Europa. Según el Banco Mundial, se tarda trece días en establecer
un negocio en el Reino Unido, en comparación con la media europea de treinta y
dos días. El Reino Unido ocupa el primer lugar de Europa y el sexto del mundo en
términos de gestión de negocios. Cada hora se registran ciento veinte empresas en
el Registro Mercantil británico.
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También tenemos uno de los mercados laborales más flexibles del mundo. De
nuevo, citando al Banco Mundial, nos clasificamos como el segundo mejor lugar
para emplear a trabajadores en Europa, (siendo el primero Dinamarca).
Tenemos un marco regulador estable, un entorno político estable y somos un líder
mundial en innovación, investigación y desarrollo.
Las empresas globales ya lo saben. Seguimos siendo el mayor receptor de
inversión extranjera después de Estados Unidos. Y el Reino Unido es el país
preferido por las empresas extranjeras a la hora de establecer su sede europea.
Las grandes empresas españolas como Telefónica, Santander, Ferrovial e Iberdrola
ya están aprovechando las excelentes condiciones de inversión en el Reino Unido.
Y estamos ayudando a empresas más pequeñas y especializadas a que lo hagan
también.
A medida que salimos de la recesión, es importante que lo hagamos con una
economía que esté preparada para la economía baja en carbono del siglo veintiuno.
Hay que evitar repetir los errores del pasado. En el Reino Unido creemos que el
crecimiento económico es compatible con la reducción de las emisiones: de hecho,
ya lo hemos demostrado. Desde 1990 [mil novecientos noventa], la economía del
Reino Unido ha crecido un 48% [cuarenta y ocho por ciento], mientras que las
emisiones han disminuido en un 20% [veinte por ciento].
Estamos cambiando nuestras políticas y estamos aprendiendo de nuestros amigos
para aprovechar las nuevas oportunidades que ofrecen las tecnologías limpias.
Nuestra Estrategia Industrial Baja en Carbono es un plan integral para que el país
se consolide como economía baja en carbono y maximice las oportunidades
económicas, el crecimiento y el empleo. En cuanto a energías renovables, por
ejemplo, nuestro enfoque se basa en el éxito que ha tenido España en la promoción
de instalaciones de generación de ‘energía verde’.
Estas medidas ayudarán a asegurar el futuro de la economía británica y ayudarán a
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la UE en sus esfuerzos por construir un futuro bajo en carbono. Pero también
representan nuevas oportunidades para las empresas que reconozcan y acepten el
reto de avanzar hacia una economía baja en carbono y de adaptarse rápidamente.
Éstas serán las empresas más competitivas y exitosas del futuro.
Por último, quiero dar las gracias a los organizadores de este acto, en especial a
Felipe de la Morena, Roger Fry y Roger Cooke. También quiero aprovechar la
ocasión para desear a todos los presentes una Feliz Navidad y Próspero Año
Nuevo.
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