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40 Expansión Martes 23 septiembre 2014
ECONOMÍA / POLÍTICA
Draghi avisa: la recuperación pierde
fuelle y el PIB se ha parado en seco
El presidente del BCE ha advertido de que los datos de actividad
económica conocidos desde el verano han sido más débiles de lo esperado.
Merkel elogia
las reformas
de Francia,
pero pide más
austeridad
COMPARECENCIA ANTE LA EUROCÁMARA/
Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo (BCE), compareció ayer ante la Comisión de Economía del Parlamento Europeo.
Bruselas: las reformas ya dan frutos
M.R.P. Bruselas
La Dirección General de
Asuntos Económicos de la
Comisión Europea publicó un
informe analizando cómo habían aprovechado ese tiempo
cuatro de los países más afectados por la crisis: España, Italia, Grecia y Portugal. Y el regusto que queda es agridulce.
Por una parte, el Ejecutivo comunitario certifica que las reformas estructurales están
empezando a dar sus frutos,
especialmente en España. Sin
embargo, advierte de que todavía queda mucho por hacer
estructurales y de que los países con margen fiscal lo aprovechen. Sin embargo, el énfasis
recayó claramente sobre lo
primero.
Estímulos y reformas
“Como he indicado en varias
ocasiones, ningún estímulo
monetario –ni tampoco fiscal–
tendrá un efecto significativo
sin reformas estructurales”,
aseguró Draghi. Pero el mensaje no acabó ahí.
Tras recordar que gracias a
y que muchas de las reformas
siguen a medias.
Por ejemplo, el número de
microempresas creadas en
España en comparación con
las existentes (lo que se conoce como tasa de entrada) ha
pasado del 9,4% al 11,7% entre
2010 y 2013; la economía es-
pañola ha atraído a compañías extranjeras, especialmente en la categoría “Actividades Profesionales y Científicas”, que han crecido un
45% entre 2008 y 2011; la duración de los concursos de
acreedores ha pasado de 2,5
años de media a apenas un
año en los procedimientos
simplificados; y las medidas
adoptadas por la directiva europea de liberalización de servicios habrían mejorado en
un 5,7% la productividad laboral de este sector (40% del
PIB).
Sin embargo, el Ejecutivo
comunitario se lamenta de
que el progreso de España con
las reformas estructurales “ha
sido desigual”. Y pone como
ejemplos el retraso de “la reforma de las asociaciones y
servicios profesionales” y “la
implementación de otras reformas, como la del sistema
judicial, siguen en una fase
temprana”.
De hecho, el informe subraya que, a pesar de las mejoras,
los cuatro países siguen lejos
de la media europea en muchos de los indicadores.
la política del BCE el coste de
financiación de los Gobiernos
de la zona euro ha caído dramáticamente (el diferencial del
bono español con el alemán,
por ejemplo, ha pasado de los
650 puntos a 120), Draghi lanzó una acusadora pregunta retórica: “Si observa los fabulosos ahorros que estos gobiernos han obtenido gracias a las
decisiones de política monetaria que el BCE ha adoptado [...]
¿Dónde han ido esos ahorros?
¿Dónde han ido?”.
Al poco entusiasmo de los
gobiernos par aplicar la agenda reformista, Draghi contrapone sus medidas heterodoxas. La última, la inyección de
liquidez a largo plazo condicionada a la concesión de crédito. Los bancos de la eurozona solicitaron 83.000 millones
de euros, “dentro del rango
que esperaba”, aunque por debajo de los 100.000 millones
que esperaban los analistas.
También está todo listo para la
compra masiva de los tramos
senior de las titulizaciones crediticias, que pretende liberar
capacidad de préstamo en la
banca. Y después de esto ya
solo queda la última línea roja:
la compra masiva de deuda
pública.
Si finalmente llega, una de
dos: o el Bundesbank ya no es
el Bundesbank, o la situación
está tan mal que el BCE no sabe qué más hacer para salir de
esta.
La Comisión Europea
advierte de que la
agenda reformista
se ha aplicado
de forma “desigual”
Editorial / Página 2
La canciller alemana, Angela
Merkel, se mostró ayer “impresionada” por el “exigente y
ambicioso” paquete de reformas que le presentó el primer
ministro francés, Manuel
Valls, pero reiteró su apuesta
por mantener la austeridad,
en el marco del Pacto de estabilidad europeo, frente a las
propuestas galas de mayor
flexibilidad e inversiones.
El primer encuentro oficial
en la Cancillería entre Merkel
y Valls concluyó sin grandes
movimientos respecto a la posición inicial de ambos mandatarios. No obstante, Merkel
señaló que el Pacto de estabilidad incluye medidas de “flexibilidad” y se comprometió a
respetar la opinión que emita
la Comisión Europea cuando
analice las cuentas de Francia.
Merkel insistió en la necesidad de consolidar las finanzas en la eurozona para recuperar la confianza y la credibilidad y, aunque coincidió con
Valls en la necesidad de crecimiento, también precisó que
éste no se consigue siempre
gastando más dinero público,
sino aplicando las reformas
adecuadas. Sin embargo, París ya había avanzado que no
logrará situar el déficit por debajo del 3 % del PIB que marca Bruselas hasta 2017, dos
años después de lo previsto.
Reformas
Valls, por su parte, insistió en
su voluntad de cumplir con
todo su paquete de reformas.
De hecho, el primer ministro
galo remarcó que no había
viajado a Berlín a “pedir indulgencia [con el déficit]”, sino a “convencer” de que cumplirá sus compromisos y a instar a Berlín a asumir también
su responsabilidad ante la situación que atraviesa la zona
euro. “A Alemania le interesa
que nuestras reformas tengan
éxito; a Francia le interesa que
Alemania tire del crecimiento
en Europa”, manifestó Valls.
Tras asegurar que comprende la “desconfianza” y las
“dudas” que puede suscitar
Francia, garantizó que él
cumplirá su programa “a pesar de las dificultades”. Defendió así su plan de inversiones para relanzar la competitividad de la industria, los recortes previstos en el gasto y
el calendario de las reformas
estructurales, al tiempo que
instó a Alemania a asumir
también su papel en favor del
crecimiento.
opez Alegre. Propiedad de Unidad Editorial. Prohibida su reproducción.
Ya lo dijo hace tres semanas
en Fráncfort, casi con las mismas palabras, pero por si no
hubiera quedado claro, lo volvió a repetir ayer en Bruselas.
El presidente del BCE, Mario
Draghi, advirtió a los eurodiputados de que “la recuperación ha perdido fuelle”, que “el
crecimiento de la zona euro se
ha parado en seco”, y que los
datos de actividad conocidos
desde el verano ha salido “más
débiles de lo esperado”.
Los datos lo corroboran: la
economía de la zona euro se
estancó entre abril y junio
(0,0% de crecimiento intertrimestral, según los datos de
Eurostat publicados en agosto), con Alemania e Italia en
tasas negativas. Y aunque países como España crecen al
0,6%, el propio ministro de
Economía español, Luis de
Guindos, lleva advirtiendo en
las últimas semanas de que
España no es una isla y que si
los vecinos de la zona euro sufren, la economía española
también lo hará.
Además, el IPC de la zona
euro sigue en tasas muy bajas
y alejadas del objetivo de inflación del BCE (0,4% en agosto), que solo empezará a subir
gradualmente en 2015 y 2016.
Pero ante la Eurocámara,
Draghi se curó en salud: dijo
que creía que las medidas que
la institución había adoptado
recientemente serían suficientes para reconducir los
precios a su objetivo (por debajo pero cerca del 2%) y que,
en el caso de que cristalizasen
los riesgos para el crecimiento,
el banco central está preparado para adoptar medidas “adicionales”.
Sin embargo, el banquero
italiano volvió a insistir en una
idea: él solo no puede reactivar
la recuperación, los Gobiernos
deben poner de su parte.
El problema con los discursos de los banqueros centrales
es que suelen usar un vocabulario lo suficientemente ambiguo para que nunca se les pueda acusar de haber tomado
decisiones que se contradicen
con las palabras. Y Draghi,
aunque más directo que sus
predecesores en el cargo, no
deja de ser un banquero central. Al igual que hizo hace un
mes en Jackson Hole
(EEUU), el presidente del
BCE mencionó ayer la necesidad de implementar reformas
Efe
Miquel Roig. Bruselas
P. C. Madrid